BARRIO 10 OK

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    1/16

    Un vaquero cruzala frontera en silencio

    DIEGO ENRIQUE OSORNO

    4_Crnica Regional

    /ELBARRIOANTIGUO

    @ELBARRIO

    ELBARRIOANTIGUO.COM

    Contina en la pgina 2

    Ao Uno/Nmero Diez

    Del 7 al 13 de julio de 2013Made in Monterrey

    La vida en cubadurante el bloqueo

    GABRIEL GARCA MRQUEZ

    10_Crnica Internacional

    JUAN ALBERTO CEDILLO

    EDUARDO NUEZ

    EL GATO RARO

    13/14_Opinin

    NONFICTION

    ! EMERGENCY

    EXIT

    AS SE ADUEA DEL AGUA

    POR DANIELA GARCA

    Anales de la dcada delos 70, los habitantes deCoatepec, un pueblo ubi-cado a unos kilmetros

    de Xalapa, Veracruz, vieron con asom-bro cmo grandes empresas industria-les se instalaron en las afueras. Firmas

    como Coca Cola y Nestl compraronquintas y ranchos rodeados de lagos ymanantiales llenos del agua cristalinaque mantenan al lugar vivo y verde.

    Primero los habitantes se alegraron decontar con nuevas fuentes de trabajo enuna zona donde la mayora de los em-pleos estn relacionados con la siembra,recoleccin o venta de caf. Adems, lallegada de las empresas trasnacionalesles permiti obtener productos de la ca-

    nasta bsica a un precio ms accesible.Pareca que despus de tanto tiempola exuberancia de su tierra recibira losfrutos del progreso.

    La construccin de un nuevo estadio de futbol

    puede ser la fachada para un negocio vital?

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    2/16

    _Crnica Local

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    Viene de portada

    Coatepec est catalogado comoPueblo Mgico. Lo mgico dellugar reside en la espesa vegetacin quelo rodea, en sus cerros llenos de cataratasy manantiales de agua pura que bajan ycruzan las zonas urbanas. Pero tras la lle-gada de Coca Cola y Nestl, no pas mu -cho tiempo para que los habitantes deCoatepec se dieran cuenta de que estas

    se haban adueado de las represas deagua que alguna vez les pertenecieron:en un convenio con el Gobierno de Ve-racruz y la Comisin Nacional del Agua(Conagua) obtuvieron concesiones porcasi el 80 por ciento de los mantos acufe-ros de la zona. En el 2013, ms de 40 aosdespus, los ros que cruzan las zonasurbanas no tienen nada de cristalinosy se percibe un olor rancio provenien-te de las corrientes. Adems, existe unaescasez de agua en todo el estado y pocohay que puedan hacer para recuperar elagua que por convenio le pertenece a lasempresas.

    Debido a la privatizacin de losmantos acuferos de la regin, es nece-sario acarrear agua para consumo hu-mano desde el estado vecino de Puebla.As se abastecen las necesidades diarias,no slo de Coatepec, sino tambin de lacapital, Xalapa, y de otras ciudades delestado. Esto les cuesta a los ciudadanosms de lo que le cuesta a las empresashacer uso de los mantos concesionados.Las dicultades de abastecimiento delagua potable contrastan con los mon-tes, arroyos, lagos y manantiales queadornan los paisajes del estado, el cuales el que recibe ms escurrimiento deagua en todo el pas. Hasta 33 por cientodel total de agua del estado termina enmanos de las grandes industrias. Los ha-bitantes de Coatepec miran el desle delagua... siempre del otro lado del muro.

    II

    En Monterrey, Nuevo Len, se viveuna historia similar en las calles de lazona metropolitana: la empresa Fomen-to Econmico Mexicano (Femsa), a lacual pertenece Coca Cola y hasta el 2012tuvo alianza con Nestl, se ha hechode un terreno importante en el parqueLa Pastora, asiento de uno de los pocosmantos acuferos subterrneos del reametropolitana de Monterrey. En estarea, la empresa que actualmente utilizapara sus procesos industriales agua tra-da directamente desde Saltillo, planeaconstruir un estadio de futbol.

    Entre el trco de la ciudad, a tanslo unos minutos del centro de Mon-terrey y al pie del Cerro de la Silla, seencuentra el parque La Pastora: unbosquecito rodeado de avenidas llenasde carros apretujados en el trco y bor-

    deado con colonias que alojan a cientosde familias. Bajo la supercie del parque,una importante cantidad de agua hapermanecido escondida y alejada de losojos de los regiomontanos. Durante aos,esta reserva de agua permaneci ocultay su existencia no se trat ms que comoun simple rumor. Actualmente, la tran-quilidad del sitio se ve perturbada por elmovimiento: la empresa transnacionalFemsa adquiri una concesin por par-te del Estado de Nuevo Len para cons-truir en el terreno el imponente estadiode futbol que alojar al equipo local delosRayados de Monterrey.

    Poco ms de 500 trabajadores serenen todos los das bajo el sol rabiosodel verano y realizan diferentes tareas:se montan sobre mquinas que excavanel terreno, acomodan y reacomodan lasaltas vigas que soportarn la construc-cin del estadio, rellenan de concreto loscimientos. Si se transita sobre la avenidaPablo Livas, justo a un lado de donde seencuentra la obra todava gris, se puedeapreciar ya la forma del estadio: ovala-da, alta, majestuosa.

    Las visitas a la construccin estnrestringidas y hace falta un permiso tan-to de la empresa Femsa como del Club deRayados para poder ingresar y recibir untour por el interior del terreno, alrededory al interior del futuro estadio. Este tour

    es proporcionado con mucha reticencia.En el recorrido ya se pueden apreciarunas gradas en donde se sentarn laspersonas que paguen por un boleto paralos partidos de futbol o los que decidanadquirir abono. Justo arriba, sealan losencargados del tour -trabajadores de lasempresas constructoras subcontratadaspor Femsa- estarn los palcos vitaliciosprivados, cuyos precios llegarn hastalos 13 millones de pesos. Los empleadosdirigen el tour hacia la zona donde seestablecern los restaurantes y las tien-das de conveniencia, como si se tratarade la visita a un centro comercial. Endireccin contraria se encuentra el lugaren donde estarn los vestidores de los ju-gadores y rbitros, incluido uno especialpara las mujeres rbitras.

    Los que no pueden pasar las mallasmetlicas son los acionados del equi-po Rayados, quienes se conforman conpararse sobre las avenidas circundanteso en el interior del parque La Pastora.Desde ah observan el futuro estadio y,con emocin en los ojos, platican que nopueden esperar ms para verlo termina-do. Se te pone la piel chinita, comentauno de ellos.

    III

    Frente a su escritorio, en una pequeaoficina ubicada al sur de Monterrey, unode los propietarios de una de las compaasque se encargan de la construccin del esta-dio, se niega a ser identificado con su nom-bre por temor a represalias, pero confirmala existencia de los mantos acuferos bajo elterreno donde estar el estadio: S existen,pero no se tocan. Los constructores fue-ron informados por los mismos directivosde Femsa: deben mantener los mantos enbuen estado. No se pueden perforar, daar otocar y todas las maniobras de construccindeben de realizarse con sumo cuidado.

    El agua est en un terreno que tem-poralmente le pertenece a Femsa, pero las

    leyes federales del pas establecen que esun recurso federal, por lo que la empresano puede usarla a menos que obtenga unpermiso de Comision Nacional del Agua(Conagua). De hecho, el equipo jurdicode Femsa especifica esta circunstancia enel documento de impacto ambiental quedesarroll para apaciguar a la Secretarade Medio Ambiente y Recursos Naturales(Semarnat) en el 2010: Queda prohibidoal concesionario [] explorar o construirpozos domsticos o industriales para extrac-cin de mantos freticos y extraer o utilizaragua del Ro la Silla.

    De forma similar a lo sucedido enCoatepec, Veracruz, si quiere perforar es-tos pozos, Femsa tan slo necesitara queConagua le diera un permiso que no tienecosto. La concesin del terreno de La Pas-tora a Femsa es de 60 aos, por lo que sibuscan explotar un manto acutico parasus labores, les quedaran 57 aos paratramitar el permiso correspondiente deConagua.

    IV

    Claudia Gmez sale a regar sus plantastodos los das a eso de las cinco de la tarde.Vive justo detrs del futuro estadio de losRayados. En la parte delantera de su casa,tres grandes rboles adornan la vista, peroun espacio vaco en la acera recuerda ladesaparicin del cuarto. Cuando la corrien-te del Ro la Silla creci hace tres aos, de-bido al paso del devastador huracnAlex,el cauce se desbord y arrastr todo lo queencontr a su paso, incluido el arbusto deClaudia. El agua no se llev slo rboles,sino tambin carros, mesas, sillas y hastacolchones. Era un rbol grande, pesado.Noms que llueva otra vez as, que nosvenga otro huracn y va a volver a pasar-comenta-. Se va a inundar la calle, se va allevar ms rboles y carros y va a ser peor.

    De forma similara lo sucedido

    en Coatepec,Veracruz, si quiereperforar estospozos, Femsa tanslo necesitaraque Conagua lediera un permisoque no tiene costo

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    3/16

    3_Crnica Local

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    Claudia no es experta en el tema, peroesta informacin se la dejaron saber ecolo-gistas y activistas sociales que acudierondurante meses a la zona de La Pastorapara informar a los vecinos de los peligrosque corran al tener el estadio ah. Se hicie-ron manifestaciones, fuimos al Congreso,hicieron un chorro de cosas. Pero de todosmodos lo construyeron, ya sabes cmofuncionan todas esas cosas polticas.

    Fueron 180 hectreas las que el Go-bierno de Nuevo Len cedi a Femsa parala construccin del estadio. stas represen-taban una zona verde en donde se podanencontrar diferentes tipos de vegetacin,altos rboles que servan como hogar parauna cantidad importante de animalespertenecientes a la zona. La Pastora es unpulmn urbano ubicado casi en el centrodel municipio de Guadalupe. Fue redu-cido en un proceso que pas inadvertidopara la mayora de la sociedad, excepto

    para los ecologistas y los vecinos que aho-ra viven preocupados ante la posibilidadde que los azote otra inundacin como laque ocurri el verano del 2010. Temen queotra tormenta ponga en peligro no slo susresidencias, sino tambin su seguridad.

    El agua que baja por los surcos del Ce-rro de la Silla atraviesa las colonias que seencuentran en las faldas de la montaa yse encuentran en un punto intermedio,en el parque La Pastora. Esto lo explica,frente a la computadora de su oficina enEl Barrio Antiguo de Monterrey, JorgeLongoria, arquitecto urbanista miembrode la asociacin civil Vertebra, mientrasobserva con preocupacin el mapa dondese muestran estas corrientes de agua. Noslo se van a inundar las colonias vecinascuando llueva, sostiene mientras sea-la en el mapa el lugar en donde se estconstruyendo el estadio. Tambin se lesva a inundar el estadio. Jorge Longoriacree firmemente que el estadio no fue msque la excusa perfecta que us Femsa parahacerse de los mantos. La excusa perfectaque, adems de otorgarles en algn mo-mento la oportunidad de utilizar la impor-tante cantidad de agua que se encuentraen el terreno de 180 hectreas, les traeruna derrama econmica enorme, debidoal fanatismo por el futbol en Nuevo Len.Adems, la nica cerveza que se vender

    dentro de las instalaciones ser Heineken(empresa socia de Femsa). A todo esto sedeben sumar los futuros precios de lospalcos, los abonos y los boletos de entrada,que en la actualidad ya son sumamentecaros en el estadio del Tec de Monterrey ysubirn an ms en el nuevo hogar de losRayados.

    En Monterrey, Femsa utiliza aguatrada desde Saltillo para realizar sus proce-sos industriales, embotellamiento de aguay elaboracin de refrescos y cerveza, entreotros. Esto, con la justificacin de que elagua que llega desde el estado de Coahui-la es ms pura que la que existe en NuevoLen, por lo que sale ms barato el procesode depuracin final.

    V

    En Coatepec, desde que las empresaspertenecientes a Femsa absorbieron el

    agua y forzaron al gobierno local a solicitarabastecimiento en Puebla, se suscitaronalgunos problemas en la zona. En una oca-sin, a inicios del 2012, los habitantes dePuebla decidieron que el agua de su esta-do era suya y no tenan por qu otorgrse-la a otro estado slo porque los gobernan-tes haban llegado a un acuerdo en algunaocasin. En Sonora ocurri un fenmenosimilar cuando al quedar seco Hermosillo,el gobernador Guillermo Elas Padrs ela-bor un proyecto llamadoAcueducto In-dependiencia para traer agua a su estadodesde la cuenca de Ciudad Obregn y losterritorios de los Yaquis. Las peleas siguenan hoy en da por parte de las tribus y losciudadanos que claman porque se dejede agotar indiscriminadamente todas las

    cuencas del estado en lugar de establecerun proceso de regeneracin del agua local.La presin de las llaves, de las regade-

    ras y de los lavamanos se vio disminuidaen Xalapa. La ciudadana temi por la faltadel lquido. Durante dos semanas, slo eraposible acceder a un pequeo chorro queviajaba lentamente por las tuberas hastalos hogares xalapeos. Nos tenamos quebaar con cubetas, recuerda Don Manuel,sentado en las escaleras de la catedral,frente al Palacio Municipal de Coatepec,mientras observa a sus compaeros que

    frente al Ayuntamiento sostienen carte-les con consignas de No ms promesas.Al recordar el corte de agua que vivieronmeses atrs, Don Manuel se re: Ni en elrancho, cuando era nio. Al menos all sepoda uno meter a baar al ro.

    Mientras ordena una taza de caf enun tpico y acogedor restaurant en el cen-tro de Xalapa, Rafael Aras Hernndez,profesor de la Universidad de Veracruz,define como grave lo que sucede en lazona. Ve una falta de inters por parte delos ciudadanos: en Veracruz tenemosmucho escurrimiento de agua. Lo chisto-so es que tambin a los veracruzanos se lesescurre todo. No les importa la situacin.Los cerros que rodean Xalapa son verdes.Los jardines, las plazas y las plantas queadornan la ciudad muestran la mismatonalidad de colores vivos que rara vezse pueden encontrar en Monterrey. Haymucha agua, pero se puede ver que ya

    empez la sequa. Es difcil, si se observacon un ojo inexperto, ver la sequa a la quese refiere ya que la sequa de Veracruz esms tangible a la hora de beber agua. Elagua de los lavamanos, de las manguerasy de la regadera no es potable, advierte.En Xalapa no pasean las personas por lascalles y abren una manguera para podersaciar su sed cuando se vuelve insopor-table: podran enfermar con demasiadafacilidad. El agua embotellada es su ni-ca opcin y quien la vende es la mismaempresa que se apoder de sus aguas, aprecios ridculos. Una botella de agua enVeracruz puede costar lo mismo que unacerveza de Femsa.

    A ocho kilmetros de Xalapa, entremontaas y valles se encuentra Coatepec,

    famoso por su caf de altura. Existe la bro-ma entre sus habitantes de que cuando setoma el camin de Xalapa haca el peque-o pueblito, uno puede saber que la para-da se acerca porque se empieza a percibirel aroma a caf tostado en las cafeterasy es cierto. En cada calle del centro sepueden encontrar al menos tres o cuatrocafeteras por cuadra. Las fincas de caf ro-dean la zona y los cafetaleros son personasrespetadas y reconocidas por su trabajo. Elcaf, adems del turismo, es su principalfuente de ingreso.

    Javier, un hombre mayor de 60 aos,trabaja en el Museo del Caf,que tambinfunciona como finca de cultivo que per-teneciente a la familia Apan, reconocidapor tener un caf de calidad. Javier hatrabajado toda su vida en torno al caf yprobablemente as morir. Su hijo, sin em-bargo, trabaja para Coca Cola. La empresase acaba el agua, pero al menos da trabajo,

    observa Javier.Cuauhtmoc Apan, su jefe, se muestrade acuerdo con l pero es ms atinado y di-recto a la hora de sealar la falta de aguade la regin: Cmo puede ser posible quesiendo Veracruz tan rico en agua, el aguaque reciben para uso humano deba de serllevada desde Puebla?, medita recargadoen la pared en las afueras de su casa, queal igual que el resto de los domicilios en lazona, se encuentra rodeada de plantas ver-des. Es preferible que falte agua para riegoy ganadera, que para uso humano. Y esoes lo que pasa aqu.

    Poco ms de 500

    trabajadores serenen todos losdas bajo el solrabioso del verano yrealizan diferentestareas: se montansobre mquinasque excavan elterreno, acomodany reacomodanlas altas vigas

    que soportarn laconstruccin delestadio, rellenande concreto loscimientos

    Foto: Vctor Hugo Valdivia

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    4/16

    _Crnica Regional4

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    POR DIEGO ENRIQUE OSORNO

    FOTOGRAFA POR RODRIGO VZQUEZ

    (PARTE I)

    UN VAQUERO

    CRUZA LA FRONTERAEN SILENCIO

    Por qu la frontera noreste que comparte Nuevo Lencon Tamaulipas y Coahuila, no puede hablar?

    Madre arroja la panza de lavaca y salta el agua hir-viente de la olla de peltreazul. Lanza una pequea

    cosa deforme que debe ser la pata de la res.Vienen luego los tomates, el romero, la yer-babuena, el ajo y el organo. Casa tiene unafragancia de especias los nes de semana.Cuando percibo el aroma de ciertos condi-

    mentos naturales suelo recordar la crisis eco-nmica de diciembre de 1994 en Mxico. Pa-dre se levanta temprano y vaca el cocido dela olla en platos de hielo seco. Los mete con

    mucho cuidado en el carro, como si fueranun tesoro recin desenterrado: que no se de-rrame ni una gota, que no se caiga ningunapiedra preciosa, que el menudo, la sopa deestmago, llegue a salvo a su destino.

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    5/16

    5_Crnica Regional

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 de junio al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    Cero

    En Monterrey suele comerse bar-bacoa los domingos, pero los amigos dePadre son amigos de a de veras. Las ma-anas de los domingos de 1995 en lugarde comer barbacoa, prueban el menudoque le compran a Padre.

    Entre semana, Madre mete otrascosas a la olla que siempre parece teneragua hirviendo. Mete pollos, mete arro-ces, mete verduras. Despus Padre losacomoda entre los delgados recipientesy el destino de los platillos ahora quedams cerca que las alejadas casas de susamigos. Va uno para la vecina de jun-to, otro para la de enfrente, para los dela vuelta, para el que se acaba de cam-biar a la cuadra, para la seora enojonaque poncha pelotas de futbol y para lasamigas de Madre, que tambin son susamigas de a de veras.

    La cocina de Casa es la cocina delbarrio. En el noreste de Mxico no hayfondas. No se usa la palabra fonda. PeroCasa es una fonda. Una fonda que ofre-ce servicio de comidas a domicilio. Dehaber tenido un nombre, la fonda sehubiera llamado Comidas Martha.

    El tema de todos los das en la fondaes Casa. S, Casa es al mismo tiempo lafonda, pero Casa es tambin otra cosaque nada tiene que ver con las paredesy los techos entre los que transcurri miinfancia y adolescencia.

    Entonces, la palabra Casa remite aproblema. Casa signica incertidumbre,banco, riesgo, mal, desempleo, pelea y,sobre todo, una extraa y muy agresivapalabra: Hipoteca. Hipoteca es la pala-bra que nadie quiere or, decir, en Casa.

    Alguna avanzada civilizacin delfuturo habr de conseguir borrar esa pa-labra de los diccionarios.

    Pero en aquel ao, la palabra Hi-poteca est ah, en el habla de todos losdas, aunque se pronuncie poco.

    La olla hirviendo de Madre desafaa la palabra Hipoteca, los platos de hie-lo seco de Padre desafan a la palabraHipoteca, sin embargo, en estos tiemposde crisis (se dice que todo por un errorde Diciembre que devalu el peso ymand al cielo las tasas de inters) la

    palabra Hipoteca es muy poderosa. Nose le gana con el aroma del organo nicon amistades de a de veras.

    Para que la palabra Hipoteca nosdeje tranquilos hace falta algo ms.

    Un da To enva 15 mil dlares des-de algn lugar de Estados Unidos. Eseda la palabra Hipoteca pierde una ba-talla y deja en paz a Casa.

    To es un vaquero que cruza la fron-tera en silencio. Se llama GernimoGonzlez Garza.

    Promet que alguna vez relatara suhistoria.

    Uno

    Desmontaron. Amarraron los caba-llos alazanes bajo la sombra del mismorbol. Caminaron. Cada uno con su esco-peta. Hablaban en voz baja con frases par-cas. Ojos negros alertas de Magdaleno y

    ojos caf claro alertas de Gernimo. Mediahora, unos kilmetros despus, no encon-traban a qu animal disparar, no se veaningn alma. Ni siquiera una tarntula.

    El viento caluroso resecaba la vida enel monte.

    Se despegaron para tener ms posibi-lidades de que apareciera la buena suertemientras exploraban. Pas un rato y seoy al fin el primer disparo de la cacera. Elnico disparo. Magdaleno corri a mirarentre el matorral, pero en vez del animalvio tirado el sombrero de Gernimo. Sequed de piedra. La faz se le ensombreci:Gernimo estaba hincado y tena un orifi-cio de bala en el cuello. Sangraba y estira-ba el cuello como un gallo mudo. Muripronto.

    Magdaleno volvi a buscar el caballo.Lo desat y despus fue a entregarlo, juntocon el sombrero y el cadver aun tibio desu mejor amigo. Cont con detalle lo quehaba pasado y dijo que podan hacer conl lo que quisieran. No se trataba de unode esos hombres de mala entraa. La fami-lia Gonzlez desterr a Magdaleno de Sa-binas Hidalgo, Nuevo Len. No se le vol-vi a ver nunca ms. Algunos dijeron quecruz a Estados Unidos por el ro Bravo yluego, luego se colg en un mezquite delrancho ganadero de Texas donde empeza-ba a trabajar como pen.

    Pasaron los aos.El 24 de mayo de 1953, en su casa en

    los alrededores de la terminal camione-ra de Monterrey, Mara de Jess Garzaalumbr a un beb de poco ms de doskilos, con mucho pelo cuando se apare-ci por el mundo, rojo de sangre, y conese fulgor con el que llega cualquier serhumano recin parido. Al beb le corta-ron el ombligo y se lo enterraron cercade donde naci. El padre, GuadalupeGonzlez, estaba contento de que fueravarn. Quera uno para ponerle el nom-bre de Gernimo, como se llam su her-mano muerto de forma trgica por unabala salida del rie de su mejor amigo.

    Dos

    Gernimo gatea unos segundos yluego se desploma. Es un beb vivazque, sin embargo, en ocasiones parece

    distrado. Pasa algo raro y sus padrescreen saber qu es, pero deciden lle-varlo al hospital para enterarse bien.Madrugan y los atiende un mdico delSeguro Social. Examina al beb, le tocala nariz, los sobacos, las piernas, el pene,las manos y los pies hasta detenerse enlas orejas. Habla frente a l con distintostonos, graves y agudos. Despus se poneserio y pide a los paps que vayan a unlaboratorio para que le practiquen estu-dios del odo a Gernimo.

    Diez das despus regresan.El mdico los recibe con la misma

    voz seria de la otra vez. Pero ahora lausa para darles la noticia de que segnlos estudios de audiometra Gernimono escucha ni va a escuchar nunca, quecuando mira las cosas no tiene concien-cia del sonido: es sordo profundo. Todoser para l una pelcula muda. Van atener que hablarle con las manos paraque no se vuelva loco. Como mmica.Le van a mostrar que no hay que co-mer con la boca abierta, o que cuandoquiera beber leche tiene que indicarlocon su manita. Ellos lo harn, el peque-o Gernimo los ver y esperarn a quelos imite. Hay que tener paciencia. Noes cualquier cosa: debern crear un len-guaje propio para comunicarse. As letendrn que ir mostrando la vida.

    Los padres escuchan los consejosdel mdico. Ms o menos saben lo quetienen que hacer. Graciela, otra de sus

    hijas, tambin vino sorda al mundo.Cuando Graciela naci investigaron unpoco y se enteraron de que en la familiaGonzlez hay ms sordos de nacimien-to, por lo menos desde dos generacionesatrs.

    Debido a la sordera profunda, el pe-queo Gernimo tambin ser mudo,no podr usar las cuerdas vocales de sularinge para producir sonidos, aunqueestas no se encuentran daadas. Todaslas personas que nacen sordas no pue-den hablar, porque no conocen ni cono-cern nunca el sonido: es algo que paraellos no existe.

    Si el pequeo Gernimo pudiera or,antes de los dos aos de edad le ocurrirael maravilloso proceso de creacin desu voz. Un da cualquiera empezarana brotar de su boca sonidos escuchadosa su alrededor. La voz surge de la imi -tacin y de un proceso natural que co-mienza con la respiracin, recorre luegolos bronquios y la trquea hasta llegara la laringe, donde las cuerdas vocales(que en realidad no tienen forma deunas cuerdas, sino de unos labios) pro-ducen un sonido que se amplica deacuerdo con la forma particular de cadanariz, boca y lengua.

    Pero la voz del pequeo Gernimo,aunque est dentro de l, permanecerprisionera.

    Tres

    El pap de los pequeos Gernimo

    y Graciela se llama Guadalupe Gonz-lez. Trabaja de lunes a viernes en Tri-lers de Monterrey, S.A. de C.V. La peque-a empresa tiene un galpn en el queatracan todos los das camiones ruido-sos provenientes de Estados Unidos. Enla carga llevan aceitosas transmisionesde coches, equipo mdico obsoleto, ca-bles multicolores descarapelados, tu-bera hidrulica rota, muebles hechospedazos... El trabajo de Guadalupe espesar la chatarra y regatear lo ms quese pueda el pago con los chatarreros.

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    6/16

    _Crnica Regional6

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    La mam de Gernimo y Gracie-la se llama Mara de Jess Garza. Ellatrabaja preparando chorizo rojo quevende en el barrio de Monterrey don-de viven. Antes haban pasado largotiempo en Rancho Nuevo, un ejido deLos Ramones, Nuevo Len, a unos 150kilmetros al norte de la ciudad, dondeconstruyeron una casa principal conadobe, levantaron unos establos de

    madera para el puado de reses y cabri-tos que tenan, y consiguieron lminaspara hacer corrales angostos en los quecriaban cerdos.

    La agricultura no era buena idea.Aunque se trataba de una buena por-cin de tierra que Mara de Jess here-d, esta tena el suelo fracturado, de esosque no se dejan sembrar con facilidad.

    Tras el nacimiento de ms hijos ylas dicultades de la modesta vida ga-nadera, sin fastidio ni iras cultivadas,Guadalupe y Mara de Jess decidieronemigrar a la ciudad, con la esperanzade regresar algn da a Rancho Nuevoy hacerlo funcionar como un autnticorancho.

    Cuatro

    Una vez instalado junto con toda sufamilia en Monterrey, los nes de sema-na, para completar los gastos de la casa,Guadalupe recorre en una camionetapick-up Fordguinda las dos horas de ca-mino a Rancho Nuevo, acompaado porun paisaje solitario, un mezquite aqu,otro por all. Ah mata cerdos que luegocomercia en la ciudad.

    La hoja del cuchillo se mueve condelicadeza sobre la piel rosa recin moja-da con agua hirviente. Los cerdos tienenuna carne blanda y jugosa; la de las hem-bras suele ser dura al momento de morirdebido a que sobreviven un poco msde tiempo porque paren puercos y mspuercos. A Guadalupe, su pequeo hijoGernimo lo ayuda acomodando en unavasija los intestinos que sustrae del ani-mal. La rara ternura del sacricio: el papde Gernimo est tranquilo y concentra-do, no debe daar de ms el estmago delpuerco.

    Los cerdos machos de crianza em-piezan la cuenta regresiva de sus fugacesy montonas vidas en Rancho Nuevocuando llegan a los 90 kilos. A partir de esemomento, que suele equivaler a los seismeses de vida, la muerte est muy cerca,ronda. Que un cerdo viva ms de un aoes tan raro como un eclipse de luna. El ri -tual de su muerte comienza cuando lossacan del corral y se les deja de dar sorgo

    o cualquier otro alimento durante 14 ho-ras. Una vez pasado ese lapso, Guadalupelo deja inconsciente con el golpe de unmazo en el crneo (todava no existen laspistola aturdidoras o pinzas elctricas delas granjas industriales). Tras el golpe, elcuerpo del animal se desploma al instan-te. Un edificio hecho estallar se derrumbaen cmara lenta y un cerdo sacrificado caecomo rayo, compara el pintor John Berger.A uno lo sostienen varillas y cemento, alotro, energa. Despus de que el animalcae de manera sbita, Guadalupe lo des-angra cortndole las venas y las arterias ala altura del cuello. Sangre fluye a borboto-nes hacia una vasija que vigila Gernimo.

    El temperamento en el campo antela sangre no es el mismo que en la ciudad.

    A continuacin, en tan solo unos

    minutos, el cuerpo del animal queda des-membrado, el cerdo ya no tiene cabeza nicola ni patas ni vsceras ni rganos. De he-cho, para ese entonces, ya no se llama cer-do: le dicen canal. Acanallo cuelgan paraque se seque, antes de que sea llevado a laciudad para terminar embolsado como elchorizo rojo que vende Mara de Jess enla colonia Terminal de Monterrey.

    Pero si es el cumpleaos de alguno desus hijos u otra fecha en verdad especial,Guadalupe mata una de las vacas o delos cabritos que comen en los raquticospastizales del rancho. De la panza de la ressale mucha barbacoa y un menudo queles dura varios das y los pone contentos atodos.

    En ocasiones, en lugar de matar a losanimales en Rancho Nuevo, el sacrificiose hace en la casa de Monterrey. No es raroque aparezcan cabritos muertos tendidosen el patio de la pequea vivienda, comosi fueran ropa recin lavada esperando asecarse.

    Cinco

    Los seis hijos de la familia GonzlezGarza son Mara de la Luz, Graciela, Te-resa, Gernimo Guadalupe y Martha.Gernimo es el que colabora ms conlas matanzas animales de los nes de se-mana; sus hermanos estudian y su otratarea es ayudar en la venta del chorizo.Tratan a Gernimo con normalidad. Se

    tuercen para jugar con l al burro balava, corren para las escondidas o brincanla bebeleche. Gernimo pasa as su in-fancia, sin saber el Lenguaje de Seas.Tampoco sus padres ni hermanos. Todala comunicacin que hay es moviendolas manos o haciendo gestos. La voz deGernimo no emite sonido alguno perose ve. En su casa, se usa ese alfabeto delsilencio creado por ellos. Los padres deGernimo no le imponen el mundode los que s oyen, tratan de entenderel suyo. Es una familia normal, alegre,con vitalidad.

    No es raro ver a Gernimo con supantaln de mezclilla ensangrenta-do, despus de pasar todo el da con supadre en el improvisado rastro casero.Matar a un chivo es arduo: primero hay

    que ponerlo quieto, despus enterrarleun cuchillo en la yugular, dejarlo quemuera entre los grititos que lanza, col-garlo para que le escurra todo el chorrode sangre en una vasija, sacarle las tri-pas con las manos y quitarle el pelaje.

    Hay un sbado en que Gernimomata solo, sin ayuda de su padre, los 18chivos que se comern los invitados deuna boda por celebrarse esa misma no-che en Monterrey. Tiene diez aos.

    Seis

    Alguien toc a la puerta cierta no-che del verano de 1965. Guadalupesali a ver. El visitante era un jovenveinteaero que le acerc una tarjetablanca en la que se vean muchas pe-queas manos dibujadas de diferentesformas. Era el abecedario del Lenguajede Seas. Al reverso un mensaje de tex-to: Soy sordomudo. Te pido una coo-peracin para mi escuela. El padre de

    Gernimo sac un poco de morralla yse la dio al muchacho. Guard la tarjetay a la tarde siguiente llev a su hijo a ladireccin que vena en ella.

    La escuela estaba sobre la calzadaMadero, una de las avenidas importan-tes del antiguo Monterrey a la que porlas noches le brillaban elegantes farolasencendidas y la animaba el sonido dela cumbia. El domicilio marcado en la

    tarjeta era una casa grande donde se en-seaba el Lenguaje de Seas, un idiomaque la Enciclopedia Britnica denecomo una especie de escritura de im-genes en el aire. La casona tena pocasventanas, tres habitaciones y un reacomn espaciosa donde se haba acon-dicionado en 1951 la primera escuelapara sordos del noreste de Mxico. Alentrar daba la bienvenida un cartelcon la denicin griega del hombre:zoon lgon jon, animal provisto de lapalabra, as como fotos de un luchadorsordo que por esos aos comparta elcuadriltero, de vez en vez, con El Santoo Blue Demon. Se llamaba El Prisione-ro. Tambin haba imgenes de DavidSordomudo Rodrguez, otro artista delpancracio con una voluntad de hierro,

    aunque menos conocido que El Prisio-nero. El Prisionero era el nombre quehaba elegido Ral Fuentes, nacido consodera en el Distrito Federal el 3 de di-ciembre de 1936, para dedicarse a la lu-cha libre profesional.

    En los 70, El Prisionero abando-n los cuadrilteros y se convirti enun intelectual sordo mexicano. RalFuentes escribi una decena de librossobre el Lenguaje de Seas nacional yse dedic al teatro y a la pintura. Porsu trabajo dramatrgico fue premiadoy reconocido, sobre todo en Noruegay Dinamarca, donde las redes escan-dinavas de sordos lo recibieron comouno de los ms grandes artistas sordoslatinoamericanos. Por lo menos 20seas del Lenguaje Mexicano fueroninventadas por l, un luchador espiri-tiutico que acab siendo el pez guaen las turbulentas navegaciones de lacomunidad sorda mexicana que trata-ba de abrirse paso.

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    7/16

    7_Crnica Regional

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    SieteLa escuela de la calzada Madero es-

    taba aliada a la Agrupacin Mexicanade Sordo-Mudos, A.C. Su smbolo erauna ardilla. El movimiento incesantede las manos del simptico roedor comenueces le pareci al profesor Abel Sauzasimilar al de los sordos durante sus tertu-lias, y por ello se emple como logotipo.Fue el profesor Sauza quien involucr aGernimo en las actividades de la escue-la. El lugar funcionaba al mismo tiempocomo agencia de trabajo. Los jvenes sor-dos que recorran los populosos barriosregiomontanos pidiendo dinero parala escuela estaban atentos por si vean ams sordos y los invitaban a integrarsea la naciente comunidad que trataba deorganizarse, convencindolos a ellos o asus familiares de que sus vidas podanestar sujetas a un destino mayor.

    Entre otras actividades, los estu-diantes sordos, una vez que aprendana comunicarse con el Lenguaje de Seas,formaban equipos de futbol y competanen torneos amateurs, o bien, salan engrupo a conocer otras ciudades de Mxi-co en las que vendan llaveros, plumas o

    juguetes que ofrecan junto con tarjetascon frases con seas, como Te quiero

    (mano derecha con dos dedos dobladosque hacen una especie de cuernos y secoloca en el pecho, a la altura del cora-zn) o Dios te bendiga (mano izquierday mano derecha simtricas en forma decuernos).

    Los profesores presentaban estosviajes a los padres como una forma deintegrar a sus alumnos con el mundo,aunque incluan una lgica mercantil,ya que una parte de las ventas iba para laescuela y otra, menor, se la quedaban lospropios jvenes sordos emprendedores.

    No se trataba de lobos detrs de unrebao de ovejas. Era en verdad un pro-yecto solidario.

    Ocho

    Gernimo hizo su primer viaje fuerade Nuevo Len a los 14 aos, como partede los tours de trabajo organizados en laEscuela de la calzada Madero. Fue comoir a otro planeta: el asfalto interminablede la hinchada urbe del Distrito Fede-ral contrastaba con el terregal en el quehaba crecido, tanto en Rancho Nuevocomo en Monterrey. Ah pas cuatromeses. Hizo visitas cortas a Guanajua-to, Puebla y Aguascalientes. Conoci asordos chilangos que tenan fama de serabusivos con los de provincia, pero algu-nos se convirtieron en buenos amigosdurante el tiempo que pas en la capital.Particip en una protesta en la que seexiga cesar la discriminacin de los sor-dos mexicanos y se demandaba proveerde mayor apoyo econmico a la Escue-la Nacional de Sordos. Le toc estar en

    la vanguardia de la manifestacin quecomenz en la Alameda, a la altura delMausoleo a Benito Jurez, y que siguihacia la calle Madero, por el Sanborns delos Azulejos, hasta llegar al Zcalo.

    La Escuela Nacional de Sordos fuefundada en 1867 por el maestro sordofrancs, Edouard Huet. Se trata de unainstitucin muy importante en la his-toria de los sordos latinoamericanos.

    En la hemeroteca de la Universi-dad de La Habana hay un ejemplar dela Revista Universal de Poltica, Litera-tura y Comercio, fechado el 30 de no-viembre de 1875, en el cual aparece unacrnica titulada: Escuela Nacional deSordomudos de Mxico. El autor quela conoci a nales del siglo XIX, es JosMart, y el artculo que escribi, tras lavisita, comienza as:

    Las sombras tienen sus poemas, elespritu sus conmociones, y la compa-sin sus lgrimas. Todo esto se siente,y muchas cosas se aman, ante esosseres abrazados por su propia luz, sinsentidos con que transmitirla, ni apti-tudes para recibir el calor vivifcantede la ajena. Nacidos como cadveres,el amor los transforma, porque la en-seanza a los sordomudos es una subli-me profesin de amor. Se abusa de estapalabra sublime; pero toda ternura essublimidad, y el sordomudo enseado

    es la obra tenaz de lo tierno. La pacien-cia esquisita, el ingenio excitado, lapalabra suprimida, elocuente el gesto,vencido el error de la naturaleza, y ven-ceder sobre la materia torpe el espiritubenvolo, por la obra de la calma y dela bondad. El profesor se convierte enla madre: la leccin ha de ser una ca-ricia; todo nio lleva en s un hombredormido; pero los sordomudos estnencerrados en una triple crcel per-petua. Inevitablemente las lgrimasse agolpaban a los ojos en el examende sordomudos de antier. Hay en la

    escuela un nio, Labastida, de cabellosnegros y brillantes, con los ojos vivacesde candor, la frente espaciosa, la bocasonriente, la expresin dcil y franca.Escriba con notable rapidez defnicio-nes de ciencias; llenaba su pizarra ve-lozmente; peda ms que hacer cuandolos dems no haban concluido todava.Labastida tiene doce aos, y como la luzde su alma est comprimida, lleva todala luz en su rostro, y su cara infantil eshermosa, animada y brillante. Seduceese nio: invita a abrazarlo. A su ladotrabajaba Ponciano Arriaga, hijo delhombre ilustre que incrust princi-pios de oro en la hermosa Constitucinmexicana. Arriaga cumplir prontodieciocho aos. Tiene todos los cono-cimientos de la instruccin primaria;

    expresa fcilmente los pensamientosque concibe; estudia botnica bajo lahbil direccin de Mr. Huet; resuelveproblemas complicados de aritmticasuperior; dibuja con pureza de contor-nos, y con delicadeza y morbidez desombras. Tiene la frente espaciosa, ycomo que desciende en ademn pensa-tivo sobre sus ojos pequeos y anima-dos: su nariz aguilea y sus labios fnosrevelan una distincin natural. Dicenque Arriaga tiene una extraordinariafacilidad de comprensin; y en verdad,aquella frente parece hecha para so-portar graves pensamientos. Otro nioresuelve, al lado de stos, problemasde aritmtica, con rapidez que aun ennios dotados de todos sus sentidos lla-mara la atencin. Es Luis Gutirrez el

    alumno ms aventajado en clculo. Sufrente voluminosa se levanta en curvadesde sus ojos investigadores y severoshasta su cabello abundante y rizado. Esun nio grave, en que se presiente alhombre.

    Sin quererlo, somos injustos.Gernimo fue slo un par de veces a la

    Escuela Nacional de Sordos, a reunionesconvocadas por el grupo con el que llega la capital. Su viaje al Distrito Federal es-taba lejos de las aulas y de tener como ob-

    jetivo el recibir la enseanza de los sordo-mudos, esa sublime profesin del amor.

    El Monumento a la RevolucinMexicana era el sitio preferido por Ger-nimo para vender llaveros. Los turistas seportaban generosos, sobre todo los parro-quianos vespertinos de las cantinas aleda-as. En cambio, en las oficinas vecinas dela Direccin Federal de Seguridad (DFS),si bien estaban especializados en hacerhablar a la gente que era detenida bajosospecha de oponerse al gobierno, la ven-dimia era poca.

    Antes de regresar del Distrito Federala Monterrey, el grupo viaj a Guadalajarapor unas semanas. Gernimo decidi ah

    que se ira de mojado a Estados Unidos.

    Nueve

    Hay una foto Polaroid de mi to Ger-nimo, tomada en los 70, en la que se le veel aire de forastero con el que dio sus pri-meros pasos en Estados Unidos. Apareceen una casa en construccin en pleno va-lle de Texas. Trae puestos un pantaln demezclilla y una camisa blanca. Listo paratrabajar. Parece que lo har con una son-risa: es un moreno flaco del que resaltan elpelo largo, oscuro y brilloso, as como unbigote que apenas asoma entre sus grue-sos labios.

    En 1969, Gernimo cruz por prime-ra vez la frontera junto con sus amigosLeobardo y Germn, a quienes conoci enel viaje a Guadalajara. Llegaron a Laredo,en la bsqueda de trabajos de albailera ode lo que hubiera para unos muchachossordos de 16 aos. No encontraron tantasoportunidades y las pocas que haba selas daban a migrantes mexicanos oyen-tes. Entonces se fueron de aventn a SanAntonio, la ciudad ms catlica de Texas,mucho ms poblada y a tan slo dos horasde distancia. Empezaron a vender llaverosen el Downtown. Semanas despus, setoparon con un grupo de sordos texanosa los que no les agradaba la idea de tenercompetencia de vendedores mexicanos.Los texanos les hicieron la vida imposible,retndolos a golpes y amedrentndoloshasta que lograron que La Migra los de-portara.

    Entre ese momento y 1971, los detu-vieron y deportaron unas cuantas veces.Pero en ese tiempo era comn que unmexicano fuera y viniera al otro lado sintanto problema. No se hablaba de instalarmuros, ni de rancheros armados para vigi-lar las rutas de los migrantes en busca detrabajo ni de hacer visas lser. La fronteraentre Mxico y Estados Unidos era un vas-to y movedizo territorio de personas.

    En una de las deportaciones, Gerni-mo, Germn y Leobardo no fueron a dara Nuevo Laredo, Tamaulipas, sino hastaCiudad Jurez, Chihuahua, frontera con

    El Paso, Texas. Vagaron unos das en elcentro, cerca de bares famosos como elKentucky, donde haba parroquianos queafirmaban haber visto emborrachndosea Marilyn Monroe con Al Capone. Luegoconsiguieron un aventn a Monterreycon un trailero. Los paps de Gernimohaban dejado de tener noticias de su hijodurante un buen rato y reaccionaronemocionados cuando lo vieron regresar ala casa cercana de la terminal de autobu-ses de Monterrey. Trataron de convencer-lo de que se fuera a Rancho Nuevo a ha-cer vida de vaquero, algo que saban que

    le gustaba tanto como viajar. Pero por esosaos hubo sequa y con sequa, por ms da-divosa que sea la buena fama que en ge-neral tiene la vida del campo, no se puedesembrar ni criar ganado y por lo tanto, nose puede vivir.

    Adems, Gernimo miraba con ao-ranza los das en Estados Unidos. Se ha-ba dado cuenta de que all poda tenerempleos que nunca tendra de este lado,y haba visto que los sordos estadouni-denses hacan cosas tan sencillas que, porla discriminacin, parecan increbles enMxico, como conducir un coche.

    Gernimo era un migrante que noslo buscaba salir de la pobreza. Tambinle interesaba vivir.

    Diez

    Mientras decida qu hacer con suvida hora que era mayor de edad, Ger-nimo fue a tramitar su cartilla de servicioa la ocina de reclutamiento de la spti-ma Zona Militar en Monterrey. El 13 deagosto de 1971, el teniente coronel deinfantera, Alejandro Snchez Martnez,determin as su situacin ante la miliciamexicana:

    Jernimo [sic] Gonzlez Garza, se en-cuentra INTIL para el Servicio MilitarNacional, por padecer: -SORDOMUDEZ[sic], enfermedad registrada en la Tablade Enfermedades y Defectos Fsicos ane-xa a la Ley del Servicio Militar Nacional,con el nmero 8, perteneciente al GrupoC, segn Certicado Mdico expedido

    por el Hospital Militar Regional de estaPlaza. De conformidad con el Ocio Su-perior 21935 de fecha 6 de julio de 1948,LOS INTILES NO ESTN OBLIGADOSA VISAR SUS CARTILLAS.

    Semanas despus, Gernimo volvia cruzar la frontera. Sali de la casa de suspadres con unos tacos de harina que leprepar su mam, Mara de Jess, para elcamino, y con la decisin de no volver aMxico en un buen rato.

    Ahora el viaje sera ms all, muchoms all de ese antiguo territorio de Mxi-co que ahora se llama Texas.

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    8/16

    8 _Crnica RegionalDel 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    Once

    Fue un viaje de varios das, muy lento,por el caluroso noroeste mexicano. Ger-nimo, acompaado de nuevo por Leobar-do y Germn, viaj en autobs de Monte-rrey a Torren, Coahuila, de ah a CiudadJurez y as hasta llegar a Tijuana, por lascarreteras rectas de Sonora, a largos ratosdesoladas. Por Tijuana cruz a California.Los tres iban a Los ngeles atrados poruna noticia que les haba llegado de bue-na fuente: all estaba un grupo de jvenessordos mexicanos bien instalado, que or-ganizaba caravanas por todo Estados Uni-dos. Una especie de comuna mvil, muyad hoccon el momento hippie enmarca-do por la guerra de Vietnam.

    La historia result cierta. Apenas lle-garon, la comuna los acogi y en pocotiempo estaban viajando en vans desven-cijadas, primero por ciudades y pueblosdel oeste estadounidense, luego atrave-

    saron el pas, hasta que llegaron a NuevaYork. Eran unos jvenes felices, de rostrosbarbados como revolucionarios cubanos,que viajaban apretujados y miraban dereojo, por las ventanillas, su nuevo pas,mientras conversaban con las manos ycon algaraba.

    Algunas veces los diriga un sordopionero que ya haba estado antes en elpueblo o en la ciudad visitada. l indicabaa qu lugar haba que ir a dormir hechosbola y en qu zona vala la pena ponersea vender artilugios o buscar algn trabajode campo, comercial, incluso industrial,si es que se los daban. Permanecan ciertotiempo y despus emprendan la marchade nuevo.

    Algunos sordos del grupo conse-guan buenos empleos en maquiladorasy abandonaban la caravana, pero eran losmenos. Los sordos sin papeles competancon los obreros estadounidenses y con losobreros migrantes, tambin sin papeles,pero oyentes. Llevaban la de perder.

    Aunque la venta de juguetes en pla-zas y parques pblicos era su actividadprincipal, Gernimo sola conseguir tra-bajos como albail, carpintero o tablajero.Otras veces, ninguno de los viajeros cono-ca el sitio recin arribado, pero llevabanconsejos de otros sordos mexicanos quehaban pasado por ah: los lugares que te-nan que evitar porque haba vendedoressordos estadounidenses; o bien, a cules

    ir porque encontraran gente dispuesta adarles un dlar a cambio de un artilugioy un carioso mensaje en Lenguaje deSeas.

    Luego reanudaban el viaje en buscade un nuevo sitio donde aterrizar. Si lesiba bien, enviaban dinero a sus padres, o asus hijos, o se compraban ropa bonita, o sedaban una buena comilona. La caravanatambin iba dejando sordos cansados, quese frustraban y caan en el alcoholismo, oque desaparecan con sus hombros heri-dos de viajeros. No se volva a saber msde ellos.

    Gernimo, Germn y Leobardo eranfelices viajando. En sus andanzas se re-lacionaban, sobre todo, con otros sordos,pero tambin conocan migrantes mexi-canos oyentes, desplazados de Oaxaca,Puebla y Guerrero. Si haba modo, Ger-nimo platicaba con ellos sobre la siembra,con la idea de volver un da a Mxico atrabajar las tierras yermas de su familia, enRancho Nuevo.

    Hubo un momento en que la carava-na se detuvo y cada quien se instal porsu cuenta. Gernimo regres a San Anto-nio, tras enamorarse en Atlanta. Leobar-do tambin se instal en tierras texanas,mientras que Germn prefiri Carolinadel Norte. La relacin entre los tres perma-neci firme.

    Gernimo, una vez instalado en SanAntonio, regres a Monterrey, en un via-

    je relmpago, por Graciela, su hermanasorda, para incluirla tambin en el sueoamericano.

    Doce

    Gernimo no se rob a su hermanaGraciela, pero la familia no estaba segura

    de que fuera correcto que una joven sordapartiera a Estados Unidos, as noms, a laaventura, aunque fuera con su hermano.En Monterrey, Graciela se dedicaba a co-ser vestidos para fiestas de quinceaos ybodas.

    Guadalupe y su esposa Mara de Jessdespidieron a su hija Graciela con el ceofruncido. Graciela se fue a Estados Unidosy con el paso del tiempo se enamor deGermn. Se cas con el amigo de su herma-no Gernimo y ambos hicieron su vida enCarolina del Norte. De llevar una vida en-claustrada entre telas y vestidos, Graciela

    se convirti en una autntica nmada quele ha dado ms de una vuelta completa aEstados Unidos, vendiendo llaveros y ju-guetes.

    A diferencia de Gernimo, Gracielanunca ha dejado de recorrer el pas ha-ciendo ese trabajo. Ahora se enfoca en loseventos de la Serie NASCAR (National As-sociation for Stock Car Auto Racing), unaorganizacin estadounidense que organi-za las carreras de automviles de serie msconcurridas del pas.

    Trece

    Pasaron diez aos para que Gerni-mo, Germn y Leobardo regularizaran susituacin migratoria. A principios de los80 se beneficiaron de leyes especiales ydejaron de ser indocumentados en Esta-dos Unidos, sombras fugitivas. Gernimoadquiri la ciudadana estadounidensedespus de que se cas con su actual es-posa, Ana, a la que durante la gira hippieconoci en Atlanta, en una fiesta celebra-da en una discoteca exclusiva para sordos.Ana, rubia, de cuerpo atltico y sorda denacimiento, tuvo una educacin distintaa la de Gernimo y aprendi desde nia ahablar el Lenguaje de Seas. La comunica-cin entre ambos se dio rpidamente por-que Ana hablaba muy bien el Lenguajede Seas Mexicano.

    Podra pensarse que hay un soloLenguaje de Seas para todos los sordosdel mundo, pero no es as. Hay bastantesdiferencias entre el de un pas y otro. Lossordos gringos hablan el Ameslan (Ame-rican Signal Language), donde cada letratiene una representacin particular conlas manos, y varios movimientos forman

    una palabra y muchos ms una oracin.El de los sordos mexicanos, adems, cuen-ta con su propio cal regional: un sordo re-giomontano no habla igual que un sordomaya.

    En los 70 y 80, los sordos migrantesmexicanos se estaban beneficiando de unmovimiento de orgullo sordo estadouni-dense que reivindicaba la Lengua de Se-as, aunque esto Gernimo no lo supoporque su vida de migrante estaba lejos delmovimiento intelectual sordo americano.Por esos aos se promovieron en EstadosUnidos obras de teatro, libros, programas

    de televisin y pelculas. En Star Trek, elactor sordo Howie Seago interpretaba a unembajador de otro planeta que era sordoy hablaba por seas. En Broadway se pre-sent con xito Hijos de un dios menor, di-rigida a un pblico sordo. La cspide fue lallamada revolucin de los sordos que con-sigui que la Universidad Gallaudet, enWashington, se convirtiera en una escuelade altos estudios exclusiva para sordos.

    De lo que s se dio cuenta Gernimodurante aquella vida nmada que durcasi todos los 70, fue que era posible cam-biar la vida, incluso la de un sordo no riconacido en Mxico. Cuando Gernimo lle-g al otro lado era un ilegal, pero eso eramenos dramtico que lo que le pasaba enMxico, donde la discriminacin hacaque algunos lo consideraran un imbcil.

    Catorce

    Es abril de 1991. Gernimo ya no esnmada, se ha establecido en San Anto-nio, Texas con sus dos hijos y su esposaAna, aunque en este momento est enel corral del rancho de Los Ramones,entre vacas y becerros que dan vueltasen crculo, mugen o estornudan estent-reamente con el sol de frente. Gernimolaza una vaca. Otros dos vaqueros, unprimo con bigote de morsa y un sobrinobarbado, ayudan a Gernimo para quele ponga en la cadera su sello mientras elanimal est apersogado: las tres inicialesde su nombre. La vaca se cae y Gernimo,lentamente, deja que le caiga el ardientetrinche de fierro con las letras G. G. G. Lavaca se queda callada. No emite sonido al-guno. Ya qued marcada. Ahora sigue un

    becerro de ojos salvajes, despus otra vacainexpresiva. Ser una larga tarde. Mara, lahermana mayor de Gernimo, graba el ri-tual ranchero con una cmara de formatoVHS. Una toma montona, abierta, en laque no dejan de caer vacas y un vaquerosilencioso las marca con su fierro ardiente.

    A partir de 1991, Gernimo empieza acumplir su sueo de ir ms seguido a M-xico, de hacer la vida de vaquero que encierta forma tuvo que posponer a causa desus viajes por Estados Unidos. Quiere darlevida al rancho de sus padres.

    Continuar en el siguiente Nmero...

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    9/16

    99

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    No tiene mar. Tiene tierra agria,planicies con llagas, ecos de-siertos, msica con un comps en dostiempos, un lenguaje orgnico muypeculiar, una estela de salitre y rbolesa prueba de los ms temibles calores ydecenas de brechas. Por una de ellas sellega al rancho de Gronimo GonzlezGarza.

    Ubicado en Los Ramones, NuevoLen, la taca de Gronimo se transfor-ma en el destino ltimo al que llega alnal de todos sus viajes. Bordando unasimilitud con el Ulises de la Odisea deHomero, ese poema pico que narra elregreso a casa del Rey de taca, tras ga-nar la guerra a los troyanos.

    Gernimo, vaquero, migrante, sor-do y nmada, luego de librar variasbatallas vuelve a su rancho para en-contrarse con un recuerdo de felicidad.Seguramente no pis pases en dondecomen or de loto que hace olvidar lascosas, ni con Cclopes amenazantes omagas llamadas Circe que convertan alos hombres en animales, como las quecruz Ulises el Rey de taca, pero, antesde volver a su tierra-sangre, Gronimoha superado y supera otras batallas parallegar cada vez que puede cruzando lafrontera, a su casa, su origen, su inicio-todo.

    El cine es verdad y eso me ha moti-vado a contar la vida de Gronimo a tra-vs de un ejercicio flmico documental.La historia es una historia viva que tie-ne que conocerse en otros escaparates.

    El documental que preparo tiene quever, entre otros prismas, con un ejeque involucre a la comunidad sorda.Si bien hay esfuerzos importantes deincluir, atender y acceder a los espa-cios de dicha comunidad, nos intere-sa que sirva esta historia de vida paraque no se repitan errores. Las fronte-ras que cruza Gronimo son innitasy nicas. Quiero que se conozca lahistoria de un hombre que cambia elentorno de una hermosa y amorosaconguracin.

    Conoc en persona a Gronimouna primavera calurosa, entre los rit-mos del norte y el olor a carne asada.No es un hombre comn, es muy so-litario, y su cario como buen norte-o, lo demuestra de una manera muydiscreta. Estoy muy agradecida por laoportunidad de abrirme no slo sucasa, su familia y su vida, sino tam-bin su corazn. Estoy feliz de traba-

    jar en este proyecto infrarrealista ydocumental.

    Gronimo dice te quiero cuandopone maz dulce como carnada paraque veamos venados fuera de sucasa en Natalia, Texas. O cuando per-mite que lo sigamos en sus jornadasde trabajo o en su viaje cruzando lafrontera; cuando te permite conocersus cosas ms privadas y de las quepoco expone. Gronimo es un granvaquero que ama la naturaleza yque slo reacciona al da luego detres tazas de caf.

    La taca de GronimoPOR ALICIA CRDENAS

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    10/16

    10

    elbarrioantiguo.c

    om

    _Crnica InternacionalDel 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    Cmo se asfxia a un pueblo sin tirar un caonazo?

    LA VIDA EN CUBADURANTE EL BLOQUEO

    A

    quella noche, la primera del blo-queo, haba en Cuba unos 482,560automviles, 343,300 refrigerado-res, 549,700 receptores de radio,

    303,500 televisores, 352,900 planchas elctricas,286,400 ventiladores, 41,800 lavadoras autom-ticas, 3,500,000 relojes de pulsera, 63 locomoto-ras y 12 barcos mercantes. Todo eso, salvo los re-lojes de pulso, que eran suizos, haba sido hechoen los Estados Unidos.

    Al parecer, haba de pasar un cierto tiempo antesde que la mayora de los cubanos se dieran cuentade lo que signicaban en su vida aquellos nmerosmortales. Desde el punto de vista de la produccin,Cuba se encontr de pronto con que no era un pasdistinto sino una pennsula comercial de los EstadosUnidos. Adems de que la industria del azcar y eltabaco dependan por completo de los consorciosyanquis, todo lo que se consuma en la isla era fabri-cado por los Estados Unidos, ya fuera en su propioterritorio o en el territorio mismo de Cuba.

    POR GABRIEL GARCA MRQUEZ

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    11/16

    11_Crnica Internacional

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    La Habana y dos o tres ciudades msdel interior daban la impresin de la feli-cidad de la abundancia, pero en realidadno haba nada que no fuera ajeno, desdelos cepillos de dientes hasta los hotelesde 20 pisos de vidrio del Malecn. Cubaimportaba de los Estados Unidos casi 30mil artculos tiles e intiles para la vidacotidiana. Inclusive los mejores clientesde aquel mercado de ilusiones eran losmismos turistas que llegaban en el Fe-

    rry boat de West Palm Beach y por el SeaTrain de Nueva Orlens, pues tambinellos preferan comprar sin impuestos losartculos importados de su propia tierra.Las papayas criollas, que fueron descu-biertas en Cuba por Cristbal Coln desdesu primer viaje, se vendan en las tiendasrefrigeradas con la etiqueta amarilla de loscultivadores de las Bahamas. Los huevosartificiales que las amas de casa despre-ciaban por su yema lnguida y su saborde farmacia tenan impreso en la cscarael sello de fbrica de los granjeros de Ca-rolina del Norte, pero algunos bodegue-ros avispados los lavaban con disolventey los embadurnaban de caca de gallinapara venderlos ms caros como si fuerancriollos. No haba un sector del consumoque no fuera dependiente de los EstadosUnidos. Las pocas fbricas de artculos f-

    ciles que haban sido instaladas en Cubapara servirse de la mano de obra barataestaban amontonadas con maquinariade segunda mano que ya haba pasadode moda en su pas de origen. Los tcnicosmejor calificados eran norteamericanos, yla mayora de los escasos tcnicos cubanoscedieron a las ofertas luminosas de suspatrones extranjeros y se fueron con ellospara los Estados Unidos. Tampoco habadepsitos de repuestos, pues la industriailusoria de Cuba reposaba sobre la base deque sus repuestos estaban slo a 90 millas,y bastaba con una llamada telefnica paraque la pieza ms difcil llegara en el prxi-mo avin sin gravmenes ni demoras deaduana.

    A pesar de semejante estado de de-pendencia, los habitantes de las ciudades

    continuaban gastando sin medida cuan-do ya el bloqueo era una realidad brutal.Inclusive muchos cubanos que estabandispuestos a morir por la Revolucin, y al-gunos sin duda que de veras murieron porella, seguan consumiendo con un alboro-zo infantil. Ms an: las pioneras medidasde la Revolucin haban aumentado deinmediato el poder de compra de las clasesms pobres, y estas no tenan entonces otranocin de felicidad que el placer simple deconsumir. Muchos sueos aplazados du-rante media vida y aun durante vidas en-teras se realizaban de pronto. Slo que lascosas que se agotaban en el mercado noeran repuestas de inmediato, y algunas noseran repuestas en muchos aos, de modoque los almacenes deslumbrantes del mesanterior se quedaban sin remedio en lospuros huesos.

    Cuba fue por aquellos aos inicialesel reino de la improvisacin y el desor-den. A falta de una nueva moral quean habr de tardar mucho tiempo paraformarse en la conciencia de la pobla-cin el machismo Caribe haba encon-trado una razn de ser en aquel estadogeneral de emergencia.

    El sentimiento nacional estaba tan al-borotado con aquel ventarrn inconteni-ble de novedad y autonoma, y al mismotiempo las amenazas de la reaccin heridaeran tan verdaderas e inminentes, quemucha gente confunda una cosa con laotra y pareca pensar que hasta la escasezde leche poda resolverse a tiros. La impre-sin de pachanga fenomenal que suscita-ba la Cuba de aquella poca entre los visi-tantes extranjeros, tena un fundamento

    verdico en la realidad y en el espritu delos cubanos, pero era una embriaguez ino-cente al borde del desastre.

    En efecto, yo haba regresado a LaHabana por segunda vez a principios de1961, en mi condicin de corresponsalerrtil de Prensa Latina, y lo primero queme llam la atencin fue que el aspectovisible del pas haba cambiado muy poco,pero que en cambio la tensin social em-pezaba a ser insostenible. Haba voladodesde Santiago hasta La Habana en unaesplndida tarde de marzo, observandopor la ventanilla los campos milagrosos

    de aquella patria sin ros, las aldeas polvo-rientas, las ensenadas ocultas, y a todo lolargo del trayecto haba percibido sealesde guerra. Grandes cruces rojas dentro decrculos blancos haban sido pintadas enlos techos de los hospitales para ponerlosa salvo de bombardeos previsibles. Tam-bin en las escuelas, los templos y los asi-los de ancianos se haban puesto sealessimilares. En los aeropuertos civiles deSantiago y Camagey haba caones anti-areos de la Segunda Guerra Mundialdisimulados con lonas de camiones decarga, y las costas estaban patrulladas porlanchas rpidas que haban sido de recreo

    y entonces estaban destinadas a impedirdesembarcos. Por todas partes se vean es-tragos de sabotajes recientes: caaveralescalcinados con bombas incendiarias poraviones mandados desde Miami, ruinasde fbricas dinamitadas por la resistenciainterna, campamentos militares improvi-sados en zonas difciles donde empezabana operar con armamentos modernos yexcelentes recursos logsticos los prime-ros grupos hostiles de la revolucin. En elaeropuerto de La Habana donde era evi-dente que se hacan esfuerzos para que nose notara el ambiente de guerra, haba unletrero gigantesco de un extremo a otro dela cornisa principal: Cuba, territorio librede Amrica. En lugar de los soldados bar-budos de antes, la vigilancia estaba a cargode milicianos muy jvenes con uniformeverde olivo, entre ellos algunas mujeres,y sus armas eran todava las de los viejosarsenales de la dictadura. Hasta entoncesno haba otras. El primer armamento mo-derno que logr comprar la Revolucina pesar de las presiones contrarias de losEstados Unidos haba llegado de Blgicael 4 de marzo anterior, a bordo del barcofrancs Le Coubre, y este vol en el muellede La Habana con 700 toneladas de armasy municiones en las bodegas por causade una explosin provocada. El atentadoprodujo adems 75 muertos y 200 heridosentre los obreros del puerto pero no fue rei-vindicado por nadie, y el gobierno cubanolo atribuyo a la CIA. Fue en el entierro delas vctimas cuando Fidel Castro proclamla consigna que habra de convertirse en ladivisa mxima de la nueva Cuba: Patria oMuerte. Yo la haba visto por primera vez

    en las calles de Santiago, la haba visto pin-tada a brocha gorda sobre los enormes car-teles de propaganda de empresas de avia-cin y pastas dentfricas norteamericanasen la carretera polvorienta del aeropuertode Camagey, y la volv a encontrar repeti-da sin tregua en cartoncitos improvisadosen las vitrinas de las tiendas para turistasdel aeropuerto de La Habana, en las an-tesalas y los mostradores, y pintada conalbayalde en los espejos de la peluqueray con carmn de labios en los cristales delos taxis. Se haba conseguido tal grado desaturacin social, que no haba ni un lugar

    ni un instante en que no estuviera escritaaquella consigna de rabia, desde las pailasde los trapiches hasta el calce de los docu-mentos oficiales, y la prensa, la radio, y latelevisin la repitieron sin piedad durantedas enteros y meses interminables, hastaque se incorpor a la propia esencia de lavida cubana.

    En La Habana, la fiesta estaba en suapogeo. Haba mujeres esplndidas quecantaban en los balcones, pjaros lumi-nosos en el mar, msica por todas partes,pero en el fondo del jbilo se senta elconflicto creador de un modo de vivir yacondenado para siempre, que pugnaba

    por prevalecer contra otro modo de vivirdistinto, todava ingenuo, pero inspiradoy demoledor. La ciudad segua siendo unsantuario de placer, con mquinas de lo-tera hasta en las farmacias y automvilesde aluminio demasiado grandes para lasesquinas coloniales, pero el aspecto y laconducta de la gente estaba cambiandode un modo brutal. Todos los sedimentosdel subsuelo social haban salido a flote,y una erupcin de lava humana, densa yhumeante, se esparca sin control por losvericuetos de la ciudad liberada, y conta-minaba de un vrtigo multitudinario has-ta sus ltimos resquicios. Lo ms notableera la naturalidad con que los pobres sehaban sentado en la silla de los ricos enlos lugares pblicos. Haban invadido losvestbulos de los hoteles de lujo, comancon los dedos en las terrazas de las cafete-ras del Vedado, y se cocinaban al sol en laspiscinas de aguas de colores luminosos delos antiguos clubes exclusivos de Siboney.

    El cancerbero rubio del hotel Haba-na Hilton, que empezaba a llamarse Ha-bana Libre, haba sido reemplazado pormilicianos serviciales que se pasaban elda convenciendo a los campesinos deque podan entrar sin temor, ensen-doles que haba una puerta de ingreso yotra de salida, y que no se corra ningnriesgo de tisis aunque se entrara sudandoen el vestbulo refrigerado. Un chverelegtimo del Luyan, retinto, y esbelto,con una camisa de mariposas pintadas yzapatos de charol con tacones de bailarnandaluz, haba tratado de entrar al revspor la puerta de vidrios giratorios del ho-tel Riviera, justo cuando trataba de salir

    la esposa suculenta y emperifollada deun diplomtico europeo. En una rfagade pnico instantneo, el marido quela segua trat de forzar la puerta en unsentido mientras los milicianos azoradostrataban de forzarla desde el exterior ensentido contrario. La blanca y el negro sequedaron atrapados por una fraccin desegundo en la trampa de cristal, compri-midos en el espacio previsto para una solapersona, hasta que la puerta volvi a girar,y la mujer corri confundida y ruborizada,sin esperar siquiera al marido, y se me-ti en la limusina que la esperaba con la

    puerta abierta y que arranc al instante.El negro, sin saber muy bien lo que habapasado, se qued abochornado y trmulo.

    Coo! Suspir Ola a ores!Eran tropiezos frecuentes. Y com-

    prensibles, porque el poder de comprade la poblacin urbana y rural habaaumentado de un modo considerableen un ao. Las tarifas de la electricidad,del telfono, del transporte y de los servi-cios pblicos en general, haban sufridoreducciones drsticas, y se organizabanexcursiones especiales del campo a laciudad y de la ciudad al campo que enmuchos casos eran gratuitos. Por otra par-te, el desempleo se estaba reduciendo agrandes pasos, los sueldos suban, y la Re-

    forma Urbana haba aliviado la angustiamensual de los alquileres, y la educaciny los tiles escolares no costaban nada.Las 20 leguas de harina de marl de lasplayas de Varadero, que antes tenan unsolo dueo y cuyo disfrute estaba reser-vado a los ricos demasiado ricos, fueronabiertas sin condiciones para todo elmundo, inclusive para los mismos ricos.Los cubanos, como la gente del Caribe engeneral, haban credo desde siempre queel dinero slo serva para gastrselo, y porprimera vez en la historia de su pas lo es-taban comprobando en la prctica.

    Haba voladodesde Santiagohasta La Habanaen una esplndidatarde de marzo,observando por

    la ventanilla loscampos milagrososde aquella patriasin ros, las aldeaspolvorientas, lasensenadas ocultas,y a todo lo largodel trayecto habapercibido sealesde guerra

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    12/16

    12

    elbarrioantiguo.c

    om

    _Crnica InternacionalDel 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    Creo que muy pocos ramos cons-cientes de la manera sigilosa pero irrepa-rable en que la escasez se nos iba metien-do en la vida.

    An despus del desembarco en Pla-ya Girn los casinos continuaban abier-tos, y algunas putitas sin turistas ronda-ban por los contornos en espera de queun afortunado casual de la ruleta les sal-vara la noche. Era evidente que a medidaque las condiciones cambiaban, aquellasgolondrinas solitarias se iban volviendolgubres y cada vez ms baratas. Pero detodos modos las noches de La Habana yde Guantnamo seguan siendo largase insomnes, y la msica de las estas dealquiler se prolongaba hasta el alba. Esosrezagos de la vida vieja mantenan una

    ilusin de normalidad y abundancia queni las explosiones nocturnas, ni los rumo-res constantes de agresiones infames, ni lainminencia real de la guerra conseguanextinguir, pero que desde haca muchotiempo haban dejado de ser verdad. Aveces no haba carne en los restaurantesdespus de la media noche, pero no nosimportaba, porque tal vez haba pollo. Aveces no haba pltano, pero no nos im-portaba porque tal vez haba boniato. Losmsicos de los clubes vecinos y los chulosimpvidos que esperaban las cosechas dela noche frente a un vaso de cerveza, pare-can tan distrados como nosotros ante laerosin incontenible de la vida cotidiana.

    En el centro comercial haban apare-cido las primeras colas y un mercado ne-gro incipiente pero muy activo empezabaa controlar los artculos.

    Yo tom conciencia del bloqueo deuna manera brutal, pero a la vez un pocolrica, como haba tomado conciencia decasi todo en la vida. Despus de una no-che de trabajo en la ocina de Prensa La-tina me fui solo y medio entorpecido enbusca de algo para comer. Estaba amane-ciendo. El mar tena un humor tranquiloy una brecha anaranjada lo separaba delcielo en el horizonte. Camin por el cen-tro de la avenida desierta, contra el vientode salitre del malecn, buscando algnlugar abierto para comer bajo las arcadasde piedras carcomidas y rezumantes de laciudad vieja. Por n encontr una fondacon la cortina metlica cerrada pero sincandado, y trat de levantarla para entrar,porque dentro haba luz y un hombre es-taba lustrando los vasos en el mostrador.

    Apenas lo haba intentado cuando senta mis espaldas el ruido inconfundible deun fusil al ser montado, y una voz de mu-

    jer muy dulce pero resuelta.Quieto compaero dijo Levanta

    las manos. Era una aparicin en la brumadel amanecer. Tena un semblante muybello, con el pelo amarrado en la nucacomo una cola de caballo, y la camisa demiliciana ensopada por el viento del mar.Estaba asustada sin duda, pero tena los ta-cones separados y bien establecidos en latierra, y agarraba el fusil como un soldado.

    Tengo hambre dije.

    Tal vez lo dije con demasiada convic-cin, porque slo entonces comprendique yo no haba tratado de entrar a la fon-da a la fuerza, y su desconanza se convir-ti en lstima.

    Es muy tarde dijo.Al contrario le repliqu: el proble-

    ma es que es demasiado temprano. Loque quiero es desayunar.

    Entonces hizo seas hacia adentropor el cristal, y convenci al hombre deque me sirviera algo aunque faltaban doshoras para abrir. Ped huevos fritos con

    jamn, caf con leche y pan con mante-quilla, y un jugo fresco de cualquier fruta.El hombre me dijo con una precisin sos-pechosa que no haba huevos ni jamndesde haca una semana ni leche desde

    haca tres das, y que lo nico que podaservirme era una taza de caf negro y pansin mantequilla, y si acaso un poco demacarrones recalentados de la noche an-terior. Sorprendido le pregunt qu estabapasando con las cosas de comer, y mi sor-presa era tan inocente que entonces fue lquien se sinti sorprendido.

    No pasa nada me dijo. Nada msque a este pas se lo llev el carajo.

    No era enemigo de la Revolucincomo lo imagin al principio. Al con-trario era el ltimo de una familia de 11personas que se haban fugado en bloquepara Miami. Haba decidido quedarse, yen efecto se qued para siempre, pero suocio le permita descifrar el porvenir conelementos ms reales que los de un pe-riodista trasnochado. Pensaba que antesde tres meses tendra que cerrar la fondapor falta de comida, pero no le importabamucho porque ya tena planes muy biendenidos para su futuro personal.

    Fue un pronstico certero. El 12 demarzo de l962, cuando ya haban trans-currido 322 das desde el principio del blo-queo, se impuso el razonamiento drsticode las cosas de comer. Se asign a cadaadulto una racin mensual de tres librasde carne, una de pollo, seis de arroz, dosde manteca, una y media de frijoles, cua-tro onzas de mantequilla y cinco huevos.Era una racin calculada para que cadacubano consumiera una cuota normal decaloras diarias. Haba raciones especialespara los nios, segn la edad, y todos losmenores de 14 aos tenan derecho a unlitro diario de leche. Ms tarde empezarona faltar los clavos, los detergentes, los fo-

    cos, y otros muchos artculos de urgenciadomstica, y el problema de las autorida-des no era reglamentarlos sino conseguir-los. Lo ms admirable era comprobar has-ta qu punto aquella escasez impuestapor el enemigo iba acendrando la moralsocial. El mismo ao en que se estableciel racionamiento ocurri la llamada Cri-sis de octubre, que el historiador inglsHugh Thomas ha calicado como la msgrave de la historia de la humanidad, y lainmensa mayora del pueblo cubano semantuvo en estado de alerta durante unmes, inmviles en sus sitios de combate

    hasta que el peligro pareci conjurado, ydispuestos a enfrentarse a la bomba at-mica con escopetas. En medio de aquellamovilizacin masiva que hubiera basta-do para desquiciar a cualquier economabien asentada, la produccin industrialalcanz cifras inslitas, se termin el au-sentismo en las fbricas y se sortearonobstculos que en circunstancias menosdramticas hubieran sido fatales. Unatelefonista de Nueva York le dijo en esaocasin a una colega cubana que en losEstados Unidos estaban muy preocupa-dos por lo que pudiera ocurrir.

    En cambio aqu estamos muy tran-quilos replic la cubana. Al n y al cabo,la bomba atmica no duele. El pas produ-ca entonces sucientes zapatos para que

    cada habitante de Cuba pudiera comprarun par al ao, de modo que la distribucinse canaliz a travs de los colegios y loscentros de trabajo. Slo en agosto de 1963,cuando ya casi todos los almacenes esta-ban cerrados porque no haba material-mente nada que vender, se reglamentla distribucin de la ropa. Empezaron porraciones de nueve artculos, entre ellos lospantalones de hombre, la ropa interiorpara ambos sexos y ciertos gneros tex-tiles, pero antes de un ao tuvieron queaumentarlos a 15. Aquella Navidad fuela primera de la Revolucin que se cele-br sin cochinito y turrones, y en que los

    juguetes fueron racionados. Sin embargo,y gracias precisamente al racionamiento,fue tambin la primera Navidad en lahistoria de Cuba en que todos los niossin ninguna distincin tuvieron por lomenos un juguete. A pesar de la intensaayuda sovitica y de la ayuda de ChinaPopular que no era menos generosa enaquel tiempo, y a pesar de la asistenciade numerosos tcnicos socialistas y dela Amrica Latina, el bloqueo era enton-ces una realidad ineludible que haba decontaminar hasta las grietas ms recndi-tas de la vida cotidiana y a apresurar losnuevos rumbos irreversibles de la historiade Cuba. Las comunicaciones con el restodel mundo se haban reducido al mnimoesencial. Los cinco vuelos diarios a Miamiy los dos semanales de Cubana de Avia-cin a Nueva York fueron interrumpidosdesde la Crisis de Octubre. Las pocas lneasde Amrica Latina que tenas vuelos aCuba los fueron cancelando a medidaque sus pases interrumpan las relaciones

    diplomticas y comerciales, y slo quedoun vuelo semanal desde Mxico que du-rante muchos aos sirvi de cordn um-bilical con el resto de Amrica, aunquetambin como canal de inltracin delos servicios de subversin y espionaje delos Estados Unidos. Cubana de Aviacin,con su ota reducida a los picos BristolBritannia que eran los nicos cuyo man-tenimiento podan asegurar medianteacuerdos especiales con los fabricantesingleses, sostuvo un vuelo casi acrobticoa travs de la ruta polar hasta Praga. Unacarta de Caracas, a menos de mil kilme-

    tros de la costa cubana, tena que darlela vuelta a medio mundo para llegar aLa Habana. La comunicacin telefnicacon el resto del mundo tena que hacersepor Miami o Nueva York, bajo el controlde los servicios secretos de los EstadosUnidos, mediante un prehistrico cablesubmarino que fue roto en una ocasinpor un barco cubano que sali de la bahade La Habana arrastrando el ancla quehaba olvidado levar. La nica fuente deenerga eran los 5 millones de toneladasde petrleo que los tanqueros soviticostransportaban cada ao desde los puertosdel Bltico, a 14 mil kilmetros de distan-cia, y con una frecuencia de un barco cada53 horas. El Oxford, un buque de la CIAequipado con toda clase de elementos de

    espionaje, patrull las aguas territorialescubanas durante varios aos para vigilarque ningn pas capitalista, salvo los muypocos que se atrevieron, contrariara la vo-luntad de los Estados Unidos. Era ademsuna provocacin calculada a la vista detodo el mundo. Desde el malecn de LaHabana o desde los barrios altos de San-tiago se vea de noche la silueta luminosade aquella nave de provocacin ancladaen aguas territoriales. Tal vez muy pocoscubanos recordaban que del otro lado delmar Caribe, tres siglos antes, los habitantesde Cartagena de Indias haban padecidoun drama similar.

    Las 120 mejores naves de la armadainglesa, al mando del almirante Ver-non, haban sitiado la ciudad con 30 milcombatientes selectos, muchos de ellosreclutados en las colonias americanasque ms tarde seran los Estados Unidos.Un hermano de George Washington, elfuturo libertador de esas colonias, estabaen el estado mayor de las tropas de asalto.Cartagena de Indias, que era famosa en elmundo de entonces por sus forticacionesmilitares y la espantosa cantidad de ratasde sus albaales, resisti el asedio con unaferocidad invencible, a pesar de que sushabitantes terminaron por alimentarsecon lo que podan, desde las cortezas delos rboles hasta el cuero de los taburetes.Al cabo de varios meses, aniquilados porla bravura de guerra de los sitiados, y des-truidos por la ebre amarilla, la disenteray el calor, los ingleses se retiraron en de-rrota. Los habitantes de la ciudad, en cam-bio, estaban completos y saludables, perose haban comido hasta la ltima rata.

    Muchos cubanos, por supuesto, co-nocan este drama. Pero su raro sentido

    histrico les impeda pensar que pudierarepetirse. Nadie hubiera podido imagi-nar, en el incierto Ao Nuevo de 1964,que an faltaban los tiempos peores deaquel bloqueo frreo y desalmado, y quehaba de llegarse a los extremos de que seacabara hasta el agua de beber en mu-chos hogares y en casi todos los estable-cimientos pblicos.

    / PublicadoenProcesoNo.0090-01.24dejuliode1978.

    El Oxford, un buquede la CIA equipadocon toda clasede elementos deespionaje, patrulllas aguas territorialescubanas durantevarios aos paravigilar que ningnpas capitalista,salvo los muy pocosque se atrevieron,contrariara lavoluntad de losEstados Unidos.Era adems unaprovocacincalculada a la vistade todo el mundo

  • 7/28/2019 BARRIO 10 OK

    13/16

    Los secuestros en la comunidadchina de la zona metropolitanade Monterrey evidenciaron una realidadque las autoridades pretenden ocultar:en Nuevo Len se priva de su libertad ams de 40 personas por mes. Esa cifra sedesprende de las denuncias presentadasante la Procuradura de Justicia estatal. Loanterior significa que el nmero real de

    levantones, secuestros y privaciones ile-gales que ocurren en un mes deben ser almenos el doble, debido a los casos que nose denuncian.

    En diversas ocasiones, y de diversasformas solicit a la Procuradura Generalde Justicia del Estado de Nuevo Len, es-tadsticas oficiales sobre secuestros,levan-tones, privaciones forzadas de la libertad,etctera. Tambin solicit datos sobre elnmero de desaparecidos. La coberturade las acciones del crimen organizadoque realic a lo largo de los ltimos cincoaos en el noreste para la Agencia EFE,ElUniversal, Proceso y CNN Mxico dejabaver que el delito de secuestro era el msgrave de todos lo que estaban ocurriendo.Cuento con reportes de bancos de Texasprecisando que llegaban entre tres y cincoclientes por mes buscando desesperada-

    mente sacar su dinero para pagar el res-cate de sus familiares plagiados. As queintentaba documentar las privacionesilegales y secuestros que ocurran en la re-gin, con informacin de las autoridades.Sin embargo, los datos oficiales se me ne-garon sistemticamente.

    Ahora, un estudio realizado por laUniversidad Autnoma de Nuevo Len(UANL) y diversas instituciones privadastuvo acceso a las cifras oficiales, las cua-les arrojan que los delitos de secuestro ytodos los relacionados con las privacio-nes ilegales de la libertad crecieron des-proporcionadamente desde el ao 2009hasta la fecha. Durante 2011, el promediomensual de delitos contra la libertad enNuevo Len ascendi a 43 casos, precisael estudio Percepcin y Realidad del Se-

    cuestro en Nuevo Len, coordinado porla doctora Patricia Cerda Prez y realizadopor investigadores de la Universidad Au-tnoma de Nuevo Len.

    En la elaboracin del estudio tambinparticip el Instituto Dipev S.C. y el Cen-tro de Integracin Ciudadana FernndezFromow. Las cifras oficiales de la Procu-radura General del Estado (PGJE) arrojanque en el ao 2011 se cometieron en Nue-vo Len 510 delitos contra la libertad. Si aesas cifras le sumamos las privaciones queno se denunciaron, conservadoramentese puede asegurar que la estadstica glo-bal supera los mil casos por ao, debido aque se calcula que por cada secuestro quese denuncia hay uno ms que no se repor-ta ante las autoridades, segn los investi-gadores de la UANL.

    El estudio destaca que hasta el 2009se registraban en la zona metropolitanade Monterrey entre cinco o seis secuestrospor ao. Unos cinco aos antes se contabi-lizaban apenas uno o mximo dos anual-mente. Las estadsticas oficiales muestranque los secuestros se dispararon para elsiguiente ao con alrededor de seis casospor mes.

    Desde febrero del 2010 comenz lanarcoguerra entre Cartel del Golfo y losZetas, y a partir de entonces los levanto-nes se hicieron cotidianos. Para contabi-lizar todo tipo de privaciones ilegales, losinvestigadores incluyeron las cinco cate-

    goras con las que la Procuradura estatalcalifica este delito: Plagio, Privacin Ilegalde la Libertad, Rapto, secuestro y Trata dePersonas. Las cifras globales arrojan queen el ao 2011 se registraron 510 privacio-nes ilegales de la libertad y durante el 2012la estadstica totaliz 425 casos denuncia-dos ante las autoridades. El 57 por cientodel total de las privaciones ilegales en el2012 estuvieron relacionados con delin-cuencia organizada, 42 por ciento fueronsecuestros puros y un uno por cientosecuestros exprs. El 78 por ciento de laspersonas privadas ilegalmente de su liber-tad fueron hombres y 22 mujeres. Un 27por ciento del total de las mujeres fueronvioladas, precisa el reporte de la UANL.

    En el caso de los secuestros el prome-

    dio del pago del rescate fue de 250 mil pe-sos, y se estima que al menos un seis porciento de los plagiados fueron asesinados.Anteriormente el Secretariado Ejecutivodel Sistema Nacional de Seguridad Pbli-ca (SESNSP) alert que durante el primertrimestre de este ao la cantidad de secues-tros en todo el pas aument 20 por cien-to respecto del mismo periodo de 2012.

    De hecho, es el delito que ms conti-na incrementndose a nivel nacional.Recientemente, el Observatorio NacionalCiudadano por la Seguridad, la Justicia yla Legalidad destac que en los primeroscuatro meses de 2013 la estadstica de se-cuestros aument un 16.9 por ciento entoda la repblica.

    El estudio de la UANL concluye quelos secuestros y las privaciones ilegales se

    han convertido en la peor tragedia para lasfamilias del pas. En muchos casos las mu-jeres son violadas, en otros los hombresson mutilados y en todos los secuestros lasfamilias quedan en la ruina despus depagar los rescates.

    Patricia Cerda propone que la Ley deVctimas debera incluir un apartado es-pecial y fondos para que se apoye a estasfamilias que han sufrido un secuestro. Esosera sin duda una accin elemental de

    justicia del Estado Mexicano, ya que no hapodido frenar, ni terminar con la impuni-dad con la que se est cometiendo.

    13_Opinin

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 7 al 13 de julio de 2013Monterrey, N.L.

    LOS CHINOS DESTAPARON LA CLOACA MARGARITA DE DIOS Y LA GUBERNATURA

    Cuento conreportes debancos de Texasprecisando quellegaban entre tresy cinco clientespor mes buscandodesesperadamentesacar su dineropara pagarel rescate desus familiaresplagiados

    Expediente

    JUAN ALBERTO CEDILLO

    Corresponsal de Proceso.Especialista en Nazis.@JuanACedillo

    Aullidos de

    cisneEDUARDO NUEZ

    Escritor. Bibliotecario. [email protected]

    Eran las seis de la tarde del sba-do ocho de Junio, los altavocescon discursos religiosos invadan parte dela Macroplaza, su sede estaba en la PlazaZaragoza, frente al Palacio Municipal deMonterrey. Cientos de personas invadanMorelos, el sudor mojaba sus rostros, el calorestaba tremendo. Enfrente se encontrabala catedral catlica, asestada de feligresesen coexistencia con las bodas y dems cele-braciones religiosas sabatinas. El sonido delas bocinas con voces cristianas no catlicaspenetraba sin miramientos hasta el plpitode la catedral. La concentracin religiosa eradirigida por la Alianza de Pastores Ora Mon-terrey, segn se supo por los medios. Silencio:aparece la Alcaldesa de Monterrey. Ascien-de al podio y entre otras cosas declara: Yo,Margarita Arellanes Cervantes, entrego laciudad de Monterrey, Nuevo Len, a nuestroseor Jess Cristo para que su reino de paz ybendicin sea establecido. Abro las puertasde este municipio a Dios como la mximaautoridad. Entreg las llaves de la ciudad.Esta declaracin aparece en un artculo delperidico El Pas, de circulacin nacional enEspaa y de carcter global en espaol.

    Los funcionarios son funcionarios las 24horas del da mientras su mandato sea vigen-

    te. Toman decisiones fuera de horas hbiles,pues aunque exista descanso de fin de sema-na, no pierden la investidura, (todo lo quehagan o dejen de hacer atae a esta represen-tacin) pues no pasa lo mismo que con sussecretarios u otros empleados, que s puedendescansar y hacer cosas fuera del horario deoficina. No es el caso de los presidentes, di-putados y otros funcionarios electos, que noson empleados de algn patrn, sino de unaentidad llamada poblacin, asunto que pocose ajusta al derecho laboral tradicional. Sonpermanentes y slo eso.

    Su responsabilidad es poltica. Esta es ladireccin ideolgica que genera un Estadode bienestar permanente en la comunidad.No es una mafia como algunos promueven.Son directivos para la toma de decisiones,para el progreso econmico y social. Que al-gunos se desven de esta visin, es un asuntode priorizacin de los intereses individualessobre los colectivos. En Mxico cost milesy miles de vidas establecer la separacin en-tre la iglesia y el Estado. La Guerra Cristeraes un ejemplo. Este orden dur hasta el 16de Julio de 1992, cuando el gobierno decidiestablecer la Ley de Asociaciones Religiosasy Culto Pblico, mediante la cual es Estadoincorpora la regulacin del culto religioso. Elsector catlico concentraba casi todo el podereconmico; la atomizacin de esta en gruposcristianos-protestantes y cristianos-catlicos,mediante la creacin de miles y miles denuevas iglesias, gener el dinamismo econ-mico, pues cada grupo se oblig a hacer suspropios negocios para su permanencia. Esoencaja muy bien en el proyecto econmiconeoliberal. Las parroquias cristianas-catli-cas poco a poco empezaron a ser diezmadas,

    debido a que muchos de ellos les convinotener y fundar su propia iglesia. Para muchosfue ms costeable, otros siguieron el caminode agruparse como asociaciones civiles. Porel lado del cristianismo protestante se operel mismo fenmeno, su crecimiento ha sidoexponencial en los ltimos aos.

    En Nuevo Len hay 250 Iglesias de lascuales 62 son catlicas y 188 cristianas pro-testantes. Hay 2837 ministros, de los cualeslos ms numerosos son: Concilio Nacionalde las Asambleas de Dios con 429 ministros,Congregacin Cristiana Testigos de Jehovcon 1308 y la Adventista del Sptimo Da

    con 42, y Catlicos con 110. Parte de su im-pacto social es el voto centralizado para unou otro partido poltico. Al estilo del voto cor-porativo que practicaron y quiz practicanan lo que queda de las centrales sindicalesy campesinas oficialistas. Las elecciones degobierno de Nuevo Len en 2003 se vieroninclinadas hacia el candidato triunfante porel voto duro acordado con estos sectores reli-giosos, a cambio de espacios en la estructuragubernamental y en los espacios pblicos..al menos es los que se ha observado en losespacios pblicos en los ltimos seis aos enel rea metropolitana de Monterrey, sobrelos permisos para culto extraordinario en losespacios pblicos, sobre todo en la Explana-da de los Hroes de la Macroplaza. Otra es lapresencia de asesores del gobernador de estosgrupos religiosos, muy sabido a voces por losmilitantes de base.

    En las elecciones de 2009 tambin sedisput este voto centralizado que inclin labalanza hacia el sector vencedor, al menosen Nuevo Len. Eso es un asunto indemos-trable en los trminos oficiales, ya que sondatos que no son registrados por los organis-mos oficiales; el voto corporativo no existelegalmente, pero se efecta en los hechos,como es el caso de los votos para el Partido

    Nueva Alianza por los afiliados al SNTE diri-gido por Elba Esther Gordillo, fundadora de

    este partido.Los pastores son decisivos en la obten-

    cin del voto para tal o cual partido o can-didato a causa de la frrea disciplina a losintegrantes de sus gremios, en este caso paraasegurar el voto.

    Tal panorama, explica hasta cierto pun-to el mesianismo de la alcaldesa MargaritaArellano, miembro y militante del partidocatlico por antonomasia en Mxico, mismaque se vuelca a reivindicar a la Alianza dePastores Ora Monterrey, grupo cristiano-nocatlico (no registrado en la secretaria de Go-bernacin) organizador de la asamblea-mi-tin este pasado de junio en la Plaza Zaragoza.

    La forma en que la alcaldesa entreg laciudad es parte de un formato ya estableci-

    do: Yo fulano de tal, entrego las llaves dela ciudad a Jess Cristo. Es seguro que eltexto no fue redactado por ellos, sino por laAlianza de Pastores, dada lo similar del dis-curso. En Ensenada Baja California, EnriquePelayo Torres, muncipe, hizo esta declarato-ria en septiembre de 2012. El alcalde de Gua-dalupe, Nuevo Len, Ces