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Junto a su hijo Santos (14), posan en el que fue uno de los escenarios de su historia de amor. Ahí, el director del diario La Nación cría caballos árabes, una gran pasión que lo convirtió en uno de los mejores de Sudamérica BARTOLOME MITRE Y NEQUI GALOTTI ABREN LA TRANQUERA DE “HARAS PAVON”, SU REFUGIO DE CAMPO En familia, disfrutan de un picnic a la sombra de un árbol centenario. Bartolomé mira atento a su mujer mientras Santos hace una pausa en su práctica de polo para comer algo. “Los fines de semana siempre llego agotada de la ciudad, pero con el paso de las horas todo cambia y cuando menos me doy cuenta estoy totalmente relajada. La naturaleza me cautiva”, dice Nequi.

BARTOLOME MITRE Y NEQUI GALOTTIrodolfoveracalderon.com/wp-content/pdf/bartolomemitreynequigalotti.pdfa Polka, su yegua favorita, y Bartolomé. La Miss Argentina ... 52, y entonces,

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Junto a su hijo Santos (14), posan en el que fue uno de los escenarios de su historia de amor. Ahí, el director del diario

La Nación cría caballos árabes, una gran pasión que lo convirtió en uno de los mejores de Sudamérica

BARTOLOME MITRE Y NEQUI GALOTTI

ABREN LA TRANQUERA DE “HARAS PAVON”, SU REFUGIO DE CAMPO

En familia, disfrutan de un picnic a la sombra de un árbol centenario. Bartolomé mira atento

a su mujer mientras Santos hace una pausa en su práctica de polo para comer algo. “Los fines de semana siempre llego agotada de

la ciudad, pero con el paso de las horas todo cambia y cuando menos me doy cuenta

estoy totalmente relajada. La naturaleza me cautiva”, dice Nequi.

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“Bartolomé es un hombre de familia que valora mucho el encuentro, la complicidad, estar junto a sus cinco hijos y sus cinco nietos”

Nequi y Santos, su tercer hijo –tiene también a Luis y a Miguel,

de su primer matrimonio con Luis Rusconi–, andan a caballo por el parque de “Haras Pavón”, el campo que su marido compró

hace veintidós años y cuyo nombre hace honor a la batalla

librada en 1861 que dio origen a una Argentina federalizada.

En la otra página: Nequi, junto a Polka, su yegua favorita, y

Bartolomé. La Miss Argentina 1980 luce un suéter de cashmere

de Zito que combinó con una camisa de seda de la misma maison y foulard de Hermès.

E l olor a asado se siente en el largo ca-mino que une la ruta con “Haras Pa-vón”, el paraíso verde en el que Bar-

tolomé Mitre (75) y Nequi Galotti (55) se refugian los fines de semana. Fue bau-tizado para conmemorar la batalla de Pavón de 1861, el combate clave de las guerras civiles que dividieron al país du-rante el siglo XIX y que marcó el fin de la Confederación Argentina. Sus dueños nos esperan para disfrutar de un día de campo y galopar al atardecer en alguno de los tantos caballos árabes que el direc-tor del diario La Nación cría desde joven con tanta pasión.

Bartolomé Mitre y Nequi Galotti empe-zaron a escribir su historia en 1992 mien-tras veraneaban en Punta del Este. Ella tenía 32 años y él, 52, y entonces, con sus vidas armadas, no imaginaron que iban a recorrer el camino del amor. Pero des-de aquel verano no se separaron más. En

2001 decidieron casarse (Andrea Frige-rio, amiga del alma de Nequi, fue testi-go de la boda) y a los pocos meses nació Santos, el quinto hijo de Bartolomé y el tercero de Nequi.

DISTINTOS MUNDOSBartolomé Mitre, tataranieto del pre-

sidente de la República Argentina entre 1862 y 1868 y el primero en gobernar la República como un Estado federado, creció en un entorno en el que siempre estuvieron muy presentes la historia y el debate político. Eso fue, de hecho, lo que lo llevó a no dudar en convertirse en director del diario La Nación –que fundó Bartolomé Mitre I en 1870–, cuando su padre murió en 1982. Un trabajo que sigue haciendo con pasión y en 2014 le valió el reconocimiento del Luca de Tena, un premio otorgado por el centenario diario español ABC a las

trayectorias periodísticas sobresalientes, que recibió de manos de los reyes Feli-pe y Letizia de España. Con su primera mujer, Dolores González Alzaga, tuvo tres hijos: Dolores (45), Rosario (44) y Bartolomé (42). Más tarde llegó Esme-ralda (33), fruto de su unión con Blanca Isabel Alvarez de Toledo.

Nequi nació en Rafaela, provincia de Santa Fe, bajo el nombre de Elsa Ceci-lia Guadalupe, pero desde muy pequeña todos la llaman Nequi. Descendiente de inmigrantes italianos que llegaron de Lombardía, siendo chica se mudó a Bue-nos Aires con su familia para que Mar-celo, su hermano mayor, fuera tratado por autismo. A los 8, se inscribió en el Instituto Superior de Arte del Teatro Co-lón, donde se graduó en danza clásica. Sin embargo, su altura (mide 1,80) y su porte elegante la llevaron a considerar el modelaje como un trabajo y a inscribirse

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en 1980 en el certamen de Miss Argenti-na, el cual ganó y la llevó a concursar en Londres con las mujeres más bellas del mundo. Las ofertas para lucirse en las pasarelas europeas no tardaron en lle-gar y Nequi se mudó a París ese mismo año y debutó desfilando para Giorgio Armani. Pero dos años después regresó a Argentina porque extrañaba sus raíces y rápidamente se ganó un lugar entre las mannequins nacionales. En 1983 cono-ció a su primer marido, Luis Rusconi, y en 1987 nació Luis, su primer hijo, y al año siguiente llegó Miguel.

Cuenta Nequi que además de su in-teligencia, Bartolomé la deslumbró con su gusto por el campo y la naturaleza. Cuando ella visitó por primera vez “Ha-rás Pavón” se dio cuenta de que quería compartir el resto de sus días junto a él.

Santos también heredó de su padre el amor por los caballos y hoy da sus prime-ros pasos como jugador de polo.

“APRENDI A AMAR EL CAMPO AL LADO DE MI MARIDO”

–¿Qué significado tiene este campo para vos?

–Aquí encontramos el remanso que puede darte el contacto con la naturale-za. Bartolomé pasar largas horas con sus caballos árabes y yo adoro andar a caba-llo con mi hijo, organizar picnics, podar los rosales, cortar las camelias y jazmines, conversar con los peones… Aprendí a amar el campo al lado de mi marido: no conozco a nadie que lo disfrute tanto como él. Puedo gozar de las cosas simples de la vida, como bañar un caballo, hacer un budín para el té, leer una novela de

corrido sin que nada ni nadie me moles-te, quedarme horas charlando sin mirar el reloj… Aquí recibimos el Año Nuevo, juntos y en familia, festejamos comiendo asado bajo algún árbol y rodeados por el silencio y la tranquilidad de la pampa.

–¿Te gustan los caballos?–Con el tiempo Bartolomé me hizo ir

descubriendo el fascinante mundo de los caballos. Desde que empecé a acom-pañarlo a presentar sus caballos árabes tanto en La Rural como en las distintas provincias aprendí mucho.

–Se nota que a Santos le encanta el campo…

–Mi hijo creció entre nuestra casa de Belgrano y este campo. Muchísimas ve-ces viene con amigos y la pasa bárbaro, aunque cuando estamos los tres aprove-cha para levantarse temprano y ayuda

Izquierda: Nequi y Santos se alistan para salir a dar un paseo mientras Bartolomé charla con ellos. El hijo de la

pareja elige a Azteca, una yegua que adora y con la que

practica polo. Derecha: las caballerizas donde el dueño de casa tiene sus caballos árabes. Aquí, el tataranieto del histórico

presidente de la Nación cría y prepara los caballos que presenta en los concursos

más importantes del mundo. Abajo: vista de la pileta, el lugar donde el director del

diario La Nación reúne cada verano a sus cinco hijos y a

sus cinco nietos.

“Santos aprendió a jugar al

polo cuando era chico.

Bartolomé, su padre, fue su

gran maestro”

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mucho con los caballos. También aprendió a taquear de muy chico con su padre como profesor, ya que Bartolomé jugaba desde muy joven. Hoy Santos entrena en La Aguada y también es un apasionado del tenis; adora los deportes.

“BARTOLOME ME ENAMORO CON SU INTELIGENCIA Y SU SENTIDO DEL HUMOR”

–¿Qué es lo que más te atrajo de la personalidad de tu marido?

–Bartolomé es un hombre de fami-

lia y valora mucho el encuentro, la complicidad, estar junto a sus cinco hijos y sus cinco nietos. Cuando vie-nen Fran, Pedro y Bartolomé –sus nietos varones– al campo, se muere de felicidad. Además, desde que nos casamos siempre fue muy cálido con los dos hijos que tuve en mi primer matrimonio. Pero yo creo que lo que más me atrajo fueron su inteligencia, su sentido del humor y su simpleza. Es un orgullo estar junto a un hom-bre tan respetado en el mundo perio-dístico. A su lado me ha tocado com-

El living está decorado con muebles que Bartolomé trasladó de su anterior campo, ubicado en La Pampa –su padre lo fundó en 1936– y que vendió hace veintidós años. Allí conviven una

gran cantidad de trofeos con alfombras salteñas y pinturas equinas de distintas épocas. Abajo: en una de las paredes del ambiente principal resaltan dos cuadros: una copia de la primera

edición del diario La Nación, publicada el 4 de enero de 1870, y un retrato de Bartolomé Mitre, su fundador. En la otra página, arriba: varios de los trofeos que el dueño de casa obtuvo a lo largo

de los años tanto en pruebas de Halter como de Endurance. En la otra página, abajo: algunas de las cucardas de grandes campeones están expuestas sobre la puerta de una biblioteca.

Bartolomé Mitre es uno de los criadores de caballos árabes más reconocidos de

Sudamérica, una pasión que heredó de su padre, un pionero en Argentina

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“Cuando recibo invitados, me gusta que todo salga lo más natural posible para que la gente

se sienta relajada en todo momento”

El comedor está listo para recibir invitados. La mesa y las sillas son antiguas y Bartolomé también las

trajo de su campo de La Pampa. La araña, hecha de bronce y decorada con tulipas de alabastro, es una

de las piezas más antiguas de la propiedad. Como el reloj de la derecha, al que Nequi le da cuerda todos los

fines de semana. Derecha: detalle de la mesa, en el que sobresale una vajilla de porcelana francesa con la marca del campo, creada por Luis Mitre (1869-1950),

abuelo de Bartolomé, para identificar a su ganado. Derecha, abajo: la cocina fue armada por Nequi, que la recicló con piso damero y una gran barra de madera del

siglo XIX que compró en San Telmo.

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Arriba: la suite principal está presidida por una cama antigua de hierro forjado. Ahí, Nequi y Bartolomé pasan sus fines de semana leyendo y viendo películas. Los sillones y el gran ropero de caoba son antiguos y

están entre los muebles preferidos del matrimonio. “Cuando Bartolomé recibió un trasplante de riñón, en junio de 2011, pasó varios días

recuperándose en este campo”, cuenta Nequi. Derecha: la exmodelo, con poncho de gamuza y collar antiguo de plata peruana, posa al lado

de Roma, su inseparable rodesiana. La cartera, llamada coquera, es una réplica de la que usaban los hombres en Perú en el siglo XIX para llevar hojas de coca. Izquierda: Santos recorre el campo a caballo. Le encanta

ir al haras con sus amigos y sus sobrinos.

“Pavón es un lugar especial y mágico

para nosotros. Bartolomé disfruta

mucho del campo y en 2011 pasó un

momento sensible de su vida mientras se recuperaba de un trasplante de riñón”

partir almuerzos y comidas con figuras como Gabriel García Márquez y Mario Var-gas Llosa. Y el año pasado, en la entrega del Luca de Tena, conocí a los reyes Felipe y Le-tizia de España.

–Hablemos de tu encuentro con los reyes de España…

–Fueron realmente en-cantadores. Estuvieron pen-dientes de nosotros en todo momento, sobre todo an-tes de sentarnos a la mesa. Conversé un largo rato con la Reina de lo más natural, como si el protocolo no exis-

tiera. Algo que me sorpren-dió sobremanera, ya que era su primer acto oficial como soberanos. Yo estaba un poco nerviosa y cuando me tocó intercambiar algunas palabras con el Rey, le pre-gunté inocentemente: “¿Y cómo anda el reinado?”. El, todo un caballero, me con-testó de lo más distendido. Después me dio mucha ver-güenza haberle preguntado algo así. [Se ríe].

–¿Te considerás una bue-na anfitriona?

–Creo que mis raíces ita-

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Arriba: Nequi posa en la galería de la casa principal mientras Santos monta a Polka. La conductora de C5N adora las prendas rústicas para estar en el haras. En la imagen, con un

poncho de oveja y joyas antiguas de plata. Abajo: cuando hace buen tiempo, los Mitre Galotti toman el té en la galeria. Nequi disfruta mucho haciendo algún budín y poniendo la mesa, que en esta ocasión la decoró con un juego de té inglés estilo art déco que atesora desde que era joven.

lianas quedan en evidencia cuando recibo gente, porque me gusta aten-derlos y agasajarlos. Adoro reunir a nuestros hijos y a nuestros amigos más cercanos. Me encanta armar las tablas de quesos y fiambres para el copetín, poner la mesa en la galería para un asado... Y aunque estoy en cada detalle, me gusta que todo sal-ga lo más natural posible para que la gente pueda sentirse cómoda en todo momento. El campo es un lu-gar para disfrutar y relajarse.

–Acabás de cumplir 55 años, ¿qué balance hacés de tu vida?

–Me siento realmente plena y feliz. Estoy contenta con mi vida, con mis hijos, con mi familia, con mi casa y con mi trabajo (es conductora de tele-visión en C5N). Con un marido como Bartolomé y tres hijos como Luis, Mi-guel y Santos, creo que no puedo pe-dirle más a Dios. Ellos son el motor de mi vida y he crecido muchísimo a su lado. Nada me da más felicidad que ayudarlos y acompañarlos. •

“Con Bartolomé aprendí a amar el campo y a disfrutar de cosas sencillas de la vida, como bañar a un caballo, comer un asado a la sombra de un árbol y

conversar sin mirar el reloj”

Texto y producción: Rodolfo Vera Calderón Fotos: Pilar Bustelo y Matías Salgado

Maquillaje y peinado: Guilherme Coradello, para Sebastián Correa Estudio, con productos Lancôme

Agradecimientos: La Dolfina, Rossi & Caruso, Zito, Plata Nativa y Volf