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Basado en, Marcos de Benedicto, “El fenómeno 2012”, Ministerio adventista, enero-febrero, 2012, 9-11.

Basado en, Marcos de Benedicto, “El fenómeno 2012 ...a.pdf · de Nostradamus. 1. Las inscripciones mayas indicaban el cambio a una nueva orden después de 13 baktunes (1.872.000

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Basado en, Marcos de Benedicto, “El fenómeno 2012”, Ministerio adventista, enero-febrero, 2012, 9-11.

Actualmente, muchos están

creyendo que este año el mundo

terminará o será el inicio de

catástrofes naturales. ¿La

razón? Las supuestas profecías

Mayas.

1. La actividad solar llegará a un

nivel extremo, y las erupciones

tendrán un impacto sobre nuestro

planeta.

2. Habrá desastres naturales en una

escala sin precedentes,

incluyendo grandes cambios

climáticos.

3. Esa fecha puede marcar el inicio de

una nueva era de hielo.

4. Habitantes de planetas míticos

invadirán nuestra galaxia.

5. Tendremos acceso directo a una

fuente de energía magnética en el

centro de la Vía Láctea, que tendrá

enormes efectos sobre la tierra.

6. El fin del calendario maya (21 de

diciembre) marca el fin de los

tiempos, y el mundo será destruido.

7. Se trata del inicio de un período de

mil años de paz.

8. La humanidad entrará a una nueva

fase de iluminación y

espiritualidad.

Estas profecías son,

supuestamente, confirmadas

por la Biblia y las profecías

de Nostradamus.

1. Las inscripciones mayas

indicaban el cambio a una nueva

orden después de 13 baktunes

(1.872.000 días).

2. Estos días comenzaron en una

fecha equivalente al 11 de agosto

de 3114 A.C. y estos culminarán

el 21 de diciembre del 2012.

3. El 2012, por tanto, no es el fin del

mundo, sino apenas el inicio de un

nuevo baktún (13.0.0.0.0). En otras

palabras, una Nueva Era.

El hecho de que investigadores,

supuestamente, descifren

algunos misterios de la cultura

maya, no significa que las

predicciones atribuidas a los

mayas sean reales o correctas.

En general, los eruditos de las

principales universidades

critican hasta la misma idea de

que el calendario maya termine

en el año 2012.

Por ejemplo, Mark Van Stone

señaló: “Ni hay nada en

ninguna profecía maya, azteca

o de la antigua Mesoamérica

que sugiera que profetizaron

algún tipo de cambio grande o

súbito en 2012”.

Según él, “La noción de que un ‘gran

ciclo’ llegará a su fin es una invención

completamente moderna […] los

profetas mayas no nos cuentan nada

sobre alineamientos galácticos,

transformaciones de la conciencia,

caída de naciones, ni las acciones de

dioses, reyes o sacerdotes”.

En realidad, según Marcos de

Benedicto, no hay muchas

fuentes primarias sobre el

mundo maya. Existen pocos

textos antiguos, porque los

conquistadores los destruyeron

en el siglo XVI.

En julio de 1562, el obispo Diego

de Landa, ordenó la quema de

centenares de volúmenes de los

sacerdotes mayas, por asuntos

religiosos. Éste determinó que la

persona que usará estos escritos

sería asesinado.

Según Robert Sitler, los responsables

del “fenómeno 2012” no son los

mayas, sino los adeptos de la Nueva

Era. Los mayores defensores del

calendario maya actualmente no son

los mayas, sino los espiritualistas

sincretistas que desean promover su

agenda religiosa.

Robert Sitler escribió: “Algunos

entusiastas de la Nueva Era se han

apropiado, selectivamente, de algunos

elementos de la cultura maya, a veces en

colaboración con varios especialistas

religiosos mayas contemporáneos, que

les otorgan un sabor indígena

autoritativo a las diversas teorías

milenarias asociadas al año 2012”.

“Por tanto, velad, porque no sabéis

en qué día vuestro Señor viene. Por

eso, también vosotros estad

preparados, porque a la hora que no

pensáis vendrá el Hijo del Hombre”

(Mateo 24:42).

“Pero de aquel día y hora nadie sabe,

ni siquiera los ángeles del cielo, ni el

Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo

24:36).

“El Señor no tarda en cumplir su promesa,

según algunos entienden la tardanza, sino

que es paciente para con nosotros, no

queriendo que nadie perezca, sino que

todos vengan al arrepentimiento … Pero,

según su promesa, nosotros esperamos

nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales

mora la justicia” (2da de Pedro 3:9, 13).