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adn AGUA Y MEDIOAMBIENTE – 2012 A POR JOHANNA SCHVINDLERMAN Fotos de Getty Images y Diego de Pedro Una gestión sostenible de los recur- sos naturales debe contemplar la reducción, la recuperación y el aprove- chamiento de los residuos sóli- dos urbanos con el fin de minimizar sus impactos ambientales. Pensar cómo se gestionan, cuáles son las autoridades responsables y qué cuestiones se encuentran pen- dientes es el primer paso para lograrlo. informe 18 adn el tema de todos r B U S

Basura Cero

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Apor johanna schvindlerman Fotos de getty images y diego de Pedro

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sostenible de los recur-

sos naturales debe contemplar la reducción,

la recuperación y el aprove-chamiento de los residuos sóli-

dos urbanos con el fin de minimizar sus impactos ambientales. Pensar cómo se gestionan, cuáles son las autoridades responsables y qué

cuestiones se encuentran pen-dientes es el primer paso

para lograrlo.

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el tema de todosrB US

a gestión de los residuos humanos no plan-teaba mayores dificultades en tiempos pasa-

dos, cuando la población era pe-queña y la cantidad de terreno disponible para la asimilación era grande. Pero con el desarrollo de las ciudades, y sobre todo con la llegada de la Revolución Industrial,

esta problemática se incrementó y su mal manejo comenzó a originar los primeros pro-blemas ambientales. Bajo el nombre de “re-siduos sólidos urbanos” (RSU), los desechos producidos en las ciudades abarcan los gene-rados en los domicilios particulares y todos aquellos generados en comercios, oficinas y servicios e industrias que, por su naturaleza y composición, puedan asimilarse a los resi-duos domiciliarios. La correcta gestión que de ellos se haga es indispensable para evitar daños al medioambiente, y hoy constituye uno de los principales desafíos de la admi-nistración central, así como de los Gobiernos provinciales y municipales.

El camino de los residuos urbanos Es sabido que para poder empezar a hablar de sustentabilidad, una gestión integral de RSU depende del éxito en los primeros es-labones de la cadena: la separación en origen y la recolección diferenciada. Estas dos cues-tiones son esenciales para el proceso de re-ciclaje posterior y comprenden la discrimi-nación de materiales reciclables de aquellos que no lo son. Entre los primeros, se encuen-tran el metal, el papel y cartón, el plástico, el vidrio y los trapos. Sin embargo, pese al cons-tante esfuerzo de varios municipios, la sepa-ración de la basura continúa siendo el gran desafío para el país. Mientras tan-to, la cadena de gestión de residuos abarca cuatro etapas: la generación, la recolección y el transporte, el trata-miento y la disposición final.

Generación. Según el Observatorio Nacional para la Gestión de RSU, el

indicador más representativo respecto a la cantidad de desechos producidos está da-do por la generación per cápita (GPC), re-ferida a la cantidad de residuos en kilogra-mos que produce a diario cada habitante. La GPC media del país se encuentra entre 0,91 y 0,95 kg/hab por día, lo que se traduce en una generación total de 12.325.000 toneladas al año. Particularmente, en el área metropoli-tana y de acuerdo a estadísticas del CEAMSE –que recibe 18.000 toneladas de basura dia-rias y contabiliza los residuos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, municipios del conurbano y generadores privados–, mien-tras en 2010 fueron recibidas un total de 6.125.506 toneladas, en 2011 esta cifra ascen-dió levemente a 6.520.333. Este es, aproxima-damente, el peso de la pirámide de Keops, en Egipto, que tiene una altura similar a un edi-ficio de 40 pisos y ocupa una superficie de 8 campos de fútbol. La generación de residuos no varía solo con la cantidad de habitantes, sino también con el nivel económico de cada región. Así, los vecinos de la ciudad de Buenos Aires son los que producen mayor cantidad de basura: 1,52 kilos por día por persona, mientras que los de Misiones apenas generan 0,44 kilos dia-rios. A nivel mundial, Estados Unidos enca-beza la lista de los diez países con la mayor generación de RSU, con unas 621.000 tone-ladas por día; seguido por China, que gene-ra alrededor de 521.000 toneladas diarias. En la actualidad, el planeta produce dos billones de toneladas anuales de RSU, y según esti-maciones de la ONU, para el año 2025 esa ci-fra podría quintuplicarse.

Recolección, transporte y estacio-nes de transferencia. El punto que mejor funciona de la cadena de ges-tión de los residuos es, a todas lu-

ces, el de la recolección. Sobre la ba-se de la información del Observatorio

Nacional analizada en 83 municipios, la co-bertura del servicio de recolección supera

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el 90% de la población, con fre-cuencias que oscilan entre cin-co y seis días semanales en las grandes y medianas ciudades, y que tiende a ser de tres días por semana en las pequeñas locali-dades. Tradicionalmente se usa-ban vehículos que se dirigían di-rectamente al lugar de descarga, pero la distancia cada vez ma-yor entre los lugares de reco-lección y los de tratamiento dio origen a la creación de estacio-nes de transferencia, ya que los camiones recolectores no esta-ban preparados para recorrer

grandes distancias. Las estacio-nes son edificios ubicados cerca de las ciudades donde los resi-duos son transferidos a equipos de transporte de gran capacidad de carga, que finalmente se ocupan de llevar la basura a su

destino final.

Tratamiento. Consiste en el conjunto de ope-

raciones tendien-tes a adecuar los re-

siduos para su valorización, es decir, determinar lo que se pue-de aprovechar para reciclaje y reutilización. En el territorio na-

cional, alrededor del 15% de las localidades más pequeñas tie-ne recolección selectiva y plan-tas de tratamiento. En cuanto al área metropolitana, Marcelo Rosso, gerente de Operaciones de CEAMSE, explica: “Para que un residuo sea derivado a las plantas de separación y recicla-do en los complejos ambienta-les del CEAMSE, debe conside-rarse si es apto para su posterior valorización, es decir, si se pue-de lograr el aprovechamiento de los recursos contenidos en el re-siduo para la recuperación, sepa-

ración y posterior posibilidad de reciclado. Aquellos residuos que no resulten con aptitud para ser valorizados, tendrán como desti-

no la disposición final”.

Disposición final. El método emplea-do en la mayoría de

los municipios más grandes para la disposi-

ción final de la basura es el re-lleno sanitario, una técnica cu-ya finalidad es darles un destino cierto y seguro a los residuos só-lidos que se generan en los nú-cleos urbanos, sin causar perjui-cios para el ambiente o la salud.

Sin embargo, como mínimo el 44% del total de los RSU que se generan en el país son vertidos, inadecuadamente, en basurales a cielo abierto. En estos lugares se tira toda clase de residuos, in-clusive peligrosos y patogénicos, sin ningún control ni tratamien-to previo, con consecuencias ne-fastas para la salud de la pobla-ción y el cuidado del ambiente. Entre sus principales perjuicios, se destacan la contaminación del suelo, el aire y el agua, la presen-cia de animales transmisores de enfermedades y los efectos ad-

versos derivados de la quema de-liberada de basura.

Una responsabilidad compartidaSi bien la responsabilidad por el manejo de los RSU recae, en general, en los Gobiernos mu-nicipales, la mayor parte de las ciudades limitan su gestión a la realización de la recolección, ba-rrido de calles, limpieza de es-pacios públicos y disposición final de los residuos, la que en muchos casos se efectúa en ba-surales a cielo abierto. Pero esta problemática debe ser enfrenta-da con una perspectiva inclusiva

que reúna a provincias y Nación en el manejo y la definición de acciones estratégicas conjun-tas. Esto es, precisamente, lo que señala Juan José Mussi, secreta-rio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, quien explica que a esos efectos se en-cuentra en ejecución el Proyecto Nacional para la Gestión Integral de los RSU, que busca brindar asistencia técnica y financie-ra para que provincias y muni-cipios puedan elaborar sus pro-pios sistemas de gestión integral. “La gestión de residuos ha adqui-

informe

Las provincias son

responsables por los

recursos naturales que

poseen, así como también

son beneficiadas mediante

su explotación. Por esta

razón están obligadas a

cuidarlos y preservarlos.

De ello se desprende su

responsabilidad en evitar

los potenciales impactos

negativos para el ambiente y

la salud de la población que

puedan surgir por un manejo

inadecuado de la basura.

rido vigencia y fortaleza durante este Gobierno nacional y espe-cialmente en los últimos tiem-pos, cuando hemos podido eje-cutar presupuestos de fuentes de financiamiento propio y de cré-ditos internacionales que toma el Estado nacional y los descentra-liza en los municipios sin carga para ellos”. La iniciativa viene a dar apoyo a la Estrategia Nacional para la Gestión Integral de RSU, que tie-ne por objetivos el cierre de ba-surales a cielo abierto; la cons-trucción de rellenos sanitarios,

plantas de tratamiento y estacio-nes de transferencia; la capacita-ción técnica de los funcionarios provinciales y municipales; y la inclusión social de los recupe-radores informales de residuos. Según explica el secretario, la gestión propia de cada munici-pio se articula con una política de Estado integral a través de cua-tro puntos principales. “Primero el municipio elabora un proyecto, luego los técnicos de la Secretaría lo corrigen para su viabilidad. En tercer lugar, el Estado nacional descentraliza los fondos, y por último se controla su ejecución”, dice Mussi y luego aclara: “Como

se ve, hay una interacción perma-nente con los municipios lo que agrega otro participante funda-mental cuando la provincia está presente en el proyecto”.En este contexto, la política que promueve el Gobierno de la ciu-dad de Buenos Aires a partir de la Ley 1.854 “Basura Cero” está orientada a la eliminación pro-gresiva de los rellenos sanitarios y la adopción de medidas dirigi-das a la reducción de la genera-ción de residuos, la recuperación y el reciclado, así como también la disminución de la toxicidad

de la basura y la aceptación de la responsabilidad del fabrican-te sobre sus productos. El pro-grama incluía desde su inicio un cronograma de reducción pro-gresiva de la disposición final de los RSU: 30% para el 2010, un 50% para el 2012 y un 75% para el 2017, tomando como base los niveles enviados al CEAMSE durante el año 2004. Sin embargo, estos ob-jetivos no se han cumplido.En cuanto a la repartición de competencias y en relación a la gestión de residuos domi-ciliarios, Silvia Nonna, secre-taria académica de la Facultad de Derecho de la UBA y abo-

gada especialista en Recursos Naturales, resalta que la Ley 25.916 de presupuestos mínimos para la gestión de residuos do-miciliarios distingue claramen-te las autoridades competentes y la autoridad de aplicación, se-ñalando al Consejo Federal de Medio Ambiente como organis-mo de coordinación interjuris-diccional. En este sentido, dice: “Con acierto, la norma reconoce a las autoridades locales como autoridades competentes, resul-tando lógico que, si bien son los municipios los que se ocupen de

la materia, sean las provincias quienes así lo determinen”. Además de las responsabilidades que le corresponde a cada uno de los niveles de Gobierno, la socie-dad civil también aporta solucio-nes. Prueba de ello es el plan de erradicación de basurales que la Fundación Promover lleva ade-lante junto con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN): Programa Ambientalista con Inclusión Social Saludable. Omar Gadea, fundador y coor-dinador general del programa, explica que consiste en realizar estudios basados en datos con-cretos de calidades, cantidades,

tratamientos, herramientas, in-muebles y todo lo relacionado con los RSU. “Lo que se intenta generar es la interrelación de lo público con lo privado, tratando temas de compromiso social en todas las instituciones del lugar, tratando de llegar a todos los ciu-dadanos”, afirma.Otro de los objetivos es instalar el problema en la discusión dia-ria, a partir de los estudios que la Universidad ISALUD hace so-bre las consecuencias que genera el mal tratamiento. El fin es tratar de reducir las enfermedades de-

rivadas de la contaminación am-biental y prevenir los males que produce la falta de higiene urba-na. “El desafío es lograr el com-promiso político de los funciona-rios con el intendente a la cabeza, presentar un proyecto serio y res-ponsable para conseguir fondos del Estado y, siendo acompaña-dos por los empresarios, mostrar una gestión transparente y crear un fuerte compromiso de respon-sabilidad”, comenta Gadea. La meta, entonces, es lograr consorcios con distintos muni-cipios, buscando lugares estra-tégicos para compartir la dispo-sición final y tratando de generar

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Mussi comenta que, si bien se ha logrado consensuar paráme-tros como la separación en plan-tas y la recuperación del va-lor agregado de los residuos, la compactación y el relleno sani-tario controlado, aún debe dis-cutirse el tramo final. “Faltaría lograr consenso sobre el trata-miento final con generación de energía. Hay prejuicios en ONG que llegan a medios de difusión y, a través de estos, a un sector de la sociedad respecto a este te-ma”. Asimismo, plantea un inte-rrogante: “¿Qué hacemos con los residuos en los lugares donde no hay espacios para relleno sanita-rio? Creemos que este es el tema por dilucidar”. Según el secreta-rio, resulta necesario que el sec-tor universitario argentino parti-cipe y opine en el tema, y que los medios de difusión también lo hagan, sin pensar a quién puede favorecer o perjudicar la resolu-ción final que se adopte.

volumen para obtener biodiésel, electricidad, gas, entre otros. Finalmente, el representante de Fundación Promover reflexio-na: “Los residuos y los basura-les mal tratados matan, por lo que debemos actuar rápido y bien. En este tema algunos son culpables, pero todos somos responsables”.

Asignaturas pendientesEn relación a la gestión, Nonna destaca la elaboración de la Estrategia Nacional para la Ges-tión de Residuos Urbanos del Gobierno nacional. Si bien co-menta que hay algunas cuestio-nes que están pendientes de re-glamentación, sostiene que “la ley está vigente y está operati-va y existen claras obligaciones para los sujetos alcanzados por la norma”. Entre los programas existentes está el Proyecto Nacional para la Gestión Integral de los RSU.

informe

El Centro Basura Cero de la ciudad de Buenos Aires, decla-rado de interés por la legisla-tura, constituye una propuesta organizativa habilitada por el Gobierno local, destinada a la disposición final de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electróni-cos (RAEE) para su reutilización o, cuando el reciclado se torna imposible, su desarmado orde-nado en un entorno ambiental-mente adecuado conforme las normativas vigentes que exige la entrega de certificados de dis-posición final. Implementamos desde el año 2010 un costoso y complejo sistema de recolección diferenciada de RAEE cuyo padrón está compuesto por empresas y organismos públicos y privados que necesitan liberar espacios hoy colapsados por máquinas obsoletas, que son retiradas, directamente, por nuestra red de fleteros. En ese momento, suscribimos el inven-tario de la entrega, que resultará útil para la posterior confección de la certificación.Hemos creado once empleos directos de jóvenes con un promedio de 23 años de edad comprendidos en el Conve-nio Colectivo de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles, capacita-dos constantemente –modali-dad tutoría en armado de Pc y redes– por docentes contra-tados y pagos por el Centro Basura Cero. Esta modalidad de funcionamiento derivó en una trazabilidad perfectible que hizo posible donar unas 380 máquinas destinadas a entida-des de base comunitaria, como escuelas, centros de personas discapacitadas, asociaciones de jubilados, hospitales públicos, jardines de infantes, Centros de Salud y Acción Comunitaria, y procesar 1,2 t semanales de plásticos, 3 t de chatarra, 4 t de vidrios, 250 kilos de cables,

entre otras ventajas.Al reciclar 1 t de plástico, ahorramos 2 t de petróleo, que resulta ser su escaso insumo base, 12.000 litros de agua, se achican las emisiones de gases termo-activos responsables del efecto invernadero que hoy calientan el planeta y se extiende la vida útil de los sitios de disposición final (CEAmSE) de residuos sólidos urbanos hoy colmados. A su vez, crea empleo decente, protege los recursos naturales (renovables y no renovables) y cumple con los postulados de la Ley Basura Cero. Es para destacar la cam-paña de recogida ciudadana de RAEE en la sensible comunidad de Pinamar. Allí dictamos una charla en la sede del SUTERH y promovimos una colecta de basura tecnológica para ser trasladada y tratada por el Centro Basura Cero, donde se la convirtió en 8 PC, 2 impreso-ras y 2 router, para ser donado a escuelas. El compromiso se completará cuando las 3 escue-las beneficiadas se sumen a este intercambio y planten cinco árboles provistos por el vivero municipal por cada máquina recibida.Promovemos la replicabilidad del Centro Basura Cero en Chi-vilcoy, Vicente López, Quilmes, entre otros conglomerados urba-nos; y queremos destacar que la ausencia de tratamiento de los RAEE implica dejar liberada al entorno una gran cantidad de sustancias que el ambiente no degrada y que provocará graves dolencias cuando ingrese por vía de la percolación a los acuíferos y de allí al ciclo alimentario. En el próximo semestre, aspiramos a la ampliación de turno a 18 horas por día y a duplicar el personal a 22 trabajadores, apostando con firmeza a que el reciclado no es una moda: es una necesidad.

Residuos eléctricos y electrónicos Por Jorge Amar, director del Centro Basura Cero.