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582 como punto dc particla, no el volumen pcr- mitido por las ordenanz-as, sir)o cl progfaura distributivo y articlrlandolos varios elenrcn- tos cn cuerpos clc fábLica sc¡raraclos, sc pue- dc llcsar a situar convenientcnrentc todos los anbicntes, scgún sus funciones, y lograr así sacar particlo cle las propias clificLrltades clcl solar plra obtcner singuleres efcctos ex- presivos. Et cclificio se caracteriz¡, soble todo, por el jucgo apretado dc los volírmcnes, que c,)mpollen una especie dc escena aLrstrac- ta frcrrtc y encinra dc la gran vidriera conti- nua de la fachada sur (fig. 633). El cstudio de los matcriales es un aspecto suborJinailo (lus volúncncs dc mirio es"ín revocaclos o bien cLrbiertos dc ccránlica blan- ca) y cl edificio prcsenta varios defectos téc- nicos dcbidos al desco de enirentarse, con rcdr-rcida expe ric-ncia. y escasa clisponibilidad cle clinero, a ploblemas nuevos; por ejenrplo, la vicl¡icracle cicrre hcrmético se ha demos- trado incornpatible con las instalaciones de acorrdicio¡len¡icnto. por lo que, rcciontcmen- te, se lc ha debido añadir un bríse - soleí\. I-os tres edillcios exanlinaclos se insertan cn el tejidourbanocon una violenta solución de continuidad, quizá nrenos visible en el caso del colegio suizo debido al gran tamaño tlu los cspacios contiguos. De hecho,las tres obras son fragmentos de un nuevo tipo de ciudad que, insertánrlose c¡r la actual, fuerzan irresistiblenlcnte su triLura; Lc Cort:Lrsícr es períectamente cons- ciente de eilo y busca cacla ocasión para am'pliarla lógica del ediñcio al terreno que lo rodea, para enmarcarlo en un ambiente mucho ntás vasto. Su resentinliento por los fracasoscn la prúctica de sus proyectos se trrnsiorma en ulla rensión e.\trelnil. fara co- municar, a travósde la arquitectura construi- da, un sistenra con-rpleto de reglasmetódicas y de ideas. -5. I-a urba¡ústica de los CIAM Las reunioncs de ios CIAivf, enrre I929 y. 1933, tratan de problemas urbanísticos y El t¡toyintie¡tto tttoderno la succsión cle los tentasindica la ampliación prtrg::esiva dci campo de estudio. EI sc.qundo crrft.gruso, tlc 1929 en Frank- -.-- .: - J .-- turl, sc ocups dc clellll¡t rl conccpto de vi- - vi.'nttr lnininiulorir.i prrriio ite ñarri¿a b-ari los razoñ¡litic)ttos sobrc h e.lificacióD suE-- ' Vc nciunrrtlr.Estn rcuhió ñ, córno Iá-sulesivf] - risiá ir¡flur Iál sobre toc.lo, por el grupo ate- mírny por las expcriencias en cursoen varias ciudades de ¡\lemania, siendo la primera entre todas la de Frankfurt, de E. ivfay. Los caracteres de la viviencla míninla se estable- cen basánclose en la sociología de la época, fundada en obseryaciones estadísticas o en enlbrionarias teoríasevoiucionisras (Gropius se refiere a los trabajosde F. Müller - Lyer). \ Así, se observa que la climensión de las vi- vicnclirs,'¿e aéuói¿0 cón los hlgie;ifras, p¡él -tlc leducirse considera blenrcnte. nlientrai oüE _la ilunrinación, la ventilación y la-!n4 9Sl :o_t_ _d9_!9n. ,aygleltarse;.se hace norar que la cre- cicntc ernancipación de los individuos en el I seno de la fanrilia exige dar a cada miembro adulto una habitación,-'áunqiie peqireña,J -sc reconocc, poi otra pxrte, que las actuales tendencias solidarias prefieren las casas de viviendas colectivas a las individuales, al me- -Ló¡* 9 LtrEgl o me tT r_on-Ñ in-¿ u s tria ter- ' Una vez establecidoi los-s¡,rud¿¡di apa- rececl problcnia econónico. Precisamente el . hecho de quc las clascs menos adineradas I \ no pueden pagarse una casahabirable y que l- -i -';= I es necesrria la inrerven?ién-Gl-Esiado, ñácé ---..--- i que ct proDlenla Oe la vlvlenda se plantee I COrlro pro0letna rle mlnrnlos. Duesto oue cual- -._-*+- I quler de¡rocne se traduclila en una nlayor i-inftii¿lt_Lá misma óonsiiieñ.ion .*1q.qué I -¡añ,t,i¿n-r. recluzcan los sastos eenerales al rnínimo: del terreno, de las calles, etc. Así, clelproblema de la tipologíade la edificación se pasa necesariamente al problema del ba- rrio, tratado, en 1930, en el tercer Congreso de Bluselas. Gropius plantea el problema en la forma ya mencionada: ¿casas bajas,medias o altas? Bóhm y Kaufmann, de Frankfurt, analizan los gastos, R. Neut¡a describe las ordenan- zas anlencanas para casasaltas, el bohemio La aprorítrtación a Ios probl0ttas ttrbattíslicos K Tcige resunrc las condiciones clc la cons- trucción subvcncionada cn los tliferentcs pai- ses.Le Clolbusier i¡rtctviene con tlrta clc las. porrcrr'ciis nrás'rttp.,Liarrtcs, itorii.rrtlo cn tlis-- -cusiú,i Ios-,lo*-pi:obiónris línritcs: cl de le- ciuLlatt y cl (ic lu autoll(lil(l r'f lc¡l gilrl:t de Plo- '-in,,r'.i: Lrs iri¿ i.,r.ii solricioner. i.íI lof lrtí1 ( squi:,titttcti. ctl qtlr \c e \l)lcsíl el nraestro flancós sirve para dclinear cott gran eicacia los problenras cle fondo de l¿r cultura urbartística contcnrpor¿inea. Escribe: ¿,1-a gran ciudad es rrn hccho bueno o nralo? ¡,CLrírlcs deben scr sr¡s linritcs: uno, dos, cinco, clicz nlillones de habitantes? A<1tt'í no rlel¡cntos conlrstÍlr 3 estas prcgrrntas; el fenómcno cle las grandes ciudades cxiste y representa, erl ciertos momentos, rrn acontecimiento jcrárqLti- co dc calidad; la gran ciuclacl se convierte en un centro de atracción que recoge y clcvirelve los efectos espirituales naciclos (le tan intcnsa conceotración.Las grandes ciudades son, en re¡[dad, puestos de nlando.t' Le Corbusie¡ capta así la relació¡resencial cntle los problemas ulbanísticos miis gene- rales v los sociales y políticos. Pero aquí se cletieney previene: Ilstemos al corriente de las formas que adop- ta Ia actual evolución, pero, por favor, no nos oclrpenros aquí de politica y sociologia. Estos cios fenórnenos son infinitamente conrplejos; rrdemás existe el aspectoeconónlico y no es- tanlos calificados para discutir en el Congreso estos arduos problemas. Lo repito ; debemos considerarnos sólo arquitectos y urbanistas y, en este terreno profesiona[, hacer contrer a qlrien corresponda las posibilidades y las nece- sidadesde orden arquitectónico y urbanístico.ra Cuando ernpieza la enume¡ación de estas necesiCacles: ciudad-jardín vertical, calles interiores, tejadosplanos, construcción inde- pencliente de las calles, llega a una conse- cuenciapolítica: disponibilidad Cel suelo in- rr L¿ Cor¡lusrten, Ie parcel[cment du sol des vil/es, en Rationelle Bebauungstei'ren, pág. 49, trad. cast. en C. Av¡rtoutuo, La vivienda racio- nal, ctl. u lbid., páss. 5l-52. riliffffitffi:$üffi,5'm$rffi mffi 583 tlcpcnrlicrrrc de lrt ¡rlopi, tlutl ¿iv_u<ll;¿Córno -_-._-- conscguirlo? <Antc las rnnnifcstaciones in- contestables, indiscutibles clcl pt'oglanta nto- clcrno, la nutofidad aparccer'á cn la folnta adecuada. Pclo rcspctcuros la ctonología de los acontecinrientos: 1o.r técnicos tleben for- ntrlor, la autoridatl yu apareceró.>>ts La exh()ftrción a no discutir cle política y sociología va cr)rl[ra ]os alcntanes Taut y ivlay. Pero todos, conjuntalnente, están uni- dos por un misnroplrnteamiento; han for- mr¡lado un progfaura,tc<cnicamente factible y cicntíficanrcnte correcto,antesdc tener en cuenta las fuclzas políticas quü lo deberán ,,i,rnr,r 1r - inri..n..nrii¡nletncntr. dc las cir- cunstanci¡s cleldebate político inn-rediato. El acucrclo cstablccido con algunas fuerzas políticls -couro los socialdemócratas en AI!'r-naniíl- funcionó cluratrte las printeras fases de estc programa, peLo hubiera p,xlido rcclucirse en las succsivas; ahora que estas fucrz¡rs se han debilitado, eI acuerdo, inciuso dentro cje los límites iniciales, es difícil, y están llcganclo al poCerotlas fuerzas que no aclnriten ningún acuerdo.Los arqtritectos se ven obligados a marcharse y buscar otros países nrás favorables (May está ya prepa- rándosepara narchaf a Rusia), o bien que- dane y csperar.La posición aislada, de Le Corbusicr se convertirá en la única posible v l¡s rcuniones culeciivrs sóltrpucdcn conso- lidar teóricamente los resultados alcanzados hasta entonces. Es decir, en los inicios de los airos 30, el CIAM de Brusehs no está capacitadopara discutir de nuevo el problema del barrio, sino que sólo puede recoger y catalogar las experiencias válidas, a fin de que no se pier- dan. En las páginasdel volumen publicacloal año siguientepor iniciativa clel CIAM,r6 la producción de edificios en Europa dei dece- nio precedente queda diligentemente reseña- ts lbíd., pág.57. Rationeile Bebauungsx,eise¿, redactado pot V- BouaoEo¡s, S. GteoIoN, V. VAñ. EÉ.sIEREN,R. Sr-ercen, Stuttgart, 193 l, trad. cast. en C. AYIIroNI- xo. La vtv'icrda raciont!, ciL. Luc,t.lAr:i)c) 8e ¡.ievc I^c l+,stcr,¿, de-ta A,-qtj, +<cfit'ru l{.'t\erno

Benevolo, Leonardo - La Urbanística de los CIAM

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Page 1: Benevolo, Leonardo - La Urbanística de los CIAM

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como punto dc part icla, no el volumen pcr-mit ido por las ordenanz-as, sir)o cl progfauradistr ibutivo y art iclr lando los varios elenrcn-tos cn cuerpos clc fábLica sc¡raraclos, sc pue-dc l l csar a s i tuar conven ien tcnren tc todoslos anbicntes, scgún sus funciones, y lograrasí sacar part iclo cle las propias cl i f icLrl tadesclcl solar plra obtcner singuleres efcctos ex-presivos. Et ccl i f ic io se caracteriz¡, sobletodo, por el jucgo apretado dc los volírmcnes,que c,)mpollen una especie dc escena aLrstrac-ta frcrrtc y encinra dc la gran vidriera conti-nua de la fachada sur ( f ig . 633) .

El cstudio de los matcriales es un aspectosuborJ ina i lo ( lus vo lúncncs dc mi r io es" ínrevocaclos o bien cLrbiertos dc ccránl ica blan-ca) y cl edif icio prcsenta varios defectos téc-nicos dcbidos al desco de enirentarse, conrcdr-rcida expe r ic-ncia. y escasa cl isponibi l idadcle cl inero, a ploblemas nuevos; por ejenrplo,la vicl¡ icra cle cicrre hcrmético se ha demos-t rado incornpat ib le con las ins ta lac iones deacor rd ic io ¡ len¡ icn to . por lo que, rcc ion tcmen-te, se lc ha debido añadir un bríse - soleí\.

I-os tres edi l lcios exanlinaclos se insertancn e l te j ido urbano con una v io len ta so luc iónde continuidad, quizá nrenos visible en elcaso del colegio suizo debido al gran tamañotlu los cspacios contiguos.

De hecho, las tres obras son fragmentos deun nuevo t ipo de ciudad que, insertánrlosec¡ r la ac tua l , fuerzan i r res is t ib len lcn te sutr iLura; Lc Cort:Lrsícr es períectamente cons-ciente de ei lo y busca cacla ocasión paraam'pl iar la lógica del ediñcio al terreno quelo rodea, para enmarcarlo en un ambientemucho ntás vasto. Su resentinl iento por losfracasos cn la prúctica de sus proyectos set r rns io rma en u l la rens ión e . \ t re ln i l . fa ra co-municar, a travós de la arquitectura construi-da, un sistenra con-rpleto de reglas metódicasy de ideas .

-5. I-a urba¡ústica de los CIAM

Las reun ioncs de ios CIA iv f , enr re I929y . 1933, t ra tan de prob lemas urbanís t i cos y

El t¡toyintie¡tto tttoderno

la succsión cle los tentas indica la ampliaciónprtrg::esiva dci campo de estudio.

EI sc.qundo crrf t .gruso, t lc 1929 en Frank-- . - - . : - J . - -t u r l , s c ocups dc c l e l l l l ¡ t r l conccp to de v i -- vi . 'nttr lnininiulorir . i prrr i io i te ñarr i¿a b-arilos razoñ¡l i t ic)t tos sobrc h e. l i f icacióD suE--' Vc nciunrrt lr . Estn rcuh ió ñ, córno Iá-sulesivf]- r isiá ir¡ f lur Iál sobre toc. lo, por el grupo ate-mírn y por las expcriencias en curso en variasciudades de ¡\ lemania, siendo la primeraentre todas la de Frankfurt, de E. ivfay. Loscaracteres de la viviencla míninla se estable-cen basánclose en la sociología de la época,fundada en obseryaciones estadíst icas o enenlbrionarias teorías evoiucionisras (Gropiusse ref iere a los trabajos de F. Müller - Lyer).

\ Así, se observa que la cl imensión de las vi-vicncl irs, '¿e aéuói¿0 cón los hlgie; i fras, p¡él- t l c

leduc i rse cons idera b lenrcn te . n l ien t ra i oüE

_ la i lunr inac ión , la vent i lac ión y la - !n4 9S l :o_ t__d9_!9n. ,aygleltarse;.se hace norar que la cre-cicntc ernancipación de los individuos en el

I seno de la fanri l ia exige dar a cada miembroadulto una habitación,- 'áunqiie peqireña,J-sc

reconocc , po i o t ra pxr te , que las ac tua lestendencias sol idarias pref ieren las casas deviviendas colectivas a las individuales, al me-

-Ló¡* 9 LtrEgl o me tT r_on-Ñ i n-¿ u s t ri a t er-' Una vez establecidoi los-s¡,rud¿¡di apa-

rece cl problcnia econónico. Precisamente el. hecho de quc las clascs menos adineradasI

\ no pueden pagarse una casa hab i rab le y quel - - i - ' ; =I es necesrria la inrerven?ién-Gl-Esiado, ñácé---..---i que c t p roDlen la Oe la v lv lenda se p lan tee

I COrlro pro0letna r le mlnrnlos. Duesto oue cual-- . _ - * + -

I quler de¡rocne se traducl i la en una nlayor

i-inftii¿lt_Lá misma óonsiiieñ.ion .*1q. quéI -¡añ,t,i¿n-r.

recluzcan los sastos eenerales alrn ín imo: de l te r reno, de las ca l les , e tc . As í ,clel problema de la t ipología de la edif icaciónse pasa necesariamente al problema del ba-rr io, tratado, en 1930, en el tercer Congresode Bluselas.

Gropius plantea el problema en la formaya mencionada: ¿casas bajas, medias o altas?Bóhm y Kaufmann, de Frankfurt, anal izanlos gastos, R. Neut¡a describe las ordenan-zas anlencanas para casas altas, el bohemio

La apror í t r tac ión a Ios p rob l0 t tas t t rba t t ís l i cos

K Tc ige resunrc las cond ic iones c lc la cons-

t rucc ión subvcnc ionada cn los t l i fe ren tcs pa i -

ses . Le C lo lbus ie r i ¡ r t c tv iene con t l r ta c lc las .

por rc r r ' c i i s n rás ' r t tp . ,L ia r r tcs , i to r i i . r r t lo cn t l i s - --cus iú , i

Ios - , lo* -p i :ob iónr is l ín r i t cs : c l de le -

c i u L l a t t y c l ( i c l u a u t o l l ( l i l ( l r ' f l c ¡ l g i l r l : t d e P l o -' - in,,r '. i : Lrs ir i¿ i.,r. i i solricioner.i . í I l o f l r t í 1 ( s q u i : , t i t t t c t i . c t l q t l r \ c e \ l ) l c s í l

e l n raes t ro f l ancós s i r ve pa ra dc l i nea r co t t

gran eicacia los problenras c le fondo de l¿r

cu l t u ra u rba r t í s t i ca con t cn rpo r¿ inea . Esc r i be :

¿,1-a gran c iudad es rrn hccho bueno o nralo?

¡ ,CL r í r l c s deben sc r s r ¡ s l i n r i t c s : uno , dos , c i nco ,c l i c z n l i l l ones de hab i t an tes? A<1 t t ' í no r l e l ¡ cn tos

con l r s t Í l r 3 es tas p r cg r rn tas ; e l f enómcno c l e

las grandes c iudades cxiste y representa, er l

c ier tos momentos, r rn acontecimiento jcrárqLt i -

co dc ca l i dad ; l a g ran c i uc l ac l se conv ie r t e en

un centro de atracción que recoge y c lcv i re lve

l os e fec tos esp i r i t ua l es nac i c l os ( l e t an i n t cnsaconceo t rac i ón . Las g randes c i udades son , en

re¡[dad, puestos de nlando.t '

Le Co rbus ie ¡ cap ta as í l a r e l ac i ó ¡ r esenc ia l

cnt le los problemas ulbaníst icos mi is gene-

rales v los socia les y pol í t icos. Pero aquí se

clet iene y previene:

I ls temos al corr iente de las formas que adop-ta Ia actual evolución, pero, por favor, no nosoclrpenros aquí de pol i t ica y socio logia. Estosc i os f enó rnenos son i n f i n i t amen te con rp l e j os ;r r demás ex i s t e e l aspec to econón l i co y no es -tanlos cal i f icados para discut i r en el Congresoestos arduos problemas. Lo repi to ; debemos

considerarnos sólo arqui tectos y urbanistas y,

en este terreno profesiona[ , hacer contrer a

qlr ien corresponda las posib i l idades y las nece-

sidades de orden arqui tectónico y urbaníst ico.ra

Cuando ernpieza la enume¡ación de estasneces iCac les : c iudad- ja rd ín ver t i ca l , ca l lesinteriores, tejados planos, construcción inde-pencl iente de las cal les, l lega a una conse-cuencia polí t ica: disponibi l idad Cel suelo in-

rr L¿ Cor¡lusrten, Ie parcel[cment du sol desv i l /es , en Rat ione l le Bebauungste i ' ren , pág. 49 ,

trad. cast. en C. Av¡rtoutuo, La vivienda racio-na l , c t l .

u lb id . , páss . 5 l -52 .

riliffffitffi:$üffi,5'm$rffi mffi

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t lcpcnr l i c r r rc de l r t ¡ r lop i , t lu t l ¿ iv_u< l l ;¿Córno- _ - . _ - -conscgu i r lo? <Antc las rnnn i fcs tac iones in -contestables, indiscutibles clcl pt 'oglanta nto-clcrno, la nutof idad aparccer'á cn la folntaadecuada. Pclo rcspctcuros la ctonología delos acontecinrientos: 1o.r técnicos t leben for-ntrlor, la autoridatl yu apareceró.>>ts

La exh( ) f t rc ión a no d iscu t i r c le po l í t i cay soc io log ía va c r ) r l [ ra ]os a lcn tanes Taut yivlay. Pero todos, conjuntalnente, están uni-dos por un misnro p l rn teamiento ; han fo r -mr¡lado un progfaura, tc<cnicamente fact ibley cicntíf icanrcnte correcto, antes dc tener encuenta las fuclzas polít icas quü lo deberán, , i , r n r , r 1 r - i n r i . . n . . n r i i ¡ n l e t n c n t r . d c l a s c i r -

cunstanci¡s clel debate polít ico inn-rediato.El acucrclo cstablccido con algunas fuerzas

polít icls -couro los socialdemócratas enAI! 'r-nanií l- funcionó cluratrte las printeras

fases de estc programa, peLo hubiera p,xl idorcclucirse en las succsivas; ahora que estasfucrz¡rs se han debil i tado, eI acuerdo, inciusodentro cje los l ímites iniciales, es dif íci l , y

están l lcganclo al poCer ot las fuerzas que noaclnri ten ningún acuerdo. Los arqtr i tectos seven obl igados a marcharse y buscar otrospaíses nrás favorables (May está ya prepa-

rándose para narchaf a Rusia), o bien que-dane y csperar. La posición aislada, de LeCorbusicr se convert irá en la única posiblev l ¡s rcun iones cu lec i i v rs só l t r pucdcn conso-

l idar teóricamente los resultados alcanzadoshasta entonces.

Es decir, en los inicios de los airos 30, elCIAM de Brusehs no está capacitado para

discutir de nuevo el problema del barr io,sino que sólo puede recoger y catalogar lasexperiencias vál idas, a f in de que no se pier-dan.

En las páginas del volumen publicaclo alaño siguiente por iniciat iva clel CIAM,r6 laproducción de edif icios en Europa dei dece-nio precedente queda di l igentemente reseña-

ts lbíd., pág. 57.rá Rat ione i le Bebauungsx ,e ise¿, redac tado po t

V- BouaoEo¡s , S . Gteo IoN, V . VAñ. EÉ.s IEREN, R.Sr -ercen, S tu t tgar t , 193 l , t rad . cas t . en C. AYI I roNI -xo . La v tv ' i c rda rac ion t ! , c iL .

Luc,t.lAr:i)c) 8e ¡.ievc I^cl+,stcr,¿, de-ta A,-qtj, +<cfit 'ru l{. ' t\erno

Page 2: Benevolo, Leonardo - La Urbanística de los CIAM

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da y iuzeada según c r i t c r ios un i fo rmcs; nol lcga eI eco dc los grlndi:s prr-rblentas t]e fon-clo que la coyuntura econónlica plantea, enlos misnlos años, en los dist intos paíscs.

Las conclusiones of iciales rel iejan cl ma-les ta r du cs ta s i tü ¡c ióo ; se compnleban a l -r u n o s t \ b s t i c u l o s c r r e d e b c n c l i n l i n r r s c : l aIalta cic oldcnanzas pa¡a la parcelación,I : r p l l s is tcnc ie c lc l l s cons t l r rcc ioncs cn n l tn -zana ccr rada, la dcsconf ianza cn los uucvosnrétodos ( le construcción, el prejuicio dc lascons tnrcc ioncs c lc es t i lo en los ccn t ros an t i -guos , Ias d i f i cu l t ¡dcs cconónr icas , la fa l ta dei r r tc f i s ( l c las tu to r i r ia t les . L .n los p l íscs mc. -nos clesarrol lados, por los cstudios v los re-s t r l l l do : oL l teu idos cn c l ex t r rn jc ro .

Tampoco la cucstión planteada por Gro-pius: cesas altas, ntcdias o bajas, recibe unarespuesta concrct¡. t :

La experiencia en el cantpo de las casasbajas y rnedias (de .1-5 pisos) es va strf icientepara juze:rr su cf icacia, nrientras que para lascasas a l l ¡s d isponentos só lo de la exper ienc iaarner icana. pero ún icamente en v iv iendas de lu -jo. El Congreso comprtreba que esta forma devrvienda p'.rede ofrecer una solución al proble-ma de l i r vivienda míninta. pero sin poder de-nlostrar que sea la única forma deseable. Es,pues, necesario continuar el exanten de todas)as pos ib i l idades de las c ¡sas a l tas y es t r rd ia r sueficrcia en los ejemplos real izados, aunque seopongan obstáculos de orden econónrico, sen-t in len ta l o de ordenanzas urbanas. t?

F . l lV Conq reso t i ene I uqa r en 1933 , Ibort ló de una l lave que va t le fv f arsel la a Ate-

¡iás. Selntréntf-orr efproblem-x dilt-¡fu-l laiñxanlinanclo treinta y tres casos,rs peroesta vez no se publica ningún informe ofi-c ia l : só lo en 1941 se ed i ta en Par ís un do-

t l S tc l lungnahnrc de t Br i i sse le r KonRr¿sses zuF lach , l t t i t te l - o t le r l Iochbau, en op . c i r . p ig . 7 -1 .

l s Se l ra ta de Amsterdam, ¡ \ lenas , Bruse las ,Ba l t imore , Bandung, BLrdapest , Ber l ín , Barce lona,Char le ro i , Co lon ia , Como, Da la t , Det ¡o i t , Dessau,Frank fur t a . I r , f . , C ínebra , Cénova, La Haya, LosAnge les , L i t to r ia , Londres , N ladr id , Os lo , Par ís ,Praea, Roma, Rouerdam- Es loco lmo. Ut rech t . Ve-r o n r . V a r s o v i a , Z a g r c b , Z u r i c h .

cunlcnto anóuirno (redactado por Le Corbu_- i ic r ), ctur- pr cflc ¡o_tlé lq all C lrqu (folx, q uérccihc cl lánr-bri dc Curt¿t de Ate¡i l .

--- ' ---El -lié¿ho_?t¡uel;*exanlin."lñnta

vt rcs c iudr r l cs y no sc h l rga e l ba lance detreintt y tres experiencias concrctas de ,pla-nif icnción es bastante signif icat ivo. De hccho,los pfotagouistrs del rnovint iento modernoqueclan lucla dc las cxlxr icncias urbaníst i-cas t le este período; sólo están capacitadosprla conr¡r 'obar el d.Forderft l-c las ciucl idFs.-c n u nci ar crr rno' coir tla pós ición [ál-c?iáélei¡i -.-t icai

-di ói'ilcn

-f iunciolaliilld- q tñ dcFc Lián

scr p rop ias ' r l c lac iuda i l n roá . r i ru J in¿ ióa i - -- r _ - _ 1 . - _ - _ - '

. l_ol n.rcolof necesartos para lograrlas.Los expcr i r ren tos parc ia los de Bcr l ín y de

Frankfurt han sido interlr .rmpiclos por la cri-sis económica; el progran-ra de construccionespopulares del i \yuntamicnto de \¡ iena estáparado desde la quiebra del Kredit - Anstalten 1931; en or ros lugares o fa l ta una pre-sencia cultural c.f icaz clel movimiento moder-no o la legislación cstá denrasiado atrasadapara pcrmi t i r nuevas üxper ienc ias . N i s i -qu ie ra c lespués de 1933 se pernr i te a losnric¡nbros del CIAM ensanchar su campode acción dcl barr io a la ciudad, con la solaexcepción de Holanda, conto expl icaremosnrás adelante. El examen cle lo que sucedeen treinta y tres ciut lacies dcl mundo nopuede sus t i tu i r r . rna expe l ic r rc ia que no haexist iclo.

Es, por lo tanto, natural que los CIAM

-qtrpllgll .¡¡@_]qs qUS sucnan a.abstractos y crsi i rónlco¡en un munclo atormentado, donde se estánpoilendo en duda las mismas reglas de laconvivencia humana. Pero precisantente res-pecto a estas circunstancias la naturaleza teó-r ica del docunle nto :rt lc¡uicre una precisa sig-nif icación y un gran valor polí t ico.

Hubiera sido fáci l para los congresistas,en 1933, y aún más para Le Corbus ie r , en1 941 , precisar técnicamente su gestión eintentar una racional ización de los nlétodoso de los modelos corr ientes, ofreciendo a losoperadores de su t iempo indicaciones preci-sas y más adelantadas; así actúan, dos años

",:*;$; j : año rrrás tar( ic. cn Ital ia, los rcs¡ronsables dc-¡líj"l.f¡

la lcy d.' 1942i *# rY Cas i con t ra r ie cs la in tc rvcnc ión de lost- lá. 'Ei l ' i

crav y t le I .c corbusicr: I¿r 'ucva urba-I"*t i* ' -1..r; .n 'r^ nlrc( lr) reducirsc cl l t l r ta ntciora&#- níst i .a l to pttct lc- redtlci fsc cl l t l r la nlcjora

f l ' . 'qi técnic:r cle la corr icnte , sino cluc corlst i t try¿

]i ; ! , i l ; ; una vcrd¡c1era y irropia ¡ l tcr r]¡ t iva, t l trc cxig¿

, t ¡ ; ' an te todo una insp i rac ión po l í t i ce d is t in ta '

i ,B, Si las circunstrncias hacetr inrprobable esta

t*r: . al ternativa, hay que cntrnciarla c11 fort l l i t

. , i : r ! ; utópica, ¡rero clara, no di lLr ida erl tr11 col l)-: , p ronr iso eccptab lc por IJS f t ¡c lzas t lo t t l i -

i : : nantes.; ' ¡

E l p l rn tc ¡n l ien to t l c hs c l i sc t rs io t l cs no cs

i uñ1_.1g!g qr-" funcignc _nrcjqi,_ {tig_y:].*"i

-ciüdád que tuncione p¡¡1--todqg-,y--r3pq{l-

!

. l -é4üi i¿it i i ianléntc

entre sus ciuclacl¿rnos los bc-

¡ ncñc ios 'dó las pos ib les n rc ¡J iá l ;1 t t iá ta oc

I ' -nu.uo

del ideal cle MorLis, cl <ál ' ió páiá tó-

I dos, que se l iá--tr.rrxfoinriooátro' 'n, frc ' i i te r-

! ) aprox imac ió i l a los p rub l? t t tas t t r l ¡n t ¡ ís t ícos

' ; l -derpu¡t , en Fral lc ia. lo: rct l l rc torcs r lc la lc 'y

¿, ' urbatr ísr ic , , t le l I I t lc junio t lc l9-{3 1 ' , un

los r. 'gímencs ]utori tal ios, cn un prcciso ob-jc t i vo po l í t i co .

Así, en el momcnto clecisivo, la opciónde los Cf ¡ \ l r l se s i túa erac ta l l rcn tc c l r opos i -c ión a l t ccn ic jsmo que se suc le cons idcrarprop io de la tcndenc ia rac iona l i s ta . Ent ra enjuego con la racional idat. l de la técnica y conla rac iona l id ¡c i d¿ ias l c lac ioncs i rumanas.

Esta opción se cvir lencia hoy claran'tcntele1'endo, a distancia de treinta airos, los pá-rrafos conclusivos clc la Carta r le Alcnas:

Actualmente, la nral 'orÍa de las ciLrgl{e_s,g_prc-sentxn como. l r ' i rnegeñ dc l dés . r rde¡ r . Esras

i c iuc lades no corresponden en nroclo a lguno a su- - . :

? * - . - . - . _ , ' - -

I _ l rnxl tdad, que serra Ia d,c _sStrs l i rcur l i l !_ l_u!{a-_-t r na l i dad . , ¡ ue se r i a l a de se t i s t acc r l as I unda -- ni e n tit es' ñicesi¿ á¿ es- u ior¿ü cii- v. rÑ. "lOgtq+i-cle strs habi tantes.' -

Ei f i sr tuació i á inuncia, ya c lescie los in ic iosde l a e ra de l a máq t r i na , l a i nccsa t r t e n ru l t i p l i -cación de los intereses pr ivados.

La v io lencia de los intereses pr ivados deter-m ina t r na desas t rosa rup tu ra de l cqu i l i b r i o en -t re la presión de las f r rerzas ecortónt icas por

un lado y la debi l idad del contro l acln l in ist ra-t ivo y 1¿ impotencia de la sol idarrdad socia lpo r o r ro . . .

5 S 5

La c iudad c lebe asegurar, en el p lano espi-

r i t ua I con ro en e l n r i l t e r i a l , l a I i be r t ad i nd i -

v idual y los benef ic ios de le acción colect iva '

Den t ro de l d i spos i t i vo u rbano , c l d i n l ens io -

nado c lc c¡c la cosa sólo puodct t regl t larse a

escala bi ¡nr lna.

i i " " ; - ; ;

t r , , " i " t " t^" .

de la . rbaníst ica consisten ] l

, e i í I ¡ s cL r ¡ r r o f r ¡ nc i oncs : . h . r b i r ¡ r , ¡ r ¡ n1 i1 ¡ , _c te ¡ - t l, c l l l s . i r ( c ¡ r . t l - t i c n r p o I i l r r c ) , c i r c t l | a r

L o s ' D l ¡ n . ' s - r l e t c i l r , i l ' a ] á n ¡ . r c s t r . i c l t l r a d u i l

cad . I u r l ( ) r l ¿ l os scc l o tus i r t f r bu rdos I l a s c t l ¡ t r o

!úr¡c1or¡e.rs c lave i ; t i iarán s i i iespeót ivC-üuica-c i r in ¿n el conjunto.

E l c i c l o de l as f t ¡ nc i ones co t i d i anas : hab i t a r ,

t rabajar , c lescansar ( recuperar) será regulado

por le urbaníst ica con la ntás r igurosa econo-

ni ía i le t ienrpo, consi i lcr lnc lo la v iv icncle conrt¡

! -enlro ( lc l ls preoct t ¡ l l tc iones t r rbaníst ic ls y

conro punto c le part id l r para cualquier valo-

¡ac i ó n . . .Es necesa¡ io y l l rgcnte qr . rc cada c iudad esta-

blezca str pfogranra pronrLr lganclo las leyes que

cons ien tan su ac tuac ión .

EI prograrna deLrerí fornrarse a base de r i -

g r r r osos an¿ í i i s i s , d i r i g i dos po r cspec ia l i s t as , y

debe rá p reve r l as e tapas en e l t i empo y en e l

espacio, con el f in c le unir , en fecunda armo'

ni l . los rccursos naturales del hontbre, la topo-

graf i : r dc l conjunto, los dt tos económicos, las

necesidacles socio lógicas y los valorcs espir i -

t ux l es . . .

\ Et nú. I .o básico c le la urbaníst ica está cons-

I ritu-ifc,_ p-ói la óóhrla aJ ¡a¡itación-iiina uiuieri-

da ) 1 ' su i nse rc i ón en un g r t r po rep resen ta una

tunidad de habi tación de tanraño ef icaz.

Part iendo c le esta i rn idad de habi tación se

establecerán, dentro del espacio urbano, las

relaciones entre v iv iencla, lugares de t rabajo e

inst l lac iones decl icadas a las horas l ibres.

Plra resolver esta gr¡ve tatea es indispen-

sable ut i l izar los rect t rsos de la técnica mo-

derna que, con la aytrda de strs especia l is tas,

apovará c l ar te i le la constr t tcc ión con todas las

ga ren t í as de l a c i enc ia y l a en r i quece rá con l os

i nven los y r ec t t r sos de l l úpocn . . .

Er isten dos real idades antagónicas. Por un

Iado , l a en t i dad de l os t r aba jos que , pa ra l a o t -

gan i zac ión de l as c i L rdades , es necesa r i o em-

pezar urgenlemente y, por otro, Ias condic iones

de e.r t remo f raccionanr iento de la propiedad

del sueio.La grave contradicci , l ¡n que resul ta evidente

:.[,':'r

-.¡::1,{

¡I

Page 3: Benevolo, Leonardo - La Urbanística de los CIAM

El ¡novíntíe¡tto ntodenrc

6 i ,1 - Una escena de l f r lm i t l c t ropo l i s de Fr i rz Lang ( I927) .

aqui p lantea uno de los problemas más agudosde nueslra época: la urgencia de regular conLrn instnrrnento legál la d isponibi l idad del sueloút i l , para corresponder a las necesidades v i ta lest le l indiv iduo en plena armonia con las nece-s i dades co lec t i vas .

El interés pr ivado quedará subordinado alinterés públ ico. 'e

le Trad. cast . 1960. Los CIAN{ se reunieronluego, en 1937, en París. Después de la gLrerra, sereunieron, en 1947, en Br idgewater; en 1949, enBérgamo; en i95l en Hoddesdon; en 1953, en Aix -en - Provence; en 1956, en Dubrovnik; y por ú l t imavez, en 1959, en Otter lo. La asociación. en su for-ma or ig inal , se demoslró incrpaz r je en[rentarsecon los problemas de la nueva coyuntura cul tural ,y sus protagonistas acordaron disoiverla.

CapítuloKVI

En jun io de 1931, en c l ac to de c lausurade la Bauauss tc l lung de Ber l ín , Erns t i v faypronunc ia una confercnc ia an te e l Senadode la ciudaci sobre La construcción cle lasciudades en la URSS,* donde él ya trabajadesde 1930, y anunc ia la in tenc ión de losCIAlvf dc organizar e1 IV Congrcso en laUn ión Sov ié t i ca .

Nfart in Wagner cornenta:

En el nrismo día en que nlás de mil urba-n is tas . t ras haber as is t ido durante c inco d íasa la zrutopsia del cadáver del organismo ur-bano europeo, coincidían, en su encLlentro f i-nal, en declarar su intpotencia para haceraigo... Ernst May pronunció su gran informesobre Ia urbaníst ica rusa, frente a r.rn grupo dejóvenes arqu i tec tos en tus ias tas . . . r

De hecho, Rusia apalece en aquel momen-to como el país nás capacitado para real izarlos programas dc la arquitectura moderna;en I928, Lub imov, p res idente de ta Un iónde las cooperativas, encarga a Le Corbusiercl proyecto de la nueva sede de la olganiza-c ión ; cn 1931, Grop ius , Poe lz ig , Le Corbu-stcr y Mendelsohn son i trvi taclos por el go-bierno para part icipa¡ en c1 concurso para elpalacio de los Soviet; May Meyer y, mástarde, Taut, Hi lberseimer, Hebebrandt, Lur-gat y muchos otros arquitectos occidentalestrabajan en la URSS en los programas urba-

' [.a construccíón tte la cíudad soviética, G.G i i i , Ba rce lona , 1972 .. . ' C i t . en e l P ró l ogo Je V . Qu r r r c r a N . A .¡ r r r JU r rN . Sosgo rod , r r ad . i r . , M i l án , 1971 .

El compromiso polít ico y el confl ictocon los regímenes autoritarios

níst icos del printer plan quinquenai, y unsrupo cie arquitect<-rs soviét icos, el OSA, rea-l iza, durante el pcríodo entre les dos guerras,los modelos más adclantados de composiciónurbana; dc hecho, la relación que hemos he-cho preccdentemente, sobre la aproximacióna los problcmas urbaníst icos, acaba en Ru-sia en los años 1930: comcntaremos prontocs te ep isod io , quc c ie r ra e l tema dc l cep í tu -lo XV y abre e1 del XVI.

El motivo de esta preferencia sólo puedeser po l í t i co ; la ¡evo luc ión de i917 c reó enRusia un nucvo espacio polí t ico, cuyos l ími-tes son todavía desconocidos y donde mu-chos hombrcs de la izquierda europea sitúansus aspiraciones ya amenazadas por la dere-cha que f ,v íu lza ; inc luso la l iqu idac ión de laprimera vanguarcl ia ¡¡5¿ -\ ' [¿y¿covski i sesu ic ida en 1930- parece cont r ibu i r a iaformación de un debate más moderado,abierto a las experiencias internacionales. Losplanteamientos arquitectónicos y las convic-ciones polít icas parecen estar cada vez másrelacionaclas entre sí. En 1925, durante lapolémica suscitada por el traslaclo del Bau-haus de Weimar a Dessau, Gropius habíasostenido la independencia de la nueva in-vestigación arquitectónica frente a cualquiercorr iente polít ica, y había así ganado subata l la : en rea l idad, había comprend ido quelas f inal idades cl¿l movimiento e incluso laépoca del trabajo colectivo iniciado en 1919no podían identi l lcarse con las tendencias yprevisiones de los pari idos que, en aquel mo-mento, se disputaban el ¡roder. Pero ahora,