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del Escritorio al Campo D e algún modo, “El Impenetrable” es un bosque emplazado sobre un desierto en el Gran Chaco americano. Como una gran masa verde oscura, ocupa parte del noreste de Santiago del Estero y del oeste de Chaco. Recientemente, científicos y técnicos de la Argentina, Bolivia y Paraguay (los países con que compartimos los ecosistemas chaqueños) definieron a los bosques de “El Impenetrable” como una de las prioridades de conservación. En apoyo a esta visión, presentamos algunas de las especies de plantas que lo caracterizan. Y, en particular, árboles y arbustos, dado que estos son los que dominan el paisaje. Estas leñosas suelen pertenecer a la familia de las leguminosas, fáciles de reconocer por sus fru- tos con forma de “chauchas” o vainas que contie- nen las semillas. La mayoría de estos árboles tie- nen troncos con cortezas rugosas y ramas tortuo- sas. Presentan maderas duras y valiosas, pero normalmente, están sobreexplotadas y mal valo- radas. No es raro ver hornos de carbón queman- do maderas que en otros países cotizarían de tal forma que -su sola presencia- elevaría el valor de los campos que cubren. Pero su mayor riqueza si- gue pasando desapercibida: la enorme diversi- dad de especies de fauna y flora asociadas (sólo comparable con las yungas o la selva misionera) y los servicios ambientales que brinda. Si bien puede llevar tiempo aprender a percibir todo es- to, puede empezarse por algo bien concreto: re- conocer una parte de las especies que sostienen sus ecosistemas. Llegar al Impenetrable no suele ser fácil, pero –en compensación- siempre tendrá sabor a aventura y dará las satisfacciones de los descubrimientos. Por eso, aspiramos a que esta guía ayude a cono- cer y valorar mejor esta tremenda masa boscosa. Y ya hay indicios que permiten cultivar el optimis- mo. Nuevas reservas se han creado en la región y algunas de las “viejas” recobran fuerzas y mayor actividad. Este, entonces, es nuestro modesto aporte para ellas y sus visitantes. Plantas del Impenetrable chaqueño 18 Defensa 251 . piso 6° k . (c2065aac) . Ciudad de Buenos Aires . Telfax (5411) 4331.3631 / 4343.4086 . www.vidasilvestre.org.ar

Bertonatti Perez 2006 Guia Para Reconocer Plantas Del Impenetrable Chaqueno

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Guia Para Reconocer Plantas Del Impenetrable Chaqueno

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  • del Escritorio al Campo

    De algn modo, El Impenetrable es un bosqueemplazado sobre un desierto en el Gran Chacoamericano. Como una gran masa verde oscura, ocupaparte del noreste de Santiago del Estero y del oestede Chaco. Recientemente, cientficos y tcnicos de laArgentina, Bolivia y Paraguay (los pases con quecompartimos los ecosistemas chaqueos) definierona los bosques de El Impenetrable como una de lasprioridades de conservacin. En apoyo a esta visin,presentamos algunas de las especies de plantas quelo caracterizan. Y, en particular, rboles y arbustos,dado que estos son los que dominan el paisaje.

    Estas leosas suelen pertenecer a la familia delas leguminosas, fciles de reconocer por sus fru-tos con forma de chauchas o vainas que contie-nen las semillas. La mayora de estos rboles tie-nen troncos con cortezas rugosas y ramas tortuo-sas. Presentan maderas duras y valiosas, peronormalmente, estn sobreexplotadas y mal valo-radas. No es raro ver hornos de carbn queman-do maderas que en otros pases cotizaran de tal

    forma que -su sola presencia- elevara el valor delos campos que cubren. Pero su mayor riqueza si-gue pasando desapercibida: la enorme diversi-dad de especies de fauna y flora asociadas (slocomparable con las yungas o la selva misionera)y los servicios ambientales que brinda. Si bienpuede llevar tiempo aprender a percibir todo es-to, puede empezarse por algo bien concreto: re-conocer una parte de las especies que sostienensus ecosistemas.

    Llegar al Impenetrable no suele ser fcil, pero encompensacin- siempre tendr sabor a aventura ydar las satisfacciones de los descubrimientos.

    Por eso, aspiramos a que esta gua ayude a cono-cer y valorar mejor esta tremenda masa boscosa.Y ya hay indicios que permiten cultivar el optimis-mo. Nuevas reservas se han creado en la regin yalgunas de las viejas recobran fuerzas y mayoractividad. Este, entonces, es nuestro modestoaporte para ellas y sus visitantes.

    Plantas delImpenetrable chaqueo 18

    Defensa 251 . piso 6 k . (c2065aac) . Ciudad de Buenos Aires . Telfax (5411) 4331.3631 / 4343.4086 . www.vidasilvestre.org.ar

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    Plantas del Impenetrable Chaqueodel Escritorio al Campo

    Peje o sombra de toro (Jodinia rhombifolia) 5 m. rbol de copa muy ramificada. Inconfun-dibles hojas romboidales, con puntas pinchu-das. Flores verdes pequeas. Fruto como cp-sula redonda. Uso: lea y ornamental.

    Itn (Prosopis kuntzei) 10 m.Inconfundible por su copa espinosa. Da chau-chas rectas y castaas. Tronco muy corto (2 m) ytortuoso. Flores amarillentas. Uso: tanino, postes,adoquines y tornera.

    Tusca (Acacia aromo) 8 m.Arbusto tortuoso y espinoso,de hojas chicas. Fruto comochaucha negrusca, semile-osa. Madera muy dura.

    Algarrobo blanco (Prosopis alba) 18 m.Parecido al algarrobo negro, pero con chau-chas sin manchas. Tronco (4 m) tortuoso ycon fisuras longitudinales. Flores amarillen-tas. Uso: muebles, pisos, toneles.

    Vinal (Prosopis ruscifolia) 16 m.Inconfundible por el tamao de sus espinas(hasta 30 cm). Crece como arbusto o rbol.Tronco corto (3 m) y tortuoso. Da chau-chas semicurvas, amarillentas con man-chas. Invasor. Uso: carbn.

    Churqui o espinillo(Acacia caven) 5 m.Arbolito o arbusto que pue-de formar montecitos. Tron-co corto (1,5 m) y tortuoso,con corteza fisurada longitu-dinalmente. Hojas alternas ybipinadas, con flores queparecen pompones amari-llos tremendamente perfu-mados. Fruto globoso, semi-leoso y negro.

    Yuchn o palo borracho (Ceiba chodatii) 20 m.Inconfundible forma de botella. Tronco verdoso conaguijones cnicos. Flores blanquecinas y grandes.Frutos parecidos a una palta. Uso: canoas y mscaras.

    Mistol (Zizyphus mistol) 10 m.rbol espinoso de copa globosa. Con tronco corto (3 m)con ramas y ramitas zigzagueantes. Hojas alternas y cor-ceas. Flores en inflorescencias verde-amarillentas. Fruto(drupa) carnosa y muy dulce. Uso: comestible (arrope yaloja), tintrea (corteza y races) y medicinal (heptica ypectoral).

    Algarrobo negro (Prosopis nigra) 16 m.rbol de copa aparasolada. Tronco tortuo-so y corto (3 m). Tiene "chauchas" amari-llentas con manchas. Uso alimenticio (pa-tay, arrope, aloja y aapa) y medicinal (of-tlmica).

  • Guayacn (Caesalpinia paraguariensis) 18 m.rbol de copa muy extendida. Tronco corto. Cortezalisa y verdosa. Flores chicas y anaranjadas. Fruto ma-rrn oscuro, con forma de orejita (3 cm). Uso: instru-mentos musicales, postes, puentes, lea y carbn.

    Brea (Cercidium praecox) 9 m.rbol pequeo de copa redondeada y ancha. Tronco corto y tortuoso,con ramas zigzagueantes. Flores en racimos amarillos. Da chauchaschatas. Uso: lea, cercos, ornamental y comestible.

    Tala (Celtis tala) 12 m. rbol espi-noso con tronco tortuoso y ramas quezigzaguean. Frutos anaranjadas y co-mestibles. Usado como lea, carbn ypostes.

    Cina cina(Parkinsonia aculeata) 10 m. Arbusto de troncobreve y tortuoso, de copaaparasolada y colgante,con espinas. Hojas largas(hasta 40 cm) y flores ama-rillentas y colgantes. Dachauchas con 6 a 8 semi-llas. Madera usada comolea, carbn y cercos.

    Sacha poroto (Capparis retusa) 7 m.Arbolito pequeo de copa globosa. Flor-citas amarillentas-verdosas. Fruto co-mestible con forma de chaucha estran-gulada al nivel de cada semilla.

    Ucle (Cereus validus) - 4 m.Cactcea alta y arborescente,con un tronco nico y copamuy ramificada. Ramas ciln-dricas con 4-8 costillas. Flo-res llamativas y grandes.

    Quebracho blanco(Aspidospermaquebracho-blanco) 20 m.rbol de copa ovoide. Corte-za con placas cuadradas. Ho-jas opuestas, lanceoladas ycorceas. Fruto: al abrirse-parece un librito abierto.Uso: durmientes, lea, car-bn y pisos.

    Quebracho colorado santiagueo (Schinopsisquebracho-colorado) 24 m. El rbol ms grande dela regin. Copa abierta, verde griscea. Corteza gris,con placas cuadradas. Llamativo fruto rojizo. Uso: tani-no, postes, durmientes, vigas, pisos, lea y carbn.

    Quimil (Opuntia quimilo) 4 m.Cactcea de grandes y aplanadostallos (hasta 40 cm). Consistenciacarnosa, apetecida por mamfe-ros. Flores rojas y llamativas. Fru-to carnoso y comestible. De valorornamental.

    Chaar(Geoffroea decorticans) 10 m. rbol o arbusto es-pinoso, de copa irregular,con tronco cortoso (4 m).Flores amarillentas y frutoscastaos, comestibles (dul-ce y aloja). Con su cortezase tien telas de color caf.

    Molle pispito o moradillo (Schinus fasciculata) - 6 m.Arbolito o arbusto espinoso con hojas alternas o agru-padas. Flores muy pequeas. Frutos globosos morados.

  • Bsqueda y recoleccin de semillas

    Una caja educativa

    Una coleccin de frutos o semillas tambin puede formar una ca-

    ja educativa para explicar, por ejemplo, como la naturaleza dise-

    distintas formas y tamaos para que cada planta pueda propa-

    garse. Sabemos que un fruto contiene y protege semillas. Ade-

    ms, muchas veces, tiene la misin de dispersarlas y para ello

    aprovecha distintos mecanismos, como estos:

    El viento: las semillas suelen ser muy pequeas o livianas. A

    veces, con alitas o pelos que favorecen su vuelo.

    Los animales: mediante abrojos se adhieren al pelaje de ma-

    mferos o plumaje de aves. Tambin es comn que los anima-

    les frugvoros propaguen las semillas de los frutos que

    comieron, luego de pasar por su tracto digestivo.

    El agua: suelen ser semillas o frutos capaces de flotar, para

    que la lluvia o las corrientes de agua los arrastren. En el Chaco

    Seco, esta no es la estrategia ms usada.

    A plantar...

    Una recorrida por los bosques de El Impenetrable

    permitir hallar una gran diversidad de frutos y semi-

    llas. Fuera de las reas naturales protegidas se puede...

    1. Juntar y agrupar frutos o semillas en sobres de

    papel, donde deberamos anotar la localidad y

    fecha en que los hallamos.

    2. Identificar a qu especie corresponden, con la

    ayuda la bibliografa sugerida (ver abajo).

    3. Preparar almcigos, para que esas semillas ger-

    minen, en suelos y con riego parecidos al lugar

    de donde fueron recogidas.

    4. Dar un destino educativo a las plantas. Es valio-

    so poner a cada plantn una tarjeta con el nom-

    bre de la planta, la fecha en que fue cultivada y la

    localidad de donde procede. Esto permite difun-

    dir la riqueza forestal del Gran Chaco con espe-

    cies que casi nunca se observan en viveros.Sabiendo esto, podemos reunir una co-

    leccin de frutos o semillas y explicar es-

    to en una escuela, una reserva natural o

    un viaje. Es importante conservarlas en

    un lugar seco y hermtico, para evitar

    que se deterioren por la humedad o que

    las devoren pequeos insectos.

    Hay muchos otros temas para armar

    otras cajas educativas. Una visita a un

    aserradero, por ejemplo, nos permitir

    reunir pequeas maderitas de descarte,

    que podramos cortar del mismo tamao

    para luego identificar las especies a las

    cuales pertenecen, con la ayuda de los

    operarios del lugar. Si averiguamos los

    usos madereros de cada especie, tendre-

    mos ms cosas que contar.

    Bibliografa bsicaBiloni, S. 1990. rboles autctonos ar

    gentinos. Tipolgica Editora Argentina. SA. 333 pgs.

    Chebez, J. C. 2006. Gua de las Reservas Naturales de la Argentina. Vol. 3,

    Nordeste. Ed. Albatros,

    Buenos Airs, 288 pgs.

    De la Pea, M.R. 1997. Catlogo de nombres vulgares de la flora argentina (l

    ista preliminar). Univ.

    Nac. del Litoral, Santa Fe, 195 pgs.

    Dimitri, M. 1997. El nuevo libro del rbol. Especies forestales de la Argent

    ina Occidental. Librera

    Editorial El Ateneo. Tomo I, Buenos Aires.

    Jimnez, A.M. & J.G. Moglia. 2003. rboles del Chaco Argentino. Gua pa

    ra el reconocimiento

    dendrolgico. Sec. de Ambiente y Des. Sust. y Fac. de Cs. Forestales, Univ. Nac

    . De Sgo. del Estero: 307

    pgs. Legname, P.R. 1982. rboles indgenas d

    el Noroeste argentino. pera Lilloana XXXIV, Fundacin Miguel

    Lillo, Tucumn. 226 pgs.

    Schulz, A.G. 1976. Nombres comunes de las plantas. Talleres Grficos Moro Hno

    s.

    En internethttp://www.oni.escuelas.edu.ar/2001

    /cordoba/tesoros/tesorosdelmonte/FLORA.htm (informacin

    sobre especies de rboles, arbustos y enredaderas del Chaco)

    http://www.patrimonionatural.com/mapasitio.asp (sobre reas protegidas)

    http://www.parquesnacionales.gov.ar/ (parques y reservas nacionales)

    http://www.medioambiente.gov.ar (en la seccin bosques nativos se ofrece

    un atlas con informacin

    de las masas forestales que existen en cada provincia, incluida, desde luego, la

    del Chaco).

    del Escritorio al CampoEs una gua de coleccin, pensada como herramientade identificacin para salidas de campo. Sugerimos

    desprenderla (o tomar una fotocopia color de la doblepgina central), doblarla al medio y plastificarla.

    As, quedar lista para usar.

    Produccin Revista Vida Silvestre 95Textos y fotos Claudio Bertonatti

    y Lorena E. PerezIlustraciones Marcelo Canevari

    Diseo Liebre de MarzoAbril - Junio 2006

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    Recientemente, la Subsecretara de Promocine Inversiones de Catamarca anunci que para elao 2010 proyecta expandir en un 50% la fron-tera agropecuaria provincial. Para los prximostres aos esperan superar las 315.000 ha.

    Los funcionarios provinciales asocian el desarro-llo agrcola con beneficios en lo econmico y so-cial, pero los ambientales dnde estn? Nueva-mente, olvidados. Parecera que buena parte delterreno montaoso y semirido (que encierraambientes silvestres valiosos y que no son perci-bidos como tales) no sera una limitante paraese desarrollo. Si bien esto tendra un gran im-pacto social y econmico, las autoridades nohan explicitado su impacto sobre el ambiente.

    No quedan dudas de que estas actividades sonun vector clave para el desarrollo econmico dela regin y la generacin de puestos de trabajo.Sin embargo, nada con relacin a lo ambientalparece ser tenido en cuenta o, al menos, no selo comunica como corresponde. Se repetir laexperiencia ocurrida en otras provincias, dondese han transformado masivamente los bosquesnativos y se han perdido servicios ambientalesclaves? Al mismo tiempo, Catamarca parecetransitar un camino inverso con relacin a loque ocurre en otras regiones del pas. Hace

    muy poco la provincia del Chaco puso en vigen-cia el Decreto N 1341 (11/08/2006) que sus-pende los permisos de desmonte hasta que fi-nalice el ordenamiento territorial de la provin-cia. Sin mecanismos de este tipo, los ambien-tes de Chaco Seco y Serrano de Catamarca es-taran amenazados.

    Como bien sabemos, en la Argentina las modifi-caciones ambientales ms drsticas fueroncausa de la expansin de las fronteras agrco-las y ganaderas. Nuestro pas creci y crece aexpensas del campo. Qued demostrado en elreclamo de varias ONGs y de diversos sectoressociales que, cada ao, nuevas reas silvestresson convertidas en cultivos o campos de pasto-reo, acarreando numerosos impactos ecolgi-cos y sociales. Aumenta la produccin, perodisminuyen las especies y sus hbitat, comoas, las oportunidades de uso sustentable delos ambientes silvestres.

    Desde la FVSA no nos oponemos al desarrolloproductivo, pero este debe ocurrir en el marcode insumos aportados y condiciones consen-suadas con otros sectores. Y de eso se trata elordenamiento territorial: identificar la mejorasignacin de usos del territorio, en donde que-de claramente demostrado el valor, funcin y lo-

    calizacin, tanto de los espacios para la conser-vacin como para la produccin. Y esto, en unproceso participativo, con el soporte tcnico ne-cesario y junto con el liderazgo de las autorida-des respectivas. Dichos consensos debern serluego mapeados y regulados para que las auto-ridades los hagan cumplir. Este proceso pareceno haber sido detectado en Catamarca. Espere-mos sus autoridades como su sociedad civilreaccionen a tiempo y tomen conciencia de laoportunidad de impulsar un desarrollo agrcolaambientalmente ordenado y de dar el ejemplo,liderando procesos de ordenamiento territorial,hasta ahora casi ignotos en el pas, para mejorarsu sistema de conservacin.

    Un mundo lleno de vida y color en donde al verdede los bosques de sauces y alisos de ro se le su-man al florecimiento en rojo de los ceibales, amari-llos del paln-paln y violetas del mburucuy. Airepuro y rebosante de aves y mariposas multicolo-res, un mar de pastos, entre los que discurre un rorepleto de peces. Tal era el escenario del ro Ma-tanza/Riachuelo hasta el siglo XVIII. Hoy es unanegra y pestilente cloaca de altsima toxicidad.

    Este curso otrora de agua tiene una longitudde 80 Km y una cuenca de 2.034 Km2., un reaequivalente a diez veces el tamao de la CapitalFederal. A diario recibe 368.000 m3. de aguasresiduales domsticas y 88.500 de desechospor parte de unas 100 industrias. Es asiento de4.000.000 de habitantes (el 10 % de la pobla-cin del pas) y de 13 villas de emergencia.

    Los primeros asesinos del ro fueron las vaque-ras, los saladeros de carne, las curtiembres ylos frigorficos. Ya fuera por desidia, ignoranciao abuso, ellos fueron los adelantados en conta-minar las aguas superficiales y los acuferossubterrneos. Hacia 1870, falto de oxgeno ymuy polucionado, el Riachuelo se qued sin vi-da. Ms tarde, las actividades agropecuarias eindustriales, especialmente el Polo Petroqumi-co Dock Sud hicieron el resto, contaminandotambin el lecho del ro y envenenando la at-msfera con metales pesados. Los barcosabandonados y hundidos enlentecieron su cur-so, ya de por si lento. Estaban dadas todas lascondiciones para que ninguna forma de vida se

    acercara al lugar. Sin embargo la extrema po-breza y la falta de educacin -unidos a la ya ex-cesiva desvalorizacin de las tierras- provoca-ron el acercamiento de una especie: el hombre,quin comenz a vivir muchas veces sin saber-lo entre suelos contaminados, aguas cloaca-les envenenadas y aire polucionado.

    Tres son los motivos sustanciales de la situa-cin del Riachuelo: la contaminacin industrial,los desechos cloacales y la basura.

    La industria arroja gran cantidad de metales pe-sados, responsables de graves enfermedadesque a largo plazo se traducen en muertes. Losprincipales: arsnico (cancergeno a nivel depulmn y piel), mercurio (productor de alteracio-nes del sistema nervioso), plomo (agente res-ponsable en nios de retardo mental y de creci-miento), cromo y nquel (inductores del cncerde pulmn), cadmio (con poder de dao renal yseo), cobre (causante de bronquitis y dao re-nal) y zinc (fuente de enfermedades de la piel).Otros contaminantes con poder mutagnico (al-teradores del material gentico) que lleva el"ro" son los hidrocarburos aromticos, insec-ticidas, plaguicidas y probablemente tam-bin sustancias radiactivas.

    A los desechos cloacales directos que llegan alro debemos agregarle (por las peridicas inun-daciones que sufre la cuenca) la infiltracin delos pozos negros. Lo cierto es que la concentra-cin de bacterias coliformes del Riachuelo esexactamente igual a la que existe en la boca de

    S a l u d N a t u r a l e z a

    Preocupacin por Catamarca Por Marcelo Acerbi, Director de Conservaciny Desarrollo Sustentable, FVSA

    la cloaca mxima de Berazategui, con su secue-la de cuadros diarreicos severos y parasitosis(el 90 % de los nios estn parasitados).

    La basura arrojada desaprensivamente al ro,los numerosos basurales que se desparramanen la cuenca y su posterior quema, dan origen ahumos contaminantes (carcinogenticos a ni-vel de pulmn). Como si fuera poco, la gente vi-ve en condiciones de hacinamiento y en un h-bitat poblado por roedores, con riesgo de lep-topirosis y hantavirosis. Tambin se agreganlos insectos indeseables, como cucarachas(con su secuela de asma), pulgas, piojos, mos-cas y mosquitos, todos ellos vectores de nume-rosas enfermedades. Carentes de cloacas en un55 % y de agua potable en un 35 %, las enfer-medades intestinales es la norma, especial-mente en los ms pequeos. En estas condicio-nes se vive en muchas villas de emergencia, sinque nadie -en dos siglos- haya dado una solu-cin, con excepcin de la Ing. Mara Julia Also-garay, quien el 4 de enero de 1993 prometique el Riachuelo estara limpio en 1.000 das.Ya vamos por los 5.000 y todo va para peor.

    El actual gobierno tiene un proyecto para sulimpieza en diez aos, pero nos preocupa el re-cuerdo de tantas promesas gubernamentalesque quedaron "en aguas de Riachuelo". En tan-to, detrs del MatanzaRiachuelo, continanesperando en "Sala de Guardia" los ros Recon-quista, Paran y de la Plata.

    P e g a n d o d u r o

    Riachuelo: oprobio de Buenos Aires Por Dr. Eduardo Esparrach

  • Despus del elefante, el rinoceronte blanco esel mamfero terrestre ms grande de la Tierra.Incluso, es ms voluminoso que el gran rinoce-ronte unicornio de la India. Existen dos razasdel rinoceronte blanco: una al norte y otra alsur de frica. Antiguamente, la nortea pobla-ba un extenso territorio, desde el Chad, por laRepblica Centro-Africana, el sur sudans y elnorte de la Repblica Democrtica del Congohasta el norte de Uganda. Esta subespecie sediferencia de la austral slo por su tamao, li-geramente menor. Igual, pensemos que su al-zada alcanza los 2 m y el ms grande de sus doscuernos, 1,5 m de largo. Su peso supera las trestoneladas. Pese a ello, se mueve velozmente.Es ms gregario que el rinoceronte negro afri-cano (al que supera ampliamente en talla) y for-ma grupos de seis a veinte ejemplares.

    Cuando en 1900 un explorador ingls, el mayorA.St.H.Gibbons caz un rinoceronte blanco en laorilla izquierda del Nilo superior, su crneo cau-s tanta sensacin como el descubrimiento delokapi. Pero hubo anteriores avistajes -de ani-males con enormes cuernos- por parte de SirSamuel Baker y de los descubridores del LagoChad, Denham y Clapperton. Ellos donaron elmaterial al British Museum, sealando que exis-ta un rinoceronte diferente al sudafricano y quesu poblacin deba ser muy importante, visto elgran territorio que habitaba. El mayor Powell-Cotton dedic una expedicin slo para colec-cionar especimenes completos de ese nuevorinoceronte. Gracias a ese material, ms tarde,el especialista Richard Lydekker confirm las di-ferencias con el rinoceronte del sur del Zambeziy lo bautiz en homenaje al colector Ceratot-herium simmun cottoni. Este es el resumen so-bre su descubrimiento, pero veamos lo que su-cede ahora con su situacin actual.

    Ya en los aos 20 del siglo pasado un tal CuthbertChristy, colector de especimenes para museos dehistoria natural, los encontr numerosos, pero

    pagodelpor Egon Ciklai

    muy perseguidos, cuando recorri las regionesoeste del Nilo de Uganda, el Bahrel-Ghazal su-dans y la zona de Gangala-na-Bodio del Congooriental. En Aba, incluso, hall una pila de 100cuernos a la venta, por una o dos libras cada pie-za. Unos aos despus, otro viajero, Guy Ba-bault, vio ms de 150 cuernos en Khartum, prove-nientes desde el Chad. La matanza estaba en ple-no mpetu en los aos 30 y, en frica Central, y enel sur sudans el rinoceronte cottoni se hacararo. En 1925, en el Congo (por entonces, belga)quedaban entre 40 y 60 ejemplares. Por ello, susautoridades crearon el Parque Nacional Garam-ba, para proteger a estos gigantes. Prosperarontanto que -despus de la independencia (en1960)- la gran autoridad belga sobre zoologa, elDr. Jacques Verschuren, dijo que ya haba casi unmillar en el parque. Pero en 1966 C.A.W.Guggis-berg, autor de la clebre monografa S.O.S. Rhi-no afirm que unos cuantos cottoni quedabantodava en el Parque Nacional Nimule, al sur delSudn. Por aquellos aos (1955-56), un informede Uganda censaba unos 350 y en aumento. Des-de entonces, la situacin se deterior muy rpi-damente. El informe anual 1959-1960 declarque al oeste del Nilo ya estaban casi extintos.Una operacin de salvataje in extremis capturuna docena y los traslad al Parque Nacional

    frica

    Murchison, en el norte de Uganda. All, prospera-ron (este autor pudo observarlos en 1968) hastaque las guerras civiles y los cazadores furtivos deese pas acabaron con todos los cottoni. Queda-ba, entonces, un ltimo refugio: el Parque Nacio-nal Garamba, que se mencion al principio. Sinembargo, en 1961 la matanza lleg hasta all. Losrebeldes simbas lubumbistas entraron con fu-siles Kalachnikov y masacraron el 90% de sus ri-nocerontes blancos. En 1969 se restableci el or-den y los cottoni se recuperaron milagrosamen-te: alcanzaron a ser 500 ejemplares. Despus, laadministracin del parque colaps nuevamente ylos bandidos sudaneses volvieron a las matan-zas. En 1981 quedaban slo 36 y dos aos des-pus apenas 16. Peter Matthiessen, el renombra-do naturalista y escritor visit Garamba y consi-der la situacin como desesperante. Otros ex-pertos opinaron que la nica salvacin posiblesera su traslado a un lugar seguro, fuera del par-que nacional, pero el presidente Mobutu SeseSeko se opuso terminantemente a la expatria-cin de los valiosos animales zaireos. El dete-rioro poblacional sigui. En la era post Mobutu,gracias a los esfuerzos de la African Parks Foun-dation, hubo una ltima mejora: el nmero su-bi a 30 ejemplares. Pero para fines de 2005 es-tall una suerte de bomba: un intenso reconoci-miento areo concluy en que en Garamba que-daban slo cuatro rinocerontes blancos y que esapoblacin no poda ser viable. Por qu ese de-sastre? En Yemen, el precio mayorista de un kilo-gramo de sus cuernos haba subido a U$s 1.500.Con ellos se hacen los mangos de los tradiciona-les facones yambiya, que constituyen el principalobsequio de los padres a los hijos que maduransexualmente. Ahora, queda ms claro que nuncaque la suerte de estos rinocerontes (y tal vez lade todos los dems) depende totalmente de de-cisiones polticas y culturales de la especie Homosapiens sapiens.

    Una paradoja final: hay ms rinocerontes cotto-ni en cautiverio que en libertad. La RepblicaCheca conserva -en el parque Dvur Kralovi-ocho ejemplares y en el Zoolgico de San Diegohabra tres. Se podran criar tantos como parareintroducirlos en su hbitat africano? En vistade la anrquica situacin poltica del Congo to-do parece indicar que tal tentativa, aunque fue-ra posible, en estas condiciones estara conde-nada al fracaso. Entonces, rquiem para estosmagnficos animales?

    Las matanzas del rinoceronteblanco norteo

    Fuera

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  • Notas CBC CBO: Polimodal

    Dependiente de la Municipalidad de Vi-cente Lpez y con el apoyo del colegioLincoln. Esta reserva natural urbana tieneuna superficie aproximada de tres hect-

    reas y media. Se encuentra ubicada sobre el Ro de la Plata en el lmite quesepara el partido de Vicente Lpez con el de San Isidro. Esta pequea porcindel noreste bonaerense comprende ocho ambientes naturales de tres ecorre-giones (como el sauzal, el pantano, el talar, la selva marginal, el pastizal, lalaguna, el matorral ribereo y el juncal). Esta variedad de escenarios la con-vierte en un espacio ideal para el reconocimiento de la flora y la fauna local.Junto con otras reservas urbanas (como Ribera Norte y Costanera Sur). Poreso, representa uno de los pocos sitios donde los visitantes pueden tomar

    contacto directo con la naturaleza riberea. Entre las actividadesdesarrolladas all se destacan la produccin de un vivero de plan-tas autctonas y un trabajo intenso de educacin ambiental orien-tado a distintas instituciones.

    Ubicacin: Paran y el Ro, La Lucila Altura de Libertador al 4000Partido de Vicente Lopez.

    Horario: abierto todos los das (salvo cuando hay lluvia o sudesta-da), de 9 a 17 hs. en invierno y hasta las 18 hs. en verano. Para vi-sitas guiadas o tareas de voluntariado comunicarse previamente altelfono: (011) 4513-9858.

    Textos y fotosCarlos Fernndez Balboa

    Para ms informacin:[email protected]

    Con esta tabla, deseamos orientar a los docentes para que puedan aprovechar los artculos de estenmero, relacionndolos con los diseos curriculares nacionales, tanto para la escuela general b-sica (primaria) como para la polimodal (secundaria). Para nosotros es clave abordar algunos de es-tos temas en el aula para formar ciudadanos ms responsables.

    El valor de ser socios.

    Propiedad privada y conservacin:dos cuestiones antagnicas?

    Desafos de la mano de la ley.

    Para producir carne con eficiencia y conservarlos recursos naturales.

    Turismo en los Refugios de Vida Silvestre:conocer, disfrutar y conservar.

    Matices del bosque serrano.

    Entrevista al Dr. Enrique Balech.

    Aventureros por Naturaleza: Julio Koslowsky

    Ciencias Naturales, Bloque 4Ciencias Sociales, Bloque 4

    Ciencias Sociales, Bloque 4

    Ciencias Sociales, Bloque 4

    Ciencias Sociales, Bloque 4Ciencias Naturales, Bloques 1 y 4

    Ciencias Sociales, Bloque 4Ciencias Naturales, Bloques 1 y 4

    Ciencias Sociales, Bloque 4

    Ciencias Sociales, Bloques 2 y 4

    Ciencias Sociales, Bloque 1Ciencias Naturales, Bloque 4

    Ciencias Naturales, Captulo 1, Bloques 2 y 3Ciencias Sociales, Captulo 2, Bloque 4

    Ciencias Sociales, Captulo 1 Bloque 3

    Ciencias Sociales, Captulo 2, Bloque 4

    Ciencias Sociales, Bloque 4Ciencias Naturales, Captulo 1, Bloques 2 y 3

    Ciencias Naturales, Captulo 1, Bloques 2 y 3Ciencias Sociales, Captulo 2, Bloque 4

    Ciencias Sociales, Bloque 4

    Ciencias Sociales, Bloque 3

    Ciencias Sociales, Bloque 1Ciencias Naturales, Bloque 4

    Vida Silvestre 96

    Para docentes

  • abril junio | 200643

    FF I C H A T C N I C A

    Compaa Animal

    N m e r o 13

    Silvestreextico

    Mamfero

    Fcil deconseguir

    Dcil

    Fcilreproduccin

    Inofensivo

    Mantenimientosencillo

    Barato

    Jerbo

    Por qu s:

    De fcil y econmica ma-nutencin. Es raro que

    muerdan. No generan ma-los olores.

    Por qu no:

    Actividad cclica: diurnosy nocturnos. Ruidosos.

    Atencin!

    Saltan con mucha facili-dad. Evitar liberaciones en

    la naturaleza.

    Descripcin:Su color natural es grisacanelado, pero hay mu-taciones de criadero (ne-gros, marrn oscuros yhasta casi blancos). Susmiembros plvicos estnmucho ms desarrolladosque los torcicos. Midende 15 a 30 cm (la mitad co-rresponda a la cola). Supeso ronda los 120 g.

    Maduracin:entre 60 a 80 das.

    Celo:puede haber en lactanciae incluso uno inmediata-mente culminado el parto.

    Gestacin:entre 24 a 27 das.

    Camada:de 5 a 7, normalmente.

    Destete:25 a 30 das.

    Longevidad:hasta unos 5 aos conbuenos cuidados.

    Enfermedades poten-ciales:Enteritis. Estreimiento.Problemas dentales. Neu-monas. Sarnas. Tia.Fracturas de cola.

    Jerbos y Naturaleza: Es un roedor originario del desierto de Gobi, en Mongolia, coninviernos muy fros hasta 35 C bajo 0 y veranos donde se superan los 40 C. Son saltari-nes y viven en tneles comunitarios. Tienen hbitos diurnos y nocturnos.Alimentacin: Se adaptan bien a dietas balanceadas, con requerimientos de 11 a 13% deprotenas, pero sin superar el 8% de tenor graso. Consideraciones especiales se tendrnde acuerdo al estado fisiolgico (crianza, preez, lactancia, etc.) Requieren frutas y ver-duras como suplemento. Un tronco para roer es un buen elemento y evita el sobre-creci-miento de sus incisivos.

    Condiciones Mnimas: El material del recinto no debe ser apto para roer, de ah que elvidrio se utilice sin problemas. La superficie debe ser lisa y fuerte. La altura no debe sermenor a 30 cm y de 60 por 30 cm para dos o tres individuos. Es decir, una superficie de1.800 cm2, a las que deben sumarse 300 cm2 por cada animal que se agregue. Los terra-rios deben carecer de obstculos y despejados, con "intimidad" y accesorios (de fcillimpieza) para ejercitarse. El sustrato debe ser absorbente y liviano (como viruta de ma-dera liviana y libre de txicos) y si se tiene el espacio ideal brindarles la posibilidad decavar y saltar, ya que son hbitos naturales. Justamente, como saltan, el recinto debe te-ner una tapa segura y con buena aireacin. Esto, adems, evita accidentes o predacinpor parte de otros animales.

    Manejo: La convivencia no suele ser complicada. Incluso pueden convivir animales delmismo sexo. S, debemos convenir que una vez conformado un grupo es difcil agregarotro ejemplar. Son animales de desierto y presentan caractersticas evolutivas al respec-to: buen odo, resistencia a la falta de agua y alternan sus perodos de actividad y dedescanso ms all de la hora del da. Roen y cavan exacerbadamente cuando tienen po-sibilidad. Este "reclamo" hay que atenderlo.

    Curiosidades:Al haber evolucionado en ambientes desrticos pueden racionar el agua.Presentan tanta variedad de colores en sus pelajes que algunos todava no tienen nombre.Son bsicamente monogmicos, pero esto no es absoluto.En el cortejo el macho golpea sus miembros plvicos en el suelo para alejar competidores.Entran en perodos de sueos profundos muy marcados donde no hay que molestarlos.

    Meriones unguiculatus

    Por Med. Vet. Fidel Baschetto Fotos Claudio Bertonatti Ilustraciones Juan Cruz Gonzlez

  • Vida Silvestre 96 | Fundacin Vida Silvestre Argentina44

    En tu tierra

    Sus frutos anaranja-dos maduran a finesde verano y otoo.Son sabrosos y, aligual que el palmito,tambin su cogollo escomestible.

    Pindt la pintada del palmar(Pseudiosarbia phoencicola) yla fantasma (Opsiphanes invirae amplificatus). Sutronco, por ser ms bien blando, es el predilecto devarias especies de pjaros carpinteros para construirsus nidos. Y los principales polinizadores de sus flo-res son los abejorros (Bombus).

    En el jardn: Un ejemplar de 11 aos, plantado en un jardn bonae-rense (Adrogu) alcanz una altura de 7,50 m y co-menz a fructificar a partir de los 8 aos. Si bien sucrecimiento es ms bien lento, con fertilizante y riegoabundante durante los meses clidos se lo favorecer. Su crecimiento es ptimo cuando tiene reparo deotros rboles. En cambio, plantado al descampadohabr que protegerlo durante los primeros aos, con-tra las heladas y la sequedad del verano. Se adaptamuy bien a la pampa hmeda. Incluso, se pueden ob-servar magnficos ejemplares cultivados en ciudadesde la costa atlntica, como Mar del Plata.

    No posee demasiados problemas sanitarios. Hayaos en que la cantidad de orugas de la mariposapintada del palmar le destrozan el follaje, pero sonepisodios muy raros y nunca letales. Dada su belleza,elegancia y rusticidad, en los ltimos aos se ha pues-to de moda. Se han plantado miles de ejemplares degran porte, alineados en avenidas y parquizacionesdel conurbano bonaerense y en barrios cerrados. La-mentablemente, estos ejemplares son extrados de lasselvas del norte del pas por viveristas inescrupulosos,Estos, incluso, los comercializan con garanta de re-posicin, puesto que muchas mueren en el proceso,dado que -al extraerlas- pierden gran parte de sus ra-ces. Por ello, es tan importante promover su cultivocomo la obtencin sustentable de la especie.

    N m e r o 13

    Arecastrum romanzoffianum

    Historia de vida: Esta es la palmera de distribucin geogrfica ms aus-tral de nuestro pas. Auctctona del sudoeste de Bra-sil, Uruguay, Paraguay y la Argentina (desde el norestehasta el delta bonaerense). El ro Paran de las Pal-mas lleva ese nombre porque hasta mediados del si-glo XIX esta especie era muy abundante en sus cos-tas. Pero con la posterior colonizacin se produjo unfuerte desarrollo productivo, desdencadenante de unadramtica desaparicin local. Hoy quedan unos pocosejemplares en los escasos parches de selva marginal.

    Si bien en esta provincia de Buenos Aires no supera los15 m, cuando crece entre la vegetacin densa y en cli-mas ms clidos (como los del Parque Nacional Igua-z) puede superar los 25 m. Su estpite (tronco) es gri-sceo, casi liso, anillado, algo engrosado en la partemedia y con un dimetro de 20 a 38 cm. Sus hojas de3 a 5 m de largo son curvadas hacia abajo, flexibles,pinadas, con un pecolo inerme (sin espinas) de 1 a1,50 m de largo y con fololos lineares verdes y brillan-tes. Son caedizas y cuando se desprenden no dejanmarcas visibles (como sucede con otras palmeras). Flo-rece en primavera y verano, dando ramos de hasta 1,50m de largo, con miles de florcitas amarillentas. El tallofloral est protegido por una dura vaina leosa (ma-rrn claro) y cuando se abre parece una pequea ca-noa (de unos 25 cm de ancho por 1,50 m de largo). Loscogollos fueron muy consumidos por los indios Guaya-ki del este Paraguayo. En cambio cuando hay sequa,en Brasil se utiliza su follaje como forraje de emergen-cia para el ganado. Otros nombres con que se lo cono-ce en nuestro pas, son Coquito, Dtil y Yeriv. En gua-ran Pind significa hojas que se juntan en su extremi-dad , mientras que Yeriv fruto gomoso.

    En su medio:Sus frutos de pulpa fibrosa y de consistencia un tantogomosa son comestibles. Cuando maduran cubren elsuelo y fermentan con el paso de los das, despidien-do un aroma dulce que atrae piaras del pecar de co-llar, zorros de monte y aguar guaz. Entre los monos,el nocturno mirikin y, en especial, el ca los devoran,llegando a ser el principal alimento inviernal. Adems,encuentran refugio entre sus hojas contra las tormen-tas y los predadores. Entre las aves, el hermoso boye-ro cacique la usa como soporte para colgar sus nidos,formando colonias de hasta 20 nidos. Incluso, utilizahebras que extraen de las hojas de la misma palmerapara confeccionarlos. Los guacamayos canind y azul-extintos hace tiempo del pas- en Brasil comen el con-tenido de los coquitos de esta y otras palmeras.Tambin se ha observado a la ardilla misionera roerlos que encuentra en el suelo. Todas estas vivenciassuceden en los bosques y selvas norteas, pero en eldelta bonaerense, poseedor de un clima menos benig-no, el elenco faunstico es menos variado pero igual-mente interesante. Por ejemplo se pueden observaraves consumidoras de frutos como el loro de cabezanegra, el zorzal colorado o el boyero negro. Entre lasmariposas cuyas orugas se alimentan de sus hojas es-

    La palmera del ro Paran de las Palmas

    Por Alejandro Galup. Fotos C. Bertonatti

    [email protected]

  • abril junio | 2006 45

    93Especies extintas y amenazadas de extincinNuestro Libro Rojo

    Descripcin: la comadrejita chaquea, con 70 mm de longitudde cabeza-cuerpo y 55 mm de cola, es probablemente el ms peque-o de los marsupiales americanos de la familia Didelphidae. En estaespecie, el color del dorso es pardo, ms oscuro hacia la lnea me-dia, pero sin formar un patrn tricolor definido como en otros peque-os marsupiales. Los pelos del vientre tienen las bases grises y laspuntas blanco-amarillentas. El pelaje del cuerpo no se extiende ha-cia la base de la cola. Los ojos estn rodeados por un anillo de pelosms oscuros que contrasta con la coloracin ms clara del resto dela cabeza. La cola est densamente cubierta por pelos cortos y es bi-color, pardo por encima y blanco-griscea por debajo. A diferenciade otras comadrejas, la cola carece de superficie prensil apical. Laspatas traseras son cortas (11 mm) y dorsalmente se estn cubiertaspor pelos blanco-amarillentos (2, 4, 5).

    Distribucin geogrfica: la distribucin conocida para lacomadrejita chaquea se restringe a cinco localidades ubicadas enel Chaco Hmedo de la Argentina (3): provincia de Formosa: 1.- Ria-cho Pilag, Estancia Linda Vista (25 13 S, 59 47 W), 2.- Reserva ElBagual (26 10 S, 58 56 W); 3.- Herradura (26 29 15 S, 59 1538 W); Provincia de Chaco: 4.- 5 km N General Vedia (26 54 16 S,58 37 53 W); 5.- Selvas del Ro de Oro (26 48 S, 58 57 W). Con-juntamente, estas cinco localidades representan una superficie deaproximadamente 10.000 km2, sobre un rea mayormente cubiertapor pastizales, baados, palmares, selvas en galera y bosques (3, 4).

    Poblacin: no existen datos. Al menos a juzgar por los regis-tros en trampas y en egagrpilas, parece ser mucho menos abun-

    ClaseMammalia

    OrdenDidelphimorphia

    FamiliaDidelphidae

    Nombre cientfico Chacodelphys formosa (Shamel, 1930)

    Categora de amenazaVulnerable

    Otros nombres comunes: no se han registrado

    Comadrejita chaqueaTexto e ilustracin: Pablo Teta

    La comadrejita chaquea es el marsupial ms pequeo de Amrica del Sur. Endmica de la Argentina,su distribucin conocida se restringe a unas pocas localidades en las provincias de Chaco y Formosa.

    dante que otros pequeos marsupiales del Chaco Hmedo, como lascomadrejitas Cryptonanus chacoensis o Thylamys sp. (3).

    Biologa: la comadrejita chaquea fue originalmente descriptapor H. Shamel en 1930, a partir de un ejemplar colectado por el orni-tlogo A. Wetmore en la provincia de Formosa en 1920 (1). En formaposterior, fue alternativamente incluida en la sinonimia de otras en-tidades o considerada como una especie vlida (4). En 2004, despusde revisar el ejemplar tipo, R. Voss y colaboradores definieron su va-lidez como especie y la incluyeron en el gnero monotpico Chaco-delphys (4). Conocida nicamente a partir de este ejemplar, casi 80aos despus de su descubrimiento fue registrada en cuatro locali-dades nuevas (3). La ecologa e historia natural de esta especie resul-tan mayormente desconocidas. Su denticin indica que se alimenta-ra de insectos y otros artrpodos (4). En la provincia de Formosa, unejemplar fue atrapado con una trampa de cada en un pastizal de es-partillo (Elionurus muticus) y chajap (Imperata brasiliensis). El res-to de los ejemplares conocidos fueron hallados en egagrpilas de lalechuza de campanario (Tyto alba) (3).

    Problemas de conservacin: la regin chaquea cuentacon menos del 6% de su superficie total bajo alguna forma de pro-teccin. De los cinco registros conocidos para la especie, solamenteuno corresponde a un rea protegida (3). Los ambientes naturales delChaco Hmedo estn siendo rpidamente convertidos a agroecosis-temas de monocultivos, principalmente de algodn y soja. En estecontexto, la deforestacin y la quema, con la consiguiente prdidade hbitats, son prcticas frecuentes e intensivas. El pastoreo inten-

  • Vida Silvestre 96 | Fundacin Vida Silvestre Argentina46

    sivo, por otro lado, ha contribuido a generar procesos erosivos, conel reemplazo de extensos pastizales por bosques bajos, cerrados yespinosos de leosas invasoras como el vinal (Prosopis ruscifolia).

    Medidas de conservacin tomadas: protegida en la re-serva "El Bagual" (provincia de Formosa) (3); no se conocen otras po-blaciones en reservas o parques nacionales.

    Medidas de conservacin propuestas: la pobreza de in-formacin que existe con relacin a esta especie, tanto de aspectossistemticos (sus relaciones con otros integrantes de la familia Di-delphidae no estn del todo claras), como de distribucin y de histo-ria natural, destacan la necesidad de seguir trabajando en pro de suconocimiento (3, 4). Ms en general, la conservacin de los ambienteschaqueos depende, en buena medida, de la instrumentacin deuna serie de medidas, incluyendo un manejo integrado de las cuen-cas hidrogrficas, el incentivo de alternativas de manejo y uso sus-tentable de los recursos naturales, el estmulo de mejores prcticasagrcolas y ganaderas, la capacitacin para perfeccionar las prcti-cas en el manejo del fuego y el diseo e la implementacin de nue-vas reas protegidas y corredores biolgicos.

    Referentes: Robert Voss; Division of Vertebrate Zoology (Mam-malogy), American Museum of Natural History; Central Park West at79th Street, New York, NY 10024, EEUU.

    Bibliografa:1.- Shamel, H. H. (1930): A new murine opossum from Argentina. Journal of Washington Academy ofSciences, 20:8384.

    2.- Tate, G.H.H. 1933. A systematic revision of the marsupial genus Marmosa with a discussion of theadaptive radiation of the murine opossums (Marmosa). Bulletin of the American Museum of NaturalHistory 66: 1250 1 26.

    3.- Teta, P.; Pardias, U. F. J.; DEla, G. En prensa. Rediscovery of Chacodelphys: a South Americanmarsupial genus previously known from a single specimen. Mammalian Biology.

    4.- Voss, R. S.; Gardner, A. L.; Jansa, S. A. (2004): On the relationships of "Marmosa" formosa Shamel,1930 (Marsupialia: Didelphidae), a phylogenetic puzzle from the Chaco of northern Argentina. AmericanMuseum Novitates, 3442:1-18.

    5.- Voss, R. S.; Lunde, D. P.; Jansa, S. A. (2005): On the contents of Gracilinanus Gardner andCreighton, 1989, with the description of a previously unrecognized clade of small didelphid marsupials.American Museum Novitates, 3482:1-34.

    Distribucin geogrfica

    Localidades donde se registr la presencia de esta especie en las Provincias de Chaco y Formosa:1 Riacho Pilag, Estancia Linda Vista (localidad tipo); 2 Selvas del Ro de Oro; 3 Reserva ElBagual; 4. 5km al norte de General Vedia; 5. Escuela No. 33, Herradura.

    Vistas lateral, dorsal y ventral del crneo de la comadrejita chaquea. Se trata e un ejemplar colec-tado en la Reserva El Bagual, Provincia de Formosa. Escala=5mm. Foto: cortesa de P. Teta, U.F.J.Pardias y G. DEla

  • Vida Silvestre 96 | Fundacin Vida Silvestre Argentina48

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  • abril junio | 2006 49

    D e s a f o sde la mano de la ley

    El desarrollo sustentable en tierras privadas requiere de bases jurdicas que ordenen,regulen y estimulen su realizacin. La mayora de las provincias argentinas tienen el de-safo de ponerse al da. Y los propietarios de campos valiosos para la conservacin, laoportunidad de darles un estatus especial para asegurar su proteccin y uso a futuro.

    Por Dra. Natalia Machain (abogada, especializada en Gestin Ambiental, Coordinadora de Conservacin y

    Poltica Ambiental de la Fundacin Ambiente y Recursos Naturales, FARN).

  • Vida Silvestre 96 | Fundacin Vida Silvestre Argentina50

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    La tierra es valiosa. Porque es nuestro medio yel de las especies, recursos y ecosistemas quehacen a la vida en el planeta y a su continuidad;porque nos proporciona aquellos frutos que nece-sitamos para vivir, para crecer, para sostenernoseconmicamente, para disfrutar de su belleza.Obtenemos de la tierra productos para la alimen-tacin, para la vestimenta, para asentar y cons-truir nuestros hogares y obras, utilizando sus be-neficios. Y por sus valores diversos somos cons-cientes de que es necesario que exista en suscondiciones esenciales.

    Frente a los desafos que muestran estos objeti-vos, cabe preguntarnos: podemos seguir pen-sndonos como distintos grupos enfrentadosunos a otros, como individuos que contemplannicamente sus propios intereses, como pasessin contemplar la tierra de los vecinos? O, por elcontrario, debiramos empezar a vernos comoindividuos, comunidades y sectores parte de untodo, de un grupo humano que debe concentrarseen sus intereses comunes para desarrollarse?

    Es cierto que cada sector de la sociedad (privadoy pblico) trabaja para dar cumplimiento a visio-nes e intereses distintos; pero desde hace tiempopresenciamos un incremento sostenido en la con-ciencia a favor de la proteccin de la naturaleza.Esta conciencia acort brechas: hoy en da es po-sible promover espacios de dilogo, de consenso,de proyectos comunes y coordinacin de esfuer-zos entre distintos sectores y disciplinas para tra-bajar sobre cuestiones ambientales que preocu-pan y afectan a todos. Y vaya si es necesario to-mar conciencia. Es posible afirmar que la realidadde la biodiversidad y de los ecosistemas en la Ar-gentina presenta problemas sobre los cuales esnecesario trabajar para encontrar una solucin:emergencia forestal del bosque nativo, degrada-cin de suelos, especies en peligro de extincin,disminucin de hbitats, inundaciones, avanceirracional de la frontera agropecuaria, entre otros.

    Nos preguntamos entonces cmo modificar la rea-lidad ambiental de nuestras tierras, si coincidimosen que la proteccin de nuestro medio de vida nocompete slo al Estado, sino que involucra a cadauno de los habitantes del suelo argentino (como loestablece el Prembulo de nuestra Constitucin).

    Dice la ley

    El derecho nos sirve de gua y principios a seguirpara obtener algunas respuestas. La ConstitucinNacional (en su artculo 41) nos recuerda quetodos los habitantes gozan del derecho a un am-

    biente sano, equilibrado, apto para el desarrollohumano y para que las actividades productivassatisfagan las necesidades presentes sin compro-meter las de las generaciones futuras; y tienen eldeber de preservarlo (). Este sencillo predicadoencierra la obligacin de preservar (proteger convisin de futuro) el ambiente, haciendo nfasis enque el planeta no nos pertenece slo a los quehoy lo habitamos y disfrutamos, sino tambin alas generaciones que nos sucedern.

    Asimismo, la Ley General del Ambiente (BoletnOficial 28/11/2002) presenta diversos objetivosfundamentales, entre los que encontramos: ase-gurar la preservacin, conservacin, recuperaciny mejoramiento de la calidad de los recursos am-bientales, tanto naturales como culturales, en larealizacin de las diferentes actividades antrpi-cas, mantener el equilibrio y dinmica de losecosistemas y asegurar la conservacin de la di-versidad biolgica. Estos objetivos, junto conotros principios e instrumentos de gestin esta-blecidos por la misma norma, sirven de funda-mento de decisiones de la administracin (tantonacional, como provincial y municipal), y de losjueces que resuelven conflictos especficos, pararegular y solucionar conflictos ambientales; valedecir que las normas ambientales son cada vezms reconocidas.

    Por otro lado, nuestro pas asumi compromisosinternacionales. Dentro de este grupo de acuerdosse encuentra la Convencin sobre Diversidad Bio-lgica (aprobada por la Ley N 24.375 y ratificadapor el Poder Ejecutivo el 22/11/1994). Esta normade jerarqua constitucional, compromete al Estadoa cumplir uno de sus objetivos ms trascendentes:la conservacin de la diversidad biolgica y la utili-zacin sostenible de sus componentes.

    Experiencias aqu y all

    Uno de los modos que hemos encontrado pararealizar los objetivos enunciados es establecerreas protegidas, ya sea por medio de una limita-cin en la realizacin de cualquier actividad hu-mana sobre espacios sensibles o emblemticos, obien estableciendo un modo de uso, aprovecha-miento y disfrute que permita que la misma natu-raleza crezca y se regenere apropiadamente. Estatarea fue asumida histricamente por el EstadoNacional y las Provincias, al crear parques nacio-nales o provinciales, reservas naturales, monu-mentos, en tierras de su propiedad.

    De igual modo y con la misma finalidad, se hanllevado adelante experiencias en nuestro pas y

  • Vida Silvestre 96 | Fundacin Vida Silvestre Argentina52

    en otros pases del mundo donde son los particu-lares quienes desarrollan sistemas de proteccinde tierras conjugando su conservacin a futurocon su uso adecuado (haciendo posible a la vez eldisfrute de los seres humanos y su aprovecha-miento econmico). Las experiencias extranjerasmuestran que la proteccin en tierras privadas esexitosa y que ha sido utilizada inclusive para con-tener reas protegidas pblicas (sobre este parti-cular es interesante conocer la experiencia de TheNature Conservancy, disponible en el sitiowww.tnc.org).

    La denominada conservacin en tierras de pro-piedad privada implica que no slo el Estadopuede crear legalmente un rea de proteccin entierras sobre la cual ejerce su jurisdiccin, sinoque los propietarios pueden darle un estatus es-pecial a un ecosistema con el fin de asegurar suproteccin y uso a futuro. El rol del Estado en es-te caso es poner a disposicin un marco legaleficaz, as como el sistema institucional que lohaga posible, y brindar incentivos para que lospropietarios privados estn informados, partici-pen y se comprometan con la proteccin de latierra de nuestro pas.

    En la Argentina...

    La labor de la FVSA a travs de su programa dedi-cado a los refugios, desde hace casi veinte aos,demuestra el inters de los propietarios de cam-pos, y la factibilidad de proyectos que apoyen ac-tividades y sistemas de uso que, a su vez, coinci-dan con el objetivo de conservacin de unidadesde inters ecolgico. Este inters marcado, y lasprcticas realizadas, pueden aportar bases sli-das para ampliar sus alcances.

    En nuestro pas existen algunas provincias quecuentan con normas especiales sobre conserva-cin en tierras de propiedad privada y que esta-blecen procedimientos especiales. Un ejemplo deello es la provincia de Misiones, que cuenta conla ley provincial N 2932/92 de parques y reser-vas, que contempla entre las categoras de pro-teccin las reservas privadas. De acuerdo conesta norma, un propietario de un predio privadosituado en Misiones puede adherir a este rgi-men bajo determinadas circunstancias portiempo indeterminado. No es posible renunciarantes del transcurso de 20 aos y se debe forma-

    lizar un convenio con la Provincia para ingresar elpredio en el Sistema de reas Protegidas provin-cial. Al contar con un plan de manejo de la tierray asegurar una continuidad en el tiempo, los ad-herentes gozan de beneficios impositivos. Hoyfuncionan varias reas de proteccin privada enMisiones y para ms detalles puede consultarseel portal oficial:www.misiones.gov.ar/ecologia/_private/eco1.htm

    Otro grupo de provincias argentinas cuenta connormativa similar, pero no presenta experienciasconcretas. Incluso hay provincias que an no de-sarrollaron instrumentos concretos. En este senti-do, el Dr. Luis Castelli public un trabajo intere-sante que puede ser consultado en internet:www.farn.org.ar/docs/p24/index.html

    Complementar y multiplicar la accin del Estado

    Por Ing. Rodolfo Burkart y Lic. Ana Balabusic (Administracin deParques Nacionales)

    Con un 1,3 % del territorio continental argentino a cargo de ParquesNacionales y un 6,8 % de reas Protegidas en total, es imposible cre-cer hasta un 15 % deseable o indispensable en un tiempo tal, quese le gane o empate a los procesos de deforestacin y degradacinde recursos naturales que avanzan contra la conservacin de la na-turaleza. La expropiacin y compra de tierras para constituir reasprotegidas estrictas como los parques nacionales (o provinciales) esindispensable, dirigida a reas de mxima prioridad. Es el compo-nente cualitativo del sistema de reas protegidas del pas, que ase-gura zonas ncleo y refugios estratgicos. Sin embargo, con estecomponente no se resuelve ni agota ninguna estrategia de conserva-cin para el pas, aun con todos los esfuerzos que se le destinen.

    Hay un componente cuantitativo del crecimiento de las reas prote-gidas y otras variantes del ordenamiento territorial que se imponepor la cantidad de hectreas y los tiempos perentorios de su decla-racin se refiere a territorios que sean destinados a cubrir funcio-nes de amortiguacin (zonas de amortiguacin) y de conectividad yreserva de recursos (corredores de conservacin). En ausencia deesta extensin, los parques quedan expuestos a un aislamiento queconduce con el tiempo a la prdida de especies.

    El necesario avance extensivo y masivo tiene que abordarse inevita-blemente integrando la propiedad privada a la conservacin. Se de-ben adoptar modalidades de gestin territorial que busquen la con-certacin con pobladores, comunidades indgenas y particularespropietarios de tierras y les den espacios de participacin. Para esohay que ir al dilogo con ellos con algo que ofrecer: modelos con-ceptuales claros (categoras de conservacin, modelos de manejopredial); trminos de concertacin claros (compromisos y restric-ciones, derechos y ventajas); asesoramiento tcnico; incentivosmateriales, en proporcin a los costos de oportunidad que implicala conservacin. La alternativa de que las reservas privadas a crearadopten la categora de recursos manejados (categora VI deUICN), hace ms factible en acuerdo con los particulares, ya que noimplica suprimir actividades productivas, sino ordenarlas y sumarlequiz alguna restriccin asimilable a sus intereses, como la de nocazar en su campo y proteger las especies amenazadas.

    A la vez, se hace necesario revisar y profundizar los regmenes lega-les y reglamentarios nacional y provinciales, a los efectos de que seanefectivos instrumentos de promocin, de la conservacin y el usosustentable de los recursos vivos, en los territorios declarados paraese destino. La normativa que rija la conservacin en tierras privadastendr que incluir ciertos beneficios tangibles, a cambio de las res-tricciones que deba imponer; beneficios que no tienen en tales tr-minos carcter de subsidio, sino de retribucin a los servicios am-bientales que brinda el particular por sujetarse a dichas restricciones.

    En la concrecin de esta estrategia comn entre rganos del Esta-do, los particulares y las organizaciones no gubernamentales tieneun papel clave que jugar, como comunicadores, capacitadores, pro-motores, gestores de proyectos y operadores de terreno. De igualmodo, las organizaciones de base y sectoriales, como representan-tes de los particulares y las comunidades locales en las instanciasde concertacin y participacin.

    Las experiencias extranjeras muestran que la protec-

    cin en tierras privadas es exitosa y que ha sido utiliza-

    da inclusive para contener reas protegidas pblicas...

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    Esta situacin deja en un plano desigual a los pro-pietarios de tierras que se encuentran en provin-cias donde no existe previsin normativa frente aaqullos que teniendo la intencin de crear unrea de proteccin y uso sustentable en su pre-dio encuentran un modelo concreto que aplicar yun sistema institucional que promueve la iniciati-va. Asimismo, esta disparidad importa una desi-gual proteccin de los ecosistemas y regiones, losque no reconocen lmites geopolticos.

    En la Argentina estamos frente a varios desafos:

    Ordenar y conocer las experiencias existentesen los distintos niveles jurisdiccionales.Promover y desarrollar las herramientas y figu-ras legales pertinentes para la proteccin priva-da de las tierras, y mejorar las existentes.Fortalecer las instituciones que en cada juris-diccin deben promover e incentivar la protec-cin de las tierras.Generar y difundir informacin sobre las posi-bilidades para proteger tierras de propiedadprivada.Comprender la finalidad de estos modelos ymodernizar nuestra concepcin de propiedadtradicional.Trabajar junto con todos los sectores en el de-sarrollo de polticas pblicas ambientales quecontengan a la proteccin privada como unaherramienta eficiente y posible.

    La realidad marca la necesidad de trabajar sobreestos puntos, conjugando el inters propio conel del Estado. Por cierto, es un factor prsperoque la conservacin en tierras de propiedad pri-vada coincida con la finalidad misma del manda-to constitucional de promover un desarrollo sus-tentable, dado que esto armoniza la satisfaccinde las necesidades presentes sin comprometerla posibilidad de que las generaciones futuraspuedan hacer lo mismo. No tenemos ya nica-mente el derecho a un ambiente sano, sino laobligacin de participar en su realizacin y sos-tenibilidad en el tiempo, siendo coherentes connuestras leyes y metas. Y en este punto es don-de todos los habitantes de la Nacin nos volve-mos parte de lo mismo.

    ...es un factor prspero que la conservacin en tierras

    de propiedad privada coincida con la finalidad misma del

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    Asombrarsedisfrutary conservar

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    Turismo en los Refugios de Vida Silvestre

    El turismo es una actividad en crecimiento en todo el mundo y la Argentina es un ejemploclaro. Con un contexto que favorece el turismo extranjero y el nacional, este ao, los ti-tulares de los diarios anunciaron que el crecimiento de este sector super los ingresosde nuestras producciones tradicionales: los cereales y la carne. Es esta actividad, justa-mente, la que encarna una de las mejores oportunidades para valorar y recuperar nues-tros castigados ambientes naturales.

    Por Lic. Alejandra Carminati (Programa Refugios de Vida Silvestre, FVSA)

  • Vida Silvestre 96 | Fundacin Vida Silvestre Argentina58

    El placer de conservar

    Movidos por las ms diversas motivaciones, milesy miles de personas se alejan de sus hogares y setransforman en turistas. Esta actividad, que se havuelto popular en el siglo XX, motoriza grandescambios ambientales, sociales y econmicos (po-sitivos y negativos) en los lugares elegidos comodestino.

    De la mano de una mayor conciencia ambiental,una modalidad que se encuentra en pleno creci-miento es el ecoturismo. Bsicamente, los ecotu-ristas disfrutan visitando paisajes naturales o co-munidades locales con su identidad bien conser-vada. All, se enriquecen espiritual o intelectual-mente y valoran acciones concretas en favor de lanaturaleza. Es ms, en muchas ocasiones se invo-lucran en ellas. Por esta razn, el ecoturismo conuna mirada a largo plazo promueve un desarrolloeconmico genuino, que integra uso y conserva-cin, pero que no pone en riesgo los recursos na-turales y culturales cuando est bien pautado.Con sus paisajes silvestres habitados por una di-versidad de especies deslumbrante, varios pasesde Latinoamrica, incluida la Argentina, tienen ungran potencial para desarrollar esta actividad y,adems, una oportunidad para promover la con-servacin de sus recursos y el desarrollo local.

    El largo camino de la sustentabilidad

    La FVSA identifica al ecoturismo como una opcinpara revalorizar la biodiversidad y el patrimoniocultural, generando conciencia sobre la importan-cia de sus beneficios. Realizado con una adecua-da planificacin y personal capacitado puede con-vertirse en generador de decisiones para conser-var los ambientes naturales donde se sustenta. Almismo tiempo favorece la toma de conciencia am-biental por parte de los visitantes y beneficia lascomunidades locales.

    A travs de su Programa Refugios de Vida Silves-tre, la FVSA rene propietarios de campos priva-dos que funcionan como reservas naturales. Algu-nos de ellos promueven el ecoturismo como prin-cipal actividad productiva o bien para diversificarlas actividades productivas, realizando aportes aldesarrollo local sin comprometer los recursos na-turales a largo plazo.

    La clave de estos proyectos es la planificacin y,para lograrla, es necesario conocer los recursosque se manejarn. Por ello, el proceso se iniciacon un relevamiento ambiental de la propiedad yde su entorno, que incluye la identificacin de los

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    en 1998, encontr la llave para destrabar su si-tuacin. Se asoci a un empresario turstico conexperiencia y visin a largo plazo, Carlos Sando-val. As, naci Yacutinga Lodge, uno de los em-prendimientos ecotursticos de vanguardia delpas, que a su vez renov su compromiso conser-vacionista con la FVSA.

    Desde entonces, varias cosas cambiaron en el lu-gar. Se construyeron edificaciones que permiten elalojamiento y la atencin de los huspedes. Seplanificaron y abrieron senderos peatonales y, aotras ao, los sitios expuestos al uso turstico sonmonitoreados para identificar y si fuera necesa-rio revertir los signos de impacto negativo en suscondiciones ambientales. Los turistas pueden sa-ciar su avidez de informacin sobre la selva me-diante visitas guiadas, folletos y carteles. A travsde cursos, se promueve la capacitacin del perso-nal, generando un polo de empleo para los habi-tantes de la vecina Andresito. Y en temporada ba-ja se desarrolla un programa educativo con es-cuelas de esa localidad. Luego de participar encharlas, alumnos y docentes se reencuentran conlas maravillas de la selva de la mano de los guasdel lugar y descubren por s mismos la impor-tancia de conservarlas.

    Quien visite Yacutinga podr experimentar comose reinvierte una parte de los ingresos generadospor la actividad turstica en la conservacin de laselva. Y, si se prende, podr:

    Plantar un rbol en el sector de restauracin dela selva.

    Visitar la estacin de recra de carpinchos quepretende mejorar la situacin de esta especieen la zona.

    Interiorizarse sobre los trabajos de investiga-cin de la Estacin Biolgica de Yacutinga.

    No caben dudas de que se ha revalorizado almonte en un sector clave de conexin entre losdos parques nacionales ms emblemticos de laArgentina y del Brasil, que no por casualidadfueron declarados Patrimonio de la Humanidadpor UNESCO.

    Donde el corazn late con elpalmar de yatay

    Ms al sur, en Entre Ros, otra historia empezabade manera similar: aqu no se intentaba conservarla espesura de la selva, sino un palmar de yatayvecino al famoso Parque Nacional El Palmar. Conla firme conviccin de la importancia de la diversi-

    principales atractivos o valores. Y concluye conuna serie de recomendaciones para buscar unequilibrio con saldo positivo entre el uso y laconservacin de los mismos. Con esta base y se-gn las particularidades de cada establecimiento,se planifican caminatas, cabalgatas y navegacio-nes de ros y arroyos. Cada una de ellas se concibecomo espacios de descubrimiento y disfrute paralos turistas y, a la vez, como oportunidades paracontribuir con el desarrollo de las comunidadesvecinas. Esto, por ejemplo, a travs de la contrata-cin y capacitacin de personal, de la provisin deinsumos y servicios o de la gestin para mejorar lainfraestructura de la zona. Cuando es necesario,en conjunto con investigadores, se inician progra-mas de conservacin especficos, como la restau-racin de sectores degradados o la reintroduccinde alguna especie en disminucin poblacional. Yno es rara la ocasin en que estos programas setransforman en espacios para la participacin acti-va de los turistas.

    Comulgando con esta visin, los propietarios dealgunos Refugios de Vida Silvestre buscan la sus-tentabilidad ambiental, social y econmica. Losinvito a repasar dos de nuestras historias.

    Donde el turismo cristaliza buenas ideas

    Otto Biedler tena una chacra con monte de algoms de 500 hectreas que atesoraba en el lmitenorte de la provincia de Misiones. Las haba obte-nido a partir de un plan de colonizacin en An-dresito, all por la dcada de los 80. Las mantuvovarios aos, prcticamente sin uso (salvo un pe-queo desmonte realizado como requisito para elotorgamiento de la titularidad). Incorpor su pro-piedad al Programa Refugios de Vida Silvestrebuscando aliados para proteger la naturaleza deun lugar clave para la conexin de las dos reasprotegidas estatales ms importantes de la re-gin: los Parques Nacionales Iguaz (en la Argen-tina) y Foz do Igua (en Brasil). A medida quetranscurran los aos, ms se complicaba darseel lujo de mantener ese lugar sin producir. Pero

    Lo que implica el ecoturismo

    En la Cumbre Internacional del Ecoturismo realizada en el 2002, ybajo el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el medioAmbiente (PNUMA) y la Organizacin Mundial del Turismo (OMT) sereconoci que el ecoturismo suscribe los principios del turismo sos-tenible y que adems:

    Contribuye activamente a la conservacin del patrimonio natu-ral y cultural.Incluye a las comunidades locales e indgenas en su planifica-cin, desarrollo y explotacin y contribuye a su bienestar.Interpreta el patrimonio natural y cultural del destino para los vi-sitantes.Se presta mejor a los viajeros independientes, as como a los cir-cuitos. organizados para grupos de tamao reducido.

    ... se planifican caminatas,

    cabalgatas y navegacio-

    nes de ros y arroyos. Ca-

    da una de ellas se conci-

    ben como espacios de des-

    cubrimiento y disfrute pa-

    ra los turistas y, a la vez,

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    ficacin de la produccin, su propietario, el inge-niero forestal Ral Perigallo, se resista a transfor-mar La Aurora del Palmar en un eucaliptal o en unpinar, como ocurra en los campos vecinos. En1980 haba heredado esas 1.500 hectreas, con200 de palmares. Desde entonces pens que esepaisaje que conoca bien desde nio tena quetener otro valor (sobre todo, por sus 200 hect-reas de palmar). En 1997 convoc a la FVSA paraconcretar un relevamiento ecolgico rpido y, po-co despus, la propiedad ingres al Programa Re-fugios de Vida Silvestre. As se gener un espaciode trabajo conjunto con el parque nacional, parapromover la conservacin de los recursos natura-les en el mbito de la cuenca del arroyo El Palmar.

    Con su hija Mara Eugenia y su yerno Ariel Battistase logr planificar la actividad turstica, que se su-m a las otras: ganaderas, forestales y citrcolas.

    Posicionada desde una atencin personalizada yun enfoque educativo, La Aurora del Palmar eshoy reconocida como un importante destino turs-tico en la regin. Durante la visita, los turistas co-nocen y disfrutan del palmar, de la selva en gale-ra y del arroyo El Palmar. Pero tambin, puedenreflexionar sobre la importancia de la conserva-cin y del uso racional de los recursos naturalesen propiedades privadas. En su estada, casi se-guro, se cruzarn con un grupo de andes, quedicho sea de paso fueron reubicados desde unaestancia ganadera vecina que, por convertirse a laproduccin de soja, vio incompatible su estadaall. Como si fuera poco, tambin podrn testearen el terreno los resultados de los estudios que serealizan en este laboratorio a cielo abierto, paraentender cmo se regeneran las palmeras y cu-les son las causas de su mortalidad.

    En los ltimos aos, tambin han abierto sus puer-tas a contingentes de estudiantes, generando unaexcelente opcin para las escuelas que buscan unviaje de estudios que fomente el espritu conser-vacionista de sus alumnos. Eugenia y Ariel (comoRal), no se quedan aqu: ahora, proyectan gene-rar un polo de capacitacin regional en temas deturismo, y mejorar la calidad educativa de las visi-tas con el montado de un centro de visitantes.

    Hacia una red de propiedades dedicadasal ecoturismo

    El trabajo desarrollado en los Refugios de VidaSilvestre La Aurora del Palmar y en Yacutinga(como en otros de nuestro programa como Los

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    Morrillos en San Juan o Yaguaround en Misio-nes) reafirman la idea de que el turismo puede seruna efectiva herramienta de conservacin.

    En este camino tambin trabajan otros pases deLatinoamrica, como Colombia, que cuenta con laAsociacin RED Colombiana de Reservas Natura-les de la sociedad civil (RESNATUR) y la Red Cos-tarricense de Reservas Naturales.

    Por eso, la FVSA junto con un grupo de propieta-rios que comparten estas ideas comenz a darforma a una red nacional de reservas privadas de-dicadas al ecoturismo, aprovechando varias ven-tajas. La ms importante, sin dudas, es que estasiniciativas demostraron que producir y conser-var no son materias contrapuestas, sino quepor el contrario resultaron en una frmula crea-tiva de hacer negocios y conservar el legado natu-ral y cultural al mismo tiempo. Es deseable y ne-cesario que estas experiencias alienten a otrospropietarios a transitar por el mismo camino. Sias ocurriera, el mbito privado permitir consoli-dar a la Argentina como un destino turstico mar-cado por la valoracin de su patrimonio.

    Buenas premisas

    La FVSA est preparando el documento Bases para la planificaciny monitoreo del Ecoturismo en reas naturales privadas, basadoen la bibliografa internacional y, sobre todo, en su experiencia conel desarrollo de proyectos piloto dentro del marco del Programa Re-fugios de Vida Silvestre. Como adelanto, presentamos las principa-les premisas:

    1. Cumplir con las reglamentaciones vigentes, y contar con unaadecuada planificacin y monitoreo de las actividades desarro-lladas

    2. Conservar y revalorizar los recursos naturales y culturales delrea y de su zona de influencia, en especial de aquellos ecosis-temas frgiles y sitios de gran valor biolgico, histrico y ar-queolgico.

    3. Lograr una mejora en la calidad de vida de los habitantes de lasregiones receptoras.

    4. Promover la educacin ambiental y el conocimiento pblicoacerca de la diversidad biolgica y cultural y la importancia desu conservacin.

    5. Generar ingresos que sean reinvertidos en programas de con-servacin, educacin ambiental, investigacin, monitoreo y ma-nejo en el rea.

    Como puede verse en las fotos de estas pginas, en los refugios se realizan tareas de

    capacitacin, excursiones para observar especies silvestres y tambin actividades de

    educacin ambiental que pueden traducirse en hechos tan concretos como el cultivo

    de plantas autctonas para restaurar reas naturales que fueron degradadas.

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    Fundacin Vida Silvestre: Ms de una vez le ofre-cieron trabajar como cientfico y quedarse a viviren el exterior, con buenas condiciones laborales.Por qu nunca acept? Extraaba la Argentina?

    Enrique Balech: Bueno, no tanto al pas, sino a miesposa y a la familia aunque de todos modos ca-si siempre trataba de viajar con ella. En realidad,el motivo fue otro

    FVSA: Cul?

    E.B.: (Con nfasis) Que considero que cada pas de-be conservar sus cientficos, porque un pas sin cien-cia no avanza y si es un pas en desarrollo, menos to-dava. Adems, hay que evitar que toda la ciencia seconcentre en unos pocos pases, es peligroso.

    FVSA: Por qu?

    E.B.: Porque el pas que tiene progreso es el quedomina.

    FVSA: Piensa que la ciencia puede hacer unmundo mejor?

    E.B.: S, pero rodeada de ciertas garantas, que nosea manejada por cualquier mequetrefe de turno

    FVSA: En 1952 usted obtuvo una beca del Gobier-no de Francia y luego en 1957 una beca de laFundacin Guggenheim de EE.UU., que se la reno-varon al terminar la primera etapa

    E.B.: S, fui primero a California con una beca porun ao a estudiar el plancton, y digamos que tuve

    Enrique Balech

    La ciencia puede hacer un mundo mejor

    En 1937 se recibi de profesor en Ciencias Naturales con el mejor promedio de su clase,y por esa misma poca ya iba a tomar muestras de agua a los lagos de Palermo. Fue Jefede la Divisin Biologa Marina del Museo Argentino de Ciencias Naturales y, durantems de 40 aos, de la Estacin Hidrobiolgica de Quequn. En esta ocasin, Vida Silves-tre entrevist a Enrique Balech, un cientfico reconocido mundialmente por su estudiodel plancton y de las llamadas Mareas Rojas.

    suerte (se re) porque acert con algunas solucio-nes de investigacin. Entonces me pidieron queme quedara, porque EE.UU. enseguida captaquien le puede ser til, pero yo volv a decir queno y regres a la Argentina.

    FVSA: Y tena trabajo aqu?

    E.B.: Justo en ese momento me ofrecen ir a trabajarcomo investigador al Instituto Interuniversitario deBiologa Marina, que se haba creado haca poco enMar del Plata. Luego de pensarlo un tiempo final-mente acept, pero cuando no me cumplieron (seinterrumpe, hace un silencio) en fin, yo soy de re-nuncia fcil cuando no se cumple con lo pactado.

    FVSA: Pero qu sucedi?

    E.B.: Que habamos acordado un sueldo de investiga-dor full time y, llegado el momento, no me lo dieron.

    FVSA: Y por qu?

    E.B.: Hubo cuestiones polticas, no s (Sonre,clava una mirada cmplice y parece no quererahondar en el tema).

    FVSA: Profesor, de dnde surge su inters por elplancton?

    E.B.: Yo empec a estudiar agua dulce en los lagosde Palermo, donde los domingos iba a tomarmuestras. Aos despus, cuando empec trabajaren la estacin hidrobiolgica (de Quequn) dej elagua dulce para dedicarme exclusivamente al mar.

    Entrevista por Lorena Lpez

  • Vida Silvestre 96 | Fundacin Vida Silvestre Argentina68

    FVSA: Que quera investigar?

    E.B.: (Encogindose de hombros) La vida, la vida enel agua. Y cada vez que uno ms investiga, ms co-sas nuevas y de mayor inters encuentra. Despus,empec a investigar el plancton de todo el mundo.

    FVSA: Cul es la diferencia entre el trabajo en Ar-gentina y en otros pases?

    E.B.: La diferencia es material, es cuantitativa. Enlos Estados Unidos cada uno tiene sus barcos pro-pios para poder salir a investigar y se realizan mu-chas salidas al mar. Hasta hay submarinos de in-vestigacin y toda una serie de cosas que ayudanmuchsimo al desarrollo del trabajo.

    FVSA: Desde cuando vive en Necochea?

    E.B.: Desde la dcada del 40. Antes viva en Bue-nos Aires y vena aqu peridicamente a realizarestudios, hasta que finalmente me instal enQuequn a trabajar en la estacin hidrobiolgicay a dictar clases.

    FVSA: O sea que se dedic a la docencia y a la in-vestigacin a la vez

    E.B.: S, yo tuve dos vocaciones y ambas me die-ron mucho gusto: la enseanza y la investigacincientfica(hace un silencio, parece buscar un re-cuerdo) Mire, le voy a contar algo

    FVSA: A ver

    E.B.: Cuando llegu al Instituto Scripps de Ocea-nografa en La Jolla, California, uno de los directi-vos me pregunt: Usted es doctor? No, le res-pond. Es master? No, volv a responder, soyprofesor. Entonces ese hombre (que era tambinun cientfico), me dijo: Ac solo recibimos mas-ters y doctores, as que debera rechazarlo, perocomo respetamos la beca Guggenheim lo vamos aaceptar. Y as fue que fue que an siendo sloprofesor, me dieron un rinconcito del laboratorio.

    FVSA: Cul fue su mayor desafo como investigador?

    E.B.: El desafo es constante, pero todo dependede la persona y los recursos. Si usted tiene los re-cursos, tiene prcticamente todo.

    Enrique Balech naci en 1912 en Teln, La Pampa. En en 1937 se re-cibi de Profesor en Ciencias Naturales con un promedio de 9,42puntos. Ejerci la docencia en escuelas secundarias, en el ColegioMilitar de la Nacin y en la Universidad de La Plata. Estuvo a cargodel Laboratorio de Protitologa y de la Divisin Biologa Marina delMuseo Argentino de Ciencias Naturales y de la Estacin Hidrobiol-gica de Puerto Quequn.

    En 1993 recibi el Premio Konex de Ciencia y Tecnologa. Escribigran cantidad de trabajos y libros, entre los cuales figuran Intro-duccin al fitoplancton marino; Geocidio y Los dinoflageladosdel Atlntico. Estudi y utiliz el esperanto en sus viajes por distin-tos pases. Incluso, public trabajos en este idioma.

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  • abril junio | 2006 69

    FVSA: Cmo realizaba su trabajo de campo enQuequn?

    E.B.: Gran parte lo haca desde tierra, pero a ve-ces embarcaba en el barco del Ministerio deObras Pblicas, aunque tambin en barcas pe-queas. El trabajo de muestreo lo realizaba conuna red, donde todo lo que quedaba luego de quepasaba el agua era materia viva.

    FVSA: Extraa el trabajo en el terreno?

    E.B.: (Empieza a rerse) A los 93 aos ya no se ex-traa tanto, pero el trabajo de campo siempre fueun placer, aunque a veces matizado con mareos(se re ms fuerte). El trabajo de campo es irrem-plazable y muy satisfactorio adems, no se pue-de investigar desde un escritorio.

    FVSA: Alguna vez estuvo en una situacin depeligro?

    E.B: Bueno, cuando se sale al mar, siempre hayriesgo, pero a m nunca me pas nada. (Se quedapensando y de pronto agrega:) Aunque una vezsucedi algo

    FVSA: Qu pas?

    E.B.: bamos navegando y el barco se inclin tantoque pareca que se iba a dar vuelta. Entonces el ca-pitn sali corriendo para hacer no s qu cosa enlos comandos y, en vez de pisar el suelo, caminpor la pared debido a la gran inclinacin. Y durantemucho tiempo se guardaron esas huellas en lapared como recuerdo de lo que haba pasado.

    Vida Silvestre agradece al Dr. Luis Cappozzo, Director

    Ejecutivo de la Estacin Hidrobiolgica de Puerto Que-

    qun, su apoyo para realizar esta entrevista.

  • Peligra el ambiente natural costerodetrs de la Ciudad Universitaria

    Detrs de la Ciudad Universitaria de BuenosAires se encuentra un terreno costero deaproximadamente 5 ha. Similar a la historiade Costanera Sur, se ha formado como pro-ducto de los rellenos producidos desde la d-cada del 50, junto a la sedimentacin de ma-teriales aluvionales procedentes de diferen-tes ambientes. Estos, compuestos por comu-nidades vegetales tanto nativas como exti-cas, entre los que se destacan una laguna, unbosque y pajonales, proporcionando un ricoespacio para una gran diversidad de aves.Actualmente las obras que est realizando elGobierno de la Ciudad de Bs. As. con el finde realizar el proyecto "Parque Natural y P-blico Ciudad Universitaria" estn alterandoeste lugar sumamente interesante y valioso,motivo por el cual varias ONGs y ciudada-nos han promovido que se lo declare comouna nueva Reserva Ecolgica para la ciudad. El proyecto de ley que contempla la crea-cin de la "Reserva Ecolgica CostaneraNorte" se encuentra en estudio en la Comi-

    sin de Planeamiento Urbano de la Legisla-tura portea, a la espera de los "informestcnicos" que acrediten que el lugar puedaser considerado para recibir un grado deproteccin. Pero, mientras tanto, las obrasavanzan con rapidez y cada minuto es unaafrenta contra estos ambientes, cada damas alterados. Mientras los tiempos de es-pera parlamentario son lentos, las mqui-nas comenzaron a "desmalezar", talar r-boles y a dividir la laguna con un terrapln.Ya han limitado la conexin que tiene la la-guna con el ro. Estas intervenciones agresi-vas estn comprometiendo seriamente albosque y a la laguna, la cual fue considera-da en la Evaluacin de Impacto Ambiental(EIA) como el ambiente de mayor vulnerabi-lidad, ya que es utilizada por varias espe-cies de aves para su nidificacin.Desde la Gestin "Reservas Educativas" dela Fundacin de Historia Natural "Flix deAzara" consideramos que la creacin de la"Reserva Ecolgica Costanera Norte" posi-bilitara a los ciudadanos aprovechar el m-ximo de las potencialidades que ofrece ellugar, ya que al utilizarlo slo como espacio

    recreativo se estara desperdiciando su altovalor ecolgico, social y educativo. En espe-cial para los estudiantes de la vecina Facul-tad de Ciencias Exactas y Naturales de laUniversidad de Buenos Aires (UBA), quie-nes tendran all un laboratorio viviente. Poreso, sostenemos que para ofrecer un nuevoespacio a la comunidad, el Gobierno debe-ra controlar que se respeten las observa-ciones descriptas en la EIA para la obra y,as, apuntar a un desarrollo sustentablecompatible con el medio ambiente.

    Gestin Reservas EducativasFundacin de Historia Natural"Flix de Azara"[email protected]

    Vida Silvestre hace propia esta preocupa-cin y alienta -desde 1984- a las autorida-des a concretar la reserva anhelada.

    Correo de lectores

    Enviar las cartas para Vida Silvestrea Defensa 251 6K

    C1065AACCiudad de Buenos Aires Argentina

    [email protected]

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    1 y 2: antes de las obras. 3 y 4: estado al cierre de este nmero.Fotos: Claudia Furman y Cecilia Gimil

  • ELABREVADERO

    El sistema de reas NaturalesProtegidas de la provinciade Tierra del Fuego, Antrtidae Islas del Atlntico SurPor Ministerio de la Produccin dela Provincia de Tierra del Fuego, Us-huaia, 2005, 24 pgs.

    Nuestra provincia ms austral resume infor-macin general (histrica, natural y cultural)sobre sus seis reservas provinciales: CostaAtlntica de Tierra del Fuego, Corazn de la Is-la, Laguna Negra, Ro Valdez, Playa Larga e Is-la de los Estados. Con visin de futuro, tam-bin presenta otras reas naturales potencial-mente elegibles para su incorporacin a esesistema de reas naturales protegidas. Entreellas, el rea de transicin entre el bosque y laestepa fueguina, la pennsula Mitre, el mar ad-yacente a isla de los Estados y el Canal Bea-gle. Se public con el apoyo de FVSA y WWF.

    Para ms informacin:[email protected]

    Reservas Naturales UrbanasPor Aves Argentinas, 2006, 8 pgs.

    Este atractivo folleto refleja la posicin institucional ante esta alternati-va concreta para mejorar la calidad de vida en las ciudades argentinas.Sintetiza los mltiples beneficios y oportunidades que presentan estasreservas, repasando experiencias extranjeras y enumerando los nume-rosos y no siempre reconocidos- casos que presentan hoy Buenos Ai-res, Crdoba, Ro Negro, Santa Cruz y Chaco. Incluye una veintena depautas bsicas y un modelo de ordenanza para que las autoridades decada municipio vean facilitada su tarea al momento de tomar la decisinde crear estas reservas naturales en el corazn de los poblados.

    Ms informacin: [email protected]

    Fundacin Bioandina Argentina http://www.bioandina.org.ar/Se trata del sitio de esta ONG dedicada fundamentalmente a conservar el Cndor andino. Su pionero programa decra y reintroduccin de estas aves est abordado con alto nivel de detalle y actualizacin. Tambin se presentanotros proyectos junto con el Zoolgico de Buenos Aires como el llamado ARCA (Asistencia a la Reproduccin y Con-servacin Animal), el de enriquecimiento ambiental para los recintos del zoo porteo, uno nuevo sobre tecnologasreproductivas para felinos amenazados, etc. Muy valioso para los interesados en el manejo y reproduccin de faunasilvestre en cautiverio.

    Manejo de Fauna Silvestre en la ArgentinaPor Mara Luisa Bolkovic y Daniel Ramadori (Eds.).Direccin de Fauna Silvestre, Sec. de Ambiente yDesarrollo Sustentable, Buenos Aires, 2006, 168pgs.

    Es alentador que el Estado impulse y presente los proyectos de usosustentable de especies autctonas como el loro hablador, los ca-lancates, el and, yacars, iguanas, boas curiy, coypos, carpin-chos, vicuas, guanacos y zorros. Sin dudas, esta obra marca un hi-to que permite esclarecer la necesidad de saber usar los recursosfaunsticos partiendo del conocimiento cientfico y de planes a lar-go plazo que pretenden no slo generar riqueza, sino ordenar eluso tradicional de la fauna ms valiosa, conservar sus ambientesnaturales y poner en marcha mecanismos de equidad social.

    Para ms informacin: www.medioambiente.gov.ar

    Investigacin, conservaciny manejo de vicuasPor Viviana Vil (Ed.). Proyecto MACS, UniversidadNacional de Lujn, Buenos Aires, 2006, 208 pgs.

    Este libro complementa otros esfuerzos bibliogrficos del proyectoMACS, que apunta al uso econmico sustentable de los camlidossudamericanos silvestres. Estas pginas condensan informacin vi-tal y actualizada sobre historia natural, sanidad, uso, manejo, com-portamiento y educacin. No es casual que estn dirigidas a loscientficos y administradores de fauna: pretende comprometerlosms con la conservacin de las valiosas vicuas, que encarnan unaoportunidad de desarrollo para muchas comunidades campesinas.

    Para ms informacin: [email protected]

    Comentarios y crticas por Matos Garra

    Libros

    Web

    Folleto

    Cuadernillo

  • DEMuseo

    Un libro pionero sobre la divulgacin de nuestros mamferos

    En 1937, Rodolfo Parodi public el primer volumen sobre Fauna Argentina, dedicado anuestros mamferos. All, acompa sus textos con 10 acuarelas y 102 dibujos a pluma de PalMagne de la Croix. Discpulo del gran paleontlogo Lucas Kraglievich, en este pequeo libro seocup de dar a conocer los rasgos generales de las familias y ordenes de mamferos presentesen el pas. Pese a sus imprecisiones (entendibles si tenemos presente que fue escrito hace casiocho dcadas) hay que rescatar su inquietud, explcita en las primeras lneas: El conocimientode nuestra fauna tiene una importancia muy grande, no slo desde el punto de vista cientfico,

    sino tambin econmico y hasta patritico. Es muy triste para nosotros, como argentinos,confesar que existen muchos animales del pas que an desconocemos y otros de los cuales

    tenem