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kilmdelláb 88 I Septiembre 2009 Biodiversidad: del patrimonio a la soberanía J. Esteban Hernández Bermejo Director del Banco de Germoplasma Vegetal Andaluz. Catedrático de la Universidad de Córdoba. Es tiempo de superar la etapa en la que nues- tra preocupación por la naturaleza, incluso bajo el paradigma de la biodiversidad (acu- ñado en los ochenta), era una simple reac- ción contra su pérdida o deterioro. Sin ba- jar la guardia, podemos dar esta lección por aprendida. Nuestro patrimonio natural em- pieza a estar a salvo. Es el momento de ejer- cer nuestra soberanía sobre ese patrimonio, lo que significa valorar, gestionar, adminis- trar, defender su identidad y derechos, para que de esta manera pueda ser legado sin me- noscabo de su integridad e incluso con uti- lidades y beneficios. Es necesario romper la dicotomía entre conservación y gestión de los recursos biológicos, marinos, agrícolas y forestales. El actual marco internacional presenta una visión holística, integral —dife- rente a globalizada— respecto a la gestión de la biodi yersidad. Convenios Internacionales como CITES, Ramsar, Cambio Climático y especialmente CBD, deberían cambiar sus- tancialmente nuestras políticas integrando gestión y conservación. D urante la segunda mitad del siglo xx, la humanidad vivió un crecien- te interés por la conservación de la naturaleza y el medio ambien- te. Si bien ya a finales del siglo xix se habían producido diversas reacciones precursoras de movimientos ecologistas y proteccionistas (al- 63

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kilmdelláb 88 I Septiembre 2009

Biodiversidad:del patrimonioa la soberanía

J. Esteban Hernández BermejoDirector del Banco de Germoplasma Vegetal Andaluz.Catedrático de la Universidad de Córdoba.

Es tiempo de superar la etapa en la que nues-tra preocupación por la naturaleza, inclusobajo el paradigma de la biodiversidad (acu-ñado en los ochenta), era una simple reac-ción contra su pérdida o deterioro. Sin ba-jar la guardia, podemos dar esta lección poraprendida. Nuestro patrimonio natural em-pieza a estar a salvo. Es el momento de ejer-cer nuestra soberanía sobre ese patrimonio,lo que significa valorar, gestionar, adminis-trar, defender su identidad y derechos, paraque de esta manera pueda ser legado sin me-noscabo de su integridad e incluso con uti-lidades y beneficios. Es necesario romper ladicotomía entre conservación y gestión delos recursos biológicos, marinos, agrícolasy forestales. El actual marco internacionalpresenta una visión holística, integral —dife-rente a globalizada— respecto a la gestión dela biodiyersidad. Convenios Internacionalescomo CITES, Ramsar, Cambio Climático yespecialmente CBD, deberían cambiar sus-tancialmente nuestras políticas integrandogestión y conservación.

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urante la segunda mitad del sigloxx, la humanidad vivió un crecien-te interés por la conservación dela naturaleza y el medio ambien-

te. Si bien ya a finales del siglo xix se habíanproducido diversas reacciones precursoras demovimientos ecologistas y proteccionistas (al-

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ISeguimos empeñadosen salvar especies yno poblaciones;en conservar mitos enlugar de diversidad;en concebirsantuarios de lanaturaleza conguardas, pero sinhabitantes

imensReunión del grupo ad hoc deABS del Convenio sobre laDiversidad Biológica, reunidoen Granada (abril, 2006) bajopresidencia española. En estareunión se dio un paso muyimportante en la preparación deun Régimen Internacional queregule el acceso y la distribuciónjusta y equitativa de losbeneficios derivados del uso dela biodiversidad.

J.Esteban Hernández Bermejo

gunos tan mediáticos como las manifestacionesen California en defensa de las sequoias, o enel caso español, de las revueltas sociales de losmineros de Riotinto), las políticas de declara-ción de espacios naturales fueron muy tímidasy estuvieron ligadas mucho más a criterios pai-sajísticos o todo lo más faunísticos, antes que auna ponderada valoración de los recursos bio-lógicos, singularidades ecológicas o riesgos deextinción.

A partir de 1972, tras la Conferencia de Esto-colmo, propiciada por Naciones Unidas, se ini-cia una auténtica reacción global a favor de laconservación. Organizaciones no gubernamen-tales como UICN, WWF, o las internacionalesderivadas de la ONU, como el PNUMA o laUNESCO han jugado un importante papel di-namizador. La conservación del medio ambien-te, la lucha contra la contaminación y la pérdi-da de especies y hábitats había comenzado.

A Finales de los setenta el mundo de la con-servación se debatía en continuos intentos porevidenciar los procesos de extinción de espe-cies, la contaminación de la atmósfera, aguascontinentales y mares, en búsqueda de políticaseficaces en la protección de los espacios natu-rales o en la previsión de los efectos nocivos deuna catástrofe nuclear, o de la simple apuestapacífica por esta energía.

Es a mediados de los ochenta cuando surge,desde los Estados Unidos de América —unavez más— el nuevo paradigma de la biodiversi-dad. ¿Se trataba de una simple reformulacióndel movimiento conservacionista? ¿De una re-acción contra la llamada "revolución verde",que ya había evidenciado su efecto boomerangsobre la naturaleza y sobre el desarrollo y au-tonomía de los pueblos? ¿O de algo más? LaConferencia de Río y tras ella, la ratificacióndel Convenio sobre la Diversidad Biológica,consolidarían las auténticas componentes delnuevo marco emergente: el nuevo paradigmahabía nacido, pero hoy dieciocho arios des-pués, esta nueva visión aún no ha sido asumi-da o incluso entendida por una buena parte dela humanidad.

64 dizaCibrah 88 / Septiembre 2008

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Biodiversidad: del patrimonio a la soberanía

1992. EL CBD, UN NUEVO MARCOINTERNACIONAL PARA LA GESTIÓNDE LA BIODIVERSIDAD

El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD)fue redactado en junio de 1992 en Río de Janei-ro y ratificado por la mayor parte de los paísesdel mundo, incluida España, en noviembre delmismo ario. El CBD estableció un nuevo hori-zonte no sólo en lo concerniente a la conserva-ción de la naturaleza y de su biodiversidad, sinomucho más sobre el uso sostenible de la misma,sobre su gestión, soberanía y sobre el marco quedebería regular las relaciones internacionales enel acceso a los recursos genéticos y a los bene-ficios derivados de su uso. En el preámbulo del

Convenio, se mencionan prioritariamente cues-tiones como la paz internacional, el desarrolloeconómico de los pueblos, su soberanía sobrelos recursos biológicos y genéticos, la importan-cia de los conocimientos y formas tradicionalesde vida, los valores culturales y sociales de labiodiversidad o el papel de la mujer en la ges-tión sostenible de la biodiversidad y en la con-servación de los conocimientos a ella asociados.Desde su preámbulo, el CBD implica a toda lahumanidad en su aplicación.

No se trata pues de un mero acuerdo mundiala favor de la conservación. Extraemos para de-mostrarlo algunos párrafos de los objetivos ypreámbulo del Convenio:

Objetivos del CBDLa conservación de la diversidad biológica,

la utilización sostenible de sus componentes yla participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos

Preámbulo del CBDConscientes del valor intrínseco de la diversidadbiológica y de los valores ecológicos, genéticos, so-ciales, económicos, científicos, educativos, cultura-les, recreativos y estéticos de la diversidad biológicay sus componentes,Conscientes, asimismo, de la importancia de la diver-sidad biológica para la evolución y para el manteni-miento de los sistemas necesarios para la vida de labiosfera, Afirmando que la conservación de la diver-sidad biológica es interés común de toda la humani-dad,Reafirmando que los Estados tienen derechos sobe-ranos sobre sus propios recursos biológicos,Reafirmando, asimismo, que los Estados son respon-sables de la conservación de su diversidad biológicay de la utilización sostenible de sus recursos biológi-cos,

Reconociendo la estrecha y tradicional dependenciade muchas comunidades locales y poblaciones indí-genas que tienen sistemas de vida tradicionales ba-sados en los recursos biológicos, y la convenienciade compartir equitativamente los beneficios que sederivan de la utilización de los conocimientos tradi-cionales, las innovaciones y las prácticas pertinentespara la conservación de la diversidad biológica y lautilización sostenible de sus componentes,Reconociendo, asimismo, la función decisiva quedesempeña la mujer en la conservación y la utilizaciónsostenibles de la diversidad biológica y afirmando la

necesidad de la plena participación de la mujer entodos los niveles de la formulación y ejecución de polí-ticas encaminadas a la conservación de la diversidadbiológica,Destacando la importancia y la necesidad de promo-ver la cooperación internacional, regional y mundialentre los Estados y las organizaciones interguberna-mentales y el sector no gubernamental para la con-servación de la diversidad biológica y la utilizaciónsostenible de sus componentes,

Reconociendo que se precisan inversiones conside-rables para conservar la diversidad biológica y quecabe esperar que esas inversiones entrañen una am-plia gama de beneficios ecológicos, económicos ysociales.Reconociendo que el desarrollo económico y social yla erradicación de la pobreza son prioridades básicasy fundamentales de los países en desarrollo,Conscientes de que la conservación y la utilizaciónsostenible de la diversidad biológica tienen impor-tancia crítica para satisfacer las necesidades alimen-tarias, de salud y de otra naturaleza de la poblaciónmundial en crecimiento, para lo que son esenciales elacceso a los recursos genéticos y a las tecnologías, yla participación en esos recursos y tecnologías,Tomando nota de que, en definitiva, la conservación yla utilización sostenible de la diversidad biológica for-talecerán las relaciones de amistad entre los Estadosy contribuirán a la paz de la humanidad,...

~LQ(15- 88 / Septiembre 2009

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J.Esteban Hernández Bermejo

BIODIVERSIDAD:ALGO MÁS QUE MUCHAS ESPECIESEN PELIGRO DE EXTINCIÓN.REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA PERSONAL

Quien firma este artículo no pretende renegarde su origen..., verde. Verde de naturaleza.Organizar un "Grupo de Ecología" en los arios70 en la ETSIA de la Politécnica de Madrid eracasi un acto de rebeldía y podías recibir —asífue— hasta una fuerte regañina del Director delCentro por conseguir que Fernando GonzálezBernáldez —mi admirado profesor y amigo—viniera un día a dar una conferencia. No sedebía "meter el enemigo en casa" se me dijo enaquella ocasión. Mi también profesor y amigoCésar Gómez Campo actuó de escudo protec-tor. César fue el gran precursor de la conserva-ción entre los agrónomos e ingenieros. Y conél primero y sin él después, pero con ilustres eigualmente vehementes compañeras y compa-ñeros de equipo, me he dedicado a conservary convencer durante décadas a tirios y troya-nos de lo importante que era conservar lasespecies endémicas y en peligro de extinción,diseñando y promoviendo bancos de germo-plasma y jardines botánicos.

Pero un día comprendí que algo se nos habíaescapaba de las manos. Aquel en que a la puer-ta del Jardín Botánico niños de un colegio cor-dobés entraban corriendo en el recinto bajo elgrito desenfrenado de "¿dónde están los endernis-mos . ?" ¡Habíamos creado una marca, un men-saje, y llegado hasta el punto más sensible denuestras sociedades: los niños y los políticos...bien! Tal vez lo habíamos conseguido, pero ¿Nonos habríamos dejado otras muchas cosas im-portantes en el camino?

LA BIODIVERSIDAD EN TODASSUS COMPONENTES

Resulta peculiar que ciertos conceptos y avancesen Biología de la Conservación y Ecología hayansido capaces de alcanzar el discurso político in-ternacional y que sin embargo encuentren fuer-te resistencia a la hora de ser incorporados en el

diseño de las políticas medioambientales a nivelterritorial. Véanse en este sentido no sólo el tex-to de los citados Convenios, sino documentosmás recientes como la Estrategia Europea deConservación de las Plantas, la reciente revisiónde los objetivos de la Estrategia Mundial parala Conservación de las Plantas —Dublín, junio2009— o la Carta de Siracusa— documento pro-ducido por los ministros de Medio Ambientedel G8 el pasado mes de abril.

Así, mientras el marco internacional rompe lasfronteras de la teoría de los "hotspots" que haceveinte arios inventara UICN, y extiende el pa-radigma de la biodiversidad hasta alcanzar lastierras áridas, los ecosistemas marinos, la diver-sidad a nivel de poblaciones, la biodiversidadagrícola, los conocimientos tradicionales asocia-dos, y hasta el ámbito de la alimentación y nu-trición, simultáneamente y en muchos paísescomo el nuestro, seguimos encontrando resis-tencia para romper los límites de competenciasentre campos profesionales, departamentos mi-nisteriales y políticas sectoriales. Seguimos cen-trando nuestros sistemas de valoración en ele-mentos mediáticos elevados al rango de ilustrestópicos como el lince ibérico, la foca monje, eláguila imperial, la manzanilla de Sierra Nevadao el pinsapo. Seguimos empeñados en salvar es-pecies y no poblaciones; en conservar mitos enlugar de diversidad; en concebir santuarios dela naturaleza con guardas, pero sin habitantes.La única forma de uso es la visita y cuanto máslejos mejor. Los conocimientos sobre el medionatural y el uso de las especies están en DVD,CD o páginas web, todo lo más en libros o folle-tos, pero no en la práctica de las poblaciones lo-cales. Gestores e investigadores patrimonializana veces la naturaleza, olvidando que el objetode su responsabilidad y trabajo es de soberaníapública.

Se necesita un mayor compromiso con las va-riedades agrícolas y ganaderas locales, con elmanejo de los recursos genéticos forestales enfunción de su origen y diversidad, con la recu-peración de cultivos olvidados, con el uso delas plantas medicinales, algo que no es priva-tivo de la industria farmacéutica, pues procede

ealiíbrbwaftJ 88/ Septiembre 2099

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Alumnosparticipantesen un taller derecuperacióndeconocimientostradicionalessobre manejode fibrasvegetales.Trenzado dela paja decereal (Triticummonococcum,escaña).Zuheros,Córdoba.

Biodiversidad: del patrimonio a la soberanía

casi siempre del saber popular, local o indígena.Nuestra flora, fauna y mundo bacteriano encie-rran un sinfín de elementos que no son simplesobjetos de admiración, ¡son recursos! El pasode la caza armada a la caza fotográfica, o el dequienes centuriaban y expoliaban el mundo ve-getal, al de los sabios y técnicos que conservanin vitro el germoplasma, no puede impedir elejercicio de la soberanía sobre esos recursos yla posibilidad de utilizarlos en beneficio de lahumanidad.

Nada más lejos de mi voluntad que cuestio-nar el celo, eficacia y buen hacer de quienesse dedican (nos dedicamos) al ejercicio de laconservación. Pero debemos hacerlo de formacompatible con la continuidad de las formas devida tradicionales, con la presencia de las pobla-ciones humanas, con el desarrollo económico ycultural de los pueblos, con la mejora de su ca-lidad de vida... Me remito de nuevo a la antescitada Carta de Siracusa del G8, donde de for-ma reiterada se pide que los objetivos del CBDadquieran un mayor compromiso con el usosostenible de la biodiversidad, mencionando suresponsabilidad para buscar formas de resolverla actual crisis económica mundial.

Igullbzeff.) 881 Septiembre 2009

CONOCIMIENTOS TRADICIONALES:ALGO MÁS QUE UNA COMPONENTEINTANGIBLE DE LA BIODIVERSIDAD

El texto del CBD lo recoge de forma categóricaen su artículo 8j: cada Parte contratante (Go-bierno de cada país) ... Con arreglo a su legisla-ción nacional, respetará, preservará y mantendrálos conocimientos, las innovaciones y las prácticasde las comunidades indígenas y locales que entra-ñen estilos tradicionales de vida pertinentes para laconservación y la utilización sostenible de la diver-sidad biológica y promoverá su aplicación más am-plia, con la aprobación y la participación de quienesposean esos conocimientos, innovaciones y prácti-cas, y fomentará que los .beneficios derivados de lautilización de esos conocimientos, innovaciones yprácticas se compartan equitativamente.

¿Tiene esto algo que ver con nosotros? Una pri-mera impresión puede ser la de que el artículoatarle sólo a determinados países con suficientecomponente indígena en su estructura étnica osocial. De hecho, el artículo de referencia se haconstituido en una importante plataforma rei-vindicativa de los derechos de ciertos pueblosindígenas y digo de ciertos, porque no todos

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J.Esteban Hernández Bermejo

Huertas delGeneralife. El

Patrónato dela Alhambra

tiene el proyectode restaurar

estas huertascompatibilizando

la recuperacióndel paisaje

agrícola con elrigor histórico

y el uso decultivos y

variedadestradicionales.

están o tienen la oportunidad de estar repre-sentados en las COP (Conferencias bienales delas Partes) de los Convenios Internacionales.Alguien incluso podría incluso rebuscar entrenuestros pueblos, minorías, mestizajes y com-ponentes etnológicas, alguna raíz indígena...Pero no, no se trata de eso.

Hace algunos arios —vuelvo a la anécdota de lasexperiencias personales— a finales de los ochen-ta, cuando buscábamos contenidos para el Mu-seo de Etnobotánica, del Jardín Botánico deCórdoba, recibí un mensaje y lección de quienfuera el más destacado etnobotánico indigenistamexicano del siglo XX, el Doctor Efraím Her-nández Xolocotzi. Tras recibir a una expediciónenviada desde Andalucía con el fin de conseguirmateriales etnológicos para el citado museo, mehizo llegar un claro mensaje: "decidle que deje debuscar indígenas en otros países y lo haga en el suyopropio". Se refería claro está a los conocimien-

tos tradicionales. Lección aprendida MaestroEfraím. La expresión inglesa del texto del CBD...knowledge, innovations and practices of indige-

nous and local communities ernbodying traditionallifestyles relevant for the conservation and sustaina-ble use of biological diversity" no implica ningunaprioridad de las comunidades indígenas sobrelas locales. Y si lo pretendiera, no sería justo.Cuantitativa y cualitativamente son las diferen-tes comunidades y sociedades locales, rurales,o de formas de vida tradicional, quienes con-servan y manejan la mayor parte de los conoci-mientos asociados a la biodiversidad.

No pretendo quitar ninguna importancia al pa-trimonio etnobiológico de las minorías indíge-nas. Globalmente alcanzan el 4 % de la poblaciónmundial, una cifra superior a los 250 millones eindudablemente poseen una buena parte de eseacervo que la humanidad ha acumulado respec-to al manejo de selvas y desiertos, sistemas agro-

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ea/ Septiembre 2009

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Biodiversidad: del patrimonio a la soberanía

forestales y humedales, estepas y semidesiertos,usos alimentarios, medicinales, artesanales deplantas y animales..., pero de ninguna manerapueden erigirse en únicos poseedores del patri-monio etnobiólogico del planeta. No es de suexclusividad. Tampoco está siempre aseguradala etnicidad de sus conocimientos. Mientrastanto, los pueblos mestizos, los que acumu-lan una complicada historia y origen étnico, oquienes simplemente están constituidos casi ensu totalidad por pueblos aborígenes, acumulanprobablemente otra parte tal vez mayor de eseacervo y deben gozar igualmente del derecho ahacer uso soberano de sus conocimientos.

El tema es de más importancia económica, cul-tural, estratégica y política de lo que parece. Losconocimientos de nuestros agricultores, pas-tores, hombres y mujeres del campo y de losmontes, esconden una valiosa información so-bre los usos de plantas y animales, virtudes me-dicinales de las plantas, técnicas artesanas en eltrenzado de fibras, formas de consumo y elabo-ración de alimentos, comportamiento de los sis-temas forestales, formas de riego y distribuciónde aguas comunales, pastoreo, construcciónrural, cultivo... Sus formas de vida son una ga-rantía de sostenibilidad y autonomía, una parteimportante de nuestra cultura, una oferta alter-nativa, temporal o permanente para todo aquelque decida escapar de la vida urbana. Pero aunmás, conservan conocimientos válidos para lainnovación en industrias como la farmacéutica,cosmética, artesanal, alimentaria, y por supues-to en el ámbito del auténtico turismo rural y denaturaleza.

Si nos referimos por ejemplo al mundo de lasplantas, según datos que desde hace ya algu-nos arios nos encargó recopiláramos el en-tonces Ministerio de Medio Ambiente, comoaproximación a una primera Etnoflora Ibérica,encontraríamos que más de un tercio de nues-tra flora silvestre es todavía objeto de algúnuso tradicional. Eso significa que más de 2.500especies lo son. De nuevo podría pensarse pre-cipitadamente, que estamos hablando de usossecundarios que sólo interesan a románticos,naturistas y vegetarianos. Pero mientras tanto

iiiiiiils 88! Septiembre 2905

no han cesado de llegar expediciones de mu-chos países del mundo en búsqueda de nuestrosrecursos silvestres. Clusio, Charles LEcluse, elholandés precursor del cultivo, estudio e intro-ducción de las bulbosas ornamentales en losPaíses Bajos, ya lo hacía en el siglo XVI con lasespecies de nuestras montañas. Desde enton-ces no han cesado en llegar expediciones decolecta. La última —conocida— se produjo unmes antes de preparar este artículo: dos presti-giosos centros de investigación agrícola austra-lianos llegaron a nuestras tierras en búsquedade leguminosas pratenses (y de sus complejosmicrobianos asociados). Posiblemente habríanllegado antes otras veinte expediciones austra-lianas durante los últimos cincuenta arios...Y hablando de los cincuenta... ¿Recuerdanaquella expedición del Departamento de Agri-cultura de los EEUU (USDA)? Aquello si debióser un auténtico "bienvenido mister Marshall",con actores de primera, destacados botánicosespañoles de la época, convertidos en sherpas

de la expedición.

Nuestra flora alberga cientos de especies de in-terés medicinal (recientemente... ¡atención conlas del género NarcissusD, cientos de especies deinterés perfumero, cosmético o condimentarlo(Labiadas, Umbelíferas...), decenas de especiesde interés ornamental (bulbosas, compuestas,labiadas, etc., hasta nuestros incómodos cardosson comercializados por la industria ornamen-tal europea). Y de nuevo y para acabar con losejemplos, volvemos a citar nuestras pratenses yforrajeras. El germoplasma de Trifolium subterra-

neum ha sido una de las mayores contribucionesde nuestra flora a la mejora de los pastizales delas regiones templadas del mundo.

Detengámonos aquí. Justo antes de preguntar-nos respecto a los beneficios de estas "expor-taciones". Porque de lo que estamos hablandoes de conocimientos tradicionales y muchas deesas especies son objeto de ellos, de nuestra me-dicina popular, de nuestra especiería tradicio-nal, de la gestión de nuestros pastos y dehesas.¿O acaso no saben nuestros ganaderos lo que esun majadal, un prado bajo dehesa en el que elcitado trébol es el rey de las leguminosas?

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J.Esteban Hernández Bermejo

Ei icio de la conservación debemos hacerlo de forma compatible con "I!

la continuidad de las formas de vida tradicionales, con la presencia de laspoblaciones humanas, con el desarrollo económico y cultural de los pueblos,con la mejora de su calidad de vida

Nuestra propia historia es en este campo la pri-mera asignatura perdida. La historia de nuestrosconocimientos sobre los agrosistemas, sobre lasplantas, sobre los animales, sobre la vida... Lahistoria escrita y la transmitida por vía oral.Desde Columela (siglo I) o Isidoro de Sevilla(VI-VII), contando muy especialmente con losgeóponos (agrónomos), médicos, botánicos,veterinarios, geógrafos andalusíes de los siglosX-XV (Arib ben Said, Ibn Bassal, Abu al-Jayr,Ibn al-Beithar, Maimónides, al-Tignari, Ibn al-Awwam, Ibn Luyun,...), siguiendo incluso porla información de los mismos campos del sa-ber en los siglos siguientes (Alonso de Herrera,Laguna, Gregorio de los Ríos, Cavanilles, RojasClemente, Lagasca, Arias y Costa, Dantin Cere-ceda) constituyen eslabones de un monumentalconjunto de saberes sobre nuestra biodiversi-dad, que resulta imprescindible para la valora-ción, recuperación y puesta en valor de nuestrospropios recursos.

Conocimientos sobre la poda y el injerto de losfrutales, sobre el control biológico (si, biológico)de plagas y enfermedades de los cultivos, medi-cina veterinaria, formas de ahuyentar alimañas,mecanismos de interacción entre plantas, formasde abonado, soluciones para conservar y elabo-rar los alimentos, fórmulas gastronómicas y die-téticas, diagnosis de enfermedades, propiedadescurativas de las plantas... Me resulta inaborda-ble la elección de ejemplos en este campo, puesformo parte de un equipo de investigadores em-peñados entre otros proyectos, en escribir la Flo-ra Agrícola y Forestal de al-Ándalus y créanme,estamos ante un inmenso elenco de datos queposibilitarían muchas y sugerentes pistas e inno-vaciones para las industrias agrícolas, alimenta-rias, cosméticas o farmacéuticas. Tal vez necesi-

táramos de un nuevo Renacimiento, en materiade conocimientos tradicionales, que permitieraponer el buen saber del pasado, al servicio delmejor hacer en el presente y futuro.

ABS, ATM, CMA, PIC, GSPC... UNA SOPADE LETRAS QUE NOS CONCIERNE

Si hubiéramos encabezado nuestro párrafo conotros acrónimos como TDT, MP3 o SMS, nadiese hubiera extrañado. Sin embargo, detrás delos arriba citados se esconde un debate y conse-cuencias que conciernen a toda la humanidad,a todos los países y territorios, a sus gobiernos ypor supuesto a toda su ciudadanía.

El tercero de los objetivos del CBD citados al co-mienzo de este artículo pudo ser probablementela causa principal del nacimiento del Convenio.Es el mismo que está siendo a su vez más difícilde aplicar. La construcción de un nuevo mar-co internacional para el Acceso y Distribuciónde Beneficios. El ADB (ABS en inglés) se va aconcretar en 2010 probablemente en un Régi-men especial para los fines mencionados. Conél quedará regulado el acceso a la biodiversidad,garantizando el mismo, pero bajo las MTA (con-diciones mutuamente acordadas entre las Par-tes, que son, por cierto, asimétricas, pues de unlado está el peticionario, individual o colectivoy de cualquier naturaleza y del otro, el Gobiernodel país o parte a la que se solicita el acceso).Esas MTA (Mutual Transfer Agreements) inclui-rán la firma de un contrato de Acceso cuandose contemplen beneficios (que pueden ser o nomonetarios, algo que estudian las ya hace ariosredactadas Directrices de Bonn) y que, para ma-yor complejidad tienen que venir precedidas de

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Biodiversidad: del patrimonio a la soberanía

un PIC (Consentimiento Informado Previo), untrámite interno del país de procedencia de lascomponentes de la biodiversidad solicitadas.

Me preocupa muy singularmente, en el casode España y de sus CCAA, quién se arrogaráel derecho a emitir ese PIC: ¿Los funcionarioso políticos responsables del medio ambiente?¿Los de la gestión agrícola, forestal o ganadera?¿Los sindicatos del campo? ¿Los expertos de lasuniversidades y centros de investigación? ¿Losayuntamientos de los que proceden los elemen-tos de la biodiversidad transferidos?

LEY ORGÁNICA 42/2007 DE 13 DEDICIEMBRE, DEL PATRIMONIONATURAL Y LA BIODIVERSIDAD.ESPERANZA CON LIMITES

Patrimonio es el conjunto de bienes y derechosde una persona o grupo humano. Esto es, nosólo son los bienes, en este caso, elementos dela biodiversidad, sino también los derechos queconlleva: el de su conocimiento y conservación,el uso y disfrute y también el derecho a opinarsobre su destino. El diccionario tributario diceen su definición de patrimonio que éste "secompone del valor del capital, reservas y utili-dades no distribuidas". En este sentido, ademásde bienes y derechos aparece una nueva com-ponente: las utilidades, los beneficios. No haypatrimonio sin ellas y no hay buena gestión delpatrimonio sin beneficios.

En España tenemos desde diciembre de 2007una Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad.¿Prevé esta Ley las arriba citadas componentes?Creemos que la respuesta es afirmativa, al menos

en la medida que la Ley refleja algunas de lasdirectrices emanadas del CBD. Así, en su Preám-bulo, se "establece el régimen jurídico básico dela conservación, uso sostenible, mejora y restau-ración del patrimonio natural y de la biodiver-sidad española", reconociendo que "desempeñanuna función social relevante por su estrecha vincula-ción con la salud y el bienestar de las personas, y porsu aportación al desarrollo social y económico".

La Ley comprende seis Títulos, de los cuales, lostres primeros se refieren: I) al conocimiento y pla-nificación del patrimonio natural y la biodiversi-dad, incluyendo su Inventario y Plan Estratégico,II) a la catalogación y conservación de hábitatsy espacios, y III) a la conservación de la biodi-versidad silvestre, reconociendo la competenciay obligación de las comunidades autónomas aestablecer regímenes espaciales para aquellasespecies silvestres cuya situación así lo requiera.El Título IV asume ya más plenamente los pará-metros y compromisos relacionados con el CBD,regulando el acceso a los recursos genéticos proce-dentes de taxones silvestres y al reparto de beneficiosderivados de su utilización. Los Títulos V y VI serefieren finalmente a los Mecanismos financierosy punitivos (infracciones y sanciones).

Inspirada en el texto del CBD, la Ley presentamuchos aspectos innovadores en relación conlos temas que hemos venido tratando. El con-cepto de recurso biológico y genético, el papelde la conservación ex situ, el valor y papel de lageodiversidad, las acciones de restauración delpatrimonio natural, la regulación del acceso ala biodiversidad, la prevención y erradicaciónde las especies exóticas invasoras e incluso elinventario de los conocimientos tradicionales.Sobre este último punto, dice que "es el cono-

atrimonio ese! conjunto de bienes y derechos de una persona o grupo hu 1 c. no.Esto es, no sólo son los bienes, en este caso, elementos de la biodiversidad,

1sino también los derechos que conlleva: el de su conocimiento y conservación,el uso y disfrute y también el derecho a opinar sobre su destino

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J.Esteban Hernández Bermejo

cimiento, las innovaciones, y prácticas de las po-blaciones locales ligadas al patrimonio natural y labiodiversidad, desarrolladas desde la experiencia yadaptadas a la cultura y al medio ambiente local".

Sin embargo, esta ley parece haber nacido conel defecto que hemos venido aquí señalando rei-teradamente: sólo concierne a la biodiversidadsilvestre. Así, cuando por ejemplo en su primercapítulo, contempla la elaboración y existenciadel Inventario Español del Patrimonio Natural y dela Biodiversidad, considera, por ejemplo, comointegrantes de este Inventario, el Listado de espe-cies silvestres en régimen de protección, el de Caza yPesca, el de Hábitats en peligro de desaparición, o elde Espacios Naturales Protegidos. Bien, no encon-tramos en ello dificultad, pero sí cuando lo hacecon los Bancos de Material Genético referido a es-pecies silvestres, pues quedan entonces excluidoslos de recursos genéticos de interés forestal o losde plantas cultivadas. También nos preocupa elcaso de los Conocimientos Tradicionales relativosal Patrimonio Natural y la Biodiversidad, dondepueden quedar sólo contemplados aquellosconocimientos relativos a especies silvestres.Otro ejemplo de estas limitaciones aparece enel Capítulo II, cuando se regula el Acceso a losrecursos genéticos procedentes de taxones silvestresy distribución de beneficios. ¿Por qué no se extien-de al acceso de los restantes recursos y compo-nentes de la biodiversidad? No resulta prácticala maniquea división entre especies silvestres yno silvestres. Una cepa de Rhizobium simbiontecon Trifolium subterraneum, especie tanto silves-tre como cultivada, ¿estará dentro o fuera de laley? ¿Y el conocimiento del trenzado de la pajade la escaña, Triticum monococcum? ¿Y el acce-so al recurso "cardo mariano" especie silvestrehoy, antiguo cultivo hoy marginado, pero ahoratambién cultivada por la industria farmacéuticapara extraer un principio activo empleado en eltratamiento de la cirrosis hepática? Los ejem-plos serian infinitos.

No era éste desde luego el espíritu y la letradel Convenio sobre la Diversidad Biológica niel de ninguno de sus programas y herramientascomo los de Biodiversidad Agrícola, Derechosde Propiedad Intelectual, Conservación de laFlora, Bioseguridad o Acceso a los Recursos Ge-néticos. Tampoco parece coincidir con la propianaturaleza de un Ministerio que debe de ocu-parse tanto del medio ambiente como del ruraly marino. Cierto es que la Ley fue redactadaantes de esa integración por lo que cabe espe-rar que algunos de estos problemas puedan serresueltos durante su desarrollo, especialmentea través de la redacción del Plan Estratégico.La Ley menciona el Tratado Internacional deFAO, pero no establece con claridad los límitesde competencia. Y este Tratado, por cierto, in-cluye en sus Anejos muchas especies silvestresde nuestra flora.

Por último y en relación al mencionado Capí-tulo II sobre el Acceso y Distribución de Bene-ficios derivados del uso y transferencia de losrecursos biológicos y genéticos, resulta preocu-pante el retraso de nuestras administraciones encrear los procedimientos adecuados para impe-dir se siga poniendo en riesgo la soberanía y pa-trimonio natural de los españoles (título de esteartículo). Decenas de países —especialmente enLatinoamérica y Asia— hace arios que lo han he-cho, promulgando leyes y normas restrictivas.Es hora de poner freno no sólo a la desaparicióno esquilmado de nuestra biodiversidad, sinoocuparse además de las especies amenazadas,de la impune explotación foránea de nuestrosrecursos genéticos y de los conocimientos loca-les, tradicionales o no, a ellos asociados. Y estoincumbe tanto al Gobierno de España comoal de sus Comunidades Autónomas. Para ello,como decía un prestigioso etnobotánico ame-ricano, Evans Schultes, respecto a la necesidadde recopilar los saberes populares; Pronto serádemasiado tarde. +

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uilget09,111i 11 I Septiembre 2009