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“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE
PORRES FILIAL NORTE”
SEMINARIO Nº 2
Asignatura:
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA
Tema:
BIOÉTICA: RESPONSABILIDAD POR
LA VIDA
Estudiante:
DÍAZ SÁNCHEZ ANITA DEL
ROSARIO
Código:
2006502781
Grupo:
07 “A”
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA 1
“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
Chiclayo- 2008
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN_______________________________________________________3OBJETIVOS___________________________________________________________4BIOÉTICA: RESPONSABILIDAD POR LA VIDA____________________________4
BIOÉTICA___________________________________________________________4¿RESPONSABILIDAD DE QUIÉN Y RESPECTO DE QUIÉNES?___________7
LA MUERTE, LA AUTONOMÍA. LA VIDA, LA LIBERTAD___________________8EL PRINCIPIO DE LA VIDA DE LA DEFENSA DE LA VIDA, COMO PRINCIPIO PRECEDENTE.________________________________________________________10
La Vida y la Salud Preceden al Principio de Autonomía_______________________11La Vida Precede , La Autonomía o la Libertad._____________________________13El principio de tolerancia_______________________________________________13
CONCLUSIONES______________________________________________________14BIBLIOGRAFÍA_______________________________________________________15
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA 2
“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
INTRODUCCIÓN
El ejercicio de la medicina ha planteado siempre problemas éticos y exigido
del médico una elevada calidad moral. Sin embargo en ninguna otra época
como en la nuestra se han planteado tantos y tan complejos problemas
morales a los médicos y nunca como ahora se ha requerido una adecuada
formación ética a los profesionales sanitarios.
Un factor que ha desencadenado una amplitud de problemas y conflictos
éticos ha sido el enorme progreso técnico de la medicina en los últimos
treinta años. La puesta a punto a partir de la década de 1960 de diferentes
procedimientos de sustitución de funciones orgánicas consideradas vitales
(la diálisis y el transplante de riñón en el caso de la función renal; la
respiración asistida, en el de la función pulmonar; las técnicas de
reanimación y desfibrilación, en el de la cardiaca; la alimentación parental,
en el de la digestiva.) ha permitido medicalizar de modo hasta hace poco
insospechado en el período final de la vida de las personas, y hasta
replantear la propia definición de muerte. El nuevo concepto muerte
encefálica permite hoy diagnosticar como muertas a las personas a las que
aún les late el corazón y que por ello y de acuerdo con la definición clásica
están vivas.
La Bioética, como es sabido, es una disciplina de reciente data que se
encuentra aún en estado de gestación, en tanto que sus contenidos,
métodos y objetivos siguen experimentando cambios que es preciso
visualizar.
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA 3
“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
OBJETIVOS
1 Aumentar la sensibilidad hacia los aspectos éticos y valorativos que tiene
la Medicina actual.
2 Aportar elementos de juicio que permitan afrontar los problemas de una
manera crítica y racional. Perfeccionar la capacidad para darse cuenta de
los conflictos de valores y los dilemas éticos que el ejercicio profesional
encierra.
3 Potenciar la habilidad para argumentar y justificar éticamente las
decisiones a tomar.
4 Introducir los valores y las actitudes profesionales necesarios para el
mejor ejercicio.
BIOÉTICA: RESPONSABILIDAD POR LA VIDA
BIOÉTICA
El término Bioética fue utilizado por primera vez por Potter en el año 1970.
La Bioética Médica es la parte de la Bioética que intenta poner a punto
métodos de análisis y procedimientos de resolución de los problemas éticos
planteados por las ciencias médico-sanitarias. Estos procedimientos han de
cumplir, como mínimo los siguientes requisitos:
1. La Bioética Médica ha de ser civil o secular, no directamente religiosa.
En un hospital moderno conviven creyentes, agnósticos y ateos, y dentro de
cada uno de estos grupos coexisten códigos morales muy distintos. En el
campo específico de la bioética médica esto significa que si todas las
personas tienen derecho al escrupuloso respeto de su libertad de
conciencia, las instituciones sanitarias están obligadas a establecer unos
mínimos morales exigibles a todos. Éstos ya no podrán fijarse de acuerdo
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“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
con los mandatos de las morales religiosas si no desde criterios
estrictamente seculares, civiles o racionales.
2. Ha de ser además una ética pluralista, es decir que acepte la diversidad
de enfoques y posturas e intente conjugarlos en unidad superior. El
pluralismo no tiene por que ser un obstáculo para la construcción de una
ética, sino más bien su condición de posibilidad. Solo el pluralismo universal
puede dar lugar a una ética verdaderamente humana.
3. La Bioética Médica debe ser participativa y deliberativa. Esto no puede
hacerse correctamente más que permitiendo la participación directa de los
afectados por la norma o la decisión en proceso de deliberación (médico,
personal de enfermería., asistentes sociales, administradores sanitarios,
ciudadanos). Las perspectivas de todos ellos son distintas y
complementarias. El objetivo de la deliberación es tomar decisiones
prudentes. La deliberación permite enriquecer el debate con el mayor
número de perspectivas, haciendo presente la mayor cantidad posible de
valores implicados, circunstancias y consecuencias. La deliberación moral
es un proceso racional de búsqueda conjunta y participativa de la verdad.
Por tanto, en el proceso de deliberación debe darse un enriquecimiento
mutuo, de tal modo que el resultado final sea distinto y superior al que en
un principio tenía cada uno de los intervinientes. Ésa es la función de los
llamados comités asistenciales de ética.
4. Ha de ser una ética de la responsabilidad. Las éticas de la
responsabilidad son las propias del siglo XX. Max Weber, el creador del
término opuso las éticas de la responsabilidad tanto a las éticas meramente
estratégicas (para beneficio de algunos) como a las éticas de convicción
(maximalistas). Las éticas de la responsabilidad constituyen de algún modo
un término intermedio entre esos dos extremos. Parten del principio de que
todos los seres humanos son sujetos morales que merecen consideración y
respeto, razón por la cual deben poder participar en el proceso de
elaboración de las normas o en las decisiones que les afecten o en las que
se hallen implicados. De este modo cada uno podrá hacer presentes sus
valores, creencias, necesidades e intereses, dar razones de ello y tener en
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cuenta las razones de los demás. Éste es el modo de asegurar que las
decisiones sean responsables y prudentes.
5. Ha de ser Autónoma. El criterio de moralidad no puede ser otro que el
propio ser humano. Es la razón humana la que se constituye en norma de
moralidad y, por ello mismo, en tribunal inapelable: eso es lo que se
denomina conciencia y voz de conciencia.
6. La Ética médica tiene que se racional. Debe tener un carácter abierto y
progrediente, con un momento a priori o principialista y a otro post priori o
consecuencialista. Ha de desarrollarse siempre a ese doble nivel.
7. Finalmente la moderna Ética Médica aspira a ser universal y por tanto a
ir más allá de los puros convencionalistas morales. La razón ética como la
razón científica aspira al establecimiento de las leyes universales, aunque
siempre abiertas a un proceso de continua revisión.
A partir de esos principios formales es preciso formular normas o criterios
concretos, es decir, dotados de contenido material, que nos digan lo que
está permitido o prohibido. Por ejemplo, si debemos respetar a todos los
seres humanos, parece claro que no lo podemos matar, o que no podemos
mentirles. Los principios de respeto de la vida y de veracidad son
materiales, puesto que definen como buenos ciertos actos humanos
concretos y como malos, sus contrarios.
Esos principios tiene pues contenido material y además poseen carácter
deontológico: es decir, mandan hacer ciertas cosas y evitar otras. Lo que
sucede es que ya no tienen la contundencia y el carácter absoluto del
principio formal. Así el principio formal obliga siempre y no tiene
excepciones, en tanto que los mandatos de contenido material no obligan
siempre y tienen excepciones: Hay veces que está moralmente permitido
matar, y otras muchas en que nos vemos obligados a decir la verdad, en
incluso a mentir. Por eso esos imperativos no tienen carácter categórico ni
hipotético; su moralidad depende siempre de las condiciones materiales, de
las circunstancias y consecuencias.
La ciencia y la tecnología unidas estrechamente en la categoría de
las tecnociencias han posibilitado un progreso sin precedentes en la mayor
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parte de las áreas (aumento de la producción industrial, nuevas
tecnologías de la información, biotecnologías, telecomunicaciones, etc.)
Posibilitando el desarrollo de las ciencias (nueva genética, genómica,
vacunas, etc.)
En medicina se han logrado igualmente metas sorprendentes
(nuevas armas terapéuticas como los antibióticos, erradicación de
enfermedades como la viruela o la reducción drástica de otras como la
parálisis infantil, nuevas armas diagnósticas, cirugía reparadora, transplante
de órganos, terapias génicas, etc.)
Junto a estos logros indiscutibles subsisten y se acrecientan las
inequidades en salud traducidas en muertes y discapacidades, fruto de la
desidia, de la falta de solidaridad, de la indiferencia y del abandono de
políticas públicas en la materia.
El exponencial crecimiento de las comunicaciones nos ha convertido
en una aldea global y los riesgos asociados a la salud presentan un perfil
cada vez más universal (aparición de graves pandemias como el SIDA,
recrudecimiento de dolencias que se consideraban vencidas o casi
totalmente dominadas como la tuberculosis, la sífilis, etc., peligro de
pandemias como la gripe aviar, etc.)
Frente a este panorama tan contradictorio como injusto la
Declaración nos invita a pensar sobre “responsabilidad social en salud”.
¿RESPONSABILIDAD DE QUIÉN Y RESPECTO DE QUIÉNES?
La responsabilidad por la promoción, prevención y atención de la salud
(incluyendo a los factores condicionantes externos) tanto individual como
colectiva, tanto en el orden interno de un estado como en el planeta es un
asunto que nos concierne a todos, sin exclusión alguna (a la comunidad de
naciones, a los estados, a las organizaciones públicas y privadas, a los
dirigentes políticos, gremiales, empresariales, etc., al individuo del común).
Esta responsabilidad importa involucrarse en los problemas de la salud y
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tomarlos como propios, con seriedad, como parte de los deberes que nos
competen por el solo hecho de pertenecer al género humano.
Esta responsabilidad debe orientarse y dirigirse a todos los seres humanos,
sin distinción de nacionalidad, raza, género, educación, condición
económica o social. Por otra parte el énfasis en la tecnología y en lo
individual afecta también las concepciones de causalidad de las
enfermedades, privilegiando en forma dominante los aspectos biológicos
por sobre los sociales.
En este terreno la Bioética no puede quedar ausente. Si se excluyen los
problemas de la salud y sus condicionantes del ámbito que se le asigna,
simplemente habremos mutilado una disciplina que nació con otros
horizontes y con otro vuelo, al seccionarle uno de los capítulos más nobles
y humanos. La salud es un derecho humano básico y en consecuencia la
equidad en salud debe ocupar un lugar de honor. Los valores humanos
como la universalidad, la solidaridad social y la justicia social proporcionan
una base moral efectiva para la equidad sanitaria mundial. Si la Bioética
nació y se desarrolló de la mano de los derechos humanos es inconcebible
que a esta altura de los tiempos no se ocupe de los temas sociales
vinculados a la salud en tanto estamos hablando de derechos humanos
que, cuanto más vulnerable sea el sujeto, más entidad cobran.
LA MUERTE, LA AUTONOMÍA. LA VIDA, LA LIBERTAD
La vida es precedente a la libertad y la autonomía.
La biología y las ciencias médicas nos enseñan que sobre cada uno
nosotros grava la responsabilidad de defender la vida y la salud, sin nuestra
participación, no se puede avanzar en el campo de la terapéutica, ni de la
prevención, ni de la promoción de la salud. Hay una dimensión ética de la
salud, nosotros podemos escoger hábitos salugénicos, o hábitos que nos
provocan a enfermedades o padecimientos crónicos.
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Nuestros códigos médicos deontológicos nos clarifican y nos obligan a
cumplir con estas obligaciones (en defensa de la vida y la salud). Los
estudiantes de la facultad de humanidades nos criticaban. Se referían a
nosotros como: " Los de medicina que no tenían tiempo para pensar". Solo
teníamos tiempo, el tiempo necesario para leer, 120 páginas diarios, para
tener éxito en los próximos exámenes.
La ética utens del Prof. Garbagni (la ética vivida), nos hacía parecer su
conducta como propia de los profesionales de la medicina, una herencia,
una naturaleza del médico. El médico encarnado por nuestro profesor
parecía tener una predisposición a hacer actos buenos. A mediados de los
80 se configuraba un nuevo paradigma ético, en los Estados Unidos de
Norteamérica, el Principialismo teorizado por Childress y Beauchamps, que
en 1994 publican la cuarta edición de su obra titulada " Principles of
Biomedical Ethics ", y que en los años sucesivos es una referencia
importante sobre todo para la literatura de lengua inglesa.
Debía haber sido un paradigma independiente de cualquier sistema de
referencia, o teoría ética de fondo. Este debía suplir una necesidad, un
vacío percibido a nivel internacional, que sería colmado con un lenguaje
internacional común.
PRINCIPIALISMO:
Principio de Autonomía.
Principio de no- Maleficencia,
Principio de Beneficencia
Principio de Justicia.
Estos principios constituyen el consenso mínimo y primario para los
miembros de una comunidad " plural y civilizada".
Si respetamos la Vida: El valor ontológico del acto tiene primacía
sobre la potencia.
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Un acto que realiza un ser para suprimir la vida de otro de manera directa y
deliberada, es un acto malo, disuelve la vida, lleva a corrupción porque
separa de lo principios que hacen al ser existente, tal acto no es perfección,
sino disolución, no puede nunca ser un acto buenos.
Estos actos merecen una descripción sociológica, psicopatológica: pero
todos estamos claro que suprimir a otro, es un mal moral grave. (Asesinato,
homicidio, infanticidio, no pueden justificarse como actos buenos, ante la
razón).
EL PRINCIPIO DE LA VIDA DE LA DEFENSA DE LA VIDA,
COMO PRINCIPIO PRECEDENTE.
La vida no se puede considerar como algo abstracto, la vida es corpórea,
física, para el hombre no representa algo extrínseco a la persona, más bien
su valor mismo.
Valor fundamental , porque el cuerpo vivo es coesencial, el ser se encarna ,
la existencia se realiza por este medio, entra en el tiempo y en el espacio,
se expresa y se manifiesta, se construye y expresa por medio de el cuerpo
vivo. Este ser puede captar los valores y realizarlos: la libertad, la
socialidad, relacionalidad y elaborar su proyectualidad, que lo
autodetermina.
Los animales están determinados. La persona humana es superior
ontológicamente hablando a los otros seres de la creación, por esa
superioridad ontológica, tenemos una dignidad, superior y merecemos
como personas humanas el mayor respeto.
No puede el principialismo ético o cualquier otra teorías ética justificar la
supresión d la vida de alguien, de manera directa y deliberada, para
favorecer la vida de otros, o mejorar la condición política social de otros,
(experimentación sobre ancianos frágiles para obtener una vacuna para
prevenir el sida) , porque la persona es una totalidad absoluta de valor no
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una parte de la sociedad, el hombre no es para la sociedad , esta es para el
hombre.
La libertad o la autonomía deben hacerse cargo responsable sobre todo de
la vida propia y de la de los demás. Para ser libres debemos estar vivos, la
vida es una condición, para todos indispensables si queremos ejercer
nuestra libertad.
Todo lo dicho parece obvio, en el campo de la bioética lo discutido
anteriormente es de gran actualidad, por ejemplo el mal llamado " derecho
a la eutanasia ", la proclamas veladas en favor de la eutanasia social, tema
discutido en los actuales en los sistemas de salud : (la justicia distributiva,
los recursos sanitarios, alocación de recursos , criterios de costo beneficio,
la calidad de vida , la productividad), las curas obligatorias para enfermos
mentales, o los dilemas bioéticos emergentes cuando (se rehúsa un
tratamiento por motivos religiosos).
El principialismo puede conciliarse con las otras teorías éticas, si respeta la
vida y usa una deontología en sentido fuerte que lo obliga a cumplir con las
normas efectivamente y deja de utilizarlas solo como referencia, en línea de
principio, como lo hace actualmente a la luz de las teorías utilitaristas y
contractualistas, que en cada caso concreto examina subjetivamente, para
hacer prevalecer la visión del más fuerte.
En el hombre encontramos una unitotalidad cuerpo y espíritu, el cuerpo
individualizado por la materia "quantitate asignata", y el espíritu que lo hace
ser, que están juntos en la unitotalidad cuerpo espíritu, no dos principios,
sino uno solo.
La Vida y la Salud Preceden al Principio de Autonomía
Los principios de este paradigma ético no están fundamentados en valores
reconocidos universales y aplicables en todas las circunstancias.
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“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
Childress y Beauchamp autores de este paradigma no han podido
establecer cual principio tiene la precedencia sobre los otros en la diversas
situaciones concretas.
Los autores recomiendan que en situación de conflicto se dicte, según las
consecuencias de los actos.
Quiero aprovechar este espacio, para mostrar lo peligroso del relativismo
ético del principialista, este relativismo erode las bases de nuestra
civilización occidental, al no reconocer la Vida como Principio Precedente
Respecto a la Autonomía
La cultura de la autonomía quiere enarbolar su bandera en la cima de las
conquistas humanas, a costa de la vida propia, de la salud personal y de la
comunidad.
El principio de beneficencia, debe prevalecer sobre la autonomía, el médico
debe ayudar al enfermo a enfrentar y resolver su problema de salud. Se
puede discutir, en la sede adecuada, la complejidad de los programas de
recuperación, según los enfoques culturales y científicos. Este tema no lo
trataremos.
El estado debe proteger la vida y la salud de sus asociados, debe obrar y
legislar, para proteger a las personas que no están en grado, de
autogobernarse, que se exponen con sus propias acciones, a provocar un
daño a su integridad física y/o salud.
Esta intervención del estado que deberá ser articulada con todas las
instancias involucradas, es prueba, que en nuestras democracias
occidentales en casos como este el estado, debe dar precedencia a la vida
y no al principio de autonomía.
Debería resultar claro para el médico y para el estado que concebir la
libertad, como libertad de matarse, no es auténtica, ni humana.
Una vida viene primero de la libertad, esta es su fundamento: para ser
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libres hay que estar vivos y para respetar la libertad de los demás debo
ante todo respetar la vida del prójimo y defenderla de toda insidia. El estado
debe usar su energía, para defender la vida y luchar contra los que atentan
contra ella, sino el permisivismo se vuelve complicidad. Lo expuesto antes
no es " liberticidio " simplemente la aplicación de un principio bioético, que
la moderna bioética debe configuraría en su normativa.
La Vida y la Salud de sus Ciudadanos. El estado no puede defender la
libertad de un grupo irresponsable, eso sería permisivismo, atentar contra la
vida, permisivismo igual a complicidad.
Atentando contra la vida el estado negaría su fundamento mismo. En otras
sedes se deberá discutir la oportunidad de una u otra intervención,
regulación o legislación. El estado debe tutelar la vida y la salud de sus
ciudadanos.
La Vida Precede , La Autonomía o la Libertad.
No quiero terminar este tema sin advertir, que nuestra sociedad no puede
rendirse y presentar como remedio a los males como el SIDA uno de los
más graves, la perspectiva de la abdicancia, es decir dejar el fenómeno
antropológico cultural, en un plano inclinado, que aumenta su momento,
con el pasar del tiempo.
Consideraciones similares pueden hacerse sobre el alcoholismo y los
excesos de alimentación, las carreras de automóviles en los bulevares de la
ciudad, etc. La sociedad civil y el estado responsable tenemos la obligación
de intervenir en los niveles correspondientes, no podemos dejar que los
asociados promuevan comportamientos hedonísticos, que resulten ser de
fatales consecuencias para la salud y la vida de los individuos o de la
sociedad en general.
El principio de tolerancia
Al cual generalmente se apela, es válido para la libertad de pensamiento,
para las ideas políticas, pero este principio no puede ser tomado como
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“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
justificativo, de los comportamientos que ponen en riesgo la vida o que
deliberadamente la quieren poner en riesgo.
Es claro para los médicos que tenemos un deber moral con estos enfermos,
pero también debemos reconocer que es nuestro deber velar por los
jóvenes, que están a tiempo de evitar el riesgo.
Esta claro que la naturaleza del hecho educativo esta en orientar a los
jóvenes a la realización máxima de los valores, no hacia el mínimo. (Crisis
del Principialismo, ética de los mínimos) Por eso debemos como médicos
asumir y trabajar en la gran campaña pedagógica de toda la sociedad,
educarla a la realización de los valores, hacia una ética de la virtud,
conducir por derroteros ciertos las ciencias de la vida, dándoles un sólido
fundamento.
Para que nuestra bioética siga cumpliendo su función normativa y
pedagógica, reflexionemos sobre el Principio Vida y Salud, para que lo
configuremos como precedente a la libertad y autonomía.
CONCLUSIONES
Los actos médicos han de cumplir siempre dos condiciones básicas, que
son la correlación y la bondad. Un acto es incorrecto cuando no está
técnicamente bien realizado. Si un médico no sabe utilizar adecuadamente
los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, se dice que los usa
“incorrectamente”. La incorrección supone siempre falta de suficiencia
técnica. Por eso, al médico que practica su arte de modo incorrecto se le
califica como “mal médico”. Los malos médicos no se identifican con los
“médicos malos”. Mal médico es el que posee una capacidad técnica
insuficiente o incorrecta, en tanto que el médico malo es aquel que la utiliza
mal porque es moralmente malo, dado que la suficiencia técnica no
conlleva sin más la bondad moral, por lo que al médico se le deben exigir
ambas características.
La responsabilidad social por la salud ha ido descendiendo
progresivamente en el escenario global llegando en la actualidad a ser
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA 14
“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
también presa del “mercado”. Con la excusa poco creíble de que el Estado
es indudablemente ineficiente en el cuidado de la salud, se parte de
convencer a la sociedad de que sólo aquéllos cuyo objetivo es ganar dinero
pueden diseñar sociedades eficientes y ocuparse de la salud.
BIBLIOGRAFÍA
Farreras – Rozman; Medicina Interna; 15 Edición; Elsevier Editores; España
2005; capítulo 7; pp:
http://servicio.cid.uc.edu.ve/derecho/revista/relcrim12/12-7.pdf
http://www.umng.edu.co/docs/revbioetik/vol12/bergel.pdf
http://www.bibmcgrath.usma.ac.pa/asp/glQuery.asp?
buscable=S&encabezamiento=BIOETICA
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/832/83210201.pdf
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA 15
“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
GUÍA DE ACTIVIDADES DEL CURSO DE BIOETICA
Apellidos y Nombres: DÍAZ SÁNCHEZ ANITA Grupo 07A
EL HOMBRE ANIMAL ÉTICO
Correlacione
a. “Deontología Ser moral por naturalezab. Etnocentrismo Finc. “Telós” Deber d. Animal ético Hacer de una raza o pueblo el centro de la humanidad
1. Sin libertad no hay y sin responsabilidad no hay
LLENAR BLANCOS
1. Compare la conducta ética del hombre actual con la de nuestros antepasados, los incas
Valores Explicación Moral incaica
Mundo "Moderno"
Sociedad peruana
2. ¿Cree que la moral evoluciona positivamente?, ¿Somos actualmente mejores?
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA 16
“UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES”
3. Señale algunas conductas morales que los peruanos hacen comúnmente por presión social y no libremente.
4. 1
2
3
GUIA DE ACTIVIDADES DE LA ASIGNATURA DE BIOÉTICA
Apellidos y nombres: DÍAZ SÁNCHEZ ANITA Grupo: 07A
BIOÉTICA Y PRINCIPIOS BIOETICOS
1. ¿Defina usted que entiende por bioética?
2. ¿Coloque una breve secuencia histórica de la Bioética?
1.2.3.4.5.
3. Complete los recuadros del esquema Adjunto
4. Enumere y explique los principios bioéticos
Principio Interpretación y aplicación
1
2
3
4
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Es la rama de la Bioética que aspira a proveer los principios orientadores de la conducta humana en el campo biomédico. Abarca las cuestiones éticas
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5. ¿A que se denominan principios de prima facie? Según Diego Gracia
6. ¿Que es la Ética Global (Global Ethics)?
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