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(1818 - 1879)

Biografia de Ignacio Ramirez El Nigromante

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Datos biograficos de Don Ignacio Ramirez Calzada

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(1818 - 1879)

Biografía

Ignacio Ramírez Calzada “El Nigromante”Principal promotor de las Leyes de Reforma

Nace el 22 de junio de 1818 en San Miguel el Grande, hoy San Miguel Allende, Guanajuato. Fue hijo de dos indígenas: Lino Ramírez, tarasco de una tribu de Querétaro, y de Sinforosa Calzada, Azteca de Tlacopan.

Murió en la ciudad de México el 15 de julio de 1879. A su muerte Ignacio Manuel Altamirano dijo: “ha muerto el hombre más ilustre con que contaban las letras mexicanas. Si el pueblo admira a los hombres de armas, es justo que admiren al progresista enérgico y valiente que fue el primero en alzar la bandera de la justicia”.

El significado de su nombre es sol de fuego.Es durante su vida estudiantil cuando un

extraordinario episodio lo saca del anonimato y lo encumbra en la fama pública.

“ Una tarde, después de oscurecer, Ramírez tuvo la oportunidad de dar a conocer su talento en el más importante círculo cultural y de mayor influencia en la opinión pública: La Academia de Letrán”.

Esta academia la fundaron en 1836 Manuel Tonat Ferrer, Guillermo Prieto y los hermanos Lacunza, y que trabajo bajo el auspicio de Andrés Quintana Roo.

A pesar de que reinaba un altivo exclusivismo en el son de aquella academia, que no permitía el ingreso a neófitos en las letras, un día se vio penetrar en aquel recinto a un joven de aspecto sombrío.

El raje del joven revelaba pobreza. Pidió humildemente le permitieran leer un trabajo que decidiría su ingreso a la Academia. Sacó del bolsillo un puñado de papeles de todos tamaños (recortes de trazos de vestidos y publicidad de toros). Ocupó la tribuna enunciando su tema: “No hay Dios, los seres de la naturaleza se sostienen por sí mismos”.

Esta teoría fulminó las creencias de la época y a los dioses de aquel areópago. Las cabezas cubiertas de canas y de lauros de los asistentes se levantaron con asombro. Guillermo Prieto diría: “el estallido de una bomba no habría producido mayor conmoción”.

Tras el inicial escándalo suscitado entre los sabios de la academia, el propio Quintana Roo amenazó con presentar su renuncia por no estar

acostumbrado a presidir donde hay mordazas. Después de grandes polémicas con

expresiones en pro y en contra del herético manuscrito, el Padre Guevara afirmó: “triste reunión de literatos la que se convierte en reunión de aduaneros que declaran contrabando al pensamiento; y triste Dios y triste religión que tiemblan delante de un montón de papel, bien o mal escrito”.

Tras el inteligente exordio, Ramírez desarrollo con lujo de ciencia, fundado en sus principios más severos una serie de inflexibles verdades experimentales. Expuso una conclusión, inaudita hasta entonces, “de que la materia es indestructible y, por consecuencia, eterna: en ese sistema podía suprimirse, por tanto, un Dios creador y conservador”.

Cuando dejó de hacer una excursión al infinito por senderos sembrados de soles: astronomía, matemáticas, zoología, etc. Logró la confusa manifestación de exclamaciones de horror, mezcladas con palmadas y gritos de admiración.

Al f inal, los académicos felicitaron unánimemente al oscuro colegial. Y Frías señaló: “Ramírez se anuncia como el apóstol de la revolución filosófica y religiosa de México”. Por su parte, Andrés Quintana Roo conmovido ponía su

mano sobre la cabeza de Ramírez, como para administrarle el bautismo de la gloria. El mismo Lacunza dijo: “Voltaire no habría hablado mejor sobre este asunto”.

Como filósofo su pensamiento fue prolijo:- “El corazón tienen sus razones, que la razón no entiende”- “No se puede racionalizar la intuición”.- “Todos los objetos de la naturaleza no tienen más realidad que la existencia misma de Dios; un dios filosófico que se apoya en la teología natural”.

Como poeta su trabajo fue amplio.

“Madre naturaleza, ya no hay floresPor donde mi paso valiente avanza;Nací sin esperanza ni temores, Vuelvo a ti sin temores ni esperanza”.

“La materia inmortal, Como gloria cambia de forma,Pero nunca muere”

Como periodista fue un luchador incansable, e implacable contra toda tiranía física o espiritual.

Escribió en el periódico “Don Simplicio”.Fundó “El Clamor Progresista” en 1857,

rechazando a Comonford como presidente.

Entre 1862 y 1863 escribe en “La Chinaza”, “El Pacífico” y “La Insurgencia”, donde a p a r e c e s u p o l é m i c o a r t í c u l o “Desespañolicémonos”.

También hace publicaciones en “El correo”, “La cosquilla”, “El precursor”, “El clamor popular”, etc.

Ramírez, en su andar por este mundo fue: poeta, periodista, jurisprudente, Maestro, Secretario de Hacienda, de Educación, Legislador Constituyente en 1857

Ramírez, con una intuición soberana, casi por un fenómeno inexplicable de adivinación, llegaba a formular las avanzadas conclusiones que sólo más tarde sentaron los sabios del lado norte del Rhin y los pensadores de la escuela francesa.

“Pero yo, para hablar de Ramírez, necesito purificar mis labios, sacudir de mis sandalias del polvo de la musa callejera, y levantar mi espíritu a las alturas en que se conservan vivos los esplendores de Dios, los astros y los genios.” Guillermo Prieto

Una mañana paseo por última vez en el jardín de la Plaza Mayor, llegó a su casa y se tendió en el lecho, rechazando a los médicos, con la entereza que le caracterizó toda la vida, y con la conciencia del destino cumplido. Expiró tranquilamente.

Ramírez fue ciertamente el destructor del pasado, pero a su vez, todo lo aportó en su tiempo, para reconstruirlo todo. El 15 de julio de 1879 México lloró. Los políticos, los intelectuales, los masones de todos los ritos, los estudiantes, el pueblo entero lloró, se había ido el hombre más ilustre de su tiempo.

En su epitafio dice:“Aquí yace el susurro del viento”.