13
MARÍA TERESA CARO: POESÍA MÁS ALLÁ DE LO CONTEMPORÁNEO ESBOZO BIOGRÁFICO DAVID S. BASTIDAS C. DAVID JACOBO VIVEROS UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL FACULTAD DE HUMANIDADES LICENCIATURA EN ESPAÑOL Y LENGUAS ÉNFASIS ESTUDIOS LITERARIOS II BOGOTÁ, FEBRERO 2012

Biografía María Caro

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Poeta colombiana

Citation preview

MARÍA TERESA CARO: POESÍA MÁS ALLÁ DE LO

CONTEMPORÁNEO

ESBOZO BIOGRÁFICO

DAVID S. BASTIDAS C.

DAVID JACOBO VIVEROS

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

FACULTAD DE HUMANIDADES

LICENCIATURA EN ESPAÑOL Y LENGUAS

ÉNFASIS ESTUDIOS LITERARIOS II

BOGOTÁ, FEBRERO 2012

INTRODUCCIÓN

El ejercicio de escribir no siempre parte de las mismas motivaciones, al igual que el ejercicio lector,

puesto que son actividades que son necesarias para el desarrollo cognitivo del ser humano. Sin

embargo, éstas toman un rumbo diferente cuando median la experiencia, el gusto y el deseo; la

primera como elemento que marca, deja impronta en el ser humano y que hace de alguna de las

actividades un catalizador para encontrar una nueva forma de generar el gusto y el deseo

previamente mencionados. La lectura y la escritura conllevan a ampliar considerablemente el

panorama y la visión de mundo del ser humano, generando en él nuevas formas de interactuar

con el mundo. Lo curioso es que la lectura y la escritura labran su propio camino, puesto que

muchos lectores recurren a la escritura para desatar sus emociones, plasmar las sensaciones que

un simple trino o el estertor de un automóvil han causado en un ser humano.

Por supuesto, lo anterior es un marco general para entender cómo María Teresa Caro ha logrado

convertirse en escritora sin la necesidad o el imperativo de serlo, sin la trivialidad de querer

convertirse en una escritora afamada y reconocida por grandes círculos o la academia, dado que la

escritura, para ella, es un catarsis de su experiencia, de su vida, trasmitiendo en sutiles imágenes

el dolor, el amor, la pena y cualquier sensación que la ha albergado a lo largo de su vida. El

presente esbozo de biografía será trabajado en tres capítulos, siendo cada uno reflejo de uno de

sus libros; por ende, todo poema mencionado de ella será de dicho libro, comenzando con

Vestigios, Conjuraciones y Blasfemias, Silencios y Destellos y Secreta Eucaristía. Finalmente, no se

va a analizar a la autora dentro de ninguna teoría o estudio posible; por el contrario, se verá

reflejado su deseo de no pertenecer a ningún círculo dogmático o de culto, simplemente el querer

generar una catarsis interna y que los lectores puedan encontrarse en el poema. Y así como ella

confiesa que no tiene un orden establecido y todo es un desastre en sus anotaciones, este trabajo

reflejará en cierta medida ese caos que es ella, que es cualquier ser humano, siendo el orden

cronológico algo que va a pertenecer al olvido y este un homenaje a la escritora, madre y ser

humano que tomó un café con nosotros para hacer posible este trabajo.

EL CONJURO DE MARÍA TERESA

odo parte de una conjuración, suerte o maleficio, si se quiere admitir. Un día de simple y

aburrida existencia llegó a mis ojos los siguientes versos:

¡Que el alma se haga carne

Y entre tu cuerpo

esta boca hereje

que desmiente dioses y gusanos

arda para siempre! (Caro, 2004b, p.41)

El dulce estrépito y cadencia de fonemas arrancó en mí asombró y respeto por el escritor, aun

desconocido en ese entonces. Al terminar de escuchar su nombre, lo único que pude recordar fue

María Teresa. El libro de este poema, Vestigios: conjuraciones y blasfemias, fue devorado por mis

ojos con un apetito incomparable, saboreando cada figura, cada palabra, viendo como la poeta se

desdibujaba a sí misma y se plasmaba en las palabras, que no son numerosas, pero tan precisas

que nadie puede escapar a su encanto.

A diferencia de los poetas de la actualidad, (o sea más o menos de 50 años hasta la fecha) nunca

encontré algo tan irreverente y particular, puesto que la irreverencia en este país es hablar en voz

alta y ser difundido, algo que en realidad es una simple estrategia. Poco a poco empecé a buscar

poesía de ella, pero fue bastante difícil porque no se encuentra tan fácil, así como ella, algo

anónimo:

Quiero volver a ser pocilga, mísera pared y trasto sucio. (Caro, 2004b, p. 55)

La poesía de María Teresa no tiene afán de figuración, de renombre, de hermandad. Enmarcarla

sería imposible, puesto que no hace parte de ningún movimiento, o Colombia no está en ningún

movimiento, o aun falta morir, como dice Eco (no estoy seguro), para ser nombrados luego por los

demás. Tomando un ejemplo de una maestra De María Teresa y poeta reconocida, Piedad Bonett,

se ve las diferencias tan acentuadas que ellas hablan por sí solas:

LAS HERENCIAS

Enfermedades en mi casa

T

Pablo Neruda

Hijo mío, me duelen las herencias

Esta culpa, zarza que arde y me quema,

y que no me concede saber cual fue el pecado

En tu inocencia se mira mi inocencia

como en un ojo de agua que me cuenta una historia

que ya ha sido olvidada

y otros hablan entre tus voces turbias

y otros sufren de nuevo entre tus sueños

y en tu silencio sufren

otra vez más aquellos que están muertos

y tu herida

es una pena antigua que por mi sangre pasa

y estalla en las entrañas en que nadaste un día. (Bonett, 2008, p.10)

Por razones inexplicables, la mayoría de autores colombianos gusta de utilizar la tragedia, las

palabras comunes y mancilladas para reproducir la misma realidad con una supuesta labor de

denuncia y responsabilidad social, ocultando el simple hecho de convertirse en un elemento de

vitrina y vacuidad, en un negocio de escribir y llenar páginas con palabras.

¡Que los demás publiquen sus infiernos! (Caro, 2004b, p. 59)

Sin embargo, María Teresa sólo piensa en escribir, o todo lo contrario como nos confesó a un

amigo y a mí en la entrevista: ella siempre recuerda estar borrando, desescribiendo, tachando,

quedando siempre algo; me gustaría pensar que ese algo es la conexión con el lector, el compartir

algo profundo y auténtico, o al menos es lo que yo siento:

Ni el mármol

ni la exacta fecha me atormentan

sino el aciago espacio

su cínica y paciente sonrisa

de lápida invisible. (Caro, 2004b, p. 12)

Es inexplicable cómo estos versos logran conectar al lector de una forma tan auténtica y profunda,

salvándolo del esnobismo de quien lee a Pizarnik, Carranza, Safo y todas las mujeres con la carga

emocional típica de ellas (no digo que las poetas mencionadas sean malas, el problema es que las

toman como una moda o referente, olvidándolas después). María Teresa Caro es una poeta del

día, de la semana, del almuerzo, del café y limonada como lo hicimos durante la entrevista. Su voz

en la charla es tranquila, amable y emocionada, al mismo tiempo que no se concentra en sí sino en

sus escritos. Nos confiesa que este libro es, como muchas de sus creaciones, una mezcla de lo

erótico y lo sutil, dando como resultado su falta de vergüenza para desnudarse con el lector,

consigo misma, yaciendo con él y poblando de pasión, pecado y blasfemia su vida, aunque esto

último ya es una opinión del autor de esta biografía.

A medida que el café se diluye en sus labios y la limonada se desliza vertiginosa por mi garganta,

María Teresa deja ver sus prevenciones con los círculos literarios, con la fama, con la obsesión de

varias personas por figurar, y del problema de la obsesión de la academia por la acumulación de

conocimiento y la necesidad de validación, de los trabajos con miles de referencias, pero al mismo

tiempo, la ausencia de la voz del autor. Esto es un elemento común entre nosotros, incluido mi

amigo, brotando la risa al ver que no está sola en este sentido:

Los amigos se encuentran como amigos

así sencillamente

sin lugares ni deudores

alegran relojes clandestinos. (Caro, 2004b, p. 47)

Igualmente, algo importante en los poemas de María Teresa es la liberación frente a los

paradigmas y organizaciones a las que socialmente estamos sometidos, y cómo ella denuncia esto,

buscando su libertad, pertenecer a una minoría que la deje ser:

Mi boca dispuesta a la renuncia

a la blasfemia

a la hoguera

concede

miente y toca…

por la humedad, a su belleza. (Caro, 2004b, p. 63)

Para acabar esta parte del recorrido y seguir disfrutando de la limonada, debo resaltar algo que

me impactó de sus poemas, más allá del lenguaje, la cadencia y la franqueza que los caracteriza:

sus quiebres, sintácticos o de cohesión, pero es el quiebre lo que da mayor riqueza a su poesía,

porque es un elemento que muestra a la poesía como reflejo de lo humano, del ser compuesto de

retazos de todo mas no como una unidad inquebrantable:

Sea el agua la imagen,

el silencio.

Sea el misterio.

El delirio de la muerte,

el cuerpo joven

Sea el aire la imagen del ahogado

El niño corroído

lo imposible

¡sea!

Sea la vida entre estas calles de miseria

Sea…

Sea también tu sexo la imagen,

el agua

sea el misterio. (Caro, 2004b, p. 44)

Igualmente, el manejo del espacio es indescriptible, porque no es un espacio concreto, terrenal o

espiritual, es una simbiosis entre lo real e irreal, lo místico y lo terrenal:

Yo digo carne y digo Dios

placer y elemental y líquida verdad

digo hombre y digo luz

promiscuo dolor sin esperanza

de hombres, pájaros y flores:

Yo digo Dios y vuelvo a respirar. (Caro, 2004b, p. 42)

PALABRAS CON FULGOR

aréntesis: María Teresa Caro nació en San Juan de Río Seco hace bastantes años, no doy la

edad porque me pareció de mala educación preguntarle, aun así ella confesó tener 50. No

fue criada en San Juan, pasó su infancia en San Bernardo del viento y con esto cierro

paréntesis. Cuando ella nos cuenta como fue su infancia, un brillo reluce en sus ojos, recordando

tal vez las soleadas tardes en la playa mientras estaba desnuda con su hermana sintiendo la arena

en su piel, disfrutando el ser niña y no tener aun aberraciones morales que la atormentaran, tan

sólo viviendo:

Autorretrato

Estoy hecha de ámbar y de verso

de ámbar, cálido ámbar

que se disuelve en licor

formas vegetales

cálidas entrañas insondables. (Caro, 2004a, p.34)

Pero ella fue arrancada de aquel paraíso en el que se encontraba, tal como dice ella, fue traída a la

ciudad para vestirse, educarse y ser civilizada, alejándola de su naturaleza. Sin embargo, ella

afirma que esta experiencia no fue tan trágica, debido al amor y falta de presión de sus padres por

el rendimiento y las notas del colegio, y por un colegio que la educó de una forma completa,

didáctica y bastante provechosa:

Inundación

El cántaro

la concha de caracol

el caracol marino

el receptáculo

el horrendo contenedor

hoy se quiebra jubiloso

bajo tu alado peso (Caro, 2004a, p. 36)

Hay muchas formas de ver este poema, incluso de no verlo, pero es una clara referencia a un

pasado, una forma de ser y un escape, una vía de salir de una especie de encierro.

En un momento de la entrevista le digo que ella escribe contrariamente a la estética de los

poemas femeninos de la actualidad, cargados de bastante feminismo y crítica a la sociedad; ella se

sonríe y afirma, dentro de lo cual y le digo que no escribe poesía femenina, que escribe como una

mujer; una mano en el vaso de café y sus ojos tranquilos piden una pausa a mis palabras, alza la

mirada y me dice “no creo en los géneros, para mí se tratan de seres humanos”. Sus ojos brillan un

P

poco más después de esta frase, reflejando un pensamiento totalmente franco y abierto, sin

juicios y separaciones, tal como en este poema:

Tabú

Sé que moriré si me descubres

que al rozarte enfermaré

que nada ni nadie me protege

que el misterio es tu poder

que toda prohibición es lícita

ante el peligro de tu ser (Caro, 2004a, p. 35)

No obstante, María Teresa se asume como mujer, con todas las facetas y situaciones que esto

conlleva: felicidad, duda, tristeza, ansiedad, muerte, vida. Tal vez por eso ella confiesa por qué

escogió a Fedra para varios poemas utilizando, no la mitología, la tragedia que encierra su

personaje; por ello hizo cinco poemas para retratar esa polivalencia que existe en la mujer, pero

que en es más palpable en el siguiente poema:

Mujer que se transforma en cuerpo

buitre, savia profunda, verde,

ángel obediente…madre…mujer

que se transforma…dios… (Caro, 2004a, p. 42)

Se nota en las imágenes que utiliza la representación de todo lo que es ser mujer, sin aumentar u

ocultar algo, a diferencia de lo que muestran otras poetas:

me hacen adivinar

(en ellas, las mujeres de mi sangre)

una larga cadena de temblores. (Bonett, 2008, p.8)

A pesar de no estar todo el poema presente, y para no ser un simple aprovechado de los versos,

debo decir que todo el poema mantiene el mismo tono, reflejando la barbarie del hombre en la

mujer. Esta claro que es un tema que no se debe permitir y tampoco ignorar, pero también cabe

recordar que no sólo el hombre esta plagado de defectos y reproches. Por ello, María Teresa se

erige frente a sus contemporáneas por ser más precisa y menos evasiva en su poesía, puesto que

el ser humano, mujer u hombre, está plagado de defectos y virtudes por igual. Este libro, Silencios

y Destellos, está marcado por la cantidad de sensaciones y contradicciones que marcan a la mujer,

diciendo mujer por la cantidad de referencias utilizadas, empezando por Fedra, siguiendo con

Psyque y finalizando con Eurídice; no obstante, existen poemas que van dirigidos a todo ser:

Tonadilla

Mi amor

es el efímero y maduro

de sino y plenitud de rosa

mi alma

rosal eterno en flor (Caro, 2004a, p. 38)

En este libro se muestra la faceta más cálida de la poeta, y mientras bebemos la limonada y tinto

correspondientes, nos cuenta cómo se enamoró de su esposo de toda la vida siendo muy joven, de

su experiencia de madre animal, una mujer pendiente de sus hijos y comprometida con ellos,

apoyándolos en todas sus etapas. Abandonando todo por cambiar de lugares y buscando algo

nuevo, motivando a su esposo para aceptar trabajos que no quería; también me entero de cómo

llegó a estudiar literatura alemana en Washington por uno de los viajes de su esposo y la dificultad

para leer literatura en húngaro mientras hacía su maestría en literatura latinoamericana.

Desgraciadamente, o naturalmente, la muerte llegó a nuestra charla, y el aire y el tiempo tomaron

una pausa para el relato.

RECONCILIACIÓN DESPUÉS DEL DOLOR

i existe algo doloroso es la pérdida, aun más la de un hijo. Gabriela, su segunda hija,

sufría de cáncer; esto marcó bastante su vida, puesto que todos sus esfuerzos los dedicó

para la recuperación de ella. A pesar del dolor que supone el saber que su hija tenía

cáncer, y la voz que se entrecorta un poco cuando nos cuenta esta experiencia, ella admite que la

experiencia de cuidar a su hija, caminar por la playa con ella y estar tan unidas fue algo bellísimo.

De esta experiencia surgió un poema que ella mismo recitó en la entrevista:

A tientas y sin voz atizo el fuego

Espérame allí

Espérame en un tiempo

sin huellas ardientes en la arena

Espérame allí

en su universo de arena sin recodos

en el lugar exacto (Caro, 2008, p. 11)

Después de la lectura, ella cuenta cómo la muerte a rondado su vida desde hace varios años,

comenzando con su padre mientras ella acababa de llegar al colegio. De manera extraña, la

muerte de su esposo llegó mientras ella acaba de llegar a la universidad, siendo su hijo quien le

avisara de la tragedia. Estos sucesos, nos confiesa, le enseñaron poco a poco a no ser tan apegada

a las cosas, a las personas, porque la muerte, esquiva y fulminante, siempre la había sorprendido:

Todo me dañará

el atardecer sin pájaros ni mar

el yo agonizo compulsivo

y su secreta eucaristía (Caro, 2008, p. 33)

Esta muerte, nos confiesa, no sólo compete a los seres, también se refiere a algunos proyectos,

como la revista de poesía Ulrika, proyecto que comenzó pero que, en palabras de ella, es algo

ilegal, tabú y que no siguió contemplando. Utilizando nuevamente a Bonett, la muerte en estas

dos poetas es vista totalmente diferente, desde la concepción hasta cómo es retratada:

En esta misma hora,

uno mira hacia el sur, donde su hermana

ha encendido una vela. Un gallinazo

picotea su frente. (Bonett, 2008, p. 21)

A medida que las bebidas van agonizando, María Teresa nos cuente que este libro, Secreta

Eucaristía, es una forma de hacer las pases con el universo, de encontrar un balance después del

dolor y la pérdida, una calma parecida a la que obtuvo cuando llegó a ella una revelación en un

S

sueño: Agua. Aun con muertes tan significativas en su vida, María Teresa aun conserva la felicidad

y está agradecida con la vida por la calidad de personas que la han rodeado a través de todos estos

años, bien sea como catalizadores de sus proyectos o personas que han enriquecido su vida.

Aunque corto, este libro refleja todo el dolor de la ausencia, del deseo del rencuentro; no

obstante, es el resultado del viaje personal de la escritora y de sus sensaciones en el mismo,

siendo el lector quien encontrará en esta Eucaristía la comunión con la mortalidad.

Después de terminar el café, María Teresa sale rumbo al trabajo, a sensibilizar a varios futuros

ingenieros con la literatura; mi compañero y yo, por otra parte, encendemos un cigarrillo,

disfrutando del recuerdo de hablar con toda una poeta, madre, mujer, amante, esclava y ser

humano libre de ataduras, lleno de pasión y poesía, tan liviana y refrescante como su revelación,

como el agua.

NOTAS FINALES

El tratar de enmarcar a María Teresa Caro dentro de un movimiento literario es restringir y limitar

su poesía, puesto que no responde a ningún ánimo de figuración. A pesar de ser alumna y

contemporánea de Piedad Bonett, no comparte ningún rasgo particular, tanto a nivel escritural

como temático, dado que Bonett se centra en los problemas de violencia y conflictos que afectan

al país, totalmente distinto a los temas de Caro, que parten de la realidad, pero que no se centran

en discursos o problemáticas sociales: ella se enfoca en el problema ontológico del ser humano,

dejando de lado los artificios presentes; su búsqueda está más encaminada a los conflictos

internos del hombre, su relación con la naturaleza, lo real y lo irreal, o si se prefiere, lo metafísico y

lo terreno. De igual forma, se nota bastante el aspecto erótico, tratado de una forma sutil pero

profunda, llegando a cautivar al lector con pocas palabras. El conflicto entre su ser filosófico,

producto de su carrera en la Universidad de los Andes, y el ser espiritual, es claramente

representado en su último libro Vestigios. Algo que vale la pena mencionar y que no se mencionó

anteriormente, es su primer libro Arabescos en la nada, primera publicación de la poeta;

lastimosamente, este libro fue impreso y editado en Budapest, y el único ejemplar que existe o

que se tiene información de él, lo tiene en su poder la misma María Teresa, con el agravante de

estar en húngaro. Para concluir, cabe resaltar que, por su decisión de pasar inadvertida, a pesar de

haber sido invitada al tercer festival internacional de poesía en Costa Rica en 2004 y a recitales en

Austria, México, Hungría y Estados unidos, existe poca información sobre su vida; a pesar de esto,

la entrevista que concedió sirvió bastante para la realización de este trabajo.

BIBLIOGRAFÍA

BONETT, Piedad. (2008) Las herencias. Primera edición. Madrid, España: Editorial Visor libros.

CARO, María Teresa. (2008) Secreta Eucaristía. Primera edición. Santafé de Bogotá, Colombia:

Editorial Escuela Colombiana de Ingeniería.

CARO, María Teresa. (2004a) Silencios y Destellos. Segunda edición. San José, Costa Rica: Editorial

Lunes: Literatura Digital.

CARO, María Teresa. (2004b) Vestigios, Conjuraciones y Blasfemias. Primera edición. Santafé de

Bogotá, Colombia: Editorial Escuela Colombiana de Ingeniería.