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Práctica Docenre: "Mi Biografía Escolar" Mi Biografía Escolar Muchos autores sostiene que durante la profesionalización de los docentes es necesario que estos se remonten a su historia personal, en especial a su etapa escolar, con el propósito de formular reflexiones que les permitan desempeñar su futuro rol teniendo en cuenta sus experiencias vividas. A continuación les presento mi biografía escolar, la cual me permitió abordar problemáticas, certezas e incertidumbres vividas en mi etapa como alumna. Pone en valor el significado de las constituciones educativas que después de la familia conforman y juegan un papel fundamental en nuestra historia e identidad personal. Será un pasaje de recuerdos, de emociones, de alegrías, de tristezas, que marcaron y me dejaron una huella imborrable en mi memoria, y en mi vida. La biografía parte de tres ejes de análisis: Mi escuela, su entorno, historia y organización institucional: Cursé mis estudios primarios en el Instituto Bartolomé Mitre, localizado en la Ciudad de Oliva, en el barrio Centro Norte, entre las calles Albear y Belgrano. Cuenta con Nivel Inicial y Educación Primaria. Mi época de cursado fue entre los años 1996 al 2001. Asistían niños de sector social medio-alto, sus padres eran propietarios, trabajadores públicos, profesionales. La realidad social por entonces era muy parecida a la de hoy. El establecimiento es un edificio de grandes dimensiones, de arquitectura simple y contemporánea (a sufrido reiteradas modificaciones), es antigua, se construyó aproximadamente en el año 1950, fue una de las primeras escuelas de nuestra ciudad. La Práctica Docente es una especie de Práctica Social, porque es una relación mediada por los significados sociales, subjetivos y las circunstancias en que se desarrollan. Es el trabajo que el docente desarrolla cotidianamente en determinadas y concretas condiciones sociales, históricas e institucionales, adquiriendo una significación tanto para la sociedad como para el propio docente. También frente a esta situación se puede acotar que el valor económico es el motor de desarrollo de la sociedad, a fin de que esta despliegue todas sus potencialidades y se garantice de este modo su bienestar. Mis maestras: Las docentes del establecimiento eran excelentes profesionales, atentas e interesadas en nuestro aprendizaje intelectual y moral. En caso particular, mi maestra de Ciencias Sociales de 6º grado y de Educación Plástica eran claros ejemplos de docentes tecnicistas y academicistas, ya que se regían mucho del currículo, utilizaban como soporte una Enciclopedia de 6º EGB, en la cual hacíamos todas las tareas que en el aparecían y en el caso de Ciencias Sociales, trabajábamos resumiendo y extrayendo ideas principales que eran visadas una por una por la docente. Mi maestra de Matemáticas de 5º grado y la de Ciencias Naturales eran docentes hermenéuticas-reflexivas, ya que trabajaban con distintas fuentes, nos hacían investigar, reflexionar y volcar todo a la práctica, a la realidad. La mayoría de mis maestras poseían una previa experiencia laboral, ya hoy casi todas de ellas se encuentran fuera de la docencia o con tareas pasivas dentro del instituto. Dentro de la formación del docente se pueden distinguir distintos modelos y tendencias: *Práctico-artesanal: transmite la cultura, el saber, el pensar, el decir, y el hacer, reproduce modelos. *El academicista: transmite las verdades, los últimos contenidos científicos,

Biografia_escolar Como Instrumento en La Formacion Docente

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Práctica Docenre: "Mi Biografía Escolar"Mi Biografía EscolarMuchos autores sostiene que durante la profesionalización de los docentes es necesario que estos se remonten a su historia personal, en especial a su etapa escolar, con el propósito de formular reflexiones que les permitan desempeñar su futuro rol teniendo en cuenta sus experiencias vividas.A continuación les presento mi biografía escolar, la cual me permitió abordar problemáticas, certezas e incertidumbres vividas en mi etapa como alumna. Pone en valor el significado de las constituciones educativas que después de la familia conforman y juegan un papel fundamental en nuestra historia e identidad personal.Será un pasaje de recuerdos, de emociones, de alegrías, de tristezas, que marcaron y me dejaron una huella imborrable en mi memoria, y en mi vida.La biografía parte de tres ejes de análisis:Mi escuela, su entorno, historia y organización institucional: Cursé mis estudios primarios en el Instituto Bartolomé Mitre, localizado en la Ciudad de Oliva, en el barrio Centro Norte, entre las calles Albear y Belgrano.Cuenta con Nivel Inicial y Educación Primaria. Mi época de cursado fue entre los años 1996 al 2001. Asistían niños de sector social medio-alto, sus padres eran propietarios, trabajadores públicos, profesionales. La realidad social por entonces era muy parecida a la de hoy. El establecimiento es un edificio de grandes dimensiones, de arquitectura simple y contemporánea (a sufrido reiteradas modificaciones), es antigua, se construyó aproximadamente en el año 1950, fue una de las primeras escuelas de nuestra ciudad. La Práctica Docente es una especie de Práctica Social, porque es una relación mediada por los significados sociales, subjetivos y las circunstancias en que se desarrollan. Es el trabajo que el docente desarrolla cotidianamente en determinadas y concretas condiciones sociales, históricas e institucionales, adquiriendo una significación tanto para la sociedad como para el propio docente. También frente a esta situación se puede acotar que el valor económico es el motor de desarrollo de la sociedad, a fin de que esta despliegue todas sus potencialidades y se garantice de este modo su bienestar.Mis maestras: Las docentes del establecimiento eran excelentes profesionales, atentas e interesadas en nuestro aprendizaje intelectual y moral. En caso particular, mi maestra de Ciencias Sociales de 6º grado y de Educación Plástica eran claros ejemplos de docentes tecnicistas y academicistas, ya que se regían mucho del currículo, utilizaban como soporte una Enciclopedia de 6º EGB, en la cual hacíamos todas las tareas que en el aparecían y en el caso de Ciencias Sociales, trabajábamos resumiendo y extrayendo ideas principales que eran visadas una por una por la docente. Mi maestra de Matemáticas de 5º grado y la de Ciencias Naturales eran docentes hermenéuticas-reflexivas, ya que trabajaban con distintas fuentes, nos hacían investigar, reflexionar y volcar todo a la práctica, a la realidad.La mayoría de mis maestras poseían una previa experiencia laboral, ya hoy casi todas de ellas se encuentran fuera de la docencia o con tareas pasivas dentro del instituto. Dentro de la formación del docente se pueden distinguir distintos modelos y tendencias: *Práctico-artesanal: transmite la cultura, el saber, el pensar, el decir, y el hacer, reproduce modelos.*El academicista: transmite las verdades, los últimos contenidos científicos, pero no sabe como expresarlos.*El tecnicista: planifica los procesos de enseñanza y aprendizaje.*El hermenéutico-reflexivo: forma un docente con sólidos valores (toman la práctica como eje estructural, comparten la reflexión personal crítica en ámbitos grupales contenedores, se construye en referencia de la aspiración ética-política).Aprendizaje y enseñanaza: Las materias estaban divididas en dos áreas (básicas y especiales); su contenido curricular era amplio y correctamente desarrollado. De los temas enseñados, los que mas me gustaron y quedaron en mi memoria fueron las Matemáticas, Lengua, Ciencias Sociales (historia Argentina) y Ciencias Naturales (célula y sus componentes), ya que llamaban mi atención y curiosidad.Lo que más me costó aprender de ellos fueron las divisiones y las tablas de multiplicación, en especial la del nueve.La dificultad de evaluaciones iba correctamente con el desarrollo intelectual de cada etapa, no eran difíciles, pero tampoco fáciles.La forma de enseñanza era muy didáctica, recuerdo que los componentes de la célula los enseñaron con gelatinas de colores, particularmente creo que esto me fue de mucha utilidad, ya que de una manera original se enseñaban temas de gran dificultad. Igualmente en Matemáticas con tablero y fichas de distintos colores (rojo para la unidad, azul para la decena y verde para la centena), entre muchos otros ejemplos. Utilizaban material concreto para que el conocimiento transmitido fuese apropiado con mayor significatividad.Mis calificaciones eran buenas, aunque con falta de autonomía en el desarrollo de mis actividades. Todos necesitamos algún tipo de ayuda para adquirir un complejo conjunto de habilidades, saberes, y modos de relación.El propósito de la educación es ayudar para alcanzar niveles más evolucionados de desarrollo.El aprendizaje es una modificación relativamente estable de las pautas de conducta realizada en función de lograr una adaptación al medio en que vive el organismo o individuo.La escuela se propone lograr una serie muy larga y compleja de aprendizaje desde muy simples a muy complejos y diversos.Lo más hermoso de la escuela primaria, eran las horas de plástica, en donde hacíamos artesanías, y la organización de los actos en los que participaba.

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Mi maestra preferida fue María Ester Pozo, docente de excelente profesionalismo, con espíritu y alma de madre, nos cuidaba, y enseñaba de una forma muy peculiar y amorosa.Si hubiera podido cambiar algo, serían las preferencias de algunas maestras por ciertos alumnos, la marcada discriminación con que se manejaban la mayoría de mis compañeros y la falta de control de ello. Por esta razón mi necesidad de el día de mañana desempeñarme como una docente objetiva y con carácter.Hoy soy lo que soy por ellos, por su cuidado, comprensión, paciencia, amor a la educación y a sus alumnos, por su increíble profesionalismo y dedicación, espero el día de mañana ser lo que fueron MIS MAESTRAS.Las huellas de la propia historia escolar en las prácticas de enseñanza.

Este artículo surge como sistematización de prácticas formativas llevadas adelante con los alumnos de los profesorados de EGB 1 y 2 en el marco de la cátedra Taller de Docencia I. El objetivo que perseguimos es indagar acerca de la historia escolar de los alumnos y como la narrativa de sus propias biografías escolares les permite constituirse como sujetos portadores de experiencia y saber acerca del sistema educativo.Partimos de la idea de pensar la biografía escolar[1] como el período vivido en la escuela por los alumnos en formación siendo éstos alumnos, es decir los trayectos formativos por los que han pasado hasta llegar a constituirse en sujetos de aprendizaje de la formación docente. Siguiendo la línea de trabajo que permite pensar “cómo aprenden los que enseñan”[2] creemos que las experiencias escolares constituyen una fase formativa “clave” y que su abordaje resulta enriquecedor para entender, luego, la práctica profesional del docente.Gran parte de lo que se aprende en la escuela resulta verdaderamente significativo a la hora de “actuar” la enseñanza.Podríamos pensar no sólo en los contenidos más formalizados de la enseñanza sino también en ciertos contenidos que forman parte del currículo oculto, en las rutinas escolares, en el aprendizaje de roles y funciones escolares, en las formas de interacción social escolar, en el abordaje de las efemérides, etc. Todos aprendidos en nuestro paso por la escuela. Tal como señala Elsie Rockwell “permanecer en la escuela durante cinco horas al día, 200 días al año, doce o más años, necesariamente deja huellas en la vida”[3]. Nuestra intención era indagar las marcas de estas huellas formativas en las prácticas docentes.La escuela que llevamos dentro como una marca de nuestra infancia revela aquello que hemos aprendido como alumnos y que ponemos en juego, aunque posicionados ahora en el lugar del que le toca enseñar. Concretamente, nos referimos a lo que los maestros hemos aprendido “en situación”, en todos los años que fuimos alumnos y que opera en nuestras representaciones como “negativos fotográficos” que muchas veces “revelamos” a la hora de enseñar. Hay una suerte de esquemas prácticos de actuación que hemos internalizado siendo alumnos y que enfrentan a nuestros mejores esquemas teóricos aprendidos durante la formación.A veces se trata del recuerdo de un maestro o profesor cuya actuación o desempeño ha sido especialmente valorado en la propia escolaridad. Esta valoración puede ser positiva: “recuerdo a mi maestra que se solidarizó mucho conmigo, me ayudaba con un problema delicado que tenía en la vista…”, “me reconocían mucho mi esfuerzo”, “me acuerdo del aprecio y la valoración de mis profesores cuando mis padres se separaron… me sentí muy contenida”, “me eligieron para un proyecto y sentí que depositaban confianza en mí”, “recuerdo una profesora que valoraba mis trabajos”, “me hizo sentir muy bien que mi maestra me dijera que era capaz”[4].También la construcción de la historia escolar puede estar marcada por estigmas negativos, como por ejemplo: “me acuerdo que me retaban delante de todos mis compañeros y eso me ponía peor”, “mi maestra me dijo que era una maleducada cuando intenté dar mis razones sobre un tema”, “me sentí incomprendida por la docente y eso me hizo aislarme más”, “la maestra me hizo llorar de rabia porque se burlaba de nosotros”…[5]Ferry[6] concibe la formación como un “trayecto” que atravesamos los maestros y profesores, durante el que transitamos por diferentes experiencias e interactuamos con diversos cuerpos de conocimientos, enfoques y personas. Todas estas experiencias son “formativas” y, por eso, la preparación profesional no puede explicarse a partir de una sola de ellas. En ese largo camino que los docentes recorremos en todos los años que somos alumnos, interiorizamos:· modelos de enseñanza: los alumnos recuerdan los contenidos enseñados mediatizados por los métodos o técnicas de enseñanza, por ejemplo la enseñanza de la lectoescritura.· adquirimos saberes y reglas de acción así como también pautas de comportamiento tales como las normas disciplinarias explícitas e implícitas, las expectativas de conductas esperadas, los premios y las sanciones a las que los alumnos refieren en sus biografías.· construimos esquemas sobre la vida escolar, tales como los roles y funciones que cada actor social tiene dentro de la escuela, que se espera de él, cómo debe comportarse. Estos esquemas muchas veces se reproducen a la hora de actuar el rol docente.· formamos creencias firmes y perdurables. Los alumnos reconocen en la escuela y en sus maestros los fundamentos de muchas de sus creencias y opiniones actuales.

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· representamos imágenes sobre los docentes y su trabajo, tales como los derechos, deberes, obligaciones y responsabilidades del maestro en el contexto de cada escuela.· elaboramos teorías, creencias, supuestos y valores sobre la naturaleza del quehacer educativo.El paso por la escuela nos hace partícipes de una cierta cultura escolar. Somos formateados por ella. Los trabajos autobiográficos realizados con los alumnos de la formación docente muestran que ellos son portadores de modelos, concepciones y representaciones acerca de los procesos escolares, las escuelas, los docentes y su trabajo.Recuperar estos saberes, desnaturalizarlos, ponerlos en palabras, significarlos y darles sentido nos ha permitido recorrer los primeros pasos de la formación docente.Para poder pensarse como docente es necesario revisar y significar nuestras experiencias como alumnos. Desocultar aquellas experiencias escolares, aquellos sentimientos que acompañaron nuestro paso por la escuela, narrar lo que uno vivió, revisar la forma en que transcurrió su escolaridad, implica una construcción en el proceso de subjetivación, una reflexión y reconstrucción que permitirá comprender mejor nuestras prácticas docentes y, en cierto sentido, proyectarlas en el futuro para poder así, transformarlas._______________[1] Cfr. Alliaud, Andrea. “La experiencia escolar de maestros inexpertos. Biografías, trayectorias y práctica profesional”. Revista Iberoamericana de educación versión digital. Buenos Aires, 2003.[2] Cfr. Davini Cristina. “Como aprenden los que enseñan”. Miño y Dávila. Buenos Aires, 1998.[3] ROCKWELL, ELSIE. “La escuela cotidiana”. Fondo de Cultura Económica. México, 1990.[4]-5 Material extraído de trayectorias escolares realizadas por alumnos del Taller de Docencia I (Trayecto de Práctica), de la carrera de Profesorado de EGB 1 y 2, cohorte 2006.[6] Ferry, Gilles. El trayecto de la formación. Los enseñantes entre la teoría y la práctica. México, Paidós,1990.Publicado por Veronica Rebaudinoen 12:14Etiquetas: biografías escolares, formación docente, trayectos formativos