Blasfemia - Douglas Preston

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    1/245

     

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    2/245

     

    El supercolisionador más grande del mundo, encerrado en una montaña de Arizona,fue construido para revelar los secretos del momento mismo de la creación: el Big Bang.El anillo es la máquina más cara jamás creada por la humanidad, a cargo del

    superordenador más potente del mundo. ¿Divulgará ese anillo los misterios de lacreación del universo? ¿O, como algunos predicen, hará que la Tierra sea succionada porun mini agujero negro? ¿O es el anillo un intento satánico, que como un poderoso teleevangelista condena, desafía a Dios Todopoderoso por el propio trono del Cielo? Docecientíficos bajo la dirección de Hazelius se envían a la remota montaña para encenderlo,y lo que descubren debe ser ocultado al mundo a toda costa. Wyman Ford, ex monje yagente de la CIA, es enviado para arrancar su secreto, un secreto que, o bien va a destruirel mundo… o a salvarlo. La cuenta atrás ha comenzado…

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    3/245

     

    1

    Julio

    KEN DOLBY DE PIE ANTE SU ESTACIÓN DE TRABAJO, sus suaves y pulidosdedos acariciando los controles de Isabella. Esperó, saboreando el momento, y luegodesbloqueó una tapa en el panel y pulsó una barra roja.

     No hubo murmullos, ni sonidos, nada que indicara que el instrumento científico máscaro en la Tierra había sido activado. Sólo que, a trescientos kilómetros de distancia, lasluces de Las Vegas se atenuaron ligeramente.

    Mientras Isabella se calentaba, Dolby comenzó a sentir su vibración a través del suelo.

    Pensaba en la máquina como una mujer, y en sus momentos más imaginativos hastahabía imaginado como parecía, alta y esbelta, con una musculosa espalda, negra como lanoche del desierto, perlada de sudor. Isabella. No había compartido estos sentimientoscon nadie, no tenía sentido atraer el ridículo. Para el resto de los científicos en el

     proyecto, Isabella era una "cosa", una máquina muerta construida para un propósitoespecífico. Pero Dolby siempre había sentido un profundo afecto por las máquinas quecreaba, desde cuando tenía diez años y construyó su primera radio de un kit. Fred. Eseera el nombre de la radio. Y cuando pensaba en Fred, veía a un hombre blanco gordo y

     pelirrojo. El primer ordenador que había construido fue Betty, que a su cabeza le parecíauna rápida y eficiente secretaria. No podía explicar por qué sus máquinas tomaban las

     personalidades que tomaban, simplemente sucedía.

    Y ahora esto, el acelerador de partículas más potente del mundo… Isabella.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    4/245

      - ¿Cómo va? -preguntó Hazelius, el líder del equipo, acercándose y poniendo unamano afectuosa en el hombro.

    - Ronronea como un gato -dijo Dolby.- Bien. -Hazelius se enderezó y habló con el equipo-. Atención, tengo un anuncio que

    hacer.

    Se hizo el silencio cuando los miembros del equipo se enderezaron de sus estacionesde trabajo y esperaron. Hazelius cruzó la pequeña habitación y se colocó en frente de lamayor de las pantallas de plasma. Pequeño, ligero, elegante y tan inquieto como un visónenjaulado, se paseó por delante de la pantalla un momento antes de volverse hacia elloscon una sonrisa brillante. Nunca dejaba de sorprender a Dolby lo presencia tancarismática que el hombre tenía.

    - Mis queridos amigos -comenzó, analizando el grupo con ojos de color turquesa-. Es1492. Estamos en el arco de la Santa María, oteando el horizonte del mar, momentosantes de la costa del Nuevo Mundo aparezca a la vista. Hoy es el día que navegamos

     por ese horizonte desconocido y alcanzaremos tierra en las costas de nuestro propio Nuevo Mundo.

    Se agachó en la bolsa de Champán, que siempre llevaba y sacó una botella de VeuveClicquot. La levantó como un trofeo, con los ojos brillantes, y la depositó sobre la mesa-.Esto es para esta noche, cuando pongamos pie en la playa. Porque esta noche, llevaremosa Isabella al cien por cien de su potencia.

    El silencio acogió el anuncio. Finalmente, Kate Mercer, la directora adjunta del proyecto, habló- ¿Qué pasó con el plan para hacer tres rondas al noventa y cinco porciento?

    Hazelius le devolvió la mirada con una sonrisa- Estoy impaciente. ¿Tú no?Mercer peinó hacia atrás su brillante cabello negro- ¿Y si alcanzamos una resonancia

    desconocida o generamos un agujero negro en miniatura?- Tus propios cálculos muestran una probabilidad de uno en un cuatrillón de ese

    desarrollo en particular.- Mis cálculos pueden estar mal.- Tus cálculos nunca están mal -Hazelius sonrió y se volvió hacia Dolby- ¿Qué

     piensas? ¿Está lista?- Tienes condenada razón, está lista.Hazelius extendió las manos- ¿Y bien?Todos se miraron unos a otros. ¿Deberían arriesgarse? Volkonsky, el programador

    ruso, de repente rompió el hielo- ¡Sí, vamos por ello! Chocó los cinco con unsorprendido Hazelius, y luego todo el mundo empezó a palmearse la espalda, apretonesde manos y abrazos, como un equipo de baloncesto antes de un partido.

    Cinco horas y muchos malos cafés más tarde, Dolby estaba del pie ante la gran pantalla plana. Todavía estaba oscuro, los haces de protones de materia-antimateriatodavía no se habían puesto en contacto. Llevaría una eternidad alimentar la máquina yenfriar los imanes superconductores de Isabella, para llevar las enromes corrientesnecesarias. Luego era cuestión de aumentar la luminosidad del haz en incrementos del 5

     por ciento, enfocar y colimar[1] los haces, controlar los imanes superconductores,ejecutar varios programas de prueba, antes de subir al siguiente 5 por ciento.

    - Potencia al noventa por ciento -Dolby entonó.- Cristo maldito -dijo Volkonsky en aluna parte detrás de él, dándole la cafetera

    Sunbeam un golpe que la hizo sonar como el Hombre de Hojalata-. ¡Ya está vacía!

    Dolby reprimió una sonrisa. Durante las dos semanas que había estado sobre la mesa,Volkonsky se había revelado como un listillo, un desgarbado y sarnoso espécimen de

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    5/245

    Euro basura, con el largo pelo graso, camisetas rotas, y un barba que parecía vello púbicocolgando de su barbilla. Parecía más como un drogadicto que un brillante ingeniero desoftware. Pero entonces, muchos de ellos eran así.

    Otra medida de tic-tacs del reloj.- Haces alineados y enfocados -dijo Rae Chen-. Luminosidad catorce TeV.

    - Isabella funciona perfectamente -dijo Volkonsky.- Mis sistemas están todos en verde -dijo Cecchini, el físico de partículas.- ¿Seguridad, Sr. Wardlaw?El oficial de inteligencia, Wardlaw, habló desde su estación de seguridad- Sólo cactus

    y coyotes, señor.- Muy bien -dijo Hazelius-. Es el momento. -Hizo una pausa dramática-. ¿Ken? Haga

    colisionar los haces.Dolby sintió una aceleración de su corazón. Tocó los diales con sus dedos de araña,

    ajustándolos con la ligereza de toque de un pianista. Siguió con una serie de comandosdigitados en el teclado.

    - Contacto.

    Todas las pantallas planas que les rodeaban se despertaron de repente. Un repentinosonido parecía flotar en el aire, procedente de todas partes y de ninguna a la vez.

    - ¿Qué es eso? - Mercer preguntó, alarmado.- Un billón de partículas pasando a través de los detectores -dijo Dolby- Crean una alta

    vibración.- Jesús, suena como el monolito en 2001.Volkonsky chillaba como un mono. Todo el mundo lo ignoró.Una imagen apareció en el panel central, el Visualizador. Dolby lo miró fijamente,

    fascinado. Era como una enorme flor, chorros parpadeantes de colores irradiando desdeun único punto, girando y retorciéndose como si quisieran liberarse de la pantalla. Sequedó impresionado ante la intensa belleza de la misma.

    - Contacto con éxito -dijo Rae Chen-. Haces enfocados y colimados. ¡Dios, es unaalineación perfecta!

    Gritos de felicitaciones y aplausos entrecortados.- Damas y caballeros, -dijo Hazelius-, bienvenidos a las costas del Nuevo Mundo.

    Señaló el Visualizador-. Están contemplando una densidad de energía que no se ve en eluniverso desde el Big Bang. -Se volvió hacia Dolby-. Ken, por favor, aumenta la

     potencia en incrementos de décimas hasta el noventa y nueve.El sonido etéreo aumentaba ligeramente según Dolby trabajaba en el teclado-.

     Noventa y seis -dijo.- Luminosidad 17.4 TeV[2] -dijo Chen.

    - Noventa y siete… Noventa y ocho…El equipo cayó en un tenso silencio, el único sonido ahora era el zumbido que secolaba de la sala de control subterránea, como si la montaña a su alrededor cantara.

    - Los haces siguen enfocados -dijo Chen-. Luminosidad 22.5 TeV.- Noventa y nueve.El sonido de Isabella se había convertido en aún más alto, puro.- Solo un momento -dijo Volkonsky, encorvado sobre la estación de trabajo del

    superordenador-. Isabella va… lenta.Dolby se volvió bruscamente-. No le pasa nada malo al hardware. Debe ser un fallo de

    software.- El software no es el problema -dijo Volkonsky.

    - Tal vez deberíamos detenernos aquí -dijo Mercer-. ¿Alguna evidencia de la creaciónde un agujero negro en miniatura?

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    6/245

      - No -dijo Chen-. Ni rastro de radiación de Hawking.- Noventa y nueve punto cinco -dijo Dolby.- Estoy captando un chorro cargado a 22.7 TeV -dijo Chen.- ¿De qué tipo? -preguntó Hazelius.- Una resonancia desconocida. Echa un vistazo.

    Dos glóbulos rojos parpadeantes se habían desarrollado a ambos lados de la flor en la pantalla central, como las orejas de un payaso loco.- Dispersión dura -dijo Hazelius-. Gluones tal vez. Podrían ser la evidencia de un

    gravitón Kaluza-Klein.- De ninguna manera -dijo Chen-. No con esta luminosidad.- Noventa y nueve punto seis.- Gregory, creo que deberíamos mantener la potencia aquí -dijo Mercer-. Están

     pasando un montón de cosas a la vez.- Naturalmente que estamos viendo resonancias desconocidas -dijo Hazelius, su voz

    no era más fuerte que el resto, pero de alguna manera era distinta a todas ellas-. Estamosen territorio desconocido.

    - Noventa y nueve punto siete -Dolby entonó. Tenía plena confianza en su máquina.Podía llevarla al cien por ciento y más allá, si fuera necesario. Le dio un estremecimientosaber que estaban absorbiendo casi la cuarta parte de la energía de la presa Hoover. Poreso tenían que hacer sus rondas en mitad de la noche, cuando el uso de la energía eramás bajo.

    - Noventa y nueve punto ocho.- Tenemos algún tipo de interacción desconocida muy grande aquí -dijo Mercer.- ¿Cual es el problema, zorra? -Volkonsky le gritó al ordenador.- Os lo digo, estamos metiendo el dedo en un espacio Kaluza-Klein[3] -dijo Chen-. Es

    increíble.La nieve comenzó a aparecer en la pantalla plana grande con la flor.- Isabella se comporta de forma extraña -dijo Volkonsky.- ¿Cómo es eso? -dijo Hazelius, desde su posición en el centro del puente.- Errática.Dolby cerró los ojos. Volkonsky era como un dolor-.Todos los sistemas a mi tablero.Volkonsky tecleó con furia en el teclado, luego juró en ruso y golpeó el monitor con la

     palma de su mano.- Gregory, ¿no crees que deberíamos poder bajar la potencia? -preguntó Mercer.- Dale un minuto más -dijo Hazelius.- Noventa y nueve punto nueve -dijo Dolby. En los últimos cinco minutos, la

    habitación había pasado de un estado somnoliento a tener los ojos desorbitados, tensa

    como el infierno. Sólo Dolby se sentía relajado.- Estoy de acuerdo con Kate -dijo Volkonsky-. No me gusta la forma de comportarsede Isabella-. Empezamos la secuencia de apagado.

    - Voy a asumir la plena responsabilidad -dijo Hazelius-. Todo sigue dentro deespecificaciones. El flujo de datos de diez terabits por segundo, está empezando aatragantársele, eso es todo.

    - ¿Atragantarse? ¿Qué quiere decir "atragantarse"?- Potencia al cien por cien -dijo Dolby, con una nota de satisfacción en su relajada voz.- Luminosidad del haz 27.1828 TeV -dijo Chen.La nieve se extendió por las pantallas de ordenador. El ruido llenó la sala como una

    voz del más allá. La flor en el Visualizador se retorcía y expandía. Un punto negro, como

    un agujero, apareció en el centro.- ¡Vaya! -dijo Chen-. Pérdida de todos los datos en la coordenada cero.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    7/245

      La flor parpadeó. Rayas oscuras la atravesaban.- Esto es una locura -dijo Chen-. No estoy bromeando, los datos se desvanecen.- No es posible -dijo Volkonsky-. Los datos no se desvanecen. Las partículas se

    desvanecen.- Dame un respiro. Las partículas no se desvanecen.

    - No es broma, las partículas se desvanecen.- ¿Un problema de software? -preguntó Hazelius.- No es problema del software -dijo Volkonsky en voz alta-. Es un problema de

    hardware.- Que te den -murmuró Dolby.- Gregory, Isabella podría romper la brana[4]  -dijo Mercer-. Realmente creo que

    deberíamos apagarlo ahora.El punto negro creció, se expandió, comenzó a tragar la imagen en la pantalla. En sus

    márgenes, latía locamente con un color intenso.- Estos números son imposibles -dijo Chen-. Estoy captando una curvatura espacio-

    temporal extrema en la "C Zero". Parece que algún tipo de singularidad. Podríamos estar

    creando un agujero negro.- Imposible -dijo Alan Edelstein, el matemático del equipo, mirando hacia arriba de la

    estación de trabajo que había estado en silencio encogido en la esquina-. No hayevidencias de radiación de Hawking.

    - Lo juro por Dios -dijo Chen en voz alta-, ¡estamos rasgando un agujero en elespacio-tiempo!

    En la pantalla que corría el código del programa en tiempo real, los símbolos ynúmeros volaban como un tren expreso. En la pantalla grande por encima de sus cabezas,la flor se retorcida había desaparecido, dejando un vacío negro. Entonces, hubo unmovimiento en el vacío, fantasmal, como un murciélago. Dolby miró sorprendido.

    - ¡Maldita sea, Gregory, apágalo! -Mercer gritó.- ¡Isabella no acepta la entrada! -chilló Volkonsky-. ¡Pierdo las rutinas del núcleo!- Aguante un momento hasta que podamos averiguar qué está pasando -dijo Hazelius.- ¡Ha desaparecido! ¡Isabella ha desaparecido! -dijo el ruso, levantando las manos y

    volviendo a sentarse con una expresión de disgusto en su rostro huesudo.- Todavía tengo el tablero en verde -dijo Dolby-. Obviamente, lo que tienes aquí es un

    fallo masivo del software. -Volvió su atención hacia el Visualizador. Una imagen queaparecía en el vacío, una imagen tan extraña, tan bella, que al principio no pudoconseguir que su mente la abarcara. Miró a su alrededor, pero nadie más estaba mirando:todos estaban centrados en sus diferentes consolas.

    - Hey, perdón, ¿nadie sabe lo que está pasando ahí arriba en la pantalla? -preguntó

    Dolby. Nadie le respondió. Nadie alzó la vista. Todo el mundo estaba furioso ocupado. Lamáquina sonaba de forma extraña.

    - Yo sólo soy el ingeniero, -dijo el Dolby-, pero ¿ninguno de ustedes, genios teórico,tiene idea de lo que es? Alan, ¿es eso… normal?

    Alan Edelstein levantó la vista de su estación de trabajo distraído-. Son solo datosaleatorios -dijo.

    - ¿Qué quieres decir con "aleatorios"? ¡Tienen forma!- El ordenador se ha roto. No puede ser más que datos aleatorios.- Te aseguro que mí no me parecen aleatorios. -Dolby lo miraba fijamente-. Se está

    moviendo. Hay algo ahí, lo juro, casi parece vivo, como si estuviera intentando salir.

    Gregorio, ¿estás viendo esto?

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    8/245

      Hazelius miró el Visualizador y se detuvo, la sorpresa floreció en su rostro. Se volvió-¿Rae? ¿Qué está pasando con el Visualizador?

    - No tengo ni idea. Estoy recogiendo una oleada constante de datos coherentes de losdetectores. Desde aquí no parece que Isabella se haya roto.

    - ¿Cómo interpretarías esa cosa en la pantalla?

    Chen miró hacia arriba y sus ojos se abrieron- Jesús. No tengo ni idea.- Se está moviendo -dijo Dolby-. Está como, emergiendo.Los detectores sonaron, la sala ronroneaba con su gemido agudo.- Rae, son datos basura -dijo Edelstein-. El ordenador se ha estropeado, ¿cómo puede

    ser real?- Yo no estoy tan seguro de que sea basura -dijo Hazelius, mirándolo fijamente-

    Michael, ¿qué te parece?El físico de partículas se quedó mirando la imagen, hipnotizado- No tiene ningún

    sentido. Ninguno de los colores y formas se corresponden a la energía de las partículas,la carga, y las clases. Ni siquiera su radio está centrado en la "C Zero", es como una nubeextraña, de plasma magnético de algún tipo.

    - Os lo digo -dijo Dolby-, se está moviendo, está saliendo. Es como un… Jesús, ¿quédemonios es eso? Cerró los ojos con fuerza, tratando de alejar el dolor de agotamiento.Tal vez estaba viendo cosas. Los abrió. Todavía estaba allí, y expandiéndose.

    - ¡Apágala! ¡Apaga a Isabella ya! - gritó Mercer.De repente, el panel se lleno de nieve y se murió en la negrura.- ¿Qué demonios? - gritó Chen, con sus dedos golpeando el teclado-. ¡He perdido

    todas las entradas!Una palabra poco a poco se materializó en el centro del panel. El grupo quedó en

    silencio, mirando fijamente. Incluso la voz de Volkonsky, que se había idoincrementando con la excitación, se apagó como si se cortara. Nadie se movió.

    Luego, Volkonsky empezó a reír, una tensa risa aguda, histérica, desesperada.Dolby sintió una furia repentina-. ¡Hijo de puta, lo hiciste tú!Volkonsky sacudió la cabeza, agitando sus cabellos grasientos.- ¿Crees que es divertido? -preguntó Dolby, levantándose de la estación de trabajo con

    los puños cerrados-. ¿Has pirateado un experimento de cuarenta mil millones de dólaresy el experimento crees que es gracioso?

    - No he pirateado nada -dijo Volkonsky, limpiándose la boca-. Cierra tu puta boca.Dolby volvió hacia el grupo-. ¿Quién hizo esto? ¿Quién trasteó con Isabella? Se

    volvió hacia el Visualizador y leyó en voz alta la palabra que colgaba allí, escupiéndolacon furia. SALUDOS. 

    Se volvió-. Voy a matar al hijo de puta que hizo esto.

    2

    Septiembre

    WYMAN FORD MIRÓ A SU ALREDEDOR el despacho de Stanton Lockwood III

    en la calle 17, asesor científico del presidente de los Estados Unidos. Por su largaexperiencia en Washington, Ford sabía que, si bien el despacho fue diseñado para

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    9/245

    mostrar al hombre exterior, al hombre público, siempre traicionaba en alguna parte elsecreto del hombre secreto. Ford dejó vagar sus ojos, buscando el secreto.

    El despacho estaba construido en el estilo que Ford llamaba BIPW, Broker Importantecon Poder en Washington. Las antigüedades eran todas auténticas y de la mejor calidad,desde el escritorio del Segundo Imperio, tan grande y tan feo como un Hummer, hasta el

    dorado reloj tipo pórtico francés a la alfombra Sultanabad que cubría el suelo. Nada queno hubiera costado una maldita fortuna. Y, por supuesto, había la obligatoria "Pared delPoder" de diplomas enmarcados, premios y fotografías del ocupante del despacho con

     presidentes, embajadores y miembros del gabinete.Stanton Lockwood quería que el mundo lo viera como un hombre de importancia y

    riqueza, poderoso y discreto. Pero lo que llegó a Ford fue lo deprimente del esfuerzo.Aquí estaba un hombre decidido a ser algo que no era.

    Lockwood esperó hasta que su huésped estuvo sentado antes de acomodarse en la butaca al otro lado de una mesa de café. Cruzó las piernas y se acomodó la raya de sus pantalones de gabardina con una mano pálida, larga y sedosa- Vamos a prescindir de lasformalidades habituales de Washington -dijo-. Soy Stan.

    - Wyman -Se acomodó y observó a Lockwood: atractivo, al final de la cincuentena,con un corte de pelo de cien dólares, con su físico de club de fitness envuelto en un trajeoscuro. Probablemente jugador de squash. Hasta la foto en el escritorio de tres hijosrubios perfectos con su atractiva madre tenía toda la individualidad de un anuncio deservicios financieros.

    - Bueno -dijo Lockwood, en un tono de reunión-ahora-en-progreso-, he escuchadocosas excelentes sobre usted, Wyman, de sus antiguos colegas en Langley. Lamentan quese fuera.

    Ford asintió con la cabeza.- Fue tan terrible lo que pasó con su esposa. Estoy terriblemente apenado.Ford deseó que su cuerpo no se crispara. Nunca había sido capaz de encontrar una

    manera de responder cuando la gente mencionaba a su esposa muerta.- Me dicen que usted pasó unos años en un monasterio.Ford esperó.- ¿La vida monástica no es de su agrado?- Se necesita un tipo especial de persona para ser monje.- Así que dejó el monasterio y abrió un despacho.- Un hombre tiene que ganarse la vida.- ¿Algún caso interesante?- Ningún caso en absoluto. Acabo de abrir el despacho. Usted es mi primer cliente, si

    eso es lo que se trata.

    - Así es. Tengo una misión especial para usted, para empezar de inmediato. Suduración será de diez días, tal vez dos semanas.Ford asintió con la cabeza.- Hay un pequeño pero que debo mencionar primero. Una vez que haya descrito la

    misión, el rechazo no es una opción. Es en los Estados Unidos, no implica riesgo, y nova a ser difícil, al menos en mi opinión. Tenga éxito o fracase, nunca podrá hablar deella, así que me temo que no la podrá utilizar para engordar su currículum.

    - ¿Y la remuneración?- Cien mil dólares en efectivo bajo mano, además de un salario del tipo G-11 acorde

    con su posición encubierta. -Levantó las cejas- ¿Listo para escuchar más? No hubo dudas-. Adelante.

    - Excelente - Lockwood deslizó otra carpeta-. Veo que tiene una licenciatura enAntropología por la Universidad de Harvard. Necesitamos un antropólogo.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    10/245

      - Entonces me temo que no soy su hombre. Recién acabé mi licenciatura, me fui alMIT y me doctoré en la cibernética. Mi trabajo para la CIA fue principalmente encriptografía y ordenadores. Dejé la antropología muy atrás.

    Lockwood agitó su mano con desdén, y su brillante anillo de Princeton relució con laluz-. No es importante. ¿Está familiarizado con, ah, el proyecto Isabella?

    - Difícil evitar oír hablar de ello.- Perdóneme si repito lo que ya sabemos entonces. Isabella se terminó hace casi dosmeses, con un costo de cuarenta mil millones de dólares. Se trata de unsupercolisionador con aceleradores de partículas de segunda generación. Su objetivo essondear los niveles de energía del Big Bang, y explorar algunas ideas exóticas paragenerar energía. Este es el proyecto mascota del presidente, los europeos acaban determinar el Gran Colisionador de Hadrones del CERN y que él quería mantener aAmérica a la cabeza de la física de partículas.

    - Naturalmente.- Obtener la financiación para Isabella no fue pan comido. La izquierda criticaba que

    el dinero debería haberse gastado "en los parados y los cojos". La derecha se quejaba que

    sólo era otro caro gran programa del gobierno. El presidente fijó un rumbo entre Scylla yCaribdis, embistió con Isabella contra el Congreso, y la llevó a puerto. Lo ve como sulegado y está ansioso por tenerlo funcionando sin problemas.

    - No hay duda.- Isabella es esencialmente un túnel circular, a 100 metros bajo tierra y treinta

    kilómetros de circunferencia, en el que los protones y antiprotones circulan endirecciones opuestas a casi la velocidad de la luz. Cuando las partículas entran encolisión, duplican niveles de energía no se veía desde que el universo tenía unamillonésima de segundo de edad.

    - Impresionante.- Hemos encontrado un sitio perfecto para ello, Mesa Roja, una meseta de mil

    trescientos kilómetros cuadrados en la Reserva Indígena Navajo, protegida poracantilados de 600 metros y plagada de minas de carbón abandonadas, que convertimosen refugios subterráneos y túneles. El gobierno americano paga seis millones anuales portasas de arrendamiento al gobierno de la tribu Navajo en Window Rock, Arizona, unacuerdo que fue de lo más satisfactorio para todas las partes implicadas.

    - Mesa Roja está deshabitada, y no hay un solo camino a la cima. Hay unos pocos pueblos Navajo, cerca de la base de la mesa. Son gente personas tradicional, la mayoríade ellos aún hablan Navajo y viven de la cría de ovejas, tejido de alfombras, y lafabricación de joyas. Ese es el fondo.

    Ford asintió con la cabeza-. ¿Y el problema?

    - En las últimas semanas, un autoproclamado hombre-medicina ha estado provocandoa las personas contra Isabella, extendiendo rumores y la desinformación. Está cobrandofuerza. Su tarea es tratar con el problema.

    - ¿Qué está haciendo el gobierno Navajo al respecto?- Nada. El gobierno de la tribu Navajo es débil. El antiguo presidente de la tribu fue

    acusado de malversación de fondos, y el nuevo presidente acaba de llegar al despacho.Está solo con ese hombre medicina.

    - Hábleme de él.- Su nombre es Begay, Nelson Begay. No está claro cuántos años tiene, no hemos sido

    capaces de encontrar un certificado de nacimiento. Afirma que el proyecto Isabella está profanando una antigua zona de enterramientos, que todavía utilizan Mesa Roja para el

     pastoreo de ovejas, y más. Está organizando una marcha a caballo en señal de protesta. -Lockwood sacó un sucio pasquín de una carpeta-. Aquí está uno de sus anuncios.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    11/245

      La borrosa fotocopia mostraba a un hombre a caballo con un cartel de protesta.

    ¡CABALGA A MESA ROJA!¡DETÉN A ISABELLA!

    14 y 15 de septiembre

    ¡Protege la Bikéyah Dine, la Tierra de la Gente! Mesa Roja, Dzilth Chii, está cubierta por el sagrado SER POLEN que nace brotar a flores y semillas. ISABELLA es unaherida mortal en su costado, derrama radiación y veneno en la Madre Tierra. 

    Úne te a la marcha a Mesa Roja. Nos reuniremos en la Casa Capitular de Blue Gap,el 14 de septiembre a las 9:00 AM, para cabalgar por la Dugway hasta el antiguo puestocomercial de Nakai Rock. Acamparemos en Nakai Rock donde habrá una Tienda deSudación y la Senda de la Bendición por una noche. Recuperar la tierra con la oración. 

    - Su tarea es unirse al equipo científico como antropólogo y establecerse como unenlace con la comunidad local -dijo Lockwood-. Abordar sus preocupaciones. Haceramigos, que todos se calmen.

    - ¿Y si eso no funciona?- Neutralizar la influencia de Begay.- ¿Cómo?- Excavar un poco en su pasado, emborracharlo, fotografiarlo en la cama con una

    mula, no me importa.- Voy a considerar eso como un flojo intento de humor.- Sí, sí, por supuesto. Usted es el antropólogo, se supone que sabe cómo manejar a

    estas personas. -La sonrisa de Lockwood era suave, genérica.Se hizo el silencio. Ford por fin preguntó- ¿Cuál es la misión real?Lockwood juntó las manos y se inclinó hacia adelante. La sonrisa se ensanchó-.

    Descubrir qué diablos está pasando realmente ahí fuera.Ford esperó.- El papel de la antropología es su tapadera. Su auténtica misión debe permanecer

    absolutamente secreta.- Entendido.- Se suponía que Isabella sería calibrada y activada hace ocho semanas, pero todavía

    están jugando con ella. Dicen que no pueden conseguir que funcione. Tienen todas lasexcusas bajo el sol, bugs en el software, malas bobinas magnéticas, goteras en el techo,

    cables rotos, problemas con el ordenador. La que usted quiera. Al principio me tragué lasexcusas, pero ahora estoy convencido de que no me están contando la historia real. Pasaalgo malo, creo que están mintiendo acerca de lo que es.

    - Hábleme de la gente.Lockwood se echó hacia atrás, e inhaló-. Como usted seguramente sabe, Isabella fue

    idea del físico Gregory North Hazelius, que dirige un selecto equipo. Las mejores y más brillantes de América tiene que ofrecer. El FBI los investigó a fondo, por lo que no hayduda de su lealtad. Además, hay un oficial de inteligencia asignado por el Departamentode Energía, y un psicólogo.

    - ¿El Departamento de Energía? ¿Cuál es su participación?- Uno de los objetivos principales de la investigación del proyecto Isabella es buscar

    exóticas nuevas formas de energía, fusión, mini agujeros negros, materia-antimateria. El

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    12/245

    Departamento de Energía nominalmente está a cargo, aunque, si puedo ser franco, yoestoy llevando la batuta en esta etapa.

    - ¿Y el psicólogo? ¿Cuál es su papel?- Es como el Proyecto Manhattan, ahí fuera aislados, alta seguridad, largas horas, no

    se permiten familias. Un ambiente de alto estrés. Queríamos asegurarnos de que nadie se

    volviera loco.- Ya veo.- El equipo salió para allí hace diez semanas para encender Isabella y ponerla en

    marcha. Se suponía que iba a llevar dos semanas como máximo, pero todavía están enello.

    Ford asintió con la cabeza.- Mientras tanto, ellos están gastando un enorme montón de electricidad, a potencia

    máxima, Isabella se come la potencia de una ciudad de tamaño medio. Hacen funcionarla maldita máquina a una potencia del cien por cien, una y otra vez, todo el tiempoafirmando que no está funcionando. Cuando presiono a Hazelius por más detalles, tienerespuestas para todo. Te lisonjea y halaga con su encanto hasta que te convence que lo

    negro es blanco. Sin embargo, algo va mal y lo están cubriendo. Podría ser un problemade equipo, un problema de software o, Dios sabe, un problema humano. Pero esto llegaen un momento terrible. Es septiembre ya. La elección presidencial es en dos meses. Estesería el peor momento para por un escándalo.

    - ¿Por qué el nombre de Isabella?- El ingeniero jefe, Dolby, el hombre que dirigió el equipo de diseño, lo apodó así. Es

    una especie de mote, sonaba mucho mejor que SSCII, el nombre oficial. Tal vez Isabellasea su novia o algo así.

    - Usted ha mencionado a un oficial de inteligencia. ¿Cuál es su trasfondo?- Tony Wardlaw es su nombre. Ex Fuerzas Especiales, se distinguió en Afganistán

    antes de unirse a la Oficina de Inteligencia del Departamento de Energía. De primernivel.

    Ford pensó por un momento, y luego habló-. Aún no estoy seguro, Stan, ¿qué le hace pensar que no le están diciendo la verdad? Tal vez realmente están teniendo los problemas que usted ha mencionado.

    - Wyman, tengo el mejor olfato para lo que huele mal en la ciudad, y no es Chanel Nº5 lo que estoy oliendo en Arizona. -Se inclinó hacia delante-. Miembros del Congreso deambos bandos de la nave están afilando sus cuchillos largos. Perdieron la primera vez.Ahora huelen un segundo festín.

    - Suena muy a Washington: construyen una máquina de cuarenta mil millones dedólares y luego acaban con la financiación para que funcione.

    - En eso tiene razón, Wyman. La única constante en esta ciudad es su anhelo por laimbecilidad. Su tarea es averiguar lo que realmente está sucediendo e informarme a mí personalmente. Eso es todo. No tome ninguna acción por su cuenta. Manejaremos estodesde aquí.

    Se fue a su escritorio, sacó una pila de expedientes de un cajón, y los descargó junto alteléfono-. Hay uno aquí para cada científico. Registros médicos, evaluaciones

     psicológicas, creencias religiosas, incluso las relaciones extramatrimoniales. -Sonrió conamargura-. Vinieron de la NSA, y ya sabe lo concienzudos que son.

    Ford miró el expediente de arriba, lo abrió. Grapada al frente, una foto de Gregorio North Hazelius, una mirada enigmática de excitación bailaba alrededor de sus brillantesojos azules.

    - Hazelius, ¿se conocen personalmente?- Sí. -Lockwood bajó la voz-. Y quiero… precaución con él.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    13/245

      - ¿Cómo es eso?- Tiene una manera de centrarse en una persona, deslumbrante, hacerle sentir especial.

    Su mente quema con una intensidad tan increíble que parece lanzar un hechizo sobre lagente. Incluso su comentario más improvisado parece cargado de algo importante oculto.Lo he visto señalar algo tan común como una roca cubierta de líquenes y hablar de ella

    de una manera que te hace sentir que es extraordinario y lleno de asombro. Te baña consu atención, te trata como si fueras la persona más importante en el mundo. El efecto esirresistible, algo que un expediente no puede capturar. Esto puede sonar extraño, peroes… es casi como enamorarse, la forma en que el hombre te atrae y te saca de lamonotonía del mundo. Tienes que experimentarlo para entenderlo. Quien avisa no estraidor. Mantenga las distancias.

    Hizo una pausa, mirando a Ford. El sonido sordo de los neumáticos, las bocinas de loscoches, y las voces de la calle se infiltraron en el silencio. Ford unió las manos detrás dela cabeza y miró a Lockwood-. El FBI o el brazo de inteligencia del Departamento deEnergía normalmente llevarían a cabo una investigación de este tipo. ¿Por qué yo?

    - ¿No es obvio? Hay una elección presidencial en dos meses. El presidente quiere

    arreglar las cosas rápido, en silencio, y sin rastro de papel. Él necesita la velocidad y la posibilidad de negación. Si la cagas, no te conocemos. Incluso si tienes éxito, no teconocemos.

    - Sí, pero ¿por qué yo en concreto?  Tengo una licenciatura en antropología y nadamás.

    - Tienes el trasfondo, la antropología, los ordenadores, ex-CIA. -Sacó un expedientede la pila-. Y tienes otro activo.

    Ford no le gustó el cambio repentino en el tono-. ¿Es decir?Lockwood empujó la carpeta sobre la mesa hacia Ford, quien la abrió y se quedó

    mirando la fotografía pegada en el interior de la cubierta, una mujer sonriente con el pelonegro brillante y los ojos de caoba.

    La cerró de golpe, se la devolvió a Lockwood, y se levantó para irse-. ¿Me llama aquíen una mañana de domingo y sacas un truco como éste? Lo siento, pero no mezclo eltrabajo con mi vida personal.

    - Es demasiado tarde para retirarse.Una fría sonrisa-. ¿Usted me va a impedir salir?- Usted fue de la CIA, Wyman. Sabes lo que podemos hacer.Ford dio un paso adelante, inclinándose sobre Lockwood-. Estoy temblando en mis

     botas.El asesor científico levantó la vista, las manos juntas, sonriendo suavemente-. Wyman,

    lo siento. Fue una estupidez que lo dijera. Pero usted entre todas las personas debería

    saber la importancia del proyecto Isabella. Abrirá las puertas de nuestra comprensión deluniverso. Del momento mismo de su creación. Nos podría llevar a una fuente ilimitadade energía libre de carbón. Sería una tragedia enorme para la ciencia estadounidense siarrojamos esa inversión por el inodoro-. Por favor , hágalo, si no por el presidente o pormí, entonces, por su país. Isabella, francamente, es lo mejor que esta administración hahecho. Es nuestro legado. Cuando todo el ruido y la furia política hayan pasado, esto eslo único que marcará la diferencia. -Pasó la carpeta de nuevo a Ford-. Ella es la ayudantedel director de Isabella. Treinta y cinco años, doctorada en física por Stanford, unateórica de cuerdas superior. Lo qué pasó entre tú y ella fue hace mucho tiempo. Laconocí. Brillante, por supuesto, profesional, todavía soltera, pero no creo que eso será un

     problema. Ella es un primer plato, un amigo, alguien con quien hablar, eso es todo.

    - Alguien de quien sacar información, quieres decir.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    14/245

      - El experimento científico más importante en la historia humana está en juego. -Tocóel expediente, y luego levantó los ojos a Ford-. ¿Y bien?

    Cuando Ford volvió la mirada, se dio cuenta de que la mano izquierda de Lockwoodnerviosamente acariciaba una piedra situada en el escritorio.

    Lockwood siguió su mirada y sonrió con timidez, como si le hubieran pillado- ¿Esto?

    Ford pudo ver una repentina mirada alerta en los ojos de Lockwood- ¿Qué es? - preguntó.- Mi piedra de la suerte.- ¿Puedo verla?Lockwood, de mala gana pasó la piedra a Ford. Le dio la vuelta para ver un pequeño

    fósil de trilobites incrustados a un lado.- Interesante. ¿Algún significado especial?Lockwood pareció vacilar-. Mi hermano gemelo lo encontró el verano que cumplimos

    nueve años, me lo dio. Ese fósil es lo que me inició en el camino a la ciencia. Él… seahogó un par de semanas más tarde.

    Ford pasó los dedos de la piedra, pulida por los años de manejo. Había encontrado el

    hombre interior, e, inesperadamente, le gustó.- Es realmente necesario que acepte esta misión, Wyman.Y yo también la necesito. Puso la piedra suavemente sobre el escritorio-. De acuerdo.

    Lo haré. Pero yo trabajo a mi propio estilo.- Justo. Pero no se olvide, ninguna acción por su cuenta.Lockwood se levantó y sacó un maletín de su escritorio, guardó en los expedientes, y

    cerró con llave-. Aquí usted encontrará un teléfono por satélite, ordenador portátil, paquete de orientación, cartera, dinero, y su asignación oficial de cobertura. Unhelicóptero le espera. El guardia de fuera de mi despecho lo acompañará. Su ropa yartículos diversos se le enviarán por separado. -Cerró el maletín y le dio un giro al dial-.La combinación es del séptimo al décimo factor de los dígitos del número Pi. -Sonrió porsu inteligencia.

    - ¿Qué pasa si no estamos de acuerdo en el significado de "ninguna acción por micuenta"?

    Lockwood empujó el maletín en el escritorio-. Recuerda, -dijo-, nunca le he conocido.

    3

    BOOKER CRAWLEY SE RECOSTÓ en su silla Gründlich de Presidente del Consejoy estudió los cinco hombres que se sentaban alrededor de la mesa de conferencias demadera de bubinga. En su larga y fructífera carrera en el lobby, Crawley había aprendidoque ciertamente se puede juzgar un libro por su cubierta, al menos la mayoría de lasveces. Miró al hombre frente a él con el absurdo nombre de Delbert Yazzie, fijándose ensus ojos llorosos y triste cara, además del traje pasado de moda, la hebilla del cinturóndeportivo era media libra de plata y turquesa, y las botas de cowboy a las que parecíanhaberle puesto suelas en varias ocasiones. Yazzie, en fin, parecía manejable. Era un

     paleto, un mestizo indio jugando a cowboy que de alguna manera se encontró comonuevo presidente electo de la llamada de la Nación Navajo. Empleo anterior: conserje de

    escuela. Crawley tendría que explicar a Yazzie que en Washington, las personas pidencita. No aparecen simplemente, sobre todo una mañana de domingo.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    15/245

      Los hombres sentados a la izquierda y derecha de Yazzie formaban el llamado ConsejoTribal. Uno parecía un auténtico Injun de carne y hueso, con una cinta de perlas en lacabeza, el pelo largo recogido en un moño, camisa de terciopelo indio con botones de

     plata, y un collar de turquesa. Dos llevaban trajes de JCPenney. El quinto hombre,sospechosamente blanco, lucía un traje de Armani a medida. Ese sería al que había que

    vigilar.- ¡Bueno! -dijo Crawley-. Estoy encantado de conocer al nuevo líder de la Nación Navajo. ¡No sabía que estaba en la ciudad! Felicidades por su elección, y para todosustedes, miembros del Consejo Tribal, ¡Bienvenidos!

    - Estamos muy contentos de estar aquí, Sr. Crawley -dijo Yazzie, con voz baja yneutral.

    - ¡Llámame Booker, por favor!Yazzie inclinó la cabeza, pero no se ofreció a ser llamado por su nombre propio.

     Bueno, no es de extrañar , pensó Crawley, con un nombre como Delbert .- ¿Puedo ofrecer una copa a alguien? ¿Café? ¿Té? ¿Pellegrino?Todo el mundo quiso café. Crawley presionó un timbre, dio la orden, y unos minutos

    más tarde, su hombre llegó empujando un carrito cargado con una cafetera de plata,crema, azucarero, tazas. Crawley observó con un estremecimiento mientras quecucharada tras cucharas de azúcar se derretían en el negro café de Yazzie, cinco en total.

    - Ha sido un placer para mí trabajar con la Nación Navajo -continuó Crawley-. ConIsabella casi en marcha, este es verdaderamente un momento de celebración para todosnosotros. Valoramos nuestra relación con el pueblo Navajo y esperamos trabajar conustedes durante mucho tiempo más.

    Se echó hacia atrás con una sonrisa amistosa y esperó.- La Nación Navajo le da las gracias a usted, Sr. Crawley.Asentimientos y murmullos de aprobación surgen alrededor de la mesa.- Estamos muy agradecidos por todo lo que ha hecho -continuó Yazzie-. La Nación

     Navajo siente una gran satisfacción poder hacer una contribución tan importante a laciencia americana.

    Hablaba de una manera lenta y deliberada, como si hubiera ensayado las palabras, yCrawley sintió un pequeño entumecimiento en sus tripas. Quizás quisieran recortar sushonorarios. Bueno, ellos eran bienvenidos a intentarlo, no tenían idea de con quienestaban tratando. Menuda pandilla de monos arena.

    - Ha hecho un excelente trabajo consiguiendo que Isabella fuera ubicado en nuestratierra y negociando unos términos justos con el gobierno -continuó Yazzie, con sus ojossoñolientos levantados hacia Crawley, pero de alguna manera, no del todo hacia él-. Hizolo que dijo que haría. Esto es algo en cierto modo nuevo en nuestra experiencia en el

    trato con Washington. Ha mantenido sus promesas.- ¿Era de esto de lo que trababa esta visita? Gracias, señor Presidente, es de lo másamable. Estoy encantado de oírlo. Sin duda, cumplimos nuestras promesas. Tengo quedecirles con toda franqueza que el proyecto incluía un montón de trabajo duro. Si se

     puede perdonar un poco de auto-felicitación, este fue uno de los proyectos de lobby másdesafiantes en los que he estado involucrado nunca. Pero lo logramos, ¿no? -afirmóCrawley.

    - Sí. Esperamos que la compensación que recibió fuera suficiente a cambio de sutrabajo.

    - De hecho, el proyecto fue mucho más caro al final de lo que habíamos anticipado.¡Mi contable ha estado de muy mal humor durante las últimas semanas! Pero no todos

    los días se puede ayudar a la ciencia estadounidense, mientras se genera empleo yoportunidades para la Nación Navajo.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    16/245

      - Lo que me lleva al tema de nuestra visita.Crawley sorbió de su taza-. Bien. Me encantará escucharlo.- Con el trabajo realizado e Isabella en marcha, ya no vemos la necesidad de continuar

    con sus servicios. Cuando nuestro contrato con Crawley y Stratham expire a finales deOctubre, no vamos a renovarlo.

    Yazzie habló tan claramente, con tan poca delicadeza, que le llevó un momento aCrawley absorber el golpe, pero mantuvo su sonrisa firme.- Bueno, ahora, -dijo- lamento mucho oír eso. ¿Se trata de algo que hicimos, o que no

     pudimos hacer?- No, es como dije, el proyecto terminado. ¿Que más puede hacer un lobby?Crawley respiró hondo y dejó la taza-. No le culpo por pensar así, después de todo,

    Window Rock es un largo camino hasta Washington. Se inclinó hacia adelante, bajandosu voz a un susurro-. Permítame decirle algo, señor Presidente. En esta ciudad, nada estánunca terminado. Isabella no está realmente en marcha todavía, y hay un viejo refrán dela calle K que dice, "Hay un pequeño resquicio entre la taza el labio". Nuestrosenemigos, sus enemigos, nunca han renunciado. Muchos en el Congreso todavía tienen

    ganas de acabar con el proyecto. Así es como funcionan las cosas en Washington, nunca perdonar, nunca olvidar. Mañana podrían introducir un proyecto de ley que recortar losfondos para Isabella. Podrían tratar de renegociar los pagos del arrendamiento. Necesitaun amigo en Washington, Sr. Yazzie. Y yo soy ese amigo. Yo soy el hombre que mantuvosus promesas. Si espera hasta que las malas noticias lleguen a Window Rock, serádemasiado tarde.

    Observó sus caras, pero no pudo leer ninguna reacción-. Recomendaríaencarecidamente renovar el contrato por al menos seis meses, como una forma deseguro.

    Este hombre, Yazzie, tan inescrutable como un maldito chino. Crawley deseaba haberseguido trabajando con el anterior presidente, un hombre al que le gustaban sus filetes

     poco hechos, sus martinis secos, y su mujer bien maquillada. Si no le hubieran pilladocon las manos en la masa en la hucha de la tribu.

    Yazzie finalmente habló-. Tenemos muchas necesidades urgentes, Sr. Crawley,escuelas, trabajos, clínicas de salud, instalaciones de esparcimiento para nuestros

     jóvenes. Sólo el seis por ciento de nuestras carreteras están pavimentadas.Crawley mantuvo su sonrisa, como si de fuera para una cámara. Hijos de puta

    desagradecidos. Iban a recibir sus seis millones al año desde ahora hasta el día del juiciofinal, y él sacaría nada de ello. Pero él no había mentido, esta tarea de presión había sidouna putada de viaje de principio a fin.

    - Si ese "resquicio entre la taza y el labio" ocurre -Yazzie continuó, a su modo lento,

    somnoliento-, volveríamos a reclamar sus servicios.- Sr. Yazzie, somos una firma dedicada al Lobby. Solo yo y mi socio. Aceptamos sólounos pocos clientes, y tenemos una larga lista de espera. Si se da de baja, el espacio seráutilizado de inmediato. Entonces, si algo sucede y usted necesita de nuestros serviciosotra vez, bueno…

    - Asumiremos ese riesgo - dijo Yazzie, con una sequedad que irritó a Crawley.- Yo sugeriría, de hecho le recomiendo encarecidamente continuar con el contrato por

    otros seis meses. Incluso podríamos discutirlo renovarlo a media tarifa. Eso les permitiría al menos mantener su asiento en la mesa.

    El líder tribal le miró fijamente-. Fueron bien compensados. Quince millones dedólares es mucho dinero. Al revisar sus horas facturables y gastos, algunas preguntas

    vienen a la mente. Pero eso no es motivo de preocupación para nosotros por el momento,han tenido éxito y les estamos agradecidos. Vamos a dejarlo así.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    17/245

      Yazzie se levantó, luego los demás.- ¡Seguro que se queda para el almuerzo, Sr. Yazzie! Yo invito, por supuesto. Hay un

    fabuloso restaurante francés nuevo justo al lado de la calle K, Le Zinc, dirigida por unantiguo compañero de fraternidad. Hacen un impresionante martini seco y filete auPoivre combinados. -Nunca había conocido a un indio que rechazara una bebida gratis.

    - Gracias, pero tenemos mucho que hacer aquí en Washington y no podemos perder eltiempo. -Yazzie extendió la mano.Crawley no podía creerlo. Se marchaban, así como así.Se levantó para despedirles con apretones de manos por todos lados. Cuando se

    fueron, se inclinó su mole contra la gran puerta de palo de rosa de su oficina. La rabiaardía en sus entrañas. Sin aviso, ni carta, ni llamada telefónica, ni siquiera una cita.Simplemente entraron, lo despidieron, y salieron, un auténtico "¡Que le den!" ¡Y habíaninsinuado que él les había engañado! Después de cuatro años y quince millones dedólares en trabajo del lobby, les había logrado la gallina de los huevos de oro, y ¿quehabían hecho ellos? Le arrancaron el cuero cabelludo y lo dejaron pasa los buitres. Asíno era cómo se hacían las cosas en la calle K. No señor. Te ocupabas de tus amigos.

    Se enderezó. Booker Hamlin Crawley nunca caía con el primer puñetazo. Iba a luchar,y una idea de cómo estaba empezando a formarse ya en su mente. Entró en su despacho,cerró la puerta, y sacó un teléfono del cajón del fondo de su escritorio. Es un teléfonofijo registrado a nombre de una vieja loca del hogar de ancianos a la vuelta de la esquina,

     pagado con una tarjeta de crédito que ni siquiera sabía que tenía. Raramente lo utilizaba.Pulsó el primer dígito, luego se detuvo, alcanzado por un consejo de su memoria, un

     breve destello de cómo y por qué había venido a Washington siendo un hombre joven,lleno de ideas y de esperanza. Una sensación de malestar se asentó en sus tripas. Peroinmediatamente la cólera reapareció. No se rendiría al único pecado mortal en elWashington: debilidad.

    Marcó en el resto del número-. ¿Puedo hablar con el reverendo Don T. Spates?La llamada de teléfono fue corta y dulce y el momento había sido perfecto. Pulsó el

     botón OFF, sintiendo una oleada de júbilo por su brillantez. Dentro de un mes, tendría aesos salvajes que montaban a pelo de nuevo en su oficina, rogando contratarle, al doble de su tarifa.

    Sus labios gomosos se contrajeron con anticipación y placer.

    4

    WYMAN FORD MIRÓ POR LA VENTANA del Cessna Citation, que volaba sobrelas montañas de Lukachukai con destino Mesa Roja. Era un impresionante accidentegeográfico, una isla con acantilados por paredes, cubierta con capas de piedra areniscaamarilla, roja, y chocolate. Mientras observaba, la luz del sol se filtraba por una aberturaentre las nubes y alcanzaba la mesa, iluminándola como fuego. Era como un mundo

     perdido.Cuando se acercaban, los detalles empezaron a resolverse por sí solos. Ford podría

    distinguir las pistas de aterrizaje que se cruzaban como dos tiritas negras, con unconjunto de hangares y un helipuerto. Tres enormes conjuntos de líneas de alta tensión,

    colgados de columnas de 30 metros, llegaban desde el norte y el oeste y convergían en el borde de la mesa, donde había una zona segura, protegida por una valla doble. A

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    18/245

    kilómetro y medio de distancia, un grupo de casas se levantaban en un valle de álamos, junto a campos verdes y un edificio del viejo puesto comercial de Nakai Rock. Unacarretera de asfalto nuevo atravesaba la mesa, de oeste a este.

    Los ojos de Ford descendieron hasta los acantilados. Cerca de cien metros más abajo,una enorme abertura cuadrada había sido excavada a un lado de la mesa, con una puerta

    de metal empotrada. Mientras el avión continuaba hasta el terraplén, pudo ver la únicacarretera que subía hasta la mesa, bordeando la ladera del acantilado, como una serpienteenrollada en el tronco de un árbol. El Dugway.

    La nariz del Cessna inició el cono de descenso. La superficie de Mesa Roja, se revelódesgarrado y dividido por cursos secos, valles y campos de roca.

    Una dispersión fina de enebros se alternaba con los esqueletos grises de piñones,restos de pastizales y arbustos y zonas de desprendimientos salpicadas por campos dedunas.

    El Cessna aterrizó en la pista y se deslizó hasta el cobertizo prefabricado de laterminal. Varios hangares estaban detrás, brillando con la luz. El piloto abrió la puerta.

    Ford, portando solo el maletín Lockwood, pisó el asfalto caliente. No había nadie allí para recibirlo.

    Con un gesto de despedida, el piloto volvió a montar, y en un momento el pequeñoavión estaba de vuelta en el aire, con un destello de aluminio brillando en el cieloturquesa.

    Ford vio desaparecer el avión, y luego se encaminó hacia la terminal.Un letrero de madera colgaba en la puerta, pintado a mano con letras al estilo del

    salvaje oeste.

    FUERASE DISPARARÁ A LOS INTRUSOS

    Y ESO QUIERE DECIR A TI, AMIGOG. HAZELIUS, MARSHAL

    Le dio un empujón con su dedo, escuchándolo crujir de ida y vuelta. Junto a él, en postes de metal hundidos en el concreto, una luminosa señal azul del gobierno,explicando, en el seco lenguaje burocrático, más o menos lo mismo. El viento soplaba através de la pista, arremolinando el polvo a lo largo del asfalto.

    Intentó abrir la puerta de la terminal. Bloqueada.Ford dio un paso atrás y miró a su alrededor, sintiendo como si hubiera caído en la

    secuencia de apertura de El bueno, el feo y el malo.El chirrido de al señal y el bramido del viento provocó un destello de la memoria, esemomento, cada día, cuando llegaba a casa después de la escuela, levantaba la llave de sucuello, abría la puerta de la casa familiar en Washington, y entraba solo en esa granmansión con eco. Su madre siempre estaba en alguna recepción o recaudación de fondos,su padre en viaje de negocios del gobierno.

    El rugido de un vehículo que se aproximaba lo devolvió al presente. Un Jeep Wranglersuperó una loma, desapareció detrás de la terminal, y reapareció derrapando por la pista.Con un chillido, el coche se inclinó en una curva, y se detuvo en seco delante de él. Unhombre saltó, amplia sonrisa en su rostro, la mano extendida en señal de saludo. Gregory

     North Hazelius. Se parecía a la fotografía del expediente, conectado a la red eléctrica.

    ¡Yá'át'ééh shi éí , Gregory! -dijo Hazelius, sujetando la mano de Ford.- "Yá'át'ééh" -respondió Ford-. No me digas que hablas Navajo.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    19/245

      - Sólo unas pocas palabras que aprendí de un antiguo alumno mío. Bienvenido.La breve revisión de Ford del archivo Hazelius le indicó que el hombre supuestamente

    hablaba doce idiomas, incluyendo el Parsi, dos dialectos de Chino, y el Swahili. No sehacía mención al Navajo.

    Desde su uno noventa, de forma rutinaria Ford tenía que mirar hacia abajo para

    encontrar los ojos de otros hombres. Esta vez, tenía que mirar hacia abajo más de lohabitual. Hazelius medía metro sesenta y siete, y llevaba un pantalón de sport elegante einformal en color caqui bien planchado, una camisa color crema de seda y un par democasines indios. Sus ojos eran tan azules, que parecían pedazos de vidrio de color acontraluz. Una nariz aguileña se unió a una frente alta y suave, cubierta por un pelocastaño ondulado, bien peinado. Un paquete pequeño llevando una energía descomunal.

    - No me esperaba el gran hombre.Hazelius se rió-. Todos hacemos una doble función. Soy chofer residente. Por favor,

    entra.Ford dobló su cuerpo en el asiento del pasajero, mientras que Hazelius se deslizó en el

    asiento del conductor con la gracia de un pájaro-. Mientras que Isabella no esté en

    marcha y funcionando, no quería gran cantidad de personal de apoyo rondando por aquí.Además, -Hazelius se volvió hacia él con una sonrisa brillante-, te quería conocer

     personalmente. Tú eres nuestro Jonás.- ¿Jonás?- Éramos doce. Ahora somos trece. Gracias a ti, tendremos que mandar a alguien a

    "caminar por la plancha". -Se echó a reír.- Eres muy supersticioso.Se echó a reír-. ¡Si tú supieras! Nunca voy a ninguna parte sin mi pata de conejo. -

    Sacó un apéndice amputado antiguo, inmundo, y casi sin pelo de su bolsillo-. Mi padreme lo dio cuando tenía seis años.

    - Encantador.Hazelius pisó el pie en el acelerador y el vehículo salió disparado hacia adelante,

    empujando a Ford de nuevo en el asiento. El Wrangler voló por la pista y giró en unanueva pista de asfalto que se habría paso entre enebros-. Es como un campamento deverano, Wyman. Nosotros hacemos todo nuestro trabajo, cocina, limpieza, conducción.Lo que sea. Tenemos un teórico de cuerdas que cocina solomillo a la parrilla, un

     psicólogo que nos ayudó a sentar una excelente bodega de vinos, y varios amigos máscon talentos múltiples.

    Ford agarró el volante del Jeep a muerte y giró en una esquina con un gemido degoma.

    - ¿Nervioso?

    - Despiértame cuando lleguemos.Hazelius se rió-. No puedo resistirme a estas calles desiertas, ni policías y líneas devisión de kilómetros. ¿Y tú, Wyman? ¿Cuáles son tus talentos especiales?

    - Soy un fregaplatos matador.- Excelente.- Sé cortar madera.- ¡Maravilloso!Hazelius conducía como loco, escogía una línea y lo llevaba a la velocidad máxima,

    despreocupándose completamente de las líneas centrarles. Lamento no haber estado allí para recogerte del avión. Estamos terminando una ronda con Isabella. ¿Te puedo dar unavuelta rápida?

    - Genial.El Jeep incrementó la velocidad. Fugazmente, el cuerpo de Ford se sentía ingrávido.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    20/245

      - Nakai Rock -dijo Hazelius, señalando a la torre de piedra de Ford había visto desdeel avión-. El antiguo puesto comercial del que tomó su nombre de esa roca. Llamamosnuestro pueblo Nakai Rock, también. Nakai, ¿qué significa? Siempre he querido saberlo.

    - Es la palabra mexicana para los Navajo.- Gracias. Estoy muy contento de que pudieras llegar en tan corto plazo. Hemos

    conseguido ponernos en el lado equivocado con la gente del lugar, por desgracia.Lockwood habla muy bien de ti.El camino bajaba dando vueltas hacia un valle, cubierto de álamos y rodeada de

    acantilados de arenisca roja. A lo largo de la parte exterior del camino había una docenao más de falsas casas de adobe colocadas artísticamente entre los álamos, con céspedcomo de postal y cercas pintadas. Un campo de juego esmeralda en el centro del caminoformaba un vibrante contraste contra los acantilados. En el otro extremo del valle, comoun juez, estaba el alto duende de roca.

    - Al final, vamos a construir habitaciones para un máximo de doscientas familias. Estova a ser todo un pequeño pueblo de científicos visitantes, sus familias y personal deapoyo.

    El Jeep pasó por delante de las casas, haciendo un giro amplio-. La cancha de tenis. -Hazelius hizo un gesto a la izquierda-. El establo, con tres caballos.

    Llegaron a una estructura pintoresca hecha de troncos unidos con adobe y a la sombrade enormes álamos-. El antiguo puesto comercial, convertido en salón comedor, cocina ysala de grabación. Mesa de billar, ping-pong, futbolín, cine, biblioteca, cantina.

    - ¿Qué hacía un puesto comercial aquí arriba?- Antes de que la empresa de carbón se trasladara, los Navajos subían ovejas en Mesa

    Roja. El puesto comercial cambiaba alimentos y suministros por alfombras que tejían delana. Las alfombras Nakai Rock son menos conocidas que las Two Grey Hills, pero igualde buenas, mejores incluso. Se volvió hacia Ford-. ¿Dónde hiciste tu investigación decampo?

    - Rama, Nuevo México. -Ford no agregó, fue sólo un verano y sólo soy licenciado.- Rama. ¿No fue allí donde el antropólogo Clyde Kluckhohn hizo la investigación para

    su famoso libro, Brujería Navajo?La profundidad del conocimiento de Hazelius sorprendió a Ford-. Así es.- ¿Hablas Navajo con fluidez? -preguntó Hazelius.- Sólo lo suficiente para no meterme en problemas. El Navajo es posiblemente la

    lengua más difícil del mundo.- Como tal, siempre me interesó, nos ayudó a ganar la Segunda Guerra Mundial.El Jeep se quejó al pararse delante de una casita, pequeña y arreglada, con un patio

    cercado que encerraba un trozo de césped artificial, junto con un patio, una mesa de

     picnic y barbacoa.- La residencia de Ford -dijo Hazelius.- Encantadora. -De hecho, era todo lo contrario. Parecía aplastantemente suburbana,

    de esa pequeña subdivisión hecho en imitación del estilo Pueblo renovado. Pero elescenario era magnífico.

    - La vivienda del Gobierno es lo mismo en todas partes -dijo Hazelius-. Pero loencontrarás cómodo.

    - ¿Dónde están todos?- Abajo en el bunker. Así es como llamamos el complejo subterráneo que alberga a

    Isabella. Por cierto, ¿dónde están tus maletas?- Llegan mañana.

    - Deben haber estado ansiosos por que llegaras aquí.- Ni siquiera me dieron tiempo para recoger mi cepillo de dientes.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    21/245

      Hazelius aceleró el Jeep y tomó la última curva del camino a velocidad de desgaste degomas. Luego se detuvo, cambió a cuatro por cuatro, y sacó al vehículo fuera del

     pavimento, por dos surcos irregulares a través de la maleza.- ¿Dónde vamos?- Ya lo verás.

    Giraban las ruedas sobre los surcos y se balanceaban sobre las rocas mientras el Jeepescalaba por el extraño Josué formado por enebros y piñones muertos. Se balancearondurante unos cuantos kilómetros. Una larga y empinada cuesta de arenisca roja se alzabadelante.

    El jeep se detuvo, y Hazelius saltó-. Es justo aquí.Con creciente curiosidad, Ford le siguió por la ladera hasta la cumbre del acantilado

    de peculiar arenisca. La parte superior tenía una gran sorpresa: se encontróinesperadamente al borde de Mesa Roja, los acantilados caían casi 60 metros. No habíanada que indicara que el borde de la mesa estaba justo ahí, y ninguna advertencia de unacantilado delante.

    - Bonito, ¿eh? -preguntó Hazelius.

    - Aterrador. Podrías conducir hasta el borde sin ni siquiera saberlo.- De hecho, hay una leyenda acerca de un vaquero Navajo, que persiguiendo ternero

    no marcado, se cayó por aquí. Dicen que su chindii, su fantasma, todavía pasea por el borde en oscuras noches de tormenta.

    La vista era impresionante. Una tierra antigua se extendía por debajo de ellos, las jorobas y pilares de roca de color de sangre, moldeados por el viento y esculpidos conformas extrañas. Más allá, se veían más mesas entre montañas más allá de montañas.Podría haber sido el borde mismo de la creación, cuando Dios por fin se había dado porvencido, en la desesperación de poner orden a un territorio ingobernable.

    - Esa gran mesa sola en la distancia -dijo Hazelius- es la Mesa de Nadie, tiene trecekilómetros de largo y dos de ancho. Dicen que hay un camino secreto a la cima queningún hombre blanco ha encontrado nunca. A la izquierda está la Mesa Piute. La MesaShonto s la que está en frente. Más atrás están los Cuellos de Ganso del río San Juan, laMesa Cedar, las Orejas de Oso, y las montañas de Manti-La Sal.

    Un par de cuervos remontó una corriente de aire, luego cayeron y se deslizaron denuevo en una profundidad sombría. Sus gritos hicieron eco de los cañones.

    - Mesa Roja es accesible por sólo dos puntos, la Dugway, detrás de nosotros, y unsendero que comienza a unos tres kilómetros por allí. Los Navajos lo llaman el Senderode la Medianoche. Finaliza en Blackhorse, que es ese pequeño asentamiento de ahíabajo.

    Cuando se daba la vuelta para marchar, Ford se dio cuenta de una serie de marcas en

    la cara de una enorme piedra que se había dividido por el plano de reposo.Hazelius siguió su mirada-. ¿Ves algo?Ford se acercó y puso su mano sobre la superficie irregular-. Gotas de agua fósil. Y…

    el rastro fosilizado de un insecto.- Bien, bien -dijo el científico, en voz baja-. Todos han subido hasta aquí para mirar el

     paisaje. Pero tú eres la primera persona que ha dado cuenta de eso, aparte de mí, porsupuesto. Las gotas de agua fósil de una lluvia que cayó en la era de los dinosaurios. Yentonces, después de la lluvia, un escarabajo caminando por la arena mojada. De algunamanera, contra todo pronóstico, este pequeño momento de la historia se fosilizó. -Hazelius lo tocó con reverencia-. Nada de lo que los seres humanos han hecho en estatierra, ninguna de nuestras grandes obras, ni la  Mona Lisa ni la catedral de Chartres ni

    siquiera las pirámides de Egipto, durará tanto tiempo como el rastro del escarabajo en laarena mojada.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    22/245

      Ford se conmovió extrañamente por el pensamiento.Hazelius trazó con su propio dedo a lo largo del camino errante del insecto, y luego se

    enderezó-. ¡Bueno! -dijo, agarrando el hombro de Ford y dándole una sacudidaafectuosa-. Puedo ver que tú y yo vamos a ser amigos.

    Ford recordó la advertencia de Lockwood.

    Hazelius se volvió hacia el sur, señalando al otro lado de la cima de la mesa-. En elPaleozoico, todo esto era un inmenso pantano. Nos dio algunas de las vetas de de carbónmás gruesas de lo Estados Unidos. Fueron extraídas en los años cincuenta. Los antiguostúneles eran perfectos para la adaptación de Isabella.

    El sol iluminó el rostro casi sin arrugas Hazelius cuando se volvió sonriente haciaFord-. No podríamos haber encontrado un lugar mejor, Wyman, aislado, tranquilo,deshabitado. Pero para mí lo más importante era la belleza de este paisaje, porque la

     belleza y el misterio ocupan un lugar central en la física. Como dijo Einstein, "La cosamás bella que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de toda verdaderaciencia".

    Ford vio el sol morir lentamente en los profundos cañones hacia el oeste, como oro

    fundiéndose en cobre.Hazelius, dijo- ¿Listo para ir bajo el suelo?

    5

    EL JEEP SE ESFORZABA POR VOLVER A LA CARRETERA. Ford agarró alasidero del techo, tratando de parecer relajado mientras Hazelius acelerada fuerte más

    allá de la pista de aterrizaje, alcanzando los ciento veinte en la recta carretera.- ¿Ves algún poli? -Hazelius preguntó con una sonrisa.Un kilómetro más allá, el camino estaba bloqueado por dos puertas en un doble

    conjunto de vallas metálicas con alambre de espino, que rodeaban todo el borde de lamesa. Frenó en el último minuto, las ruedas chillando.

    - Todo lo que hay dentro es la zona de seguridad -dijo Hazelius. Marcó un código enun teclado en un poste. Una sirena graznó y la puerta se deslizó hasta quedar abierta.Hazelius condujo dentro y estacionó el Jeep al lado de una fila de otros coches-. Elelevador -dijo, señalando a una torre alta colgada al borde de los acantilados, adornadacon antenas y parabólicas. Se acercó a ella, y Hazelius deslizó una tarjeta a través de unaranura al lado de la puerta de metal, y luego puso su mano en un lector de palma.Después de un momento una voz femenina ronca dijo-: Por la tarde, azúcar. ¿Quién es elgato que va contigo?

    - Este es Wyman Ford.- Dame algo de pie, Wyman.Hazelius sonrió-. Lo que quiere decir es, pon tu palma en el lector.Ford puso su mano sobre el vidrio caliente. Una barra de luz se movió de arriba a

    abajo.- Espera mientras lo compruebo con el tío.Hazelius sonrió-. ¿Te gusta nuestro pequeño interfaz de seguridad?- Es diferente.

    - Eso es Isabella. La mayoría de las voces de ordenador son de la variedad de HAL,demasiado pan blanco pan para mi gusto. -Imitó una etapa de voz blanca entrenada-: Por

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    23/245

     favor, escuche cuidadosamente, ya que nuestros elementos del menú han cambiado.Isabella, por el contrario, tiene una voz real. Nuestro ingeniero, Ken Dolby, la programó.Creo que hizo que un cantante de rap le prestara su voz.

    - ¿Quién es la auténtica Isabella?- No lo sé. Ken es bastante misterioso en ese punto.

    La voz se desplegó como miel-. El tío dice que mola. Ahora estás en el sistema, asíque no metas tu culo en problemas.Las puertas de metal se abrieron, mostrando una jaula de ascensor que bajaba por la

    ladera de la montaña. Una pequeña ventana de ojo de buey mostraba las vistas a medidaque descendían. Cuando el ascensor se detuvo, Isabella les advirtió que tuvieran cuidado.

    Se quedaron en una amplia plataforma al aire libre excavada en una de las laderas delacantilado en frente de la enorme puerta de titanio que Ford había visto desde el aire.Parecía tener seis metros de ancho y al menos doce metros de altura.

    - Esta es la zona de espera. Otra bonita vista, ¿eh?- Deberías construir adosados.- Esta era la entrada a la gran veta de carbón de Wepo. Se llevaron cincuenta millones

    de toneladas de carbón solo de esta veta, y dejaron atrás enormes cavernas. Unaconfiguración perfecta para nosotros. Era fundamental que Isabella estuviera

     profundamente bajo el suelo, para proteger a la gente de la radiación cuando Isabella estáfuncionando a alta potencia.

    Hazelius se acercó al portal de titanio, que penetraba en el acantilado-. Llamamos aesta fortaleza, el Bunker.

    - Necesito tu número, azúcar -dijo Isabella.Hazelius tecleó una serie de números en un pequeño teclado.Un momento después, la voz dijo-: ¡Vamos, chicos! La puerta comenzó a levantarse.- ¿Por qué una seguridad tan alta seguridad? -Preguntó Ford.- Tenemos una inversión de cuarenta mil millones de dólares que proteger. Y gran

     parte de nuestro hardware y software está clasificado.La puerta se abrió a una enorme caverna llena de eco excavada en la piedra. Olía a

     polvo y humo, con un toque humedad que a Ford le recordó la bodega de su abuela.Estaba fresco y agradable después del calor del desierto. La puerta bajó ruidosamente, yFord parpadeó para adaptarse a la iluminación de sodio. La caverna era enorme, quizásde doscientos metros de profundidad y quince de alto. Justo delante, en el otro extremode la caverna, Ford pudo ver una puerta ovalada, que se abrió en el costado de un túnellleno de tubos de acero inoxidable, tuberías y haces de cables. Una niebla decondensación salió de la puerta, fluyendo sobre el terreno en pequeños ríos que sedesvanecieron. A la izquierda un muro de bloques de hormigón se había construido a

    través de otra abertura en la roca, con una puerta de acero en la misma. La puerta estabamarcada EL PUENTE. Por el otro lado de la caverna había un montón de cajones deacero, vigas en I, y otros materiales de construcción sobrantes, junto con el equipo

     pesado y media docena de carritos de golf.Hazelius le tomó del brazo-. Más adelante está la abertura ovalada de la propia

    Isabella. Esa la niebla es la condensación de los imanes superconductores. Tienen que serenfriados con helio líquido cerca del cero absoluto para mantener la superconductividad.Ese túnel da la vuelta a la mesa, formación un toro de ocho kilómetros de diámetro, porel que circulan los dos haces de partículas. La flota de carros de golf eléctricos de allí es

     para el transporte. Ahora vamos a conocer a la banda.Mientras caminaban a través de la caverna, sus pisadas hacían eco, como en una

    catedral vacía, Ford preguntó, con aire casual-, ¿Cómo van las cosas?- Hay problemas -dijo Hazelius-. Una maldita cosa tras otra.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    24/245

      - ¿Como qué?- Software, esta vez.Se acercaron a la puerta marcada como El Puente. Hazelius la abrió para Ford,

    descubriendo un corredor de bloques de concreto pintado de verde lima e iluminado contiras fluorescentes en el techo.

    - Segunda puerta a la derecha. Aquí, déjame que te abra.Ford la atravesó hacia una sala circular, brillantemente iluminada. Enormes pantallas planas de ordenador cubrían las paredes, dando a la sala la apariencia del puente de unanave espacial, con ventanas mirando al espacio profundo. Las pantallas no estabaoperativas, y un protector de pantalla de una nave estelar se ejecutaba simultáneamenteen ella, completando la ilusión de una nave espacial atravesando un campo de estrellas.Debajo de la pantalla había enormes bancos de paneles de control, consolas, y estacionesde trabajo. La habitación tenía una zona hundida en el centro, con una retro-futurista sillagiratoria en el centro.

    La mayoría de los científicos habían hecho un alto en su trabajo para mirar a Ford concuriosidad. Le llamó la atención su aspecto demacrado, sus pálidos rostros, de criaturas

    de cueva y la ropa arrugada. Se veían peor que un grupo de estudiantes de postgrado alfinal de los exámenes finales. Sus ojos instintivamente buscaron a Kate Mercer, y luegoinmediatamente se reprendió a sí mismo por su interés.

    - ¿Te resulta familiar? -preguntó Hazelius, con un brillo divertido en sus ojos.Ford miró a su alrededor, sorprendido. Ciertamente le parecía familiar, y de pronto se

    dio cuenta de porqué.- Para ir a donde ningún hombre ha ido antes -dijo.Hazelius se echó a reír-. ¡Tienes razón! Es una réplica del puente de la nave original

    Enterprise de Star Trek . Resulta que es un diseño excelente para una sala de control delacelerador de partículas.

    La ilusión de que este era el puente del USS Enterprise estaba parcialmente estropeada por un bidón de basura llena de latas de refrescos y cajas de pizza congelada. Papeles yenvoltorios de caramelos desparramados por el suelo, y una botella sin abrir de VeuveClicquot tumbada contra una de las paredes de la pared curva.

    - Lamento el desorden, estamos realizando una ronda. Sólo está aquí la mitad delequipo, puedes conocer al resto en la cena. -Se volvió hacia el grupo-. Damas ycaballeros, permítanme presentarles al nuevo miembro de nuestro equipo, Wyman Ford.Es el antropólogo que solicité para que actuara como enlace con las comunidadeslocales.

    Meneos de cabeza, murmullos de saludo, una sonrisa fugaz o dos, él era poco más queuna distracción. Lo cual le venía estupendamente.

    - Daré una vuelta por la sala y me presentaré a todos brevemente. Podemosconocernos mejor en la cena.El grupo esperó cansinamente.- Este es Tony Wardlaw, nuestro oficial de inteligencia. Está aquí para mantenernos

    fuera de problemas.Un hombre tan sólido como un bloque de carnicero dio un paso adelante-. Un placer

    conocerle, señor. -Tenía un corte de pelo a lo marine, postura militar, expresión de nada-de-tonterías, y la cara gris de agotamiento. Como Ford espera, el apretón del hombretrató de aplastar su mano. Él le devolvió el apretón.

    - Este es George Innes, el psicólogo del equipo. Dirige sesiones semanales de charla ynos ayuda a mantenernos cuerdos. No sé dónde estaríamos sin su presencia

    tranquilizadora.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    25/245

      Intercambios de miradas y caídas de ojos le dijeron a Ford en los otros opinaban queestarían mejor sin Innes. El apretón de Innes fue frío y profesional, sólo la presión yduración correctas. Parecía estar fuera de lugar, con su bien planchado pantalón caqui,LL Bean, y una camisa a cuadros. Afeitado, bien peinado, parecía del tipo que cree quetodo el mundo, menos él, tiene problemas.

    - Me alegro de conocerte, Wyman -dijo, mirándole por encima del borde de sus gafasde carey-. Imagino que debe sentirse un poco como un nuevo estudiante entrando en laescuela a mitad del semestre.

    - Así es.- Estoy aquí, si alguna vez siente la necesidad de hablar.- Gracias.Hazelius le llevó hacia adelante hasta lo que quedaba de un hombre joven, cerca de los

    treinta, delgado como un riel, con largos cabellos rubios grasientos-. Este es PeterVolkonsky, nuestro ingeniero de software. Peter viene de Ekaterimburgo, Rusia.

    A regañadientes Volkonsky se separó de la consola sobre la que estaba inclinado. Susinquietos ojos maníacos se pasearon sobre Ford. No le ofreció su mano, sólo asintió con

    la cabeza distraída, con un lacónico "Hola".- Me alegro de conocerte, Peter.Volkonsky volvió de nuevo a su teclado y reanudó su tecleo. Sus hombros delgados

    asomaban como los de un niño bajo su harapienta camiseta.- Y este es Ken Dolby, nuestro ingeniero jefe y el diseñador de Isabella. Algún día

    habrá una estatua suya en el Smithsonian.Dolby se acercó, grande, alto, agradable, afro-americano, quizás treinta y nueve, con

    el aire de un surfista de California. Ford le gustó de inmediato, un tipo de los de sin-tonterías. Él también parecía desgastado, con los ojos inyectados de sangre. Extendió sumano. - Bienvenido -dijo-. Espero que no te importe si no estamos en nuestro mejormomento. Algunos de nosotros llevamos levantados treinta y seis horas.

    Se siguió adelante-. Y este es Alan Edelstein -Hazelius continuó-, nuestro matemático.Un hombre en el que Ford apenas se había fijado, sentado lejos de los otros, levantó

    los ojos del libro que estaba leyendo El despertar de Finnegan, de Joyce. Levantó undedo a modo de saludo, sus ojos penetrantes fijos en Ford. Su arco superciliar sugeríaque estaba enfrentado con el mundo.

    - ¿Qué tal el libro? -Preguntó Ford.- Un auténtico pasa páginas.- Alan es un hombre de pocas palabras -dijo Hazelius-. Pero habla el lenguaje de las

    matemáticas con gran elocuencia. Por no hablar de sus poderes como encantador deserpientes.

    Edelstein aceptó el cumplido con una inclinación de cabeza.- ¿Encantador de serpientes?- Alan tiene un hobby bastante controvertido.- Tiene serpientes como mascotas -dijo Innes-. Tienes cosas en común con ellos,

     parece. -Lo dijo en broma, pero a Ford le pareció detectar una inflexión en su voz.Sin levantar la vista de su libro, Edelstein, dijo-: Las serpientes son interesantes y

    útiles. Comen ratas. De las que tenemos unas cuentas por aquí. -Echó una miradaseñalando a Innes.

    - Alan nos hace un doble servicio -dijo Hazelius-. Las trampas Havahart que verás enel búnker y dispersas por la instalación, nos mantienen libres de roedores, y dehantavirus. Se les da de comer a sus serpientes.

    - ¿Cómo se coge una serpiente de cascabel? -Preguntó Ford.

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    26/245

      - Con cuidado -respondió por Innes Edelstein, con una risa tensa, subiéndose las gafas por la nariz.

    Una vez más, los ojos oscuros Edelstein se encontraron con Ford. - Si ves una,házmelo saber y te lo enseñaré.

    - No puedo esperar.

    - Excelente -dijo Hazelius apresuradamente-. Ahora voy a presentarte a Rae Chen,nuestra ingeniera informática.Una mujer asiática que parecía lo suficientemente joven como para que la tuvieran que

    cepillar el pelo saltó de su asiento y sacó la mano, su largo cabello negro hasta la cinturase balanceó. Estaba vestida como una típica estudiante de Berkeley, con una camisetagrumosa con un signo de paz delante y pantalones remendados con piezas de una

     bandera británica.- Hey, un placer conocerte, Wyman. Una inteligencia poco común acechaba en sus

    ojos negro, y algo que se parecía a la cautela. O tal vez fue sólo que, como los demás, parecía agotada.

    - El placer es mío.

    - Bueno, de vuelta al trabajo -dijo con el brillo artificial, asintiendo con la cabeza en suordenador.

    - Ya casi estamos -dijo Hazelius-. ¿Pero dónde está Kate? Creía que estaba haciendocálculos de radiación de Hawking.

    - Se marchó pronto -dijo Innes-. Dijo que quería empezar a cenar.Hazelius hizo girar su silla, y le dio una palmada cariñosa-. Cuando Isabella está en

    marcha, miramos el momento mismo de la creación. -Se echó a reír-. Me estremezcosentado en mi silla del capitán Kirk, observando como llegamos donde ningún hombreha llegado antes.

    Ford le vio instalarse en su silla, golpeando los pies con una sonrisa, y él pensó, es elúnico en esta sala que no parece muy preocupado.

    6

    DOMINGO POR LA NOCHE, el reverendo Don T. Spates encajado en la silla demaquillaje para no arrugar su pantalón y la camisa de algodón hecho a mano italiana.Una vez dentro, se ajustó su gran culo, moviéndose de lado a lado con una serie dechirridos y crujidos en el cuero. Con cuidado, echó atrás la cabeza contra elreposacabezas. Wanda se hizo a un lado, con la bata de peluquería.

    - Déjame bien, Wanda -dijo, cerrando los ojos-. Este es un domingo grande. Undomingo realmente grande.

    - Va a quedar genial, reverendo -dijo Wanda, extendiendo la bata sobre él, y metiendoen su cuello. Luego, con un suave tintineo de las botellas, peines y cepillos, se puso atrabajar, prestando especial atención a los puntos amarillos del reverendo y los grupos devenas varicosas en sus mejillas y la nariz. Ella era buena en lo que hacía y lo sabía.Independientemente de lo que los otros podrían decir, ella creía que el reverendo era unhombre apuesto.

    Sus manos largas y blancas trabajaban con economía de experta, rápida y precisa, pero

    los oídos del reverendo siempre eran un desafío. Se separaban de la cabeza un pocodemasiado, y eran más ligeras y más rojas que la piel adyacente. A veces, mientras

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    27/245

    caminaba por el escenario, la iluminación alcanzaba las orejas, convirtiéndolas en lasvidrieras de color rosa. Para llevarlas a su valor tonal adecuado, las cubrió con una basede maquillaje pesado tres tonos más oscuros que la cara, y terminó con un polvo de caraque las hizo prácticamente opacas.

    Mientras lo alisaba, peinaba, cepillaba, y secaba, comprobaba su trabajo en un monitor

    de vídeo de color equilibrado, que mostraba la señal de una cámara que enfocaba alreverendo. Era indispensable ver a su obra tal y como aparecería en la pantalla, algo que parecía perfecto a la vista se veían como dos horribles tonos en el monitor. Ella trabajabade esta forma dos veces por semana, para su sermón televisado el domingo, y por su talkshow el viernes en el servicio de cable cristiano.

    Sí, el reverendo era un buen hombre.

    El reverendo Don T. Spates se sentía reconfortado y mimado por sus cuidados profesionales. Había sido un mal año. Sus enemigos iban a por él, retorciendo cada palabra, atacando sin piedad. Cada sermón parecía generar la denigración de la izquierdaatea. Fue un momento triste cuando un hombre de Dios fue atacado por decir la verdad

    simple. Por supuesto, habría sido un desafortunado incidente el del motel con las dos prostitutas. Los mentirosos impíos habían tenido un día de fiesta con eso. Pero la carnees débil, como la Biblia lo confirma en varias ocasiones. A los ojos de Jesús, todossomos empedernidos pecadores sin esperanza. Spates había pedido y recibido el perdónde Dios. Sin embargo, el malvado e hipócrita mundo personaba lentamente, comomucho.

    - La hora de los dientes, reverendo.Spates abrió su boca y sintió que sus manos expertas la aplicación del marfil líquido

    dental. Con las brillantes luces de la cámara, haría que sus dientes brillaran como perlas blancas a las puertas del cielo.

    Después de eso trabajó en su cabello, cuidadosamente protegido con un casco dealambre anaranjado hasta que fuera el momento. Le echó un chorrito indirecto de laca

     para el cabello y un poquito de tono del color hasta un jengibre más respetable.- Sus manos, reverendo.Spates sacó sus manos pecosas de debajo de la bata y las puso en una bandeja de la

    manicura. Ella trabajó con ellas, aplicando una base de maquillaje diseñada paraminimizar las arrugas y las variaciones de color. Sus manos tenían que adaptarse a lacara. De hecho, Spates era particularmente insistente en que sus manos fueran perfectas.Eran una extensión de su voz. Parches de maquillaje podrían arruinar el impacto de sumensaje, o una cámara que se acercara a sus manos y mostrara fallos invisibles a simplevista.

    Las manos le llevaron quince minutos. Sacó la suciedad bajo las uñas, aplicó esmaltede uñas claro, reparó muescas, limó las uñas, limpió y cortó el exceso de piel, y,finalmente, las cubrió con un tono adecuado de base de maquillaje.

    Un último control en el monitor de televisión, un pequeño retoque, y Wanda dio un paso atrás.

    - Todo listo, reverendo. -Y volvió el monitor hacia él.Spates se examinó a sí mismo en el monitor, cara, ojos, orejas, labios, dientes, manos.- ¿Y esa mancha en mi cuello, Wanda? Has pasado por alto ese punto, otra vez.Un golpe rápido de la esponja, un retoque con el pincel, y desapareció. Spates gruñó

    de satisfacción.Wanda retiró las protecciones y se echó atrás. Desde un lado, el ayudante de Spates,

    Carlos, se apresuró con la chaqueta del reverendo. Spates se levantó de la silla y extendiósus brazos, mientras Carlos deslizaba la chaqueta, tiraba y alisaba el paño, y le daba un

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    28/245

    rápido cepillado, le ajustaba los hombros, estiraba y metía el cuello, y le ajustaba lacorbata.

    - ¿Qué tal los zapatos, Charles?Charles le dio a los zapatos un par de pasadas con un paño.- ¿Tiempo?

    - Seis minutos para las ocho, reverendo.Hacía años, Spates había tenido la idea de programar su sermón del domingo para elhorario estelar de la noche, para evitar la aglomeración de la mañana de tele evangelistas.Él lo llamó el Prime Time de Dios. Todo el mundo había pronosticado que fracasaría, alir en contra de algunos de los programas más fuertes de la programación semanal. Encambio, había demostrado ser un golpe de genio.

    Spates salió de la habitación hacia los bastidores del escenario, y Charles lo siguió. Alacercarse, podía oír el rumor y el murmullo de los fieles, miles de ellos, tomando susasiento en la Catedral de Plata desde donde transmitía el Prime Time de Dios durante doshoras cada domingo.

    - Tres minutos -murmuró Carlos a su oído.

    Spates inhaló el aire a la sombra de los bastidores. La multitud se callaba cuando loscarteles de audiencia cruzaron por las pantallas anunciando que se acercaba ka hora.

    Él sentía la gloria de Dios dar energía su cuerpo con el Espíritu Santo. Le encantabaese momento justo antes del sermón, era como ninguna otra cosa en este mundo, un

     pulso de fuego ardiente, triunfo y alegría anticipada.- ¿Cómo está la audiencia? -le susurró a Carlos.- Cerca del sesenta por ciento.Un frío cuchillo le apuñaló en la alegría de su corazón. El sesenta por ciento, la

    semana pasada que habían sido el setenta. Hacía sólo seis meses la gente había estadohaciendo cola para las entradas, domingo tras domingo, y tenían que dar la vuelta. Perodesde el incidente del motel, las donaciones en directo se redujeron a la mitad y losíndices de audiencia había caído un cuarenta por ciento. Los hijos de puta del servicio decable cristiano estaban a punto de cancelar su talk showMesa Redonda de América. ElPrime Time de Dios se dirigía hacia la noche más oscura desde que él la había creadotras una vacante de JCPenney treinta años antes. Si no recibía una inyección de efectivo

     pronto, se vería obligado a dejar de pagar los bonos de "Dueño de un pedazo de Jesús"que había vendido en directo a cientos de miles de feligreses para financiar laconstrucción de la Catedral de Plata.

    Sus pensamientos se dirigieron de nuevo a la reunión con el lobby de Booker Crawleyese mismo día. ¿No era señal de la gracia de Dios que la propuesta de Crawley hubierallegado de esta forma? Bien manejada, esto podría ser el tema que había estado buscando

     para rejuvenecer el ministerio y movilizar el apoyo financiero. El debate sobre evolucióny creacionismo era sombrero viejo, y se hacía difícil ganar tracción con él, sobre contanta competencia de otros tele evangelistas. La cuestión de Crawley, por otra parte,estaba fresca, era nueva, y estaba listo para el desplume.

    Que le condenaran si no iba a recoger esa fruta, ahora.- Es el momento, el reverendo -se oyó la voz baja de Carlos por detrás.Las luces se encendieron y un murmullo salió de la multitud cuando el reverendo

    Spates se acercó al escenario, con la cabeza inclinada, las manos levantadas yentrelazadas, aplaudiendo rítmicamente.

    ¡El Prime Time de Dios!  -gritó con su voz de bajo ricamente timbrada, llena devibratos-. ¡El Prime Time de Dios! ¡El Prime Time por la Gloria de Dios de está noche!  

    -En el centro del escenario, se detuvo bruscamente, levantó la cabeza, y estiró sus brazos

  • 8/19/2019 Blasfemia - Douglas Preston

    29/245

    hacia fuera para el público, como les bendijera. Las yemas de los dedos le temblaban.Sus palabras arropaban a la audiencia-.

    ¡Os saludo a todos en el precioso nombre de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo!Otro rumor se levantó de la enorme Catedral de Plata. Levantó las manos arriba, las

     palmas hacia arriba, y el rugido continuó sostenida con la ayuda de los apuntadores. Bajó

    los brazos, y el silencio cayó una vez más, como las secuelas de un trueno.Bajó la cabeza en oración, y luego dijo con una voz suave y humilde-: Donde dos otres se reúnan en mi nombre, allí estoy yo.

    Levantó la cabeza lentamente, manteniendo su perfil a la audiencia, y habló en su tonomás rico, le