Boletin 45 SEGURPRI

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Boletin SEGURPRI nº45. Nueva Ley de Seguridad Privada 5/2014 y resto de normativas viegentes. Informes UCSP

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    UNIDAD CENTRAL DE SEGURIDAD PRIVADA

    El Fnix, es un ave mitolgica del tamao de un guila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave fabulosa que se consu-ma por accin del fuego cada 500 aos, para luego resurgir de sus cenizas. Segn la leyenda cristianizada, se dice que en el Edn originario, debajo del rbol del Bien y del Mal, floreci un arbusto de rosas. All, junto a la primera rosa, naci un pjaro, de bello plumaje y un canto incomparable, y cuyos principios le convirtieron en el nico ser que no quiso probar las frutas del rbol. Cuando Adn y Eva fueron expulsados del Paraso, cay sobre el nido una chispa de la espada de fuego de un Querubn, y el pjaro ardi al instante. Pero, de las propias llamas, surgi una nueva ave, el Fnix, con un plumaje iniguala-ble, alas de color escarlata y cuerpo dorado. Algunas fbulas lo sitan posteriormente en Ara-bia, donde habitaba cerca de un pozo de aguas frescas y se baaba todos los das entonan-do una meloda tan bella, que haca que el Dios Sol detuviera su carro para escucharle. La inmortalidad, fue el premio a su fidelidad al precepto divino, junto a otras cualidades como el conocimiento, la capacidad curativa de sus lgrimas, o su increble fuerza. A lo largo sus mltiples vidas, su misin es transmitir el saber que atesora desde su origen al pie del rbol del Bien y del Mal, y servir de inspiracin en sus trabajos a los buscadores del conoci-miento, tanto artistas como cientficos. Bajo esta ltima consideracin la Ley 23/1992, de Seguridad privada, se ha consumi-do, este 5 de junio, renaciendo en la forma de Ley 5/2014, con ms fuerza, con ms bro, con ms inquietudes, con ms deseos, pero sin olvidar aquello que aprendi durante los 22 aos de vuelo en los cielos de la seguridad privada espaola.

    EL AVE FNIX

    SEGURPRI Boletn Informativo N 45 Julio 2014

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    SUMARIO

    - EL AVE FNIX ........................................................................................................................... 1 - Sumario ......................................................................................... ......................... ................. 2 - Inspecciones del personal de seguridad privada ..................... ......................... ................. 3 - Comunicacin de alarmas a Polica Local ................................ ......................... ................. 5 - Personal de CRAs y Centros de Control .................................. ......................... ................. 7 - La inactividad del personal de seguridad privada en la Ley 5/2014 ................. ................. 8 - Control de paquetera por escner de Rayos X ......................... ......................... ............... 11 - Agentes cvicos y figuras similares .......................................... ......................... ............... 13 - Uso de dispositivos localizadores GPS por detectives privados ...................... ............... 17 - Determinacin de qu ley debe aplicarse en el tiempo ...................................................... 22 - Sentencia judicial del T.C. ..................................................................................................... 24 - Comisin Nacional de Seguridad Privada 2014 .................................................................. 31 - Jornadas de Seguridad Privada en Cuenca ........................................................................ 32 - Jornadas de Seguridad Privada en Len ................................... ......................... ............... 32 - Jornadas de Seguridad Privada en Valencia ............................ ......................... ............... 33 - Jornadas de Seguridad Privada en Bilbao ................................ ......................... ............... 33 - Premio TITANES DE LAS FINANZAS 2014........................................................................ 34 - Actos con presencia de la UCSP .......................................................................................... 34 - Da de la Seguridad Privada 2014 ......................................................................................... 36 - Memorial a los Policas fallecidos en actos de servicio .................................................... 40

    Edita: UNIDAD CENTRAL DE SEGURIDAD PRIVADA (Seccin de Coordinacin) C/ Rey Francisco, 21- 28008 MADRID Telfono: 91 322 39 19 E-mail: [email protected] Se autoriza la reproduccin, total o parcial, del contenido, citando textualmente la fuente.

    REFERENCIAS NORMATIVAS

    Se g ur i d ad P r i v ad a Boletn N 45 Julio 2014

    LEY DE SEGURIDAD PRIVADA: LEY 5/2014, DE 4 DE ABRIL, DE SEGURIDAD PRIVADA (BOE nm. 83, de 5 de abril).

    REGLAMENTO DE SEGURIDAD PRIVADA: REAL DECRETO 2364/1994 DE 9 DE DICIEMBRE, que aprueba el Reglamento de Seguridad Privada (BOE nm. 8 de 10 de enero de 1995). Correccin de errores, (BOE nm. 20 de 24 de Enero de 1995.) Modificado por:

    REAL DECRETO 938/1997, DE 20 DE JUNIO (BOE nm. 148, de 21 de junio). REAL DECRETO 1123/2001, DE 19 DE OCTUBRE (BOE nm. 281, de 23 de noviembre). REAL DECRETO 277/2005, DE 11 DE MARZO (BOE nm. 61 de 12 de marzo). SENTENCIA DE 30 DE ENERO DE 2007, DE LA SALA TERCERA DEL TRIBUNAL SUPREMO (BOE nm. 55, de 5 de

    marzo). REAL DECRETO 4/2008, DE 11 DE ENERO (BOE nm. 11, de 12 de enero). SENTENCIA DE 15 DE ENERO DE 2009, DE LA SALA TERCERA DEL TRIBUNAL SUPREMO (BOE nm. 52, de 2 de

    marzo). REAL DECRETO 1628/2009, DE 30 DE OCTUBRE (BOE nm. 263, de 31 octubre).

    Orden INT/314/2011, de 1 de febrero, sobre empresas de seguridad privada. (BOE 42 de 18.02.2011), Correccin de errores (BOE nm. 61 de 12.03.2011). Modificado por: Orden INT/1504/2013 de 30 de Julio (BOE 148 de 07.08.2013) Orden INT/315/2011, de 1 de febrero, por la que se regulan las Comisiones Mixtas de Coordinacin de la Seguridad Privada. (BOE 42 de 18.02.2011). Correccin de errores (BOE nm. 61 de 12.03.2011). Orden INT/316/2011, de 1 de febrero, sobre funcionamiento de los sistemas de alarma en el mbito de la seguridad privada. (BOE 42 de 18.02.2011) Modificado por: Orden INT/1504/2013 de 30 de Julio (BOE 148 de 07.08.2013) Orden INT/317/2011, de 1 de febrero, sobre medidas de seguridad privada. (BOE 42 de 18.02.2011) Modificado por: Orden INT/1504/2013 de 30 de Julio (BOE 148 de 07.08.2013) Orden INT/318/2011, de 1 de febrero, sobre personal de seguridad privada. (BOE 42 de 18.02.2011). Correccin de errores (BOE nm. 61 de 12.03.2011). Modificado por: Orden INT/2850/2011 (BOE nm. 255 de 22.10.2011) Orden INT/704/2013, de 10 de abril, por la que se establece el Da de la Seguridad Privada. (BOE 103 de 30.4.2013).

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    CONSIDERACIONES Las funciones de los Jefes de Seguri-dad y los Directores de Seguridad vienen establecidas en el artculo 95.1 y 2 del Re-glamento de Seguridad Privada, que en su apartado b) dice que les corresponde: La organizacin, direccin e inspeccin del personal y servicios de seguridad privada. El artculo 99 del citado Reglamento dispone que dicha funcin puede ser delega-da, lo que requerir la aprobacin de las em-presas y habr de recaer, donde no hubiere Jefe de Seguridad Delegado, en persona del servicio o Departamento de Seguridad que rena anlogas condiciones de experiencia y capacidad. El alcance de la delegacin, as como la persona en la que recae debern ser comunicados a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, as como cualquier variacin o en su caso, la revocacin de la delegacin. El contenido de este artculo se en-cuentra desarrollado en el artculo 18 de la Orden INT/318/2011, de 1 de febrero, sobre personal de seguridad privada, que entre otras consideraciones, dice: Lo establecido en el artculo 99 del RSP so-bre delegacin de funciones del jefe de se-

    guridad, ser tambin aplicable al director de seguridad deber recaer en personas inte-gradas en su departamento de seguridad. Cuando los delegados del jefe o del director de seguridad no estn habilitados como ta-les, debern reunir, como condiciones anlo-gas de experiencia y capacidad, las siguien-tes:

    INFORMES En esta seccin se recogen informes emitidos por la Unidad Central de Seguridad Priva-da, en contestacin a consultas de Instituciones, Empresas, Personal de seguridad privada o particulares, y que suponen una toma de posicin de la misma en la interpretacin de la nor-mativa referente a Seguridad Privada y fija el criterio decisor de las restantes Unidades Po-liciales de Seguridad Privada Con carcter previo se participa que los informes o respuestas que emite esta Unidad tienen un carcter meramente informativo y orientativo -nunca vinculante- para quien los emi-te y para quien los solicita, sin que quepa atribuir a los mismos otros efectos o aplicaciones distintos del mero cumplimiento del deber de servicio a los ciudadanos.

    Consulta del coordinador general de un sindicato, sobre si los inspectores de cali-dad, medio ambiente y prevencin de riesgos laborales deben de tener la delegacin de funciones del Jefe o Director de Seguridad.

    INSPECCIONES DEL PERSONAL DE SEGURIDAD PRIVADA

    Boletn N 45 Julio 2014 S e gu r i d ad P r i va d a

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    Para los jefes de seguridad, haber des-empeado puestos o funciones de se-guridad pblica o privada, al menos durante cinco aos.

    Para los directores de seguridad, acre-ditar el desempeo, durante cinco aos, como mnimo, de puestos de direccin o gestin de seguridad pbli-ca o privada.

    En ambos casos, estar en posesin de las titulaciones recogidas en el aparta-do cuarto del artculo 54 del RSP.

    Estas delegaciones se solicitarn a la Unidad Orgnica Central de Seguridad Pri-vada del Cuerpo Nacional de Polica, quin, tras el anlisis de la documentacin presen-tada, las registrar, si procede y expedir el correspondiente documento de aceptacin, que deber exhibir el interesado ante los miembros de los Cuerpos de Seguridad que lo requiera. Ahora bien, la vigilancia del cumpli-miento en materia de relaciones laborales, derechos sindicales y de representacin la-boral, prevencin de riesgos laborales, em-pleo y normas para su promocin, etc. , corresponden al mbito funcional y material de actuacin de la Inspeccin de Trabajo y Seguridad Social, que realizar cuantas ins-pecciones considere necesarias para el cumplimiento de su legislacin especfica. En relacin con la prevencin de ries-gos laborales, cuya legislacin obliga a to-das las empresas a desarrollar un conjunto de actividades o medidas encaminadas a evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo, en las que deben participar en la gestin de la mejora de las condiciones de trabajo y la proteccin de la seguridad y la salud, tanto los empresarios como los traba-jadores, a travs de las organizaciones sindi-cales ms representativas, el Convenio Co-lectivo Estatal de empresas de seguridad, aprobado por Resolucin de 28 de enero de 2011, en su artculo 51, dice: Se constituirn los Comits de Seguridad y Salud en el trabajo en las distintas empresas de seguridad, que tendrn las funciones y atribuciones contenidas en la citada legisla-cin

    Estos Comits de Seguridad y Salud de las empresas de seguridad, entre otro personal, estarn formados por vigilantes de seguridad nominados a tal efecto y que, en aplicacin de la normativa sobre prevencin de riesgos laborales, podrn realizar aque-llas inspecciones encaminadas a la mejora de las condiciones del trabajo dirigidas a ele-var el nivel de proteccin de la seguridad y la salud de los trabajadores en sus puestos de trabajo, todo ello con independencia de las funciones que tenga encomendadas como personal de seguridad privada y sin poder simultanearlas con las mismas. CONCLUSIONES Por todo ello, como ya se recoge en varios informes emitidos por esta Unidad Central, las inspecciones del personal y los servicios de seguridad privada recogidas en el artculo 95 del RSP, slo podrn realizar-se por los Jefes de Seguridad, por los Direc-tores de Seguridad, donde hubiere Departa-mento reglamentariamente constituido, o por los delegados de funciones de los mismos.

    Adems, las empresas de seguridad pueden realizar inspecciones a su personal en cumplimiento de la normativa laboral, pa-ra las que no es necesario estar habilitado como personal de seguridad privada ni, por supuesto, ostentar la delegacin de funcio-nes del artculo 99 del RSP. Estas inspeccio-nes, distintas e independientes, no deben entrar en controversia, sino complementar-se, con las inspecciones amparadas por la vigente legislacin de Seguridad Privada, que son competencia exclusiva de los Jefes o Directores de Seguridad y sus delegados. U.C.S.P.

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    CONSIDERACIONES El Real Decreto 2364/1994, de 9 de diciembre, por el que se aprueba el Regla-mento de Seguridad Privada y sus modifica-ciones posteriores, recoge en su Titulo I todo lo relativo a las empresas de seguridad, de-dicando su Seccin 7 a las centrales de alarmas. Dentro de ella, el artculo 48 relati-vo a su funcionamiento, dispone en su punto dos que: Cuando se produzca una alarma, las cen-trales debern proceder de inmediato a su verificacin con los medios tcnicos y humanos de que dispongan, y comunicar seguidamente al servicio policial corres-pondiente las alarmas reales producidas.

    En este sentido, la Orden INT/314/2011, de 1 de febrero sobre empre-sas de seguridad privada, hace una referen-cia genrica a los procedimientos de verifica-cin que pueden utilizar, sealando en su artculo 25.2 que: Dichas centrales debern comprobar la veracidad del ataque o intrusin utilizando los procedimientos tcnicos de verificacin previstos en la normativa sobre funciona-miento de los sistemas de alarma en el m-bito de la seguridad privada para identificar la realidad y causa de la seal recibida.

    Cuando tal verificacin sea insuficiente o no ofrezca garantas, en cumplimiento del art-culo 49 del Reglamento de Seguridad Priva-da, podrn desplazar vigilantes de seguridad al lugar de los hechos, cuando as figure en el contrato, para la verificacin personal y, en su caso, respuesta a la alarma recibida, en las condiciones establecidas en la norma-tiva citada. La Orden INT/316/2011, de 1 de febre-ro, sobre funcionamiento de los sistemas de alarmas en el mbito de la seguridad priva-da, dedica la totalidad de su Captulo II a los diferentes procedimientos que la norma con-templa para la verificacin de las alarmas, estableciendo distintas exigencias a cada uno de ellos para poder considerarlos vli-dos, siempre con la finalidad de que, com-probada su veracidad, se comunique de for-ma inmediata a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Su Captulo III est referido a la comu-nicacin de las alarmas, reiterndose nueva-mente esta obligacin en su artculo 13.1, al disponer que: Conforme a lo establecido en el apartado segundo del artculo 48 del Reglamento de Seguridad Privada, las centrales de alarma tendrn la obligacin de transmitir inme-diatamente al servicio policial correspondien-te las alarmas reales producidas. A efectos de su comunicacin a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, toda alarma confirmada, con arreglo a lo dispuesto en esta Orden, tendr la consideracin de alarma real. De la normativa expuesta cabe deducir que es obligacin ineludible de las centrales de alarmas la verificacin de las seales que reciban y su comunicacin, exclusivamente cuando consideren que son reales, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

    Consulta de una empresa de seguridad sobre el ofrecimiento realizado por un Ayun-tamiento para la firma de un convenio por el que las alarmas de sus asociaciones de pe-queos empresarios podran ser comunicadas a Polica Local sin realizarse ninguna veri-ficacin previa, con el compromiso de no iniciar procedimiento sancionador en caso de que resultasen falsas.

    COMUNICACIN DE ALARMAS A POLICA LOCAL

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    Por otro lado, en el artculo 14 de la ya reiterada Orden Ministerial INT/316/2011, se recogen los diferentes supuestos para pro-ceder a denunciar las falsas alarmas, distin-guiendo entre las que podrn ser objeto de denuncia y las que obligatoriamente debern ser denunciadas. Y as, el punto 2 de este artculo esta-blece que: La transmisin de una alarma no confirmada, que resulte falsa, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podr ser objeto de denuncia para la imposicin de la correspon-diente sancin. Por su parte, el punto 3 dispone que: La re-peticin de la comunicacin de una alarma no confirmada, que resulte falsa, a las Fuer-zas y Cuerpos de Seguridad, en el plazo de sesenta das, procedente de una misma co-nexin, dar lugar a su denuncia para la imposicin de la sancin correspondiente. Y en este sentido, su punto 4 recoge que: La comunicacin, a los servicios policiales competentes, en un plazo de sesenta das, de tres o ms alarmas confirmadas, proce-dentes de una misma conexin, que resulten falsas, dar lugar al inicio del procedi-miento establecido en el artculo 15 de esta Orden y, en su caso, a la correspon-diente denuncia para sancin.

    En conclusin, solo cuando se trate de una nica alarma falsa, la norma admite la posibilidad de no denunciarla. En el resto de supuestos y cuando se cumplan los requisi-tos de tiempo, conexin y tipo (confirmada o no), obligatoriamente debe procederse a su denuncia para la incoacin del correspon-diente procedimiento sancionador. La Ley Orgnica 2/1986, de 13 de mar-zo de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, dis-

    pone en su artculo 2, que: Son Fuerzas y Cuerpos de Seguridad: Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dependientes del Gobierno de la nacin. Los Cuerpos de Polica dependientes de las Co-munidades Autnomas. Los Cuerpos de Po-lica dependientes de las Corporaciones lo-cales. En este sentido, el artculo 11 del mis-mo texto legal enumera las competencias atribuidas a dichas Fuerzas y Cuerpos, esta-bleciendo en su punto 2 la distribucin terri-torial de las mismas, al establecer que: Corresponde al Cuerpo Nacional de Polica ejercitar dichas funciones en las capitales de provincia y en los trminos municipales y ncleos urbanos que el Gobierno determine. La Guardia civil las ejercer en el resto del territorio nacional y su mar territorial. En funcin de esta distribucin de competencias, la respuesta a las alarmas que pudiesen producirse en el trmino muni-cipal de ese Ayuntamiento, correspondera a las unidades de Guardia Civil, competentes tanto a nivel territorial como de funciones. CONCLUSIONES Teniendo en cuenta las exigencias nor-mativas sobre la obligatoriedad que tienen las centrales de alarmas de verificar todas las seales que reciban, antes de comunicar las reales a las Fuerzas y Cuerpos de Segu-ridad; que la propuesta de inicio de procedi-miento sancionador por falsa alarma est claramente tipificada en la norma y tambin tiene un carcter obligatorio y las dudas so-bre que sea Polica local la competente terri-torialmente para dar respuesta a las alar-mas, es por lo que se concluye que el acuer-do de colaboracin propuesto por dicho Ayuntamiento a esa empresa de seguridad no es viable por infringir la normativa de se-guridad privada y, adems, contravenir el rgimen de distribucin de competencias de las FF.CC.SS. establecida por la Ley Orgni-ca 2/86, que para el caso presente atribuira la responsabilidad de la seguridad pblica en dicho trmino municipal al Cuerpo de la Guardia Civil, destinatario legal de las comu-nicaciones de las centrales por alarmas re-ales.

    U.C.S.P.

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    CONSIDERACIONES El Reglamento de Seguridad Privada, apro-bado por Real Decreto 2364/1994, de 9 de diciembre y sus modificaciones posteriores, define los centros de control en el prrafo se-gundo de su artculo 31.1, al disponer que: A efectos de su instalacin y mantenimiento, tendrn la misma consideracin que las cen-trales de alarmas los denominados centros de control o de video vigilancia, entendiendo por tales los lugares donde se centralizan los sistemas de seguridad y vigilancia de un edifi-cio o establecimiento y que obligatoriamente deban estar controlados por personal de se-guridad privada.

    De esta redaccin cabe deducir las si-guientes conclusiones: 1.- Un centro de control o vdeo vigilancia se equipara a una Central de Alarmas nica-mente a los efectos de que, tanto en uno co-mo en otro, los sistemas de seguridad que se pretendan conectar a ellos debern haber sido instalados y posteriormente mantenidos, por una empresa de seguridad autorizada para la instalacin y mantenimiento de apara-tos dispositivos y sistemas de seguridad. 2.- Se trata de un lugar donde se centralizan los sistemas de vdeo vigilancia y alarma, co-munes a todos los locales que forman parte de cualquier edificio o establecimiento y que estn destinados a facilitar la labor del perso-nal de seguridad que presta el servicio en

    ellos, utilizando para esa labor, adems de la vigilancia humana, los sistemas de seguridad mencionados. La nica funcin para la que estn pensados estos lugares es la de vigi-lancia directa y permanente. 3.- Consecuencia de la funcin que se realiza en los mismos, es que obligatoriamente de-ben estar atendidos por personal de seguri-dad, es decir, vigilantes. Respecto a las centrales de alarma de uso propio sealar que se les exigen las mis-mas medidas de seguridad fsicas y electrni-cas que a las empresas de seguridad autori-zadas para esta actividad, recogidas en la Orden INT/314/2011, de 1 de febrero, concre-tamente en su artculo 12.2, con la salvedad de que nicamente pueden conectar aquellas instalaciones de las que sean titulares. Sealar, en referencia al punto tercero del escrito, que estas centrales pueden ser atendidas por personal que no sea de seguri-dad y que, entre las funciones, estn la verifi-cacin de las seales de alarmas recibidas, comunicando las reales a las Fuerzas y Cuer-pos de Seguridad y gestin de los sistemas de CCTV. CONCLUSIONES El actual Puesto de Mando centralizado del metropolitano citado, en el cual, segn el es-crito, se recepcionan alarmas de intrusin, visualizacin de CCTV en prevencin de po-sibles hechos delictivos y movilizacin de los vigilantes en funcin de incidencias de seguri-dad ciudadana, obligatoriamente debe ser atendido por personal de seguridad privada. Dicho personal no podr ser sustituido por empleados de la empresa, salvo que sta se constituyese en central de alarmas de uso propio, en cuyo caso si podra con su propio personal gestionar la central.

    UCSP

    Consulta de un colectivo sindical, relativa a la prxima sustitucin del personal de seguridad, que atiende un Puesto de Mando Centralizado de un metropolitano, por per-sonal de la propia empresa.

    PERSONAL DE CRAs Y CENTROS DE CONTROL

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    CONSIDERACIONES Con motivo de la entrada en vigor de la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Pri-vada, se han planteado por las distintas Uni-dades Territoriales dudas sobre el trmite de renovacin de la habilitacin a los vigilantes de seguridad que llevan inactivos ms de dos aos en el ejercicio de la profesin de seguridad privada, as como en relacin a la tramitacin que debe seguirse en los canjes de los antiguos ttulos nombramiento de los Vigilantes Jurados.

    El artculo 10.6 de la anterior Ley 23/92 de Seguridad Privada, as como el ar-tculo 64 del Reglamento de desarrollo de la misma, estableca que la inactividad del per-sonal de seguridad privada por tiempo supe-rior a dos aos, exigira el sometimiento a nuevas pruebas para poder desempear sus funciones. Por otra parte, el artculo 57.2 del vigente Reglamento de Seguridad Privada, establece que los vigilantes de seguridad debern realizar cursos de actualizacin de 20 horas lectivas anuales, en la forma que determine el Ministerio del Interior.

    Al no establecerse pruebas especficas para este caso, la opcin que tenan los vigi-lantes de seguridad inactivos durante ms de dos aos, era el sometimiento a las prue-bas de acceso a la profesin, o bien desde la entrada en vigor de la Orden INT/318/2011, acreditar haber realizado un curso de actualizacin que recoge su artcu-lo 10.3: las pruebas especificas que debe superar el personal de seguridad privada debidamente habilitado que, habiendo permanecido inacti-vo ms de dos aos..b) acreditar haber realizado un curso de actualizacin en mate-ria normativa de seguridad privada, con una duracin, como mnimo, de 40 horas lecti-vas a distancia. La actual Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada, expone en sus funda-mentos que por inadecuado y distorsiona-dor se elimina el periodo de inactividad, que tantas dificultades y problemas ha supuesto para la normal reincorporacin al sector del personal de seguridad privada.

    Por ello, el artculo 10.3 de la precitada Orden Ministerial, se ha quedado sin conte-nido, al contravenir la Ley 5/2014 de 4 de abril de Seguridad Privada, que elimina ex-presamente el periodo de inactividad.

    Se emite el presente informe ante la necesidad de reflejar la postura de esta Unidad sobre las numerosas consultas efectuadas al eliminar el periodo de inactividad para el personal de seguridad privada en la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada, as como la manera que le afectara esta supresin a los canjes de los denominados Vigilan-tes Jurados, con la entrada en vigor de la misma.

    LA INACTIVIDAD DEL PERSONAL DE SEGURIDAD PRIVADA EN LA LEY 5/2014

    Se g ur i d ad P r i v ad a Boletn N 45 Julio 2014

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    Por otro lado, la Disposicin Transitoria Dcima del Real Decreto 2364/1994, que aprueba el Reglamento de Seguridad Priva-da, viene a regular el canje de las acredita-ciones que debe de efectuar el personal de seguridad privada habilitado con arreglo a la normativa anterior a la Ley 23/92 de Seguri-dad Privada.

    El periodo para realizar el canje de las acreditaciones, obligatorio para ejercer las funciones como personal de seguridad priva-da, finaliz en el ao 1997. Ante esta cir-cunstancia se realiz consulta a la Secreta-ra General Tcnica sobre criterio a seguir ante solicitudes posteriores a su finalizacin. Desde dicha Secretaria General se inform lo siguiente: Que los plazos establecidos en la Disposi-cin Transitoria, determinaban el periodo mximo de validez y eficacia jurdica de las anteriores acreditaciones, por lo que trans-currido dicho plazo, dichas acreditaciones dejaran de tener validez a los efectos que fueron otorgadas. Sin embargo, el hecho de no haber canjeado las acreditaciones en dichos pla-zos, no afectara a la validez jurdica de las habilitaciones que se posean, aunque s a la eficacia de las mismas para el desempeo de las funciones correspondientes. Es decir, que a criterio de la Secretara General Tcnica, una vez agotados los pla-zos establecidos en la Disposicin Transito-ria Dcima del Real Decreto aludido, los titu-lares de las tarjetas, licencias o ttulos nombramiento, distintos del modelo estable-cido, no podrn seguir desempeando las funciones sin que se procedan al canje, pero

    s podrn efectuar el canje en cualquier mo-mento, siempre que acrediten que renen los requisitos necesarios para el ejercicio de la correspondiente profesin, en el momento de la solicitud y, obviamente, aportando el documento anterior acreditativo de su condi-cin de personal de seguridad. A la vista del pronunciamiento de la Secretaria General Tcnica, se han venido concediendo los canjes que se han solicita-do por el personal de seguridad privada, siempre que se hayan aportado los docu-mentos que recojan su condicin (los vigilan-tes jurados su ttulo nombramiento en los Gobiernos Civiles, o certificado de stos) y adems acrediten que renen el resto de requisitos, segn lo establecido en el Regla-mento de Seguridad Privada de 1994, que est actualmente en vigor en lo que no con-travenga la actual Ley de Seguridad Privada, conforme dispone la Disposicin derogatoria nica de la Ley 5/2014.

    Conviene sealar que en la base de datos SEGURPRI, al proceder a dar de alta al personal de seguridad privada, para la ob-tencin de la Tarjeta de Identificacin Profe-sional (T.I.P) procedente de canje, en el campo de fecha de la habilitacin (de la ba-se de datos referida), no permite reflejar la fecha de la obtencin del ttulo nombramien-to o fecha de juramentacin en el antiguo Gobierno Civil, sino que hay que consignar la fecha de habilitacin en la que se realiza el canje. En base a todo lo anterior, a partir de la fecha 1 de agosto de 2011 se comenz a exigir para proceder al canje el curso de ac-

    Boletn N 45 Julio 2014 S e gu r i d ad P r i va d a

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    tualizacin en materia de seguridad privada, junto con la aportacin del resto de requisi-tos.

    Con la entrada en vigor en fecha 05/06/2014 de la Ley 5/2014 de 4 de abril, de Seguridad Privada, que deroga la Ley 23/92, se deja sin efecto la inactividad del personal de seguridad privada, y aunque el vigente Reglamento 2364/94 y la Orden INT/318/2011, en sus artculos 64.2 y 10.3, respectivamente, la siguen contemplando, no es posible la aplicacin de ambos, por entrar en contradiccin con lo dispuesto en la vigente Ley 5/2014.

    CONCLUSIONES Por lo tanto, mientras un nuevo Reglamento no recoja situacin distinta a la mencionada, es criterio de esta Unidad: Puesto que el periodo de inactividad

    ha sido eliminado de la Ley 5/2014 de Seguridad Privada, no puede exigirse el requisito que contempla el artculo 64.2 del Reglamento de Seguridad Pri-

    vada: La inactividad del perso-nal.as como la superacin de las pruebas especficas que para este supuesto se determinen , ni el 10.3 de la Orden INT/318/2011, que determina las dos modalidades de las pruebas que debe superar el personal inactivo (ambos artculos derogados por con-travenir la actual Ley de Seguridad Pri-vada). Es decir, cuando se solicite la renovacin de la T.I.P., por caducidad, sustraccin, prdida o deterioro, la aportacin de requisitos ser la misma, tanto si est en activo como personal de seguridad privada como si no.

    Por lo que respecta a los canjes, stos deben seguir hacindose tal y como se desprende del informe de la Secretara General Tcnica del Ministerio del In-terior. Es decir:

    Se podr efectuar el canje en cual-quier momento, siempre que acrediten que renen los requisitos necesarios para el ejercicio de la correspondiente profesin (solicitud, dos fotografas, certificado psicofsico, declaracin jura-da y carecer de antecedentes pena-les), en el momento de la solicitud, y obviamente, aportando el documento anterior acreditativo de su condicin de personal de seguridad.

    Todo ello sin perjuicio de la formacin permanente que establece el artculo 7 de la Orden INT/318/2011, en desarro-llo del artculo 57 del Reglamento de Seguridad Privada.

    U.C.S.P.

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  • 11

    CONSIDERACIONES La Disposicin Adicional Primera del R.D. 2364/1994, que desarrolla el Regla-mento de Seguridad Privada:

    Quedan fuera del mbito de aplicacin del

    Reglamento de Seguridad Privada las activi-dades siguientes, realizadas por personal distinto del de seguridad privada, no integra-do en empresas de seguridad, siempre que la contratacin sea realizada por los titulares de los inmuebles y tenga por objeto directo alguna de las siguientes actividades:

    a) Las de informacin en los accesos,

    custodia y comprobacin del estado y funcionamiento de instalaciones, y de gestin auxiliar, realizadas en edificios particulares por porteros, conserjes y personal anlogo.

    b) En general, la comprobacin y control del estado de calderas e instalaciones generales en cualesquiera clase de inmuebles, para garantizar su funcio-namiento y seguridad fsica.

    c) El control de trnsito en zonas reserva-das o de circulacin restringida en el interior de fbricas, plantas de produc-cin de energa, grandes centros de proceso de datos y similares.

    d) Las tareas de recepcin, comproba-cin de visitantes y orientacin de los mismos, as como las de control de entradas, documentos o carns priva-dos, en cualquier clase de edificios o inmuebles.

    En el citado Reglamento, en su artculo 71, se especifican las funciones que pueden desempear los Vigilantes de Seguridad, siendo stas:

    Funciones y ejercicio de las mismas.

    1. Los vigilantes de seguridad slo podrn

    desempear las siguientes funciones:

    a) Ejercer la vigilancia y proteccin de bienes muebles e inmuebles, as como la proteccin de las personas que pue-dan encontrarse en los mismos.

    b) Efectuar controles de identidad en el acceso o en el interior de inmuebles determinados, sin que en ningn caso puedan retener la documentacin per-sonal.

    c) Evitar la comisin de actos delictivos o infracciones en relacin con el objeto de su proteccin.

    d) Poner inmediatamente a disposicin de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a los delincuen-tes en relacin con el objeto de su pro-

    CONTROL DE PAQUETERA POR ESCANER DE RAYOS X

    Consulta efectuada por el directivo de una empresa, relativa al manejo de escneres de rayos X para la supervisin de paquetera interna, por parte de personal ajeno a segu-ridad privada.

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    teccin, as como los instrumentos, efectos y pruebas de los delitos, no pudiendo proceder al interrogatorio de aqullos.

    e) Efectuar la proteccin del almacena-miento, recuento, clasificacin y trans-porte de dinero, valores y objetos valio-sos.

    f) Llevar a cabo, en relacin con el fun-cionamiento de centrales de alarma, la prestacin de servicios de respuesta de las alarmas que se produzcan, cuya realizacin no corresponda a las Fuer-zas y Cuerpos de Seguridad (artculo 11.1 de la L.S.P.).

    Sealar que el artculo 76, Prevencio-nes y actuaciones en casos de delito, deter-mina en su punto primero:

    1. En el ejercicio de su funcin de proteccin de bienes inmuebles as como de las personas que se en-cuentren en ellos, los vigilantes de seguridad debern realizar las com-probaciones, registros y prevencio-nes necesarias para el cumplimiento de su misin.

    Como regla orientadora en esta difcil materia, podemos decir que en uno de los supuestos habituales de utilizacin de este tipo de elementos electrnicos de seguridad es en los controles de accesos, supuesto que deber ser ejercido por vigilantes de seguridad. Ello viene derivado, adems de por los preceptos anteriormente sealados, por ser materia de formacin especfica se-gn Anexo IV de la Orden INT/318, de 1 Fe-brero, sobre personal de seguridad privada, que seala:

    1. Se impartirn cursos de formacin espe-cfica en los siguientes tipos de servicios: transporte de fondos, servicios de acuda, vigilancia en buques, vigilancia en puertos, vigilancia en aeropuertos, servicios con pe-rros y servicios en los que se utilicen apara-tos de rayos X.

    2. Los servicios sealados en el apartado anterior sern desempeados por personal de seguridad privada que haya superado el correspondiente curso de formacin espec-fica. CONCLUSIONES De todo ello se puede concluir que si bien, la consulta no est referida al control de enseres portados por aquellas personas que pretenden acceder a un edificio o insta-lacin, si no, al control del correo postal y paquetera en la estafeta/ cartera estableci-da en una empresa o edificio, el uso en sta de equipos electrnicos de rayos x para su verificacin, no parece, que en principio, sean actividades semejantes en las que se pudiesen extrapolar las exigencias conteni-das en la normativa de seguridad privada.

    En lo referente a la exigencia de pres-tacin de servicios por parte de personal de seguridad privada, en controles de accesos de personal, en el que se realice el control de objetos, enseres y paquetes por medios tecnolgicos (arcos de seguridad o detecto-res de rayos X), es evidente, conforme a las previsiones del artculo 71 del R.D. 2364/1994, sobre funciones del Vigilante de Seguridad, supuesto al que no parece ajus-tarse las circunstancias descritas en su con-sulta, siempre y cuando, dicha actividad no tengan la finalidad de proteccin de perso-nas o de bienes muebles o inmuebles, o de prevencin de hechos delictivos o con inci-dencia en la seguridad ciudadana. U.C.S.P.

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    CONSIDERACIONES La figura del vigilante nocturno fue creada por el Decreto 2727/1977 y desarro-llada por la Orden de 9 de enero de 1978, que ya, en su Prembulo, reconoce el carc-ter transitorio de esta medida. Por ello, y aun cuando el Decreto cita-do no ha sido expresamente derogado, pue-de decirse que el contenido de sus precep-tos est casi en su totalidad desfasado por el desarrollo normativo aprobado con posterio-ridad, tanto en el mbito de la seguridad ciu-dadana como en materia de rgimen local.

    La Ley 7/1985, de 2 de abril, Regula-dora de las Bases de Rgimen Local (LRBRL), y la Ley Orgnica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (LOFCS), han incidido en la regulacin del servicio de vigilantes nocturnos en el si-guiente sentido:

    a) La seguridad en lugares pblicos es competencia municipal (artculo 25.2.a) LRBRL), en los trminos del artculo 51 y siguientes de la LOFCS.

    b) Las funciones sealadas en el Art.53 de la LOFCS, sern efectuadas por los Cuerpos de Polica Local o, en su defecto, por el personal que desem-pee funciones de custodia y vigilan-cia de bienes, servicio o instalacio-nes, con la denominacin de Guar-das, Vigilantes, Agentes, Alguaciles o anlogos (artculos 51.2 LOFCS), vienen a coincidir sustancialmente -no solamente en horario nocturno- con las que el artculo 4.2 del Decre-to 2727/1977, asignaba a los vigilan-tes nocturnos.

    c) Entre los servicios que debern pres-tar los municipios (artculo 26 LRBRL) no se encuentra el de la "vigilancia nocturna", si bien, como es obvio, tal vigilancia ha de prestar-se cuando exista Polica Local, por sta, y, en otros casos, por el perso-nal auxiliar contemplado en el artcu-lo 51.2 LOFCS.

    d) Tratndose -la seguridad en lugares pblicos- de un servicio pblico de mbito municipal recogido en el art-culo 85.1 LRBRL que implica ejerci-cio de autoridad, no puede prestarse, sino por gestin directa (artculo 85.2 LRBRL), sin que pueda ser objeto de concesin, concierto o arrendamiento alguno.

    Consulta una Unidad Territorial de Seguridad Privada, sobre la viabilidad legal de la implantacin en un ayuntamiento de un servicio de agentes cvicos para prestar un servi-cio nocturno en las zonas cntricas de dicha poblacin con la finalidad de evitar actos incvicos e informar.

    AGENTES CVICOS Y FIGURAS SIMILARES

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    La prestacin del servicio de vigilancia nocturna corresponde a la Polica Local, pe-ro no puede descartarse, a priori, la posibili-dad de prestacin de tal servicio por otra cla-se de funcionarios, en cuyo caso deberan serlo de la Escala de Administracin Espe-cial, Subescala de Servicios Especiales (artculo 172.1 del Texto Refundido de las disposiciones legales vigentes en materia de rgimen local, aprobado por Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril), en la cual se incluyen, en el apartado a), la Polica Local y sus auxiliares. Otra consideracin distinta, a la luz de la nueva Ley de Seguridad Privada es la po-sibilidad de ejecucin de dichas labores, en las que se incluira las de vigilancia y protec-cin, por parte de vigilantes de seguridad integrados en empresas de seguridad, que prestarn sus servicios vistiendo el uniforme y ostentando el distintivo del cargo, y portan-do los medios de defensa reglamentarios. Efectivamente, aun cuando del tenor de la LOFCS (artculo 51.2) pudiera deducir-se que este servicio nicamente puede efec-tuarse por la Polica Local, o caso de que no exista, por otro tipo de personal que realice funciones de vigilancia y custodia, no existe razn alguna para que, as, donde exista Po-lica Local, pueda crearse tambin, dentro de la Subescala de Servicios Especiales, la cla-se de Auxiliares de la Polica Local, cuyos miembros tendran la consideracin de auxi-liares de la Fuerzas y Cuerpos de Seguri-dad. Es decir, puede estimarse vigente, y resultara obligado para dicho personal, el artculo 4, apartados 4 y 5, del Decreto 2727/1977.

    Como refiere la Unidad Policial consul-tante la Ordenanza Tipo de Seguridad y Convivencia Ciudadana, aprobada en el ao 2009, por la Federacin Espaola de Munici-pios y Provincias, reconoce oficialmente la figura de los Agentes cvicos-sociales, si bien, las funciones de estos se limitan a la observancia del las disposiciones de la orde-nanza, demandando la actuacin de Polica Local, en su caso.

    No obstante lo anterior, en el pliegue definitivo de Prescripciones Tcnicas del ayuntamiento donde se prestara el servicio, el apartado referido a Recursos humanos y materiales a aportar por el contratista, sea-la la formacin mnima exigida al Coordina-dor y a los Agentes Cvicos, contando en el punto 3, la necesidad de acreditar estar en posesin de un curso especfico de un mni-mo de diez horas en seguridad en eventos pblicos otorgado por escuela oficial o aca-demia homologada. Tambin se refiere en el punto 4, la necesidad de acreditar estar en posesin de un curso especifico en con-troles en urbanizaciones, polgonos, trans-portes y espacios pblicos otorgado por es-cuela oficial o academia homologada. Lo cual no coincide con el Pliego de Condicio-nes, considerado y analizado para la elabo-racin de la consulta por la Unidad Territo-rial, en el que no se aluda a estas acredita-ciones. Dicha formacin, especificada en las prescripciones tcnicas, no parece tener un ajuste a la funciones que los Agentes Cvi-cos presuntamente deben realizar, lo cual, sin querer prejuzgar el servicio que van a desarrollar estos agentes, tiene un valor indi-ciario, que permite advertir ya, desde su con-cepcin, que las funciones que verdadera-mente se espera que realicen, podran inva-dir aquellas que estn normativamente re-

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    servadas exclusivamente al personal de se-guridad privada o a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, incurriendo, por ello, en infrac-ciones del Rgimen Sancionador del mbito de la Seguridad Privada, en caso de que as se consiguiese acreditarse. Por otra parte, el nuevo escenario le-gal, en virtud del artculo 41 de la Ley de Se-guridad Privada 5/2014, la prestacin de ser-vicios por los vigilantes de seguridad en es-pacios o vas pblicas, abarcando recintos y espacios abiertos que se encuentren o pue-dan ser delimitados de cualquier forma o participando en la prestacin de servicios encomendados a la seguridad pblica, com-plementando la accin policial, lo que podra tenerse en cuenta a los efectos de la realiza-cin del servicio pretendido.

    CONCLUSIONES Del anlisis de los preceptos citados y como respuesta a la consulta formulada, cabe con-cluir lo siguiente: 1. Si bien la forma de prestacin del ser-vicio pblico de vigilancia nocturna, tal y co-

    mo aparece configurado en el Decreto 2727/1977, y desarrollado por la Orden de 9 de enero de 1978, resulta inaplicable en la actualidad por obsolescencia normativa, no cabe estimarlo tampoco totalmente deroga-do, por lo que los municipios pueden crear facultativamente el servicio de serenos o vi-gilantes nocturnos.

    2. La Ordenanza Tipo de Seguridad y Convivencia Ciudadana, de la Federacin Espaola de Municipios y Provincias, posibi-lita la creacin de Agentes cvicos-sociales, con funciones de observancia de vigilancia de la ordenanza.

    3. Las funciones de vigilancia y protec-cin pblica, de no ser prestados por la Poli-ca Local, debe prestarse por auxiliares de la misma, con el carcter de Agentes de la au-toridad, y cuyas funciones consistiran bsi-camente en la asistencia al vecindario y en la colaboracin y auxilio a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la prevencin de la comisin de delitos y en el mantenimiento del orden pblico.

    4. Asimismo, el personal auxiliar de la Polica Local o municipal deber ostentar la condicin de funcionario municipal, pertene-ciente a la escala de servicios especiales de los funcionarios de carrera.

    5. Del escrito objeto de consulta no pare-ce desprenderse que el objeto de la creacin de un servicio de agentes cvicos, cuya la-bor es descrita en la ordenanza municipal, en la que se especifican las funciones que van a desarrollar, sea el ejercicio de labores de seguridad, si bien, no parecen congruen-tes dichas funciones con la exigencia de for-macin oficial especifica en materia de segu-ridad en urbanizaciones, polgonos transpor-tes y espacios o eventos pblicos, del perso-nal que lo acometer, teniendo dicha forma-cin un valor indiciario, que permite advertir ya, que desde su concepcin, las funciones

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    a desarrollar por estos agentes cvicos podr-an invadir aquellas que estn normativamen-te reservadas exclusivamente al personal de seguridad privada o a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

    6. No es descartable que, en su labor dia-ria, pudieran encontrarse de forma ocasio-nal o incidental, con actos contrarios al or-denamiento jurdico o que alteren o pertur-ben la seguridad ciudadana del municipio y, en ese momento, y exclusivamente en el ejercicio del deber cvico que la ley enco-mienda a cualquier ciudadano, mxime si se est al servicio de la comunidad, como sera el caso, acten en consecuencia, bien po-niendo el hecho en conocimiento de las fuer-zas y cuerpos de seguridad, bien alertando a los responsables de las consecuencias de sus actos, lo que en s mismo, no supondra el ejercicio directo de labores de seguridad, sino que estara enmarcado en el deber en-

    comendado a cualquier empleado municipal que en su quehacer diario observara la co-misin de alguna falta, delito o reproche ad-ministrativo.

    7. Por razones de legalidad no procede anticipar hechos sobre un servicio, como el sometido a consulta, todava en fase de creacin, que respeta en principio todos los requerimientos legales, y que se encuentra en el mbito de una competencia municipal. No obstante, como consta en el apartado primero de las conclusiones de la Unidad Policial consultante, si en el transcurso de este servicio se tuviera conocimiento, de la desviacin de sus verdaderos cometidos, por parte del personal adscrito al mismo, realizando actuaciones que invadieran com-petencias encomendadas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o al personal de se-guridad privada, se deber aplicar el rgi-men sancionador previsto en la ley y en el Reglamento de Seguridad privada.

    8. Finalmente, y en atencin al nuevo marco legal introducido por el artculo 41 de la Ley 5/2004, de seguridad privada, cabe sealar la posibilidad, sobre la ejecucin de dichas labores, en las que se incluira las de vigilancia y proteccin, por parte de vigilan-tes de seguridad integrados en empresas de seguridad, prestando servicios en espacios o vas pblicas, abarcando recintos y espacios abiertos que se encuentren o puedan ser delimitados de cualquier forma, o participan-do en la prestacin de servicios encomenda-dos a la seguridad pblica, complementando la accin policial.

    U.C.S.P.

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    CONSIDERACIONES De los antecedentes descritos, cabe diluci-dar dos cuestiones: a) La del caso concreto, en el que no se usa el GPS y, por tanto, su intervencin es im-procedente.

    b) La genrica utilizacin de GPS por detec-tives, que es procedente cuando se usen en forma tal que no atenten contra los derechos personales, y eso se produce, adems de por aplicacin de lo preceptuado por el art-culo 48.3 de la Ley 5/2014, de Seguridad Privada, cuando implique la misma afecta-cin que la producida por la propia interven-cin directa y presencial del detective, que es la figura profesional legalmente habilitada para estos servicios. En primer lugar, la vigente Ley 5/2014, de 4 de Abril, en su artculo 48, Servicios de in-vestigacin privada, establece: 1. Los servicios de investigacin privada, a cargo de detectives privados, consistirn en la realizacin de las averiguaciones que re-sulten necesarias para la obtencin y aporta-cin, por cuenta de terceros legitimados, de informacin y pruebas sobre conductas o hechos privados relacionados con los si-guientes aspectos: a) Los relativos al mbito econmico, labo-

    ral, mercantil, financiero y, en general, a la vida personal, familiar o social, excep-tuada la que se desarrolle en los domici-lios o lugares reservados.

    3. En ningn caso se podr investigar la vida ntima de las personas que transcurra en sus domicilios u otros lugares reservados, ni po-drn utilizarse en este tipo de servicios me-dios personales, materiales o tcnicos de tal forma que atenten contra el derecho al

    El supuesto sometido a consideracin por una Unidad de Seguridad Privada, com-prende la interceptacin, por varias dotaciones policiales, de un vehculo conducido por un detective que viene siguiendo a otro vehculo particular, desde su domicilio, el cual, en llamada efectuada a la Sala del 091, informa de tal circunstancia. La dotacin policial, previa identificacin del detective, procede al registro del veh-culo, encontrndose, en la guantera, un dispositivo GPS, imantado, apto para ser adosa-do a vehculo y facilitar la localizacin y seguimiento de vehculos, procediendo a su in-tervencin. El detective declara que dicho elemento es para la localizacin y control de su vehculo y que no ha sido utilizado en terceros. Igualmente, manifiesta que el segui-miento obedece al contrato suscrito por una aseguradora con su despacho, consistente en la vigilancia de una trabajadora de aqulla, en situacin de baja laboral.

    USO DE DISPOSITIVOS LOCALIZADORES GPS POR DETECTIVES PRIVADOS

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    honor, a la intimidad personal o familiar o a la propia imagen o al secreto de las comuni-caciones o a la proteccin de datos. 6. Los servicios de investigacin privada se ejecutarn con respeto a los principios de razonabilidad, necesidad, idoneidad y pro-porcionalidad.

    Llegados a este punto, se hace preciso conjugar el respeto a los derechos al honor, a la intimidad personal o familiar, con la utili-zacin, por los profesionales de la investiga-cin privada, de aquellos medios personales, materiales o tcnicos, prescritos en el apar-tado 3, y ello en relacin con la ejecucin de estos servicios atendiendo a los principios de razonabilidad, necesidad etc., igualmente prescritos en el apartado 6, en ambos casos del artculo 48 de la referida Ley. El Tribunal Supremo, en Sentencia de 12 de Junio de 2012, a raz de un recurso de casacin para la unificacin de doctrina, en proceso sobre despido por la realizacin de actividades incompatibles durante la incapa-cidad temporal, en el que, para acreditar esa actividad, se instal, por un detective priva-do, en el vehculo particular del actor, un aparato localizador GPS, con el que se pro-cedi a complementar el seguimiento, ratifi-c la sentencia de instancia (TSJPV) que declar nulo el despido, porque los datos en que se funda la carta de despido se han ob-tenido con vulneracin del derecho funda-mental a la intimidad en relacin con los de-rechos a la libertad de circulacin y a la tute-la judicial efectiva. A este respecto, la sentencia del TSJPV, en cuanto a la vulneracin del dere-cho a la intimidad, considera que un sistema

    de control como el aplicado, afecta a una de las manifestaciones del derecho a la intimi-dad, el derecho a que los dems no sepan dnde est en cada momento y cules son sus movimientos, cuando, adems, se trata de medios electrnicos colocados en los bienes del trabajador contra su voluntad, lo que no respeta el principio de proporcio-nalidad, aparte de tratarse de un medio de control innecesario al responder su aplica-cin a la mera conveniencia del investiga-dor. Por ltimo, sostiene la resolucin im-pugnada que la nulidad no puede limitarse a los efectos de la aplicacin del medio de prueba controvertido, sino que se extiende al propio despido realizado, pues ste, al reali-zarse empleando el medio indicado, ha vul-nerado un derecho fundamental, de forma que la nulidad que establece el artculo 55.5 del ET, no se refiere solo a los supuestos en que el cese se produce como consecuencia del ejercicio de un derecho fundamental, si-no tambin en aquellos otros en que los hechos que lo sustentan han sido conocidos por el empresario mediante mtodos que conculcan los derechos fundamentales del afectado, citando, al respecto, la STC 196/2014, que declar nulo un despido que se produjo como consecuencia de la detec-cin de un consumo de drogas a travs de un anlisis clnico que no haba expresado ninguna finalidad de este tipo de control.

    Contra este pronunciamiento recurre la empresa demandada planteando cuatro pun-tos de contradiccin. En el segundo motivo aporta, como sentencia contradictoria, la de la Sala de lo Social de Galicia de 27 de No-viembre de 2003. Se decide en ella sobre el despido de un trabajador, al que se le impu-taba una transgresin de la buena fe con-

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    tractual durante la incapacidad temporal. El trabajador fue sometido a un control por in-vestigador privado, siendo seguido y graba-do en lugares pblicos, actuacin que fue encargada por la empresa a raz de ser pu-blicada en el peridico local una fotografa en la que apareca el actor y de la que era deducible la posibilidad de que estuviera realizando actividades incompatibles con la situacin de IT en que se encontraba. El trabajador pretenda la nulidad radical del despido, invocando la lesin del derecho a la intimidad, pretensin que se rechaza por en-tender que la empresa est legitimada para vigilar y comprobar el cumplimiento de los deberes laborales de sus empleados, utili-zando los adelantos tcnicos y los servicios de agencias de investigacin privada, pues, por una parte, exista un indicio de incumpli-miento (la fotografa publicada en un medio informativo), el control tena que realizarse, dado su objeto, fuera de la empresa y se desarroll en lugares y espacios pblicos, en das y en momentos concretos y en el exclusivo contexto de la investigacin labo-ral.

    Pero los medios empleados en cada caso para realizar el control son distintos y resulta claro, como pone de relieve el Minis-terio Fiscal, que esa diferencia, que no expli-ca, es esencial en orden a la ratio deciden-di de la sentencia recurrida, que ha tenido en cuenta, precisamente, esa diferencia en el medio empleado para fundar la decisin, y aade el Ministerio Fiscal, sin que proceda ahora entrar en una valoracin de la misma.

    Es decir, el TS, Sala 4 de lo Social, al tratarse de un recurso en inters de la ley, para unificacin de doctrina en un asunto de orden laboral, no entra a valorar los medios empleados por el detective en el curso de su investigacin, en cuanto a los requisitos de necesidad, utilidad y proporcionalidad, en orden a determinar la violacin, o no, de la dignidad de la persona, y ello, porque como advierte la propia Sala, no es funcin de la misma reformular la impugnacin de la sen-tencia recurrida, ya que obrara en contra del principio de contradiccin.

    A diferencia del TS en la sentencia an-terior analizada, si se ha puesto de relieve, por la sentencia del Tribunal Constitucional de 10 de Julio de 2000, que el derecho a la intimidad personal consagrado en el artculo 18.1 CE, se configura como un derecho fun-damental estrictamente vinculado a la propia personalidad y que deriva, sin ningn gnero de dudas, de la dignidad de la persona que el artculo 10.1 CE reconoce, e implica la existencia de un mbito propio y reservado frente a la accin y el conocimiento de los dems, necesario, segn las pautas de nuestra cultura, para mantener una calidad mnima de la vida humana, y que el derecho a la intimidad es aplicable al mbito de las relaciones laborales (STC 98/2000). Igualmente, es doctrina reiterada del Tribunal Constitucional que el derecho a la intimidad no es absoluto, como no lo es nin-guno de los derechos fundamentales, pu-diendo ceder ante intereses constitucional-mente relevantes, siempre que el recorte que aquel haya de experimentar se revele como necesario para lograr el fin legtimo previsto, proporcionado para alcanzarlo y, en todo caso, sea respetuoso con el contenido esencial del derecho (SSTC 57/1994 143/1994, por todas).

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    Segn el artculo 90.1 de la Ley de Procedimiento Laboral, las partes podrn valerse de cuantos medios de prueba se en-cuentren regulados en la Ley, admitindose como tales los medios mecnicos de repro-duccin de la palabra, la imagen y del soni-do, salvo que se hubieran obtenido, directa o indirectamente, mediante procedimientos que supongan violacin de derechos funda-mentales o libertades pblicas. Por otro lado, el artculo 20.3 ET, otorga al empresario la facultad de adoptar las medidas que estime ms oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento, por el trabajador, de sus obligaciones y deberes laborales, guardando, en su adopcin y aplicacin, la consideracin debida a la dignidad humana.

    En este sentido, debe tenerse en cuen-ta que el poder de direccin del empresario, imprescindible para la buena marcha de la organizacin productiva (organizacin que refleja otros derechos reconocidos constitu-cionalmente en los artculos 33 y 38 CE), y reconocido expresamente en el artculo 20 ET, atribuye al empresario, entre otras facul-tades, la de adoptar las medidas que estime ms oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento del trabajador de sus obligaciones laborales. Ms esa facultad ha de producirse, en todo caso, como es l-gico, dentro del debido respeto a la dignidad

    del trabajador, como expresamente nos lo recuerda igualmente la normativa laboral, artculos 4.2.c) y 20.3 ET. Seala el mismo Tribunal que la cons-titucionalidad de cualquier medida restrictiva de derechos fundamentales, viene determi-nada por la estricta observancia del principio de proporcionalidad, y que para comprobar si una medida restrictiva de un derecho fun-damental supera el juicio de proporcionali-dad, es necesario constatar si cumple los tres requisitos o condiciones siguientes: si tal medida es susceptible de conseguir el objeti-vo propuesto (juicio de idoneidad); si, ade-ms, es necesaria, en el sentido de que no exista otra medida ms moderada para la consecucin de tal propsito con igual efica-cia (juicio de necesidad); y, finalmente, si la misma es ponderada o equilibrada, por deri-varse de ella ms beneficios o ventajas para el inters general que perjuicios sobre otros bienes o valores en conflicto (juicio de pro-porcionalidad en sentido estricto).

    Por consiguiente, tanto la colocacin de un GPS, que lo que hace es registrar cundo arranca y se detiene el vehculo y dnde se encuentra fsicamente, como el seguimiento por medio de un detective priva-do, siempre que se efecte directamente, aunque apoyado con instrumentos tecnolgi-cos, son medios que, aplicados en la forma ya descrita, resultan adecuados y proporcio-nados como medios de vigilancia y control que no afectan a la intimidad personal, al constituir medio habitual de control cuando el trabajador no presta servicios en depen-dencias de la empresa y se realiza en espa-cios pblicos, requisitos que, en lo funda-mental, concurren en el caso presentado.

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  • 21

    En sentido parecido, y en relacin con un asunto de semejante naturaleza, en fe-chas recientes el Tribunal de Estrasburgo ha dictado sentencia ratificando la doctrina de los Tribunales Espaoles, en el sentido de la licitud de las grabaciones de video en va pblica, por parte de detectives, en el trans-curso de sus investigaciones. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha hecho pblica una sentencia, de fecha 27 de mayo del 2014, en la que es-tablece que la grabacin video grfica de una persona en una va pblica, realizada por una agencia de detectives en el ejercicio legitimo de su actividad profesional, y apor-tada como prueba en el proceso instado por aqul, no constituye una injerencia ilegitima en sus derechos a la intimidad, honor o a la propia imagen, segn el artculo 8 del Con-venio Europeo de Derechos Humanos.

    CONCLUSIONES A la vista de lo anteriormente expuesto, cabe colegir, en orden a las cuestiones plantea-das en la consulta, lo siguiente: 1. Se trata de un detective habilitado, con

    competencia para realizar investigacio-

    nes, segn la legislacin vigente, en el orden laboral.

    2. El detective acta en virtud de contrato suscrito con una empresa aseguradora, esto es, con persona jurdica legitimada, con la que la persona investigada mantie-ne un vnculo laboral.

    3. Tanto los medios tcnicos utilizados, un GPS (que, al parecer, no se lleg a em-plear) y vehculo de su propiedad, como el modo y lugar en que se desarroll el seguimiento, en plena va pblica, en nin-gn momento supuso un menoscabo en la dignidad de la persona investigada, ya que, como sostiene la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, mencionada en prrafos precedentes, los mismos renen los requisitos de idoneidad, necesidad y proporcionalidad, mxime cuando, como se deduce de la exposicin de hechos, el dispositivo GPS no se hallaba instalado en el vehculo de la persona investigada, sino que se encontraba en la guantera del vehculo propiedad del detective, el cual vena realizando el seguimiento, di-rectamente, sobre el vehculo en el que se encontraba la persona requirente de la intervencin policial.

    U.C.S.P.

    Boletn N 45 Julio 2014 S e gu r i d ad P r i va d a

  • 22

    CONSIDERACIONES El artculo 2.2 del Cdigo Civil establece que: Las Leyes solo se derogan por otras poste-riores. Consecuentemente con lo anterior, la eficacia de una ley se extiende desde su en-trada en vigor hasta su derogacin. La efica-cia de la Ley queda tambin extinguida si el Tribunal Constitucional declara su inconstitu-cionalidad. El artculo 2.3 del Cdigo Civil establece: Las leyes no tendrn efecto retroactivo si no dispusieren lo contrario.

    Sobre este particular, en reiterada ju-risprudencia del TS, tras declarar la aplicabi-lidad de los principios del Derecho Penal al procedimiento sancionador de la Administra-cin, ha afirmado que, en principio, las leyes no tienen carcter retroactivo, esto es, se aplican a los hechos realizados despus de su entrada en vigor, y antes de su deroga-cin o su declaracin de inconstitucionali-dad. Por razones de seguridad jurdica y de la propia eficacia y alcance del principio de legalidad, el principio de irretroactividad tiene

    en Derecho Penal un papel especial, y por tanto, en la potestad sancionadora de la Ad-ministracin. Es ms, el artculo 25.1 de la Constitucin lo declara expresamente para toda la materia sancionatoria, donde nadie puede ser sancionado o condenado por ac-ciones u omisiones que en el momento de cometerse no constituyan delito o falta, se-gn la legislacin vigente en aquel momento.

    De este modo, el artculo 2.1 del Cdi-go Penal establece: No ser castigado ningn delito ni falta con pena que no se halle prevista por Ley ante-rior a su perpetracin. Carecern, igualmen-te, de efecto retroactivo las Leyes que esta-blezcan medidas de seguridad. Tampoco, en materia penal ni sancio-nadora, tiene, segn criterio del TS, el princi-pio de irretroactividad un carcter absoluto. Por el contrario, experimenta una excepcin en el caso de la llamada ley penal ms favo-rable, esto es, de aquellas leyes que se en-cuentran en alguno de los dos supuestos

    DETERMINACIN DE QU LEY DEBE APLICARSE EN EL TIEMPO

    La reciente entrada en vigor de la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada, ha suscitado alguna duda, en cuanto a su aplicabilidad, con la ya derogada Ley 23/1992, de 30 de julio, de Seguridad Privada, y su conjuncin, tanto con el principio de retroactivi-dad de la Ley que mas favorezca al presunto responsable, como con la determinacin de la Ley aplicable en el tiempo, por lo que, a continuacin, se expondrn una serie de crite-rios clarificadores, tanto desde el punto de vista legislativo como jurisprudencial.

    Se g ur i d ad P r i v ad a Boletn N 45 Julio 2014

  • 23

    siguientes:

    Descriminalizan un comportamiento. Imponen sanciones menores a las que

    estableca una Ley anterior. No obstante lo anterior, el Cdigo Pe-nal formula esta excepcin al principio de irretroactividad con gran amplitud y flexibili-dad, al determinar, en el artculo 2.2 que: No obstante, tendrn efecto retroactivo aquellas leyes penales que favorezcan al reo, aunque al entrar en vigor hubiera reca-do sentencia firme y el sujeto estuviese cum-pliendo condena.

    El efecto retroactivo se produce, por tanto, siempre que todava no est extingui-da la responsabilidad penal o sancionadora. Una vez que la sentencia ha sido completa-mente ejecutada no cabe, sin embargo, pe-dir su revisin, a tenor de lo dispuesto en la Disposicin Transitoria sexta del Cdigo Pe-nal. Por ltimo, el artculo 2.3 del CP, esta-blece: A los efectos de determinar la Ley aplicable en el tiempo, los delitos (y, por tanto, las in-

    fracciones) se consideran cometidos en el momento en que el sujeto ejecuta la accin, u omite el acto que estaba obligado a reali-zar.

    CONCLUSIONES A tenor de lo anteriormente expuesto, cabe extraer las siguientes conclusiones: 1. Ser de aplicacin, siempre, la Ley ms favorable. Ciertamente, si lo que antes era sancionable, ahora no lo es, la cuestin es simple. Tambin lo parece cuando la nueva Ley establece una modificacin de las san-ciones, esto es, reduce la cuanta de la san-cin, correspondiendo, en concreto, a la per-sona responsable, conforme a la nueva Ley, una sancin inferior. 2. No obstante lo anterior, al efecto de de-terminar la ley aplicable en el tiempo, y concretar el momento temporal, este se har coincidir con el momento en que el sujeto ejecuta la accin u omisin del acto obligado a realizar, con determinacin expresa en la correspondiente acta extendida al efecto. 3. En cualquier caso, lo que no es posible es mezclar los preceptos ms favorables de la ley posterior con los de la anterior, dando lugar a una tercera ley, nueva, que sera la ley ms favorable. Hay que comparar la ley vieja con la nueva, pero tomando cada una de ellas en su totalidad.

    U.C.S.P.

    Boletn N 45 Julio 2014 S e gu r i d ad P r i va d a

  • 24

    El Pleno del Tribunal Constitucional ha estimado parcialmente el recurso presenta-do por el Gobierno contra varios preceptos de la Ley del Pas Vasco 15/2012, de 28 de ju-nio, de ordenacin del sistema de seguridad pblica de Euskadi, al considerar que en al-gunos aspectos invade la competencia estatal de seguridad pblica. Se reproduce a con-tinuacin los Fundamentos Jurdicos 4, 7 y 8, en el que se hace mencin a los aspectos ms relevantes de la doctrina constitucional en la materia.

    SENTENCIAS JUDICIALES

    FUNDAMENTO JURDICO 4 La materia segu-ridad pblica, segn ha afirmado en varias oca-siones este Tribunal (SSTC 33/1982, de 8 de junio, FJ 3, y 154/2005, FJ 5, entre otras), hace referencia a una actividad dirigida a la protec-cin de bienes y personas con la finalidad de garantizar la tranquilidad y el orden ciudadano. Esta proteccin se lleva a cabo, preferentemen-te, mediante la actividad policial propiamente dicha y las funciones no policiales inherentes o complementarias a aquellas (SSTC 104/1989, FJ 6, y 175/1999, de 30 de septiembre, FJ 5), pero tambin hemos precisado asimismo que

    dicho mbito puede ir ms all de la regulacin de las intervenciones de la "polica de seguri-dad", es decir, de las funciones propias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. As, tenemos declarado (STC 154/2005, FJ 5) que "no puede sostenerse que cualquier regulacin sobre las actividades relevantes para la seguridad ciudadana haya de quedar inscrita siempre y en todo caso en el mbito de las funciones de los cuerpos de polica o asimiladas, pues es obvio que pueden regularse al respecto actuaciones administrativas que, sin dejar de responder a finalida-des propias de la materia seguridad pblica, no se incardinen en el mbito de la actividad de dichos cuerpos (STC 235/2001, de 13 de diciembre, FJ 8)". Dicho en otros trminos, no es posi-ble realizar "una identificacin absoluta entre la materia seguridad pblica y las actuaciones que son propias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, es decir, no se reduce la normativa propia de la seguridad pblica a regular las actuaciones especficas de la llamada Polica de seguri-dad" (STC 148/2000, de 1 de junio, FJ 6), ya que "la actividad policial es una parte de la materia ms amplia de la seguridad pblica" (STC 175/1999, FJ 7). La seguridad pblica es, en principio, competencia exclusiva del Estado el Art. 149.1.29 CE, precepto constitucional que pone de manifiesto que ya en l se establecen salvedades ("sin perjuicio de...") que en cierto sentido vienen a modular la exclusividad de la competencia esta-tal, proclamada en el prrafo inicial del Art. 149 CE. De esas salvedades pueden derivarse, en su caso, lmites, en razn del contenido de los Estatutos de las diferentes Comunidades Aut-nomas y de la Ley Orgnica a la que la norma constitucional confa la regulacin del marco al que ha de ajustarse la creacin de Policas por las Comunidades Autnomas y as declaramos que "la competencia exclusiva del Estado en materia de seguridad pblica no admite ms ex-cepcin que la que derive de la creacin de las policas autnomas" (STC 104/1989, de 8 de junio, FJ 3). Es pues doctrina consolidada de este Tribunal que la seguridad pblica es una competencia -exclusiva del Estado ex. Art. 149.1.29 CE y solamente se encuentra limitada por las competencias que las Comunidades Autnomas hayan asumido respecto a la creacin de su propia polica (por odas, STC 148/2000, FJ 5). Como recuerda la STC 154/2005, FJ 5, con cita de la STC 148/2000, FJ 7, "la aludida no identificacin absoluta entre la materia "seguridad pblica" y el mbito propio de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad reclama, ante todo, delimitar con precisin este ltimo mbito, pues no puede olvidarse que, partiendo de las previsiones del bloque de la constitucionalidad antes reproducidas, hemos declarado que "es en orden a la or-ganizacin de aquella polica autnoma y a los correspondientes servicios policiales no estata-les respecto de lo que la Comunidad Autnoma ... ha asumido competencias en su Estatuto y no, en cambio, en relacin con otras funciones de ejecucin en materia de seguridad pblica".

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  • 25

    Respecto al mbito de las compe-tencias autonmicas la STC 148/2000, FJ 7 recuerda nuestra doctrina sealando que "hemos afirmado tambin en la STC 175/1999, de 30 de septiembre, FJ 3, que la competencia autonmica sobre su pro-pia polica 'es de suficiente amplitud para entender que en la propia Ley Orgnica a la que remite el Art. 149.1.29 CE se est regulando un mbito competencial mate-rial, que incluye la ejecucin del servicio policial en s, dentro de los lmites defini-dos para ella, y por tanto con exclusin de los servicios de carcter extracomunitario y supracomunitario, y no slo la organiza-cin de la Polica autnoma, cuyo mbito no se concreta slo en una atribucin orgnica ..., sino que afecta tambin al propio contenido funcional de la polica'". Esa misma conclusin ya se avanz en la STC 104/1989, FJ 3, en la que afirmamos que "es claro, conforme al tenor literal del Art. 149.1.29 de la C.E., que la com-petencia exclusiva del Estado en materia de seguridad pblica no admite ms excepcin que la que derive de la creacin de las policas autnomas, a lo que no se opone -antes bien, lo confir-ma a contrario sensu- lo dispuesto en el Art. 17 del EAPV, que atribuye al Pas Vasco el rgi-men de la propia Polica Autnoma para la proteccin de las personas y bienes y el manteni-miento del orden pblico dentro del territorio autnomo, con expresa referencia a los servicios policiales que en todo caso quedan reservados a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Es-tado. Es en orden a la organizacin de aquella Polica Autnoma y a los correspondientes' servicios policiales no estatales respecto de lo que la Comunidad Autnoma Vasca ha asumi-do competencias en su Estatuto y no, en cambio, en relacin con otras funciones de ejecucin en materia de seguridad pblica, ya que, ni es posible extender esta competencia ms all de lo que claramente se desprende de los trminos con que se regula en la Constitucin y en el Esta-tuto de Autonoma, ni puede ser aceptada la tesis conforme a la cual existe en nuestro Derecho un principio general expansivo de ejecucin autonmica, por algunas Comunidades Autnomas de . legislacin estatal, con escasas y contadas excepciones".

    As, la ya mencionada falta de identifi-cacin absoluta entre la materia seguridad pblica y el mbito propio de los servicios po-liciales tiene consecuencias en el plano de la delimitacin de competencias en la materia, de manera que a las Comunidades Autno-mas con competencias asumidas correspon-de la organizacin de sus propios servicios policiales y el ejercicio de las funciones o ser-vicios policiales no estatales, as como la ne-cesaria inherencia o complementariedad (SSTC 104/1989, FJ 6, y 175/1999, FJ 5) de determinadas funciones o potestades no es-trictamente policiales. De este modo, en los trminos de nuestra doctrina, no basta nica-mente la conexin de una determinada fun-

    cin con la materia seguridad pblica, para encuadrarla competencialmente en la esfera de res-ponsabilidad del Estado, sino que, adems del dato positivo de esa posible conexin, que se dara en todos los casos de funciones policiales, es necesario el negativo de la inexistencia de vinculacin especfica con la competencia derivada de la "creacin" de la polica autonmica, cuyo mbito competencial no comporta slo una referencia orgnica, sino tambin funcional.

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  • 26

    Criterio ste que se confirma en la STC 154/2005, FJ 5, en la que sostuvimos que "En de-finitiva, han de incardinarse en el mbito competencial de las Comunidades Autnomas que dis-pongan de polica de seguridad propia todas aquellas facultades que, bien por su especificidad o bien por inherencia o complementariedad, sean propias de las funciones o servicios policiales que hayan asumido con arreglo a lo dispuesto en los respectivos Estatutos y en la Ley Orgnica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Por el contrario, correspondern al Estado, adems de los servicios policiales que en todo caso han quedado reservados a las fuerzas y cuerpos de segu-ridad del Estado, las restantes potestades o facultades administrativas que, siendo relevantes para la seguridad pblica, no sean sin embargo propias ni inherentes de las funciones o servi-cios policiales, segn han sido definidos por la Ley Orgnica de Fuerzas y Cuerpos de Seguri-dad y por la Ley Orgnica a que se remite el Art. 104.2 CE." Criterio ratificado en el mismo FJ en el que sostuvimos que "En suma, nuestro canon de enjuiciamiento se concreta en que en materia de "seguridad pblica" al Estado le corresponden todas las potestades normativas y ejecutivas, salvo las que se deriven de la creacin de policas autonmicas en el marco de la Ley Orgnica a la que se refiere el Art. 149.1.29 CE. Esta ltima competencia incluye una doble dimensin orgnica y funcional respecto de los correspondientes servicios policiales y tambin la actividad administrativa que les sea inseparable por razn de inherencia o complementarie-dad".

    Por tanto, la conclusin que alcan-zamos en las SSTC 104/1989 y 175/1999 y reiteramos en la STC 154/2005 es igualmente predicable aho-ra en la medida en que la competencia del Art. 17 EAPV, al aludir al "rgimen de la polica autnoma", se refiere a la fun-cin policial prestada por dicha polica autnoma, esto es, a la capacidad de los poderes autonmicos de organizar aque-lla y ejercer las funciones o servicios po-liciales no estatales, as como las potes-tades administrativas que puedan ser consideradas como complementarias o inherentes a las tareas de prevencin e investigacin de hechos delictivos y per-

    secucin de los culpables, del mantenimiento del orden ciudadano y otras anlogas que se atri-buyen a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad (por todas, STC 104/1989, FJ 4). Entendida en tales trminos (competencias orgnicas y funcionales sobre la propia polica y potestades admi-nistrativas inherentes o complementarias a la actividad estrictamente policial) la competencia autonmica derivada de la creacin de la polica de seguridad propia es la nica excepcin que el Art. 149.1.29 CE contempla a la exclusiva competencia estatal sobre seguridad pblica. En suma, atendiendo a la doctrina que se acaba de exponer, lo que no ha de confundirse es la competencia especfica relativa al "rgimen de la polica autnoma, para la proteccin de las personas y bienes y el mantenimiento del orden pblico dentro del territorio autnomo", pre-vista en el Art. 17 EAPV, que se proyecta sobre el sistema de autoridades territoriales y servi-cios policiales propios en los trminos ya expuestos con la ms genrica y, por tanto, de conte-nido ms amplio-en tanto que abarca un amplio espectro de actuaciones administrativas (STC 104/2005, FJ 5)- en materia de seguridad pblica que el Art. 149.1.29 CE reserva, con los lmi-tes ya examinados, al Estado. FUNDAMENTO JURDICO 7: El siguiente precepto recurrido es el Art. 50, el cual dispone: Artculo 50. Regulacin.

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  • 27

    El Gobierno Vasco desarrollar reglamentariamente, en el marco definido por la legislacin estatal sobre seguridad pblica y privada y lo dispuesto en la presente ley, los requisitos y con-diciones exigibles para el ejercicio por personas y empresas privadas de funciones de seguridad e investigacin en Euskadi, as como las medidas de seguridad que deban adoptar las empre-sas o establecimientos con el fin de prevenir la comisin de actos delictivos. Para el Abogado del Estado e! precepto es inconstitucional por cuanto la seguridad priva-da no se integra propiamente en la submateria "creacin de Policas autonmicas" y de la doc-trina constitucional resulta que en materia de seguridad privada el Estado retiene la potestad normativa, por lo que las Comunidades Autnomas slo pueden asumir potestades ejecutivas, en cuanto directamente vinculadas con las funciones de la Polica autonmica. La representa-cin procesal del Gobierno Vasco ha sostenido de contrario que es posible realizar una inter-pretacin conforme del precepto impugnado entendiendo que no atribuye a la Comunidad Aut-noma una potestad genrica de desarrollo reglamentario en el mbito de la seguridad privada, sino lo que califica como una "competencia normativa inherente" a la actividad de tipo adminis-trativo que le corresponde desplegar, competencia traducida en decisiones que imponen a los particulares un determinado contenido prestacional. Con una argumentacin similar el Letrado del Parlamento Vasco estima que el precepto no ha de ser entendido como una habilitacin general, sino como "la base normativa para la ordenacin de las actividades meramente ejecu-tivas de que dispone el Gobierno Vasco", teniendo "un carcter descriptivo del marco en el que

    se desenvolvern las autoridades autonmicas".

    Es claro que el precepto impugnado se incardina en el mbito material de la seguridad pblica, tal como resulta de nuestra doctrina (STC 154/2005, FJ3), pues se refiere a los requisitos y condiciones exigibles para el ejercicio por personas y empresas privadas de funcio-nes de seguridad e investigacin en Euskadi, as como las medidas de seguridad que deban adoptar las empre-sas o establecimientos con el fin de prevenir la comisin de actos delictivos, aspectos ambos que tienen una in-dudable conexin con el mantenimiento del orden ciuda-dano. As pues, conforme al canon de enjuiciamiento que antes hemos expuesto, al Estado le corresponden todas las potestades normativas en relacin a estos dos aspectos. Tal como tambin han coincidido todas las partes en el presente proceso, en el mbito de la seguri-dad privada las competencias autonmicas, en cuanto referidas a actividades inherentes o complementarias a las funciones o servicios policiales, han de tratarse de facultades meramente administrativas, en tanto que ins-

    trumentales por esa razn de inherencia o complementariedad, que no sean separables de aquello que les proporciona su fundamento en el acervo competencial autonmico, las tareas de prevencin e investigacin de hechos delictivos y persecucin de los culpables, del manteni-miento del orden ciudadano y otras anlogas que se atribuyen a las Fuerzas y Cuerpos de Se-guridad, en este caso, la Polica autonmica.

    As, aun cuando pueda calificarse la intervencin autonmica sobre el ejercicio de funcio-nes de investigacin por personas privadas y la adopcin de medidas de seguridad como facul-tades administrativas inherentes o complementarias a las propias de los servicios policiales au-tonmicos, tal circunstancia habilitara a la Comunidad Autnoma para el ejercicio de funciones ejecutivas o actuaciones administrativas inherentes a lo policial (as, en la STC 154/2005, FFJJ 5 y 8) lo que no es, patentemente, el caso. Tampoco la impugnacin puede ser calificada de preventiva pues lo que se discute es la pretensin del legislador autonmico de atribuir al Go-bierno Vasco la potestad de dictar disposiciones administrativas de carcter general en un m-

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  • 28

    bito en el que las competencias autonmicas son ejecutivas. Esto es, nos encontramos ante una habilitacin para el desarrollo reglamentario en dos mbitos que, por su carcter genrico, no pueden entenderse limitados a la emanacin de reglamentos de organizacin interna y de ordenacin funcional de una competencia ejecutiva autonmica, nicos mbitos en los que tal habilitacin sera posible (por todas, STC 31/2010, de 28 de junio, FJ 61).

    Por lo expuesto, el Art. 50 es contrario al orden de distribucin de competencias y, por tanto, inconstitucional y nulo.

    FUNDAMENTO JURDICO 8:. El ltimo de los preceptos objeto de recurso es el Art. 55 que presenta el siguiente tenor:

    Artculo 55. Seguridad privada.

    Corresponde al Departamento competente en seguridad pblica la ejecucin de la legislacin del Estado y de la Comunidad Autnoma de Euskadi en materia de seguridad privada, para lo cual ejerce las si-guientes atribuciones:

    a) La autorizacin de las empresas de seguridad privada que tengan su domicilio social en Euskadi cuando su mbito de actuacin no supere el territorio de Euskadi.

    b) La inspeccin y la sancin de las actividades de seguridad privada que se presten en Euskadi.

    c) La autorizacin de los centros de formacin del personal de seguridad privada. d) La coordinacin de los servicios de seguridad e investigacin privada con la Ertzaintza

    y las Policas locales.

    El Abogado del Estado considera inconstitucional el inciso del primer prra-fo "y de la Comunidad Autnoma de Eus-kadi", por las mismas razones sealadas respecto del Art. 50, ya que la potestad normativa en materia de seguridad priva-da corresponde en exclusiva al Estado. Adems cuestiona el apartado b) en cuanto atribuye a la Comunidad Autno-ma facultades de inspeccin y sancin de cualquier actividad de seguridad privada que se preste en Euskadi, contraviniendo lo dispuesto en la disposicin adicional de la Ley 23/1992, de 30 de julio, de Se-guridad Privada, y el apartado c) del Art.

    55, toda vez que esa facultad, que en principio corresponde al Estado (STC 154/2005, FJ 8), slo puede ser asumida por las Comunidades Autnomas cuando exista una expresa atribucin estatutaria, dentro del marco constitucional (STC 31/2010, FJ 103), lo que no sucede en el caso de la Comunidad Autnoma del Pas Vasco. La representacin procesal del Gobierno Vasco considera que el inciso "legislacin... de la Comunidad Autnoma de Euskadi en materia de se-guridad privada" ha de ser interpretado en los mismos trminos que los propuestos para el Art. 50; en cuanto al apartado b) del Art. 55 niega que la Ley 23/1992 pueda ser parmetro de cons-titucionalidad y seala que se trata de actividades inherentes o complementarias a lo propia-mente policial y respecto del apartado c) sostiene su plena constitucionalidad por aplicacin de la doctrina de la STC 31/2010. Argumentos parecidos ha empleado el Letrado del Parlamento Vasco en defensa de la constitucionalidad del precepto impugnado.

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  • 29

    Sobre el primero de los aspectos discutidos ya hemos dejado sentado que las competen-cias autonmicas en materia de seguridad privada son de naturaleza ejecutiva, por lo que, for-zosamente, nuestra conclusin ha de ser la misma que ya alcanzamos en relacin con el Art. 50. Tampoco es admisible la interpretacin que, aludiendo a lo que califican como un "exceso retrico" o a un defecto de tcnica legislativa, respectivamente, proponen las representaciones procesales del Gobierno Vasco y del Parlamento Vasco pues "Conforme a nuestra reiterada doctrina, la admisibilidad de la interpretacin conforme requiere que la interpretacin compatible con la Constitucin sea efectivamente deducible de la disposicin impugnada, sin que corres-ponda a este Tribunal la reconstruccin de una norma contra su sentido evidente y, por ende, la creacin de una norma nueva para concluir que esa reconstruccin es la norma constitucional, con la consiguiente asuncin por el Tribunal Constitucional de una funcin de legislador positivo que institucionalmente no le corresponde" (STC 30/2011, de 16 de marzo, FJ 11 y las all cita-das).

    En consecuencia, el inciso "y de la Comunidad Autnoma de Euskadi" del Art. 55 es in-constitucional y nulo.

    En lo que respecta al apartado b) debemos comenzar sealando que, como ya dejamos sentado en la STC 154/2005, FFJJ 4 y 6, la disposicin adicional cuarta de la Ley 23/1992, de 30 de julio, de se-guridad privada, no forma parte del blo-que de la constitucionalidad (Art. 28 LOTC), de manera que nuestro enjuicia-miento no puede resultar condicionado por sus previsiones. As, para determinar si la Comunidad Autnoma ostenta la competencia discutida, deberemos exami-nar si la misma, por su contenido y finali-

    dad, guarda vinculacin especfica con la competencia autonmica derivada de la creacin de su propia polica de seguridad, teniendo en cuenta, tambin, el carcter complementario o su-bordinado de la seguridad privada respecto de la seguridad pblica. Con tales criterios, en este caso es posible entender que el precepto no vulnera las competencias del Estado pues refiere la inspeccin y sancin autonmicas no a cualquier actuacin de las empresas y personal de seguridad, sino a las "actividades de seguridad privada", es decir a actuaciones materiales rela-cionadas con la seguridad de personas y bienes y que, por ello, resultan inherentes o comple-mentarias a las potestades derivadas de la e