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AÑO VII DOMINGO 18 DE DICIEMBRE DEL 2011 Nº 127

Boletín Aleluya nº 127

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Tiempo de Navidad, horario de misas, resumen de activiades de la Parroquia Nuestra Señora de las Nieves de Calpe, DOMINGO 18 DE DICIEMBRE DE 2011

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AÑO VII DOMINGO 18 DE DICIEMBRE DEL 2011 Nº 127

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NAVIDAD.- UNA PESETA

Eran los tiempos de la peseta. Aquella mujer había terminado la compra en el Supermercado, y, como todos, tuvo que pasar por caja. Al pagar, la cajera tenía que devolverle “una peseta”, pero no la tenía a mano, y dijo: “Total, por una peseta…”, como queriendo decir que era tan mínima la cantidad que no valía la pena dejar la caja en busca de ella.

-La peseta es mía- respondió la compradora. -Si fuera suya, yo iría a buscarla hasta darle lo que le corresponde, lo suyo. Por lo tanto, cumpla con su obligación y tráigamela. Yo espero. -Señora, por una peseta no vale la pena hacer esperar a la gente que viene detrás de usted. -Eso no es problema mío. Es usted quien tiene la obligación de tener la caja preparada precisamente para no hacer esperar. Le repito: una peseta es poca cosa, pero esa poca cosa es mía, y usted no debe hacer con lo mío lo que quiera, al menos sin mi permiso.

No sé más sobre la conversación, ni sé si una pensaría de la otra que era avara, que no perdonaba ni una peseta, ni si la otra pensaría de la una que, peseta a peseta, al final la cantidad no resultaría tan mínima. Pero la conclusión de quien me lo contó no iba por ahí: no se trataba de la cantidad, sino del hecho. Ese “total por una peseta…” empieza siempre por poco y acaba por mucho: “total, por unas pesetas, por unos miles, por un milloncete…, ¿a quién va a perjudicar?”. Buena pregunta, y sólo tiene respuesta ante la toma de conciencia de que todas las acciones van entrelazadas, y que mi acción, aunque no lo parezca, repercute en la generalidad. Una peseta es poco; una persona es sólo una persona. Sin embargo nuestra conciencia no puede detenerse ante lo que tenemos delante. Un millón de personas haciendo lo mismo es un millón de pesetas que se sustraen de donde no corresponde. Pero, si la acción no se queda sólo en una peseta, sino que, como suele ocurrir, pasa a mayores, lo que hace un millón de personas con lo que no es suyo puede abocarnos a cantidades que producen escalofrío. Como dice la Sabiduría (la experiencia repetida de la vida), el que terminó mal siempre empezó por poco (total...), pero la misma acción, poco a poco, le llevó a mucho. ¿No era eso lo que decía un anuncio contra el fuego? Vamos a celebrar una Navidad distinta; no sólo más austera, sino probablemente más triste por tantas cosas como sabemos, y no es cuestión de buscar culpables sino de reconocer nuestros pecados. Podríamos preguntarnos: en comparación con los grandes de este mundo, ¿qué he hecho yo en nivel más pequeño con aquello que no era mío? Y nos daremos cuenta de que nuestras espaldas puede que hayan cargado con alguna o algunas acciones sobre mínimos que han terminado en máximos.

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Hemos de contar con los que estudian lo grande (por ejemplo, los grandes números, la macroeconomía), pero un cristiano no puede quedar sólo con eso, sino que su conciencia le impulsa a ir más allá, es decir, a las actitudes por las que, en nombre de Cristo, quiere respetar la justicia, o al menos, la “legalidad” de las cosas. Si no creemos en más, al menos tendremos que creer en el sistema legal que hemos querido “para cumplirlo”. Repito, los cristianos somos los primeros que queremos cumplir con la ley. Sería un mínimo suficiente para revitalizar nuestras vidas en sociedad, así como la economía, que no es sino un signo de cómo vamos todos. Del Niño Dios que nació en un establo no se enteró nadie más que los que apreciaban lo pequeño (total, por un bebé más o menos…) Y, sin embargo, lo más grande que se ha movido en este mundo tuvo como punto de partida a ese Bebé (“una peseta”).

Que con esta nueva Navidad nazca en todos nosotros un mayor deseo de Justicia (o legalidad) Social. Será un gran beneficio para todos. Feliz Navidad y un abrazo “pequeño”.

Francisco Bernabé

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ASÍ SE LEVANTÓ EL TEMPLO

Después de tantos años de ausencia de Calpe, donde estuve desempeñando el ministerio sacerdotal, durante dieciocho años, he recibido con sorpresa y cariño el detalle que tuvo el Ilustrísimo Ayuntamiento de Calpe con mi humilde persona. Yo, en estos momentos, lo hago extensivo a toda la feligresía de Calpe. Pues sois vosotros –y no yo- quienes levantasteis el nuevo templo con vuestro esfuerzo y vuestra entrañable colaboración. Sin vosotros, yo no hubiera podido hacer nada. El templo parroquial era la actual capilla del sagrario, pero quedaba tan pequeño, que los domingos entraban en él las mujeres y los

hombres se quedaban a la puerta. Cuando las mujeres salían es que había terminado la misa y se iban todos a sus casas. Por este motivo, creo que había un deseo tácito en el corazón de todo calpino, de que alguien alzase la voz y les animara a realizar las obras, lo que sentían en su corazón Esta es la atmósfera que se respiraba en la parroquia y quise expresarlo desde el altar, pero, cuantas veces me decidía a hacerlo, otras tantas me volvía atrás, pensando para mis adentros ¿a dónde voy, si no hay un céntimo? ¡Lo lógico es que se rían de mí y con razón! Pronto comprendí que el primer paso a dar para que la gente pusiera manos a la obra, era comprometerlos públicamente en la edificación del nuevo templo y dejar los demás problemas en manos de Dios. El domingo que anuncié el paso que íbamos a dar, tuve la misma sensación que esa persona que está nerviosa e indecisa ante una operación quirúrgica; y cuando logra por fin, superarse y decir: sí, le desaparecen todos los miedos que tenía y se queda en un verdadero remanso de paz; así me quedé yo, como flotando en una balsa de aceite. Los feligreses empezaron a organizarse, para recaudar dinero, nombrando en cada calle una persona encargada de recoger los donativos mensuales de cada familia, y, cuando todo parecía que iba bien, empezaron a surgir problemas y dificultades, hasta el extremo, de obligarme a pensar que me había equivocado y que el deseo de un nuevo templo, no era voluntad de Dios; y así lo expuse desde el altar, con la consiguiente desaprobación de los feligreses. Días después, me hallaba en casa de Jaime Mulet, Presidente de la Cofradía de Pescadores,

ANTES (AÑO-1974)

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junto con la persona encargada de recoger los donativos de esa calle, y ésta me hizo una señal para que me fijara en una anciana, que en esos momentos pasaba por delante de la puerta y me dijo: Esa anciana que Vd. ha visto pasar, solamente cobra de pensión quinientas pesetas mensuales, y ella sabe, lo que tendrá que hacer para llegar a finales de mes con tan poco dinero y, sin embargo, nunca faltan las diez pesetas en su sobre, que se las quita de la comida, para entregarlas al nuevo templo. Aquellas palabras me llegaron tan adentro, que todos los problemas que habían surgido hasta entonces, me parecieron tan pequeños, que volví a valorar el sentimiento que había en el corazón del pueblo, pero ahora, de forma definitiva. Y el domingo siguiente les anuncié con toda ilusión: Vamos a continuar con el compromiso que habíamos adquirido de construir el nuevo templo; el que quiera seguirnos, sepa que estamos en marcha. Aquel día se levantaron los ánimos para siempre. Permitidme un inciso: el día que celebré los funerales de esta anciana tuve la satisfacción de poder decir desde el altar: En estos momentos Jesús le estará diciendo: “Ven bendita de mi Padre, porque tuve necesidad de una casa y tú me la construiste”. Y ella le responderá: ¿Señor, cómo si yo era una pobre? Y el Señor le dirá: Con el sacrificio de las diez pesetas mensuales que ponías en tu sobre, levantaste el ánimo de todos y fue posible el nuevo templo. Por fin, vino a verme la persona que había mediado con la empresa constructora ”Dragados” para concretar el día que debían de empezar las obras del templo, y mi respuesta fue: tienen mi permiso para empezar el día que les venga bien. Se quedó extrañado y me preguntó: ¿Cómo es posible empezar unas obras de tal envergadura sin la solemnidad de la colocación y bendición de la primera piedra? Y le repetí: de verdad, que pueden empezar el día que les venga bien, mientras pensaba para mis adentros: ¿cómo voy a organizar un acto solemne, invitando al Sr. Obispo, a las autoridades y a todo el pueblo, si a lo mejor dentro de dos meses estoy en la cárcel por falta de pago? Un día, al salir por la mañana a la calle, me extrañó que la gente me felicitara, y al preguntarles: ¿porqué?, me respondían: porque han empezado ya las obras. No nos diga que Vd. no lo sabe. Y sin más protocolo, el día uno de julio de mil novecientos setenta y cuatro se iniciaban las obras. ¡Gracias a Dios! hubo una verdadera colaboración por parte de todos. Incluso se dio el caso, de un matrimonio de la colonia inglesa, que se ofreció a vender objetos religiosos a la puerta de la iglesia durante los domingos, para entregar lo que se recaudara a las obras del nuevo templo. Por cierto, recuerdo una pequeña anécdota que me ocurrió con este

DESPUÉS (AÑO-1977)

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matrimonio. Una noche me invitaron a cenar en su casa y la señora me mostró una pequeña botella de licor diciéndome: He traído de Inglaterra este licor para Vd. Es crema de güisqui. Le voy a preparar un café irlandés, que Vd. no ha tomado nunca. Yo me excusé, porque temía pasar la noche en vela, pero ella no me hizo caso y, cuando lo probé, con toda humildad le dije: aunque no duerma en toda la noche, desearía tomar otro café, y me respondió: Imposible, porque este licor es muy caro. Comprendí que no había estado a la altura de la exquisita finura inglesa. No podemos dejar de recordar en estos momentos, a D. Pedro Pastor Pastor, entonces Director de la Caja de Ahorros del Mediterráneo en esta villa de Calpe y que se comprometió a reservar – en el grupo de viviendas que dicha Caja estaba levantando a la entrada del pueblo- un piso para cada una de las familias que habitaban las casas, que fueron derribadas para el solar de la iglesia. Verdaderamente Dios nos salió al paso, porque era uno de los problemas que más nos angustiaban. También percibiríamos en otra ocasión, de forma palpable, la mano de Dios. Lo que hoy es la pared del presbiterio, tenía tres metros de grosor y los expertos creían que se trataba de la pared de la muralla, pero resultó ser un relleno de piedra y arena, que había entre la muralla y la casa parroquial. Al derribar la casa, aquella gran pared quedó al descubierto y se pensó incorporarla al nuevo templo. Los obreros estuvieron toda la mañana saneándola y al medio día, mientras ellos comían, al quedarse la pared sin los contrafuertes de la casa parroquial, todo aquel relleno se vino abajo. De ocurrir esto media hora antes, hubiera sepultado a los obreros que estaban trabajando, pues se recogieron varias toneladas de escombros

Tampoco faltaron sus momentos de desaliento. Recuerdo aquel día, cuando ya estaban levantadas las paredes y nos quedamos sin dinero y nos preguntábamos: ¿si no podemos continuar las obras, dónde celebraremos la misa este verano? Pues los materiales para la construcción ocupaban todo el espacio disponible, tanto dentro del recinto como fuera en la plaza. Ha pasado el tiempo y no recuerdo el desenlace, pero también salimos a flote. Fueron unos años duros y al mismo tiempo gratificantes porque los llevábamos de común acuerdo y armonía con las autoridades y con todo el pueblo. Como en toda empresa humana, hubo problemas, dificultades y también alegrías y, por fin, el día veintidós de octubre de mil novecientos setenta y siete, el Sr. Obispo D. Pablo Barrachina, acompañado por cuarenta sacerdotes y de una gran asistencia de fieles y presidido por las autoridades, bendijo el nuevo templo. Un año después, el día quince de octubre de mil novecientos setenta y ocho, cuando fui trasladado a la nueva Parroquia de Santa Ana de Elda, entre todos habíamos pagado diecinueve millones de pesetas y quedaba uno de superávit para la decoración del templo. Quiero confesaros que he pasado unas horas muy agradables recordando estos acontecimientos que compartí con todos vosotros y que, según san Pablo, con toda seguridad que están escritos en el Libro de la Vida.

Rvdo. Enrique Garrigós

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Con el lema “Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir”, Iniciamos la campaña de navidad este próximo sábado 17 de diciembre, hasta el día de Reyes, 6 de enero. Como en años anteriores vamos a colocar cestas y carros solidarios, en las Iglesias Ntra. Sra. de las Nieves, Ntra. Sra. de la Merced y en el Colegio Azorín.

También habrá carros solidarios en los supermercados que colaboran en esta campaña.

Nuestro compromiso sigue siendo atender a las familias que solicitan ayuda y están necesitadas. Voluntarios de esta Cáritas estaremos a disposición de todas las personas que deseen colaborar. Pueden contactar con nosotros en los teléfonos: 635709956, 625103440 y/o en el de la Parroquia Ntra. Sra. de las Nieves 96 583 0186 Muchas gracias a todos por seguir colaborando con Cáritas en beneficio de los más necesitados.

¡FELICES FIESTAS!

CARITAS EN ESTA NAVIDAD, INVITA A TODOS A COLABORAR PARA AYUDAR A LOS QUE MÁS LO NECESITAN.

LLAMADA A LA SOLIDARIDAD

Con nuestra manera de vivir, de comportarnos, de actuar, podemos influir para bien en nuestro entorno. Cada uno de nosotros

tiene un trozo de mundo en el que sí que puede hacer algo….. y son muchos los que se pueden beneficiar de ello…… casi sin darnos cuenta.

Cá r i t a s , ha conseguido una casa, donde está viviendo una mujer sola, sin ingresos; con 4 niñas entre 2 y 14 años. Este compromiso supone un pago mensual de 300€ por alquiler durante 6 meses, sin incluir otros gastos básicos como alimentación luz y agua.

Solicitamos tu colaboración. Cuenta bancaria: CAJAMURCIA 2043-0491-22-2007001438

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TIEMPO DE NAVIDAD HORARIOS DE MISAS

DÍA HORARIO

Domingo 18 diciembre

09:00 h. : Santa Misa

11:00 h. : Santa Misa

12:30 h. : Misa de niños

19:00 h. : Santa Misa

20:00 h. : Concierto Coral Ifach con Orquesta

Lunes 19 diciembre 9:30 h. : Santa Misa

Martes 20 diciembre 19:30 h. : Santa Misa

20:00 h. : Celebración Penitencial

Miércoles 21 diciembre 19:30 h. : Santa Misa

Jueves 22 diciembre 19:30 h. : Santa Misa

Viernes 23 diciembre 19:30 h. : Santa Misa

20:00 h. : Concierto Rondalla de Calp

Sábado 24 diciembre. Noche Buena

17:30 h. : Santa Misa “Tarde Buena” para niños, representación Belén viviente.

Se suprime la Misa de las 19:00 h.

24:00 h.: Santa Misa del” Gallo”

Domingo 25 diciembre. NAVIDAD

Se suprime la misa de 9:00 h.

11:00 h. : Santa Misa

12:30 h. : Santa Misa

19:00 h. : Santa Misa

Lunes 26 diciembre. 09:30 h. : Santa Misa

Martes 27 diciembre. 19:30 h. : Santa Misa

Miércoles 28 diciembre. 19:30 h. : Santa Misa

Jueves 29 diciembre. 19:30 h. : Santa Misa

Viernes 30 diciembre. 19:30 h. : Santa Misa

Sábado 31 diciembre. 19:00 h. : Santa Misa (Víspera de año nuevo)

Domingo 1 enero. Año Nuevo

Se suprime la misa de 9:00 h.

11:00 h. : Santa Misa

12:30 h. : Santa Misa

19:00 h. : Santa Misa

Lunes 2 enero. 9:30 h. : Santa Misa

Martes 3 enero. 19:30 h. : Santa Misa

Miércoles 4 enero. 19:30 h. : Santa Misa

Jueves 5 enero. 18:00 h. : Santa Misa

19:00 h. : Adoración de los Reyes Magos

Viernes 6 enero. Epifanía

09:00 h. : Santa Misa

11:00 h. : Santa Misa

12:30 h. : Misa de niños

19:00 h. : Santa Misa

Sábado 7 enero. 19:00 h. : Santa Misa

Domingo 8 enero. Bautismo del Señor

09:00 h. : Santa Misa

11:00 h. : Santa Misa

12:30 h. : Misa de niños

19:00 h. : Santa Misa