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1 Gran Logia de Colombia MASONERÍA EN ACCIÓN www.granlogiadecolombia.co Las Logias, piedra angular de nuestra orden, deben velar per- manentemente al dirigir sus trabajos por consolidar en ellos los ideales progresistas que alientan la membresía avalados por la historia universal y la esencia humanística de sus postulados. No en un plano retórico o filosófico, sino con toda la energía dirigi- da a la sociedad inmediata que nos corresponde –Colombia–, en donde hay mucho que hacer en la difusión de nuestros principios morales y con la doctrina masónica dispuesta en la acción social. La acción con responsabilidad es el compromiso inmerso en las futuras actividades de los HH.·. en el mundo profano donde debe ser inminente nuestra presencia permanente, aún en el caso de vernos avocados a modificar nuestros cuadros, eliminando va- cantes estériles de nuestra organización interna que nos impidan el avance hacia una Mas.·. en acción, eligiendo a HH.·. verdadera- mente comprometidos irrestrictamente con la renovación masó- nica en el campo social. La Masonería vive en un entorno de permanente transformación, siendo el cambio la constante de la realidad social: rápida, sor- prendente y natural, no alcanzamos a asimilar un proceso de cual- quier naturaleza, cuando ya se está dando otro nuevo. Todo está de paso, todo es una novedad. Es por ello que la masonería debe asumir un liderazgo de rápida inserción en políticas educativas y de desarrollo sostenible, de crecimiento y de reducción de la pobreza. Por lo anterior, los escenarios claves para la presencia efectiva de la masonería como agente de transformación social en Colom- bia, están dispuestos: Después de suscribir el acuerdo de PAZ, nuestro país debe adelantar políticas de posicionamiento global, insertarse en la economía mundial, desarrollar una mayor cober- tura en la protección social, superar las desigualdades y la inequi- dad, implementar una nueva política exterior, enfrentar el de- safío ambiental, elevar la competitividad en el sector comercial, fomentar más aún las relaciones internacionales, incrementar la inversión extranjera, luchar contra el narcotráfico y la corrupción. Todo ello, dispuesto para nuestra participación masónica en la búsqueda de la transformación interna para impactar en la trans- formación externa y de cambio social. M..R..G..M.. José Domingo González-Rubio Rodríguez. @josedomingonza1 M ASONERÍA EN A CCIÓN M ASONERÍA EN A CCIÓN PUBLICACIÓN OFICIAL DE LA GRAN LOGIA DE COLOMBIA Boletín Año I - Número 3 PUBLICACIÓN MENSUAL Noviembre de 2.015 e.·.. v.·. E l desarrollo de la inteligencia y la conciencia en el hom- bre crearon la cultura. Los conocimientos sirvieron para preservar la especie y adaptarse racionalmente a las condiciones artificiales creadas por él, y la necesidad de transferirlos directamente, asumiendo el rol legado por las leyes de la evolución para la subsistencia y adaptación a los cambios generados por la producción cultural, representa- dos por los resultados tangibles de la ciencia, la tecnología y la técnica, que transforman continuamente las costumbres y el bienestar de la sociedad. Fue así como surgió la Educación, alternativa racional y cons- ciente a la genética, para transformarse en información ela- borada y sistematizada, estructurada en contexto a entornos naturales y artificiales para permitirle al hombre continuar con ese legado y dedicar un tiempo mayor a la transforma- ción continua del universo que le entregó los elementos bá- sicos para que manifestara el pensamiento, la inteligencia, la voluntad, la conciencia y el libre albedrio. La Educación es parte inherente al desarrollo del propio uni- verso, un estadio superior de su evolución. La Educación ha sido el aporte concreto del hombre al proceso de compleji- dad en la construcción de la magna obra desde el momento en que se rompió la simetría a partir del Big Bang. En este contexto surge la Masonería como el escalón más elevado de la formación humana y máxima expresión de la Educación, al tener como objeto de estudio al propio hom- bre, paradigma de la creación del Universo en un proceso que le consumió un poco menos de 15.000 millones de años, y como misión la utilización de recursos espirituales y mate- riales para lograr el bienestar de la humanidad. La Masonería centra su objeto de estudio en el hombre, por- que considera que en su interior se encuentran las fuerzas transformadoras del universo y la capacidad real de conducir su evolución futura. El mundo que conocemos y donde se des- Los Masones y la Educación Laica Por: V .·. H.·. Rafael Camerano Fuentes Resp.·. Log.·. Pitágoras N° 28

Boletín Masonería en Acción No. 3

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El boletín Masonería en Acción es una publicación oficial de la Gran Logia de Colombia y sale mensual.

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www.granlogiadecolombia.co

Las Logias, piedra angular de nuestra orden, deben velar per-manentemente al dirigir sus trabajos por consolidar en ellos los ideales progresistas que alientan la membresía avalados por la historia universal y la esencia humanística de sus postulados. No en un plano retórico o filosófico, sino con toda la energía dirigi-da a la sociedad inmediata que nos corresponde –Colombia–, en donde hay mucho que hacer en la difusión de nuestros principios morales y con la doctrina masónica dispuesta en la acción social.

La acción con responsabilidad es el compromiso inmerso en las futuras actividades de los HH.·. en el mundo profano donde debe ser inminente nuestra presencia permanente, aún en el caso de vernos avocados a modificar nuestros cuadros, eliminando va-cantes estériles de nuestra organización interna que nos impidan el avance hacia una Mas.·. en acción, eligiendo a HH.·. verdadera-mente comprometidos irrestrictamente con la renovación masó-nica en el campo social.

La Masonería vive en un entorno de permanente transformación, siendo el cambio la constante de la realidad social: rápida, sor-prendente y natural, no alcanzamos a asimilar un proceso de cual-quier naturaleza, cuando ya se está dando otro nuevo. Todo está de paso, todo es una novedad. Es por ello que la masonería debe asumir un liderazgo de rápida inserción en políticas educativas y de desarrollo sostenible, de crecimiento y de reducción de la pobreza.

Por lo anterior, los escenarios claves para la presencia efectiva de la masonería como agente de transformación social en Colom-bia, están dispuestos: Después de suscribir el acuerdo de PAZ, nuestro país debe adelantar políticas de posicionamiento global, insertarse en la economía mundial, desarrollar una mayor cober-tura en la protección social, superar las desigualdades y la inequi-dad, implementar una nueva política exterior, enfrentar el de-safío ambiental, elevar la competitividad en el sector comercial, fomentar más aún las relaciones internacionales, incrementar la inversión extranjera, luchar contra el narcotráfico y la corrupción.

Todo ello, dispuesto para nuestra participación masónica en la búsqueda de la transformación interna para impactar en la trans-formación externa y de cambio social.

M.∙.R.∙.G.∙.M.∙. José Domingo

González-Rubio Rodríguez.@josedomingonza1

MASONERÍA EN ACCIÓN MASONERÍA EN ACCIÓN PUBLICACIÓN OFICIAL DE LA GRAN LOGIA DE COLOMBIA

Boletín

Año I - Número 3 PUBLICACIÓN MENSUAL Noviembre de 2.015 e.·..v.·.

El desarrollo de la inteligencia y la conciencia en el hom-bre crearon la cultura. Los conocimientos sirvieron para preservar la especie y adaptarse racionalmente a

las condiciones artificiales creadas por él, y la necesidad de transferirlos directamente, asumiendo el rol legado por las leyes de la evolución para la subsistencia y adaptación a los cambios generados por la producción cultural, representa-dos por los resultados tangibles de la ciencia, la tecnología y la técnica, que transforman continuamente las costumbres y el bienestar de la sociedad.

Fue así como surgió la Educación, alternativa racional y cons-ciente a la genética, para transformarse en información ela-borada y sistematizada, estructurada en contexto a entornos naturales y artificiales para permitirle al hombre continuar con ese legado y dedicar un tiempo mayor a la transforma-ción continua del universo que le entregó los elementos bá-sicos para que manifestara el pensamiento, la inteligencia, la voluntad, la conciencia y el libre albedrio.

La Educación es parte inherente al desarrollo del propio uni-verso, un estadio superior de su evolución. La Educación ha sido el aporte concreto del hombre al proceso de compleji-dad en la construcción de la magna obra desde el momento en que se rompió la simetría a partir del Big Bang.

En este contexto surge la Masonería como el escalón más elevado de la formación humana y máxima expresión de la Educación, al tener como objeto de estudio al propio hom-bre, paradigma de la creación del Universo en un proceso que le consumió un poco menos de 15.000 millones de años, y como misión la utilización de recursos espirituales y mate-riales para lograr el bienestar de la humanidad.

La Masonería centra su objeto de estudio en el hombre, por-que considera que en su interior se encuentran las fuerzas transformadoras del universo y la capacidad real de conducir su evolución futura. El mundo que conocemos y donde se des-

Los Masones y la Educación Laica

Por: V.·. H.·. Rafael Camerano Fuentes Resp.·. Log.·. Pitágoras N° 28

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MASONERÍA EN ACCIÓN

Masonería en Acción es una publicación de la Oficina de Comunicaciones y Prensa de la Gran Logia de Colombia. Todos los derechos reservadosM.∙.R.∙.G.∙.M.∙. José Domingo González-Rubio Rodríguez

Oficina de Comunicaciones y Prensa - Director: Felipe Eljach Campillo – Consejo Editorial: Ramiro Muñoz Carvallo, Rafael Camerano,Evert Montero Cárdenas, Marco RuizDiseño Prisma Ediciones – Los conceptos emitidos en cada artículo son responsabilidad de sus autores y no comprometen el pensamiento de la G.L.C.

Para recibir este boletín en formato digital inscríbase a través de la página web: www.granlogiadecolombia.co

La Masonería ha creado una metodología sustentada por símbolos, alegorías y psicodramas.

envuelve la mayor parte de nuestras vidas ha sido ideado y construido en la mente del hombre. Allí se han puesto a prueba todas las teorías y ha adquiri-do vida imaginaria el mundo que se mani-fiesta en objetos ma-teriales concretos. Esa fuerza creadora y transformadora de

la realidad está en nuestro interior, sólo nos resta penetrar en sus profundidades para que surja con toda su vitalidad.

La Masonería ha creado una metodología sustentada por símbolos, alegorías y psicodramas, que le permite al Masón adquirir la confianza suficiente para que compruebe median-te obras que él es capaz de transformar el mundo. Cuenta con el pensamiento, la conciencia, la voluntad, la inteligencia y, sobre todo, el libre albedrío que se manifiesta en la liber-tad de pensamiento obtenida como producto de su trabajo paciente y dirigido hacía la obtención del bienestar de los se-res humanos vivos que se encuentran esparcidos en la faz de la Tierra y aquellos que han de venir para darle continuidad a la obra del universo y preservar la especie humana.

Las diferencias con la educación profana tradicional son evi-dentes. Mientras ésta imparte conocimientos comprobados, la masónica estudia al ser humano particular y deja en sus manos las herramientas necesarias para que se transforme de acuerdo con sus propias expectativas, sueños y perspectivas. Es equiva-lente al nivel Doctoral en la Educación profana, el investigador corre la frontera y aporta un conocimiento nuevo. El Masón al autodefinirse como objeto de estudio descubre que puede diri-gir el cambio, que cualquier obra que desee construir podrá hacerla al lado de otros HH.·. y de profanos, como lo hicieran los cons-tructores de catedrales en la edad media.

Esta es la tarea fundamental de la M.·. cambiar al Hombre que decide Inic.·.. Es una tarea profundamente educativa que se solidifica en la práctica masónica, el tra-bajo filantrópico y la construcción de un pensamiento libre de ataduras dogmáticas y verdades absolutas sin ningún sus-tento en la realidad. Se desprende que la Educación profana por la que luchamos los MM.·. también debe estar libre de ataduras dogmáticas, sustentada en un sistema de conoci-mientos construidos en la práctica científica, tecnológica y técnica, y basados en teorías que han sido el resultado de un desarrollo racional que confronta sus bondades en forma permanente y abierta con el juez inexorable de la práctica.

No basada en revelaciones a personas particulares quienes se han abrogado el derecho de ser intermediarios exclusivos con las deidades que ellos mismos han creado e intentan por todos los medios oficializar para darle sustento a los dogmas que han mantenido a gran parte de la humanidad sumida en la ignorancia.

Es por ello que los MM.·. propendemos por una Educación Laica, sin identificaciones dogmáticas de ninguna clase, como una expresión del respeto que tenemos por quienes piensan diferente a nosotros, pero que no solo no compartimos sino que combatimos ideológicamente por considerarlas uno de los enemigos fundamentales del hombre virtuoso, recto y libre que se vio en la necesidad de velar sus conocimientos para poder legarlo a las generaciones que hoy nos beneficia-mos de sus resultados.

La construcción de la sociedad moderna basada en un sis-tema de conocimientos organizados que se imparten en los colegios e instituciones de educación superior, imponen a los MM.·. tareas inaplazables que es necesario continuar. Si nues-tros ancestros lucharon por la independencia, beneficio que estamos disfrutando, nos corresponde a nosotros continuar desarrollando su principal resultado: la Educación Laica. En una sociedad sometida es imposible que la educación tenga como impronta la laicidad, pues la misma condición de some-timiento la lleva a que se conviertan en caldo de cultivo para la pseudociencia, el dogma y la superstición.

La Educación es un objetivo concreto, tangible y real para darle vida al principio de igualdad que simbolizamos con el ni-vel. Son herramientas suministradas al ser humano para que haga parte de la vanguardia transformadora del universo. Ningún ser humano, ningún colombiano, ningún latinoame-ricano debería estar marginado de la Educación Laica. El ali-mento espiritual, aquel que enriquece los valores y virtudes de los hombres, el que lo compenetra con la realidad física y

cultural, es mucho más importante que el alimento material, también indispensable para vivir.

Nos corresponde a los MM.·. concitar a los demócratas y librepensadores en torno de un programa que impulse la masifica-ción de la Educación Laica, pública y gra-tuita, de amplia cobertura hacía las clases

sociales menos favorecidas, con el presupuesto suficiente para garantizar su alta calidad y excelencia académica.

Es hora que apuntemos en la misma dirección y asumamos una actitud proactiva, con los brazos entrelazados, para que las Grandes Logias de Colombia una propuesta que permita la creación de la red latinoamericana de universidades laicas, públicas y gratuitas, que dedique sus esfuerzos a la solución de los problemas de nuestros países, a consolidar la paz con justicia social y profundizar la democracia.

Ningún ser humano, ningún colombiano, ningún

latinoamericano debería estar marginado de la

Educación Laica

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Doscientos cincuenta años atrás, muy cerca de donde hoy se ubica la sede de la Gran Logia de Colombia, nació tal vez el más “compatriota de todos”, Don

Antonio Nariño y Álvarez del Casal, un personaje que por su obra y valentía permite gozar de las libertades con que ahora cuenta la Nación. La vida de Nariño ha sido objeto de estudio por la academia, aunque su peso histórico muchas veces se ha opacado junto a otros próceres.

Pero, sin duda, es quien sirve de mejor manera como ejem-plo de lo que significa el amor por la patria y, sobre todo, de fortaleza por defender convicciones propias sin importar consecuencias.

A los 16 años fue subteniente abandera-do del batallón de “Caballeros Corazas”; a los 24 fue alcalde de Santafé de Bogotá y posteriormente presidente de las Pro-vincias Unidas de la Nueva Granada. En suma, toda una vida dedicada a los in-tereses de la nación, a la protección de los derechos de sus conciudadanos, a la defensa de las libertades de los seres humanos.

Por supuesto que las actuaciones, y me-jor, los logros alcanzados por don Anto-nio cobran mayor relevancia teniendo en cuenta el momento social y político en que transcurrió su vida.

En época de monarquía, cuando los medios despóticos y opresivos fueron la constante de la metodología oficial, era muy difícil poder actuar en concordancia con ideas diferen-tes a las establecidas por la corona, y la libertad de expre-sión era un término aplicado solo en escenarios teóricos que en la práctica no tenían cabida.

Las ideas de revolución que surgieron en europa, parti-cularmente en Francia y Estados Unidos, dieron origen a un movimiento que no tenía marcha atrás. Surgieron una combinación de factores que tenían como destino la igual-dad, libertad y fraternidad entre los hombres, que en ese entonces eran de goce exclusivo de ciudadanos de otros países, mientras que los neogranadinos de la época ni si-quiera tenían acceso a esa información.

Fue gracias a Nariño que estos ideales, comunes para nues-tra actualidad pero impensables para la época, fueron im-portados al Nuevo Mundo. Fue gracias a él que el concep-to de independencia tomó forma en la naciente nación, a partir de la traducción de los Derechos del Hombre y el Ciudadano que realizó del idioma francés.

No bastaba solamente con traducir el controversial docu-mento (cuya existencia y divulgación en tierras locales esta-ba expresamente prohibida), sino que además era necesario un altísimo grado de férrea defensa de creencias, lucha por

convicciones, apertura de mente, valen-tía y ausencia total de temor para que los ideales contenidos los Derechos del Hombre y el Ciudadano pudieran contar con una efectiva aplicación. Una tarea que rayaba en lo quijotesco a los ojos de la corona y la sociedad local.

Esas características no solo hicieron de Nariño un prominente masón sino que además permitieron que, en compañía de sus hermanos de logia y otros inte-lectuales de la época, lograra lo impen-sado, lo inimaginable. Ni siquiera el más osado de los soñadores criollos se había atrevido a desafiar el poder monárqui-co, y fue Nariño quien, armado solo con sus ideas y convicciones, desató una fu-

ria popular que tuvo tanto alcance como ansias de libertad, llegando a cada una de las almas oprimidas que no conta-ban con opción alguna de expresar sus verdaderas inten-ciones frente al sistema.

Fue así como Nariño se hizo merecedor, no solo a muchos años en prisión, colmado de injuria y desprestigio en aquel entonces, sino además de una grandeza que lo sitúa en un ni-vel superlativo, diferenciador, digno de uno de los más gran-des seres humanos que ha creado nuestra nación; por cierto, término que podemos usar actualmente gracias a su obra.

Hoy, 250 años después, aún se crean logias en su nombre. Que la dignidad de don Antonio Nariño y Álvarez del Casal perdure por siempre. Que los Derechos Humanos sean el único derrotero de las actuaciones civiles, y que nunca se olvide a quienes trabajaron para alcanzar un futuro mejor.

Antonio Nariño y Álvarez del Casal Un Masón Ejemplar

Antonio Nariño, precursor de la emancipación de las colonias americanas.

Por: V.·. H.·. Donny Donosso Leal Resp.·. Log.·. Guimel Antonio Nariño No. 57

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La XXVIII Asamblea Anual de la VI Zona de la Confederación Masóni-ca Interamericana, reunida en San-

tiago de Chile, del 22 al 24 de octubre de 2015, luego de un profundo análisis acerca la sociedad presente y futura y el rol que debe cumplir la Francmasonería, resolvió emitir la carta masónica que aquí transcribimos.

CARTA MASÓNICA DE SANTIAGO

La Francmasonería Universal es una ins-titución esencialmente ética, humana y de inspiración docente. Forma hombres para que contribuyan a mejorar la so-ciedad, consecuentemente, nada de lo que ocurre en la sociedad le es ajeno.

Nuestras sociedades se han visto con-mocionadas en los últimos años por tensiones de distintas naturaleza que inhiben y comprometen seriamente la posibilidad de alcanzar niveles satisfac-torios de desarrollo humano. Existen viejos problemas no resueltos, tales como la pobreza, la existencia de una gran desigualdad social y económica, ineficiencia de los sistemas de pen-siones, de salud, de educación y de vivienda entre otros, y problemas nue-vos como la criminalidad infantil, juve-nil, todas las formas de tráfico ilegal y la corrupción de actividades econó-micas ilegales. Los fundamentalismos crecen, la intolerancia se hace práctica y el civismo republicano da paso a la enemistad social y a la violencia.

Los avances espectaculares alcanzados en el desarrollo de la matriz tecnológica y en las comunicaciones, viven acompa-ñados de indudables beneficios, pero también de significativos problemas. Se producen desarrollos admirables del ingenio humano que pueden mejorar la calidad de vida, pero rápidamente apa-recen las consecuencias indeseables,

como por ejemplo; los com-portamientos pragmáticos, la percepción superficial de la realidad, las tendencias al consumismo, un cierto relativismo ético, entre mu-chas otras.

Por su parte los gobiernos y sectores políticos se ven atrapados en una es-piral de complejidades, demandas y necesidades difíciles de satisfacer y, también, son atrapados por distintas formas de corrupción, tensionando seriamente la capacidad para generar gobernabilidad. La sociedad en gene-ral se hace vulnerable e incierta.

Ciertamente no es la sociedad que que-remos para el ser humano del Siglo XXI, aquella susceptible a la desigualdad, la injusticia y la inestabilidad política.

La ciudadanía, aspira a una conducción responsable y a un progreso real, repu-dia bajo diferentes caminos la defensa de intereses políticos o económicos subalternos. Nuestros países se mere-cen un escenario de progreso y trans-parencia, un sistema político a la altura de las necesidades de la sociedad, que permita alcanzar un orden en que los derechos de todos estén protegidos, en donde el bien común sea efectiva-mente la prioridad del Estado.

Estudios académicos, de organismos internacionales y de distintas fuentes coinciden en que el futuro para los próximos 30 años nos depara un sin-número de otros desafíos tales como la problemática ambiental, el cambio climático, la necesidad del mejora-miento de las democracias, la necesi-dad de una educación que contribuya a la movilidad social, la plena incor-poración de los discriminados y ex-cluidos, las migraciones nacionales e internacionales, y muchos otros retos.

No se debe olvidar que el hombre nuevo que la masonería trata de construir está formado en ideales y valores éticos de validez universal, para su transformación, y desde allí a la sociedad. La masonería no es una universalidad, ni un partido político, ni una organización religiosa, ni una organización no gubernamental. Es claramente una institución humanis-ta, laica y tolerante que persigue los ideales de Libertad, Igualdad y Frater-nidad que por medio de su inclaudica-ble labor docente ha hecho, y conti-nuará haciendo, efectivos servicios a la humanidad.

En por ello que, en virtud de los ex-puesto, la XXXVIII Asamblea de la VI Zona de la Confederación Masónica interamericana renueva el compromi-so de las Grandes Logias afiliadas para profundizar la lucha por la vigencia de los principios esenciales del humanis-mo francmasónico, para entregar un aporte real, a través de sus miembros a enfrentar y superar los desafíos pre-sentes y futuros mediante la construc-ción de ideas y su promoción y puesta en acción. El diagnóstico que surge de los párrafos pertinentes nos muestra que en el mundo tenemos una tarea importante y magnífica: La oportuni-dad de aportar al mejoramiento de nuestras sociedades para hacerlas más fraternas, libres e iguales. Aque-llo se debe hacer real y transitar de las palabras a la acción, y en esto las Grandes Logias reunidas en esta opor-tunidad manifiestan su voluntad de ser agentes activos en favor del pro-greso, la paz y el encuentro político social.

Santiago de Chile 23 de Octubre de 2015

Carta Masónicade Santiago