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La obra de Marcos Castillo, mejor conocido como Marcastillo abarca desde el dibujo, la pintura y escultura, hasta el grabado y la orfebrería; todo a lo largo de ya 60 años de trabajo artístico. Lo cual deja un amplio repertorio de piezas, trazos y dibujos que reseñar. Quizá entre sus obras más famosas se encuentren las venus, entre la que destaca “El Homenaje a las Venus de Tacarigua”, la cual es una interpretación propia de la Venus de Tacarigua, estatuilla aborigen que representaba a la mujer y la fertilidad. Su homenaje consta de cinco piezas erguidas realizadas en hierro laminado que abstraen la forma de la figura femenina de la Venus, a través de una serie de elementos curvos que forman lo que podría entenderse como unas largas y estilizadas piernas, en principio; que terminan por convertirse en elementos bastante macizos a medida que la vista escala sobre ellas, los grandes muslos o caderas son pieza clave para transpolar la idea de fertilidad. Por encima de estos elementos curvos que forman casi la totalidad de las piezas, se encuentra un casi despreciable sector que en ángulos rectos brota de la parte superior de las caderas, siendo esta una representación bastante apropiada del tronco de la venus, que en la estatuilla indígena se simboliza menos elaboradamente que el resto del cuerpo, con busto pequeño o inexistente y formas rectas. Por encima del aparente tronco se encuentra una pequeña cuña que engrana un semicírculo con proporciones notoriamente más grandes que las del cuerpo, pero mucho más pequeño que los muslos o caderas. Esta pieza es la representación de la máscara o cara achatada y ancha de la estatuilla aborigen. El homenaje a la Venus de Tacarigua fue un punto de partida a una propuesta que se convirtió en una familia de muchas Venus que ha esculpido, tallado, dibujado, pintado y que hoy están dentro del repertorio del artista Marcastillo, todas manteniendo más o menos las mismas premisas y bajo sus criterios de líneas sencillas, que atienden las formas básicas geométricas y orgánicas de sus obras.

Borrador Del Análisis de La Obra de Marcastillo

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Análisis de la obra de Marcastillo a través de su interpretación personal de lo que es la venus de Tacarigua.

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La obra de Marcos Castillo, mejor conocido como Marcastillo abarca desde el dibujo, la pintura y escultura, hasta el grabado y la orfebrería; todo a lo largo de ya 60 años de trabajo artístico. Lo cual deja un amplio repertorio de piezas, trazos y dibujos que reseñar.

Quizá entre sus obras más famosas se encuentren las venus, entre la que destaca “El Homenaje a las Venus de Tacarigua”, la cual es una interpretación propia de la Venus de Tacarigua, estatuilla aborigen que representaba a la mujer y la fertilidad. Su homenaje consta de cinco piezas erguidas realizadas en hierro laminado que abstraen la forma de la figura femenina de la Venus, a través de una serie de elementos curvos que forman lo que podría entenderse como unas largas y estilizadas piernas, en principio; que terminan por convertirse en elementos bastante macizos a medida que la vista escala sobre ellas, los grandes muslos o caderas son pieza clave para transpolar la idea de fertilidad.

Por encima de estos elementos curvos que forman casi la totalidad de las piezas, se encuentra un casi despreciable sector que en ángulos rectos brota de la parte superior de las caderas, siendo esta una representación bastante apropiada del tronco de la venus, que en la estatuilla indígena se simboliza menos elaboradamente que el resto del cuerpo, con busto pequeño o inexistente y formas rectas.

Por encima del aparente tronco se encuentra una pequeña cuña que engrana un semicírculo con proporciones notoriamente más grandes que las del cuerpo, pero mucho más pequeño que los muslos o caderas. Esta pieza es la representación de la máscara o cara achatada y ancha de la estatuilla aborigen.

El homenaje a la Venus de Tacarigua fue un punto de partida a una propuesta que se convirtió en una familia de muchas Venus que ha esculpido, tallado, dibujado, pintado y que hoy están dentro del repertorio del artista Marcastillo, todas manteniendo más o menos las mismas premisas y bajo sus criterios de líneas sencillas, que atienden las formas básicas geométricas y orgánicas de sus obras.

Marcastillo también cuenta con una serie de dibujos de rostros que en principio no son más que una serie de finos trazos de crayón, donde se hacen uso de muchos colores que al visualizarse como un todo conforman un rostro. Esto comenzó en al final de los ochenta cuando realizó dibujos de los rostros de sus hijos, que posteriormente se convirtieron en una colección de rostros vendados.

La obra de Marcastillo no es confrontativa, en el sentido de que no busca un diálogo con el observador, ni generar conexiones más allá de evocar en él la contemplación curiosa y silenciosa de sí misma.

Otro punto relevante de su trabajo es la diversidad de materiales y técnicas que maneja, ya que se pueden encontrar obras en grafito, pinturas, tinta, crayones, tizas, madera, hierro, arcilla, etc.

En 1992, realiza un dibujo en grafito donde en lo que podría llamarse un prisma de base octagonal se encuentran inscritas 6 caras humanas, o lo que bien podrían ser máscaras, ya que se

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encuentran aparentemente huecas dada la oscuridad en sus ojos y abertura de bocas. Todo ambientado en una serie de planos que parecen nacer en los vértices del prisma, una vez más haciendo referencia a su estudio de las formas geométricas. Marcastillo mantiene una obra bastante conceptual, donde la perfección de las secciones áureas con motivos nobles donde la vida, la mujer, los animales y la paz son recurrentes.

Este último motivo hace gala de sí mismo en la obra Monumento a la Paz, el cual podría describirse como una cabeza huma de perfil, en cuyo interior se encuentra una paloma blanca y un ramo de olivas, todo bajo su estética conceptual de figuras abstraídas y expresadas en figuras geométricas muy simples. También bajo la misma temática se encuentra su obra “La hora de la Paz” elemento conformado por un obelisco inclinado en cuya cima se encuentra lo que podría ser un punto medio entre una paloma blanca y una mano, que hace la función de reloj.

Para concluir el análisis de la Obra de Marcastillo, es mucho lo que se puede decir, pero para ir en coherencia con la síntesis tan habitual en el artista solo cabe acotar que su obra es resultado de una gran claridad conceptual, pericia, técnica, años de trabajo y una habilidad muy grande para desmembrar el tema álgido de una idea o un motivo y expresarlo tan sencillamente a través de formas tan puras que no pueda sino ser entendido por el espectador.