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Breve trabajo que incluye una aproximación bibliográfica hasta el año 2000 y una aproximación biografíca-resumen de su trayectoria profesional.
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SEGUNDO DE CHOMÓN
APROXIMACIÓN BIBLIOGRÁFICA.
La aproximación bibliográfica que aquí se presenta se cierra en el año
2004.
En la actualidad, el nombre de Segundo de Chomón (Teruel, 1871 -
París, 1929) es considerado como uno de los más importantes de entre los
pioneros del cine (de él se ha dicho que es el “Meliès español”, afirmación que
debe ser matizada, pues a diferencia del mago francés, los trucos y soluciones
que el turolense aplica en sus películas tuvieron siempre una intencionalidad
cinematográfica, como luego veremos); sin embargo, hasta 1971, fecha del
centenario de su nacimiento, nadie se había ocupado sistemáticamente de su
persona y producción cinematográfica, salvo honrosas y esporádicas
menciones (en especial las del aragonés Manuel Rotellar), casi siempre
producidas tangencialmente al tratar de otros cineastas con los que colaboró.
Será en el festival de Annecy cuando le rindan homenaje y poco
después, el 18 de diciembre, se haga lo propio en su ciudad natal tal y como se
recoge en el periódico Lucha de la siguiente manera: “Desde el Ayuntamiento,
autoridades y representaciones de Madrid y Zaragoza, se trasladaron a la calle
Chantría en cuyo número 6 se descubrió la lápida conmemorativa. El alcalde,
don Cosme Gómez Iranzo, leyó unas cuartillas que acaban así: ‘En esta fecha
conmemorativa del primer centenario del nacimiento de Segundo de Chomón,
Teruel, juntamente con el Círculo de Escritores Cinematográficos, la Filmoteca
Nacional, el Sindicato Nacional del Espectáculo y los críticos de Zaragoza y
Madrid que nos acompañan, rinden homenaje a su memoria perpetuando su
nombre en una lápida que recuerda a todos la gloria de este turolense genial’
La actriz y directora Ana Mariscal descubrió la lápida. En el cine Marín, a las
ocho, se celebró la segunda parte del homenaje. La sesión se abrió con un
amplio fragmento de Cabiria. Luego hablaron Pascual Cebollada, artífice
entusiasta de esta velada en honor de su paisano, José Francisco Aranda y
Manuel Rotellar. Intervinieron también desde el escenario el director de
fotografía José F. Aguayo, Manuel Gil Parrondo y Antonio Mateos, Ana
Mariscal y Jesús Tordesillas. Estaban también otros llegados de Madrid y
Zaragoza: Tadeo Villalba y los periodistas y críticos Gómez Mesa, Capilla,
Pedro Rodrigo, Ortega Frisón y Medrano. Por último, se proyectó una antología
de películas dirigidas por Chomón, entre ellas El hotel eléctrico.”
Un año después, Carlos Fernández Cuenca publicaba su trabajo,
Segundo de Chomón (Maestro de la fantasía y de la técnica) (Madrid, Editora
Nacional, 1972), es la primera aproximación a su biografía y a su obra, que se
vería ampliada en 1986 por la breve pero sentida panorámica de Pascual
Cebollada, Segundo de Chomón (Teruel, Instituto de Estudios Turolenses)
En 1979, Juan-Gabriel Tharrats realizó una película de reconstrucción
histórica, Cinematógrafo 1900: Homenaje a Segundo de Chomón, mezcla de
documental y ficción, presentada por Inma de Santis y Jesús Guzmán, en la
que se engarzan toda una serie de fragmentos de los mejores filmes del
turolense, así como testimonios en pantalla de expertos en cine como Ana
Mariscal, José F. Aranda, José del Castillo, Pascual Cebollada, Luis Gómez
Mesa y Román Gubern. Como complemento a esta película, Tharrats publica
su libro Los 500 films de Segundo de Chomón (Zaragoza, Universidad, 1988),
que supone un antes y un después en los estudios sobre el turolense, y cuyos
exhaustivos datos se verán complementados dos años después con las nuevas
aportaciones que se incluyen en su obra, Inolvidable Chomón (Murcia,
Filmoteca Regional, 1990)
Los reconocimientos a Chomón se han ido sucediendo en las últimas
décadas mediante retrospectivas y homenajes, tanto a nivel internacional –
Ottawa, 1978; Annecy y Pordenone, 1985- como nacionales (Barcelona, 1988;
Valencia, 1989 y Murcia, 1990), y en algunos casos se han visto acompañados
de nuevos estudios sobre su obra cinematográfica, es el caso de Annecy con In
search of Segundo de Chomón / A la recherche de Segundo de Chomón (Les
Editions du Lac, Annecy, 1985), hasta la fecha el único trabajo editado en el
extranjero sobre el turolense, obra de la responsable de la sección de
animación de la Cinemathèque Quebecoise de Canada, Louise Beaudet, o de
Murcia, con el ya citado, Inolvidable Chomón.
Junto con los mencionados estudios de Tharrats, la aportación más
completa es el libro de Agustín Sánchez Vidal, El cine de Chomón (Zaragoza,
CAI, 1992), un sistemático recorrido por la biografía del cineasta, acompañado
de un profundo estudio de su obra fílmica que incluye docenas de resúmenes
de argumentos y esenciales explicaciones de los recursos y elementos técnicos
que demuestran a las claras los numerosos y sorprendentes descubrimientos
de Chomón y sus aportaciones fundamentales al lenguaje cinematográfico
mundial. Siguiendo esta estela cabe destacar el artículo de Francisco Javier
Millán, “La imagen como sentido”, publicado en la revista de cine, Cabiria
(Teruel, núm. 1, en todos los números posteriores de esta revista se presenta
siempre algún artículo sobre Chomón, por lo que su consulta resulta
fundamental), en el que se ejemplifican las aportaciones al lenguaje
cinematográfico debidas a Chomón presentes en Cabiria (1913-1914), de
Giovanni Pastrone.
En los últimos siete años Chomón se ha puesto de moda y sus películas
han conocido diferentes ediciones, con música de importantes compositores.
De igual forma, su cine, técnica y la importancia de su figura se ha revalorizado
de forma considerable siendo objeto de numerosos estudios. En la red se
pueden encontrar referencias a prácticamente todos ellos
BIOGRAFÍA Y TRAYECTORIA PROFESIONAL: ETAPAS.
Todos los historiadores citados coinciden en dividir la trayectoria
cinematográfica de Chomón en cuatro grandes épocas: primera de 1902 a
1905 en Barcelona; segunda en París de 1905 a 1909; tercera, otra vez en
Barcelona, de 1910 a 1912, y cuarta, en Turín de 1912 a 1929, pasando, de
nuevo, por París.
TERUEL-PARÍS
Segundo, Víctor, Aurelio Chomón Ruiz nació en el número 6 de la calle
Chantría, de Teruel, el 17 de octubre de 1871. Hijo del médico, Isaac Chomón
Gil, y de la calamochina, Luisa Ruiz Valero. Cursó estudios secundarios y
trabajó como escribiente en un comercio de la capital durante un tiempo.
En 1895 se traslada a París y se casa con Julienne Alexandrine Mathieu
Monloup, actriz secundaria de teatro y variedades, la cual, con el tiempo, se
convertirá en su más íntima colaboradora, al ser la protagonista de muchos de
sus films. En 1897 nace su único hijo, Robert, quien también habría de
colaborar con su padre, primero como ayudante de cámara y más tarde como
operador.
Poco después, parece que las cosas no van muy bien y Chomón se
alista al ejército como voluntario y es destinado a Cuba. Tras la pérdida de las
colonias es repatriado y regresa a París con su mujer y su hijo. Será su mujer
quien lo introduzca profesionalmente en el taller de coloreado de películas de
Meliès. El año largo que pasa en ese taller le sirve para perfeccionar sus
conocimientos de fotografía, familiarizarse con los procesos de filmación,
conocer las técnicas de trucaje, dominar los sistemas de coloreado de películas
y diseñar mecanismos que agilicen y aceleren esos procesos de iluminación.
1.-BARCELONA (1902-1905).
En la primavera de 1902, Chomón se traslada con su familia a Barcelona
e instala un taller de pintado de películas, al tiempo que rueda documentales de
Barcelona y Montserrat, de corridas de toros y desfiles militares, junto con
algunas películas de argumento como Los guapos del parque (1905) o Se da
de comer (1905), seguramente el primer sainete del cine español, y algunas de
trucos como Choque de trenes (1902), en la que demuestra su habilidad en el
uso de maquetas, Pulgarcito (1903), Gulliver (1904), en las que trabaja el truco
de las sobreimpresiones para conseguir que en un mismo plano aparezcan
gigantes y enanos, y Eclipse de sol (1905), en la que rodando fotograma a
fotograma (el famoso paso de manivela) reduce el fenómeno del eclipse, que
dura varias horas, a un par de minutos, iniciando de esta forma el punto de
partida de un cine experimental y científico al acoplar la cámara y los filtros al
telescopio del observatorio de los padres jesuitas de Tortosa.
2.-PARÍS (1905-1909).
Chomón fue llamado por Pathè en 1906 (en esos momentos el emporio
cinematográfico más importante del mundo) para competir con sus hallazgos y
creaciones con el mismísimo Meliès. De esta forma, Chomón tiene que trabajar
con todo un arsenal de recursos técnicos, muchos de los cuales ya estaban
inventados, pero que él perfeccionará o utilizará con mayor intención fílmica.
Nos referimos a determinados movimientos de cámara (cuyo culmen sería el
travelling en toda regla de Cabiria), el ya mencionado “paso de manivela”, el
uso de la cámara cenital ( por ejemplo en Alarde equilibrista, de 1908 o en
Viaje a Júpiter, de 1909), el movimiento invertido (Escultor moderno, 1908), los
cachés (impresionar el negativo tapando parte del mismo, de esta forma, al
quedar una parte sin impresionar, podía volverse a exponer tapando la anterior
con un contra-caché y captar otra imagen que se combinara con la anterior),
las tomas de diferentes proporciones colocando a los objetos o actores de tal
forma y a una calculada distancia para que sean captados en diversos
tamaños, las sobreimpresiones con las que se logran figuras fantasmales, los
fundidos, las cortinillas, uso de maquetas, etc.
Como señala Tharrats, Chomón puede ser considerado el inventor de
varios sistemas de cine de animación1, como los muñecos articulados ( El
teatro de Bob, 1908), las sombras chinescas (La casa hechizada, 1906) y los 1
? A este respecto véase Manuel Rotellar, Dibujo español, XXIX Festival Internacional de Cine de San Sebastián, 1981, pp. 7-12.
films de siluetas (Las siluetas animadas, 1907), además de ser el primero en
animar el barro, el hielo, los cordeles, las fotografías, los papeles, etc.
Dentro de este periodo se encuentran toda una serie de películas que
pueden considerarse como pequeñas obras maestras, es el caso de La gallina
de los huevos de oro (1905), dirigida por Albert Capellán e interpretada por su
mujer; Vida y pasión de Jesucristo (1906-7), dirigida por Lucien Nouguet, con
fotografía y trucajes de Chomón, en la que destaca ya el uso del travelling; El
hotel eléctrico (1908) o La leyenda del fantasma (1908), esta última
completamente suya, con la que recibió el premio de la Pathè para la mejor
cinta de fantasía.
Mención aparte merece Una excursión incoherente (1909), cuyo
argumento, dirección, fotografía y trucajes son obra del turolense. En ella
Agustín Sánchez Vidal ha creído ver el “eslabón perdido hacia el surrealismo”,
pues a su juicio Chomón “hace gala de una fantasía onírica tan desbordante,
que si el vocablo hubiese sido de uso común, ese adjetivo [incoherente]
debería sustituirse sin género de dudas por el de surrealista”.
3.-BARCELONA (1910-1912).
A finales de 1909, la Pathè, que ya se había hecho con los servicios de
Meliès, con el que competía el turolense, lo trasladan a Barcelona para que se
haga cargo de la filial establecida por Popert en 1906, con el fin de conseguir
para la firma el mercado español, para lo cual se crea una nueva compañía
llamada “Ibérico Film”.
En esta etapa, el público, saturado de espectáculos fantásticos, exige
películas cada vez más realistas (cuyos antecedentes más inmediatos se
encuentran en el “Film d’Art”), tendencia que llevará a Chomón en 1910 a ser el
pionero de la adopción de zarzuelas para el cine (Los guapos, El puñado de
rosas, Las carceleras, La tempranica, etc.), a rodar múltiples melodramas
(Amor gitano, La hija del guardacostas, Flema inglesa, Nobleza Aragonesa,
etc.), dramas históricos (El ejemplo, Justicia del Rey don Pedro, etc), comedias
y películas cómicas (La venganza del carbonero, La fecha de Pepín, Píldoras
maravillosas, etc.)
En febrero de 1912, la Itala Film contrata a Chomón como realizador,
truquista y operador en condiciones muy ventajosas. Así, se establece en Turín
donde pasa sus años más felices en lo personal y más fecundos en lo
profesional. De esta manera, el bagaje formativo adquirido en etapas anteriores
alcanza en este momento de madurez sus mayores logros como cineasta en
diferentes películas de los más variados temas: Padre, un drama con
importantes efectos logrados a base de impresionantes maquetas; Tigris, en la
que aparecía simultáneamente en pantalla el mismo actor interpretando a dos
personajes que interactuaban y se interpelaban; El desaparecido, donde en un
audaz montaje para la época, más propio del cine científico, y mediante un
truco de Chomón se incluían imágenes del bacilo de Koch.
La gran película de este periodo es, sin duda, Cabiria (1913-1914),
dirigida por “Piero Fosco”, pseudónimo de Giovanni Pastrone, y textos
explicativos del poeta D’Annuncio. Se trata de una de las primeras
superproducciones de la historia del cine que ejercería una notable influencia
en la producción cinematográfica de Griffith. Las aportaciones de Chomón al
lenguaje cinematográfico van desde la iluminación artificial con fines
dramáticos, pasando por las inmejorables sobreimpresiones, la perfecta
utilización de maquetas y trucos sorprendentes, hasta llegar al uso sistemático
del travelling como recurso lingüístico, montando la cámara sobre un carrello
diseñado para tal fin. A este respecto, Agustín Sánchez Vidal señala que “el
uso del travelling en Cabiria es tan sistemático y afecta hasta tal punto la
construcción visual del filme que puede hablarse, sin exagerar un ápice, de un
nuevo modo de hacer cine, tan avanzado para su época que tardaría en
generalizarse varias décadas. Puede afirmarse que las partes más importantes
de la cinta están concebidas en planos-secuencias, articulando gracias a los
movimientos de cámara nociones tan importantes como la proporción y relación
de los planos, el sentido de las acciones de los personajes y bloques enteros
de la progresión de la película”. En este sentido añade que “la película influyó
en Griffith, Cecil B. De Mille y Ernst Lubitsch, quienes adoptaron muchos de
sus recursos, como la iluminación eléctrica para crear efectos dramáticos,
conocida como ‘iluminación Rembrandt’”.
Pese a que La guerra y el sueño de Momi (1916) viene firmada por
Pastrone, según establece Tharrats, esta tan deliciosa como cruda película de
animación, parábola antibelicista perfectamente realizada, se debe a la
maestría de nuestro paisano, pues él fue el diseñador de los muñecos y los
decorados, de sus movimientos y sus trucos; en suma, de su impecable factura
técnica.
Otras películas de este periodo son El fuego (1915), Tigre real (1916) o
Mecha de oro (1916), entre otras, así como la serie dedicada a Maciste, el
forzudo protagonista de Cabiria, en la que destaca Maciste en el infierno
(1925).
La última colaboración de Chomón en una película importante fue en la
de Abel Gance, Napoleón (1926), para la que preparó determinados trucos y
escenas. Todavía en ese mismo año intervendría en la elaboración de los
efectos oníricos de la versión muda de El negro que tenía el alma blanca
(1926), de Benito Perojo.