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Antes de la Segunda Guerra Mundial, la comu- nidad judía de Alemania, igual que otras de Euro- pa, ya contaba con casi veinte siglos de arraigo en tierras germanas, y del mismo modo que en otras naciones europeas, ya había atravesado por perio- dos de persecución y restricciones sociales y polí- ticas antisemitas. A lo largo de su historia en Alema- nia, la judería ger- mana había logra- do sobreponerse a los vaivenes im- puestos por las di- versas circunstan- cias políticas y so- ciales y había con- seguido integrarse plenamente al res- to de la sociedad, en gran parte, de- bido al movimiento del Iluminismo ju- dío, nacido, preci- samente, en Alema- nia, durante el siglo XVIII, el cual pug- nó por la integra- ción judía a la socie- dad secular y urba- na, en vez de man- tener su vida tradi- cional en las villas. La popularidad del movimiento Ilu- minista judío en Ale- propaganda antisemita se convir- tió en un instrumento de la políti- ca oficial del Estado, que etiquetó al judaísmo como un problema de carácter racial, argumento bajo el cual dio inicio el plan sistemático nazi de persecución, expulsión, pri- vación de derechos y exterminio de la judería alemana, conforma- da por alrededor de 500,000 per- sonas, menos del 1% de la pobla- ción total germana. Para 1943, con solo alrededor de 20,000 personas de origen ju- dío en territorio germano, las au- toridades nazis reportaron que, fi- nalmente, Alemania estaba “juden- rein”, ‘libre de judíos’. mania dio como resultado una ple- na integración al resto de la socie- dad, a la cual los judeoalemanes contribuyeron sobremanera cultu- ral, social y económicamente. La judería germana, a diferencia de las comunidades judías de Eu- ropa Oriental, era en su mayoría urbana, clase mediera, próspera en los negocios y destacada en las profesiones, particularmente en la medicina y las leyes. Muchos judíos eran alemanes patrióticos, por lo que un gran número se enlistó en el ejército du- rante la Primera Guerra Mundial, en la que también muchos oficiales y soldados judeoalemanes perdie- ron la vida. A pesar de la prevalencia de un vago sentimiento antisemita, la con- tribución y participación de los ju- díos como miembros valiosos y com- prometidos de la sociedad alema- na continuó creciendo. No obstante, durante los últimos años de la década de 1920, la de- presión económica, la insatisfac- ción con el gobierno democrático y el surgimiento del nacionalismo radical, que comenzó a realizar propaganda antisemita, dio inicio a la transformación de la atmós- fera para la judería germana. En 1933, con el ascenso al poder del partido Nacional Socialista, la Bronia Maizel de Sigal Directora Sinagoga de Fasanenstrasse en Berlín en 1912. Dos familias judeoalemanas en 1928; solo dos personas de la imagen sobrevivieron al exterminio nazi. La sinagoga de Fasanenstrasse en Berlín tras los ataques nazis de Kristallnacht, 1938.

Bronia Maizel de Sigal - Museo Tuvie Maizel · En la víspera del ascenso de Hitler y el partido nazi al poder, la comunidad judía germana era una de las pocas juderías europeas

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Page 1: Bronia Maizel de Sigal - Museo Tuvie Maizel · En la víspera del ascenso de Hitler y el partido nazi al poder, la comunidad judía germana era una de las pocas juderías europeas

Antes de la Segunda Guerra Mundial, la comu-nidad judía de Alemania, igual que otras de Euro-pa, ya contaba con casi veinte siglos de arraigo entierras germanas, y del mismo modo que en otrasnaciones europeas, ya había atravesado por perio-dos de persecución y restricciones sociales y polí-

ticas antisemitas.A lo largo de su

historia en Alema-nia, la judería ger-mana había logra-do sobreponerse alos vaivenes im-puestos por las di-versas circunstan-cias políticas y so-ciales y había con-seguido integrarseplenamente al res-to de la sociedad,en gran parte, de-bido al movimientodel Iluminismo ju-dío, nacido, preci-samente, en Alema-nia, durante el sigloXVIII, el cual pug-nó por la integra-ción judía a la socie-dad secular y urba-na, en vez de man-tener su vida tradi-cional en las villas.

La popularidad del movimiento Ilu-minista judío en Ale-

propaganda antisemita se convir-tió en un instrumento de la políti-ca oficial del Estado, que etiquetó al judaísmo como un problema decarácter racial, argumento bajo elcual dio inicio el plan sistemático nazi de persecución, expulsión, pri-vación de derechos y exterminio de la judería alemana, conforma-da por alrededor de 500,000 per-sonas, menos del 1% de la pobla-ción total germana.

Para 1943, con solo alrededor de 20,000 personas de origen ju-dío en territorio germano, las au-toridades nazis reportaron que, fi-nalmente, Alemania estaba “juden-rein”, ‘libre de judíos’.

mania dio como resultado una ple-na integración al resto de la socie-dad, a la cual los judeoalemanes contribuyeron sobremanera cultu-ral, social y económicamente.

La judería germana, a diferencia de las comunidades judías de Eu-ropa Oriental, era en su mayoría urbana, clase mediera, próspera en los negocios y destacada en las profesiones, particularmente en la medicina y las leyes.

Muchos judíos eran alemanes patrióticos, por lo que un gran número se enlistó en el ejército du-rante la Primera Guerra Mundial, en la que también muchos oficialesy soldados judeoalemanes perdie-ron la vida.

A pesar de la prevalencia de un vago sentimiento antisemita, la con-tribución y participación de los ju-díos como miembros valiosos y com-prometidos de la sociedad alema-na continuó creciendo.

No obstante, durante los últimosaños de la década de 1920, la de-presión económica, la insatisfac-ción con el gobierno democrático y el surgimiento del nacionalismo radical, que comenzó a realizar propaganda antisemita, dio inicio a la transformación de la atmós-fera para la judería germana.

En 1933, con el ascenso al poderdel partido Nacional Socialista, la

Bronia Maizel de SigalDirectora

Sinagoga de Fasanenstrasse en Berlín en 1912.

Dos familias judeoalemanas en 1928; solo dos personas de la imagen sobrevivieron al exterminio nazi.

La sinagoga de Fasanenstrasse en Berlín tras los ataques nazis de Kristallnacht, 1938.

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Para 1935, se declararon oficial-

mente las Leyes de Nuremberg, lascuales despojaron a los judíos de,prácticamente, todos sus derechospolíticos y civiles, y establecieron unmarco legal de identidad biológica judía: cualquier persona con ascen-dencia de tres o cuatro generacionesjudías o cualquier practicante del ju-daísmo, quienes, entre otras prohibi-ciones, debían abstenerse de man-tener cualquier tipo de relación con

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En la víspera del ascenso de Hitler y el partido nazi al poder, la comunidad judía germana era una de las pocas juderías europeas totalmente integradas a la sociedad alemana en todos sus ámbitos de vida.

Muchos judíos habían tomado parte en la Revolución de 1848 y en el parlamento de Frank-furt. En aquella época, la simbiosis entre la comu-nidad judía y la sociedad alemana dio lugar al na-cimiento de una rica cultura propia y singular.

A principios del siglo XX, los judíos ya destaca-ban en todas las áreas, desde las ciencias exac-tas y la economía, hasta la filosofía y las artes; dehecho, antes de la Segunda Guerra Mundial, 24%de los Premios Nobel germanos fueron concedidosa personalidades judeoalemanas, entre ellas, Al-bert Einstein, en física; Paul Ehrlich y Otto Friz Me-yerhof, en medicina; y Adolf von Bayer, Otto Walach y Friz Haber, en química.

Durante la Primera Guerra Mundial, gran núme-ro de judíos, más que cualquier otra minoría ger-mana, luchó en el ejército y tomó parte en la con-formación de la República de Weimar, a partir dela cual inició el periodo de Emancipación que per-mitió a los ciudadanos judeoalemanes acceder a to-das las áreas que antes les estaban prohibidas.

El censo de 1933 registraba que en Alemania residían alrededor de 500,000 personas judías, 80% con ciudadanía alemana; el resto, en su ma-yoría, poseía ciudadanía polaca, mas era natal deAlemania y se le reconocía con el estatus de “resi-dencia permanente”. Cerca del 70% de la poblaciónjudeoalemana vivía en las grandes ciudades, en-tre ellas, Berlín, Frankfurt del Meno, Breslavia, Hamburgo, Colonia, Hannover y Leipzig.

El periodo de Entreguerras se caracterizó por turbulencias políticas internas e inestabilidad eco-nómica, acentuadas tras la crisis mundial de 1929y una creciente popularidad del comunismo, he-chos que abonaron el terreno para el ascenso del partido nazi al poder.

En este marco, los radicales fascistas difundían la idea de que los judíos eran los causantes de la

Un plan sistemático: Alemania libre de judíoscrisis económica local y todos losproblemas del país. Así, el anti-semitismo fue empleado, comoun instrumento político que, mástarde se convertiría en parte dela ideología y las políticas oficia-les del Estado.

El éxito de la propaganda an-tisemita nazi consistió en dejar de tratar el judaísmo como un credo, lo cual anteriormente ha-bía permitido a los judíos evitar las persecuciones mediante la asimilación, la renuncia a su fe ya sus tradiciones; en vez de ello,se le confirió un carácter racial que eliminaba estas posibilida-des, pues los judíos no podían cambiar su biología, la cual, afir-maban, los convertía en subhu-manos que intentaban desafiar el “orden correcto del mundo” yprivar al pueblo alemán, la “raza aria suprema”, de su dominio na-tural, lo cual llevaría al extermi-nio de la humanidad.

En 1933, tres meses después de que Hitler asumiera el poder, tuvieron lugar las primeras accio-nes antijudías, realizadas por gru-pos de la SA y la SS. En toda Ale-mania, aparecieron en locales de propiedad judía carteles y gra-fitis con la palabra “judío” y otros símbolos y leyendas raciales; estasacciones, casi siempre, iban acom-pañadas de violencia y actos de humillación pública.

Un par de semanas más tarde, cerca de Munich, se instauró el cam-po de concentración de Dachau, destinado, inicialmente, a alema-nes socialistas, comunistas, libera-les y cualquiera que fuera conside-rado enemigo del Reich. Dachau seconvirtió en el modelo de la red de campos de concentración que los nazis establecerían en Alemania, como Buchenwald, y en los territo-rios ocupados.

Escaparate de una tienda judía inscrito con la leyenda: “protéjase, no compre a los

judíos”. Berlín, 1933.

Abogado judío obligado a andar descalzo portando la leyenda: “No vuelvo a quejarme

ante la policía”. Munich, 1933.

Toda Alemania fue escenario deincineraciones públicas de libros ju-díos y de autores judíos.Simultánea-mente, se instituyó la primera ley ra-cial, cuya meta consistía en aislar a los judíos y excluirlos de la “socie-dad aria” prohibiéndoles ejercer co-mo jueces, abogados, notarios y mé-dicos públicos, así como asistir a es-cuelas y universidades alemanas. En unos cuantos meses, las prohibi-ciones aumentaron. Desde 1933 yhasta el estallido de la guerra, los judíos fueron sometidos a más de400 normas y regulaciones racialesque restringían el total de su vida pública y privada.

táneo de las masas, la población civil alemana, en general, no estuvo involucrada.

A partir de ese momento, el proceso de “aria-nización” se aceleró, impidiendo la salida de Ale-mania de alrededor de 200,000 judíos. Más aún,quienes lograban salir, muchos gracias a la ayu-da de organizaciones judías internacionales y loca-les, carecían de destinos de arribo tras las restric-ciones impuestas a la inmigración por diversas naciones durante la Conferencia de Evian.

A partir de septiembre de 1941, se impuso el uso obligatorio de la estrella de David amarilla y, aunque en Alemania no se manejó como genera-lidad el establecimiento de guetos, se designaronáreas y casas donde concentrar a la población judía, así como se seleccionó a hombres y muje-res para realizar trabajo forzado.

Un mes más tarde, comenzaron las deportacio-nes sistemáticas de Alemania hacia los guetos de Lodz y Varsovia, entre otros.

“La solución final al problema judío” comenzó en 1942 con las deportaciones de los guetos hacialos campos de exterminio de Chelmno, Treblinka y Belzec, en Polonia. A partir de octubre y hasta principios de 1943 se implementaron las deporta-ciones más numerosas de judíos alemanes a los campos de Theresienstadt y Auschwitz-Birkenau.

En 1943, las autoridades nazis declararon Alemania libre de judíos. Entre 160,00 y 180,000judíos alemanes habían sido victimados por el régimen nazi.Comerciantes judíos obligados a andar

por las calles cargando la leyenda: “no compre a los judíos”. Leipzig, 1935.

Oficiales SS arrestan a judíos durante lajornada de Kristallnacht. Baden-Baden, 1938.

Deportación al campo de Dachau, durante la jornada de Kristallnacht. Regensbrug, 1938.

personas de raza aria. “El año funesto”: 1938

A principios de 1938, tuvo lu-gar una gran ola emigratoria de judíos alemanes; no obs-tante, las autoridades evitabanlos esfuerzos de escapatoriamediante el proceso de “aria-nización”, que despojaba a losjudíos de sus bienes y propie-dades, limitando sus medios económicos para abandonar el país.

La primera deportación masi-va de judíos tuvo como obje-tivo el desalojo de residentes con ciudadanía polaca.

Un mes después, el 9 de no-viembre de 1938, dio inicio

Kristallnacht, ‘la noche de los crista-les rotos’, la destrucción y asalto or-ganizado en toda Alemania de hoga-res, negocios, sinagogas e institu-ciones judías. Alrededor de 1,400 sinagogas fueron incendiadas, 91 judíos fueron asesinados y más de 30,000 arrestados y llevados a campos de concentración.

Si bien la autoridad nazi explicó elataque, prolongado hasta la nochesiguiente, como un arranque espon-

La Embajada de Alemania en México, en colaboración con elMuseo, presentará esta muestra fotográfica integrada por

imágenes de Michael Kerstgens, quien a par-tir de 1992 inició una ex-tensa documentación de esta inmigración.

Las imágenes de la ex-hibición, parte de una co-lección del Museo Judío

ExposiciónLa inmigración de judíos ruso parlantes a Alemania. Una mirada fotográfica de Michael Kerstgens (1992-2011).

A partir del 20 de septiembre

de Berlín, brindan un acercamiento visual de primera mano al proceso de desarrollo, adaptación e integración social y cultural de los inmigrantes judíos ruso parlantes, el cual aún no finaliza y continua generando transformaciones significativas y enriquecedoras al interior de la comunidad judía de Alemania.

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Imágenes en este número: ushmm.org: pág. 1, imag. 1; pág. 2, imag. 3; Center for jewish history NYC: pág. 1, imag.2; Waldemar Titzenthaher: pág 1. imag. 3;

yadvashem.org: pág. 2, imágs. 1 y 3; pág. 3, imágs. 1 y 2; pág. 4, imágs. 1, 2 y 3;Bundesarchive: pág. 2, imag. 2.

Oscar Schindler es el salvador de judíos más famoso deAlemania y uno de los alemanes que más judíos logró resca-

tar de las garras nazis; sin embargo,un gran número de los 20,000 so-brevivientes judeoalemanes logró salvar la vida gracias a muchos desus compatriotas no judíos. Aquí al-gunos ejemplos de otros alemanesque se arriesgaron para protegerlosy proveerlos de medios de escape.

Elisabeth Abegg, maestra de un popular colegio de señoritas de Ber-lín, obligada a retirarse de la docen-cia al ser denunciada como oposi-tora del régimen nazi, organizó en

su pequeño departamento, contiguo a varios activistas nazis,un refugio temporal y punto de reunión para judíos, en su ma-yoría extraños. Además de cederles sus tarjetas de raciona-miento y las de su hermana, los viernes realizaba cenas es-peciales para sus protegidos, a muchos de los cuales proveyócon documentos falsos e, incluso, entregó sus joyas para posibilitar el escape de un joven judío hacia Suiza.

Gustav Schroeder fue capitán del trasatlántico alemán St. Louis, que en 1939 partió de Hamburgo hacia Cuba con másde 900 pasajeros judíos, la mayoría judeoalemanes fugitivosde la Alemania nazi y muchos de los cuales habían sido arres-tados durante Kristallnacht. Tras la negación de entrada a Cuba y a los EE.UU., se ordenó al barco volver a Europa, masSchroeder no tenía intención de volver a Hamburgo, pues sa-bía del destino fatal que allí esperaba a sus pasajeros. Detu-vo el barco en altamar hasta encontrarles un refugio seguro.

Tras negociaciones con diferen-tes organizaciones judías, Bélgica,Gran Bretaña, Holanda y Franciaaceptaron recibir, cada uno, a cier-ta cantidad de personas. A pesar de los esfuerzos de Schroeder porsalvar a todos sus pasajeros, mu-chos quedaron atrapados en zonasque serían ocupadas por los nazis.Al final de la guerra, solo poco másde la mitad de los pasajeros del St.Louis habían logrado sobrevivir.

Otto Weidt, empresario alemáncon deficiencia visual progresiva,poseía en Berlín un taller de manu-factura de cepillos y escobas, cuyamayoría de trabajadores eran ju-díos ciegos, sordos y mudos. Al ini-ciar las deportaciones, Weidt con-frontó abiertamente a los oficialesde la Gestapo acerca del destinode cada uno de los trabajadores.

Empleando sobornos y argu-mentos artificiosos logró rescatar a algunos de sus traba-jadores que estaban a punto de ser deportados y dio em-pleo a casi una decena de judíos sin deficiencia, lo cual estaba estrictamente prohibido.

Asimismo, ocultó en su taller a una joven judía, quien tras una denuncia fue enviada a Auschwitz y después a una marcha de la muerte, de la cual logró escapar gracias a la voluntad y los esfuerzos personales de Weidt.

Elisabeth Abegg

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