burlesque fanzine #3 superego

1Burlesque Fanzine Nún

ero

3. A

ño 2

010.

Superego

3Burlesque Fanzine

Introducción

Expresión gráfica

Instantánea

Fuera de contexto: Fetiche

Musa retórica

Ingeniería social

Joyas del celuloide

Genio en el muro

Tatúame

Afinado encuentro: Mario Díaz, un ego bendito

Editorial

índice

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4 Burlesque Fanzine

Introducción Superego

introducción

5Burlesque Fanzine

Superego Introducción

Aida Zaragoza

Este número trata sobre la identidad individual y sobre la formación de la personalidad en el contexto actual. Además, este Fanzine no tiene un espíritu político, por lo tanto no nos corresponde meternos en “fregaos” de cierta índole.

No obstante, es innegable que hay ciertas cosas que nos unen y me resulta imposible obviar el contexto de crispación actual, en el que una vez tras otra se invierten los papeles generacionales y las luchas comunes son casi inexistentes.Es innegable reconocer que nos apetece más hacer un car-tel bonito que leer y defender nuestros derechos. Que una cerveza con los colegas nos une más que una asamblea social. “Nuestros abuelos tenían por lo que luchar y nosotros no”, hemos oído una y mil veces.

La indefensión y la desilusión son características básicas en una generación que, tanto individual como colectivamente, se siente perdida y desamparada.

Quizá aquí está la clave del desequilibrio: en este sentimien-to común y en nuestra precariedad vital, en la necesidad y la imposibilidad de ser únicos…

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Expresión gráfica Superego

UntitledCrajes // crajesmindgame.blogspot.com

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Expresión gráficaSuperego

YummyCrajes // crajesmindgame.blogspot.com

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Who watches the watchersCrajes // crajesmindgame.blogspot.com

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EgoCarmen Pérez // agapitozapatos.wordpress.com

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Marchita (Yerma)Rocío Limón // www.rociolimon.daportfolio.comPsicototemEl otro samu // elotrosamu.carbonmade.com



DistortusAnónimo Mortaja // www.flickr.com/photos/anonimortaja

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Of the color of hellAnónimo Mortaja // www.flickr.com/photos/anonimortaja



Serie Casi-RetratosIñaki Martín // www.estudiocna.com

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¡¡¡ALERTA!!! Contaminación GlobalAlberto Fernández GarcíaApariciones, desapariciones

Jorge Chamorro // www.lacascaraamarga.com

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¡¡¡ALERTA!!! Contaminación GlobalAlberto Fernández GarcíaApariciones, desapariciones

Jorge Chamorro // www.lacascaraamarga.com



Apariciones, desaparicionesJorge Chamorro // www.lacascaraamarga.com

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Apariciones, desaparicionesJorge Chamorro // www.lacascaraamarga.com


Instantánea Superego

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Superego Instantánea

Vida privada en la fragilidad del serAna Patricia Pérez Fornos // www.patriciafornos.com

Vacio

Búsqueda

Identidad. Pérdida de referencias, privación de mí, de ti.

Amamos la estética como forma de expresión, y el ego se alimenta con ello, así nos despojamos de lo que no tenemos y cercamos lo que se anhela.

En la tienda de la esquina venden exceso de autoestima.

Inés d’Espalda



EgoSara Ferrero // saraferrero.blogspot.com

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TherapyVanesa Aguilera

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BarbieVanesa Aguilera



EgoSergio Carrasco

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EgoSergio Carrasco



La VeraJaime Collado Novoa // www.jaimecolladophotographer.es.tlSuperego, ego e IDLydia Mba

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La VeraJaime Collado Novoa // www.jaimecolladophotographer.es.tl



Superego, ego e IDLydia Mba

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egos egos

egos



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egos egos

egos



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egosegos

egos

egos



egos

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egos



Haciendo clic en tu egoLaura Galán

me irrita el espejo de tu mente

no percibe que, aunque a solas,

estoy acompañada en esta fiesta llena de gente, ¿no la ves?

me divierto mientras tu dedo hace clic

clic clic

clicInés d’Espalda

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Fuera de contexto Superego

FeticheCarmen Montero // http://www.carmenmontero.com/

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Superego Fuera de contexto

Siempre que mantenían relaciones ninguno de los dos se quitaba los zapatos.

Fue un acuerdo tácito, amable, sin pactos. Un deseo rápido, sin compromiso y con la esperanza e ilusión de salir corriendo en busca de algo mejor. Estaban en una estación de paso esperando lo definitivo y perfecto.

Se miraban, sonreían, se acariciaban, disfrutaban y seguían sus vidas. Sin quitarse los zapatos para no perder tiempo, no fuera a ser que se escapara alguna palabra de más, algún movimiento de menos.

Empezaron a acumular instantes en los que se sintieron cómodos, en los que quizá algún anhelo quedó prendido tras un gemido relleno de placer.

Aquella tarde fue diferente a todas: no era primavera, los amantes no domesticaban mariposas en el estómago, no bailaban su canción, pero algo disminuyó el ansia de huir.

Ella balanceó con cadencia sus sandalias por si caían. El aflojó los cordones con más intensidad que en otras ocasiones.

Se miraron y comprendieron. El silencio mató la decisión.

La cobardía gimió ahogando el momento, mientras ella se apresuraba a sujetar la san-dalia a la planta del pie, al tiempo que el ataba los cordones de sus zapatos. Le dio miedo tropezar.

La complicidad desvalida pero tranquila y cierta de sus encuentros quedó grabada en sus memorias para siempre.

No se volvieron a ver.

No encontraron algo mejor.

Rosa Aliaga

Fetiche


Musa retórica Superego

Miro al horizonte y se ve tan lejano...

Nunca lograré alcanzarlo, como nunca alcanzaré eso que nos incrustaron equivocadamente en la cabeza desde niños, eso a lo que llamaron felicidad. Es tan impalpable como aquella línea horizontal del fondo, creemos verla, pero es solo y siempre será una ilu-sión, por eso ya nunca querré tocarla, que infantil he sido siempre... Y es que existe algo detrás de esa lí-nea, como existe algo detrás de esa idea de felicidad. Esa lejanía me hace sentir tan solo, tan frio, que quie-ro estar solo, que quiero vivir helado y acompañar mi sensación con mi vivencia, al fin me he dado cuenta de que es entre esos hielos donde yo quiero estar, con mi invierno interior. Es lo que hago, es lo que deseo, no arroparme con mantas de lino, quiero erizarme y proclamar la vida, viviéndola intensamente, y eso solo lo puede hacer uno, solo, como la una.

Al estar realmente solo, en su más íntima concepción de la palabra, es cuando empieza uno a ver la vida como realmente está pintada, y no como se ha querido mostrar, de falsos colores vivos. Me siento extraño en-tre tanta persona de colores rojizos y amarillentos, no estoy agusto entre ellos, no quiero tan siquiera tocar-los, me dan alergia esos colores, y es que no son otra cosa más que una falsedad de la negra y blanca reali-dad. El gris es el color de traje que visten esos absur-dos oradores, aquellos que no han querido más que mezclar la verdad y la mentira para hacer de éstas una adulteración de los hechos, han usado vilmente esos puros conceptos y en su nombre las han pertrechado por el bien individual y no por el de todos, el universal. Veánse abogados, políticos, sofistas y demás dema-gogos de la verdad. De los demás colores no hago ni si quiera mención, pues lo único que aportan es una densa nebulosa que ni si quiera ellos diferencian y de la cual forman parte sin apenas saberlo, han llegado ahí por inercia, ahí se desvirtua todo en lo que yo creo,

que no es más que en la vida, en el pequeño y puro prisma de la realidad. La soledad aporta nada menos que claridad. ¿Veis de lo que hablo, o necesitais que lo repita?

Somos seres racionales si, pero dentro de la cultura, más que racionales, nos volvemos sociales. Necesita-mos estar dento de algo para tener peso propio. Pero yo os hablo de “lo puro” de lo que tiene peso por ser pe-sado y de lo que no lo tiene por ser ligero, no me hace falta una comparación para saber que soy un ente de dimensiones fuera de todo a lo que llamais sociedad, estoy fuera de eso, y me he dado cuenta al estar solo, al respirar ese pesado aire que solo se respira estando así, en tu desnuda existencia, sin ninguna influencia exterior. Es aire puro, mucho más dificil de respirar, pero al que cuando uno se acostumbra ya no puede inspirar algún otro, volver a inspirar esa polución, sería nada menos que un veneno letal en mis evolucionados pulmones, al principio solo pude tomar pequeñas do-sis de él, ahora ya puedo pegar profundas bocanadas. Cuando alguien quiere ir más allá, solo puede conse-guirlo estando completa y absolutamente solo. Solo, me he podido elevar por encima de lo pasado y de lo futuro, solo, me he podido dar cuenta de quien me ha hablado por mi bien y por mi mal, de lo que quiero, de lo que se, y claro está, de todo lo que no se. Lo se, me miras como un maldito, tocado por las notas musicales y místicas de la locura, pero piensa, cómo te merece vivir la vida, ¿has elegido tú tu vida, o la han elegido otros por ti? Tu único maestro debes ser tú mismo. Re-copila los hechos de tu vida y haz de ellos tu base en esta docente labor, ellos se racionalizan únicamente estando en esa soledad de la que te hablo, analízalos y analízate así.

EN COMPAÑÍA DE LA SOLEDAD

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Superego Musa retórica

No quiero hacerte recapacitar, no quiero nada de ti, te he dicho y te repito que tu maestro debes ser tú, pero mira si lo que piensas que “es así” es por ti o por quien tienes a tu lado, solo míralo, mira a tu alrededor, no te digo que respetes al egoismo, no soy antropocentrista, observa a tu alrededor, has de ser capaz de ver de lo que te hablo, de que despiertes. Llanamente te digo que si lo que haces, lo harías en cualquier caso, y lo que piensas lo pensarías del mismo modo, sin cam-biar un solo matiz del pensamiento, aun no existiendo ningún ser humano sobre la tierra, aun si la vida fue-se otra, si los conceptos cambiasen, si no existiera el día, solo madrugada, sí, a eso es a lo que me refiero cuando mezclo la palabra pureza, a lo que siempre será igual aun estando fuera de cualquier opinión o contaminación exterior, de su propio concepto, no de su concepción exterior, modelada a gusto por el ser humano y su historia. No trataré de definir conceptos éticos, sino ontológicos, de lo que es la sabia del árbol, no de sus hojas caducas.

Te invito a saborear esa sabia extraña y compleja, ven conmigo a beber de aquel árbol de la sabiduría, ese árbol que se ve a lo lejos, justo detrás de la línea del horizonte, allí está sí, creéme, plantado en medio justo de un inmenso campo de cebada inmaculada. Aquel es el único lugar donde he encontrado buena sombra en la que resguardarme del abrasador astro. Pero pri-mero has de verlo, yo te enseñaré a tener esa mirada infinita, que rebasa los límites, tu solo toma mi mano, no me abraces, tan solo déjate llevar pues tú serás tu propio guía, pero los que allí vamos entrecruzamos nuestras manos. Verás el blanco que yo veo, y respi-rarás un aire tan puro bajo esa sombra, que ya nunca volverás a cobijarte entre esa línea de cipreses por los que ibas caminando, sin sentido y cabizbajo, hacia las puertas negras del final. Todos acabaremos cruzándo-las, pero hay otros caminos, menos directos, por los que uno puede saltar y silbar, jugar y revolcarse con el cereal caído en el suelo, remojarse en fuentes que solo creí que existían en los más bellos poemas, bailar con mil novias vestidas de blanco y comer unos frutos con sabor a caramelo recién hecho, serás bamboleado por unos vientos que van en todas direcciones, te levanta-rán y te volverán a dejar caer suavemente, allá no hay sumideros, nada se desaprovecha, pues todo tiene sentido. Acompáñame en esta soledad, tengo muchas cosas que mostrarte, deja que te susurre al oído esas palabras que siempre has querido escuchar...

ANOPHELES



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En esta situación en que nos encontramos ― porque y aunque así lo parezca, no estamos perdidos ― sólo tres cosas podemos esperar: el fracaso, la muerte y el autobús. Pero, no trato de parecer desesperado, ni tra-to de parecer-me a nadie. Sólo trato a quién conozco.

La vida está sufriendo una grave, pero que muy gra-ve crisis. El amor está desapareciendo; la vida está desapareciendo y mi dinero con ella. El mundo tiende al caos; el destino tiende al caos; la gente tiende... la ropa y yo, no en-tiendo nada.

Mis experiencias, tristes experiencias, me están ha-ciendo dudar de todo. Y no es una duda ecléctica, ni una duda descartiana (valga la palabra, valgan mil Euros), es una duda realista, inconformista, idealista, conformista, espiritualista y -lista. Una duda que parte de hechos reales; una duda que parte de Madrid; una duda, que parte no es duda; en una palabra: una duda que parte de risa. Y sobre esto quiero hacer resaltar dos puntos. Helos aquí:

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Una vez re-saltados estos dos puntos, yo me pregun-to: ¿Qué hay más allá de la muerte y más acá de las Cortes? Las respuestas se contradicen. Todo es con-tradicción. Lo que para unos es bueno, para otros es malo. Lo que para unos es bello, para otros es anti-estético. Poco es mucho para unos cuantos y todo es poco para otros muchos. La alegría en algunos produ-ce tristeza, para otros la tristeza produce alegría.

La gente se cansa de pensar (cuando empieza), la gente se cansa de esperar, se cansa de escuchar, de hablar, de ayudar e incluso de pie. Para ello construye robots, que podrían definirse como máquinas humani-zadas, humanos mecanizados, o lo que es peor aún, ¡máquinas hechas por el hombre a su imagen y se-mejanza!. ¿Qué podemos esperar nosotros de esos entes? ¿Qué hemos podido ver en ellos más bien sin nuestras l-entes?.

Muy fácil: nuestra despreocupación, nuestra posibi-lidad de dejar de pensar. Hoy en día sólo utilizamos nuestras manos para pedir, para comer y para dañar a los demás, es decir, para deterles en el dagua y darles con dabón.

¡Qué fácil sería que aunándonos todos fuésemos fe-lices! ¡Qué fácil sería que aunándonos todos viviése-mos!. Pero no. La gente no quiere aunarse, quiere es-tar por encima de los demás (de ahí que nazcan tantos niños), la gente tiende a desorganizarse, a individua-lizarse, a hacerse ricos por ellos mismos y sin contar conmigo. El dinero, como todos sabemos y como todo lo que tengo hambre, no es lo principal en la vida; pri-mero está vivir, y con “vivir” no me refiero a vegetar ni a vagabundear (puesto que los que más divagan son los divagabundos), ni a hacer nada parecido. Si no, a disfrutar, a reír, a amar, a le hop. Sin lugar a dudas uti-lizamos nuestra sabiduría para quitársela a los demás. Aprendemos para olvidar.

La vida por sí misma carece de sentido, pero no de dirección. Todos tenemos una meta, los porteros dos. La vida nos enseña a aprender, a aprender el bien y nosotros hacemos el mal engañando y engañamos haciendo el mal. Nuestra misión ― podría yo decir ― es disfrutar haciendo que los demás disfruten. Pero cada uno tiene su misión, y si no encuentras tu misión, busca tu parroquia.

No vivimos creando, vivimos destruyendo. El mundo gira de tal forma, que evoluciona hasta cierto punto, y a partir de ese punto, desestabiliza lo estable, engulle lo incomestible y devuelve lo que come. Más clara-mente: sol.

¿Por qué no conformarse con lo que uno tiene... y roba al vecino? Pues muy fácil, porque aún quedan muchas cosas que el vecino no posee. Sólo espero que a los que amo (y no voy a dar nombres, pues todo el mundo ya tiene) no les ocurra nada de esto, y piensen, aunque sea una vez, que las experiencias también engañan, y que todo tiene su momento para demostrarlo, aunque a veces, lo estamos demostrando constantemente, y pasa... desapercibido.

CAOS

Jose Manuel García-Gómez



Era un viernes, cercano a las siete de la tarde: hora de clausurar la semana.

Me adentré en el ascensor con la cabeza aún invadida por los pensamientos del trabajo, por las preocupacio-nes de cualquier alto cargo de una empresa anónima. Planta a planta el pequeño cajón se iba llenando sin a penas dejar aire para respirar, mi pulso se embalaba engañando al corazón diciendo “voy a estallar”; pero continuaba allí, tanto acelerando como queriendo pa-rar. Decidí aflojar el nudo de la corbata.

Rápido salí de la cabina ansiando cruzar al fin la puer-ta con no más pensamiento que reencontrarme con mi libertad, pero allí no había nada: absolutamente nada. Anduve durante eternos minutos por las calles hasta llegar al metro, tan solitario como excesivamen-te acompañado. Al llegar allí una mujer con un viejo y largo abrigo se posó ante mí, apuntándome con la mirada como si de un revólver se tratara y dibujó un crucifijo sobre si misma, terminando por besar el amu-leto de oro que se vestía a su cuello; en ese momento yo solamente pude suspirar y continuar mi asfaltado camino.

19’38 P.m., el Apocalipsis acaba de empezar.Entré en el vagón, allí no cabía ni un alfiler. Como un rebaño de ovejas nos apilonábamos los condenados mezclando nuestros sudores, envueltos en nuestros propios pensamientos. Avisté en la otra punta del tren a la señora de la mirada-revólver, ella también me en-contró de entre la multitud y su vista no me abandonó en todo el trayecto.

“Está como una regadera”, pensé. Pero incluso yo mismo sabía, en lo más profundo, que no era así y que algo extraño sucedía alrededor nuestro. Era como una explosión de auras con un significado. Fuimos supe-rando las estaciones hasta llegar a mi barrio, la mujer me siguió con la mirada hasta perderse en el horizonte de aquel túnel.

Salí corriendo por los pasillos mientras la sensación que algo apretaba sobre el pecho se iba haciendo más intensa. En un instante miles de cifras, cálculos, esta-dísticas y letras se amontonaron en la cabeza mien-tras un pungido la partía en mil pedazos que se unían para volver a romperse. Entonces mi voz escapó en forma de grito haciendo tronar aquel lugar. Cada vez me quedaba más claro que el estrés urbano lograba enloquecerme y no había Dios que arreglara esa situa-ción. Entonces una voz susurró:

“Has estado aquí antes… Sí. Has estado aquí antes… Has estado aquí antes, si: Has estado aquí antes, lo sé”

Salí al fin al exterior y con fuerza cogí aire. Me sentí observado por aquellas gentes que me rodeaban, rien-do con una carcajada cada vez más descarada. Cerré con rabia los ojos y al volver a abrirlos estaban com-pletamente serios y distraídos. Cada vez me resultaba más incomprensible la situación cuando, de pronto, volvieron a mí aquel millón de cifras y estadísticas, de cálculos sin solución… Aquella escena se vio truncada por un silencio fúnebre acompañado de un golpecito en la espalda: un hombre con barba de meses y mugre incrustada en la piel, aroma a alcohol barato y ojos de perro apaleado se posó a mi lado.

FILAN-TROFO-BIA

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― Sé cómo te sientes tío… ― dijo aquel extraño ― Yo también fui como tú ¿sabes? Hasta que el rojo cie-lo cayó sobre mi cabeza… Por cierto, ¿no tendrás un euro para prestarme?

― ¡Apártese de mi! ― respondí a pleno pulmón ― Apártese o…

De un manotazo le aparté mientras aquellas risas en-capotaban cualquier otro sonido urbano, yo eché a correr hasta destrozar mis zapatos mientras me per-seguían aquellas miradas afiladas.

Al llegar a la puerta del bloque, cuando ya sentía cer-cana la salvación y la paz, algo llegó a sorprenderme aún más que todo lo ocurrido desde que terminó la jornada laboral: ante la puerta se posaba, envuelta en su abrigo, la mujer del metro. Se posó ante mí y me susurró al oído a la vez que acariciaba mi mejilla: “Has estado aquí antes…”

Abrí la puerta con el pulso tiritando y subí apresurado las escaleras, al llegar a la puerta de casa suspiré y entré buscando algo que en el mundo no iba a encon-trar: cordura.

El mundo ha perdido el norte y me ha llevado consi-go: matamos por poder y dinero, atropellamos a todo cuanto se cruza en nuestro camino por pura avaricia, hemos olvidado el significado de “paz, amor y respe-

to”, sembramos “pan para hoy y hambre para maña-na” solamente por la egocéntrica idea de lavar nuestra conciencia, hemos desvalorizado la educación y, al final, hemos vendido nuestra alma. Somos, de los ani-males, los más impuros y despiadados, los más estú-pidos y, por la contra, nos creemos la máxima creación de un Dios al cual hemos creado para manipular las respuestas inexistentes. Y no ha sido hasta hoy cuan-do me he dado cuenta que he malvendido mi alma…

Y el mundo ha tornado oscuro…Tan oscuro que me es imposible ver incluso a la luz del día y ya no hay mar-cha atrás. Por ello he tomado una decisión:

Tomé en mis manos el cuchillo jamonero y acaricié con su filo mi muñeca, cortando fina y sensualmente y dejando llorar sangre a través de mi piel. Me quedé asombrado por última vez ante el “Skrik” de Edvard Munch, dejándome envenenar por su textura, mien-tras cavilaba sobre la efímera eternidad. Poco tardé en marearme y así pronto desvanecieron los errores del mundo y la humanidad…

Víctor Valles



Érase que se era, uno de los muchos Mundos Infini-tamente Posibles acabados en A. Érase que se era Mundo Nada.

En Nada moraban, apaciblemente, los No-ocurren que nunca ocurren, los No-digo que nunca se dicen y los No-hago-ni-haré que nunca suceden. En reali-dad, Mundo Nada era vecino de Mundo Nunca, y de todos los Mundos Posibles acabados en A estos eran los más tranquilos y estables de toda la existencia mundial-A, pues Mundo Nada siempre se encargaba de que nada ocurriera en Mundo Nunca, y éste, a su vez, se ocupaba de que nunca ocurriera Mundo Nada. Y así pasaban los días…

Érase que se era, uno de los muchos Mundos Infini-tamente Posibles acabados en A. Érase que se era Mundo Cordura.

En Cordura habitaban, mansos y de buen temple, la señora Prudencia y el señor Buen-seso, bien goberna-dos por el viejo y respetado señor Juicio. Prudencia y Buen-seso tenían muy sana la razón, y el viejo y res-petado Juicio procuraba siempre mantenerlos bien a salvo de la disparatada Locura y el Delirio absurdo. Y así pasaban los días…

Érase que se era, uno de los muchos Mundos Infini-tamente Posibles acabados en A. Érase que se era Mundo Contingencia.

En Contingencia se acomodaban los cautos hermanos Puede-suceder y O-no-suceder, siempre en inquietas disputas por los medios disponibles para hacer algo. De esta manera, hacían de Contingencia el mundo más impredecible de toda la existencia mundial-A. Y así pasaban los días…

QUÉ MUNDOS

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Así se pasaban los días… hasta que en cierta ocasión se proclamó un asamblea de todos y cada uno de los Infinitos Mundos acabados en no importa qué, pues era una asamblea muy importante. En ella se debía decidir la unión de dos mundos… pues por aquel en-tonces corría desde hace tiempo la voz, la voz, de que dos mundos deseaban estar juntos.

¡Qué contratiempo, al tratarse de dos mundos contra-dictorios, que no contrarios ni opuestos!



señor Juicio.―¿Y si les preparamos el ajuar? ―muy concreto pre-guntaba Puede-suceder ―tengo claro que puede ser.―El deseo no contiene, el deseo devora, el deseo ob-tiene… ―musitaba la disparatada Locura.―No se puede con ese amor… ―repetía don Temor, que se encontraba junto a Buen-seso, muy cansado y con dolor.―Pero, ¿alguien quiere algo de comer? ―inquieta preguntaba la aturdida Ansiedad.

Y así pasaban los días… La asamblea duraba y se prolongaba y se extendía a lo ancho… y disponía de todo el tiempo irrenunciable que contiene el sol. Los días pasaban… las opiniones y las preguntas se arremolinaban, una tras otra, y una más: «Pero, ¿de qué mundos se trata?»; «Oh, cielos santo, pero si es imposible ese amor…»; «Qué ridícula unión».

―Mundas y Mundos, mi buen discernir no concibe la unión, ¡abajo esa pasión! ―decía el señor Buen-seso.―Claramente tiene razón, no se puede con ese amor ―apuntillaba, quisquillosa, doña Prudencia.―Ah, ¿no? ―se sorprendía Delirio.―Calma, calma… es evidente que no sucederá, NO SUCEDERÁ ―se esforzaba No-ocurre en recalcar.―¿Y cómo estáis tan seguros?, pedazo de listos ―re-criminaba O-no-suceder ―puede no suceder que no sucederá ―continuaba con su exponer.―El deseo no contiene, el deseo devora, el deseo ob-tiene… ―musitaba la disparatada Locura.―Ya os digo que no les veo futuro alguno ―No-hago-ni-haré hacía hincapié.―Yo, mejor, no me pronuncio ―susurraba No-digo.De entre los asistentes se oyó una voz:―El deseo y la pasión no entienden de razón, ¡bajen el telón! ―la Verdad dijo.―Esa es acertada opinión ―sumó el viejo y respetado

57Burlesque Fanzine


Llegó un día en que el viejo y respetado señor Jui-cio entró en una feroz disputa con la disparatada Lo-cura; y otro día en que la distinguida Verdad encargó a doña Probabilidad que hiciera números, «… haga usted muchos números, hasta que llegue a la teoría irrefutable de que es un amor desfavorable, querida». Cuando acabó de decir esta frase, tras una puerta que se abría, se alzó una voz delgada y puntiaguda:

―Buenas tardes a todos, soy Vanidad, ¿alguien me invita a pasar? Tomaría una taza de té, y algunas pas-tas, ¿puede ser?

Ávido, Puede-suceder se apresuró a prepararle la taza de té, mas con un astuto movimiento, O-no-suceder le puso la zancadilla y le hizo caer.

―Qué estupidez, qué aburrimiento… ¿acaso no tie-nen mejores cosas que hacer? ―con voz grave y so-lemne, majestuosa, la vieja señora Fantasía se levan-tó de su silla ―están perdiendo un tiempo precioso, ¿nunca han estado excitados, prendados del deseo, ausentes, atontados, felices, inquietos, enarbolados de piernas y brazos, ligeros… pues, quiénes son esos dos de los que no se concibe la unión?

Y contestó, madura y tranquila, doña Razón: «Los jó-venes Íntimo y Extraño, mi querida señora, dos mun-dos acabados en O. ¿Cabe alguna otra opinión?».

Inés d’Espalda

Ilustraciones: Iñaki Martín



Cuando sonó el despertador, Marc se dio la vuelta en la cama y emitió un sonido gutural de incredulidad y fastidio antes de alargar el brazo para apagarlo a tientas. No quería abrir los ojos. Ya tenía que levantarse y no había podido dormir nada en toda la noche, así que se aferraba a las sábanas vehementemente con la esperanza de que el tiempo se hiciera un poco más largo.

Todo había empezado a la misma hora de siempre, sobre la una de la madrugada. Si se acostaba temprano, ya estaba profundamente dormido cuando llegaba esa hora, y no podía escuchar nada. Pero cuando se acostaba tarde, la situación cambiaba. A la una todavía solía seguir despierto, rogando que le entrara el sueño antes de que comenzaran a llegarle aquellos leves susurros desde el fondo de la cocina. Y aquella noche había vuelto a acostarse tarde. Así que estaba tumbado boca arriba en la cama, confiando en dormirse de una vez por todas para no alcanzar a oír los rumores que salían de aquella nevera vieja.

Pero no lo conseguía. No era capaz de abandonar su cabeza. No podía relajarse y dejar que los pensamientos fluyeran libremente para ceder paso a los sueños. Aún seguía despierto, agobiado por la certeza de que iban a dar las dos de la mañana y de que aquellos murmullos que ya le llegaban de lejos se irían transformando poco a poco en lamentos.

Las tres. Los lamentos se habían convertido en sollozos. Marc daba vueltas en la cama, consciente de que ya no iba a poder dormirse de ninguna manera. Estaba enfadado consigo mismo porque hacía tiempo que debía haber comprado una nevera nueva. Hasta su dormitorio llegaban gemidos y lloriqueos. Era como si tuviera la cocina llena de niños hambrientos.

A las cuatro pasadas, Marc había dejado de dar vueltas. Estaba totalmente inmóvil, con los ojos muy abiertos, atento a los suspiros que se iban intercalando entre los llantos y que cada vez se escuchaban más alto y más cerca. Aguantó así hasta que dieron las cinco, pero ya no pudo más. No podía con aquellos ruidos que le hacían sentir como si estuviera envuelto en tinieblas.Decidió levantarse. Saltó de la cama hecho un manojo de nervios y se fue descalzo hasta la cocina. Se detuvo un segundo delante de la vieja nevera, como esperando que ésta le diera explicaciones, y después abrió la puerta con contundencia.

Allí dentro estaban los dos niños. Eran muy pequeños, como si hubieran acabado de nacer tan sólo hacía unas horas. ¿Por qué diablos lloraban aquellos dichosos críos? Los cogió en brazos con total seguridad, como si estuviera acostumbrado a hacerlo todos los días de su vida, y, cargando uno a cada lado del cuerpo, se puso a caminar de un extremo a otro de la cocina, meciéndolos y cantándoles nanas improvisadas hasta que cesaron los lloros y se quedaron dormidos. Después los colocó de nuevo en el interior de la nevera y se fue a su habitación arrastrando los pies por el pasillo. Se metió en la cama y se cubrió con la manta hasta las orejas. Fue entonces, justo cuando había encontrado una postura cómoda para dormirse, cuando el despertador sonó con estridencia. Eran las siete de la mañana.

Tardó un rato en decidirse a abrir los ojos. Resignándose a comenzar el día, Marc consiguió levantarse de la cama. Se dio una ducha rápida, se vistió como un autómata, desayunó frugalmente y se fue al trabajo de mala gana, conduciendo su destartalado coche casi de forma inconsciente.

Lo primero que hizo en cuanto acabó su turno en la fábrica de piensos, fue irse a unos grandes almacenes para comprar una nevera nueva.

Ana Blé

LA NEVERA

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Aitor Gascón // aitorgascon.blogspot.com



61Burlesque Fanzine


Despiadada inteligencia que sostiene el sentido sinsentido

de la palabra necia

Y la escupimos con soberbia

Y la desmentimos serenamente entre campos de vides

Retoma conmigo la melodía inconsciente

que rezuma burbujas de un jabón egocéntrico

Y sí, allí te ves…

Tras el reflejo brillante de las pompas que ascienden,

tus ojos te miran…

¡Que me penetre el destino del superhombre

Y que callen la voz las gargantas vulgares!

Que no exista ni ley ni orden

que someta a aquél que desgaste

el rencor de los mediocres.

Mas, ¿quién osaría catalogarse como el primero?

¿Acaso un dios mortal…?

Tan sólo un puñado de “yoes”.

Lur Ochoa García

Yoismo


Ingeniería social Superego

El primer debate interno que surge cuando uno intenta reflexionar sobre el individuo actual, es si éste existe como tal. Es evidente que no se pueden extraer con-clusiones y características dignas de análisis social de algo que ni siquiera se encuentra en la realidad; y es precisamente de este proceso de destrucción del in-dividuo del que estamos siendo espectadores incons-cientes.

Caminamos, gracias al sistema, hacia un individuo de-finido por la falta de individualidad, es decir, nos acer-camos al ideal del rebaño, tantas veces utilizado en la literatura social, donde los colores se convierten en pequeños matices de grises entre uno y otro.

Y es que, entre las diversas manipulaciones del capi-talismo, se encuentra la de la destrucción de la idiosin-crasia que aseguraba el cuestionamiento de lo esta-blecido en otro tiempo. El superego aparece así, como producto de las necesidades capitalistas, que minimiza costes gracias a la homogeneización propia de la pro-ducción en serie. La peculiaridad personal no genera beneficios económicos, si no que es la producción en masa lo que permite el descenso del coste unitario, y

de esta forma, el consumidor homogéneo se convierte en la base del diseño capitalista, y la fuente de toda ganancia monetaria.

Pero no sólo la institución económica se ve benefi-ciada de la falta de una sociedad colorida y diversa, también en el plano político y filosófico esta situación da lugar a fórmulas que aseguran la perpetuación del sistema. El consumidor homogéneo, también puede entenderse como el ciudadano pasivo, que absorbe las ideas que la caja tonta le muestra sin cuestionarlas ni modificarlas en el fuero interno. Este proceso con-vierte los mensajes en un todo uniforme que se difun-de con facilidad y al que no es necesario transformar para llegar a toda la sociedad; facilitando el camino a las comunicaciones vacías pero efectivas de las que el sistema tanto necesita. Es por ello, por lo que la individualidad ha dejado de cumplir su función de ser la parte que reacciona frente a al externalidad social. Tomando los términos de la Escuela de Frankfurt, nos encontramos en pleno proceso de narcotización ciu-dadana, provocado por la parálisis de ideas y que aca-ba desencadenando una homogeneización pasiva.

EL REBAÑO DE LOS GRISESTodo aquello que sofoca la individualidad, sea cual sea el nombre que se le dé, es despotismo.

John Stuart Mill

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Superego Ingeniería social

Ideológicamente resulta mucho más rentable la agru-pación de individuos iguales, que no cuestionen la doctrina recibida ni tengan pluralidad de ideas. A todo lo anterior hay que sumarle el hecho de que en la so-ciedad actual se hace muy difícil pensar y opinar de manera diferente, ya que no dispones de argumentos para hacerlo. No se publican datos empíricos en los que apoyar ideas contrarias a lo establecido, y por si fuera poco, pintarse de verde y salirse del rebaño, acaba desembocando en distintas formas de castigo social, como pueden ser el ostracismo o los techos de cristal.

Si pretendiéramos escoger un individuo concreto en la masa nos sería imposible, puesto que no nos podría-mos valer de diferenciaciones ni de ropa, ni de ideas, ni de gustos (gracias al marketing), ni de costumbres, y en algunos casos, ni siquiera de cultura, ya que la globalización se está encargando de expandir los ideales occidentales, y convertir a la fe del capitalismo a la totalidad del planeta, creando así un mercado de casi de 7.000 millones de consumidores prácticamen-te calcados.

Cabe por tanto concluir, que la paradoja del individuo actual es que su principal característica es que no es individual. Los rasgos propios del individuo occiden-tal de nuestro tiempo niegan la base del concepto en sí, curioso ¿verdad? No sería descabellado proponer un cambio gramatical, y buscar un concepto que se acerque más a la realidad, y empezar a hablar de algo como fotocopia.

Azalí Macías García


Ingeniería social Superego

Inmersos en la multitud que les hace anónimos entre el caminar imparable de la masa, engrosando la suma de existencias que transcurren al unísono. Pero a la vez solos en la inmensidad, delimitándose el abismo interpersonal que les hace únicos entre los demás. Fuertes y capaces para hacer frente a lo inesperado, a lo contradictorio y a aquello que les oprime. Pero también débiles e inútiles, demostrando una fragilidad que escapa a sus dominios como especie, en un mun-do que les desecha como fruto perecedero. Sabios y tenaces en una constante superación de sus limitacio-nes físicas e intelectuales, averiguando, conociendo y experimentando sin descanso. Pero al mismo tiempo estúpidos y ciegos ante aquello que les divide y en-frenta, que les destruye y les merma… En definitiva, el hombre, la mujer, el individuo como protagonista de todo un mundo de complejos entresijos definidos por contrastes y contradicciones que nos advierten de la grandiosa diversidad de registros que permanecen ocultos dentro incluso de un mismo sujeto, pujantes por tomar una y otra vez la iniciativa del propio yo.

Dentro de un contexto como el actual en el que el hom-bre se determina como parte de un total, es necesario reconocer a la persona como protagonista indispen-sable de una historia individual, conformada por ac-ciones individuales y que expresa sentimientos indivi-duales. Es la hora de reclamar un espacio único para cada mente, en el que no debe premiarse el seguir a la mayoría, sino que se ha de promover un autocono-cimiento que nos lleve hasta la razón propia e intrans-ferible, que solo sea válida para la propia experiencia de cada uno. Nadie mejor que uno mismo es capaz

de valorar los límites que puede alcanzar, por lo que hay que perder el miedo al fracaso en primer lugar, y como consecuencia es necesario dar rienda suelta a la experimentación. Como entes unitarios del conjunto, conformamos una parte indispensable del global, sin la que el equilibrio colectivo se vería irremediablemen-te afectado.

Necesitamos apartarnos de moldes y encasillamientos que nos etiqueten como lo que somos o pretendemos ser. La riqueza se encuentra en que nuestro entor-no sea diverso, y para ello debemos dejar de mirar a nuestro alrededor para buscar modelos de imitación, y centrar los esfuerzos en ofrecer lo mejor de nosotros mismos.

Llamemos la atención, exhibamos nuestras condicio-nes y evitemos la comparación; solo así podremos li-berar miles de potenciales individuales, que superen a unos gustos, a unas necesidades y a unos valores globales. No estoy despreciando el conocimiento a través de la observación, sino que trato de evitar el aburrimiento que produce la copia, para promover en cambio la original heterogeneidad.

Simplemente trataremos de buscar nuestras propias referencias y configurar así una serie de preferencias, para no esperar a que sean otros los que marquen las pautas de todo un conjunto social al que pertenece-mos.

Individuo colectivo

Juan Sánchez Borox

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Superego Ingeniería social


Joyas del celuloide Superego

Mulholland drive. David Lynch (2001)

Tras el cristal. Agustí Villaronga (1987)

Los idiotas. Lars von Trier (1998)

Zelig. Woody Allen (1983)

El club de la lucha. David Fincher (1999)

La doble vida de Verónica. Krzysztof Kieslowski (1991)

Donde viven los mostruos. Spike Jonze (2009)

Persona. Ingmar Bergman (1966)

Otra mujer. Woody Allen (1988)

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“No hay banda, y aun así, oímos una banda”. El maes-tro de ceremonias del Teatro del Silencio, ese macabro espectáculo al que asisten las protagonistas de ‘Mul-holland Drive’, no puede dejarlo más claro: la identidad no es única ni tampoco indisoluble.

Puede dividirse, proyectarse e incluso multiplicarse. En el número de Burlesque dedicado al yo, propone-mos un ranking con diez películas que exploran las singularidades de la identidad:

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Superego Joyas del celuloide

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La princesa Mononoke. Hayao Miyazaki (1997)

Cuando el doctor Kris Kelvin es enviado a Solaris, un planeta cubierto por un inmenso océano dotado de conciencia propia, descubre que éste tiene un regalo de bienvenida para todos sus visitantes. En Solaris, los recuerdos y experiencias del pasado se materia-lizan y cobran vida, de tal modo que el astronauta se encontrará en los pasillos de la estación espacial con una copia de Hari, su ex mujer, fallecida años atrás. En su primera incursión en la ciencia-ficción, el director soviético Andrei Tarkovsky no sólo dirige su mirada hacia el grupo de científicos destacados en Solaris, atormentados por figuras que creían enterra-das en lo más profundo de su mente y que ahora les persiguen día y noche, inmutables e indestructibles. Tarkovsky se permite avanzar un paso más y ahonda en una dimensión mucho más compleja de su pro-pio relato, colocando a esas copias frente al espejo. “Si no soy ella, ¿entonces qué soy?”, se pregunta la falsa Hari observando su reflejo, y tratando de dife-renciar su identidad de la de la auténtica ex mujer de Kelvin. Si posee su apariencia, sus recuerdos e incluso sus cicatrices, ¿puede entonces ser ella tam-bién Hari? ¿Puede una misma persona existir dos veces? En ‘Solaris’, el debate acerca de la propia identidad surge no por la oposición de ésta al otro, sino a su doble.

La dualidad de la identidad ha servido de pretexto para llenar latas y latas de celuloide, abordándose en cintas de muy distintas pretensiones. El norteame-ricano David Lynch diluye en ‘Mulholland Drive’ la frontera entre las identidades de sus dos personajes principales, al igual que Bergman hiciese en ‘Perso-na’, llegando el tándem protagonista a confundirse entre sí y formar, quizá, una sola entidad. El interés de Lynch por el doble ya se dibujaba anteriormen-te en ‘Carretera Perdida’ y tuvo su mayor atino en la serie ‘Twin Peaks’, donde todo giraba en torno al número dos: dos chicas desaparecidas, dos agentes a cargo de la investigación, dos diarios de Laura Pal-mer y dos colinas que daban nombre al pueblo en el que acontecen los hechos.

Mientras que en ‘Solaris’ la existencia del doble es un motivo de angustia y en ‘Mulholland Drive’ un ele-mento perturbante o una materialización de la lucha antagónica entre el bien y el mal, otras películas ve-rán en el doble un alivio para la soledad del mundo moderno. En ‘La doble vida de Verónica’ conocemos a dos muchachas que jamás llegan a encontrarse, pero que comparten el mismo nombre, el mismo fí-sico (encarnadas ambas por la actriz Irène Jacob) y la misma intuición de que, en algún lugar del mun-do, existe otra persona que vive su mismo destino.

Algo parecido sucede en el drama ochentero de Woody Allen ‘Otra mujer’, en el que una profesora escucha, a través del conducto de ventilación de su edificio, las confesiones que una desconocida hace a su psiquiatra, y que resultan ser idénticas a las suyas. Ambas coinciden en sentirse como unas absolutas desconocidas para sí mismas, y encontrarán, la una en la otra, un espejo en el que mirarse, al igual que el protagonista de ‘Donde vi-ven los monstruos’ ve proyectadas su furia y su rebeldía en una tribu de monstruos que habitan su mente.

Tanto en las fantasías de Tarkovsky como en las pesadillas de David Lynch o en las cintas más se-sudas de Woody Allen, la búsqueda de la propia identidad es imposible sin la existencia del doble, de una entidad que nos sirva de espejo y que nos devuelva un reflejo certero de nuestro auténtico yo.

Paco Ruiz


Genio en el muro Superego

Raerwww.flickr.com/photos/raer


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Superego Genio en el muro





Sathwww.sath.es

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Kramwww.kram.es

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Kramwww.kram.es

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Kike ARdesordengraff.blogspot.com


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Fotografía: Lydia Antón


Tatuame Superego

Así fue todo...

Desde niño me interesé por el arte, más que nada en la pintura sobre todo en la pintura, me pasaba días dibujando e intentando copiar dibujos de re-vistas etc., en el año 1994 me realicé mi primer tattoo y, con muchísimo es-fuerzo, pude comprarme la primera máquina. Fue tatuarme y darme cuenta

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TatuameSuperego

de que lo que quería hacer de en mi vida era esto: dedicarme a di-bujar sobre la piel de una persona. Tras años de trabajo en Buenos Ai-res y Córdoba (Argentina), hoy me encuentro viviendo, gustosamente, en la ciudad de Barcelona y ma-nejando mi propio estudio privado, CLASSIC ALL, donde me dedico a mejorar día a día mis técnicas como artista tatuador, para poder

brindarle a mis clientes la calidad máxima y el mejor resultado a la hora de marcarse la piel. Un tattoo es una marca personal, para toda la vida y, como tal, tiene que ser un trabajo perfectamente ejecutado, no hay margen para el error ni para el arrepentimiento.

Bienvenido al tattoo! Bienvenido a Classic All Tattoo BCN.

Más info en: www.classicall.neositios.com


Tatuame Superego

Todo empezó una mañana de verano, de una manera bastante curiosa: estando en la piscina con un amigo, éste llegó con un bonito tatuaje y ha-ciendo alarde de él. En un arranque de valentía, le dije que yo sería capaz de hacer ese mismo tatuaje y, sin más, me propuse comprarme una má-quina para tatuar.

A partir de ese momento, después de adquirir la máquina, empieza mi ca-rrera profesional como tatuador. Aunque toda mi vida me ha gustado dise-ñar alguna cosa que otra, aquél fue mi primer contacto con el mundo del tatuaje, ya que nunca, hasta ese día, me había planteado la posibilidad de dedicarme a ello profesionalmente.

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TatuameSuperego

Dado que nadie se prestaba como conejillo de indias empecé a practi-car, como todo tatuador, con orejas de cerdo. A los cuatro meses de empezar a diseñar y aplicar dichos diseños en las orejas de los cerdos, me planteé la descabellada idea de abrir mi propio estudio. Los inicios, como todos, fueron duros, ya que la experiencia con la que contaba se limitaba a tatuajes en carnes muertas de animales. Más tarde, y como la familia siempre está dis-puesta a ayudar, hice mi primer ta-tuaje a una persona: mi hermana Rosa, a la que le agradezco la con-fianza que depositó en mí, tenien-do en cuenta mis antecedentes, y más sabiendo, posteriormente, que este tatuaje salió un poco rana, por decirlo de alguna manera, pues le tatué unos números al revés (que, por cierto, después he conseguido arreglar diseñando otro dibujo en-cima).

Una vez abierto el estudio, empe-cé con trabajos sencillos y de pe-queñas dimensiones. Es bien sabi-do por todo tatuador, que es más

sencillo controlar los trazos y las proporciones cuando el tatuaje es pequeño y el dibujo no es excesi-vamente enrevesado. Progresiva-mente, fui adquiriendo un poco de soltura con la máquina y aumentó el número de clientes que acudían a mi estudio, ya que corrió la voz de que éstos estaban muy satisfe-chos con los resultados.

Actualmente, he de decir que me va muy bien. Se podría decir que he encontrado la vocación de mi vida, aunque esto lo he descu-bierto posteriormente, teniendo en cuenta que mi relación con este ambiente empezó de una manera un poco cómica y, sobretodo, ca-sual. Tengo un amplio número de clientes de confianza, que acuden al estudio en busca de diseños que realizo, inspirándome en sus pro-pias ideas y aportando las mías. Me gusta personalizar al máximo mi trabajo, es por ello que lo hago de este modo. Soy un aficionado del realismo y centro mis diseños en este estilo.

A la hora de tatuar y, en la relación con el cliente, intento que siempre se sientan cómodos en mi estudio, en la medida de lo posible. Me gus-ta generar un ambiente de confian-za, teniendo en cuenta, que para algunas personas es una situación bastante tensa, por eso soy parti-dario de establecer una relación de tú a tú con cada uno de mis clien-tes.

Se podría decir, que soy autodidac-ta. Intento renovarme acudiendo a congresos y convenciones de for-ma periódica, para captar ideas y poderlas introducir en mi trabajo del día a día. También me gusta fa-bricar mis propias máquinas, para lo que aprovecho mi experiencia previa como soldador, ya que con-sidero que una máquina para un tatuador es como su tercera mano, es su gran instrumento de trabajo y, por eso, procuro personalizarlas al máximo, para estar lo más có-modo posible haciendo lo que me-jor sé hacer: tatuar.

Más info en: www.myspace.com/502998101


Tatuame Superego

Hola, soy Agustín Ávila, más conocido como Astin.

Todo empezó a través de la aerografía: con 16 años me fabriqué una má-quina con el motor de un walkman, y me la lié en la pierna, ¡cómo no! Llegó un momento en el que empecé a interesarme más por este mundillo y, tras varios intentos por conseguir que algún tatuador me pudiese orientar para saber qué pasos seguir (sin mucho éxito, por cierto, lo más que conseguí fue una patada en el culo), conocí, por fin, a Mcoy y Marilo de tattostone

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(Málaga). Les conocí en una con-centración de coches, en Marbella, y les estoy muy agradecido, tanto a ellos como al resto del equipo de tattostone, por haberme ayudado desde el primer momento. Poco después pasé a formar parte de su equipo, como refuerzo.

Más tarde, tras estar un tiem-po alternando la aerografía con el tatuaje, decidí montar mi pro-pio estudio de tatuajes, hace casi un año, siempre contando con el apoyo de Mcoy, mi novia y los demás. Mi estudio se llama astin tattoo&aerografía y está en Agui-lar de la Frontera (Córdoba), y, cu-

riosamente, ha tenido muy buena aceptación a pesar de la situación de crisis actual. En astin tattoo tra-bajamos de momento dos perso-nas, Isa y yo: Isa se encarga de dar las citas y asesorar a la clientela. Siempre intentamos dar un trato personalizado y exclusivo.

Nos encanta dibujar y trabajamos todo tipo de tatuajes: oriental, po-linesio, realista… Personalmente, el estilo realista es el que más me gusta. Y no me enrollo más, espe-ramos seguir en esta línea, por la que todo nos está yendo muy bien. Un abrazo a tattostone, desde aquí, de parte de Astin e Isa.

Más info en: www.astin.es


Tatuame Superego

Prenda Tatoo Studio abrió sus puertas por primera vez en 2006, en Madrid, en el barrio de Vallecas. Tras mucho esfuerzo y muchos inconvenientes burocráticos, conseguimos que nuestro sueño, tener un estudio propio, se hiciera realidad.

Yo soy Iván (Prenda), tatuador desde hace más de diez año. Recuerdo que el primer tatuaje que realicé fue a un buen amigo, un ying yang del tamaño de una de las antiguas monedas de cinco pesetas, realizado a palillo y agu-ja de coser, lo pasamos muy mal los dos, desde luego: nunca podremos ol-vidarnos de aquella tarde. Con el paso del tiempo fui averiguando un poco más sobre el mundo del tatuaje y aprendí a construir mis propias máquinas (made in hand, o como decimos en mi barrio, “máquinas telegueras”), así,

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TatuameSuperego

poco a poco, fui aprendiendo cada vez más sobre técnicas y trucos varios hasta que, por fin un día, me dieron la oportunidad de trabajar como aprendiz en un estudio de Santander, donde pasé una época muy feliz de mi vida.

Después de pasar varios meses en Santander, aprendiendo todo lo posible sobre el arte del tattoo y, entre otras cosas, a barrer y fregar bien el suelo, limpiar y esterilizar perfectamente el material de traba-jo… mirar y dibujar mucho, llegó un día en que me sentí con confianza suficiente para enfrentarme al reto de ser tatuador independiente, sin tener ningún maestro detrás de mí diciéndome cómo tenía que hacer las cosas. Los comienzos fueron duros pero gracias al esfuerzo, la constancia y, sobre todo, la pacien-cia, he ido recogiendo frutos y he

tenido la gran fortuna (gracias a este trabajo) de conocer muchos lugares y a mucha gente. He traba-jado y colaborado con estudios de Nueva York, Nueva Jersey, Miami, Londres, Alemania y, cómo no, con otros muchos estudios de España (un saludo para todos los que me acogieron con los brazos abiertos).

En Prenda Tattoo Studio también podéis encontrar a mi compañero Jesús (Chutta), que es también ta-tuador, además de una humilde y gran persona a la que tengo que agradecerle su apoyo y sacrificio, pues de no haber sido por él, no hubiese podido viajar a tantos lu-gares. Él es el que se encarga de solucionarme la papeleta mientras estoy viajando. También contamos con Esther, una aprendiz enamo-rada de este mundo nuestro tan peculiar, y a la que le debemos los

valiosísimos minutos de paz que nos proporciona al encargarse de atender a los clientes; además, se encarga de la limpieza y el cuida-do del estudio y del material de tra-bajo aunque, lo mejor de todo, es su grata y divertida compañía.

Y, por último, pero no por ello me-nos importante, contamos con So-nia (Crash Baby): nuestra piercer, que es una auténtica profesional del anillado y muy atenta y cariño-sa con nuestros clientes; pero, sin duda alguna, por lo que es famosa y se la reconoce en el mundo del adorno corporal es por su faceta de Crash Baby o, lo que es lo mis-mo, ser una de las chicas pin up más reconocidas de nuestro país. Ha ganado meetings, ha salido en varias revistas del sector y varios programas de televisión de cade-nas tan populares como Telecinco, Antena 3, la Sexta, Canal 9 y algu-nas más… Así que ya lo sabéis, si venís a Prenda Tattoo podréis dis-frutar de la compañía de una au-téntica y sexy pin up girl.

Gracias a todos los que me dan y me dieron todo su apoyo y confian-za.

Más info en: www.myspace.com/prendatattoo


Afinado encuentro Superego

Pregunta Burlesque fzn: ¿Cómo te presentarías para que nuestros lectores supieran lo esencial de ti?

Respuesta Mario Díaz: Como un compositor y can-tante que ama hacer música a caballo entre el reggae y el flamenco.

Bfzn: ¿Cómo recuerdas tu paso por la banda ‘los as-lándticos’?

MD: Como una etapa muy bonita de mi vida, práctica-mente crecí en esa banda: muchos viajes, escenarios y muchas fiestas con muchos amigos. Aprendí a mon-tar un grupo, a saber cómo se hacen muchas cosas y cómo no se hacen otras tantas… Lo recuerdo con alegría.

Bfzn: ¿Cómo se empieza una carrera en solitario?

MD: Teniendo claro qué quieres y qué no quieres en tu vida con muchas ganas de trabajar.

Bfzn: Si yo digo “Gloria bendita”, Mario Díaz diría…

MD: ¡Mi disco! Optimismo, reggae, sur, flamenco, poe-sía…

Bfzn: En este número de Burlesque fzn hablamos del ego en la sociedad actual, ¿cómo ves tú a la sociedad actual?

Todo en él rezuma optimismo, alegría, vitalidad y buen rollo. Su música despier-ta pensamientos que el ego moderno intenta apagar como una vela. Él se mo-lesta en recordarnos que vivir es una única oportunidad que siempre hay que aprovechar.Es lo que tiene el carpe diem: muchos lo pronuncian y pocos llevan su filosofía a cabo. Su nuevo y primer disco en solitario nos invita a descubrir una parte de nosotros que a veces olvidamos: la de ser positivos aun cuando la cosas no funcionan según creemos o queremos. Mario Díaz llega para revolu-cionarnos con su ‘Gloria Bendita’...

MD: Para empezar, no puedo hablar de la sociedad actual sin dejar de hablar de mí, puesto que pertenez-co a ella… Creo que sólo somos niños y niñas con ganas de tenerlo y saberlo todo, aunque no solemos darnos cuenta de que nunca será así.

Soy de los que creen en la sencillez antes que en toda la parafernalia que nos rodea hoy en día, para ser me-jor que… o parecer mejor que… “Sé tú mismo y no mires con quién”.

Bfzn: ¿Cómo ves la industria musical? ¿Hay mucho ego en el mundo musical?

MD: La verdad es que hay de todo, como en cualquier industria, me imagino. Es cierto que está más en el escaparate y se presta más a egos, envidias, chismo-rreos… Creo que debajo de toda esa maraña no deja de ser otro gremio que se busca la vida para darles un futuro a sus hijos.

Bfzn: Freud decía “si la inspiración no viene a mí, sal-go a su encuentro a la mitad del camino”, ¿cómo bus-cas tú la inspiración para tu música?

MD: Me voy. Es lo mejor para mí; me voy lejos de todo, donde no se oye nada y ahí empiezo a escucharme, a hablar conmigo. Si hay suerte y ella quiere… aparece y me indica dónde está lo bonito para mis canciones.

Un ego benditoMario Díaz:

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Superego Afinado encuentro

Bfzn: Hablemos de tu disco. Corrígeme si me equi-voco: veo mucha influencia de tu tierra en tu música, ¿qué tiene Andalucía que no tenga otro lugar en el mundo?

MD: No sé, no creo que tengamos algo único en el mundo, seguramente habrá lugares muy parecidos a Andalucía repartidos por el planeta, pero el sol de aquí sólo se ve aquí; el baile de aquí sólo se baila aquí; la música de aquí sólo se oye aquí y la gente de aquí; la comida de aquí, mar y océano, playa, nieve, desierto, campo, no sé que será… (risas).

Bfzn: ¿Cuál es el proceso de creación de una can-ción? Los que os escuchamos vemos el producto final pero crear una canción o un disco conlleva mucho tra-bajo.

MD: Es un trabajo muy bonito. Se empieza con una idea pequeña, una frase, una palabra o un tema sobre el que escribir. Se busca una melodía para el estribillo y, poco a poco, con ayuda de algún instrumento de composición (guitarra o piano) se le van dando cien-tos de vueltas al tema con diferentes frases, diferen-tes estribillos y estrofas hasta que des con la que más


Afinado encuentro Superego

te guste. Si lo haces con mucho cariño, y realmente escoges la opción que más te guste, a tu público le encantará.

Bfzn: ¿Qué canción de este “Gloria bendita” tiene más de ti? Ya sé que es como preguntarle a un padre que a qué hijo quiere más… pero a lo mejor hay alguna canción con la que te identifiques más…

MD: “Disfruta del momento”, la escribí en una ocasión en la que necesitaba soltar una carga que me estaba pesando mucho y el componer esta canción me ayudó a pasar a otra página de mi vida. Cada vez que la can-to o la escucho es como lavarme la cara y decirme a mí mismo “¡venga valiente, tira pa’lante!”.

Bfzn: “Coge una bocaná de aire fresco. Date a ti mis-mo buen consejo. Sal a la calle mirando al cielo. Deja que el sol caliente tu cuerpo. Relájate porque hoy todo es perfecto. Hoy todo va bien. Todo pasó. La vida pasa delante de ti y tú disfrutas del momento.” Todas son frases de tu canción “Disfruta del momento”, ¿nos falta carpe diem en el siglo XXI?

MD: Definitivamente, sí.

Bfzn: Leía hoy en un diario de tirada nacional una en-trevista a psicólogos sobre la felicidad. Ellos venían a decir que muchas veces los problemas nos surgen por la manera en que tenemos de afrontar las situaciones, no por el problema en sí. ¿La felicidad es un estado momentáneo o una filosofía de vida?

MD: Creo que ninguno lo sabemos… (risas). Ese es el motor del ser humano, ¿no? Buscar su felicidad y se-guir buscándola toda la vida. Yo he estado realmente feliz alguna vez y es algo precioso aunque temporal. Mientras eres feliz dejas de buscar y en el momento en que dejas de tener esa sensación de felicidad vuelve la búsqueda. Así que creo que la filosofía de vida es más filosofía de búsqueda que otra cosa.

Bfzn: “Este alma mía sabe que es su momento.” Frase extraída de “Gloria bendita”, ¿qué deseas que ocurra con este nuevo y primer disco en solitario?

MD: Que la gente note el cariño con el que está hecho y, de alguna forma, sea reconocido y, por supuesto, que sea el primer disco de muchos más.

Rocío Jiménez

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Superego Afinado encuentro

Burlesque test:• Locura confesable: cocinar• Fantasía hecha realidad: ser músico• Ciudad donde fomentar el ego: Madrid• Ciudad donde vivir el momento: Málaga• Película inspiradora: Amelie• Canción que te hubiera gustado componer: “Cai” (de Niña Pastori, compuesta por Alejandro Sanz) o “Detalles” (de Chambao)• Lectura reveladora: ¿??????????• Momento irrepetible: cuando construí mi propia casa con la ayuda de mi padre


Editorial Superego

AGRADE-CIMIEN-TOSPor último, queremos agradecer el trabajo realizado por todos y cada uno de los colaboradores que habéis conocido a lo largo de este tercer número de Burlesque:

Aida Zaragoza, Crajes, El otro Samu, Carmen Pérez, Carmen Montero, Rosa Aliaga, Jorge Chamorro, Vanesa Aguilera, Ines d’espalda, Ana Blé, Aitor Gascón, Ana Patricia Pérez, Jose Manuel García, Sara Ferrero, Lur Ochoa, Lydia Mba, Laura Galán, Sergio Carrasco, Azalí Macias, Anopheles, Victor Valles, Juan Sanchez, Paco Ruiz, Raer, Sath, Kram, Kike AR, Classic All, Pura Tinta, Astin, Prenda Tattoo, Mario Díaz y Rocio Jíménez.

Todos ellos han colaborado, desinteresadamente, para hacer posible este número de Burlesque, y a ellos pertenecen los derechos de sus obras. Si queréis contactar con ellos podéis hacerlo o bien por medio de nuestro correo de contacto o bien por nuestra web, en el apartado ‘Amigos’, donde encontraréis enlaces a sus sitios web.

Quiero agradecer también, de manera especial, la simpática colaboración de Alicia Ruano, Sofía Amechqar, Gema Nieto, Colo y Laura Galán en la realización de las instantáneas de Burlesque, así como la de todos aquellos que posasteis para nosotros, esperamos compartir más experiencias con vosotros.

© de esta edición, Burlesque fanzinedirección, coordinación, comunicación y producciónIñaki MartíneditoraMar Blédiseño de cubiertaDabiz del ReinoBurlesque fzn ha sido compuesta y publicada, en Madrid, en el mes de noviembre.

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Superego Editorial

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