10
BUSCO AYUDA CUADO LA NECESITO Cómo pedir ayuda Pedir ayuda puede ser bastante difícil, incluso cuando es solo por un pequeño inconveniente. Hacerlo es admitir que no eres perfecto, lo que puede llevar a sentirse débil o inepto. Sin embargo, es una habilidad esencial para la vida. Muchos obstáculos no se pueden derribar si estamos solos: simplemente no vivimos suficiente tiempo como para aprender cómo hacer todo por nuestra propia cuenta. Sin importar si estás buscando por un poco de ayuda con una tarea o buscando un tratamiento para una grave enfermedad, pedir ayuda es el primer paso para avanzar. ACEPTA QUE NECESITAS AYUDA 1. DEBES DECIRTE A TI MISMO QUE NECESITAS AYUDA. Con frecuencia, el primer paso es la parte más difícil de todo el proceso. Aunque parezca sencillo, puede ser bastante difícil tragarte tu orgullo y aceptar que no puedes resolver este problema por ti mismo. Debes decirte a ti mismo que necesitas ayuda: puede ser que incluso quieras decirlo en voz alta si tienes problemas en convencerte. Si pareciera que no puedes

Busco Ayuda Cuado La Necesito

Embed Size (px)

DESCRIPTION

muy hermoso...

Citation preview

BUSCO AYUDA CUADO LA NECESITOCómo pedir ayuda

Pedir ayuda puede ser bastante difícil, incluso cuando es solo por un pequeño inconveniente. Hacerlo es admitir que no eres perfecto, lo que puede llevar a sentirse débil o inepto. Sin embargo, es una habilidad esencial para la vida. Muchos obstáculos no se pueden derribar si estamos solos: simplemente no vivimos suficiente tiempo como para aprender cómo hacer todo por nuestra propia cuenta. Sin importar si estás buscando por un poco de ayuda con una tarea o buscando un tratamiento para una grave enfermedad, pedir ayuda es el primer paso para avanzar.

ACEPTA QUE NECESITAS AYUDA

1. DEBES DECIRTE A TI MISMO QUE NECESITAS AYUDA.

Con frecuencia, el primer paso es la parte más difícil de todo el proceso. Aunque parezca sencillo, puede ser bastante difícil tragarte tu orgullo y aceptar que no puedes resolver este problema por ti mismo. Debes decirte a ti mismo que necesitas ayuda: puede ser que incluso quieras decirlo en voz alta si tienes problemas en convencerte. Si pareciera que no puedes hacer ninguna acción, formúlate las siguientes preguntas. Si ves que respondes "sí", es probable que necesites ayuda.

"¿Ya he tratado de resolver mi problema sin ningún éxito?" "¿Tengo dudas sobre cómo proceder?" "¿Me preocupa cómo van a terminar las cosas?" "¿Sucederá algo malo si no soluciono este problema?"

2. DESCUBRE EN QUÉ EXACTAMENTE NECESITAS AYUDA.

Una vez que estés convencido de que necesitas ayuda, debes ubicar el problema exacto. Esto lo hará mucho más fácil para que puedas pedir ayuda a alguien y también más fácil para ti para que puedas decirle a la persona cuál es el problema. Este proceso es a veces bastante sencillo: si no puedes recordar las frases para una obra escolar, es fácil dirigirse al director. Sin embargo, los asuntos emocionales complejos pueden ser difíciles de identificar. Si, por ejemplo, no estás feliz y no sabes muy bien por qué, podrías sentirte desesperado. Reduce tus problemas lo más que puedas. Hazte preguntas como las siguientes:

"¿En qué momento del proceso sentí por primera vez que tenía un problema?" "¿Cuándo me enojo más?" "¿Hay alguna parte del proceso a la que le tengo miedo?"

3. BUSCA A ALGUIEN QUE PUEDA AYUDARTE.

Aunque podría sorprenderte lo dispuestas que están las personas extrañas y los conocidos ocasionales para ayudarte, debes escoger a alguien que sea apto para ayudarte en lo que necesitas. Algunas veces, podría ser un amigo; otras, un profesional. Por ejemplo, si has determinado que necesitas ayuda para ponerte en forma, pídele a uno de tus amigos que sea tu compañero de entrenamiento o busca un entrenador en el gimnasio de la zona. Ambas son opciones válidas y adecuadas.

No le pidas ayuda a un patán a menos que sea tu única opción. No querrás molestarte con alguien que te hará sentir estúpida por pedirle ayuda.

Si necesitas ayuda en un tema emocional, puede ser útil conversarlo con un amigo cercano, con tu pareja, con un familiar, incluso si no tienen ninguna habilidad en eso.

Si el problema con el que necesitas ayuda es serio o sientes que no puedes pedirle a alguien cercano a ti que te ayude, confíaselo a un terapeuta o a un psicólogo. Estos profesionales están para a personas normales y cuerdas como tú: no estás loco por el simple hecho de contarle a alguien tus problemas.

4. MANTÉN UNA IMAGEN POSITIVA DE TI MISMO.

Pedir ayuda no es una razón para sentirse débil, inepto o estúpido. Recuerda que buscar ayuda cuando lo necesitas es un signo de "fuerza", no de debilidad. Es fácil negar que tienes un problema. Es difícil poner de lado tu orgullo y hacer un esfuerzo por solucionar el problema. Cuando pidas ayuda, podrías sentirte tímido y avergonzado. No te sientas así, incluso si no estás buscando ayuda por primera vez. Piénsalo de esta manera: pedir ayuda no es tan vergonzoso como fallar en lo que sea que te está causando problemas.

Si el problema en el que estás buscando ayuda es un trabajo grupal (ya sea en tu trabajo, en el colegio o en cualquier otro lugar), estás decepcionando a tu equipo al no pedir ayuda. Recuerda que no eres la única persona afectada si te niegas a buscar ayuda. Si pides ayuda, serás un miembro de equipo muy admirable.

BUSCA AYUDA

1. TRÁGATE TU ORGULLO. El orgullo es el pecado capital cuando se pide ayuda. Cuando pides ayuda, tienes que admitir (explícita o implícitamente) que no puedes hacer algo por tu propia cuenta. Es reconocer que tienes tus faltas y dificultades. ¡Recuerda que no tiene tanta importancia! Nadie es perfecto: todos necesitamos ayuda en algún momento. Ir por la vida sin ni siquiera admitir que estás equivocado no es la manera adecuada de vivir: las personas que tienen tanto orgullo como para pedir ayuda tienen que racionalizar su terquedad por medio de justificaciones internas cada vez más complicadas. No seas como ellos: aguántate y pide ayuda.

2. PÍDELE AYUDA A ALGUIEN. ¡Eso es todo! El resultado más probable es que te sorprendas al ver cuán dispuesta está esa persona para ayudarte. Si no conoces a esa persona muy bien, preséntate de manera breve y deja en claro que necesitas ayuda. Si es urgente, los preámbulos pueden dejarse para después. Explica de manera educada, rápida y clara que necesitas ayuda. Después, si están dispuestos a ayudarte, explícales en qué necesitas ayuda.

Si esta persona es un amigo, un familiar o tu pareja, ¡no tienes por qué preocuparte! Pedir ayuda es algo normal, es algo que las personas hacen a diario cuando se preocupan por otros. Tu disposición para pedir ayuda (y devolverla cuando se te pida) es una señal de tu cercanía y familiaridad. Pedir ayuda puede ser incluso un gesto cariñoso.

3. ANDA A OTRO LUGAR A CONVERSAR. Si tu problema es físico y práctico (por ejemplo, si no puedes entender cómo arreglar tu refrigeradora) más que emocional, ver cómo esa persona soluciona el problema es con frecuencia más útil que tratar de recordar su consejo. Si se puede, lleva a la persona que te va a ayudar al lugar del problema y permítele que te "muestre", en lugar de que te diga cómo arreglarlo.

Incluso si tu problema no es físico o práctico, un cambio de escenario puede ser necesario. Por ejemplo, los problemas emocionales y personales son mejor no conversarlos en un vagón lleno de gente o en tu cubículo donde alguien puede escuchar por casualidad. Para evitar una gran incomodidad, conversa cualquier problema serio en el que necesites ayuda en un lugar privado.

4. MIRA Y ESCUCHA A LA PERSONA QUE TE AYUDA. Ya sea tu problema práctico o personal, presta atención a la persona que te ayuda, ya que te están orientando sobre cómo solucionarlo. No dudes en tomar notas mientras te explican o te demuestran cómo solucionar tu problema (si, por ejemplo, te están ayudando a hacer arrancar tu auto, debes tomar nota del orden en que debes colocar los cables en cada uno de los terminales. Recuerda que mientras más puedas recordar cómo resolver tu problema, tendrás menos probabilidades de que necesites pedir ayuda de nuevo.

Si no comprendes alguna parte de las instrucciones que te está dando la persona que te ayuda, no te avergüences de pedirles expliquen más o lo vuelvan a explicar. Es mejor que te tomes un poco más de tiempo para entender completamente sus instrucciones, en lugar de seguir adelante y encontrar más problemas, lo que a su vez te tomará más tiempo.

RECIBE AYUDA GENTILMENTE

1. AGRADECE A LA PERSONA QUE TE AYUDA. La persona que te ayudó merece tu agradecimiento. El tiempo de cualquier persona es valioso: el hecho de que te hayan brindado algo de su tiempo indica que son solidarios y se preocupan por ti. Por lo menos, dale a la persona que te ayude un cordial "gracias". Si te ayudaron con algo muy importante, toma en cuenta comprarles alguna bebida, una cena o incluso un regalo. Con frecuencia, no es necesario que sea muy extravagante: es más importante demostrarles que estás sinceramente agradecido. Lo apreciarán inmensamente y habrá mayores posibilidades de que te ayuden en el futuro.

Una de las mejores maneras de mostrar que aprecias el consejo de alguien es "ayudarles" a cambio. Si necesitan ayuda en algo, ofréceles tu ayuda inmediatamente. Si no, estate siempre dispuesta a ayudarles algún día.

2. ASIMILA EL CONSEJO DE LA PERSONA QUE TE AYUDA. Ahora que se te ha ayudado a cómo resolver tu problema, sigue pasos para asegurarte de recordar lo que te han enseñado. Si las sugerencias se pueden dividir en algunos pasos, utiliza técnicas mnemotécnicas para recordarlas.

Un buen truco es escribir en tus propias palabras su consejo. Al interpretar sus instrucciones de una manera más lógica y razonable para ti, se te hará más fácil entenderlo y al mismo tiempo reafirmarás la información.

3. TRATA DE RESOLVER EL PROBLEMA TÚ SOLO. Es hora de que pongas tu conocimiento a prueba. Ni bien tengas la oportunidad, trata de resolver tú solo el problema. Si es posible, trata de hacerlo con la presencia de la persona que te ayuda para que puedas corregir cualquier error, pero si no, no te preocupes porque hacerlo tú mismo es mejor no hacer nada. Toma nota de cualquier cosa del proceso que todavía te esté dando problemas: puedes pedir una aclaración con respecto a ellos más adelante.

4. NO DUDES EN PEDIR AYUDA NUEVAMENTE. Si pedir ayuda por primera vez no es una señal de debilidad, lo es pedir por segunda vez, ¿no es cierto? Pues estás equivocado. Si estás aprendiendo un nuevo proceso por completo, hay una gran probabilidad de que te olvides de algo mientras estás tratando de aplicar el consejo que se te ha dado. Si escuchaste con atención e hiciste lo mejor posible para aplicar las instrucciones de la persona que te ayuda, incluso podría no ser tu culpa: podría ser que el que te ayuda simplemente enseña mal. Podría haberte dado un consejo incompleto o confuso. Podría haber asumido erróneamente que ya posees cierto conocimiento necesario para resolver tu problema. Cualquier que sea el caso, no sientas vergüenza de preguntar por una aclaración en detalles complicados.

Algunas veces, una segunda opinión es necesaria. Si no puedes resolver tu problema al seguir el consejo que se te ha brindado, pídele a alguien que tenga un punto de vista diferente sobre cómo solucionarlo. ¡Podría sorprenderte los consejos variados e incluso contradictorios que podrías recibir de las personas!