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BÚSQUEDA DEL ALMA (LANZA DEL VASTO) Este modesto título es el que conviene: de una cosa tan grande, solo puedo hablar por aproximación. No vamos a hacer un estado: nos lanzaremos de cabeza al agua y nadaremos lo mejor que podamos. Pensaré en voz alta delante de vosotros. Alma es una hermosa palabra que significa hálito, anima, aliento, aliento de vida y más simplemente, vida. Al explicarla de este modo hemos reemplazado un enigma por otro. ¿Sabemos acaso qué es la vida? Sabemos distinguir lo vivo de lo muerto, no cabe duda; pero nuestra ciencia acaba más o menos ahí. Si podemos afirmar con certeza que el alma es vida, establecemos su inmortalidad. Cuando un hombre muere, se dice con acierto que la vida lo abandona ¿abandona qué…? Abandona su cuerpo, ¿pero cómo puede la vida abandonar la vida? Me replicaréis que la muerte de un hombre se asemeja a una vela que se apaga o a una guitarra al rompérsele la cuerda; ¿pero adónde va la llama cuando se extingue la vela? ¿Y a qué paraíso las notas perdidas? Decimos acertadamente que una llama mariposea; pero sabemos que por más que una mariposa viva se parezca a una llama, no es una llama: es otra cosa. Con qué ciencia lo sé, me pregunto; pero sabemos muy bien que así es. Me lo pueden demostrar todo, salvo que no vivo. Pero no me pueden mostrar ni demostrar la vida. Sé, pues, de fuente segura, pero oscura, que la vida no es de la misma naturaleza que el movimiento de una llama. Una ciencia interior me enseña que la vida que hay en mí, me hace mover, mientras que la llama es movida por algo que no es ella misma. La llama es un resultado, un fenómeno: su causa está fuera de ella; yo

BÚSQUEDA DEL ALMA (LANZA DEL VASTO)

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"Búsqueda del alma" es el título de uno de los capítulos del libro "Umbral de la vida interior" (Approches de la vie intérieure) de Lanza del Vasto.Lanza del Vasto (1901-1981) fue un discípulo directo de Mohandas Gandhi y fundó la Comunidad del Arca.

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BSQUEDA DEL ALMA (LANZA DEL VASTO) Este modesto ttulo es el que conviene: de una cosa tan grande, solo puedo hablar por aproximacin. No vamos a hacer un estado: nos lanzaremos de cabeza al agua y nadaremos lo mejor que podamos. Pensar en voz alta delante de vosotros.

Alma es una hermosa palabra que significa hlito, anima, aliento, aliento de vida y ms simplemente, vida. Al explicarla de este modo hemos reemplazado un enigma por otro. Sabemos acaso qu es la vida? Sabemos distinguir lo vivo de lo muerto, no cabe duda; pero nuestra ciencia acaba ms o menos ah.

Si podemos afirmar con certeza que el alma es vida, establecemos su inmortalidad. Cuando un hombre muere, se dice con acierto que la vida lo abandona abandona qu? Abandona su cuerpo, pero cmo puede la vida abandonar la vida? Me replicaris que la muerte de un hombre se asemeja a una vela que se apaga o a una guitarra al romprsele la cuerda; pero adnde va la llama cuando se extingue la vela? Y a qu paraso las notas perdidas?

Decimos acertadamente que una llama mariposea; pero sabemos que por ms que una mariposa viva se parezca a una llama, no es una llama: es otra cosa. Con qu ciencia lo s, me pregunto; pero sabemos muy bien que as es. Me lo pueden demostrar todo, salvo que no vivo. Pero no me pueden mostrar ni demostrar la vida. S, pues, de fuente segura, pero oscura, que la vida no es de la misma naturaleza que el movimiento de una llama. Una ciencia interior me ensea que la vida que hay en m, me hace mover, mientras que la llama es movida por algo que no es ella misma. La llama es un resultado, un fenmeno: su causa est fuera de ella; yo poseo en m mismo la causa de mi propio movimiento y vivo. S; mi vida es mi sustancia y el alma es la sustancia de la vida. Pero heme aqu reemplazando nuevamente un enigma por otro, ya que no s qu es una sustancia. No s qu es, pero s qu no puede ser. Se llama sustancia al ser de una cosa. Por definicin es lo que est debajo, lo que est debajo de la apariencia. As, toda sustancia es misterio, incluso la ms simple de todas, aquella de quien nadie duda, aquella de quien todos hablan como si la vieran y tocaran: la materia. Pero la materia es un misterio y su existencia de veras ms difcil de demostrar que la de Dios. En cuanto tropezamos con una realidad cualquiera, esta realidad se resiste a nuestro conocimiento, que solamente la capta en sus aspectos exteriores; su ncleo permanece impenetrable. Conocemos nicamente lo que puede dividirse y analizarse. Lo que se presenta en bloque, derrota a nuestro saber. Y todo lo que es, forma bloque y resiste; cada vez que encontramos un ser vivo, encaramos, en cierto modo, un misterio de doble fondo, pues la envoltura exterior de este ser que es materia, implica un primer misterio; y la vida unida a esa materia, el segundo. Qu ciencia nos ensea esto? Cmo hacemos para distinguir una clase de misterio de otra clase de misterio? No lo s; nadie lo sabe. Y sin embargo hablo con certeza. Pero yo, que hablo y pienso, y los que frente a m escuchan y piensan no somos acaso la sede de otro misterio, el del pensamiento, que se distingue de la vida como la vida se distingue de la materia? Un perro vive, pero no le dice a otro perro que l vive. El hombre es un misterio de triple fondo; y habiendo dicho que el alma es la vida, debemos reconocer que no hay una sola alma, sino tres; o, mejor dicho, hay un alma y en ella se distinguen tres planos con relacin a s misma. La Bhagavad-Gita ensea, efectivamente, que la naturaleza humana se compone de tres cuerdas: _ La cuerda tenebrosa, con asiento en el vientre,

_ La cuerda real que reina en el corazn,

_ La cuerda de la verdad que brilla en la inteligencia.

Asimismo, la filosofa tradicional de occidente, conocida (o ms bien desconocida) con el nombre de escolstica, ensea que hay tres almas: el alma vegetativa, el alma sensitiva y el alma racional. Platn alude a este triple aspecto cuando habla del caballo, del carruaje y del conductor. Esta doctrina de la trinidad del alma se vuelve a encontrar en las doctrinas de todas las sabiduras, pues est inscrita en la naturaleza de las cosas. Los hindes y los cristianos no dicen que hay tres almas. Sino que esas tres son una. El alma es la sustancia de la unidad interior. Hay tres almas en el alma, como hay tres dimensiones en el espacio. Esas tres partes son, hasta un cierto punto, independientes entre s. Cada una de esas tres partes forma un todo ms o menos completo, que en su estrato, refleja el conjunto de los estratos. As, hay un alma del cuerpo que se llama vida o vitalidad; hay un cuerpo del alma que se lama forma; y hay por fin, un cuerpo del espritu del cual volveremos a hablar.

Debo hacerles notar, en este aspecto, que el cuerpo es un misterio no menor que el del alma. Quin puede jactarse de saber qu es nuestro compaero de todos los das? En verdad, el cuerpo tiene su alma. Dijo Orgenes: ; y tiene tambin su inteligencia que puede llamarse maa o astucia y que por otro lado, puede ser genial. Pero ante todo, el cuerpo posee su forma, tema de estupor y de meditacin y que es su esencia misma. Por su forma es cuerpo y su forma no es materia. Un cuerpo vivo no es una masa de materia; tanto es as, que al cabo de siete aos, su materia se ha renovado casi por entero y no obstante, el cuerpo sigue siendo el mismo. Lo nico que persiste a travs de los aos es una especie de filtro y eso mismo es la forma. Me diris que desde el nio al viejo caduco se abre un abanico de formas y no una forma nica. Pero este abanico de formas es simplemente la evolucin de una misma forma.

En todas las partes del cuerpo se imprimen las mismas proporciones formales, en el espacio y en el tiempo. No por azar se observan las mismas proporciones en uno y otro miembro. En la fuente de las formas, existe, por ende, una forma invisible, una simiente oculta en el ncleo del cuerpo. Es el ncleo que los hindes llaman cuerpo seminal y del que dicen que tiene .

Y entre esta simiente siempre igual a s misma y la apariencia presente, hay un vnculo como entre los rayos de una rueda. Los hindes conocen ese vnculo, al que llaman cuerpo sutil. , dice, pero ese cuerpo no es materia: es el llamado a una resurreccin plausible cuando haya pasado por la hoguera de la vida y la hoguera de la muerte; y ser capaz de asumir una materia ms ligera y acaso luminosa, de donde su nombre cristiano de cuerpo glorioso. Si por una parte, el cuerpo tiene una especie de alma formal e inmaterial, el espritu, por su lado, va constituyndose una suerte de cuerpo. Dice san Pablo: (1 Corintios 15, 35-55). Es menester que el espritu tome vida para que se constituya el cuerpo espiritual.

Se acostumbra a confundir espritu con inteligencia; ora se distingue, ora se confunde lo intelectual con lo espiritual. Pero raro es que se distinga en qu convergen y en qu se oponen.

As como la vida es la faz interior del cuerpo, el alma del cuerpo, asimismo el espritu es la faz interior de la inteligencia: su ser, su alma y su vida.

La inteligencia humana, que por naturaleza va hacia el exterior, puede desarrollarse hasta el infinito sin encontrar al espritu: es el caso de nuestra ciencia moderna. Una inteligencia del espacio geomtrico y de las relaciones exteriores, una ciencia de los fenmenos, es decir, de la apariencia _ una ciencia de superficie, una apariencia de ciencia.

Y una inteligencia que no toca, que no penetra la superficie, que excluye por principio y a priori toda posibilidad de penetrarla, acaba por negarla y hasta empieza por ah. Dira, inclusive, como lo demuestra la experiencia que empieza por negarla y acaba por destruirla.

Hemos dicho que el espritu es el alma de la inteligencia, es decir, su aspecto interior. Pero cmo alcanzar esta sustancia interior? Solo vemos y concebimos lo que est delante de nuestros ojos; del mismo mundo exterior conocemos nicamente la superficie. El espritu, por quien vemos y pensamos, es necesariamente invisible y no puede convertirse en objeto de pensamiento. Quiere decir que es ambiguo? Misterioso, s; ambiguo, no. Cierto y oscuro. Negar el misterio del alma es como afirmar que no se existe y en consecuencia, negar lo que se afirma. Cualquiera que piense, hable y acte, hace acto de razn y de conocimiento espiritual.

La inteligencia solo puede captar su propia sustancia dndose vuelta. Eso es el espritu: inteligencia volcada. Lo que no quiere decir de ningn modo desinteligencia y locura, sino, al contrario, sabidura y conocimiento de s.

El retorno de la inteligencia sobre su sustancia propia por medio de la suspensin y la concentracin, implica una disciplina, como la implica la ciencia exterior; sus operaciones mentales son anlogas, pero al revs; lo que vale aqu no es la agilidad mental, o la precisin lgica, o la argumentacin exacta, o la curiosidad vigilante, la observacin y el clculo; es la concentracin, es el recogimiento, es la repeticin asidua; es tambin el fervor de la vida espiritual, pues al interiorizarse, todo se intensifica y se ilumina. La ciencia exterior, en cambio, es un sol fro.

Pero hemos pasado del cuerpo a la cumbre del espritu y hemos saltado por encima la cuerda central y real: la del corazn.

La cuerda del corazn est hecha de dos fibras trenzadas una con otra; una de esas fibras se llama afecto o apego y la otra, ira y orgullo (por eso los antiguos llaman irascible a esta alma). All, en esa alma del medio, en el alma irascible, resiste el yo. La ira y el orgullo yerguen y defienden al yo que dice yo; y el afecto lo proyecta y lo vincula con los otros yo.

Con la cuerda real se vinculan todos los dramas humanos, el amor y los combates (por encima y por debajo de ese plano, no hay historias).

La fibra afectiva puede exaltarse en pasin y en amor; y la fibra irascible puede exaltarse en virtud: el coraje (la palabra virtus significa coraje y la palabra coraje significa que es del corazn). Pero el coraje y el amor, cosas tan bellas, son solo manifestaciones. Manifestaciones de qu? De lo que queremos saber, si buscamos el alma. Si el corazn es el alma de la carne, cul es entonces el alma del corazn? Respondamos: el alma misma y el centro del alma, central en relacin a las cosas exteriores y central en relacin a las cosas de lo alto y de ac abajo: la encrucijada donde el alma de ac abajo o vida y el alma de lo alto o espritu se encuentran y que debera ser el lugar del verdadero yo.

Es la morada donde debemos establecernos, el arca en que debemos hallar sitio para ser salvados.