Cajas Municipales, microcrédito y pobreza en el Perú

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  • 8/9/2019 Cajas Municipales, microcrdito y pobreza en el Per

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    InvestigacionesBREVES 9

    CAJAS MUNICIPALES,

    MICROCRDITO YPOBREZA EN EL PER

    Alberto ChongEnrique Schroth

    Consorciode investigacin econmica

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    Contenido

    Introduccin

    CAPTULO I: Microcrdito: una visin general1.1. La necesidad de sistemas alternativos1.2. Las cajas municipales: elementos de un sistema alternativo1.3. El nuevo paradigma

    1.3.1. Caractersticas del crdito1.3.2. Caractersticas del ahorro1.3.3. 'Sostenibilidad' financiera

    CAPTULO II: El modelo terico2.1. El modelo de Stiglitz: es aplicable a las cajas municipales?

    2.1.1.El modelo de Stiglitz2.1.2. Monitoreo y reputacin: la otra mitad de Stiglitz

    CAPTULO III: El sistema de cajas municipales y el nuevo paradigma3.1. Descripcin bsica del sistema3.2. Evolucin econmico-financiera reciente

    3.2.1. Indicadores financieros3.3. Anlisis economtrico

    3.3.1. La informacin3.3.2. Comparacin a nivel mundial3.3.3.Cajas municipales y bienestar: anlisis economtrico

    Conclusiones

    Bibliografa

    Anexos

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    Introduccin

    Se estima que las microempresas en Per dan empleo a alrededor de seismillones de personas, o 75% de la poblacin econmicamente activa, y que su

    participacin en el producto bruto interno (PBI) es aproximadamente de 30%(Banco Interamericano de Desarrollo, 1996). Sin embargo, la capacidad del sectorpara desempearse en forma efectiva ha sido limitada, principalmente por elescaso acceso a los servicios financieros. Esto ltimo se explica porque en elsistema formal bancario no se cuenta con la capacidad institucional ni con lastecnologas crediticias apropiadas. Normalmente, la banca peruana se ha mostradorenuente a realizar operaciones con la microempresa, porque dichas actividadesson percibidas como extremadamente riesgosas y de alto costo (BancoInteramericano de Desarrollo, 1996).

    En este contexto, en los ltimos aos, han aparecido las Cajas Municipales deAhorro y Crdito1 (cajas municipales), que son instituciones financieras formales yreguladas sin fines de lucro, con personera jurdica propia de derecho pblico y con

    autonoma econmica, financiera y administrativa. El propietario legal es el Consejoprovincial: la instancia administrativa de origen comunal existente en Per, estandosu legislacin incorporada en la Ley de Bancos (Banco Interamericano deDesarrollo, 1996)2. Las doce cajas que conforman el sistema estn distribuidas anivel nacional y, en cierta forma, parecen haberse constituido en alternativasexitosas frente al sistema financiero formal, ya que su nfasis est en el apoyo a lamicroempresa y a su desarrollo masivo, como una forma efectiva de contribuir areducir los niveles de pobreza actualmente existentes (Tello, 1995).

    Las cajas municipales se han desarrollado bajo el modelo de las cajas deAlemania, siguiendo una tecnologa financiera basada en dicho sistema, peroadaptada a la realidad peruana (Tello, 1995). Los principales elementos que lascaracterizan se pueden resumir en: (i) gestin y vigilancia; de forma tal que las

    cajas municipales se encuentren dirigidas por una gerencia mancomunada; esdecir, por dos gerentes; (ii) autonoma; se trata de que la gestin administrativa yel desarrollo de mecanismos sean, en lo posible, independientes de la polticapartidaria, garantizando continuidad y maximizando la eficiencia y los resultados;(iii) fondo redistributivo; el cual sirve para canalizar los recursos externos ycompensar la liquidez; (iv) capacitacin; que es permanente y parte integral delsistema de funcionamiento de las cajas; (v) tecnologa financiera; basada en unmecanismo de reputacin del cliente: un sistema de crdito individual, depequeos prstamos iniciales y de plazos cortos per se, para progresivamenteacceder a montos mayores. Probablemente, este es el corazn del sistema de lascajas municipales; (vi) anlisis detallado; los clientes establecen una relacin

    1 La caja municipal de Crdito Popular de Lima no pertenece al sistema de Cajas de ahorro y crditode Per, ya que est regulada por una legislacin diferente y tiene una tecnologa financieraincompatible con la utilizada por el sistema, razn por la cual ha sido excluida del presenteestudio.

    2 Debido a la escasez de informacin para algunas variables importantes, todas las corridaseconomtricas del presente documento se han realizado sobre la base de datos hasta 1996. Lainformacin financiera cubre un periodo hasta mediados de 1997. Como existe una variabilidadmnima entre la informacin hasta 1996 y mediados de 1997 con respecto al tamao de nuestramuestra, los resultados deberan ser bastante similares.

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    individual y detallada con el personal de las cajas; (vii) tasas de inters; lascuales tienden a ser ms elevadas con relacin al sistema financiero bancariocomercial, pero relativamente bajas con respecto al costo de oportunidad (es decir,las tasas de usura) de los posibles clientes.

    Al parecer, el desempeo financiero del sistema de cajas municipales ha sidobastante bueno en aos recientes, incluso comparndolo con la banca comercial.

    Sin embargo, si bien la comparacin de ratios financieros, tanto al interior de lascajas municipales como entre ellas y el resto del sistema financiero comercial,parece mostrar que han sido exitosas desde el punto de vista econmico, lorelevante es analizar su viabilidad en el futuro como instituciones independientes,en trminos de su eficiencia interna. Este anlisis an no ha sido realizado. Por otrolado, y tan importante como lo anterior, se debe mencionar que hace falta unestudio que identifique el efecto de las cajas municipales en el desarrolloeconmico, en el bienestar de las reas en las que stas estn involucradas. Loms cercano a ello son los reportes, esencialmente anecdticos, sobre el nmerode personas que reciben los crditos y el monto de los prstamos promedio. As, laspreguntas bsicas que nos planteamos en el siguiente trabajo son: cul es lasituacin de las cajas municipales en trminos de su viabilidad financiera? y culha sido el impacto de la actividad de las cajas municipales en el bienestar de losms necesitados?

    Estas preguntas, as como otras relacionadas con ella, son vitales para Per,dada la relevancia que tiene el sector microempresarial como posible eje dedesarrollo del pas. En un contexto en el que la Corporacin Financiera deDesarrollo (COFIDE) canaliza un crdito para la microempresa basado en unatecnologa relativamente similar a la de las cajas municipales, que el gobierno estdando cierto impulso a las Entidades de Desarrollo para la Pequea y Microempresa(EDPYMEs) y donde se busca revitalizar el rol de las cajas rurales a travs del fondorevolvente, las preguntas que se plantean en este trabajo ayudaran a entender unpoco mejor el potencial de desarrollo econmico de las microfinanzas en Per.

    La investigacin est organizada de la siguiente manera. El primer captulomuestra una visin general de lo que significa "microfinanzas" y "microcrdito" enel mundo, con cierto nfasis en la evolucin de las tecnologas financieras para lospobres y los mitos sobre las posibilidades de ahorro y crdito en estos sectores dela poblacin.

    En el segundo captulo se presenta el modelo de informacin asimtrica ymicrocrdito de Stiglitz (1990), que es considerado como el punto de partida tericopara el anlisis de las interrelaciones en los sistemas bancarios "paralelos" o"informales" con respecto a los de la banca formal. En este captulo tratamos deexplicar en detalle dicho modelo, pero haciendo nfasis en que no es posible suaplicacin directa al caso de las cajas municipales. La razn es que mientras que elmodelo de Stiglitz se basa en el llamado mecanismo depeer-monitoring (prstamos

    grupales o solidarios), el sistema de cajas lo hace ms en un sistema de reputacinindividual, tal como mencionamos al inicio. En vista de este problema,desarrollamos un modelo terico que puede ser entendido como complemento delmodelo de Stiglitz, pero que en realidad es autocontenido. La diferencia entreambos es el nfasis en los aspectos de reputacin de los agentes en el resultadodel comportamiento econmico.

    El tercer captulo tiene dos objetivos. Por un lado, trata de vincular la teoradesarrollada en el captulo anterior a la prctica; y por el otro, utilizando mtodos

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    economtricos, provee evidencia emprica sobre la asociacin entre la actividad deun sistema de microcrdito de reputacin individual (i.e., el sistema de cajasmunicipales) y el bienestar de los ms necesitados. Un elemento clave en esteanlisis es que por ley, las cajas municipales estn obligadas a establecerse en laszonas ms pobres del pas (Decreto Supremo No. 157-90-EF, Decreto Ley No.23039), lo cual, desde el punto de vista economtrico, descarta la existencia de

    endogeneidad y autoseleccin, sesgando los resultados economtricos en sentidocontrario. Es decir, no slo es cierto que las cajas municipales no se establecieronen zonas especficas porque eran las ms ricas del pas, sino que nuestra muestrade doce cajas no es aleatoria (i.e, no es representativa del panorama de la pobrezaen el pas) porque tiene un sesgo hacia los ms pobres. Es decir, si nuestraevidencia emprica mostrara una asociacin estadsticamente significativa entre laactividad de las cajas municipales y el bienestar de los ms pobres en su radio deaccin, estaramos diciendo que para el caso extremo queda demostrado dichovnculo. En otras palabras, la prueba es ms astringente que si se realizara unasupuesta seleccin aleatoria de las comunidades ms pobres del pas.

    Por ltimo, presentamos las principales conclusiones y algunasrecomendaciones de poltica bsicas.La presente investigacin fue llevada a cabo gracias al generoso financiamiento delCentro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID) y la AgenciaCanadiense para el Desarrollo Internacional (ACDI), a travs del Consorcio deInvestigacin Econmica. Agradecemos a Javier Portocarrero, coordinador delConsorcio, por su apoyo. Fernando Amorrortu, Juan Chacaltana, Walter Torres yFernando Gala nos ayudaron en la recoleccin de datos. Tami Aritomi y GiancarloGasha nos asistieron tanto en la recoleccin como en el procesamiento de lainformacin. Martn Valdivia y Carlos Paredes tuvieron la generosidad de leeralgunas secciones del manuscrito y ofrecer valiosos comentarios. Finalmente,nuestro agradecimiento a los comentarios de dos refers annimos. Los hallazgos yopiniones de la presente investigacin son responsabilidad de los autores.

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    CAPTULO I

    Microcrdito: una visin general

    Generalmente, el desempeo histrico de las operaciones de microcrdito anivel mundial, tanto rural como urbano, ha sido mediocre. Muchas de lasinstituciones que se crearon en dcadas anteriores, no lograron convertirse enentes autosostenidos y han seguido necesitando inyecciones de crdito, prstamossubsidiados o tasas de crdito debajo de las tasas de mercado. Los programas quese desarrollaron en el pasado alcanzaron solamente a una minora de la poblacin,ya que muchas veces generaron dudosos beneficios; por ejemplo, las tasas deinters activas menores que cero, normalmente eran capturadas por pequeosgrupos. Ms an, el mantenimiento y la continua operacin de la mayora de estosprogramas de crdito se convirti en una actividad extremadamente costosa y enun flujo negativo constante para los presupuestos gubernamentales. Laintervencin administrativa de algunos de estos entes retras la promocin de los

    elementos necesarios para tener mercados financieros eficientes y tuvo un efectoadverso en el desarrollo de otros sectores de la economa, principalmente por lamala asignacin de recursos y el aumento de las tasas de prstamo para cubrir laparte del sistema en problemas (Yaron, 1992).

    En general, las instituciones especializadas creadas para otorgar prstamosdirigidos especficamente a ciertos sectores de la poblacin, a manera de subsidio,fueron concebidas y operadas de una manera no viable o en el marco de ambienteseconmicos, polticos y sociales que no fomentaban la eficiencia. El hecho que lasoperaciones de estas instituciones no se realizaran en funcin de su desempeocomercial, implic sistemas de evaluacin crediticio inadecuados, mal manejoadministrativo y procedimientos de auditora mediocres, que resultaron en unaasignacin de fondos muy pobre. En lugar de buscar un crecimiento gradual y unaexpansin prudente, estas instituciones siguieron prcticas laxas para verificar lasolidez de los agentes que buscaban fondos, no hicieron un seguimiento adecuadoy, en general, no siguieron las prcticas financieras mnimas establecidas.

    1.1. La necesidad de sistemas alternativos

    El paradigma del crdito subsidiado se basaba en ciertas creencias sobre larelacin entre la poblacin de menores ingresos y sus necesidades financieras. Enparticular, la lgica se puede resumir en:

    i) La poblacin de menores ingresos necesita crdito para comprar inputs, quesern usados en los procesos productivos.

    ii) Debido al bajo nivel de ingreso, este segmento de la poblacin no puedeahorrar lo suficiente como para adquirir dichos inputs.

    iii) Asimismo, no puede pagar los altos costos del crdito que necesita.

    iv) Las razones (i) - (iii) justifican la presencia de un sistema de crditosubsidiado.

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    v) Generalmente, como la poblacin de menores ingresos es poco educada y noconfa en los bancos, no ahorra (si pudiera ahorrar) y si lo hace, es en formasno financieras.

    vi) Si el objetivo es que este segmento de la poblacin ahorre en el sistemafinanciero, ser necesario ensearle disciplina financiera. Por esta razn, se

    debera requerir un sistema de ahorro forzado como condicin necesaria paraobtener un prstamo de la institucin (Robinson, 1995).

    Cul es el problema con la lgica anterior? La respuesta es simple: no esconsistente (Robinson, 1995; Yaron, 1994; Christen, 1994; Otero y Rhyne, 1990 yotros). El conventional wisdom de los setenta ha sido descartado y, ms bien, loshechos estilizados de la asociacin entre el rol de las microfinanzas y los msnecesitados parece seguir el siguiente patrn:

    i) Los sistemas de crdito subsidiado de muchas instituciones financieras quehan operado en reas locales de diversos pases en desarrollo han fracasado,ya que han resultado en operaciones de altas "carteras pesadas" y grandes

    prdidas.ii) Como los prstamos subsidiados son provistos al prestamista a tasas debajo

    de las tasas de mercado, son altamente deseables e incentiva la corrupcin(Gasha, Schroth y Chong, 1997). Adems, en el proceso slo benefician a laspequeas minoras "bien conectadas" (los sectores ms ricos), en lugar de alos ms necesitados.

    iii) Frecuentemente, este tipo de prstamo no es un incentivo al ahorro. La raznes que segn la legislacin, las tasas de inters que se cobran a losprstamos subsidiados deben ser menores que los intereses pagados por losdepsitos, lo que se traduce en un spread negativo.

    iv) En los pases en desarrollo, los ms necesitados tienen una demanda muyalta por microcrdito a tasas de inters comercial (Robinson, 1995; Otero yRhyne, 1990). Cuando se concede microcrdito a tasas de inters demercado y se dan los incentivos para lograr un mayor ahorro institucional, losprstamos tienden a ser ampliamente disponibles y las tasas de repago muyaltas. Las tasas de inters son necesariamente ms altas que las tasas demercado en las reas ms desarrolladas, o citadinas, ya que refleja el costode proveer microcrdito a nivel local. El repago es alto porque losprestatarios quieren mantener la opcin de volver a pedir otro prstamo enel futuro, a tasas consideradas como atractivas; sobre todo si se les comparacon las del sector informal, las cuales son considerablemente ms altas.

    v) Cuando los subsidios al crdito son reemplazados por sistemas

    microfinancieros comerciales, el ahorro del gobierno puede aumentarsignificativamente debido a los menores subsidios.

    vi) No se necesita "ensear a ahorrar" a la poblacin de menores recursos.Como ante la eventualidad de una emergencia sabe que tiene menosopciones que la gente con ms recursos, tiende a ahorrar regularmente enefectivo (en la casa) o en otras variedades no financieras (oro, bienesagrcolas y bienes durables) (Robinson, 1995).

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    vii) Existe una demanda masiva por servicios de ahorro que ofrezcan unacombinacin de seguridad, conveniencia, liquidez y retornos.

    viii)Los ahorros voluntarios contrastan claramente con los ahorros obligatorios(requeridos algunas veces para acceder a crdito), reflejan diferentesfilosofas. La segunda supone que a los clientes se les debe ensear "hbitos

    de ahorro"; mientras que la primera, que la mayora de los trabajadorespobres s ahorra y lo que se necesita son instituciones adecuadas quecanalicen dichos ahorros.

    ix) Dados los contextos macroeconmicos, polticos, regulatorios ydemogrficos, fcilmente se pueden desarrollar instituciones comercialespara proveer de intermediacin financiera y entregar servicios de manerarentable, sostenida y sin subsidios. En cualquier pas se pueden alcanzarsistemas microfinancieros sostenidos, sin que signifique grandesdesembolsos por parte de los gobiernos. Slo las instituciones que seconstituyen en los ejemplos iniciales necesitan de asistencia, luego el propiosector bancario del pas tiende a reconocer que el sector microfinanciero esrentable (Patten y Rosengard, 1991).

    1.2. Las cajas municipales: elementos de un sistema alternativo

    En funcin de lo expuesto en la seccin anterior, la pregunta es: por qu lascajas municipales necesitan una tecnologa financiera diferente a la tradicional? Pararesponderla debemos tener en cuenta que las cajas municipales fueron creadas con elobjetivo explcito de "democratizar el crdito" y de llegar a los sectores que el sistemafinanciero formal no estaba interesado en atender, buscando a la vez cubrirplenamente sus costos para evitar la descapitalizacin de su patrimonio (Tello, 1995).

    En principio, la proposicin anterior parece contradictoria, por cuanto entrminos rentables no sera viable llegar a los sectores no atendidos, usualmente los

    ms pobres, tal como la experiencia del sistema financiero formal parece mostrar. Lasrazones por las cuales el sistema financiero formal tiene problemas en acceder a estevasto sector, tienen su origen en creencias errneas con respecto al sector en s y enuna serie de particularidades especficas que el sistema formal no puede cubrir deuna manera adecuada, sin antes adaptar su tecnologa financiera de la manera comolo han hecho las cajas municipales.

    A continuacin presentamos las causas por las que un mercado semi-informal,pobre, compuesto bsicamente de microempresarios, es esencialmente diferente deotros mercados de crdito:

    i) Problemas con el colateral: Normalmente, una institucin financiera utilizaalgn tipo de activo fsico como colateral, de tal forma que el prestamista lo

    puede tomar en caso que el prestatario decida no pagar la deuda. En lossectores ms pobres y rurales no es comn que los prestatarios tengan accesoa activos y si lo tienen, que sean atractivos para el prestamista del sistemaformal (Besley y Coate, 1995)3.

    3 Un ejemplo clsico es el caso del ganado en un pas como el nuestro con respecto a un pasdesarrollado; por ejemplo, Estados Unidos. En este ltimo pas, el ganado es posiblemente elmejor colateral, por ser un activo lquido y rentable. Sin embargo, para que en nuestro pas el

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    ii) Instituciones poco desarrolladas: Los mercados crediticios en provincias,tanto en las zonas urbanas como en las rurales, tienen una serie decaractersticas que en Lima se toman por dadas. Este es el caso delrelativamente deficiente sistema de comunicacin (carreteras, telfonos, etc.) yla falta de mercados complementarios, tales como un mercado asegurador, porejemplo, que minimice problemas de incertidumbre en el ingreso del agente.Ms clara es la dificultad que tienen los prestamistas en elaborar una historiacreditica completa del prestatario y de rastrearlo en caso que no hayacumplido con el pago de alguna deuda4.

    iii) Informacin imperfecta: Es ampliamente conocido que los mercados decrdito se enfrentan a problemas considerables debido a la existencia deinformacin asimtrica entre los agentes, donde normalmente el prestamistaes quien tiene menos informacin que el prestatario. En general, suelenpresentarse dos tipos de problemas de informacin imperfecta: seleccinadversa y riesgo moral.

    La seleccin adversa ocurre cuando los prestamistas no tienen conocimientode alguna caracterstica particular de los prestatarios, a pesar de que pueda sermuy relevante para la toma de decisin con respecto a otorgarle el crdito ono. Por ejemplo, los prestamistas quisieran saber qu tan buen pagador es elprestatario, ceteris paribus su condicin econmica, y si es una persona moral;esto slo lo conoce el propio agente y si no lo revela, no hay forma en que elprestamista obtenga esa informacin. Otro ejemplo es el caso de un prestatarioamante al riesgo; es decir, el dinero que pide prestado tiende a invertirlo enproyectos altamente riesgosos con relacin al promedio de la sociedad. Si elprestamista tuviera informacin adicional sobre esta caracterstica inherentedel prestatario, la probabilidad de prestarle dinero sera menor. Si la entidadfinanciera no est al tanto de este problema, en el extremo terico, podra

    ocurrir que el mercado de crditos se inundara de "malos pagadores" queempujaron a los buenos pagadores fuera del mercado (Akerlof, 1970). Estosucede porque los buenos pagadores, por el hecho de serlo, podran recurrir amercados alternativos, lo cual no ocurrira con los malos pagadores, quienesestaran dispuestos inclusive a pagar tasas de inters ms altas que lasnormales con tal de entrar en el mercado (Stiglitz y Weiss, 1981). Ante estaposibilidad, los mercados formales reaccionan racionando el crdito,producindose claramente una brecha entre la oferta y la demanda de crditos.El riesgo moral se refiere al hecho que el prestamista no puede identificaracciones escondidas, especficas del prestatario. En cualquier prstamo, si elindividuo no repaga a la entidad financiera, es esta ltima quien asume el costode la prdida. Este incentivo puede producir que el prestatario tome riesgos

    ganado pueda servir como tal, y al margen de otras consideraciones legales, cada pieza deganado debera ser identificable (tener nombre), detallndose en el contrato qu piezaespecfica se est usando como colateral, lo cual obviamente trae grandes complicaciones(Fleisig y de la Pea, 1995).

    4 Incluso en Lima, la existencia de diferentes tipos de registros pblicos que no estninterconectados entre s, de un sistema de archivos extremadamente complicado y de difcilacceso, dificulta la realizacin de diferentes transacciones comerciales que deberan sercotidianas.

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    innecesarios, cambie de proyectos y, en general, adopte decisiones quepueden poner en peligro la culminacin exitosa del proyecto.

    iv) Polticas de seguimiento: En muchas oportunidades ocurre que elprestatario tiene el dinero para pagar el prstamo, pero por alguna u otra raznsimplemente no est dispuesto a hacerlo. Si bien este tipo de problemas tiene

    fcil solucin en una ciudad como Lima (presin por parte del agente de crditoa travs de llamadas telefnicas, visitas a casa, cartas, entre otros), no sucedelo mismo en provincias, por los problemas de comunicacin comentadosanteriormente. Los problemas de seguimiento se pueden dividir en dos (Besleyy Coate, 1995): (a) cuando el prestamista trata de lograr un repago de la deudadespus de la fecha de vencimiento; y (b) problemas relacionados con losderechos de propiedad. En el primer caso, el prestamista tiene que analizar loscostos y beneficios de un cobro a posteriori, el cual no slo tiene un costocontable sino tambin poltico. Y como este ltimo puede ser muy alto en elcaso de los sectores pobres, la entidad financiera formal no est dispuesta aconceder el prstamo. En el segundo caso, el problema es similar al sealadoanteriormente, cuando se habl del problema de colateral. El uso de cierto tipode activos como colateral es complicado (como el ganado) porque estrelacionado con el correcto establecimiento de los derechos de propiedad5.

    Las caractersticas especficas del mercado no son los nicos determinantes deque el sistema financiero formal no acceda a mercados ms pobres y rurales. Existentambin una serie de creencias errneas que mantienen al sistema formal alejado deeste vasto sector de la poblacin. Entre ellas tenemos:

    i) La creencia del crdito subsidiado: Dado que la poblacin de menoresrecursos necesita de crdito para realizar sus actividades productivas y en vistade que su ingreso es excesivamente bajo con relacin a los factores de

    produccin que requiere, tampoco puede pagar el costo del crdito al quequiere acceder. Con esta lgica, la conclusin es que se necesitan programasde crdito subsidiado6 (Robinson, 1995). Sin embargo, este tipo de programas,tanto en nuestro pas como en diversas partes del mundo, consistentemente haresultado en altas tasas de atrasos y de grandes prdidas para los prestatarios(Adams, 1986).Por otro lado, la evidencia emprica demuestra que hay una demandainsatisfecha por crdito a tasas de inters comercial por parte de agentes debajos recursos. Cuando los microcrditos han sido provistos por instituciones atasas de inters comerciales y cuando se ha incentivado el ahorro, losprstamos tienden a abundar y las tasas de repago se mantienen muy altas.Este ha sido el caso de las Cajas Municipales de Ahorro y Crdito que, a pesar

    de cobrar tasas ms altas que en Lima, debido principalmente a los mayores5 Otro ejemplo es el caso de las tierras.6 Tan perverso es el caso del crdito subsidiado que en Estados Unidos, las grandes corporaciones y

    no los ms necesitados son los sectores que finalmente reciben los mayores subsidios. Se puedehallar evidencia anecdtica en The Wall Street Journal (1997), donde se comenta el caso de losestadios de ftbol americano y cmo los dueos de los equipos presionan a las ciudades pararecibir subsidios, y de esta manera reemplazar estadios perfectamente utilizables por nuevainfraestructura, ms rentable a nivel privado pero no a nivel social.

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    gastos administrativos, han obtenido una tasa de repago alta porque losprestatarios quieren mantener la opcin de volver a pedir prstamosnuevamente. El monto de estos ltimos tiende a incrementarse, en la medidaen que el prestatario va aumentando su historia crediticia con la institucin7.

    ii) La creencia del no ahorro: El paradigma del crdito subsidiado se acentaan ms, ya que como la poblacin de menores recursos tiende a ser pocoeducada y a no creer en los bancos, se cree que no ahorra. El argumentocontina diciendo que es necesario ensear a este sector de la poblacindisciplina financiera, de tal modo que se le obligue a ahorrar una porcin delprstamo subsidiado en el caso que se le otorgue. La evidencia en diversospases, al igual que en las cajas municipales, sin embargo, demuestra que losms pobres s ahorran. La razn de la falta de depsitos de ahorros parece serla estructura del servicio de las instituciones proveedoras de ahorro. Es decir,las organizaciones que otorgan crdito subsidiado normalmente estnprohibidas de dar ahorros o no pueden recaudar una masa crtica mnima deahorro voluntario, en razn de las regulaciones que hacen de ste unaactividad no rentable por el spread negativo entre las tasas activas y pasivas.

    1.3. El nuevo paradigma

    En vista de las particularidades de las comunidades locales, diferentes a lasgrandes ciudades, y del aprendizaje con respecto a los viejos mitos sobre el ahorro ycrdito de los sectores menos desarrollados y ms necesitados, Otero y Rhyne (1990)han sintetizado el nuevo paradigma de microcrdito y ahorro en los siguientesprincipios.

    1.3.1. Caractersticas del crdito

    Otero y Rhyne han identificado tres denominadores comunes para una efectivaprestacin de servicios de crdito a los ms pobres.

    i) Conocer el mercado: La idea es que efectivamente los pobres estndispuestos a pagar por acceso y conveniencia. El mayor servicio que necesitanlos pobres, en trminos de crdito, es el que les sirve para capital de trabajo,dado que en ese sector es difcil diferenciar el hogar del centro de trabajo. Elcrdito requiere ser flexible, adems de tener un plazo suficientemente largo(usualmente no ms de un ao). Los costos de transaccin para losprestamistas se reducen si el objetivo es acercar las instituciones a losprestatarios, buscando sistemas de aplicacin simples y entregando el crditorpidamente. El hecho que las tasas de inters sean ms altas que las del

    sistema financiero formal, slo refleja el mayor costo de acercar lasinstituciones crediticias al prestatario, el menor tamao promedio del crdito yel mayor seguimiento al cliente8.

    7 En la siguiente seccin se presenta un modelo terico donde el incentivo a obtener un prstamomayor hace que el agente pague su deuda previa.

    8Sin embargo, estas tasas son normalmente menores a las disponibles en los sistemas de usurainformal.

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    ii) Utilizar tcnicas apropiadas: El nuevo paradigma se refiere al desarrollo detcnicas que busquen minimizar los costos administrativos. Prstamospequeos deberan requerir procedimientos simples: la aprobacin de loscrditos debera ser descentralizada, verificable en aspectos relacionados conla elegibilidad del prestatario ms que en el proyecto mismo.

    iii) La motivacin de repago: Est relacionada con la sustitucin de tcnicaspara la evaluacin de prstamos, de la forma tradicional (colateral,propiedades) a otras, tales como la presin social, las garantas grupales y lapromesa de futuros prstamos en cantidades cada vez mayores.

    La aplicacin de estos principios, segn Otero y Rhyne, es la base para queexista viabilidad financiera en una operacin de prstamo, que sea a la vez efectivaen trminos de sus objetivos para llegar a los ms pobres. La esencia que diferenciaestas tcnicas de las prcticas comerciales bancarias comunes es el uso de unsistema de incentivos de repago, en lugar de un costoso sistema de recoleccin deinformacin, al tratar con el problema de informacin asimtrica.

    As, frente al problema de informacin imperfecta entre prestatario yprestamista, lo que hace el prestamista es recolectar la mayor informacin posiblesobre la historia crediticia del individuo y de acuerdo con ella, aprobar o no elprstamo solicitado. Por otro lado, el nuevo paradigma propone que para llegar a losms necesitados se debe reconocer el alto costo de la recoleccin de informacin porparte del prestamista (ms an, en muchos casos simplemente puede ser imposiblerecolectar dicha informacin), el cual debe reducirse y as compensar el mayor costoadministrativo de tener un gran nmero de micro-cuentas. Para ello, una estrategiams conveniente es utilizar el grupo social que rodea al individuo, que tiene mejorinformacin y mayor capacidad para forzar el repago a la institucin financiera.

    1.3.2. Caractersticas del ahorro

    El nuevo paradigma, usualmente llamado "el enfoque de sistemas financieros",reconoce que el ahorro es un servicio tan importante para el pobre como el crdito,tanto as que se considera bsico para el desarrollo de largo plazo de la institucinfinanciera de microcrdito.

    Los principios del nuevo paradigma en trminos de ahorro se pueden resumiren las siguientes caractersticas: (i) los instrumentos de ahorro ms requeridos sonaquellos que ofrecen seguridad, conveniencia, fcil acceso al dinero y tasas de interspositivas reales; (ii) cada vez es mayor el nmero de personas que busca institucionesfinancieras con el fin de ahorrar, ms que con el fin de acceder a crditos. Laoportunidad de ahorrar no debe limitarse solamente a aquellos individuos que pidenprstamos (Rhyne y Otero, 1990).

    1.3.3. 'Sostenibilidad' financiera

    Un requisito clave es que las instituciones financieras que prestan servicios alos ms pobres deben ser financieramente autosuficientes o, en el caso extremo,deben tender a ello. En general, el nivel de autosuficiencia de una entidad financierade este tipo se puede catalogar en tres niveles. En el primer nivel, los prstamosestn asociados con programas tradicionales altamente subsidiados. En estos casos,

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    el valor del fondo de prstamos se acaba rpidamente, usualmente por el escasorepago y muchas veces por la inflacin asociada al incremento en el dficit fiscal ycuasi-fiscal producido por los subsidios9. En el segundo nivel, los proyectos recibenprstamos a tasas cercanas, pero an debajo de las tasas de mercado, de tal formaque los ingresos por intereses slo cubren una parte de los costos operativos, no sutotalidad, lo que fuerza a continuas inyecciones de capital fresco. La subsistencia de

    este tipo de entidades es discutible en el largo plazo. En el tercer nivel, laautosuficiencia operativa es alcanzada de tal forma que los ahorros de los clientes dela institucin y los fondos captados slo por medios comerciales, sirven para cubrir loscostos operativos de la entidad financiera10.

    9 Un buen ejemplo de esto es la banca de desarrollo existente en la dcada de los ochenta.10 A nivel mundial, ni siquiera el conocido Grameen Bank ha logrado este nivel de desarrollo. La

    nica entidad financiera que lo ha hecho es el BRI Unit Desa de Indonesia.13

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    CAPTULO II

    El modelo terico

    Las Cajas Municipales de Ahorro y Crdito (cajas municipales) claramente seinscriben dentro del nuevo paradigma en la provisin de servicios a lasmicroempresas y a los sectores ms necesitados de la poblacin. En trminos delprincipio del crdito, por ejemplo, las cajas municipales al estar ubicadas enlocalidades especficas estn cerca de su mercado objetivo. Ms an, al cargar tasasde inters comerciales que son ms elevadas que la tasa de inters bancaria de Lima,pero que son ms bajas que las tasas informales (el costo de oportunidad de lospobladores de estas zonas), estn tomando en cuenta que el poblador de la zonabusca primordialmente la conveniencia del prstamo. Asimismo, los prstamos de lascajas municipales son usualmente de corta duracin, no mayores a un ao, siendo suobjetivo apoyar al capital de trabajo de los microempresarios de la zona de suinfluencia.

    Por otro lado, desde el punto de vista de las tcnicas empleadas, como sedescribi anteriormente, las cajas municipales han desarrollado todo un sistema quepermite mantener los costos administrativos a un nivel relativamente bajo (enrelacin con otros intermediarios financieros similares a nivel mundial), a travs deluso de grupos sociales indirectos, de agentes de crdito muy bien entrenados ycapaces de manejar un gran nmero de cuentas simultneamente de una manerams o menos descentralizada. Las cajas municipales utilizan el incentivo de "mayoresprstamos futuros" como mecanismo bsico para el repago de los prstamosotorgados, lo cual es una de las tcnicas discutidas en el nuevo paradigma.

    Finalmente, desde el punto de vista del ahorro, las cajas municipales no tienenrestriccin para los agentes que slo han pedido prstamos previamente ni cuentancon sistemas de ahorro compulsivo. Y por el lado de viabilidad financiera, las cajasmunicipales buscan consolidarse como instituciones de nivel tres, es decir,plenamente autosuficientes.

    2.1. El modelo de Stiglitz11: es aplicable a las cajas municipales?

    El modelo clsico que los investigadores utilizan para entender la problemticadel microcrdito pertenece a Stiglitz (1990) y se enmarca dentro de la llamada "nuevaeconoma institucional", la cual, a pesar de asignar gran importancia alfuncionamiento de los mercados, no necesariamente acepta que los mercadosfuncionan perfectamente como resultado de incentivos competitivos. Ms bien, seasume que los mercados son imperfectos, lo que tiende a debilitar la idea de "precios

    unitarios" y "precios de equilibrio de oferta y demanda". Muy importante en estaliteratura es el supuesto de la existencia de costos de transaccin que estnincorporados en los precios de mercado, los cuales varan dependiendo delcomportamiento de los agentes (Floro y Yotopoulos, 1991). Este enfoque interpretaque los mercados fragmentados o rentas econmicas pueden ser creados nonecesariamente como resultado de la regulacin gubernamental, sino como

    11 Stiglitz, Joseph E., "Peer Monitoring and Credit Markets", en World Bank Economic Review, vol. 4, No.3, Washington, D.C.: The World Bank, September 1990, pp. 351-366.

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    consecuencia natural de la existencia de costos de transaccin que no son losuficientemente bajos. Estos costos, que normalmente no forman parte de la funcinde produccin neoclsica, incluyen los de informacin, negociacin, coordinacin,monitoreo, seguimiento, entre otros. El origen de los costos de transaccin es, enparte, consecuencia de problemas en la asignacin de los derechos de propiedad. As,en este enfoque, las instituciones son parte de la restriccin en cualquier funcin de

    maximizacin del individuo.Como vimos en las secciones anteriores, el elemento determinante de que un

    prstamo a los ms pobres de las zonas ms rurales o de localidades pequeas seadiferente a aquel de una zona metropolitana, es que el problema de informacinasimtrica (el hecho que el prestamista no tenga tanta informacin sobre la calidaddel cliente como el cliente mismo) no se puede resolver tan fcilmente como en elcaso de las urbes avanzadas, donde los sistemas de informacin y monitoreo estnms desarrollados. Con el fin de minimizar el problema de informacin asimtrica, lossistemas de microcrdito han optado por dos soluciones para que la persona repagueel prstamo solicitado: (i) utilizar la presin ejercida por los dems miembros de lacomunidad (peer pressure); y (ii) la reputacin que adquiere el prestatario en unsistema de prstamos repetidos; es decir, los montos de los nuevos prstamos cadavez son mayores a los anteriores, siempre y cuando hayan sido repagados a tiempo.

    En muchos sistemas microfinancieros alrededor del mundo, el mecanismo (i)ha sido el preferido para resolver el problema de informacin asimtrica, el cual esjustamente analizado desde un punto de vista terico en el modelo de Stiglitz. En elcaso de las cajas municipales, sin embargo, el mecanismo (i) no es utilizadoexplcitamente (aunque se podra argir por una utilizacin implcita, dado que lascomunidades donde las cajas municipales han sido establecidas tienden a serrelativamente pequeas) y ms bien se enfatiza el mecanismo (ii). Es decir, el modelode Stiglitz solamente nos provee la mitad de la solucin del problema demicrocrdito y no nos dice nada sobre la otra mitad, que es justamente en donde seubica la problemtica de las cajas municipales. As, el sistema de cajas municipales

    tiene otra caracterstica que queremos modelar: la reputacin que adquiere uncliente, factor relevante para conseguir mayores lneas de crdito.Antes de proceder al desarrollo de nuestro modelo, para tener una visin

    general de las dos mitades, de cmo resolver el problema de informacinasimtrica, hacemos un breve repaso del modelo de Stiglitz.

    2.1.1.El modelo de Stiglitz

    El modelo de Stiglitz ilustra cmo la presencia del peer monitoringincrementa el bienestar, permitiendo que se suscriban contratos crediticios pormayores montos de financiacin. La pregunta clave en dicho modelo es: "lasganancias de un mejor monitoreo sobrepasan los costos de una mayor

    interdependencia entre los agentes?. Para este fin, Stiglitz supone que todos losindividuos tienen la posibilidad de entrar en dos proyectos. El primero se asumecomo un proyecto relativamente seguro, que da un retorno de Ys(L) si es exitoso ydonde L representa la inversin (en dinero). En cambio, el segundo esrelativamente riesgoso, siendo su retorno Yr(L) si es exitoso y si fracasa, losretornos se asumen igual a cero. Por otro lado, la probabilidad de xito de cadaproyecto es ps y pr, respectivamente, donde ps > pr. Adems, se supone que elretorno de un proyecto es una funcin creciente de la escala, pero que los costos

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    fijos (L) asociados con el proyecto ms riesgoso, son mayores que aquellosasociados al proyecto menos riesgoso. Es decir: Lr > Ls. Consistentemente, en laregin relevante: Yr > Ys, tal como se muestra en el grfico 1.

    INSERTAR GRFICO 1

    Por otro lado, Stiglitz asume que cuando se toma en cuenta la probabilidadde xito, el proyecto ms seguro siempre tiene un retorno mayor que el proyectomenos seguro. En otras palabras:

    Ys(L)ps - (1 + t) L > Yr(L)pr - (1 + t) L para todo L, (1)

    donde tes la tasa de inters. Un individuo que invierte recursos propios siemprequerr invertir en el proyecto ms seguro. Un individuo que invierte dinero derecursos obtenidos a travs de un prstamo y se declara en bancarrota si elproyecto fracasa, descuenta el costo de los recursos para as reflejar la probabilidadde bancarrota.

    Con el fin de enfocar el problema de incentivos, Stiglitz asume que todos losindividuos son idnticos y, para simplificar, que el nivel de esfuerzo requerido porlos dos proyectos es exactamente el mismo. La utilidad esperada de llevar a caboun proyecto ies:

    Vi(L, t) = U [Yi(L) - (1 + t) L]pi - v(e(L)) (2)

    donde U(Y) es la utilidad del ingreso, U > 0, U < 0, y la funcin de utilidad hasido normalizada para que U(0) = 0. El trmino v(e(L)) es la desutilidad delesfuerzo e, donde v > 0, v < 0. Adems, se supone que el nivel de esfuerzorequerido aumenta a medida que crece el tamao del proyecto, es decir, lasegunda derivada de e con respecto a L es mayor que cero: e(L) > 0. La curva de

    indiferencia de un individuo para un proyecto dado (sea ste seguro o riesgoso) sepresenta en el grfico 2 y representa todos los contratos que dan al prestamista lamisma utilidad.

    INSERTAR GRFICO 2

    La pendiente de dicha curva de indiferencia, si el individuo lleva a cabo elproyecto ies:

    dt/dL = (Yi- ( 1+ t) - ve/ Upi)/L (3)

    Stiglitz define una lnea de cambio (switch line) como las combinaciones (L,

    t) para las cuales el individuo es indiferente entre los dos tipos de proyecto, esdecir, donde Vs = VR. La lnea de cambio tiene una pendiente negativa porque losretornos a escala son ms importantes para el proyecto riesgoso que para elproyecto seguro. Un aumento en L, manteniendo la tasa de inters (t) constante,hace que el proyecto riesgoso sea ms atractivo. En la regin relevante (L > LR):

    Vs/L < VR/L (4)16

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    Asimismo, muestra que la forma de la curva de indiferencia es tal como seaprecia en el grfico 3a. Encima de la lnea de cambio (altos niveles de L), elindividuo toma el proyecto riesgoso. El prestamista es compensado por el extrariesgo asociado al proyecto riesgoso, con una tasa de retorno mayor cuando elproyecto es exitoso, pero el banco no. Como el proyecto riesgoso tiene una menorprobabilidad de suceso, por lo tanto, el banco tiene tambin una menor

    probabilidad de ser repagado. Si el banco pudiera controlar directamente lasacciones del individuo, forzara a que tome el proyecto ms seguro. Sin embargo, elbanco no puede hacer esto, constituyndose en el problema de incentivos, bsicoen el mundo de los mercados crediticios. Al controlar los trminos del contrato, unbanco puede inducir a que el individuo tome el proyecto menos riesgoso. Esto es, elbanco deber ofrecer un contrato que se encuentre 'en' o 'debajo' de la lnea decambio.

    INSERTAR GRFICO 3a

    Con el fin de analizar el equilibrio de mercado, es necesario introducir ungrupo de curvas adicionales, el locus de 'cero beneficios'. Este locus puedeconstruirse de una manera simple: si el prestamista lleva a cabo el proyectoseguro, el retorno esperado del banco es ps(1 + t) y si el costo del capital es ,entonces los beneficios son cero, si y solo si (1 + t) = /ps. Similarmente, si elprestamista lleva a cabo el proyecto riesgoso, los beneficios esperados son igualesa cero cuando (1 + t) = /pR. En otras palabras, el locus de 'cero beneficios' estdado por la lnea representada en el grfico 3b.

    INSERTAR GRFICO 3b

    El equilibrio del mercado es el punto tal en la lnea de 'cero beneficios', quemaximiza la utilidad esperada del prestamista. Se asume que este ltimo no tiene

    fuentes de crdito alternativas o, lo que es lo mismo, que el prestatario puedemonitorear el monto prestado por cualquier individuo. En el grfico 3b, el contratode equilibrio es (L*, t*). Claramente, el prestamista quisiera pedir prestado ms ala tasa de inters vigente; y si el prestamista pudiera comprometerse de unamanera creble a no tomar el proyecto ms riesgoso, el prestatario le otorgara unmonto mayor a dicha tasa de inters. Pero, dado que el prestatario no puedecomprometerse y el prestamista no puede hacer cumplir dicha promesa, inclusiveen el caso que fuera hecha (donde tanto el prestamista como el prestatario tienenconocimiento de esto), el agente que presta el dinero debe limitar el tamao delprstamo a L*. sta es slo una de las dos formas en las que puede darse elracionamiento de crdito. El racionamiento tambin puede ocurrir cuando en ungrupo idntico de prestatarios, algunos obtienen crditos y otros no. El argumento

    tpico para justificar que no se presente esta situacin es que quienes fueronexcluidos de los prstamos pueden ofrecer pagar tasas de inters ms altas, lo quegenera un alza en las tasas de inters hasta que la demanda se iguale con la oferta.La razn es que los prestamistas saben que a cualquier tasa de inters encima dela lnea de cambio, los prestatarios tomarn el proyecto riesgoso. As, aunque elmonto que los prestatarios prometen pagar es mayor, en realidad, terminanpagando uno menor.

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    Stiglitz asume que cada prestatario tiene uno y slo un vecino que tambines prestatario. Si bien el xito de los proyectos es independiente, ambosprestatarios pueden monitorearse uno al otro. El prestamista quisiera que algnindividuo le reportara si el vecino est entrando en el proyecto riesgoso y no en elseguro. Para ello, debe crear un ambiente que sea del inters de ambos, en el cualhaya mutuo monitoreo y donde se le reporte si uno de los individuos hace trampa

    (ver grfico 4).

    INSERTAR GRFICO 4

    Una manera simple de lograrlo es que el prestamista ofrezca un contrato enel cual el vecino acepta firmar conjuntamente el contrato del individuo. As, elprestatario puede obtener una menor tasa de inters y ms fondos. El cofirmanteaccede a pagar qL soles al prestamista, en el caso que el prstamo que hayafirmado no se cumpla. Segn Stiglitz, la utilidad esperada del cofirmante cambiadependiendo del tipo de proyecto que tome el individuo. Dada la interdependencia,la simetra del problema, Stiglitz explica que es razonable asumir que elloscooperan entre s. Es decir, deciden conjuntamente si vale la pena tomar elproyecto riesgoso o el proyecto seguro; y si toman el proyecto riesgoso, se ponende acuerdo para no reportarlo al prestamista.

    Hacer que el individuo firme el contrato conjuntamente con su vecino, aadeun elemento de riesgo adicional. Dado que la condicin de 'cero beneficios' aseguraque la tasa de inters se tendr que ajustar para permitir que el retorno esperadodel banco se mantenga intacto, el tomar en cuenta el pago del cofirmante hace quese induzca un mean preserving spread en el ingreso del prestatario para cualquiernivel de su prstamo L. Es decir, si ambos prestatarios tienen xito, la utilidad esmayor; si uno es exitoso y el otro fracasa, la utilidad del primer prestatario esmenor. Para compensarlo por tomar este riesgo adicional, el prestamista deberproveer un mayor prstamo. La relacin entre el tamao mnimo del prstamo

    requerido para obtener un nivel dado de utilidad esperada y la magnitud de la tasade pago del cofirmante, q, se muestra en el grfico 5. A niveles bajos de q, la cargaimpuesta al prestamista por cofirmar es exactamente compensada por la reduccinen la tasa de inters aplicada.

    INSERTAR GRFICO 5

    La nica pregunta que falta contestar es qu ocurre con la lnea decambio? Si los dos individuos actan cooperativamente, Stiglitz muestra quemientras que la condicin de la ecuacin 4 se satisfaga y las tasas de inters seajusten a medida que q se incremente para mantener el 'cero beneficios' para elprestamista, el mximo L al cual el individuo puede llevar a cabo el proyecto

    seguro se incrementa con q. Es decir, dL/dq > 0, evaluado en q = 0. Como semuestra en el grfico 5, Stiglitz seala que el llamado peer monitoring, queestamos analizando, incrementa el bienestar: para niveles bajos de q, elincremento que ocurre en L (dado que los prestatarios llevan a cabo el proyectoseguro) es mayor que el requerido para compensar al cofirmante por el incrementodel riesgo. En esencia, en presencia de la presin de los miembros del grupo porcumplir con las obligaciones crediticias, la solucin a obtenerse es ms eficiente y

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    tiende a eliminar el racionamiento crediticio dentro de un grupo de prestatarioshomogneos.

    2.1.2. Monitoreo y reputacin: la otra mitad de Stiglitz

    Tal como se mencion anteriormente, el modelo de Stiglitz no toma en cuenta

    una tcnica fundamental utilizada por el sistema de cajas municipales: la dinmica dereputacin del individuo, gracias a un exhaustivo monitoreo por parte delprestamista.

    Para este fin, empleamos una metodologa similar a la de Diamond y Dybvig(1983), quienes desarrollan un modelo de corridas bancarias. La idea central querepresentaremos es que si un prestatario cumple con sus obligaciones crediticias enla primera oportunidad, adquiere la reputacin de buen pagador y, en consecuencia,en la siguiente puede solicitar un prstamo mayor. Formalmente se tiene dosjugadores, cada uno de ellos es un prestatario de la caja municipal de la mismaprovincia. La primera vez que cada uno solicita el crdito, lo mximo que puedenconseguir prestado de la institucin financiera esL1.

    Adicionalmente, supondremos que cada uno tambin firma el contrato del otroy se compromete a cubrir una fraccin qde la deuda del otroL1. Sabemos que en unasituacin de equilibrio, el mximo monto que un prestatario puede conseguir lo haroptar por emprender un proyecto seguro. En este caso, a partir de (1), conocemosque VS (L1,r1) es la utilidad esperada si se emprende este proyecto (y se amortiza ladeudaL1).

    Cada jugador puede seguir dos posibles estrategias: pagar el crdito o nopagarlo. Adems, se tienen dos fechas distintas en las que pueden seguir estasacciones. La fecha 1 comprende el tiempo durante el cual ambos reciben el primerprstamo y realizan el proyecto. Dependiendo del resultado de la fecha 1, ambospodran solicitar un nuevo prstamo en la fecha 2.

    La primera fase del juego consiste en que cada jugador elija la estrategia de

    pagar o no pagar. Si ambos pagan el crdito, en ese periodo reciben una utilidad deVS(L1,r1) y el juego contina. Basta que uno de ellos no cumpla con pagar, para queel juego se detenga y ninguno pueda tener crdito en el siguiente periodo. En estecaso, la utilidad esperada del prestatario que no paga es VS(L1,r1) + (1+r1)L1pS - C,donde (1+r1)L1pS es el pago que no realiza y Ces el costo que enfrenta ahora por elhecho de no haber pagado (por ejemplo, la presin social, gastos en defensa legal,etc.). La utilidad del prestatario que s paga ser igual a VS(L1,r1) - qL1, ya que steacord pagar una fraccin del prstamo en el caso que su "vecino" no cumpliese. Siambos prestatarios no pagan, la utilidad esperada de cada uno equivale a VS(L1,r1) +(1+r1)L1pS - D, donde (1+r1)L1pS ya fue definido y D tambin es el costo queenfrenta quien no paga. El costo es ahora menor que C, porque todos los jugadoreshan incumplido. Es decir, no hay presin social, pero siguen existiendo costos al tener

    que enfrentar un proceso judicial por ejemplo. Ntese que an no hemos definido lamagnitud de Co Den relacin conVs. Los costos de no pagar podran inclusive sertan altos que pueden tornar la utilidad esperada en negativa. Por ahora, no haremosexplcitos los supuestos sobre estas magnitudes. Basta con saber queC > D > 0. Laforma estratgica del juego en la fecha 1 es entonces:

    No pagar Pagar

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    Nopagar

    VS (L1,r1) + (1+r1)L1pS - D; VS (L1,r1) +(1+r1)L1pS - D

    VS (L1,r1) +(1+r1)L1pS - C ; VS(L1,r1) -qL1

    Pagar VS (L1,r1) - qL1 ; VS (L1,r1) + (1+r1)L1pS C Siguiente etapa

    Fecha 1

    Como mencionamos anteriormente, el juego slo prosigue si ambos jugadorespagaron su prstamo. Adems, ahora pueden solicitar un prstamo L2 > L1.Nuevamente, se ven en la posibilidad de pagarlo o no pagarlo al final de la fecha 2. Eljuego termina en esta fecha y si ambos pagan, la utilidad esperada total que reportanes VS(L1,r1) + VS(L2,r2). Si ambos no pagan, la utilidad al final de la fecha 2 ser iguala VS(L1,r1) + VS(L2,r2) + (1+r2)L2pS - D para cada uno. Nuevamente, los costos queenfrenta cada uno por eludir la obligacin de pago no incluirn la presin del grupo,debido a que todos los miembros del grupo estn en falta. Si slo uno de ellos nopaga, ste termina el juego con una utilidad de VS(L1,r1) + VS(L2,r2) + (1+r2)L2pS -C, mientras que el que paga se lleva VS(L1,r1) + VS(L2,r2) -qL2. La representacinestratgica de esta segunda etapa del juego es la siguiente:

    No pagar Pagar

    Nopagar

    VS (L1,r1) + VS (L2,r2) + (1+r2)L2pS- D ;

    VS (L1,r1) + VS (L2,r2) + (1+r2)L2pS- D

    VS (L1,r1) + VS (L2,r2) + (1+r2)L2pS- C ;

    VS (L1,r1) + VS (L2,r2) -qL2

    Pagar VS (L1,r1) + VS (L2,r2) -qL2 ;VS (L1,r1) + VS (L2,r2 ) + (1+r2)L2pS

    C

    VS (L1,r1) + VS (L2,r2) ;VS (L1,r1) + VS (L2,r2)

    Fecha 2

    Para analizar el juego procedemos desde "atrs hacia adelante". Asimismo,ser necesario que hagamos ciertos supuestos sobre los parmetros del juego. En

    principio, si el costo que enfrentan los prestatarios si todos faltan al contrato, D, esmayor que lo dejado de pagar por el prstamo(1+r2)L2pS, y la diferencia (1+r2)L2pS- D en valor absoluto es mayor que qL2 para ambos jugadores, la estrategiadominante en el periodo 2 es siempre pagar la deuda. En esta segunda etapaentonces existir un equilibrio Nash en estrategias puras, donde ambos jugadores(prestatarios) pagan su deuda L2(ya haban pagadoL1antes). Dado que en la fecha 2ya determinamos que el equilibrio ocurre cuando ambos estratgicamente optan porpagar su deuda, podemos reemplazar este resultado en el casillero "Siguiente etapa"en la representacin del juego en la fecha 1. Con esto simplificamos los dos juegossimultneos en el siguiente subjuego:

    No pagar Pagar

    No pagar VS (L1,r1) + (1+r1)L1pS -D ;

    VS (L1,r1) + (1+r1)L1pS - D

    VS (L1,r1) +(1+r1)L1pS - C ;VS (L1,r1) -qL1

    Pagar VS (L1,r1) - qL1 ;VS (L1,r1) + (1+r1)L1pS - C

    VS (L1,r1) + VS (L2,r2) ;VS (L1,r1) + VS (L2,r2)

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    Manteniendo los supuestos anteriores, C > D > (1+ri)LipS ; D - (1+ri)LipS >qLi, tambin podemos comprobar que la mejor respuesta de cada jugador, haga loque haga el otro, es pagar. El juego tiene un equilibrio Nash que es nico y prediceque todos los jugadores optan estratgicamente por pagar los crdito que toman endos periodos consecutivos. Esto siempre y cuando los costos de no pagar sean altosen comparacin con lo que se ahorra al dejar de pagarlos.

    La discusin terica que hemos presentado apunta a lo siguiente: si los costosde no pagar los crditos son altos, la tecnologa crediticia utilizada por un sistema talcomo el empleado por las cajas municipales, basadas en la dinmica de reputacincomo principio fundamental, tiene racionalidad econmica. El hecho que un buenpagador sea premiado con prstamos de montos mayores produce un equilibrio Nash,es decir, un equilibrio de donde ninguno de los jugadores quiere moverse, el cual esconsistente con una situacin de minimizacin de asimetra en la informacin en lalnea de Stiglitz. Este mecanismo es as consistente con el hecho que las cajasmunicipales, histricamente, cada vez hayan otorgado un mayor nmero de crditosy a la vez que hayan sido mayores en promedio. Asimismo, las predicciones delmodelo seran consistentes con un reducido porcentaje de "cartera pesada".

    En resumen, la tecnologa empleada por las cajas municipales s podra serutilizada para proveer servicios financieros a los sectores que generalmente no hansido atendidos por el sistema financiero tradicional, manteniendo la viabilidadfinanciera de las mismas. A continuacin, nos proponemos explorar los hechosobservados para el sistema de cajas municipales y verificar la hiptesis que dada quela tecnologa financiera de las cajas municipales tiene racionalidad econmica(equilibrio Nash que permite reduccin en la asimetra de la informacin), un sistemaque aplique dicha tecnologa tendr xito en aumentar el bienestar de la sociedad.

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    CAPTULO III

    El sistema de cajas municipalesy el nuevo paradigma

    3.1. Descripcin bsica del sistema

    El sistema de cajas municipales fue creado por iniciativa del gobierno deAlemania en 1983, sobre la base del sistema Sparkasse o cajas de ahorro de aquelpas, contando para ello con el apoyo tcnico y orientacin de la Agencia deCooperacin Alemana GTZ (Tello, 1995). El apoyo inicial se concentr en la CajaMunicipal de Piura, la primera del sistema (fundada en 1982), extendindoserpidamente a otras cajas municipales, sobre todo a raz de la firma de un conveniode cooperacin entre la GTZ y la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) para laelaboracin de un proyecto de ley que regulara el funcionamiento del sistema y queposteriormente result en el Decreto Supremo No. 191-86-EF de 198612. Actualmente,el sistema est compuesto, adems, por las Cajas Municipales de Santa, Arequipa,Sullana, Cuzco, Maynas, Ica, Paita, Huancayo, Trujillo, Pisco y Tacna13. En particular, elsistema de cajas municipales, como su nombre lo indica, ofrece servicios de ahorro ycrdito y son organizaciones sin fines de lucro, propiedad del las autoridadesregionales.

    Como se seal en la introduccin con cierto detalle, la tecnologa financiera delas cajas municipales tiene las siguientes caractersticas bsicas: (i) el principio degestin, por el cual dichas entidades se encuentran dirigidas no por una solapersona, sino por un comit de gerencia, que usualmente est compuesto por ms dedos personas hasta un mximo de seis; (ii) el principio de supervisin, el comitde gerencia est supervisado por un comit de vigilancia, como auditor permanente

    de la gestin del comit directivo; (iii) el principio de autonoma, que buscadisminuir las influencias polticas o poltica partidaria, al ser sus directivos elegidoscomo representantes de diferentes grupos de la comunidad y no con criterio poltico.

    Estas caractersticas han sido implementadas de una u otra manera en elSistema de Cajas Municipales de Ahorro y Crdito de Per y, de acuerdo con el criteriocomnmente aceptado, parecen haber resultado en experiencias exitosas en elsistema nacional. As tenemos que el principio de gestin alemn ha sido plenamenteinstaurado en el sistema nacional, a travs del requisito de gerencia colegiada queobliga a una "doble firma" y por el cual ningn nico individuo tiene poder de gestinunilateral. Por su parte, el principio de supervisin se ha traducido en la creacin de laFederacin Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crdito, entidad que auditaexternamente a las diferentes cajas y vela por el cumplimiento de las normas de la12 Ya desde 1980 rega el Decreto Ley No. 23039, que regulaba a las cajas municipales de ahorro y

    crdito fuera de Lima y Callao. Al no pertenecer al sistema la Caja Municipal de Lima, tal como yaha sido mencionado, no ha recibido sustancial apoyo de la cooperacin alemana.

    13 En 1990 se promulg el Decreto Supremo No. 157-90-EF, que permite a las Cajas instalar agenciasen otras provincias mediante convenios entre municipalidades, adems de crear el Fondo Nacionalpara canalizar lneas de financiamiento nacional e internacional. En 1993, a travs del DecretoLegislativo No. 770, se da el marco legal por el cual las cajas municipales quedan incluidas dentrodel sistema financiero. Recientemente se han hecho modificaciones al marco legal, de tal modoque se ha formalizado la conversin de las cajas en sociedades annimas.

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    SBS. Finalmente, el principio de autonoma se expresa en el hecho que el ComitDirectivo de cada caja municipal est integrado por grupos representativos de lacomunidad, usualmente la iglesia, el sector privado y regidores municipales, de talmodo que se minimice el uso de las Cajas con fines polticos14.

    Las doce instituciones del sistema de cajas municipales alcanzan un patrimonioneto total, a diciembre de 1996, de US$ 17.2 millones, equivalente aproximadamente

    al 1.15% del patrimonio total del sistema financiero peruano. De ellas, la de Piura,Arequipa, Trujillo, Sullana, Cusco e Ica tienen un valor patrimonial superior a US$ 1milln. Los activos totales crecieron en 106% y 90% en 1994 y 1995,respectivamente; y a octubre de 1996, en 36%.

    El monto total de colocaciones de las cajas municipales alcanza los US$ 65millones, es decir, aproximadamente el 0.06% de las colocaciones totales del sistemafinanciero y el doble de las colocaciones del sistema de cajas rurales. Y al igual quelos activos, el volumen de colocaciones brutas en trminos corrientes tambin crecisignificativamente: 95%, en 1995 y 34%, a octubre de 1996 (ver cuadro 1).

    INSERTAR CUADRO 1

    A diciembre de 1996, el sistema ya contaba con 36 agencias funcionando endoce provincias y empleando directamente a 475 personas. En este sentido, elsistema es pequeo si lo comparamos con instituciones que financian actividades a lamicroempresa en otros pases. As por ejemplo, el BKD de Indonesia cuenta con msde 5 mil agencias y 16 mil empleados; el Grameen Bank de Bangladesh, que sirvemayormente a clientes mujeres (94% del total de clientes), en 1993 contaba con1,030 agencias en las reas rurales del pas, empleaba a ms de 10 mil personas ytena un valor patrimonial de US$ 74 millones.

    Estas cifras nos indican que, desde el inicio de sus operaciones, el sistema decajas municipales ha experimentado un crecimiento importante en el nivel de susoperaciones, aunado a una mejora significativa en la calidad de las mismas.

    Adicionalmente, su desempeo econmico-financiero ha evolucionadofavorablemente, ya que por ejemplo, a pesar de ser un sistema relativamente joven, presenta indicadores de solvencia, calidad de activos, eficiencia yrentabilidad comparables a los de las instituciones financieras tradicionales, talcomo veremos a continuacin. Es importante sealar que estos resultados se hanobtenido atendiendo preferentemente a agentes econmicos descentralizadospequeos y medianos, convirtindose en una de las experiencias ms importantesde su gnero en Amrica Latina. Al constituirse como una alternativa atractiva deservicios financieros para pequeos y medianos agentes econmicos, hacontribuido de manera importante con el desarrollo de los mbitos geogrficos endonde operan.

    3.2. Evolucin econmico-financiera reciente

    La tendencia de la tasa de crecimiento anual del sistema de cajasmunicipales ha sido constante: 3% desde inicios de los noventa. Como producto dela acumulacin de utilidades, su patrimonio se ha incrementado sostenidamente

    14El nmero de miembros que componen el Comit Directivo de las cajas municipales usualmenteflucta entre cinco y siete.

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    con una tasa anual constante de 2%. En ambos casos se debe resaltar que estastasas son mayores que las de los bancos y financieras. Este importante proceso decapitalizacin le ha permitido a las cajas municipales constituirse en uno de lossegmentos ms dinmicos de sistema financiero. A fines de 1997, en conjunto, elsistema de cajas municipales contaba con activos totales de aproximadamente US$120 millones, pasivos por US$ 105 millones y patrimonio por US$ 20 millones15.

    En el ltimo ao, los activos del sistema han crecido en poco ms de US$ 35millones, lo que equivale a un incremento mayor que el 40%. Sin embargo, losindicadores de calidad de activos se han deteriorado ligeramente. As, la "carterapesada" ms la cartera refinanciada representan ms del 8% de las colocacionesbrutas al tercer trimestre de 1997, mientras que al tercer trimestre de 1996representaban poco menos del 7%. Este resultado estara explicadofundamentalmente por el deterioro de las operaciones de las Cajas Municipales deSullana, Piura, Paita y Santa, las cuales han experimentado aumentos en dichasvariables de hasta 3 puntos porcentuales. Es importante sealar que la evolucinreciente negativa de la calidad de activos del sistema puede verse agravada por lasconsecuencias del Fenmeno "El Nio".

    Paralelamente al crecimiento experimentado por los activos, los pasivos hanmostrado una dinmica importante. Entre el tercer trimestre de 1996 y el tercertrimestre de 1997 crecieron en ms de US$ 30 millones, mientras que comoproducto de la acumulacin de utilidades, el patrimonio del sistema se incrementen algo ms de US$ 4 millones. Se debe sealar que una parte importante de lospasivos est constituido por adeudados, los cuales ascienden a aproximadamenteUS$ 35 millones. Del total de adeudados del sistema, COFIDE participa con ms del50%, convirtindola en la principal fuente de recursos; mientras que los bancos lohacen en aproximadamente 20% (colocndolos bsicamente en moneda nacional).

    En cuanto a las colocaciones y depsitos, durante el ltimo ao, las primerasse han incrementado en ms de US$ 15 millones y los depsitos lo han hecho enms de US$ 17 millones, lo que equivale a tasas de incremento de ms de 25% y

    40%, respectivamente.Con relacin a las caractersticas de las colocaciones, que segn informacinpreliminar de la Federacin de Cajas Municipales ascienden a US$ 85 millones (afines de 1997), las ms importantes se pueden resumir en: alrededor del 70% soncrditos a la microempresa y el 30% restante se distribuye entre crditosprendarios y crditos personales; 80% se otorga en moneda nacional y ladiferencia, en moneda extranjera. Actualmente, el sistema atiende a ms de200,000 clientes, de los cuales 37% son microempresarios y 44% son personasnaturales.

    Al tercer trimestre de 1997, los depsitos ascendan aproximadamente a US$60 millones, de los cuales 60% corresponda a depsitos a plazo y ms del 50% secaptaba en nuevos soles. A fines del mismo ao ascendan a US$ 59 millones

    aproximadamente, correspondiendo el 62% a depsitos a plazo y captndose el56% en moneda nacional.

    3.2.1. Indicadores financieros

    15Segn informacin de la Superintendencia de Banca y Seguros, a octubre de 1997.24

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    En los ltimos aos, la evolucin financiera de las cajas municipales ha sidofavorable. As por ejemplo, los indicadores de calidad de activos, de solvencia, derentabilidad, y de eficiencia han ido mejorando continuamente.

    La calidad de activos de las cajas municipales ha mejoradosignificativamente en comparacin con los inicios de la dcada: mientras que enese periodo la "cartera pesada" representaba el 8% de las colocaciones, a fines de

    1997 representaba apenas el 6%.La mejora en la calidad de los activos, el importante proceso de

    fortalecimiento patrimonial y el incremento de las provisiones experimentado por elsistema en los ltimos aos, han permitido que los indicadores de solvencia de lascajas municipales evolucionen favorablemente. As, mientras la exposicinpatrimonial neta en 1994 era de 10%; al tercer trimestre de 1996 ascenda a msde 8%; y en 1997 fue de 4%. En ese sentido, mientras que a setiembre de 1996 lasprovisiones representaban 60% de la "cartera pesada", en el mismo mes de 1997eran equivalentes a ms del 80%.

    En cuanto a los indicadores de gestin y eficiencia se aprecia una ligeramejora en los mismos. Por ejemplo, el ratio otros gastos sobre el activo total fue decasi 17% en el tercer trimestre de 1996 y se ha estabilizado en alrededor de 16%en el mismo periodo de 1997, habiendo tenido valores mayores a 20% al inicio desus operaciones.

    Con relacin a los indicadores financieros de rentabilidad, es importanteresaltar que stos se han reducido ligeramente El margen de rentabilidad delnegocio, medido por el ratio de resultados financieros sobre colocaciones brutas,descendi de 72% a 68% entre setiembre de 1996 y setiembre de 1997.Igualmente, la rentabilidad patrimonial disminuy considerablemente de casi 40%en setiembre de 1996 a poco ms de 27% en setiembre de 1997. Esta disminucintendra su explicacin en el mayor nivel de provisiones realizado por el sistema, ascomo por algunos excesos de liquidez presentados. Por ejemplo, la cuenta'disponibles' representa casi un 47% de los depsitos. Este deterioro de la

    rentabilidad se aprecia principalmente en las Cajas Municipales de Sullana, Paita,Tacna y Santa, cuyo desempeo estara afectando los resultados del sistema enconjunto.

    Un anlisis individual de las cajas municipales relacionado con lascolocaciones, depsitos y patrimonio, muestra que las Cajas Municipales de Piura,Arequipa y Trujillo son las principales del sistema. Si la variable a analizar es lacalidad de los activos y la gestin, se puede apreciar que las cajas ms eficientes ycon mejor calidad de operaciones son las de Piura, Arequipa, Ica, Cuzco y Pisco. Porel contrario, las Cajas Municipales de Maynas, Santa y Sullana presentanindicadores de calidad de activos y gestin poco satisfactorios con relacin alpromedio del sistema.

    Finalmente, es importante sealar que las cajas municipales se encuentran

    dentro de un proceso de privatizacin, de acuerdo con lo establecido por la LeyGeneral del Sistema Financiero vigente (Ley No. 26702).

    3.3. Anlisis economtrico

    3.3.1.La informacin

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    La informacin utilizada en este trabajo cubre el periodo comprendido entreenero de 1987 y octubre de 1996 y tuvo como fuente los estados financieros de lasdoce cajas municipales, as como indicadores de los principales flujos del sistema, loscuales nos fueron proporcionados por la Federacin Peruana de Cajas Municipales deAhorro y Crdito.

    Un ndice basado en el ndice de pobreza a nivel provincial, publicado por el

    Fondo Nacional de Cooperacin y Desarrollo Social (FONCODES, 1995) para 189provincias de Per, fue uno de los principales indicadores usados en la parte empricade este trabajo. Si bien consideramos el ndice general, ste fue reconstruidoexcluyendo el indicador de capital humano, ya que es utilizado como variableindependiente. Los datos sobre el monto de los proyectos de inversin socialaprobados por FONCODES (tambin a nivel provincial) entre 1991 y 1994 fueronusados como variable de control. Las variables de control restantes fueronconstruidas a partir de los resultados de la Encuesta Nacional de InfraestructuraDistrital Econmica y Social (INEI, 1995). En particular, se utiliz la agregacin a nivelprovincial de esta encuesta.

    Iniciamos el captulo mostrando un anlisis de la situacin financiera de lascajas municipales. Al respecto, se puede decir algo ms en trminos de su impactoen el bienestar de la poblacin y en las comunidades desde su creacin? Sobre labase de indicadores financieros, de cobertura, activos, ahorros, entre otros (siguiendoa Yaron, 1995 y Christen, 1989), procedimos a encontrar evidencia economtricasobre el impacto de la actividad de las cajas municipales en las comunidades a lasque estn dirigidas. Es decir, evaluamos empricamente la eficiencia externa de lascajas municipales, de acuerdo con el efecto de los indicadores de alcance dentro laprovincia a la cual pertenecen sobre los indicadores de pobreza a nivel provincial.

    3.3.2. Comparacin a nivel mundial

    Como indicadores de eficiencia interna utilizamos los ratios de rentabilidad,

    recuperacin de prstamos, desempeo financiero y margen. Por otro lado, losindicadores de mrgenes operativos del sistema arrojan conclusiones similares a lasobtenidas de los indicadores de rentabilidad. Calculamos el ndice de spread nominal,basndonos en la definicin de Yaron (1994), y obtuvimos que en promedio el sistemaha mantenido un spread superior a los 15 puntos porcentuales (ver cuadros 2 a 14).Ms adelante intentamos comprobar empricamente si este margen tan alto afecta demanera negativa a la poblacin de la provincia.

    INSERTAR CUADROS 2 AL 14

    En cuanto al desempeo financiero del sistema, seguimos la definicin sugeridapor Christen y otros (1994) para los indicadores de autosuficiencia operativa y

    financiera. Es decir, una caja municipal es autosuficiente operativamente si losingresos provenientes de sus operaciones crediticias pueden cubrir sus costosadministrativos. De otro lado, un indicador de la viabilidad financiera de unainstitucin de este tipo puede ser el ratio de los ingresos operativos sobre los costostotales (operativos, financieros, y otros).

    En el cuadro 15 se puede apreciar que desde 1990 casi todas las cajasmunicipales se autosostienen operativamente, es decir, no requieren de ningn

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    subsidio para cubrir sus gastos administrativos. Para el ao 1996, todas ellasarrojaban un ndice superior a 1.

    INSERTAR CUADRO 15

    Algo similar sucede con el ndice de autosuficiencia financiera que presentamos

    en el cuadro 16. En el periodo analizado, slo las cajas municipales de Santa y Piura(en 1995) y las de Ica, Maynas y Pisco (en sus primeros aos de operacin) muestranproblemas de suficiencia financiera de acuerdo con este criterio.

    INSERTAR CUADRO 16

    Christen y otros (1994) desarrollaron otro criterio para discutir laautosuficiencia financiera, ste consiste en clasificar a las instituciones financierassegn el valor que tome el ratio de retorno sobre sus activos o sobre el patrimonio.Como sealan los autores, el indicador retorno sobre los activos mide la productividadde las inversiones de las instituciones financieras y debe ser comparado con los delresto del sistema financiero para determinar si pueden ser clasificadas como"rentables". El retorno sobre el patrimonio tambin es un buen indicador y mide elretorno sobre las inversiones de capital de los propios dueos de la institucin. Sinembargo, utilizamos el primero con el fin de poder compararlo con el resto delsistema financiero, debido a que la estructura patrimonial de las institucionesfinancieras es muy diferente entre s.

    En el caso del sistema de cajas municipales peruano, desde que estas ltimasiniciaran sus operaciones en 1987, el ndice de retorno patrimonial ha ido cayendo alo largo del periodo, situndose en un 36% del patrimonio a octubre de 1996, y elretorno promedio sobre los activos en todos los aos ha sido muy superior al delsistema financiero, en 1990 alcanza un mximo de 33% (ver cuadro 14). En el cuadro17 presentamos un listado de cada una de las cajas municipales, ordenado segn el

    ndice de retorno sobre los activos. Se debe sealar que la Caja Municipal de Paita esuna de las que ha mostrado mayores ndices de rentabilidad.

    INSERTAR CUADRO 17

    Se puede afirmar que las cajas municipales han mantenido un bajo porcentajede "cartera pesada" entre 1987 y 1996: el mximo valor que toma este indicador paratodo el sistema en promedio es 13% en 1992 (ver cuadro 14). Observando laevolucin de este indicador para cada una de las cajas municipales, se puede apreciarque muy pocas han ido acumulando "cartera pesada". Por el contrario, la mayora halogrado disminuir la proporcin de crditos atrasados. Si comparamos este ndice conel del Sistema de Cajas Rurales, en este ltimo, el porcentaje de "cartera pesada" con

    respecto de las colocaciones totales llega a casi 16% en junio de 1996, mientras quepara las cajas municipales en promedio alcanz 5.6% en el mismo periodo, valor queadems es muy cercano al del resto del sistema financiero (5.1%).

    A continuacin compararemos nuestros resultados con los indicadores delsistema bancario peruano y con otros sistemas de crdito a microempresas en elresto del mundo. Desafortunadamente, para el caso de estos ltimos slo contamoscon informacin para 1993, lo cual dificulta realizar las comparaciones. As tenemosque segn el estudio de Christen y otros (1994), la institucin ms exitosa analizada

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    es LPD (Bali, Indonesia), que en 1993 report un retorno de 7.4% sobre sus activos.Una de las instituciones ms conocidas, el Grameen Bank de Bangladesh, con ms demil agencias y 10 mil empleados, arroj en el mismo ao prdidas correspondientesal 3.3% de sus activos (ver cuadro 18).

    INSERTAR CUADRO 18

    Con relacin al indicador de cartera pesada para los programas de crdito ala microempresa en otros pases, en 1993 arroja valores bastante moderados: BKD(Indonesia) y BRK (Nger) muestran los valores ms altos (10% y 20%,respectivamente); mientras que Banco Sol de Bolivia, una de las ms exitosas en todoaspecto, logr mantener una "cartera pesada" menor al 1% de sus colocacionesbrutas.

    Los ratios de gastos de personal y gastos administrativos sobre el total deactivos o de colocaciones presentan evidencia adicional de que el sistema ha logradomantener, en todos los aos reportados, un volumen bastante reducido de gastos deadministracin de personal. El bajo porcentaje de gastos de personal se explicabsicamente por el poco personal empleado en las cajas municipales ms que por unbajo nivel de salarios. En promedio, en 1993, un empleado del sistema de cajasmunicipales ganaba anualmente 4.1 veces el producto bruto interno per cpita dePer. El cuadro 18 tambin muestra cmo el sistema peruano es uno de los que mspaga en promedio a sus empleados, en comparacin con los sistemas analizados porChristen y otros (1994).

    3.3.3. Cajas municipales y bienestar: anlisis economtrico

    Un modelo emprico de eficiencia interna

    En primer lugar, especificamos el siguiente modelo emprico para investigar los

    determinantes de la eficiencia interna de las cajas municipales:E = 0 + lL + d D + tT + (5)donde la variable endgena, E, es cualquiera de los dos indicadores de eficienciainterna que tratamos de explicar; es decir, el retorno sobre el patrimonio (ROE95) yla autosuficiencia operativa, definida en la seccin anterior (OPEFF95), ambos parael ao 1995. En el vectorLutilizamos algn indicador del aprendizaje que cada cajamunicipal ha tenido durante el desarrollo de sus actividades. Como proxyusamos elcrecimiento anual promedio de sus activos, entre 1991 y 1994, AVASSG14.Suponemos que una caja municipal que ha crecido ms en promedio, ha adquiridomayor conocimiento sobre su propio negocio y, en consecuencia, es ms eficiente. Dincluye las medidas de defecto (default) para pagar los prstamos otorgados por la

    cajas municipales. Asimismo, utilizamos el promedio anual del porcentaje de crditosvencidos sobre el total de crditos en cartera que mantienen las cajas municipales("cartera pesada" o delinquency rate) entre 1990 y 1994 (AVLARR04). En el vector Tincluimos el conjunto de variables cuyo efecto sobre la eficiencia interna de las cajasmunicipales queremos probar. Para indagar la existencia o no de una relacin no-convexa entre eficiencia interna y el nmero de empleados contratados, utilizamos elnmero total de empleados de cada caja municipal (EMPLOY94) y el nmero deempleados al cuadrado (EMPLOY2). Adems, incluimos el nmero de crditos

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    otorgados por empleado en 1993 (LOTEM93) y el nmero de agencias de la caja a1994 (OFIC94). Consideramos un solo corte transversal de doce observaciones (unapor caja municipal) y estimamos distintas especificaciones del modelo "base", usandoel estimador consistente de la varianza sugerido por White (1980).

    Si bien el nmero de grados de libertad con el que se cuenta para las pruebasestadsticas de los modelos estimados en esta seccin es elevado, los resultados

    indican un alto grado de consistencia en las cuatro especificaciones estimadas. En elmodelo (1), que reportamos en el cuadro 19 y en el anexo 1, todas las variables sonsignificativas al 95% y los estimadores presentan el signo esperado. La evidenciasugiere que controlando el resto de factores, las cajas municipales que ms hancrecido en promedio entre 1991 y 1994 tienen una mayor eficiencia interna.Asimismo, las que han mantenido en promedio una mayor "cartera pesada" hanresultado ser menos eficientes en 1995, midiendo la eficiencia ya sea a travs delretorno sobre el patrimonio o del ndice de autosuficiencia operativa.

    INSERTAR CUADRO 19

    La estimacin de los modelos (2), (3) y (4) arroja resultados similares a loshallados en (1). El estimador del parmetro asociado a AVSSG14 es positivo ysignificativo al 95% en todas las especificaciones. De otro lado, el estimador asociadoa AVLARR04 es negativo y significativo al 95% en (2), (3) y (4). Con respecto alnmero de empleados, tanto en las ecuaciones de retorno sobre el patrimonio y deautosuficiencia operativa, la evidencia emprica sugiere una relacin de concavidad.Asimismo, encontramos que las cajas municipales en las cuales cada empleadomaneja un mayor nmero de prstamos son ms eficientes, ceteris paribus. Lomismo sucede para las cajas municipales que tienen ms agencias (mayor alcance) yque han otorgado un monto mayor de crdito entre 1988 y 1994. Atribuimos estehecho a que las cajas que tienen un mayor alcance han contado con un mayornmero de clientes, han conformado una historia crediticia y han formado mejor sus

    expectativas acerca de las posibilidades de cumplimiento de los clientes.Los estudios empricos sobre los sistemas de crdito rurales (Bouman, 1977) oa la pequea empresa (Christen y otros, 1994; Yaron, 1994) se han limitado apresentar y describir los indicadores del alcance de estas instituciones financieras,utilizando distintos ratios conocidos como el anlisis CAMEL. En esta seccin no sloaplicamos dicha metodologa al sistema de cajas peruano, tambin evaluamos losefectos de algunos de los indicadores de cada caja sobre los indicadores de pobrezade la provincia en la cual se encuentran. Con el fin de discutir la eficiencia externa delas cajas municipales, analizaremos una serie de indicadores que evalen susalcances hacia una mayor poblacin dentro de la provincia.

    Aceptacin de nuevos clientes

    La aceptacin de clientes nuevos por parte de las cajas municipales es unaevidencia fundamental que utilizamos para evaluar los alcances de los servicios quebrindan estas instituciones. A partir de 1992 disponemos de informacin acerca delnmero de crditos en cartera y los otorgados por cada una de ellas durante todo elao (ver cuadros 2 a 13). Ambos indicadores crecen sostenidamente para cada unade las doce cajas en el periodo analizado.

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    Entre 1992 y octubre de 1996, el nmero de crditos otorgados por el sistemaen su totalidad creci en 40% (ver cuadro 14). Para el ao 1993 podemos realizar unacomparacin del crecimiento del monto (en US$ de 1993) de prstamos en carteradel sistema de cajas municipales con el de otros sistemas en el mundo (ver cuadro18). El crecimiento registrado por las cajas es de 164%, el cual se encuentra entre lostres primeros registrados en ese ao. Las tasas activas reales cobradas son bastante

    ms altas que las del resto del sistema financiero, incluso son muy superiorestambin a las tasas activas reales cobradas por otras instituciones de financiamientoa la microempresa en el resto del mundo. Esto es consistente con el conventionalwisdom del captulo I y refleja el mayor costo de crdito de este tipo de transacciones.Ntese que a pesar de ser tasas ms altas que las de la banca comercial, son msbajas que las tpicas tasas de usura ( Otero y Rhyne, 1990).

    Profundidad de los alcances de las cajas municipales

    En promedio, las cajas municipales han otorgado crditos de ms de US$ 800 a1996 y en ninguna de ellas, el monto ha sido inferior a US$ 300. Asimismo, seobserva que el monto promedio ha crecido sustancialmente en el periodo analizado,siendo un primer indicio de que el sistema ha logrado un alcance ms profundo en lasprovincias (ver cuadro 14). Lo mismo sucede para el caso del nmero de prstamosmanejados por empleado. Desafortunadamente, la escasez de informacin relativa alas cuentas de ahorros de las cajas municipales no permite hacer mayor anlisis sobrela profundidad de los alcances de las cajas municipales en trminos de captacin deahorristas.

    Para comparar el sistema peruano con otros programas de crdito, usamos elratio del monto promedio de prstamos en cartera con respecto del producto nacionalbruto per cpita en 1993. En ese sentido, en el cuadro 18 apreciamos que el indicadorpara el caso peruano es an muy inferior al observado para BRK o BRI (Indonesia). Sinembargo, se est hablando de sistemas ms antiguos, en los cuales la profundidad de

    sus alcances est explicada bsicamente por el tiempo que llevan desarrollando elnegocio.

    La ecuacin emprica de bienestar social

    Partimos por especificar la siguiente ecuacin "base":

    Y = 0 + iI + h H + g G +c C + (6)donde Yrepresenta el ndice de pobreza de cada provincia a 1994 16 y el vector I, unconjunto de variables de control que incluye los principales indicadores deinfraestructura de la provincia a 1994. Como proxyde la calidad de la salud utilizamos

    el nmero total de centros de salud y postas mdicas (SALUDTOT). Tambinempleamos el nmero de estaciones de polica (POLICTOT), como aproximacin alcumplimiento de la ley y el orden en la provincia. Del mismo modo, en este conjuntode variables incluimos indicadores de infraestructura econmica, como la proporcinde distritos con energa elctrica (ELECTPRO), con conexin a la red de agua potable

    16 Ms que un ndice de pobreza (as denominado por FONCODES) estrictamente hablando, elindicador es un ndice de bienestar social. No utilizamos exactamente el mismo indicador globalde FONCODES, por cuanto excluimos el capital humano que es utilizado como variable de control.

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    (AGUAPROP) y con disponibilidad de acceso por carretera durante todo el ao(CARRPROP). En el vectorHtenemos los indicadores de capital humano a 1994, eneste caso, dados por la tasa de matrcula por nivel educativo o enrollment, medidacomo la proporcin de alumnos matriculados en primaria (ENRPRIM) o secundaria(ENRSEC) del total de la poblacin de la provincia. EnG incluimos una variable decontrol que representa el monto real total gastado por FONCODES desde 1991 hasta

    1993 en proyectos de inversin social (RFON9193). No incluimos el gasto realizadoen 1994, debido a que es muy probable que los efectos de estos gastos no se hayanproducido antes de que se recogiera la informacin sobre los principales indicadoresde bienestar que forman el ndice de 1994. La variable REGION es una dummydecontrol que toma valor 1 cuando la observacin corresponde a una provincia de laSierra peruana y 0 de otro modo. Finalmente, los indicadores de alcance y de tamaode las cajas municipales se incluyen en el vector C.

    Los indicadores estudiados son el monto real promedio de colocacion