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EL REY VALLENATO DE LA ACADEMIA
CAMILO ANDRÉS MOLINA LUNA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE ARTES
TESIS DE PREGRADO
BOGOTÁ D.C
2017
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Tabla de contenido
1.Introducción ........................................................................................................ 3
2.Objetivos ............................................................................................................. 3
2.1.Objetivos generales ............................................................................................... 3
2.2.Objetivos específicos ............................................................................................ 3
3.Justificación ....................................................................................................... 4
4.Marco teórico ...................................................................................................... 4
5.Metodología y análisis ..................................................................................... 22
6.Conclusiones .................................................................................................... 32
3
1. Introducción A lo largo de mi carrera como músico estuve influenciado por ritmos populares de
Colombia. Específicamente por el vallenato del cual aprendí y adquirí experiencia
desde niño en los festivales vallenatos; eventos en los cuales se trata de rescatar la
verdadera esencia de este género conformado por caja, guacharaca y acordeón.
Siempre relacioné el vallenato con todas mis actividades musicales. La academia
me dio herramientas valiosas para el desarrollo de mi música y para encontrar un
equilibrio adecuado entre el folclor y los patrones establecidos en la música clásica.
En esta oportunidad realizaré un álbum de mis composiciones vocales e
instrumentales desarrolladas durante mi carrera.
2. Objetivos 2.1 Objetivos generales: El objetivo general es poder realizar un trabajo discográfico en donde se plasme
principalmente el vallenato, pero con el reto de marcar varios estilos basados en el
vallenato tradicional. La idea es generar una curva dramática en el tracklist del CD;
comenzando con vallenato tradicional y poco a poco ir variando este género,
añadiéndole instrumentos como el bajo eléctrico, guitarras, sintetizadores, gaitas,
batería, timbales, congas, percusión menor, etc. Todo lo anterior con el objetivo de
realizar una sonoridad de vallenato contemporáneo.
2.2 Objetivos específicos
El objetivo específico es poder realizar este trabajo discográfico para finales de
noviembre de 2017. Una de las expectativas es disponer de un producto con sus
respectivos arreglos, producción, mezcla, masterización y desarrollado con la
mayor calidad posible. El álbum tendrá de ocho a diez canciones aproximadamente.
Luego se hará un análisis musical, comercial y de mercadeo para establecer
cuantas de esas canciones podrían promocionarse a nivel nacional e internacional.
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3. Justificación
Escogí el vallenato porque es el género musical en donde me destaco con rigor y el
que me ha dado los mayores logros en mi experiencia como acordeonero. Tuve la
oportunidad de concursar en más de cien festivales vallenatos a nivel nacional y
obtener el primer puesto en más de cincuenta de ellos. El vallenato también me dio
el honor de acompañar en el escenario a los más importantes artistas vallenatos
como: Carlos Vives, Silvestre Dangond, Peter Manjarrés y Poncho Zuleta. El
acordeón me dio a conocer a nivel nacional y me brindó la oportunidad de realizar
giras por fuera del país. Teniendo en cuenta todo esto, creo que es el momento de
lanzar mi trabajo discográfico basado en el vallenato y aprovechar todos los
conocimientos adquiridos en la academia para complementar mis composiciones y
así poder sacar un buen producto comercial.
4. Marco teórico
El vallenato es un género musical originario de la costa caribe colombiana, el cual
surgió en el departamento de la Guajira hacia finales del siglo XIX con la llegada de
los acordeones diatónicos provenientes de Alemania. Según investigaciones del
historiador vallenato Julio Oñate Martínez, el vallenato tuvo un largo periodo de
evolución que abarca sus orígenes con la llegada de los conquistadores españoles
al sur de la guajira hacia el año de 1525. (Oñate, 2003). Durante este período se
integraron las tres culturas: española, indígena y afro descendiente, donde las
formas de canto españolas se incorporaron a los cantos afros y melodías indígenas.
Este proceso se consagró hacia finales del siglo XIX y a mediados del siglo XX ya
se le conocía con el nombre de música vallenata. El vallenato continuó su evolución
mediante el mestizaje de estas tres etnias, la gaita y la guacharaca representantes
de la cultura indígena se integraron con los tambores africanos. Subsiguiente a esto
apareció el Acordeón, instrumento de origen Alemán que reemplazó a la gaita y
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desde ese momento se estandarizó la organología típica del vallenato: Caja,
guacharaca y acordeón.
Con este formato se empezó a expandir el vallenato gracias a juglares como
Alejandro Durán, Luis Enrique Martínez, Abel Antonio Villa1 y compositores como
Rafael Escalona, Leandro Díaz, entre otros. Originalmente este sería el vallenato
tradicional como se reconoce a nivel nacional e internacional. Por eso de esta
manera se interpreta en el evento cultural de música vallenata más importante del
mundo: El Festival de la Leyenda Vallenata en la ciudad de Valledupar.
El único formato permitido en el festival es el de acordeón, caja y guacharaca para
“preservar” este legado tradicional que refleja la cultura vallenata de acuerdo a sus
requisitos. Según la maestra en literatura María Emilia Aponte, se reconoce que el
vallenato tomó gran auge en el Festival de la Leyenda Vallenata y gracias a este
gran evento se hizo popular no sólo para los habitantes de la costa atlántica, sino,
para los habitantes del interior del país. (Aponte, 2011).
La cronología va desde que inició el vallenato con el formato típico mencionado
anteriormente, pero la guitarra también jugó un papel fundamental en la historia del
vallenato puesto que en los años treinta desempeñó una labor de difusión del
género vallenato principalmente interpretando aires como el paseo y el merengue.
Según investigaciones del folclorista Adlai Stevenson Samper 2 , el guitarrista
cienaguero Guillermo Buitrago se encargó de adaptar canciones vallenatas a un
nuevo género denominado “Son cienaguero”. Buitrago hizo grandes recorridos por
diversos pueblos del magdalena grande, potencializando la difusión del vallenato.
(Samper, 2004: 55-64).
1 Existen afirmaciones de investigadores vallenatos como Adlai Samper y Julio Oñate, donde relatan
que Abel Antonio Villa fue el primer juglar en pasar a la historia por grabar para un proyecto fonográfico comercial. 2 Samper relata en su artículo de la revista Huellas de la Universidad del Norte (2004), que Buitrago
en ocasiones se apoderaba de canciones que no eran suyas para luego grabarlas y ponerlas a su nombre, como por ejemplo la canción “Víspera de año nuevo” que originalmente es de Tobías Enrique Pumarejo.
6
Entre los años cuarentas y sesentas el vallenato se estableció como género musical
y tomó fuerza a través de sus intérpretes que inicialmente eran conocidos como
juglares, ya que cantaban y a la vez tocaban el acordeón contando sus vivencias
plasmadas en canciones vallenatas. En la década de los sesentas el vallenato
comenzó a jugar un papel importante en la industria discográfica colombiana.
A continuación se hará un breve repaso de cómo fue surgiendo y cuáles fueron las
producciones discográficas más importantes en la historia de la música vallenata.
Al formato típico vallenato de caja, guacharaca y acordeón se le agregaron nuevos
instrumentos como por ejemplo el bajo eléctrico, las congas y los timbales. Este
formato se puede evidenciar en álbumes como por ejemplo: Tres reyes vallenatos
VOL. 3 en canciones como “La despedida”, grabado por el juglar Luis Enrique
Martínez en 1965, Festival Vallenato grabado por Jorge Oñate y Emilio Oviedo en
1968, Herencia musical grabado por Diomedes Díaz y Nafer Durán en 1976, El
cantor de Fonseca grabado por los hermanos López y Jorge Oñate en 1973 y Ese
negro si toca grabado por Alejandro Durán Díaz en 1975. Hacia finales de la década
de los setentas se empezó a complejizar un poco la típica armonía del vallenato,
haciendo énfasis a grados como el V y vi con sus respectivas dominantes
secundarias. Esto se puede constatar en el trabajo discográfico titulado Los elegidos
con la canción ¨Campanas¨ grabada por Rafael Orozco y el binomio de oro en 1977.
En la década de los ochentas el vallenato continuó ampliando su instrumentación.
La percusión comenzó a presentar más protagonismo en los arreglos, haciendo
cortes de gran exigencia para los percusionistas, como se evidencia en el álbum
Somos Vallenato, con la canción “el parrandón” grabada por Rafael Orozco y el
binomio de oro en 1985. 1986 fue un año donde salieron majestuosas producciones
discográficas vallenatas, situando un punto alto a nivel musical e instrumental. En
ese año el binomio de oro graba el álbum titulado El binomio de oro de 1986, con
un éxito titulado “La candelosa”, canción que es muy reconocida en el ámbito
vallenato y es pieza clave para poner a prueba las destrezas de un bajista vallenato.
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Esta canción plantea una introducción con un solo de bajo evocando un ritmo
tropical con técnica de penqueo; que consiste en realizar un glisando con el índice
de la mano izquierda y terminar con un slap en el índice de la mano derecha. A
nivel sonoro se puede considerar que la mezcla se realizó para hacer énfasis
precisamente al bajo eléctrico.
En el año de 1986, Diomedes Díaz graba su álbum “Brindo Con El Alma”. Este
trabajo discográfico vino con un sonido fresco que conservaba el vallenato
tradicional que se estaba manejando pero con nuevas adiciones instrumentales,
como batería y guitarras electro-acústicas. Se evidencia claramente el nuevo uso
protagónico de la guitarra en el inicio de la canción ¨Sin Medir Distancias¨ de este
mismo álbum. Diomedes Díaz marcó una gran tendencia en la historia del vallenato,
llegando a ser el cantante que más fanaticada adquirió gracias a su estilo y
sentimiento para cantar.
El vallenato siguió desarrollando los recursos instrumentales que había gestado en
estos años ochentas. El cantante Diomedes Díaz lideró el mercado en esos años y
siguió explorando y ampliando su legado musical. En 1989 graba el álbum titulado
El cóndor herido, en el cual la canción que recibe ese mismo nombre introduce unos
vientos de madera, recalcando así lo que fue el inicio del vallenato y esas melodías
indígenas que se tocaban antes de la llegada del acordeón.
Nuevos cantantes muy talentosos se encaminaron en paralelo realizando con sus
producciones discográficas, marcando cada uno su propio estilo musical. Surgieron
“dinastías vallenatas” las cuales eran familias de origen vallenato y guajiro donde la
mayoría de sus miembros eran músicos. Poseían talentos para cantar, versear,
componer, tocar el acordeón, la caja y la guacharaca. Es importante destacar a una
de las dinastías más representativas y respetadas del folclor vallenato: la dinastía
Zuleta.
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El gran patriarca de esta dinastía fue Emiliano Zuleta Baquero, compositor y
acordeonero de gran trascendencia originario de La Jagua del Pilar – Guajira.
Emiliano Zuleta más conocido como “El viejo Mile”, tuvo varios hijos, de los cuales
dos se destacaron de gran manera en la música vallenata: Tomás Alfonso Zuleta
Díaz y Emiliano Zuleta Díaz, “Los hermanos Zuleta”. Continuando con el desarrollo
de la industria musical vallenata en Colombia, los hermanos Zuleta mantuvieron el
legado musical de su padre Emiliano pero a la vez se adaptaron a las exigencias
que el folclor vallenato y el mercado de ese momento requería. Los hermanos Zuleta
impactaron en el folclor vallenato debido al talento que poseía Tomás Alfonso
(Poncho) Zuleta para cantar, apodado hoy en día como “el pulmón de oro” y
“Emilianito” Zuleta para tocar el acordeón con un nuevo estilo. El investigador Julio
Oñate afirma que: “Emilianito Zuleta Díaz ha impuesto una nueva forma singular de
ejecutar el acordeón que se caracteriza por las pausas en las figuras musicales: el
acordeonero deja descansar la nota para luego darle rienda suelta a su floritura en el teclado
con una nota picada”3.
En 1992 grabaron uno de los álbumes más exitosos de su carrera, titulado
Mañanitas de invierno. Este álbum contiene una de las grandes canciones clásicas
vallenatas, titulada “La espinita”, en esta canción se puede ver la instrumentación
que se venía realizando en las producciones vallenatas de la época, pero además
a nivel musical muestra un nuevo recurso. Esta canción fue grabada en la tonalidad
de Mib mayor pero a mitad de la estrofa cantada hace una modulación a la paralela
menor; es decir Mib menor. No era muy común hacer modulaciones de tonalidad en
el vallenato y mucho menos a la paralela menor. Esto demuestra la exploración
armónica que fue ejecutada principalmente por el acordeonero Emiliano Zuleta Díaz
en esta producción discográfica.
Diomedes Díaz lanza en el año de 1993 un álbum llamado Título de amor junto al
fallecido acordeonero Juan Humberto “Juancho” Roís, el cual superó totalmente las
expectativas musicales y comerciales obteniendo disco cuádruple de platino, algo
3 Oñate Martinez, Julio, 2003, El ABC del Vallenato: Taurus, p. 103.
9
nunca antes visto en la industria musical vallenata. De este trabajo discográfico se
consolidan éxitos como “Mi primera cana”, “Tu eres la reina”, “Título de amor” y
“Amarte más no puedo” o más conocida como “Amarte más no pude” del compositor
Marciano Martínez.
En los años noventas el vallenato ya había tomado gran fuerza como género
musical en todo el territorio nacional, gracias al vertiginoso desarrollo comercial que
presentó durante las décadas anteriormente mencionadas. En esta década de los
noventas ya se habían posesionado comercialmente los cantantes más
representativos del vallenato y los cuales también hoy en día se les reconoce como
los precursores de este género como: Diomedes Díaz, Jorge Oñate, Poncho Zuleta,
Rafael Orozco, Beto Zabaleta e Iván Villazón, entre otros.
También se debe destacar el papel de la mujer en la industria del vallenato, la más
exitosa cantante femenina fue Patricia Teherán (1969-1995). Esta talentosa
cartagenera y vocalista de Las Diosas del Vallenato, estuvo en la cima del éxito
entre 1994 y 1995 con su canción “Tarde Lo conocí” de la autoría de Omar Geles.
Desafortunadamente desde su fallecimiento en 1995, no se ha destacado otra voz
femenina en la industria vallenata.
Acercándose los años 2000 el vallenato permanece instalado en los primeros
lugares de la industria musical colombiana, surge un nuevo vallenato de carácter
“romántico”, el cual ya se había empezado a producir desde la década anterior.
Entre los grandes representantes de este sub-género vallenato se reconocen
nombres de agrupaciones como: Los diablitos del vallenato, Los inquietos del
vallenato, Los chiches del vallenato, Los gigantes del vallenato y El binomio de oro.
Esta última agrupación cambia su concepto a raíz del fallecimiento del cantante
Rafael Orozco en 1992. El binomio de oro que inicialmente fue conformado por el
acordeonero Israel Romero y Rafael Orozco, comienza a presentar un nuevo
formato en donde se evidencia el liderazgo de Israel como dueño de la agrupación
y procede a escoger varios cantantes.
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El binomio se convierte en una especie de “escuela” para aquellos cantantes que
deciden enfocarse en el vallenato romántico. Israel Romero le da el aval a dos
nuevos talentosos cantantes conocidos como: Jean Carlos Centeno y Jorge
Celedón. Logran grabar como vocalistas del binomio de oro en el año de 1998 en la
producción discográfica titulada: 2000, de la cual se desprendieron éxitos insignia
del vallenato romántico como: “Un osito Dormilón” y “Olvídala”, esta última canción
fue grabada a dúo por Jean Carlos y Jorge, ratificando un nuevo estilo para el
vallenato y teniendo como objetivo comercial un determinado público de estrato
medio-bajo que consumía de forma masiva este tipo de vallenato.
A inicio de los años 2000 comienza la historia de un nuevo género vallenato
denominado: “La nueva ola del vallenato”. Este nuevo sub-género tiene un gran
precursor llamado Fabián Corrales. Este cantautor oriundo de Urumita- La guajira,
había tenido la oportunidad de entregarle sus composiciones a grandes cantantes
como Diomedes Díaz y Poncho Zuleta, logrando éxitos como “Qué hubo linda” en
el álbum Mi Biografía grabado en 1997 por Diomedes y el éxito “Orgullosa” en el
álbum Girasol, grabado por los hermanos Zuleta en 1995.
Además de su destreza como compositor vallenato, Fabián Corrales contaba con
un timbre particular en la voz, que tuvo una buena aceptación en el ámbito teniendo
en cuenta que en el vallenato tradicional se les exige a los cantantes tener una voz
con potencia y claridad. En el año 2000, Fabián graba un álbum titulado El cantautor,
catapultando una de las canciones más exitosas del vallenato moderno titulada “La
consentida”. Esta canción tiene nuevas propuestas a nivel armónico e instrumental,
haciendo uso de la modulación tonal mediante la dominante (V grado), de la
tonalidad a la que se modula. Se evidencia el uso de este recurso al identificar la
tonalidad en la que inicia la canción (Lab mayor), casi de inmediato aparece el
acorde de Sib mayor para modular y establecerse en Mib mayor como nueva
tonalidad.
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Esta “innovación” armónica demuestra la propuesta que ya se venía explorando de
alguna manera en los ochentas en diversas canciones del binomio de oro con Rafael
Orozco, como “La candelosa” ya mencionada y “Nostalgia”. Adicionalmente “La
consentida” presenta uso de sintetizadores que se escuchan en un plano de fondo
o background, respaldando la progresión armónica de la canción.
Entre finales de la década de los noventas e inicios de los años 2000, surgieron
muchos cantantes apuntándole a este nuevo movimiento conocido como la nueva
ola del vallenato. Hacia los años 2002, 2003 y 2004 se reconoce el crecimiento
comercial que viene desarrollando la nueva ola y comienzan a distinguirse nombres
como Peter Manjarrés, Luifer Cuello, Silvestre Dangond y Kaleth Morales. Estos
cantantes que hoy en día son nacional e internacionalmente representantes del
folclor vallenato, tuvieron sus inicios en aquella época.
El vertiente crecimiento de la nueva ola, generó un ambiente ideal para darle un
“aire fresco” al vallenato tradicional. Las melodías y armonías clásicas de los
juglares vallenatos que se manejaban con progresiones armónicas sencillas como:
I-V-I o I-IV-V-I, fueron modificadas o replanteadas por los compositores y
productores musicales pertenecientes a este nuevo sub-género.
La nueva ola fue criticada por los defensores del vallenato tradicional señalándola
como una corriente que iba en contra del verdadero vallenato. “El cantante Luifer
Cuello fue uno de los fundadores de la ‘nueva ola’ vallenata, esa corriente musical
que en este fin de año fue señalada como la villana, la que pone en peligro al
vallenato tradicional”4. A pesar de las críticas, la nueva ola conquistó un nuevo
mercado proyectado hacia los jóvenes amantes del vallenato y poco a poco fue
ampliando su alcance a un público de diversas edades.
4 Fundador de la “nueva ola” del vallenato, a mucho honor. (2015, 30 de diciembre). [Consultado el
16 de octubre de 2017] Disponible en http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16470420.
12
A continuación se nombrarán algunos trabajos discográficos que marcaron una
tendencia significativa y fueron los detonantes de este estilo “nueva ola”,
consolidando el éxito de estos nuevos artistas de la época. En el 2003 el cantante
vallenato Peter Manjarrés graba junto al acordeonero Franco Arguelles el álbum
titulado Estilo y talento , de este álbum salieron éxitos como “La dueña de mi vida”,
“Salió pirata”, y “Coge el mínimo”.
Silvestre Dangond y su acordeonero Juan Mario De La Espriella graban el álbum
Más unidos que nunca en el 2004, gracias a la canción “La colegiala” se consolida
Dangond a nivel nacional. En ese mismo año Luifer Cuello graba el álbum titulado
La nueva ola, haciendo referencia precisamente a este nuevo movimiento. Este
trabajo discográfico contenía solamente siete canciones, de las cuales todas fueron
éxitos en la costa atlántica.
A finales de 2004 surge un talentoso cantautor llamado Kaleth Morales Troya. Este
joven oriundo de Valledupar se destacó por ser dueño de un único estilo y
creatividad para componer, la mayoría de sus letras eran dedicadas a sus
compañeras sentimentales, incluso llegó a componer para su instrumento por
excelencia: la guitarra. Esto se evidencia en la canción titulada “Anónimo”. A pesar
de su corta carrera musical, Kaleth logró consolidar de manera mediática la más
exitosa de sus canciones: “Vivo en el limbo”. Esta canción “Se grabó en el 2004 con
la ayuda de Andrés Herrera y Rafael Narváez (Director de emisora la vallenata).
Además, logró ocupar los primeros lugares en las listas de emisoras nacionales y
también en las frecuencias de corte juvenil, ya que este estilo no era común para el
momento”5. ”Vivo en el limbo” se posicionó en las emisoras más importantes del
territorio nacional en menos de 3 meses. En junio del 2005 dos meses antes de su
fallecimiento, Kaleth Morales consiguió en menos de un año de estar en el mercado
5 Kaleth Morales, un legado que perdura con los años. (Vargas, 2017, 24 de agosto). [Consultado el 16 de octubre de 2017]. Disponible en http://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/aniversario-12-de-la-muerte-de-kaleth-morales-123238.
13
que más de 30.000 espectadores en el estadio El Campín de Bogotá corearan “Vivo
en el limbo”.
Esto fue una clara muestra de que el vallenato “nueva ola” se había afianzado como
género musical en Colombia. A raíz del éxito de esta nueva propuesta se consagró
“la nueva ola” como subgénero y comenzó a presentar grandes cambios en sus
producciones musicales.
Cabe destacar algunos novedosos recursos que se implementaron en canciones
como “Vallenato reggae” grabada por Luifer Cuello y Manuel Julián Martínez en el
año 2005, el álbum se tituló La nueva ola con más fuerza. En “Vallenato reggae” se
hace un claro acercamiento al género reggae, tal y como el nombre de la canción lo
sugiere. Se trató de hacer una fusión entre vallenato moderno y reggae, lo cual tuvo
una excelente aceptación por el público joven. En el inicio de la canción se hace un
llamado en el redoblante del timbal para dar comienzo a un ritmo de reggae que se
realiza entre el bajo eléctrico y el acordeón, acentuando los tiempos débiles de una
métrica binaria, como clara característica de este género.
Silvestre Dangond también realizó en sus producciones discográficas, nuevas
técnicas musicales para lograr una fusión entre vallenato moderno y otro género.
En este caso destacamos la canción “Me la juego toda” de la autoría de Kaleth
Morales y grabada en el álbum Más firmes que nunca (2004). En el inicio de esta
canción se puede identificar un ritmo ajeno al vallenato tradicional, la batería
empieza a hacer un patrón rítmico característico del “swing jazz”, acentuando con
el redoblante los tiempos débiles en una métrica binaria y generando un ritmo con
swing en el “ride-bell”. Aunque este recurso solo es utilizado al comienzo de la
canción, es suficiente para ratificar los nuevos argumentos musicales que venía
desarrollando la nueva ola.
El año 2005 trajo consigo el auge de estos prodigiosos cantantes y compositores de
“La nueva ola”, los cuales se esmeraban por seguir enriqueciendo y potencializando
14
este nuevo movimiento vallenato. Cabe resaltar el nombre de Felipe Peláez, este
cantautor nacido en Maracaibo- Venezuela tuvo un éxito considerable a nivel
comercial. Aunque anteriormente era conocido en el ámbito vallenato como un
excelente compositor, ya que había logrado componer majestuosas canciones
como “La mitad de mi vida” grabada por Beto Zabaleta y el acordeonero Beto villa
en 1998 en el álbum “Con toda el alma”. También fue el autor de la canción “Llegó
el momento”, la cual en definitiva dio a conocer a Peter Manjarrés a nivel nacional
entre los años 2002 y 2003, incluso hoy en día esta canción se considera un
“clásico” de la nueva ola.
Adicionalmente Felipe “Pipe” Peláez, no sólo había demostrado su eficacia en
componer éxitos vallenatos, sino también realizó composiciones de canciones
tropicales, entregándole una de sus mejores obras al mayor representante de la
música tropical en Colombia: Alvaro José “El Joe” Arroyo. La canción titulada “Ella
y tú” de la autoría de Felipe Peláez, grabada en 1997 fue uno de los más rotundos
éxitos de Joe Arroyo. Peláez cuenta en una de sus entrevistas al periódico El
Heraldo de Barranquilla que:
Cuando la empezamos a grabar, Joe me manifestó que había algo que no le cuadraba, y era que necesitaba que la canción comenzara con guitarra. Me confesó que él había hecho pocas cosas con este instrumento, así que me pidió que me encargara de hacer la introducción. Santo remedio el maestro quedó satisfecho con mis aportes y me dijo que el
tema iba a ser exitoso6. Felipe Peláez tomó la iniciativa en el año 2005 de incursionar como cantante, a
pesar de que ya lo había hecho en 1999 pero sin conseguir renombre.
Hay que destacar de su estilo compositivo las innovaciones musicales como la
modulación tonal hacia el segundo grado mayor. En la canción de su autoría titulada
“Cuando quieras quiero” grabada en su álbum Entre amigos (2005), la tonalidad
inicial es Mi mayor. Luego de establecer las primeras frases de la primera estrofa,
6 Ella y tú, el vallenato que enloqueció a Joe Arroyo. (Anónimo, 2016, noviembre). [Consultado el 15 de octubre de 2017]. Disponible en https://www.elheraldo.co/local/ella-y-tu-el-vallenato-que-enloquecio-joe-arroyo-225950.
15
aparece el acorde de Do # mayor como dominante de Fa # mayor y de esta manera
se modula hacia esta nueva tonalidad.
La nueva ola se estandarizó a nivel nacional, con las nuevas propuestas de
cantantes jóvenes y las expresiones musicales innovadoras mencionadas
anteriormente. Sin duda alguna este nuevo mercado dejó en un segundo y tercer
plano al vallenato tradicional. Se dejaron a un lado las letras sentidas que reflejaban
las vivencias cotidianas de nuestros juglares vallenatos.
En los siguientes años, desde el 2006 hasta nuestra actualidad, el vallenato de la
nueva ola a la par con el vallenato tradicional, se afianzaron en la cima de la industria
musical colombiana. Llegando a obtener distinciones internacionales en los premios
Grammy Latino, en la categoría Cumbia/Vallenato. Los primeros artistas vallenatos
en obtener este reconocimiento fueron los hermanos Zuleta (Poncho y Emilano), en
el año 2006 con su álbum Cien días de Bohemia. A continuación se nombrarán los
artistas vallenatos, álbum y el año en que ganaron el Grammy Latino en la categoría
Cumbia/Vallenato.
• Jorge Celedón y Jimmy Zambrano, Son para el mundo, 2007.
• Peter Manjarres, Emiliano Zuleta y Sergio Luis Rodriguez, Sólo clásicos,
2008.
• Peter Manjarres y Sergio Luis Rodriguez, El caballero “Del vallenato”, 2009.
• Diomedes Díaz y Alvaro López, Listo Pa´ la foto, 2010.
• Felipe Peláez y Manuel Julián, Diferente, 2013.
• Jorge Celedón, Celedón Sin Froteras 1, 2014.
• Jorge Celedón, Sencilamente, 2015.
• Juan Fernando Fonseca, “Homenaje” (A la música de Diomedes Díaz), 2016.
Se debe destacar también el importante papel que ha cumplido otro género musical
en Colombia: El “tropipop”. Este movimiento cuenta con herramientas musicales
ligadas a las que caracterizó a la nueva ola del vallenato, fusionando elementos del
16
folclor vallenato con otros géneros como el rock y el pop. A pesar de que cobró
mucha fuerza a nivel nacional en la misma época que el vallenato nueva ola, hacia
los años 2005 y 2006 en adelante, se reconoce un gran referente que inició la tarea
de consolidar este género en los años noventas como lo es Carlos Vives.
La carrera musical de este cantante samario tuvo un giro radical en el año 1995,
cuando lanza al mercado su álbum titulado “La tierra del olvido”, este trabajo
discográfico tuvo grandes éxitos como la canción que hace precisamente referencia
al nombre del álbum “La tierra del olvido”. Vives marcó un nuevo estilo musical,
implementando las raíces del vallenato tradicional, incluso reencauchando
canciones de los juglares vallenatos como “La cachucha bacana” de Alejo Durán,
“Alicia Dorada” de Juancho Polo Valencia, “El mejoral” de Rafael Escalona y muchas
otras canciones “himnos” del folclor vallenato tradicional. En este nuevo género se
resalta la implementación de la batería para generar nuevas Polirritmias que van
acorde a las bases rítmicas de la caja y la guacharaca. También se hace un uso
protagónico de la Gaita como instrumento melódico que se usa de forma
responsorial a las melodías del acordeón vallenato.
Esta nueva tendencia del “tropipop” trajo consigo una generación de artistas como
: Juan Fernando Fonseca, más conocido como “Fonseca”, la cantante Fanny Lucía
Martínez o “Fanny Lú”, Andrés Acosta “Gusi” y otros talentosos cantantes que
optaron por este estilo y cosecharon éxitos desde los años 2005 hasta la actualidad.
Volviendo al vallenato de la nueva ola, hay que resaltar a Martin Elías Díaz Acosta
(1990-2017). Fue un talentoso cantante nacido en Valledupar-Cesar e hijo de
Diomedes Díaz, el gran “Cacique de la Junta”. Martin Elías se destacó en sus inicios
por su gran parecido al timbre de voz de Diomedes. A pesar de ser heredero de la
dinastía Díaz, Martín desarrolló una identidad musical que se ligó al estilo del
vallenato moderno, respetando las raíces del vallenato tradicional.
17
Una de las claves para el gran éxito comercial que tuvo Martin Elías, fue contar con
uno de los acordeoneros más creativos del vallenato actual. Se trata de Rolando
Ochoa, nacido en Sincelejo-Sucre, hijo de un gran juglar de la música vallenata
llamado Calixto Ochoa. Rolando además de ser acordeonero vallenato, se dedicó a
la producción musical, labor que hoy en día se ve reflejada en la calidad de sus
arreglos musicales, siendo punto de referencia para los nuevos acordeoneros que
desean incursionar en el mercado del vallenato moderno. El detonante del éxito de
la Fórmula musical de Martín y Rolando, fue el trabajo discográfico grabado en el
2011, titulado El Terremoto, el cual tuvo dos éxitos: “El terremoto” y “Ábrete”, los
cuales consolidaron a Martín Elías en toda Colombia.
Hoy en día se han modificado los conceptos tradicionales del género, suscitando
una nueva idea de vallenato que ha llegado a la actualidad y en donde se han
desarrollado fusiones con reggaetón; por ejemplo canciones como: “Nota de amor”
grabada por Carlos Vives, “Wisin” y “Daddy Yankee” en el año 2015, “Ya no me
duele más” grabada por Silvestre Dangond en el año 2016. A pesar de que se
mantiene el acordeón vallenato, se desplaza a un Segundo plano, interviniendo
pocas veces en el intermedio de estas canciones. Por eso estas organizaciones
como la fundación del Festival de la Leyenda Vallenata luchan por mantener el
género en su verdadera y más pura esencia, donde se ven los rasgos distintivos,
ideales y letras que narraban vivencias cotidianas de una forma poética en las
primeras canciones vallenatas.
Independientemente de la preservación que se le hace al vallenato original en
eventos como el Festival Vallenato, es innegable que en estos momentos y desde
el punto de vista comercial de la industria actual, no se le de mucha importancia al
género como vallenato tradicional. Se podría decir que hoy en día hay que
adaptarse al mercado y por eso es muy fácil apreciar nuevas fusiones en la industria
discográfica actual. Las formas de aprendizaje de un vallenato tradicional se
detallan de manera profunda en manuales como Metodología Para Aprender por
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Medio de la Notación Musical la Ejecución de Instrumentos Típicos como la caja y
guacharaca, del autor Juan Gabriel De la Rosa (2012).
Es pertinente aclarar que el aprendizaje de instrumentos típicos del vallenato como
caja guacharaca y acordeón, se hacen de manera “empírica”, a oído y por difusión
de conocimiento por tradición oral junto a un maestro. Es necesario saber el origen
de cada instrumento y su función específica en el vallenato.
Existen varias hipótesis acerca de la llegada del acordeón a Colombia. Según
Consuelo de Molina, (Molina, 1973), el acordeón fue traído a Colombia, gracias a
los marineros de Rioacha pero en ese momento no fue aceptado en la alta Guajira,
los indígenas no lo integraron en su música.
Según Oñate, el 6 de mayo de 1829, el austriaco Cyrill Demian quien era constructor
de pianos y órganos, patentó en Viena a su nombre y al de sus hijos Karl y Guido,
un instrumento de cinco botones y fuelle de tres pliegues, llamado “accordion”. Su
función en ese momento era producir solo acordes. En esa misma época un
fabricante de acordeones Italiano que se apellidaba Beraldi, continuó desarrollando
y perfeccionando este primer “accordion”, instalando un teclado para ser usado en
la mano izquierda, basándose en la forma como la guitarra producía los acordes.
Hasta 1940 a partir de un sin número de modificaciones, el acordeón logra captar la
atención de músicos en todo el mundo. Oñate resalta que no hay una manera exacta
de saber cómo y que tipo de acordeón llegó primero a Colombia, lo importante es
resaltar que los fabricadores de este instrumento jamás llegaron a imaginar el
impacto que tendría en Colombia y que llegaría a establecerse como el instrumento
por excelencia del folclor vallenato.
Oñate se basa en indagaciones de historiadores e investigadores vallenatos como
Tomás Darío Gutiérrez y Ciro Quiroz para referirse a los orígenes y evolución de la
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caja y la guacharaca. (Oñate, 2003). Según Tomás Gutiérrez7, antes de la llegada
de los conquistadores españoles ya existía un tambor bimembranófono de origen
chimila que constaba de dos bolillos o baquetas, manteniéndose por varios siglos
hasta la modificación de la interpretación de este instrumento percutivo. A partir de
la década de los años cincuenta, se cambian las baquetas por el uso de las manos.
Esto causó mayor riqueza de la interpretación en los timbres y posibilidades del
instrumento. Posteriormente emergió un nuevo tambor de una sola membrana y con
una mayor longitud. Seguidamente surgió un tambor de origen negroide, el cual se
templaba con cuñas de madera para establecer la afinación o el timbre deseado.
Así nació finalmente la caja vallenata, como evolución de estos primeros modelos
de origen chimila y negroide.
Julio Oñate, afirma que la guacharaca es el instrumento más antiguo del formato
típico vallenato. Haciendo parte de los idiófonos de fricción de la música
latinoamericana. Su origen y desarrollo en nuestra cultura ha sido investigado por
los historiadores vallenatos Tomás Gutiérrez, Guillermo Abadía y Octavio
Marulanda. Antes de la llegada del acordeón, la guacharaca ya estaba presente en
la instrumentación típica vallenata, pero su longitud era de un metro con veinte
centímetros aproximadamente, en la década de 1950 se reduce a los ochenta
centímetros para facilitar su interpretación. Finalmente a comienzos de los años
sesenta, la guacharaca se estandariza en una longitud que se mantiene hasta la
actualidad, la cual mide entre treinta y cinco y cuarenta centímetros.
Habiendo realizado un breve repaso de la historia del vallenato y sus instrumentos
representativos, es necesario hacer la clasificación de los cuatro aires autóctonos:
paseo, merengue, son y puya, de los cuales se derivan los nuevos ritmos que se
implementan en el vallenato de la actualidad.
7 Tomás Gutiérrez es uno de los investigadores vallenatos más conocidos y respetados en
Colombia, al igual que Guillermo Abadía, Ciro Quiroz y Octavio Marulanda. Estos cuatro investigadores tienen gran mérito en la recopilación de los datos para el Libro de Julio Oñate Martínez: El ABC del Vallenato.
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El paseo vallenato se caracteriza por tener una métrica binaria, manejando un
tempo promedio entre negra 75, a negra 90 aproximadamente. Estas
aproximaciones las hago en base a la interpretación del paseo festivalero; es decir
la manera como lo exigen tocar en los festivales vallenatos. Juan Gabriel De La
Rosa, un reconocido cajero en el ámbito vallenato, realizó un manual para aprender
a tocar la caja y la guacharaca desde la notación musical8. En su manual clasifica
tres tipos de paseo: Rápido o festivalero, ejemplificando canciones como: “El
Mejoral” (Rafael Escalona) y “La Creciente del Cesar” (Hernando Lacouture).
Paseo Lento o Romántico, referenciando canciones como: “Ausencia sentimental”
(Rafael Manjarrés), “Así fue mi querer” (Gustavo Gutiérrez) y “Luna Sanjuanera”
(Roberto Calderón). Por último describe el Paseo “Son corrido” o “Sabroso”, hoy
en día es el estilo de paseo que más se graba, ya que se ha vuelto una fórmula casi
infalible para las canciones bailables con objetivo comercial. En este tipo de paseos
se pueden encontrar canciones como: “Se Acabaron” (Farid Ortiz), “Me gusta, Me
gusta” (Omar Geles) y "Vivo en el Limbo” (Kaleth Morales).
El Son vallenato: “es el aire vallenato más lento. Su composición temática es nostálgica,
como un lamento, sentida, dolorosa y narrativa”. (De La Rosa, 2012: 21). En el son se
encuentra una gran similitud con el paseo debido a que ambos están en métrica
binaria, pero con la diferencia que el son maneja un tempo más lento de negra 65 a
negra 75 aproximadamente. Además la interpretación en la caja varía acentuando
el primer tiempo del 2/4 con la campana del instrumento. Se pueden nombrar sones
vallenatos reconocidos como: “Alicia Dorada” (Juancho Polo Valencia), “Fidelina”
(Alejo Durán), “Ay ombe” (Jorge Celedón), Etc.
El merengue difiere de los anteriores aires en la métrica. Consta de una métrica
ternaria en 6/8. La guacharaca acentúa la primera y cuarta corchea de esta métrica
para no dejar caer el ritmo. En el manual de Juan Gabriel De La Rosa, Se puede
evidenciar desde la notación musical la ejecución de la guacharaca en un merengue
8 De la Rosa, Juan Gabriel, 2012, Manual para el aprendizaje de la Percusión Vallenata. P. 20-22.
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vallenato. Fig 1. Existen merengues muy conocidos en el vallenato como: La
brasilera (Rafael Escalona), Honda herida (Rafael Escalona), Estelita González
(Julio Oñate Martínez), Etc.
Fig. 1 (Extraída del Manual para el aprendizaje de la percusión Vallenata de Juan
Gabriel de la Rosa. P .49).
La puya es el aire musical de más exigencia para los interpretes vallenatos,
especialmente para los acordeoneros. Su nivel de dificultad radica principalmente
en la velocidad de su tempo en la métrica ternaria. A nivel formal la puya establece
un solo de un minuto de duración aproximadamente para cada instrumento . En el
solo se debe mostrar el virtuosismo de cada interprete, los cajeros repicando, la
guacharaca charrasqueando, y el acordeonero ejecutando escalas y patrones
melódicos de la puya con gran rapidez. Estas son algunas de las puyas más
reconocidas en el vallenato: “Mi pedazo de Acordeón” (Alejo Durán), “La vieja
Gabriela “(Juan Muñoz) y “Déjala venir” (Nafer Durán).
5. Metodología y Análisis
En esta sección se abordará desde el análisis teórico, cada una de las ocho
canciones que conforman mi trabajo discográfico. Además del análisis musical en
donde se destacarán los aspectos más importantes de cada canción, se hará una
breve anécdota de que cómo surgió cada canción y porqué se tomaron decisiones
diferentes para la instrumentación y estilo de cada una.
“Merengue bambuqueado”
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Esta canción la compuse en el año 2014, debido a la necesidad de construir una
pieza instrumental que tuviera los elementos musicales característicos de las
cuerdas andinas. Tuve la oportunidad de contar con la asesoría del maestro de
composición comercial Juan Sebastián Monsalve, quien me brindó su experiencia y
conocimiento para aprender un poco de la música andina. En esa oportunidad nos
centramos en el aprendizaje para realizar bambucos y pasillos. El objetivo era crear
una “fusión” con cualquiera de los dos géneros y otro género de nuestra preferencia.
Gracias a los conocimientos que tengo sobre el vallenato, vi la oportunidad perfecta
para fusionar el bambuco con el merengue vallenato debido a su similitud en la
métrica ternaria y sus impulsos melódicos.
El formato que escogí para esta pieza fue: Acordeón, caja, guacharaca y bajo
eléctrico para resaltar el formato tradicional de vallenato que se gestó hacia los años
cuarentas y cincuentas. Adicioné la bandola andina para darle el “toque” andino a
la pieza.
En la partitura se evidencia el formato instrumental descrito anteriormente, el
acordeón realiza la melodía principal con los impulsos melódicos del bambuco,
ligando la última corchea del compás, con la primera corchea del primer tiempo. A
nivel formal esta pieza se basó en las modulaciones tonales del bambuco
tradicional, donde se modula a la paralela (mayor o menor), luego a la relativa
(mayor o menor) de la paralela y luego regresa a la tonalidad original Fig. 2.
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Fig.2 Merengue bambuqueado cc.94-98.
“Estar contigo”
Esta fue mi primera composición realizada en el año 2012 para el examen de
ingreso a la universidad Javeriana. Debido a que en esta oportunidad la
composición era libre, decidí ejecutar una pieza ligada a mis influencias musicales,
las cuales han sido el vallenato clásico, vallenato nueva ola y el género conocido
como tropipop. Efectivamente en la instrumentación de esta canción se identifica la
fidelidad a los géneros mencionados anteriormente. La instrumentación elegida
para esta canción fue: Acordeón, caja, guacharaca, congas, batería, guitarra
eléctrica y voz masculina. Al momento de componer la pieza sentí la necesidad de
hacerla lo más “comercial” posible, de esta manera realicé la canción en ritmo de
paseo con un coro repetitivo y una progresión armónica sencilla I-V-vi-IV. Fig. 3 y
Fig. 4.
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Fig. 3 Estar contigo CC. 22-26.
Fig. 4 Estar contigo CC. 27-29.
“El encanto del acordeón”
Esta obra fue compuesta durante el primer semestre de pregrado en el año 2012
para composición I. En esta ocasión conté con la asesoría del maestro y compositor
Matías De Roux. El objetivo era crear una pieza con estilo libre para dos
instrumentos, utilizando las técnicas de composición a nivel formal aprendidas
durante el semestre. En esa oportunidad escogí el piano y el acordeón para
componer una obra que tuviera elementos de la música clásica y del vallenato,
debido a esto decidí hacer una forma Rondó: ABACADA. En las partes
contrastantes como B,B´y C, se implementó merengue y son vallenato. Fig 5.
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Fig 5. El encanto del acordeón CC.100-107. Parte C (lenta y contrastante), se hizo
uso de son vallenato para darle el mayor contraste posible a la obra.
“Mi sueño”
Esta canción hace parte del EP compuesto en el año 2015 para composición
comercial VI. En esta ocasión tuve la asesoría del maestro Gilberto Martínez. El
requisito en ese curso era componer cuatro canciones con la base instrumental de:
Bajo, guitarra, piano y batería. Adicionalmente elegí el acordeón y sus
indispensables acompañantes, la caja y la guacharaca. En esta canción aparte de
la influencia vallenata del paseo, realicé una aproximación al rock en la sección
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intermedia de la canción haciendo uso de la distorsión de la guitarra eléctrica. Fig.
6.
Fig. 6. Mi sueño CC. 49-53.
“Cumbia para mi pueblo”
Esta canción surgió en el año 2014 durante el curso de composición comercial V.
El objetivo fue crear una pieza que resaltara el uso de los membranófonos y gaitas
utilizadas para la música folclórica del caribe colombiano, especialmente en ritmos
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como gaita corrida y cumbia. El maestro Juan Sebastián Monsalve me brindó sus
conocimientos para introducirme en este tipo de música, la cual era relativamente
cercana a mi debido a que desde temprana a edad interpreté cumbias en el
acordeón en los festivales vallenatos de la sabana.
“Cumbia para mi pueblo” originalmente fue compuesta para formato instrumental
de: Acordeón, guitarra eléctrica y acústica, bajo eléctrico, alegre, llamador, maracas
y gaita hembra. Debido al concepto musical que tengo para mi proyecto de grado,
el cual direccioné a realizar canciones comerciales, incluí una voz femenina que
según mi criterio va muy acorde con la pieza. A continuación presentaré los
aspectos musicales más importantes de la canción. El protagonismo de esta pieza
es llevado a cabo por el alegre, este instrumento es clave para el desarrollo de una
buena cumbia o gaita corrida, en esta oportunidad destaqué principalmente los
repiques con ritmo atresillado característicos de la cumbia. Fig 7.
Fig 7. Cumbia para mi pueblo CC. 44-45. Polirritmia de Cumbia con repique del
alegre.
“Por fin me estas amando”
Esta canción fue compuesta en marzo del 2017, exclusivamente para este trabajo
discográfico. En esta canción me basé en el estilo de vallenato “nueva ola” que
surgió con Kaleth Morales. Construí una melodía que posee en su mayoría grados
conjuntos y va delineado una armonía muy característica de los vallenatos nueva
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ola románticos, la cual se basa en la progresión armónica: I-iii-IV(IV-iii)-ii-V Bis. Para
esta canción realicé un paseo lento en 4/4, el cual es utilizado generalmente para
las canciones románticas. Fig 8.
Fig 8. “Por fin me estas amando” CC. 21-25. Coro de la canción progresión armónica
y Bajo guitarreado.
“Amor diferente”
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En el año 2015 realicé esta composición que fue pensada inicialmente como
vallenato romántico. Debido a que en ese momento estaba cursando composición
comercial VI, y gracias a la asesoría del maestro Gilberto Martínez, decidí incluirle
formato de rock e intentar fusionar estos dos géneros, al igual que en la canción “Mi
sueño” descrita anteriormente. Esta canción fue lanzada en el año 2016 en la
plataforma digital YouTube, actualmente cuenta con más de 5000 reproducciones.
Debido al concepto de este trabajo discográfico, tomé la decisión de remezclar y
remasterizar esta canción para encontrar un sonido más acorde al vallenato
tradicional. El coro de esta canción también cuenta con una progresión armónica
característica de los paseos románticos: I-iii-vi-IV-V. Fig 9.
Fig 9. “Amor diferente” CC. 31-40. Progresión armónica del coro.
“El tiempo de Dios es perfecto”
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La última canción del álbum es una composición del maestro Jorge Valbuena.
Decidí incluirla en el CD con la autorización del maestro Gilberto Martínez, ya que
esta canción fue una adquisición importante para mi proyecto musical. Jorge
Valbuena es uno de los más grandes compositores de vallenato tradicional y
romántico, es el autor de exitosas canciones como: “Gracias señor” y “Me acompañó
la suerte” (grabadas por Diomedes Díaz), “No te ruego más” (grabada por Iván
Villazón), “Calidad de vida” (grabada por Silvestre Dangond) y “Diez razones para
amarte” (Grabada por Martín Elías Díaz), entre muchos otros éxitos.
A pesar de que Valbuena fue el autor de “El tiempo de Dios es perfecto”, me
encargué de producir y crear los arreglos musicales en el la línea del acordeón. Esta
canción fue lanzada a inicios del año 2017 al lado del cantante monteriano Lucan
Lora. En esta pieza se evidencia el estilo del vallenato romántico, al ser un paseo
lento con una melodía sencilla y progresión armónica que va de la tónica al tercer
grado menor, al igual que las canciones descritas anteriormente: I-iii-IV-I-v. Fig 10.
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Fig 10. “El tiempo de Dios es perfecto” CC.19-22. Coro de la canción.
6. Conclusiones
Primero que todo quiero agradecer a mis padres por el apoyo brindado en este
hermoso arte de la música. Para mi no fue fácil decidirme por la música como
carrera profesional, ya que se suele subestimar su alcance en campos laborales, en
comparación con otras carreras más “comunes”. Sin embargo siento, que tomé la
mejor decisión de mi vida al ampliar mis conocimientos musicales en una excelente
academia como lo es la Pontificia Universidad Javeriana. Me considero muy
afortunado por la oportunidad brindada por la universidad, de acoger a un exponente
de la música vallenata y ofrecerle todas las herramientas necesarias para
potencializar el crecimiento como músico integral.
Debo decir que en los primeros semestres de este pregrado, no fue nada fácil para
mi adaptarme a la academia, debido a que desde mi infancia el aprendizaje del
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acordeón fue de manera empírica o “a oído”, como lo es normalmente en el
vallenato. Aunque esta forma de aprendizaje crea una gran destreza musical en la
práctica, existen muchas limitaciones a nivel teórico, ya que el sólo hecho de no
saber leer un pentagrama es grave en el contexto académico.
Adicionalmente sentí un fuerte choque en el contexto cultural, puesto que realmente
mis influencias musicales en mi infancia y juventud, fueron de géneros netamente
comerciales como: vallenato, música folclórica colombiana, salsa, pop y rock en
español. Nunca había escuchado ni sabía lo que era un preludio, una fuga, una
sonata, etc. Mucho menos tenía alguna referencia sobre música atonal, música
experimental y todos estos géneros abstractos para mi en ese momento. Poco a
poco fui comprendiendo desde fundamentos N hasta literatura 8, desde
composición I hasta composición X, la importancia histórica de todos estos tipos de
música y su relevancia para seguir desarrollando la música actual, bien sea
comercial o erudita.
La academia me dejó muchas enseñanzas, aprendí a utilizar las herramientas
básicas que debe tener un músico académico como solfear una melodía a primera
vista, reconocer intervalos, conducir voces correctamente, reconocer las
progresiones armónicas, componer piezas ordenadamente, saber analizar una
partitura a nivel formal, armónico y textural. Para concluir, quiero darle infinitas
gracias a toda la facultad de música, a todos y cada uno de los maestros de la
universidad Javeriana, que me guiaron y me aportaron una fracción de su gran
sabiduría musical en estos cinco años de pregrado. Finalmente espero que este
trabajo discográfico e investigación del género vallenato sea de su agrado.
Bibliografía:
• Aponte Mantilla. (2011). La historia del vallenato: Discursos hegemónicos y
disidentes. (tesis de maestría). Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá,
Colombia.
33
• De la Rosa, Juan Gabriel, 2012, Manual para el aprendizaje de la Percusión
Vallenata.
• Molina, Consuelo de, Vallenatología. Orígenes y fundamentos de la música
vallenata, Bogotá: Tercer mundo, 1973.
• Ella y tú, el vallenato que enloqueció a Joe Arroyo. (Anónimo, 2016,
noviembre). Recuperado de https://www.elheraldo.co/local/ella-y-tu-el-
vallenato-que-enloquecio-joe-arroyo-225950. [Consulta 15 de octubre de
2017].
• Fundador de la “nueva ola” del vallenato, a mucho honor. (Anónimo,2015,
diciembre). Recuperado de
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16470420. [Consulta 16
de octubre de 2017].
• Oñate Martinez, Julio, 2003, El abc del vallenato: Taurus.
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55-64.
• Vargas, 2017. “Kaleth Morales, un legado que perdura con los años”.
Recuperado de http://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/aniversario-
12-de-la-muerte-de-kaleth-morales-123238. [Consulta 16 de octubre de
2017].
Discografía:
• Luis Enrique Martínez. 1965. Tres reyes vallenatos VOL. 3. LP.
• Jorge Oñate y Emilio Oviedo. 1968. Festival vallenato. LP.
• Los hermanos López y Jorge Oñate. 1973. El cantor de Fonseca. LP.
• Diomedes Díaz y Nafer Durán. 1976. Herencia musical. LP.
• Alejandro Durán. 1975. Ese negro si toca. LP.
• El binomio de oro. 1977. Los elegidos. LP.
• El binomio de oro. 1985. Somos vallenato. CD.
• El binomio de oro. 1986. El binomio de oro de 1986. CD.
• Diomedes Díaz y El Cocha Molina. 1986. Brindo con el alma. CD.
• Diomedes Díaz y Juancho Roís. 1989. El cóndor herido. CD.
34
• Los hermanos Zuleta. 1992. Mañanitas de invierno. CD.
• Los hermanos Zuleta. 1995. Girasol. CD.
• Diomedes Díaz e Iván Zuleta. 1997. Mi biografía. CD.
• Los Betos. 1998. Con toda el alma. CD.
• El binomio de Oro. 2000. 2000. CD.
• Fabián Corrales. 2000. Cantautor. CD.
• Silvestre Dangond y Juancho De la Espriella. 2004. Más firmes que
nunca. CD.
• Luifer Cuello y Manuel Julián. 2004. Vallenato Reggae. CD.
• Luifer Cuello y Manuel Julián. 2005. La nueva ola con más fuerza. CD.
• Kaleth Morales. 2004. Vivo en el limbo.
• Felipe Peláez. 2005. Entre amigos. CD.
• Martin Elías y Rolando Ochoa. 2011. El terremoto. CD.
35
Anexos: Partituras.