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Campañas Del Sur - Don José de San Martin - La expedición Libertadora- Indepencia del Perú
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Campañas del Sur
Las Campañas del Sur es el nombre con que se conocen a una serie de campañas militares que emprendió la Gran Colombia al sur de su territorio entre 1821 y 1826 contra el dominio español en la América del Sur y que tuvieron una importancia decisiva para la independencia de las actuales repúblicas de Ecuador, Perú y Bolivia.
La definición de que hechos comprendieron las campañas del Sur varía, tal que algunos historiadores llaman así a las campañas libertadoras de Quito y Pasto entre 1820 y 1822, mientras que otros se refieren a las operaciones militares desde 1821 hasta 1826 cuando capituló la fortaleza de El Callao. Sin embargo, se puede decir a ciencia cierta que las campañas del Sur tuvieron por objeto finalizar la guerra de independencia americana, y como resultado el auge de la influencia y el poder de la Gran Colombia que bajo la presidencia de Simón Bolívar buscaba la unión de los nuevos estados hispanoamericanos.
Campaña de Quito
Tras la revolución del 9 de octubre de 1820 la ciudad de Guayaquil se había
constituido como un estado independiente, la Provincia Libre de Guayaquil,
pero pronto se encontró en una delicada situación militar luego de ser
derrotados los guayaquileños en la Primera Batalla de Huachi y la Batalla de
Tanizagua. José Joaquín Olmedo solicito ayuda militar a la Gran Colombia para
defender la ciudad y para liberar la Real Audiencia de Quito. Bolívar envía a su
mejor General, Antonio José de Sucre a principios de 1821 a Guayaquil en
reemplazo del general José Mires. Sucre llegó el 6 de mayo de 1821 con unos
650 soldados colombianos a los que sumo unos 1400 ecuatorianos. Las
instrucciones de Sucre eran: tomar el mando de las tropas que se encontraban
en Guayaquil, asegurar la incorporación de la provincia a Colombia y preparar
en conjunción con el Libertador las operaciones que habrían de liberar Quito.
Operaciones de Sucre en Ecuador
El Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
Tras la revolución del 9 de octubre de 1820 la ciudad de Guayaquil se había
constituido como un estado independiente, la Provincia Libre de Guayaquil,
pero pronto se encontró en una delicada situación militar luego de ser
derrotados los guayaquileños en la Primera Batalla de Huachi y la Batalla de
Tanizagua. José Joaquín Olmedo solicito ayuda militar a la Gran Colombia para
defender la ciudad y para liberar la Real Audiencia de Quito. Bolívar envía a su
mejor General, Antonio José de Sucre a principios de 1821 a Guayaquil en
remplazo del general José Mires. Sucre llegó el 6 de mayo de 1821 con unos
650 soldados colombianos a los que sumo unos 1.400 ecuatorianos.1Las
instrucciones de Sucre eran: tomar el mando de las tropas que se encontraban
en Guayaquil, asegurar la incorporación de la provincia a Colombia y preparar
en conjunción con el Libertador las operaciones que habrían de
liberar Quito.2 Quito estaba fuertemente guarnecida, a pesar de que las tropas
realistas habían disminuido a la mitad en los últimos años, de cuatro a dos
mil.3 4
Al llegar Sucre a Guayaquil se dedica a organizar y entrenar las tropas.5 El 15
de marzo firmo un convenio con la Junta de Gobierno de la ciudad, el cual
estipulaba que la Provincia de Guayaquil quedaría bajo la protección y tutela de
Colombia, anulando así el tratado firmado con los agentes peruanos. Sucre
coloco a sus tropas en San Borondón y Babahoyo para bloquear la entrada a la
provincia a los realistas. El 17 de julio de ese año ocurrió una rebelión
anticolombiana y pro-realista que fue reprimida con éxito.
Los realistas al conocer la rebelión se dispusieron a apoyarla, el gobernador
Aymerich marchó al sur con 2.000 hombres, mientras que el coronel González
marchó desde Cuenca hacia Guayaquil amenazando las comunicaciones de
Sucre quien se dirigía a combatir a Aymerich. Enterado Sucre del movimiento
retrocedió para enfrentar a González y lo batió el 12 de agosto en la Batalla de
Yaguachi, tras lo cual Sucre volvió al norte a enfrentar a Aymerich pero este se
retiraba al norte. El ejército persiguió a los realistas un largo trecho pero la
situación política en Guayaquil obligó a Sucre a regresar.
Tras calmarse la situación política en la ciudad Sucre se dirige de vuelta a la
cordillera con 900 infantes y 70 jinetes, en busca de Aymerich. Durante varios
días maniobra en contra de este, atraviesa el Chimborazo y llega el 11 de
septiembre al Valle Alto del río Ambato. Sucre es renuente a bajar de la
cordillera por la ventaja numérica de la caballería española, pero hostigado por
sus compañeros desciende el 12 a Santa Rosa ocupando posiciones
defensivas mientras que Aymerich avanzaba hacia Ambato. Sucre dispuso una
sólida formación defensiva pero al atacar los realistas el general Mires se
adelantó a la contraofensiva y tras ser rechazado su ataque el ejército patriota
fue envuelto y casi destruido.
De regreso a Guayaquil Sucre necesita urgentemente refuerzos para reponerse
de la derrota de Huachi, para lo cual solicita a Santander el envío de tropas
pero este prefiere reforzar a la división de Pedro León Torres quien debía
dirigirse por tierra vía Popayán - Pasto - Quito. En tales circunstancias Sucre
dirige una carta al Protector del Perú José de San Martín reclamando el
batallón Numancia, excelente unidad formada en Venezuela en 1813 y enviada
por Morillo al Perú en 1816, en 1820 se había pasado a las fuerzas del
Protector y deseaban volver a casa. San Martín no deseaba renunciar
al Numancia que era el mejor batallón del que disponía y en su lugar mando a
algunas fuerzas al mando del coronel Santa Cruz.
Con las fuerzas de Santa Cruz y la leva impuesta, Sucre volvió a contar con
unos 1.200 efectivos aunque en su mayoría sin ninguna experiencia militar
exceptuando el batallón Trujillo con algo de instrucción y el escuadrón de
Granaderos a Caballo de 90 hombres veteranos al mando de Lavalle.
Sucre decidió reanudar la campaña desde el sur de Guayaquil, para lo cual
envió pequeños destacamentos en varias direcciones con el fin de desinformar
a los realistas de la ruta que tendría su ofensiva mientras que él se embarcaba
con el ejército en Guayaquil y se dirigía por mar hacia Machala. Luego de
desembarcar a sus tropas marchó hacia Saguro, donde se reunió con los
peruanos de Santa Cruz, tras lo que marchó a Cuenca, llegando a está el 23 de
febrero de 1822, donde esperó la fecha acordada por Bolívar para iniciar la
ofensiva. Mientras tanto aumentó sus fuerzas con algunos refuerzos llegados
de Guayaquil.
Llegada la autorización de Bolívar, Sucre avanzó hacia Alausi a principios de
abril. Disponía ahora de unos 2.000 infantes y 400 de caballería.6 Las fuerzas
realistas eran unos 2.000 soldados de línea,7 además de centenares de
milicianos. El 20 de ese mes fueron emboscados por los españoles ero estos
fueron rechazados. Al día siguiente se toparon con que los realistas habían
fortificado el camino por lo que Sucre flanqueo dicha posición y ofreció batalla
pero los españoles prefirieron retirarse. Sucre ordeno al coronel Diego Ibarra
que atacara con su caballería a los realistas quienes se encontraban
retirándose de la villa de Riobamba, los españoles a su vez enviaron a su
caballería para proteger su retirada. Los Dragones de Colombia y
los Granaderos de San Martín triunfaron en la Batalla de Riobamba.
El ejército partió de Riobamba el 28 de abril hacia Latacunga ciudad a la que
llegaron el 2 de mayo, y donde se incorporaron 200 hombres del
batallón Magdalena del coronel José María Córdoba que venían desde
el Cauca. El resto del Magdalena (unos 400) se encontraban en Guayaquil y en
Cuenca enfermos y cansados. Los realistas se encontraban en Machachi con
unos 2.200 infantes de Nicolás López y unos 300 de caballería dirigidos por el
coronel Tolrá que cubrían los pasos de Jalupana y la Viudita.
En el volcán Pichincha se decidiría la independencia de Ecuador.
Sucre decidió evadir la posición realista por la derecha. El 13 marchó por el
camino de Limpiopongo, ascendió a las faldas del volcán Cotopaxi donde
acampó. El 17 descendió al valle de Chillo. El coronel Nicolás López, al tanto
de estos movimientos, retrocedió el 16 hasta Quito.
El 20 cruzó la colina de Puengasí y al día siguiente descendió al llano de
Turubamba, ofreciendo batalla en un terreno favorable a los españoles pero
estos no la aceptaron. Luego de varias maniobras para atraer a los realistas,
Sucre flanqueó a los españoles por la derecha y se colocó en el pueblo
de Pasto. Sucre comenzó la marcha en la noche del 23 y a las 08:00 del 24 se
encontraba en las alturas del Pichincha desde donde dominaba la ciudad de
Quito. Los españoles, al verse rodeados, subieron a su vez el volcán. Por la
dificultad del terreno, ambos ejércitos se ven obligados a combatir por oleadas.
Tras la victoria patriota en la batalla de Pichincha Quito es ocupada por el
Ejército Libertador y el Ecuador queda en manos de los independentistas.
Pocos días después de la capitulación española, el 29 de mayo la
Municipalidad de Quito proclamó la integración de la antigua Real Audiencia de
Quito a Colombia.
Entre septiembre de 1821 y mayo de 1822 el gobierno de la Gran Colombia
había enviado 137 oficiales y 7.314 soldados a apoyar las operaciones
del Libertador, excluyendo los contingentes enviados a Guayaquil para auxiliar
a Sucre, pero solo 2.000 estaban activos y otro tanto hospitalizados.8
Operaciones de Bolívar contra Pasto
Campañas de independencia en Venezuela, Nueva Granada y Ecuador entre
1821 y 1823.
Luego de Carabobo, el Congreso Constituyente de Cúcuta nombró a Bolívar
Presidente de la República, y a Santander como Vicepresidente.9 Bolívar
realiza los preparativos ese mismo año: organiza un ejército de cuatro mil
soldados, encarga la Presidencia a Santander y marcha al sur.10 Inicialmente
el Libertador quería transportar la tropa por mar en tres bergantines; cuando se
encontraba embarcándose por el puerto de Buenaventura, apareció una
escuadra española enviada por Juan de la Cruz Mourgeon y Achet desde la
actual costa septentrional del Ecuador, estaba conformada por una corbeta,
cuatro goletas y tres transportes.11 La debilidad de la armada colombiana en
el Pacífico en comparación a la española lo obliga a tomar la ruta terrestre, más
ardua por la dificultad del terreno que presenta los Andes, que junto a las
enfermedades producen mayores bajas en el ejército de lo previsto y que no
puede reponer con los contingentes que encuentra en el camino. Al llegar
a Popayán, se refuerza con 1.200 hombres, pertenecientes a la división del
General Pedro León Torres. Espera en la provincia de Popayán refuerzos que
había pedido al gobierno, pero al no serles concedidos sigue hacia Pasto.
El Libertador deseaba evitar Patía y Pasto, conocedor de los desastres sufridos
por otros comandantes en los años anteriores. Prefería atacar Quito
transportando por mar su ejército hasta Guayaquil.12 También esperaba contar
con el apoyo del gobierno chileno13 y de San Martín14 para liberar Quito. En una
carta fechada el 24 de agosto de 1821 y dirigida a San Martín, considerando
que los realistas venezolanos, aplastados en Carabobo pronto encontrarían su
fin en Puerto Cabello, se podrían destinar los recursos a que la poderosa
escuadra chilena de Lord Cochrane transportara su ejército.15 En octubre de
ese año 4.000 soldados colombianos zarparían de Santa Marta rumbo a
Panamá donde se les uniría otro tanto de efectivos, de ahí ambos contingentes
navegarían hasta Guayaquil, donde 3.000 republicanos estaban acantonados.
Por último, más de 4.000 unidades saldrían de Buenaventura para reforzar el
actual puerto ecuatoriano, con dos o tres millares de fusiles de reserva. La
fuerza contabilizaría un total de 10.000 a 12.000 elementos.10 Sin embargo, la
lejanía de las costas peruanas y ecuatorianas de sus bases impedía actuar a
Cochrane.16 Finalmente, Bolívar se conformó, abandono sus planes y empezó
a idear el avance de unos 4.000 hombres sobre Patía y Pasto.17
La ciudad de Pasto había sido un bastión realista desde el comienzo de la
emancipación neogranadina. El territorio entre Quito y Popayán estaba en
poder de las guerrillas pastusas, quienes en el pasado habían destruido varios
ejércitos neogranadinos enviados a pacificar la región. La resistencia de la
población, unida a la dificultad del terreno, hacían a la región una posición de
gran capacidad defensiva donde las guerrillas realistas conducidas por el
general mestizo pastuso Agustín Agualongo lograron mantener su resistencia
por mucho tiempo. A manera de ejemplo, tras la batalla de Boyacá (7 de
agosto de 1819) el comandante realista Sebastián de la Calzada que guarnecía
la ciudad de Santa Fe de Bogotá se retiró a los dos días hacia Pasto donde
logro organizar un ejército de 4.000 hombres y ataco Popayán (24 de enero de
1820).18 Tras algunos enfrentamientos en el Valle del Cauca Calzada fue
relevado de su mando y enviado a Venezuela mientras que los pastosos
continuaron la resistencia.
Luego de cruzar el río Mayo, el ejército se desvió del camino de Berruecos (el
más directo a Pasto) y tomó en su lugar el de la derecha, con el objetivo de
flanquear las las posiciones de los españoles, ubicadas detrás del río
Juanambú. Luego de varios cruces falsos, los colombianos lograron cruzar el
río por el paso del Burrero casi sin resistencia, tras lo que acamparon en el
Pañol, zona abundante en productos agrícolas y en la que aprovecharon para
reorganizar sus fuerzas.
El 2 de abril, el ejército siguió la marcha, y acosado por las guerrillas realistas
cruzaron la quebrada de Molinos de Aco, acampando en Cerro Gordo. El
ejército se había reducido por las bajas y las guarniciones a 2.100 efectivos.
Luego de un día de descanso, Bolívar reanudo la marcha el 4 de abril por el
camino hacia Pasto, pero al llegar a la Cumbre cerca de Genoy, en donde los
realistas habían fortificado el camino, convergieron a la derecha hacia
Mombuco. El mismo día fueron atacados por guerrillas realistas, pero están
fueron batidas por el batallón Bogotá y se encerraron en las fortificaciones de
Genoy. Al día siguiente se repitieron los ataques de las guerrillas, luego de
repelerlos el ejército siguió por el Trapiche de Matacuchos y acamparon el 6 en
el pueblo de Consacá muy cerca de Pasto, mientras el batallón Bogotá acampo
como vanguardia más adelante, en la hacienda de Bomboná.
El 7 de abril se produce la batalla de Bomboná. A pesar de las desfavorables
condiciones Bolívar decidió atacar pues quería llegar a tiempo a Quito donde lo
estaría esperando Sucre para librar la batalla decisiva. Los realistas, en una
sólida posición infligieron grandes pérdidas a los colombianos. El resultado de
esta batalla fue parejo, con grandes pérdidas para ambos bandos.
Las pérdidas en Bomboná obligaron a Bolívar a esperar en Cariaco, hasta
recibir refuerzos. El 16 de abril, aún sin noticias de algún refuerzo, Bolívar
emprende la retirada. Al día siguiente es atacado por un nutrido grupo de
guerrillas mientras marchaba por el camino de Genoy pero fueron rechazadas
por los colombianos. En la tarde del 19, las guerrillas volvieron a atacar y
fueron de nuevo repelidas.
El 20 de abril, habiendo repuesto sus pérdidas, el comandante español
presenta batalla en el sitio de El Peñol. El combate dura una hora, tras lo que
los realistas se retiran. García se retira a Pasto mientras Bolívar cruza el río
Mayo y acampa en la altura denominada Trapiche. Allí recibe refuerzos, y sus
fuerzas alcanzan nuevamente los 2.000 hombres.
Con el ejército colombiano reforzado de vuelta a la ofensiva y la noticia de la
derrota en Pichincha, el comandante Basilio García capitula ante Bolívar el 8 de
junio al entrar el ejército colombiano a Pasto. Benito Boves huye con gran parte
de la población hacia las montañas. El Libertador ofrece la paz a los pastusos,
entre los términos estaban el respeto a su religión y la exención al servicio
militar y al pago de gabelas obligatorios para el resto de los colombianos.19 El
camino entre Quito y Bogotá está abierto. La causa realista estaba pérdida, sus
últimos defensores estaban aislados de España en la Sierra bajo peruana y en
el Alto Perú por el ejército de San Martín, en Bogotá se esperaba que pronto
capitularan.
Rebelión de Pasto
Hallándose Bolívar y Sucre en Quito, los pastusos se rebelan bajo la dirección
de Boves. Bolívar envía a Sucre a sofocar la insurrección pero los rebeldes
derrotan a Sucre el 24 de noviembre de 1822 en la 1ª Cuchilla del Taindalá.
Sucre se retira perseguido por Boves, pero luego de reorganizarse Sucre se
vuelve y derrota a los pastusos en la 2ª Cuchilla del Taindalá y en la Quebrada
de Yacuanquer.
Boves se retira de vuelta a Pasto, y prepara sus defensas para resistir hasta el
final. En la noche del 24 de diciembre de 1822, el mariscal Sucre toma por
asalto la ciudad, aprovechando la aparente calma de navidad. Los habitantes
de Pasto no se encuentran preparados para dicho combate, y de forma
despiadada el Batallón Rifles comete todo tipo de excesos, asesinando a más
de cuatrocientos civiles, entre mujeres, ancianos y niños, y recluta por la fuerza
a mil trescientos hombres. Además, se dio la orden de ejecutar secretamente a
catorce ilustres personajes de la ciudad, siendo capturados, atados por la
espalda y arrojados por un precipicio al río Guáitara, siendo este uno de los
episodios más oscuros y menos conocidos en las guerras de independencia
colombianas. De esta manera, el antiguo fortín de la región de Pasto queda
doblegado, y la rebelión se ve aplastada de forma casi definitiva.
Anexión y Entrevista de Guayaquil:
Entrevista de Guayaquil
San Martín y Bolívar en la entrevista de Guayaquil.
La ciudad de Guayaquil sería la manzana de la discordia entre ambos
Libertadores, y en ella se daría el encuentro que abriría el camino para la
intervención colombiana en la lucha por la independencia peruana.
Al finalizar la campaña por la liberación de Ecuador, la ciudad de Quito y las
demás provincias con excepción de la de Guayaquil constituida como Provincia
Libre desde 1820, habían declarado su anexión a la República de Colombia. En
Guayaquil la opinión pública permanecía dividida entre partidarios de la
anexión, fuera al Perú o a Colombia, y los que deseaban permanecer
independientes de cualquier poder extranjero.
Tanto el Protector como el Libertador deseaban la anexión de la Provincia a
sus estados, pero fue Bolívar el que actuaría con decisión, ocupando
militarmente la ciudad el 13 de julio y proclamando dos días después la anexión
de Guayaquil a Colombia.
Bolívar y San Martín se entrevistaron el 26 de julio, donde debieron tratar los
temas sobre la soberanía de Guayaquil y la guerra en el Perú. Poco tiempo
después de la entrevista, San Martín renuncia al protectorado. No tardaría
mucho tiempo para que el Perú y Colombia se viesen en necesidad de
emprender juntos la guerra contra los realistas y asegurar sus respectivas
independencias. Como parte de los acuerdos logrados, Bolívar comprometió el
envío de seis soldados colombianos a Perú, el primer contingente de tres mil
hombres llegaría en abril del siguiente año al Callao. Con esto
el Libertador contaba con siete a nueve mil hombres en Perú.
Campañas en el Perú
Antecedentes
José de San Martín.
Luego del impulso que significaron para el movimiento emancipador americano
las campañas de José de San Martín en el sur del continente a finales de la
década de 1810 la situación en el cono sur era en extremo preocupante: en
las Provincias Unidas del Río de la Plata los conflictos entre las provincias
y Buenos Aires empezaban a tomar fuerza y los caudillos tendrían rienda suelta
tras la batalla de Cepeda; el Reino Unido de Portugal, Brasil y
Algarve comenzaba una agresiva política de expansión hacia el sur que por su
carácter monárquico representaba un peligro para para la independencia
americana y sus nacientes democracias; en el Perú San Martín buscaba una
solución política para la guerra con la coronación de un príncipe europeo en
América, pero las disputas de poder entre los caudillos, las ambiciones políticas
de la oligarquía y el potente ejército que los españoles mantenían en el país
estaba a punto de desembocar en la mayor de las anarquías. Todas estas
condiciones habían dislocado al movimiento emancipador en pequeños centros
de poder en los cuales las clases dominantes mantenían celosamente el poder,
resultando en una peligrosa atomización del poder que sería incapaz de resistir
un avance de los españoles desde el Perú, menos aun de atacarlos.25
En el norte por el contrario, habiendo superado las desuniones y aglutinado en
buena parte las distintas clases sociales e intereses al movimiento
emancipador bajo la dirección de Simón Bolívar, dándole un carácter colectivo
que rompiera con los tiempos en que solo interesaba a la aristocracia por
mantener su poder y a la burguesía por alcanzar dicho poder, habían, tras
varias campañas, liberado buena parte del territorio del antiguo Virreinato de
Nueva Granada, que había sido reorganizado como república, la Gran
Colombia, desde la que Bolívar deseaba completar su sueño americanista de
unir a los antiguos dominios españoles en una sola república que tuviera la
fuerza para resistir cualquier intento de recolonización española o de cualquier
otra potencia.
Batalla de Carabobo.
Luego de la Batalla de Carabobo en 1821, el territorio gran colombiano quedó
en buena parte asegurado aun cuando la guerra duraría
hasta 1823 en Venezuela con la caída de Puerto Cabello en manos
republicanas del general José Antonio Páez y proseguirían algunas guerrillas
realistas en Nueva Granada y Venezuela.
Perú solicita la ayuda colombiana
Tras la retirada de San Martín, el Congreso Constituyente nombró al Presidente
de la Junta de Gobierno al general José de La Mar. Este comprometió buena
parte del ejército en campañas ambiciosas que fracasaron en las batallas
de Torata y Moquehua, dejando al gobierno peruano en una delicada condición
militar. Tanto así, que tras saber de la victoria de Pichincha San Martín escribió
a Sucre el 24 de junio de 1822 solicitando la devolución de la división de Santa
Cruz más otra de 1.500 a 2.000 combatientes para finiquitar al Ejército Real del
Perú. Sin embargo, los esperados refuerzos no podrían salir de los recursos
quiteños, como se había especulado, la provincia estaba destruida por la
guerra.
Las derrotas militares y las pugnas políticas entre los patriotas peruanos
debilitaron las fuerzas independentistas peruanas. El gobierno de Riva
Agüero fue presionado por la opinión pública para que solicitara la intervención
de Bolívar, interesado en intervenir en el Perú, para lo cual era necesario crear
el ambiente para su llamamiento. El Libertador, que se encontraba en
Guayaquil vigilando los acontecimientos en Perú, envió a las primeras
solicitudes peruanas los 6.000 hombres que ya tenía preparados en Ecuador
en dos expediciones sucesivas de 3.000 hombres, con el general Sucre al
mando de las fuerzas y encargado de negociar con el Perú los términos en que
Bolívar intervendría en la guerra.
A finales de febrero de 1823 las fuerzas realistas se componían de 18.000
hombres: 5.000 del Ejército del Norte al mando de Canterac en el valle del
Jauja, 4.000 de la división de Olañeta con la guarnición de Santa Cruz de la
Sierra, 3.000 en Charcas, 3.000 del Ejército del Sur situados
entre Puno y Arequipa, 1.000 en el Cuzco y 2.000 en otras guarniciones. Los
dirigentes revolucionarios, en particular Bolívar, creían que el ejército realista
peruano en 1822 era más poderoso que dos años atrás; en esos momentos se
esperaba que con cinco ó seis mil soldados pudieran vencer a los
monárquicos.
Durante esas fechas el Libertador prometió a los gobiernos limeños de 4.000 ó
4.500 efectivos en apoyo, no los tenía pero esperaba reunirlos en Ecuador, sin
embargo, pronto se dio cuenta que la devastada región no podría aportarle ni
3.000 hombres reclutados a la fuerza, además el ejército reunido en Quito y
Guayaquil apenas alcanzaba los 3.000 combatientes, tendría que contentarse
enviando 1.700 refuerzos.29 Según el general John Miller, hermano de William
Miller, Bolívar había capturado Quito gran cantidad de prisioneros, que
reclutados a la fuerza elevaban su ejército a 9.600 efectivos, pero como no
eran de fiar solo podía apoyar a Lima con 1.070 unidades.30 Se contemplaba
también la posibilidad de darse el caso en que el ejército peruano era vencido
por los realistas antes de arribar los refuerzos, pues los restos se retirarían al
norte para unirse a los colombianos.31
Tratando de cumplir sus promesas Bolívar solicitó a Santander el envío de
3.000 soldados el 29 de octubre de 1822 y el 15 de abril de 1823.32 Tampoco
podía dejar desguarnecidas las provincias de Loja, Cuenca, Quito, Pasto y
hasta Guayaquil, donde el apoyo a la causa real aún era fuerte, podía haber
levantamientos.33 Fue el alzamiento de los pastusos y la resistencia realista en
Puerto Cabello los argumentos para negar nuevos apoyos.34 El 29 de agosto
Bolívar finalmente cesa sus peticiones, el proyectado refuerzo de 4.000
hombres era imposible de mantenerlo una vez llegado en Perú, donde la
mayoría enfermaría o desertaría (especialmente, según él, los reclutas
provenientes de Venezuela, el Istmo y Cartagena), y aun si fueran la mitad era
posible que los necesitaran más en Venezuela,35 dicha tropa solo sería enviada
cuando no la necesitara Caracas.36 Por otra parte, los peruanos estaban
temerosos de que Bolívar reuniera un ejército demasiado poderoso y
terminaron rechazando el ofrecimiento de ayuda.37
Segunda Rebelión de Pasto
A mediados de 1823, con la región sur de Colombia desguarnecida de
efectivos militares, por encontrarse estos en Perú o embarcándose para allá,
los líderes de la resistencia pastusa Estanislao Merchancano como jefe civil
y Agustín Agualongo como jefe militar, se alzaron en Pasto en favor de la
causa del Rey. Los pastusos fueron derrotados varias veces, entre ellos
en Ibarra, pero tras ser derrotados se retiraban a las montañas donde rehacían
sus fuerzas y volvían a atacar. Finalmente la rebelión acabaría en julio
de1824 con la captura y fusilamiento de Agualongo.
Sucre Jefe Militar Supremo
Al llegar la primera expedición colombiana al puerto de El Callao, Santa
Cruz y Gamarra se encontraban en una ofensiva cerca de La Paz con casi
todas las fuerzas peruanas. Lima había sido dejada casi desguarnecida por el
ejército peruano, situación que aprovecho el brigadier José Canterac para
organizar un ejército de 8.000 hombres en Jaujacon el que marchó sobre la
capital, entrando en Lima el 18 de junio. El congreso nombró a Sucre general
en jefe, quien contando el 18 de junio con solo 3.700 hombres, evacuó la
ciudad para El Callao. Los días siguientes hubo varios encuentros entre las
avanzadas de ambas fuerzas, incluyendo un sangriento combate en el Carrizal
y la Legua el 1 de julio. El 21 de junio el congreso peruano proclamó a Sucre
Jefe Supremo Militar.
El período de 1822-1823 fue uno de contante crisis para la revolución en
Perú.38
Expedición a Intermedios
Primera Campaña de Intermedios
Campañas de independencia en Ecuador, Perú y Bolivia entre 1823 y 1826.
En una junta de guerra Sucre recomendó enviar una expedición de 4.000
hombres a reforzar las fuerzas peruanas que se hallaban en el Altiplano y para
obligar a Canterac a evacuar Lima.39 El congreso aceptó el proyecto y Sucre
designó al general Rudecindo Alvarado como jefe de su estado mayor quien
partió del Callao el 13 de julio hacia Intermedios con la brigada de Jacinto Lara
compuesta por tres batallones colombianos, y la brigada del general Pinto de
dos batallones chilenos.
Bolívar y San Martín consideraban la campaña demasiado arriesgada,39 pero
sus promotores esperaban con una doble ofensiva de 8.000 soldados aniquilar
los últimos enclaves realistas.40 La tropa republicana era demasiado pequeña
en comparación a las fuerzas enemigas, estimadas en un total de 19.000 a
20.000 hombres que fácilmente podía concentrar diez ó doce millares en
cualquier sitio específico.41
Enterado Canterac de la expedición evacuó Lima el 16 de julio y se dirigió
vía Jauja y Huancavelica hacia el sur, a detener los progresos de Santa Cruz y
evitar una unión de los ejércitos peruanos y colombianos.
Sucre salió del Callao el 20 de julio y llegó al puerto de Chala el 2 de agosto.
Llevaba consigo 4.500 hombres mientras 11.000 veteranos quedaban
guarneciendo Lima. Allí busco la cooperación de Santa Cruz, pero las
desavenencias entre ambos cortaron cualquier esperanza de actuar en
conjunto. De Quilca siguió Sucre hacia Arequipa ciudad que tomo el 18 de
agosto, la guarnición española se retiró a Apo.
Mientras tanto, en la sierra, las fuerzas de Jerónimo Valdés y el Virrey se
habían reunido. Santa Cruz evitó el combate y se dirigió hacia Oruro a reunirse
con Gamarra. Allí recibieron noticias de que el general Olañeta había llegado
desde Potosí a incorporarse al ejército del virrey.
Sucre recibió un oficio de Santa Cruz el 12 de septiembre invitándolo a reunirse
con él, pero para cuando llegó a Apo tuvo conocimiento de la retirada de Santa
Cruz y Gamarra. Tras dirigirse a Puno, conoció allí que el ejército peruano se
retiraba a la costa y Sucre. Retrocediendo, llegó a Cangallo, punto situado en la
vía de Moquegua, de donde volvió a Arequipa el 29 de septiembre.
Arribo de Bolívar
Bolívar partió de Guayaquil el 6 de agosto de ese año en el
bergantín "Chimborazo" y tras 25 días de navegación en contra de la corriente
del sur atraco el Chimborazo en el puerto de El Callao el 1 de septiembre, y
entró seguidamente a Lima el 10 en medio de grandes celebraciones. El
Congreso peruano lo nombró Director Supremo de la Guerra. En los días que
siguieron continuaron arribando refuerzos colombianos al Callao.
Enfrentamiento con Riva Agüero
Bolívar tuvo que hacer frente a las intrigas del expresidente José de la Riva
Agüero, quien destituido por el Congreso, se había retirado antes del arribo de
Bolívar a Trujillo con su ejército de 3.000 hombres y se negaba a someterse a
la autoridad del nuevo presidente Torre Tagle. Ya al día siguiente de su
desembarco en Perú el Congreso había autorizado a Bolívar para que
terminara con las disensiones entre el gobierno presidido por Torre Tagle y
Riva Agüero. El 4 Bolívar dirigió una carta a Riva Agüero increpándole a
someterse al Congreso. Ya con la suprema autoridad militar que le confirió el
Congreso el 10 de ese mes Bolívar tuvo la suficiente amplitud de acción como
para tomar las medidas necesarias tanto políticas como militares.
Bolívar nombró una comisión compuesta por el diputado José María Galdeano
y el general de brigada Luis Urdaneta para tratar con Riva Agüero. El 11 de
septiembre llegaron al cuartel general en Huaraz sin lograr un acuerdo
aceptable con el disidente pues este esperaba noticias favorables del ejército
de Santa Cruz y de las negociaciones que llevaba con los españoles.
Bolívar invito varias veces a Riva Agüero a sumar sus hombres a los 5.000
hombres que el disponía en Paseo con el fin de abrir la campaña que el
conduciría contra los españoles. Mientras tanto Sucre buscaba acercar a Santa
Cruz y así cortar el apoyo de este a Riva Agüero. Bolívar se enteró entonces de
la disolución del ejército de Santa Cruz junto con las alarmantes noticias de que
Riva Agüero buscaba un acuerdo con el Virrey. Agotados los recursos
diplomáticos el Libertador inicio los preparativos para reducir a Riva Agüero por
la fuerza.
Para finales del mes la situación militar era la siguiente: los realistas estaban
divididos en el Ejército del Norte (6.000 hombres) en la comarca de Cusco al
mando del Virrey y el Ejército del Sur (3.000) en el Alto Perú al mando
de Gerónimo Valdés mientras que los republicanos, al mando de Bolívar, les
quedaban alrededor de 7.000 soldados de los 9.000 a 10.000 con los que
habían iniciado la campaña. Estas numerosas bajas no eran nuevas, entre
mediados de 1818 y junio de 1822 más de 22.000 colombianos habían sido
reclutados pero apenas 600 seguían activos, el resto había muerto, estaba
enfermo o herido o había desertado.
Campaña militar contra Riva Agüero
Los rebeldes se hallaban en Huaraz y Trujillo y el Virrey en Jauja y Cerro de
Pasco. Bolívar decidió enfrentar a ambos ocupando el territorio entre ambos
ejércitos e impedir así que unieran fuerzas. Sucre se había negado a tomar
parte en la campaña contra los rebeldes peruanos, pues creía que no debían
inmiscuirse en los asuntos de dicha nación. Por tanto Bolívar los destino a
contener a los españoles en Jauja y Pasco. La campaña en el sur contra las
fuerzas de Santa Cruz había movilizado 8000 hombres de los que disponía el
Virrey en el norte, dejando solamente 4000 en la zona en donde Bolívar y
Sucre operaban.
Con las tropas colombianas, Bolívar ascendió desde la costa hacia la Cordillera
Negra, siguiendo por los valles de Pativilca y las fortalezas; atravesando la
Cumbre, descendió al callejón de Huaylas. El grueso del ejército marchó hacia
Huaraz, en donde se incorporó Sucre y su división. A Sucre se le encargó
cruzar la cordillera con algunos cuerpos selectos, y dirigirse al sur para
enfrentar a los españoles que se hallaban en las regiones de Huánuco y Pasco;
mientras tanto, Bolívar se dirigía al norte directamente contra Riva Agüero
quien se había retirado a Trujillo. Mientras en la sierra se desarrollaba la
campaña, en la costa el almirante Guisse se pronunció a favor de Riva Agüero,
y estableció el bloqueo de toda la costa peruana desde Cobija hasta Guayaquil.
Riva Agüero evitó el combate con las tropas colombianas, hasta que el 25 de
noviembre fue destituido junto con su segundo, el general Ramón Herrera, por
sus mismos subalternos que estaban en contra de los tratos con los españoles
que llevaba el expresidente. El general La Fuente arrestó a Riva Agüero en
Trujillo, mientras que en Santa hizo lo mismo el coronel Ramón Castilla,
prendiendo al general Ramón Herrera. Bolívar permaneció en la cordillera
occidental persiguiendo a los subalternos de Riva Agüero, que se habían
retirado al Marañón y se iban rindiendo por donde pasaba Bolívar.
Al finalizar la campaña, el ejército se encontraba desgastado, cansado de
marchar por las altas cordilleras y con su equipo gastado y sin posibilidades de
reponerlo. Bolívar pidió refuerzos a Colombia, pero estos solo empezarían a
llegar cuando la guerra ya estaba prácticamente acabada.
Rebelión de las fuerzas argentinas
Artículo principal: Sublevación del Callao
El 5 de febrero de 1824 se rebelaron en El Callao los soldados del Regimiento
del Río de la Plata, junto con algunas unidades chilenas y peruanas, motivados
por los retrasos en sus pagos. Estos apresaron a sus oficiales, entre ellos el
general Alvarado, gobernador de las fortalezas de la ciudad. Los rebeldes
liberaron al coronel realista español José de Casariego y le dieron el mando de
sus fuerzas. Pocos días más tarde, los Granaderos a Caballo se sumaron a la
rebelión desde Lurín. Un centenar de ellos protestaron la acción y al mando
de José Félix Bogado lograron reunirse al ejército del Libertador, formando un
escuadrón que luchó en Junín y Ayacucho, regresando luego a Buenos Aires.
Inmediatamente, Bolívar ordenó sacar de Lima todos los cuerpos militares y
logísticos que se pudiera antes de que llegara el ejército español para apoyar a
los rebeldes del Callao. Ante la grave situación militar el Congreso en
resolución del 10 de febrero lo nombra Dictador con facultades ilimitadas.
Situación militar
Véase también: Caos de Junio
El ejército se componía entonces de tan solo 5.000 hombres, de los cuales
4.000 eran colombianos y 1.000 peruanos; además de ello, unos 750
colombianos se hallaban enfermos por las largas marchas y el "soroche". Para
el 30 de marzo los cuerpos principales del ejército colombiano se hallaban en la
costa y el callejón de Huaylas. Del otro lado de la Cordillera Blanca, un batallón
y un escuadrón colombiano y dos cuerpos peruanos protegían la entrada como
avanzada. Al norte de Trujillo se encontraban tres batallones peruanos y dos
colombianos. El ejército español se hallaba al otro lado de la cordillera, en los
valles de Jauja y Tame, dando así el frente a las fuerzas colombo-peruanas.
Mientras tanto seguían las deserciones en varias unidades peruanas, y Lima,
desocupada por el Ejército Libertador fue ocupada por los realistas el 18 de
junio y la guarnición independentista se refugiaba en el Callao. Esta situación
caótica del gobierno peruano duraría hasta el 16 de julio, cuando la capital fue
ocupada por Sucre tras la evacuación de los soldados y partidarios del realismo
comenzada el día primero de ese mes. La guarnición hasta entonces asediada
en el Callao salió y entró en la ciudad.46Cuatro días más tarde Sucre saldría de
Lima para ayudar a Santa Cruz en la Segunda Campaña de Intermedios.
Reorganización del Ejército Libertador
Ante la caótica situación político-militar Bolívar actuó con energía para evitar el
colapso del estado peruano que parecía inminente. Las deserciones
continuaban entre las fuerzas peruanas, e incluso el ex-presidente Torre Tagle
se unió a los españoles. Mientras tanto Bolívar reorganizaba sus fuerzas en
base al ejército de Colombia y solicitó refuerzos a Bogotá mientras el
permanecía a la ofensiva. Sucre y Bolívar discutían sobre la estratega militar a
seguir; Sucre deseaba realizar un ataque preventivo tomar Jauja y llegar hasta
el valle de Iscuchaca, y Bolívar prefería ahorrar sus fuerzas hasta recibir
refuerzos, y se oponía a ocupar terreno que no pudiesen consolidar. Los
refuerzos enviados por Páez desde Venezuela llegarían en mayo.
En total, el Libertador había solicitado hasta 37.000 refuerzos durante la
campaña peruana a Bogotá (3.000 el 3 de marzo de 1823, 6.000 el 4 de
agosto, 12.000 el 22 de diciembre y 16.000 el 9 de febrero de 1824), llegando
solo 2.500 (llegaron 500 en diciembre de 1823, 900 el 27 de marzo de 1824 y
1.100 el 22 de mayo). Esta diferencia entre las peticiones y los envíos puede
hallarse desde Carabobo, más de 20.000 hombres se deseaban movilizar en
Nueva Granada pero el ejército republicano era de apenas 6.400. Otro ejemplo
es que principios de 1822 Bolívar solicito a Santander 2.000 refuerzos para
tener 4.000 hombres con los que avanzar desde Popayán a Quito, como nunca
los consiguió el Libertador se conformó con 2.000 combatientes. Las razones
estaban en el poco apoyo del Congreso colombiano y el peligro que
representaba Francisco Tomás Morales, como señalaba en una carta del 29 de
abril de 1823 donde acusaba a los políticos colombianos de abandonar a su
suerte «los 15.000 hombres de cuatro naciones» que combatían en Perú.
Por otra parte, solicito constantemente el apoyo de los gobiernos de Santiago,
Buenos Aires, México y Guatemala. Solo Chile aporto económicamente con un
millón de pesos al Perú, pero también con una tropa auxiliar durante
la Segunda Campaña de Intermedios. Bolívar le solicitaría al gobierno chileno
de Ramón Freire el envío de 3.000 soldados para conquistar el norte del
Callao, desde Supe a Huanchaco, e impedir la victoria realista en el Perú, lo
que afectaba directamente a Santiago, como relata en una carta del 18 de
enero de 1824, sumados a los refuerzos que esperaba de Colombia la victoria
sería segura, pero ni Freire tenía los recursos ni el Congreso chileno estaba
dispuesto a involucrarse en la lucha de facciones que se vivía en el Perú.
Disidencia de Olañeta: ofensiva colombiana
Artículo principal: Rebelión de Olañeta
En Potosí se sublevó el general Olañeta, contrario a las tendencias liberales del
virrey La Serna. El virrey decidió que Bolívar era la menor de las amenazas y
creyendo que éste seguiría esperando refuerzos sin moverse envió a Jerónimo
Valdés a acabar con Olañeta lo que casi consiguió tras su victoria en la batalla
de Lava. Las fuerzas realistas estaban mortalmente divididas y todo acabaría
para ellas en Ayacucho.