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Una década de lucha pertinaz Santa María de Jesús “El otro San Juan de los Reyes” Revista Cultural de Torrijos y Comarca AÑO XV-NÚMERO XVI-ENERO 2016 C AÑADA R EAL

Cañada Real XVI

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Revista Cultural de Torrijos y Comarca. Año XV. Número XVI. Enero 2016

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Una década de lucha pertinaz

Santa María

de Jesús “El otro San Juan de los Reyes”

Revista Cultural de Torrijos y Comarca

AÑO XV-NÚMERO XVI-ENERO 2016

CAÑADA REAL

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Sumario……………………………………………...…….2

Colaboradores……………………………………………3

Saluda del Alcalde……………………………………….4

Editorial………………………………………………...…5

Una década de lucha pertinaz………………………....6

De la alegría, a la frustración; de la frustración, a la esperanza………………………………………….………7

Síntesis cronológica del rescate del yacimiento…...13

Razones y argumentos que avalan la fundación del futuro Centro Comarcal de Recreación Histórica “Monasterio de Santa María de Jesús”……………....19

Descripción topográfica del monasterio franciscano torrijeño de Santa María de Jesús. Respuestas al interrogatorio del Cardenal Lorenzana………….…..21

El monasterio franciscano de Santa María de Jesús. Mecenazgo de don Gutierre……………………….….22

Breves consideraciones sobre el descubrimiento del yacimiento arqueológico.……………………..……….31

Algunas consideraciones sobre el informe final de la excav. arqueológica realizada en el yacimiento…...33

Interpretación arqueológica propuesta………..…...37

Valoración arqueológica……………………….……...39

Apéndice Documental…………………………….…...40

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Dirección y Consejo de Redacción Asociación “Amigos de la

Colegiata”

Colaboración Justiniano de la Peña Carbonero, Julio Longobardo Carrillo, Josué López Muñoz, Fátima González Gómez, Javier Buitrago Maselli, Fernando Alcántara García, Javier Sánchez de Rivera, Fco. Javier de Fuentes Fernández, Roberto Félix García, Jesús Sánchez de Haro, Luis Jacinto Gómez Escobar, Juan Antonio Morales Gutiérrez, Jesús del Castillo Martín.

Diseño y Maquetación Jesús Sánchez de Haro

Impresión

Industrias Gráficas Rafael -Torrijos

Depósito Legal: TO-0083-2004 ——————-

Portada: San Juan de los Reyes. Toledo

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SUMARIO

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EXCMO. AYUNTAMIENTO DE TORRIJOS

ADMINISTRACIÓN DE LOTERIAS "LA COLEGIATA"

AUTOS MARTÍN ANDINO, S.L.

EMBUTIDOS Y JAMONES ESPAÑA E HIJOS, S.A

FELIX JIMÉNEZ MORANTE, S.A.

HERMANOS CARRILLO PALOMO (S.C.)

ESCOBAR-GÓMEZ.VIAJES ESGOTUR

GASÓLEOS TORRIJOS, S.L.

HOTEL "LA SALVE"

INDUSTRIAS GRÁFICAS RAFAEL, S.L.

JANVIR, S.L.

LAGOMAR ARTES GRÁFICAS, S.L.

LOS BELIS, S.A.

NEUMÁTICOS MICHELÍN. JOSÉ MANUEL SANTACRUZ LORAS.

OFICINA DE SERVICIOS TORRIJOS (OFISERTO)

TELJU FITNESS, S.L.

UN COLABORADOR ANÓNIMO

COLABORADORES

A continuación os mostramos los colaboradores que han hecho posible la publicación del nuevo número de la Revista cultural “Cañada Real”, y que de una u otra manera contribuyen a que este proyecto salga adelante. Nuestro más sincero agradecimiento a todos ellos:

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En primer lugar, quisiera agradecer la oportunidad que me brinda la Asociación ‘Amigos de La Colegiata’ para dirigirme a todos vosotros en este nuevo número de la revista ‘Cañada Real’. Como he podido leer, en las siguientes páginas se realiza una crónica y puesta en valor del yacimiento arqueológico que, años atrás, se descubrió en el conocido barrio torrijeño de Las Colonias. En ellas conviven hechos acaecidos en nuestra historia reciente, no hace más de 10 años, con una excelente descripción de la riqueza arquitectónica del monasterio de Santa María de Jesús, de Juan Guas, al que pertenecen los restos hallados. Cronología de una década explicada por los defensores de la cultura torrijeña, que muestra a los protagonistas de un momento, esboza personajes, describe aventuras y avatares de una lucha e insiste en la consecución de un sueño. Pero como en toda historia, siempre es conveniente tener presente la razón de todas las partes. No hay que irse muy lejos para saber bien de lo que hablo. A nuestro omnipresente Pedro I de Castilla, le podemos encontrar con el sobrenombre de “el justiciero” o “el cruel”, según quien escribiera la crónica de sus hazañas. Pues de igual forma sucede con nuestra historia reciente. Sin abandonar a nuestro monarca del siglo XIV y poniendo como ejemplo al palacio que lleva su

nombre, y que actualmente acoge la Casa Consistorial, añoro aquellos años precrisis donde las diferentes instituciones supramunicipales pusieron su granito de arena para que hoy disfrutemos de este grandioso edificio. Primero, la Diputación Provincial y su Escuela Taller; y más tarde, la Junta de Comunidades de Catilla-La Mancha, con aportaciones millonarias en las antiguas pesetas. Entre todos hicieron posible que un antiguo convento ruinoso que escondía tesoros, se convirtiera de nuevo en palacio y acogiera las dependencias municipales, un auditorio, una biblioteca, un refectorio y sala de exposiciones, el archivo municipal, etc. Ni antes, ni mucho menos ahora, un presupuesto municipal podría haber hecho o hacer frente solo tal empresa. El año 2006, preludio de una década triste para muchas familias y toda la sociedad, fue el año de los hallazgos en Torrijos del ‘otro San Juan de los Reyes’. Mal momento para encontrar manos cuantiosas y peor para discernir, desde la responsabilidad del cargo público, entre la defensa convencida de la cultura y la asistencia a las necesidades más básicas. Diez años después, y sin haber abandonado del todo esos años de pesadumbre económica, pero con síntomas de lucidez, me dispongo, como alcalde de Torrijos, a buscar los convenios y mecenazgos de otras instituciones para conservar los restos arqueológicos del antiguo Monasterio de Santa María de Jesús, así como continuar con la restauración del Hospital de la Santísima Trinidad y Consolación, tal como me comprometí en el programa electoral. Sé que no va a ser fácil, pero nadie dijo que lo fuera a ser, teniendo en cuenta las circunstancias en que nos encontramos. Añorando tiempos pasados de bonanza, pero sin perder ni un solo instante buceando en los recuerdos, hay que recomponerse tomando conciencia de la realidad que vivimos y seguir avanzando en el empeño. Si no se puede correr para conseguir la meta rápidamente porque el terreno no es propicio, demos pasos cortos pero seguros, que sumen en nuestro propósito de llegar victoriosos al final.

Anastasio Arevalillo Martín, ALCALDE DE TORRIJOS.

SALUDA

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En este número XVI de "Cañada Real" retomamos, una vez más, el carácter monográfico de otras ediciones, tales como las dedicadas al V Centenario de don Gutierre de Cárdenas, o la más reciente de Fray Diego de Torrijos, músico eminente en la composición polifónica sacra del siglo XVII, Maestro de Capilla de Carlos II. Fray Diego, como su paisano torrijeño Alonso de Torres "el Turriculano, éste en su faceta de humanista, catedrático de Griego y Retórica en la Universidad de Alcalá de Henares, son dos torrijeños casi ignorados a quienes, en justicia, hay que sacar de tan olvido secular. Y, a tal empeño, prometemos, en breve publicar una biografía del "Turriculano". En esta ocasión el tema monográfico va a girar en torno a un proyecto de recuperación patrimonial por el que venimos luchando más de una década. Nos estamos refiriendo a las ruinas del yacimiento arqueológico del monasterio de Santa María de Jesús, proyecto varias veces "aparcado" por quienes tienen poder y facultad para llevarlo, de una vez por todas, a feliz término. No vamos a abundar en la importancia que dicho yacimiento arqueológico supondría para la cultura torrijeña, comarcal y provincial; pues, de ello tratamos dar cumplida información en el contenido de este número. Y, al hilo de la declaración de intenciones del actual Gobierno Municipal, expuesta en el Programa Electoral, renacen nuestras esperanzas de verlo pronto convertido en un Centro de Interpretación Histórica Comarcal o, en su defecto, en un Parque Arqueológico. Queridos amigos, Dignísimas Autoridades, contando con vuestro apoyo incondicional y beneplácito, pronto nuestra villa podrá contar con un referente cultural y turístico de primordial importancia. Contamos con vuestro apoyo. ¡Que no volvamos a repetir la triste historia de un pasado, relativamente

reciente, en que aquellos "torrijeños mercantilistas" vieron caer piedra a piedra "tesoros de nuestro acervo cultural" como el Palacio de los Duques de Maqueda o el Monasterio Franciscano de Santa María de Jesús...! ¡Que no caiga tal baldón e ignominia sobre nuestras conciencias; pues, futuras generaciones nos lo criticarán...! Y, finalmente, los miembros de la Asociación Cultural "Amigos de la Colegiata de Torrijos", tras agradecer de todo corazón vuestro decidido apoyo a nuestros proyectos e iniciativas culturales, os deseamos un venturoso 2016.

EDITORIAL

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Para quienes la recuperación y defensa del Patrimonio Artístico e Histórico de nuestra villa de Torrijos es un objetivo cultural prioritario; para quienes desde la Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos”, desde hace una década, continuamos reivindicando, reclamando, exigiendo la recuperación y conservación de las ruinas de la iglesia del desaparecido Monasterio de Santa María de Jesús, “el Otro San Juan de los Reyes”, obra maestra de Juan Guas, es motivo de especial alegría, de renovadas esperanzas, que el actual Gobierno Municipal de Torrijos, presidido por don Anastasio Arevalillo Martín, haya prometido tal actuación en su Programa Electoral. Compromiso que confiamos, plenamente, cumplirá. Conviene recordar que diez años de espera “dan para mucho” y que le memoria, a veces flaca, nos hace sumir en el olvido las razones que un día alentaron nuestra lucha por un sueño que no consideramos “locura quijotesca”. Permítenos, querido lector, retomemos el hilo argumental, las bases históricas y c i rc u n s tan c i as qu e s u s t e n t a n n u e s t r a “particular cruzada” en defensa del “yacimiento de Las Colonias”- como popularmente se conoce. Si señores: “tempus fugit”… Alguien dirá que si “veinte años no es nada”, como la letra del tango de Gardel, diez años es una minucia temporal. Para nosotros es una eternidad… Y durante esta década, ¿qué intervenciones se han hecho en el yacimiento…? Prácticamente nada de nada… Limpiarlo, de cuando en vez, vallarlo… Nuestras angustiosas llamadas para su urgente rescate fueron “voz que clama en el desierto”. El inexorable discurrir del tiempo, las lluvias, heladas, condiciones climatológicas, en general, son los principales enemigos para su supervivencia. Sin olvidar la incuria, el abandono… ¿A qué estamos esperando, a certificar su defunción…? Nuestro particular optimismo nos invita a no caer en los errores del pasado. Somos torrijeños del siglo XXI, formados, educados, amantes de la cultura; nada o casi nada tenemos que ver con

aquellos nuestros antepasados de principios del XX a quienes nuestro Cronista Oficial, don Benigno Alonso, increpaba por esa citada incu ria, ca li f icando d e “Torri j eños Mercantilistas” a quienes demolieron el Palacio de los Duques de Maqueda, “desguazaron” y malvendieron sus ricas pertenencias y preciosos tesoros artísticos – artesonados, portadas, escaleras, mobiliario… - , actualmente dispersos por el mundo; pero, algunos de ellos, muy cercanos a nosotros y con posibilidades de reproducirlos – portada isabelina, actualmente en El Alamín; portadita mudéjar, en Oropesa, en la antigua casa de don Platón Páramo, hoy propiedad de un amigo nuestro…¡ Dignísimas y siempre dignísimas Autoridades, un nuevo S.O.S., aún estamos a tiempo…! Hace unos días, en entrevista que mantuvo nuestro Presidente y actual Cronista Oficial, Julio Longobardo, con nuestro Alcalde, Anastasio Arevalillo, dialogaban, entre otros muchos proyectos, sobre la posibilidad de dotar

al barrio de “Las Colonias” de dos de ellos de indudable interés cultural y, por ende, turístico: el yacimiento de “Santa María de Jesús” y u n fu tu r o Mu s e o Etnográfico e Histórico en el Silo de la carretera de Albarreal de Tajo. ¡ V ec i n o s d e “ La s Colonias”, opinamos debéis ser los primeros interesados...! No os ofendáis si afirmamos,

con rotundidad, que vuestro barrio está más que falto de servicios y éstos, de indudable importancia cultural, pueden ser muy importantes para vosotros. Nunca olvidemos que “la Cultura Vende”, que es un bien en alza… Queridos amigos, estamos más que seguros que estaréis firmemente decididos a apoyar ambos proyectos. Imaginaos que el “Solar de Vinagres Parras” – perdón “el yacimiento del Monasterio de Santa María de Jesús” -, se convierte, por obra y gracia de nuestras Autoridades, en un “Centro Comarcal de Recreación Histórica Comarcal” o en un “Parque Arqueológico” y, unos cien metros más allá, se pudiera visitar el Museo Etnográfico e Histórico de Torrijos. ¡Todo un lujo…!

UNA DÉCADA DE LUCHA PERTINAZ

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Son los sentimientos que mejor reflejaban nuestro estado de ánimo tras los muchos avatares acaecidos en aquellos días finales del verano de 2006. Y lo intentamos expresar mediante una carta-artículo dirigido a los amantes del Arte, en general, y a los torrijeños, en particular. U n i m p o r t a n t e hallazgo arqueológico en Torrijos L a i g l es ia d e l monasterio de Santa María de Jesús: “Crónica de una muerte anunciada”. Queridos amigos: El presente trabajo es, s i m p l e m e n t e , l a narración de unos hechos que, no por ser conocidos, seguramente serán de interés para ti, como torrijeño, y, sin duda, para todos los que sin serlo están como tú especialmente sensibilizados con el apasionante mundo de la Arte y la Historia. Nos hemos permitido dividir el presente artículo en dos epígrafes: a) Informe enviado al Excmo. Ayuntamiento de Torrijos; b) “Crónica de una muerte anunciada”. a) Informe enviado al Excmo. Ayuntamiento En el mismo hacíamos constar que hacía poco más de un mes, el lunes 22 del pasado mayo, un vecino del popular barrio de “Las Colonias” informó del hallazgo de restos humanos y de cimentación antigua, en el solar situado frente a la fábrica de Vinagres Parras, S.A., entre las calles Banderas de Castilla, General Yagüe y San Pedro, cuando se iniciaban las necesarias obras de excavación para la edificación de viviendas. Al día siguiente, por la mañana, constatamos la veracidad de dicha anónima información.

El Excmo. Ayuntamiento de Torrijos recibió la noticia, así como muestras de los citados restos y unos fragmentos de cerámica. Una vez realizadas las oportunas averiguaciones sobre el terreno, basándose en un informe previo

facilitado por nosotros, nuestras Autoridades notificaron dicho hallazgo a la Dirección Provincial d e P a t r i m o n i o . Inmediatamente, dicho Organismo dictaminó la paralización de las obras y la c on s i gu i en te i n t e r v e n c i ó n arqueológica. Poco a poco, fue apareciendo más zona de p av i men tac i ón ; los osarios proliferaban por

doquier, así como los fragmentos de cerámica y vidrio. Las sucesivas excavaciones y “catas arqueológicas” llevadas a cabo hasta el día de hoy (domingo, 25 de junio de 2006) han evidenciado, con claridad meridiana, la existencia de un yacimiento arqueológico de indudable valor histórico. Sin ningún género de duda, nos hallamos ante la iglesia del Monasterio

Franciscano de Santa María de Jesús, joya del gótico hispano-flamenco “isabelino”, conocido desde su erección como “El otro San Juan de los Reyes”; ordenado construir por d o n G u t i e r r e d e Cárdenas, en 1482, y finalizado en 1502. Es una obra maestra del genial arquitecto Juan G u a s , b r e t ó n d e nacimiento, casado con la

torrijeña doña Marina Álvarez, que residía temporalmente en nuestra villa. Por fin, se han confirmado nuestras más que fundadas hipótesis y disipado las dudas de más de un escéptico e ignorante. ¡En modo alguno podría tratarse de meras dependencias

DE LA ALEGRÍA ,A LA FRUSTRACIÓN; DE LA FRUSTRACIÓN, A LA ESPERANZA

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conventuales…! En primer lugar, por la gran anchura del pavimento y arranque de los muros de la que presumíamos nave del templo. En segundo lugar, por la abundancia de restos humanos procedentes de los enterramientos del templo. Y, finalmente, por la orientación Este-Oeste de dicho enclave, disposición espacial característica de los templos cristianos. A falta de estudios más detallados y de mediciones más precisas, hemos distinguido en el conjunto una nave de, al menos, 40 metros de longitud (1) y 15 metros de anchura, con cimientos de ¡1.60 metros de ancho!, construidos con sólido mortero y piedra caliza procedente de nuestras canteras y de la vecina localidad de Huecas.

El templo está orientado de Este a Oeste El ábside que culmina la planta de la iglesia es poligonal. Está perfectamente orientado al Este. A su derecha, se abre la amplia Capilla Mayor de Nuestra Señora de la Encarnación, donde estuvieron ubicados los túmulos de don Gutierre de Cárdenas y doña Teresa Enríquez; así como el pequeño túmulo de don Alonso de Cárdenas y demás enterramientos de los Duques de Maqueda y descendientes de dicha Casa Nobiliaria. El pie y portada principal de dicha iglesia se hallaban orientados a Poniente. Probablemente, siguiendo la prolongación del subsuelo de la calle Banderas de Castilla hasta llegar frente al patio de la citada empresa Vinagres Parras, S.A. (2) Ello nos permite ampliar nuestros cálculos sobre la longitud del templo, hasta aproximarla a los 50 metros. En el lado Norte, calle de San Pedro, frente al Campo de Deportes “San Francisco”, han aparecido restos del muro de delimitación del conjunto monacal. Muchos torrijeños ya

sabíamos de la existencia de este muro de mampostería y tapial, de unos 15 metros de longitud y una altura aproximada de 1,80 metros que, en los años cincuenta del pasado siglo, como i m p r o v i s a d o “ t e n d i d o d e l o s sastres” (parafraseando dicho argot taurino) nos permitía, a los niños de entonces, ver los partidos de aquel C.D. Torrijos de E. y D., sin pagar la preceptiva peseta que, no siempre, estaba al alcance de nuestras endebles economías infantiles, Este muro era resto del recinto amurallado que rodeaba al conjunto monacal, al igual que sucediera con San Juan de los Reyes. En el lado Sur, frente a la calle General Yagüe, el yacimiento está cortado por el pavimento de dicha calle. Tenemos referencias de que en las casas situadas enfrente se encontraron restos de pavimentación, que nos hacen suponer la prolongación de las dependencias conventuales y situación de los claustros, de los que hablan varios documentos consultados. En esta zona, a la derecha de la nave del templo, se abren, además de la citada Capilla Mayor, varias capillas, un claro enterramiento con un esqueleto orientado hacia la cabecera del templo; otro posible enterramiento, al que se desciende mediante dos escalones, actualmente de paramentos de ladrillo, y un probable arranque de bóveda, a los lados. (3) La disposición arquitectónica del templo es exactamente igual al modelo precedente de San Juan de los Reyes, del que se sirvió Juan Guas para repetir su traza. Ambas iglesias son de planta rectangular o de salón, con una sola nave, con capillas laterales que, en el caso torrijeño, se congregan principalmente en el lado Sur. A falta de conocer exactamente el inicio del pie o ingreso al templo, por el lado de Levante, la iglesia del Monasterio de Santa María de Jesús constaría de cinco tramos, más el correspondiente al presbiterio y ábside pentagonal. En el quinto tramo podemos considerar a ubicación de un falso crucero; pues en este tramo, en planta, se denota una mayor anchura propiciada por la contigüidad de la Capilla Mayor, que se abre a la derecha, conforme indicábamos. En este quinto tramo se levantaría el cimborrio que, lógicamente, destacaría en el alzado. Creemos no es descabellado considerar que el templo fue concebido como monumento funerario, siguiendo uno de los objetivos que movieron a la reina Isabel al ordenar la construcción de San Juan de los Reyes, acusándose en el exterior es aspecto de catafalco que le conferían la planta rectangular y los pináculos que, a guisa de cirios, contribuían a

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conferirle dicho aspecto. Don Gutierre de Cárdenas Chacón, como “Señor de Torrijos” no tuvo los impedimentos que, curiosamente, sí encontró su Señora, la Reina con el Arzobispado de Toledo, concretamente con el Cardenal Cisneros. Así que concibió el templo el monasterio de Santa María de Jesús para enterramiento de él, de su esposa, su hijo Alonso y los duques de Maqueda, sucesores del Comendador en el Señorío de la villa de Torrijos. Siguen apareciendo, diseminados por una amplia área, abundantísimos restos humanos y fragmentos de cerámica de varias clases y épocas. Esperamos y deseamos que los arqueólogos realicen un estudio minucioso de los hallazgos y que todos los torrijeños, empezando por nuestras Autoridades, conozcamos puntualmente los resultados de la intervención. La expectación que la aparición de este yacimiento arqueológico ha despertado en todo el pueblo ha sido, cuando menos, sorprendente… Las opiniones en cuanto a la conservación de esta riqueza patrimonial son, mayoritariamente, coincidentes. Nadie es partícipe de que la empresa constructora que promueve la obra se vea perjudicada en sus lógicos y lícitos intereses; así como el pueblo de Torrijos se pueda ver privado de esta bien cultural que, sin duda, agradeceremos todos y nuestras futuras generaciones. b) Crónica de una muerte anunciada Parafraseando el título de la famosa novela de Gabriel García Márquez, pasamos de la esperanza a la desesperanza, del optimismo al pesimismo… Narremos los hechos que nos conducen a tales sentimientos… Este mismo informe, que acabas de leer, querido lector, fue presentado a nuestras Autoridades por miembros de la Asociación “Amigos de la Colegiata”, a las once de la mañana del día 25 de junio de 2006. Reiteradamente se nos dijo que, de momento, el informe provisional del arqueólogo, tras un primer estudio, arrojaba la siguiente opinión, trasladada a nuestras Autoridades Locales: “Podría ser la sillería de una muralla que había alrededor del convento franciscano; pero no tiene ningún valor arq ueológico ; in cluso , pue d en corresponderse con el cerramiento de

corrales y demás viviendas que estarían dispuestas junto al monasterio…” Nuestra opinión, ante la reiteración del argumento anterior estaba clarísima, como asimismo lo estaba nuestra tesis argumental que, vanamente, intentábamos contraponer a tamaño dislate: la suerte del yacimiento estaba echada. Estaba condenado a la indiferencia, al “ninguneo”, a la desaparición bajo las obras de construcción de viviendas proyectada…

Lógicamente, faltaban la voluntad y una mínima sensibilidad necesarias para no caer en tamaño error en un error histórico que, pensábamos, algún día recordarían con pena y tristeza los torrijeños de un futuro próximo. Incluso, nos sentíamos algo culpables de no haber hecho algo más para evitar esta lamentable situación… Primaban, una vez más, los intereses mercantilistas conforme denunciaron, a principios del pasado siglo los cronistas Juan de Castilla y Benigno Sánchez, al ver demoler, piedra a piedra, otro monumento precioso de nuestro Patrimonio Histórico y Cultural: el palacio de los Duques de Maqueda. Volvían a reinar en esta villa, en los albores del nuevo siglo XXI, la incuria y la indiferencia ante la defensa de un bien patrimonial a punto de desaparecer… Era evidente que no podíamos quedarnos cruzados de brazos. Y no lo hicimos. “¡A Dios rogando, pero con el mazo dando…!”, con el mazo de los argumentos, de la razón frente a la “sinrazón”, continuamos nuestra particular lucha que, diez años después, no ha finalizado… Tras la licencia de la anterior digresión, volvamos al pasado… Hoy miércoles 28, un día después, a la hora de redactar el presente artículo, podemos afirmar lo

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que ya ayer presumíamos. Se nos había informado de la visita del arqueólogo al Ayuntamiento. Y lo que es más importante, había leído nuestro informe, mostrando total conformidad con el contenido del mismo. Hemos puesto a su disposición nuestra bibliografía, principalmente nuestro libro “Torrijos, perfiles históricos”, del que ha manifestado ser fundamental para su proyecto e informe. ¡Gracias, Dios mío…! Por fin dejó de hablarse de corrales, de sillería de murallas, habitaciones, casas, basureros y demás zarandajas… Se confirmaba que aquel solar era el emplazamiento de la iglesia del monasterio de Sana María de Jesús, de las ruinas de la obra más importante de nuestro Patrimonio Histórico y Artístico, del “Otro San Juan de los Reyes”…

Pese a todo lo anteriormente expuesto, intuíamos que la suerte de este extraordinario yacimiento era, conforme titulábamos el epígrafe, la “Crónica de una muerte anunciada”. Tras aquel casual encuentro con el prestigioso arqueólogo, don Miguel Ángel Valero Tévar (porque fue casual y fruto de la coincidencia al ir a entregar un informe al Ayuntamiento; ni que decir tiene que no fuimos avisado de su visita, es la pura verdad…), tuvimos que recabar y aportar más información sobre la historia del monasterio; pues, nuevamente, el “ninguneo”, ominipresente en estos lares, se hizo patente. Mas, era preciso esperar al resultado del estudio arqueológico, antes de “tirar la toalla”… Y, sin esperar la llegada del Informe Final de don Miguel Ángel Valero, el Excmo. Ayuntamiento de Torrijos, ayer martes, 27 de junio de 2006, a las doce de la mañana, por boca de su Sra. Alcaldesa, doña Mercedes Giner Llorca, comunica a nuestro Presidente, Julio Longobardo, lo que nos temíamos… Fue testigo de la conversación entre ambos el periodista local J.R.C.B.

- Se ha decidido enterrar el solar y continuar la construcción de las viviendas. En una de ellas, en lugar visible, se pondrá una placa con una leyenda ilustrativa – informó la Alcaldesa sobre la decisión del Gobierno Municipal. - Como puedes comprender, Mercedes, no nos vamos a quedar cruzados de brazos ante esa decisión. Haremos todo lo posible para revocarla - respondió nuestro Presidente. - Haz lo que estimes conveniente; estás en tu perfecto derecho; pero, esto es lo que hemos decidido, Julio Nos quedamos helados, cariacontecidos, sorprendidos sobremanera y hasta algo indignados… ¡Se ha decidido enterrar, sin más, el yacimiento arqueológico más importante que ha aparecido en Torrijos… Sin más concesiones a una posible y deseada conservación de la más mínima parte del mismo…! Eso sí, se nos ha prometido la realización de un reportaje fotográfico, DVDs, posters, etc. Se nos ha sugerido la posibilidad de dar un ciclo de conferencias divulgativas para dar a conocer la historia del monumento. No es exagerado afirmar que nos hemos sentido defraudados ante algunas expectativas ilusionantes que, al final, han quedado reducidas a las casi sempiternas “promesas políticas”. A fuer de ser sinceros, seguimos estupefactos ante la indiferencia de quienes tienen la responsabilidad de defender nuestro Patrimonio que, si por los siglos de los siglos, ha venido esquilmándose, ahora se le ha dado “el tiro de gracia”. No sabemos si el presente artículo llegará a tiempo de ser leído por nuestros queridos torrijeños y, en general, por todos quienes se sientan amantes de la Cultura, antes de que la inmisericorde “pala excavadora” arrase el yacimiento de “Las Colonias”, antes de que el sueño de unos “pobres Quijotes” choque con tan temida como brutal realidad… Pero, sí sabíamos y sabemos que el machacón argumento de que “los restos encontrados no tienen ningún valor arqueológico” ha definido, fidedignamente, cuáles eran los intereses de nuestros máximos responsables a la hora de defender en Patrimonio Histórico y Artístico del pueblo de Torrijos. Al parecer, dichos restos arqueológicos (recinto amurallado, enterramientos, capillas, aljibe, horno, cerámicas…) carecen de importancia, son

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nimiedades, unas cuantas piedras… Y, con nuestra proverbial ingenuidad nos preguntamos: ¿Acaso creían se iba a encontrar la Torre del Oro, la Mezquita de Córdoba, el Tesoro de los Templarios…? Soslayemos ironías, seamos serios. Quienes, por suerte, conocíamos lo que en el “Corral de Vinagres Parras, S.A.” se podía hallar, no podíamos sorprendernos con lo allí aparecido. Y, obviando la ya manida modestia de la que tantas veces hacemos gala, os remitimos a nuestro “Plano de Torrijos. Monumentos y lugares de interés históricos”, publicado en nuestros libros “Torrijos, perfiles históricos” (pág. 184), “La Colegiata de Torrijos” (pag.19), donde, no por mor de la casualidad, sino por referencias documentales e investigaciones, situábamos mediante el cuadradito amarillo número 6, el preciso emplazamiento del yacimiento arqueológico. Dignísima Autoridades, aún estamos a tiempo. La Cultura, en sus diversas manifestaciones, reiteramos que “es un valor en alza”, “es un valor que vende”; merece la pena apostar decididamente por ella. Creemos firmemente que aún hay tiempo para llegar a “una solución de compromiso” en la que ninguna de las partes, Ayuntamiento y empresa constructora, salga perjudicada. Bueno, queridos amigos, “el que no se conforma es porque no quiere”. Puestos a contemplar el lado positivo de tan pesimista panorama, al menos nos queda la satisfacción de que nuestros afanes y desvelos en pro de la recuperación de nuestros bienes patrimoniales han servido para que nuestras dignísimas Autoridades hayan promovido el proyecto de una Carta Arqueológica. Al amparo de nuestros trabajos… No nos importa que, en éste como en algún que otro caso, se nos “ningunee” y no se reconozca públicamente nuestra entrega desinteresada, siempre marcada por nuestro carácter independiente, en aras de la defensa y

recuperación del Patrimonio Histórico y Artístico de Torrijos, Pero sí nos permitimos mostrar nuestras satisfacción, acompañada siempre de moderado optimismo y hasta agradecimiento a nuestras Autoridades (¡no todo van a ser quejas!), porque en Torrijos, a partir de ahora, va a haber intervenciones arqueológicas en cuantas obras se lleven a cabo en enclaves amparados por dicho documento. Y a los señores promotores de la urbanización queremos manifestarles que, en modo ni momento alguno, hemos querido molestarles ni dañarles en sus lícitos y lógicos intereses. Los miembros de esta Asociación no somos enemigos del progreso ni del crecimiento económico de Torrijos.

Estamos seguros de que si hubieran dispuesto de una Carta o Mapa Arqueológico de Torrijos” (parece ser que el PRODER, casual y afortunadamente, la va a presentar mañana jueves, día 29 de junio de 2006), hubieran obrado en consecuencia, sin que, todas las molestias y pérdidas económicas que el paro de sus obras ha conllevado, se hubieran producido. Sepan, queridos amigos, que jamás ha estado en nuestro ánimo perjudicarles en ningún aspecto.

Torrijos, miércoles, 28 de junio de 2006

Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos”

Notas: (1) Don Alonso de Cárdenas, segundogénito e hijo preferido de don Gutierre y doña Teresa, murió en Burgos, en 1497, durante las bodas del Príncipe de Asturias, don Juan, con doña Margarita de Austria, como consecuencia de la caída de un caballo. Don Alonso fue enterrado en el monasterio burgalés de la Santísima Trinidad. Tras la muerte de su padre, siguiendo la disposición testamentaria de éste, sus restos fueron trasladados al túmulo que don Gutierre ordenó erigir en la Capilla Mayor del monasterio torrijeño de Santa María de Jesús. Casualmente, hemos podido encontrar fragmentos de dicho túmulo junto a los de don Gutierre, en el “Callejón de la Colegiata”, junto al domicilio de don Félix Martín Muelas (número 1 de la calle Orozco). Otro de ellos nos ha sido donado por nuestro amigo Rodolfo Félix, quien lo halló frente a su domicilio, en Huecas.

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Los restos de don Alonso de Cárdenas fueron exhumados durante las obras de restauración de la Colegiata. Pudimos identificarlo por su cráneo estaba totalmente seccionado por el frontal; asimismo, por sus vestiduras y por la pequeña espada que portaba entre sus manos. (2) Fue en la primavera de 1947 cuando, al hacer una excavación rectangular para instalar una báscula, aparecieron en este lugar restos humanos. Los obreros de la fábrica aún recuerdan que se dio aviso al párroco don Alejandro Corral Olariaga quien, a su vez, se lo comunicó al alcalde, don Martiniano Hernández. Don Enrique Peña inspeccionó los restos óseos que fueron depositados en el viejo cementerio de la carretera de Albarreal, donde, actualmente, se levanta la guardería “Santísimo Cristo de la Sangre”. (3) Se ha podido observar en este enclave la existencia de una vasija semienterrada de cerámica o vidrio policromado y, a la derecha de los escalones, restos del capitel de una columna que presumiblemente, se hallarán depositados ene. Museo Arqueológico Provincial (Museo de Santa Cruz de Toledo). Y, en busca de una solución definitiva, apelando al amor al Arte del Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Al día siguiente, 1 de julio, nuestro Presidente escribió una carta, junto al presente artículo y un informe detallado sobre el hallazgo del yacimiento e historia del monumento, al Excelentísimo Señor don José María Barreda Fontes. Utilizaba este sencillo argumento: “Para los torrijeños, en general, y para nosotros, en particular, el yacimiento de “Las Colonias” era tan importante como para los toledanos el de “la Vega Baja”. Supimos que, días después, el arqueólogo Miguel Ángel Valero entregaba su informe al Excmo. Ayuntamiento. Tuvimos que esperar más de dos años para acceder a él; pero merecía la pena… En el epígrafe XIII, pág. 195 de dicho informe, el arqueólogo resume: “De todo lo expuesto en las páginas anteriores, parece obvio que los principales restos de muros localizados en la excavación arqueológica corresponden con los restos de un edificio religioso, concretamente del Monasterio de los Franciscanos de Santa María de Jesús y, más puntualmente, de la iglesia y parte de las estructuras del claustro…” Como merecía la pena esperar la inmediata visita del Presidente Barreda a Torrijos para conocer “de primera mano” el yacimiento y las polémicas suscitadas en cuanto a su recuperación, restauración y posible dedicación del mismo. Visita más que providencial para la conservación del yacimiento. ¡Jamás nos cansaremos de agradecer su valiosísima gestión personal…!

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“Amor y Pedagogía” o Pedagogía y amor; eso sí, Pedagogía hecha con todo amor… Nada se ama y valora si, previamente, no se conoce… Así que, permitidnos, una breve historia de las vicisitudes que rodearon el hallazgo del yacimiento arqueológico. Con la finalidad de resumir las actuaciones que han tenido lugar desde las primeras noticias que nos llegaron sobre el inicio de las obras de excavación para la construcción de viviendas en el solar del yacimiento, hemos elaborado la presente síntesis cronológica. Lunes, 22 de mayo de 2006. Un joven vecino del barrio de “Las Colonias” –rogó le mantuviésemos en el anonimato– le comunica telefónicamente a su antiguo profesor, Julio Longobardo, que se está llevando a cabo una excavación en el “Solar de Vinagres Parras” y que están apareciendo restos humanos. Martes, 23 de mayo de 2006, a las ocho horas. Julio se persona en dicho solar y, en aproximadamente cinco minutos, llena una voluminosa bolsa de plástico con restos óseos, indudablemente humanos. Se pone en contacto con el Concejal de Cultura, Teodoro Cañada González, quien informa a la Alcaldía del hallazgo de dichos restos y aconseja a la Alcaldesa, doña Mercedes Giner Llorca, de la necesidad de realizar un seguimiento arqueológico a pie de obra. Jueves 25 de mayo de 2006. La Asociación “Amigos de la Colegiata” emite al Excmo. Ayuntamiento un primer informe en el que detalla que se está actuando sobre restos arqueológicos pertenecientes al desaparecido monasterio franciscano de Santa María de Jesús. Surgen las primeras noticias de prensa de la mano de la joven periodista Natalia Sánchez–Aparicio Hernández. Viernes, 26 y sábado 27 de mayo. Cruce de declaraciones en uno y otro sentido. Unas “ninguneando” la importancia de lo descubierto; otras, insistiendo en el importante valor histórico y artístico del yacimiento torrijeño. Primeros de junio de 2006. El Ayuntamiento de Torrijos ordena a la empresa constructora

Junicasa, S.L. la paralización de las obras y la exige encargue un estudio arqueológico para determinar la importancia de los hallazgos. Julio de 2006. Excavación arqueológica dirigida por don Miguel Ángel Valero Tévar, apoyándose, fundamentalmente, en textos del libro “Torrijos, perfiles históricos”, de nuestros compañeros Julio Longobardo Carrillo y Justi de la Peña Carbonero.

28 de junio de 2006. Ante el evidente desinterés del Excmo. Ayuntamiento de Torrijos, presidido por doña Mercedes Giner Llorca, y la solución dada por ésta de sólo colocar una placa explicativa del lugar histórico, nuestro Presidente responde que seguiremos luchando por la recuperación de las ruinas y por darle el valor que se merecen. Curiosamente, un periodista local se encontraba presente en la conversación mantenida entre ambos. 30 de junio de 2006. Julio Longobardo envía un detallado informe del yacimiento al entonces Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla don José María Barreda Fontes. 28 de agosto de 2006. Don Jesús García Rodrigo, Asesor de Presidencia, comunica telefónicamente a Julio Longobardo que el Presidente Barreda ha visitado el yacimiento, en compañía de la Alcaldesa, doña Mercedes Giner Llorca, y le pide felicite al señor Longobardo y compañeros por su tenaz lucha en defensa del patrimonio histórico y artístico de Torrijos y, al mismo tiempo, nos haga llegar la magnífica impresión que le ha causado lo que dicho Académico ha denominado “La Vega Baja torrijeña”.

SÍNTESIS CRONOLÓGICA DEL RESCATE DEL YACIMIENTO

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Primeros de octubre de 2006 (Salón de Plenos del Excmo. Ayuntamiento. Presentación del un libro de poemas de Ernesto Cardenal). Don Jesús Nicolás, Delegado de Cultura, y doña Mercedes Giner Llorca, Alcaldesa de Torrijos, comunican a Julio Longobardo la buena nueva de la permuta de terrenos con Junicasa, S.L., la recuperación del solar del yacimiento y el esbozo de un futuro proyecto para convertirlo en Museo o Centro de Recreación Histórica Comarcal. Mayo de 2007. Visita de una Comisión de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, presidida por don Ramón González Ruiz, y de la que forman parte los Académicos don Ventura Leblic, don José Carlos Gómez Menor, don Jesús María Ruiz-Ayúcar y don Julio Longobardo.

Días después, en Sesión Extraordinaria, la Real Academia valora muy positivamente la importancia del yacimiento torrijeño. Finales de octubre de 2007. Críticas, tan desmedidas como injustas, de la promotora de viviendas Junicasa, S.L. a nuestra Asociación, publicadas en la revista “El Eco”. Nos hemos permitido reproducir el contenido de la misma en la Nota del final del epígrafe. (1) Diciembre de 2007 y enero de 2008. Carta abierta a Junicasa, S.L., saliendo al paso de sus desafortunadas declaraciones. 16 de enero de 2008. El Excmo. Sr. D. José María Barreda Fontes, Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, mediante carta personal, nos agradece el interés que mostramos en la recuperación de, yacimiento arqueológico del monasterio de Santa María de Jesús. Interés compartido por él “y por ello, todos los esfuerzos para conservar, acrecentar y, como en este caso, recuperar nuestro Patrimonio, serán

siempre bienvenidos”. Asimismo, te comunico que, con el fin de que estudie la documentación que envías, con esta misma fecha, la hago llegar a Dª María Soledad Herrero Sainz-Rozas, Consejera de Cultura, que se pondrá en contacto contigo. Finales de enero de 2008. Julio Longobardo recibe carta de la Ilma. Sra. Consejera de Cultura, doña Soledad Herrero Sainz-Rozas en la que le comunica su deseo de reunirse con el Concejal de Cultura del Ayuntamiento y con él. 12 de febrero de 2010. Han discurrido más de dos años, sin que se haya dado solución alguna a los proyectos presentados. Continuamos con las gestiones ante el Ayuntamiento de Torrijos y las Instituciones Regionales y Provinciales. Mayo y junio de 2010. Nos entrevistamos con don Luis Martínez, Director General de Patrimonio. Estudia personalmente con nuestro Presidente dos proyectos presentados por el Excmo. Ayuntamiento de Torrijos para la creación de un Centro de Recreación. Don José María Flores García, Concejal de Cultura, acompañado de Julio Longobardo, se entrevista con don Luis Martínez. Las perspectivas de desarrollar un proyecto viable, desde el punto de vista económico, empiezan a cobrar fuerza… Desde entonces: paralización del anterior proyecto de Centro de Recreación, incluso la de un “enterramiento arqueológico” para evitar su progresivo deterioro, presentado por el arquitecto torrijeño, Alfonso Sebastián Beltrán. Hemos de agradecer, al menos, que el enclave se haya rodeado de una valla metálica protectora. Septiembre de 2013 (Revista “El Zoco”. Año 11, nº 127). Nuestra campaña en defensa de la conservación del yacimiento continúa. Y ante la paralización del proyecto de Centro Comarcal de Recreación Histórica, pretendemos que, al menos, se proteja. En este sentido, contamos con el apoyo de nuestro amigo, el arquitecto torrijeño, Alfonso Sebastián Beltrán quien aboga por un plan de protección del mismo. Nada se ha realizado en este sentido, salvo vallar el perímetro. Son numerosos los artículos que hemos escrito intentando dar a conocer el yacimiento y “poner en valor” la importancia del mismo. Uno de ellos, magnífico por cierto, fue el que escribió en el número especial de la Feria de Septiembre de 2013, nuestro compañero el historiador novesano Francisco Javier de Fuentes, quien lo

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finalizaba con el consiguiente ruego a las Autoridades de Torrijos para conservar el yacimiento y darle el destino que todos demandamos. Los medios de comunicación, principalmente la Prensa se ha hecho eco, desde un primer momento de nuestras reivindicaciones. El jueves, 24 de enero de 2013, C. Fernández, desde “La Tribuna de Toledo”, en un artículo titulado “SOS para salvaguardar “el otro San Juan de los Reyes”, escribía: La llamada de socorro de la Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos” por la situación de abandono de un yacimiento arqueológico de gran valor. Los restos del monasterio franciscano “Santa María de Jesús”, en el barrio de Las Colonias. Estos restos hallados en unas obras ejecutadas en el año 2006, pertenecen a un antiguo monasterio, obra de Juan Guas, conocido como “el otro San Juan de los Reyes”, ya que es una copia de la obra que, hoy en día, puede admirarse en la capital regional. Admite el presidente de la asociación torrijeña, Julio Longobardo, que para dicha asociación éste es uno de sus grandes retos; ya que, el paso del tiempo y la erosión motivada por las acciones meteorológicas podrán hacer desaparecer, en breve, los restos del yacimiento arqueológico. Recuerda, asimismo, Longobardo, que los políticos de uno u otro signo, que han estado en el Gobierno Municipal de Torrijos, prometieron erigir en el yacimiento un Centro de Comarcal de Recreación Histórica que no llega… Asegura que la Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos” continúa, sin desmayo, desde hace más de siete años, una lucha tenaz; y espera que este importantísimo Bien Patrimonial Torrijeño no termine perdiéndose por falta de decisiones apropiadas en el momento justo. 5 de febrero de 2013: “Un nuevo intento…” Instancia dirigida al Presidente de la Comisión Municipal de Patrimonio de Torrijos, en los siguientes términos: …Que desde hace tiempo el yacimiento

arqueológico de Santa María de Jesús viene sufriendo considerable deterioro, con el grave peligro de desaparición de sus restos. Sería prolijo detallar los esfuerzos y tenaz lucha que el Excmo. Ayuntamiento y los miembros de esta Asociación hemos puesto de manifiesto en la recuperación e impulso de un “Centro de Recreación Histórica Comarcal” en dicho enclave. Somos plenamente conscientes de las circunstancias que lo han paralizado, por el momento. Pero jamás perdemos las esperanzas en que no tardarán en llegar momentos más propicios para la puesta en marcha de dicho proyecto, importantísimo para enriquecer el Patrimonio Histórico y Artístico de Torrijos, en el que el Ayuntamiento y las Asociaciones Culturales de esta villa nos hallamos firme y decididamente comprometidos. Es por lo que a Ud. SOLICITA, arbitre las soluciones oportunas para que el yacimiento arqueológico de “Las Colonias” –como así es popularmente conocido– sea convenientemente enterrado conforme a criterios arqueológicos adecuados hasta la puesta en marcha de dicho proyecto de “Centro de Recreación Histórica” o “Parque Arqueológico”.

Asimismo, si la Comisión que preside estima conveniente instalar en la zona de dicho yacimiento unos paneles informativos sobre la Historia del Monasterio de Santa María de Jesús, creemos se cumpliría un interesante objetivo didáctico: dar a conocer dicha Historia y la importancia cultural y artística desarrollada en el

que fue considerado “el Otro San Juan de los Reyes”… Junio de 2015: “Esperanzas renovadas”. El PSOE presenta en su Programa Electoral para las Municipales su compromiso de sacar adelante el proyecto de recuperación del yacimiento que, desde hacía casi una década, “dormía en sueño de los justos”. Septiembre de 2015 (Revista “La Feria. Torrijos y su Comarca”. Industrias Gráficas Rafael. Núm. XIX-12). En ella , en el artículo “Un nuevo Curso Cultural gratificante”, agradecemos al actual Equipo de Gobierno Municipal, presidido por don Anastasio Arevalillo Martín, su compromiso de activar la recuperación del yacimiento y le instamos a que se ponga en marcha, cuanto antes, el correspondiente proyecto.

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Nota: (1) Carta abierta a Promociones “JUNCASA, S.L.” Revista “El Eco”. Abril, 2008. Muy Srs. nuestros (que no “individuos”, como ustedes nos denominan): Lamentamos muy mucho tener que recurrir a este cruce de declaraciones que jamás se habrían producido si hubiera prevalecido algo fundamental en las relaciones entre personas educadas y civilizadas, cual es el mínimo respeto. La Asociación “Amigos de la Colegiata” no ha vendido, vende ni venderá nada, y menos información falsa y/o tendenciosa. Solamente trabaja, de forma netamente altruista, en la investigación, difusión y recuperación del Patrimonio Artístico y Cultural de nuestro pueblo. Quede claro, pues, que ni vendemos, ni negociamos ni especulamos. Y tenemos a gala ser una asociación cultural apolítica, aconfesional e independiente de cualquier poder…Y, siempre, con la verdad por delante y el respeto del que Vds. tienen sobrada constancia, vamos sacando adelante, con firmeza, tozudez, “cabezonería” o lo que se quiera, nuestros proyectos culturales ¡Y no saben Vds. los disgustos que tales libertades nos acarrean! Verbigracia, el presente… Es evidente que los objetivos que perseguimos, Vds. como empresa y nosotros como Asociación, a la hora de recuperar el Yacimiento Arqueológico de “Las Colonias” no son coincidentes. Y lo lamentamos muy de veras. Lo que para JUNICASA son meros restos de cimentación, hiladas de piedras, son para nosotros la planta de la iglesia del Monasterio de Santa María de Jesús (“el otro San Juan de los Reyes”), una de las obras maestras de Juan Guas, torrijeño de adopción y vecino de esta Villa, al estar casado con nuestra paisana doña Marina Álvarez. Ha sido el monumento más importante jamás erigido en esta Villa a lo largo de su gloriosa Historia, pues su coste económico supuso casi tres veces el de la Colegiata, construida quince años después. Reconocer que nuestra villa de Torrijos, al igual que otras muchas, no se ha distinguido precisamente por sus afanes y desvelos en pro de conservar su Patrimonio Artístico e Histórico es una obviedad que nos entristece a quienes nos sentimos torrijeños de verdad. Ya nuestro Cronista Oficial don Benigno Alonso denunciaba tal espíritu de abandono y desidia a principios del siglo pasado, tildando de “mercantilistas” a aquellos torrijeños que contemplaban impasibles, viendo caer piedra a piedra el Palacio de los Duques de Maqueda y desaparecer sus riquísimos tesoros artísticos (portadas, artesonados, azulejos, escaleras, claustros, etc.). Ha pasado una centuria desde aquella llamada angustiosa del citado cronista y la de nuestro maestro de historiadores, don Miguel Alarcón; y, siguiendo con humildad su noble y edificante ejemplo, unos cuantos torrijeños idealistas, utópicos y altruistas, integrados en esta Asociación y en otras más, pretendemos rescatar y conservar los escasos restos que de tan esquilmado Patrimonio aún restan. Somos, Sres. de JUNICASA, S.L., esos “individuos” que dedicamos miles de horas a investigar, estudiar y publicar aspectos culturales relacionados con este pueblo que nos vio nacer, al que, por ende, queremos sobremanera; y al que deseamos legar, gratuitamente, los frutos de nuestra labor para que los conozcan presentes y futuras generaciones de torrijeños y torrijeñas. Y como obras son amores, ahí están nuestra veintena de libros, la revista “Cañada Real”, nuestro proyecto de Hermanamiento con la villa de Aspe, Bandera Municipal, Festivales Medievales, exposiciones, conferencias, pregones, colaboraciones con el Ministerio de Agricultura, con el proceso de restauración de la Colegiata, restauración del túmulo de don Gutierre y doña Teresa, de la portada Plateresca, de numerosos cuadros, cantorales, de la catalogación e informatización del Archivo Parroquial (diez años de trabajo), además de un largo etcétera con el que eludimos abrumarles…Y todo ello sufragado con nuestros fondos, sin cobrar un solo euro; pues nos sentimos suficientemente recompensados con el cariño, respeto, comprensión y apoyo de las buenas gentes de este nuestro pueblo. Y, acaso, sean esas las únicas armas de las que nos valemos para superar cuantos escollos se atraviesan en nuestro camino. ¡Que son muchos…! Pero nunca nos falta ni faltará esa moral de hierro que nos confiere el ir siempre –reiteramos- con la verdad por delante. Verdad que nos duele pongan ustedes en entredicho… Por activa y por pasiva, en escritos publicados y entrevistas mantenidas con nuestra Alcaldesa doña

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Mercedes Giner Llorca siempre hemos defendido el que nunca salieran perjudicados en sus siempre lícitos intereses económicos. Y, estamos seguros, que tal espíritu fue el que animó a la consiguiente permuta de terrenos entre el Excmo. Ayuntamiento de Torrijos y JUNICASA –esa es la información que hemos recibido-. Confesamos nuestra ignorancia al no ser expertos en economía, ni estar al tanto de los vaivenes del mercado urbanístico; pero algunos rumores nos han llegado de que Vds. aceptaron muy gustosamente las condiciones de la citada permuta. ¡Tal vez sean sólo rumores…! Si incurrimos en algún error, atribúyanselo a la mala información. E, incluso, si así fuere, perdónennos. Para su conocimiento, fue un antiguo alumno, vecino de “las Colonias”, quien nos informó sobre los restos humanos que iban, irremisiblemente, camino de las escombreras. Ustedes los califican como simples “HUESOS”, como si fueran de pollos, conejos o de otros animales. Muchos de esos “huesos” pertenecían a antepasados, de familiares nuestros que vivieron hasta el primer tercio del siglo XIX; pues, además de los primitivos enterramientos realizados en el suelo de la iglesia desde finales del siglo XV, dicho pavimento sirvió de cementerio provisional hasta la construcción del que hubo donde actualmente se ubica la guardería “Santísimo Cristo de la Sangre”. NO NOS ATREVEMOS A CALIFICARLO DE PROFANACIÓN, pero los restos pertenecían a cristianos torrijeños… Y, a guisa de humilde ruego. Permítannos sugerirles que la obligación moral de ustedes, antes de que llegase el tal “individuo” a denunciar los hechos ante el Excmo. Ayuntamiento, estimamos debería haber ido avisar a nuestras Autoridades Civiles y Religiosos del hallazgo de dichos “HUESOS”. Y sale a colación un ejemplo ilustrativo. A mediados de los cuarenta del pasado siglo, un grupo de obreros estaba excavando una zanja para instalar la báscula de la empresa Vinagres Parras, S.A. y se encontró con restos humanos como los citados. Dieron cuenta al Sr. Alcalde don Roberto Barthe Pastrana y al Sr. Cura Párroco don Alejandro Corral Olariaga sobre el hallazgo. Fue don Enrique Peña Villanueva quien, en calidad de médico forense, reconoció tales restos, que fueron trasladados al citado cementerio de la carretera de Albarreal… ¡Y eso que eran “otros tiempos” y personas supuestamente “menos letradas”…! De lo que comentan sobre tales cimientos “eran conocidos por los torrijeños que aún viven”, permítannos calificarlo de total y categóricamente falso. Alguno de nosotros ya ha sobrepasado la sesentona y, desde pequeño y aun de mayor ha hablado de estos temas con “los más ancianos del lugar” (nacidos a mediados del siglo XIX). Conclusión: afirmamos se trata de un cuento chino (con perdón de los chinos). En cuanto a las primeras apreciaciones del “escaso valor de lo encontrado en la cimentación”, creemos humildemente que para valorarlo estábamos y estamos quienes algo sabíamos y sabemos al respecto. Por ello, nos vimos obligados a rebatir dichas opiniones y emprender nuestra particular campaña contra la del “ninguneo” que se orquestó en un principio y de la que aún parece emerger algún inoportuno vestigio. Por favor, lean ustedes, queridos amigos, el capítulo de nuestro libro “Torrijos, perfiles históricos”, sírvanse consultar el Mapa Arqueológico de la página 184. ¿Les parece simple casualidad que el terreno adquirido por ustedes figure acotado con el cuadrito número 6 como Monasterio de Santa María de Jesús? De él, amigos nuestros, sólo ha aparecido la planta de la iglesia; pero si algún día, se sigue excavando en dirección Sur, saldrán a la luz los claustros del monasterio y demás dependencias. ¿Se dan cuenta de que no habían excavado ustedes sobre corrales, basureros, cuadras, zahúrdas y no sabemos qué más “nobles estancias”? ¡Vamos que la manida operación “ninguneo” no surtió efecto…! Y si aún siguen dudando de la importancia del yacimiento, podemos poner a su entera disposición el Informe favorabilísimo emitido por la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, de la que es miembro nuestro Presidente. En la pasada primavera, una Comisión de la misma presidida por el Excmo. Sr. D. Ramón González Ruiz, lo visitó y todos sus componentes se quedaron admirados ante la espectacularidad del mismo. Y por respeto, pretendemos mantener en el anonimato, la visita realizada con anterioridad por un ilustrísimo historiador, considerado por todos nosotros como una de las personalidades más eminentes de nuestra Nación, quien no dudó en considerarlo como otra “Vega Baja”, salvando época, lugar e importancia…

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No es cierto que hayamos presionado a nadie y menos a doña Mercedes Giner Llorca, a quien siempre hemos respetado, respetamos y respetaremos. Ni tampoco creemos que el Catedrático y Doctor don Teodoro Cañada González (Tito Cañada –no lo olviden- sólo para sus amigos) liderara el Grupo Socialista en la gestión de la permuta de terrenos, pues tal responsabilidad competía a la máxima autoridad municipal, es decir, a la Señora Alcaldesa. ¡Al César lo que es del César…! ¿Acaso ignoraban ustedes que la obligación de contratar al arqueólogo era suya? No entendemos las quejas que aducen en este sentido… ¡Por favor, no traten de indisponernos con nadie y menos con el señor arqueólogo…! De don Miguel Valero jamás hemos desconfiado; máxime cuando, desde el inicio de este “affaire”, nos interesamos en conocer su impecable trayectoria humana y profesionalidad. Además le hemos agradecido muy mucho en nuestro último artículo el uso que ha hecho de nuestro Informe y de nuestros libros que, sin duda, le han servido, básicamente, para la redacción del Informe Final. Lamentamos no haberle conocido personalmente, pues nos hubiera agradado colaborar directamente con él; mas no hemos encontrado, muy a nuestro pesar, facilidades para ello. Al parecer, las órdenes recibidas por una de sus jóvenes colaboradoras fueron tajantes: impedir a toda costa nuestra visita al yacimiento. ¡Y a fe que no lo hizo con esa cortesía, cordialidad o educación que tanto echan ustedes de menos…! Tal vez, sea un exceso de susceptibilidad por parte nuestra; pero denotamos ciertos rasgos de ironía en su artículo. Uno de ellos es en el que comentan “Que cuando se construya el gran Museo prometido por el antiguo equipo de Gobierno, para lo que han de pasar muchos años, cuelguen algún recordatorio de JUNICASA en memoria de todo lo que nuestra empresa ha tenido que soportar, en vez de demonizarnos como ahora están haciendo “ESTOS SALVADORES DEL PATRIMONIO”. Ignoramos quiénes son tales “demonizadores”: si el Gobierno Socialista, que defendió el proyecto sobre el que ustedes ironizan, el actual Gobierno del PP que, a nosotros, nos ha prometido verbalmente apoyarlo y sacarlo adelante, o, tal vez, nos cabe tan dudoso honor a estos humildes historiadores que conformamos la Asociación “Amigos de la Colegiata” ¿Acaso seamos todos a la vez? Un breve comentario…Confiamos plenamente en las promesas hechas por aquel Equipo de Gobierno Socialista presidido por doña Mercedes Giner Llorca, como así lo hacemos con las del Gobierno Municipal que, actualmente, preside don Juan José Gómez-Hidalgo; porque para nosotros y para cualquier torrijeño su palabra es sagrada; opinión que, al parecer, no sólo no comparte, sino que suscita sus nada razonables reticencias…¿Por qué opinan ustedes han de pasar muchos años para la realización del anunciado proyecto del Museo-Yacimiento? ¿Son ustedes adivinos? ¿Gozan de información privilegiada? ¿Desconfían de las personas en quienes nosotros fundadamente confían? No lo entendemos…Pero, ¡a lo mejor se llevan una sorpresa que, quizás, hasta llegue a agradarles…! Lo que, lamentablemente, no nos ha agradado es que hayan construido sus edificaciones tan próximas al ábside principal de la iglesia. Nosotros, desde nuestra supina ignorancia, desconocedores de la “Ley del Patrimonio” que ampara a estos monumentos, nos preguntamos: “No deberían ustedes haberse retranqueado algo más…? Esperamos y deseamos no hayan incurrida en ilegalidad alguna, por aquello de evitar futuros y posibles sinsabores… Excede a nuestras limitadas posibilidades y nulas competencias el luchar por la conservación de los monumentos foráneos a los que aluden; pero les agradecemos, sinceramente, su sensibilidad ante tal problemática. No obstante, parece fuera de lugar, así como extemporáneo, el “resucitar” el problema de la Plaza de Toros de Torrijos. ¿Qué pretenden ustedes…? No entramos en debates económicos, porque como hemos dicho somos legos en la materia. Pero, ¡bendita sea la persona que “parió” la idea y decidió demoler semejante adefesio arquitectónico e insulto para el buen gusto, funcionalidad y comodidad! ¿Es qué, acaso, consideran que por el hecho de ser centenario “semejante engendro”, merecía ser indultado de los –en este caso- justicieros efectos de la piqueta? Y, finalmente, gracias infinitas si han pensado en nosotros a la hora de conferirnos el inmerecido apelativo de “Salvadores del Patrimonio”. ¡Qué más quisiéramos nosotros ser acreedores a ello…! Nos contentamos con el de “filohistoriadores”, “Amigos de la Colegiata”, “Amigos de Torrijos”, de su cultura, tradiciones, folclore, Arte, Historia; de su Intrahistoria apasionante, subyugante, en la que seguimos “buceando”. ¡Que no es poco…!

Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos”.

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1º) Su esplendoroso pasado histórico. - Como obra artística de singular interés en nuestra localidad, Comarca, provincia, región… “El Otro San Juan de los Reyes”.

- Como Centro Cultural que, desde el siglo XVI hasta el XIX, irradió su actividad docente, social y humanitaria por toda nuestra Comarca, permitiendo el acceso a sus prestigiosos Estudios de Gramática, Retórica, Filosofía y Música a estudiantes torrijeños y comarcanos, sin distinción de clases; ya que estableció un sistema de becas para permitir formarse en sus aulas a jóvenes con escasez de recursos. Asimismo, hubo en este monasterio una prestigiosa Escuela de Iluminadores y Miniaturistas que, durante los siglos XVI y XVII, nos legaron preciosos Cantorales, que podemos admirar en el Museo Parroquial. - Como principal monasterio de la Comarca y segundo de la provincia, de especial protección de la Nobleza y Clero, principalmente del Cardenal Cisneros, uno de cuyos hermanos profesó en este monasterio torrijeño. Santa María de Jesús ejerció una gran influencia sobre los conventos franciscanos de La Puebla de Montalbán, Maqueda y Escalona; así como en las comunidades religiosas femeninas de nuestro entorno, incluida la del monasterio de la Inmaculada Concepción de esta villa; por más que, actualmente, pretendan desvincularse de su secular “franciscanismo”.

2º) Su esperanzador futuro. Es innegable, está fuera de cualquier duda, que Torrijos desempeña en el ámbito social, cultural y económico un papel preponderante como cabeza de una rica Comarca. Y, desde su despegue en el siglo XVI hasta su reafirmación en el último tercio del siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, el auge de la villa ha sido creciente y espectacular. Si a ello le añadimos el notabilísimo incremento demográfico, sus actividades económicas, sociales y culturales, su influencia en la Comarca está más que suficientemente constatada, evidentemente… Reúne, pues, todas las condiciones necesarias para seguir ejerciendo, en la actualidad, ese protagonismo histórico secular. Asimismo, no echemos en el olvido las magníficas comunicaciones, la importancia que tiene en la economía torrijeña el sector terciario, las infraestructuras perfectamente adecuadas para atender cualquier posible demanda (hoteles, restaurantes, comercios variadísimos, centros de ocio, bancos…) que hacen de esta villa una de las más importantes de nuestra provincia.

Otro factor, digno de tener muy en cuenta, es la riqueza del Patrimonio Histórico y Artístico de la villa de Torrijos de la que son sus más claros exponentes: el Palacio de Pedro I, los preciosos claustros, artesonados, refectorio y “Salón Regio” del mismo; la Colegiata del Santísimo Sacramento, todo un “joyel artístico”, con su importantísimo Museo Parroquial; el Hospital de la Santísima Trinidad, con la Capilla del

RAZONES Y ARGUMENTOS QUE AVALAN LA FUNDACIÓN DEL FUTURO

CENTRO COMARCAL DE RECREACIÓN HISTÓRICA “MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE JESÚS”

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Santísimo Cristo de la Sangre, sus interesantes frescos del siglo XVII y las extraordinarias tallas de Cristo Crucificado – “el Criado” -, obra de Luis Salvador Carmona, y las de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, de Villabrille y Ron, la “Mina” o conducto de agua de origen romano, la Torre del Agua, las viviendas de principios del siglo XX, los pozos “neomudéjares” de las antiguas huertas… La villa de Torrijos está rodeada de numerosas poblaciones que, asimismo, atesoran un rico Patrimonio Histórico y Artístico; entre ellas: La Puebla de Montalbán, San Martín de Montalbán, Maqueda, Santa Olalla, Erustes Carriches, Carmena, Escalona, Almorox, Novés, Fuensalida, Huecas (yacimiento arqueológico prehistórico), Barcience, relacionadas estrechamente mediante las actividades y proyectos culturales del Instituto de Estudios Comarcales “Señoríos de Entre-Ríos”. La posibilidad de que la futura Oficina de Turismo de Torrijos esté en más estrecha conexión con otros Puntos de Encuentro Turístico, como La Puebla y Almorox, para una mejor y mayor coordinación a la hora de dar a conocer la riqueza turística de nuestra Comarca. Y aunque el Centro Comarcal de Recreación Histórica “Monasterio de Santa María de Jesús” sea un proyecto de futuro – esperamos y deseamos, de futuro próximo – la Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos” y el Instituto de Estudios Comarcales “Señoríos de Entre-Ríos”, trabajamos conjuntamente en dicho

proyecto para dotar de contenido y dar respuesta a cuantos interrogantes se susciten en torno a un TEMA FUNDAMENTAL, TRATADO CON CLARA VISIÓN PEDAGÓGICA Y FINES DIVULGATIVOS: “EL MARCO HISTÓRICO Y SOCIO-CULTURAL DE NUESTRA COMARCA EN EL SIGLO XVI, A TRAVÉS DE LA VIDA DEL MONASTERIO DE SANTA MARIA DE JESÚS”. Para fundamentar gran parte del trabajo que ha de realizarse en dicho proyecto, ambas Asociaciones tienen previsto: . Localización de abundantes piezas arqueológicas pertenecientes al Monasterio. . Documentación relativa a la fundación, vida, esplendor y…desaparición del mismo. . Publicación del libro “El Otro San Juan de los Reyes. El Monasterio torrijeño de Santa María de Jesús”, en el que un grupo de historiadores estamos trabajando. Y SOBRE TODO, ALGO MUY IMPORTANTE: Que ya apuntábamos en el preámbulo: La ubicación del Centro de Recreación en el popular barrio de “Las Colonias” s u p o n d r í a u n a i n c u e s t i o n ab l e revitalización del mismo, tanto en economía, calidad de vida y recuperación demográfica.

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“Este convento se principió el año de 1492 y se entregó a la Orden en el año de 1502, durando su construcción todo este intermedio. Sus fundadores fueron don Gutierre de Cárdenas y doña Teresa Enríquez, su mujer. Lo mandaron edificar con licencia de los Reyes Católicos, don Fernando y doña Isabel, y con Bula del Señor Inocencio Papa Séptimo (sic). El número de religiosos puede regularse, por un quinquenio, entre treinta y seis y cuarenta. La construcción maravillosa de su iglesia y claustro correspondiente al de San Juan de los Reyes, construido por aquel tiempo mismo, a expensas y por disposición de los Reyes Católicos. Permanece en el fondo y Puerta de la Capilla Mayor un busto o sepulcro de piedra mármol precioso de os dichos fundadores, con sus correspondientes armas; y al otro al lado derecho de su hijo don Alonso Gutiérrez (sic), armado en blanco como caballero de Santiago, y que falleció en 1496, como consta en la inscripción y medalla que tiene, y fue sepultado en el monasterio de la Santísima Trinidad, de Burgos, desde donde fue conducido y trasladado a éste; cuyo esqueleto embebido y enjuto se conserva en una urna separada y hecha en el Presbiterio, al lado de la Epístola... Está dicho convento extramuros del pueblo, como a un tiro de bala. Tiene Estudios de Filosofía y Gramática, no sólo para religiosos, sino para los mismos del pueblo y de otras partes de su circunferencia, hallándose en el día algunos de esta Casa en la Carrera de las Universidades y regencias particulares de Cátedras… Dicho convento tiene la extensión de dos preciosos claustros, cerrados por la parte de arriba y en arcos de superior elevación: el piso

inferior, de piedra ricamente labrada y formados en punta de diamante. Hay en él, correspondiente repartimiento de oficinas, una cocina de singular capacidad y de construcción acampanada, un refectorio e enmaderaje en figura admirable de un artesonado, un aula de Filosofía de figura mosaica y adornada de muchos emolumentos de los sujetos que han sido Maestros, en calidad de Víctores… Tiene, finalmente, una fuente preciosa y admirable, cuya abundancia sirve de riego a una huerta, después de abastecer a todos los que acuden para su consumo, dentro y fuera. ES AGUA MEDICINAL PARA DETENCIÓN U OPRESIÓN DE VÍAS, PARA DIGESTIONES Y MALAS COCCIONES, PARA DESGANAS DE COMER, Y, FINALMENTE DE UNA CONSTITUCIÓN QUE TODO EL QUE LA BEBE NO SE VACÍA DE SU AGRADABLE DULZURA Y SUAVIDAD…”

DESCRIPCIÓN TOPOGRÁFICA DEL MONASTERIO FRANCISCANO TORRIJEÑO DE SANTA MARÍA DE JESUS.RESPUESTAS AL “INTERROGATORIO DEL

CARDENAL LORENZANA” CUMPLIMENTADO POR EL CURA-PÁRROCO DE SAN GIL, DON MIGUEL AGUDO,

EN TORRIJOS, 27 DE MARZO DE 1877

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Don Gutierre de Cárdenas, a instancias de su esposa doña Teresa Enríquez, ambos muy devotos de la Orden Franciscana, mandan erigir en su villa de Torrijos un monasterio de Religiosos Observantes de la Orden Franciscana. Para tal fin, don Gutierre obtiee autorización mediante bula expedida por el Papa Inocencio VIII (Bula “Cum sicut nobis”, de 24 de marzo de 1491). El monasterio se fundó bajo la advocación de Santa María de Jesús y las obras dieron comienzo en febrero de 1492, poco tiempo después de la conquista de Granada. Se edificó sobre un extenso solar a unos d o s c i e n t o s m e t r o s , aproximadamente, del recinto amurallado, próximo al lugar que hoy ocupa la estación de ferrocarril y el campo municipal de deportes “San Francisco”. Duraron las obras algo más de una década; pues, en mayo de 1502 se hallaban f i n a l i z a d a s . ( 1 ) S e invirtieron en ellas la cantidad de 130.000 escudos de oro, suma considerable para aquellos tiempos en que los jornales eran muy reducidos y los materiales alcanzaban precios bastante bajos. El estilo arquitectónico en que fue levantado el monasterio fue el gótico-flamígero, con importantes aportaciones del “isabelino”, imperante entonces. Fue, sin duda, fiel imitación del monasterio franciscano de San Juan de los Reyes, obra maestra de Juan Guas, a quien más de un estudioso atribuye la traza del monasterio torrijeño. Hay que tener en cuenta que Juan Guas, bretón de nacimiento (Saint Pol) fue torrijeño de adopción, naturaleza y residencia, al casarse con la dama torrijeña doña Marina Álvarez, en 1459, y residir en Torrijos, donde tuvo su taller, y donde dirigiría las obras

del monasterio de Santa María de Jesús. Fray Francisco de Gonzaga describe así el monasterio: “Si examinas el conjunto de la iglesia, con facilidad pensarás que está cubierta de oro; si contemplas los claustros y el resto del edificio, no cesarás de maravillarte cuando consideres que está fabricado de excelente piedra dura y pulimentada; finalmente, si consideras su trabazón, capacidad, orden y hermosura, entonces serás movido a pensar en sus nobles y generosos fundadores. Yo, en verdad, tengo a

ésta por una obra regia, y juzgo a sus autores por dignos de eterna memoria. ¿Y por qué no maravillarte no siendo i n fe r i o r , b aj o ni ng ún concepto, a cualquier otro edificio de los franciscanos, ni aún a San Juan de los Reyes, a cuyo modelo, por no decir emulación fue construido?”. Evidentemente, el monasterio fue construido con materiales nobles, piedra berroqueña en los macizos de los muros de las fachadas, y en el resto de la edificación se emplearon caliza compacta y exce lentes mármoles, finamente labrados.

Acorde con la riqueza arquitectónica del conjunto era la elevada cúpula octogonal, enriquecida con pilares y torrecillas en los ángulos, y coronada por un antepecho calado, tan hermoso que parecía labor de filigrana. Las ventanas eran ajimenadas, con vidrieras pintadas y bien perfilado festonaje. Estaban compuestas de dos arcos gemelos cobijados por una misma arquivola, en cuyo tímpano se veían combinaciones de aristas y baquetillas serpenteanes, ejecutadas con singular delicadeza. La portada, de nobilísimo mérito, ostentaba un

EL MONASTERIO FRANCISCANO DE SANTA MARÍA DE JESÚS. MECENAZGO DE DON GUTIERRE

Cap. VII, pags. 254-259. “Torrijos, perfiles históricos”. Longobardo Carrillo, Julio y de la Peña Carbonero, Justiniano. Diputación Provincial de Toledo y Ayuntamiento de Torrijos. Madrid, 1997

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conjunto escultórico alusivo a la Coronación de Santa María. La planta del templo era de cruz latina, de una sola nave, de 56 metros de larga por 23 de ancha. Sobre los muros estaban embebidas pilastras que descansaban sobre elegantes basas. De los primorosos capiteles arrancaban nervios ojivales que sustentaban las bóvedas de crucería. Muy interesante era la Capilla Mayor, con precioso retablo anónimo de la Escuela Toledana, de principios del XVI, y la valiosa y artística reja de Juan de Flandes. Era de planta rectangular y sirvió de mausoleo a los duques de Maqueda. En el centro de la capilla se encontraba la tumba de don Gutierre de Cárdenas y doña Teresa Enríquez, los fundadores, sostenida por doce leones. Los cuatro frentes de la tumba eran de alabastro y jaspe. Estaban esculpidos en ella un relieve con el escudo de la Casa de Maqueda, estatuillas, pilarcillos y doseletes calados; a los pies reposaban dos lobos cárdenos, emblema de dicha Casa. Encima los bultos yacentes, diestramente labrados en finísimo mármol, del comendador don Gutierre y de su esposa doña Teresa. Don Gutierre aparece con las armas completas y el birrete de la Orden de Santiago; doña Teresa lleva el hábito concepcionista. (2) Los claustros del monasterio eran bastantes espaciosos y en ellos se conjugaba el difícil

equilibrio entre una delicada ornamentación y la austeridad franciscana. Estaban unidos al templo por su fachada lateral derecha. El claustro mayor estaba destinado al servicio general de la comunidad. En él podían habitar hasta cuarenta religiosos. E claustro menor, más reducido, estaba destinado al abad y para las restantes dependencias. Próximas a los claustros se encontraban las habitaciones para los domésticos. (3) Ya hemos hablado de la pretendida autoría de Juan Guas en la traza del maravilloso conjunto arquitectónico. Sin embargo, hemos de significar que no faltan atribuciones a Rodrigo Gil de Hontañón y Pedro Gumiel que, en aquel tiempo, dirigían algunas notables obras en la catedral de Toledo. Los fundadores dotaron al monasterio de Santa María de Jesús con gran prodigalidad de medios: precioso libros de Coro, numerosos y excelentes tapices y cortinajes de Damasco. La sacristía fue enriquecida con hermoso ornamentos, ternos, cruces, cálices, tanto de oro como de plata. Según el P. fray Lucas Waddingo Hibernon: “…Dieron también para el culto divino vasos de oro y plata de tanto valor y en tanta abundancia, que apenas puede creerse; de suerte, que pocas son las iglesias catedrales que poseen un tan rico tesoro”. (4)

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Fray Francisco de los Ángeles y Quiñones, tío de doña Teresa Enríquez, Ministro General de la Orden, visitó el monasterio. A la vista de tanta riqueza, le recomendó a su sobrina, a la sazón ya viuda, recogiese gran parte de lo que él consideraba superfluo aparato y lo dedicase a otros usos piadosos. Y así lo hizo la fundadora, distribuyendo los bienes entre innumerables iglesias de todos los puntos de España. De ahí que “la Loca del Sacramento” enviase a fray Juan de Navarrete (“O Santo de O Grove), fraile de este monasterio, para repartiese ornamentos sagrados, cálices, copones y custodias, por iglesias necesitadas del Norte de España, principalmente en tierras de Galicia.

El siguiente testimonio, que nos informa sobre la riqueza con que fue dotado el monasterio franciscano torrijeño, procede del cronista fray Pedro de Salazar: (5) “Quien ha tratado del gasto excesivo que el Comendador hizo en edificar esta casa, parece que en esto no había más; mas, fue tanto lo que en esto hizo que parece lo pone en el olvido. Porque, edificada la casa, fue tanto el oro y la plata y brocados y seda tapicerías, alfombras y cosas preciosísimas que dio para el servicio del convento, que parece que no había comenzado a gastar nada. Fue tanto exceso en esto que, viniendo a visitar la casa el P. fray Francisco de los Ángeles, siendo Vicario Provincial de la Provincia de Castilla, estando aún juntas todas

las custodias, le pareció cosa escrupulosa tener los frailes de San Francisco Observantes tanta riqueza y demasía de riquezas inestimables. Y trató con la señora doña Teresa (que el Comendador ya era muerto) que tomase y recibiese mucha plata y oro y tapicerías que al convento se habían dado, y ella lo tomó y recibió y gastó en obras pías y santas. Especialmente, se llevaron treinta tres paños de pared y éstos se vendieron, y los guardianes gastaron el precio de ellos en acabar algunas cosas que les parecían necesarias al convento. Dejaron muy grande limosna de trigo y cebada y dineros para la sustentación de los frailes, porque daba cuarenta y ocho mil maravedís en dineros para comprar la carne, y doscientas de cebada. Daban aves para la enfermería, cuantas eran menester. Pagaban las medicinas para curar los enfermos, y proveían otras muchas cosas. Libros de Coro todos los necesarios, tales que no hay ningunos que sean mejores. Dejaron al convento una librería muy bien poblada de muchos y muy buenos libros. Son las oficias de este convento tan grandes y espaciosas y bien edificadas que algunos monasterios de la Orden las quisieran para iglesias e casas. Todas éstas quedaron tan bien proveídas y bastecidas de las cosas necesarias, que solas ellas dan bastísima muestras del ánimo generoso de su fundador; el cual fue tal que, con lo que sobró aquí y se dio, se pudieran acabar y fundar otros conventos. Tiene esta casa dos claustros muy grandes y cada ellos en su tanto es muy bueno. Son muy bien edificados, muy fuertes y muy hermosos; son de muy buena bóveda. Todas las paredes y muros son tan anchos y fuertes que dejan lo interior de la casa tan guardado y defendido que no parece poder frío ni calor ofender a los moradores. Es el dormitorio una pieza tan alta y tan grande y tan bien esmerada, que con lo alto y ancho y proporción que tienen, ponen en admiración a los que lo miran. Tiene el duque de Maqueda, en San Francisco, un cuarto de tanto y tan buen aposento que, cuando en Torrijos no hubiera otro, pudiera bastantemente estar aposentado; porque es muy grande y tiene alto y bajo aposento para pajes y criados. (6) Hay una huerta muy grande y en ella tres ermitas muy bien edificadas; y tiene junta a nuestra huerta el duque otra huerta muy buena.

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Y tuvieron atención los duques de hacer allí aquella huerta, para que los frailes pudiesen espaciarse también en ella y que tuviesen allí fruta y otros regalos, como muy de ordinario se hace allí siempre. La plata que dieron estos Señores fue tanta y en tanta cantidad que no me pareció justo dejarlo de contar, porque se entienda la grande devoción que tenían y el generoso ánimo con que servían a Nuestro Señor y tener a sus sucesores en grandísima estima. Dieron una cruz grande, que pesa veintiocho marcos (7) y tres onzas. Unos candeleros de plata que pesaron veintinueve marcos y siete onzas. Un incensario, ocho marcos. La naveta, dos marcos. Otro aguamanil, cuatro marcos y siete onzas. Dos fuentes doradas, catorce marcos y siete onzas. Un hostiario, dos marcos. Un portapaz, siete marcos. Unas vinajeras, más tres platos de plata, setenta marcos y dos onzas. Una fuente para la lámpara, catorce marcos. Seis candeleros de plata, ocho marcos. Dos niños de plata. Otros dos niños de plata. Dos cálices con patenas, más seis cálices de plata sobredorados y de mucho peso; y muchos ornamentos de brocados y seda, cuanto había y ha habido en esta casa, y muy rica sacristía para lo que toca al culto divino y ornamentos de los sacerdotes y ministros del altar; de manera que, en las fiestas del Santísimo Sacramento, podían todos los sacerdotes ir en la procesión con casullas de brocados muy ricas… Lo que se sacó de esta casa, porque se lo dío a la Orden es lo siguiente: un acetro de plata, dos hostiarios, una naveta con su cuchara, un portapaz grande, dos vinajeras grandes, dos aguamaniles, dos fuentes doradas, las palabras de la Consagración, un cáliz dorado, otro blanco, una patena dorada que está en San Gil. Los ornamentos que se llevaron son éstos: unas andas que estaban en el Santísimo Sacramento, una tabla de la imagen de Nuestra Señora con su caja, una manga de cruz de carmesí aceituní, unas toallas con franjas de oro, una cruz de aljófar labrada, un frontal verde con sus mangas, un frontal carmesí, otro frontal verde, un frontal de terciopelo morado, un frontal anaranjado, dos piezas nuevas y grandes de chamelote, una casulla de aceituní negro, una capa de brocado carmesí, dos frontales de carmesí ricos, un frontal de altibajo carmesí, un cobertor de brocado de tres piernas, un dosel de carmesí de cuatro piernas, una pieza de brocado de once varas y media, cuatro almohadas de terciopelo, una pieza de carmesí de cuarenta

varas, una pieza de raso negro que tenía treinta varas, dos mil hojas de lata, otra imagen de Nuestra Señora, unas mangas de carmesí, un dosel negro que era de la tumba del Comendador Mayor. El Padre Provincial que trató con estos Señores lo que los frailes harían y a lo que estarían obligados por estar en esta casa y gozar de estas limosnas, que estos Señores les hacían, fue el Padre fray Diego de Cisneros, Provincial de Castilla, y fray Antonio de Pastrana y fray Juan de Marquina y fray Juan de Olmedillos, Definidores de la Provincia de Castilla, año de 1526”. El monasterio torrijeño tuvo, indudablemente, su Edad de Oro a lo largo del siglo XVI. Fue un centro religioso y cultural que ejerció una gran influencia entre los otros monasterios hermanos de nuestra Comarca: La Puebla de Montalbán, Maqueda, Escalona… En la prestigiosa Escuela de Gramática y Retórica y Estudio de Filosofía del monasterio de Santa María de Jesús se formaron figuras brillantes de la cultura española. La mayoría de ellos procedentes de familias humildes. De entre ellas, nos permitimos destacar:

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Juan de Covarrubias y Leyva, racionero de la catedral de Salamanca y Oidor del Consejo real. Era hermano del más ilustre hijo de esta villa, el inmortal “imaginario” Alonso de Covarrubias y Leyva, “Águila del Renacimiento Hispano”. Antonio de Covarrubias, hijo de Alonso de Covarrubias, que, aunque nacido en Toledo, residió en Torrijos durante largas temporadas en una casa de su propiedad. En el monasterio completó estudios de Gramática y Retórica. Llegó a ser Maestrescuela de la catedral de Toledo, Obispo de Segovia y Ciudad Real y Presidente del Consejo de Castilla. El Licenciado Busto de Villegas, Gobernador del Arzobispado de Toledo, Oidor en el Tribunal del Santo Oficio. El Licenciado Juan Sánchez de Torrijos. Asimismo nacido en esta villa, Fiscal de la Audiencia de la Ciudad de los Reyes (Lima) durante el gobierno de Pedro de Lagasca. El Doctor Peralta, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Toledo. El Doctor Alarcón, ilustre legista y jurisconsulto. Los Licenciados Diego Gómez y Andrés de Casarrubios, curiales de la Audiencia de Roma. El Licenciado Alonso Martínez, corregidor. El Licenciado Juan Gómez, jurista con varios cargos de Corregimiento. El Doctor Gabriel López, teólogo, cura de Rielves. El Doctor Treviño, cura de Perovéquez y Hurtada. El Doctor Alonso de Torres, “el Turriculano”, catedrático de Retórica y Griego en la Universidad de Alcalá de Henares, Racionero en Santiuste (San Justo) de dicha ciudad. Destacó, asimismo, como dramaturgo. El Licenciado Bartolomé de Toro, teólogo, cura propio de la mencionada iglesia complutense de Santiuste. El Doctor Diego López, médico de Su Majestad Felipe II. El Licenciado Camarena y Luján, médico de la Corte.

El Licenciado Contreras, médico residente en Nueva España (Méjico). El Licenciado Lorenzo Díaz, médico de la villa de Cebreros. El Doctor Diego Vázquez, médico del duque de Maqueda, “muy eminente en su facultad”. El Doctor Juan Flores, médico de la villa de Torrijos. El Bachiller Alonso de Madrid, clérigo, legista y canonista. El Licenciado Ambrosio Flores, teólogo, cura de Carriches. Los Bachilleres Juan García, Sepúlveda y otros muchos más… Entre los Preceptores de la Escuela de Gramática y Retórica del monasterio nos permitimos destacar: Juan de Soto, Maestro y Chantre en la Capilla Real de Granada. Gabriel de Gálvez, Maestro de Capilla de la catedral de Cuenca. Juan Rodríguez de Villamayor, Racionero y Maestro de Melodía de la catedral de Toledo. Alonso de Bustamante y Juan de Bustamante, Maestros de Capilla de Ávila y Alcalá de Henares, respectivamente. FRAY DIEGO DE TORRIJOS (Diego de Castro y Zeballos), Maestro de Cámara de S.M. Carlos II y Maestro de Capilla del monasterio de San Lorenzo del Escorial.

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Asimismo, entre la extraordinaria labor didáctica y cultural desarrollada en el monasterio torrijeño de Santa María de Jesús, es obligado resaltar la importante actividad de su taller de miniaturistas; sin duda, uno de los más importantes de Castilla en el siglo XVI. De ellos han quedado algunos preciosos ejemplares, que se conservan en el Museo Parroquial. Decadencia y ruina del monasterio Durante la segunda mitad del siglo XVIII, llamado “Siglo de las Luces” o “Siglo de la Razón”, la crisis del monasterio es evidente. Ha disminuido sensiblemente el número de religiosos; pues, en 1756, conforme a los datos del Catastro del Marqués de la Ensenada, el número de religiosos ha disminuido hasta el número de 26, además de 1 Lector de Filosofía, 1 Lector de Moral y 15 coristas. Veintiún años después, en 1787, el Censo de Floridablanca, nos informa de que tal número se ha reducido aún más: 14 frailes profesos y 12 coristas profesos, estudiantes. Sin embargo no hace referencia a los Lectores de Filosofía y Moral. Pero, la auténtica decadencia de Santa María de Jesús no tardaría en comenzar… Primero los franceses El monasterio franciscano de Santa María de Jesús sufrirá doblemente los desmanes de la soldadesca napoleónica. El primer saqueo, culminado con el incendio de su preciosa iglesia, tendrá lugar a finales de diciembre de 1808; el segundo, se producirá tras la Batalla de Talavera (27-28 de julio de 1809). Las tropas invasoras despojaron al monasterio de alhajas, cuadros y ornamentos de incalculable labor; mutilaron imágenes y a tanta barbarie no fue ajena la profanación de los túmulos funerarios de don Gutierre y doña Teresa y el de don Alonso de Cárdenas Enríquez, su hijo. Los daños causados serán irreparables… Después los procesos desamortizadores decimonónicos Entre 1820 y 1823 (“Trienio Liberal”) se reparó parcialmente el monasterio por cuanta de la Corona. Las obras se redujeron a lo más imprescindible para el restablecimiento del culto sagrado. La Desamortización decretada por Juan Álvarez de Mendizábal, el 9 de marzo de 1836, acentúa aún más la crisis del monasterio. La Comunidad Franciscana lo abandona definitivamente.

Intento fallido de recuperación del monasterio por parte de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos. Importantísima para la recuperación del patrimonio histórico y artístico de nuestra provincia fueron las intervenciones de la Comisión Provincial de Monumentos (1836-1875), a cuyas instancias se deben, entre otras muchas, la recuperación de San Juan de los Reyes, de Toledo; el Circo Romano, de dicha ciudad, o la del yacimiento visigodo de Guarrazar… Dicha Comisión, de la que forman parte, entre otros, el Presidente, don Ramón Fernández Loaysa; el Secretario, don Narciso Domingo Barsi; los vocales, don Manuel Crespo Peñalver y don Santiago Martín Ruiz, quienes contaban con la compañía del prestigioso historiador Sixto Ramón Parro, visita el monasterio de Santa María de Jesús, a primeros de mayo de 1856, con el propósito de iniciar un proceso de recuperación o restauración de la iglesia del mismo; pues, entonces, se estaban acometiendo, en Toledo, las obras de restauración de los claustros de San Juan de los Reyes.

La tarea de la Comisión Provincial venía precedida de una falta de sincronía con la Intendencia Provincial, a propósito de la intervención de aquélla sobre los efectos desamortizados. Con fecha 28 de abril de 1856, la Comisión Central, presidida por el pintor José Madrazo, dirige una carta a la Provincial en términos durísimos, acusándola de haber permitido el vandalismo que se estaba produciendo en el pueblo de Torrijos “…con el derribo de una iglesia que fue del convento perteneciente de San Francisco, fundado por autorización de los

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Reyes Católicos, y que una de las estatuas yacentes de un sepulcro, de últimos del siglo quince, que estaba en la iglesia de dicho convento, sirve en la actualidad de peldaño o escalón en la entrada a una casa particular…” Barsi, en calidad de Secretario de la Comisión Provincial, en nombre de la misma, responde: “…para desvanecer el sensible efecto que nos causa dicha comunicación, resultando que la demolición de que se hace mérito se atribuya al poco celo de esta Comisión, no acordándose de que en época anterior y no muy remota, cuando la iglesia en cuestión se encontraba en buen estado, aunque sin cubierta, procuró, en cuanto estuvo de su parte, impedir que continuara la demolición y venta de sus materiales, según resulta de su respectivo expediente, entre otras contestaciones relativas al derecho de propiedad del expresado convento…

Acompaña a esta carta una breve descripción de la historia del monasterio de Santa María de Jesús, que reproducimos: “El convento de frailes observantes de Torrijos, fundación de doña Teresa de Haro y Enríquez (sic), esposa del insigne comendador de la Orden de Santiago, Don Gutiérrez (sic), íntimo amigo del célebre cardenal Giménez de Cisneros, fue incendiado juntamente con su iglesia por el ejército francés en la época de la guerra de la Independencia. En este estado continuó hasta que por la decretada exclaustración de 1821 pasó a la Hacienda Nacional, la que acordando venderse al anunciarse la subasta, el Señor duque de

Maqueda conde de Altamira, protestó el remate, reclamando su propiedad por la circunstancia de haberle construido a su coste sus antepasados, que venían en la actualidad ejerciendo el derecho de Patronos familiares. Su instancia fue desechada y acordada de nuevo su enajenación; siendo el duque el mejor licitador, por lo que se le adjudicó el edificio en la subasta”. La vuelta al absolutismo, en 1823, anuló las enajenaciones, volviendo los franciscanos a ocupar el monasterio en 1825. Parte del mismo fue utilizado, durante una década, como cementerio, hasta la construcción del primer Cementerio Municipal, en 1835. Vueltos a 1856, tras la infructuosa gestión de la Comisión Provincial, Barsi justifica, al respecto: “…Nada pudo conseguirse porque el mencionado Señor Duque reclamó la entrega todo de él como comprador y dueño en la época anterior, y así se estimó… Y el Secretario finaliza así su informe: …Desde entonces, para utilizarse de la finca, aunque con mezquindad, vienen sus administradores vendiendo los materiales, lo que siguen realizando. Y desaparecerá, por este medio, muy en breve, cuanto existe en la actualidad de aquel suntuoso monumento. …Las ruinas, más de un disgusto han proporcionado a esta Comisión Provincial, por tratar de contener la profanación artística de que viene siendo objeto, especialmente desde el año 1837; pero sus buenos deseos no han sido bastantes al remover los obstáculos que a su intento se opusieron; aumentándose su aflicción por el convencimiento en que está de que, sobre el mal entendido derecho de propiedad, resalta la riqueza nacional, representada en las bellezas artísticas de nuestros adorados antepasados”. (8) Desde su creación, la Comisión Provincial de Monumentos Históricos se dirigió en repetidas ocasiones a la Intendencia Provincial, instándola a que: los sepulcros, estatuas, inscripciones y cualesquiera otro objeto adherido al edificio que contuviera mérito artístico estaban declarados de la propiedad del Estado y, por consiguiente, exceptuados de la enajenación. La reiterada respuesta, respecto al caso de nuestro monasterio fue la siguiente:

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“…Cuando se verificó la venta del edificio, en 1821, a favor del Señor duque de Maqueda no regían las disposiciones en que se apoya la Comisión de Monumentos. Y, por consiguiente, el indicado Señor Duque es legítimo y verdadero dueño de cuanto contenía el edificio a su venta…” Del interés mostrado por la Comisión Provincial por tan encomiable labor, Barsi traslada a la Comisión Central cuestiones tan comprometidas como ésta: ¿…Qué le restaba por hacer a una Comisión de provincia, sin el apoyo del Gobierno y de sus Delegados, destituida al propio tiempo de fondos para la adquisición de esta clase de monumentos, cuando se presentaba la oportunidad de poderlos hacer suyos…? Interrogación retórica, evidentemente… En concepto de Bienes Nacionales se enajenó la parte que había sido reedificada recientemente. Siendo adquirida por varios vecinos de Torrijos, quienes la derribaron y vendieron los materiales aprovechables de las edificaciones. El resto de la primitiva construcción, junto al solar, eras y extensa huerta pasó a propiedad de la Casa Ducal de Altamira como heredera del Patronato de la Fundación. La acción del tiempo, la incuria y la ignorancia destructora acabarían por hacer desaparecer la obra más importante del Patrimonio Histórico y Artístico de Torrijos. Don Francisco de Asís Osorio de Moscoso y Borbón, 17º duque de Maqueda, vende su propiedad a un vecino de Torrijos – de cuyo nombre preferimos no acordarnos - , el 9 de diciembre de 1869. (9) Cuatro años después, el Ayuntamiento ordena la demolición de la muralla de la villa, así como de los muros de Santa María de Jesús y de los restos del contiguo hospital de “Afuera”, de “las Bubas” o de “Nuestra Señora de la Consolación”. Los muros de la iglesia y claustros del monasterio serán, definitivamente, derruidos; sus ricos materiales, columnatas, arquerías, desguazados y vendidos con destino a edificaciones de la localidad y, sobre todo, para construir puentes, casetas y estaciones del Ferrocarril del Tajo. Algunos torrijeños, ya mayores, recordamos que, en algunas puertas de viejas casas torrijeñas, concretamente en varias de la Cava Baja, podíamos encontrarnos fragmentos de capiteles, utilizados como poyos

para sentarse. Basas de pilares se han hallado junto al paso a nivel del Camino de la Vega y en una esquina del desaparecido Hotel Ideal, frente a la Estación de Ferrocarril. Asimismo, al ser restauradas, recientemente, las paredes de ésta, se ha podido comprobar que han sido construida con materiales del monasterio. Materiales dispersos por numerosos pueblos de esta Comarca: Huecas, Burujón, Gerindote, cuya identificación ha sido realizada por nuestros amigos Rodolfo Félix, Francisco Javier de Fuentes y Paco Martín “el Pescadero”, respectivamente. Es evidente que “las canteras” en que se habían convertido las ruinas del monasterio fueron más que aprovechadas no solamente por vecinos de esta villa. De la donación de Rodolfo Félix de un fragmento de friso del túmulo de don Alonso de Cárdenas, ya hemos hablado. A ella hay que añadir el testimonio del historiador Fuentes, que ha identificado un “muro arqueológico” similar al torrijeño, en Burujón; y el más reciente de nuestro amigo Francisco Martín Palomo, que ha encontrado dos interesantes piezas en la vecina localidad de Gerindote. Aunque, no nos cabe la menor duda de que seguirán apareciendo más fragmentos. (10)

Permítenos, amigo lector, un pequeño “stop” narrativo en aras de esta interesante información: La Asociación “Amigos de la Colegiata” ha recuperado, además, algunas de estas piezas consideradas de gran valor arqueológico y que custodia para exponerlas en el futuro Museo Etnográfico e Histórico de Torrijos. Y seguimos instando al Excmo. Ayuntamiento para que gestione la recuperación de la, por nosotros denominado, “Muro Arqueológico”, conocido por muchos torrijeños. Sería muy injusto por nuestra parte no evocar el desconsuelo que sintió nuestro gran maestro y ejemplo, el historiador don Miguel Antonio de

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Alarcón Gómez-Hidalgo, al contemplar las ruinas del monasterio, poco antes de su demolición: “De aquel severo y gallardo monasterio, verdadera joya de la arquitectura cristiana: de aquel monumental poema de piedra que parecía desafiar a los siglos y que representó fielmente una época de entusiasmo y fe, grande para la religión y para las artes, sólo quedaban, hace cincuenta años, ruinas de muros y escombros, entre cuyas piedras crecían la parietaria y el jaramago. ¡Qué pena infundía aquella mansión desierta! ¡Cuántos recuerdos invadía el ánimo cuando se visitaban aquellos lugares, un día admiración y asilo de la piedad! Al recorrer aquellas solitarias y venerables

ruinas, al contemplar tantas preciosidades destruidas, sumergíase el alma en honda tristeza, y la mente, abstraída en profundas meditaciones, elevábase del Arte a la Naturaleza y de la Naturaleza, a Dios. Al declinar la tarde, cuando las sombras comenzaban a cubrir aquellos ámbitos, parecían todavía oírse las místicas armonías del cántico de los religiosos por entre las tétricas siluetas de los claustros que, fantásticamente, se destacaban en la semioscuridad del crepúsculo, y surgiendo de ellas, creía uno ver la grandiosa figura de la fundadora, luminosa, fulgurante, dentro de arreboles de gloria y coronada de resplandeciente nimbo”. (11)

Notas: (1) Gonzaga, Francisco de, O.F.M. “De origine seraphicae religionis franciscanae eius quae progresibus”. Roma, 1569. Pag. 630. (2) Actualmente, las estatuas yacentes de don Gutierre de Cardenas y doña Teresa Enríquez se encuentran en el Coro de la Colegiata del Santísimo Sacramento, una vez restaurado el precioso túmulo funerario, en el año 2000, por la Asociación “Amigos del a Colegiata de Torrijos”. (3) En uno de estos claustros estuvo enterrado fray Bernardino Jiménez de Cisneros, hermano del Cardenal, “a quien dio muchos quebraderos de cabeza”. (4) Waddingo Hibernon, fray Lucas, O.F.M. “Annales minorum in quipus res omnes trium Ordinum A.S. Franciscus”. 1648. Tomo VII, Capítulo V. (5) Salazar, fray Pedro de, O.F.M. “Crónica de la fundación y progresos de la Provincia de Castilla. Libro IV. Capítulo XVI. Año 1612. (6) Estos aposentos del duque de Maqueda quedaron más tarde en usufructo de los religiosos franciscanos. Con fecha 2 de noviembre de 1727 don Joaquín Ponce de León, duque de Aveiro y de Maqueda los reclamó y entabló pleito que se resolvió a su favor (A.H.N. Sección Clero, legajo 7.455). (7) Un marco de plata era el equivalente a media libra, es decir, un peso de 230 gramos. (8) Comisión Central de Monumentos Históricos. “Apuntes para la Memoria de 1856, enviado por la Comisión Provincial. Madrid. Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 2-55/4. (9) Uno de los últimos propietarios del enclave donde se ubica el yacimiento fue el vecino de Gerindote, don José Martín Navarro, alias “Pepe Currillo”. Posteriormente, sus herederos se lo vendieron al constructor valenciano don Miguel Gatell Alberich, quien emprendió la construcción, en 1951, de la primera fase de viviendas de lo que será conocida como “Colonia de Gatell”. (10) La piedra caliza, de magnífica calidad, empleada en la construcción del monasterio, procede de las canteras de Olías del Rey, conforme al estudio realizado por nuestros historiadores Roberto Félix y Jesús Sánchez de Haro, en septiembre de 2015. Dicho material fue extraído de la cueva “La Cantera Vieja”, y que, conforme a la opinión del historiador don Jerónimo del Hierro y Rivera, Vizconde de Palazuelos, fue empleada, entre otras muchas obras, en la Catedral de Toledo. El granito se trajo de la localidad de San Pablo de los Montes. (11) Alarcón Gómez-Hidalgo, Miguel Antonio. “Apuntes Históricos sobre la villa de Torrijos…” Valencia, 1894. Cap. XI, pág. 212.

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De aquella maravilla artística glosada, con resonancias líricas, por la ilustre pluma del “Maestro de Historidores”, Miguel-Antonio de Alarcón queda, además de abundantísimos restos arqueológicos, de los que hicimos referencia: El hallazgo del yacimiento arqueológico de la iglesia del monasterio franciscano de Santa María de Jesús, y la localización de claustros y dependencias del mismo. Hallazgo que, para los autores del presente trabajo, no ha supuesto, en modo alguno, ninguna sorpresa… Era cuestión de esperar pacientemente; pues, como siempre hemos defendido y demostrado, los solares donde se ubica están perfectamente situados en el Plano Arqueológico de Torrijos, que hemos publicado en varios libros. Y lo hicimos, por vez primera, en “Torrijos, perfiles históricos” (pág. 184), en el cuadrito amarillo marcado con el número 6, que figura en dicho plano. Con esta afirmación queremos salir al paso de “lo casual” del descubrimiento del dicho yacimiento; especialmente puesta de manifiesto en esa afirmación errónea vertida por don Miguel Ángel Valero Tévar, arqueólogo responsable de la investigación y del informe quien, en la página 1 del mismo, en la Introducción, manifiesta literalmente: “…que en solar en cuestión no se tenía constancia de la existencia de vestigios arqueológicos…” (1) Y continúa persistiendo en el error al comentar que: “…Este complejo se tenía ubicado, muy

genéricamente, entre la zona del Campo de Fútbol y la vía del tren, llevándolo algunos cientos de metros más al Sur de la localidad” pues está clarísima nuestra delimitación en el Plano Arqueológico… (2) Aparte del documento fundamental, anteriormente citado, y que sirvió, en gran parte, para la elaboración de la “Carta Arqueológica, Etnográfica e Industrial de Torrijos” (3), tampoco nos resistimos a soslayar esta cuestión de olvidar a los historiadores de la Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos, a la hora de constatar nuestras investigaciones y estudios al respecto, recurriendo a los testimonios de varios vecinos, que han sido testigos de permanentes hallazgos arqueológicos procedentes el desaparecido monasterio franciscano. Sirvan como ejemplo dos de ellos, recogidos por nuestro Presidente: el de los vecinos y compañeros de trabajo del mismo, don Crisanto-Francisco Moreira Vázquez (q.e.p.d.) y el de don Anastasio Gómez Vázquez (q.e.p.d.), quienes manifestaron que cuando, en el año 1957, se realizaron sendas excavaciones, en los patios de sus casas, para abrir los pozos, los poceros que, en aquel entonces, trabajaban pico en mano, tuvieron que desistir varias veces de su intento, al encontrar piedras muy superficiales; hasta que, finalmente, hallaron, con evidentes dificultades, unas zonas libres de tal impedimento. Lo que podemos explicar con suma facilidad: toda esa zona de viviendas, separadas unos metros del muro Sur de la iglesia del monasterio, era donde comenzaban los claustros del mismo. ¡Lástima que se hayan realizado obras de construcción, pese a nuestras consideraciones…! ¡No es la primera “historia” de pérdida patrimonial que se repite…! Bueno, abandonemos el amargo cáliz de las lamentaciones y abundemos, aún más, en argumentos que reafirman nuestro aserto… A finales de los cuarenta del pasado siglo – las obras comenzaron en la primavera de 1947 – se construyó la fábrica de “Vinagres Parras, S.A.”. En el patio de entrada a la factoría se deseaba instalar una báscula para el pesaje de camiones y carros. Al hacer una excavación rectangular para ubicarla, aparecieron abundantes restos humanos que, una vez inhumados ante la

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BREVES CONSIDERACIONES SOBRE EL “DESCUBRIMIENTO” DEL YACIMIENTO

ARQUEOLÓGICO. (UN POCO DE “INTRAHISTORIA…)

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presencia del médico forense, don Enrique Peña Villanueva, y del párroco, don Alejandro Corral Olariaga, son trasladados al cercano Cementerio Municipal. En este patio, se descubre cimentación correspondiente al pie de la iglesia del monasterio, conforme hemos podido constatar en el “reciente hallazgo”… Curiosamente, la empresa de don Edmundo Parras Cisneros, “Vinagres Parras S.A.”, adquiere, en los años cincuenta, el solar del yacimiento para cerrarlo y utilizarlo hasta hace poco tiempo. Muchos torrijeños hemos conocido un trozo de muro –perteneciente al recinto amurallado del monasterio– ubicado en la parte Norte del mismo, en el que nos subíamos para ver los partidos de fútbol del entonces Campo Municipal de Educación y Descanso “San Francisco”. Uno recuerda que era unos restos de ciento ochenta centímetros de ancho, aproximadamente, y de no menos cincuenta centímetros de grosor. Cinco metros más al Norte, cerca del terreno de juego de dicho recinto deportivo, manaba abundante agua, sin duda procedente de alguna antigua conducción del monasterio. No sólo en las casas de la calle General Yagüe, sino, incluso en las de las calles próximas a la Plaza de las Colonias, comentan haber desenterrado piedras de grandes dimensiones al hacer obras en sus patios.

En mayo de 2006, al demoler unas instalaciones ganaderas, próximas a la actual vivienda que tiene el número 1 de la carretera de Gerindote, apareció parte de la conducción de agua que suministraba de agua potable al monasterio, la llamada “Mina de los Frailes” que, oportunamente, fotografiamos e informamos de tal descubrimiento a nuestras Autoridades… Dichos argumentos demuestran, más que fehacientemente, que estos humildes h is tori ad ores torri j eños c onocíamos perfectamente la ubicación del monasterio y sus dependencias. Consideramos que, si algún día, se realiza una excavación en dirección Oeste, prolongando la cimentación descubierta del monasterio, a través de la calle Banderas de Castilla, llegaremos a la conclusión que, el comienzo del mismo se hallaba a la entrada del citado patio de “Vinagres Parras, S.A.” Que si dichas excavaciones se realizan, en un futuro, en dirección Sur, a través de la citada calle General Yagüe y las casas que se encuentran frente al yacimiento, nos encontraremos con la prolongación del claustro principal y del segundo claustro. Esperamos y deseamos que estas informaciones resulten lo suficientemente claras e ilustrativas para que no se pongan en tela de juicio nuestras afirmaciones y, de cara al futuro, nuestras Autoridades, en defensa de la recuperación patrimonial, realicen las actuaciones pertinentes.

Notas: (1) Excavación Arqueológica en el yacimiento Junicasa. Julio, 2006, pág. 1. (2) Pág. 18 del Informe Arqueológico. (3) Resolución. Expte. Cultura: 071378-R. 28 de enero de 2009, resuelto en enero de 2009, por la Dirección General de Patrimonio.

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No pudimos acceder a esta información hasta primeros de octubre de 2008, gracias a la atención que nos dispensó José María Flores García, por entonces Concejal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento. El minucioso informe consta de 216 páginas y abundantísima documentación gráfica (planos, fotografías, esquemas). Lógicamente, hemos extraído de él los datos que consideramos de mayor interés para nuestros lectores. Una vez leído detenidamente, no tenemos por menos que valorar la importancia de dicho informe, importantísimo para conocer las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo por Valero y su equipo y sobre todo, para corroborar nuestras opiniones sobre el yacimiento arqueológico. Vaya desde aquí nuestra más sincera enhorabuena… Fundamental para el Estudio Arqueológico de las ruinas de la iglesia del monasterio ha sido nuestro libro “Torrijos, perfiles históricos”, al que el Arqueólogo cita a lo largo del Informe. No obstante, en la Introducción del Informe, constatamos un error cuando se dice: “…en el solar en cuestión no se tenía constancia d e l a e x i s t e n c i a d e v e s t i g i o s arqueológicos…” (Página 1). No hace referencia de la autoría del hallazgo de los restos, ni aclara las circunstancias que motivaron su intervención: “Una vez iniciados los trabajos de vaciado del solar para la realización del sótano, aparecieron algunos restos óseos, y algunos elementos pétreos que podrían pertenecer a restos estructurales de algún edificio. En vista a estos resultados, el Excmo. Ayuntamiento de Torrijos, propuso a la empresa constructora la paralización cautelar

de las obras hasta la realización de un estudio arqueológico que determinase el alcance de los restos…” (pág. 2). Desde la página 6 a la 18, recoge, en gran parte literalmente, textos históricos sobre Torrijos, la mayoría del citado libro nuestro. Precisamente, en la página 18, tras una breve introducción, en la que incurre en otro error (1), inicia la descripción del monasterio de Santa María de Jesús, basándose en la misma fuente bibliográfica. “Se ha creído conveniente realizar un vaciado documental e histórico de este monumento (Monasterio de Santa María de Jesús); pues, después de una intervención arqueológica realizada en el solar, parece claro que los restos allí encontrados corresponden a la iglesia que tenía este complejo monacal. Y, por tanto, la intervención arqueológica ha servido para la localización exacta de este complejo que, hasta el momento, se tenía ubicado muy genéricamente en la zona del Campo de Fútbol y vía del tren, llevándolo algunos cientos de metros más allá al Sur de la localidad”.

Continúa la descripción del monasterio hasta la página 24 del Informe.

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL INFORME FINAL DE LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA

REALIZADA EN EL YACIMIENTO

(Realizada por ASTARTE Arqueología y Restauración, S. Coop.) Arqueólogo: Miguel Ángel Valero Tévar. Julio de 2006.

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En la página 39, VIII.3. Tratamiento de Materiales., se comenta: “La excavación arqueológica de las catas en el subsuelo ha arrojado a la luz materiales que nos han servido para comprobar cronológicamente el yacimiento. Se ha realizado el trabajo inherente en la zona del yacimiento donde (se han encontrado) los fragmentos cerámicos, que han sido lavados, siglados, inventariados, fotografiados, dibujados y entregados al Museo Arqueológico de Santa Cruz.” (2)

En las catas realizadas en el Sector A. Cata número 1. UE2 los arqueólogos describen: “Estrato deposicional de escombros, pero con materiales de adscripción mas antigua, con mayor cantidad de mortero de cal, con ladrillo macizo, piedra, etc. Su grosor es de 30 cm. Este estrato parece corresponder al nivel “Amortización y abandono definitivo del solar del monasterio, en los años de 1830-40 (Desamortización de Mendizábal), una vez arrasado completamente para vender piezas a distintas casas. Esto tendría una correspondencia perfecta en el estudio bibligráfico.”

“El resto de la primitiva construcción, junto con el solar y la extensa huerta del convento fue desamortizado por Mendizábal y traspasado a la Casa de Altamira como heredera del Patronato de la fundación. La acción del tiempo acabaría por hacer desaparecer la monumental obra. El destruido monasterio, con todas sus pertenencias, fue comprado por un vecino de Torrijos, el 19 de diciembre de 1869. Inmediatamente, se procedió a la demolición de los paredones para vender sus ricos materiales, que tuvieron como destino edificaciones de las casas y construcciones de puentes, casetas y estaciones del Ferrocarril del Tajo No hace mucho tiempo que, en algunas puertas de viejas casas torrijeñas (concretamente en la calle Cava Baja), fragmentos de capiteles de pilares del monasterio servían de poyos para sentarse. Basas de los pilares se han encontrado junto al paso a nivel del Camino de la Vega y en una esquina del Hotel Ideal, frente a la Estación del Ferrocarril”. (Longobardo Carrillo, J, y Peña Carbonero, Justi de la, Torrijos, perfiles históricos, pág. 268).

En la cata número 3. UE 13. “…se localizaron gran cantidad de elementos ornamentales de piedra caliza, arcos, molduras e incluso dos capiteles de granito del terreno, de talla gótica. Este hecho hizo que se ampliara la excavación en este ambiente, en dirección Oeste, hasta cerrar la estancia donde se localizaban las piezas. Cada una de las piezas fue limpiada, siglada e inventariada. El promotor de las viviendas manifestó la intención de colocar estas piezas en la obra nueva, presentando el correspondiente proyecto a la Dirección General de Patrimonio. Del mismo modo, se le informó que, de no ser así, debería depositarlas en el Museo de Santa Cruz (Página 60).”

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Ampliación de la excavación arqueológica “Como consecuencia de los resultados obtenidos durante la peritación, se propuso la ampliación de la excavación de la zona central y Oeste del solar: de esta manera, se optó por la ampliación de los sondeos.”

Cata 1. UE3-C1. “…Se hallaron restos humanos fragmentados y revueltos, cerámica melada fragmentada; restos de inscripciones sobre soporte cerámico, con las letras “IATI” y “ERD”, azules, pintadas y esmaltadas; unas placas de pizarra, en uno de los casos grabada, con incisiones que formarían un dibujo aún no determinado. También encontramos metal, en específico hierro, que se correspondería con clavos grandes muy degradados.

En el sector Centro-Sur de la cata denominada UE4-C1 “…se hallaron dos fragmentos de moldura de piedra caliza pulimentada, de color blanco anaranjado, ambas fragmentadas. ¡Fueron echadas, como parte de escombro al relleno de la fosa! (sic). XI.1.2.2.- Estructuras (Pág. 83). “En el perfil Norte, en el ámbito B, encontramos una estructura de ladrillo macizo (UEM20-C1), rematado por un arco semicircular, trabado con

argamasa de arena de cal. Dado el aspecto rubefractado de los ladrillos, y por la disposición de los mismos, podemos considerar que se trata de la boca de un horno. Esto es motivo a que se conserve una pared de ladrillo adosada al nivel geológico, que ha sido parcialmente rascado en un lado.

Como ya se ha indicado, la interpretación dada para esta construcción es la de un horno. Probablemente se trate de la boca del mismo, que conserva una de las arcadas de sujeción de la parrilla que conformaría la cámara de combustión… No se ha podido delimitar toda la estructura porque se introduce en el límite Norte, justo debajo de la calle que circunda la parcela. XI.2.- Cata 2 “Situada en el extremo Sureste del área de excavación programada. Fue la zona más afectada del desmonte de la máquina. La localización de esta cata en el extremo Sureste del recinto monacal hizo que en la excavación arqueológica aparecieran distintos muros, que han obligado a diferenciar esta cata

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en varios ambientes, que corresponderían -como se verá más tarde– a diversas estancias de la iglesia y sus anejos. La habitación más destacada sería el ámbito C, que estaría muy próxima al crucero del claustro. Volviendo a las fuentes (Longobardo Carrillo, Peña Carbonero, 1997, pág. 257) el sepulcro estaría en esta zona; pero existe duda,

porque no hemos encontrado fosa alguna en esta estancia. De todos modos, hemos de tener en cuenta, que se están excavando los estratos geológicos, ya que, como únicos elementos alzados tenemos los cimientos. Por ello, es probable que a esta cota no quedasen restos evidentes de lo que serían los sepulcros”. (pág. 97 del Informe). XI.3.-Cata 3. “Situada en el extremo Suroeste del área programada, fue la zona menos afectada por el desmonte de la máquina… Las dimensiones de la cata son: 29,50x17,29x0,90 m. Se correspondería con los muros de la cara Sur de la nave central de la iglesia y con la esquina Noreste del claustro.

Al igual que en otras catas, contiene estructuras de gran grosor, parcialmente arrasadas por los continuos expolios, sobre todo en la época de Mendizábal. (Página 106). En el Inventario de materiales hallados en el yacimiento y depositados en Toledo, en el Museo de Santa Cruz figuran más de un centenar de piezas de cerámica (completas y fragmentadas), amén de otras, menos numerosas, de hierro (clavos, placas, 3 fragmentos de agujeros de poste…).

En cuanto al inventario de restos óseos, el número de los mismos, ha superado ampliamente nuestras previsiones…

Notas: (1) Recordemos, una vez más, la ubicación exacta que le dábamos en el citado “Plano de Torrijos. Monumentos y lugares de interés histórico”, de la página 184 de nuestro libro. (2) Piezas que han de tratar traerse al futuro Museo Histórico y Etnográfico de Torrijos.

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“Después de todo lo expuesto en las páginas anteriores, parece obvio que los principales restos de muros localizados en la excavación arqueológica corresponden a los restos de un edificio religioso, concretamente del Monasterio de los Franciscanos de Santa María de Jesús y más puntualmente de la iglesia y parte de las estructuras de los claustros… La intervención arqueológica realizada ha servido para poder puntualizar el sitio exacto de la ubicación del monasterio que, a tenor de los resultados y puesto que se ha localizado la iglesia que según los autores (Longobardo Carrillo, y Peña Carbonero, 1997:257, se localizaría en la zona norte del recinto monacal; siendo éste una réplica del Monasterio de San Juan de los Reyes, de Toledo, construido por el mismo arquitecto Juan Guas, unos años antes que el analizado en Torrijos. Con estos datos, es fácil deducir que los restos del recinto monacal se introducen en las manzanas de las viviendas (conocidas como “Las Colonias”) localizadas inmediatamente al Sur del solar excavado y al Este del mismo, o lo que es lo mismo, bajo la actual fábrica. Cotejando los planos de San Juan de los Reyes, se aprecia con claridad la distribución de este monasterio. Puesto que, otra vez, consultando las citadas fuentes, sabemos que el estilo arquitectónico en que fue levantado el monasterio fue el gótico-flamígero con importantes aportaciones del isabelino, imperante por entonces. Fue, sin duda, fiel imitación del monasterio franciscano de San

Juan de los Reyes, obra maestra de Juan Guas. De esta manera, viendo la planimetría del recinto excavado, parece claro que se ha excavado parte de la iglesia (concretamente faltan unos metros en los pies) y una esquina de uno de los claustros. Por tanto, parece claro que las estructuras localizadas corresponden con la iglesia del monasterio. De esta manera, según las fuentes, la planta del templo era de cruz latina, de una sola nave, de 56 metros de larga por 23 de ancha (Longobardo Carrillo, Peña Carbonero, 1997: 255). En la excavación se ha documentado un templo de, efectivamente, 23 metros de ancho; pero, desde la cabecera hasta el perfil Oeste del solar, sólo se cuenta con 42 metros. Por tanto, es lógico pensar que los pies de la iglesia se localizan bajo la calle Banderas de Castilla y la fábrica de Vinagres Parras, S.A. Por otro lado, en la cata 4, el muro UEM 6 es la fachada exterior del templo, y en el ambiente F, con mayor espacio de separación entre las pilastras que el resto, es por donde se debía acceder al templo, al igual que ocurre con San Juan de los Reyes. Evidentemente, el hecho de que la excavación únicamente puede documentar los restos de cimientos del templo, pues el resto de los muros fue destruido y vendido, a partir de 1869 (Longobardo Carrillo, y Peña Carbonero, 1997: 258) hace que en el muro no queden restos evidentes de la huella del vano.

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INTERPRETACIÓN ARQUEOLÓGICA PROPUESTA

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La cata 1 de la excavación al completo y la parte Norte de la cata 2 corresponden a la cabecera del templo, que tendría una cúpula similar a la del monasterio de San Juan de los Reyes, más elevada que el resto del templo y, por ello con la necesidad de muros más gruesos, como así los hemos localizado.

Por otro lado, según las fuentes (Longobardo Carrillo, y Peña Carbonero, 1997: 255) la Capilla Mayor, que era de planta cuadrangular, sirvió de mausoleo a los duques de Maqueda, ya que en el centro de la misma se encontraba la tumba de don Gutierre de Cárdenas y doña Teresa Enríquez, los fundadores, sostenidos por doce leones… Evidentemente, estas tumbas espectaculares contaban con una cimentación imponente que, al ser retiradas, dejó la huella en el subsuelo. Esta huella no es otra cosa que la UE4 de la cata 1; es decir, el gran hueco localizado en el centro de la Capilla Central de la cabecera. Obviamente, el monasterio fue construido con materiales nobles, piedra berroqueña en los macizos de los muros de la fachada y en el resto de la edificación se emplearon caliza compacta y excelentes mármoles finamente labrados. El exterior de los muros se encontraba adornado con grandes pilastrones coronados por esbeltos

y puntiagudos remates que destacaban por encima del templo… …De los primorosos capiteles arrancaban nervios ojivales que sustentaban las bóvedas de crucería (Longobardo Carrillo, y Peña Carbonero, 1997: 255). Efectivamente, los restos arquitectónicos localizados en la excavación atestiguan la veracidad de las fuentes. Otra cuestión es el asunto de los restos óseos localizados, los cuales pensamos marcan dos momentos de enterramiento que intentamos explicar. (1) Yendo retrospectivamente, vemos que, en primer lugar, se ha localizado un estrato superficial de escombros de ladrillos y tierra limosa marrón UE2 que cubre las inhumaciones de dos individuos de edades diversas y condiciones sociales diferentes. Tendríamos por tanto, un conjunto de enterramientos con marcado carácter civil, según los restos infantiles encontrados, al igual que un botón de bronce muy deteriorado, que pudo obtenerse de la tumba nº 36, que se asociaba a un individuo masculino de grandes proporciones, vestido con traje, no con hábito de monje. La datación de esta fase de inhumaciones es posible en un período en el cual, aún conservando el sentido religioso de la iglesia, los espacios de culto originales ya no cumplen esa función o simplemente se usa la iglesia como lugar de enterramiento... (2) La ausencia de producciones talaveranas (cerámica) en los rellenos de estas fosas (osario de los antiguos restos de monjes del XVI y XVII) marcaría una cronología muy ceñida al siglo XVI, como período inicial de la construcción de la iglesia… Junto con los huesos, también encontramos bases de vidrio, hierro y un azulejo de arista, que recuerda a los fabricados con estilo isabelino, a principios del siglo XVI. Los huesos se encontraban revueltos, muy fragmentados, mezclados con tierra marrón-grisácea, de consistencia muy suelta que, probablemente, procediera de las antiguas inhumaciones. Los restos cerámicos podrían corresponderse con esa época, ya que se trataría de cuencos y platos de cerámica común

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melada que fueron encontrados, uno sobre otro en la margen Norte de la fosa UE-40 C3, con otro plato de color blanco, con la inicial de una R en su superficie, que también podría corresponderse con la época. Por lo que respecta al horno localizado en el ambiente A de la cata 1, decir que se trata de un horno de cocción, del cual se ha documentado sólo la boca, ya que los restos de la estructura se encuentran bajo la calle San Pedro, siendo, por tanto, imposible su excavación. Un posible paralelismo de este horno nos remontaríamos a un tejar del período romano (en nuestro caso, seguro es posterior; pero, las formas y funcionalidades se mantienen en el tiempo), en específico uno encontrado en el Camino del Peral, S/N, excavado extramuros (de Mérida), en las proximidades que llevan a la vía que llevaba a “Córduva”; excavado por José Carlos Saquete y Juana Márquez, en una

intervención realizada en diciembre-enero de 1995… (3) Por lo que respecta al resto del yacimiento, el Control Arqueológico no ha permitido comprobar la no existencia de restos arqueológicos en él.

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El Informe sobre el impacto en el Patrimonio Histórico, Arqueológico y Etnográfico del solar situado en C/V/ Banderas de Castilla, C/V/ San Pedro y C/V/ General Yagüe, en la localidad de Torrijos, en la provincia de Toledo, HA RESULTADO POSITIVO. En este solar, mediante trabajos arqueológicos de peritación, delimitación y caracterización estratigráfica, se ha documentado completamente, tal como se demuestra con el presente Informe y la documentación gráfica adjunta, los restos estructurales de los cimientos de la iglesia del Monasterio de Santa María de Jesús, que fue destruido y vendidas sus piedras en la época de la Desamortización de Mendizábal. Del mismo modo, la excavación arqueológica ha documentado la boca de un horno, que se localiza bajo la calle San Pedro y que, por tanto, no se ha podido excavar completo. Por último, mencionar que el Control Arqueológico de la mitad Sureste del solar ha sido negativo, comprobando la no existencia de restos arqueológicos en esta zona. Por tanto, esta Dirección Técnica da por suficientemente documentados los restos arqueológicos… Fdo.: Miguel Ángel Valero Tévar

VALORACIÓN ARQUEOLÓGICA

Notas: (1) Conforme ya afirmábamos, la iglesia sirvió de cementerio desde 1825 a 1835, en que fue construido el “Cementerio Viejo” de la carretera de Albarreal de Tajo, donde, actualmente, se halla la guardería infantil “Santísimo Cristo de la Sangre. (2) Lo que viene a reafirmar nuestro anterior aserto. La iglesia sirvió de cementerio durante una década. (3) Véase “Excavaciones Arqueológicas de Mérida. Memoria de 1994-1995.

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“Crónica de la Fundación y Progresos de la Provincia de Castilla de la Orden de San Francisco”. Fray Pedro de Salazar Libro IV Capítulo XVI Año 1612. (1) Del convento de San Francisco de Torrijos En la villa de Torrijos hay un convento suntuosísimo y muy famoso, cuya vocación es Santa María de Jesús. La causa y razón de este título queda dicho en la historia de Santa María de Jesús, de Alcalá. Fundaron este monasterio los Señores don Gutierre de Cárdenas, Comendador Mayor de León, y su mujer, doña Teresa Enríquez; y estos Señores fundadores de esta y sus sucesores, los Duques de Maqueda, son patrones de esta casa. Fundóse con licencia apostólica del Papa Alejandro VI, el cual dio sus Bulas a los Señores don Gutierre y doña Teresa, para edificar y acabar el monasterio de San Francisco de Observancia, que había comenzado a edificar en su villa de Torrijos, extramuros, “sub invocatione Santae Mariae de Iesu”. Y dio esta Bula y otra el miso Alejandro VI para que no se puedan dar ni prestar los ornamentos y plata, ni cosas de oro del servicio del altar y culto divino de este convento. Y expidieron estas Bulas año de 1502, habiéndose comenzado a edificar año de mil y cuatrocientos noventa y dos. Fue entregado a la Orden año de 1503. Recibióla el Padre fray Juan de Tolosa, que era Vicario Provincial, y fue en el principio del año, poco después de la muerte del Comendador Mayor, el cual murió este mismo año, en Alcalá de Henares, y hizóse traer a enterrar a esta su casa de Santa María de Jesús (2), donde está enterrado él y la Señora doña Teresa Enríquez, su mujer, en un suntuosísimo sepulcro que en esta casa tienen. Y después acá, se han enterrado todos los Duques sus descendientes en la Capilla Mayor, en donde hay una muy grande y bien labrada bóveda. (3)

Entre la entrada de la bóveda y al Altar

Mayor, está el sepulcro. Es muy hermoso y más rico que se puede pensar, porque es muy alto y está sustentado con doce leones de alabastro. Es de piezas de finísimo jaspe, engeridas en el alabastro por singular artificio, de manera que hacen una labor muy hermosa y vistosa. Sobre este sepulcro, están de bulto de una piedra de finísimo alabastro, los Señores don Gutierre de Cárdenas y doña Teresa Enríquez, su mujer. De tal manera va toda esta obra proporcionada que, cada cosa por sí y toda junta, parece muy bien y aumenta mucho la hermosura y grandeza de la Capilla. (4) Fundaron estos Señores esta casa, tan de propósito y con tanta devoción, que si miramos la grandeza del edificio y los gastos que hicieron, las cosas ricas y preciosísimas que le dieron y dejaron, le podemos tener por uno de los buenos edificios de nuestra Orden toda. Los que con ánimo valeroso y real comienzan suntuosos y superbísimos edificios, para que nunca perezca la memoria de los que los hicieron, o para demostración del ánimo generoso con que se edificó la tal obra, o de los tiempos, edad y siglo en que se le dio principio, acostumbran a echar en los cimientos, o medallas, o monedas de oro grandes, o algunas figuras de oro, que puedan, en los siglos venideros, manifestar el mundo quién fue el autor de aquella obra. Así, el Comendador Mayor echó en los cimientos unas piezas de oro grandes, para alguno de estos fines. Y con esta magnificencia se comenzó y continuó el edificio, de tal manera rico y hermoso que todo él parece dorado. (5) Fue inmenso el gasto que hizo porque con edificar en tiempo que los materiales valían muy baratos y los maestros y peones lo eran también, dicen que le costó este edificio ciento y treinta mil ducados, que si se hubiera de tasar y reducir a lo que al presente costara, fueran más de seiscientos mil ducados. Quien ha tratado del gasto excesivo que el

APÉNDICE DOCUMENTAL

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Comendador Mayor hizo en edificar su casa, parece que en esto no había más que esperar; mas fue tanto más lo que sin esto hizo, que parece lo pone en olvido. Porque, edificada la casa, fue tanto el oro y plata y brocados y sedas, tapicerías, alfombras y cosas preciosísimas, que dio para el servicio del convento, que parece no había comenzado a gastar nada. Fue en tanto exceso esto que, viniendo a visitar esta casa fray Francisco de los Ángeles, siendo Vicario Provincial de la Provincia de Castilla, (6) estando aún juntas todas las custodias, le pareció cosa escrupulosa tener los frailes de San Francisco Observantes tanta abundancia y demasía de riquezas inestimables. Y trató con la Señora doña Teresa (que el Comendador Mayor ya era muerto) que tomase y recibiese mucha plata y oro y tapicerías que al convento se habían dado. Y ella lo tomó y recibió y gastó en obras pías y santas. Especialmente, se llevaron treinta paños de pared y estos se vendieron, y los Guardianes gastaron el precio de ellos en acabar algunas cosas que les parecían necesarias al convento. Dejaron muy grande limosna de trigo y cebada y dinero para la sustentación de los frailes, porque daban cuarenta y ocho mil maravedís en dineros, para comprar la carne que habían de comer los religiosos; y trescientas fanegas de trigo y doscientas de cebada. Daban aves para la enfermería, cuantas eran menester. Pagaban las medicinas para curar los enfermos y proveían otras muchas cosas. Libros de Coro dieron todos los necesarios, tales que no hay ningunos que fueran mejores. Dejaron al convento una librería muy poblada de muchos y buenos libros. Son las oficinas de este convento tan grandes y espaciosas y bien edificadas, que algunos monasterios de la Orden las quisiera para iglesias y casas. Todas éstas quedaron tan bien proveídas y bastecidas de las cosas necesarias, que solas ellas dan bastantísima muestra del ánimo generoso de su fundador, el cual fue tal que, con lo que aquí sobró y se dio, se pudieran fundar y

acabar otros conventos. Tiene esta casa dos claustros muy grandes y cada uno en su tanto es muy bueno. Son muy bien edificados, muy fuertes y muy hermosos. Son de muy hermosa bóveda. Todas las paredes y muros son tan anchas y fuertes que dejan lo interior de la casa tan guardado y defendido, que no parece poder frío ni calor ofender a los moradores. Es el dormitorio una pieza tan alta y tan grande y tan bien enmaderada que, con lo ancho y alto y proporción que tiene, pone admiración a los que lo miran. Tiene el Duque en San Francisco, un cuarto, de tanto y tan buen aposento que, cuando en Torrijos no hubiera otro, pudiera bastantemente estar aposentado; porque es muy grande y tiene alto y bajo y aposento para pajes y criados. (7) Hay una huerta muy grande, y en ella hay tres ermitas muy bien edificadas. Y tiene, junto a nuestra huerta, el Duque, otra huerta muy buena. Y tuvieron la atención los Duques de hacer allí aquella huerta, para que los frailes pudieran espaciarse también en ella, y que tuviesen allí fruta y otros regalos, como muy de ordinario se hace esto siempre. La plata que dieron estos Señores fue tanta y en tanta cantidad, que no me pareció justo dejarlo de contar, porque se entienda la gran devoción que tenían y el generoso ánimo con que servían a Nuestro Señor. Y la obligación grande que la Orden tiene de encomendarlos siempre, muy de veras, a Nuestro Señor, y de tener a sus sucesores en grandísima estimación. Dieron una cruz grande, que pesó veintiocho marcos de plata y tres onzas. Unos candeleros de plata que pesaron veintinueve marcos y tres onzas. Un acetre, quince marcos. Un incensario, ocho marcos. La naveta, dos marcos. Un aguamanil, cinco marcos y siete onzas, otro aguamanil, cuatro marcos y siete onzas. Dos fuentes doradas, catorce marcos y siete onzas. Unas palabras de consagración, trece marcos y siete onzas. Un hostiario, tres marcos y dos onzas. Otro hostiario, dos marcos. Un

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portapaz, siete marcos. Unas vinajeras, más tres platos de plata, setenta marcos y os onzas. Una fuente para la lámpara, catorce marcos. Seis calderos de plata, ocho marcos. Dos niños de plata. Otros dos niños de plata. Dos cálices con patenas. Más seis cálices de plata sobredorados y de mucho peso. Y muchos ornamentos de brocados y seda, que hubo y ha habido en esta casa. Y muy rica sacristía, para lo que toca al culto divino y ornato de los sacerdotes y ministros del Altar que en las fiestas del Stmo Sacramento podían todos los sacerdotes ir en procesión con casullas de brocado muy ricas. Lo que se sacó de esta casa, porque se lo dio a la Orden, es lo siguiente: Un acetre de plata, dos hostiarios, una naveta con su cuchara, un portapaz grande, dos vinajeras grandes, dos aguamaniles, dos fuentes doradas, las palabras de la Consagración, un cáliz dorado, otro blanco, una patena dorada muy grande, que está en San Gil. Los ornamentos que se llevaron son éstos: Unas andas en que estaba el Santísimo Sacramento, de terciopelo negro; una tabla de la imagen de Nuestra Señora, con su caja; una manga de cruz de carmesí aceituní, unas toallas con franjas de oro, una cruz de aljófar labrada, un frontal verde con sus mangas, un frontal de carmesí, un frontal verde, un frontal de terciopelo morado, un frontal naranjado. Dos albas de naval, guarecidas de damasco verde, un paño grana de la tumba del Comendador, una pieza nueva y grande de chamelote, una casulla de aceituní negro, una capa de brocado carmesí, dos frontales de terciopelo carmesí ricos, un frontal de altibajo carmesí, un cobertor de brocado, de tres piernas; un dosel de carmesí, de cuatro piernas, una pieza de brocado de once varas y media, cuatro almohadas de terciopelo, una pieza de carmesí de cuarenta varas, una pieza de raso negro que tenía treinta varas, dos mil hojas de lata, otra imagen de Ntra. Sra., unas mangas de carmesí, un dosel negro que era de la tumba del Comendador Mayor. El Padre Provincial que trató con estos

Señores lo que los frailes harían y a lo que estarían obligados, por estar en esta casa y gozar de estas limosnas que estos Señores les hacían, fue el Padre fray Diego de Cisneros, Provincial de Castilla, y fray Antonio de Pastrana, y fray Juan de Marquina (sic), y fray Juan de Olmedillos, Definidores de la Provincia de Castilla, año de 1526”. (8) Notas: (1) Al realizar la transcripción completa del documento original, hemos destacado en negrita, los párrafos introductorios del mismo. (2) Tras su fallecimiento, los restos de don Gutierre de Cárdenas Chacón, Señor de Torrijos, fueron trasladados y depositados en la capilla funeraria familiar, en la desaparecida iglesia de San Pedro, de Ocaña, su villa natal, junto a los de sus padres don Rodrigo de Cárdenas y doña Teresa Chacón. Aún no estaba finalizada la capilla funeraria de Ntra. Sra. de la Encarnación, en el monasterio torrijeño de Santa María de Jesús (3) El túmulo funerario que, actualmente, se halla ubicado en el centro del Coro de la Colegiata del Santísimo Sacramento, en Torrijos, es una primorosa obra renacentista, esculpida por el italiano Juan de Lugano. En dicho lugar sólo se conservaban los bultos de “los Señores de Torrijos”, que descansaban sobre un “remedo de túmulo” de yeso y ladrillo, ornamentado por un escudo de la Casa de los Cárdenas Enríquez, flanqueado por dos estatuas de pequeños leones muy deterioradas. Providencialmente, en abril de 2002, cuando los ignorados fragmentos del túmulo, que se hallaban cubiertos de abundante “palomina” iban a ser tirados al Vertedero Municipal, nuestro Presidente, Julio Longobardo, los identificó y pudo detener tamaño desastre. Inmediatamente, la Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos promovió, realizó el proyecto y recabó medios económicos para sufragar la restauración de este monumento, orgullo de los torrijeños y motivo de especial admiración de quienes lo llegan a conocer.

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(4) Yerra fray Pedro de Salazar al considerar que el túmulo fue esculpido en alabastro. Don Gutierre, que jamás reparó en gastos, como lo prueba el suntuosísimo monasterio de Santa María de Jesús, entre otras muchas obras nacidas de su rico mecenazgo, lo dejó muy claro en la Cláusula 3ª de su Testamento: “Y cuando a Nuestro Señor pluguiere de me llevar de la presente vida, mando que el mi cuerpo sea sepultado en el monasterio de Nuestra Señora Santa María de Jesús, en la mi villa de Torrijos, que yo hago edificar, que es de la Orden del Bienaventurado Señor San Francisco; y allí se hagan dos sepulturas, en medio de la Capilla Mayor, la una para mí y la otra para doña Teresa Enríquez, mi legítima mujer, para que cuando la voluntad de Nuestro Señor fuere de la llevar de este mundo, que sea a largos años, seamos sepultados y estemos juntos, que es cosa justa que, pues en la vida nos amamos mucho, en la muerte no seamos apartados. Y sean hechas en las dichas sepulturas un bulto mío y otro de doña Teresa, de mármol, que es más durable que el alabastro. Y, alrededor de mi bulto, se pongan mis armas asentadas sobre una cruz de Santiago, como están los otros escudos de mis armas. Y sea mi bulto armado de hombre de armas con el manto del Capítulo, el cual esté abierto por delante, de manera que aparezcan las armas; y a los pies tenga una celada que tenga un paje; y la cabeza se ponga sobre una tarja, y póngase la cruz de Santiago de fuera y de dentro: el cual dicho manto de Capítulo tenga su hábito y su venera en dorado, y sus cordones delante”. (5) Hay testimonios de varios vecinos del barrio de “Las Colonias”, quienes aseguran que más de un “pirata-arqueólogo”, armado de detectores de metales, ha invadido impunemente el yacimiento, posiblemente en busca de tales tesoros. (6) Fray Francisco de los Ángeles Quiñones era, efectivamente, primo hermano de doña Teresa Enríquez, pues era hijo de su tío don Enrique Enríquez.

Ingresó en la Orden Franciscana en 1491. En 1498, le encontramos como paje de fray Francisco Jiménez de Cisneros. En 1517, en el Capítulo General de la Orden, celebrado en Roma, es elegido Definidor. En 1523, es General de la Orden. El Papa Clemente VII le encarga que medie con el ejército de Carlos V para evitar el vergonzoso “Saco de Roma”, el 2 de diciembre de 1526. El 7 de diciembre de 1527, Clemente VII le honra con la púrpura cardenalicia. Favoreció e impulso la reforma de la Observancia. Entre sus numerosas obras destaca “Breviarium Sanctae Crucis” y “Admoniciones y Avisos”. El cronista comete el error de confundir el apellido Marchena – que era el que correspondía a fray Juan – por “Marquina”. (7) El cronista se refiere al 1º Duque de Maqueda, don Diego de Cárdenas Chacón y Enríquez, primogénito de “los Señores de Torrijos”. El título le fue concedido por merced del Emperador Carlos V, en 1542. (8) Don Diego de Cárdenas y su madre, doña Teresa Enríquez, a la sazón muy anciana, no quisieron hacer valor los deseos de don Gutierre, refrendados por el Papa Alejandro VI, mediante el Breve “Dudum Tibi”, del 18 de marzo de 1500, mediante el que, además condenaba a la excomunión sacar del monasterio ornamentos, enseres y otros bienes; aunque fuesen destinados a usos piadosos y religiosos en cualesquier otros conventos, monasterios, iglesias, ermitas, hospitales y otros lugares. Datos que nos facilita el Castastro del Marqués de la Ensenada (“Examen de los peritos del tenor del interrogatorio de la letra A, con concurrencia del cura y capitulares del Ayuntamiento de esta villa”. En la villa de torrijos, en catorce días del mes de julio, año de mil setecientos cincuenta y tres. A la pregunta treinta y nueve, dijeron que en esta villa hay dos conventos, el uno de religiosos de la Orden de Nuestro Padre San Francisco, de la Antigua Observancia, y se compone su Comunidad de cincuenta moradores, en esta forma: veintiséis religiosos de misa, y en ellos, un Lector de

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Filosofía y otro de Moral; quince coristas, seis legos y un donado; sin incluir los sirvientes necesarios para el preciso menester de dicha Comunidad (…) (1) Nota: (1) “Examen de los peritos del tenor del interrogatorio de la letra A, con concurrencia del cura y capitulares del Ayuntamiento de esta villa. Apuntes tomados del Interrogatorio ordenado por el Cardenal Lorenzana, realizados por el párroco de San Gil, don Miguel Agudo (marzo-junio, 1787). “Este convento se principió año de 1492, y se entregó a la Orden, año de 1503, durando su construcción todo este intermedio. Sus fundadores fueron don Gutierre de Cárdenas y doña Teresa Enríquez, su mujer. Lo mandaron edificar con licencia de los Reyes Católicos, don Fernando y doña Isabel, y con Bula del Señor Inocencio Papa Séptimo. El número de sus religiosos puede regularse, por un quinquenio, entre treinta y seis a cuarenta. La construcción maravillosa de su iglesia y claustros correspondientes a la de San Juan de los Reyes, de Toledo, construido en aquel tiempo mismo, a expensas y por disposición de los Reyes Católicos. Permanece, en el fondo y puerta de la Capilla Mayor, un busto o sepulcro de mármol precioso de los dichos fundadores, con sus correspondientes armas y otro, al lado derecho, de su hijo don Alonso Gutiérrez, armado en ¿delante como caballero de Santiago, y que falleció año de 1496,como consta en la inscripción y medalla que tiene, y fue sepultado en el monasterio de la ciudad de Burgos. (1) El informante se refiere al monasterio burgalés de la Santísima Trinidad desde donde fue conducido y trasladado a éste, cuyo esqueleto embebido y enjuto se conserva en una urna separada y hecha en el Presbiterio al lado de la Epístola. Está dicho convento extramuros del pueblo, como contino tiene Estudios de Filosofía y

Gramática, no sólo para los religiosos, sino para os mismos del pueblo y de otras partes de su circunferencia; hallándose, en el día, algunos alumnos de esta casa en la Carrera de las Universidades y regencias particulares de sus Cátedras. Dicho convento tiene la extensión de dos preciosos claustros, cerrados por la parte de arriba y en arcos de superior elevación. El piso inferior de piedra ricamente labrada, y formados en punta de diamante. Hay en él, el correspondiente reparto de oficinas, una cocina de singular capacidad y de construcción acampanada, un refectorio de enmaderaje admirable en figura de un artesonado precioso, una Aula de Filosofía de figura mosaica y adornada de muchos emolumentos de los sujetos que han sido maestros, en calidad de Víctores. Tiene, finalmente, una fuente preciosa y admirable, que su abundancia sirve de riego a una huerta, después de abastecer a todos los que acuden para su consumo dentro y fuera. Es agua medicinal para detención o opresión de vías, para indigestiones o malas colaciones, para desganas de comer. Finalmente, de una constitución que, todo el que la bebe, no se vacía de su agradable dulzura y suavidad…” Nota: (1) Se refiere el informante al desaparecido monasterio trinitario burgalés de la Santísima Trinidad. Interrogatorio de la Comisión Provincial de Monumentos, de 1844 (Artículo aparecido en la revista “El Zoco”, en el Especial Sementera 2015, escrito por Francisco Javier de Fuentes y Roberto Félix, historiadores de la Asociación “Amigos de la Colegiata de Torrijos”). Ante la falta de prevención de la Ley de Desamortización, para intentar salvar de la ruina y la rapiña la inmensa riqueza que España poseía en arquitectura y obras de arte de todo tipo, se creaban, por Decreto de 13 de junio de 1844, las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos. Ese mismo año, por las circulares 233 y 234 del

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Boletín Oficial de la Provincia, se daban las instrucciones de funcionamiento y “obligaciones de los alcaldes respecto a las comisiones de monumentos históricos y artísticos”. Con el objeto de hacer una relación de los edificios, monumentos y objetos artísticos que por su belleza, antigüedad o historia, mereciesen ser conservados, a finales de ese mismo año, se remitió a las Alcaldías un cuestionario de 71 preguntas, estructuradas en monumentos Romanos, de la Edad Media, Árabes y del Renacimiento, que serían respondidas en asociación con el párroco y las personas inteligentes en los temas preguntados. En 9 de junio de 1845, el alcalde de Torrijos, Lucio Martín Maestro… Dado que en este trabajo nos ocupamos del monasterio de Santa María de Jesús, nos hemos permitido extraer, solamente, las respuestas correspondientes al mismo. Monumentos de la Edad Media ¿Cuántos conventos, monasterios iglesias y ermitas existen en el término de ese pueblo? Un convento extramuros que fue de Religiosos Franciscos y se encuentra inhabitable…

Su planta forma cruz griega o latina? ¿La cabeza es circular o semicircular? El convento extramuros forma cruz latina, su cabeza es circular (sic).

¿El Coro está en el centro de la iglesia o a los pies de ella? En el convento extramuros hubo tribuna… ¿Es cerrado o abierto? Los dos Coros están cerrados. ¿De qué material está construida la iglesia? Todas de piedra y cal. ¿Es toda de sillería o tiene también mampostería y ladrillo? La del convento extramuros, la Parroquia y el Hospital, de piedra de sillería con trozos de mampostería… ¿Está sostenida en el interior por columnas o por pilares? La Parroquial está sostenida por pilares, y las restantes son de una sola nave. ¿Los pilares son cuadrados, cilíndricos o compuestos de haz de columnas? Los de la Parroquia compuestos de haz de columnas, como los pilares embutidos en los muros del convento de afuera y Capilla del Hospital. ¿Qué clase de adornos tienen? Son filetes y medias cañas que se prolongan, esparciéndose para formar los arcos de las bóvedas. ¿Las asas de las columnas son llanas o elevadas? ¿Están esculpidas? ¿Hay en sus ángulos algunas figuras de grifos o tienen garras? ¿Son animales o plantas sólo? Son llanas. ¿Hay en el exterior o interior de la iglesia estatuas de barro o piedra? No hay.

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¿Qué figuras tienen las ventanas, cuadradas, redondas o apuntadas? Las ventanas son apuntadas… ¿Cuántas partes tienen más de anchas que de largas? Son de proporción gótica. ¿Están sostenidas lateralmente por columnas? ¿Se ven separadas interiormente por divisiones de piedras? ¿Tienen vidrios pintados? Sostenidas las de dichas tres iglesias por columnas que forman dos arcos góticos separados por una en el centro, y tuvieron vidrios pintados de que existen unos cortos fragmentos en la Parroquia.

¿Qué representan éstos y de qué tamaño son las figuras que contienen? ¿Hay en ellos algunos letreros latinos o góticos, que determinen su fundación? Figuraban estatuas naturales de santos. ¿Las bóvedas de la iglesia son arqueadas o apuntadas? ¿Están pintadas o conservan el color de la fábrica? ¿Sus molduras son angulosas o redondas? ¿Terminan en su centro con rosetones o florones, o tienen linternas? Las bóvedas de dichas iglesias están apuntadas, blanqueadas de cal y sin más adorno. ¿Las puertas de la iglesia son cuadradas, arqueadas o apuntadas? ¿Están sostenidas por columnas? ¿Hay figuras entre ellas? ¿Tienen una o dos hojas? ¿Hay alguna estatua o bajorrelieve en su clave? ¿Qué representa y qué dimensiones tienen las figuras? Son redondas y adornadas de bajorrelieves, con dos hojas. ¿El techo de la iglesia es plano o agudo, cubierto de tejas o de plomo? ¿Tiene alguna balaustrada la fachada? Los techos cubiertos de teja. ¿Están los muros sostenidos por m a c h o ne s e x te ri o re s ? ¿ E s t os machones están adheridos al muro o lo sostienen por medio de arcos abovedados? En todas las iglesias sostenidos los muros por machones exteriores adheridos.

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Excmo. Ayuntamiento de Torrijos (Toledo)

Un Ayuntamiento de todos