20
"Ponencia preparada para el XI Congreso Nacional de Ciencia Política, organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político y la Universidad Nacional de Entre Ríos, Paraná, 17 al 20 de julio de 2013" El costo de coordinar. Candidatos, entrada estratégica y fragmentación en elecciones presidenciales en América Latina Diego Luján [email protected] Departamento de Ciencia Política Facultad de Ciencias Sociales UdelaR Área temática: Política Comparada Subárea: Partidos Políticos y Sistemas Electorales Resumen. Los partidos políticos que presentan candidatos en elecciones presidenciales deben coordinar su entrada de modo de aprovechar eficientemente los votos que reciben y mejorar así sus probabilidades de ganar. A diferencia de los estudios basados en el lado de la demanda (los votantes), este trabajo busca explicar cómo los costos políticos de transacción afectan las decisiones de entrada de los candidatos e impiden la coordinación completa que reduce el número de candidatos. A nivel empírico, se analiza el nivel de fragmentación de la oferta electoral a nivel presidencial en América Latina para el período circa 1985-2011. Abstract. Parties in presidential systems have to coordinate their entry decisions to compete in elections, in order to maximize votes and improve their chances of winning the election. Unlike most research focused on the demand side (from voters), this paper explains how political transaction costs affect entry decision, limiting a complete electoral coordination that reduces the number of candidates in elections. Empirically, I analyze electoral fragmentation from the supply side of candidates at the presidential level, using data for eighteen Latin American countries for the period 1985- 2011.

Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

  • Upload
    gustavo

  • View
    217

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

vhgfjhvjhvjhvvjhvjvjhv jkkjbhjkhkjhkbbk hjhbjh kjhihkjhkjhkjh kjhkjhkjkjkj kgiuyiuyiuyiu iuyiuyiuyiuy iuyiuyiuyiuyiu

Citation preview

Page 1: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

"Ponencia preparada para el XI Congreso Nacional de Ciencia Política, organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político y

la Universidad Nacional de Entre Ríos, Paraná, 17 al 20 de julio de 2013"

El costo de coordinar.

Candidatos, entrada estratégica y fragmentación en elecciones presidenciales en América Latina

Diego Luján

[email protected]

Departamento de Ciencia Política

Facultad de Ciencias Sociales – UdelaR

Área temática: Política Comparada

Subárea: Partidos Políticos y Sistemas Electorales

Resumen. Los partidos políticos que presentan candidatos en elecciones presidenciales deben coordinar su entrada de

modo de aprovechar eficientemente los votos que reciben y mejorar así sus probabilidades de ganar. A diferencia de los

estudios basados en el lado de la demanda (los votantes), este trabajo busca explicar cómo los costos políticos de

transacción afectan las decisiones de entrada de los candidatos e impiden la coordinación completa que reduce el

número de candidatos. A nivel empírico, se analiza el nivel de fragmentación de la oferta electoral a nivel presidencial

en América Latina para el período circa 1985-2011.

Abstract. Parties in presidential systems have to coordinate their entry decisions to compete in elections, in order to

maximize votes and improve their chances of winning the election. Unlike most research focused on the demand side

(from voters), this paper explains how political transaction costs affect entry decision, limiting a complete electoral

coordination that reduces the number of candidates in elections. Empirically, I analyze electoral fragmentation from the

supply side of candidates at the presidential level, using data for eighteen Latin American countries for the period 1985-

2011.

Page 2: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

Introducción

Este trabajo tiene dos objetivos. En primer lugar, analizar la fragmentación en elecciones

presidenciales en los países latinoamericanos desde la restauración democrática hasta el presente.

En segundo lugar, el trabajo pretende sentar las bases para la elaboración de un modelo teórico de

entrada estratégica que contemple variables que han sido omitidas por la teoría disponible. Este

doble propósito no es sino el primer paso hacia una teoría explicativa de cómo se conforma la oferta

electoral para el máximo cargo de gobierno en sistemas presidencialistas como los

latinoamericanos. Esta teoría, si acaso es posible, debe contemplar los incentivos y restricciones que

enfrentan los potenciales candidatos cuando toman sus decisiones de entrada estratégica. Y ese es el

tema de este trabajo.

En América Latina, la tercera ola de democratización tuvo como consecuencia el predominio

de los procedimientos competitivos por el acceso a los cargos de gobierno. Sin embargo, a lo largo

del mismo período algunos países latinoamericanos han experimentado crisis políticas de diversa

magnitud, que han sido frecuentemente atribuidas a una excesiva fragmentación política. La

fragmentación dificulta la acción gubernativa en la medida en que promueve gobiernos minoritarios

y, por tanto, políticamente débiles. En este contexto y dado que el régimen de gobierno

presidencialista predomina en la región, la fragmentación partidaria ha estado largamente asociada

a una cantidad excesiva de candidaturas presidenciales.

Como se verá en la próxima sección, desde la reapertura democrática hasta el presente, la

mayoría de los países latinoamericanos han presentado un número de candidaturas presidenciales

que excede las previsiones teóricas. Este “exceso” en la oferta electoral es, en realidad, producto de

la incapacidad de los potenciales candidatos para coordinar su entrada estratégica. El número de

candidaturas está en equilibrio cuando los candidatos pueden coordinar sus decisiones de entrada a

la luz de los incentivos promovidos por las reglas de juego. Sin embargo, como se verá más

adelante, esta coordinación podría fallar bajo ciertas circunstancias, dando lugar a un número mayor

de candidatos.

La literatura sobre coordinación electoral reconoce los fallos de coordinación, pero los

vincula casi invariantemente con el lado de la demanda, es decir con los votantes. En consecuencia,

esta literatura supone que coordinar no tiene costo, por lo que los agentes coordinarán mientras les

sea mutuamente beneficioso. En cambio, nuestro trabajo sostiene que coordinar es costoso, pues

existen costos de transacción asociados a la coordinación, los cuales podrían inhibir transacciones

de coordinación mutuamente beneficiosas. Los costos de transacción evitan la coordinación

completa, y por tanto, causan un número de candidatos superior al límite teórico esperado. Por esta

razón, nuestro trabajo plantea la necesidad de considerar el lado de la oferta como primera causa de

Page 3: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

los fallos de coordinación.

En lo que sigue abordaremos el tema del siguiente modo. En primer lugar analizaremos la

fragmentación en elecciones presidenciales en América Latina desde los procesos de

redemocratización. En segundo lugar, analizaremos la literatura sobre la que se basa la previsión

teórica del límite superior de candidatos que compiten en una elección. En este punto, abordaremos

los principales aportes sobre coordinación electoral, y las distintas explicaciones sobre los fallos de

coordinación. Como veremos, estas explicaciones son insatisfactorias pues no consideran los fallos

en la coordinación de la entrada estratégica, centrándose únicamente en los fallos del lado de la

demanda. En tercer lugar, presentaremos las principales nociones sobre la teoría de los costos

políticos de transacción (transaction cost politics), y fundamentaremos las razones por las cuales es

conveniente considerar a la coordinación de la entrada estratégica como una transacción política. En

cuarto lugar, explicitaremos los orígenes de los costos de transacción que afectan la coordinación

del lado de la oferta (esto es, de la entrada estratégica), y la forma en la que estos inciden sobre las

decisiones de entrada de los candidatos. Finalmente, presentamos algunos comentarios finales a

modo de cierre.

Fragmentación en elecciones presidenciales en América Latina

Para medir la fragmentación de la competencia presidencial en América Latina escogimos el

Número Efectivo de Candidatos (NEC), y lo calculamos para el período que se inicia con los

procesos de redemocratización, hasta el año 2011. El NEC es una medida estandarizada y muy

difundida de fragmentación efectiva, del mismo modo que lo es el número efectivo de partidos

(Laakso y Taagepera 1979) a nivel de sistema de partidos. El NEC es utilizado por la mayoría de los

estudios sobre competencia entre candidatos (Cox 1997; Jones 1999; Lijphart 1994; Taagepera y

Shugart 1989) como una medida adecuada para calcular el nivel de fragmentación1.

Los Gráficos 1 y 2 reúnen información del Número Efectivo de Candidatos presidenciales

para dieciocho países latinoamericanos durante el período circa 1985-2011. Como vemos en el

Gráfico 1, existe varianza entre los países considerados, tanto en el NEC promedio como en el valor

del desvío estándar. De acuerdo a los datos, aquellos países que tienen un NEC promedio menor,

también presentan un desvío menor. De hecho, el coeficiente de correlación entre la media y el

desvío estándar es de 0.71, lo que significa que los países que presentan un mayor número de

candidatos a lo largo de la serie también presentan, en general, mayores desvíos respecto a la media.

Esto es relevante, porque nos permite verificar no sólo el promedio de candidatos efectivos, sino

1 El NEC se calcula del siguiente modo: 1/∑xi

2, donde xi es la proporción de votos que obtuvo el

candidato iésimo en la elección considerada.

Page 4: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

también -especialmente en aquellos países que superan la expectativa teórica de número de

candidatos efectivos- considerar si ese desvío ha sido estable a lo largo del tiempo.

Gráfico 1. Número Efectivo de Candidatos presidenciales. Media vs. Desvío Estándar

De acuerdo a las expectativas teóricas, deberíamos esperar entre dos y tres candidatos

efectivos compitiendo por la presidencia, dependiendo el tipo de reglas que regulen la competencia

presidencial en cada país. En una elección uninominal como es la presidencial, bajo un sistema de

mayoría relativa o simple (MR) debería haber como máximo dos candidatos viables2. A su vez, bajo

un sistema de mayoría absoluta con doble vuelta (MA) deberíamos esperar tres candidatos como

límite superior. Estas previsiones han sido extensamente estudiadas por la literatura, llegando a la

conclusión de que existe una fuerte asociación entre el tipo de reglas que operan en una elección y

el número efectivo de candidatos resultante (Cox 1997; Duverger 1954; Myerson y Weber 1993;

Palfrey 1989; Riker 1982; Taagepera y Shugart 1989). El mecanismo que explica esta asociación es

la adaptación estratégica de los candidatos y los votantes a las reglas que enfrentan. Bajo un sistema

de MA, en la medida en que la primera vuelta deparará dos ganadores, el tamaño de la

circunscripción que enfrentan los candidatos es igual a dos y por lo tanto son viables tres

candidatos, de acuerdo a la regla de M+1. De este modo los sistemas de MA presentan mayores

incentivos para la entrada estratégica de candidatos que los de MR.

Lo mismo sucede con el tercer tipo de reglas adoptadas por algunos países latinoamericanos:

2 Al respecto, más adelante analizaremos con detalle esta expectativa teórica, surgida básicamente de la reconocida

regla de M+1 (Cox 1997), según la cual el límite superior de candidatos viables para cualquier elección está dado

por el número de cargos en disputa (el tamaño de la circunscripción, M), más el primer perdedor. Asumamos por el

momento, que esta regla funciona adecuadamente para las elecciones presidenciales bajo cualquier sistema de

reglas.

1,50 2,00 2,50 3,00 3,50 4,00 4,50 5,00 5,50

0,00

0,20

0,40

0,60

0,80

1,00

1,20

1,40

1,60

Honduras

NicaraguaCosta Rica

Chile

El SalvadorColombia

Mexico

Panama

VenezuelaParaguay

Dominican Rep.

Uruguay

ArgentinaBrazil

Peru

Bolivia

Guatemala

Ecuador

Mean

Std

. D

evia

tio

n

Page 5: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

el sistema de segunda vuelta con umbral reducido (SVUR). Bajo este sistema, existirá un ganador si

en la primera vuelta obtiene a un porcentaje de votos superior a cierto umbral determinado por la

ley electoral, que en general oscila entre 35% y 45%. Adicionalmente, el umbral puede establecer

como requisito adicional cierto porcentaje de ventaja respecto al segundo candidato más votado

(generalmente 10%). Si ninguna de estas cosas ocurre, entonces la elección se definirá en una

segunda vuelta entre los dos candidatos más votados. Los incentivos que presenta este sistema

dependen en buena medida de cuán exigente sea el umbral. Si éste es relativamente accesible,

entonces es esperable encontrar resultados similares a los que se darían bajo un sistema de MR. De

lo contrario, frente a umbrales muy exigentes (cercanos al 50%, o bien con un requisito de distancia

considerable respecto al segundo) es de esperar una fragmentación similar a la que existiría bajo

MA.

Gráfico 2. Número Efectivo de Candidatos presidenciales en América Latina circa 1985-2011

Como vemos en el Gráfico 2, entre los países que conservan el sistema de MR (Honduras, México,

Panamá, Paraguay y Venezuela) existen diferencias importantes en el NEC promedio. Honduras

parece responder apropiadamente a la fórmula genérica de M+1 como límite superior, dado que se

encuentra ligeramente por encima de los dos candidatos (2.14). Mientras, los otros cuatro países que

integran ese grupo presentan un NEC promedio considerablemente superior al límite teórico. Entre

ellos, el NEC promedio es casi idéntico: Panamá, Paraguay y Venezuela coinciden exactamente en

el valor 2.70, al tiempo que México se encuentra ligeramente por debajo (2.66). Además, estos

países han experimentado NEC máximos muy superiores a la expectativa teórica en ciertas

Page 6: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

elecciones, lo cual queda reflejado en la magnitud de los desvíos estándar. Lo mismo puede decirse

para los países que han adoptado sistemas de MA o de SVUR. En este último caso, también entre

este grupo de países la varianza es grande. Nicaragua, Colombia y Costa Rica tienen un NEC

promedio menor a tres candidatos, mientras Argentina, Bolivia y Ecuador superan los tres

candidatos efectivos en promedio, por lo que estarían por encima del límite superior previsto

teóricamente. En tanto, en aquellos países con un sistema de MA (Brasil, Chile, El Salvador,

Guatemala, Perú, República Dominicana y Uruguay) el número de candidatos efectivos promedio

oscila entre 2.56 (Chile) y 4.54 (Guatemala). En este grupo de países claramente Brasil (3.37), Perú

(3.43) y Guatemala (4.54) están por encima de la predicción teórica.

Como vemos, la varianza en el número de candidatos presidenciales promedio parece ser

relativamente independiente del tipo de reglas, al menos en el sentido de que bajo los tres tipos de

reglas que regulan la competencia presidencial en América Latina existen países con un NEC

promedio significativamente mayor al previsto teóricamente. En la Tabla 1 se presenta un resumen

de los dieciocho países, tomando en cuenta el tipo de regla para la elección presidencial y el ajuste

del NEC promedio al límite superior previsto por la teoría, de acuerdo a la fórmula de M+1.

Tabla 1.

Resumen. Ajuste del NEC al límite teórico (M+1) en elecciones presidenciales

País NEC Regla Ajuste Estable

Argentina 3.26 SVUR NO NO

Bolivia 4.26 SVUR NO NO

Brasil 3.37 MA NO NO

Chile 2.56 MA SI SI

Colombia 2.63 SVUR SI SI

Costa Rica 2.51 SVUR SI SI

Ecuador 5.09 SVUR NO NO

El Salvador 2.61 MA SI SI

Guatemala 4.47 MA NO NO

Honduras 2.14 MR SI SI

México 2.66 MR NO SI

Nicaragua 2.45 SVUR SI SI

Panamá 2.70 MR NO NO

Paraguay 2.70 MR NO NO

Perú 3.43 MA NO NO

R. Dominicana 2.97 MA SI SI

Uruguay 3.04 MA SI SI

Venezuela 2.70 MR NO NO

Page 7: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

Los países que no se ajustan a la previsión teórica son aquellos que tienen mayores desvíos respecto

a la media, es decir los más inestables en términos de NEC (Gráfico 2), excepto México que parece

ser el único caso cuyo NEC excede la regla de M+1 de modo estable. En resumen, todos aquellos

países que están por encima de la previsión teórica han experimentado, a lo largo del período

considerado, problemas para conformar una oferta presidencial eficiente de acuerdo a los incentivos

promovidos por las reglas electorales. Esta particularidad necesita una explicación. ¿Cómo se

explica este desvío? ¿Existen características comunes a estos sistemas políticos que promueven un

mayor número de candidatos presidenciales?

Este trabajo sostiene que algunos sistemas políticos tienen ciertas características que los

llevan a enfrentar importantes costos políticos de transacción (North 1990), los cuales pueden

inhibir la coordinación electoral entre candidatos de distintos partidos que compiten por la

presidencia. Dado que el principal mecanismo de reducción de la oferta es la coordinación electoral

(Cox 1997), cualquier factor que la inhiba dará como resultado un mayor número de candidatos que

los que prevé la teoría. En adelante, intentaremos mostrar cómo se componen estos costos de

transacción asociados a la coordinación electoral, y cómo inciden en las decisiones individuales de

los potenciales candidatos a la hora de decidir su entrada estratégica en la competencia.

La coordinación electoral en perspectiva

A grandes rasgos, la coordinación electoral puede definirse como un conjunto de procesos mediante

los cuales grupos de votantes o candidatos coordinan sus acciones con la finalidad de obtener

mejores resultados en los procesos electorales (Cox 2000:49). En consecuencia, la coordinación

electoral tiene dos lados: el lado de la oferta (las élites partidarias en general, y los candidatos en

particular), y el lado de la demanda (los votantes)3. El resultado de la coordinación electoral exitosa

es la reducción en el número de candidatos en competencia.

Del lado de la oferta, se evita el desperdicio de votos cuando los candidatos cuyo desempeño

esperado es pobre renuncian a sus postulaciones de modo que, previsiblemente, sus votantes

encuentren un candidato alternativo al cual poder apoyar con su voto. En consecuencia, la

coordinación electoral del lado de la oferta es el acuerdo implícito o explícito entre potenciales

candidatos, cuyo objetivo es aprovechar del modo más eficiente los votos que podrían obtener, de

modo de maximizar la probabilidad agregada de ganar la elección. En ese sentido, la coordinación

electoral del lado de la oferta tiene como consecuencia la reducción de las candidaturas, lo cual

3 Cox (1997) señala que un sistema electoral puede asociarse a un sistema de intercambios similar al de los mercados

económicos competitivos. La oferta y la demanda estructuran la competencia, de la cual emerge un equilibrio

competitivo similar al de los mercados económicos.

Page 8: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

vuelve más eficiente el aprovechamiento de los votos que reciben los candidatos sobrevivientes.

Cox sugiere que “Successful electoral coordination necessarily involves a reduction in the number

of competitors; but such a reduction just as necessarily entails a selection of which competitors will

survive, and this selection potentially has important policy effects” (Cox 1997:5).

Del lado de la demanda, los votantes pueden concentrar sus votos en unos pocos candidatos

que consideran viables de acuerdo a las expectativas existentes. De este modo, también se produce

una reducción en la cantidad de candidatos viables, pero esta es una reducción ex post, es decir la

reducción opera una vez los candidatos han entrado en la competencia. El lado de la demanda actúa

a la vez como un incentivo para que la coordinación a nivel de las élites (lado de la oferta) sea

exitosa. Si un candidato supone que será afectado por la coordinación de los electores,

probablemente estará dispuesto a resignar su candidatura a cambio de algún beneficio asociado a tal

decisión4.

El resultado agregado de estos dos mecanismos actuando concurrentemente, es que la

cantidad de candidaturas estará en equilibrio. Tal como ha señalado Cox (1997) la regla de M+1

opera teóricamente para cualquier magnitud de circunscripción y regla electoral. Si M es el tamaño

de la circunscripción, el límite superior de candidatos viables es igual a M+1, es decir la cantidad de

cargos en disputa más el primer perdedor.

Como vemos, la coordinación exitosa es sumamente exigente: requiere de un sistema

electoral que la permita e incentive; de unas preferencias políticas capaces de entrar en negociación

con otros partidos con preferencias más o menos distantes; y de niveles de información, formación

de expectativas comunes y capacidad de procesamiento considerablemente altos. Es por ello que al

igual que los mercados económicos, los mercados político-electorales pocas veces se encuentran en

equilibrio5.

Las reglas electorales constituyen un factor decisivo a considerar en relación con la

probabilidad de que exista una coordinación exitosa. Es generalmente aceptado que las reglas

electorales tienen una incidencia decisiva sobre el nivel de fragmentación del sistema de partidos, y

por ende sobre el nivel de fragmentación de la oferta electoral medida en términos de candidatos.

Esta formulación se debe a las sucesivas contribuciones de varios estudiosos de los sistemas

electorales (Cox 1997; Duverger 1954; Rae 1971; Sartori 1994; Tageppera y Shugart 1989) quienes

4 El beneficio podría ser simplemente evitar el costo de correr, pero también podría ser alguna compensación en materia

de cargos, de políticas (de acuerdo a la proximidad ideológica del candidato favorecido por el retiro estratégico) o

simplemente mejorar sus chances de ser candidato en el futuro. 5 Cox sostiene que: “Equilibrium, whether economic or political, may of course be a rare Bird”. (Cox 1997:7). Más

adelante señala: “Such evident and important nonequilibrium examples notwithstanding, equilibrium analysis has been

fundamental to market economics for some two hundred years. One of the premises of this book is that equilibrium

analysis ought also to be fundamental to the understanding of elections” (Cox 1997:8)

Page 9: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

asumen que el mecanismo causal detrás de los efectos de las reglas es el cálculo estratégico. En

consecuencia, el exceso de oferta electoral -es decir, el número de candidatos a partir del cual

algunos electores desperdician sus votos en candidatos inviables- es consecuencia de fallos de

coordinación, es decir de la incapacidad de los agentes para actuar estratégicamente de acuerdo a

los incentivos promovidos por las reglas de juego. Sin embargo, veremos inmediatamente que pese

a que la lógica estratégica está presente tanto del lado de la oferta como del lado de la demanda, las

explicaciones disponibles para los fallos de coordinación se han centrado casi por completo en la

demanda. Esas explicaciones -a menudo basadas en problemas de información, expectativas y

estabilidad en la competencia- sugieren que en ocasiones existen restricciones para el voto

estratégico por lo que los votantes son incapaces de coordinar adecuadamente sus decisiones de

voto. La pregunta es entonces ¿por qué motivo esas circunstancias sólo afectarían a los electores, y

no a los potenciales candidatos?

En realidad, una respuesta satisfactoria a la pregunta anterior requiere de incorporar un

enfoque dinámico sobre la coordinación electoral, que contemple la secuencia según la cual los

candidatos y los votantes toman sus decisiones de entrada y voto, respectivamente. Vistos así, los

fallos de coordinación son el resultado final de dos fallos sucesivos. El primero de ellos corresponde

a las élites partidarias, las cuales fracasan en la coordinación de sus decisiones de entrada

estratégica. El segundo tiene lugar entre los electores, quienes fracasan en coordinar sus decisiones

de voto estratégico, convalidando de alguna manera el fallo inicial a nivel de élites, y dando como

resultado un número efectivo de candidatos por encima del límite superior previsto por la fórmula

M+1. Dado que las decisiones de entrada anteceden temporalmente a las decisiones de voto

(Diagrama 1), es necesario explicar por qué motivo las élites políticas podrían incurrir en fallos de

coordinación en la entrada estratégica, dado que sólo entonces los electores tendrían la posibilidad

de resolver -o no- el fallo a través de la coordinación estratégica de sus decisiones de voto.

Diagrama 1. Secuencia temporal de las decisiones de entrada y de voto

Page 10: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

Fallos de coordinación: explicaciones disponibles

Como sabemos, la magnitud de la circunscripción es la variable clave que define cuán permisivo es

un sistema electoral (Taagepera y Shugart 1989). A su vez, esta variable está inversamente

relacionada con la necesidad de coordinación electoral. Mientras más pequeño es el tamaño de la

circunscripción, más necesaria es la coordinación entre los candidatos para poder obtener el cargo.

En ese sentido, la necesidad de coordinar se hace máxima bajo una circunscripción uninominal. Sin

embargo, tal como mostramos en la primera sección de este trabajo, aún en elecciones

presidenciales (es decir, con circunscripciones uninominales) los fallos de coordinación son

relativamente frecuentes. En consecuencia ¿cómo pueden explicarse estas desviaciones? En otras

palabras ¿qué explicaciones existen para los fallos de coordinación?

Cox (1997) sostiene que los fallos de coordinación pueden deberse a cuatro causas: a)

votantes no instrumentalmente racionales en el corto plazo; b) falta de información sobre cuáles

candidatos no son viables; c) la expectativa de un ganador seguro y d) electores idiosincráticos,

quienes tienen una preferencia muy intensa por su primera opción e indiferencia frente al resto.

Como vemos, las causas son básicamente dos: la primera y la cuarta se relacionan con las

preferencias y comportamiento de los electores; la segunda y la tercera con la formación de las

expectativas. Pero lo que las cuatro tienen en común es que se centran en el lado de la demanda. La

explicación de Cox –como casi todas las explicaciones disponibles- supone que, de enfrentarse a un

contexto con expectativas claras y a un electorado racional y con preferencias ordenadas, las élites

siempre podrían coordinar sus decisiones de entrada de modo de maximizar sus objetivos de

resultar electos. En otras palabras, está implicito que la coordinación de la oferta no tiene costo.

La formación de expectativas y la cantidad y calidad de información disponible son

cuestiones fundamentales en la explicación de los fallos de coordinación. ¿Cuál candidato decidirá

un retiro estratégico en ausencia de información suficiente y confiable acerca de sus posibilidades

reales? Estas cuestiones ponen en evidencia que en contextos de escasa información, las

expectativas podrían ser confusas e incluso contradictorias, impidiendo la coordinación entre los

electores6. Myatt (2007) considera que los modelos de equilibrio duvergeriano presentes en Palfrey

(1989), Myerson y Weber (1993) y Cox (1994) descansan en última instancia en el supuesto de la

formación de expectativas como conocimiento de dominio púbico (common knowledge). Relajar

este supuesto hacia situaciones algo más realistas, produce resultados sólo compatibles con la

6 Precisamente, este trabajo pretende mostrar que todas estas cuestiones inciden también en las decisiones de entrada

de los candidatos. En otras palabras, la información y la formación de expectativas son cruciales para los votantes

(lado de la demanda), pero también, y muy especialmente para los candidatos (lado de la oferta).

Page 11: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

coordinación incompleta, y cuya consecuencia es el equilibrio no duvergeriano. Sin embargo, en el

modelo de Myatt, el levantamiento del supuesto de conocimiento público afecta a las decisiones de

los electores, no de las élites. Es decir, el conocimiento imperfecto sobre los candidatos con

posibilidades reales impide que los electores puedan coordinar sus votos. Pero no hay nada en el

modelo de Myatt que muestre cómo el conocimiento imperfecto afecta las decisiones de entrada de

los potenciales candidatos. Una vez más, la explicación descansa en el lado de la demanda.

En la misma línea, el contexto en el que se desarrolla la competencia electoral también debe

tener consecuencias sobre la probabilidad de que se produzcan fallos de coordinación. Crisp,

Olivella y Potter (2012) consideran que un contexto predecible y sencillo, mejora las probabilidades

de coordinación electoral, mientras que un contexto incierto y complejo, aumenta la probabilidad de

que ocurran fallos de coordinación. La dificultad para formar expectativas fundadas sobre el

desempeño esperado de los distintos candidatos está en la base de los fallos de coordinación. Esta

explicación también descansa en el lado de la demanda. Los electores son incapaces de coordinar

sus votos de modo que votan sinceramente, lo que lleva a que los partidos que constituyen su

primera preferencia pueden quedar sin obtener representación.

Algunos autores como Tavits y Annus (2006) y Lago y Martínez (2012) consideran que en

las democracias nuevas se presentan condiciones más propensas a los fallos de coordinación. En la

medida en que no existen patrones estabilizados de competencia, las nuevas democracias (como las

de Europa oriental) tienen dificultades para una correcta formación de expectativas acerca de cuáles

candidaturas son viables y cuáles no lo son. Los sistemas democráticos son más exigentes que los

no democráticos en materia de información y habilidades que requiere por parte de los ciudadanos

para su correcto procesamiento. En consecuencia, los regímenes recientemente democratizados

generan las condiciones que facilitan los fallos de coordinación. Sin embargo, estos deberían ser

menos frecuentes a medida que se desarrolla la competencia y los electores tienen más posibilidades

de formarse expectativas ciertas sobre el desempeño de los distintos partidos. Más allá de que el

argumento relacionado a los regímenes de reciente democratización parece razonable, el mismo

coloca los fallos de coordinación una vez más del lado de la demanda. ¿Por qué motivo la falta de

información o de patrones estables de competencia afectarían únicamente a los electores? ¿Acaso

las élites partidarias no necesitan tanta o más información que los electores para tomar sus

decisiones de entrada?

Es necesario considerar otras cuestiones que hacen a la decisión de entrada de los

candidatos. En primer lugar competir es costoso. En consecuencia, el costo de correr es una variable

clave a tener en cuenta en las decisiones de entrada, en la medida en que éstas reflejarán el impacto

de estos costos. En otras palabras, frente a la decisión de entrar en la competencia, los candidatos

Page 12: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

consideran qué posibilidades reales tienen de poder afrontar adecuadamente el costo de correr.

Indridason (2008) considera que la probabilidad de fallos de coordinación depende en última

instancia de los costos de correr que enfrenta cada candidato y no necesariamente de la

incertidumbre7.

Existen algunas excepciones, entre las que podemos citar un par de estudios que consideran,

al menos en parte, los fallos del lado de la oferta. Benoit (2001), a propósito del estudio de las

elecciones en Hungría de 1998 (ocho años después de su democratización), señala: “the existence of

electoral coordination, therefore, presumes a fairly high level of experience with the democratic

contest in addition to the existence of rational and strategic parties and voters” (Benoit 2001:2).

Desde su visión, es crucial la experiencia previa tanto para electores como para las élites partidarias.

Lago y Montero (2008) también consideran que los fallos de coordinación pueden generarse del

lado de la oferta. Retomando a Cox (1997), señalan que la coordinación depende en buena medida

de cuán permisivo es el sistema electoral (esto es, la magnitud de la circunscripción), de las

preferencias de la élite, y de la información disponible sobre cuáles candidaturas son viables. Sin

embargo, su objetivo no es explicar los fallos de coordinación en sí mismos, sino el modo en que

los partidos enfrentan los distintos incentivos en sistemas electorales mixtos, o multinivel. Por lo

tanto, no disponen de un modelo explicativo para las decisiones de entrada de candidatos en una

competencia de un solo nivel. Por otra parte, dado que se enfocan en elecciones legislativas, el

dilema que enfrentan los partidos es cómo obtener el mayor número de bancas posible, mientras que

en una elección uninominal como la presidencial, este dilema no está presente.

En suma, los fallos de coordinación a nivel de la oferta o de las élites, han sido escasamente

considerados por las explicaciones disponibles. De acuerdo al argumento presentado en este trabajo,

los fallos de coordinación en la entrada estratégica (es decir, del lado de la oferta), pueden ser

explicados a partir de los costos de transacción asociados a la reducción de la oferta electoral. En

otras palabras, sabemos que competir es costoso, pero esa es sólo una parte de la historia. Para tener

una teoría completa sobre los fallos de coordinación debemos considerar también que coordinar es

costoso. Por lo tanto, el número de candidatos que compiten en una elección constituye un

equilibrio que refleja un trade off entre el costo de competir y el costo de coordinar (Diagrama 2).

El costo de correr desalienta la entrada (signo negativo) porque representa el costo de

ingresar en la competencia. El costo de coordinar la incentiva (signo positivo) en la medida en que

torna más dificultoso el acuerdo entre potenciales candidatos, dando lugar a una oferta mayor a la

7 Sin embargo, hasta cierto punto existe una relación entre incertidumbre y el costo de correr. La posibilidad de obtener

recursos para financiar estos costos está relacionada con las expectativas: si los potenciales financiadores de un

candidato consideran que éste no tiene chances de ganar, no lo financiarán. Si creen que podría ganar, entonces lo

financiarán y el candidato podrá enfrentar los costos asociados a su decisión de competir.

Page 13: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

que habría si consideramos que la coordinación no es costosa. Al no considerar el costo de

coordinar la literatura ha asumido por defecto que el mismo no existe. En consecuencia ha quedado

sin explicar la secuencia inicial que da origen al fallo de coordinación como resultado final. Ese es

el motivo por el cual las explicaciones sobre fallos de coordinación se recuestan sobre el lado de la

demanda: asumen que la coordinación de la oferta se autorregulará al estilo de una mano invisible.

Como consecuencia, estas teorías sólo pueden explicar los fallos de coordinación por la

descoordinación de los votantes.

Diagrama 2. Trade off: costo de correr y costo de coordinar

Entrada Estratégica Formación de la oferta

Costo de Correr (-) NEC ≤ M+1

Costo de Coordinar (+) NEC > M+1

En cambio, considerar que la coordinación es costosa obliga a abordar el modo en que se conforma

la oferta, pues es allí donde se inicia la secuencia que da origen a los fallos de coordinación. El

costo de coordinar puede ser resumido en una categoría general que proviene del análisis

económico: costos de transacción. A pesar de su origen, hace ya un tiempo que esta categoría se ha

integrado al análisis de los fenómenos políticos, bajo la etiqueta de costos de transacción políticos

(transaction cost politics, Arias y Caballero 2003; Dixit 1996; Epstein y O'Halloran 1999; North

1990; Weingast y Marshall 1988).

La coordinación de la entrada estratégica como una transacción entre candidatos

A partir de la incorporación de los costos de transacción, la economía ha buscado explicar la

supresión del sistema de precios y su reemplazo por la integración vertical en las organizaciones y

empresas. Coase (1937; 1960) inicialmente desarrolló este concepto aplicándolo a la explicación de

porqué algunas empresas suprimen el mecanismo de precios para pasar a integrarse verticalmente.

Según esta visión, los intercambios basados en el mecanismo de precios conllevan costos asociados,

de modo que algunos intercambios no serán convenientes para las partes una vez que se consideran

estos costos. En consecuencia, cuando los agentes deben negociar bajo el mecanismo de precios

propio de un mercado competitivo, pueden no alcanzar el resultado óptimo, quedando sin realizar

algunas mejoras paretianas posibles. El resultado es que agentes racionales buscarán mecanismos

Page 14: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

que reduzcan los costos de transacción, como por ejemplo la integración vertical, es decir la unión

de agentes previamente dispersos. La integración vertical supone que un vértice dispone de

comando y control sobre el resto de las unidades que componen la organización, y de este modo

reduce los costos de transacción, haciendo más eficiente la producción. Así, la estructura

organizacional e institucional responde a los incentivos que los agentes económicos tienen para

reducir sus costos de transacción.

Análogamente, la teoría de los costos políticos de transacción considera que los agentes

políticos interactúan en base a transacciones, es decir a intercambios de bienes políticos que

también están sujetos a costos de transacción, en este caso políticos. Asumiendo estos fundamentos,

podemos definir a la coordinación de la oferta como un tipo específico de transacción política. Esta

transacción implica que uno o varios candidatos deciden no entrar en la competencia, favoreciendo

directa o indirectamente al candidato sobreviviente, existiendo la posibilidad de compensación por

dicho retiro estratégico.

Explicar los fallos de coordinación a partir de los costos políticos de transacción también

implica incorporar la dimensión temporal en el análisis, en la medida en que los costos de

transacción se ven incrementados notablemente por el problema del flujo de beneficios no

contemporáneos (Weingast y Marshall 1988). En efecto, dado que el flujo de beneficios puede estar

diferido en el tiempo -en particular para el o los candidatos que deciden no competir- la

incertidumbre asociada al valor futuro del bien intercambiado se vuelve crucial. En especial, en

ambientes caracterizados por una alta inestabilidad e incertidumbre, el valor futuro de un retiro

estratégico puede resultar tan bajo que vuelva inconveniente la transacción para el candidato que

decide salir de la competencia en el presente. El equilibrio duvergeriano es por esencia un equilibrio

estático. En cambio, la incorporación del enfoque de costos políticos de transacción permite

contemplar los efectos dinámicos existentes en la coordinación entre candidatos, entendida como

una transacción política. El enfoque dinámico propuesto en este trabajo requiere descomponer la

secuencia temporal que da lugar a un fallo de coordinación como resultado final, tal como quedó

expresado en el Diagrama 1.

Hacia una explicación de la entrada estratégica con costos de transacción

En un mundo sin costos de transacción, todos los intercambios que aumenten la eficiencia global

serán llevados a cabo. En la medida en que el intercambio no es costoso per se, los intercambios

(esto es, las transacciones) se llevarán a cabo hasta el punto en que ganancias y pérdidas se igualen,

es decir hasta que no haya oportunidad para un nuevo intercambio. Sin embargo, en un mundo con

costos de transacción positivos necesariamente existirán intercambios que mejorarían la eficiencia

Page 15: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

global (es decir, reducirían la cantidad de candidatos viables) que no serán llevados a cabo. Un

mundo como este, no podrá estar situado en un equilibrio óptimo, sino que permanecerá situado en

equilibrios sub-óptimos. Para el mercado político-electoral, esto significa que debe haber una

cantidad positiva (>0) de votos que son desperdiciados porque están destinados a candidaturas

inviables. Como puede advertirse, el análisis de los costos de transacción en los mercados político-

electorales lleva a considerar a los fallos de coordinación como la regla, antes que como la

excepción y a una predicción de coordinación incompleta. Si los costos de transacción dificultan la

coordinación entre las élites partidarias y pueden ocasionar fallos del lado de la oferta, ¿cómo

operan sobre las decisiones de entrada de los candidatos potenciales?

Los costos de transacción asociados a la reducción de la oferta pueden tener diversos

orígenes. De modo general, los costos de transacción que afectan los intercambios en los mercados

políticos están relacionados con la cantidad y calidad de información disponible; la incertidumbre

que presenta el ambiente en el que los agentes toman sus decisiones; la inconsistencia temporal de

los beneficios futuros y aspectos relacionados a la medición de los bienes intercambiados y al

enforcement de los acuerdos. Estos aspectos están relacionados con tres variables independientes

que inciden sobre la probabilidad de una coordinación electoral exitosa: las preferencias en materia

de policies; las expectativas de las élites, y la existencia de etiquetas partidarias consolidadas.

Resumiendo, el costo de coordinar está compuesto por los costos de transacción que

provienen de, al menos, tres fuentes. En primer lugar, las preferencias de política pública de los

agentes, que están relacionadas con su ubicación en el continuo izquierda-derecha. La posición

ideológica de los agentes encierra un conjunto de preferencias sobre diferentes áreas de políticas

públicas que en general guardan cierta coherencia. Por ello, partidos muy distantes ideológicamente

entre sí serán menos propensos a entrar en transacciones de coordinación. En general, los costos de

transacción asociados a la coordinación aumentan con la distancia ideológica entre las partes.

En segundo lugar, las expectativas de las élites tienen una incidencia decisiva sobre los

costos de transacción en los mercados político-electorales. De modo general, cuanto más

incertidumbre existe en el ambiente, mayores serán los costos de transacción que deberán enfrentar

los agentes que podrían entrar en una transacción de coordinación. Los problemas de información, y

de capacidad de procesamiento de la misma a través de modelos apropiados pueden afectar la

formación de expectativas por parte de las élites, en cuyo caso es de esperar que se vuelva más

dificultosa la coordinación entre potenciales candidatos.

En tercer lugar, las etiquetas partidarias consolidadas reducen el costo de correr, pero

incrementan el costo de coordinar, porque representan un costo de transacción. Una de las ventajas

que tiene para un candidato correr bajo un aval partidario consolidado es, precisamente, minimizar

Page 16: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

el costo de correr que debe enfrentar. Esta es una de las explicaciones de la existencia de partidos

políticos (Aldrich 1995). Los partidos solucionan problemas de acción colectiva, entre los cuales

está el costo de correr que debería enfrentar cada candidato individualmente si no existieran los

partidos. En este punto, el aval partidario ofrece una solución. Sin embargo, buscando optimizar los

recursos de otro modo dispersos, el aval partidario tiene una consecuencia no deseada: introduce

rigidez a la baja en la oferta electoral. En la medida que los partidos tienen una trayectoria

consolidada, se vuelve progresivamente más difícil la coordinación con otros partidos. Hasta cierto

punto, el tiempo de vida de un partido constituye un capital intransferible para el propio partido, y

como tal está sujeto a la lógica económica de los activos específicos (asset specificity). La

trayectoria de un partido tiene valor sólo para dicho partido. Coordinar con otro partido implica

perder el valor de ese activo específico.

Esta idea se contrapone a lo expresado por Cox (1997), quien sostiene que las etiquetas

partidarias son mecanismos de coordinación, dado que permiten transferir a los candidatos oficiales

una cantidad de votos cautivos, a la vez que operan como mensaje al resto de los potenciales

candidatos acerca de la viabilidad de la candidatura patrocinada por el partido. Además, los avales

partidarios permiten a los candidatos enfrentar el costo de correr de modo mucho más eficiente. El

aval partidario contribuye a la obtención de financiamiento para la campaña, precisamente porque

viabiliza la candidatura avalada, al tiempo que permite concentrar los fondos de otro modo

dispersos entre múltiples candidatos similares, en un único candidato avalado por el partido.

A pesar de que este razonamiento puede ser correcto, omite una parte del problema. Las

etiquetas partidarias también pueden ser un mecanismo que impida la coordinación, tal como

sostenemos en este trabajo. El argumento es bastante simple: si vamos a conceder algún valor a la

etiqueta partidaria, entonces es obvio que para un partido ya establecido es necesario avalar a algún

candidato para mantener ese valor. Es por ello que la existencia de partidos promueve la existencia

de candidatos, del mismo modo que la existencia de candidatos promueve la existencia de partidos.

De este modo, las etiquetas partidarias ya existentes introducen un elemento de rigidez en la oferta

electoral medida en términos de candidatos. Una vez que un partido ya existe, necesita avalar a un

candidato para conservar el valor de la etiqueta partidaria. Un partido que no presenta candidatos en

elecciones no conserva el valor de su etiqueta, debido a que, como ya hemos señalado, no presentar

un candidato en elecciones lo vuelve presa de la lógica de los activos específicos. Dado que este

razonamiento aplica para el resto de los partidos del sistema, la coordinación completa entre

candidatos se ve fuertemente limitada, y en consecuencia se dificultan las decisiones óptimas de

entrada, situando a la oferta por encima del límite teórico de M+1. Es por esta razón que -

contrariamente a lo afirmado por Cox- los avales partidarios pueden ser, antes que mecanismos de

Page 17: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

coordinación, fuente de fallos de coordinación.

Comentarios finales

Al menos la mitad de los países latinoamericanos han experimentado problemas para coordinar

eficientemente la oferta de candidatos presidenciales desde la redemocratización hasta el presente.

En muchos casos, estos fallos en la coordinación de la oferta pudieron ser resueltos por la

coordinación de la demanda (Cox 1997). Los votantes han concentrado sus votos en unos pocos

candidatos, reduciendo de ese modo el número de competidores relevantes. De cualquier manera,

esta reducción ha sido insuficiente para ubicar a la oferta de candidatos presidenciales dentro de los

límites previstos por la teoría. La fragmentación de la competencia presidencial en América Latina

muestra una cantidad “excesiva” de candidatos en varios países, y en ocasiones de modo

sistemático. Esta regularidad empírica clama por una explicación.

Este trabajo es un primer intento por proveer tal explicación. Dado que la coordinación

electoral (tanto de la oferta como de la demanda) es el principal mecanismo que regula el número

de candidatos que compite en una elección, los fallos de coordinación pueden explicar el desvío

constatado en muchos países latinoamericanos. Sin embargo, las explicaciones disponibles sobre los

fallos de coordinación, se enfocan casi exclusivamente en los fallos del lado de la demanda, es decir

en el voto estratégico. El propósito de este trabajo es mostrar que esto es insuficiente. Dado que la

oferta antecede a la demanda (esto es, la entrada de los candidatos es anterior en el tiempo a las

decisiones de voto) una explicación satisfactoria de los fallos de coordinación debe comenzar

abordando la entrada estratégica, antes que el voto estratégico.

Los fallos de coordinación del lado de la oferta pueden ser explicados como consecuencia de

los costos de transacción que enfrentan los candidatos para coordinar eficientemente su entrada

estratégica. Estos costos de transacción están compuestos por: a) las preferencias ideológicas de los

candidatos (y sus partidos); b) las expectativas respecto de sus propios desempeños y los de sus

competidores; y c) las etiquetas partidarias con una trayectoria valiosa y consolidada. Estas tres

variables conforman los costos de transacción que dificultan la coordinación completa de la oferta,

situando a la misma en niveles superiores a los previstos teóricamente.

Finalmente, el número de candidatos que compiten en una elección es un equilibrio que

refleja el resultado de un trade off entre dos tipos de costos que enfrentan los candidatos. El costo

de correr, que desincentiva la entrada estratégica, y el costo de coordinar, que la incentiva. De

acuerdo a como se resuelva este trade off, el número de candidatos podría ser mayor que el límite

superior previsto por la regla de M+1.

Page 18: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

Referencias bibliográficas

Aldrich, John (1995). Why Parties? The Origin and Transformation of Political Parties in America.

The University of Chicago Press, Chicago.

Arias, Xosé Carlos y Caballero, Gonzalo (2003). “Instituciones, costos de transacción y políticas

públicas: un panorama”, en Revista de Economía Institucional, Vol. 5, N° 8, Primer Semestre,

117-146.

Benoit, Kenneth (2001). “Two steps forward, one step back: electoral coordination in the Hungarian

Elections of 1988”, presentado en 2000 Annual Meeting of the American Political Science

Association, Washington, D. C., August 31-September 3, 2000.

Coase, Ronald H. (1937). “The Nature of the Firm”, en Economica 4, noviembre, 386-405.

Coase, Ronald H. (1960). “The Problem of Social Cost”, en Journal of Law and Economics 3, 1, 1-

44.

Cox, Gary (1994). “Strategic Voting Equilibria Under the Single Nontransferable Vote”, en

American Political Science Review, 88 (3), 608–621.

Cox, Gary (1997). Making Votes Count. Strategic Coordination in the World’s Electoral Systems.

Cambridge University Press.

Cox, Gary (1999). “Electoral rules and electoral coordination”, en Annual Review of Political

Science Vol. 2, 145-161.

Cox, Gary (2000). “Coordination, Electoral”, en Rose, Richard (Ed.) International Encyclopedia of

Elections. Londres, MacMillan.

Crisp, Brian; Santiago Olivella y Joshua D. Potter (2012). “Electoral contexts that impede voter

coordination”, en Electoral Studies, 31, 143-158.

Dixit, Avinash (1996). The making of economic policy: a transaction-cost politics perspective.

Massachusetts, The MIT Press.

Duverger, Maurice (1987 [1954]). Los partidos políticos. Fundación de Cultura Económica,

México.

Epstein y O'Halloran (1999). Delegating powers. A transaction cost politics approach to policy

making under separate powers. Cambridge University Press.

Indridason, Indridi (2008). “When to run and when to hide: electoral coordination and exit”, en

Economics & Politics, Vol. 20, Nro 1, 80-105.

Jones, Mark (1999). “Electoral laws and the effective number of candidates in presidential

elections”, en Journal of Politics 61, 171–184.

Laakso. M. y Taagepera, Rein (1979). “Effective number of parties: A measure with application to

West Europe”, en Comparative Political Studies 12.3-27.

Lago, Ignacio y Martínez i Coma, Ferrán (2012). “Forgetting to make votes count: The role of

previous democratic experience”, en Electoral Studies, 31, 413-421.

Lago, Ignacio y Montero, José (2008). “Coordination between electoral arenas in multi-level

countries”, en Cees van der Eijk and Hermann Schmitt (eds.) The Multilevel Electoral System

Page 19: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

of the EU. Mannheim, CONNEX.

Lijphart, Arend (1994). Electoral Systems and Party Systems: A Study of Twenty-Seven

Democracies, 1945-1990. Oxford University Press, New York.

Myatt, David (2007). “On the tehory of strategic voting”, en Review of Economic Studies, 74, 255-

281.

Myerson, R. B. y Weber, R. J. (1993). “A Theory of Voting Equilibria”, en American Political

Science Review, 87 (1), 102–114.

North, Douglass (1990). “A transaction cost theory of politics”, en Journal of Theoretical Politics 2

(4): 355-367.

Palfrey, T. R. (1989). “A Mathematical Proof of Duverger’s Law”, en P. C. Ordeshook (ed.) Models

of Strategic Choice in Politics. Ann Arbor, University of Michigan Press.

Rae, Douglas (1971). The Political Consecuences of Electoral Laws. Nex Heaven, Yale University

Press.

Riker. William (1982). “The two-party system and Duverger’s Law: An essay on the history of

political science”, en American Political Science Review 76, 75 M.

Sartori, Giovanni (1994). Ingeniería Constitucional Comparada. México, D.F., Fundación de

Cultura.

Tageppera, Rein y Shugart, Matthew (1989). Seats and Votes: The Effects and Determinants of

Electoral Systems. Yale Univserity Press, New Heaven.

Tavits, Margit y Annus, Taavi (2006). “Learning to make votes count: The role of democratic

experience”, en Electoral Studies, 25, 72-90.

Weingast, Barry y Marshall, William (1988). “The Industrial Organization of Congress; or, Why

Legislatures, Like Firms, Are Not Organized Like Markets”, en The Journal of Political

Economy, Vol. 96, Issue 1, 132-163.

Page 20: Candidatos Entrada Estrategica y Fragmen

21

Anexo - Número Efectivo de Candidatos Presidenciales por país, circa 1985-2011