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CAPÍTULO 3 OBSTRUYENTES OCLUSIVAS: TENSIÓN Y RELAJAMIENTO COMO MOTOR DE LA VARIACIÓN FÓNICA El comportamiento de las obstruyentes oclusivas constituye uno de los campos más clásicos en el terreno de la variación del español, tanto por el comportamiento en coda de alguno de los segmentos, como por los procesos experimentados en posición intervocálica, especialmente por las oclusivas orales. Algunas de las variedades del español de México, presentan, por otra parte, ciertos aspectos específicos que no carecen en absoluto de interés, como por ejemplo la presencia de variantes oclusivas donde la mayor parte de las variedades del español muestran soluciones aproximantes; otro ejemplo son las muy diversas formas presentes en el español yucateco. Se considera aquí también como oclusiva a la africada postalvelar, de modo que se examinarán asimismo los procesos de cambio de modo y de lugar articulatorio que experimenta en ciertas circunstancias 1 . El capítulo se ordena en dos secciones generales, la primera en relación con las series sorda de /p/, /t/ y /k/ y sonora de /b/, /d/ y /g/, y la segunda a propósito de la africada /t͡ ʃ/. Como se verá, se ha reelaborado cierto número de mapas de El español en México (Alvar 2010) para discutir algunas de entre las diferentes distribuciones. En lo que toca a las posibilidades variables de naturaleza segmental propias de las consonantes oclusivas en general, se han mencionado cinco dimensiones: a) la disposición laríngea, tanto en lo referente al carácter sordo o sonoro de los sonidos como a otras posibles disposiciones (fonación laringizada o quebrada, murmurada, tensa, presencia de cierres glotales, sonidos aspirados y preaspirados, etc.); b) el mecanismo de la corriente de 1 Entre los materiales previos que se han aprovechado para la redacción de este capítulo se encuentran algunas anotaciones incluidas en el texto “Oclusivas orales: descripción de la variación”, redactado para la Fonología descriptiva de la lengua española, volumen dirigido por Juana Gil y Joaquim Llisterri y en proceso de preparación en el momento actual; salvo algún comentario de carácter general, se retoman sólo las menciones a México, a las que se han unido otros materiales, en especial una serie de mapas del EEeM. También se han reelaborado algunas páginas de mi libro de 2002 (pp. 52-62), aunque muy modificadas. Otra fuente ha sido el escrito “Regularidad y excepcionalidad del cambio lingüístico: el caso de /t͡ ʃ/ en la geografía fónica de México”, redactado para el Homenaje a Luis Fernando Lara, libro en prensa editado por María Eugenia Vázquez Laslop, Francisco Segovia y Klaus Zimmermann, también con añadiduras y enmiendas.

CAPÍTULO 3 OBSTRUYENTES OCLUSIVAS: TENSIÓN Y … y variacion/CAP 3... · Los sonidos extendidos son aquellos en que se produce un ... y de algunos cambios en el lugar articulatorio,

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  • CAPTULO 3

    OBSTRUYENTES OCLUSIVAS: TENSIN Y RELAJAMIENTO COMO MOTOR DE

    LA VARIACIN FNICA

    El comportamiento de las obstruyentes oclusivas constituye uno de los campos ms clsicos

    en el terreno de la variacin del espaol, tanto por el comportamiento en coda de alguno de

    los segmentos, como por los procesos experimentados en posicin intervoclica,

    especialmente por las oclusivas orales. Algunas de las variedades del espaol de Mxico,

    presentan, por otra parte, ciertos aspectos especficos que no carecen en absoluto de inters,

    como por ejemplo la presencia de variantes oclusivas donde la mayor parte de las

    variedades del espaol muestran soluciones aproximantes; otro ejemplo son las muy

    diversas formas presentes en el espaol yucateco. Se considera aqu tambin como oclusiva

    a la africada postalvelar, de modo que se examinarn asimismo los procesos de cambio de

    modo y de lugar articulatorio que experimenta en ciertas circunstancias1.

    El captulo se ordena en dos secciones generales, la primera en relacin con las

    series sorda de /p/, /t/ y /k/ y sonora de /b/, /d/ y /g/, y la segunda a propsito de la africada

    /t/. Como se ver, se ha reelaborado cierto nmero de mapas de El espaol en Mxico

    (Alvar 2010) para discutir algunas de entre las diferentes distribuciones.

    En lo que toca a las posibilidades variables de naturaleza segmental propias de las

    consonantes oclusivas en general, se han mencionado cinco dimensiones: a) la disposicin

    larngea, tanto en lo referente al carcter sordo o sonoro de los sonidos como a otras

    posibles disposiciones (fonacin laringizada o quebrada, murmurada, tensa, presencia de

    cierres glotales, sonidos aspirados y preaspirados, etc.); b) el mecanismo de la corriente de

    1 Entre los materiales previos que se han aprovechado para la redaccin de este captulo se encuentran algunas anotaciones incluidas en el texto Oclusivas orales: descripcin de la variacin, redactado para la Fonologa descriptiva de la lengua espaola, volumen dirigido por Juana Gil y Joaquim Llisterri y en proceso de preparacin en el momento actual; salvo algn comentario de carcter general, se retoman slo las menciones a Mxico, a las que se han unido otros materiales, en especial una serie de mapas del EEeM. Tambin se han reelaborado algunas pginas de mi libro de 2002 (pp. 52-62), aunque muy modificadas. Otra fuente ha sido el escrito Regularidad y excepcionalidad del cambio lingstico: el caso de /t/ en la geografa fnica de Mxico, redactado para el Homenaje a Luis Fernando Lara, libro en prensa editado por Mara Eugenia Vzquez Laslop, Francisco Segovia y Klaus Zimmermann, tambin con aadiduras y enmiendas.

  • 248

    aire, que puede dar lugar no slo a los ms comunes sonidos pulmonares, sino tambin a

    los eyectivos sordos, los implosivos sonoros y los implosivos sordos; c) el tipo de

    articulacin, no slo en trminos de las ms comunes en cuanto a lugar y modo

    articulatorio, sino en lo que toca a la posible presencia de sonidos prenasalizados, africados

    y con solturas nasales y laterales; d) la longitud; e) la fuerza, tanto articulatoria como

    respiratoria (Ladefoged y Maddieson 1996, p. 48). Este conjunto de dimensiones servir

    para ordenar, al menos en parte, el material que se va presentando a lo largo del captulo;

    algunas cuestiones, sin embargo y como se ver, se ven afectadas por varios de los

    parmetros, por lo que ha sido relativamente arbitraria la decisin de abordarlas en una u

    otra seccin.

    NOTAS SOBRE LA VARIACIN EN LAS OCLUSIVAS ORALES

    Disposicin larngea y mecanismo de la corriente de aire

    La disposicin larngea se ve afectada en ciertos casos en el espaol de Mxico. La

    vacilacin entre sordas y sonoras desemboca a veces en alternativas lxicas, como ocurre

    entre carraspera y garraspera (cf. Pesqueira 2006) o entre cachupn y gachupn (cf.

    Alatorre 1992); como en otros lugares, la tendencia a la sonorizacin parece corresponder

    ms a la dorsal /k/, aunque es necesario corroborarlo en detalle. El contacto con algunas

    lenguas indgenas promueve tambin modificaciones en el rasgo [sonoro] de las oclusivas

    orales. En el espaol de hablantes bilinges de nhuatl, la indistincin del rasgo propicia la

    aparicin de formas como amigo amico, boticario puticario (Flores Farfn 2008, p.

    43). En las hablas yucatecas se han documentado diferentes ejemplos que implican

    sonorizacin de las oclusivas sordas, tanto en forma de soluciones sonorizadas como de

    plenamente sonoras, en muchos casos tras nasal, tal como ocurre con /p/ (compr

    [kom.pe], lo compro [lo.kom.bo]), con /t/ (antes [an.tes], bastante [bas.tan.de]) y

    con /k/ (Yucatn [u.ka.ta], blanco [bla.go]) (Lope Blanch 1987b, pp. 82-85).

  • 249

    Las formas aspiradas [ph], [th] y [kh] y respiradas [b], [d] y [g] poseen los rasgos

    [+extendido] y [constreido]. Los sonidos extendidos son aquellos en que se produce un

    desplazamiento de los cartlagos aritenoides que crea una amplia apertura glotal,

    caracterstica de la que estn dotadas las soluciones aspiradas y respiradas; stas carecen, en

    cambio, del rasgo constreido, producido por la aduccin de los cartlagos aritenoides, lo

    que causa que las cuerdas vocales se vean presionadas juntas e impide su vibracin normal

    (Hall 2007, p. 317). La aspiracin, como la sonorizacin, tendra para Quilis origen en la

    lenicin, pues el mismo proceso de lenicin impide que la glotis permanezca cerrada hasta

    despus de la explosin de la consonante; al abrirse antes, sale al exterior un mayor flujo de

    aire infragltico (1993, p. 224).

    Se han documentado ejemplos de oclusiva labial sorda aspirada [ph] en el espaol

    novomexicano actual, aunque probablemente se deban a influencia del ingls (Alvar 1996,

    p. 93). En el espaol yucateco se documentan bastantes casos de formas aspiradas de los

    fonemas oclusivos sordos, ejecutados como [ph], [th] y [kh], segn expone Lope Blanch

    (1987b, pp. 82-84): aparte [a.pha.te], su pelo [su.phe.lo]; no son, desde luego, la nica

    solucin, sino que forman parte de un arco bastante grande de variantes (infra); esta

    aspiracin es variable en frecuencia e intensidad segn los hablantes, y a veces se combina

    con una oclusin glotal previa, [ph], [th] y [kh], como en la pobrecita

    [la.pho.be.si.ta], lo tenemos [lo.the.ne.mos], se casa [se.kha.sa].

    Algunas variedades del espaol, especialmente en situaciones de contacto

    lingstico, presentan tambin diferentes modificaciones sobre el patrn comn que pueden

    afectar a la duracin de la oclusin, as como a la presencia de glotalizaciones asociadas;

    tambin se documentan casos de aparicin de oclusivas glotales. El alargamiento de la

    oclusin, representable como [p], [t], [k], [b], [d], [g], se caracteriza por un mayor

    sostenimiento de la fase tensiva. La oclusiva glotal [] y las variantes glotalizadas [p, t, k]

    exponen los rasgos [extendido] y [+constreido] (Hall 2007, p. 317). Como seala

    Maddieson (2008), las consonantes glotalizadas, que se caracterizan por involving either a

    tighter constriction of the vocal folds and/or a movement of the larynx a short distance up

    or down in the throat, pueden ser de tres clases diferentes:

  • 250

    a) En el primer caso, se produce un cierre completo de las cuerdas vocales seguido

    de un movimiento ascendente de la laringe. If these movements are made at the same time

    as a closure in the mouth is maintained as for a stop, the air in the space between the closed

    vocal folds and the mouth closure will be compressed as the distance between the two

    closures is reduced. When the mouth closure is released a characteristically sharp explosive

    noise is created (id.); las oclusivas de este tipo se conocen como oclusivas eyectivas, y se

    representan como [p], [t], [k]; la eyeccin puede emplearse para producir africadas

    eyectivas, como en /tsos/ leche en chulup (lengua mataco-guaicuru de Paraguay), y

    ms raramente para ejecutar fricativas eyectivas (existentes, por ejemplo, en tlingit

    lengua na-dene de Alaska); b) en un segundo patrn quedan las oclusivas en que se

    produce un movimiento crtico descendente de la laringe. If the downward movement is

    sufficiently vigorous, air will briefly flow into rather than out of the mouth when the mouth

    closure is released (id.), y debido a esta posibilidad esta clase de sonidos es conocida

    como implosivos; las cuerdas vocales suelen estar en posicin de sonoridad, aunque pueden

    encontrarse cerradas ms ajustadamente (se representan mediante los caracteres para

    oclusivas sonoras, pero modificados: [], [], [] al hablar de lenguas asiticas y

    pacficas, en ocasiones se conoce a sonidos similares como oclusivas sonoras

    preglotalizadas; c) el tercer grupo est formado por las resonantes o sonantes

    glotalizadas. Aunque las sonantes suelen ser sonoras, pueden producirse con una

    constriccin ms cerrada de las cuerdas vocales que interrumpe o modifica el carcter

    sonoro habitual; con frecuencia se representan con un apstrofo semejante al de las

    eyectivas, como en /maar/ enfermo (del yapese, una lengua austronsica hablada en la

    Micronesia). Hay que tener en cuenta que las resonantes glotalizadas no experimentan

    movimientos ascendentes o descendentes de la laringe.

    Es importante tener presente estas distinciones porque la bibliografa hispanstica

    descriptiva no siempre es clara a la hora de dar cuenta de ciertas variantes, surgidas muchas

    veces en situacin de lenguas en contacto. En espaol yucateco existe tendencia a la

    aparicin de una oclusin glotal entre palabras, en formas como tu hija [tu.i.xa], no come

    [no.ko.me], las hermanas [las.e.m.nas], los dos [los.dos], no sabe [no.sa.be], ya

  • 251

    vamos [a.ba.mos] (Lope Blanch 1987a; 1996, p. 85). Esta tendencia se ha considerado

    de origen maya, pues la oclusin glotal estara presente con valor fonolgico en esta lengua

    (Moreno Fernndez 2009, p. 280)2. Se ha puntualizado que los cortes glticos (es decir, la

    oclusiva glotal []) son frecuentes en el espaol yucateco, a diferencia de los sonidos

    verdaderamente glotalizados (eyectivos), que apareceran en ocasiones mucho ms

    espordicas (Lope Blanch 1996, p. 85; 1987b, 1987c, 1987d). Vistas as las cosas, se

    tratara de un fenmeno de naturaleza ms prosdica que segmental.

    El trabajo de Rosado (2011), sobre la ciudad de Mrida (Yucatn), opta por agrupar

    genricamente bajo una categora de soluciones tensas las formas que presentan

    alargamientos de la oclusin, aspiraciones, glotalizaciones (variantes eyectivas), etc. En ese

    sentido, documenta un 12% de variantes tensas (en un total de 3240 casos) para /p, t, k/,

    repartidos desigualmente segn el lugar articulatorio: 8% para /p/, 4% para /t/ y un

    llamativo 26% para /k/. Ciertamente, sera muy interesante disponer de un estudio detallado

    de las caractersticas articulatorias y acsticas de los diferentes alfonos mencionados a

    propsito del espaol yucateco. Lope Blanch (1987b) menciona, por ejemplo, la presencia

    ms o menos ocasional de oclusiones largas, tanto de los fonemas oclusivos sordos como

    de los sonoros: [p], [t], [k], [b], [d], [g]; los oclusivos sordos largos son menos

    frecuentes incluso que las soluciones aspiradas, que tambin se presentan, y tanto para los

    sordos como para los sonoros el alargamiento de la oclusin parece ser especialmente raro

    con las dorsales. Adems de ejemplos ocasionales de soluciones sonorizadas de las sordas,

    y de algunos cambios en el lugar articulatorio, con ejemplos de resoluciones alveolares [t]

    para /t/ y de articulaciones uvulares [k], [q] y postpalatales aspiradas [kh] para

    /k/, se documentan de manera muy espordica algunos ejemplos de eyectivas de /t/ y de /k/:

    [t], [k]. En opinin de Lope Blanch (1987c), las eyectivas tendran una difusin muy

    reducida en el espaol yucateco, dado que slo aparecen ocasionalmente en dos de los 36

    informantes que considera; estas personas, adems, son bilinges, con el maya como

    primera lengua y con el espaol como L2. De hecho, los casos que documenta

    corresponden bsicamente a la dorsal, [k], adems de algn ejemplo con [t] y alguno ms

    2 Sobre el papel del maya yucateco, vase AnderBois (2009) y Gonzlez Poot (2011).

  • 252

    con [t]; algunos de los ejemplos corresponden a voces mayas incrustadas en los

    enunciados en espaol si los comentarios de Lope son correctos, podra entonces

    interpretarse que se trata de cambio de cdigo lxico y no slo prstamo, como ocurre

    con [kol] caldo, [bu.to] derivado del verbo [bu.t]: embutir, henchir, rellenar,

    [a.tik] aplastarlo. S aparecen, de todos modos, algunas palabras espaolas con

    soluciones eyectivas; es el caso de ms chicos [masti.kos], todava [to.da.bia], casi

    [ka.si], se pica [se.pi.ka], entre otras. As las cosas, las consonantes glotalizadas no

    seran un rasgo tan caracterstico del espaol yucateco, a diferencia de lo que ocurre con la

    oclusiva glotal [], que aparece con profusin (Lope Blanch 1987d), especialmente en el

    centro geogrfico del rea yucateca Valladolid, Carrillo Puerto, Tizimn, Ticul y

    Mrida, y slo ms difusamente en Chetumal, Champotn, Campeche y Mamantel;

    aunque el fenmeno es variable segn informantes, y no en todo el mundo aparece, es

    bastante comn, ms intenso en personas de baja instruccin y en hablantes bilinges

    maya-espaol, pero tambin presente en algunos yucatecos cultos. Pueden distinguirse tres

    variantes: [], glotal oclusiva sorda; [], glotal oclusiva sorda poco definida ms breve,

    menos tensa, quiz constrictiva antes que obstruyente; [h], glotal africada sorda. Las

    posiciones en que aparece la clausura glotal son las siguientes: a) [VV], como en era eso

    [e.a.e.so]; b) [V//], tal como en se va [se.ba]; c) [//V], como en el caso de aqu

    [a.ki]; d) [CV], como en con ajo [kon.a.xo]; e) [VC], tal como en ya vamos

    [a.ba.mos]; f) [CC], como ocurre en las vboras [las.bi.bo.as]; g) [//C], como en

    el ejemplo de cola [kho.la]. En conjunto, la oclusiva glotal se ve favorecida por el

    contacto con vocal tnica, de modo que la clausura es ms ntida que entre vocales tonas,

    caso en que la oclusiva suele ser ms breve y dbil; tras vocal tnica ante pausa, la clausura

    es mximamente tensa, llegando a ser africada; entre consonantes, o en combinaciones

    consonante-vocal, la /s/ favorece especialmente la aparicin de clausuras, que suelen ser

    tensas y ntidas; las oclusivas sonoras tras oclusiva glotal suelen ser verdaderas oclusivas,

    no aproximantes; las oclusivas que ms propician la presencia de clausuras glticas son la

    /b/ y la /k/.

  • 253

    Un aspecto muy importante, que convendra estudiar con detenimiento, es el estatus

    de la oclusiva glotal en algunas de las variedades yucatecas. Ms que segmental y en ese

    sentido sera claro que no forma parte del repertorio fonolgico de estas hablas, su valor

    es prosdico. La inmensa mayora de los muchos ejemplos transcritos por Lope Blanch

    (1987d) presentan el corte glotal en el linde de palabra, sea entre dos palabras, como ocurre

    ms comnmente, o en inicio o final absolutos, ms espordicamente; tal propiedad

    sugerira explorar el papel de la clausura en la constitucin de la palabra fonolgica. Entre

    los pocos casos que muestran la oclusiva glotal en interior de palabra se cuentan nosotros

    [nos.o.tos], deshace [des.a.se], desamarr [des.a.ma.ro], desgranan

    [des.ga.nn], descansen [des.khan.sen], pequea [pe.khe.a], escasita

    [es.kha.si.ta] y octubre [ok.tu.be]. Como puede observarse, la mayor parte de estos

    ejemplos (menos los tres ltimos) presentan de todos modos lmites morfolgicos

    reconocibles.

    La aparicin de la oclusiva glotal en espaol es relativamente frecuente en otras

    situaciones de contacto en Mxico, en hablantes bilinges cuya lengua materna la incluye

    en el repertorio segmental, adems de poseer regularmente slabas CV, de modo que la

    glotal completa el ataque faltante en slabas V en espaol.

    Tipo de articulacin, longitud y fuerza

    Una de las cuestiones ms debatidas en aos anteriores acerca de la interpretacin

    fonolgica de las oclusivas orales del espaol es la oportunidad del rasgo pertinente que las

    ha de caracterizar de la mejor manera posible. En cierto sentido, la discusin debe

    incorporar, a mi juicio, una perspectiva tanto sincrnica como diacrnica, as como

    categrica y variable. Adems, me parece que al tiempo que se examinan al mximo las

    caractersticas del espaol y los beneficios extrables para su fonologa particular, sta debe

    ser coherente y compatible con los postulados generales y universales de la fonologa, para

    no correr el riesgo de establecer propuestas innecesarias.

    El problema clsico de la lenicin protorromance (es decir, [pp], [tt], [kk] [p],

    [t], [k] [b], [d], [g] [], [], [], atravesando por los procesos de degeminacin,

  • 254

    sonorizacin y aproximacin), y sus secuelas en la variacin posterior, ofrece un buen

    ejemplo para considerar cmo se entrelazan las cuestiones fonticas y fonolgicas. La

    diferente concepcin que se tenga del sistema fonolgico del espaol, sea como lengua VOT

    esto es, apoyada fundamentalmente en fenmenos de sonoridad, o como lengua fortis-

    lenis, puede condicionar interpretaciones hasta cierto punto diversas de los hechos

    variables. En parte, la perspectiva depende de la visin fonolgica que se pretenda sostener.

    Muchos acercamientos fonolgicos, estructuralistas o generativistas, han buscado definir la

    lenicin como un solo proceso. Debe recordarse, sin embargo, que los procesos histricos

    no necesariamente se desarrollan a lo largo de una nica dimensin. Ni siquiera la teora

    funcionalista clsica pretenda que las mutaciones en cadena poseyeran la misma naturaleza

    en todas las etapas. En el dialecto portugus de So Miguel, en las Azores, Martinet apunta

    el proceso [a] [] [o] [u] [], en el que [u], al pasar a [], abre la marcha,

    atrayendo despus las dems modificaciones. Si tres de los cambios en cuestin pueden

    ser descritos como fenmenos de cierre, el paso de /u/ a // es de naturaleza fontica

    totalmente diferente, y sin embargo, no se puede negar que hay aqu una relacin de causa a

    efecto entre el cierre de ciertos fonemas y el avance de otro (Martinet 1974, pp. 73-74). A

    veces el estructuralismo posterior ha sido ms ortodoxo, como cuando Bynon escriba que

    un estructuralista buscar interpretar los cambios individuales como parte de una nica

    modificacin interna del sistema fonolgico (1981, p. 120). Y a pesar de la evidencia de

    que en la lenicin los hechos interactan de una manera compleja (cf. Pensado 1984, pp.

    193-223), el generativismo diacrnico clsico no ha procedido de una manera muy

    diferente a la hora de buscar explicaciones unidimensionales. Parecera que la economa

    formal no siempre coincide con el transcurso real de los procesos fnicos; el cambio fnico

    no siempre toma el camino ms corto, aunque el resultado final sugiera a veces lo contrario.

    Por supuesto, todas estas consideraciones no impiden aceptar que una explicacin sea ms

    atractiva si la naturaleza de los pasos es la misma.

    Podran pensarse en al menos tres posibilidades fonolgicas principales para

    relacionar los pasos histricos de degeminacin, sonorizacin y aproximacin (o

    espirantizacin), pertinentes al hablar de la lenicin: 1) una primera hiptesis desarrollada a

  • 255

    partir de que son tres los rasgos involucrados en el proceso, uno por cada etapa lgica, de

    modo que se disponga de una explicacin menos ambiciosa pero ms flexible en trminos

    histricos; 2) una segunda hiptesis apoyada en la intervencin de un solo rasgo, de modo

    que, en el fondo, degeminacin, sonorizacin y fricatizacin son reductibles al simple

    cambio de duracin de los elementos implicados (Martnez Celdrn 1992, p. 621). La

    duracin sera la pista fontica ms prominente de un rasgo [tenso] [laxo], que quedara

    como pertinente en la fonologa del espaol, por encima de la oposicin [sordo] [sonoro],

    que sera meramente redundante3. Siendo los sonidos sordos por naturaleza tensos, y los

    sonoros laxos, la idea general es que la distincin fortis lenis es ms prominente en

    espaol que la marcada por medio de la sonoridad.

    Problema tradicional, sin embargo, ha sido la caracterizacin acstica y articulatoria

    de los sonidos fortes y lenes, hablando en general y no slo circunscritos a una lengua

    especfica. Jessen (1998, p. 119) apuntaba los siguientes rasgos:

    CUADRO 3.1. Pistas acstico-articulatorias de la oposicin [tenso]

    [+tenso] [tenso]

    presin oral del aire alta baja

    flujo oral del aire (como en la aspiracin) alto bajo

    tensin muscular alta baja

    apertura glotal abierta cerrada

    amplitud (de la explosin) alta baja

    duracin de la aspiracin larga breve

    duracin total larga breve

    duracin del cierre larga breve

    duracin de la vocal precedente breve larga

    3 En Martnez Celdrn (1996) se planteaba caracterizar a /p, t, t, k/ como tensas y a /b, d, g, / como laxas, todas suaves, en oposicin a /f, , s, x/, ruidosas (p. 13). Para las resonantes, cf. Martnez Celdrn (2001).

  • 256

    Se ha enfatizado, ciertamente, que la duracin es el comn denominador para

    carracterizar sonidos [tensos] y [laxos] (Jaeger 1983, p. 186; Jessen 1998, pp. 122-123),

    dejando de lado la fuerza articulatoria, no siempre definida con claridad. Ms all de la

    representacin fonolgica del hecho tensivo4, el hecho tipolgico polmico es que la

    distincin entre fortes y lenes se ha aplicado cuando menos a tres tipos de sistemas

    fonolgicos diferentes (Jaeger 1983): a) a lenguas como el ingls, donde [fortis] se adscribe

    a los sonidos oclusivos sordos por su aspiracin; sta, sin embargo, est en funcin del VOT

    (o tiempo de comienzo de la sonoridad). Se habra demostrado que en lenguas VOT el hecho

    de que las consonantes sordas tengan mayor presin oral del aire, flujo e intensidad en las

    explosiones puede explicarse del todo por la posicin de la glotis y los articuladores

    supraglotales, sin que haya fuerza pulmonar adicional. The use of terms as fortis/lenis to

    describe such systems are neither as explanatory as the VOT analysis, nor are they necessary

    as secondary explanations for various phonetic phenomena which are associated with the

    voicing distinction (ibid., p. 178); b) a lenguas como el coreano y el javans, que tendran

    contrastes explicables por el VOT. Se habra demostrado, en todo caso, que los contrastes

    que mantienen esta lenguas dependeran de una diferencia en la tensin de la musculatura

    larngea, de forma que se caracterizaran mejor como tense voice y lax voice. Adems,

    les faltaran ciertas propiedades esperables, como que there are no consistent durational

    differences between tense-voice and lax-voice stops in Javanese, and the lax-voice stops

    have greater air flow as they are usually breathy (id.)5; c) por ltimo, habra algunas

    lenguas son contrastes consonnticos claramente no apoyados en diferencias de VOT, ni en

    distinciones como las anteriores: dos de esas lenguas son, para Jaeger, el zapoteco de Yag

    (indomexicana) y el jawo (australiana). Las investigaciones recientes de Arellanes (2009)

    sobre el zapoteco de San Pablo Gil, despus de un exhaustivo anlisis fontico y

    4 Para el que se han ofrecido diversas soluciones, no slo vinculadas a un rasgo [tenso], sino tambin a la caracterizacin de la glotis como [dilatada] o [constreida] o a la de las cuerdas vocales como [rgidas] o [distendidas] (cf. Jessen 1998, pp. 128 y ss. para la discusin de estas y otras propuestas). 5 Ya Kim (1965) planteaba para el coreano un rasgo de tensin autnomo, sin papel relevante para la sonoridad. Jessen propona that the three stop categories of Korean are represented with the following distinctive features: aspirated stops [+tense, checked], lax stops [tense, checked], and reinforced stops [tense, +checked] (1998, p. 128). Arellanes, por su parte, caracteriza las obstruyentes lenes como [fuerza articulatoria], las fortes como [+fuerza articulatoria] y las aspiradas como [+glotis extendida] (2001, p. 34).

  • 257

    fonolgico, han apelado a la idea de la subespecificacin en un marco optimal para dar

    cuenta de las fortes y las lenes, de tal modo que las primeras tendran una explicitud mucho

    mayor en cuanto a sus rasgos conformadores, mientras que las segundas estaran mucho

    ms condicionadas por el contexto.

    Para el espaol, se han ofrecido argumentos perceptuales que subrayan la

    preeminencia de los elementos de tensin sobre los de sonoridad (barra de sonoridad, VOT)

    (cf. Martnez Celdrn 1991a, 1991b). Bajo esta perspectiva, entonces, la sonorizacin es en

    realidad una reduccin de la duracin de las tensas. No obstante, convendra subrayar que

    con el abreviamiento hay un proceso concomitante de sonorizacin, pero es slo de forma

    concomitante y secundaria. De hecho, la sonoridad tiene importancia desde el punto de

    vista articulatorio; pero no la tiene en igual medida desde la perspectiva acstico-auditiva

    (Martnez Celdrn 1992, p. 624). No necesariamente se desprenden consecuencias

    diacrnicas de esta forma de ver las cosas; ya observaba Martinet que

    se admite generalmente que, en las correlaciones de sonoridad, las sordas son ms

    fuertes y las sonoras ms dulces, sin que exista total acuerdo acerca de qu es lo

    que esto quiere decir exactamente. Podemos pensar que la energa empleada para

    hacer vibrar la glotis, en el caso de las sonoras, se pierde para la articulacin

    especfica, mientras que, en el caso de las sordas, toda la energa disponible se

    concentra sobre la articulacin especfica. Esta diferencia de energa puede

    mantenerse en ciertos contextos en los que desaparece la sonoridad, y es, sin duda,

    la que distingue entre jetter y acheter. Pero en ello no hay, al parecer, una fuente

    de inestabilidad diacrnica (1974, p. 156)6.

    6 Como es bien sabido, Veiga ha defendido en varios trabajos el carcter primordial del rasgo [tenso] [laxo] sobre el de [sordo] [sonoro], de modo que el proceso de lenicin protorromance sera bsicamente un proceso de distensin (cf. 1985, 1988a, 1988b, y ahora en especial su libro de 2009, donde aparecen recogidos los materiales previos). Ello obliga a contar en algunos momentos con cuatro grados de tensin articulatoria, lo cual resulta ser inestable por las dificultades de fonologizacin en el sistema y abre paso a una estructura con menos grados de tensin (cf. tambin Alarcos 1988). En este contexto, resulta tambin muy til la lectura del libro de Garca Santos (2002, en especial las pp. 71-98), tanto en lo referente a los comentarios sobre las tesis de Veiga y los planteamientos de Martnez Celdrn, como en lo que toca a los datos que aporta, fruto de varias pruebas diseadas a partir de los experimentos del ltimo de estos autores. Para algunas cuestiones generales, cf. Kaplan (2010).

  • 258

    En todo caso, para Martnez Celdrn, bajo el mismo parmetro, tambin la

    aproximacin (o espirantizacin) sera un proceso de lenicin, pues bajo el mismo punto de

    vista acstico-auditivo, la diferencia entre oclusiva y aproximante es la falta de explosin y

    la menor duracin de la segunda (ibid., p. 625). Tambin la disminucin temporal estara en

    la base de la degeminacin, pues una geminada sera una consonante larga: desde el punto

    de vista fontico suele ser falso que haya dos elementos en la llamada geminada (p. 626),

    ms all del hecho de que fonolgicamente puedan interpretarse dos fonemas en una

    geminada.

    Lo que es un hecho es que la relacin entre sonoridad y tensin es compleja y que

    existe cierto grado de traslape entre ambas categoras. Por un lado, la longitud es tambin

    una consecuencia fisiolgica de las posibilidades vibratorias de las cuerdas vocales; por

    ejemplo, es difcil sostener la vibracin un largo perodo (Herrera Zendejas, ms.). Jessen,

    para poder tratar las semejanzas y las diferencias, ha apuntado un correlato bsico para cada

    uno de los rasgos de sonoridad y tensin y seis correlatos compartidos no bsicos: Closure

    voicing is proposed to be the basic correlate of [voice] [] and aspiration the basic

    correlate of [tense] []. The six properties [closure duration, preceding vowel duration,

    F0 onset, F1 onset, burst amplitude, breathy phonation] are hypothesized to be correlates

    of both [tense] and [voice] (1998, p. 270, figura 8.4).

    Por fin, una hiptesis 3) a propsito de la lenicin protorromance es suponer que,

    aunque los procesos de sonorizacin y aproximacin se mueven bsicamente en la misma

    dimensin acstica, el proceso de degeminacin posee una naturaleza claramente dismil

    (recurdese ya Bustos Tovar 1952, p. 122). Varios problemas pueden solucionarse desde

    modelos fonolgicos que den una dimensin dual a las geminadas, sea que se comporten

    como elementos dobles a efectos de las gradas prosdicas, sea que se desenvuelvan como

    un solo segmento de cara a la jerarqua de rasgos subfonemticos. Ello explicara que el

    material acstico sugiera una sola unidad, al tiempo que las posibles geminadas del espaol

    moderno estndar, como en las sombras, el loco, subvencionar, perenne, tiendan a

    interpretarse como secuencias de consonantes idnticas (cf. Pensado 1999, pp. 4453-4454).

  • 259

    Martnez Celdrn (1992) observaba que la grafa no era razn para pensar en la reparticin

    silbica de la geminada; que sonidos como [pp, tt, kk, nn, mm, ll] podran sentirse

    repartidos en dos slabas, pero no sera el caso para []; que en geminadas [continuo]

    nunca habr dos barras de explosin; que en latn haba consonantes geminadas no

    intervoclicas; que en otras lenguas, como el bereber tashelhit, las geminadas tambin eran

    tautosilbicas y existan incluso en principio de palabra. Cabe, por otra parte, hacerse los

    siguientes comentarios. En primer lugar, es claro que la grafa no es ningn argumento

    definitivo, pero tampoco podra ser argumento de lo contrario. En segundo trmino, casi

    podra decirse lo mismo en lo que toca a la conciencia lingstica de los hablantes, en

    trminos de distinguir uno o dos elementos. En tercer lugar, la descripcin acstica es

    compatible con la doble dimensin, segmental y prosdica, propia de las geminadas; de

    hecho, si la duracin segmental estuviese en el mismo nivel fonolgico que la duracin

    prosdica habra problemas adicionales, pues sera confuso cmo introducir varios grados

    de longitud consonntica o voclica, considerando que se ha defendido la existencia de

    sistemas con tres grados de cantidad voclica (cf. Ballester 1996, p. 41; Prince 1980 sobre

    el estonio; Hayes 1989, p. 292 para varios dialectos alemanes y daneses). En cuarto

    trmino, si es que las geminadas latinas no intervoclicas eran en realidad geminadas (pues

    vanse los comentarios de Ballester 1996), se presentaban slo en latn arcaico y su papel

    es completamente marginal. De hecho, el latn proporciona numerosos argumentos para

    considerar heterosilbicas a las geminadas, pues aparecen precisamente en las posiciones en

    que permiten la heterosilabicidad: la posicin intervoclica y las mutae ante lquida, como

    en sup.plex; se dan procesos como adfero aufero, as como alternancias de formas

    asimiladas y no asimiladas, como conl- / coll-, inm- / imm-, etc. (ibid., pp. 38-44). En

    ltimo trmino, la cuestin del bereber no modificara la cuestin central, pues son muchas

    las lenguas que fonologizan la cantidad y sus consonantes largas ocupan muy

    mayoritariamente posiciones intervoclicas; de hecho, en muchos casos no existen las tales

    geminadas en los mrgenes: el kotans ra- bueno es en realidad [ea-] (N. Sims-

    Williams 1995, p. 196); el irlands antiguo sess puesto se relaciona con el indoeuropeo

    *sed+to- *setsto sentado indio antiguo satt-, latn sessus (ibid., p. 192); de *esjo

  • 260

    kattos su gato irlands antiguo a chatt, que en realidad es [ xat]; de *esjs kattus su

    (f.) batalla irlands antiguo a cath [ ka], gals medio y chat [ xad] (P. Sims-

    Williams 1995, p. 466).

    Pueden sumarse algunos argumentos ms. Desde un punto de vista histrico, Ariza

    haba sealado que el hecho de que haya habido un descenso en la duracin consonntica

    lo que llev a la prdida de las geminadas, no explica por qu el fenmeno slo se da

    en una zona de la Romania y no en todas las lenguas romances (Ariza 1994, p. 43)7. Desde

    un punto de vista perceptual, en malentendidos cotidianos se ha encontrado que en las

    confusiones fnicas, el articulador gltico parece ser ms resistente o menos propenso a

    equvocos que los rasgos anclados en la cavidad oral, lo que parecera abonar la idea de

    tratar [sonoro] en un nivel claramente diferenciado de [continuo] y de LUGAR (cf. Martn

    Butragueo 2000). Por fin, si se concibe la geminacin slo como un proceso de tensin,

    sera difcil explicar por qu en muchos dialectos del espaol aparecen geminadas

    precisamente en los estilos de habla ms relajados (cf. Harris 2000). En suma, la cuestin

    de la hetero- o la tautosilabicidad puede abordarse mucho mejor cuando se trabaja en

    modelos fonolgicos multidimensionales, difcilmente cuando se considera una sola

    dimensin: la heterosilabicidad no es incompatible con la cantidad.

    Se han planteado en las lneas anteriores, entonces, dos problemas en relacin con el

    encuadramiento fonolgico e histrico del subsistema de las obstruyentes orales. Por un

    lado, la unidimensionalidad o no del proceso que arranca desde la lenicin protorromance.

    En ese sentido, y a juzgar por los argumentos acumulables, en lo personal me seguira

    decantando al menos por la hiptesis 3), que trata cuando menos la degeminacin como un

    proceso aparte. La segunda cuestin tiene que ver con la primordialidad o redundancia del

    rasgo [sonoro] en la fonologa del espaol. Aun a sabiendas de que existen buenos

    argumentos experimentales a favor de [tenso], la activacin de un movimiento articulatorio,

    la correlacin existente de todos modos entre la sonoridad y algunas de las caractersticas

    7 El argumento se completa de la siguiente manera: Por otra parte [] qu tiene que ver la duracin o la tensin en la sonorizacin de /s/ > /z/? Adems, si la oposicin /l/ - // se basa en una diferenciacin tenso-flojo (o laxo), una vez ms hay que insistir que en el latn vulgar exista el tenso // (

  • 261

    acsticas aducidas y, sobre todo, la coherencia fonolgica general con un sistema universal

    de rasgos, y lo que ello implica para la clasificacin del espaol y su parentesco fnico con

    cierto tipo de lenguas, me hace dudar de la necesidad de prescindir del rasgo [sonoro] que,

    en consecuencia, se seguir empleando en la FVEM.

    Establecido este contexto de discusin, conviene ahora referirse a determinados

    fenmenos propios, aunque en la mayor parte no exclusivos, del espaol mexicano,

    empezando por algunas cuestiones referidas a la modificacin del lugar articulatorio. En el

    LUGAR articulatorio LABIAL, se han documentado algunos procesos interesantes en

    situaciones de contacto, en especial con lenguas que no incluyen en su repertorio la /f/. Es

    lo que ocurre, por ejemplo, en el espaol hablado entre los tepehuanos del sur (Durango),

    entre quienes se documentan procesos del tipo fro pro; se trata, sin embargo, de un

    hecho variable y tambin es posible la aparicin de la labiodental fricativa sorda (Torres, c.

    p.); este proceso aparece tambin en otras situaciones de contacto. Como en muchos otros

    lugares, tambin en Mxico se documentan casos espordicos de labiodentales fricativas

    sonoras /v/. Ms interesante es que se haya apuntado la tendencia a la conservacin de la

    labiodental sonora [v] en el espaol novomexicano o patrimonial del suroeste de Estados

    Unidos, como en virgen [vi.hen] (Moreno Fernndez 2009, p. 398), aunque su presencia

    pude deberse al contacto con el ingls; tambin hay ejemplos en espaol tejano, presentes,

    por otro lado, al responder preguntas, pero no en la conversacin (Alvar 1996, p. 93). Son

    comunes vacilaciones, de todos modos, entre diferentes lugares articulatorios: se

    documentan bagazo y gabazo, garigoleado y gariboleado, etc. (Pesqueira 2006).

    En cuanto al modo articulatorio, Quilis (1993, p. 221) menciona varios ejemplos de

    oclusivas en ataque interior de palabra, presentndose en la coda de la slaba previa las

    consonantes [l] (como en calvo [kal.bo] o pulga [pul.ga]), [] (barba [ba.ba]), [s]

    (desbocar [des.bo.ka], desde [des.de], rasgar [ras.ga]) y, con menor frecuencia, las

    semivocales [i] (ceiba [sei.ba]) y [u] (deuda [deu.da]). Los cinco contextos estaran

    activos en Yucatn, en lo que toca a Mxico. La /s/ en particular propiciara soluciones

    oclusivas en algunos puntos de Mxico ([sb], [sd] y [sg] en Oaxaca, [sb] a veces en Jalisco,

    [sd] en el Ajusco y en el Valle de Mxico, [sg] en el Ajusco). Quilis menciona tambin

  • 262

    otras realizaciones: [lb] y [g] en habla formal e inculta de Jalisco (Mxico); [d] con

    frecuencia en Oaxaca y en el Valle de Mxico (cf. los trabajos de Alvar 2010 sobre Mxico

    recopilados en EEeM).

    Se ha sealado particularmente la articulacin oclusiva de las sonoras

    intervoclicas, tanto en el interior de Mxico como de Amrica Central, en formas del tipo

    de dados [da.dos]. Es decir, no slo no se debilitan, sino que no se limitan a aparecer

    como aproximantes y se articulan como formas [continuas]. Las soluciones oclusivas

    aparecen de forma especialmente notoria en el llamado espaol mayense-centroamericano

    (Moreno Fernndez 2009, pp. 255-256, 279). En el espaol yucateco son de hecho bastante

    comunes las soluciones oclusivas para /b, d, g/; aparecen, segn Lope Blanch (1987b, p.

    80), ms o menos en el 40% de las ocasiones, aunque el porcentaje es diferente segn el

    lugar articulatorio, de ms a menos segn se retrasa el punto de articulacin: 50% para /b/,

    40% para /d/ y 30% para el caso de /g/. El estudio reciente de Rosado (2011) muestra

    cantidades un poco superiores de oclusivas para Mrida, Yucatn, pues documenta un 69%

    de oclusivas para las sonoras intervoclicas, al tiempo que se mantiene la distribucin

    segn lugares articulatorios, aunque con distancias amortiguadas (73%, 68% y 66%,

    respectivamente); ms bajas son las cifras ofrecidas por Michnowicz (2009, p. 68; cf.

    2012), quien a partir de datos tambin recogidos en Mrida ofrece unos porcentajes

    globales de 42% de realizaciones oclusivas para /b/, 32% de /d/ y 28% de /g/ en posiciones

    donde se esperara una variante aproximante. Adems, el responsable del patrn observado

    no sera el contacto con el maya per se, sino el bilingismo y el contacto lingstico

    sostenidos a lo largo del tiempo (ibid., p. 81).

    En cuanto a las variedades conservadoras americanas, cabe destacar el

    comportamiento del espaol mexicano-centroamericano, en algunas de cuyas variedades

    tienden a reforzarse las oclusivas sonoras intervoclicas, tal como ocurre en el espaol

    mayense-centroamericano en general y en el centroamericano en particular, aunque hay que

    acotar que en este ltimo la /d/ intervoclica puede perderse, sobre todo en los participios

    en -ado y especialmente en Guatemala y Nicaragua. La tendencia a la preservacin (e

    incluso al reforzamiento) de /b, d, g/ est tambien presente en el llamado espaol mayense-

  • 263

    centroamericano (Moreno Fernndez 2009, pp. 256, 279, 283). Precisamente, como

    sealaba Lope Blanch, uno de los rasgos ms caractersticos del espaol mexicano culto es

    la presencia de un consonantismo firme, manifiesto, entre otras cosas, en el mantenimiento

    sistemtico de los segmentos /b, d, g/ intervoclicos, incluida la dental en la terminacin -

    ado (1996, p. 81).

    La lenicin de /b, d, g/ afecta a su debilitamiento y prdida; este tipo de procesos

    afectan, hablando en general, en primer lugar a la /d/, en segundo lugar a la /g/, y muy en

    tercer trmino a la /b/ (Moreno Fernndez 2009, p. 100). Como es bien sabido, la lenicin

    de las oclusivas sonoras intervoclicas, especialmente de la dental /d/, es un campo frtil

    para la realizacin de observaciones sociolingsticas, dados los diferentes valores sociales

    que esta variable puede portar (en el sentido de Eckert 2008). La relativa sencillez y

    unidireccionalidad de la variable colaboran, precisamente, en su utilidad para discutir

    patrones de variacin y cambio.

    El mapa expuesto en la figura 3.1 muestra el carcter relativamente acotado del

    debilitamiento de /d/ intervoclica en el territorio mexicano. En alguna ocasin se ha

    observado que la /d/ se conservara en las llamadas tierras altas, mientras que se relajara o

    perdera en las tierras bajas. Si embargo, como muestra el mapa de Moreno de Alba y

    como se ver tambin en los presentados infra a partir del EEeM, para la CORONAL anterior,

    y tambin para la LABIAL y la DORSAL la afirmacin no es completamente exacta.

  • 264

    FIGURA 3.1. Relajamiento poco frecuente de /-d-/ en Mxico.

    Fuente: Moreno de Alba (1994, p. 71, mapa 15)

    Tambin pueden agruparse dentro de las variedades conservadoras las modalidades

    centro-mexicanas de Estados Unidos, aunque la /d/ final se elimina con frecuencia; las

    consonantes intervoclicas pueden mantenerse, incluso tensas, incluida la /d/ (Moreno

    Fernndez 2009, p. 404). De hecho, si el mantenimiento de /d/ puede catalogarse como un

    uso urbano entre la poblacin mexicano-estadounidense, su prdida sera uno de los rasgos

    propios del uso rural o vulgar (Snchez 1994, pp. 135-136). Serrano (2002) ha presentado

    datos sobre los coeficientes de debilitamiento de /d/ en inmigrantes sonorenses llegados a la

    ciudad de Mxico; en ellos, la conservacin, en sus diferentes grados, llega a alcanzar un

    96%, por slo un 4% de prdida. Hay que recalcar que los datos de Serrano consideran los

    ndices propios de los inmigrantes sonorenses en la ciudad de Mxico, dado que Sonora es

    una regin debilitadora (cf. Brown 1989), mientras que la ciudad de Mxico es

    mantenedora (Matluck 1951, 85, 88); de hecho, los inmigrantes eliden globalmente muy

    poco el 4% incluye tanto las transiciones voclicas como las elisiones. Se ha apuntado

  • 265

    tambin, por cierto, que el espaol novomexicano actual muestra prdida de /d/

    intervoclica (Alvar 1996, p. 93).

    Diferentes mapas de EEeM ofrecen una imagen relativamente reciente de la

    distribucin de /b/, /d/, /g/ intervoclicas. Aqu se han empleado los mapas

    correspondientes a jabn (701), para el caso de /b/; mojado (623), para /d/; y regar (729),

    para /g/. Los mapas que se presentan ahora agrupan las variantes, prescindiendo de algunos

    detalles fonticos, con el objetivo de presentar una imagen ms ntida de las soluciones en

    cuanto al modo articulatorio.

    El mapa correspondiente a jabn (figura 3.2), que opone las soluciones oclusivas,

    de tipo de [b], a las aproximantes, agrupables como [], es particularmente revelador por

    exhibir una distribucin geolingstica sumamente clara, susceptible incluso de ser reducida

    prcticamente a una isoglosa divisora de dos reas.

  • 266

    FIGURA 3.2. Mapa de jabn (EEeM, 701)

    Como puede verse, el territorio queda dividido en dos reas muy ntidas. La regin

    mayor y predominante corresponde a las soluciones de raigambre aproximante, mientras

    que la regin menor se extiende por el sur y el sureste del pas, en concreto por los estados

    de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatn y Quintana Roo, que forman una masa compacta

    de soluciones oclusivas, con la excepcin de los puntos QR2 y QR3, en los cuales la

    solucin fue aproximante. Llama la atencin que estas dos localidades, Cozumel y Carrillo

    Puerto, respectivamente, tiendan a comportarse de una manera peculiar tambin en otros

    mapas, dato que podra indicar una subzona dialectal o, simplemente, un comportamiento

    sociolingstico especial en los informantes recogidos en esas dos comunidades, por lo que

    quiz convenga tomar el apartamiento de estos dos puntos cum grano salis.

    El mapa ofrecido en la figura 3.3 muestra los resultados obtenidos para la forma

    mojado, que incluye el contexto que suele ser ms favorable para el debilitamiento de la

    coronal anterior /d/, el correspondiente a ado. A diferencia del mapa anterior, se ha

    preferido detallar un poco ms el conjunto de variantes distinguidas, dada tambin la mayor

    variedad de resultados. En ese sentido, se han marcado cuatro variantes: 1) dento-alveolar

    oclusiva sonora [d], o para mayor exactitud notacional, [d], 2) dento-alveolar aproximante

    sonora [], 3) dento-alveolar aproximante sonora poco definida [] (marcada como

    aproximante abierta en el mapa); 4) elisin []. La complejidad de la variacin es mayor

    que en el caso de la labial, aun cuando se tomaran juntas las formas correspondientes a los

    dos subtipos de aproximantes que se han considerado.

  • 267

    FIGURA 3.3. Mapa de mojado (EEeM, 623)

    Salta a la vista que existen grandes coincidencias entre el mapa de la figura 3.2 para

    /b/ y el mapa de /d/, en lo que toca a las oclusivas, lo que en principio permite empezar a

    apuntar una generalizacin para la subclase de las variantes oclusivas sonoras, que no

    quede difuminada en cada uno de lo segmentos por separado. Existen, por otra parte,

    algunas diferencias. No se encuentran entre ellas el comportamiento de los puntos QR2 y

    QR3 que, como en el caso anterior, arrojan resultados aproximantes. Una diferencia ms

    llamativa aparece en Ta1 (Crdenas), pues se documenta all, junto a la solucin oclusiva,

    tambin la elisin plena, lo que sugiere un arco de variacin de cierto calibre. La

    divergencia ms importante entre las figuras 3.2 y 3.3, en cuanto a la distribucin de las

    oclusivas, radica en el estado de Chiapas, pues ahora slo Chi5, Cintalapa de Figueroa,

    ofrece una transcripcin oclusiva; en contraste, Pichucalo (Chi1), Palenque/San Manuel P.

  • 268

    (Chi2), Jitotol (Chi3), Berriozabal (Chi4), San Cristbal de las Casas (Chi6) y Huixtla

    (Chi7) documentan formas aproximantes.

    Una segunda particularidad del mapa de /d/ tiene que ver con la presencia de cierto

    nmero de elisiones que, aun cuando espigadas aqu y all, permiten ver algunos patrones

    generales. El rea ms definida de elisiones es sin duda el noroeste de Mxico, pues

    aparecen documentaciones en Baja California y Baja California Sur, Sonora, Chihuahua,

    Sinaloa y Durango. Tambin se documentan algunos casos en el noreste, como en T1

    (Nuevo Laredo, Tamaulipas) y en el centro-norte, si se puede calificar como tal a

    Zacatecas: en Z1 (Mazapil) y en Z3 (Zacatecas). Aparecen tambin algunos casos ms o

    menos espordicos en puntos del centro-sur del pas: en M3 (es decir, Quiroga,

    Michoacn), G3 (San Marcos, Guerrero), V2 (Veracruz, Veracruz), O5 (Matas Romero,

    Oaxaca) y el ya mencionado Ta1. Aunque pueda esbozarse un rea de elisin ms comn

    en el noroeste, se trata ante todo de un fenmeno variable, y la mejor prueba de ello es que

    las elisiones son, en muchos casos, soluciones compartidas incluso en los puntos en que se

    documentan.

    El rea mayor, desde luego, corresponde a las soluciones aproximantes, sean ms o

    menos definidas, pues se extienden por casi todo el pas, con la excepcin del rea

    relativamente ntida de oclusivas y, hasta cierto punto, con la zona compartida con las

    elisiones en el noroeste. No hay muchas soluciones poco definidas, por otra parte, lo cual es

    hasta cierto punto explicable a partir de un mapa que cartografa respuestas a preguntas

    aisladas. Aunque aparecen algunas de estas formas aisladamente en el norte del pas (en

    Chihuahua, Nuevo Len y San Luis Potos), slo podra apuntarse un rea relativamente

    ms continua en parte del centro-sur: Distrito Federal, Puebla, Guerrero, Oaxaca y

    Veracruz.

    Aunque cabe argumentar que la figura 3.3 cartografa slo el contexto ms

    favorecedor al debilitamiento, me parece que aporta un poco ms de claridad que el mapa

    de la figura 3.1: por una parte, esboza un rea relativamente continua de soluciones

    oclusivas; por otra, permite emerger zonas de elisin relativamente frecuente; por fin,

    aunque existe una coincidencia ms o menos general entre la escasez de debilitamiento

  • 269

    frecuente en un caso, y la abundancia de aproximantes plenas y poco definidas en el otro, el

    segundo mapa permite establecer la distincin entre las dos variantes y, sobre todo, abrir la

    puerta a la sospecha de un mayor grado de variacin local del que podra desprenderse de la

    sola consideracin de la figura 3.1.

    La figura 3.4 permite, finalmente, completar el panorama del comportamiento de las

    obstruyentes sonoras, al ocuparse de la /g/.

    FIGURA 3.4. Mapa de regar (EEeM, 729)

    La distribucin de la oclusiva velar sonora guarda evidentes relaciones geogrficas

    con la expuestas por la labial y por la dento-alveolar. Aunque existen diferencias de detalle

    con los mapas anteriores, es claro que las soluciones oclusivas se concentran en el sur-

    sureste. Se documenta incluso una forma oclusiva en O4 (Pinotepa Nacional, Oaxaca),

  • 270

    Tabasco y Campeche quedan plenamente del lado oclusivo, y Chiapas, Yucatn y Quintana

    Roo (ste en los dos puntos ya mencionados) quedan a medio camino.

    Resulta tentador, entonces, a la vista de estas coincidencias, ensayar una descripcin

    fontico-fonolgica de algunas de las dimensiones variables involucradas. Como puede

    observarse, los mapas referentes a /b/ (jabn) y a /g/ (regar) slo consignan casos de

    oclusivas y de aproximantes, mientras que el referente a /d/ (mojado) incluye tambin casos

    de elisin; no se tendr en cuenta ahora la distincin establecida en el cartografiado entre

    aproximantes cerradas y abiertas. Por otra parte, hay que tener en cuenta que aunque los

    tres casos examinados se encuentran en posicin intervoclica, jabn y regar muestran las

    obstruyentes en el ataque de una slaba tnica, lo cual, potencialmente, puede favorecer la

    articulacin oclusiva; en contraste, mojado muestra la /d/ no slo como ataque de una

    slaba postnica, sino adems como parte de la terminacin ado, que como es bien sabido

    es el contexto ms favorecedor para el debilitamiento y la elisin. As las cosas, la

    formulacin de las restricciones apropiadas para expresar el comportamiento de la

    CORONAL deberan ser un poco ms detalladas, pero se va intentar una formulacin

    conjunta.

    Daz Campos y Colina (2006, p. 438) emplean la restriccin *V[]V como trmino

    de cobertura para MAX-ONSET(A0), MAX-ONSET(Af) AGREE(estrechamiento) MAX-

    ONSET(AMAX), donde, siguiendo a Steriade (1993) y la teora del estrechamiento (stricture

    theory), MAX-ONSET(A0) pide que los segmentos en el ataque con el mximo

    estrechamiento (no continuos, oclusivos, nasales y laterales) en el input aparezcan en el

    output; MAX-ONSET(Af) establece que los segmentos en el ataque con apertura media

    (fricativos) en el input tienen que estar en el output; MAX-ONSET(AMAX) seala que los

    segmentos en el ataque con grado mximo de apertura (aproximantes y vocales) en el input

    tienen que estar presentes en el output; y, por su parte, AGREE(estrechamiento), una

    restriccin de buena formacin, ordena que los segmentos adyacentes concuerden en el

    grado de estrechamiento. Junto con *V[]V, emplean otras tres restricciones (ibid., p. 437):

    (1)

  • 271

    a. MAX STRESS []: una aproximante CORONAL en el input tiene que estar presente en

    el output, si se encuentra en una slaba acentuada.

    b. MAX # []: una aproximante CORONAL en posicin inicial de palabra en el input

    tiene que aparecer en el output.

    c. MAX []: se prohbe la elisin de [].

    d. *V[]V: no debe haber coronales aproximantes en posicin intervoclica.

    De cara a la generalizacin de resultados para los tres mapas referentes a /b/, /d/ y /g/

    intervoclicas interiores de palabra, debe observarse que una restriccin MAX # [X] es ahora

    vacua, pues los tres ejemplos examinados se encuentran en posicin interior de palabra, no

    en inicio. MAX STRESS [X], por su parte, afecta a jabn y a regar, que la respetan, pero no

    a mojado, pues la CORONAL aparece en slaba tona; aqu ser reformulada como MAX

    STRESS [b] [g], atendiendo a la idea de que las ms favorecidas por la posicin tnica

    seran las variantes oclusivas. La restriccin MAX-IO, por otro lado, es pertinente para todos

    los casos, pues /b/ y /g/ la respetan siempre hay que insistir que en el pequeo conjunto

    de datos examinado en este momento, pero /d/ la infringe en ocasiones, pues se

    documentan diferentes ejemplos de elisin. Por fin, en cuanto a *V[]V, parece interesante

    volver a la jerarqua que resume, con el objeto de poder generalizar el comportamiento de

    las oclusivas sonoras intervoclicas; se emplea, sin embargo, para las elisiones, pues slo

    afectan a /d/. Considrese entonces (2):

    (2)

    a. MAX-ONSET(A0): es respetada por las soluciones oclusivas [b], [d], [g], pero no por

    las aproximantes [], [], [] ni por la elisin [] (sta slo en el caso de /d/).

    b. MAX-ONSET(Af): tiene un comportamiento vacuo, pues en sentido estricto, no hay

    soluciones fricativas propiamente dichas.

    c. MAX-ONSET(AMAX): es respetada por las variantes aproximantes, pero no por las

    oclusivas, ni por la elisin.

    d. AGREE(estrechamiento): igualmente, slo es tenida en cuenta por los alfonos

  • 272

    aproximantes.

    Con las restricciones (1a) y (1c), y (2a), (2c) y (2d), debera ser posible dar cuenta de

    las distintas soluciones que aparecen en los mapas. Se podra introducir una restriccin

    ms, en referencia al LUGAR, dado que las elisiones slo aparecen con la CORONAL, pero

    una restriccin de este tipo es en principio redundante, pues los ejemplos disponibles ahora

    quedan de todos modos diferenciados por MAX STRESS [X]. La restriccin *CORONAL

    estara en el mismo nivel jerrquico que la restriccin MAX asociada a la slaba tnica, dado

    que ambas permiten el mismo resultado en los datos de los tres mapas; hara falta un

    conjunto mayor de materiales para poder discriminar ambos efectos y en consecuencia

    poder jerarquizarlas. En cuanto a MAX STRESS, slo se considera su efecto sobre /b/ y /g/,

    pues sobre /d/ es vacuo, al encontrarse los datos del mapa considerado en posicin tona.

    Pueden entonces esbozarse tres cuadros jerrquicos, uno para las soluciones

    oclusivas, otro para las aproximantes y un tercero para las elisiones.

    CUADRO 3.2. Jerarqua de restricciones para las soluciones oclusivas

    MAX-

    IO

    MAX-

    ONSET(A0)

    MAX STRESS

    [b] [g]

    AGREE(estrech) MAX-

    ONSET(AMAX)

    [b] [d] [g]

    * *

    [] []

    []

    *! (*)

    [] *! * *

    Es decir, las soluciones oclusivas seran respetuosas con la restriccin que pide

    conservar un cierre mximo en el ataque de la slaba, MAX-ONSET(A0), adems, desde

    luego, que la que solicita que no haya elisiones, MAX-IO; en el caso de la LABIAL y la

    DORSAL, gracias a que los mapas ofrecen datos en slaba tnica, se constata el respeto a la

    restriccin MAX STRESS. Por el contrario, infringen, aunque no de manera crucial, la

  • 273

    concordancia en cuanto al grado de estrechamiento AGREE(estrech) con el contorno

    voclico8, as como el hecho de presentar un grado mximo de abertura, MAX-ONSET(AMAX).

    Tal sera el panorama fontico-fonolgico en las regiones en que aparecen formas

    oclusivas, como sucede en el sur-sureste del pas. Los alfonos aproximantes, por su parte,

    muestran el patrn prcticamente contrario (excepto en lo que toca a MAX-IO, que tambin

    respetan); todos ellos infringen de manera crucial MAX-ONSET(A0). La elisin tiene

    problemas con algunas de las restricciones mencionadas en el cuadro, pero de manera

    crucial con MAX-IO; no infringe, sin embargo, AGREE(estrech), pues la elisin del ataque

    deja dos vocales en contigidad, y MAX STRESS [b] [g] es vacua para los casos disponibles.

    CUADRO 3.3. Jerarqua de restricciones para las soluciones aproximantes

    MAX-

    IO

    AGREE(estrech) MAX-

    ONSET(AMAX)

    MAX-

    ONSET(A0)

    MAX STRESS

    [b] [g]

    [] [] []

    * (*)

    [b] [d]

    [g]

    *! *!

    [] *! * *

    En lo que toca a las ocasiones en que es preferido el alfono aproximante, el cuadro

    3.3 propone una representacin en que AGREE(estrech) y MAX-ONSET(AMAX), que mantienen

    un mismo nivel jerrquico, han ascendido sobre MAX-ONSET(A0) y MAX STRESS [b] [g],

    pues las variantes ahora elegidas respetan la concordancia en cuanto al nivel de

    estrechamiento con respecto al contexto en el que aparecen, as como el hecho de preservar

    una apertura mxima en el ataque de su slaba. Se trata de las soluciones ms abundantes en

    8 Se pone la marca entre parntesis, (*), para indicar de esta forma que la restriccin slo se aplica en realidad a /b/ y a /g/, pues, como se ha dicho, no hay casos de /d/ en slaba tnica en los materiales. En cuanto a las elisiones, la restriccin tiene un efecto vacuo con respecto a esta restriccin, pues precisamente las elisiones slo aparecen para las /d/.

  • 274

    el pas, como se ha visto. Debe recordarse que se trata de fenmenos variables, que a veces

    oscilan de hablante a hablante en una misma comunidad de habla, e incluso de realizacin a

    realizacin en un mismo informante, segn el estilo sociolingstico de que se trate.

    CUADRO 3.4. Jerarqua de restricciones para las elisiones de /d/

    AGREE(estrech) MAX-ONSET(AMAX) *V[]V MAX-IO

    [] * [] *!

    [d] *! *!

    El cuadro 3.4 muestra la oposicin entre las elisiones y las soluciones oclusivas y

    aproximantes de /d/, cindose slo al caso de la CORONAL. Las elisiones respetan la

    restriccin *V[]V, mientras que las formas segmentales aproximantes la infringen de

    manera crucial. Los alfonos oclusivos, por su parte, tienen problemas con AGREE(estrech)

    y MAX-ONSET(AMAX), tal como se ha visto en los cuadros previos. Ya se ha visto (figura 3.3)

    que tal orden jerrquico variable se activa en diferentes reas del pas, especialmente en el

    noroeste.

    Resoluciones en las codas

    La estructura silbica tiene un papel especfico en el decantamiento de procesos fnicos,

    tanto en trminos de tendencias generales en las lenguas, como en trminos de soluciones

    histricas y de propuestas variables en perodos de alternancias. Puede decirse que se asiste

    a la accin de dos principios de carcter universal: por un lado, la tendencia a organizar el

    material silbico en la forma CV, es decir, dotadas de un ataque consonntico y de un

    ncleo voclico, sin que est presente coda ninguna; por otro, la tendencia a respetar los

    mandatos del lxico, de modo que las soluciones fnicas se muestren lo ms fieles posibles

    a las soluciones esperables. Estos dos extremos suelen tener un trasunto claro en los

    procesos de variacin lingstica, pues las hablas de carcter ms innovador suelen

  • 275

    conceder ms importancia al primero de los dos principios la tendencia a producir slabas

    ideales, mientras que las ms conservadoras otorgan mayor peso a la fidelidad al lxico.

    Naturalmente, es posible encontrar numerosas soluciones lingsticas intermedias, al

    tiempo que comunidades de habla con distintas distribuciones sociolingsticas de tales

    tendencias rectoras. Como seala Colina (2009, pp. 3-5), la slaba ha sido muy til para el

    desarrollo de la teora fonolgica optimal, pero tambin la fonologa ha contribuido

    notoriamente a la comprensin moderna de la slaba misma.

    La neutralizacin amparada por la posicin en coda alberga un amplio repertorio de

    soluciones; stas pueden oscilar entre variantes de notoria fidelidad [p], [t] y [k] para /p/,

    /t/ y /k/, y [b], [d] y [g] para /b/, /d/ y /g/ y soluciones patentemente alejadas, desde

    elisiones a alteraciones en la sonoridad, el modo o el propio carcter consonntico. Suele

    mencionarse como soluciones normativas comunes en el dominio hispnico, en posicin de

    coda, las variantes oclusivas o aproximantes, sorda o sonora en el caso del segmento

    lxicamente sordo, pero slo la variante sonora en el caso del segmento lxicamente sonoro

    (Quilis 1993, p. 218). Entre las formas menos normativas, son muy numerosas las

    soluciones posibles. El arco de variantes se extiende desde las oclusivas sordas y sonoras

    hasta las elisiones y las vocales no silbicas, pasando por las formas aproximantes,

    fricativas e incluso lquidas. Se ha apuntado que consonantes como /d, k/ en posicin final

    de slaba pueden mantenerse, relajarse, aspirarse, reduplicarse y elidirse; la reduplicacin se

    bloquea, como es esperable, en posicin final ante pausa. Tales tendencias estaran al

    servicio de la creacin de slabas CV, al igual que otros procesos, como la simplificacin de

    grupos consonnticos, la mettesis de elementos en slabas trabadas o la aparicin de

    vocales paraggicas. Desde luego, hay tendencias ms o menos predominantes segn el

    carcter innovador o conservador de cada variedad dialectal.

    Precisamente, en contraste con otras variedades ms debilitadoras, una de las

    caractersticas ms llamativas de las variedades centrales de espaol mexicano, es la

    resolucin plena y tensa de grupos consonnticos, en trminos tales que se articulara

    examen como [ek.sa.mn], o cpsula como [kap.su.la] (para esta palabra, vase infra la

    figura 3.7), es decir, se mantiene una pronunciacin oclusiva sorda en la coda de los grupos

  • 276

    cultos, en formas como directo, accin, apto o abstraccin (Moreno Fernndez 2009, pp.

    255-256, 274). Aunque en comparacin con otras variedades, es notoria la mayor fidelidad

    fnica, es necesario ponderar el hecho en cierta medida. Para empezar, la tendencia a la

    conservacin no se da en todo el territorio, sino que ciertas reas, especialmente las

    costeras, muestran tendencia a relajar las consonantes finales de slaba; aunque el centro del

    pas y la Pennsula de Yucatn presentan un consonantismo fuerte, ciertas reas costeras de

    Veracruz, y de Oaxaca y Guerrero, estas ltimas prolongadas hacia el Pacfico

    septentrional, muestran tendencias debilitadoras (Lope Blanch 1996, p. 88). Los hablantes

    guatemaltecos bilinges en espaol y alguna lengua mayense, tambin tienden a conservar

    las oclusivas sordas en coda silbica, como en cpsula o en captar (Garca Tesoro 2008).

    Entre los mexicanos de San Antonio, en Estados Unidos, se ha encontrado cierta tendencia

    a la adopcin de prstamos con influencia fnica del ingls, lo cual a veces tiene

    repercusiones en ciertos grupos que involucran consonantes oclusivas orales, como ocurre

    en la forma objectos, por objetos (Mendieta 1999; Moreno Fernndez 2009, p. 414).

    En todo caso, el grado de conservacin de los fonemas componentes de los

    llamados grupos cultos es lo suficientemente notorio para exponerlo como rasgo

    caracterstico, tal como seala Lope Blanch, a propsito de grupos como /kst/, en formas

    como extraordinario, texto; /ksk/, como exquisito; /nst/, en palabras del tipo de construir;

    /bst/, abstracto; /ks/, examen, satisfaccin; /kt/, acto; /tl/, atlas, etc. Al tiempo, se

    rechazan, adscribindoles valoracin negativa, soluciones que implican diferentes grados

    de debilitamiento, como las involucradas en cansado > cansao, extremo > estremo,

    excusar > escusar, construir > costruir, texto > testo, satisfaccin > satisfacin, atlas >

    adlas, azlas, acto > azto (1996, p. 81). El contacto con otras lenguas propicia la aparicin

    en coda silbica y final de palabra de una serie de sonidos inusitados en espaol

    patrimonial. Es lo que ocurre, en voces de origen maya, con una serie de consonantes

    oclusivas: /p, t, k, t, ts/ (Moreno Fernndez 2009, pp. 279-280): tup benjamn, xet

    leporino, xic axila, nuts? cascorvo, patizambo, balac, chich abuela, o en voces

    hispanas, como coch coz (Lope Blanch 1987a; 1996, p. 86).

  • 277

    El siguiente mapa, elaborado por Moreno de Alba (1994) a partir de datos presentes

    en el Atlas Lingstico de Mxico (Lope Blanch 1990-2000), muestra las reas en que la

    conservacin de uno de los grupos cultos ms caractersticos, /kt/, se manifiesta de manera

    ms intensa en el espaol de Mxico.

    FIGURA 3.5. Zonas de conservacin algo frecuente del grupo /kt/ en Mxico.

    Fuente: Moreno de Alba (1994, p. 142, mapa 43)

    De todos modos, incluso para la ciudad de Mxico se ha sealado la presencia de

    procesos que tienden a alterar la fidelidad de la expectativa lxica, tal como muestran

    Rodrguez y Mora (2001), pues en hablantes de nivel de estudios bajo es posible

    documentar ensordecimientos, cambios de lugar articulatorio, fricativizaciones, elisiones y

    vocalizaciones. La /d/ final de palabra muestra en Mxico, por otra parte, un rea bastante

    extensa de elisin, tal como se expone en la figura 3.6.

  • 278

    FIGURA 3.6. Eliminacin algo frecuente de /-d/ final en Mxico.

    Fuente: Moreno de Alba (1994, p. 76, mapa 17)

    Como puede apreciarse, el sombreado que marca la eliminacin de la /d/ final de

    palabra es bastante amplio, concentrado en especial en el centro-norte del pas. Es posible,

    de todos modos, que para este caso especfico, haya que pensar en un relajamiento de las

    restricciones de fidelidad, de modo tal que la accin de *CODA resulte relevante, una vez

    que MAX-IO deje de ser pertinente en su papel de freno a las restricciones de marcacin, de

    modo que *CODA MAX-IO. Ms en general, los hechos pueden ser algo ms complejos.

    Colina recuerda que en posicin final slo seran posibles consonantes coronales, mientras

    que otras seran inusitadas y ms bien propias de prstamos no asimilados completamente

    (como club o chef), especialmente en el caso de las obstruyentes no coronales, de modo que

    propone una jerarqua IDENTOBSTR(LUGAR), HAVE PLACE *DORSAL *LABIAL MAX-IO

    *CORONAL, IDENT(LUGAR), que permitira obtener [klu] para club, con labial final, y

    [e.niT] para cenit, con coronal neutralizada (2009, pp. 36-37). Obsrvese, de todas

    formas, que si club es un prstamo, cenit es un cultismo; adems, estos casos explicaran

  • 279

    pronunciaciones plenas de verdad, neutralizadas o no, pero no las elisiones. De todos

    modos, hay que considerar que para los datos mexicanos conviene disponer de un estudio

    extenso al respecto, antes de afirmar nada con rotundidad, dada la peculiar resistencia de

    muchas de las variedades a conservar las codas; tampoco cabra excluir apresuradamente

    otras explicaciones, que afirmaran por ejemplo ciertos grados de lexificacin, que por

    ejemplo permitieran verd, pero no comnmente par.

    Conviene ahora revisar una secuencia de mapas procedentes de EEeM que incluyen

    ejemplos de obstruyentes oclusivas sordas y sonoras en coda interior de palabra, de modo

    tal que puedan observarse los efectos principales a lo largo y ancho de la geografa fnica

    de Mxico. Se trata de los mapas correspondientes a cpsula (658), ritmo (663), defecto

    (667), observar (621), admisin (629) y magnesia (636), expuestos en las figuras 3.7 a

    3.12.

    FIGURA 3.7. Mapa de cpsula (EEeM, 658)

  • 280

    Las variantes documentadas en la carta de cpsula se han agrupado en cinco clases

    de variantes: las bilabiales sordas [p]; las bilabiales sonoras, digamos [b], por ser

    mayormente soluciones oclusivas, aunque tambin se han agrupado con ellas algunos casos

    de aproximantes [] y no ha importado que en algunos casos la articulacin se haya

    transcrito relajada, es decir, poco definida; los casos de vocalizacin, en forma de [u], es

    decir, de vocal posterior cerrada redondeada no silbica; las elisiones, digamos []; y, por

    ltimo, algunas otras soluciones en realidad muy espordicas, como un caso de lateral [l] en

    Ch1 (Casas Grandes, Chihuahua) y un caso de velar [k] en C1 (Cuyutln, Tecomn,

    Colima).

    De entrada, llama la atencin la amplitud de la conservacin de alguna solucin

    LABIAL, con independencia de la asignacin del rasgo [sonoro]; cabe observar, desde luego,

    la complementariedad de las transcripciones [+sonoro] y [sonoro], pues las primeras

    aparecen bsicamente en el centro del pas, y las segundas son claramente predominantes

    tanto en el norte como en el sur de la Repblica, constituyendo, de confirmarse el dato, tres

    zonas demarcadas con bastante claridad; como se ir viendo a lo largo del libro, no es el

    nico fenmeno que muestra una distribucin semejante, sea que se vea en tres sectores,

    sea que se prefiera leer como dos grandes reas (centro frente a periferia).

    Otro hecho notable es la abundancia de vocalizaciones. No muestran stas un patrn

    muy claro, aunque parece advertirse cierta concentracin en lo que podra llamarse el norte

    intermedio (Durango, Zacatecas y San Luis Potos), al tiempo que en un eje que correra al

    sur de los valles centrales (Mxico, Morelos, Puebla, Oaxaca, Guerrero). Se documentan

    bastantes ejemplos, de todos modos, en otras latitudes, sea el norte (Baja California y Baja

    California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila) o el sur (Chiapas, Tabasco, Yucatn). Si se

    acepta la idea de que las semivocales postvoclicas se encuentran en la coda silbica,

    mientras que las prevoclicas son parte del ncleo (Hualde 1991), la vocalizacin de /p/

    estara infringiendo tambin *CODA, pues ocupara la misma posicin que el segmento

    original (Colina 2009, p. 18).

  • 281

    Frente a las expectativas, slo hubo un caso de elisin presente en el mapa,

    documentado en Si3 (Mazatln, Sinaloa), lo que apunta a la baja importancia de *CODA,

    pues sta es infringida incluso por los pocos casos con otras soluciones ([l], [k]).

    El mapa de la figura 3.8, centrado en la obstruyente no continua CORONAL anterior

    sorda /t/, permite seguir considerando estas tendencias, para ver si son extensibles o no a la

    clase de sonidos ahora considerada.

    FIGURA 3.8. Mapa de ritmo (EEeM, 663)

    De manera semejante al caso anterior, se han agrupado las variantes en clases,

    procediendo de manera inductiva, a la vista de lo que el mapa va revelando. Tambin ahora

    se ha trabajado con cinco categoras: la dento-alveolar oclusiva sorda [t]; las variantes

    sonoras, con independencia de que se trate de la dento-alveolar oclusiva [d] o de la dento-

  • 282

    alveolar aproximante [], o de variantes relajadas o poco definidas de stas; soluciones

    sibilantes, que habitualmente son sonoras, tipo [z]; se documenta tambin algn caso

    aislado de asimilacin; y, por ltimo, se incluyen como otros casos algn ejemplo aislado

    de elisin y una que otra transcripcin de formas interdentalizadas, quiz postinterdento-

    dentales fricativas sordas, es decir, tipo [] ms que propiamente interdentales fricativas

    sordas [].

    Como ocurra en el mapa anterior para /p/, no cabe duda de que la solucin ms

    comn para /t/ es una de las dos formas ms fieles, sea la dento-alveolar sorda, sea la

    sonora, que ocupan con claridad el cierre silbico, infringiendo desde luego *CODA. Tales

    niveles de mantenimiento, y la cercana identidad fnica de los outputs, son en s seas

    caractersticas del material expuesto. Ahora bien, y tambin de manera semejante al caso de

    la LABIAL, tambin ahora la CORONAL parece permitir un trazado ms o menos laxo de tres

    franjas variables, con soluciones sordas en el norte y en el sur, y una gran rea globular en

    el centro del pas donde predominan las variantes sonoras. Debe observarse, por otra parte,

    que no hay coincidencia plena entre las regiones del mapa de la figura 3.8 y el que se

    mostraba en la figura 3.7. Por un lado, las soluciones sonoras de /t/ llegan ms al norte que

    las de /p/; por otro, el rea sonora de la CORONAL es mucho menos compacta que la de la

    LABIAL, pues son comunes tambin las soluciones sordas en muchos puntos centrales.

    Llama asimismo la atencin la relativa abundancia de soluciones sibilantes, pues

    adems de aparecer en algunos puntos de Sonora y Coahuila, se documentan con cierta

    abundancia en una franja que recorre desde Zacatecas hasta Puebla, esbozndose de esa

    manera un rea ms o menos definida.

    El resto de los casos son ms interesantes desde el punto de vista cualitativo, por la

    variedad de formas que introducen al panorama, que porque en s pueda decirse algo

    especfico acerca de ellas desde un punto de vista geolingstico, ms all de atestiguar su

    carcter espordico, trtese de la asimilacin presentada en Chi5 (Cintalapa de Figueroa,

    Chiapas), del caso de elisin en Si3 (Mazatln, Sinaloa) o de los ejemplos de

    interdentalizacin en Me1 (Santa Cruz de Arriba, Mxico) y en Y6 (Peto, Yucatn).

  • 283

    Se examina ahora el mapa de defecto, con objeto de seguir esbozando las

    connivencias y las diferencias presentes en los datos, ahora con la DORSAL /k/.

    FIGURA 3.9. Mapa de defecto (EEeM, 667)

    El ordenamiento de las variantes se ha reducido a slo tres grandes grupos. Por un

    lado, las soluciones velares oclusivas sordas, tipo [k], con independencia de que en muchos

    casos se trate de variantes relajadas o poco definidas; en segundo trmino, las soluciones

    velares sordas, ya sean oclusivas [g] o aproximantes []; por fin, se renen como otras

    variantes diferentes materiales que llegan a rellenar la coda (formas interdentalizadas,

    alguna labial, alguna rtica) y varios casos de vocalizacin.

    Como en los casos anteriores, el primer y ms importante comentario es la

    tendencia no slo a rellenar la coda lo que acarrea, desde luego, la consiguiente

    infraccin de *CODA, pero la asuncin de MAX-IO con material bien determinado con

  • 284

    respecto al lugar articulatorio es decir, aceptando HAVE PLACE, sino el respeto muy

    general al lugar articulatorio esperable lxicamente, es decir, bajo los lineamientos de

    IDENTOBSTR(LUGAR). En otras palabras, all donde cabra esperar, bajo una perspectiva de

    fidelidad lxica, una DORSAL, normalmente aparece una DORSAL. Esto, desde luego, es

    llamativo en el marco de la comparacin dialectal con muchas otras variedades del espaol,

    en las que puede resultar mucha ms abundante la elisin o las modificaciones del lugar

    articulatorio. Obsrvese que salvo error en mi lectura no hubo ni un solo caso de

    elisin en el mapa 667 de Alvar (2010), y que las alteraciones de LUGAR y las

    vocalizaciones se reducen a un puado de casos.

    Al igual que se ha visto para /p/ y para /t/, tambin para /k/ la sonoridad permite

    establecer una triple zonificacin de los datos. Una vez ms, pueden encontrarse las

    variantes sordas al norte y al sur del pas, mientras que hay una preferencia evidente por las

    transcripciones sonoras en el centro del territorio. Ello no impide, desde luego, la ocasional

    aparicin de variantes sordas en algunos puntos centrales (aunque hay que decir que es

    todava ms espordica la presencia de registros sonoros en reas de soluciones sordas).

    Tampoco significa esto una coincidencia plena con las reas delimitadas para variantes

    sordas y sonoras en los mapas de la LABIAL y de la CORONAL, sobre todo en relacin con

    esta ltima, que muestra un reparto ms extenso del material sonoro, pero al tiempo es

    evidente que existen bastantes coincidencias y que se presenta de manera recurrente un

    mismo patrn.

    En lo que toca a las otras formas, se documentan ejemplos de interdentalizacin,

    entendida probablemente como presencia de postinterdento-dentales fricativas sordas, en

    S2 (Nogales, Sonora) y en Ch4 (Santa Brbara Hidalgo del Parral, Chihuahua). En Si3

    (Mazatln, Sinaloa) se registra una rtica percusiva, y en Mo1 (Yautepec, Morelos) una

    oclusiva labial sorda. Por fin, hubo un par de ejemplos de vocalizacin, en forma de la

    posterior cerrada redondeada no silbica [u], en J1 (Tequila, Jalisco) y en M3 (Quiroga,

    Michoacn), casos que, como se coment supra, tambin infringiran *CODA, por seguir

    ocupando esta posicin.

  • 285

    En los tres mapas siguientes se revisa el comportamiento de los pares sonoros, es

    decir, de /b/, /d/ y /g/ en coda silbica (figuras 3.10 a 3.12).

    FIGURA 3.10. Mapa de observar (EEeM, 621)

    El mapa correspondiente a la figura 3.1, referido a observar, muestra un poco ms

    de complejidad que los anteriores, en parte debido al propio mapa fuente (el 621 de EEeM);

    debe tenerse en cuenta, de todos modos, que en la reelaboracin aqu presentada se han

    respetado ms distinciones que en otros mapas, por parecer que su frecuencia y sus

    diferencias cualitativas eran lo suficientemente interesantes. El mismo parecer se ha

    empleado en las cartas correspondientes a /d/ y /g/.

    Se han establecido seis grupos de variantes: las formas bilabiales oclusivas sonoras,

    tipo [b], sin importar su carcter pleno o relajado; las soluciones bilabiales aproximantes

  • 286

    sonoras, []; los alfonos bilabiales oclusivos sordos [p]; las variantes ejecutadas en forma

    de vocal [u], es decir, de vocal posterior cerrada redondeada no silbica; los casos de

    elisin []; y por ltimo, un pequeo nmero de ejemplos reunidos como otras formas,

    entre los que se agrupan varias velares oclusivas sordas [k] y un ejemplo de dento-alveolar

    [d].

    Una vez ms, llama la atencin el predominio general de las formas labiales

    sonoras, extendidas por todo el pas. Es decir, al igual que ocurra con las oclusivas sordas

    en posicin implosiva, por lo pronto la /b/ tambin parece infringir normalmente *CODA y,

    en cambio mostrarse fiel tanto a MAX-IO como a las restricciones vinculadas a la identidad.

    Con todo, pueden sealarse algunas reas que parecen ms propensas a las soluciones

    aproximantes: el sector principal parece encontrarse en el centro del pas, extendindose

    desde algunos puntos en Oaxaca y Puebla, predominando en el centro-este y ramificndose

    por el noreste de la Repblica, hasta llegar no slo a puntos de Zacatecas y San Luis Potos,

    sino incluso a Coahuila, Nuevo Len y Tamaulipas. Un segundo recorrido, por otro lado, se

    extiende por la costa pacfica septentrional, empezando en localidades de Michoacn y

    Jalisco, proyectndose por Sinaloa y siendo claramente predominantes en Sonora. De

    alguna forma, esta tendencia al mantenimiento y a la tensin encuentra eco en la presencia

    de algunos casos de formas LABIALES sordas, [p], que aunque no son muchos no dejan de

    ser significativos: se han transcrito en puntos de San Luis Potos, Guerrero y Oaxaca.

    De naturaleza bastante diferente son las soluciones en que la coda ha experimentado

    un proceso de vocalizacin. Puede observarse que este tipo de formas aparecen en un sector

    relativamente definido, el centro del pas, aunque subdivido en dos sectores bastante

    amplios. El primero de ellos arranca de San Luis Potos y Zacatecas y llega hasta Jalisco y

    Colima. El segundo empieza en el estado de Mxico y llega al de Guerrero, pasando por

    Puebla. Ya se ha comentado que las vocalizaciones siguen infringiendo *CODA.

    Existe asimismo un nmero apreciable de elisiones, ms desde luego que en las

    otras piezas lxicas examinadas hasta el momento. Aunque no siguen un patrn

    completamente claro, pues se documentan incluso en Morelos y Michoacn, parece poder

  • 287

    decirse que son bastante ms comunes en los estados septentrionales, de forma que hay

    registros en Zacatecas, Coahuila, Chihuahua y Sonora.

    Por fin, las variantes velares se han anotado en Gu1 (Silao, Guanajuato), G1

    (Teloloapan, Guerrero), Mo1 (Yautepec, Morelos) y la dento-alveolar en Ta1 (Crdenas,

    Tabasco).

    FIGURA 3.11. Mapa de admisin (EEeM, 629)

    La confeccin del mapa de la figura 3.11, dedicado a la CORONAL anterior sonora

    /d/, sigue una estrategia muy parecida al anterior, de modo que se han distinguido casi los

    mismos grupos de variantes, con la excepcin de considerar ahora como variante las

    lquidas, a diferencia del mapa anterior, en el que se consideraban las vocalizaciones. La

    primera variante, entonces, es la dento-alveolar oclusiva sonora [d], sin importar que pueda

  • 288

    estar transcrita como relajada o poco definida; la segunda recoge los casos de dento-

    alveolar aproximante sonora [], del mismo modo desechando ahora las diferencias en el

    nivel de relajamiento; en tercer lugar, se anotan los casos de dento-alveolar oclusiva sorda

    [t]; la cuarta variante incluye las soluciones lquidas, sea que se trate de laterales [l] o de

    rticas, stas habitualmente manifestadas como alveolares aproximantes sonoras []; el

    quinto grupo de soluciones acoge las elisiones []; por ltimo, se ha destinado como

    siempre una casilla para otras soluciones, que en este caso slo rene un registro en un

    punto: se trata de una forma interdentalizada, probablemente una postinterdento-dental

    fricativa sorda [], anotada en Tl1 (Terrenate, Tlaxcala). Quiz convenga comentar que

    estas soluciones inderdentalizadas, sin ser muy comunes, s tienen cierta recurrencia como

    soluciones posibles al ejecutar las oclusivas orales en coda, especialmente cuando se trata

    de CORONALES anteriores.

    Las dento-alveolares sonoras, ya sean oclusivas, ya aproximantes, son con mucho

    las formas ms extendidas a lo largo y ancho del territorio mexicano, lo que vuelve a

    confirmar lo ya dicho hasta el momento, acerca de la resistencia a la elisin o a la

    modificacin del LUGAR articulatorio, hacia el que se expresa un notorio nivel de fidelidad.

    Pero tambin como en otras ocasiones, puede hablarse de tres grandes franjas en la

    distribucin de las variantes, una central y dos perifricas, en lo que toca ahora a la

    proyeccin geolingstica de las aproximantes (en el centro) y las oclusivas (al norte y al

    sur). Tal impresin general no impide ver que las formas aproximantes aparecen tambin

    salpicadas en diferentes registros septentrionales (no slo en Sinaloa, Durango, Zacatecas y

    San Luis Potos, sino tambin en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y

    Tamaulipas) y meridionales (en Yucatn y Quintana Roo).

    No son muchos los registros de dentales oclusivas sordas, adems de que siempre

    son documentadas junto a otras soluciones, pero llama la atencin que aparecen

    relativamente prximas, por lo menos a la vista de pjaro del mapa general: en el Distrito

    Federal y en dos puntos de Guerrero, Teloloapan y Chilapa. Ms comunes son las

    soluciones lquidas; de hecho, llama la atencin su recurrencia en Sonora, Chihuahua y

    Zacatecas, adems de en algunos puntos dispersos en Guerrero y Yucatn. Las elisiones son

  • 289

    interesantes no tanto por su frecuencia slo aparecen tres veces sino porque se

    documentan en un rea relativamente compacta, entre Campeche y Yucatn.

    Para terminar la serie, conviene detenerse ahora en el mapa de magnesia, que ilustra

    el caso de la DORSAL sonora en posicin de cierre silbico.

    FIGURA 3.12. Mapa de magnesia (leche de) (EEeM, 636)

    El esquema de grupos de variantes empleado para /g/ es bastante semejante al

    expuesto en los mapas anteriores. Como se ver, se trata del mapa que muestra una

    distirbucin ms diferenciada respecto de los casos previos, aunque al tiempo las diferentes

    soluciones parecen bastante acotadas geogrficamente.

    En primer trmino, se han distinguido las soluciones velares oclusivas sonoras, tipo

    [g], sin importar el grado de relajamiento o de relativa vaguedad en los objetivos

  • 290

    articulatorios; en segundo lugar, los alfonos velares aproximantes sonoros []; un tercer

    grupo est formado por los ejemplos velares oclusivos sordos [k], no poco abundantes en el

    mapa; en cuarto lugar, las ejecuciones nasales tipo [n], que funcionan al tiempo como

    ejemplos de asimilacin; en quinto trmino, algunos casos de elisin []; y por fin, cuatro

    registros con otras realizaciones, que consisten en tres documentaciones de vocalizacin

    y en una de aspiracin, todas ellas interesantes desde un punto de vista cualitativo.

    A diferencia de lo encontrado en otros mapas, las variantes [g] estn lejos de ser las

    predominantes, al tiempo que ocupan un sector bastante definido, pues, salvo un caso

    registrado en J3 (Ciudad Guzmn, Jalisco), las oclusivas sonoras se registran tan slo en el

    sur y el sureste del pas, aunque no como soluciones exclusivas, desde luego: por Guerrero,

    Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatn y Quintana Roo. En contraste, las aproximantes []

    son las ms extendidas por el pas; en lneas generales, puede decirse que se distribuyen de

    manera complementaria a las oclusivas, aunque no faltan ejemplos incluso en el sur-sureste

    (por ejemplo, en los dos puntos de Quintana Roo tambin dscolos en otras ocasiones) y

    aunque haya que acotar que algunas de las ot