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    CAPTULO 5

    LA CULTURA PUTERA MATA MUJERES EN ESPAA

    GRACIELA ATENCIO

    Hola, nio, qu haces aqu tan solito? He venido con mi to, a ver si nos follamos a una.

    La escena transcurre en el bao de un puticlub89. Luego el hombre invita al nio de 10 aos que est orinando a su lado a hacerse unas pajillas juntos. El flashback dura menos de un minuto, pero el recuerdo de su niez parece perturbar al personaje en el presente, un hombre de cuarenta y tantos aos que se queda atnito unos segundos en la barra del bar junto a su hijo veinteaero que lo interrumpe y lo saca de su estado in consciente.

    Pap lo de las putas aunque yo ya no sea virgen y a pesar de que la prostitucin me parezca absolutamente vejatoria para la mujer qu si me invitas? Ese es mi chaval! Claro que s, coo. Vmonos de putas!

    89. La palabra puticlub tambin ha sido incluida en la 23 edicin del Diccionario de la Real Academia Espaola (DRAE): Bar de alterne donde se favorece o se ejerce la prostitucin.

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    En la escena siguiente, dentro de otro prostbulo tienen una discusin y acaban a golpes por rivalidad futbolstica: el padre es del Atltico de Madrid y el hijo del Real Madrid. Al final de la escena aparecen tres jugadores del Real Madrid que se representan a s mismos: Iker Casillas, Ivn Helguera y Guti, que se lan a golpes con el padre en defensa del joven. En la trifulca un extrao interpretado por otro famoso, el director de cine Oliver Stone, interviene a favor del padre, Torrente, que en Espaa representa a la figura del putero90 por antonomasia.

    TORRENTE, LA SAGA DE UN MISGINO

    Jos Luis Torrente es el personaje principal de la saga cinematogrfica que ostenta el rcord del mayor nmero de espectadores en la historia del cine espaol. Torrente, dirigida y protagonizada por Santiago Segura, ha sido vista en el cine por ms de 13 millones de espectadores en las cuatro primeras entregas (1998, 2001, 2005, 2011). Dos de ellas, Torrente 2 y Torrente 4, figuran entre los 10 largometrajes con mayor recaudacin de taquilla. Segura recibi en el ao 1999 el Premio Goya al mejor director y recientemente, en 2014, la Comunidad de Madrid le otorg el Premio de Cultura por su trayectoria profesional.

    Wikipedia define a Jos Luis Torrente como un polica machista, racista, franquista, ultranacionalista, fascista, jingosta, zafio, aficionado a las prostitutas, bebedor, consumidor de un poco de droga tomada con rigurosa mesura, segn l, fa ntico del Fary y del Atltico de Madrid. Disgusting de manual, Segura, su creador, explota los tpicos de la misoginia y el desprecio hacia las mujeres que remarca en cada una de las pelculas de la saga. Su obsesin por las putas nunca decrece y las

    90. Significado de putero en el DRAE: Dicho de un hombre: que mantiene relaciones sexuales con prostitutas. En algunos pases de Amrica Latina: Bolivia, Costa Rica, Guatemala y Panam, se utiliza como sinnimo de prostbulo.

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    escenas en las que aparecen personificadas, chicas siempre cosificadas, tienen un protagonismo estelar que fascina a internautas (podemos encontrar fragmentos de las mismas en numerosos canales de Youtube). En Torrente 2: Misin en Mar -bella, conversa con su padre, Mauricio (interpretado por Toni Leblanc) en la parte trasera de un taxi. El tono de la conversacin es de confidencia. Torrente le confiesa a Mauricio que no est para fiestas, que se siente triste por las mujeres. Mu jeres?, le repite Mauricio. S, las mujeres, que son todas unas putas, menos mi madre. Mauricio lo mira y con una sonrisa socarrona y paternalista le contesta: No, muchacho, no, tu madre tambin.

    Tambin en Torrente 2 es contratado como detective por un cliente que quiere averiguar si su mujer le es infiel. Las pesquisas conducen a Torrente a la pensin Armando, all encuentra a Francisca (protagonizada por la periodista Cristina Trrega), la mujer del cliente que trabaja clandestinamente como prostituta. Al descubrirla, la soborna y le quita el dinero a cambio de no contarle a su marido lo puta que es, adems le pide que le practique una felacin o lo que l llama limpieza de sable, servicio que finalmente no paga. A la salida le cuenta a su cliente: Su mujer es puta, pero reputa, ahora, de las buenas, no vea usted cmo la chupa. El hombre sorprendido responde: Pero si a m en 12 aos nunca me la ha chupado!. Bueno, pues tendr usted que ir pensando en pagarla.

    En Torrente 5: Operacin Eurovegas (2014) presume de ser regulacionista de la prostitucin cuando les dice a sus amigos, con una prostituta delante, algo as: Estas chicas latinoamericanas tendrn que hacer algo para ganarse el pan.

    Lo de todas son putas Segura se lo toma muy en serio como guionista: Torrente es hijo de una prostituta, ha tenido un hijo con una prostituta y la prostitucin forma parte del universo de su niez (es llevado por primera vez a un prostbulo a los 10 aos para cumplir con un ritual de iniciacin sexual masculina, tradicional en las sociedades patriarcales desde la

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    antigedad)91. Su personaje maltrata, humilla y hasta viola con naturalidad, no es capaz de entablar relacin amorosa alguna y solo tiene sexo desde su condicin de putero: pagar es un requisito indispensable para poder estar con una mujer.

    Productoengendro de la cultura de la Transicin92, con una legin de fans incondicionales y smbolo de un imaginario melanclico, Torrente es lo que nos qued de Franco y no por la obviedad de su simpata por el dictador, sino porque el personaje en cuestin es capaz de hacer una catarsis con un humor burdo, infantil y prosaico all donde colectivamente habita la negacin del pasado, donde la comedia reemplaza a la tragedia, la risa a la culpa, el entretenimiento a la reflexin, la desideologizacin al discurso poltico, y as, lo velado permite la aceptacin de la historia reciente de Espaa, una guerra civil y una dictadura sangrienta, sin dejar rastros de indigestin simblica, angustia o vergenza ajena. Torrente representa en la cultura popular una carencia, la ausencia de un relato censurado por el poder y un amplio sector de la sociedad espaola que justificaron el franquismo y se resisten a la construccin de la memoria histrica. Afortunadamente los relatos tienen fisuras y las fisuras dan lugar a nuevos re latos.

    El relato de Torrente fue creado en un contexto social acunado por la cultura putera: entre el 27 y el 39% de los varones espaoles habra pagado por sexo alguna vez, segn datos aportados por diversas investigaciones93, uno de los ndices ms altos de Europa. Este dato del 30% coincide con el que aporta el Informe de Naciones Unidas de 2012 y el informe sobre Trata con fines de explotacin sexual de 2011, de la Asociacin para la Atencin, Prevencin, Reinsercin de Mujeres Prostituidas94

    91. Victoria Sau (2000): Diccionario ideolgico feminista, volumen I, Icaria, Barcelona (tercera edicin), pp. 249250.

    92. Amador Fernndez Savater (2013): La cultura de la transicin y el nuevo sentido comn, Cuadernos, eldiario.es, Madrid, pp. 3641.

    93. Isidro Burgos Parra (coord.), Esther Castellanos Torres y Beatriz Ranea Trivio (investigadoras) (2013): Investigacin sobre prostitucin y trata de mujeres, APROSERS, Madrid, pp. 105106.

    94. Asociacin para la Atencin, Prevencin, Reinsercin de Mujeres Prostituidas (APRAMP) (2011): La trata con fines de explotacin sexual, Madrid.

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    (cuatro hombres de cada 10 han consumido alguna vez o son consumidores habituales). Los pocos estudios realizados coinciden en que Espaa ocupa el primer o segundo lugar de Europa en el consumo de prostitucin y trata de mujeres y nias y ha pasado de ser un pas de trnsito a uno de destino de mujeres traficadas.

    Un informe elaborado por la Comisin Mixta de los De rechos de la Mujer y de la Igualdad de Oportunidades de las Cortes Generales en 2007 sobre la situacin de la prostitucin en nuestro pas95 seala que el 99,7% de la demanda total de prostitucin est compuesta por hombres y que los demandantes gastaran de media al ao 1.200 euros en contactos sexuales.

    Por otro lado, la industria del sexo tiene tanto poder que ninguno de los partidos mayoritarios que ha gobernado en Espaa desde la Transicin democrtica ha sido capaz de prohibir la publicacin de anuncios de prostitucin en los peridicos. Estudios e investigaciones (entre ellos el informe elaborado por el Consejo de Estado en 2011)96 sealan que los anuncios de prostitucin fomentan la demanda, permiten que las mafias de trata y trfico de mujeres promocionen sus negocios ilcitos y denigran a todas las mujeres. Segn el mismo informe de las Cortes Generales citado anteriormente, en el ao 2007 la prensa obtena importantes beneficios econmicos con los anuncios de prostitucin y el diario de mayor tirada ingresaba cinco millones de euros anuales97. En el listado de los peridicos que se han resistido hasta ahora a retirar los anuncios estn El Pas, El Mundo, ABC y La Vanguardia, entre otros.

    La industria del sexo no discrimina entre los ingresos de la trata y la prostitucin. El ministro del Interior, Jorge Fernndez

    95. Boletn Oficial de las Cortes Generales, VIII Legislatura, Actividades Parlamentarias (nm. 379), Madrid, 24 de mayo de 2007, pp. 1821.

    96. Informe sobre las posibilidades de actuacin contra anuncios de contenido sexual y prostitucin publicados a diario en diversos medios de comunicacin de prensa escrita, Consejo de Estado, 2011.

    97. Boletn Oficial de las Cortes Generales, op. cit.

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    Daz, aportaba un dato ms actual y reconoca en 2013 que el negocio ilegal de la trata mueve cinco millones de euros al da en Espaa. La actividad es tan pujante que en 2014 sus beneficios econmicos fueron incluidos por primera vez en el clculo del PIB. La prostitucin y el trfico de drogas elevan un 0,85% el Producto Interior Bruto del pas, ms de 9.000 millones de euros, que su madas a otras mejoras estadsticas aumentan artificiosamente un 3,3% el PIB de la zona euro y de Espaa, maquillan su estan camiento y falsean la salida de la crisis econmica98.

    La cultura putera no solo se regodea del consumo generalizado de la prostitucin, sino que adems es acrtica o indiferente ante un modelo de Estado proxeneta que se sostiene con los ingresos ilegales de la explotacin sexual y encima no persigue con eficacia la trata de mujeres y nias.

    PROSTITUTAS ASESINADAS POR SUS CLIENTES

    Los asesinatos de prostitutas que Beatriz Gimeno llama en el captulo anterior feminicidios invisibles nos muestran que la cultura putera y la violencia feminicida se solapan. Poder identificarlos nos ayuda a voltear la mirada hacia el putero o cliente, que con su demanda y consumo se convierte en el principal sostn y cmplice de la trata de mujeres; sin olvidarnos que en el trasfondo de la trata est la prostitucin, una institucin masculina milenaria que histricamente parece intocable. Hasta ahora siempre ha podido reciclarse, refundarse y adquirir nuevas formas de legitimidad social.

    Entre los aos 2010 y 2013 fueron asesinadas por hombres en Espaa al menos 24 mujeres que ejercan la prostitucin. En

    98. La Plataforma Impacto de Gnero, en su informe sobre los Presupuestos del Estado de 2014, denuncia que el gobierno incumple la medida 206 de la Plataforma de Accin de Beijing 1995 y no contabilicen bienes y servicios de cuidados de la infancia y personas dependientes que son necesarios y producidos mayoritariamente por mujeres mediante trabajo domstico no pagado, y sin embargo se suban sobre actividades ilcitas para crecer (informe disponible en http://bit.ly/1uGdeyT).

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    nuestra base de datos, Geofeminicidio, hemos clasificado 22 de los casos como feminicidios por prostitucin (19 cometidos por clientes) y otros dos como feminicidios ntimos (perpetrados por parejas de las vctimas). Ocho casos se registraron en Andaluca, seis en Valencia, cinco en Catalua, dos en el Pas Vasco, uno en CastillaLa Mancha, uno en Madrid y otro en Melilla. En las noticias no se abordaron como crmenes de violencia de gnero. Solo uno forma parte de las cifras oficiales y segn la escasa informacin publicada en medios de prensa y en fuentes pblicas, tres de los casos no estn resueltos.

    GRFICO 1

    PROSTITUCIN

    NMERO DE CASOS POR COMUNIDADES AUTNOMAS 2010-2013

    Comunidad Autnoma

    Feminicidio por prostitucin Total feminicidios

    Nmero % CC AA Nmero % CC AA

    Andaluca 8 33 95 21

    Castilla-La Mancha 1 4 18 4

    Catalua 5 21 92 20

    Ceuta y Melilla 1 4 2 0

    Madrid 1 4 56 12

    Pas Vasco 2 8 21 5

    Valencia 6 25 55 12

    Resto CC AA 0 0 121 26

    Total 24 100 460 100

    Desconocemos si alguna o algunas de las 24 mujeres asesinadas eran vctimas de redes de trata (tambin incluimos en nuestra clasificacin el feminicidio por trata, pero no hemos registrado ningn caso en la base de datos). Tampoco pudimos saber cuntas de ellas tenan una condicin migratoria irregular. Todas las vctimas eran menores de 45 aos y el 71% menores de 40 aos (17 de ellas). El hecho de que la inmensa mayora de las asesinadas, 20 de las 24 mujeres (83%), fuesen de origen extranjero cuando las

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    extranjeras representan solo el 10% de la poblacin femenina en el pas manifiesta la exclusin social que padecen mujeres originarias de pases del Sur y de Europa del Este; muchas de ellas por mera supervivencia se ven obligadas a ingresar en la industria del sexo y a sufrir explotacin econmica y sexual de clientes, proxenetas, mafiosos de redes de trata y empresarios de clubes de alterne.

    GRFICO 2

    EDAD DE VCTIMAS

    0 2 4 6 8 10

    20-29

    30-39

    40-49

    No conocido

    8

    9

    6

    1

    Total: 24

    GRFICO 3

    NACIONALIDAD DE VCTIMAS

    No sabe: 14%

    Nacional: 521%

    Extrajera*: 1875%

    Total: 24

    * 2 DE ELLAS NACIONALIZADAS ESPAOLAS. POBLACIN MUJERES EXTRANJERAS 10%.

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    Y si cruzamos la condicin de extranjeras de las vctimas con la nacionalidad de los asesinos al menos 17 de los clientes de prostitucin eran espaoles (71 %), adems de la relacin desigualitaria entre ambos gneros, hay que tener en cuenta el lugar que ocupa cada quien, victimario y vctima, en la construccin social de la identidad y el posicionamiento de poder y de clase que suele responder en forma preponderante a estos perfiles: hombre blanco, europeo, y mujer mestiza o de color, inmigrante y pobre.

    GRFICO 4

    EDAD DE VICTIMARIOS

    0 1 2 3 4 5 6 7 8

    20-29

    30-39

    40-49

    No conocido

    50-59

    60-69

    2

    7

    2

    1

    5

    7

    Total: 24

    GRFICO 5

    NACIONALIDAD DE VICTIMARIOS

    No sabe: 312%

    Nacional: 1771%

    Extranjero*: 417%

    Total: 24

    * POBLACIN HOMBRES EXTRANJEROS 11%.

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    Del perfil de los asesinos, como podemos apreciar en los grficos, un 58% de los clientes tena entre 30 y 49 aos. Tam bin la mayora de ellos era de nacionalidad espaola, 17 hombres (71%).

    En cuanto al lugar donde se cometieron los asesinatos que denominamos escenario, 15 vctimas (63%) fueron encontradas muertas en un domicilio particular, el dato revela que la vivienda es el lugar ms peligroso para las mujeres y, al menos en el contexto de nuestra investigacin, desmonta el mito de que la calle es el sitio ms inseguro para las prostitutas. En tres casos los cadveres fueron hallados en la calle, en dos casos el victimario cometi los dos crmenes en un gimnasio de su propiedad y otro feminicidio fue perpetrado en un apartamento de alquiler que funcionaba como burdel. En los dos casos restantes una mujer fue asesinada en un coche y la otra en un garaje.

    GRFICO 6

    ESCENARIOS

    Negocio victimario: 2

    Calle: 3

    Apartamento de alquiler/burdel: 2

    Total: 24

    Coche: 1

    Garaje: 1

    Vivienda vctima/victimario: 15

    Cmo las mataron los asesinos? La mayora de las mujeres fueron acuchilladas, los hombres utilizaron arma blanca en 15 de los 24 casos. En cinco casos las mujeres murieron por golpes, en tres fueron asfixiadas o estranguladas y en un caso el cliente arroj a la mujer por el balcn.

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    GRFICO 7

    ACTOS VIOLENTOS

    Golpeada: 5

    Arrojada al vaco: 1

    Apualada/acuchillada: 15

    Total: 24Asfixiada/estrangulada: 3

    Los clientes de prostitucin trataron los cuerpos de estas mujeres como autnticos territorios de guerra y aniquilacin; los crmenes comparten un patrn en comn, la gran saa desplegada: cuerpos apualados decenas de veces, en uno de los casos el asesino le asest ms de 90 pualadas a la vctima; cuerpos torturados, apaleados, golpeados con martillo o con otros objetos contundentes convertidos en armas letales en al menos cinco casos; cuerpos descuartizados en dos casos y en un caso quemado e incinerado; cuerpos profanados o abandonados de manera degradante: uno enterrado en cal viva en el jardn de la casa del feminicida, otro arrojado a un contenedor de basura y otro a un pozo de una finca familiar mientras que en otros dos casos fueron abandonados en la calle como quien deja tirada una bolsa de basura (un joven se deshace del cadver en la puerta de su domicilio y despus llama por telfono a su madre para que le limpie el piso en el que mat a la mujer).

    De los 24 feminicidios por prostitucin, si analizamos la respuesta de la justicia, 20 asesinos estn en la crcel (83 %). Desconocemos su situacin judicial en tres casos y en otro caso el victimario est imputado. La mayora de las condenas oscila entre los 10 y los 12 aos de prisin, solo una llega hasta los

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    15 aos y otra hasta 17. Cabe preguntarse: son condenas justas? Condenas elevadas como la del hombre mayor sentenciado a 17 aos de prisin con agravante de abuso de autoridad son una excepcin. El resto de sentencias deja preguntas en el aire que no estara mal responder comparando el tiempo de reclusin dictado para estos casos con el de condenas de otros delitos o condenas a victimarios de mujeres que fueron asesinadas en el marco de la Ley Integral de Violencia de Gnero: es justo que un hombre que asesina con saa a una mujer (la justicia no reconoce la saa en algunos de estos feminicidios) sea condenado a una docena de aos; que a un victimario le reduzcan la pena cinco aos de un asesinato por 60.000 euros, cifra que el fiscal del caso autoriz tambin como atenuante? Es justo que a un hombre que mat a golpes a una mujer, la descuartiz con un serrucho, quem las manos y la cabeza y arroj su cuerpo a dos contenedores y un descampado (profanacin de cadver) le hayan reducido la pena tres aos en segunda instancia, condena que qued en 11 aos de prisin y tres meses?; o que el hombre con prisin preventiva por haber asesinado a una prostituta gozara de libertad porque, segn el fiscal, no exista riesgo de fuga, cuando el presunto asesino tena antecedentes penales de 2008 por lesiones graves a otra prostituta?99 Por qu para la justicia (patriarcal) el feminicidio de una prostituta no merece una pena contundente y ejemplar?

    De estos feminicidios solo uno forma parte de las cifras oficiales, ocurrido el 2 de mayo de 2012 (la vctima fue asesinada por su pareja); si bien se trata de un feminicidio ntimo, lo incluimos en este recuento por la estigmatizacin social que existe con las mujeres explotadas sexualmente; el solo hecho de ser prostitutas las coloca en el lugar de la cosificacin, la deshumanizacin y el riesgo potencial a sufrir violencia extrema a manos de hombres. Otros tres casos tambin fueron

    99. El jurado declara culpable al acusado de matar a una prostituta, pero este queda libre, Informacin.es, 4 de abril de 2014. Disponible en http://bit.ly/1DXdodK

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    clasificados como feminicidios sexuales seriales cometidos por Abdelkader Sali, que tena una especial aversin por las prostitutas y mat a tres mujeres en la Costa del Sol entre 2010 y 2011 (ampliamos informacin sobre el perfil de este feminicida en el siguiente captulo). Adems, dos de los asesinos de este recuento cometieron un doble asesinato de prostitutas.

    GRFICO 8

    SITUACIN JUDICIAL DE VICTIMARIOS

    Imputado: 1

    Prisin preventiva: 7

    Otra: 1

    Total: 24

    Condenado: 12

    Victimario sin identificar: 3

    FEMINICIDIO POR PROSTITUCIN: UN FEMINICIDIO PARADIGMTICO

    En el primer captulo nos referamos a la aplicacin de la Ley Integral de Violencia de Gnero, que solo reconoce los asesinatos de mujeres en el marco de la pareja o expareja. Feminicidio.net contabiliza todos los asesinatos de mujeres y segn nuestro recuento de casos, los 24 feminicidios por prostitucin representan el 5% de los 414 casos registrados en nuestra base de datos (cifra que incluye todos los tipos de feminicidio), cometidos entre 2010 y 2013.

    Pero: por qu el feminicidio por prostitucin es paradigmtico? No solo la ausencia de cifras globales de feminicidios es uno de los problemas bsicos al que nos enfrentamos a la

    Condena media: 13 aosCondena mnima: 10 aosCondena mxima: 17 aos y 6 meses

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    hora de analizar el feminicidio en Espaa y en otros pases. Una sumatoria de casos colocados en anuarios estadsticos tampoco nos permite hacer una radiografa del feminicidio. Un anlisis estadstico exhaustivo requiere saber cmo se contabilizan oficialmente los asesinatos de mujeres, la clasificacin de los tipos de violencia que se tienen en cuenta, qu registros o campos de rellenado se utilizan, qu marco acadmico se toma como referencia y con qu finalidad. En nuestra clasificacin del feminicidio por prostitucin result clave centrar la atencin en el perfil de los victimarios (hombres), la relacin entre vctima (prostituta) y victimario (cliente de prostitucin), por qu los hombres mataron a estas mujeres (misoginia), los actos violentos perpetrados sobre el cuerpo de las mujeres (sadismo, ensaamiento, tortura) y el papel del Estado, la sociedad civil y la opinin pblica ante este tipo de crmenes (naturalizacin, invisibilizacin, indiferencia y desidia social).

    Tener en cuenta estos factores nos posibilit elaborar la tipologa del feminicidio/femicidio por prostitucin, al que definimos como el asesinato de una mujer que ejerce la prostitucin. Entra en esta tipologa el caso del victimario que asesina a la mujer motivado por el odio y la misoginia que despierta en este la condicin de prostituta de la vctima. El caso tambin conlleva la carga de estigmatizacin social y justificacin del feminicidio por prostitucin en la mente del asesino: Se lo mereca; Ella se lo busc por lo que haca; Era una mala mujer; Su vida no vala nada.

    Los feminicidios por prostitucin desnudan a la cultura putera y los medios de comunicacin se encargan de reproducir la tolerancia del Estado y la sociedad espaola hacia estos crmenes machistas. Mientras que los feminicidios ntimos ocupan un espacio de actualidad en los peridicos y se difunden como parte del recuento oficial de vctimas de violencia de gnero, los feminicidios por prostitucin se reducen a una in formacin nfima y secundaria, expresin de una violencia de g nero asumida en la sociedad como aceptable. Los medios de

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    prensa escritos cuando dedican crnicas y reportajes a los casos suelen ser misginos y amarillistas; por un lado, desprecian y culpabilizan a la vctima y, por otro, caen en la banalizacin y el morbo, justifican la condicin patriarcal de los hombres que disponen de mujeres pblicas y en un arrebato de ira y descontrol matan a aquellas sobre las que tienen el poder por el desacuerdo en el precio del servicio (en la mayora de las ocasiones la discusin previa al asesinato se produce porque el cliente se niega a pagar por la relacin sexual).

    Los peridicos y publicaciones digitales no los consideran crmenes machistas y no hacen seguimiento de los casos ni ahondan en la prostitucin y la trata como fenmenos de violencia de gnero estructural. Las otras mujeres, las prostitutas, son revictimizadas, en los relatos narrados figuran en el lugar de las noesposas, nonovias, noamigas, noamantes. Sostiene Marce la Lagarde que la prostitucin es un modo de vida total (real y simblicamente), lo que sabemos de ellas solo nos permite verlas como prostitutas (igual que nuestro putero por antonomasia, Torrente) y no como mujeres, es decir, personas.

    Cmo es posible que las y los periodistas no se cuestionen acerca del odio hacia las mujeres? En estos casos de violencia extrema se manifiesta de manera evidente y lacerante la misoginia, por qu no la deconstruyen? Los medios de comunicacin son un espejo de esa misoginia y el calado de esta llega en distintos niveles a todos los sectores de la sociedad, desde el Estado, sus leyes, sus autoridades, sus fuerzas de seguridad, su justicia... hasta la ciudadana, representada en el ltimo peldao por simples actores de la opinin pblica.

    La misoginia es una mentalidad social alimentada por el imaginario colectivo, la continua reproduccin y repeticin de mitos antiguos y contemporneos sobre todo los relacionados con el amor romntico y la resistencia del patriarcado como sistema social, poltico y cultural a que las mujeres rompan con el orden simblico que las coloca en un lugar de inferioridad de la especie humana. La misoginia de los medios de comunicacin justifica y

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    legitima la violencia de gnero como: 1) entretenimiento y banalizacin de la informacin; 2) rechazo a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres; 3) articulacin y sustento del terror se xual (trmino que analizaremos en el captulo siguiente).

    Pero decamos anteriormente que no solo los medios de comunicacin minimizan estos crmenes. Tampoco alarma p blicamente a instituciones encargadas de la seguridad pblica y la prevencin de la violencia contra las mujeres, ni a partidos polticos ni a un sector no minoritario del movimiento fe minista.

    QU HACER CON LOS CLIENTES DE PROSTITUCIN?

    Los ves en la tele. Dan clases en la escuela o en la universidad. Gobiernan, son obreros, funcionarios pblicos o estudiantes, dolos del deporte, cientficos o genios de la literatura. Tambin los lees en el peridico. Puede que quieras a uno o varios de ellos: hijo, padre, hermano, primo, novio, marido. O lo tengas como amigo. Un simple barrido los sita en distintas clases sociales, hasta en sus extremos, elitista, de clase media, pobre o excluido, da igual, los hombres gozan potencialmente de ese privilegio en casi todas las sociedades de este planeta aunque no sean clientes de prostitucin. Disponer o poder disponer de un contingente de mujeres a travs de esa institucin, insisto, parece intocable en las sociedades patriarcales.

    Si no existieran los demandantes de prostitucin no existira la trata con fines de explotacin sexual ni una forma de violencia extrema como el feminicidio por prostitucin. La prostitucin es la mayor escuela de desigualdad y cosificacin de las mujeres. De todas las mujeres.

    Erradicar la prostitucin supone partir de una pregunta que en la cultura putera no da lugar a un debate social profundo: qu hacemos con los clientes de prostitucin en Espaa?

    Mientras tanto, nos quedamos esperando a Torrente 6.

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    BIBLIOGRAFA

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