86 CAPITULO IV ANALISIS E INTERPRETACIÓN DE DATOS La investigación “El poder discrecional del Estado a la luz de la Ley de la Actividad Aseguradora (2010), estuvo orientada a analizar la discrecionalidad del Estado venezolano en la actividad aseguradora tras la promulgación de la nueva ley; a partir de un análisis documental de la doctrina y de la legislación vigente. El análisis se llevo a cabo siguiendo el diseño para cada objetivo, tomando en cuenta la matriz de análisis según modelo Finol (2002) y fuente de la autora, estableciendo la relación entre cada objetivo y las categorías de análisis, las sub-categorías y los indicadores de análisis; realizándose un análisis cualitativo de la información. A continuación se presenta el análisis como resultado de una confrontación entre las diferentes fuentes documentales utilizadas: 1.1 Para el objetivo específico que buscó estudiar la discrecionalidad como un medio de intervención del Estado, la autora se acogió al concepto de discrecionalidad de Lifante (2002), entendiéndose la discrecionalidad como una libertad reglada; en Cassagne (2008), quien
Capitulo IVANALISIS E INTERPRETACIÓN DE DATOS
La investigación “El poder discrecional del Estado a la luz de la
Ley de la
Actividad Aseguradora (2010), estuvo orientada a analizar la
discrecionalidad
del Estado venezolano en la actividad aseguradora tras la
promulgación de la
nueva ley; a partir de un análisis documental de la doctrina y de
la legislación
vigente.
El análisis se llevo a cabo siguiendo el diseño para cada
objetivo,
tomando en cuenta la matriz de análisis según modelo Finol (2002) y
fuente
de la autora, estableciendo la relación entre cada objetivo y las
categorías de
análisis, las sub-categorías y los indicadores de análisis;
realizándose un
análisis cualitativo de la información.
A continuación se presenta el análisis como resultado de una
confrontación entre las diferentes fuentes documentales
utilizadas:
1.1 Para el objetivo específico que buscó estudiar la
discrecionalidad
como un medio de intervención del Estado, la autora se acogió
al
concepto de discrecionalidad de Lifante (2002), entendiéndose
la
discrecionalidad como una libertad reglada; en Cassagne (2008),
quien
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planteo la necesidad de intervención del Estado; la teoría
positivista del
derecho de Kelsen (1986), en estudio de la jerarquía del
ordenamiento
jurídico.
Para realizar dicho estudio la autora estableció tres premisas con
el fin de
que al verificarlas se alcance el objetivo; principalmente se debió
estudiar
porque se hizo necesario para el Estado intervenir en la
actividad
aseguradora, segundo estudiar como la nueva ley amplia las
potestades
discrecionales para regular dicha actividad y tercero verificar si
en realidad la
discrecionalidad se puede establecer como un medio de intervención
en la
actividad aseguradora con el fin de hacerla provechosa para la
ciudadanía.
Se entiende intervención, según Cabanellas (1979), como la acción
de
tomar parte en un asunto, interponiendo autoridad; analizando lo
establecido
en el articulo 3 de la Constitución Nacional (1999), uno de los
fines del
Estado venezolano es el bienestar del pueblo, brindando garantías
para el
cumplimiento de los derechos consagrados en la misma; por lo tanto
el
Estado busca intervenir y proteger al ciudadano común frente a los
abusos a
los que puede ser sometido por el poderío por las empresas de
seguro.
Del concepto de intervención de Cabanellas (1979), se puede
entender
que en el estudio es el Estado venezolano quien interpone
autoridad; pues
este tiene potestades de regulación, dirección y control de la
actividad
aseguradora, imponiendo las políticas de funcionamiento de
dichas
empresas, protegiendo a los ciudadanos entendidos como débiles en
la
88
contratación; por eso al estar hoy en día la actividad representada
en su
mayoría por empresas privadas, el Estado busca limitar dicha
actividad en
pro del ciudadano.
La actividad aseguradora al formar parte de una de las ramas del
sistema
financiero; debido a su naturaleza de recepción y canalización de
recursos en
la economía, tiene una regulación y control estricto; pues en esta
actividad;
las empresas de seguro, al cumplir con su función propia la cual no
es otra
que la traslación de riesgos, manejando recursos no propios;
entendidos
estos, como las primas captadas, ha tenido una regulación especial
y
detallada de control, supervisión, vigilancia y fiscalización a
través de los
años; pues el Estado debe proteger a esas personas que colocan
dinero en
el sistema financiero mediante el pago de una prima, para que de
ser
alcanzados por el siniestro la empresa otorgue el pago
correspondiente.
Ahora bien; el Estado en la nueva Ley establece potestades
discrecionales, tomando en cuenta lo expuesto por Kelsen (1986)
y
adaptándolo a la realidad jurídica actual; se entiende que el
legislador al
establecer la discrecionalidad legal en un cuerpo normativo;
habiendo
entendido la discrecionalidad legal como aquella otorgada por ley
según
Lifante (2002); como lo hizo en la Ley de la Actividad Aseguradora
(2010),
busca regular la actividad de manera restrictiva protegiendo al
tomador,
asegurado o beneficiario ante los abusos a que pudiese ser sometido
por
parte de las empresas de seguro.
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Se observan dichas potestades discrecionales en la nueva Ley de
la
Actividad Aseguradora (2010), en la atribución de dictar normas
prudenciales
por el Superintendente, los nuevos requisitos para la autorización
de
operación como empresa de seguro, la obligación a las empresas de
seguro
de otorgar cobertura a sectores populares mediante las pólizas
solidarias, la
responsabilidad solidaria de los accionistas, la prohibición de
rechazar
alegatos de enfermedades preexistentes o adquiridas; entre
otras.
Estas potestades poseen un grado de discrecionalidad bastante
interesante de estudiar, pues podría afectarse no solo el ejercicio
de la
actividad, sino también indirectamente a los consumidores de
esta
contratación, pues principalmente en relación al dictamen de
normas
prudenciales la ley hace remisiones en blancos para ser reguladas
por leyes
prudenciales las cuales quedan al libre arbitrio del
Superintendente; segundo
afectando la libertad económica al limitar a los accionistas, en el
aspecto de
tener experiencia y conocimiento en la actividad aseguradora;
también en
relación a las pólizas solidarias las cuales deberán ser de alguna
manera
subsidiadas por los tomadores regulares, lo que involucraría un
aumento en
la prima o un posible deterioro en la calidad del servicio.
Por ultimo en relación a la prohibición de rechazar alegatos
de
enfermedades preexistentes o adquiridas; medida altamente
discrecional,
pues atenta contra los principios básicos de la actividad
aseguradora; pues
no se puede pretender dar cobertura a un riesgo, cuando el
siniestro ya se ha
90
materializado; por lo tanto, dicha prohibición podría afectar
directamente la
actividad y ser utilizada discrecional y arbitrariamente para
obligar a las
empresas de seguro a cubrir siniestros sobre riesgos que no
estaban
previamente contratados además de haberse materializado el
siniestro antes
de la celebración del este resultaría nulo.
Si se entiende la discrecionalidad como un tipo de intervención, la
cual
permite al Estado interponer su autoridad, se puede entender, que
las
potestades discrecionales le permiten ejercitar su poder, para
llevar a cabo
sus fines; de tal manera que este si ejerce discrecionalidad, y
esta debe
estar limitada por la Constitución Nacional (1999), acogiéndose la
autora a la
teoría de Kelsen (1986); por lo tanto, al hablar de potestades
discrecionales
se deben considerar dos aspectos principales: su legalidad y su
legitimidad;
razón por la cual, la discrecionalidad es legal siempre que no
menoscabe los
derechos y garantías establecidos en la Constitución Nacional y en
otras
leyes; y es legítima, si se usa con el fin de tutelar el interés
general.
Sin embargo, esto no debe significar o permitir el uso de la
discriminación
positiva con el fin de orientar toda la atención a los sectores
desfavorecidos,
puesto no se puede violar el Derecho Humano a la igualdad;
establecido el
numeral 2 del artículo 21 de la Constitución Nacional (1999), pues
no se
puede menoscabar los derechos de un grupo en pro de otro
menos
favorecido, ya que no se alcanzaría la igualdad real y efectiva,
establecida en
la Constitución Nacional (1999).
91
Es importante entender que el Estado debe proteger a los ciudadanos
que
se encuentren en condiciones de debilidad, pero esto no quiere
decir, que se
pueda desmejorar de alguna manera los derechos de otros ciudadanos
que
no se encuentren en tal condición; de tal manera que el Estado debe
vigilar
que dicha intervención materializada mediante actos
discrecionales,
represente un beneficio común general, verificando que estos no
afecten al
sector, ni a los ciudadanos que con anterioridad a la Ley de la
Actividad
Aseguradora (2010) formaban parte de este conglomerado de
personas.
Mediante potestades discrecionales y a través de la Ley de la
Actividad
Aseguradora (2010), el Estado venezolano, busca solucionar
problemas
evidentes de la sociedad, como lo es hoy en día el Sistema de Salud
Público,
por lo tanto interviene en las empresas aseguradoras,
específicamente en el
ramo de las pólizas de personas; obligándolas a otorgar pólizas
solidarias
con el fin de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 83
de la
Constitución Nacional (1999), referente a la protección a la
salud.
Por esto se estudia que el Estado busca intervenir en la
Actividad
Aseguradora obligando a las empresas privadas mediante la creación
en la
Ley de la Actividad Aseguradora (2010), de la las pólizas
solidarias, a
disminuir las deficiencias del Sistema de Salud Público Nacional,
pues estas
pólizas buscan amparar sectores que antes del dictamen de la ley,
no podían
acceder a una contratación como ésta y por lo tanto se veían
obligadas a
acudir a los centros de salud públicos.
92
Aunque el Estado pretende establecer una igualdad con el fin de
que
todos los ciudadanos puedan acceder al sistema de seguridad
privada,
intentar establecer la igualdad por igualdad, no es igualdad; no es
posible
pretender que entre los ciudadanos comunes exista un débil y un
fuerte, y
por lo tanto al débil se le debe brindar una mayor protección y
mayores
posibilidades de acceso a los bienes y servicios, ya que en este
caso en
busca de la igualdad se podría lograr la desigualdad; pues el
Estado debe
brindar protección igualitaria a los grupos sociales
independientemente de
que estos estén o no en condiciones similares.
El Estado venezolano debe garantizar el derecho constitucional a
la
protección de la salud que tienen los ciudadanos, esto lo logra
mediante un
Sistema de Salud Público eficiente , según lo establecido en el
articulo 84 de
la Constitución Nacional (1999); en este aspecto se entiende que
existe una
transferencia de la responsabilidad del Estado a las empresas
privadas, con
la creación de las pólizas solidarias.
Si el Estado busca la cooperación de las empresas de seguro en
relación
al sector salud, sector que hoy en día vive una de las peores
crisis, no se
debe asfixiar la actividad, ni debe ser regulada con un carácter
meramente
punitivo y estricto, pues promoviendo la colaboración se deberían
brindar
beneficios a las empresas que faciliten estas contrataciones a
las
comunidades que no formaban parte del sector; pues establecer la
obligación
como lo hizo la Ley conlleva a las empresas a realizar planes de
ajustes con
93
el fin de poder dar cumplimiento a lo exigido por el Estado, lo que
afecta y
compromete a las empresas frente a los otros tomadores.
Por otra parte, en relación a las pólizas de bienes, donde la
intervención
es menor en comparación al ramo de personas; se amplifican las
potestades
de control en relación a la emisión y tarifas de este tipo de
contratación; la
cual hoy en día debido a los niveles de inseguridad e inflación sin
duda
representa una necesidad para los ciudadanos pues la obligación del
Estado
de proteger a la ciudadanía establecido en el articulo 332 de la
Constitución
Nacional (1999), no es lo suficientemente eficaz como para
prescindir de este
tipo de contratación.
Se hace necesario establecer que la discrecionalidad como medio
de
intervención no es negativa, pues de esta forma el Estado
interviene en la
actividad aseguradora protegiendo al ciudadano frente a los
sectores que
valiéndose de su poderío económico pueden aprovecharse directa
o
indirectamente de estos, aplicando la discrecionalidad como medio
de
intervención en la actividad aseguradora, se busca constituir una
actividad
provechosa con el fin de alcanzar el interés colectivo.
El problema surge cuando los grados de discrecionalidad son tan
altos y
poco controlados que afectan directamente la actividad; como se ve
en la Ley
de la Actividad Aseguradora (2010), en la cual se otorgan
potestades
discrecionales muy amplias y poco regladas a un funcionario de
libre
94
remoción, como lo es el Superintendente de la Actividad
Aseguradora, podría
generar abusos arbitrariedades, ilegalidades y corrupción.
De tal manera que el Estado mediante dicha intervención, debe
buscar la
incorporación de mecanismos de control y transparencia
estableciendo
limites a dichas actividades; sin embargo debe respetarse el límite
entre
intervención e intervencionismo; pues cuando dicha intervención
produce que
se afecten los compromisos de los sectores frente a los
ciudadanos,
produciendo daño, se habla intervencionismo al sector, se entiende
que toda
intervención debe ser limitada, pues aumentar el control del Estado
sobre un
sector especifico a fines colectivos, podría afectar su
funcionamiento.
En la exposición de motivos de la Ley de la Actividad Aseguradora
(2010),
se establece que dicho cuerpo normativo pretende que los
nuevos
mecanismos ofrezcan una mayor transparencia en sus operaciones y
limitar
las actividades de dichas compañías con el fin de evitar o detener
las
desviaciones que afectaran la capacidad de cumplir sus compromisos
frente
a los contratantes; este aumento de control proviene de la
necesidad de
ejercer una mayor vigilancia sobre la actividad para lograr un
equilibrio ante
los sujetos regulados y la estabilidad del mercado
asegurador.
Las compañías de seguro, reaseguro, medicina prepagada y
financiadoras de prima, son asociaciones comerciales y por lo tanto
no se
debe olvidar que como tal buscan un fin de lucro o beneficio, por
lo tanto sus
95
intereses son distintos a los del Estado; mientras que el Estado
busca el
apoyo de las empresas a mejorar la calidad de vida de la
ciudadanía, pero
esto es difícil; y se observa antagonismo en los intereses de
estos, razón por
la cual se observa en la nueva Ley un exagerado carácter punitivo
con
normas de sanción a las empresas que conforman la actividad
aseguradora
en la nueva ley.
Las normas deben orientar la actividad hacia su fortalecimiento;
con el fin
de permitir la sana competencia entre las empresas de seguro, pues
un
sistema de control racional y limitado por normas estrictas
permite
aprovechar al sector; en cambio el mal uso de potestades
discrecionales con
fines políticos contra las empresas aseguradoras podría afectar
gravemente
la actividad.
Es preocupante que el objetivo de la Ley de la Actividad
Aseguradora
(2010), el cual era llevar a los venezolanos servicios de seguridad
y
prevención al alcance de todos, de manera que todas las personas
puedan
preservar lo más preciado para ella, ya sea su salud o sus bienes
materiales
no se ha alcanzado y por lo tanto el concepto de Estado Social de
Derecho
que persigue la Constitución Nacional (1999), en su articulo 21
tampoco se
ha materializado.
El Estado Social de Derecho explica Madrid (2011) persigue la
armonía
de las clases, evitando que una clase dominante por tener poder
económico,
96
político o cultural, abuse a otras clases y las someta; el Estado
debe tutelar a
los grupos tomando en cuenta la minusvalía jurídica de uno frente
al otro con
el fin de igualarla; sin embargo se pretende alcanzar es un
equilibrio entre
clases, pero si se favorece únicamente a las personas que con
anterioridad
no podían acceder a la contratación de una póliza de seguro,
dañando a los
que ya eran parte del sector, no se alcanzaría dicho equilibrio ya
que el
alcance del Estado Social de Derecho no involucra dejar a un lado
el derecho
a la igualdad.
Finalmente del estudio realizado, se establece que la
discrecionalidad se
entiende como un medio de intervención; el cual debe estar regulado
por
normas rígidas y basado en la prevalencia de un Estado de Derecho;
pues
aunque el Estado pretenda favorecer a los ciudadanos con el fin de
incluirlos
en el seguro privado no se puede atentar contra la libertad
económica, la
libertad de gestión empresarial o la libre competencia entre las
empresas de
seguro.
Del análisis e interpretación de datos recolectados para establecer
la
discrecionalidad como medio de intervención del Estado, se tiene
como
resultado principalmente que la discrecionalidad es efectivamente
un medio
de intervención del Estado que le permite alcanzar sus fines y en
la rama
aseguradora ostenta estas potestades significativamente amplias
pues esta
rama pertenece al Sistema Financiero Nacional según lo establecido
en el
artículo 5 de la Ley Orgánica del Sistema Financiero Nacional
(2010), debido
97
a la naturaleza de intermediación y captación de recursos del
público con el
fin de utilizarlos en operaciones de crédito e inversión; por esto
el Estado ha
regulado el sector celosamente tratando de proteger los intereses
de los
usuarios frente al poderío económico de las empresas que pertenecen
al
sector bancario, bursátil y de seguros.
El Estado en cuanto a la actividad aseguradora y con la creación de
la
Ley de la Actividad Aseguradora (2010) ha buscado intervenir en la
actividad
con dos fines específicos: cumplir con su obligación de proteger al
usuario de
un servicio de consumo y hacer de la actividad aseguradora una
actividad
noble y provechosa para la ciudadanía; sin embargo, en relación al
primer
fin, se hace innecesario en el nuevo marco normativo, el carácter
tan
proteccionista de la ley puesto que dicha protección ya se
encontraba
plasmada en la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a
los
Bienes y Servicios (2008).
Por ultimo en relación al segundo fin se debe establecer que no se
puede
desvirtuar al seguro privado para transformarlo en público y que la
atención
de las necesidades sociales según Hernández (2011); no pueden
ser
canalizadas a través de las empresas de seguro; además se debe
evitar el
intervencionismo en la actividad con el fin de no dañar a las
empresas del
sector.
1.2 Para analizar el segundo objetivo referido a examinar la
discrecionalidad en la atribución del Superintendente de la
Actividad
98
Aseguradora, en el dictamen de normas prudenciales, la autora se
acogió
a la doctrina de Chang (2011) y Hernández (2010), en concordancia
con la
teoría de la estructura piramidal del ordenamiento jurídico de
Kelsen (1986) y
Dworking (1989) ajustándolo a la Constitución Nacional
(1999).
En la Ley de la Actividad Aseguradora (2010), el legislador otorga
en el
numeral 3 del artículo 7, la capacidad o atribución al
Superintendente, de
dictar mediante normas prudenciales los lineamientos de
gobierno
corporativo de los sujetos regulados, su evaluación y
administración de
riesgo y prevención de legitimación de capitales; y en otros
artículos como
se observa en el cuadro numero dos (2), se demuestra como la ley le
da una
amplia potestad al Superintendente para dictar los lineamientos
para el
funcionamiento del sector asegurador.
Cuadro N° 2 Normas prudenciales a ser dictadas por el
Superintendente según Ley de la Actividad Aseguradora
Articulo L.A.A
Articulo 7
Numeral 3
Lineamientos de gobierno corporativo de los sujetos regulados,
evaluación y administración de riesgos y de prevención de
legitimación de capitales
Articulo 7
Numeral 4
Ordenar a los sujetos regulados, la consignación en el lapso legal
establecido y en el formato requerido, de los datos, documentos,
informes, libros, normas y cualquier información que considere
conveniente,
Articulo 7
99
Articulo 7
Numeral 23
Llevar y mantener el libro de registro de inscripciones de los
auditores externos contables, de sistemas, de actuarios, de los
sujetos regulados, así como de cualquier otro registro que
establezca la Ley
Articulo 18
Numeral 3
Normas para verificar que las empresas de seguro tengan como objeto
único la realización de las operaciones permitidas en la Ley
Articulo 18
Numeral 6
Requisitos adicionales y la forma de comprobación del cumplimiento
de los mismos por parte de los accionistas.
Articulo 23 Documentos exigidos para la autorización de enajenación
de bienes
Articulo 26 Información y documentación adicional para la promoción
de una empresa de seguro
Articulo 30
Documentación para constituir y poner en funcionamiento una empresa
de seguros o de reaseguros comprobando que los accionistas, los
miembros de la junta directiva y quienes tendrán la dirección
diaria de la empresa que se proyecta constituir, cumplen con los
requisitos establecidos y posean los productos, los sistemas de
información, la estructura organizativa y los manuales de gobierno
corporativo, prevención y control de la legitimación de capitales,
así como de control interno para realizar operaciones.
Articulo 31 Requisitos para que las empresas del Estado puedan ser
autorizadas para operar como empresas de seguros y reaseguros
Articulo 31
Excepción del cumplimiento de los requisitos de promoción,
composición accionaria, garantía a la nación y declaración de
origen de los recursos económicos para la constitución de la
sociedad mercantil para las empresas del Estado
Articulo 36
Normativa sobre las condiciones y obligaciones de las empresas de
seguro con respecto a capital, reservas, riesgos en moneda
extranjera e inversiones en valores
Articulo 42 Contenido de los reglamentos actuariales
Articulo 43 Condiciones y requisitos para la Aprobación previa de
la publicidad de las empresas de seguros y de reaseguros
100
Articulo 44 Oportunidad en que se constituirán las reservas.
Articulo 47 Cuantía y forma de las reseras para siniestros
pendientes de pago
Articulo 48 Normas para modificar el porcentaje de las reservas
para siniestros ocurridos y no notificados
Articulo 49 Reserva para riesgos catastróficos y el tratamiento
aplicable en caso que exista reaseguro de esos riesgos, así como
los modos de liberar esta reserva a cuya finalidad se dirigirá una
proporcionalidad razonable a un Fondo de Reservas Catastróficas
Nacional existente
Articulo 50 Cuantía de la Reserva para reintegro por experiencia
favorable
Articulo 51 Normas sobre bienes que sean autorizados por la
Superintendencia para constituir las reservas, las cuales podrán
establecer condiciones y montos mínimos y máximos
Articulo 52 Norma para excluir un determinado activo de las
reservas técnicas
Articulo 57 Normas sobre las medidas a adoptar en caso de déficit
en la representación de las reservas técnicas
Articulo 63 Normas sobre margen de solvencia
Articulo 65 Normas sobre la publicación del margen de
solvencia
Articulo 66 Manual de contabilidad y código de cuentas
Articulo 67 Especificaciones de la información financiera
Articulo 69 Normas sobre oportunidad y forma del cierre de cuentas
y auditorías externas que deben acompañarse
Articulo 70 Forma de los estados financieros y auditorías
externas
Articulo 74 Contenido de los contratos de reaseguro
Articulo 77 Reservas técnicas derivadas de operaciones de
reaseguro
Articulo 80 Forma de suministrar a la superintendencia los
contratos suscritos de reaseguro y de retrocesión sobre riesgos
situados en la Republica
Articulo 81
Requisitos y trámites para inscribirse en el registro de las
empresas de seguro y reaseguro nacionales y extranjeras que
realicen operaciones de reaseguro en la republica
Articulo 84 Requisitos para la autorización de cesión de cartera,
fusión o escisión
Articulo 89 Normas prudenciales para fusión
101
Articulo 90 Procedimiento para la escisión
Articulo 97 Medidas a que se someterá la empresa en caso de
incumplimiento del margen de solvencia
Articulo 102 Supuestos para determinar la falta de actividad en un
ramo o varios productos de un mismo ramo
Articulo 111
Normas de actuación de los sujetos regulados con participación de
capital extranjero, incluyendo las sucursales y oficinas de
representación de empresas de reaseguro y las sucursales de
sociedades de corretaje de reaseguros que operen en la
republica
Articulo 112 Documentos necesarios para proceder al registro de
capital extranjero
Articulo 114
Norma sobre los términos en que pueden realizar sus operaciones en
Venezuela las sucursales de las sociedades de corretaje de
reaseguro en el exterior
Articulo 116 Normas sobre el otorgamiento de autorización a los
intermediarios de seguro y normas de uso del código único
Articulo 133 Normas sobre la conciliación y arbitraje
Articulo 134 El número de pólizas de seguros y planes de servicios
de salud, las tarifas y otras condiciones para la comercialización
de los seguros solidarios
Articulo 137 Normas para las operaciones de seguro por
cooperativas
Articulo 141 Atribuciones de la Superintendencia en materia de
inspección de las empresas financiadoras de prima
Articulo 142 Competencia de la Superintendencia en materia de
financiadoras de primas
Articulo 143 Requisitos para constituir una financiadora de
primas
Articulo 145 Actividades para las cuales las financiadoras de
primas requieren autorización previa
Ahora bien dichas normas prudenciales dictadas por la
Superintendencia
se encuentran en menor grado que la Constitución Nacional (1999),
pues
según la teoría de Kelsen (1986) de la estructura piramidal
invertida de la
102
jerarquía de las leyes, ésta es la cúspide o norma hipotética
fundamental,
que regulara los lineamientos para la creación de cualquier otra,
la cual
resultara de grado inferior, de ahí que las normas dictadas por
la
Superintendencia se encuentran en grado de subordinación lo cual
indica
que éstas se deberán regular según los principios establecidos en
la
Constitución y por lo tanto la potestad discrecional se encuentra
en la Ley de
la Actividad Aseguradora (2010) y el límite en la Constitución
Nacional
(1999).
Por lo antes expuesto, cabe destacar que no se considera necesario
que
el legislador al momento de dar la potestad discrecional legal,
establezca los
límites de dicha potestad, según la teoría de Kelsen (1986); pues
de igual
manera todo abuso o arbitrio no será legal; la teoría de Kelsen
(1986) podría
ser aplicada en el ordenamiento jurídico venezolano, pues la
Constitución
Nacional (1999), toma en esencia el principio de la prevalencia de
la norma
hipotética fundamental, según lo establecido en su artículo 25 el
cual reza:
“Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o
menoscabe los
derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo
(…)omisis”.
En contra del positivismo de Kelsen (1986), se puede analizar la
teoría de
Dworkin (1989), el cual establece que la discrecionalidad se regula
por la
misma ley que la otorga y la limita, de tal manera que el control
de la misma
si existía explícito en la misma ley; y no en la figura de los
derechos y
garantías que provenían de una norma hipotética fundamental; de tal
manera
103
que para cada caso debe existir la posibilidad de alcanzar una
solución
correcta.
Continua Dworkin (1989), quien plantea que el Estado no puede
aplicar
mecánicamente el derecho; como pretendía hacerlo el positivismo
jurídico;
debido a que se violarían los derechos de una de las partes; de tal
manera
que el Estado al momento de crear el derecho, más que tratar de
establecer
una solución para cada problema, evitando las lagunas jurídicas,
debiendo
apoyarse en otros mecanismos, pues la idea de un sistema jurídico
perfecto
que regule todos los hechos resulta utópico, además para Dworkin
(1989)
con el positivismo jurídico las soluciones provienen de un análisis
o
aplicación en cadena, el cual podría afectar los derechos de las
partes.
La Superintendencia busca que el Superintendente legisle y
decida
mediante juicios meramente políticos, aplicando de esta manera
la
discrecionalidad política que establece Lifante (2002), esto con el
fin de
promocionar los intereses colectivos de cierto grupo social, que en
este caso
esta representado por los sectores menos favorecidos que
representan un
sector con una alta tasa de siniestralidad; por lo tanto se podría
decir que
dichos juicios políticos son legales; pero en el momento que se
desmejore las
condiciones de otros ciudadanos, dejará de ser legítimo.
El Estado como ente creador y de aplicación de la ley, debe hacer
un
buen uso de sus funciones, de tal manera que al usar la
discrecionalidad
104
para intervenir en ciertos sectores; como es necesario en el
sector
asegurador, debe hacerlo basado en el fundamento de la legalidad
material
pues el Estado en la creación de las leyes tiene un poderío claro,
pero que
debe estar orientado a la obtención del bien común según lo
explica
Cassagne (2008).
Ahora bien dicha potestad le permite a un funcionario público
conocedor
de la materia y especializado en la rama de seguro; como es
el
Superintendente, según los requisitos exigidos en el articulo 6 de
la ley,
legislar en la actividad de la forma que este lo considere
oportuno, se puede
entender que el Estado al otorgar dicha potestad busca que una
persona
altamente capacitada en la materia de seguros, sea quien se
encargue de
dictar los lineamientos a través de las llamadas normas
prudenciales.
Ahora bien, aunque el Superintendente tenga la facultad de dictar
las
normas prudenciales, estas deben estar regidas por los principios
de
solidaridad, inclusión y cooperación que inspiraron a la creación
de la nueva
ley, sin embargo explica Hernández (2011), que dicha atribución
ha
empleado un termino propio de la regulación bancaria, pues esta
alude a la
regulación que dicta el órgano supervisor para asegurar el prudente
manejo
de riesgo bancario; por lo tanto dicho concepto no puede ser
extendido a la
actividad aseguradora.
La capacidad de legislar debería recaer única y exclusivamente en
el
Poder Legislativo y como explica Hernández (2011), las normas
prudenciales
105
pueden generar una diversidad de regulaciones sublegales dictadas
de
manera independiente a la ley, violando la reserva legal en
relación a las
limitaciones de la libertad económica y afectando la seguridad
jurídica; por
esto se hace necesario que la ley haga las remisiones pertinentes
en relación
a la potestad reglamentaria; pues la ley no puede remitir a una
norma
prudencial, el desarrollo de limitaciones que no han sido
establecidas en la
ley como lo hace en el numeral 3 del articulo 18, y los artículos
26 y 74.
Aunque las atribuciones del Superintendente, buscan que este
desempeñe su rol de una manera eficaz y eficiente, en pro de
obtener y
desarrollar los cambios que requiere el Estado venezolano en la
actividad
aseguradora, para el alcance de las políticas socialistas del
gobierno actual;
esto puede ser analizado desde dos puntos de vista, en el primero
tomando
en cuenta que el Superintendente es una figura de libre remoción,
por lo
tanto este deberá orientar sus acciones en relación a las políticas
de
gobierno de turno, representando los intereses del Estado ante los
intereses
del sector.
Si se hablase de un régimen con tendencia socialista, se haría
evidente
una legislación coercitiva y sancionatoria con medidas que podrían
afectar a
las empresas que conforman a la actividad; esto se debe a que en
la
corriente socialista se antepone el bienestar social, obviando el
interés
privado, el cual no solo se transciende; sino también se viola y
menoscaba;
sin embargo en Venezuela en vez de buscarse sancionar al sector, se
debe
106
buscar su crecimiento en pro de la libertad económica, acogiéndose
la
interpretación mas favorable para esta; pues no se puede moldear el
ejercicio
de la actividad aseguradora en virtud de una función social
irrespetándose la
libertad económica y la propiedad privada.
Un segundo punto de vista completamente antagonista al anterior
sería en
la existencia de un régimen de gobierno liberal; el cual se
orienta
principalmente a la libertad propia del individuo, dándole gran
valor a lo
privado; por lo tanto de legislarse la actividad asegurada bajo
dicha corriente
se podría presentar que el interés privado prevalece ante el
bienestar común,
lo cual iría en contra de los fines del Estado establecidos en la
Constitución
Nacional (1999).
Ambos puntos de vista aunque antagonicos, reflejan de igual manera
que
ambos extremos resultan dañinos para la actividad y los ciudadanos,
pero de
lo planteado anteriormente es importante analizar la figura del
funcionario,
pues en ambos casos se esta en presencia de un funcionario público
al
servicio de un gobierno y a las corrientes que este persiga; cuando
debería
perseguir son los fines del Estado, pues el gobierno es solo uno de
los
elementos que conforman al Estado y el único de ellos que es
temporal; por
lo tanto el Superintendente no debe regirse por este, sino
investirse de su
autoridad otorgada por ley para llevar la Superintendencia, tomando
en
cuenta los fines del Estado y lo mejor para la actividad
aseguradora evitando
guiarse según los criterios del gobierno.
107
A la intervención del Estado mediante la discrecionalidad; tampoco
se le
puede dar la categoría de irracional o arbitrario; pues si en dicha
intervención
o control se daña al sector, se estaría en presencia de un acto
irracional,
arbitrario, injusto e ilegal. Persiguiendo el fin de brindar
mayores garantías
de acceso a los sectores menos desfavorecidos; corresponde a
la
Superintendencia y específicamente a la figura del Superintendente
crear
políticas que impulsen y fortalezcan al sector asegurador, pues de
nada sirve
que brindada dichas garantías para el disfrute de algún derecho no
sea
posible como alcanzar el beneficio.
Es importante aclarar que dicha limitación o regulación de las
potestades
discrecionales es fundamental y es parte del Estado de Derecho,
pues a este
le corresponde imponerse frente a la arbitrariedad; explica García
(1995);
que en un Estado de Derecho, sinónimo de justicia y legalidad
pueden
otorgarse las potestades discrecionales libremente, pues la
arbitrariedad no
forma parte de este sinónimo, pero cuando el Estado de Derecho de
un país
se encuentra en duda, la discrecionalidad es un arma para la
arbitrariedad, la
injusticia y la corrupción.
Si el Estado de Derecho se encuentra en duda; y cuando el Estado
de
Derecho se encuentra en duda es porque no lo hay, la legalidad y
justicia de
los actos discrecionales también lo estarán, pues se establece que
las
potestades discrecionales en el positivismo jurídico no puede
subsistir sin el
Estado de Derecho, pues de reunirse facultades en la figura
del
108
Superintendente de manera ilimitada, debido a que el limite que
establece el
Estado de Derecho no existe, los actos serán discrecionales
inconstitucionales, ilegales y arbitrarios.
Por todo lo estudiado resulta pertinente establecer como resultado
del
análisis la incompatibilidad de la aplicación del concepto de
normas
prudenciales en la actividad aseguradora; pues es un concepto
perteneciente
a la doctrina aplicable al riesgo bancario debido al dinamismo de
la actividad;
y aun si el legislador pretendía tomar tal concepto para aplicarlo
en la
actividad aseguradora debió establecer le regulación pertinente
para el
desarrollo de las llamadas normas prudenciales subsanando así el
vacío
legal.
Debido a la falta de limitaciones de este tipo de normas en la ley;
estas
podrían imponerse frente a la libertad económica violando el
principio in
dubio pro libertate
1.3 Considerando lo concerniente al tercer objetivo específico de
la
investigación, referido al estudio de las normas prudenciales
dictadas por
el Superintendente:
Para el alcance del tercer objetivo de la investigación se
estudiaron las
normas prudenciales dictadas por el Superintendente de la
Actividad
Aseguradora desde el mes de febrero de 2011 hasta el mes de
septiembre
del mismo año, valorándose las siguientes:
109
(a) Normas para la presentación del examen de competencia
profesional
para obtener la autorización para actuar como agente de
seguros.
Publicado en Gaceta Oficial Nº 39.613 de fecha 10 de febrero
de
2011.
El Superintendente de la Actividad Aseguradora, en uso de las
atribuciones conferidas en los artículos 3, que establece dentro de
los sujetos
regulados a los agentes de seguro, el artículo 7, numeral 3, que le
permite el
dictamen de normas prudenciales de gobierno corporativo de los
sujetos
regulados y los 114, 115 y 116 que regulan la intermediación en la
actividad
aseguradora, específicamente en el artículo 116 donde remite
el
otorgamiento de la autorización para actuar como intermediario, a
la ley, su
reglamento y las normas prudenciales.
Sin embargo en la ley no se estableció nada sobre el procedimiento
de
otorgamiento de autorización a los intermediarios y el reglamento
aun no ha
sido dictado; se evidencia como la ley hace una remisión en blanco
para ser
suplida por normas prudenciales.
Las normas señalan que para presentar el examen deben cumplir con
los
siguientes requisitos: a) Ser mayor de edad, b) Estar residenciado
en
Venezuela, c) Ser Bachiller y d) Tener autorización expresa de la
empresa de
seguros o sociedad de corretaje de seguros para la cual aspiren
intermediar.
En cuanto a las empresas de seguros y de sociedad de corretaje o
los
colegios de productores de seguros de cada zona del país, están
facultados
110
para postular a las personas interesadas para presentar el
examen
correspondiente, para obtener la autorización como agente ante
la
Superintendencia.
Una vez que la Superintendencia de la Actividad Aseguradora
haya
revisado y constatado los recaudos, informará a los postulantes,
por lo
menos con quince (15) días hábiles de anticipación a la fecha
de
presentación del examen, la lista de las personas que
efectivamente
quedaron inscritas. En relación a los jurados, las normas
establecen su
composición; la cual será de tres (3) personas, que deberán estar
presente el
día de la presentación del examen, sin que éste pueda efectuarse si
alguno
del jurado faltase, la toma de decisiones se hará por mayoría de
votos.
Una vez recibidas las actas de los exámenes aprobados, se procederá
a
elaborar las credenciales correspondientes dentro de los treinta
(30) días
siguientes a la recepción de las actas; las personas que no
hubiesen
aprobado, tendrán derecho a presentar de nuevo el examen pasados
seis (6)
meses.
(b) Normas para regular las operaciones de Medicina
Prepagada.
Publicado en Gaceta Oficial Nº 39.617 de fecha 16 de febrero
de
2011.
En relación al principio de inclusión y a las atribuciones
concedidas al
Superintendente específicamente en los artículos 7, 138, 139 y 140
en
111
cuanto a la medicina prepagada, se debe destacar que en la ley poco
se
estableció sobre este tipo de empresas y su funcionamiento
manteniendo el
vació legal preexistente.
asistenciales, prestado en dos modalidades: de manera directa, por
las
propias empresas de medicina prepagada, a través de sus propios
recursos y
personal técnico y profesional; o de manera indirecta, bien, a
través de
centros médicos y profesionales adscritos.
En cuanto a lo relativo a las reservas técnicas; las normas,
disponen que
las reservas para este tipo de empresas solo serán la reserva para
cuotas en
curso, las reserva para servicios prestados y reembolsos pendientes
de
pago, y la reserva para servicios prestados y no notificados; a
diferencia de
las empresas de seguro y reaseguro las cuales deben cumplir con
seis tipos
de reservas técnicas; por lo tanto existe una incongruencia legal y
se observa
un enfoque hostil a las empresas de seguro a diferencia de las
empresas de
medicina prepagada.
Otro punto interesante de analizar respecto a las empresas de
medicina
prepagada es sobre la obligación del pago de la cuota del
contratante; el cual
en el caso del contrato de seguro estaría representado por el
tomador; en las
normas se observa como el servicio está supeditado al pago de la
cuota e
112
incluso se le permite a las empresas suspender temporalmente el
servicio y
hasta dar por terminado anticipadamente el contrato por falta de
pago,
acciones que fueron prohibidas para las empresas de seguro en el
artículo
40 de la Ley de la Actividad Aseguradora (2010).
Por lo tanto las normas que nacen para equilibrar a los
sujetos
asegurados mantiene un notable desequilibrio; y al momento de
dictarse la
ley, no se cumplió con la necesidad de adaptar el margen jurídico a
las
nuevas figuras que sin ejercer la actividad aseguradora, se
desarrollaban en
esta rama, empresas que según se estableció en la exposición de
motivos
que originaron la creación de la Ley de la Actividad Aseguradora
(2010),
crecían en Venezuela cada día más, y al no encontrarse
reguladas
desarrollaban conductas antijurídicas aprovechándose de los
usuarios.
Se entiende que este tipo de empresas como lo son las de
medicina
prepagada, no representan la misma fortaleza que una empresa
aseguradora, incluso se les exige un capital mínimo suscrito mucho
menor, y
se establecen sanciones menos coercitivas, de manera que se
debería
permitir a las empresas de seguro, al igual que a las de medicina
prepagada,
la suspensión o terminación anticipada del contrato por falta de
pago, pues
en remisión al principio de alteridad si cada derecho conlleva un
deber, un
tomador que no cancele la prima correspondiente no debería tener
derecho a
la cobertura correspondiente hasta que este no cumpla con su
obligación.
113
(c) Normas para regular las operaciones de las Cooperativas u
Organismos de Integración que realizan actividad aseguradora.
Publicado en Gaceta Oficial Nº 39.621 de fecha 22 de febrero
de
2010.
En relación a las cooperativas que realizan actividad aseguradora,
la
Superintendencia, en uso de las atribuciones conferidas en los
artículos 3, 7,
numeral 12 y 137 de la Ley de la Actividad Aseguradora (2010),
dicto las
normas prudenciales las cuales tienen por objeto establecer los
principios y
bases de regulación de las asociaciones cooperativas u organismos
de
integración que realizan actividad seguradora; así como los
derechos y
obligaciones de los sujetos que intervienen en las relaciones
jurídicas
derivadas del ejercicio de las operaciones de seguros o
medicina
prepagada.
Las asociaciones cooperativas y organismos de integración a
diferencia
de las empresas de seguro, y las de medicina prepagada podrán tener
como
objeto principal la realización de otras actividades, y podrán
efectuar
operaciones de seguros y/o de medicina prepagada en beneficio de
sus
asociados; para esto deberán protocolizar el documento
constitutivo, así
como cumplir con todos aquellos requisitos establecidos en la
normativa.
Estas asociaciones serán regidas por la Ley Especial de
Asociaciones
Cooperativas (2001), la Ley de la Actividad Aseguradora (2010) y
su
114
Reglamento, la ley no hace mención a que dicho régimen podría
ser
establecido mediante normas prudenciales, como se hizo; violándose
el
principio de legalidad,
cabe destacar que estas asociaciones deben regularse de formas
mas
estricta por el Estado estableciendo capitales más altos con el fin
de poder
responder a los contratantes efectivamente y un régimen
sancionatorio; pues
en Venezuela el cooperativismo esta conformado en su mayoría por
una
generalidad de agrupaciones inestables y en concurrencia de
hechos
antijurídicos.
(d) Normas relativas a la oportunidad en que se constituirán y
se
mantendrán las reservas técnicas, así como la forma y términos
en
que las empresas de seguros y reaseguros deberán reportárselo a
la
Superintendencia de la Actividad Aseguradora. Publicado en
Gaceta
Oficial Nº 39.645 de fecha 29 de Marzo de 2011
De conformidad con lo establecido en los artículos 7, 44, 45, 46,
47, 48,
49, 50 y 139 el Superintendente de la Actividad Aseguradora dicto
las
normas relativas a la oportunidad en que se constituirán y se
mantendrán las
reservas técnicas.
En cuanto a las reservas matemáticas establecidas en el artículo 45
de la
ley indica que se debe constituir y mantener desde el momento de
la
asunción del riesgo; en cuanto a la reserva para riesgos en curso
según el
115
articulo 46, se deberá constituir y mantener desde el momento del
cobro de
la prima o del monto del contrato o servicio de salud. Para la
reserva de
prestaciones y siniestros pendientes de pago, establecida en el
articulo 47 de
la ley, deben incluirse los compromisos pendientes con terceros que
hayan
cumplido por orden y cuenta de las empresas de seguros y de
medicina
prepagada, compromisos con asegurados, beneficiarios de seguros
y
contratantes de medicina prepagada, desde el momento de la
notificación del
siniestro.
Respecto al artículo 48 de la Ley de la Actividad Aseguradora
(2010); el
cual establece la reserva para siniestros ocurridos y no
notificados, se
establece que el valor de esta se determinará de acuerdo con la
experiencia
de cada empresa; dicha reserva en ningún caso debe ser inferior al
tres por
ciento (3%) de las reservas para prestaciones y siniestros
pendientes de
pago.
La reserva para riesgos catastróficos y reserva para reintegro
por
experiencia favorable establecidas en los artículos 49 y 50
respectivamente,
son reguladas por las normas prudenciales en sus artículos 5 y 6;
los cuales
plantean que ambas, se deberán constituir desde el momento del
cobro de la
prima correspondiente.
(e) Normas por las cuales se regirán las empresas de seguros
y
sociedades de corretaje de seguros para elaborar el arancel
de
comisiones, bonos y planes de estímulos para retribuir las
gestiones
116
de los intermediarios de la Actividad Aseguradora. Gaceta Oficial
Nº
39.702 de fecha 23 de junio de 2011.
Las normas hacen referencia a la atribución establecida en el
artículo 7 y
42 de la ley, el objeto de estas normas es plasmar los parámetros
por los
cuales se regirán las empresas de seguros y sociedades de corretaje
de
seguros para elaborar el arancel de comisiones, los bonos de
producción
y de persistencia para el ramo de vida, el bono de producción para
ramos
generales, el bono de cobranza y los planes de estímulos que
pretendan
utilizar para retribuir a los intermediarios de la actividad
aseguradora.
Se incluyen comisiones a cobrar por los corredores de seguros en
pólizas
de casos de terremoto, riesgos agrícolas, pecuarios, bancarios, y
escolares.
También se destinarán para el pago de comisiones un porcentaje de
la
prima, hasta un máximo de treinta porciento (30%) para ciertos
casos; como
lo son: el de riesgo de incendio y terremoto; las sociedades de
corretaje de
seguros podrán incluir en sus carteras también, los accidentes
escolares y
obtener un bono de veinte porciento (20%) sobre el valor de la
póliza, así
como también podrán cobrar comisión por accidentes personales en
naves y
aeronaves.
Por ultimo los riesgos agrícolas, pecuarios, bancarios y de
joyerías fueron
incluidos en estas nuevas normas y tienen un valor de comisión
sobre la
prima de veinte (20%) cada una.
117
(f) Normas que establecen el Registro Único de Seguros
Solidarios
(R.U.S.S). Publicado en Gaceta Oficial Nº 39.762 de fecha 21
de
Septiembre de 2011.
Por atribución conferida en los artículos 5 numeral 2, 7 numerales
2 y 8,
134 y 135 de la Ley de la Actividad Aseguradora (2010), se dictaron
las
normas para regular los aportes sociales de la actividad
aseguradora,
entendiéndose éstos como la suscripción de los Seguros Solidarios
de Salud,
Accidentes Personales y Funerario; en estas normas se crea el
Registro
Único de Seguros Solidarios (R.U.S.S.), el cual según el articulo 3
de la
norma se define como un numero de registro que la empresa de
seguro
deberá brindar al tomador de una póliza solidaria, el cual será
único,
exclusivo, de carácter personal y excluyente, para utilizar la
cobertura
contratada.
(g) Normas por las cuales se regirán las empresas de seguros para
el
acceso, comercialización y suscripción de las Pólizas de
Seguros
Solidarios de Salud, Accidentes Personales y Funerarios.
Publicado
en Gaceta Oficial Nº 39.762 de fecha 21 de Septiembre de
2011.
Por mandato de los artículos 5 numeral 2, 7 numerales 2, 8, 9, 10 y
11,
42, 134 y 135 de la Ley de la Actividad Aseguradora (2010), nacen
las
normas para el acceso, comercialización y suscripción de las
Pólizas de
Seguros Solidarios de Salud, Accidentes Personales y Funerarios, en
estas
118
se establece un anexo el cual determina las condiciones generales
de estas
pólizas las cuales establecen lo relacionado a la vigencia de la
póliza, su
renovación, exoneración de responsabilidad de la empresa,
caducidad,
prescripción y domicilio fiscal.
En relación a las condiciones particulares en la póliza de seguro
solidario
de salud, se establecen en un anexo, las clausulas por las cual
debe regirse
el contrato, las cuales establecen los gastos cubiertos, plazos de
espera, las
exclusiones, el derecho de las empresas a exigir el pago
correspondiente o
resolver la póliza por falta de pago de la prima, plazos de gracia,
entre otros;
el anexo de seguro solidario de maternidad, trae los gastos
amparados,
personas asegurables, plazos de espera y condiciones
aplicables.
En cuanto a las pólizas solidarias de accidentes personales
establece
sobre los riesgos cubiertos, la escala de indemnización, el pago de
la prima,
plazo de gracia, exclusiones, la normativa sobre la figura del
beneficiario y
entre otros aspectos el peritaje para determinar según la tabla
de
indemnización el grado del daño a resarcir.
Por último se establecen las condiciones particulares para las
pólizas de
seguro solidario funerario, en este anexo se especifican cuáles son
los
gastos funerarios cubiertos por la póliza, también lo referente al
pago de la
prima, el plazo de gracia, las exclusiones, plazo de espera, sobre
el suicidio,
la indisputabilidad, lo referente al beneficiario, la
terminación.
119
(h) Normas que establecen el número mínimo de Pólizas de
Seguros
asignadas a las empresas de seguros para comercialización de
los
Seguros Solidarios de Salud, Accidentes Personales y
Funerarios.
Publicado en Gaceta Oficial Nº 39.762 de fecha 21 de septiembre
de
2011.
El objeto de dicha norma fue establecer el número mínimo de Pólizas
de
Seguros Solidarios de Salud, Accidentes Personales y Funerarios que
las
empresas de seguros están obligadas a suscribir y mantener durante
el año
2012, a los efectos de las normas se entiende suscripción mínima de
seguros
solidarios el número mínimo de Pólizas de Seguros Solidarios
asignadas a
las empresas de seguros. Únicamente serán contabilizadas como
Pólizas de
Seguros Solidarios, para efectos de alcanzar el referido número,
las pólizas
emitidas o renovadas a personas cuyos ingresos mensuales totales
no
superen el equivalente a veinticinco (25) Unidades
Tributarias.
Aunque no se explica detalladamente como se hará el calculo
para
obtener el numero de suscripción mínima, puesto que las normas ya
lo
determinan para las empresas de seguro del país, se establece que
las
empresas de seguros autorizadas para operar en los Ramos Generales
y
Vida; simultáneamente, deben suscribir un Porcentaje Mínimo de
Pólizas de
Seguros Solidarios, por tipo de seguro, de acuerdo como se
evidencia en el
cuadro numero tres (3) que establece el porcentaje mínimo de la
distribución
120
de pólizas de seguro solidarias aplicable respecto al número mínimo
de
pólizas asignadas.
Cuadro N°3 Porcentaje mínimo de pólizas de seguros solidarias por
tipo de
seguro
SALUD 60%
FUNERARIOS 10%
Tras un breve estudio de las normas prudenciales dictadas por
la
Superintendencia de la Actividad Aseguradora, desde febrero 2011
hasta
septiembre 2011, se observa el dinamismo legislativo en la
actividad
aseguradora; además algunas de estas normas son de gran importancia
ya
que vienen a llenar la ausencia de regulación que persistió en
muchos
aspectos tras la publicación en Gaceta Oficial de la ley en Agosto
2010.
Sin embargo según el resultado del análisis de la autora, del
objetivo
anterior se entiende que estas normas no deberían ser aplicables a
la
actividad aseguradora, sino únicamente al riesgo bancario debido a
su
dinamismo, pues la rama aseguradora no ha presentado tal dinamismo
en
los últimos años. Con esto se deja al arbitrio de un funcionario
público el
dictamen de normas que regulen la actividad; además el excesivo uso
de
121
este concepto en la nueva ley donde se observan mas de cuarenta
(40)
remisiones hechas por el legislador, para ser resuelto por las
normas
prudenciales, demostrándose así la precaria técnica legislativa de
dicho
cuerpo normativo.
1.4 Pasando al cuarto objetivo especifico de la investigación el
cual
busca analizar la tutela del interés general representado por
los
derechos y garantías de los tomadores, aseguradores y beneficiarios
en
la actividad aseguradora, la autora analizó la tutela del interés
general,
tomando la definición de tutela de Cabanellas (1979); interés
general según
Franch (2002); y para estudiar derechos y garantías Carballosa
(2010), todo
esto en concordancia con la Ley de la Actividad Aseguradora
(2010).
Ante todo la autora partió de la premisa: el Estado es el titular
del Interés
General; según lo establecido por la Constitución Nacional (1999),
pues este
es uno de los fines esenciales del Estado, además de promocionar
la
prosperidad y bienestar del pueblo; sin embargo explica Huerta
(2005) que el
Estado no es el único defensor y detentador de la titularidad del
interés
general; pues en algunos casos el Estado puede tener intereses
propios
distintos a los de sus miembros; por lo tanto no es un monopolio
del Estado.
Se persigue el interés general principalmente mediante leyes; pues
para
Martínez (1993) quien cita a Santo Tomas de Aquino la ley, es la
adhesión
racional al bien común; por lo tanto con el nacimiento de la
democracia el
122
poder legislativo del Estado es titular del interés general, pero
la Constitución
Nacional (1999) en el articulo 5 establece: “la soberanía
reside
intransferiblemente en el pueblo (…) omisis” entendiéndose que es
este
quien titula dicho interés; pero en relación al contrato social
firmado se la
delega al Estado en sus órganos.
Para Rousseau citado por Franch (2002) es imprescindible que la
tutela
del interés general descanse únicamente en el Estado pues los
hombres no
tienen la voluntad de entenderse; además explica D’ Medina (2008)
que entre
grupos se tornaría imposible encontrar la yuxtaposición de
intereses con
otros; pues la manera de alcanzar la felicidad, como se refería
Santo Tomas
de Aquino a ese interés colectivo, general o bien común, no era
igual para
todos los individuos.
En relación al interés general frente al interés privado se
entiende que el
Estado cuando existe una desigualdad de partes, como la que se
presenta
en el contrato de seguros; busca la forma de igualarlas para que el
fuerte no
se aproveche del débil, en este caso el Estado no es que este en
contra del
interés privado; si no que lo trasciende, pues el Estado protegerá
siempre el
interés general ante el privado.
Aunque el interés general prevalece ante el privado, aun cuando
exista
confrontación entre ellos y prevalezca el general, este debe
hacerlo según lo
establecido en la Ley, pues el interés general no puede
desvirtuarse para
123
generar arbitrariedades; en relación a la Ley de la Actividad
Aseguradora
(2010), debido a las potestades discrecionales conferidas
legalmente ya
estudiadas se entiende que éstas poseen una función especifica; que
es el
alcance de los derechos y garantías establecidos por ella; por ello
el Estado
justifica que se tutele el interés mediante el dictamen de una
norma con un
carácter mas punitivo y discrecional que la anterior, pero que cae
en un
enfoque hostil contra las empresas de seguros según Morles y Araujo
(2011).
Por esto para tutelar ese interés general, el legislador establece
en el
artículo 129 de la Ley de la Actividad Aseguradora (2010), los
derechos de
los tomadores, asegurados y beneficiarios, con el fin de
protegerlos ante
posibles abusos de las empresas de seguro; en dicho articulo se
aprecian
quince (15) numerales, los cuales indican los derechos legales de
cualquier
tomador, asegurado o beneficiario, independientemente del tipo de
seguro
que contraten.
El primer numeral establece el derecho de elegir libremente la
empresa de
seguros o de medicina prepagada, que cubrirá los riesgos a los
cuales está
expuesto; en consecuencia, ninguna institución o empresa, en
especial los
bancos, entidades de ahorro y préstamo y demás entidades
financieras
regidas por la Ley que regula la materia bancaria y las
concesionarias o
sociedades mercantiles, cuyo objeto social sea la venta de
vehículos y
cualquier otro bien o servicio, podrá en la realización de sus
operaciones,
obligar a los solicitantes o deudores a suscribir pólizas de
seguros o
124
contratos, a través de un determinado intermediario, empresa de
seguros o
de medicina prepagada.
En este numeral se encuentra tanto el derecho como la garantía;
pues se
le otorga al tomador como derecho la libertad de elegir la empresa
de
seguros o de medicina prepagada, y al mismo tiempo se da la
garantía
expresando la prohibición a las sociedades mercantiles o las ventas
de
servicios (entre ellos el ramo de vehículos), que obliguen a los
deudores a
contratar pólizas a través de un intermediario determinado; sin
embargo esto
no prohíbe la obligación de contratar una póliza como garantía
sobre un bien
para la sociedad, pero si le permite al deudor contratar con la
empresa que
considere pertinente.
Esta garantía se estudió desde la segunda discusión previa a
la
aprobación de la Ley de la Actividad Aseguradora (2010), con el
objeto de
finalizar las llamadas ventas atadas, pues este tipo de conducta,
se venía
dando con frecuencia en la realización de acuerdos o
contratos
especialmente en el área de compra y venta de vehículos, en la cual
la
empresa concesionaria, obligaba al comprador a contratar una póliza
con
determinado intermediario para otorgar el crédito del vehiculo, por
eso la Ley
de la Actividad Aseguradora (2010), buscó una separación de
acuerdos
operativos, como lo establece en su exposición de motivos, debido a
que
estas conductas de las sociedades mercantiles eran monopólicas
y
aprovechaban al usuario.
125
Sin embargo también se puede analizar que este tipo de
contrataciones
frente a un grupo financiero en ciertos casos generaba una
disminución de
costos para los asegurados por lo cual a criterio de la autora no
se debió
prohibir este tipo de práctica, sino supervisarla de manera más
efectiva.
El numeral 8 del articulo 40 de la ley establece también la
prohibición de
condicionar la contratación de pólizas, además, el articulo 158 de
la ley,
establece que en los casos del condicionamiento de la contratación
de
pólizas de seguro se impondrá una sanción estimada desde cuatro mil
a
ocho mil (4.000 a 8.000) unidades tributarias para aquellos que
condicionen
la venta de bienes a la suscripción de una determinada póliza de
seguro, y a
su vez el articulo 161 ejusdem establece las sanciones por
incursión en los
supuestos de prohibición; este numeral al brindar el derecho y la
garantía y
establecer en otro la sanción por su incumplimiento, tutela ese
interés
general de manera efectiva, pues de esta forma logra que el derecho
se
alcance y no quede solo como letra en la Ley, aunque cabe destacar
que
dicha prohibición ya existía en la Ley para la Defensa de las
Personas en el
Acceso a los Bienes y Servicios.
El segundo numeral del mismo artículo establece el derecho de
acceder
al sistema asegurador sin ningún tipo de discriminación, en
relación a esto se
debe tomar en cuenta principalmente el derecho a la igualdad como
un
derecho humano y constitucional según lo establecido en el articulo
21 de la
Constitución (1999), de tal manera que las empresas de seguros no
podrán
126
negarse a contratar y asumir ciertos riesgos los cuales anteriores
a la ley, las
empresas preferían evitar como lo era las preexistencia de
enfermedades,
pues si hay una enfermedad preexistente no hay riesgo que cubrir,
por lo
tanto de esta manera explica Acedo (2011) se desnaturaliza el
contrato de
seguro.
Continuando con la idea de la preexistencia de las enfermedades se
debe
tomar en cuenta que la esencia del contrato de seguro es la
cobertura de un
riesgo; Hernández (2011) establece que este es el elemento
económico que
caracteriza al contrato de seguro y le otorga identidad; pues en
caso de la
preexistencia como ya el riesgo esta materializado existe una
cesación del
riesgo lo cual según el articulo 36 del Decreto con Rango y Fuerza
de Ley del
Contrato de Seguro (2001) es causal de resolución del contrato de
seguro.
No cabe duda que esto podría implicar un daño o una carga para
las
empresas de seguro, pues ahora estas tendrán la obligación de
asumir
riesgos, sin el pago de la prima correspondiente lo que refleja
el
desconocimiento de los principios esenciales del negocio del
seguro.
Al establecerse el derecho de acceder sin ningún tipo de
discriminación,
se hace necesario estudiar tres de las prohibiciones establecidas
en el
artículo 40; como son las del numeral 10, 21 y 23, pues no solo se
obliga a
las empresas a tomar todo tipo de riesgos; sino, que se le prohíbe
terminar el
contrato por el incumplimiento del pago de las cuotas del
financiamiento.
127
Ahora las empresas no podrán financiar las cuotas; y solo
podrán
prorrogar el pago a una cantidad estimada de pagos pero sin recargo
alguno,
dicha prohibición deroga el articulo 27 del Decreto con Fuerza de
Ley de
Contrato de Seguro (2001), que establecía como consecuencia por la
falta de
pago de la prima la resolución del contrato, explica Acedo (2011)
que la
posibilidad de terminar la póliza , es lo que hace viable el
financiamiento de
una prima.
El numeral 21 del articulo 40 de la Ley, prohíbe los ajustes a la
prima por
alta siniestralidad, prohibición que colida con el principio
doctrinal que
establece que la prima tiene que ser suficiente y bastarse por si
misma; y
por ultimo el numeral 23 que prohíbe alegar las enfermedades
preexistentes
o adquiridas, defectos o malformaciones congénitas, como causal de
rechazo
del siniestro en pólizas de hospitalización, cirugía y maternidad,
prohibición
que deroga el articulo 116 del Decreto con Rango y Fuerza de Ley
de
Contrato de Seguro (2001).
Este derecho que busca la efectiva tutela del interés general
podría no
resultar eficaz, pues las prohibiciones que se establecieron para
garantizar el
derecho establecido en la Ley podrían ocasionar una menor oferta de
pólizas
o un posible aumento de las primas para responder por riesgos no
previstos
por parte de las empresas de seguro; además podría generar la
practica de
seguros de corta duración para poder mantener el ejercicio de la
actividad de
manera que el pago se haga efectivo de manera mas eficaz y en
la
128
celebración del nuevo contrato hacer reajustes de precio que ahora
no se
pueden hacer durante el contrato.
En el numeral 3 del articulo 129, se establece el derecho de
los
tomadores a escoger libremente los proveedores de insumos o
servicios a
través de los cuales la empresa de seguros dará cumplimiento a
las
obligaciones derivadas de la póliza, planes o servicios de salud,
de tal
manera que ya no serán las empresas las que establezcan mediante
avisos
los centros asistenciales proveedores.
Aunque esta medida parece ser optima en casos de emergencia
para
poder arribar a cualquier centro asistencial de salud ; sin
limitaciones de que
sea o no proveedor de servicios según la póliza contratada,
requiere una
amplia negociación entre las empresas de seguro y los centros de
salud con
el fin de que ambas puedan responder efectivamente en razón del
contrato
de seguro y no sean afectados sus intereses. En cuanto a esta
medida
también se hace pertinente la prohibición de condicionar la
cobertura
inmediata en espera de la emisión de una clave en los centros
clínicos; a
parecer de la autora esta prohibición no debió habérsele impuesto a
las
empresas de seguro si no a los centros de salud ya que eran estos
lo que
venían realizando dicha practica.
Explica Acedo (2011) que dicho derecho u prohibición establecida en
la
nueva Ley de la Actividad Aseguradora (2010), no debería estar
directamente
129
dirigida a las empresas de seguro; sino a los Centros de Salud y
Clínicas
pues estos son los que lo exigen con el fin de garantizar el pago
por parte de
la empresa de seguro para la atención del paciente.
Los tomadores, asegurados y beneficiarios tiene derecho a
obtener
información adecuada sobre las diferentes pólizas, planes o
servicios de
salud que les permitan elegir conforme a su interés o necesidad; de
tal
manera que las empresas de seguro deberán destinar capital humano
para
una mayor atención a los tomadores con el fin de que estos sean
asesorados
y en uso de su libertad elijan la empresa de seguro de su
preferencia, y
contratar con la que considere le brinda mejor servicio en relación
a sus
necesidades.
Para garantizar este derecho y en concordancia con el numeral 6
de
mismo articulo se promueve la educación, instrucción y orientación
sobre la
adquisición, utilización de las pólizas, planes o servicios de
salud, obligación
que no solo debe recaer en las empresas de seguro de carácter
privado,
pues el Estado también debe encargarse de orientar a la población
para la
contratación de pólizas con el objeto de proteger su
patrimonio.
El Estado venezolano no solo debe ofrecer los servicios de la
Defensoría del pueblo y el Instituto para la Defensa de las
Personas en el
Acceso a los Bienes y Servicios si no también concientizar a la
población
mediante campañas impulsadas por la Superintendencia y grupos
de
130
participación ciudadana, con el fin de instruir en la población la
importancia
de este tipo de contratación.
Para la protección de los intereses económicos, en reconocimiento
de la
condición de débil jurídico que el Estado le otorga al tomador en
la actividad
aseguradora, estos tienen el derecho a ser indemnizados por los
daños y
perjuicios que le hayan sido causados en virtud de un contrato de
seguro; en
relación a esto , el Estado tutelando el interés general, establece
los principios
de interpretación del contrato de seguro en el articulo 4 del
Decreto con
Rango y Fuerza de Ley del Contrato de Seguro (2001) en beneficio
del
tomador cuando existan cláusulas obscuras o ambiguas.
El derecho a la protección contra la oferta y publicidad engañosa
o
abusiva, los métodos comerciales coercitivos o desleales que
distorsionen la
libertad de elegir y las prácticas o cláusulas abusivas impuestas
por los
sujetos regulados, se encuentra establecido en el numeral 7 del
articulo 129;
el cual expresa que el Estado garantizara la tutela efectiva de
dicho derecho
con el fin de que las empresas no se valgan de este tipo de
mecanismos
para aprovecharse de la ciudadanía .
Respecto a esto la ley estable para este tipo de delito, no solo
sanciones
administrativas que van de multas de dos mil a cinco mil (2000 a
5000)
Unidades Tributarias según lo establecido en el artículo 163 de la
Ley, si no
que en los supuestos de violación de dicho derecho también
establece
131
sanciones penales cuando exista oferta engañosa según el articulo
181
ejusdem.
El numeral ocho permite la constitución de asociaciones para
la
representación y defensa de los derechos e intereses de los
tomadores,
asegurados y beneficiarios, dicha garantía se encuentra en el
articulo 12 y
siguientes de la Ley los cuales promueven la participación popular
en la
actividad; el articulo 13 de la Ley de la Actividad Aseguradora
(2010), permite
a las personas que consideren vulnerados sus derechos e intereses
la
posibilidad de presentar sus reclamos frente a los consejos
comunales.
Se hace necesario analizar si la figura de los consejos comunales
sea
apta para presentar reclamos o iniciar procedimientos contra las
empresas
de seguro, pues ahora se les impone la obligación de investigar y
levantar
acta de los hechos las cuales serán remitidas a la Superintendencia
de la
Actividad Aseguradora; es difícil pensar que alguno de los miembros
tenga
conocimiento de la practica aseguradora como para cumplir con
dichas
obligaciones por lo cual el Estado no debió otorgar dicha potestad
a los
Consejos Comunales.
Los tomadores, asegurados y beneficiarios, podrán formular
peticiones,
consultas, reclamos y sugerencias en forma directa o a través
de
asociaciones para la representación y defensa de sus derechos e
intereses, y
estas se obligan a dar oportuna respuesta, para tutelar este
derecho el
132
Estado ofrece los mecanismos estudiados en el numeral 6 y 8 del
mismo
articulo garantizando así el alcance del derecho.
Entre otros derechos esta el de recibir el pago por concepto de
siniestros
o prestaciones, en la forma estipulada en el contrato sin ser
obligados a
recibir pagos por equivalente, salvo que esa posibilidad esté
expresamente
prevista en el contrato y sea aceptada en forma expresa por los
mismos,
manteniendo el carácter consensual del contrato según lo
establecido en el
articulo 6 del Decreto con Fuerza de Ley de Contrato de Seguro
(2001).
Este derecho de indemnización se encuentra en sentido amplio
establecido en el articulo 130 ejusdem, en el cual se indica el
derecho que
tiene el tomador, beneficiario o asegurado al pago de la
indemnización, en un
lapso que no exceda de treinta (30) días continuos siguientes a la
entrega de
recaudos o el ajuste de perdidas, la ley plasma también en el mismo
articulo
el derecho de ser notificados por escrito del rechazo ya sea total
o parcial.
El Estado garantizando una tutela efectiva del interés
general
representado en la actividad aseguradora por los derechos y
garantías de los
tomadores, asegurados o beneficiarios, estableciendo en el numeral
10
sanción por elusión, retardo o rechazo genérico de las obligaciones
de las
empresas, imponiendo para esto una sanción administrativa
equivalente
entre mil quinientas y dos mil quinientas (1.500 y 2.500) Unidades
Tributarias
según lo establecido en el articulo 166 de la Ley de la Actividad
Aseguradora.
133
El numeral 11 del mismo artículo otorga el derecho de los
tomadores,
asegurados y beneficiarios de solicitar la intervención de la
Superintendencia
de la Actividad Aseguradora, en la resolución de los conflictos
o
controversias que con ocasión de la ejecución del contrato de
seguro se
puedan presentar, todo esto en concordancia con lo establecido en
el articulo
133 ejusdem, que establece como garantía que el Superintendente
podrá
actuar como conciliador o arbitro arbitrador en los procesos de
conciliación y
arbitraje.
El derecho de ser atendido con celeridad, diligencia y recibiendo
un trato
justo respetuoso, oportuno y digno por las empresas de
seguros,
cooperativas que realicen actividad aseguradora, por empresas de
medicina
prepagada y por parte de los funcionarios o funcionarias de
la
Superintendencia de la Actividad Aseguradora y de los sujetos
regulados se
encuentran en los numerales 12 y 13 del articulo 129 de la Ley de
la
Actividad Aseguradora (2010).
El derecho a ser informado de las normas prudenciales que dicte
la
Superintendencia de la Actividad Aseguradora se encuentra en el
numeral 14
del mismo articulo y para esto la Superintendencia posee en su
portal Web
entre sus opciones la posibilidad de revisar todos los avisos y
normas
prudenciales que regulan la actividad de manera cronológica, además
cada
aviso es publicado en el diario de mayor circulación de la ciudad
de Caracas
según su fecha de emisión en la edición diaria.
134
Por ultimo el numeral 15 da el derecho a los tomadores, asegurados
y
beneficiarios a acceder a los libros de registros que se llevan de
los sujetos
regulados por la Ley en la Superintendencia de la Actividad
Aseguradora,
todo esto proveniente del derecho constitucional de acceso a la
información
establecido en la Constitución Nacional (1999) en el artículo 58
donde se
establece que esta deberá ser oportuna, veraz e imparcial y sin
censura.
Estos derechos establecidos en la Ley de la Actividad Asegurada
(2010) y
como se estudio garantizados por ella u otras leyes; son de
carácter
meramente enunciativos y no excluyen los derechos otorgados por
otras
leyes que regulen a la actividad aseguradora, además también son
de
carácter irrenunciable según lo establecido en el articulo 132 de
la ley y el
articulo 2 de la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a
los
Bienes y Servicios (2008).
Para Madrid (2011) la Ley de la Actividad Aseguradora (2010) no
debió
haber regulado la defensa de los usuarios, pues la misma ya
esta
efectivamente contenida en una Ley especial como lo es la Ley para
la
Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios
(2008), sin
embargo Aguilar (2011), plantea que dicho Instituto no es
competente para
determinar la violación o no de los derechos de los usuarios, pues
este
carece de autoridad y la actividad aseguradora debe estar
explícitamente
regulada por órganos específicos como lo es la Superintendencia de
la
Actividad Aseguradora.
135
La autora se acoge al criterio de Madrid (2011), pues se hace
innecesario
reestablecer los derechos de los usuarios de la actividad
aseguradora si
estos ya se encontraban tipificados en la Ley especial; sin embargo
esto no
quiere decir que la Ley de la Actividad Aseguradora (2010), no deba
tomar en
cuenta al asegurado pero si se debe tomar en cuenta que fue
innecesario;
pues, ya se regulaba según la Ley para la Defensa de las Personas
en el
Acceso a los Bienes y Servicios (2008).
Ahora bien en la actividad aseguradora el Estado no solo debe
tutelar el
interés general en los derechos del tomador; sino también de otras
dos
figuras que aunque no forma parte del contrato de seguro existen en
la
actividad como son el asegurado y el beneficiario.
Según el articulo 7 de la Ley de Contrato de Seguro (2001) son
partes del
contrato la empresa de seguros y el tomador; y las figuras del
asegurado y
beneficiario las establece en el articulo 8 como otras personas que
sin ser
parte, se relacionan con el contrato de seguro; aunque las tres
figuras
pueden reunirse en una sola persona, es decir, tomador, asegurado
y
beneficiario, como puede ser en un contrato por casco de vehiculo,
en otros
casos no se puede dar esa concentración como es las pólizas de vida
donde
debe haber un tercero denominado beneficiario.
Debido a esto, el Estado venezolano en la Ley de la Actividad
Aseguradora (2010), hizo hincapié en proteger y tutelar los
derechos y
garantías de los asegurados y beneficiarios, pues de esta manera en
los
136
casos en que no se reúnan en la misma persona las 3 cualidades,
las
empresas de seguro no menoscaben los derechos de estos, por no ser
parte
dela contratación, de igual manera tutelando el interés general por
igual del
tomador el asegurado o el beneficiario.
En la actividad aseguradora la intervención del Estado inicio desde
la
promulgación del Código de Comercio de 1904; en sus inicios fue
una
actividad que según el Estado reflejaba la presencia de un débil y
un fuerte
en la contratación; sobre todo en los inicios de la actividad
cuando la
actividad estaba representada por empresas internacionales, las
cuales solo
tenían sucursales en el país y no estaban constituidas como tal
acá, lo que
representaba inseguridad para los tomadores, asegurados y
beneficiarios.
Por eso la legislación posterior fue orientada a la creación de
empresas
de seguros venezolanas, y que se rigieran bajo un marco normativo
de
vigilancia y supervisión para evitar posibles abusos; desde los
años 80 en
adelante fueron apareciendo las empresas de seguro venezolanas
mas
grandes las cuales se fueron consolidando y en el año 2010
continúan en el
mercado; al observar que en su mayoría las empresas de
seguros
corresponden al sector privado el legislador en el 2010, dicta un
cuerpo
normativo que ejerce mas control, fiscalización y vigilancia sobre
las mismas.
Este nuevo marco normativo con un amplio carácter punitivo y
hostil,
busca tutelar el interés general colectivo de la ciudadanía, para
que esta
137
puede acceder a la contratación de las diversas pólizas ofrecidas
por las
empresas con el fin de salvaguardar sus intereses ya sea su vida,
salud o
bienes, pero es necesario analizar si la actividad aseguradora
anterior al
dictamen de la Ley en agosto 2010 se encontraba en concurrencia
de
conductas ilegales o tan deteriorara que se hizo necesaria una tan
amplia
participación correctiva del Estado.
Con la tutela del interés general en pro del ciudadano, se pone en
duda la
seriedad y fortaleza del sector asegurador; además las normas
tan
restrictivas para las empresas con el fin de proteger a la
ciudadanía afectan
la libre competencia del sector.
El Estado en la nueva ley antepone principalmente el interés
general
particular, pero al afectar el sector asegurador con tantas cargas
y
restricciones no solo trasciende el interés privado; sino, que
también lo
fractura, en pro de los intereses del colectivo; es necesario
valorar si dichos
intereses en realidad reflejan una generalidad; pues que sucede con
los
sujetos que con anterioridad a la ley ya pertenecían a la actividad
como
tomador, ¿acaso estos no forman una generalidad?; ¿como puede el
Estado
en pro de tutelar el interés general de otros grupos trascender el
interés de
estos?; la ley debió titular en forma genera, protegiendo también a
los sujetos
que pertenecían a dicho sector, pues estos ahora se podrían ver
afectados
por las nuevas exigencias y obligaciones impuestas a las empresas
de
seguro.
138
Como resultado del análisis de datos de este objetivo se pudo
obtener
que el Estado como titular del interés general el cual debe tutelar
los
derechos y garantías