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4 CAPÍTULO 1. ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD DE LA UCI Dra. Nereida Quintero Médico Especialista en Anestesiología Enf. Oscar Antonio Urrego Rivera Especialista en gerencia de Calidad La UCI es un servicio hospitalario que presta servicios de alta complejidad, brinda cuidado integral a los pacientes que por su condición crítica requieren de cuidados especiales, independientemente del origen de la causa de ingreso. Existen características importantes como central de enfermería en el centro de la sala con cubículos de pacientes al frente, adecuación eléctrica, tecnología adecuada para la monitorización y manejo del paciente, son un mínimo de elementos necesarios. Adicional a esto, la restricción de ingreso tanto a familiares como al personal no necesario en el área es otra de las condiciones de la UCI. En Colombia para adelantar el diseño de una UCI e Intermedios se debe contar con un grupo que tenga conocimiento sobre el tema, Arquitecto con amplia experiencia en Planeación y Diseño de Hospitales y el equipo de Ingenieros (Estructural, eléctrico, gases medicinales, red de voz y datos, red hidráulica y sanitaria, ventilación mecánica) con conocimiento y entendimiento en la aplicación de las normas que rigen en cada tema. Algunas normas que rigen los servicios de salud son: 1. Ley 09 de 1979: Código sanitario 2. Ley 10 de 1990: Por la cual se reorganiza el Sistema Nacional de Salud 3. Constitución nacional de 1991: donde se deja la salud como un derecho fundamental y está a cargo del estado administrarlo y proveerlo. 4. Ley 100 de 1993: Por la cual se crea el sistema de seguridad social integral y es la base de nuestro sistema general de seguridad social en salud. 5. Decreto 2174 de noviembre 28 de 1996: Por el cual se organiza el Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad del Sistema General de Seguridad Social en Salud NOTA DE VIGENCIA: Derogado por el Decreto 2309 de 2002 6. Resolución 4445 de diciembre 2 de 1996: Por el cual se dictan normas para el cumplimiento del contenido del Título IV de la Ley 09 de 1979, en lo referente a las condiciones sanitarias que deben cumplir los establecimientos hospitalarios y similares. Son los lineamientos para la construcción de IPS. 7. Decreto 2240 de diciembre 9 de 1996: Por el cual se dictan normas en lo referente a las condiciones sanitarias que deben cumplir las instituciones prestadoras de servicios de salud. 8. Resolución 05042 de diciembre 26 de 1996: Por la cual se modifica y adiciona la resolución 4445/96, especificando temas respecto a las puertas de salidas de emergencia, corredores y pasillos, y la solicitud expresa a entes territoriales y ministerio de salud frente a remodelaciones y construcción de nuevos hospitales. 9. Decreto 1011 de 2006: Por el cual se establece el Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad de la Atención de Salud del Sistema General de Seguridad Social en Salud 10. Resolución 0686 de 1998 de la secretaria distrital de salud: Por la cual se reglamenta el procedimiento para la realización y presentación de proyectos de diseño y construcción de obras y mantenimiento de las instalaciones físicas de las instituciones públicas del orden distrital prestadoras de servicios de salud y se dictan otras disposiciones

CAPÍTULO 1. · La UCI es un servicio hospitalario que presta servicios de alta complejidad, brinda cuidado integral a los pacientes que por su condición crítica requieren de cuidados

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CAPÍTULO 1.

ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

DE LA UCI

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

Enf. Oscar Antonio Urrego Rivera

Especialista en gerencia de Calidad

La UCI es un servicio hospitalario que presta

servicios de alta complejidad, brinda cuidado

integral a los pacientes que por su condición

crítica requieren de cuidados especiales,

independientemente del origen de la causa de

ingreso. Existen características importantes

como central de enfermería en el centro de la

sala con cubículos de pacientes al frente,

adecuación eléctrica, tecnología adecuada

para la monitorización y manejo del paciente,

son un mínimo de elementos necesarios.

Adicional a esto, la restricción de ingreso

tanto a familiares como al personal no

necesario en el área es otra de las condiciones

de la UCI.

En Colombia para adelantar el diseño de una

UCI e Intermedios se debe contar con un

grupo que tenga conocimiento sobre el tema,

Arquitecto con amplia experiencia en

Planeación y Diseño de Hospitales y el

equipo de Ingenieros (Estructural, eléctrico,

gases medicinales, red de voz y datos, red

hidráulica y sanitaria, ventilación mecánica)

con conocimiento y entendimiento en la

aplicación de las normas que rigen en cada

tema. Algunas normas que rigen los servicios

de salud son:

1. Ley 09 de 1979: Código sanitario

2. Ley 10 de 1990: Por la cual se reorganiza

el Sistema Nacional de Salud

3. Constitución nacional de 1991: donde se

deja la salud como un derecho fundamental y

está a cargo del estado administrarlo y

proveerlo.

4. Ley 100 de 1993: Por la cual se crea el

sistema de seguridad social integral y es la

base de nuestro sistema general de

seguridad social en salud.

5. Decreto 2174 de noviembre 28 de

1996: Por el cual se organiza el Sistema

Obligatorio de Garantía de Calidad del

Sistema General de Seguridad Social en

Salud NOTA DE VIGENCIA: Derogado

por el Decreto 2309 de 2002

6. Resolución 4445 de diciembre 2 de

1996: Por el cual se dictan normas para el

cumplimiento del contenido del Título IV

de la Ley 09 de 1979, en lo referente a las

condiciones sanitarias que deben cumplir

los establecimientos hospitalarios y

similares. Son los lineamientos para la

construcción de IPS.

7. Decreto 2240 de diciembre 9 de 1996: Por el cual se dictan normas en lo

referente a las condiciones sanitarias que

deben cumplir las instituciones

prestadoras de servicios de salud.

8. Resolución 05042 de diciembre 26 de

1996: Por la cual se modifica y adiciona la

resolución 4445/96, especificando temas

respecto a las puertas de salidas de

emergencia, corredores y pasillos, y la

solicitud expresa a entes territoriales y

ministerio de salud frente a

remodelaciones y construcción de nuevos

hospitales.

9. Decreto 1011 de 2006: Por el cual se

establece el Sistema Obligatorio de

Garantía de Calidad de la Atención de

Salud del Sistema General de Seguridad

Social en Salud

10. Resolución 0686 de 1998 de la

secretaria distrital de salud: Por la cual

se reglamenta el procedimiento para la

realización y presentación de proyectos de

diseño y construcción de obras y

mantenimiento de las instalaciones físicas

de las instituciones públicas del orden

distrital prestadoras de servicios de salud y

se dictan otras disposiciones

5

ÁREA DE LA

UCICOMPONENTES

Área clínica

Incluye los recintos que se relacionan en forma

más directa con el paciente y que constituyen el

núcleo de la organización de una uci: cubículos de

atención de pacientes, estación de enfermería,

central de monitoreo, habitación de aislados

Área apoyo

clínico

Bodega de insumos, Bodega de ropa limpia,

Bodega de equipos, Ropa sucia, Aseo, Baño

personal, estacionamiento de camillas y sillas de

rueda, zona de trabajo sucio y de trabajo limpio,

lavado de patos, depósito material estéril, sala de

procedimientos, cuarto de aseo, depósito

transitorio de residuos.

Área

administrativa

Oficina secretaria, oficina médico jefe, oficina

enfermera supervisora, sala de familiares, sala de

reuniones, guardarropa visitas, bodega insumos

oficina, cuarto CPU

Área residencia

médica y estar

personal

Dormitorio residencia, Sala de estar personal.

Área espera

públicoSala de espera, baño público

11. Resolución 0238 de 1999: Por la cual se

modifican parcialmente las resoluciones

4252/97 y 4445/96;

12. Ley 400 de 1997 y de 1998: Por el cual

se adoptan normas sobre construcciones

sismo - resistentes.

13. Ley 1043 de 2006: por la cual se

establecen las condiciones que deben cumplir

los Prestadores de Servicios de Salud para

habilitar sus servicios e implementar el

componente de auditoría para el

mejoramiento de la calidad de la atención y

se dictan otras disposiciones.

14. Resolución 2680 de 2007: Modifica

parcialmente la resolución 1043 de 2006: En

el anexo técnico se modifican requisitos de

habilitación.

15. Resolución 3763 de 2007: Modifican

parcialmente las resoluciones 1043 y 1448 de

2006 y resolución 2680 de 2007;

16. Resolución 1448 de 2006: Por la cual se

definen las Condiciones de Habilitación para

las instituciones que prestan servicios de

salud bajo la modalidad de Telemedicina.

17. Resolución 1315 de 2006: Por la cual se

definen las Condiciones de Habilitación para

los Centros de Atención en Drogadicción y

servicios de Farmacodependencia, y se dictan

otras disposiciones

18. Resolución 4796 de 2008: Por medio de

la cual se reglamenta la atención por brigadas

o jornadas de salud, se adoptan estándares de

condiciones técnico científicas para la

habilitación de unidades móviles acuáticas y

se dictan otras disposiciones

19. Circular 0076de 2007: Modificación y

adopción de formularios de inscripción en el

registro especial de prestadores de servicios

de salud para los que inicien la prestación de

servicios y de reporte de novedades al sistema

único de habilitación del sistema obligatorio

de garantía de calidad del sistema general de

seguridad social en salud

20.Resolución 2003 de 2014: Por la cual se

definen los procedimientos y condiciones de

inscripción de los Prestadores de Servicios de

Salud y de habilitación de servicios de salud

CARACTERÍSTICAS DE LA UNIDAD DE

CUIDADOS INTENSIVOS E

INTERMEDIOS ADULTOS.

Descripción: es el servicio destinado a la

hospitalización de pacientes en estado crítico,

que exige monitoreo continuo, asistencia

médica y de enfermería permanente y

utilización de equipos altamente

especializados; se relaciona básicamente con

los servicios de apoyo, diagnóstico y

tratamiento, quirúrgicos, obstétricos, de

cocina y de lavandería. La diferencia entre el

cuidado intensivo e intermedio es el

requerimiento de equipos.

6

Funcionalidad de la UCI-Relaciones

internacional: Se deben zonificar los ambientes para una

adecuada relación interfuncional requerida

con otros servicios, la cual se puede dar de

manera horizontal o vertical. Debe haber una

constante interacción con los demás servicios

clínicos y unidades de apoyo: pabellones

quirúrgicos, unidades de urgencia, UCI

intermedio, esterilización, hemodiálisis,

radiología, scanner, laboratorio, banco de

sangre, farmacia, medicina interna. El área

debe estar protegida del flujo de circulación

habitual de los pacientes, visitas y personal de

los demás servicios y las vías de evacuación

deben ser seguras. Esquema de

funcionamiento del equipo:

Por cada cubículo se sugiere tener un

equipamiento mínimo:

Equipo Cantidad

cama clínica de intensivo con

colchón antiescaras 1

monitor cardíaco con posibilidad

de conexión a central con: 1

canal de presión no invasiva 1

canal de presión invasiva 1

oxímetro de pulso 1

control de temperatura 1

canal de ECG 1

alarmas correspondientes

Ventilador de volumen 1

Tomas de O2 de red central 2

Aspiración central 2

Toma de aire comprimido

medicinal 1

Bombas de infusión (mínimo) 5

Bomba de nutrición enteral 1

Fonendoscopio 1

Esfigmomanómetro mural o

monitor signos vitales 1

Bolsa de insuflación con válvula

PEEP 1

Nebulizador 1

Lámpara de procedimientos 1

Panel Eléctrico (18 posiciones: 3

de 220V, 15 de 110V) 1

Equipamiento mínimo-opcional de la UCI:

Equipo Cantidad

Carro de paro con desfibrilador,

monitor cardíaco, bolsa de insuflación

PEEP 1

Carro de procedimientos 1

Desfibrilador portátil con marcapaso

externo 1

Ventilador de traslado 1

Monitor cardíaco portátil 1

Broncoscopio (opcional) 1

Camillas de traslado 2

Balas de oxígeno 2

Ventilador mecánico no invasivo 1

Laringoscopios por cada 3 camas 2

Máquina de hemodiálisis 1

Sistema de medición intracraneana por

fibra 1

Monitor central para 6 camas o más 1

7

Equipo de Rx portátil (opcional e ideal) 1

Negatoscopio 1

Lavamanos quirúrgico. 1

TIPOS DE UCI

Cada institución proporciona un espectro

diferente de cuidados desarrollado de acuerdo

a la complejidad de la institución y

especialidad referida. En Colombia se cuenta

con el perfil de las siguientes unidades de

cuidado intensivo:

UCI de adultos donde se ofrece asistencia

multidisciplinar en un espacio específico del

hospital, que cumple requisitos funcionales,

estructurales y organizativos, de forma que

garantiza las condiciones de seguridad,

calidad y eficiencia adecuadas para atender

pacientes que se encuentran graves, cuyas

funciones vitales están real o potencialmente

deterioradas y que para mantenerlos con vida

precisan de un tratamiento específico y/o un

soporte mecánico.

UCIN intermedia: es un área hospitalaria con

dotación técnica y humana suficiente para

proporcionar una vigilancia y cuidados

asistenciales en una carga menor a la de las

Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), pero

muy superior a las áreas convencionales de

hospitalización. Tienen como objetivo

incrementar la capacidad asistencial mediante

la posibilidad de atender pacientes con menor

grado de dependencia y bajo riesgo de

necesitar medidas terapéuticas como soporte

vital, y que requieren más monitorización

permanente y cuidados de enfermería a

diferencia de los que ofrecidos en las salas de

hospitalización.

UCI pediátrica: destinado a la hospitalización

de pacientes pediátricos en estado crítico, que

exige monitoreo continuo, asistencia médica

y de enfermería permanente y utilización de

equipos altamente especializados; se

relaciona básicamente con los servicios de

apoyo, diagnóstico y tratamiento, quirúrgicos,

obstétricos, de nutrición y de lavandería.

UCI neonatal está destinada a atender a todo

recién nacido (0 a 28 días de vida) con

cualquier proceso de enfermedad que ponga

en peligro su vida (estado crítico) y que tiene

la posibilidad de resolverse mediante la

intervención de un equipo humano y

tecnológico diseñado específicamente para

este propósito. Las unidades de este tipo a

veces cuentan con áreas de cuidados

intermedios o continuos para los bebés que no

se encuentran graves, pero que necesitan

cuidados de enfermería especializada.

UCI coronaria creadas inicialmente para

vigilar únicamente las arritmias post-infarto,

han evolucionado hasta convertirse en

unidades de cuidados cardiovasculares

especializados pudiéndose hablar actualmente

con mayor propiedad de Cuidados Intensivos

Cardiológicos.

UCI para quemados (adulto o pediátrica)

reúne criterios, acordados para ser definida

como un dispositivo asistencial de alta

especialización y complejidad, integrado en

un centro hospitalario, dotado con los

recursos humanos y materiales necesarios

para la atención sanitaria basada en la mejor

evidencia disponible de este tipo de pacientes.

UCI quirúrgicas están dirigidas o integradas

por cirujanos con credenciales en cuidados

críticos. Los aspectos de la atención de los

pacientes gravemente enfermos, que

tradicionalmente eran manejados por los

consultantes, tales como ventilación

mecánica, insuficiencia renal, nutrición o

apoyo hemodinámico, son manejados en la

actualidad en la UCI ya sea por el mismo

cirujano que realizó la operación o por

cirujanos diferentes que se desempeñan en la

unidad. Los avances en los cuidados críticos

quirúrgicos ocurren rápidamente y a menudo

son de corta vida o incluso contradictorios.

Se puede concluir que las Unidades de

Cuidados Intensivos, se han especializado de

tal manera que los cuidados han logrado un

nivel de complejidad basado en la evidencia y

con un creciente nivel académico.

La organización de la UCI moderna lleva

implícita una organización en cuanto a sus

8

funciones generales que se agrupan en estos

niveles:

1. función administrativa,

2. función asistencial,

3. función docente,

4. función de investigación.

PROCESOS ADMINISTRATIVOS DEL

ENFERMERO EN LA UCI

Los cuidados de enfermería no son

epistemológicamente una rama de la

medicina, pues el eje de la medicina es el

diagnóstico y el de enfermería son los

cuidados con lo que esto conlleva, aunque

tiene unos planteamientos de base que son los

mismos, el eje es diferente. La filosofía y el

ser de enfermería; está encaminada al

cumplimiento del objetivo terapéutico, desde

lo asistencial como meta fundamental.

De igual manera enfermería ha adoptado y

adaptado el proceso administrativo a través

del ciclo de Deming tomando el PHVA

(Planear, Hacer, Verificar y Actuar), para el

desempeño de enfermería en las instituciones.

Funciones del departamento de

enfermería: El departamento de enfermería

como unidad funcional fundamental en la

misión de las instituciones prestadoras de

salud debe encargarse de la regulación del

personal de las UCI‟s; vela por garantizar el

servicio 24 horas al día de alta calidad al

paciente, familiar y a la comunidad; es la

fuente de la formación e información el

personal profesional y técnico de la rama del

cuidado, en algunas instituciones el

departamento de enfermería regula las áreas

de nutrición, terapias e instrumentación

quirúrgica; de ese modo tiene la

administración de la mayor parte del talento

humano; y por ende el manejo de la mayor

parte del presupuesto institucional. Integra las

acciones del equipo de salud en la atención

con el paciente, coordina los recursos para

proporcionar atención de enfermería de

calidad, integra el personal de enfermería,

proyecta la institución a la comunidad;

controla el material y el equipo propios del

departamento. En los últimos años se ha

encargado de la implementación de los

sistemas de calidad, que para instituciones de

carácter universitario es el Sistema Único de

Acreditación y por su compromiso con el

paciente ha logrado permear a las diferentes

ramas de salud para mejorar la calidad y

seguridad institucional.

La aplicación de proceso administrativo en el

departamento de enfermería permitirá

proporcionar una atención de calidad. Lo

primero que se debe realizar frente al proceso

administrativo de enfermería es un planear en

el ciclo de Deming, pero este planear se debe

iniciar con una lectura de necesidades y

expectativas, lo cual se refiere a realizar

reuniones, comités, visitas, con el talento

humano de enfermería, medicina, y otras

ramas de la salud, identificando las

necesidades y las expectativas de cada rama

frente al desempeño de enfermería y de ese

modo realizar un diagnóstico situacional y de

ese modo darle respuestas a las necesidad

situacionales y no, como suele pasar, que

enfermería hace de todo pero a la vez nada, es

necesario dejar claro que es lo que se necesita

de la profesión.

Luego de realizar este diagnóstico se debe

iniciar con el planear que es la

documentación de lo que se encontró en el

diagnóstico situacional. La documentación

inicia con la escogencia del documento que se

quiere realizar, es decir, sí la institución

requiere un protocolo, una guía, un manual,

un instructivo, entre otros documentos. Luego

de escoger el tipo de documento se debe

realizar el documento con una ficha técnica

que permita evidenciar las fechas de

elaboración, de revisión y de actualización,

del mismo modo permite ver la versión del

documento y un cuadro de ratificación con

firmnas por parte de los rsponsables de cada

parte del documento. Este documento deja de

manera explicita los responsables de cada

actividad y permite medir a través de

indicadores que dejan ver los resultados de lo

planeado en este documento.

Este planear después de quedar plasmado en

un documento debe pasar al segundo punto

9

del ciclo de Deming que es el hacer. El hacer

a su vez tiene dos partes:

- Divulgación: actividad mediante la cual se

expone el documento al talento humano

objetivo, y es de mencionar que esta

divulgación no puede ser solo por un

medio, que usualmente es un medio

magnético colgado en un página web,

intranet, correo electrónico. Esta

divulgación debe responder a toda una

campaña publicitaria por decirlo así, pues

es claro que toda la información que se

debe leer al ingresar a una institución de

salud es gigantesca y de mucha

dedicación. Por lo que se sugiere que este

documento sea claro, conciso y

consensando con las partes involucradas

para que sea su fácil divulgación.

- Implementación: la implementación no es

más que lo que se documentó se viva al

interior de la institución, y se respeten la

directrices de la institución, un ejemplo, es

el cómo se debe inmovilizar una

canalización de una vena periférica, pues

es claro que esta debe ser inmovilizada

con un apósito estéril y transparente y de

ese modo disminuir el riesgo de flebitis

infecciosa, sin embargo hay instituciones

que aun inmovilizan con tela adherente

tipo esparadrapo y realizando corbatines,

lo cual nos dice que ese es el protocolo de

la institución y por ende debe ser

respetado, y el que se respete ese

protocolo es la implementación. El

verificar hace parte de la medición, de

observar los resultados, de medir la

efectividad, la eficencia y la eficacia de lo

planeado, y se realiza mediante

indicadores que responden a la medición

de ese documento. Estos indicadores

deben generar una alerta positiva o

negativa y generar un cambio en

cualquiera de las partes del ciclo, bien sea

en el planear, hacer, verificar o actuar.

Ya verificado ese planear se debe pasar al

actuar, esta etapa, solo hace referencia a la

mejora de lo planeado, y la base de la mejora

son los resultados obtenidos en el verificar.

Las funciones del departamento de

enfermería a la luz del ciclo de Deming

(PHVA) son:

1. Identificar las cargas laborales de la UCI y

distribuir el taleno humano según estudios

de cargas.

2. Identificar las necesidades de

conocimiento del personal y realizar

capacitaciones para el fortaleciemiento de

las competencias del personal.

3. Garantizar el servicio de enfermería los

365 días del año.

4. Documentar todo lo referente al área de

enfermería y cerrar el ciclo PHVA.

Organización y Funcionamiento de la UCI

La organización la UCI es definida de manera

discrecional por cada institución, y

normalmente se encuentra una organización

jerarquica donde hay un jefe del

departamento que es el puesto de más alto

rango cumpliendo las funciones de dirección

de personal. Las instituciones acreditadas en

salud solicitan como requisito un responsable

de la formación y este se ubica en el área de

talento humano comúnmente y se encarga de

la actividad docente del departamento,

desempeña además funciones de asesoría,

enseñanza e investigación. Igualmente en la

UCI se encuentra un supervisor que depende

de la jefatura de área y del departamento de

enfermería, en algunas instituciones el papel

de enfermería en la supervisión es gerencial-

administrativo-asistencial, donde sus

actividades se centran en supervisión del

personal, coordinación y distribución al

personal profesional y no profesional del

servicio, asignan funciones, actividades y son

responsables de la atención del paciente. Le

sigue en jerarquía el puesto de enfermero

especialista que proporciona atención

especializada. La enfermera (o) general

depende de la supervisión y se encargan de la

atención directa del paciente y el personal

técnico que apoya las actividades del personal

profesional de enfermería.

Los sistemas de trabajo de enfermería tienen como objetivo distribuir las actividades

10

para proporcionar un trabajo ágil en la

atención de enfermería.

Estos sistemas con regularidad se basan en las

cargas de cuidado que demanda cada paciente

mediante la aplicación de instrumento de

valoración que permite de manera objetiva

determinar la distribución del personal de

enfermería. Ver más adelante TISS.

Los sistemas más comunes empleados por

enfermería en la UCI son:

Sistema de trabajo por paciente: este tipo de

atención es individualizada y asignada por

paciente. El objetivo es proporcionar atención

integral de enfermería, no dispersa la atención

y favorece la distribución del personal de

enfermería. Este tipo se suele usar cuando la

relación paciente personal de enfermería es

suficiente y las cargas de cuidado son

coherentes con el personal asignado, pues es

claro que las cargas de cuidado de los

pacientes de la UCI varían de paciente a

paciente, y es común que un paciente

demande el tiempo de un profesional y un

auxiliar de manera permanente, mientras que

otros solo requieran de cuidados básicos de

manera intermitente.

Sistema de trabajo funcional: la distribución

de las actividades, la asignación y

distribución del personal se realiza por

funciones; lo que quiere decir que una parte

del personal se encarga de funciones de rutina

del servicio (aseo de camas, baños,

administración de medicamentos, toma de

signos vitales, entre otros), mientras otro se

encarga de tratamientos especiales

(curaciones de heridas, de accesos venosos

centrales, manejo de la ventilación, titulación

de medicamentos entre otros). Las

actividades se realizan hasta culminar las

demandas de cada paciente. Habitualmente se

usa cuando el personal es insuficiente, o para

reforzar una técnica del personal que así lo

requiera, adquirir habilidades manuales o

para agilizar las actividades del servicio. Su

principal inconveniente es que no permite un

manejo integral del paciente por parte de

enfermería, y el riesgo de un evento adverso

aumenta.

Sistema de trabajo mixto: En este sistema se

asigna y distribuye el personal por pacientes y

funciones. Se asigna a un grupo del personal

los pacientes graves y otras funciones a otra

parte del personal. Es el más utilizado lo cual

facilita la distribución, se fomentan las

relaciones interpersonales y no requiere la

misma cantidad de personal que el sistema

por pacientes. En este sistema no todos los

pacientes reciben atención de enfermería

individualizada. Se utiliza cuando no haya

suficiente personal o no sea posible la

distribución por paciente.

11

CAPÍTULO 2.

FACTORES PSICOLÓGICOS DEL

PACIENTE DE UCI

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

En la UCI cerca de un 14 al 72% (frente a 1%

en otras áreas hospitalarias) de los pacientes

corren el riesgo de desarrollar problemas

psicológicos, entre las que mencionamos el

síndrome de estrés postraumático, síndrome

confusional agudo, ansiedad, depresión.

Generalmente se debe a las condiciones

especiales que se encuentran en la UCI y

dependen de las características particulares de

cada UCI. Hay que recordar que en la UCI se

suprime el medio habitual del paciente

dependiendo de terceros, con privación de sus

puntos de apoyo emocional y afectivo como

lo es la familia lo cual faculta el desarrollo de

sentimientos como impotencia, soledad,

despersonalización, desamparo, frustración,

rabia, hostilidad, temor y depresión y se ven

afectados tanto pacientes intubados como no

intubados. Estos cambios en el diario vivir

del paciente condicionan a tensión y estrés

psicológico y adicional se suma la aptitud de

algunos miembros del equipo de salud de la

UCI de comunicarse cada vez menos con los

pacientes, especialmente con los que tiene la

incapacidad de hablar porque están intubados.

Otro aspecto importante es la desadaptación a

la UCI debido a la enfermedad, percepción

individual de la misma, el impacto de la

hospitalización, recursos y la consecuente

reacción de estrés, especialmente por el

concepto popular que “quien ingresa a la UCI

es porque se está o se va a morir”. Paciente

intubado no tiene la capacidad de expresar

sus sentimientos aunque esté despierto y esto

los hace aún más vulnerables al desarrollo de

estrés psicológico. Al no dar la información

adecuada, sencilla y constante del estado del

paciente por parte del personal de la UCI,

convierte las unidades como sitios hostiles,

misteriosos, peligrosos, antinaturales

sumados a la complejidad tecnológica que lo

rodea. Si el paciente o el familiar percibieran

la atención e información permanente,

evolución clínica, propósitos y

modificaciones de las intervenciones en la

UCI, disminuiría la vulnerabilidad de los

pacientes y permitiría tener expectativas

realistas motivando la colaboración con el

equipo de salud minimizando el estado de

ansiedad. Es importante determinar las

percepciones del paciente y familiar sobre la

situación por la que atraviesa el paciente, la

comprensión de la situación de enfermedad-

hospitalización, las expectativas y el estilo de

afrontamiento empleado.

Factores de estrés en la UCI:

1. Traslado de la UCI a una sala de cuidados

generales no siempre es percibido como un

paso positivo, y a menudo provoca temor

tanto en los pacientes como en los familiares

2. Disposición y distribución de los espacios

en la UCI como la central de enfermería en el

centro de la sala

3. Cubículos alrededor con ausencia de

privacidad relativa

4. Restricción de ingreso de los familiares

5. Ruido permanente de los equipos y del

personal

6. Frío especialmente en sitios fríos o por los

aires acondicionados

7. Iluminación permanente

8. Incertidumbre con lo que ocurre alrededor

9. Pérdida de contacto con el medio, relación

día-noche, especialmente si no hay

iluminación natural (luz solar)

10. Aislamiento físico y social

11. Reducción en la cantidad y variedad de

estimulación

12. Pequeñas variaciones en los estímulos

13. Restricciones de movimiento ido excesivo

14. Sentimiento de no tener control de uno

mismo

15. Dificultad para comunicarse como

consecuencia de las técnicas de ventilación

empleadas, lo cual puede producirles

sentimientos de rabia y desánimo, que a su

12

vez pueden reducir la interacción con los

familiares y cuidadores y tener un impacto en

cuanto a la participación activa del paciente

en su recuperación

16. Dificultades para comunicarse con los

pacientes pueden resultar frustrantes para los

miembros del equipo multidisciplinar

responsables de su cuidado.

Se pueden desarrollar diversa variedad de

síndromes en el paciente de UCI durante su

estancia:

Síndrome confusional agudo o síndrome de

UCI: caracterizado por una alteración brusca

y reversible de la atención, la orientación, las

funciones cognitivas y el ritmo vigilia-sueño,

alucinaciones, fluctuaciones en los niveles de

conciencia, ilusiones, anomalías del

comportamiento como agresión, pasividad,

negativismo, y alteraciones de la memoria.

Existen factores responsables del desarrollo

de síndrome confusional agudo: factores del

propio paciente, factores relacionados con la

hospitalización, edad avanzada, síndrome

coronario agudo, antecedente de problemas

cognitivos, uso de ventilación mecánica,

exceso o defecto de estímulos sensoriales,

efectos de los fármacos administrados,

ventilación mecánica invasiva: una de las

principales causas , enfermedad pulmonar

que haya obligado a ventilar al paciente, no

poder controlar su respiración, reglaje del

ventilador, inmovilización y sujeciones

mecánicas en los miembros superiores, ruido

de las alarmas, imposibilidad de comunicarse,

no alimentarse por la boca, aumento estrés

por voces familiares o el ruido de la

televisión, factor causal de la desorientación

del paciente: no poder saber en qué momento

del tiempo se encuentran, no proporcionando

información y apoyo emocional.

Los efectos más comunes son:

a) efectos en los pacientes: físicos y

emocionales de los pacientes durante su

estancia en la UCI, manifestados con estados

de depresión y agitación/ansiedad

b) factores ambientales: deprivación

sensorial, el ruido excesivo o repentino y la

luz, los cuales podrían ser evitados.

c) educación y actitudes de los enfermeros:

ocasionalmente los enfermeros son,

generalmente, poco capaces de reconocer y

tratar las necesidades psicológicas de los

pacientes y que las actitudes del personal

pueden afectar al cuidado psicológico: la

formación en la UCI tendía a focalizarse en

los aspectos técnicos del cuidado, dejando

pocas oportunidades de explorar las

necesidades psicológicas.

d) factores que afectan a la valoración

psicológica: métodos de valoración,

instrumentos específicos y la información

proporcionada por los familiares ayudaban en

la valoración, mientras que el estado

emocional del paciente y los factores

dependientes del personal tendían a

entorpecerla.

e) factores que afectan la comunicación: es

importante tanto para pacientes conscientes

como inconscientes una buena comunicación

que podría mejorar el síndrome UCI.

f) efectos de la familia: enfatizar en la

importancia de los familiares en comunicarse

con el paciente y tranquilizarle, y es positivo

involucrar a los familiares en el cuidado.

Indicadores de UCI parra valoración de

ansiedad de los pacientes:

a) indicadores físicos/fisiológicos: signos y

síntomas del sistema cardiovascular,

respiratorio, gastrointestinal, sistema nervioso

autónomo y dolor;

b) indicadores comportamentales: agitación/

tensión, falta de cooperación con el cuidado y

cambios en la expresión verbal;

c) indicadores psicológicos/cognitivos:

alteraciones cognitivas, expresión de ansiedad

de los pacientes y pensamientos negativos;

d) indicadores sociales: búsqueda de

consuelo, necesidad de atención o compañía,

o interacciones limitadas.

Estrategias de enfermería para manejar la

ansiedad detectada en los pacientes:

a) técnicas de cuidado: intervención médica o

farmacológica, confort físico/ambiental,

empatía en el contacto físico, valoración de

las causas de la ansiedad e incremento de la

sensación de control de los pacientes;

13

b) mejora del conocimiento y la

comunicación: proporcionar información,

comunicación y establecer una relación

enfermería-paciente positiva;

c) apoyo: proporcionar apoyo emocional,

alentar el apoyo de la familia, la presencia del

personal de enfermería y proporcionar apoyo

espiritual.

Síndrome de estrés postraumático

Pueden aparecer cambios en la personalidad,

pérdida de habilidades sociales, disfunciones

sexuales, alteraciones en la imagen corporal,

pesadillas y deprivación de sueño, flashbacks.

Aproximadamente 14% de los pacientes

desarrollan este síndrome. 57% puede tener

algún recuerdo sobre su estancia en la

Unidad, 49% puede manifestar los recuerdos

desagradables. 69% de pacientes que se

encuentran ventilados artificialmente un

tiempo durante su estancia tiene recuerdos

desagradables. En la mayoría de pacientes se

presentan alucinaciones, pérdida de control,

problemas de comunicación, aspiración

traqueal, siendo el dolor la experiencia más

desagradable recordada por los pacientes no

ventilados mecánicamente. La duración de la

estancia en la UCI parece no influir en el

grado de recuerdo. En la UCI algunos

pacientes son capaces de describir sus

recuerdos vívidamente, otros presentaban

recuerdos distorsionados. Los recuerdos más

comunes son una pobre comunicación,

ausencia de intimidad, miedo, dolor, ruido,

los cuales, según Russell12, podrían ser

potencialmente causantes de problemas

psicológicos después del alta de la UCI.

14

CAPÍTULO 3

CRITERIOS DE INGRESO A UCI Y

UCI INTERMEDIA

Ángela María Herrera

La unidad de cuidados intensivos es el

servicio de hospitalización de pacientes en

estado crítico, que exigen monitoreo

continuo, asistencia médica y de enfermería

permanente y equipos altamente

especializados. Se relaciona básicamente con

los servicios de apoyo, diagnóstico y

tratamiento, quirúrgicos y obstétricos. Dichos

pacientes críticamente enfermos requieren ser

admitidos a una unidad de Criterios de

admisión y alta para la Unidad de Cuidados

Intensivos (UCI) y la Unidad de Cuidados

Intermedios (UCIN) siempre que su

condición sea potencialmente reversible y por

tanto se beneficien de los cuidados provistos

por esta sala. La UCI es una planta diseñada

específicamente con equipos sofisticados y

costosos y cuenta con personal entrenado

altamente calificado. Eso hace de la UCI un

recurso escaso y costoso que nos obliga a

utilizarlo racionalmente. Para ello es

necesario establecer una serie de criterios

para seleccionar a los pacientes que deben

beneficiarse de la atención provista en estas

salas. Tal estandarización hace que se pueda

optimizar este recurso privilegiado para

atender a quienes tienen mayores

probabilidades de responder

satisfactoriamente a los tratamientos que

brinda la UCI e impedir que se abuse del

servicio.

Definición del paciente crítico que requiere

cuidados intensivos. Para establecer qué

pacientes presentan un estado crítico que

amerita su ingreso a una UCI es necesario:

1. Definir su patología en términos de

gravedad y reversibilidad

2. Definir qué tipo de tratamiento requiere:

monitoreo estricto y/o invasivo o tratamiento

especial.

Al hablar de la gravedad de la enfermedad se

hace referencia al riesgo inminente o

potencial que entraña para la vida. Tal es el

contexto de una disfunción órgano específica

o sistémica grave de una patología aguda o

crónica descompensada que conlleva

inestabilidad fisiológica y ocasiona el

deterioro rápidamente progresivo de las

funciones vitales.

La gravedad que define al tipo de pacientes

candidatos a UCI se mueve en un espectro

marcado por dos extremos de poblaciones de

enfermos clásicamente definidas por Griner

en 1972, en su estudio sobre el manejo del

edema agudo de pulmón, que conserva

vigencia hasta nuestros días. Tales

poblaciones son: ‘‘Pacientes demasiado bien

para beneficiarse de la atención en UCI’’ y

‘‘Pacientes demasiado enfermos para

beneficiarse de la atención en UCI’’. La

anterior premisa descarta de entrada a quienes

NO califican para recibir los cuidados

especiales de esta sala. En primer lugar se

encuentran aquellos pacientes en condición

de muy bajo riesgo o baja gravedad.

Existen diferentes escalas para cuantificar la

gravedad de la enfermedad, y además

funcionan como predictores de mortalidad.

Las más empleadas son: APACHE II (Acute

Physiology and Chronic Health Evaluation),

SAPS II (Simplified Acute Physiology

Score), MPM (Mortality Probability Model)

MODS (Multiple Organ Dysfunction Score).

Su mayor dificultad estriba en que la mayoría

de los estudios reportan su aplicación una vez

el paciente ha ingresado a la UCI, por lo cual

su utilidad como modelos de criterios de

admisión únicos aún no está probada.

La Sociedad de Cuidado Crítico de Reino

Unido define las variables claves que afectan

la toma de decisión a la hora de admitir o no a

un paciente a la unidad de cuidados

intensivos en términos de reserva fisiológica,

valores fisiológicos anormales, condición

subyacente o cirugía, intervenciones o

monitoría requerida. Este modelo es

igualmente aplicable para considerar en

estado crítico a un enfermo.

15

1. ACV agudo con alteración del estado

mental

1. Pacientes con ACV

confirmado estable

2. Coma: metabólico, tóxico o anóxicofrecuente evaluación

neurológica, succión o

3. Hemorragia intracraneal con potencial

para herniación

2. Pacientes con

lesión cerebral

4. Hemorragia Subaracnoidea3. Pacientes estables

con lesión cerebral

5. Meningitis con alteración del estado

mental o compromiso respiratorio

4. Pacientes con

hemorragia

6. Desórdenes del sistema nervioso central o

neuromuscular con deterioro neurológico o

5. Pacientes

neuroquirúrgicos

7. Status epiléptico6. Pacientes con

lesión de la médula

8. Muerte cerebral o pacientes con muerte

cerebral potencial que están siendo

7. Pacientes con

desórdenes

9. Vasoespasmo8. Pacientes con

hemorragia

10. Pacientes con trauma craneoencefálico

grave.

9. Pacientes con

ventriculostomías que

Ingestión de drogas

o1.Ingestión de drogas, hemodinámicamente

1. Cualquier paciente

que requiera monitoría

sobredosis de

drogasinestable

pulmonar o cardiaca

frecuente por la

2. Ingestión de drogas, con alteración del

estado mental significativa con inadecuada

3. Convulsiones siguientes a la ingestión de

drogas

1. Sangrado gastrointestinal que amenaza la

vida, incluidas hipotensión, angina, sangrado

1. Sangrado

gastrointestinal con

2. Falla hepática fulminante2. Sangrado de várices

sin evidencia de

3. Pancreatitis grave3. Falla hepática

aguda con signos

4. Perforación esofágica con mediastinitis o

sin ella.

1. Cetoacidosis diabética complicada con

inestabilidad hemodinámica, alteración del

1. Pacientes con

cetoacidosis diabética

2. Tormenta tiroidea o coma mixedematoso

con inestabilidad hemodinámica.

2. Estado

hiperosmolar con

3. Estado hiperosmolar con coma y/o

inestabilidad hemodinámica,

3. Tirotoxicosis,

estado hipotiroideo

4. Hipercalcemia grave con alteración del

estado mental que requiere monitoría

5. Hipo o hipernatremia con convulsiones o

alteración de estado mental.

6. Hipo o hipermagnesemia con

compromiso hemodinámico o disrritmias

7. Hipo o hiperkalemia con disrritmias o

debilidad muscular

8. Hipofosfatemia con debilidad muscular

Desórdenes

neurológicos

Desórdenes

gastrointestinales

Endocrino

Sistema Patologías específicas para UCI

Patologías

específicas para

UCIN

1.Infarto agudo de miocardio con

complicaciones

Baja probabilidad

de infarto de

2. Choque cardiogénico2. Infarto de

miocardio

3. Arritmias complejas que requieren

monitoría e intervención.

3. Cualquier arritmia

hemodinámicament

4. Falla cardiaca congestiva aguda con

falla respiratoria y/o con requerimiento

4. Cualquier

paciente

5. Emergencias hipertensivas5. Falla cardiaca de

leve a moderada sin

6. Angina inestable, particularmente

con disritmias, inestabilidad

6. Urgencia

hipertensiva sin

7. Paro cardiaco S/P

8. Taponamiento cardiaco o

constricción con inestabilidad

9. Aneurisma disecante de la aorta

10. Bloqueo cardiaco completo

1. Falla respiratoria aguda que requiere

soporte

1. Pacientes

clínicamente

ventilatorio2. Pacientes

hemodinámicament

2. Embolismo pulmonar con

inestabilidad

3. Pacientes que

requieren toma de

hemodinámica

3. Pacientes en unidad de cuidados

intermedios que demuestran deterioro

4. Necesidad de cuidados de terapia

respiratoria no disponibles en un nivel

5. Hemoptisis masiva

6. Falla respiratoria con inminencia de

intubación

Sistema cardiaco

Sistema

pulmonar

Factores que afectan la admisión a

cuidado intensivo:

1. Reserva fisiológica: estimación de esta

incluye edad y estado de salud crónico

2. Valores fisiológicos anormales: los más

importantes probablemente son la

frecuencia respiratoria, la frecuencia

cardiaca, la saturación de oxígeno y el

nivel de conciencia.

3. Condición subyacente/cirugía:

Malignidad, Disfunción

cardiorrespiratoria, Cirugía compleja.

4. Intervenciones o monitoría requerida:

Monitoría fisiológica, Anestesia regional,

Drenaje de una cavidad corporal.

Modelo de diagnóstico:

16

1. Pacientes

posoperatorios que,

2. Pacientes

posoperatorios que

Los ejemplos

incluyen

frecuentes, revisión de

derivación

frecuente, transplante

renal, etc.

1. Choque séptico con inestabilidad

hemodinámica

1. Sepsis

apropiadamente

2. Monitoría hemodinámica2. Pacientes que

requieren manejo

3. Condiciones clínicas que requieren

cuidados de enfermería del nivel de UCI

3. Pacientes

obstétricas admitidas

4. Lesiones ambientales (rayos, a punto de

ahogarse, hipo / hipertermia)

4. Cualquier paciente

que requiere la

5. Terapias nuevas/experimentales con

potencial de complicaciones.

enfermería frecuente o

tiempo extendido para

tratamiento de heridas

que no corresponden

categorías anteriores

pueden ser

para la admisión (por

ejemplo: enfermedad

Addison, insuficiencia

renal, el delirium

1. Pacientes posoperatorios que requieren

monitoría hemodinámica o soporte

ventilatorio o cuidados de enfermería

extensivos

Miscelánea

Quirúrgicas

Valores

-Pulso <40 o >150 latidos por minuto

-Tensión Arterial Sistólica <80 mmHg o

20 mmHg por debajo de la presión usual

-Presión arterial media <60 mmHg

-Tensión arterial diastólica >120 mmHg

-Frecuencia respiratoria > 35

respiraciones por minuto

-Sodio sérico <110 o >170 mEq/L

-Potasio sérico <2 o >7 mEq/L

-PaO2 <50 mmHg

-pH <7.1 o >7.7

-Glucosa sérica >800 mg/dL

-Calcio sérico > 15 mg/dL

-Nivel tóxico de una droga o de otra

sustancia química en paciente

hemodinámica o neurológicamente

comprometido

- Hemorragia cerebrovascular,

contusión o hemorragia subaracnoidea

- Víscera perforada, vejiga, hígado,

várices esofágicas o útero con

- Aneurisma disecante de aorta.

- Infarto de miocardio con arritmias

complejas, inestabilidad hemodinámica

- Taquicardia ventricular o fibrilación

ventricular sostenida

- Bloqueo cardiaco completo con

inestabilidad hemodinámica

Hallazgos al

examen físico

- Pupilas desiguales en un paciente

inconsciente

aguda)- Quemadura >10% de área de

superficie corporal

- Anuria

- Obstrucción de la vía aérea

- Coma

- Convulsiones continuas

- Cianosis

Signos vitales

Valores de

laboratorio

(recién

descubiertos)

Radiografía/Ultr

asonografía/

Tomografía

Electrocardiogra

ma

Modelo de parámetros objetivos:

17

Criterios de alta UCIN: a). El estado

fisiológico del paciente se ha estabilizado y

no es necesaria ya la monitoría intensiva.

Estos pacientes pueden continuar su

vigilancia más espaciada y requerir menos

personal especializado, cuidados que pueden

brindarse en una sala general. b) el estado

fisiológico se ha deteriorado y es altamente

probable que se requiera soporte vital por

ajustarse a los criterios de priorización y

diagnóstico o a parámetros objetivos que lo

califican como paciente críticamente enfermo

de alto riesgo. Estos pacientes deben ser

transferidos a una unidad de cuidados

intensivos por el protocolo de unidad

específica. Algunos ejemplos de esta

eventualidad son: a. Pacientes con infarto

agudo de miocardio complicado con

marcapaso temporal, angina, inestabilidad

hemodinámica, edema pulmonar significativo

o arritmias ventriculares significativas. b.

Pacientes que requieren cargas pesadas de

enfermería y cuidado titulado de 12-24

horas/día. c. Pacientes con falla respiratoria

aguda que han sido recientemente intubados o

en riesgo inminente de requerir intubación. d.

Pacientes que requieren monitoría

hemodinámica invasiva con catéter en la

arteria pulmonar o en la aurícula izquierda, o

monitor de la presión intracraneal. e.

Pacientes en estatus epiléptico. Igualmente,

existen pacientes que pueden rápidamente

deteriorarse en UCIN a tal punto que incluso

su admisión a UCI es cuestionable: p. ej.,

aquellos con enfermedades o lesiones

cerebrales catastróficas que no van a ser

resucitados y no son candidatos para

donación de órganos, y pacientes en quienes

las modalidades intensivas de atención se

mantienen en reserva o han sido retiradas.

UCI:

a).Aquellos cuyo estado fisiológico se ha

estabilizado y ya no necesitan de monitoría y

cuidado en UCI. Por ejemplo, pacientes que

ingresaron por falla respiratoria para

ventilación mecánica, que ya han sido

extubados, cuya mecánica respiratoria

posterior a ello es adecuada y se refleja en

paraclínicos como los gases arteriales

normales. Dichos pacientes pueden ser

trasladados, por ejemplo, a una UCIN para

continuar con la corrección de la causa

subyacente y monitoría. Para ello es útil,

entonces, detectar el regreso sostenido a la

normalidad de los parámetros fisiológicos en

un principio afectados, evaluados bien por el

modelo de parámetros objetivos propuesto

por las guías de la SCCM del 99, o por los

modelos de gravedad y predictores de

mortalidad conocidos.

b).Aquellos cuyo estado fisiológico se ha

deteriorado a tal punto que se considera que

no va a mejorar, y por tanto no se tienen

previstas intervenciones activas, por ejemplo,

maniobras de reanimación cardiopulmonar en

caso de paro cardiaco. Estos pacientes son

candidatos, por ejemplo, a ser dados de alta

para recibir cuidados paliativos y de confort

en casa o en centros destinados para esta

tarea.

También se debe abordar en este espacio y

con extrema cautela el hecho del fin de la

vida, consecuencia de los estadios finales de

una enfermedad que inevitablemente llevará a

la muerte. Limitar el soporte a estos pacientes

es una decisión médica ética y

científicamente discutida con la familia, en la

que se plantea el retiro del tratamiento o su

restricción y abandono de esfuerzos inútiles.

18

CAPÍTULO 4. PERFIL DE ENFERMERÍA Y DE

AUXILIAR DE ENFERMERÍA DE LA

UCI

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

Enf. Oscar Antonio Urrego Rivera

Especialista en gerencia de Calidad

Perfil del enfermero de UCI

Competencias de los

enfermeros

Dominio de las

competencias

1. Asociadas con

valores profesionales y

el papel de la

enfermera/o.

1. Cuidar al enfermo.

2. Asociadas con la

práctica enfermera y la

toma de decisiones

clínicas.

2. Valorar,

diagnosticar y abordar

situaciones clínicas

cambiantes.

3. Competencias para

utilizar adecuadamente

un abanico de

habilidades,

intervenciones y

actividades para

proporcionar cuidados

óptimos.

3. Ayudar al enfermo a

cumplir el tratamiento.

4. Conocimiento y

competencias

cognitivas.

4. Contribuir a

garantizar la seguridad

y el proceso

asistencial.

5. Competencias

interpersonales y de

comunicación

(incluidas las

tecnologías para la

comunicación)

5. Facilitar el proceso

de adaptación y

afrontamiento.

6. Competencias de

liderazgo, gestión y

trabajo en equipo.

6. Trabajar en equipo y

adaptarse a un entorno

cambiante.

Perfil del enfermero para UCI

El conocimiento científico está basado en el

proceso de enfermería como método de

trabajo que debe considerar la enfermera

durante su práctica profesional al desarrollar

sus competencias como son: cuidar

(asistencial), gerencia, investigar, y la

docencia. Al ejecutar la competencia del

CUIDAR al paciente que está hospitalizado

en la UCI, el enfermero tiene la oportunidad

de realizar la valoración tanto subjetiva (en el

caso de los pacientes que están conscientes)

como objetiva a través del examen físico lo

cual le permite identificar diagnósticos de

enfermería tanto reales como de riesgos así

como también problemas colaborativos donde

estos últimos van a ser solucionados en

conjunto con el resto del equipo de salud.

Esto le ofrece la oportunidad a la enfermera

de elaborar y ejecutar planes de cuidado en

función de prioridades para luego evaluar

estos cuidados a través de la respuesta del

paciente. Desempeñar la competencia del

GERENCIAR y debe ser capaz de administrar

el cuidado que le va a proporcionar al

paciente en estado crítico, estableciendo

prioridades en cada una de sus actuaciones;

planificando, organizando, ejecutando y

evaluando este cuidado. Reconocer la

importancia de la INVESTIGACION en las

unidades de cuidados intensivos. Una de las

alternativas que tiene la enfermera que cuida

al paciente crítico son los estudios de casos, a

través de los cuales la enfermera puede

desarrollar la competencia de investigar como

una de las más fundamentales en la práctica

profesional. El elemento fundamental de la

ciencia de enfermería es la investigación, y el

elemento fundamental de la profesión es la

práctica de la enfermería. La investigación

genera el conocimiento que se aplica en la

práctica y de la práctica surgen los problemas

de investigación. En lo relacionado al

conocimiento TECNOLOGICO, requiere de

la enfermera destrezas, habilidades

intelectuales y psicomotoras para su manejo

en beneficio de la persona críticamente

19

Perfil Conocimientos Habilidades Actitudes

1. Administración del

cuidado de enfermería.

1. Conocimiento avanzado

del proceso asistencial de la

cardiopatía isquémica,

insuficiencia cardíaca,

pulmonar, etc.

1. Capacidad para detectar

problemas y aplicar

soluciones.

1. Actitud de aprendizaje y

mejoría continua.

2. Implementación del

cuidado de enfermería de

mayor complejidad.

2. Protocolos,

procedimiento y guías

prácticas para pacientes de

UCI.

2. Elaboración de planes de

cuidados según el proceso.

2. Orientación al paciente

(el ciudadano como

centro).

3. Toma de decisiones.

3.Diagnósticos y

tratamiento de las

enfermedades motivo de

ingreso a la UCI-

3. Visión continuada e

integral de los procesos.3. Orientación a resultados.

4. Liderazgo de enfermería.4. Saber reconocer signos

de alarma, complicaciones.4. Manejo de respiradores.

5. Comunicación: La

habilidad comunicativa es

fundamental para que haya

interacciones adecuadas y

productivas.

5. Cuidados enfermeros

específicos ante técnicas

invasivas cardiológicas.

5. Ecocardiografía:

transtorácica,

tranesofágica y de estrés.

6. Educación

continuada/permanente.6. Soporte vital avanzado.

6. Ergometrías, Holter o

mesa basculante.

7. Administración de

recursos humanos.7. Electrocardiografía.

7. Manejo de las urgencias

más frecuentes.

8. Administración de

recursos materiales

8. Manejo de equipos

electromédicos.

8. Cuidados en técnicas

intervencionistas

radiológicas.

9. Promoción de salud

(educación para la salud,

consejos sanitarios).

9. Técnicas específicas:

acceso a vías centrales,

cuidados de catéteres,

acceso a vías radiales…

10. Métodos de

investigación en

enfermería.

10. Preparación para

pruebas complementarias.

11. Metodología en gestión

de procesos (flujogramas,

guías de práctica clínica,

mapa de cuidados, gestión

de casos).

11. Preparación

prequirúrgica.

12. Valoración clínica

adecuada del dolor

torácico.13. Identificación del

electrocardiograma normal

y alteraciones.

14. Manejo del paciente

postquirúrgico.

15. Detectar

complicaciones y signos de

alarma.

16. Educación del paciente

y de la familia en el

manejo de su enfermedad y

promoción del

autocuidado.

17. Capacidad de manejo

(uso y mantenimiento) de

todo el aparataje propio:

monitores,

electrocardiograma

enferma. Es fundamental, que la enfermera

intensivista responda a los avances que la

tecnología le exige en la sociedad actual sin

perder el horizonte del cuidado humano,

considerando al paciente como un ente

integral. Estos conocimientos adquiridos

durante la experiencia deben ser compartidos

con las futuras profesionales ubicando a la

enfermera intensivista en el campo de la

EDUCACION Y LA DOCENCIA. Se

mencionan en el siguiente cuadro algunas

competencias del enfermero de UCI:

20

1. Solicitar información por parte de la

enfermera antes de proceder a administrar

ningún tipo de alimento, por si hubiera

variado el estado clínico del paciente.

1. Realizar el aseo del paciente crítico bajo

la supervisión de la enfermera responsable

del paciente y ayudada en las

movilizaciones por el celador/a, a fin de

evitar infecciones y contribuir al confort del

paciente de forma sistematizada por las

mañanas y tardes. Asimismo siempre que

se necesario. Estas tareas se realizarán

basándose en los protocolos de higiene del

paciente crítico existentes en la unidad.

2. Colocar al paciente en la posición

adecuada antes de administrar los

alimentos. Facilitarle la dentadura

debidamente limpia.

2. Realizar la cama del paciente de forma

adecuada, bajo la supervisión de la

enfermera responsable del paciente y con

ayuda de un celador/a, evitando pliegues en

la ropa, para proporcionar el confort del

paciente crítico. Seguir protocolo de la

Unidad.

3. Si se observa mala deglución, cesar la

administración de alimentos y comunicarlo

a la enfermera.

3. Colaborar en la preparación del paciente

para su traslado a quirófano, así como en la

preparación prequirúrgica.

4. Distribuir y administrar/ayudar al

paciente en la ingesta: desayuno, comida,

merienda y cena, así como la preparación

y/o administración de los refrigerios que el

paciente precise.

4. Colaborar en la preparación del paciente

para exploraciones tanto dentro como fuera

de la unidad (MP, TAC).

5. Retirar los servicios una vez finalizada la

ingesta, verificando como se ha producido

la ingesta, así como el registro de la

cantidad y composición del menú.

5. Mantener en orden los elementos del

entorno del paciente.

6. Colaborar en la administración de

medicamentos por sonda, por indicación de

la enfermera responsable del paciente.

7. Recoger y limpiar los útiles utilizados.

8. Instar al paciente o llevar a cabo las

medidas de higiene propias tras la ingesta

de alimentos: lavado de manos, cara, higiene

oral y limpieza de la dentadura.

Actividades encaminadas para satisfacer las

necesidades de nutrición

Actividades encaminadas a satisfacer las

necesidades de higiene y confort

FUNCIONES Y ACTIVIDADES ASISTENCIALES DEL AUXILIAR DE

Actividades encaminadas a

satisfacer las necesidades psicológicas del

paciente crítico y su familia

1. Colaborar en la movilización funcional de

los pacientes, participando en los

procedimientos de cuidados de las úlceras

por presión y en el de prevención por

indicación de la enfermera responsable del

paciente.

1. Facilitar la comunicación del paciente y

su familia.

2. Colaborar en la realización de las

siguientes técnicas y procedimientos:

2. Acoger al paciente a su ingreso

dotándolo de todo lo necesario.

3. Sondaje vesical.

3. Informar la paciente y su familia en todo

aquello relacionado con el hospital o

canalizarlo al profesional que corresponda.

Facilitar el tríptico de normas de

funcionamiento de la unidad.

4. Sondaje rectal.

4. Ayudar en proceso de la muerte,

colaborando en la creación de una atmósfera

necesaria para su tranquilidad y

mantenimiento de su dignidad.

5. Cateterización venosa central 5. Colaborar en los cuidados postmotem.

6. Desfibrilación/cardioversión.

6. Colaborar en el cumplimiento de las

normas e instrucciones relacionadas con la

permanencia de los familiares y usuarios en

la Unidad.

7. Electrocardiograma.7. Relacionarse con el paciente a fin de

favorecer el dialogo y la comunicación.

8. Marcapasos provisional

8. Realizar todas las tareas de forma que se

fomente la seguridad y autoestima del

paciente crítico.

9. Colocación de catéter de Swan-Ganz. 9. Mantener el secreto profesional.

10. Intubación endotraqueal.

11. Cuidados del paciente con ventilación

mecánica.

12. Cuidados del paciente con

traqueotomía.

13. Fisioterapia respiratoria.

14. Oxigenoterapia

15. Colocación de tubo torácico.

16. Aplicación de enemas.

Actividades encaminadas a satisfacer las

necesidades de seguridad física

Perfil del auxiliar de enfermería para la

UCI

Generalmente la dependencia jerárquica está

a cargo del enfermero supervisor de la

unidad. La responsabilidad deriva de todos

los actos y tareas ejecutados aunque estos

sean delegados por el enfermero de la UCI y

paralelamente puedan exigirse

responsabilidades a la misma. Las

responsabilidades se especifican en el

siguiente cuadro:

21

Actividades de relación Actividades de formación

1. Acoger al paciente crítico a su ingreso y

dotarlo del material necesario.

1. realizar las actividades de formación

dirigidas a alcanzar el nivel de

2. Colabora en la satisfacción del ocio del

paciente afín de crear un ambiente

agradable.

cuidados óptimos:

3. Se relaciona con la enfermera o

supervisora de la unidad a fin de comunicar

todos aquellos signos o datos observados o

comunicados por el paciente. Recibe

información de la enfermera a cerca de los

cuidados del paciente.

• Plantear necesidades de formación

4. Colabora en los objetivos de los cuidados

administrados al paciente.• Formarse

5. Participa en las reuniones de

planteamiento de objetivos de la unidad.

6. Realiza el cambio de turno de forma oral

y escrita.

7. Participa en las actividades generales de

enfermería que se realizan en el hospital.

FUNCIONES Y ACTIVIDADES PERSONALES

Actividades de ordenación, encaminadas a

la asistencia indirecta del paciente

Actividades de limpieza, mantenimiento y

conservación, encaminadas a la atención

indirecta del paciente

1-Recoger y colocar el pedido de lencería,

teniendo en cuenta la ubicación correcta de

la ropa en las estanterías (14 horas).

1-Realizar la limpieza a fondo de la

farmacia una vez al mes.

2-Preparación de los carros de aseo con el

material necesario (cada vez que se vaya a

utilizar).

2-Realizar la limpieza del diverso material

clínico.

3-Retirada y entrega de la ropa sucia en las

debidas condiciones (alrededor de las 10

horas de la mañana).

3-Realizar la limpieza de cuñas, botellas de

diuresis, aspiradores, carros de curas.

4-Recibir y colocar debidamente el pedido

de farmacia, controlando y conociendo la

medicación termolábil que se coloca en el

frigorífico.

4-Realizar la limpieza de los cuartos sucios.

5-Mantener las cajas debidamente

alineadas, colocando los fármacos

5-Realizar limpieza a fondo una vez al mes

del almacén de fungible.

detrás de los existentes para evitar

caducidades. Comprobar que todo el

pedido ha sido suministrado. Si no es así

comunicarlo a la supervisora.

6-Realizar limpieza a fondo una vez al mes

del almacén de aparatos.

6- Recoger y ordenar los pedidos de

material de oficina.

7-Realizar limpieza a fondo una vez al mes

del laboratorio.

FUNCIONES Y ACTIVIDADES DE APOYO

7-Preparar, entregar y ordenar el material

de esterilización, rellenando el impreso

correspondiente y controlando la

recuperación del material enviado a la

central de esterilización. Revisar las

caducidades del material estéril

mensualmente y mantenerlo correctamente

ordenado en su armario, situando cada cosa

en el espacio correspondiente para ello.

8-Realizar limpieza a fondo una vez al mes

del cuarto del marcapasos y siempre que se

utilice.

8-Mantener/colaborar en la conservación de

utensilios y aparataje específico de la

unidad (respiradores, bombas de infusión,

monitores, laringoscopios, etc,).

9-Realizar limpieza y ordenación diaria del

control de enfermería.

Trámites clínicos administrativos

encaminados a apoyar la asistencia directa

o indirecta del paciente

10-Realizar limpieza a fondo una vez al

mes de los armarios de fungible de la

unidad, así como de las distintas vitrinas.

1-Registrar/comunicar los datos observados

o recogidos del paciente y que deben de ser

considerados.

4-Llevar las muestras a laboratorio en

situación de extrema urgencia.

2-Presentar donde corresponda el impreso

de solicitud del material de que se trate.

5-Registrar y hacer las observaciones que

se consideren oportunas en los registros de

la auxiliar de enfermería.

3-Cumplimentar las peticiones de pruebas

de laboratorio y radiología.

6-Firmar las gráficas de los pacientes de los

que se hace directamente responsable.

La razón (ratio) enfermero- paciente

La razón enfermero-paciente se traduce como

el número mínimo de enfermeros a cargo de

cierta cantidad de pacientes, “Personal

enfermería por cama”. Hay una estrecha

influencia entre la elevada razón enfermera-

paciente y el aumento de la morbimortalidad,

infecciones nosocomiales y diferentes

complicaciones que aumentan la estadía del

paciente en los diferentes servicios

hospitalarios, la influencia negativa que tiene

una elevada razón enfermero paciente en la

calidad de la atención en los servicios de

salud. El déficit del personal de enfermería en

el sector salud afecta la calidad de la atención

hacia los pacientes. Esto ha llevado a buscar

la relación que existe entre la cantidad de

enfermeros vs la cantidad de pacientes y

cómo esta relación ha afectado directamente

la calidad de los cuidados prestados. Existen

instrumentos útiles para medir la razón

enfermero-paciente como la Escala TISS – 28

(Therapeutic Intervention Scoring System).

22

PARÁMETRO EVALUADO PUNTAJE

Monitorización estándar (SV

horarios, registro, cálculo de

balance de líquidos)

5

Múltiples medicamentos IV 3

Cuidados de drenajes excepto

SNG3

Vía única de administración de

medicamentos (IV, IM, VO)2

Cambios de ropa frecuentes,

por lo menos una vez cada vez

que cambian turno

1

Laboratorios, determinaciones

bioquímicas y microbiológicas1

Cambios de ropa de rutina 1

SOPORTE VENTILATORIO

Soporte ventilatorio. Cualquier

tipo con PEEP o sin ella, con o

sin relajante muscular.

5

Ventilación suplementaria:

respirar espontáneamente a

través de tubo orotraqueal si

PEEP, oxígeno suplementario

por cualquier método excepto

si se aplican parámetros de

ventilación mecánica.

2

SOPORTE VENTILATORIO

Soporte ventilatorio. Cualquier

tipo con PEEP o sin ella, con o

sin relajante muscular.

5

Ventilación suplementaria:

respirar espontáneamente a

través de tubo orotraqueal si

PEEP, oxígeno suplementario

por cualquier método excepto

si se aplican parámetros de

ventilación mecánica.

2

Cuidado de vías aéreas

artificiales.

Tratamiento para mejorar la

función pulmonar.1

SOPORTE RENAL

Técnicas de hemofiltración 3

Diuresis activa (furosemida >

0,5 mg/kg/día)3

Medición cuantitativa de

diuresis2

SOPORTE NEUROLÓGICO

Medición de la presión

intracraneal4

SOPORTE METABÓLICO

Tratamiento de acidosis o

alcalosis metabólica complicada4

Alimentación parenteral 3

Alimentación enteral a través

de SNG o cualquier ruta GI2

SOPORTE

CARDIOVASCULAR

Monitoreo auricular izquierdo.

Catéteres de flotación de la

arteria pulmonar con o sin

medición del gasto cardíaco

8

Catéter arterial periférico 5

Múltiples drogas vasoactivas.

Más de una droga

independientemente del tipo o

la droga

4

Reemplazo intravenoso de

grandes cantidades de líquido >

3 lts/m2 por día

4

Resucitación cardiopulmonar

después del paro en las pasadas

24 horas

3

Línea venosa central 2

Una sola droga vasoactiva o

ninguna3

INTERVENCIONES

ESPECÍFICAS

Intervenciones específicas en la

UCI. Intubación naso u

orotraqueal, introducir

marcapasos, cardioversión,

endoscopias, cirugías de

urgencias en las 24 horas,

lavado gástrico. Intervenciones

de rutina sin consecuencias en

la condición del paciente como

radiografías, ecocardiografías,

EKG. Introducción de catéteres

venosos o arteriales no se

incluyen.

5

Múltiples intervenciones en

UCI que no se describen5

Intervenciones fuera de UCI.

Procedimientos o cirugías5

Escala TISS – 28 (Therapeutic

Intervention Scoring System): Es una escala

modificada del formato TISS-76 (Therapeutic

Intervention Scoring System) diseñado por

David J Cullen, Cibetta JM y Cols., que

permite la clasificación de los pacientes

críticos, dándole puntuaciones de menor a

mayor grado dependiendo de lo complejo de

los cuidados requeridos. Dentro de esta escala

se manejan los siguientes ítems:

• Actividades básicas. Subtotal = 16

• Actividades específicas. Subtotal = 13

• Apoyo cardiovascular. Subtotal = 29

• Soporte ventilatorio. Subtotal = 9

• Soporte renal. Subtotal = 8

• Soporte neurológico. Subtotal = 4

Puntaje Total = 79

Posteriormente se procede a establecer una

proporción entre el puntaje y el tiempo que

será gastado en cierta actividad. TISS-28 =

Un punto es igual a 10,6 minutos de turno de

cada 8 h de la enfermera. Por lo cual se

infiere que a mayor puntaje la razón

enfermera-paciente debe ser menor por lo que

gastara mayor tiempo con un paciente que

requiera cuidados más complejos.

Escala TISS – 28 (Therapeutic

Intervention Scoring System

23

INTERVENCIONES

ESPECÍFICAS

Intervenciones específicas en la

UCI. Intubación naso u

orotraqueal, introducir

marcapasos, cardioversión,

endoscopias, cirugías de

urgencias en las 24 horas,

lavado gástrico. Intervenciones

de rutina sin consecuencias en

la condición del paciente como

radiografías, ecocardiografías,

EKG. Introducción de catéteres

venosos o arteriales no se

incluyen.

5

Múltiples intervenciones en

UCI que no se describen5

Intervenciones fuera de UCI.

Procedimientos o cirugías5

GRADOTISS

(PUNTAJE)

CLASIFICACI

ÓN

RELACIÓN

ENFERMERO-

PACIENTE

I <10 Observación 01:04

II 10 A 19 Vigilancia activa 01:04

III 20 A 39Vigilancia

Intensiva01:02

IV >/= 40Terapéutica

intensiva1:1 o 1:2

A los pacientes que se encuentran en la UCI

se les da un puntaje según el TISS- 28 y al

personal de enfermería se le asigna una

plantilla donde se reúne la organización del

trabajo diario. La cantidad de pacientes y su

estado de salud determina si existe o no una

razón enfermero-paciente adecuada según las

necesidades de atención. Los pacientes son

asignados de la siguiente manera:

Clase I: Enfermos con menos de 10

puntos. No requieren de UCI.

Clase II: Enfermos con 10-19 puntos.

Estables que requieren observación.

Clase III: Enfermos con 20-39 puntos.

Estables con monitorización invasiva o no

y vigilancia intensiva. La evolución más

probable es la mejoría.

Clase IV: Enfermos con 40 o más puntos.

Inestables que requieren cuidados médicos

y de enfermería intensiva con frecuentes

valoraciones y cambios de órdenes de

tratamiento. Estos pacientes tenían uno ó

más, órganos afectados que hacía que el

pronóstico de vida fuera impredecible. Los

resultados de estudios recomiendan que

Idealmente los pacientes debieran tener la

siguiente distribución según TISS-28:

Se ha demostrado que una razón enfermero-

paciente óptima debe ser 1:4; cuando esta

razón aumenta a 1:6 la mortalidad aumenta en

un 14% y cuando esta razón aumenta a 1:8 la

mortalidad aumenta en un 31%. Si hay mayo

número de profesionales de enfermería,

disminuye el número de infecciones

nosocomiales, neumonitis, sangrados

intestinales, shock, mejorando la seguridad

del paciente. Los bajos niveles de enfermeros

diplomados y el inadecuado clima

organizacional se traducen en aumento del

riesgo de sufrir lesiones por agujas. En la UCI

la relación enfermero-paciente debe ser de

1:1 o 1:2.

Escala NAS (Nursing Activities Store): Es

una escala modificada del formato TISS – 28,

que evalúa por tiempos parciales de las

actividades de enfermería realizadas en un

día, incluye técnicas de enfermería, el grado

de vigilancia requerido por cada paciente y

actividades de gestión y comunicación con la

familia. En este instrumento se reevalúan las

actividades en función del tiempo que sea

realmente necesario sin tener en cuenta la

gravedad del paciente, es decir, la carga

laboral se asigna en pro del tiempo requerido

para cada actividad y no por la complejidad

de la actividad en sí. La escala NAS se

compone de 23 ítems (Ver anexo Nº 2), cada

actividad se puntúa en proporción a la

actividad en función del tiempo total

representado en 24 horas equivalentes al

24

100%. “El tiempo total de enfermería que

requiere cada paciente se calcula a partir de la

suma del porcentaje de tiempos de los ítems

seleccionados”. La escala NAS es un

instrumento con una utilidad indiscutible para

la valoración de la carga de trabajo en

cuidados intensivos con una amplia

utilización a nivel internacional, y una

utilidad indudable para el establecimiento de

las necesidades de personal de enfermería en

UCI.

Actividades Score

make(marcar

x)

score

final (en

24 h)

M T N

1. Monitorización y

control.

1. a. Signos vitales

horarios. Registro y

cálculo de balance de

fluidos.

4,5

1. b. Estar presente a

pie de cama y

observación continua

o activa de 2h o más

durante el turno, por

razones de seguridad,

gravedad o terapia

como ventilación

mecánica no invasiva,

12,1

procedimientos de

destete, inquietud,

desorientación mental,

posición de decúbito

prono, procedimientos

de donación,

preparación y

administración de

fluidos o medicación,

ayuda en

procedimientos

específicos

1. c. Estar presente a

pie de cama y

observación activa de

4 h o más durante el

turno, por razones de

seguridad, gravedad o

terapia tal y como los

ejemplos de 1.b.

19,6

2. Realización de

procedimientos de

laboratorio,

bioquímica y

microbiología.

4,3

3. Administración de

medicación, excluidos

fármacos vasoactivos.

5,6

4. Procedimientos de

higiene.

25

4.a. Realización de

procedimientos

higiénicos tales como

cura de heridas y

catéteres

intravasculares, aseo

del paciente, cambio

de sábanas,

incontinencia,

vómitos, quemaduras,

heridas, cura

quirúrgica compleja

con irrigación y

procedimientos

especiales (p. ej.

medidas de

aislamiento, medidas

relacionadas con la

infección cruzada,

limpieza de

habitación, higiene

personal).

4,1

4. b. Realización de

estos procedimientos

de higiene durante

más de 2 h. en el

turno.

16,5

4. c. Realización de

estos procedimientos

de higiene durante

más de 4 h. en el

turno.

20

5. Cuidados de

drenajes (todos

excepto sonda gástrica

y vesical)

1,8

6. Movilización y

cambios posicionales.

Incluidos

procedimientos como:

movilización del

paciente en la cama,

movilización de la

cama a la silla, uso de

grúa elevadora o

levantamiento del

paciente en equipo (p.

ej. inmovilización del

paciente, tracciones,

posición de prono).

6. a. Realización de

procedimientos hasta

una vez en el turno

5,5

6. b. Realización de

procedimientos más de

una vez en el turno o

con 2 enfermeras, con

cualquier frecuencia.

12,4

6. c. Realización de

procedimientos con 3

o más enfermeras, con

cualquier frecuencia.

17

26

7. Apoyo y cuidados

de familiares y

pacientes. Incluidos

procedimientos tales

como llamadas

telefónicas,

entrevistas,

asesoramiento u

orientación. A veces,

el apoyo y cuidado de

familiares o pacientes

permite al personal

continuar con otras

actividades de

enfermería (p. ej.

comunicación con los

pacientes durante

procedimientos de

higiene, comunicación

con familiares

mientras se está a pie

de cama y observando

al paciente).

7.a. Apoyo y cuidados

de familiares o

pacientes que

requieren completa

dedicación durante al

menos 1 h. en el turno,

tales como explicar la

situación clínica,

intentar solucionar

problemas de dolor o

angustia,

circunstancias

familiares difíciles.

4

7.b. Apoyo y cuidados

de familiares o

pacientes que

requieren completa

dedicación durante 3

h. o más en el turno,

tales como la muerte,

circunstancias

demandantes (p. ej.

Gran número de

familiares, problema

idiomático, familiares

hostiles).

32

8. Tareas

administrativas y de

organización.

27

8. a. Tareas rutinarias

tales como

procesamiento de

datos clínicos,

solicitud de pruebas,

intercambio

profesional de

información (p. ej.

contar el parte o

relevo, mesas

redondas, sesiones

clínicas, visita clínica,

intercambiar

información con

alumnos en prácticas o

personal de nueva

incorporación),

revisión del carro de

parada y desfibrilador.

4,2

8. b. Tareas

administrativas

rutinarias y de

organización que

requieren dedicación

plena durante 2 h. en

el turno, tales como

actividades de

investigación,

actualización de

protocolos,

tramitación de

ingresos y altas de

pacientes

23,2

8.c. Tareas

administrativas

rutinarias y de

organización que

requieren dedicación

plena durante 4 h. o

más en el turno, tales

como coordinación

con otras disciplinas

en los procesos de

muerte o donación de

órganos.

30

SOPORTE

VENTILATORIO

9. Soporte

respiratorio: cualquier

forma de ventilación

mecánica, ventilación

asistida con o sin

PEEP, con o sin

relajantes musculares,

respiración espontánea

con o sin PEEP, con o

sin tubo endotraqueal.

Oxígeno

suplementario con

cualquier método.

1,4

10. Cuidados de la vía

aérea artificial: tubo

endotraqueal o cánula

de traqueostomía.

1,8

28

11. Tratamiento para

mejorar la función

pulmonar: fisioterapia

respiratoria,

espirometría

incentivada, terapia

inhalatoria, aspiración

endotraqueal.

4,4

SOPORTE

CARDIOVASCULAR

12. Medicación

vasoactiva.

Independientemente

del tipo y la dosis.

1,2

13. Reposición

intravenosa de altas

dosis de fluidos.

Administración de 3

l/m2/d (aprox.

2l/turno), sin tener en

cuenta el tipo de

fluidos administrados.

2,5

14. Monitorización de

la aurícula izquierda:

catéter de arteria

pulmonar con o sin

mediciones de gasto

cardíaco

1,7

15. Resucitación

cardiopulmonar tras

parada, en las últimas

24 h. (sólo puño

percusión precordial

no incluido).

7,1

SOPORTE RENAL

16. Técnicas de

hemofiltración,

técnicas de diálisis.

7,7

17. Mediciones

cuantitativas de orina

(p. ej. a través de

sonda vesical).

Incluidos cuidados de

la sonda vesical.

7

SOPORTE

NEUROLÓGICO

18. Medición de la

presión intracraneal. 1,6

SOPORTE

METABÓLICO

19. Tratamiento de

complicaciones

metabólicas, sólo

acidosis/alcalosis.

1,3

20. Nutrición

parenteral, > 1,5

kcal/kg/h en el turno.

2,8

29

21. Alimentación

enteral a través de

sonda digestiva u otra

vía gastrointestinal (p.

ej. yeyunostomía).

Incluidos cuidados de

la sonda o vía.

1,3

INTERVENCIONES

ESPECÍFICAS

22. Intervenciones

específicas en la

unidad de cuidados

intensivos: intubación

endotraqueal,

inserción de

marcapasos,

cardioversión,

endoscopias, cirugía

de urgencia en el

turno, lavado gástrico,

inserción de catéteres

arteriales o venosos.

Incluida, además de la

realización, la

preparación del

material y del

paciente, o

apoyo/colaboración si

son efectuadas por

otro profesional.

2,8

No están incluidas:

intervenciones

rutinarias sin

consecuencias directas

para la situación

clínica del paciente,

tales como:

radiografías,

ecografía,

electrocardiografía, etc

23. Intervenciones

específicas fuera de la

unidad de cuidados

intensivos: cirugía o

procedimientos

diagnósticos. Incluido

el acompañamiento

durante los traslados

fuera de la unidad y la

preparación del

material y del

paciente.

1,9

30

CAPÍTULO 5

BIOSEGURIDAD

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

Enf. Oscar Antonio Urrego Rivera

Especialista en gerencia de Calidad

La BIOSEGURIDAD, se define como el

conjunto de medidas preventivas, destinadas

a mantener el control de factores de riesgo

laborales procedentes de agentes biológicos,

físicos, químicos o ergonómicos, logrando la

prevención de impactos nocivos, asegurando

que el desarrollo o producto final de dichos

procedimientos no atenten contra la salud y

seguridad de trabajadores de la salud,

pacientes, visitantes y el medio ambiente. Las

Instituciones del sector salud, por tanto,

requieren del establecimiento y cumplimiento

de un PROGRAMA DE BIOSEGURIDAD,

articulado al sistema de seguridad y salud en

el trabajo como parte fundamental de su

organización y política de funcionamiento. El

cual debe involucrar objetivos y normas

definidos que logren un ambiente de trabajo

ordenado, seguro y que conduzca

simultáneamente a mejorar la calidad, reducir

los sobrecostos y alcanzar los óptimos niveles

de funcionalidad confiable en estas áreas.

Se entienden como Precauciones Universales

al conjunto de técnicas y procedimientos

destinados a proteger al personal que

conforma el equipo de salud de la posible

infección con ciertos agentes, principalmente

Virus de la Inmunodeficiencia Humana,

Virus de la Hepatitis B, Virus de la Hepatitis

C, entre otros, durante las actividades de

atención a pacientes o durante el trabajo con

sus fluidos o tejidos corporales.

Las precauciones universales parten del

siguiente principio: “Todos los pacientes y

sus fluidos corporales independientemente

del diagnóstico de ingreso o motivo por el

cual haya entrado al hospital o clínica,

deberán ser considerados como

potencialmente infectantes y se debe tomar

las precauciones necesarias para prevenir

que ocurra transmisión”.

Es así que el trabajador de la salud debe

asumir que cualquier paciente puede estar

infectado por algún agente transmisible por

sangre y que por tanto, debe protegerse con

los medios adecuados.

Los líquidos que se consideran como

potencialmente infectantes son: sangre,

semen, secreción vaginal, leche materna,

líquido cefalorraquídeo, líquido sinovial,

líquido pleural, líquido peritoneal, líquido

pericárdico, cualquier líquido contaminado

con sangre. Las heces, orina, secreción nasal,

esputo, vómito y saliva, no se consideran

líquidos potencialmente infectantes, excepto

si están visiblemente contaminados con

sangre.

Precauciones universales: evitar el contacto

de la piel o mucosas con la sangre y otros

líquidos de precaución universal, en todos los

pacientes, y no solamente con aquellos que

tengan diagnóstico de enfermedad. Por lo

tanto se debe implementar:

1. El uso del equipo de protección personal

(E.P.P), consiste en el empleo de

precauciones de barrera con el objeto de

prevenir la exposición de la piel y mucosas a

sangre o líquidos corporales de cualquier

paciente o material potencialmente

infeccioso. El E.P.P., será considerado

apropiado solamente si impide que la sangre

y otro material potencialmente infeccioso

alcance y pase a través de las ropas (el

uniforme del empleado, ropa de calle), la piel,

los ojos, la boca y otras membranas mucosas.

2. Lavado de las manos: es la forma más

eficaz de prevenir la infección cruzada entre

paciente, personal hospitalario, y visitantes.

Se realiza con el fin de reducir la flora normal

y remover la flora transitoria para disminuir

la diseminación de microorganismos

infecciosos. . El lavado de manos según las

recomendaciones de la Organización Mundial

de la Salud se debe realizar enlos siguientes

momentos:

31

3. Uso de los guantes: es importante anotar

que los guantes nunca son un sustituto del

lavado de manos, dado que el látex no está

fabricado para ser lavado y reutilizado, púes

tiende a formar microporos cuando es

expuesto a actividades tales como, stress

físico, líquidos utilizados en la práctica diaria,

desinfectantes líquidos e inclusive el jabón de

manos, por lo tanto estos microporos

permiten la diseminación cruzada de

gérmenes. Se debe usar guantes para todo

procedimiento que implique contacto con:

sangre y otros fluidos corporales,

considerados de precaución universal, piel no

intacta, membranas mucosas o superficies

contaminadas con sangre, para la realización

de punciones venosas (y otros procedimientos

que así lo requieran) y demás procedimientos

quirúrgicos, desinfección y limpieza. Si los

guantes son estériles, una vez colocados los

guantes, no tocar superficies ni áreas

corporales que no estén libres de

desinfección, deben cambiarse entre

pacientes, puesto que una vez utilizados, se

convierten en fuente de contaminación

externa y ambiental. Por lo tanto no se debe

tocar ni manipular los elementos y equipos

del área de trabajo, que no sean necesarios en

el procedimiento, utilizar doble guante es una

medida eficaz en la prevención del contacto

de las manos con sangre y fluidos de

precaución universal. Aunque no evita la

inoculación por pinchazo o laceración,

disminuye el riesgo de infección ocupacional

en un 25%, al presentarse punción o ruptura

en los guantes, estos deben ser cambiados, es

importante el uso de guantes con la talla

adecuada, dado que el uso de guantes

estrechos o laxos favorece la ruptura y

accidentes laborales.

4.Uso de mascarillas: Con esta medida se

previene la exposición de las membranas

mucosas de la boca, la nariz y los ojos, a

líquidos potencialmente infectados. Se indica

en: procedimientos en donde se manipulen

sangre o líquidos corporales, cuando exista la

posibilidad de salpicaduras (aerosoles) o

expulsión de líquidos contaminados con

sangre. Las mascarillas y los tapabocas,

deben tener una capa repelente de fluidos y

estar elaborados en un material con alta

eficiencia de filtración, para disminuir la

diseminación de gérmenes a través de estos

durante la respiración, al hablar y al toser,

tener el grosor y la calidad adecuada. Los

tapabocas que no cumplan con la calidad

óptima, deben usarse dobles. Los tapabocas

de gasa o de tela no ofrecen protección

adecuada. Si el uso de mascarilla o tapabocas

está indicado, su colocación debe ser la

primera maniobra que se realice para

comenzar el procedimiento. Después de

colocar o manipular la mascarilla o el

tapabocas, siempre se deben lavar las manos.

El visor de las mascarillas deberán ser

desinfectadas o renovadas entre pacientes o

cuando se presenten signos evidentes de

contaminación. Si no El uso de mascarillas

con filtro de alta eficiencia N95 o superior,

se limita exclusivamente para el personal de

la salud o de apoyo como servicios generales

que labora en urgencias y debe llevarse desde

el inicio hasta el final del turno siendo

obligatorio su uso en las siguientes áreas:

•Áreas de Reanimación

•Áreas de urgencias en todos los niveles de

complejidad

•Áreas de procedimientos en donde se

generen aerosoles (Intubación endotraqueal,

tratamiento con nebulización, paso de sondas

oro o nasogástricas, así como broncoscopias

entre otros) en todos los niveles de

complejidad

•Donde se manejen pacientes de alta

complejidad, diálisis y unidades de cuidados

intensivo se dispone de mascarillas, se indica

el uso de gafas de protección y tapabocas.

5. Las monogafas de protección deberán

tener barreras laterales de protección.

6. Uso de Gorro: El cabello facilita la

retención y posterior dispersión de

microorganismos que flotan en el aire de los

hospitales (estafilococos, corinebacterias),

por lo que se considera como fuente de

infección y vehículo de transmisión de

microorganismo. Por lo tanto antes de la

colocación del vestido de cirugía, se indica el

uso del gorro para prevenir la caída de

32

partículas contaminadas en el vestido, además

deberá cambiarse el gorro si accidentalmente

se ensucia.

7. Uso de Polainas: Su uso se limita a las

áreas quirúrgicas y se recomienda no usar

sandalias, zapatos abiertos o suecos. Las

polainas tienen que cubrir totalmente los

zapatos y serán cambiadas cada vez que se

salga del área quirúrgica y se colocan una vez

puesto el vestido de cirugía.

5. Uso de delantales protectores: los delantales protectores deberán ser

preferiblemente largos e impermeables. Están

indicados en los procedimiento donde haya

exposición a líquidos de precaución

universal, por ejemplo: drenaje de abscesos,

atención de heridas, partos y punción de

cavidades entre otros. Estos deberán

cambiarse de inmediato cuando haya

contaminación visible con fluidos corporales

durante el procedimiento y una vez concluida

la intervención. El material óptimo para

delantal debe ser de material desechable,

impermeable a los fluidos o reforzado en la

parte frontal y las mangas, permitir la entrada

y salida de aire, brindando un buen nivel de

transpiración e impidiendo el paso de fluidos

potencialmente infectantes, resistencia a las

perforaciones o a las rasgaduras aún en

procedimientos prolongados, térmico, suave.

Características de la UCI para la

bioseguridad:

La UCI debe estar ubicada en un lugar de

fácil acceso a los usuarios y aislada de sitios

de mucho ruido o circulación de público. El

acceso de personal a la Unidad debe ser

limitado. Para estos fines se debe considerar

entradas separadas para público y pacientes.

Debe existir un lavamanos accionable con pie

o codo en cada aislamiento y uno por cada 6

camas mínimo.

Las UCI debido a las características de los

pacientes son sitios muy contaminados por lo

que se recomienda sistemas de ventilación

por medio de sistemas que garanticen al

menos 6 recambios de aire por hora.

Los equipos destinados a la atención de rutina

del paciente como por ejemplo termómetro,

esfigmomanómetro y fonendoscopio deben

ser individuales o desinfectados entre un

paciente y otro. Igualmente los implementos

destinados a la eliminación de excretas deben

ser individuales y almacenados en un lugar

especial dentro del baño de los pacientes

previo lavado y desinfección. Estos artículos

no deben conservarse en la unidad del

paciente.

No deben existir desechos contaminados con

sangre o fluidos corporales en áreas clínicas

ni tampoco basureros. Ambos pueden

constituir reservorios de microorganismos.

No se debe esterilizar material en recintos del

servicio. Los secadores de aire caliente no

deben ser utilizados en áreas clínicas, estos

pueden diseminar partículas y ser reservorios

de microorganismos.

33

CAPÍTULO 6

LÍQUIDOS Y ELECTROLITOS:

LEC-LIC. ELECTROLITOS Y SUS

ALTERACIONES. CRISTALOIDES VS

COLOIDES. ALTERACIONES DEL

EQUILIBRIO ÁCIDO BASE.

ALTERACIONES METABÓLICAS.

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

Enf. Oscar Antonio Urrego Rivera

Especialista en gerencia de Calidad

El agua es el constituyente más importante en

el mantenimiento de la vida. Las funciones

del agua incluyen: transporte de sustancias

hacia las células y desde ellas; aporta un

medio acuoso para el metabolismo celular y

actúa como un solvente para los solutos

disponibles en la función celular; mantiene la

constancia fisicoquímica del líquido

intracelular y extracelular; mantiene el

volumen plasmático o vascular; ayuda en la

digestión de los alimentos; aporta un medio

para la excreción de los residuos corporales a

través de la piel, los pulmones, los riñones y

el tracto intestinal, y regula la temperatura

corporal. Una falta total de ingreso de agua

puede producir la muerte en algunos días.

Agua, Líquidos y Electrolitos

Cada célula del cuerpo está bañada en líquido

tisular. El agua y la composición electrolítica

de este líquido tiene una influencia vital sobre

la actividad de la célula. Un aporte adecuado

y continuo de agua es un requerimiento para

la vida en todos los seres humanos.

Aproximadamente el 60% del peso

corporal del hombre adulto está constituido

por agua. Al año de edad se alcanza el valor

el adulto. Como la grasa esencialmente no

contiene agua, existe una mayor proporción

de agua con respecto al peso corporal en la

persona delgada, ya sea un adulto o un

lactante. El agua corporal total está

distribuida como agua intracelular, en un 50–

58%, el agua extracelular (plasma y líquido

intersticial como linfa y cefalorraquídeo) 38–

46% y una pequeña fracción de agua

transcelular 2,5% (secreciones y

excreciones). Con base en el peso corporal,

los requerimientos usuales diarios de agua

para adultos normales varían entre 21 y 43

mL/kg; el promedio es de 32 mL/kg y los

niños requieren aproximadamente de 100 a

150 mL/kg día. Las fuentes de excreción de

agua son la orina, el sudor, las secreciones

gastrointestinales y vapor en el aire espirado.

Las pérdidas insensibles en adultos son de

300 a 500 mL/m2 de superficie corporal/día,

las pérdidas fecales de 200 mL/kg/día.

Compartimentos líquidos

El agua dentro del cuerpo se mantiene en dos

compartimentos mayores, que se

designan intracelular y extracelular de

acuerdo a los tipos de líquido que contienen.

Estos compartimentos están separados por

membranas semipermeables. El líquido

intracelular (LIC) representa

aproximadamente el 30 al 40% del peso

corporal. Cada célula debe ser abastecida con

oxígeno y con los nutrientes requeridos;

además, el contenido de agua y sal debe

mantenerse dentro de límites estrechos. El

compartimento extracelular incluye el

líquido intravascular o plasmático, el

líquido intersticial y el líquido transcelular. El

líquido extracelular (LEC) - intravascular o

plasmático (agua dentro de los vasos

sanguíneos o agua intravascular contenida en

el plasma) representa aproximadamente el 5%

del peso corporal total del ser humano. El

plasma, la porción líquida de la sangre,

contiene proteínas, que normalmente

permanecen dentro de las paredes de los

vasos. El agua y las sales minerales que

contiene pueden dejar los vasos e ingresar a

los tejidos circundantes. En la salud el

volumen líquido normal del plasma se

mantiene dentro de límites relativamente

estrechos. Si se produce deshidratación o

hemorragia, el volumen se reducirá y el shock

34

será evidente. Si se produce sobrehidratación,

la acción cardíaca puede estar dificultada y el

líquido se perderá de los vasos para producir

edema de los tejidos subcutáneos o de los

pulmones. El plasma contiene sales minerales

en concentraciones diferentes de las del agua

intracelular; los componentes predominantes

son sodio y cloro.

El líquido extracelular - líquido

intersticial está entre los espacios vasculares

y las células. Es similar al plasma excepto

que contiene muy pocas proteínas. Cuando se

produce enfermedad, un incremento en el

líquido intersticial se refleja en edema; una

falta de líquido intersticial produce

deshidratación. El líquido intersticial es

relativamente mayor en volumen en lactantes

que en adultos. Aproximadamente el 25% del

peso corporal del neonato es líquido

intersticial. A los 2 años de edad el niño está

alcanzando el nivel del adulto del 15% del

peso corporal.

El líquido extracelular - líquido

transcelular es un tipo particular que incluye

el líquido cefalorraquídeo, intraocular,

pleural, peritoneal y sinovial. El líquido en el

tracto gastrointestinal, aunque transcelular,

también puede considerarse extracorpóreo.

Las colecciones patológicas de trasudado

transcelular se denominan de acuerdo al

sitio: ascitis (cavidad peritoneal), derrame

pleural (cavidad pleural) y derrame

pericárdico o hidropericardio (saco

pericárdico).

Regulación del agua corporal

El equilibrio de agua en el cuerpo está

controlado a través de la regulación del

ingreso y excreción corporal. Habitualmente

el ingreso de agua es promovido por una

sensación de sed. La sed, que está regulada

por un centro en el hipotálamo medio, es una

defensa mayor contra la depleción de líquido

y la hipertonicidad. Los riñones también

pueden estar involucrados en la regulación

del ingreso de agua a través del sistema

renina-angiotensina. El mecanismo de la sed

y la liberación de hormona antidiurética

(ADH) pueden estar relacionados. Se debe

recordar que al menos alguno de los centros

de la sed no están conectados funcionalmente

y físicamente con aquellos involucrados en la

liberación de ADH.

La excreción del agua corporal está regulada

principalmente por la variación del ritmo del

flujo urinario. Una caída en la osmolalidad

plasmática (normalmente 285 a 295 mOsm

por kg. de H2O) indica un exceso de agua y

produce un volumen aumentado de orina con

una osmolalidad menor que la del plasma,

restableciendo así la osmolalidad plasmática

hacia lo normal. Cuando la osmolalidad

plasmática está por encima de la normal, el

volumen urinario cae y su osmolalidad se

eleva por encima de la del plasma. El eje

neurohipofisorrenal es en gran parte

responsable de la regulación del volumen y

concentración urinaria. El flujo urinario

también está bajo la influencia del filtrado

glomerular (FG), la condición del epitelio

tubular renal y las concentraciones

plasmáticas de esteroides suprarrenales. La

pérdida de agua del cuerpo como resultado de

la evaporación en la piel está regulada no por

la cantidad de agua corporal sino por factores

independientes del agua corporal:

temperatura corporal y ambiental, presión

parcial de vapor de agua en el medio

ambiente y frecuencia respiratoria.

Hormona Antidiurética (ADH): Esta

hormona, también conocida como

vasopresina, controla la reabsorción de agua

en los túbulos renales y regula el balance

hidroelectrolítico de los líquidos corporales.

Aumenta la permeabilidad de las células en

los túbulos dístales y en los conductos

colectores de los riñones y disminuye la

formación de orina. Si la ADH está ausente,

se elimina gran cantidad de orina con una

densidad muy baja (poliuria), mientras que el

ingreso de líquidos está aumentado

(polidipsia). La secreción de ADH está

regulada por la osmolalidad sanguínea. Las

células del núcleo supraóptico funcionan

como osmorreceptores que son sensibles a la

concentración de solutos en el plasma.

Cuando la presión osmótica se eleva, la

secreción de ADH está aumentada. Cuando la

35

concentración de líquidos corporales está

diluida, la secreción de ADH está inhibida.

Electrolitos: El movimiento de líquido en el

cuerpo está determinado en gran parte por

cambios en el equilibrio de electrólitos,

especialmente la concentración de sodio; sin

embargo, influyen otras fuerzas que no se

conocen por completo. Es más fácil

comprender la base científica para el

equilibrio de líquido en el cuerpo que para, el

de electrólitos. La siguiente explicación se da

como una revisión. Los compuestos químicos

en solución pueden permanecer intactos o

pueden disociarse. Ejemplos de las moléculas

que permanecen intactas son dextrosa,

creatinina y urea. Son no electrólitos. Las que

se disocian` en solución se degradan en

partículas separadas conocidas como iones.

Los compuestos que se comportan de esta

forma se conocen como electrólitos. Han

atravesado el proceso de ionización y tienen

una función importante en el mantenimiento

del equilibrio ácido-base. Cada una de las

partículas disociadas, o iones, de un

electrólito lleva una carga electrolítica, ya sea

positiva o negativa. Existen varios electrólitos

biológicamente importantes. Los cationes, o

iones cargados positivamente, en el líquido

corporal incluyen sodio (Na+), potasio (K

+),

calcio (Ca++

) y magnesio (Mg++

). Los

aniones, o iones cargados negativamente, en

el líquido corporal incluyen cloro (Cl-),

bicarbonato (HCO3-,) y fosfato (HPO4

-). Cada

compartimento líquido tiene su propia

composición electrolítica, que difiere de la

del otro. Los miliequivalentes (mEq) indican

el número de cargas iónicas o uniones

electrovalentes en la solución ionizada en

cada compartimento. En el tratamiento de un

paciente particular, se obtienen los niveles

sanguíneos de electrólitos.

Estos niveles miden los electrólitos en el

compartimento intravascular pero no dan una

medida verdadera de los electrólitos en el

propio espacio celular.

Sodio: La mayor parte del sodio en el cuerpo

es extracelular. El ingreso diario promedio de

sodio iguala a la excreción. La dieta

promedio cubre los requerimientos normales

de sodio, pero si se requieren cantidades

adicionales en terapia, pueden administrarse

soluciones isotónicas de cloruro de sodio en

0,85 a 0,9% y sangre entera. Algo de sodio se

excreta a través de los riñones y algo a través

de la piel en la sudoración. Se excreta en

grandes cantidades cuando la temperatura que

rodea al cuerpo es relativamente alta y

durante el ejercicio corporal, fiebre o tensión

emocional. La pérdida de sodio a través de la

piel no regula la excreción de sodio; es

simplemente un subproducto de la regulación

de la temperatura del cuerpo. Normalmente,

la mayor parte de la excreción de sodio se

realiza a través de los riñones, que son los

principales reguladores del sodio corporal.

Las hormonas tienen un efecto definido sobre

la excreción de sodio. La hormona

antidiurética hipofisaria (ADH) tiene

influencia sobre la reabsorción de agua de los

túbulos dístales. Las hormonas

adrenocorticales, de las cuales la aldosterona

es la más importante, influyen sobre la

reabsorción de potasio y sodio y regulan la

concentración de estos iones en el torrente

sanguíneo. El valor de referencia normal es:

135 – 145 mEq/L. Las anormalidades del

sodio generalmente reflejan anormalidades en

el agua corporal total. Un rápido aumento de

la concentración sérica de sodio

desencadenará un amplio número de

complicaciones dentro de la que se incluyen

la rabdomiolisis, mielinolisis póntica y

hemorragia cerebral.

HIPERNATREMIA (sodio >145 mEq/L)

Habitualmente se debe a tres mecanismos:

consumo insuficiente de agua resultando la

mayoría de las veces en una hipernatremia

normovolémica (pérdida de agua libre por

aumento de las pérdidas intestinales,

incapacidad para beber agua, emergencias

ambientales, coma, demencia, trauma,

intubación); perdida de agua y sodio (cuando

la pérdida de agua excede la perdida de

sodio) resultando la mayoría de las veces en

una hipernatremia hipovolémica (pérdidas

por quemaduras, vómito, diarrea, succión

36

nasogástrica, fístulas, pérdidas renales,

diuresis osmótica, diabetes insípida, estado

pos-obstructivo); ganancia de agua y sodio

(exceso de glucocorticoides y

mineralocorticoides, bicarbonato de sodio,

administración de solución salina

hipertónica). Las manifestaciones clínicas

son principalmente neurológicas y dependen

de la rapidez y la severidad en el aumento del

sodio: nauseas, vomito, pérdida del apetito,

irritabilidad y fatiga, Confusión, estupor o

coma; convulsiones; estado mental alterado;

debilidad muscular; espasticidad; temblor,

ataxia y focalización (paresia o reflejos

plantares anormales). Los pacientes con

hipernatremia secundaria a la disminución del

consumo o pérdidas excesivas de agua

presentaran signos y signos de deshidratación

e hipovolemia: sed excesiva, fatiga, síntomas

de ortostatismo.

MANEJO: La administración de líquidos

debe disminuir el sodio sérico lentamente, en

general no mayor de 0.5 a 1mEq/L por hora:

en las primeras 24 horas la disminución

máxima de sodio recomendada es de

12mEq/L. Una adecuada corrección debe

tardarse como mínimo 48 horas. Se debe

monitorizar y tomar mediciones de sodio

sérico frecuentemente para evitar una rápida

corrección y sus complicaciones.

CALCULO DEL DEFICIT DE AGUA

Se debe corregir el déficit de agua:

Na (medido) – 140

= ----------------------- x ACT

[(0.6hombre o 0.5mujer) x Peso (en kg)]

140

Administrar líquidos para bajar el nivel de Na

a una velocidad de 0.5 a 1 mEq / hora. No

más de 12 mEq en las primeras 24 hrs. El

resto en las siguientes 48 a 72 hrs. Si el

paciente presenta deshidratación severa y

estado de shock grave se administra

rápidamente solución salina normal con bolos

de 500 cc cada 20 a 30mminutos hasta logra

estabilidad hemodinámica.

HIPONATREMIA (Sodio <135mE/L)

La hiponatremia se debe a mayor cantidad de

agua libre con disminución de la excreción

renal a pesar del adecuado consumo de agua.

Las causas más comunes son: aumento en la

retención de agua libre que lleva a

hiponatremia normovolémica (inadecuada

excreción de agua, polidipsia psicógena,

síndrome de secreción inadecuada de

hormona antidiurética, hipotiroidismo, falla

renal, insuficiencia adrenal); retención

significativa de agua con moderada retención

de sodio y lleva a hiponatremia

hipervolémica (en síndrome nefrótico,

cirrosis hepática, falla cardíaca, estados

edematosos); pérdida significativa de sodio

con moderada pérdida de agua que lleva a

hiponatremia hipovolémica (sudoración

excesiva, enfermedad de Addison, pérdidas

gastrointestinales, pérdidas renales, pérdidas

a tercer espacio). Otras causas pueden ser la

pseudohiponatremia por hiperproteinemia, o

la hiponatremia redistributiva por

hipoglicemia o uso de manitol. Las

hiponatremias asociadas a grave compromiso

neurológico o de la vida del paciente son más

comunes de este síndrome pueden agruparse

en cinco grupos principales: enfermedad o

lesión del SNC, enfermedad pulmonar,

fármacos, malignidad, dolor, complicaciones

post-quirúrgicas, hipotiroidismo. Los

síntomas inician con

niveles séricos de sodio por debajo de

125mE/L. Si la disminución es rápida se

evidencian en el paciente síntomas clínicos

como letargia, irritabilidad, náuseas, vómitos,

cefalea y si disminuye por debajo de 120

mEq/L aparecen convulsiones, edema

cerebral, coma.

MANEJO: Debe evaluarse el estado

intravascular del paciente para determinar si

se encuentra hipervolémico (estado

edematoso), normovolémico o hipovolémico.

Después de establecer el estado intravascular

el plan de tratamiento debe establecerse

basado en los síntomas y el estado del

volumen intravascular: Depleción de

volumen: Reemplazar volumen con salino

37

normal. Sobrecarga de volumen: Restricción

de líquidos e inicio de diuresis forzada con

diuréticos. Normovolémicos: Restricción del

consumo de líquidos a la mitad o un tercio de

los requerimientos diarios y tratamiento de la

causa de base. En los pacientes asintomáticos

se debe tratar de realizar una reposición

gradual del sodio limitando el aumento de los

niveles de sodio a no más de 0.5mE/L/hora

(máximo 12mEq/L en las primeras 24 horas).

Una rápida corrección del sodio puede

desencadenar una lesión por deshidratación a

nivel cerebral secundaria al aumento marcado

de la osmolaridad sérica conocida como

síndrome de desmielinización o mielinolisis

póntica cerebral por salida rápida del líquido

del espacio intracelular. En estos pacientes el

tratamiento debe ser agresivo para prevenir

una lesión neurológica irreversible o paro

cardiaco: para controlar los síntomas

neurológicos se recomienda administrar

salino al 3% intravenoso. El objetivo es

corregir la concentración sérica de sodio a

una frecuencia de 1mEq/L/hora por 4 horas

hasta que se controlen lo signosneurológicos.

Luego de que se controlen lo signos

neurológicos se debe realizar corrección de

sodio sérico a una frecuencia de

0.5mE/L/hora.

CALCULO DEL DEFICIT DE SODIO

Déficit de Na = ([Na] deseado – [Na]

medido) x ACT (peso x 0,6 hombre y 0,5

mujer)

Una vez calculado el déficit de Na,

Determinar la cantidad de solución salina al

3% (513 mEq / Lt) necesario para corregirlo.

La utilización de salino al 3% debe realizarse

con extrema precaución

Potasio: El potasio es principal catión

intracelular, solo el contenido corporal 2%

del K+ se encuentra en el líquido extracelular.

El valor normal es de 3.5 a 5 mEq/L. El K+

intracelular constituye el 98% del contenido

corporal de K. El requerimiento diario de

potasio es de 1 mEq/kg y el potasio corporal

total es de alrededor de 50 mEq/kg de peso.

La dieta promedio cubre los requerimientos

de potasio del cuerpo. La excreción renal de

potasio es acelerada por la ACTH,

desoxicorticosterona y cortisona, mientras

que el sodio puede ser retenido. La actividad

de todas las células está bajo la influencia de

la concentración de potasio en el líquido que

las rodea. Una concentración sérica elevada

de potasio produce un efecto clínico sobre el

músculo cardíaco. Un nivel extracelular bajo

de potasio puede producir síntomas de lasitud

y debilidad, con pérdida del tono tanto del

músculo liso como estriado. Puede observarse

fallo circulatorio en un período de tiempo. No

debe administrarse potasio a un paciente

hasta que la función renal sea adecuada, de

otro modo el potasio sérico puede elevarse

hasta niveles altos. Las contraindicaciones

principales para la terapia con potasio son la

insuficiencia suprarrenal y la insuficiencia

renal no aliviada por el tratamiento.

HIPERKALEMIA

Las principales etiologías pueden dividirse en

cuatro grandes causas: falsa hiperkalemia

(hemólisis, torniquete, leucocitosis mayor de

100,000/mm3, Trombocitosis > 1.000.000);

disminución de la eliminación

(Hipoaldosteronismo hiporeninémico causado

por AINE´s o Hipoaldosteronismo

hiperreninémico causado por IECAS,

heparina o Addison, resistencia a la

aldosterona causada por diuréticos

ahorradores de potasio, síndrome de Gordon

o hipertensión e hiperkalemia familiar),

aumento en la carga de potasio (síndrome de

lisis tumoral, hemólisis masiva, suplemento

de potasio, rabdomiolisis, penicilina potásica,

transfusión masiva), salida de potasio de la

célula (hipertonicidad, parálisis

hiperkalemica periódica, acidosis metabólica,

déficit de insulina). Los signos clínicos más

frecuentes son Signos y síntomas: debilidad,

parálisis ascendente, insuficiencia

respiratoria. Los cambios en el ECG son muy

importantes: ondas “T” acuminadas y ondas

“P” aplanadas, puede aparecer Intervalo PR

prolongado (Bloqueo AV de 1er grado).

Complejos “QRS” anchos y ondas “S”

38

profundas. Ritmo idioventricular y finalmente

aparece Asistolia.

Valor mEq/L Manifestaciones

Electrocardiográficas

5,5-6,0 Onda T picuda

6.0-6,5 Prolongación de

intervalos PR y QT

6,5- 7,0

Aplanamiento o ausencia

de onda P y segmento

ST

7,0-7,5 Ensanchamiento del

complejo QRS

7,5-8,0 Onda S profunda

8,0-10

Onda sinusoidal,

bradicardia, ritmo

idioventricular

>10 AESP, TV, FV,

ASISTOLIA

Manejo HIPERKALEMIA LEVE (5 a

6mEq/L): Debe remover el potasio del

cuerpo utilizando alguna de las siguientes

opciones: Diuréticos: Furosemida 40 a 80mg

IV lento

Resinas de Intercambio Iónico: Kayexalate 15

a 30gm en 50 a 100cc de sorbitol al 20% VO

o Enema

Diálisis Peritoneal o hemodiálisis, puede

utilizarse como terapia complementaria.

HIPERKALEMIA MODERADA (6 a 7

mEq/L): meter potasio a nivel celular

utilizando los siguientes agentes

farmacológicos: Insulina/Dextrosa: Mezcla de

10U de insulina regular más 25gm de

dextrosa para administrar IV durante 15 a 30

minutos. Bicarbonato de Sodio: 1mE/kg IV

en 5 minutos. Es mejor utilizar el bicarbonato

de sodio en combinación con Glucosa +

Insulina (Solución polarizante) o con el

salbutamol, que utilizarlo solo. Salbutamol

Nebulizado: 20gm durante 15 minutos

HIPERKALEMIA SEVERA (>7mEq/L) con cambios en el ECG inducidos por el

potasio): estabilización de la membrana, se

administra Cloruro de Calcio al 10% 10 ml

IV en 2 a 5 minutos. Luego se realiza la

extracción rápida como en hiperkalemia

moderada y luego se elimina como en

hiperkalemia leve, con las mismas dosis de

medicamentos.

HIPOKALEMIA (Potasio Sérico <

3.5mEq/L)

Las causas más comunes son incremento de

las pérdidas renales, pérdidas

gastrointestinales y por sudoración,

desplazamiento transcelular. Las principales

manifestaciones clínicas de la hipokalemia

pueden observarse a nivel de los sistemas

neurológico y muscular incluyendo el

músculo cardiaco. En la hipokalemia leve a

moderada hay debilidad, fatiga, parálisis,

disnea, constipación, íleo paralítico,

calambres en miembros inferiores. En la

hipokalemia severa se presentan cambios en

el ECG: presencia de ondas “U”, ondas “T”

aplanadas, arritmias ventriculares, AESP,

asistolia. Manifestaciones clínicas

3.0 – 3.5 LEVE: Asintomático o síntomas

leves

2.5 – 3.0 MODERADA: Debilidad muscular

generalizada, Constipación, fatiga, calambres

musculares

<2.5 SEVERA: Necrosis muscular

(rabdomiolisis), íleo paralítico, obstrucción

intestinal

<2.0 AMENAZA LA VIDA: Parálisis

ascendente, Paro respiratorio, Arritmias

cardiacas inestables

HALLAZGOS

ELECTROCARDIOGRAFICOS

2.5 – 3.0 Ondas U, aplanamiento onda

T, QRS de bajo voltaje, onda P prominente

2.0 - 2.5 Ondas U mucho más

prominentes, cambios más notables en el ST

<2.0 Complejo QRS ancho, arritmias,

AESP, asistolia

MANEJO

Por cada 1mEq/L que se disminuya el potasio

sérico, el déficit potasio corporal total de se

disminuye entre 150 a 400mEq. Por cada 0.1

unidades que aumente el pH sobre el valor

normal el potasio sérico disminuye

0.3mEq/L. Se puede administrar una cantidad

más concentrada por vía central. La punta del

catéter central no debe estar dentro de la

39

aurícula derecha ya que la infusión de potasio

a nivel del seno coronario puede contribuir a

la presencia de arritmias fatales.Si el paro

cardiaco es inminente (arritmias ventriculares

malignas) la Reposición es rápida! Infusión

de 10 mEq en 5 minutos. Repetir una vez, si

es necesario. Documentar el motivo de haber

administrado esta infusión rápida.Para

reponer potasio se debe primero calcular el

déficit de potasio: 3-3.5= 5% (leve); 2.5-3.0=

10% (moderada); 2.0-2.5=15% (severa); <

2.0= 20% (muy severa). Se puede reponer

máximo 10 mEq/hora por vena periférica. En

muchas unidades el protocolo es aún más

conservador y se suministra a 6 mEq/hora.

No se deben colocar más 40 mEq en 1 litro de

solución para infusión por vena periférica.

Por vena central se pueden colocar hasta 20

mEq/hora. Para reponerlo se utiliza la

fórmula: Requerimiento diario x peso x %

pérdida. Máximo en 24 horas: 240 mEq y

máximo 10 mEq/hora, pero esto va a

depender de la unidad hospitalaria y los

protocolos establecidos.

Equilibrio acido-base: Una de las

consideraciones más importantes en la terapia

hidroelectrolítica es el equilibrio o balance

ácido-base. Que una solución sea ácida o

alcalina depende de la concentración de iones

hidrógeno (H+). Si la concentración de iones

hidrógeno está aumentada, la solución se

vuelve más ácida; si la concentración está

disminuida, se vuelve más alcalina. La

cantidad de hidrógeno ionizado en la solución

está indicada por el concepto de pH. En el

laboratorio, una solución con un pH de 7 es

neutra, va que a esa concentración el número

de iones hidrógeno está equilibrado por el

número de iones hidróxido presentes. A

medida que la concentración de ion

hidrógeno cae, el valor del pH se eleva. En

otras palabras, una solución ácida tiene un

valor de pH inferior a í y una solución

alcalina tiene un valor de pH mayor que 7. En

los seres humanos, el líquido extracelular

normalmente es levemente alcalino, con un

pH de 7,35 a 7,45. Si el pH se eleva más que

esto, existe un estado de alcalosis; si el pH

cae por debajo de este valor, existe un estado

de acidosis. En acidosis, aun el líquido

corporal puede considerarse alcalino, aunque

menos que lo normal. Si el pH del líquido

corporal se eleva por encima de 7,7 o cae por

debajo de 7, la vida del paciente está en

peligro. La constancia con la cual es regulada

la concentración de ion hidrógeno de la

sangre depende de tres mecanismos: (1) los

sistemas buffers, (2) la regulación respiratoria

y (3) la regulación renal del pH.

El sistema buffer: Una solución buffer es

aquella que tiende a absorber el exceso de

iones hidrógeno o a liberarlos según

necesidad. Por eso es importante en la

regulación del equilibrio ácido-base en los

líquidos corporales. Aunque existen tres

sistemas buffers importantes, el sistema del

buffer bicarbonato es el más significativo,

porque el cuerpo puede alterar las

concentraciones relativas de ácido carbónico

y bicarbonato de sodio. Cuando cualquier

ácido más fuerte que el ácido carbónico

ingresa a la sangre, es amortiguado por la

reacción con la sal de bicarbonato e sodio.

Los iones hidrógeno son eliminados para

formar moléculas de ácido carbónico y una

sal de sodio M ácido más fuerte. Sigue un

ejemplo:

Ácido láctico + Bicarbonato de sodio,

Lactato de sodio + Ácido carbónico

Un trastorno del equilibrio ácido-base puede

considerarse el resultado de desequilibrio en

el sistema ácido carbónico -bicarbonato de

sodio (o alguna otra base). Estos bicarbonatos

se hallan en el líquido extracelular en una

relación de una parte de ácido carbónico con

20 artes de bicarbonato base. El equilibrio

ácido-base y el pH normal del líquido

corporal cambian cuando esta relación está

alterada. En la situación clínica, el equilibrio

o desequilibrio ácido-base puede

determinarse a partir del pH sérico, PC02 y

niveles de bicarbonato. El pH sanguíneo

puede medirse incluso con pequeñas muestras

de sangre. Los valores normales de pH están

entre 7,35 y 7,45. La concentración de ácido

carbónico (H2CO3) es cuantitativamente

despreciable en comparación con el dióxido

de carbono disuelto. El valor normal es

40

aproximadamente 40 mm Hg. Aunque la

concentración del ion bicarbonato en el asma

puede medirse directamente, la concentración

total de dióxido de carbono del suero

habitualmente da una estimación del nivel de

bicarbonato. El valor normal durante el

primer año de vida está entre 20 y 23

milimoles (mM) por litro, menor que en el

niño mayor debido al bajo umbral renal para

el bicarbonato. El valor normal luego el

primer año de vida es 25 a 28 mM por litro.

Regulación respiratoria: A medida que la

profundidad y frecuencia respiratoria

aumentan, se pierde más dióxido de carbono,

disminuyendo la concentración de ácido

carbónico en la sangre. A medida que la

profundidad y frecuencia respiratoria

disminuyen (respiración superficial), se

extrae menos dióxido de carbono y la

concentración de ácido carbónico en la sangre

está aumentada, lo que conduce a un cambio

en la relación de ácido carbónico con

bicarbonato de sodio. Los pulmones deben

tener tejido elástico normal para que se

produzca remoción eficiente de dióxido de

carbono. Cualquier trastorno que disminuya

esta elasticidad produce retención de dióxido

de carbono y ácido carbónico, conduciendo a

la acidosis con un pH menor que el normal.

Aunque los pulmones pueden modificar el pH

cambiando la PCO2 y alterando la relación de

ácido carbónico con bicarbonato, no existe

ningún cambio en la cantidad de iones

hidrógeno. Los pulmones no pueden

regenerar bicarbonato para reemplazar lo que

se ha perdido cuando los iones hidrógeno

fueron amortiguados. La formación de nuevo

bicarbonato v la excreción de bicarbonato, si

es necesario, son funciones de los riñones.

Regulación renal: El ácido carbónico se

forma en las células tubulares del riñón a

través del siguiente proceso: cuando se forma

el dióxido de carbono durante la actividad

celular en el ciclo M ácido cítrico, se combina

con agua bajo la influencia de la anhidrasa

carbónica, como en otras células, y se forma

ácido carbónico. Un ion hidrógeno del ácido

carbónico entra al filtrado en intercambio por

un ion sodio. El ion hidrógeno reemplaza

entonces al sodio en la molécula de fosfato y

es excretado en la orina. El H3CO2 en el

filtrado no se pierde totalmente en la orina

porque el ácido carbónico se divide en CO2, y

agua. El dióxido de carbono difunde hacia

atrás a la célula tubular y vuelve a los

capilares como bicarbonato de sodio o ion

bicarbonato. Un segundo medio utilizado por

la célula tubular para regular el pH es la

secreción de amoníaco. La glutamina es

metabolizada, de lo que resulta NH3, cuando

la acidez de los líquidos corporales es baja.

Cuando el amoníaco ingresa al filtrado,

vuelve un ion sodio a la célula tubular y luego

a los capilares. Si los líquidos corporales no

son ácidos, no se produce la secreción de

amoníaco. Los iones hidrógeno y el amoníaco

son secretados en intercambio por sodio en el

filtrado. Esto produce regreso del bicarbonato

de sodio a la sangre. Existe un incremento

entonces, en la fracción de bicarbonato del

par buffer ácido carbónico-bicarbonato de

sodio.

Trastornos del equilibrio acido-base: Un

trastorno en el equilibrio ácido-base que

produce acidosis o alcalosis sistémica puede

deberse a anomalías metabólicas o

respiratorias primarias. Estos trastornos

incluyen acidosis metabólica, alcalosis

metabólica y alcalosis respiratoria.

Acidosis metabólica: Ya sea la producción

aumentada o la excreción inadecuada de

iones hidrógeno o la pérdida excesiva de

bicarbonato en la orina o la materia fecal,

pueden provocar acidosis sistémica. El

bicarbonato y el pH séricos caen a menos de

7,35. Con la concentración de iones

hidrógeno aumentada y la acidosis sistémica,

se estimula el centro respiratorio,

produciendo frecuencia aumentada de

excreción de dióxido de carbono. Como

resultado de la excreción de dióxido de

carbono, los niveles plasmáticos de PCO2 y

ácido carbónico caen, corrigiendo en algún

grado la acidosis. La presencia de acidosis

también aumenta la producción de amoníaco

y la excreción de ion hidrógeno en la orina.

Se forma nuevo bicarbonato, ayudando a

regresar el nivel plasmático de bicarbonato a

41

la normalidad, si el factor causal ha sido

tratado. A medida que se forma más

bicarbonato, la frecuencia respiratoria

disminuye y la PCO2 vuelve a la normal. El

equilibrio ácido-base se ha restablecido a la

normalidad.

Varios trastornos pueden ser la causa de

acidosis metabólica:

Cetoacidosis diabética: a partir del

metabolismo incompleto de los lípidos

corporales y el catabolismo de las

proteínas corporales, con la producción

resultante de grandes cantidades de ácidos.

Hiperalimentación, inanición y, rara vez,

acidosis láctica: por producción

aumentada de varios ácidos fuertes.

Intoxicación con salicilatos: a partir de los

iones hidrógeno derivados del ácido

salicílico.

Diarrea severa: por las pérdidas

aumentadas de bicarbonato en el líquido

diarreico. También puede deberse a

formación de ácidos orgánicos a partir de

la degradación incompleta de los hidratos

de carbono en el tracto gastrointestinal.

Trastornos que afectan los túbulos renales

proximales reducen la capacidad de los

túbulos para secretar iones hidrógeno y

producen reabsorción incompleta de

bicarbonato.

La insuficiencia renal crónica provoca un

número reducido de túbulos, lo que

origina una limitada capacidad del riñón

para producir amoníaco suficiente y así

excretar iones hidrógeno suficiente.

Alcalosis metabólica: La alcalosis metabólica

ocurre cuando existe un exceso de

bicarbonato base (concentración plasmática

elevada de bicarbonato por encima de 25

mEq por litro en los niños pequeños y mayor

de 27 mEq por litro en los niños mayores y

una reducción en la concentración de ion

hidrógeno que produce un pH plasmático

elevado por encima de 7,45. La alcalosis

metabólica puede deberse a una pérdida

excesiva de ion hidrógeno en ácido

clorhídrico (HCl) como en los vómitos

persistentes o aspiración gástrica prolongada.

Puede ser el resultado también de bicarbonato

aumentado en el líquido extracelular

provocado por la administración de

cantidades excesivas por infusión o por boca

(como en el síndrome lactoalcalino);

reabsorción aumentada de bicarbonato por los

túbulos renales; o contracción del volumen

del líquido extracelular que lleva a

recuperación aumentada de bicarbonato por

los túbulos. Aunque la respiración se

deprime, la compensación respiratoria no es

completa y no se restablece el pH hacia la

normalidad. Aparece bicarbonato en la orina

(con un pH mayor de 8,5 a 9, o aún más bajo

si se asocia con deficiencia de potasio) y

continúa haciéndolo a pesar del nivel de

excreción, porque el bicarbonato también

continúa reabsorbiéndose.

Consecuentemente, la alcalosis metabólica

continúa. Como la hipopotasemia debida a

pérdida urinaria de potasio o la hipocloremia

causada por pérdida de cloro, como en los

vómitos, pueden acompañar a la alcalosis

metabólica, estos trastornos no pueden

tratarse en forma adecuada a menos que se

corrijan los otros problemas. La corrección de

la alcalosis metabólica incluye el tratamiento

del trastorno básico, la prevención de mayor

pérdida de ácido y el reemplazo de los

electrólitos deficientes.

Acidosis respiratoria: En la acidosis

respiratoria existe excreción inadecuada de

dióxido de carbono por los pu1mones aun

cuando hay producción normal de este gas. El

nivel de PCO2 aumenta hasta que por último

los pulmones excretan dióxido de carbono de

modo que la producción y excreción son

iguales. La hipercapnia resultante (exceso de

dióxido de carbono en la sangre) produce una

acidosis sistémica. Debido a que la PCO2 es

un componente importante del sistema buffer

del líquido extracelular, la PC02 elevada es

amortiguada en primer lugar por los buffers

no bicarbonato. Éstos incluyen las proteínas

en el líquido extracelular, y fosfato,

hemoglobina, otras proteínas, y lactato, en las

células. La PCO2 aumentada estimula el riñón

a excretar ion hidrógeno aumentado y

reabsorber y producir más bicarbonato, con el

resultado de que los niveles plasmáticos de

42

bicarbonato aumentan por encima de lo

normal. Debido a que el bicarbonato

plasmático aumenta, compensa el incremento

primario en la PCO2 y el pH vuelve a la

normalidad. La acidosis respiratoria se ha

compensado por esfuerzos renales. La

hipercapnia observada en la acidosis

respiratoria puede provocar vasodilatación,

flujo sanguíneo cerebral aumentado,

hipertensión endocraneana y cefaleas.

Alcalosis respiratoria: La alcalosis

respiratoria se produce cuando existen

pérdidas pulmonares excesivas de dióxido de

carbono en presencia de producción normal

de este gas, produciendo una caída en la

PCO2 y una elevación en el pH. Los iones

hidrógeno son liberados de los buffers

corporales para disminuir el bicarbonato

plasmático. La excreción de bicarbonato por

el riñón aumenta lentamente. Esto reduce los

niveles de bicarbonato en el plasma y

compensa la pérdida excesiva de dióxido de

carbono. El pH vuelve a la normalidad.

Aunque la alcalosis sistémica está presente, la

orina habitualmente se mantiene ácida.

Trastornos mixtos: Las alteraciones ácido-

base provocadas por trastornos metabólicos

pueden ser compensadas en parte por los

cambios metabólicos que modifican la PCO2.

Los trastornos ácido-base provocados por

problemas respiratorios pueden ser

compensados en forma parcial o completa por

mecanismo renal. En algunas situaciones,

más de una causa primaria es responsable del

trastorno ácido-base. En consecuencia,

pueden ocurrir disturbios mixtos (Síndrome

de dificultad respiratoria e Insuficiencia

cardíaca congestiva).

Indicaciones para el control de líquidos

Pacientes: en estado crítico por enfermedad

aguda, con traumatismos graves o grandes

quemaduras, en estado postoperatorio de

cirugía mayor, con enfermedades crónicas,

tales como, falla cardiaca congestiva,

diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva

crónica, ascitis, cáncer, con drenajes masivos,

como ileostomías o fístulas enterocutáneas, o

aspiración gastrointestinal, por ejemplo,

succión gástrica, con pérdidas excesivas de

líquidos y requerimientos aumentados

(diarrea y fiebre, entre otros).

Control de líquidos Es un procedimiento enfocado al evento y al

momento. Por lo tanto, no se puede esperar

un periodo largo de tiempo para valorar la

efectividad del tratamiento instaurado. Las

siguientes recomendaciones son esenciales

para el control de líquidos y el mantenimiento

de la estabilidad hemodinámica. En lo

posible, todo paciente que ingresa al servicio

debe ser pesado para permitir un cálculo más

exacto de sus necesidades de líquidos. La

administración de líquidos se hace por

cálculos según la patología y la condición

clínica individual del paciente. La valoración

clínica del paciente debe ser orientada a

detectar signos de hipovolemia o

hipervolemia (siguiente tabla). Se entiende

por hipovolemia el déficit de volumen de

líquido circulatorio y por hipervolemia el

exceso de volumen circulatorio.

Signos clínicos de hipovolemia: apatía,

intranquilidad, desorientación, letargia,

debilidad muscular, hormigueo en

extremidades, anorexia, náusea, vómito y

diarrea, estreñimiento, calambres y distensión

abdominal, sed, hipotensión postural sistólica,

taquicardia, colapso de venas cervicales,

disminución de PVC, escasa turgencia

cutánea, piel ruborizada, sequedad de

mucosas, surcos linguales, oliguria, orina

concentrada.

Signos clínicos de hipervolemia: pérdida de

atención, confusión, afasia, convulsiones,

coma, muerte, anorexia, náuseas y vómito,

estreñimiento y sed, disnea, ortopnea, tos,

cianosis, taquipnea, edema, ingurgitación

yugular, incremento de la PVC, auscultación

de S3, piel caliente húmeda y ruborizada,

oliguria.

Actividades de enfermería

a. Cuantificación y registro de las pérdidas

urinarias, drenajes (sondas y tubos),

hemorragias, vómito y diarrea. Las

apreciaciones deben reservarse para aquellos

líquidos que no pueden medirse directamente;

es preferible formular una apreciación a no

hacer alguna anotación de la cantidad.

43

b. Medición de la Presión Venosa Central

(PVC), si la condición del paciente lo

amerita. Permite una estimación del estado

del volumen de retorno al corazón derecho.

El rango normal es de 4-10 cm de H2O. Es

importante observar no sólo los valores

absolutos sino, especialmente, las variaciones

y tendencias de la PVC.

c.Administración y registro de componentes

sanguíneos. Identificar tempranamente

cualquier tipo de reacción adversa.

d.Uso de una hoja de evolución de

enfermería, diseñada especialmente para el

servicio, que permita la visualización

completa del estado del paciente (signos

vitales, medicación y balance de líquidos).

e. El balance se realiza según necesidad; se

resta la cantidad de líquidos eliminados a la

cantidad de líquidos administrados. El

balance normal debe ser “0”. El balance es

positivo cuando la cantidad de líquido

administrado por vía exógena es mayor que la

cantidad de líquido eliminado por el

organismo y es negativo cuando la cantidad

de líquido eliminado por el organismo es

mayor a la cantidad de líquido administrado

por vía exógena.

f. Las irrigaciones o líquido de lavado

gástrico no se contabilizan en el balance; su

control se realiza aparte en una hoja de

evolución, anotando la hora, el volumen

administrado de solución de irrigación y el

drenaje obtenido. La diferencia entre el

drenaje y la irrigación corresponde a la

cantidad de líquido corporal eliminado.

Instaurar dos vías venosas periféricas de

calibre grueso 14 ó 16G con el líquido IV

apropiado (siguiente tabla). Obtener muestras

de sangre para hemograma completo,

estudios de coagulación, concentraciones de

electrolitos y posible hemoclasificación y

pruebas cruzadas. En aquellas condiciones

clínicas en que la integridad de la membrana

celular está alterada (sepsis, quemaduras), se

producen desplazamientos masivos de

líquidos hacia el intersticio (“tercer espacio”)

que disminuyen el volumen sanguíneo

circulante. La administración de líquidos es

necesaria para mantener la estabilidad

hemodinámica, aunque en una medida, los

líquidos administrados también se desplazan

desde el espacio vascular hacia el área

intersticial. La necesidad de administrar

líquidos no tiene prelación sobre la vía aérea

y la respiración. Los esfuerzos para canalizar

una vena no deben interferir con los

procedimientos para corregir problemas de la

vía aérea o de la respiración, los cuales son

prioritarios. Una vez iniciado el suministro de

líquidos endovenosos, se debe medir la

respuesta a través de los signos vitales, estado

de conciencia y diuresis

Soluciones intravenosas

Cristaloides Acciones Efectos

secundarios SSN 0,9%

Solución

salina normal

isotónica Puede producir

sobrecarga de

líquidos. 25% del

volumen

administrado

permanece en el

espacio vascular.

SS 0,45%

Solución

salina al medio

Hipotónica.

Mueve líquido

desde el

espacio

vascular hacia

el intersticial y

el intracelular

Disminuye la

viscosidad

sanguínea. Puede

provocar la

hipovolemia y

favorecer el edema

cerebral

DAD 5%

Dextrosa en

agua destilada

Hipotónica Por cada 100 ml

infundidos

permanecen en el

espacio vascular.

Inadecuada para la

reanimación con

líquidos.

Solución de

lactato de

Ringer

Isotónica.

Contiene

múltiples

electrolitos y

lactato

Puede producir

sobrecarga de

líquidos, favorecer

la acidosis láctica

en la hipoperfusión

prolongada con

reducción de la

función hepática. El

lactato se

metaboliza a

acetato, puede

producir alcalosis

metabólica cuando

se transfunden

volúmenes grandes.

Solución

salina

hipertónica

Hipertónica.

Atrae líquido

desde el

Requiere cantidades

más pequeñas para

restaurar el

44

7,5%

espacio

intersticial e

intracelular

hacia el

vascular

volumen sanguíneo.

Aumenta el O2

cerebral mediante el

aumento de la PIC.

Puede provocar

hipernatremia,

deshidratación

intracelular,

diuresis osmótica.

Coloides

naturales

Plasma fresco

congelado

Contiene

todos los

factores de

coagulación

Pude producir

reacción de

hipersensibilidad.

Expansor de

volumen sanguíneo.

Potencialmente

puede transmitir

infecciones

hematógenas.

Albúmina 5%

isooncótica,

2,5%

hiperoncótica

baja en sal.

Preferido como

expansor de

volumen cuando

hay riesgo de

producir edema

intersticial.

Hipocalcemia.

Sangre total Puede

administrarse

sin solución

salina normal,

reduce la

exposición al

donante.

Hipercalemia,

hipotermia,

hipocalcemia.

Puede requerir una

cantidad mayor que

los glóbulos rojos

concentrados para

aumentar la

capacidad de

transporte de O2 de

la sangre. Se usa

rara vez, no es

efectiva según

costos.

Glóbulos rojos

concentrados

Se diluyen en

solución

salina normal

Deficiente en 2,3-

difosfoglicerato, de

manera que puede

incrementar la

afinidad del O2 por

la hemoglobina y

puede disminuir la

entrega de O2 a los

tejidos. Hipotermia,

hipercalemia e

hipocalcemia.

Fracción de

proteína

plasmática

(Plasmanate)

No contiene

factores de

coagulación

Puede producir

reacción de

hipersensibilidad.

Si se infunde muy

rápido, puede

producir

hipotensión.

Expansor del

volumen sanguíneo.

Colides

sintéticos

Dextran Se asocia a

anafilaxia. Reduce

el factor VIII, las

plaquetas y la

fusión de

fibrinógeno de

manera que

incrementa El

tiempo de sangrado.

Puede interferir con

las pruebas

cruzadas de la

sangre y la

hemoclasificación,

los niveles de

sedimentación

globular y la

glucosa. Riesgo de

sobrecarga de

líquidos.

Heta-almidón Puede aumentar los

niveles séricos de

amilasa. Se asocia a

coagulopatía.

Riesgo de

sobrecarga de

líquidos.

Trastornos metabólicos

Mencionaremos dos: la cetoacidosis diabética

y síndrome hiperglucémico hiperosmótico

Cetoacidosis diabética: es una complicación

metabólica aguda de la diabetes tipo mellitus,

habitualmente de la tipo 1, siendo a veces la

forma de debut de la enfermedad. Es la

consecuencia de una deficiencia absoluta o

relativa de insulina junto con una elevación

de las hormonas contrarreguladoras, lo que

origina alteración en el metabolismo de las

proteínas, las grasas y los hidratos de

carbono. Todo ello, contribuye a provocar

hiperglucemia, deshidratación, cetonemia y

acidosis metabólica. La cetoacidosis diabética

se caracteriza por la existencia de

hiperglucemia (generalmente >250-300

mg/dl), acidosis metabólica (pH<7,30) y/o

bicarbonato <15 mEq/l, cuerpos cetónicos

positivos en sangre y orina, deshidratación e

hiperosmolaridad plasmática.

Las manifestaciones clínicas incluyen

náuseas, vómitos, dolor abdominal, pérdida

de peso por deshidratación, debilidad,

45

alteraciones visuales, somnolencia y distintos

grados de cuadros confusionales agudos, en

dependencia del grado de hiperosmolaridad.

Y si el paciente no es tratado adecuadamente

llegará al coma presentando respiración de

Kussmaul, aliento cetónico, hipotensión,

oliguria, taquicardia. El tratamiento consiste

primero en la reposición de líquidos. Se

comenzará con suero salino 0,9% a ritmo de

15-20 ml/kg/h, durante las primeras horas

(1000-1500 ml) y, posteriormente la infusión

de líquidos se hará dependiendo de los

electrolitos, la diuresis y el estado de

deshidratación. Es recomendable restaurar el

déficit de agua estimado en las primeras 24

horas, evitando un descenso de la

osmolaridad plasmática mayor de 3

mOsm/Kg/h. Cuando la glucemia desciende

por debajo de 250 mg/dl se debe añadir suero

glucosado al 5% para mantener las glucemias.

Se administrará insulina, debiendo emplearse

la vía intravenosa y, antes de iniciar la

insulinoterapia hay que comprobar que no

existe hipopotasemia, que se podría agravar

con la infusión de insulina con el riesgo de

producir arritmias, insuficiencia cardíaca y

fallo respiratorio. Se debe iniciar el

tratamiento con un bolo iv de 0,15 U/kg de

insulina regular y se seguirá de infusión

continua a 0,1U/Kg/h. La glucosa debería

disminuir a un ritmo de 50-75 mg/dl para

suprimir la lipólisis y la cetogénesis. Si no se

aumentará la dosis a 0,2 U/Kg/h; no obstante,

hay que tener en cuenta que, son peligrosos

descensos bruscos de la glucemia o la

excesiva rapidez en alcanzar niveles normales

(evitar, por ello, descensos superiores a 100

mg/dl de glucosa por hora). Cuando se

alcancen niveles de glucemia de 250 mg/dl se

irá reduciendo la perfusión hasta pasar a vía

subcutánea. Para evitar rebotes, la infusión de

insulina debe mantenerse hasta que el

bicarbonato plasmático sea superior a 15

mEq/l, aunque los niveles de glucemia sean

normales y, hasta 1-2 horas después de la

primera dosis de insulina subcutánea. El

control analítico debe ser estricto, se realizará

reposición de potasio y de fósforo en casos

necesarios y, no se administrará bicarbonato

de forma sistemática. Su uso se limitará a los

siguientes casos: pH<7,1.Bicarbonato < 5

mEq/l, K>6,5 mEq/l, hipotensión severa que

no responde a la reposición de líquidos,

depresión respiratoria, insuficiencia

ventricular izquierda grave y acidosis

hiperclorémica tardía. Incluso en aquellos

casos en que su prescripción esté indicada, se

administrará sólo la dosis necesaria para

lograr un bicarbonato plasmático de 10-12

mEq/l (pH 7,1-7,2). Una corrección rápida de

la cetoacidosis diabética puede contribuir

también a crear síndrome confusional agudo,

cuya causa suele ser un edema cerebral, que

se diagnosticará mediante TAC y se tratará

con manitol al 20%, a dosis de 1 gr/kg de

peso e hiperventilación hasta conseguir una

PC02 en torno a 28 mmHg. Otras

complicaciones no neuro psiquiátricas de la

cetoacidosis diabéticas, pero que pueden

redundar en la presentación de cuadros

confusionales agudos son el infarto agudo de

miocardio, las infecciones, la resistencia a la

insulina, la gastroparesia, la hipoglucemia, la

hiper o hipopotasemia, las trombosis

vasculares, etcétera.

Síndrome hiperglucemico hiperosmotico: se

caracteriza por hiperglucemia grave (cifras

que en muchas ocasiones superan los 600

mg/dl), deshidratación y elevación de la

osmolaridad plasmática con afectación

neurológica que va desde cuadros

confusionales agudos hasta coma. Otra

característica es la ausencia de cetosis y

acidosis. La mortalidad en esta patología es

elevada oscilando entre el 15 y el 40%. Los

factores desencadenantes son cualquier

agresión sistémica severa, como procesos

infecciosos respiratorios o urinarios

principalmente, fármacos (esteroides,

inmunosupresores, glucosa hipertónica

utilizada en la preparación de la nutrición

parenteral total, diuréticostiazídicos),

traumatismos, intervenciones quirúrgicas,

etcétera. En algunos casos no se objetivan

factores desencadenantes, siendo el debut de

una diabetes tipo 2 antes desconocida.

46

Las manifestaciones clínicas consisten en la

aparición en una persona de edad avanzada de

polidipsia, poliuria, náuseas, vómitos y

alteraciones neurológicas que van desde

cuadros confusionales a coma, deshidratación

grave, taquipnea, ausencia de aliento

cetónico, temperatura normal o hipotermia y

los signos y síntomas de la enfermedad

desencadenante. Los hallazgos detectados en

las analíticas de estos enfermos son:

glucemias >500-600 mg/dl, osmolaridad

plasmática >340 mOsmoles/Kg, urea >100

mg/dl, Na>145 mEq/l y K generalmente alto.

Si no se conoce el factor desencadenante

deberá realizarse determinación de amilasa,

CPK y troponina I para descartar pancreatitis

e infarto agudo de miocardio,

respectivamente. El tratamiento de esta

patología va orientado a la hidratación y

corrección de la hiperglucemia y alteraciones

electrolíticas. La administración de líquidos

se realizará en función del déficit hídrico

calculado (entre 6 y 9 litros). La reposición se

hará con suero salino isotónico (0,9%) y si los

niveles de sodio en sangre están muy

elevados se recurrida al suero salino

hipotónico (0,45%). Se recomienda un

mínimo de 5 litros en las primeras 12 horas.

La insulina, se administrará

intravenosamente, una vez se haya

comenzado a corregir la deshidratación. Es

necesario administrar un bolo de 0,15 U/Kg/

iv y luego una perfusión continua a 0,1

U/Kg/h, doblándose la dosis cada hora si no

se consiguen reducir los niveles de glucemia

50 mg/dl/h, manteniendo esta actitud hasta

lograr niveles de glucemia de 250-300 mg/dl,

momento en el que se empezará a utilizar

insulina subcutánea.

47

CAPÍTULO 7 SISTEMA RENAL

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología Enf. Oscar Antonio Urrego Rivera

Especialista en gerencia de Calidad

Gasto urinario: para todo paciente internado

en un centro asistencial es muy dispendioso

conocer como está eliminando porque de esto

dependen muchos factores para su

tratamiento y esto lo logramos calcando el

gasto urinario. Es la reducción en la

producción de orina a menos de 500 mililitros

en 24 horas. Aunque una disminución

significativa en el gasto urinario o diuresis

puede ser indicio de una afección grave e

incluso potencialmente mortal, el gasto

urinario adecuado se puede restablecer con un

tratamiento médico oportuno.

Las causas más frecuentes son:

Deshidratación por vómito, diarrea o fiebre,

con una falta de ingestión adecuada de

líquidos, obstrucción total de las vías

urinarias, infección severa o cualquier otra

afección médica que ocasiona shock, uso de

ciertos medicamentos como anticolinérgicos,

metotrexato y diuréticos. El gasto urinario es

la cantidad de una sustancia elimina por los

riñones en una unidad de tiempo y se calcula

con la fórmula siguiente:

GASTO URINARIO = ORINA TOTAL /

POR LA CANTIDAD 24 HORAS / PESO

DEL PACIENTE

El gasto urinario en un paciente adulto debe

ser mayor a 1cckg/h; si es menor puede ser un

signo de retención de líquidos. Para calcular

el gasto urinario presentamos un ejemplo: un

paciente que pesa 60 kg, presenta una diuresis

de 300 cc. Tomando en cuenta la fórmula:

300cc/24hrs/60 kg= 0,2 cc/kg/h.

El análisis en general del gasto urinario es el

siguiente:

< 0,3: anuria.

0,4-0.7: oliguria

0.8-1.0 normal.

> 3,5 poliuria

El agua corporal total depende de la edad del

paciente. En un lactante la fórmula es peso x

0,8; en un hombre es peso x 0,6; en una

mujer peso por 0,5 y en un anciano peso x

0,45.

Los grados de deshidratación se describen

así:

Grado I: paciente consciente, normotenso,

mucosa oral seca, axilas secas, sed y

taquicardia, para una pérdida del 5%.

Grado II: hipotenso de pie, normotenso

sentado o acostado, características de tipo I

más signo de pliegue cutáneo y puede haber

desorientación, para una pérdida estimada de

10%.

Grado III: hipotensión en decúbito, oliguria,

pre choque, alteración de la conciencia, para

perdida de un 15%.

Los signos clínicos se manifiestan de acuerdo

al porcentaje de pérdida. En la siguiente tabla

se muestran los cambios clínicos de acuerdo

al porcentaje de pérdida.

% de pérdida Síntoma clínico

1% sed

2% taquicardia

3% oliguria

10 % Sed y vasoconstricción

venosa

20% Sudoración, aumento de

leve a moderado de la

frecuencia cardiaca,

descenso leve de la presión

sanguínea, caída del gasto

urinario

30% Taquicardia, hipotensión

moderada, vasoconstricción

importante, piel fría, pálida

y pegajosa, anuria

40% Hipotensión y taquicardia

severas, confusión mental

50% Coma, alta posibilidad de

muerte.

48

En los pacientes que se encuentran en ayuno,

el déficit por ayuno se calcula con la fórmula:

LÍQUIDO BASAL x HORAS DE

AYUNO.

En pacientes sometidos a cirugía, se debe

calcular el déficit por estrés quirúrgico: para

cirugías pequeñas (túnel del carpo,

resecciones ganglionares, cicatrices,

reducciones) se calcula 1-3cc/kg; para cirugía

intermedia (pomeroy, otorrino) se calcula 3-7

cc/kg; para cirugías mayores (cirugías que

entran a cavidades, articulaciones, cráneo,

abdomen, tórax, compromiso vascular))se

calcula 7-12 cc/kg y para cirugías de alto

consumo (sépticos, quemados, soporte

inotrópico y ventilatorio) se calculan 12-15

cc/kg.

Balance de líquidos: es la diferencia entre la

cantidad de líquidos administrados (entradas)

y la cantidad de líquidos perdidos (salidas)

con el fin de mantener la homeostasia del

organismo. Es el control exacto de los

líquidos que ingresan y se pierden por las

diferentes vías, para establecer el balance en

un periodo determinado de tiempo que no

exceda a las 24 horas.

Los pacientes que habitualmente requieren

balance son:

1. los que presentan enfermedades que

afectan el equilibrio de líquidos y

electrolitos

2. pacientes sometidos a cirugías que

produzcan desequilibrio

3. pacientes con limitaciones de ingesta de

alimentos

4. pacientes con pérdidas significativas de

pérdidas de líquidos corporales.

Los líquidos y electrólitos se encuentran en el

organismo en un estado de equilibrio

dinámico que exige una composición estable

de los diversos elementos que son esenciales

para conservar la vida. El cuerpo humano está

constituido por agua en un 50 a 70% del peso

corporal, en dos compartimientos:

Intracelular, distribuido en un 50% y

extracelular, en un 20%, a su vez éste se

subdivide, quedando en el espacio intersticial

15%, y 5% se encuentra en el espacio

intravascular en forma de plasma. En cuanto

a los electrólitos están en ambos

compartimientos, pero principalmente en el

extracelular: Sodio, calcio y cloro. Los

intracelulares: Potasio, magnesio fosfato y

sulfato. Los electrólitos poseen una carga

eléctrica y se clasifican en aniones, los de

carga + y cationes los de carga -, cuando

éstos se ionizan (atraen sus cargas + y - se

combinan formando compuestos neutros) o se

disocian (se separan recuperando su carga

eléctrica) se denominan iones. El balance de

líquidos está regulado a través de los riñones,

pulmones, piel, glándulas suprarrenales,

hipófisis y tracto gastrointestinal a través de

las ganancias y pérdidas de agua que se

originan diariamente. El desequilibrio o

alteraciones de los líquidos y electrólitos

pueden originarse por un estado patológico

preexistente o un episodio traumático

inesperado o súbito, como diarrea, vómito,

disminución o privación de la ingesta de

líquidos, succión gástrica, quemaduras,

fiebre, hiperventilación, entre otras. El

indicador para determinar las condiciones

hídricas de un paciente es a través del balance

de líquidos, para lo cual se tendrán que

considerar los ingresos y egresos, incluyendo

las pérdidas insensibles. La responsabilidad

del personal de enfermería para contribuir a

mantener un equilibrio de líquidos en el

organismo del paciente es preponderante, ya

que depende primordialmente de la precisión

con la cual realice este procedimiento, que

repercutirá en el tratamiento y recuperación

de su paciente.

El requerimiento de agua diaria para un

adulto sano es de aproximadamente 30-

40cc/kg/día. En un niño 20cc/kg/día. Y en un

anciano de 15 a 20 cc/kg/día. El sodio (Na+)

es un electrolito extracelular, con valores

normales entre 135-145 mEq/L. En orina el

valor es de 34 a 85 mEq, en sudor de 50 a 100

mEq y en heces 10 a 30 mEq. El potasio (K+)

es intracelular con valor normal entre 3,5 a

5,0 mEq/L. En orina el valor es 40-75 mEq y

en heces 10 mEq. El calcio (Ca++) es

extracelular con valores entre 4,5-5,7 mEq/L.

El cloro (Cl-) tiene valores normales entre

49

104-116 mEq/L. Se encuentra en orina de 70

a 100 mEq, en sudor de 25 a 75 mEq y en

heces 5 a 25 mEq.

Si los ingresos son superiores a los egresos, el

balance es positivo. Si los egresos son

superiores a los ingresos el balance es

negativo. Las pérdidas de agua por día en un

adulto de peso promedio, en condiciones

normales (en clima templado y trabajo ligero)

son: orina 1400 ml; sudor 100 ml; heces 200

ml; pulmones 350 ml (pérdidas insensibles

durante la respiración); piel 350 ml (pérdidas

insensibles). La ingestión oral en un adulto

promedio por día es de 1500 a 3000 ml.

Insuficiencia renal aguda en la UCI: la IRA

es un proceso multifactorial, es caracterizada

por un deterioro de la función renal en un

periodo de horas a días, con una incapacidad

del riñón para mantener un balance de

líquidos y electrólitos y depurar los productos

de desecho el control de la volemia y de la

circulación. Junto con la precaución en el uso

de nefrotóxicos, siguen siendo los pilares de

la prevención primaria y el tratamiento

sustitutivo renal- TSR sigue siendo el

tratamiento principal de la IRA en la UCI. La

definición de IRA en las UCI no es en la

actualidad precisa, a pesar de que es un

trastorno frecuente, que se asocia a una

mortalidad elevada (60.3%) y que en los

últimos años los investigadores han mostrado

una gran dedicación. Incluso se ha

cuestionado el término IRA, ya que no refleja

la situación frecuente de lesión o afección

renal aguda y disfunción que no llega al

fracaso orgánico. Así, para abarcar todo el

espectro de afección renal que puede tener

lugar en la UCI, se ha propuesto un cambio

de nomenclatura y que el término IRA se

sustituya por la designación de lesión renal

aguda o agresión renal aguda. Una revisión

del año 2003 sobre IRA confirmó esta falta

de consenso en la definición y propuso, como

criterio razonable, un incremento, en un

tiempo no superior a 2 semanas, de la

creatinina sérica en 0,5 mg/dl (44,2 mmol/l)

en los pacientes con creatinina basal < 2,5

mg/dl (221 mmol/l), o en más de un 20% para

los pacientes con una creatinina basal igual o

superior a 2,5 mg/dl (221 mmol/l). Mehta y

Chertow crearon un sistema de clasificación

para la lesión renal aguda mediante una

escala, en cada una, de 4 categorías: a)

predisposición a lesión aguda basada en la

presencia de enfermedad renal crónica y

factores de riesgo; b) naturaleza y momento

de la lesión renal; c) respuesta basada en

biomarcadores, creatinina/filtrado glomerular

y diuresis, y d) consecuencias tardías

(disfunción multiorgánica). El objetivo de

esta clasificación era proporcionar una visión

más precisa de la gravedad de la lesión renal

y establecer un plan de acción a cada estadio

de la clasificación. En el 2004, el grupo de

trabajo multidisciplinario de la Acute Dialysis

Quality Initiative (ADQI) publicó una

clasificación de consenso que denominó

RIFLE. Este acrónimo se refiere a 3 niveles

de disfunción renal y 2 niveles de pronóstico

renal. Los criterios de disfunción se basan en

incrementos relativos de las cifras de

creatinina, el valor absoluto de la diuresis, o

ambos. La categoría de fracaso tiene un

significado adicional de clasificación, un

valor de creatinina 4 mg/dl para reflejar la

gravedad de la lesión renal aguda en

pacientes con enfermedad renal crónica, en

los que los incrementos propuestos de

creatinina no reflejarían IRA. Se define IRA

como una reducción abrupta (en 48 h) de la

tasa de filtrado glomerular, definida como un

aumento absoluto de 0,3 mg/dl (25 mmol/l) o

más, o un incremento porcentual del 50% o

más de la creatinina plasmática, o por una

reducción de la diuresis a menos de 0,5

ml/kg/h por más de 6 h. Este incremento

aparentemente pequeño se justifica por su

capacidad pronóstica independiente.

Asimismo, se ha consensuado una

clasificación que estratifica la IRA en 3

grados, al igual que en RIFLE, pero elimina

los últimos 2 estadios de ésta, al representar

evolución.

Criterios de inicio de TSR (tratamiento

sustitutivo renal):

1. Oliguria: diuresis menor de 200 ml en 12

hs

50

2. Anuria: diuresis < 50 ml en 12 hs

3. Hiperpotasemia: potasio > 6,5 mEq/L

resistente al tratamiento

4. Acidosis grave: pH < 7,0 resistente al

tratamiento

5. Uremia: BUN > 86 mg/dl

6. Clínica atribuible a uremia: encefalopatía, neuropatía/miopatía,

pericarditis

7. Disnatremias: sodio plasmático > 155

mEq/l o < 120 mEq/l.

8. Hipertermia

9. Intoxicación por fármaco dializable

Principios del tratamiento sustitutivo renal:

las modalidades de TSR se clasifican según

los mecanismos de eliminación de fluidos y

de solutos, y según la naturaleza continua o

intermitente del tratamiento y el uso actual de

estas técnicas se basa en la disponibilidad y la

experiencia del equipo que atiende a este tipo

de pacientes.

Eliminación de fluidos: se consigue mediante

ultrafiltración en todas las modalidades de

TSR (excepto en la diálisis peritoneal). La

ultrafiltración utiliza un gradiente de presión

para pasar fluido a través de una membrana

semipermeable. Los factores que afectan a la

tasa de ultrafiltración son el gradiente de

presión transmembrana, la permeabilidad

acuosa y el área de superficie de la

membrana.

Eliminación de solutos: difusión, convección

y adsorción. Los 2 mecanismos primarios de

eliminación de solutos son la difusión y la

convección. En la hemodiálisis, los solutos se

aclaran mediante difusión, que consiste en el

movimiento de un soluto siguiendo un

gradiente de concentración a través de una

membrana semipermeable. Mediante difusión

se eliminan moléculas de reducido peso

molecular (< 500 dalton) de modo más

efectivo. El líquido de diálisis, que

generalmente contiene sodio, bicarbonato,

cloro, magnesio y calcio, circula a

contracorriente con respecto a la sangre, de

manera que se maximiza el gradiente de

concentración. Los factores que afectan a la

tasa de eliminación de solutos son el peso

molecular del soluto, el flujo de la sangre y

del líquido de diálisis, la duración de la

diálisis, el gradiente de concentración a través

de la membrana, el área y la permeabilidad de

la membrana. La convección es el mecanismo

primario de aclaramiento de solutos en la

hemofiltración, y tiene lugar cuando los

solutos son arrastrados junto al agua durante

la ultrafiltración. Los solutos eliminados

mediante convección incluyen tanto los de

bajo peso molecular, como los de peso

molecular medio, hasta 40.000 dalton. El

aclaramiento de solutos depende de forma

principal de la tasa de ultrafiltración, del

coeficiente de ultrafiltración de la membrana

y del coeficiente de cribado del soluto, que es

inversamente proporcional al peso molecular.

La adsorción consiste en la unión, selectiva y

no selectiva, de moléculas a la propia

membrana del filtro y contribuye al

aclaramiento de moléculas de tamaño medio,

con una dependencia temporal marcada. La

adsorción tiene lugar en todas las membranas

durante el TSR, pero se magnifica en los

TCRR. Como consecuencia de aplicar

presión transmembrana, se forma una

membrana secundaria consistente en una capa

de proteínas, que con el tiempo reduce la

permeabilidad al agua y a los solutos.

Modalidades de tratamiento sustitutivo renal:

las principales modalidades intermitentes son

la HDi, la diálisis sostenida de baja eficiencia

(SLED), también llamada diálisis diaria

extendida (EDD). Las modalidades continuas

son la diálisis peritoneal (DP) y los TCRR,

que existe en varias formas utilizando

diversas combinaciones de ultrafiltración

aislada sin reposición (slow countinous

ultrafiltration [SCUF]), hemofiltración y

hemodiafiltración. Mencionaremos la más

común: Hemodiálisis intermitente. La HDi

utiliza la difusión para el aclaramiento de

solutos y la ultrafiltración para la eliminación

de volumen. En la IRA se emplea

generalmente con una frecuencia de 3-4

sesiones por semana, de 4 h de duración, con

un flujo sanguíneo de 200-300 ml/min y un

flujo del líquido de diálisis de 500-800

ml/min. Las ventajas incluyen una

51

eliminación rápida de solutos y volumen,

relativo bajo coste y complejidad,

requerimientos de anticoagulación

relativamente bajos, debido a los flujos

elevados de sangre. La principal desventaja es

el riesgo de hipotensión, de modo que un

10% de pacientes con IRA no pueden tolerar

la HDi debido a inestabilidad hemodinámica.

Además, el movimiento rápido de solutos al

espacio extravascular puede producir edema

cerebral, por lo que está contraindicada en

pacientes con traumatismo craneoencefálico o

con encefalopatía hepática.

Insuficiencia renal crónica: La enfermedad

renal crónica (ERC) o Insuficiencia Renal

Crónica (IRC) es una pérdida progresiva (por

3 meses o más) e irreversible de las funciones

renales, cuyo grado de afección se determina

con un filtrado glomerular (FG) <60

ml/min/1.73 m2.1 El daño renal se define por

anomalías estructurales o marcadores de

daño, incluyendo anomalías en los exámenes

sanguíneos, de orina, y en estudios por

imágenes como la presencia de

microalbuminuria o macro proteinuria,

hematuria persistente (con exclusión de causa

urológica), anomalías en anatomía patológica

por biopsia renal y anomalías imagenológicas

(en tamaño renal, poliquistosis renal,

etc.).Como consecuencia, los riñones pierden

su capacidad para eliminar desechos,

concentrar la orina y conservar los

electrolitos en la sangre. Los síntomas de un

deterioro de la función renal son inespecíficos

y pueden incluir una sensación de malestar

general y una reducción del apetito, presión

arterial elevada por la sobrecarga de líquidos

y producción de hormonas vasoactivas que

llevan a hipertensión, ICC, instauración de

uremia con síntomas que van desde

pericarditis hasta encefalopatía,

hiperpotasemia, anemia, hiperfosfatemia,

aterosclerosis acelerada, acidosis metabólica.

En las etapas iniciales de la ERC, cuando las

manifestaciones clínicas y resultados de

laboratorio son mínimas o inexistentes, el

diagnóstico puede ser sugerido por la

asociación de manifestaciones inespecíficos

por parte del paciente, tales como fatiga,

anorexia, pérdida de peso, picazón, náuseas o

hemólisis, la hipertensión, poliuria, nicturia,

hematuria o edema. Los principales síntomas

son: nicturia, poliuria u oliguria, edema,

hipertensión arterial, debilidad, fatiga,

anorexia, náuseas, vómito, insomnio,

calambres, picazón, palidez cutánea, xerosis,

miopatía proximal, dismenorrea y/o

amenorrea, atrofia testicular, impotencia,

déficit cognitivos o de atención, confusión,

somnolencia, obnubilación y coma.

Rol de enfermería:

*Monitorización continua de signos vitales

según indicación (15 o 30 min. Según

necesidad)

* Monitorización continua del flujo urinario

para detectar precozmente el deterioro de la

función renal.

*Sondaje vesical

*Manejo estricto del volumen infundido para

evitar sobrecarga de volumen: balance hídrico

*Apoyo nutricional

* Proporcionar aseo y confort del paciente.

*Cuidados de catéter: No realizar

intervenciones (tomas de presión arterial,

punciones, tomas de laboratorios, etc.) en el

brazo que porta el catéter o fístula de

hemodiálisis

* Favorecer la actividad física, 30 minutos

tres veces por semana

* Favorecer el autocuidado y la adaptación a

la enfermedad.

* Vigilar niveles de bicarbonato

* Administración de medicamentos según

prescripción médica

*Control de peso antes y post-diálisis

* Asistir e la enfermera en el proceso de

conexión y desconexión del paciente.

* La hemodiálisis la realiza la enfermera/o

especializada /o en la técnica y manejo de

equipos de hemodiálisis

52

CAPÍTULO 8.

PATOLOGÍAS PULMONARES:

NAC, INSUFICIENCIA

RESPIRATORIA, NEUMOTÓRAX Y

HEMOTÓRAX NO TRAUMÁTICO.

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

NEUMONÍA ADQUIRIDA EN

COMUNIDAD:

Es el proceso inflamatorio del tejido

parenquimatoso pulmonar desencadenado por

diversas especies de bacterias, virus, hongos

o parásitos. Se ve afectada la porción distal

del tracto respiratorio, bronquiolos y

alvéolos; la reacción inflamatoria puede

afectar también el intersticio alveolar y puede

generar infiltrado celular inflamatorio y

exudación en el espacio alveolar

(consolidación del espacio aéreo), cuya

expresión final es la alteración del

intercambio gaseoso, la liberación de

citocinas y mediadores inflamatorios, que se

traducen en un complejo de síntomas y signos

de compromiso del tracto respiratorio

inferior, respuesta inflamatoria sistémica y

evidencia de dicho compromiso en la

radiografía del tórax. Para que se pueda

catalogar como neumonía adquirida en la

comunidad, debe ocurrir en pacientes que no

se encuentren hospitalizados o en aquellos

hospitalizados en quienes los síntomas y

signos ocurren en las primeras 48 h de su

ingreso. En Colombia, la neumonía adquirida

en la comunidad es la sexta causa de muerte y

la primera por infección. Es responsable del

4% de los egresos hospitalarios y de más de

70.000 egresos anuales en todos los grupos de

edad. La tasa de mortalidad por la neumonía

adquirida en la comunidad es de 13 por

100.000 habitantes en la población general.

Cuadro clínico: las manifestaciones clínicas

son consecuencia de la respuesta inflamatoria

local y sistémica a la infección y de las

complicaciones asociadas. Las

manifestaciones clínicas pueden agruparse

así:

1. Generales: fiebre, malestar, escalofríos,

diaforesis, mialgias, cefalea y cianosis.

2. Compromiso del tracto respiratorio

inferior: tos, dificultad respiratoria (disnea,

taquipnea), presencia de expectoración

purulenta o hemoptoica, dolor torácico de

características pleuríticas y anomalías en la

auscultación pulmonar.

3. Asociadas a complicaciones: falla

respiratoria, sepsis y choque séptico,

disfunción orgánica múltiple, signos de

derrame pleural e infección extrapulmonar.

4. Criterios de hospitalización La decisión

para la hospitalización de pacientes con

neumonía adquirida en la comunidad debe

estar basada en la presencia de condiciones

concomitantes, la estabilidad de la condición

clínica, el riesgo de mortalidad y las

complicaciones asociadas.

Los factores que se deben de tener en cuenta

y que están claramente implicados en mayor

morbimortalidad son:

1) Edad de 65 años o mayor: por sí sola no es

un criterio de hospitalización.

2) Presencia de enfermedades concomitantes

como: EPOC, bronquiectasias, neoplasias,

diabetes mellitus, insuficiencia renal

crónica, insuficiencia cardíaca congestiva,

enfermedad hepática crónica, abuso

crónico de alcohol, desnutrición,

enfermedad cerebrovascular y

antecedentes de esplenectomía.

3) Hospitalización en el último año.

4) Hallazgos físicos: frecuencia respiratoria >

30 por minuto, presión diastólica < 60

mmHg o presión sistólica < 90 mmHg,

pulso mayor 125 por minuto, temperatura

< 35 ºC o > 40 ºC, estado de conciencia

alterado y evidencia de infección

extrapulmonar.

5) Hallazgos de laboratorio: leucocitos de

menos de 4.000 o más de 30.000 células

por mm3 y neutrófilos de menos de 1.000

células por mm3; PaO2 < 60 mmHg o

PaCO2 > 50 mmHg (a nivel del mar);

creatinina > 1,2 mg/dl o BUN > 20 mg/dl;

53

hematocrito < 30% o hemoglobina < 9 mg/dl;

evidencia de sepsis o disfunción orgánica,

acidosis metabólica (pH < 7,35) o

coagulación intravascular diseminada.

6) Hallazgos radiográficos como compromiso

multilobar, presencia de neumatoceles y

de derrame pleural.

7) Factores sociales.

8) Escalas o índices de gravedad CURB-65

Escala de severidad CURB-65: en el índice

CURB-6 o en el CRB-65, los parámetros por

determinar y cuantifica son: C: confusión; U:

urea; R: frecuencia respiratoria; B: presión

arterial, y edad de 65 años o más. Cada uno

de estos parámetros tiene valores que deben

ser cuantificados, así:

C: confusión Puntuación en el test mental

abreviado ≤ 8 o presencia de desorientación

en persona, lugar o tiempo.

U: urea > 7 mmol/l (urea = BUN x 2,14) o en

el sistema americano, urea > 44 mg/dl o BUN

> 19 mg/dl

R: frecuencia respiratoria ≥ 30 por minuto

B: Presión arterial sistólica < 90 mmHg

Presión arterial diastólica ≤ 60 mmHg

65: edad ≥ 65años

Criterios de la American Thoraci

Society/Infectious Diseases Society of

America para admisión en unidad de

cuidado intensivo:

Criterios mayores: necesidad de respiración

mecánica asistida (insuficiencia respiratoria),

soporte vasopresor (shock séptico)

Criterios menores (mínimo 3): Frecuencia

respiratoria mayor de 30 por minuto; PaFiO2

< 250; Infiltrados multilobares; Confusión;

BUN > 20 mg/dl; Leucopenia < 4.000

células/mm3; Trombocitopenia < 100.000

células/mm3; Hipotermia < 36 °C;

Hipotensión que requiere alto aporte de

líquidos

La presencia en el ingreso a la institución de

un criterio mayor o de 3 de 9 criterios

menores obliga a la internación del paciente

en la unidad de cuidado intensivo. El Grupo

III: puntaje igual a 3 o mayor; mortalidad,

22%; neumonía grave; es obligatoria su

hospitalización y se debe considerar su

ingreso en la UCI con base en los criterios de

ATS/IDSA (criterios mayores y menores): a)

Sin factores de riesgo para P. aeruginosa ni

para S. aureus Hospitalización en la unidad;

b) Con factores de riesgo para P. aeruginosa

de cuidados intensivos; c) Con factores de

riesgo para S. aureus resistente a la

meticilina.

Tratamiento de la NAC, grupo III,

neumonía grave: (GRUPO III: Paciente que

requiere manejo en UCI o GRUPO IIIA.

Pacientes sin riesgo para infección por

Pseudomona o GRUPO IIB: Paciente con

riesgo para infección por

Pseudomona).

a) Sin factor de riesgo para P. aeruginosa

b) Hospitalización en la UCI:

Primera línea: Ampicilina-sulbactam, 3 g

intravenosos cada 6 h, más claritromicina,

500 mg intravenosos cada 12 h, más

oseltamivir más vancomicina o linezolid

Alternativa: Cefuroxima, 750 mg

intravenosos, cada 8 h, más claritromicina,

500

mg intravenosos cada 12 h, más oseltamivir,

75 mg cada 12 h más vancomicina o linezolid

En pacientes alérgicos a la penicilina usar:

fluroquinolona moxifloxacina, 400 mg diarios

intravenosos, o levofloxacina, 500 mg diarios

intravenosos, más oseltamivir, 75 mg cada 12

h más vancomicina o linezolid

c) Con factores de riesgo para P.

aeruginosa

Hospitalización en la UCI:

Primera línea: Piperacilina-tazobactam, 4,5

g intravenosos cada 6 h, más claritromicina,

500 intravenosos cada 12 h, más oseltamivir,

75 mg cada 12 h

Alternativa: Cefepima, 2 g intravenosos

cada 8 h, más claritromicina, 500 mg

intravenosos cada 12 h, más oseltamivir, 75

mg cada 12 h.

d) Con factores de riesgo para S. aureus

resistente a la meticilina

54

Hospitalización en la UCI:

Primera línea: Ampicilina-sulbactam, 3 g

intravenosos cada 6 h, más claritromicina,

500 mg intravenosos cada 12 h, más

vancomicina (dosis de carga: 25 mg/kg y

luego 15mg/kg/12 h) o linezolid, 600 mg

intravenosos cada 12 h más oseltamivir, 75

mg cada 12 h

Alternativa: Piperacilina-tazobactam, 4,5 g

intravenosos cada 6 h, más claritromicina,

500 mg intravenosos cada 12 h, más linezolid

o vancomicina, más oseltamivir, 75 mg cada

12 h o Cefepima, 2 g cada 8 h, más

claritromicina, 500 mg intravenosos cada 12

h, más vancomicina o linezolid más

oseltamivir, 75 mg cada 12 horas.

INSUFICIENCIA RESPIRATORIA

AGUDA

Severa alteración en el intercambio gaseoso

pulmonar debido a anormalidades en

cualquiera de los componentes del sistema

respiratorio, que se traduce en hipoxemia con

o sin hipercapnia. Es la incapacidad del

sistema pulmonar de satisfacer las demandas

metabólicas del organismo y se evidencia por

disminución de la PaO2 < 60 mmHg,

aumento de la PaCO2 > 50 mmHg o ambas.

Etiología:

Las causas de la Insuficiencia Respiratoria

Aguda (IRA) son múltiples y no es

infrecuente la co-existencia de dos o más

causas para el desarrollo de la misma. Según

el nivel anatómico se tiene las siguientes

causas: accidente cerebro vascular, sobredosis

de sedantes, traumatismo encéfalo craneano.,

síndrome de Guillan Barre, porfiria, tétanos,

miastenia gravis, poliomielitis, cirugía de

tórax, trauma torácico, asma, enfermedad

pulmonar obstructiva crónica (EPOC),

obstrucción respiratoria alta, neumonía,

fibrosis pulmonar, edema agudo, embolia

pulmonar aguda.

Fisiopatología

Los mecanismos fisiopatológicos más

frecuentes que pueden ocasionar una IRA con

la hipoventilación, la alteración de la relación

V/Q y el shunt.

1) Disminución de la Pº Inspiratoria de

Oxígeno: La reducción en la presión de

oxígeno del aire inspirado es el mecanismo

fisiopatológico menos frecuentemente

implicado en el origen de una IRA. Sólo

ocurre en situaciones especiales, como

cuando se respira a grandes alturas sobre el

nivel del mar (por ejemplo, los alpinistas) o

en el caso de una intoxicación por gases

tóxicos. La caída de la PaO2 que se ocasiona,

generalmente se asocia con una

hiperventilación alveolar y, por lo tanto, con

una hipocapnia.

2) Hipoventilación Alveolar: se observa

cuando disminuye el volumen minuto

respiratorio. La hipoxemia causada por la

hipoventilación alveolar siempre se

acompaña de una hipercapnia y de una

reducción en la ventilación minuto.

3) Alteración de la difusión pulmonar: Los

trastornos de la difusión pulmonar se

producen cuando aumenta el grosor de la

membrana alveolo-capilar o cuando

disminuye el área de intercambio gaseoso

(superficie alveolar o lecho vascular

pulmonar).

4) Alteración de la relación

Ventilación/Perfusión (V/Q): El desequilibrio

entre la ventilación (V) y la perfusión (Q)

pulmonar es el mecanismo productor de

hipoxemia más importante y está presente en

la mayoría de las ocasiones. Esta situación se

caracteriza porque coinciden en el pulmón

áreas bien ventiladas, pero inadecuadamente

perfundidas (cociente V/Q alto), con otras

áreas bien perfundidas pero mal ventiladas

(cociente V/Q bajo).

5) Cortocircuito derecha a izquierda o Shunt:

Existen shunts anatómicos en pulmones

normales debido a la circulación bronquial y

thebesiana, que corresponden

aproximadamente a un 2-3% de todos los

shunts. Debe tenerse en cuenta que el shunt o

cortocircuito también puede ser

extrapulmonar, como cuando existen fístulas

vasculares, malformaciones cardíacas

congénitas complejas o comunicaciones

intracardiacas. El shunt es el mecanismo

55

principal que explica la hipoxemia en la

neumonía, atelectasia y edema pulmonar

severo cardiogénico o de origen no cardiaco.

La hipercapnia generalmente no se observa a

menos que el shunt sea masivo (>60%).

Signos y síntomas de la IRA

Aumento del trabajo respiratorio: Taquipnea

e hipertensión, que puede progresar con la

agravación hacia bradicardia, hipotensión y

paro cardíaco. Ortopnea, uso de musculatura

accesoria (tirajes), aleteo nasal.

Signos de hipoxemia aguda: la manifestación

característica es la cianosis central, debe

buscarse en la zona central de la lengua, ya

que puede aparecer cianosis en la periferia

relacionada con otras circunstancias locales.

Además, se relacionan principalmente con

trastornos de SNC (incoordinación motora,

somnolencia, disminución de la capacidad

intelectual, que puede llegar al coma. Si

empeora puede haber depresión de los centros

respiratorios medulares con muerte súbita) y

del sistema cardiovascular (al inicio hay

taquicardia e hipertensión arterial, a medida

que empeora la hipoxemia, aparece

bradicardia, depresión miocárdica y,

finalmente, shock cardiocirculatorio). En

general, la cianosis periférica se observa

cuando la concentración de la hemoglobina

reducida es superior a 5 g/dL o cuando la

PaO2 es inferior a 40- 50 mmHg. La

hipoxemia crónica se acompaña de apatía,

falta de concentración y respuesta lenta a los

estímulos. También puede haber signos y

síntomas propios de hipertensión pulmonar y

cor pulmonale. Con frecuencia se asocia a

poliglobulia.

Signos de hipercapnia: Cuando es aguda,

predominan los trastornos del SNC

(desorientación temporospacial, somnolencia,

obnubilación, coma e incluso muerte). Las

manifestaciones cardiovasculares dependen

del grado de vasoconstricción (secundaria a la

activación generalizada del sistema

simpático) o de vasodilatación (propia de los

efectos locales de la acumulación del CO2).

Se observa principalmente sudoración facial y

antetorácica profusa y taquicardia.

La hipercapnia crónica puede presentarse sin

manifestaciones clínicas. Pueden presentar

cefaleas, puede haber sudoración en la cabeza

y en la parte anterior del tórax, somnolencia

debido al efecto vasodilatador del CO2 sobre

la circulación cerebral, y que aparezca

flapping tremor.

MANEJO INICIAL:

Colocar al paciente en posición semisentada

(45º)

Administrar oxígeno por una máscara Venturi

con un FiO2 de 0.5

Verificar la permeabilidad de la vía aérea y la

necesidad de intubar al paciente

Asegurar una vía intravenosa permeable con

un catéter periférico 20G ó 18G

Colocar una SNG si hay distensión gástrica

Nebulizaciones con agonistas (Salbutamol) si

hay broncoespasmo. De persistir el espasmo

bronquial puede asociarse Aminofilina por

vía intravenosa.

Considerar el inicio de profilaxis con

Ranitidina y/o Heparina

Considerar inicio de terapia específica para la

causa de la falla respiratoria

Determinar el ingreso del paciente a la UCI

Criterios de ingreso a la UCI: Debido a la

elevada demanda y limitación de recursos que

existen siempre en la Unidad de Cuidados

Intensivos, es necesario identificar los

pacientes que requerirán el mayor beneficio.

Deben considerarse como criterios de

ingreso:

Pacientes que requieran ventilación mecánica

Pacientes que requieren fisioterapia

respiratoria intensiva

Pacientes con alto riesgo de falla respiratoria

postoperatoria

Pacientes que requieren > 60% para mantener

la oxigenación

Pacientes que requieren oxigenoterapia

controlada

Pacientes que no son tributarios de ingreso a

UCI

Pacientes post-reanimados con evidencia de

muerte cerebral o lesión neurológica

56

irreversible a menos que ingresen para

soporte como donante de órganos

Pacientes con enfermedad respiratoria

terminal.

NEUMOTÓRAX

Presencia de aire en la cavidad pleural. Se

puede clasificar en espontáneo, traumático y

yatrogénico. El neumotórax espontáneo

puede ser primario o secundario a procesos

patológicos pulmonares. Según su tamaño

puede ser marginal, moderado y masivo. La

sintomatología asociada al neumotórax

consiste en la aparición de un cuadro

doloroso agudo, en forma de dolor pleurítico

en punta de dedo, acompañado de un cuadro

vegetativo (sudación, taquicardia, palidez,

etc.), y de cierto grado de insuficiencia

respiratoria relacionada con las condiciones

funcionales del paciente. El diagnóstico es

clínico, el timpanismo a la percusión, la

abolición del murmullo vesicular o, a veces,

tan sólo su disminución, permite sospechar un

neumotórax. La causa más frecuente de rotura

de pequeños blebs, que son colecciones de

aire subpleural resultado de ruptura alveolar,

el aire diseca los tejidos conectivos

adyacentes, acumulándose entre la lámina

interna y externa de la pleura visceral. Los

blebs se hallan con más frecuencia en el

vértice del lóbulo superior o en el vértice

posterior del lóbulo inferior. El neumotórax

espontáneo es independiente del esfuerzo o la

tos y se suele ver en varones entre 20 y 40

años con tipo asténico y con hábito tabáquico.

Se estima una incidencia de 7,4- 28

casos/100.000 habitantes en hombres y de

1.2-10 casos/100.000 habitantes en mujeres.

Es más frecuente en el lado derecho, los

neumotórax bilaterales se producen en menos

del 10% de los pacientes, en los dos primeros

años recurren un 25% de los pacientes.

Después del segundo neumotórax, la

posibilidad de tener un tercer episodio

aumenta a más del 50%. Las complicaciones

más frecuentes en el desarrollo del

neumotórax son el derrame pleural no

complicado en el 20%, el hemotórax con

cuantía significativa en menos del 5%, el

neumotórax a tensión en un 2-3%, a mucha

distancia el enfisema subcutáneo, el

neumomediastino, el empiema o la

cronificación. Las complicaciones

postratamiento más frecuentes son la

recurrencia y la fuga aérea persistente que son

indicaciones de cirugía.

Rol de enfermería: valorar si existe aumento

repentino y progresivo de presión en la vía

aérea. En pacientes que no están relajados

aparecerá dificultad respiratoria progresiva,

cianosis, descenso de la saturación de

oxígeno, desadaptación al ventilador y

agitación. Identificar si hay expansión

asimétrica del tórax, hipotensión, shock y

parada cardíaca, en cuyo caso debe avisar de

manera inmediata, desconectar al paciente del

ventilador y ventilarlo con BVM y colocar

O2 al 100%, preparar urgente el material de

drenaje pleural, avisar al equipo y avisar al

equipo de Radiografía. Monitorizar los

parámetros hemodinámicos.

HEMOTÓRAX

Presencia de sangre en el espacio pleural.

Cuando en una toracocentesis, diagnóstica se

obtiene líquido hemático, debemos considerar

la medición de su hematocrito. Desde un

punto de vista etiológico, los hemotórax los

podemos clasificar en traumáticos, no

traumáticos o espontáneos y yatrogénicos.

Los hemotórax no traumáticos son poco

frecuentes. La causa más común son las

metástasis pleurales, mientras que la segunda

causa más frecuente es la complicación del

tratamiento anticoagulante por embolia

pulmonar o patología cardiaca. El hemotórax

espontáneo puede ocurrir como resultado de

la ruptura anormal de un vaso sanguíneo

intratorácico, como un aneurisma de aorta,

aneurisma de arteria pulmonar, un ductus

arterioso o una coartación de aorta. En

algunos pacientes la causa permanece

desconocida a pesar de la toracotomía

exploradora.

Cuidados de enfermería: saber valorar el

estado del paciente con drenaje torácico,

controlar y mantener la permeabilidad del

57

drenaje torácico y prevenir posibles

complicaciones

Evaluación periódica de signos vitales tensión

arterial, temperatura, frecuencia cardiaca y

frecuencia respiratoria. Color de la piel y

mucosas. Sudoración o signos de perfusión.

Nauseas. Ansiedad o insomnio. Síntomas

como dolor torácico, disnea, fiebre, tiraje.

Cuidados diarios: aseo del paciente se

realizara como cualquier paciente encamado

entre la enfermera y auxiliar responsable y,

con la ayuda del celador, se tendrá cuidado

con los tubos para que no se desconecten y

nunca se pinzaran. Apósito se cambiara

diariamente. Equipo de drenaje comprobar

diariamente niveles de las cámaras. Cuando

se tenga que rellenar la cámara de aspiración

se cerrara la aspiración para realizarlo, luego

de rellenar y se volverá abrir. Mediciones

todos los días a las 9 horas se marcara en el

equipo de drenaje la cantidad de líquido que

ha salido (para ello se cerrara la aspiración

momentáneamente). También se anotara en el

libro de enfermería en la casilla de otros

cuidados tanto la cantidad como el aspecto,

presencia o ausencia de burbujeo y

fluctuaciones. Movilidad se intentara levantar

al sillón lo antes posible para evitar

complicaciones posteriores. Cuando se realice

un traslado a otro servicio nunca se pinzaran

los tubos. El pinzamiento de los tubos debe

quedar limitado a: cuando se cambie el

equipo, para intentar localizar una fuga aérea,

para valorar la retirada del tubo torácico (en

caso de neumotórax).

OXIGENACIÓN POR MEMBRANA

EXTRACORPÓREA (OMEC):

El soporte extracorpóreo se ha empleado en el

tratamiento de la insuficiencia respiratoria

aguda desde principios de los años setenta. La

perfusión con un pulmón de membrana puede

corregir la hipoxemia y la hipercapnia a la

vez que alivian los pulmones del propio

paciente de la carga de intercambio gaseoso.

Durante la perfusión pueden ser disminuidas

tanto la FiO2 como las presiones

ventilatorias, posibles causas de lesión

pulmonar mientras que el acceso continuo a

la vía aérea permite una aspiración traqueal y

un lavado pulmonar seguros. Además la

perfusión venoarterial proporciona un soporte

hemodinámico.

Fisiología de la OMEC: según los accesos

vasculares realizados para la OMEC ésta

puede ser venoarterial (VA) o venovenosa

(VV). La OMEC-VA extrae sangre venosa

por medio de un catéter situado en la aurícula

derecha y la devuelve oxigenada al sistema

arterial a través de otro catéter situado en la

asteria carótida común derecha. La OMEC-

VA oxigena la sangre venosa gracias al

pulmón de membrana y proporciona un

soporte circulatorio mecánico, normalmente

unos 80-150 ml/kg/min. El pulmón de

membrana extrae todo el CO2 producido por

el metabolismo. Algunos inconvenientes son

la ligadura de la arteria carótida derecha,

embolismos sistémicos de aire o partículas y

un aumento en la postcarga del ventrículo

izquierdo, que puede afectar negativamente el

funcionamiento cardíaco.

La OMEC-VV se realiza por medio de la

cateterización de las venas yugular o femoral.

Este método mantiene intacta la arteria

carótida derecha, conserva el flujo arterial

pulsátil normal y perfunde el pulmón con

sangre oxigenada. La saturación arterial de

O2 es normalmente menor en los pacientes

tratados con OMEC-VV que con OMEC-VA.

La extracción extracorpórea de CO2 y

ventilación con presión positiva de baja

frecuencia utiliza el circuito de derivación

sólo para extraer el CO2. Se usan un circuito

de derivación venovenosa de bajo flujo y

oxigenadores de membrana de amplia

superficie. El objetivo de esta forma de

intercambio gaseoso extracorpóreo es la

extracción del CO2 con el pulmón de

membrana, mientras se reducen la frecuencia

respiratoria y las presiones de la ventilación

mecánica. La oxigenación se mantiene

usando altas presiones positivas continuas en

la vía aérea (CPAP) junto con una ventilación

con presión positiva y O2 intratraqueal de

baja frecuencia.

58

El equipo necesario incluye una bomba

oclusiva giratoria, base de la bomba, monitor

de retorno venoso, unidad calentadora,

controlador de la coagulación, tabla de

montaje de la membrana, mezclador de O2,

tanque de CO2, medidores de flujo de O2 y

CO2, controladores internos de temperatura y

monitor interno de la saturación de O2. Se

extrae sangre de la aurícula derecha hacia un

pequeño reservorio distensible. El reservorio

evita una succión negativa directa sobre la

aurícula derecha. Si disminuye el retorno

venoso, el reservorio se colapsa y detiene la

bomba giratoria. Una vez que la sangre haya

pasado por este aparato, se introduce en la

bomba que proporciona la fuerza mecánica

necesaria para enviar la sangre hacia el

oxigenador de membrana. El gas difunde a

través de la membrana, aumentando la

tensión de O2 y extrayendo el CO2 de la

sangre. En este momento se calienta la sangre

hasta la temperatura corporal y se devuelve a

la aurícula derecha en la OMEC-VV o al arco

aórtico en la OMEC-VA. Existe una conexión

entre los catéteres arterial y venoso para

asegurar una circulación. Circuito de

perfusión venovenosa (P: presión de la vía

aérea; T: control de la temperatura ambiente;

CS: catéter de salida de sangre; CR: catéter

de retorno venoso; FSEC: flujo de sangre

extracorpóreo; EG: entrada de gas; FG:

monitor de flujo de gas; SG: salida de gas;

H: humidificador; CIT: catéter intratraqueal;

PM: pulmón de membrana; Ppm: presión del

pulmón de membrana, entrada-salida; RES:

respirador; BG: bomba giratoria; O2%:

monitor de O2 en sangre venosa drenada; R:

reservorio venoso).

Para la OMEC-VA se cateterizan la vena

yugular interna y la arteria carótida común.

Con frecuencia se coloca un segundo catéter

de drenaje venoso en posición más cefálica en

el bulbo yugular. Este catéter proporciona una

salida adicional de sangre y ayuda a evitar la

hipertensión venosa cerebral. En adultos

mayores se realizará cateterización venosa vía

yugular y femoral o por ambas venas

femorales. Es necesaria en todos los casos

anticoagulación con heparina para reducir la

formación de trombos en el circuito y la

posibilidad de fenómenos embólicos.

Exist6en circuitos heparinizados que

disminuyen las necesidades de anticoagular al

paciente. La trombocitopenia es frecuente por

la exposición de la sangre al circuito de

derivación.

Mantenimiento y suspensión: se inicia con

tasas de flujo de bajo nivel para minimizar los

desplazamientos de fluidos, el síndrome de

desequilibrio y la hiperpotasemia. Se va

incrementando progresivamente el flujo hasta

80-150 ml/kg/min, monitorizando la

saturación de O2 continuamente y

manteniéndola por encima de 65%. Cuando

resulta oportuno reducir el nivel de soporte

extracorpóreo se va disminuyendo el flujo

hasta 10-20 ml/kg/min o al 20-30% del flujo

inicial.

59

CAPÍTULO 9

PATOLOGÍAS

CARDIOVASCULARES: IAM;

ANGINAS, EMERGENCIA

HIPERTENSIVA, ICC, CUIDADOS

POSOPERATORIOS.

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

INFARTO AGUDO DEL

MIOCARDIO.

El infarto agudo de miocardio (IAM) forma

parte del síndrome coronario agudo (SCA) y

agrupa condiciones como la angina inestable,

infarto agudo de miocardio con y sin

elevación del segmento ST. El infarto agudo

de miocardio describe los cambios necróticos

agudos de miocardio por la falta repentina del

aporte sanguíneo coronario durante un

período de tiempo suficiente, resultando una

oclusión coronaria aguda por trombosis,

rotura de placa de ateroma. La muerte súbita

en las primeras dos horas de iniciado los

síntomas es una consecuencia de los ritmos

de paro desfibrilables en la mayoría de las

veces.

En paciente con IAM durante la fase aguda

el paciente es instalado en una unidad de

cuidado intensivo (UCI) o en una unidad de

cuidado coronario (UCC) para mantenerlo

bajo monitorización continua con el fin de

valorar su evolución y prevenir la presencia

de complicaciones. El rol del enfermero es

contar con los conocimientos y preparación

para brindar tratamiento específico, prevenir

u detectar tempranamente las complicaciones.

El manejo se inicia con la observación y

evaluación del dolor, tipo de dolor,

localización, duración, causa desencadenante.

El dolor, miedo y ansiedad aumentar el

trabajo y frecuencia cardíaca por estimulación

simpática. Enfermería debe tener

conocimientos de interpretación

electrocardiográfica de las arritmias comunes

para un correcto diagnóstico, atención a este

tipo de pacientes, toma rápida de decisiones

sobre las complicaciones del IAM (manejo

avanzado del paro cardiorrespiratorio). El

apoyo psicológico al paciente y su familia es

trascendental en el cuidado integral del

paciente. La identificación y características

del cuadro clínico para el enfermero son de

vital importancia. El dolor torácico a menudo

se define como opresivo, ardor, tumefacción,

con inicio de intensidad variable y gradual,

mayor de 30 minutos, en región retroesternal,

irradiado a cuello, mandíbula, hombro

izquierdo o brazo, en muchas ocasiones

asociado a sudoración, náuseas, vómitos,

ocasionalmente se acompaña de síncope o

confusión aguda, debilidad intensa, ansiedad,

agotamiento, palidez, sudoración, taquicardia

o bradicardia, hipertensión o hipotensión

dependiendo del estado adrenérgico.

Actuación del personal de enfermería:

*Debe evaluar al paciente con dolor torácico

y buscar indicios de gravedad y evaluación

del ECG.

*Tomar ECG en los primeros 5 minutos de

ingresado a la UCI e interpretarlo en los

primeros 10 minutos desde la llegada del

paciente

*Exploración física: Constantes vitales,

auscultación cardiorrespiratoria, signos de

perfusión, shock o insuficiencia cardíaca

*Monitorización hemodinámica y ECG con

disponibilidad inmediata a un desfibrilador y

carro de paro. El valor de la monitoría reside

en su interpretación permanente y en el

análisis de la tendencia que exhibe el

paciente; esta información debe ser analizada

por el equipo interdisciplinario para generar

una respuesta pertinente y definir una serie de

cui da dos anticipatorios por parte de

Enfermería.

*Reposo absoluto explicándole la razón y su

importancia al paciente y a su familia,

asistiendo al paciente durante su movilización

en la cama, mantener en posición semisentada

y cómoda

60

*Canalizar vía venosa con toma de muestras

sanguíneas para analítica basal. Se deben

evitar inyecciones intramusculares

*Pulsoximetría y oxigenoterapia

*Suministra el tratamiento rápidamente para

el manejo agudo del IAM de acuerdo a las

órdenes médicas O2, AAS, nitroglicerina,

morfina, clopidogrel, beta-bloqueante, IECA,

estatinas, etc.).

*Realizar cambios de posición y lubricación

de la piel cada 2 horas.

*Incrementar la actividad física en forma

paulatina y de acuerdo a la respuesta del

paciente: dolor precordial; cambios en PA,

FC, ritmo y fatiga. Valorar y evaluar la

respuesta al ejercicio teniendo en cuenta PA,

FC, FR y ritmo cardíaco.

*Administrar anticoagulación profiláctica

teniendo en cuenta la orden médica y que es

un paciente en reposo prolongado.

*Colocar medias antiembólicas para prevenir

éstasis venoso, retirándolas en forma

intermitente por periodos cortos.

*Hacer partícipe al paciente permitiéndole

elegir la hora de actividades de cuidado,

dieta, disposiciones del medio ambiente,

aclarándole qué puede ser cambiado y qué no.

*Instruir al/a la paciente y familia sobre la

modificación de factores de riesgo cardíacos

*Controlar el equilibrio de líquidos

*Identificación precoz de signos de bajo

gasto cardíaco a través de una monitoría

rigurosa y continuada: frecuencia cardiaca,

frecuencia respiratoria, presión arte rial,

saturación arterial, cada 30 minutos en las

primeras cuatro horas y posteriormente cada

hora incluyendo temperatura si el paciente

permanece estable. Registrar en la hoja

correspondiente.

*Realizar examen físico al ingreso y

posteriormente en cada turno o más frecuente

según el estado del paciente y cambios en la

terapéutica.

*Enfatizar en los sonidos cardíacos,

respiratorios e indicadores de perfusión

tisular.

*Debe programarse con las correspondientes

alarmas. In formar oportunamente los

cambios presentados.

La Angina inestable es un dolor torácico

secundario a isquemia miocárdica y sucede

cuando se rompe el equilibrio entre la oferta y

la demanda de oxígeno que sucede

generalmente por obstrucción de la arteria

coronaria, por placas de ateroma o por

disminución de la luz del vaso. Se manifiesta

por dolor opresivo en el pecho, que puede

irradiarse hacia el brazo izquierdo, cuello y

mandíbula, dura menos de 30 minutos y no

cede con el reposo.

Objetivo del cuidado de enfermería:

*Posición de semifowler para reducir el

trabajo de la respiración durante las primeras

24 horas.

*Proporcionar oxígeno suplementario

continuo y humidificado mediante mascarilla

facial para mejorar el intercambio gaseoso y

la oxigenación de los tejidos.

*Valorar continuamente la saturación de

oxígeno mediante oxímetro de pulso

permanente el cual permite conocer el estado

general de la oxigenación.

*Evaluar el patrón respiratorio, valorar y

controlar cambios en la función respiratoria

como: frecuencia respiratoria y saturación de

oxígeno cada hora durante las primeras 24

horas.

*Toma de gases arteriales primero cada dos

horas hasta mantener un control adecuado

cada 24 horas.

*Auscultar sonidos pulmonares cada 2 horas

para valorar congestión pulmonar.

*Valorar parámetros hemodinámicos (PAP,

PVC, PCP y GC) cada 2 horas por lo menos

las primeras 72 horas.

*Controlar y registrar signos vitales cada 2

horas durante las primeras 24 horas. Vigilar

cambios hemodinámicos

*Instalar y mantener una vía intravenosa para

ministración de la terapéutica establecida.

*Controlar la ingesta y excreción de líquidos

cada hora y realizar balance por turno.

*Valorar el dolor inicial, localización,

duración, irradiación y el comienzo de nuevos

síntomas durante el episodio anginoso.

*Obtener un ECG de 12 derivaciones durante

el episodio de dolor y después de éste.

61

*Suministrar y evaluar eficacia de

medicamentos prescritos.

*Promover la continuidad de la atención.

Favorecer la comunicación enfermera-

paciente e impedir que haya algún daño más

en el curso de la hospitalización.

La hipertensión arterial (HTA) se define

por la existencia de valores de tensión arterial

sistólica (TAS) mayores de 140 mmHg y/o de

valores de tensión arterial diastólica mayores

de 90 mmHg. La crisis hipertensiva consiste

en un episodio de elevación brusca de la

tensión arterial sin afectación del

funcionamiento de los órganos diana

(cerebro, corazón, riñón y vasos). La

urgencia hipertensiva se presenta con TA: ≥

180/110 mmHg, elevación de la presión

arterial sin lesiones en órganos diana que

conlleven a un inmediato compromiso de

signos vitales. Requiere una corrección

gradual, en pocas horas (entre las 24 y 48

horas). La emergencia hipertensiva engloba

las situaciones en las que la elevación de las

cifras de tensión arterial ocasionan

alteraciones en el funcionamiento de los

órganos diana (cerebro, corazón, riñón y

vasos), pudiendo dar lugar a una lesión

irreversible de los mismos. Requiere una

disminución de la presión arterial (no

necesariamente un niveles normales) en

menos de una hora para prevenir o limitar los

daños en el paciente. Algunos ejemplos de

episodios de emergencia hipertensiva son:

encefalopatía hipertensiva, hemorragia

intracraneal o subaracnoidea, cardiopatía

isquémica, aneurisma disecante de aorta,

insuficiencia ventricular izquierda: edema

agudo de pulmón. El objetivo en estas

situaciones está encaminado a la disminución

de las cifras de tensión arterial de forma

inmediata, pero evitando los descensos

bruscos, que podrían no ser tolerados por el

paciente.

La definición de crisis hipertensiva varía de

acuerdo a la guía utilizada. En la Guía

Europea de las Sociedades de Hipertensión

Arterial y Cardiología por ejemplo, se

consideran valores >/= 180/120 mmHg. En

Colombia se utiliza la siguiente

categorización de hipertensión arterial.

Clase de presión

arterial

PAS

(mmHg)

PAD

(mmHg)

Normal < 120 <80

Prehipertensión 121-139 80-89

Estadio I 140-159 90-99

Estadio II >/=160 >/=100

Causas de emergencias hipertensivas

1. Causas neurológicas: encefalopatía

hipertensiva, enfermedad cerebrovascular

aguda que puede ser isquémica o

hemorrágica, hemorragia subaracnoidea,

traumatismo craneoencefálico o medular.

2. Causas cardiovasculares: insuficiencia

cardíaca izquierda, aneurisma disecante

aórtico, síndrome coronario agudo.

3. Causas renales: insuficiencia renal aguda

4. Embarazo: Preeclampsia, eclampsia.

Causad de urgencias hipertensivas

1. HTA maligna o acelerada, pacientes con

antecedentes de enfermedad vascular,

periodos preoperatorios y posquirúrgicos,

exceso de catecolaminas circulantes,

ingesta de cocaína, anfetaminas u otras

drogas de diseño, feocromocitoma,

interacción de los IMAO con tiramina y

ciertos fármacos, supresión brusca de

algunos antihipertensivos como

betabloqueadores, crisis de pánico,

trasplantados renales, quemaduras

extensas.

Signos clínicos de afectación de órganos

diana

1. Renales: edemas, oliguria, proteinuria,

hematuria

2. Fondo de ojo: presencia de hemorragias,

exudados algodonosos o duros o

papiledema.

3. Neurológicos: alteración del estado de

conciencia, coma, desorientación, crisis

convulsivas, focalidades neurológicas o

rigidez de nuca.

4. Cardiopulmonares: taquicardia,

taquipnea, tercer tono, o galope, ortopnea,

crepitantes, ingurgitación yugular,

edemas, soplo abdominal, asimetría de

62

5. pulsos, signos de mala perfusión

periférica, shock.

Cuidados de enfermería:

*Controlar y valorar la tensión arterial cada 5

minutos y después de estabilizar la tensión

arterial cada 1 hora.

*Realizar examen físico de enfermería para

valorar la presencia de manifestaciones

neurológicas, renales, vasculares y cardiacas.

*Monitorizar al paciente

*Realizar electrocardiograma según el estado

del paciente y frecuencia establecida.

*Canalizar vena

*Administrar medicamentos según criterio

médico, protocolos de la UCI y evaluar su

respuesta.

*Canalizar arteria para instalar control

invasivo de la tensión arterial.

*Medir la diuresis de 24 horas.

*Valorar y controlar los factores presentes

que inciden en la tensión arterial.

*Brindar apoyo en la esfera afectiva.

*Brindar educación sanitaria (cuando el

estado del paciente lo permita y se encuentre

fuera de la fase aguda) en relación con:

proceso de la enfermedad, régimen

terapéutico, y factores que favorecen la

elevación de la tensión arterial.

Algunos Medicamentos utilizados en las

urgencias hipertensivas

Medicamento Dosis Inicio Duración

Beta antagonistas*

Atenolol

Labetalol

carvedilol

25-

100

mg

100-

200

mg

12,5-

25 mg

1-2 h

½-2 h

½-2 h

8-12 h

Calcioantagonistas

Diltiazem

Nicardipino

Verapamilo

Amlodipino

30-

120

mg

20-40

mg

80-

120

mg

5-10

mg

<15

min

< 30

min

<60

min

1-2 h

8h

8h

8h

24 h

IECA

Captopril

Enalapril

12,5-

50 mg

2,5-20

mg

< 15

min

< 60

min

6-12 h

2-24 h

Antagonista alfa 1

Prazosin

1-5

mg

< 60

min

6-12 h

Los Beta antagonistas están

contraindicados en ICC, bloqueo cardíaco,

EPOC, asma e intoxicación por cocaína.

Algunos Medicamentos utilizados en la

emergencia hipertensiva

MEDICAM

ENTO

DOSIS

IV

ACCIÓN/DU

RACIÓN Nitroprusiato

de sodio

0.25-10

mcg/kg/

min

Inmediata/1-2 min

Nitroglicerina 5.0-100

mcg/min

2-5 min./2-5 min

Labetalol 20-80

mg bolos

IV c//5-

10

minutos

o 0.5-2.0

mcg/min

5-10 min./3-6 h.

Hidralazina 5-10 mg

c/20 min.

Máximo

20 mg

10-20 min. /3-6 h.

Enalaprilat 1.25-5

mg c/6

horas

Administ

rar en 5

min

15-30 min./6-8 h.

Nicardipina 5mg/h.

Aumenta

r 1-2.5

mg/h.c/1

5min.

Hasta 15

mg/h

5-10 min./1-4 h.

Esmolol

500

mcg/kg/

min. X 1

min.,

luego 50-

300

mcg/kg/

min. X 4

min.

Repetir

si es

necesario

1-2/min. /10-20

min.

63

Diazóxido

1-3

mg/kg/10

-15 min.

Hasta

150 mg

Si se utiliza tratamiento trombolítico debe

instaurarse tratamiento hipotensor a las 24

horas si TA>185/110 mmHg. El fármaco a

utilizar podría ser el Labetalol (primera

elección por rápida y segura dosificación), o

el enalapril i.v. (es el único IECA

intravenoso. La dosis a utilizar es 1 mg IV

administrado muy lentamente (5 minutos). Si

no se obtiene respuesta, a la hora se

administra nuevamente 1-2 mg IV de forma

lenta. Posteriormente se ajustarán las dosis

cada 6 h 1-2 mg según cifras tensionales). El

Nitroprusiato sería de segunda elección para

algunos autores por el riesgo de elevar la PIC.

Hay que vigilar la aparición de signos y

síntomas de hipoperfusión cerebral.

Nitroprusiato de Sodio dosis: 0.5 µg/kg/min.

Max 2mcgms/kg/min.

INSUFICIENCIA CARDIACA

CONGESTIVA.

Las manifestaciones clínicas típicas de la IC

pueden estar ausentes en el anciano; de esta

manera, la disnea progresiva de esfuerzo,

disnea paroxística nocturna y la ortopnea, que

suelen indicar fallo ventricular izquierdo, o

los edemas periféricos, dolor en hipocondrio

derecho y ascitis, frecuentes en fallo

ventricular derecho, pueden ser sustituidos

por síntomas menos específicos, como la

fatiga, debilidad muscular generalizada, la

anorexia o el delirio. La presencia de otras

enfermedades concomitantes (asma, EPOC) y

la superposición de alteraciones frecuentes en

la vejez (edema periférico, pérdida de apetito)

pueden dificultar aún más el diagnóstico de

IC. Existen criterios diagnósticos que

permiten diagnosticar IC en presencia de

síntomas y signos subjetivos unidos a

evidencia objetiva de disfunción cardiaca

(ecocardiografía, resonancia magnética

cardiaca o ventriculografía) y, cuando exista

duda, respuesta a tratamiento.

Los criterios diagnósticos referidos por la

Sociedad Europea de cardiología son:

1. Síntomas de IC (en reposo o ejercicio):

disnea, edema, fatiga.

2. Evidencia de disfunción cardíaca

preferiblemente por ecocardiografía,

sistólica o diastólica en reposo y en casos

dudosos.

3. Mejoría con tratamiento para IC

CRITERIOS DE FRAMINGHAM PARA

DIAGNÓSTICO DE IC

CRITERIOS

MAYORES

CRITERIOS

MENORES

Disnea paroxística

nocturna

Edema en piernas

Ortopnea. Tos nocturna.

Ingurgitación

yugular

Disnea de esfuerzo.

Crepitantes Hepatomegalia.

Tercer tono Derrame pleural.

Cardiomegalia

radiológica

Frecuencia cardiaca

>120.

Edema pulmonar

radiológico

Pérdida de más de 4,5

kg tras 5 días de

tratamiento.

Clasificación según la NYHA (New York

Heart Association)

Clase Síntomas

CLASE I: Sin limitaciones en la actividad

física.

CLASE II: La actividad física habitual causa

disnea, cansancio o palpitaciones.

CLASE III: Gran limitación en la actividad

física. Sin síntomas en reposo, pero cualquier

actividad física provoca los síntomas.

CLASE IV: Incapacidad para realizar

actividad física, síntomas incluso en reposo.

Los objetivos del tratamiento son mejorar la

calidad de vida, reducir síntomas, aumentar la

tolerancia al esfuerzo, disminuir las

hospitalizaciones y reingresos, aumentar la

supervivencia reduciendo los efectos

secundarios y complicaciones de la

medicación.

64

Rol de enfermería:

*Recordar que la limitación funcional,

comorbilidades, sedentarismo, polifarmacia,

falta de adherencia a los medicamentos, etc.,

hacen este grupo de pacientes los más

difíciles de manejar.

*La educación de enfermos, familiares y

cuidadores es pieza fundamental en el

tratamiento de la ICC. Se debe ofrecer

información sobre el nombre, dosis, hora y

ruta de toma de los fármacos pautados,

exponer los posibles efectos secundarios, la

importancia del cumplimiento terapéutico y la

posibilidad de que la mejoría en síntomas, si

aparece, pueda ser lenta y parcial.

*Posición semisentado.

*Soporte de Oxigeno, fisioterapia respiratoria

manteniendo el paciente en posición

semisentada, ejercitando las extremidades.

*Realizar examen físico evaluando

periódicamente la aparición de los signos y

síntomas de la enfermedad.

*Mantener las vías aéreas permeables.

Valorar cambios respiratorios que son signos

de mal pronóstico.

*Monitorear y observar estrictamente los

signos vitales

*Evitar la sedación excesiva, para detectar

fluctuaciones de la conciencia y trastornos

respiratorios.

*Restringir los líquidos. Registrar balance

hidromineral estricto, pesando al paciente

diariamente y restringir los líquidos

*Dieta. Hipercalórica e hiposódica.

Confirmar la alimentación diaria trazada en

varias comidas a fin de Se recomienda evitar

náuseas y dispepsia. Solicitar dieta

hiposódica

*La realización de programas de ejercicio

físico en clases funcionales II y III produce

una mejoría de síntomas como la disnea y

fatiga, y una reducción en las tasas de

mortalidad y reingreso. En clase IV debe

guardarse reposo.

*Pesar a diario los pacientes y el tratamiento

diurético se ha de revisar cuando aparezcan

cambios inesperados en el peso (aumento o

pérdida de 2 kg en 3 días).

*Inmunización: vacunación antigripal (anual)

y neumocócica (tan sólo una vez).

*Apoyo psicológico: la depresión es

frecuente en ICC y debe ser tratada

activamente. Es importante recordar que

algunos fármacos antidepresivos pueden

producir retención de líquidos y alteraciones

del ritmo cardiaco.

*Recordar los estudios diagnósticos que se

deben solicitar: ECG, ecocardiograma,

gasometría arterial, hemograma completo,

electrolitos, medición de presión venosa

central.

*Realizar aseo de cavidades, mantener la piel

seca y limpia para evitar ulceras por

presesión.

*Cumplimiento estricto de la terapéutica

medicamentosa (IECA´s, ARA II, diuréticos

del asa y tiazidas, inhibidores de la

aldosterona como espironolactona, digoxina,

nitratos e hidralazina, antiagregantes y

estatinas, anticoagulantes orales, otros

antiarrítmicos).

CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN

CIRUGIA CARDIOVASCULAR.

En la UCI el personal de enfermería cumple

un papel fundamental en el cuidado del

paciente que se enfrenta a cirugía cardíaca.

En el periodo posoperatorio, los cuidados se

dirigen a la identificación y resolución de

complicaciones potenciales. Debido al

desarrollo de la cirugía cardíaca, ingresan a la

UCI pacientes con transplante cardíaco,

revascularización coronaria, asistencia

mecánica circulatoria, protección miocárdica,

cirugías valvulares, correcciones de

cardiopatías congénitas, etc. Cada

intervención que posea mayor grado de

agresividad y complejidad va a incidir en la

condición clínica posquirúrgica del paciente.

Por supuesto que la el manejo quirúrgico es

complejo e invasivo, lo cual requiere una

completa monitorización de múltiples

parámetros fisiológicos en la UCI, manejo

dinámico de las medidas de soporte

hemodinámico y respiratorio de acurdo a la

evolución clínica del paciente.

65

Habitualmente la salida del quirófano del

paciente es característica: si no hay

ventilador de transporte disponible se traslada

ventilado con BVM conectado a una toma de

O2 portátil. Siempre está monitorizado y con

todas las perfusiones intravenosas conectadas.

Presenta hipotermia central y periférica,

intubado, con apósito sobre la esternotomía,

en by-pass de safena con herida quirúrgica en

la pierna donante cubierta con apósito y

venda elástica, en ocasiones catéter de Swan-

Ganz y en ocasiones mucho más raras aún,

con balón de contrapulsación, catéteres

centrales venoso y arterial con conexión a

cápsulas de presiones, y los equipos de

evacuación con dos tubos de drenaje del

mediastino y pleura o en el mismo

mediastino el segundo tubo, casi siempre

unidos en conexión en Y a un sistema de

aspiración tipo Pleur-Evac, todos los tubos

pinzados. El paciente está conectado a un

marcapasos con un cable bipolar percutáneo.

Y se encuentra monitorizado, con sondas de

drenaje pinzadas.

Funciones en la Recepción del paciente

posquirúrgico cardíaco en la UCI por

enfermería

*Se conecta el paciente al ventilador

mecánico con parámetros ya establecidos por

el anestesiólogo o la terapista respiratoria.

*Se monitoriza el paciente con registro de

ECG y luego se desconecta del monitor de

traslado

*Se conectan las cápsulas de presiones a los

módulos del monitor y se calibran

*Se conectan los equipos compactos de

aspiración del paciente al manómetro de bajo

vacío de la pared, despinza los tubos y abre la

presión negativa hasta que la columna de

agua de la cámara de control de succión

presente burbujas suavemente.

*Se conecta el banco de llaves (Manifold) al

catéter venoso central del paciente, si alterar

el curso de los medicamentos que se le están

suministrando al paciente.

*Se conecta el cable de marcapasos al cable

bipolar situado junto a la esternotomía,

investigando de inmediato el umbral de

excitación cardíaca, luego se coloca doble

intensidad y se deja en posición sincrónico ( a

demanda) para que intervenga si es necesario.

*Control de signos vitales cada 10 a 15

minutos o menos si es necesario, medición

horaria de diuresis, PVC. Presión arterial,

débito de drenajes, parámetros ventilatorios.

*Realizar ECG

*Toma de muestras sanguíneas para

hemograma, químicos, gasometría arterial,

coagulación.

*Solicitar Rx de tórax

*Asegurar todas las conexiones del sistema

de aspiración

*Vigilar estado de los apósitos

*Evaluar el grado de sedación

*Alerta permanente para detectar cualquier

complicación propia del posoperatorio:

disrritmias, frecuencia anormal, alteraciones

ECG, palpitaciones, síncope, urgencias

cardiacas. El músculo isquémico produce

arritmias, también puede deberse a la

manipulación quirúrgica, la hipotermia y

acidosis.

*Detectar signos y síntomas de: insuficiencia

respiratoria( taquipnea, disnea, uso de

músculos accesorios, cianosis, aumento de

estertores (roncus o sibilancias),

intranquilidad, aumento de la PCO2,

descenso de la SO2, disminución del pH);

taponamiento cardíaco (hipotensión, tonos

cardíacos disminuidos, roce pericárdico,

respiración de Kussmaul, distensión yugular,

dolor, intranquilidad, aumento de la PVC y

PAP, aumento o interrupción del drenaje de

los tubos torácicos); hipotensión y bajo gasto

cardíaco (índice cardiaco <2,0, aumento de la

PCP, aumento de PVC, disminución de la

TA, piel fría y húmeda, oliguria, taquicardia,

taquipnea, intranquilidad, letargo, confusión,

estertores, pulsos periféricos débiles);

hipertensión o hipervolemia( TA sistólica

>140 mmHg, TA diastólica >90 mmHg,

aumento de la resistencia vascular sistémica

(RVS; hemorragia o hipovolemia

(hemorragia por la incisión; aumento del

drenaje por tubos torácicos, taquicardia,

hipotensión, taquipnea, debilidad o ausencia

66

de pulsos periféricos, piel fría y húmeda,

mareos, petequias, encías sangrantes,

descenso de Hb y Hcto, aumento del TP y

TPT, plaquetopenia); infarto de miocardio

(dolor torácico “isquémico“, taquicardia,

hipotensión, taquipnea, intranquilidad, letargo

o confusión, náuseas y vómitos, elevación del

ST, elevación de las enzimas cardíacas,

aumento de la PVC y PCP, distensión

yugular, debilidad de pulsos periféricos, piel

fría y húmeda, descenso de la diuresis por

hipoxia tisular, secundaria a estenosis u

obstrucción de las arterias coronarias o

colapso del injerto); insuficiencia renal

(descenso de la diuresis (< 30 ml/h), aumento

de la urea, creatinina y potasio en sangre,

aumento de la densidad de la orina > 1030,

aumento de la PVC y la PAP); accidente

cerebrovascular (ictus) (desigualdad en el

tamaño y reacción de las pupilas, parálisis o

parestesias en extremidades, disminución del

nivel de conciencia, visión borrosa, crisis

convulsivas); delirium poscardiotomía.

*Tomar fotocopia del tratamiento médico

protocolizado para cada tipo de intervención.

CIRCULACION EXTRACORPOREA es

una técnica que permite realizar cirugías a

corazón abierto mediante la derivación de la

sangre venosa antes de su llegada a la

aurícula derecha que la hace pasar por un

aparato donde se oxigena y se reinyecta

posteriormente en la aorta mediante un

sistema de bombeo. Con CEC el circuito

sanguíneo que se establece sale de las venas

cavas a su entrada en la AD y vuelve, tras

oxigenarse en la "bomba", al organismo a la

altura de la raíz aórtica. Una vez conectado a

la CEC se somete a hipotermia con una

solución especial a unos, 4-6 grados C, que se

perfunde intermitentemente a través de las

coronarias. También se disminuyen los

requerimientos energéticos del organismo

mediante una reducción de la temperatura

corporal de unos 10° o 15°C. La sangre se

hepariniza al entrar a la bomba de perfusión

y, sólo cuando se va a terminar la cirugía, se

inyecta protamina para neutralizarla. La

asistolia del corazón se logra inyectando a

través de las coronarias de una solución rica

en K. La recuperación del ritmo se produce

en la cuando se elimina esta solución,

mediante lavado coronario, y se desclampan

los grandes vasos. Los cambios más

importantes en la circulación son el bombeo

de sangre de forma continua no pulsátil y la

ausencia de circulación pulmonar.

Las complicaciones de la CEC son entre otros

hemólisis, pulmón de perfusión, Insuficiencia

renal no oligúrica u oligúrica y se pueden

presentar minutos antes de salir de sala de

cirugía. La hipotensión puede causar colapso

del injerto coronario, dada la hipovolemia por

sangrado importante, además de falla de la

bomba. La hipertermia por encima de 38°C

puede aparecer aunque es rara, las

taquiarritmias a menudo se presentan con

aumento de la frecuencia cardíaca. En

ocasiones puede haber bradicardia severa

generada o por bloqueos o por uso de

betabloqueadores o intoxicación por digital.

Insuficiencia cardiaca postquirúrgica derecha,

izquierda o global; infarto perioperatorio,

Taponamiento.

La sedación del paciente es constante durante

las primeras horas, a la hora 3-4 comienza a

despertar con ausencia de fuerza muscular. La

actuación de enfermería consiste en avisar al

enfermo que ya fue intervenido, que tiene un

tubo en la boca que se le va a ir retirando

poco a poco. La extubación se realiza 30 a 45

minutos después de que el paciente esté

hemodinámicamente estable, sin sangrado,

sin necesidad de volver al quirófano, sin

problemas de oxigenación. Durante las

primeras horas tras la extubación hay que

vigilar que el paciente ventile

adecuadamente. También hay que estar alerta

para detectar la posible aparición de un

edema de glotis. Se facilita la oxigenación

con una mascarilla al 35% o al 40% con

controles de 15 a 30 minutos y mantendremos

esta pauta hasta que hayan transcurrido 7 h.

Si se mantiene estable pasaremos a controles

horarios hasta cumplidas las 24 h del ingreso.

Si sigue estabilizado lo tomaremos cada 2 h.

La primera toma de agua la realizará a las 2 h

de ser extubado. Se repite varias veces

67

durante unas 2 h. Estará en decúbito supino,

más o menos incorporado, sin lateralizarse

porque se fuerzan las suturas de esternón y

puede producirse una dehiscencia. El cambio

de ropa de la cama de hará “de arriba abajo”.

La fisioterapia respiratoria completa se

realizará cada 8 h para evitar que se acumulen

las secreciones. Incluye humidificación,

clapping, ejercicios respiratorios (con o sin

aparatos), drenaje postural, tos propia o

asistida y, si fuera preciso, aspiración

endotraqueal. Se realizará, si el estado del

paciente, a partir de las 10 h tras su

extubación. Después del segundo día se retira

el catéter de la arteria, salvo que lo necesite

por estar hemodinámicamente inestable.

Haremos compresión hasta que deje de

sangrar. Se levantan los apósitos quirúrgicos

y se observa el estado de las heridas. La cura

de las heridas quirúrgicas es “a priori” plana,

porque está limpia y suturada. La técnica

debe realizarse con estricta asepsia. La herida

puede presentar un aspecto de infección, con

enrojecimiento y supuración, si rezuma algún

líquido se comunica al médico. Si es

purulento se cursa un cultivo antibiograma.

La herida de la pierna dadora, en los by-pass

de safena tiene el mismo tratamiento que la

esternotomía pero con una particularidad:

lleva una venda elástica que comienza a

colocarse por las falanges y termina en la

mitad del muslo. La compresión debe ser

suave pero firme. Su función es facilitar el

retorno venoso. Esta pierna deberá elevarse

cuando el enfermo se siente. La venda se

retirará cuando comience a deambular.

Colocar una sujeción cruzada sobre el pecho

con una venda elástica adhesiva o una faja

torácica, con el fin de proteger la

cicatrización esternal, cuando el paciente

presente sea de edad avanzada con cirugía de

by-pass coronario, paciente corpulento con

decalcificación ósea, o agitación. El catéter

de AI suele retirarse a las 24-48 h (bajo

prescripción médica). Se ejecuta traccionando

con suavidad pero con firmeza, evitando que

pueda entrar aire. Si hay una importante

resistencia a la extracción puede haber

quedado aprisionado por los alambres del

esternón, se comunica al médico y, en última

instancia, vendría a retirarlo el cirujano.

Antes de realizar la extracción debemos

marcar en el Pleur-Evac la cantidad de sangre

drenada hasta este momento, para advertir si

hay un aumento significativo al sacar el

catéter. Los drenajes torácicos pueden

retirarse a las 2-3 h hacer lo propio con el

catéter de la aurícula, siempre que la

evolución del enfermo lo permita y de

acuerdo a los protocolos de la unidad. La

sonda vesical será retirada siempre que el

enfermo evolucione adecuadamente y no

haya contraindicación especificada. La cánula

venosa corta se retirará si el paciente está

estable y no precisa transfusiones de sangre.

El generador de marcapasos se desconectará

del cable bipolar del paciente si éste no

presenta alteraciones del ritmo que puedan

necesitarlo.

68

CAPÍTULO 10. CLASIFICACIÓN DEL

SHOCK:

HIPOVOLÉMICO,

CARDIOGÉNICO, OBSTRUCTIVO,

DISTRIBUTIVO (SÉPTICO,

ANAFILÁCTICO, NEUROGÉNICO).

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

SHOCK HIPOVOLÉMICO se produce por

reducción del volumen sanguíneo por

múltiples causas desencadenando una

perfusión aguda sistémica inadecuada por

desequilibrio entre la demanda y la oferta de

O2 a los tejidos. Todo esto lleva al desarrollo

de hipoxia tisular y disfunción de órganos

vitales determinados por la reducción del

volumen circulante. La pérdida de volumen

eficaz circulante es el inicio de la alteración y

una vez desencadenado, se generan una

secuencia de eventos cada uno de los cuales

va afectando al siguiente. El deterioro del

flujo sanguíneo a órganos y tejidos vitales

causa una distribución inadecuada de O2 que

al final llevan a un estado de insuficiencia

microcirculatoria. El resumen de eventos se

inicia con la disminución del volumen

circulante. Luego hay disminución del

retorno venoso al corazón, disminución de

llenado del ventrículo izquierdo y

disminución del volumen minuto cardíaco.

Esto lleva a la disminución de la presión

arterial, vasoconstricción periférica y

sistémica, hipoxia tisular y al desarrollo de

insuficiencia circulatoria periférica aguda

convirtiéndose así en un círculo vicioso.

Puede producirse por hemorragias internas o

externas, pérdidas de líquidos por vómitos,

diarreas, quemaduras, pérdidas internas en

caso de pancreatitis, oclusión intestinal,

ascitis, edemas generalizados.

Clínicamente los pacientes pueden presentar

sed, hipotensión arterial, especialmente

disminución de la presión arterial sistólica

por debajo de 90 mmHg, sudoración profusa,

palidez mucocutánea, taquicardia, pulsos

débiles, mareos o fatiga, polipnea, oliguria o

anuria dependiendo del grado de pérdida de

volumen. En la Hipovolemia leve (grado I, ≤

20% del volumen sanguíneo) aparece

Taquicardia leve, pero relativamente pocos

signos externos, especialmente en un paciente

joven en posición supina. Los fenómenos

compensatorios mantienen la PA, pero hay

hipotensión postural. La hipoperfusión afecta

sólo a ciertos tejidos que la toleran bien,

como piel, grasa, músculo esquelético y

huesos. En Hipovolemia moderada (grado II,

20-40% del volumen sanguíneo) se presenta

Hipotensión postural, taquicardia

significativa, ansiedad. Se afectan órganos

que toleran mal la hipoperfusión: hígado,

páncreas, bazo, riñones. Aparece la sed como

manifestación clínica; puede haber

hipotensión en la posición de decúbito dorsal;

la hipotensión postural es manifiesta, y hay

oliguria y taquicardia leve o moderada. En

Hipovolemia severa (grado III, ≥ 40% del

volumen sanguíneo) hay hipotensión postural,

taquicardia marcada, oliguria, agitación,

confusión, alteración del sistema nervioso

central, hipoperfusión del corazón y del

cerebro, respiración profunda y rápida, y

acidosis metabólica. Si el estado de franco

colapso cardiovascular no es atendido, el

cuadro evoluciona hacia la muerte.

Intervenciones de enfermería: *Restauración del volumen circulatorio y

déficit de líquido extracelular. Infusión de

cristaloides como solución salina normal o

lactato de Ringer con canalización de dos

venas periféricas o un catéter central.

*Toma de paraclínicos como hemograma

completo, hemoclasificación, pruebas de

fracción renal, gasometría arterial

*Reposo horizontal o Trendelenburg

*Mantener y proteger vía aérea permeable.

*Mejorar la oxigenación del paciente con

Oxigenoterapia a 3-5 L por minutos por

máscara con reservorio o catéter nasal si

69

disminuye la saturación medida ya que estos

pacientes tienen demandas de O2

incrementadas.

*Monitorización se signos vitales

*Vigilar el estado neurológico

*Vigilar diuresis y colocar sonda vesical si es

necesario

*Inspeccionar piel en busca de heridas

externas y realizar el control de éstas

*Canalizar un acceso venoso central y

monitorizar PVC

*Colocar sonde de Levine

*Transfusiones de sangre total que provee

plasma y componentes hemostáticos si está

ordenado

SHOCK CARDIOGÉNICO: el flujo

sanguíneo anterógrado es inadecuado por

una alteración en la función cardiaca con

adecuado volumen intravascular,

generalmente debido a falla en la perfusión

miocárdica. El patrón hemodinámico está

dado por disminución del gasto cardiaco,

presiones de llenado ventricular izquierdo

aumentadas, incremento de la resistencia

vascular sistémica y disminución del trabajo

sistólico ventricular izquierdo.

Intervenciones de enfermería:

*Agentes cronotrópicos para corregir

bradicardia (atropina, isoproterenol) o

inotrópicos para optimizar la contractilidad

del miocardio (principalmente dopamina y

dobutamina).

*Vasodilatadores cuando la resistencia

vascular sistémica está elevada.

*Diuréticos para disminuir el volumen

circulatorio en presencia de falla congestiva.

*La bomba de balón intra-aórtico es útil en

casos debidamente seleccionados.

SHOCK DISTRIBUTIVO: se produce por

una vasoplejía sistémica produciéndose una

hipovolemia relativa. El patrón

hemodinámico de desarrollo de la patología

es la presencia de un gasto cardiaco normal o

aumentado, resistencia vascular sistémica

disminuida y presión de llenado ventricular

izquierdo normal o disminuido.

En el shock séptico el cuadro clínico

inicialmente es de vasodilatación periférica,

aumento del gasto cardíaco y aumento del

trabajo cardiovascular, una condición

hiperdinámica que se manifiesta, en forma

característica, por piel caliente y roja. Esto ha

sido denominado shock caliente. El shock

anafiláctico es consecuencia de una reacción

alérgica exagerada ante un antígeno. Son

numerosas las sustancias capaces de

producirlo. Habitualmente la reacción

anafiláctica se produce como consecuencia de

la exposición a un antígeno que induce la

producción de IgE que se fija sobre la

superficie de los basófilos circulantes y sobre

los mastocitos tisulares del tracto

gastrointestinal y respiratorio y piel que

quedan sensibilizados. Cuando la exposición

al mismo antígeno se repite, éste se une a las

IgE y la activa, iniciándose una serie de

eventos bioquímicos que conducen a la

liberación de mediadores como histamina,

prostaglandinas, factor activador plaquetario,

fragmentos de complemento, componentes de

la cascada de la coagulación, productos de la

vía de la lipooxigenasa y metabolitos del

ácido araquidónico. Estos mediadores

liberados alteran la permeabilidad capilar a

nivel sistémico y pulmonar con formación de

edema intersticial y pulmonar. Hay además,

una vasodilatación generalizada con descenso

de la presión arterial y una vasoconstricción

coronaria que provoca isquemia miocárdica,

contracción de la musculatura lisa de los

bronquios y de la pared intestinal, que causa

broncoespasmo, diarrea, náuseas, vómitos y

dolor abdominal. La activación de la cascada

de la coagulación puede desencadenar una

CID. La hipotensión se implica la

disminución de la precarga por hipovolemia y

vasodilatación, la disminución de la postcarga

por descenso de las RVS y la disfunción

cardíaca por isquemia. El shock neurogénico

es producto de una lesión o disfunción del

sistema nervioso simpático o de lesión de la

médula espinal por encima de T6, en cuyo

caso los reflejos cardioacelerador y

vasoconstrictor se interrumpen lo cual

producirá una pérdida del tono vascular con

gran vasodilatación y descenso de la precarga

por disminución del retorno venoso,

bradicardia la cual acentúa la hipotensión.

70

En estos pacientes la característica clínica es

el bajo gasto cardíaco con descenso de la

precarga (PVC, PAOP) y disminución del a

resistencia vascular periférica.

Intervenciones de enfermería:

*Manejo inicial de la causa, con

antibióticoterapia (uso racional) y de acuerdo

al resultado de los cultivos , drenaje del foco

infeccioso en el caso del shock séptico.

*Líquidos IV para mantener el volumen

circulatorio, preferiblemente soluciones

cristaloides, 1-2 litros en 30 minutos a 1 hora

y de acuerdo a la respuesta cardiovascular

con mejoría de los signos vitales, se

determinará la infusión de bolos adicionales.

*Monitoreo hemodinámico: signos vitales,

PVC, parámetros de presión, flujo y

resistencia de precarga y poscarga, gasto

cardíaco continuo.

*Inotrópicos si la PVC o gasto cardiaco no

mejoran

SHOCK OBSTRUCTIVO: la principal

característica de un shock obstructivo es la

obstaculización del llenado cardiaco en forma

adecuada. El patrón hemodinámico que se

desarrolla es por disminución del gasto

cardiaco, aumento de la resistencia vascular

sistémica y presión de llenado ventricular

izquierdo variable. Cuando se sospecha

taponamiento cardiaco, un signo importante

es una disminución > 10 mmHg de la PAS

durante la inspiración (pulso paradójico).

Los signos y manifestaciones clínicas son:

Cianosis y frialdad cutánea, particularmente

en extremos dístales de extremidades. Palidez

y falta de recirculación, demostrable en el

pulpejo de los dedos de manos y pies o en el

lecho de las uñas, con un llenado capilar > de

3 segundos. Colapso de las venas subcutáneas

por vasoconstricción adrenérgica.

Taquicardia también fundamentalmente un

fenómeno adrenérgico. Trastornos del

sensorio: angustia, aprehensión y

obnubilación mental, que en gran parte se

deben a disminución del flujo sanguíneo

cerebral; Oliguria, con volúmenes urinarios

de menos de 0.5 ml/kg por hora en el adulto y

de menos de 1.0 ml/kg/hora en el niño, como

consecuencia de la disminución de la

perfusión renal; Hipotensión arterial, con

descenso de la presión sistólica y

conservación de la diastólica (disminución de

la presión diferencial); La hipotensión es una

manifestación principal, a la que mayor

atención se le presta, pero a veces

erróneamente, como la única señal del estado

de shock. Se considera que existe hipotensión

cuando el valor de la PAS es < a 90 mm Hg o

una PAM < 60 mm Hg. En una persona

hipertensa hay hipotensión cuando la PAS

desciende en 40 mm Hg con respecto al valor

basal. Los fenómenos compensatorios pueden

mantener niveles normales de presión arterial,

por lo cual puede llegarse a la pérdida hasta

del 30% del volumen circulatorio antes de

que se produzca hipotensión clínica: la

presencia de la taquicardia y palidez como

signos precoces, permiten su reconocimiento.

Cuando aún está conservado el valor sistólico

de la presión arterial, el paciente presenta

hipotensión postural u ortostática: el valor

desciende más de 10 mmHg al sentar

súbitamente a la persona o ponerla de pie.

Cuidados de enfermería: aunque la

administración de líquidos puede mejorar

algo el problema, éste es un fenómeno de

carácter mecánico y el tratamiento definitivo

es la corrección de la alteración primaria que

lo ha causado, drenaje o evacuación

pericárdica o permeabilización del vaso

obstruido.

Medidas de manejo general:

*Oxigenoterapia a alta concentración

mediante una máscara con reservorio 15

lts/min. y de persistir la hipoxemia

cuantificada mediante el análisis de gases

arteriales o pulso-oximetría o un trabajo

ventilatorio ineficiente se procederá a

intubación endotraqueal y uso de ventilación

mecánica precoz.

*Fluidoterapia: La resucitación con fluidos se

realizara mediante la administración de suero

salino inicialmente un volumen de 2000 a

3000 cm utilizando dos vías venosas

periféricas de 14 G o 16G., evaluando la

respuesta con la monitorización de la presión

arterial, frecuencia cardiaca, diuresis horaria,

71

y la presencia de signos de sobrecarga de

volumen.

*Inmediatamente se colocará un catéter

venoso central para la administración racional

de la fluidoterapia. Se utilizarán fluidos

evaluando la respuesta según la modificación

de la Presión Venosa Central (PVC).

*Fármacos inotrópicos: De continuar la

inestabilidad hemodinámica a pesar de una

adecuada resucitación con volumen

expresada por una adecuada presión venosa

central (PVC) o una presión de oclusión de la

arteria pulmonar (POAP), debe iniciarse la

administración de fármacos vasoactivos:

*Dopamina: Dosis inicial endovenosa de 5

µg/Kg/min mediante una bomba de infusión.

La administración es continua y se modificará

de acuerdo a la respuesta hemodinámica.

Dosis máxima de 20 µg/Kg/min. Debe ser

aplicada por vía venosa central de preferencia

*Norepinefrina: Dosis inicial endovenosa 0.1

µg/Kg/min., dosis titulable hasta 15

µg/kg/min. Administrar por bomba de

infusión y vía venosa central

*Dobutamina: Dosis inicial endovenosa 5

µg/Kg/min mediante una bomba de infusión.

La administración es continua y se modificará

de acuerdo a la respuesta hemodinámica.

Dosis máxima 10 µg/Kg/min.

Manejo específico: determinar el tipo de

shock, procediéndose a iniciar el manejo

etiológico del mismo.

Monitoreo hemodinámico: presión venosa

central (PVC), gasto cardiaco y variables

hemodinámicas de presión, resistencia y

flujos. Las técnicas de medición del gasto

cardiaco son: colocación de un catéter en la

arteria pulmonar para determinar presiones y

resistencias. Está relacionada a infección

asociada a catéter (4 a 5 %) y presenta

ocasionalmente dificultades técnicas en su

aplicación. La medición no es continua. Uso

de una sonda esofágica que utiliza el

principio Doppler en la arteria aorta

descendente para determinar flujos y

resistencias. La medición es continua.

Limitación relativa cuando el paciente está

despierto. Balón de contrapulsación

intraaórtico.

Monitoreo Ventilatorio: midiendo los

parámetros oximétricos (Pa/Fi02, PaCO2,

Gradiente Alvéolo arterial y Shunt

Arteriovenoso) y la mecánica respiratoria

(frecuencia respiratoria, volumen tidal,

presión pico y presión media de vía

respiratoria, compliance dinámica y estática,

presión positiva en vía aérea en caso de VM).

Ventilación mecánica convencional y no

convencional.

Monitoreo neurológico: Escala de Glasgow.

Si hay episodios convulsivos se efectuará el

monitoreo electroencefalográfico continuo.

En casos de sospecha de hipertensión

endocraneana se medirá la presión

intracerebral y la temperatura central de

preferencia. De ser posible se cuantificará la

presión de perfusión cerebral y la saturación

de oxigeno cerebral. En casos de usar

fármacos para producir sedoanalgesia y

relajación neuromuscular en pacientes en

ventilación mecánica, se podría realizar el

monitoreo del estado de sedación y/o

monitoreo neuromuscular.

Monitoreo urinario: cuantificar el gasto

urinario: volumen/minuto, volumen/hora,

densidad urinaria, el sodio urinario y la

fracción de eyección del sodio.

Monitoreo Intrabdominal: ante presencia

de shock séptico asociado a patología

intrabdominal (médica o quirúrgica) y/o

presencia de síndrome de hipertensión

intrabdominal o síndrome copartamental, es

recomendable efectuar el monitoreo continuo

de la presión intrabdominal.

Monitoreo Nutricional: en todo paciente en

estado que además reciba soporte nutricional

artificial (enteral y/o parenteral) debe

realizarse el monitoreo del estado nutricional,

aplicando las técnicas biométricas,

laboratoriales y calculando el balance

nutricional.

Las complicaciones más frecuentes en el

shock en etapas avanzadas pueden ser:

insuficiencia renal aguda, injuria pulmonar,

encefalopatía metabólica, trastornos de la

coagulación, alteraciones hidroelectrolíticas y

del equilibrio ácido base, desnutrición

hipercatabólica, hemorragias digestivas,

hepatopatía aguda.

72

CAPÍTULO 11 MONITORÍA HEMODINÁMICA NO

INVASIVA E INVASIVA EN LA

UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

Ángela María Herrera

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

El monitoreo hemodinámico es la piedra

angular en el cuidado del paciente

críticamente enfermo. El principal objetivo

del tratamiento es conseguir un ambiente

controlado y seguro que permita de manera

individualizada, basados en la evidencia y en

la experiencia clínica, elegir los fármacos, las

modalidades ventilatorias y el soporte

hemodinámico y metabólico adecuados.

La monitoría hemodinámica tiene en el

contexto del paciente críticamente enfermo

cuatro objetivos básicos:

1. Alertar: avisa al clínico tratante cualquier

deterioro de la función medida; conocer

objetiva y constantemente el estado

hemodinámico del paciente, alteraciones

fisiológicas y tendencia de las variables.

2. Diagnóstico continuo: permite observar la

tendencia de las variables y cambios en una

condición determinada; como medidas

anticipatorias y continuas para prevenir al

morbi-mortalidad.

3. Pronóstico: evaluar la tendencia de los

parámetros hemodinámicos en la evolución

clínica; dirigir la conducta, ver resultados y

cambios fisiológicos secundarios a

intervenciones realizadas.

4. Guía terapéutica: permite evaluar y

correlacionar las medidas terapéuticas

implementadas. El fin último de estos

objetivos es valorar la adecuada perfusión y

oxigenación tisular. Con la monitoría se

conoce de manera objetiva y constante el

estado hemodinámico Tanto la monitoría

hemodinámica invasiva como la no invasiva

son útiles en la valoración del paciente

críticamente enfermo. Ambas funcionan

como marcadores macrohemodinámicos en la

estabilización del paciente y proporcionan

información sobre el gasto cardíaco y la

respuesta a los tratamientos instaurados. La

monitorización hemodinámica invasiva en los

pacientes críticos es objeto de controversia y

en ocasiones la iniciación de la monitoría

invasiva representa una intervención tardía

que se instaura sólo después de que el

paciente ha sido admitido a la UCI.

Monitorización no invasiva

La monitoría hemodinámica no invasiva en

UCI comprende la evaluación de la

frecuencia cardiaca, la tensión arterial, la

palpación de los pulsos arteriales, la

evaluación de la perfusión distal, la

pulsoximetría, la auscultación cardiaca y la

monitoría continua del electrocardiograma,

temperatura, frecuencia respiratoria y hacen

parte de los signos vitales comunes, pero en

la UCI se monitorean de forma continua.

Otras se consideran variables procesadas y

respecto de ellas se harán anotaciones por su

impacto discutible a la hora de

Electrocardiograma brinda datos como

frecuencia cardiaca, presencia de arritmias y

variabilidad en la frecuencia cardiaca, entre

otros. Sin embargo, lo más relevante es que

puede evaluar signos de hipoperfusión

coronaria. El EKG puede ser de 3, 5, 6 y de

12 derivaciones (DI, DII, DIII, AVR, AVL,

AVF y V1-V6), y este último el que más

información proporciona sobre la actividad

dinámica del corazón y el más específico para

detectar isquemia.

Pulso-oximetría transcutánea (SpO2) mide

la saturación de oxígeno periférica por

espectrofotometría; es decir la diferencia del

rango de color entre la hemoglobina

oxigenada y la desoxigenada. Los

pulsooxímetros miden la SpO2 con precisión

razonable si ésta es mayor del 75%, pero por

debajo de este valor la hipoxia puede ocurrir

con poco cambio en la SpO2. Se presume que

73

la medición continua de la SpO2 debería

mejorar el resultado de los pacientes al

identificar la hipoxemia y las alteraciones en

la frecuencia cardiaca, permitiendo así una

corrección rápida y efectiva antes de que se

desarrolle una hipoxemia tisular global. Se le

denomina el quinto signo vital.

Tensión arterial (TA) está determinada por

la resistencia vascular sistémica. Este

parámetro es de relevancia hemodinámica ya

que refleja la perfusión de los órganos. La TA

usualmente se mide de forma no invasiva con

la técnica de esfigmomanómetro y

auscultación, o automatizada, usando

dispositivos que reducen en gran medida el

tiempo de enfermería. En pacientes muy

grandes y obesos en quienes la circunferencia

de la región superior del brazo supera las

limitaciones de ancho de un manguito de

presión arterial normal, registrarán presiones

mayores de las que en realidad tienen. En

tales pacientes, colocar el manguito en la

pierna o en el antebrazo. En la respuesta

adaptativa al choque circulatorio el

organismo intenta mantener la presión de

perfusión a los órganos mediante

modificaciones en el tono adrenérgico, a

través de barorreceptores situados en el seno

carotídeo y en el arco aórtico. Esta

supremacía de la presión arterial es necesaria

porque la sangre que fluye tanto en las

arterias coronarias como en las cerebrales

depende sólo de la presión de perfusión. La

hipotensión refleja siempre alteración

cardiovascular, pero la normotensión no la

excluye. Es importante reconocer que una

presión arterial normal no significa que todos

los órganos tengan una perfusión adecuada,

pues los aumentos en el tono vasomotor local

y la obstrucción vascular mecánica pueden

inducir isquemia vascular asimétrica. La

perfusión de los órganos suele resultar

comprometida cuando la presión arterial

media disminuye por debajo de 60 mmHg o

cuando el índice cardíaco disminuye a menos

de 2,0 l/min/m2, y si la situación se mantiene

conducirá al fracaso de los órganos y a la

muerte. Con base en la evaluación de los

parámetros hemodinámicos se pueden tomar

medidas para mejorar la entrega de oxígeno a

las células. Los marcadores de perfusión

tisular, tales como el gasto urinario y la

presión arterial, carecen de sensibilidad y

especificidad, son indicadores habituales y

tardíos de alteraciones en la perfusión y no

deberían ser utilizados de manera aislada para

determinar la adecuada perfusión en el

paciente críticamente enfermo. Aunque la

hipotensión es un importante marcador de

choque, está claro que la presión arterial no

puede ser usada como un determinante

aislado de choque.

El cuerpo puede desarrollar una “deuda de

oxígeno” en un escenario de presión

sanguínea normal. El estado de disfunción

tisular como guía para la resucitación ha

llevado al concepto de indicadores upstream

o macrohemodinámicos y downstream o

microhemodinámicos de la perfusión de los

órganos. Los indicadores o marcadores

upstream evalúan el flujo y la presión en el

corazón, la vena cava, la arteria pulmonar y la

aorta, e incluyen la presión arterial sistémica,

la frecuencia cardiaca, la presión venosa

central, la presión capilar de enclavamiento

de la arteria pulmonar y el gasto cardiaco.

Estas son las variables tradicionalmente

empleadas para evaluar el estado

hemodinámico de pacientes críticamente

enfermos. Sin embargo, el choque con

disfunción de órganos ocurre tanto capilar

como tisularmente. Conocido esto, se han

desarrollado herramientas que permiten hacer

seguimiento de las alteraciones en la

microvasculatura de pacientes críticamente

enfermos; estas técnicas son conocidas como

marcadores downstream de resucitación.

Debido a que las necesidades metabólicas y

de oxígeno varían con diferentes estresores y

en diferentes momentos, estos marcadores

pueden ser de ayuda para determinar la

adecuación del gasto cardiaco y de la presión

de perfusión en un momento dado. Los

indicadores downstream actualmente

disponibles incluyen el gasto urinario, el

lactato sanguíneo, la base exceso, niveles

tisulares de dióxido de carbono y nivele

74

mezclados de oxígeno y dióxido de carbono

en sangre.

La presión arterial media depende del flujo

constante de sangre hacia los tejidos

periféricos y se puede calcular con varias

fórmulas, presentamos dos de ellas.

PAM= PAD + (PAS-PAD)/3 o PAM=

2PAD +PAS/3

Medición no invasiva del gasto cardiaco

(GC). El gasto cardíaco es el parámetro

macrohemodinámico más importante, ya que

es el mayor determinante de la entrega de

oxígeno (DO2). Otros factores afectan esta

entrega, incluidas la hemoglobina y la

saturación de oxígeno. A pesar de sus

limitaciones, la medición del gasto cardiaco

con catéter en la arteria pulmonar usando el

método de bolo de termodilución (TD) se ha

convertido en el examen gold standard de

referencia para comparar las tecnologías no

invasivas. Otros métodos no invasivos de

monitoría del gasto cardiaco son:

ecocardiografía, reinhalación de dióxido de

carbono, doppler esofágico, análisis de la

onda de pulso, bioimpedancia torácica,

cardiografía biorreactante eléctrica, técnica

del doppler transgástrico.

Colapsabilidad de la vena cava: la medición

del diámetro de la vena cava inferior (VCI)

por ecografía puede ser un indicador de la

presión venosa central (PVC). En

condiciones normales, en un paciente que

respira espontáneamente la vena cava inferior

reduce su calibre en inspiración y tiene mayor

diámetro en espiración. Si se trata de un

paciente con ventilación mecánica ocurre lo

contrario: el diámetro de la VCI aumenta en

inspiración y disminuye en espiración. Por

tanto, la medición para los pacientes con

respiración espontánea se realiza al final de la

inspiración y para los ventilados

mecánicamente se realiza al final de la

espiración. Así mismo, la valoración de la

colapsabilidad de la vena cava es útil para

monitorizar la respuesta a la terapia con

líquidos, especialmente en pacientes en

ventilación mecánica. En ventilación

mecánica las variaciones del diámetro de la

VCI con la respiración han demostrado

predecir la respuesta a los líquidos en

pacientes con fracaso circulatorio. Durante la

fase inspiratoria de la ventilación mecánica el

aumento de la presión pleural se transmite a

la aurícula derecha, lo cual reduce el retorno

venoso y dilata la vena cava inferior (VCI).

Por el contrario, durante la espiración la

reducción de la presión intratorácica favorece

el retorno venoso y disminuye el diámetro de

la VCI. Estas oscilaciones en el diámetro de

la VCI son más evidentes en pacientes

hipovolémicos. En pacientes hipervolémicos

la VCI es menos distensible.

Capnografía: es un método simple y no

invasor que valora la eliminación de CO2. El

valor de CO2 en la meseta espiratoria de la

onda capnográfica refleja su concentración en

el aire alveolar e indirectamente la

concentración de CO2. Habitualmente se

mide con cada respiración. (La capnometria

solo mide numéricamente la presión parcial

de CO2 en el aire espirado - ETCO2). Los

tres factores que influyen la concentración de

CO2 al final de la espiración (PETCO2) son

producción metabólica de co2 en los tejidos,

transporte por la circulación los pulmones,

eliminación por la ventilación. Los valores

varían 35-45 mmHg.

Monitorización invasiva

Este tipo de monitorización está indicado en

pacientes cuya condición clínica se

caracterice por estados de bajo gasto

cardiaco, y el tipo y la intensidad de la

monitorización dependen de los factores de

riesgo, de la patología que se va a enfrentar, y

de los antecedentes del paciente crítico.

Gasto cardiaco (GC). El volumen minuto

cardiaco o gasto cardiaco se expresa en

litros/minuto y se define como la cantidad de

sangre eyectada por el corazón a la

circulación en un minuto. Por lo tanto, es el

producto de la frecuencia cardíaca (FC) por el

volumen sistólico de eyección (VE) en litros

por minuto. Es la denominación utilizada para

evaluar la efectividad de la bomba y la

función del ventrículo. Si se modifica la

frecuencia cardíaca o el volumen de eyección

se puede modificar el gasto cardiaco: GC =

75

FC X VE. A menos que exista un shunt

intracardíaco, el débito cardíaco derecho e

izquierdo es básicamente el mismo. Para

realizar la medición del débito es necesario

insertar un catéter de Swan Ganz. La decisión

de medir el DC está dada por la sospecha de

un déficit en la oxigenación tisular por

alteraciones en la función cardíaca. Es

importante recordar que los cambios en el DC

a menudo son un síntoma del problema más

que el problema mismo. El mal llenado

ventricular por hipovolemia, mal vaciamiento

ventricular por alteraciones en la

contractilidad o valvulopatías, el aumento de

la RVS por hipertensión, vasoconstricción,

insuficiencia mitral, defectos septales

disminuyen el gasto cardíaco. En cambio, el

aumento de la demanda de O2 en ejercicio,

dolor, temor, ansiedad, respuesta inflamatoria

sistémica precoz con disminución de la RVS,

embarazo, enfermedades hepáticas y

tirotoxicosis aumentan el gasto cardíaco.

La precarga (carga o volumen que distiende

el ventrículo izquierdo antes de la contracción

o sístole) está determinada por el volumen de

sangre al final del período de llenado

ventricular. La poscarga (resistencia a la

eyección ventricular) que en el lado derecho

se expresa como la Resistencia Vascular

Pulmonar (RVP) y en el lado izquierdo como

la Resistencia Vascular Periférica (RVS).

Mientras mayor sea la postcarga menor será

el débito cardíaco, de igual manera mayor

será la presión de aurícula derecha. Algunas

condiciones que disminuyen la postcarga son

la vasodilatación por sepsis, hipertermia,

hipotensión y drogas vasodilatadoras.

Mientras que está aumentada cuando hay

vasoconstricción, hipovolemia, hipotermia,

hipertensión, estenosis aórtica entre otros. Se

miden con el catéter de Swan Ganz y

corresponde a la presión de oclusión de la

arteria pulmonar. La presión venosa central y

la presión de aurícula derecha expresan el

retorno de sangre al lado derecho del corazón.

Frecuencia Cardiaca (FC). La frecuencia

cardiaca es el número de latidos que produce

el corazón por minuto, una elevación de la FC

puede aumentar el GC hasta un determinado

punto, por encima del cual se compromete

dicho gasto. Esto se debe a la reducción del

tiempo diastólico que acorta la fase de

llenado ventricular. Además, un aumento de

la FC aumenta el consumo de oxígeno

miocárdico, lo cual, sumado a que el tiempo

diastólico se encuentra reducido y con ello es

menor el tiempo de perfusión de las arterias

coronarias, puede dar como resultado un

sufrimiento miocárdico con posterior

isquemia. Por su parte, los ritmos cardiacos

muy lentos también pueden ser

contraproducentes. Inicialmente existe un

mayor tiempo de llenado ventricular y el

aumento de volumen puede sobrepasar la

capacidad de las fibras miocárdicas, lo cual

dificulta la contracción ventricular y

subsiguientemente merma el volumen

sistólico eyectado, resultando así en una

disminución del gasto cardiaco.

Monitoría de presión arterial sistémica: se

debe colocar un catéter arterial conectado a

un transductor, y posteriormente a un

amplificador que en últimas permite la

observación y monitoría continua de la

presión arterial. Este método se considera

como el gold standard con el cual se

comparan los diferentes métodos no invasivos

para determinar la presión arterial, aunque se

pueden producir errores significativos si las

mediciones no se realizan con los suficientes

cuidados técnicos. A partir de las ondas de

presión arterial los monitores, por medio de

un software, pueden medir la presión

sistólica, la presión diastólica, la presión

arterial media y la variabilidad del pulso o

delta de pulso. Cuando se interpreta un

trazado de las ondas arteriales se mide

básicamente la presión sistólica pico y la

presión de fin de diástole. Estas ondas al ser

correlacionadas con el trazado del

electrocardiograma (ECG) permiten observar

que la presión de fin de diástole de la arteria

pulmonar concuerda con el fin del complejo

QRS, mientras que para la onda sistémica

concuerda con el final de la onda T. Esto se

debe al volumen sanguíneo interpuesto entre

el origen de la onda y el catéter intraarterial.

Entre las complicaciones observadas con la

76

instalación de LA se describen: hematomas,

trombosis arterial, isquemia distal,

pseudoaneurismas arteriales, fístulas A-V e

infección. La mayor parte de estas

complicaciones pueden obviarse con la

selección de la arteria a puncionarse, la

técnica apropiada y el manejo posterior de

enfermería. El gasto cardíaco es directamente

proporcional al área bajo la curva de presión.

Las oscilaciones negativas de la curva,

particularmente en pacientes ventilados con

presión positiva, son un buen indicador del

estado del déficit de volumen intravascular.

Presión Venosa Central: en pacientes en los

que se sospecha una pérdida de volumen la

monitorización de la PVC es una guía útil

para la reposición de volumen. La PVC por sí

sola no es un indicador de hipovolemia,

pudiendo estar normal o incluso elevada en

pacientes con mala función ventricular

izquierda. La PVC por lo tanto no refleja el

estado de volumen circulante, más bien indica

la relación entre el volumen que ingresa al

corazón y la efectividad con que este lo

eyecta. Aunque la medición aislada puede no

tener ningún valor, las mediciones seriadas en

pacientes con buena función ventricular

izquierda pueden guiar la reposición de

volumen. De utilidad diagnóstica en

situaciones clínicas como el neumotórax a

tensión y el taponamiento cardíaco el signo

de Kussmaul es muy evidente en el registro

de la curva. La colocación de catéteres

venosos centrales no solamente cumple con

una función de monitorización (Presión

Venosa Central) sino además nos permite

según el diámetro y la longitud del mismo,

aportar volumen, administrar drogas

irritativas ya sea por su osmolaridad o pH,

alimentación parenteral, hemodiálisis o bien

la inserción de catéteres por su lumen como

el catéter de Swan Ganz o marcapasos

endocavitarios. Las vías de elección son las

yugulares internas y externas, el abordaje

sub-clavicular de la subclavia y las venas

femorales. La punta del catéter debe quedar

alojada en la vena cava superior,

confirmándose su ubicación mediante una RX

de tórax. La PVC normal está por el orden de

2 a 6 mmHg. Un descenso indica aumento del

trabajo cardíaco, mayor impedimento al

retorno venoso o una disminución de la

presión sistémica media (volumen). La PVC

aumenta mientras que el retorno venoso y el

gasto cardíaco disminuyen.

El catéter de la arteria pulmonar (CAP) o

de Swan-Ganz se canaliza a través de una

vena de gran calibre que a través del corazón

derecho se introduce en la arteria pulmonar y

deja alojado su extremo distal en una

ramificación de esta arteria. El CAP nos

proporciona información sobre 3 categorías

de variables diferentes: medidas de flujo

sanguíneo (GC) (la medición del GC

mediante este catéter se basa en la

termodilución transcardíaca. Tras inyectar un

volumen de líquido con una temperatura

inferior a la sanguínea, el termistor detecta

los cambios de temperatura a lo largo del

tiempo, registrándose en forma de curva. El

área bajo la curva registrada es el volumen

minuto. Los detalles sobre la medición del

GC, así como sus limitaciones técnicas

(insuficiencia tricuspídea, etc.), se han

desarrollado ampliamente en entregas previas

de la puesta al día en monitorización

hemodinámica); presiones intravasculares

intratorácicas (el CAP, debidamente

posicionado, permite obtener presiones de 3

localizaciones diferentes: la aurícula derecha

(presión venosa central, o PVC), la arteria

pulmonar (PAP) y las venas pulmonares

(también llamada presión de cuña, de

oclusión o PAPO que sirve en la

diferenciación del edema pulmonar primario

no cardiogénico y el secundario o

cardiogénico)) y parámetros oximétricos

(saturación venosa mixta y otras variables

oximétricas; la saturación de oxígeno a nivel

de arteria pulmonar distal o saturación venosa

mezclada o mixta (SvO2) es probablemente

el mejor indicador aislado de la adecuación

del transporte global de oxígeno (DO2),

puesto que representa la cantidad de oxígeno

que queda en la circulación sistémica después

de su paso por los tejidos).

Valoración de la curva arterial: La curva

arterial refleja el volumen de eyección de la

77

sangre y la elasticidad de las paredes

arteriales. Las contracciones rítmicas del

ventrículo izquierdo producen presiones

arteriales pulsátiles. La presión máxima

generada durante la contracción sistólica, es

la Presión Arterial Sistólica (PAS). La

presión mínima durante la relajación

diastólica es la Presión Arterial Diastólica

(PAD). La morfología típica de la curva

pulsátil, presenta un pico redondeado que

corresponde a la sístole, y una incisura

dícrota en su posición descendente que

corresponde al inicio de la diástole.

Los métodos y sistemas disponibles en el

mercado para el análisis del contorno de la

onda de pulso son: PiCCO® (Pulsion),

PulseCO® (LiDCO), Modelflow

(TNO/BMI), MostCare® (Vygon) y

FloTrac®/Vigileo® (Edwards Lifesciences,

Irvine CA). De ellos, el PiCCO se calibra por

termodilución transpulmonar, el LiDCO por

dilución con litio y el Modelflow mediante 3

o 4 mediciones convencionales por

termodilución. Por el contrario, el sistema

FloTrac®/Vigileo® y el MostCare® no

necesitan de calibración externa.

Todos estos métodos están basados en la

morfología de la curva de presión arterial, por

lo que es importante la obtención de una

curva con morfología exacta. La

amortiguación de la curva arterial y el cero

insuficiente, problemas comunes en la

práctica clínica, deben de ser evitados para

obtener una señal válida para el cálculo del

GC. La presencia de arritmias severas y el

uso del balón intraaórtico de contrapulsación

reducen la precisión en la medición del GC.

Además, el análisis de la presión de pulso

tendrá una exactitud limitada durante

períodos de inestabilidad hemodinámica,

como los cambios rápidos en las resistencias

vasculares que se producen en pacientes

sépticos y en aquellos con disfunción

hepática.

El sistema PiCCO® (PiCCO System,

PULSION Medical Systems AG, Munich,

Alemania) es actualmente el único monitor

disponible comercialmente que utiliza la

termodilución transpulmonar (TDTP) para

medir el GC. Requiere únicamente una línea

arterial y otra venosa, las cuales son

necesarias en la mayoría de pacientes críticos.

Proporciona información sobre flujos

sanguíneos y volúmenes intravasculares.

En cuanto a las indicaciones de insertar un

catéter de arteria pulmonar, estas se basan en

la experiencia clínica. La premisa es que no

se debe usar habitualmente, sino reservar su

uso para resolver problemas complejos de

aspectos hemodinámicos relacionados con:

• Pacientes en choque cardiogénico en

tratamiento vasoactivo.

• Pacientes con insuficiencia cardiaca crónica

descompensada.

• Pacientes con sospecha de „„seudosepsis‟‟

(gasto cardiaco elevado, resistencia vascular

78

sistémica baja y presiones de llenado

elevadas).

• Pacientes con fallo cardiaco sistólico

potencialmente reversible (miocarditis

fulminante, miocardiopatía peripartum e

intoxicaciones farmacológicas).

Pacientes con traumatismo craneoencefálico

grave en coma barbitúrico o hipotermia.

• Diagnóstico diferencial hemodinámico de la

hipertensión pulmonar.

• Valoración del grado de respuesta al

tratamiento en pacientes con hipertensión

pulmonar de origen mixto y precapilar.

• Workup del trasplante cardiaco, pulmonar o

cardiopulmonar.

• Necesidad de descartar hipertensión porto

pulmonar antes del trasplante hepático.

Delta de presión de pulso:

Fisiológicamente durante la inspiración los

volúmenes de llenado y eyección de las

cavidades derechas aumentan pero

simultáneamente disminuye el llenado de las

cavidades izquierdas que se traduce en

disminución del volumen eyectado con el

consecuente escaso descenso de la presión de

pulso. Esto mismo sucede, pero de forma

exagerada, en el pulso paradójico. En la

ventilación mecánica, en cambio, el aumento

normal del retorno venoso al corazón se

altera. El grado de alteración depende de

factores intrapulmonares tales como la

compliance pulmonar. El efecto neto de la

ventilación mecánica sobre las ondas

arteriales puede producir reducciones

transitorias de la presión durante la

inspiración desencadenada por el respirador.

Si la respiración a presión positiva liberada

por el ventilador interfiere con el volumen de

eyección, el resultado será una reducción del

volumen minuto durante la inspiración. Por

su parte, durante la ventilación mecánica la

magnitud de los cambios de los volúmenes de

eyección del ventrículo izquierdo se han

propuesto como un elemento predictor de la

respuesta al aporte de volumen. De acuerdo

con esto se ha demostrado que la variación

del volumen de eyección del ventrículo

izquierdo es un marcador más exacto de la

respuesta al aporte de líquidos que las

presiones de llenado cardiacas. Delta de

presión de pulso es la diferencia de presión

pulso max de la onda de pulso más alta y la

presión de pulso max de la onda más baja, si

es >15% , significa hipovolemia.

Doppler esofágico cardio Q: proporciona

una monitorización mínimamente invasiva

del gasto cardíaco mediante la medición de la

velocidad de la sangre conforme se desplaza

por la aorta descendente. En cada latido

cardíaco la señal Doppler detecta la velocidad

de la sangre que fluye a través de la aorta

descendente y la representa como una onda

de flujo de V/T. Es un procedimiento

mínimamente invasivo determinando el gasto

cardíaco de manera real y continua

monitorizando los parámetros de precarga y

poscarga, contractilidad, indicando el estado

de líquidos y FC, con tendencias de 48 a 72

horas. Con el dispositivo la aorta descendente

transcurre paralela y próxima a la parte

inferior del esófago a la altura de las

vértebras torácicas 5ª o 6ª siendo este el lugar

de la colocación de la punta de la sonda.

La hipovolemia está indicada como una línea de base estrecha

y por disminución del tiempo de flujo corregido.

79

HipovolemiaEl restablecimiento de la normovolemia

produce un ensanchamiento de la base y una

prolongación del tiempo de flujo.

Normovolemia

Presión ventricular derecha. La onda de

presión ventricular derecha se obtiene

generalmente solo durante el procedimiento

de inserción del catéter. Sin embargo, en

algunos casos el extremo del catéter puede

pasar en forma inadvertida de la arteria

pulmonar al ventrículo derecho. Este es un

problema potencialmente serio, debido a la

posibilidad de desencadenar arritmias

ventriculares o de inducir una interpretación

inadecuada de los valores de presión. La

presencia del extremo del catéter en el

ventrículo derecho se puede comprobar por la

diferencia entre la morfología de la onda

ventricular y la de la onda de presión de la

arteria pulmonar, y por el hecho de que la

presión diastólica es menor en el ventrículo

que en la arteria pulmonar. La onda de

presión ventricular se caracteriza por un

aumento en la presión en la parte final de la

diástole, debido a que el lleno ventricular se

asocia con este ascenso.

La curva de presión de la arteria pulmonar, en

cambio, disminuye gradualmente a través de

toda la diástole. Una radiografía de tórax es

útil para establecer la posición del catéter. La

presión sistólica del ventrículo derecho oscila

entre 15-25 mmHg y la presión diastólica,

entre 0-8 mmHg.

Presión en cuña o enclavada en la arteria

pulmonar (Wedge). La presión de cuña se

obtiene al transducir la señal oscilatoria en la

columna fluida que enfrenta el extremo distal

del catéter luego de que el balón se encuentra

inflado y ocluye el flujo de la arteria

pulmonar. La presión enclavada será idéntica

a la presión atrial izquierda si no existe

ninguna obstrucción entre el punto de unión

de las columnas estáticas y la columna con

flujo de las venas pulmonares de la aurícula

izquierda. Esta presión es de alrededor de 6-

12 mmHg, de igual forma la presión en la

aurícula izquierda. La presión en cuña de la

arteria pulmonar, que representa la precarga

óptima, es mejor definirla por la evaluación

de la respuesta hemodinámica a una carga de

fluidos. Luego de realizar una medición basal

de la PWP, se administran bolos de fluido

hasta que la presión aumente al menos 3-5

mmHg; posteriormente se reevalúan los datos

hemodinámicos. En individuos normales, la

PWP óptima se estima en 10-12 mmHg, sin

desconocer que pacientes que presentan una

compliance cardiaca disminuida podrían

requerir una PWP de 14-18 mmHg para

garantizar un adecuado llenado ventricular

izquierdo.

Marcadores hemodinámicos Downstream

Gases arteriales y venosos

Microcirculación:

un tema más controvertido es el método de

determinación de la entrega de oxígeno a los

tejidos. El empleo de los marcadores

downstream ha permitido realizar lo que se

puede denominar una resucitación

cuantitativa, la cual se refiere a la utilización

de un protocolo explícito que se dirige a

obtener dentro de las primeras horas objetivos

fisiológicos o de laboratorio predefinidos.

Saturación de oxígeno en sangre venosa

mixta (SvO2) refleja la saturación de O2 en

el total de sangre venosa, y es un parámetro

importante para evaluar el DO2 y su relación

80

con el VO2 y la tasa de extracción de

oxígeno. La sangre venosa del organismo se

recolecta y mezcla en las cámaras cardiacas

derechas antes de su paso a través de los

capilares pulmonares. La saturación de

oxígeno de la sangre venosa mezclada

(SvO2) puede ser medida utilizando el catéter

de arteria pulmonar de forma intermitente o

continua. Los valores normales de SvO2 son

de 70-75%, correspondientes a una PvO2 de

35-40 mmHg. Una disminución de la SvO2

puede explicarse por una caída del suministro

de O2 o de cualquiera de los parámetros que

lo determinan. Una disminución del

suministro de O2 será seguida por un

consumo de O2 estable y la consiguiente

reducción de la SvO2 hasta que se alcance un

valor crítico del suministro de O2, que los

tejidos ya no son capaces de compensar para

mantener un consumo de O2 constante, y el

consumo de O2 depende entonces del

suministro.

Lactato: los tejidos hipóxicos pueden generar

acidosis láctica. Para producir energía, el

cuerpo debe convertir la glucosa en CO2 a

través del ciclo de Krebs. En condiciones

anaeróbicas el ciclo de Krebs no puede

metabolizar la glucosa completamente, así

que se instaura una vía metabólica parcial que

genera lactato a partir de la reducción de

piruvato por la enzima lactato

deshidrogenasa. Cuanto mayor es el déficit de

oxígeno y con un aumento de las demandas

metabólicas, mayor es la producción de

lactato. Los niveles de lactato en la sangre

resultan del balance entre su producción y su

depuración. En condiciones fisiológicas

normales el lactato proviene principalmente

del músculo esquelético, la piel, el cerebro, el

intestino y los glóbulos rojos, y su nivel

normal en sangre es menor a 2 mmol/l. En la

enfermedad crítica el lactato se origina en

muchas otras fuentes (pulmones, leucocitos,

intestinos, hígado). La acidosis láctica está

típicamente presente en estados de choque en

los que la entrega tisular de oxígeno (DO2) es

insuficiente para satisfacer la demanda

celular. El exceso en la producción de lactato

puede no ser lo único que causa

hiperlactatemia en pacientes con

enfermedades críticas, dado que los niveles

elevados de lactato están más relacionados

con su depuración alterada que con su

sobreproducción. La concentración de lactato

en la sangre se usa comúnmente como un

marcador global microhemodinámico de la

perfusión tisular y de la calidad de la

reanimación.

81

CAPÍTULO 12 FISIOLOGÍA DE LA

COAGULACIÓN: CASCADA,

TIEMPOS DE COAGULACIÓN.

MANEJO DE MEDICAMENTOS

ANTICOAGULANTES:

COAGULACIÓN PROFILÁCTICA Y

PLENA. HEMOTRANSFUSIONES Y

SUS COMPONENTES.

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

Oscar Victorino

Médico Instructor Salamandra

Recientes avances en el entendimiento de la

fisiología de la coagulación han llevado al

desarrollo de nuevas teorías, más congruentes

y mejor correlacionadas con las alteraciones

clínicas.

Hemostasia: balance entre mecanismos

procoagulantes y anticoagulantes, con una

normal preponderancia de los últimos. Ante

un evento nocivo, se desencadena el

fenómeno altamente sofisticado de la

coagulación, que inicia detectando la lesión

vascular y generando un cambio de estado

sanguíneo de líquido a sólido, adherente a la

lesión, lo que previene la exanguinación y

salvaguarda la supervivencia.

El proceso de coagulación que lleva a la

hemostasia consiste en un conjunto complejo

de reacciones de proteasas en el que

participan aproximadamente 30 proteínas

diferentes. Estas reacciones convierten

fibrinógeno, una proteína soluble, en

filamentos insolubles de fibrina, que, con las

plaquetas, forman un trombo estable.Se han

propuesto varios modelos de cascada de

coagulación,

incluyendo el modelo de la vía intrínseca y

extrínseca, y el más reciente modelo celular

de la coagulación.

Teoría clásica de la cascada de la

coagulación: inicialmente el concepto

cascada de la coagulación fue propuesto en

1964, al descubrir que los factores de

coagulación se activan unos a otros, en una

secuencia lineal de eventos. En efecto, la

mayoría de ellos son proteínas con función

enzimática que circulan en el plasma en su

forma inactiva, como cimógenos (o

proenzimas), que van a ser activadas por

clivaje de residuos de serina. De esta manera

queda al descubierto el sitio activo, y las

proteínas se convierten a su vez en enzimas

tipo serinproteasas, estado que se designa por

el sufijo -a (por ejemplo: factor IXa). Esta,

sucesivamente, va a clivar residuos de serina

de otra proenzima y a activar otro factor de la

coagulación, en una cadena progresiva de

activaciones (en la siguiente figura se muestra

la secuencia general de activación de los

factores de coagulación, mostrando el

funcionamiento general de las cadenas de

activación de los factores de coagulación).

De esta forma, se identificaron dos secuencias

de activación diferentes que convergen en la

activación del factor X, donde inicia una vía

común que desencadena la formación del

coágulo. La vía extrínseca llamada así al

suponer que se activaba por un factor externo

al plasma, que ahora podemos correlacionar

con el factor tisular, y la vía intrínseca, que

presuponía un factor activador presente en el

plasma, ahora correlacionable con la plaqueta

activada. Posteriormente se desarrollaron

técnicas para cuantificar la integridad de

dichas secuencias: el tiempo activado parcial

de

tromboplastina (aPTT); la medida del

funcionamiento e integridad de la secuencia

intrínseca, seguida de la común, y el tiempo

de protrombina (PT), un reflejo de la

secuencia extrínseca seguida de la común. Sin

embargo, tanto la teoría clásica como los

tiempos de coagulación explican y miden la

coagulación tal y como sucede in vitro, en el

82

tubo de ensayo del laboratorio y no reflejan el

verdadero fenómeno in vivo.

Teoría clásica de la coagulación: proponía

la existencia de dos vías alternas o

redundantes que activan una vía común

.

La vía extrínseca se considera que es la

responsable de la generación inicial del factor

X activado (factor Xa), mientras que la vía

intrínseca lleva a la amplificación de la

generación del factor Xa. El factor Xa

desempeña un papel central en la cascada de

coagulación debido a que ocupa un punto en

el que convergen la vía intrínseca y la

extrínseca. La secuencia de activación de los

factores propuesta por la teoría clásica,

aunque con algunas modificaciones, se

considera básicamente correcta. El concepto

errado es la idea que existen dos vías

separadas de activación (redundante o

alterna) que confluyen en

una vía común. Lo anterior no explicaría por

qué algunas alteraciones que afectan

una sola vía tienen profundas implicaciones

clínicas en la coagulación global; ni tampoco

explica por qué alteraciones en diferentes

puntos de una misma vía tienen

manifestaciones clínicas tan diversas, algunas

asintomáticas y otras con tendencia

hemorrágica evidente.

Aspectos novedosos del modelo molecular

actual

El modelo celular de la coagulación explica

mejor el mecanismo de la hemostasia en vivo

e incluye las importantes interacciones entre

las células directamente implicadas en la

hemostasia (esto es, células portadoras de

factor tisular [FT] y plaquetas) y los factores

de coagulación. Este modelo representa con

mayor precisión la interacción entre la

actividad celular y las proteínas de la

coagulación que conduce a la formación de

trombos y a la hemostasia.

Un avance importante es relacionado con un

cambio conceptual en la disposición y papel

de las secuencias mencionadas, las cuales ya

no se consideran dos vías redundantes de

activación de la vía común, sino parte de un

mismo proceso lineal escalonado. La

secuencia extrínseca es ahora tomada en

cuenta como la vía fisiológica de iniciación,

que produce pequeñas cantidades de trombina

y activación plaquetaria, que a través de

múltiples ciclos repetitivos de

retroalimentación positiva, sobre la vía

intrínseca y la común, culmina en la

generación de grandes cantidades de

trombina, fase a la que se ha llamado

amplificación. Luego sobreviene una fase de

fibrinogénesis y agregación plaquetaria,

llamada en conjunto propagación.

83

Las membranas celulares plaquetaria y pared

vascular juegan un papel importante en la

hemostasia ya que las reacciones ocurren

sobre las paredes celulares. Algunos de los

factores de coagulación son cofactores,

moléculas pequeñas, necesarias para la

reacción; pero que no se consumen en ella (a

diferencia de las coenzimas). Entre estos

tenemos el factor tisular (FT), el factor VIII y

el V. El factor VIIa, no solo activa al X como

era previamente conocido, sino también al

IX, lo que establece un enlace entre las dos

secuencias, antes consideradas separadas.

Alteraciones en los factores VIII y IX

(hemofilia A y B, respectivamente),

incluyendo la deficiencia de factor de von

Willebrand (vWF), que afecta la

disponibilidad del VIII, consistentemente

cursan con tendencia al sangrado, puesto que

se bloquea el asa central de retroalimentación

positiva sobre la secuencia intrínseca,

dejando inoperante las otras asas, y

bloqueando la amplificación y la coagulación

en general. Por el contrario, alteraciones en

los factores iniciales de la antigua secuencia

intrínseca, que constituyen asas de

retroalimentación periféricas o redundantes:

la precalicreína (PK), el cininógeno de alto

peso molecular (HMWK), factores XII y XI,

aunque alteran el aPTT, no se manifiestan

clínicamente, pues dejan operante el asa

central y funcionante la amplificación.

Las etapas de coagulación son tres:

iniciación, ampliación y propagación. Fase de

iniciación

Etapa de iniciación: tras una lesión vascular

el factor tisular (FT, tromboplastina tisular o

factor III), ausente de la circulación y el

endotelio sano, abundante en células

perivasculares como fibroblastos, monocitos

y el endotelio lesionado funciona como

receptor de procesos de inflamación y

apoptosis y se considera el iniciador de la

coagulación (se desempeña como cofactor de

la acción del factor VIIa), uniéndose al factor

VII y lo activa. De forma permanente

permanece en la circulación en búsqueda de

pared vascular dañada, con factor tisular

expuesto, para provocar la activación del

factor X, el IX y más factor VII circulante. En

un complejo molecular adherido a la célula

parietal, la iniciación produce una fugaz

activación de la secuencia extrínseca y la

común, que genera pequeñas cantidades de

trombina. El factor IX y la trombina

generadas tienen la capacidad de difundir en

el plasma y alcanzar la superficie plaquetaria

para desencadenar la amplificación. Por otro

lado, el factor VIII, que es una proteína

inestable, circula en el plasma transportado

por el vWF. La trombina cliva esta unión y

deja libre el factor VIII, para adherirse a la

membrana plaquetaria y actuar como cofactor

del IX en la amplificación. También deja

libre el vWF, que contribuye a la agregación

plaquetaria al mediar la unión entre el

receptor glicoprotéico GPIb de la membrana

plaquetaria y la matriz de colágeno expuesta.

En conclusión: La iniciación ocurre tras una

lesión vascular, cuando las células portadoras

de factor tisular se unen al factor VII y lo

activan. Esto lleva a la producción de una

pequeña cantidad de trombina que, a

continuación, activa las plaquetas y los

cofactores durante la fase de amplificación.

El complejo protrombinasa (que comprende

el factor Xa y los cofactores unidos a las

plaquetas activadas) es responsable de la

explosión de la producción de trombina que

lleva a la tercera fase de formación de fibrina.

Fase de amplificación: cuando las pequeñas

cantidades de trombina formadas en la

iniciación superan cierto umbral,

desencadenan la activación plaquetaria, a

través de proteínas específicas de membrana,

llamadas receptores activados por proteasa

(PAR1 y PAR4). Dicha activación sucede

principalmente en la población de plaquetas

que ya se encuentran adheridas a la matriz de

colágeno expuesta, ya sea directamente a

través del receptor glicoproteico GPIa o a

través del complejo vWF-GPIb. Al ser

activadas por estas dos vías, se les llama

plaquetas activadas por colágeno y trombina

(plaquetas COAT). La activación plaquetaria

genera un cambio rotacional en algunos

lípidos de membrana, que al exterior expresan

residuos de fosfatidil-serina que,

84

normalmente, se encuentran en el interior.

Este cambio genera una superficie cargada

negativamente que, por medio del calcio,

adhiere y activa los factores de coagulación

de la secuencia intrínseca y común, lo que

facilita su cadena de reacciones y las estimula

en cada uno de sus pasos, a manera de

múltiples asas de retroalimentación positiva;

de modo que cada factor puede ser activado

por su antecesor en la cadena de activación,

pero también de manera alterna, por la

superficie de la plaqueta activada. El

principal de esos ciclos de retroalimentación

positiva es activado por el factor IX y la

trombina, liberados a la circulación durante la

fase previa de iniciación. La trombina activa

la superficie plaquetaria, que adhiere y activa

el factor IX y su cofactor, el VIII,

previamente separado de su trasportador, el

vWF, también por efecto de la trombina. Los

anteriores, en conjunto, activan el factor X, y

este último, ayudado de su cofactor, el factor

V, que es liberado de los gránulos alfa de la

plaqueta activada, genera más trombina, que

a su vez reiniciará el proceso anterior,

activando más factor IX en la superficie

plaquetaria. Este ciclo se repite de manera

autosostenida, ya sin requerir nuevas

secuencias de iniciación y genera nuevas

moléculas de trombina en cada ciclo, hasta

producirla en grandes cantidades. Dicha asa

central de retroalimentación positiva es

esencial en la amplificación y alteraciones en

los factores que participan en ella pues

siempre generan manifestaciones clínicas

importantes.

La superficie plaquetaria activada también

adhiere y estimula los pasos iniciales de la

secuencia intrínseca, que involucra la PK, el

HMWZ, el factor XII y el XI. El valor de esas

asas de retroalimentación adicionales es

incierto, y sus alteraciones, aunque alteran el

aPTT, dejan íntegra la mencionada asa central

y generalmente cursan asintomáticas. Los

factores de coagulación se agrupan en

complejos moleculares sobre la superficie

plaquetaria, lo que facilita su interacción y

aumenta la velocidad de las reacciones. Uno

de estos complejos moleculares es llamado

tenaza intrínseca, que agrupa al IXa y su co-

factor, el VIIIa, para activar el X y el otro

llamado el complejo protrombínico, que

agrupa al Xa y su co- factor, el Va, para

formar trombina.

Fase de propagación (fibrinogénesis y

agregación plaquetaria): las grandes

cantidades de trombina generadas en la

amplificación son responsables de la

transformación final del fibrinógeno a fibrina.

Inicialmente clivan cuatro enlaces arginina-

glicina específicos de los extremos

aminoterminales de las cadenas Aa y Bb del

fibrinógeno, y así se liberan los

fibrinopéptidos A y B y se producen cadenas

que se ensamblan espontáneamente por

enlaces no covalentes. El factor XIII, liberado

de los gránulos alfa de las plaquetas y

activado por trombina, es responsable de

convertir estos enlaces a covalentes,

añadiendo estabilidad al coágulo de fibrina.

Cada plaqueta activada por trombina expresa

en su superficie hasta 12.000 copias del

receptor glicoprotéico GPIIb/ IIIa,

responsable de adherir los polímeros de

fibrina a la superficie plaquetaria. La

activación plaquetaria induce la síntesis y

secreción de sustancias que estimulan la

agregación de otras plaquetas circulantes; en

este sentido, el tromboxano A2 (TXA2) y el

adenosín-difosfato (ADP) actúan de manera

sinérgica. El tromboxano A2 es sintetizado en

una serie de reacciones que involucran la

enzima ciclooxigenasa (COX) y liberado al

plasma, donde tiene propiedades

vasoconstrictoras; además, a través del

receptor plaquetario asociado a la proteína G

(Gq), estimula la disponibilidad del calcio

citoplasmático. El ADP es liberado de los

gránulos densos plaquetarios y actúa en el

receptor P2Y12, que bloquea la síntesis de

adenosín-mono- fosfato cíclico (AMPc) y

sintetiza otros mediadores intracelulares que,

junto con el calcio, producen un cambio

conformacional en el receptor GP IIb/IIIa de

las plaquetas circulantes, estimulando la

unión de estas a los polímeros de fibrina y la

agregación plaquetaria [30,31].

85

Algunas sustancias presentes en el plasma

protegen el coágulo formado de su

degradación (o fibrinólisis), como los

inhibidores de la activación del plasminógeno

(PAI), entre los cuales podemos mencionar el

inhibidor de la fibrinólisis activado por

trombina (TAFI), que remueve de la fibrina

los residuos carboxilo-terminal de lisina,

cruciales en la posterior degradación.

El papel central del factor Xa en la

formación del trombo

El factor Xa desempeña un papel central en el

proceso de coagulación que lleva a la

hemostasia, tanto en el antiguo modelo

extrínseco/intrínseco como en el más reciente

modelo celular de la coagulación. El factor

Xa, con el factor V activado (factor Va) como

cofactor, propaga la coagulación mediante la

conversión de protrombina (factor II) en

trombina (factor IIa). El factor Xa es un sitio

crucial de amplificación en el proceso de

coagulación. Una molécula de factor Xa

cataliza la formación de aproximadamente

1.000 moléculas de trombina. El desarrollo de

medicamentos que inhiban el factor Xa es,

por tanto, un área atractiva de investigación

farmacéutica.

Factores de la Coagulación

Factores de la Coagulación

Factor Nombre

Factor

Duración

de la

Vida

Media

I Fibrinógeno 4 a 5 días

II Protrombina 3 días

III Tromboplastina

Tisular

IV Calcio

V Proacelerina, F.

Labil 1 día

VII Proconvertina,

F. Estable

4 a 6

horas

VIII

F.

Antihemofílico

A

12 a 18

horas

vW Factor von

Willebrand

12 a 18

horas

IX

F.

Antihemofílico

B, F. Christmas

18 a 24

horas

X Factor Stuart 1 a 2

horas

XI

Precursor de la

tromboplastina

plasmática

2 a 3

horas

XII

Factor

Hagemann, F.

de contacto

2 horas

XIII F. Estabilizante

de la fibrina 5 días

Mecanismos inhibitorios de la coagulación

y fibrinólisis

Los mecanismos inhibitorios previenen el

inicio patológico o la propagación exagerada

de la coagulación y ello limita el fenómeno a

la región vascular dañada. El primero de ellos

bloquea la iniciación, a través de un poli-

péptido de cadena única producido por el

endotelio sano, llamado el inhibidor de la vía

del factor tisular (TFPI), que bloquea las

consecuencias de la unión entre factor VIIa y

86

el factor tisular. Otros mecanismos

inhibitorios son capaces de bloquear la

coagulación una vez iniciada, como la

antitrombina (antes antitrombina III), que

fisiológicamente es activada por un

glicosaminoglicano de origen endotelial (el

heparán sulfato) y farmacológicamente por la

heparina.

La antitrombina (antes antitrombina III) actúa

inhibiendo todos los factores de coagulación

con acción de serinproteasas (IX, X, XI, XII y

trombina). Otro producto del endotelio sano,

la trombomodulina, en unión con la trombina,

activa la proteína C que, junto a su cofactor,

la proteína S, inhibe los cofactores de la

coagulación (factores VIII y V).

La agregación plaquetaria también es

constantemente inhibida por productos

secretados por el endotelio sano: óxido

nítrico, prostaciclina (PGI2, la cual ejerce

función contraria al tromboxano A2) y la

ecto-ADP-asa, que degrada el ADP

circulante. Una vez formado el coágulo, la

fibrinólisis mediada por plasmina es la

responsable de removerlo, tanto en etapas

tardías del trauma vascular como en

trombosis patológica. La trombina y la

oclusión vascular inducen al endotelio a

producir el activador tisular de la plasmina (t-

PA). Otro activador es inducido por los

factores de contacto (PK, HMHK y XII), que

convierten la prourocinasa en activador del

plasminógeno de tipo urocinasa (u-PA).

Cuando estos activadores superan los

mecanismos inhibidores de activación del

plasminógeno (TAFI), antes mencionados, se

activa la plasmina, que corta los residuos de

lisina y arginina en el extremo carboxilo

terminal de la fibrina y revierten la

polimerización, con lo que

la convierten en productos de degradación de

la fibrina, como el dímero D.

Tiempos de coagulación: el tiempo de

tromboplastina parcial (TTP) mide el tiempo

que tarda en formarse un coágulo en una

muestra de sangre. El tiempo de protrombina

(PT), junto con los valores que de él derivan,

como la INR (international normalized ratio)

son pruebas de laboratorio que evalúan

específicamente la vía extrínseca de la

coagulación sanguínea. Se usan para

determinar la tendencia de la sangre a

coagularse ante la presencia de posibles

trastornos de la coagulación como en la

insuficiencia hepática, la deficiencia de

vitamina K o cuando el individuo recibe

fármacos anticoagulantes orales. El rango

normal del PT varía entre 12 y 15 segundos y

el del INR entre 0,8 y 1,2 del TTP 25-33

segundos. Una elevación en esos valores

puede deberse a una deficiencia en los

factores de coagulación II, V, VII, X o del

fibrinógeno. Por lo general el PT y el INR se

evalúan en combinación con el Tiempo de

Tromboplastina Parcial Activada (aPTT), el

cual evalúa la vía intrínseca de la cascada de

la coagulación.

Anticoagulación profiláctica: se realiza

como medida preventiva en la formación y

migración del trombo en pacientes con riesgo

de tromboembolismo venoso. La frecuencia

de trombosis venosa profunda en pacientes

postrados va de un 10% a un 80%. La

anticoagulación puede ser mecánica o

farmacológica.

La categorización del riesgo tromboembólico

venoso es:

Riesgo bajo: cirugía menor y menos de 30

minutos de duración; cirugía mayor (> 30n

minutos) y edad < de 40 años; procesos

mé4dicos excepto IAM y ACV.

Riesgo moderado: IAM, ACV; traumatismos

o quemaduras graves;

cirugía mayor y edad > 40 años; cirugía

menor con antecedente de TVP o TEP.

Riesgo alto: cirugía de cadera o rodilla;

fractura de cadera o pelvis; cirugía mayor o

trauma grave con antecedente de TEP o TVP;

cirugía de cáncer en abdomen o pelvis;

parálisis de extremidades inferiores.

Entre las medidas mecánicas están:

87

1- Medias de compresión gradual o medias

de profilaxis de la tromboembolia (PTE)

las cuales favorecen el flujo de sangre

venosa de las piernas al proporcionar 18

mmHg de compresión externa en los

tobillos y 8 mmHg en los muslos. Se

utilizan entodos los casos de riesgo

moderado y severo.

2- Botas de compresión neumática

intermitente: son dispositivos insuflables

que proporciona una compresión externa

de 35 mmHg en los tobillos y 20 mmHg

en los muslos. Son más eficaces que las

medias. Se recomiendan en pacientes

neuroquirúrgicos, prostatectomía, cirugía

reconstructora de rodilla.

3- Heparina: su principal acción

anticoagulante es activar la antitrombina

III, que luego inhibe la conversión de

protrombina a trombina. Habitualmente se

utilizan en la UCI 5000 U cada 12 horas

por vía subcutánea. En los pacientes

quirúrgicos la dosis inicial se coloca 2

horas antes de la intervención y se

continúa durante una semana

posquirúrgico o hasta que el paciente

inicie la deambulación. Se recomienda

heparina a dosis bajas en pacientes con

riesgo tromboembólico agudo, cirugía

mayor intra abdominal.

4- Heparina de bajo peso molecular: tiene

mayor actividad anticoagulante y a dosis

más bajas que con la heparina no

fraccionada, pero el costo es 10 veces

mayor. Para la enoxaparina la dosis de

tromboprofilaxis es de 30 mg SC cada 12

horas. No se recomienda en trastornos

hemorrágicos ni en trombocitopenia

inducida por heparina. Fondaparinux es un

inhibidor directo del factor X lo que

determina una inhibición de la síntesis de

trombina. A la dosis de 2.5 mg/día

subcutáneo comenzando 6 a 8 horas tras la

intervención, ha sido comparado con la

correspondiente dosis profilácticas de

HBPM y ha demostrado superioridad en

todos los casos. Aunque ocurrieron más

hemorragias mayores en pacientes tratados

con Fondaparinux, no hubo

5- mayor número de sangrados letales, ni que

hicieran necesaria reintervención, ni de

sangrado en órganos vitales en los

pacientes tratados con Fondaparinux en

comparación con los tratados con HBPM.

6- Warfarina a dosis bajas: en la UCI no se

utiliza de manera corriente por la

necesidad de procedimientos de

emergencia, pero sobre todo porque la

profilaxis es molesta por la necesidad de

ajustar las dosis y monitorizar las pruebas

de coagulación.

7- Inhibidores del factor Xa: Rivaroxabán

es un inhibidor específico del factor X

activado con una excelente

biodisponibilidad por vía oral y una vida

media de aproximadamente 9 horas. Su

eliminación es principalmente renal

aunque una cantidad se puede eliminar por

vía gastrointestinal. En consecuencia se

recomienda precaución en pacientes con

insuficiencia renal y está contraindicado

en pacientes con aclaramiento de

creatinina inferior a 30 ml/minuto.

88

También está contraindicado en pacientes

con hepatopatía severa; en mayores de 65

años se recomienda administrar la mitad

de la dosis. La dosis profiláctica

recomendada es de 10 mg al día en una

sola toma por vía oral comenzando a las 6-

10 horas tras el cierre quirúrgico. Su uso

en profilaxis antitrombótica está

recomendado con grado 1A en artroplastia

de cadera y 1B en artroplastia de rodilla.

8- Inhibidores de la trombina (factor IIa): Dabigatrán etexilato (Pradaxa®) es un

profármaco con unabiodisponibilidad del

5%; se convierte en el producto activo,

Dabigatrán que tiene una vida de 8 horas

tras una dosis única y de 17 horas tras

múltiples dosis. Dabigatrán es un

inhibidor directo y reversible de la

trombina, activo tanto frente a la trombina

libre como a la unida al coágulo. La

actividad del Dabigatrán está dirigida

frente a la conversión del fibrinógeno en

fibrina pero también inhibe la activación

plaquetaria mediada por trombina y la

activación mediada por trombina de los

factores V, VIII y IX. Dosis profiláctica

para TEV y pacientes quirúrgicos: se

inicia el tratamiento de 1 a 4 horas

después de la cirugía con 110 mg y se

continúa con 220 mg/24 horas (110 mg/12

h) durante 28-35 días. Si el tratamiento no

se inicia inmediatamente tras la

intervención se comenzará con 220 mg/24

horas. En profilaxis de TEV en cirugía de

cadera y rodilla su uso tiene una

recomendación de grado 1A

9- Filtros de vena cava: se colocan en la

vena cava inferior tipo malla para evitar la

migración de trombos de las piernas. Las

indicaciones son riesgo de trombosis y

sangrado, trombosis demostrada de la

vena iliofemoral, contraindicación para el

uso de anticoagulantes, TEP demostrado

durante la anticoagulación total, necesidad

de profilaxis a largo plazo.

Acciones de enfermería:

1- Evaluar a diario los criterios de riesgo de

cada paciente

2- Alertar al médico si en los pacientes de

alto riesgo y riesgo moderado no se

prescribe tromboprofilaxis

3- En pacientes con creatinina elevada o

aumento progresivo de la misma,

consultar el ajuste de las dosis si se

prescribe HBPM.

4- En pacientes con disminución progresiva

de las plaquetas, consulte al médico la

posibilidad de que sea un efecto del

anticoagulante.

5- En pacientes con hemorragias digestivas

preguntar al médico antes de administrar

el anticoagulante la necesidad de aplicar el

mismo.

6- En pacientes con catéter peridural que

asisten a clínicas del dolor que reciben

tratamiento antitrombótico, no retirar el

catéter hasta 12 horas después de la última

dosis de heparina y administre la dosis

sólo el día siguiente.

Complicaciones de la tromboprofilaxis

Fundamentalmente el riesgo hemorrágico,

que en cirugía depende de varios factores:

Dependientes del paciente: edad avanzada,

sexo, ingesta de fármacos (AAS o AINEs),

insuficiencia renal crónica, uremia,

hepatopatía, diátesis hemorrágicas

congénitas, hemorragia cerebral reciente,

úlcera digestiva activa, HTA, reanimación

cardiopulmonar reciente, múltiples

comorbilidades.

Dependientes de la intervención: sitio, tipo,

complejidad, duración, cirugía reciente.

Dependientes del fármaco antitrombótico:

fármaco, dosis, respuesta anticoagulante,

tiempo de inicio de aplicación.

Pueden hacer modificar la pauta de profilaxis

(reducción de dosis, uso de anticoagulante

alternativos o contraindicación de fármacos):

sangrado activo, antecedente de trombopenia por heparina, trombopenia (<100.000/mm3), toma de otros anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios, aclaramiento de creatinina,

89

situaciones clínicas de alto riesgo hemorrágico: tumores intracraneales, hemorragia intracraneal, aneurismas y malformaciones arteriovenosas intracraneales, politraumatismos, lesión medular aguda y grandes quemados.

Terapia transfusional en la UCI

La seguridad del acto transfusional no sólo

radica en la administración del componente;

debe ser considerada en el mismo momento

de prescribirla, con base en una valoración

profunda del balance riesgo-beneficio de la

decisión. Y sólo con el convencimiento

racionalmente sustentado de que los

beneficios superarán los riesgos se procederá

a indicarla. Para dicha decisión, las

recomendaciones avaladas por ensayos

clínicos y por conferencias de consenso

constituyen una ayuda, pues son una

referencia confiable para la valoración de la

decisión. Sin embargo, para ponderarla

adecuadamente es imprescindible conocer

qué existe en el lado opuesto de la balanza:

los riesgos actuales asociados a la transfusión.

Tomada la decisión de transfundir, el

siguiente paso es seleccionar el componente

sanguíneo más adecuado para las necesidades

del paciente. Idealmente, todo profesional que

indique transfusiones debería estar

familiarizado con los diferentes componentes

actualmente disponibles y las ventajas e

inconvenientes asociados a su uso, para poder

individualizar en cada paciente la mejor

opción. En ciertas circunstancias clínicas la

terapia transfusional (la administración de

componentes derivados de la sangre) puede

salvar y restaurar la vida normal. Sin

embargo, cada vez es más claro que dicha

terapia tiene sus limitaciones, y que la

decisión de transfundir es muy delicada. Por

eso hay que reflexionar y evitar la

sobreutilización de estos procedimientos;

para ello se necesitan protocolos y guías de

manejo que establezcan recomendaciones

sobre el uso de los hemoderivados y sus

alternativas farmacológicas.

Pruebas analíticas

De acuerdo con la normativa legal vigente,

las donaciones de sangre y componentes son

sometidas a una serie de determinaciones

analíticas, además del estudio del donante,

para lo cual se realiza una entrevista de salud

y se diligencia un cuestionario, así como

toma de signos vitales, antecedentes y

pruebas de laboratorio, entre las que se

incluyen el grupo sanguíneo ABO y Rh(D)

(incluidas las formas débiles), escrutinio de

anticuerpos antieritrocitarios irregulares,

antígeno de superficie del virus de la hepatitis

B, los anticuerpos contra el virus de la

inmunodeficiencia humana (VIH),

anticuerpos contra el virus de la hepatitis C

(VHC), detección genómica directa o del

antígeno del core del VHC y una prueba de

sífilis.

Etiquetado de componentes sanguíneos

1. Todos los productos destinados a

transfusión deben estar correctamente

etiquetados con información comprensible

sobre los siguientes aspectos.

2.

2. Datos del centro procesador.3. Nombre del

producto, incluida cualquier modificación

realizada en su composición fina

4. Número de identificación de la donación.

90

5. Grupo ABO y Rh(D). Otros sistemas

antigénicos cuando sea necesario.

6. Fechas de extracción y caducidad (y hora

del día cuando sea necesario).

7. Resultados de la detección de marcadores

infecciosos.

8. Anticoagulantes y/o conservantes

utilizados.

9. Volumen del producto.

10. Temperatura y condiciones de

conservación.

Para la transfusión se deberá contar con

Consentimiento informado ya que es un

procedimiento terapéutico que implica ciertos

riesgos para el enfermo. Estos riesgos tienen

que ser conocidos y evaluados por el médico

para sopesarlos con los beneficios que se

espera conseguir. Asimismo, esta

información debe ser convenientemente

transmitida al paciente, junto con las posibles

alternativas terapéuticas, con el fin de obtener

el consiguiente consentimiento informado del

paciente o persona responsable en caso de

incapacidad del paciente.

Sangre total: es aquella que no ha sido

separada en sus diferentes componentes y su

objetivo es reponer la pérdida aguda de

capacidad transportadora de oxígeno y la

volemia. Sus indicaciones son muy

restringidas. En caso de hemorragia aguda

grave siempre debe preferirse el uso de los

concentrados de glóbulos rojos en

combinación con soluciones salinas para

restituir el volumen intravascular:

aproximadamente 450 cc.Indicaciones:

exanguíneotransfusión en neonatos, uso en

máquina de circulación extracorpórea (cirugía

cardiopulmonar), sangrados agudos cuando

no existen otros componentes, hemorragia

aguda con pérdida mayor del 50% de la

volemia. Contraindicaciones: anemia

sintomática normovolémica, como expansor

de volumen.

Glóbulos rojos concentrados (GRC): una

unidad de glóbulos rojos tiene un volumen de

200 cc a 300 cc y un hematocrito promedio

de 70%. Posee toda la masa de eritrocitos

existente en ese volumen y la mayor parte de

los leucocitos. Se obtiene después de que la

sangre total ha sido centrifugada y separada

del plasma. La principal función de este

componente es aumentar la capacidad

transportadora de oxígeno de la sangre al

incrementar la masa eritrocitaria o su

volemia. Es complejo determinar un umbral

de nivel de hemoglobina o hematocrito por

debajo del cual se debería transfundir para

evitar la hipoxia tisular. La experiencia

clínica con pacientes sometidos aemodilución

normovolémica indica que niveles de

hemoglobina de 7 g/dl son bien tolerados

incluso en pacientes seniles. El volumen a

transfundir depende de la intensidad de la

anemia, del estado del sistema circulatorio y

de la capacidad funcional cardiaca,

respiratoria y renal. 1 Unid GRE: 1 g/dl = 3%

hematocrito.

Dosis: Donde: VGR: Volumen de glóbulos

rojos: 200 ml, Htod: Hematocrito deseado,

Htop: Hematocrito del paciente, VST:

Volumen sanguíneo total (70 ml x kg)

Indicaciones: anemia crónica sintomática por

déficit de producción de eritrocitos y en las

cuales no han tenido rendimiento las terapias

específicas, anemia aguda sintomática o con

evidencias de hipoxia tisular, en pacientes

críticos generales un umbral de 7 g/dl es

correcto. en pacientes con comorbilidad

cardiorrespiratoria severa o isquemia

miocárdica activa puede considerarse un

umbral más elevado (8-10 g/dl), en anemia

preoperatoria la transfusión solamente está

indicada antes de cirugía de urgencia en aquel

paciente con anemia sintomática, la

transfusión intra y post operatoria es de

responsabilidad del cirujano y del

anestesiólogo, quienes deben evaluar la

cuantía de la hemorragia quirúrgica, el estado

clínico del paciente y el rendimiento de las

terapias alternativas. En pacientes sin

comorbilidad cardiorespiratoria un umbral de

6-7 g/dl puede ser apropiado, en

91

complicaciones de la drepanocitosis como

crisis aplásica, crisis hepática mixta y de

secuestro, síndrome torácico agudo, crisis del

SNC.

Plaquetas

La finalidad de la transfusión de plaquetas es

prevenir o detener hemorragias causadas por

disminución de su número o alteración de su

función. La trombocitopenia es frecuente en

la práctica clínica. La dosis usual en un sujeto

adulto es de una unidad de plaquetas por cada

10 kilos de peso (6-8 unidades), o un

concentrado de plaquetas por aféresis. Ambos

contienen una dosis de plaquetas mayor de

3x1011. Se debe conservar a temperatura

ambiente (20 +/- 2°C).Indicaciones:

hemorragia asociada a trombocitopenia o

disfunción plaquetaria, profilaxis de

complicaciones hemorrágicas en pacientes

con trombocitopenia sometidos a cirugía o

procedimientos invasivos, profilaxis de

hemorragias en pacientes con

trombocitopenia severa. Contraindicaciones:

púrpura trombocitopénica autoinmune

idiopática, púrpura trombótica

trombocitopénica, púrpura trombocitopénica

post-transfusional, trombocitopenia inducida

por heparina.

Factores que afectan el incremento post

transfusional de plaquetas:

1. Menor incremento: sexo masculino, sexo

femenino con dos o más embarazos, bazo

palpable, infección, CID, fi ebre, hemorragia,

uso de anfotericina.

2. Mayor incremento: esplenectomía, edad

avanzada.

Plasma fresco congelado (PFC) Está indicado para el tratamiento de la

hemorragia o prevenirla en pacientes con

coagulopatías demostradas. El PFC contiene

concentración similar al plasma original de

todos los factores de coagulación y proteínas.

La dosis debe permitir alcanzar el 30% del

factor en déficit. Esto se consigue

administrando 10 -15 ml de PFC/ kg de peso

del paciente. En hemorragia por tratamiento

anticoagulante oral el requerimiento es

menor: 5 a 8 ml/ kg. Una unidad de PFC

disminuye en dos segundos el TP. El uso de

PFC no está indicado para aumentar el

volumen plasmático o la concentración de

albúmina, por ejemplo, en pacientes con

cirrosis hepática. Tampoco está indicado para

corregir el TP en ausencia de hemorragia

(usar vitamina K).

Indicación absoluta: Púrpura

trombocitopénicaIndicaciones condicionadas

a la presencia de sangrado: pacientes que

reciben transfusión masiva, trasplante

hepático, cirugía cardiaca con circulación

extracorpórea, manejo de hemorragia

secundaria a terapia con anticoagulante oral,

manejo de deficiencias únicas de factores de

coagulación, manejo de déficit de múltiples

factores asociado a hemorragia profusa o

CID, uso en hemofilia B, cuando no hay

disponibilidad de concentrado liofilizado,

terapia de reemplazo en pacientes con déficit

de antitrombina III, proteína C y proteína S;

en ausencia de sus concentrados,

insuficiencia hepatocelular grave y

hemorragia microvascular difusa o

hemorragia localizada con riesgo vital.

Crioprecipitados Crioprecipitado es la

fracción insoluble después de descongelar el

plasma a baja temperatura. La finalidad es el

aporte de factor VIII-C, factor VIII-de Von

Willebrand, fibronectina, factor XIII y

principalmente fibrinógeno. Se obtiene por

descongelación a 4°C de una unidad de

plasma fresco congelado (PFC) que se

centrifuga para sedimentar el precipitado y

eliminar la mayor parte del plasma

sobrenadante. El sedimento con 15 ml a 20

ml se vuelve a congelar y se conserva a

temperaturas inferiores a –30°C durante tres

años. Cada crioprecipitado contiene de 70 a

100 unidades de factor VIII y 140 mg de

fibrinógeno por unidad.

Indicaciones: Pacientes con hemofilia A, en

ausencia de concentrados liofilizados de

factor VIII. Para tratamiento de cuadros

hemorrágicos y en profilaxis odontológica,

quirúrgica o de procedimientos médicos

invasivos, Pacientes con disfibrinogenemias,

Pacientes con enfermedad de Von

Willebrand, que no responde a DDAVP

(dermopresina) o no se dispone del

medicamento o liofilizado de factor VIII rico

en Von Willebrand,

92

Profilaxis quirúrgicas y manejo de

hemorragia en paciente urémico, Corrección

de hemorragia de la microcirculación en

paciente con

transfusión masiva, con niveles de

fibrinógeno menor a 100 mg/dl o 1.0 g/l,

Terapia de reemplazo en pacientes con déficit

de factor XIII.

Las transfusiones de componentes sanguíneos

son totalmente seguras. Sin embargo, aún

tienen riesgos que deben ser conocidos,

detectados, tratados y comunicados. Estos

riesgos se clasifican según el tiempo y pueden

ser:

Agudos o inmediatos: Aparecen durante la

transfusión, o poco tiempo después (hasta 24

horas).

Tardíos: Se presentan posterior a las 24 horas

de la transfusión.

93

94

CAPÍTULO 13.

PRINCIPIOS DE VENTILACIÓN

MECÁNICA

Madelayne Aristizabal

María del Pilar Triana

La ventilación mecánica es un procedimiento

que proporciona el soporte necesario para la

sustitución temporal de la función respiratoria

normal, y se utiliza en aquellas situaciones en

que no se cumplen los objetivos fisiológicos.

Además de una adecuada oxigenación y

ventilación, también busca mantener la

estabilid hemodinámica y prevenir los efectos

colaterales que se derivan de aumentos del

volumen y la presión intratorácica. La

función primordial del aparato respiratorio es

mantener el intercambio arteriovenoso de

oxígeno, por medio de la hematosis, para lo

cual se necesita un trabajo respiratorio

normal. El manejo correcto de la ventilación

mecánica no solo depende del conocimiento

de los parámetros ventilatorios y sus valores,

sino del conocimiento y entendimiento

integral del ventilador, cómo funciona, con

qué principios, cuáles son las posibles fallas

que pueden presentarse en su manejo y cómo

pueden solucionarse.

Definición

La ventilación mecánica es una técnica de

soporte ventilatorio vital que se da a pacientes

con patología potencialmente reversible de

origen intrapulmonar o extrapulmonar, y en

ningún momento suple funciones

definitivamente irreversibles o irrecuperables.

Debe ser muy claro para el clínico, llámese

intensivista, médico de cualquier

especialidad, fisioterapeuta, enfermera o

terapeuta respiratorio, que la ventilación

mecánica no está diseñada para curar; con

ella salvamos la vida y damos tiempo para el

manejo de la causa desencadenante de la

insuficiencia o falla ventilatoria.

Funcionamiento interno y mecánico de los

ventiladores

El aire y el oxígeno entran al ventilador a

través de un sistema neumático externo, que

contiene un regulador que permite disminuir

la presión de aquellos y mantenerla constante.

En este lugar se encuentra el

microprocesador, que ordenará cómo debe ser

este flujo, se abrirá un sistema llamado

selenoide proporcional que infundirá el aire al

paciente. Para evitar que el aire exhalado pase

al mismo circuito se instala una válvula

unidireccional. Existe otra válvula llamada de

seguridad, anterior a esta, que permite

disminuir la presión y en el caso de apagado

del respirador asegura la entrada de aire

ambiente. Cuando el respirador ha ciclado se

abre la válvula espiratoria, los gases pasan

por un filtro, sensor de flujo, que mide el

volumen de gas exhalado. A medida que el

gas va saliendo, la presión disminuye. Si se

ha programado PEEP, el ventilador cerrará la

válvula exhalatoria cuando llegue a este nivel.

El regulador de PEEP toma gases de los

reguladores de gases principales y ajusta el

nivel de PEEP programado sobre el selenoide

de espiración.

Conceptos básicos

Para entender y comprender la función de la

ventilación mecánica es necesario conocer

algunos conceptos básicos:

Ciclo respiratorio: lo constituyen la

inspiración y la espiración y consta de cuatro

fases: disparo o inicio de la inspiración;

mantenimiento de la inspiración; ciclado

(cambio de la fase inspiratoria a la

espiratoria) y espiración. Cada una de estas

fases es iniciada, mantenida y finalizada por

alguna de las siguientes variables: volumen,

presión, flujo o tiempo. La espiración es

siempre pasiva.

Volumen:

Volumen corriente o volumen tidal (VC): es

la cantidad de aire que el ventilador envía al

paciente en cada inspiración.

Volumen minuto:

se obtiene multiplicando la frecuencia

respiratoria en un minuto y el volumen

corriente de cada inspiración.

95

Presión: es la fuerza por unidad de superficie

necesaria para desplazar un volumen

corriente. Depende de dos conceptos:

compliance (distensibilidad) y resistencia del

sistema.

Presión meseta, Plateau o estática: es el

valor obtenido al final de la inspiración al

hacer una pausa inspiratoria y sin flujo aéreo.

Presión alveolar media (Paw media):

es el promedio de todos los valores de presión

que distienden el tórax y los pulmones

durante un ciclo respiratorio mientras no

existan resistencias ni inspiratorias ni

espiratorias.

Presión pico: es el valor en cmH2O obtenido

al final de la inspiración y está relacionada

con la resistencia del sistema al flujo aéreo en

las vías anatómicas y artificiales y con la

elasticidad del pulmón y la caja torácica.

Presión positiva al final de la espiración

(PEEP): permite la reapertura alveolar y el

reclutamiento de áreas colapsadas.

Flujo: es la velocidad con la que entra el aire

y depende del volumen corriente y del tiempo

inspiratorio. Es posible elegir cuatro modos

de esta entrada de aire u ondas de flujo

inspiratorio, tales como: flujo cuadrado, flujo

sinusoidal, flujo acelerado, flujo

desacelerante. El flujo espiratorio es una onda

pasiva de tipo desacelerada.

Tiempo: el tiempo que dura un ciclo

respiratorio es el tiempo total (Tt). El tiempo

inspiratorio (Ti) es el tiempo que dura la

inspiración. El tiempo espiratorio (Te) es el

tiempo que dura la espiración.

Frecuencia respiratoria (FR): es el número

de ciclos respiratorios por unidad de tiempo,

en este caso ciclos por minuto.

Relación inspiración/espiración (RI:E): es la

fracción de tiempo; de cada ciclo dedicada a

la inspiración y a la espiración.

Pausa inspiratoria: es el intervalo al final de

la inspiración, cesado el flujo aéreo y cerrado

la válvula espiratoria.

Fracción inspirada de oxígeno y aire

inspirado. Fracción inspirada de Oxigeno

(FiO2):es un valor absoluto que va de 0 a 1 y

que informa de la proporción de oxígeno que

el paciente recibe.

Sensibilidad o trigger: es el esfuerzo que el

paciente realiza para abrir la válvula

inspiratoria. Se programa en las modalidades

asistidas o espontáneas. Su funcionamiento

puede ser por la presión negativa que el

paciente realiza o por la captura de un

volumen determinado de aire que circula de

forma continua por las ramas del ventilador.

Presión de soporte: Es un patrón de ayuda

de la fase inspiratoria iniciado por el paciente,

en el que la inspiración comienza cuando el

sensor de flujo o de presión detecta el

esfuerzo inspiratorio del paciente. Es

utilizada en procesos de liberación de la

ventilación mecánica y combinada con otros

modos (SIMV o CPAP).

Presión meseta (Plateau): Consiste en

mantener el pulmón abierto en el momento de

terminar el ciclo inspiratorio del ventilador.

Durante su ejecución, el incremento de la

presión subatmosférica facilita la apertura de

los alvéolos subventilados o incluso

colapsados. Si la presión mantiene las

condiciones estáticas, así sea por un periodo,

se facilitará el paso de gases desde unidades

pulmonares normales a unidades obstruidas.

El clínico definirá su utilización.

Suspiro: Se define como una inspiración

lenta y profunda en la que la insuflación

máxima permite abrir alvéolos parcial y

totalmente colapsados y vencer la

constricción bronquial. Para imitar el suspiro

fisiológico en ventilación mecánica se

aumenta el volumen corriente que está

recibiendo el paciente. El clínico definirá la

utilización del suspiro.

Presión positiva al final de la espiración

(PEEP): Es un parámetro utilizado en

ventilación mecánica como ayuda en el

manejo de patologías en las que la capacidad

residual funcional (CRF) se encuentra

alterada.

Sistema de control

Variable de control

Un ventilador se puede calificar como un

controlador de presión, volumen, flujo y

tiempo. Por lo tanto, el ventilador controla el

patrón de onda de uno de los siguientes

parámetros: la presión de la vía respiratoria,

96

el volumen inspirado, el flujo inspiratorio y

los tiempos inspiratorios y espiratorios.

Presión

El ventilador puede controlar la presión en la

vía respiratoria (haciéndola subir por encima

de la presión de la superficie corporal durante

la inspiración) o la presión sobre la superficie

corporal (haciéndola caer por debajo de la

presión de apertura de la vía respiratoria

durante la inspiración). Esta es la base para

clasificar los ventiladores como de presión

positiva o de presión negativa.

Volumen

Para calificar un ventilador como controlador

de volumen se debe cumplir que el patrón de

onda del volumen se mantenga constante ante

variaciones en la carga, y que el aparato mida

el volumen y a partir de esta señal controle el

patrón de onda de esta variable.

Flujo

Si el cambio de volumen se mantiene

uniforme al variar la distensibilidad y la

resistencia, y si no se mide y usa como

control, el ventilador es clasificado como

controlador de flujo.

Tiempo

Las variables controladas son los tiempos de

inspiración y espiración.

Variables de fase

Mushin y colaboradores mencionan que el

intervalo puede dividirse en cuatro fases: la

inspiración, el cambio de inspiración a

espiración, el cambio de espiración a

inspiración, y la espiración. En cada fase se

mide una variable en particular y se utiliza

para encender, mantener y terminar esa fase.

En este contexto, la presión, el volumen, el

flujo y el tiempo son conocidos como

variables de fase.

Todos los ventiladores miden una o más

variables relacionadas con la ecuación de

movimiento. La inspiración se inicia cuando

una de las variables alcanza un valor

prefijado; así, la variable de interés es la

variable iniciadora o de activación.

Las variables de activación más comunes

son: la presión, el flujo y el tiempo. En la

variable de activación de presión el ventilador

registra el esfuerzo inspiratorio del paciente

como un decrecimiento en la presión inicial y

comienza con una inspiración que es

independiente de la frecuencia

predeterminada. En la variable de activación

de flujo el ventilador registra el esfuerzo

inspiratorio del paciente como una

disminución en el flujo inicial. En la variable

de activación de tiempo el ventilador inicia

una respiración de acuerdo con una

frecuencia prefijada independiente del

esfuerzo espontáneo del paciente.

Límite

La fase inspiratoria es el intervalo desde que

se inicia el flujo inspiratorio hasta que

comienza el flujo espiratorio. La pausa

inspiratoria está considerada dentro del

tiempo inspiratorio. Es necesario distinguir el

tiempo de flujo inspiratorio, que va desde el

inicio del flujo inspiratorio hasta su final, y el

tiempo de pausa inspiratoria que va desde el

final del flujo inspiratorio hasta el inicio del

flujo espiratorio, importante para calcular la

presión meseta y la mecánica del aparato

respiratorio.

Si una o más variables inspiratorias aumentan

sin llegar a un límite prefijado, se denominan

variables límites, pero es necesario distinguir

la variable que se utiliza para finalizar la

espiración llamada variable de ciclo. O sea,

una variable está limitada si alcanza un valor

prefijado antes de que termine la inspiración.

Ciclo

Se denomina variable de ciclo la variable que

se mide y que se usa para terminar el tiempo

inspiratorio y empezar el espiratorio. La

inspiración termina cuando alguna de las

variables alcanza algún valor prefijado.

Variables condicionales

Los ventiladores deben decidir el patrón de

control y las variables de fase que deben ser

aplicadas antes de cada respiración, según los

valores de algunas variables condicionales

prefijadas. Por lo tanto es importante entender

los conceptos de respiración espontánea, que

es aquella iniciada y terminada por el

paciente, y de respiración reguladora, aquella

en la que el ventilador determina ya sea el

inicio o el final de la inspiración.

97

A continuación se describe, de lo general a lo

específico, la clasificación de los modos

ventilatorios según los tipos de respiraciones:

reguladora y espontánea.

Objetivos de la ventilación mecánica

La ventilación mecánica tiene varios

objetivos fundamentales tanto clínicos como

fisiológicos, que son:

• Mejorar el intercambio gaseoso.

• Mantener/restaurar el volumen pulmonar y

modificar la relación presión volumen

• Reducir el trabajo respiratorio.

• Mejorar la oxigenación tisular.

Indicaciones de la ventilación mecánica

Son múltiples las indicaciones patológicas

que existen para sostener en ventilación

mecánica de manera transitoria al paciente

mientras son resueltas y el paciente es capaz

de reanudar su propia ventilación. Aunque no

es fácil elaborar una lista por la amplia gama

de situaciones o entidades en las cuales se

requiere soporte ventilatorio, consideraremos

las siguientes:

Hipoventilación de origen central: sobredosis de drogas, apnea de sueño,

tumores cerebrales, hipotiroidismo, alcalosis

metabólica, ACV, encefalitis.

Fatiga muscular respiratoria: Guillan

Barre, Miastenia gravis, distrofia muscular,

daño del nervio frénico, polimiositis,

trastorno de médula espinal, fatiga muscular,

hipokalemia,hipofosfatemia,hipomagnesemia.

Aumento del trabajo respiratorio: EPOC,

asma bronquial, obesidad, neumotórax,

quemaduras graves, cifoescoliosis graves,

obstrucción de la vía aérea superior, derrame

pleural, edema

glótico, infección, espondilitis anquilosante.

Otras: SDRA, embolismo pulmonar, edema

pulmonar, insuficiencia cardíaca congestiva,

choque séptico, infección pulmonar,

inhalación de agentes tóxicos, patología

intersticial pulmonar, broncoaspiración,

hipertensión pulmonar primaria.

MODOS DE VENTILACIÓN

Ventilación controlada por volumen

(CMV)

El ventilador asume la totalidad de la

actividad ventilatoria sin ninguna

intervención del paciente. Las indicaciones

principales de la CMV son patologías que

requieran obligatoria relajación. Cuando se

alcanza un volumen corriente determinado o

un tiempo inspiratorio determinado se cierra

la válvula inspiratoria y se abre la espiratoria.

La medición será el resultado del producto

del flujo inspiratorio y el tiempo determinado.

El ciclo se regula por volumen o tiempo.

Parámetros programados: FiO2, Volumen

corriente, frecuencia respiratoria, relación I:E,

flujo respiratorio, PEEP, patrón de onda de

flujo.

Ventilación con presión control (PCV)

Es un modo de ventilación limitado por

presión y ciclado por tiempo. Cuando se

inicia la inspiración, porque el paciente lo

hace, o por tiempo, se genera un gradiente de

presión entre el alveolo y la vía aérea abierta

y se produce un movimiento de gas, cuya

cantidad depende de la resistencia al flujo, de

la compliance pulmonar, del tiempo

inspiratorio programado y del potencial

esfuerzo muscular. Durante la inspiración la

presión en la vía aérea es constante y el flujo,

desacelerado.

98

Parámetros programados: FiO2, presión pico

o control, frecuencia respiratoria, relación

I:E, PEEP, patrón de onda de flujo.

Parámetros a vigilar: Volumen corriente

inspirado / espirado, volumen minuto,

frecuencia respiratoria total.

Ventilación asistida

Es un modo en el cual el ventilador cicla en

respuesta a un esfuerzo inspiratorio

programable (sensibilidad). Cuando la

sensibilidad se aumenta, el ventilador es más

sensible al esfuerzo del paciente para realizar

la inspiración y por lo tanto el esfuerzo

inspiratorio y la sensibilidad son

inversamente proporcionales; entonces, se

debe tener en cuenta que si la presión

negativa creada por el paciente es insuficiente

con respecto a la sensibilidad programada, no

se producirá la inspiración, y si el caso es

contrario, se autociclará en respuesta a la

presión retrógrada y producirá desacople del

paciente con el ventilador. Este modo tiene la

ventaja de favorecer el retorno venoso

durante el periodo de presión negativa y se

previene el desuso de los músculos

respiratorios.

Parámetros programados: FiO2, volumen

corriente o presión pico o control, R I: E,

PEEP, patrón de onda de flujo, sensibilidad.

Ventilación asistida controlada

Es la combinación de los modos asistidos y

controlados. El paciente puede estar en modo

controlado porque el ventilador toma el

comando de la ventilación, y puede estar en el

modo asistido si el esfuerzo inspiratorio es

suficiente.

Parámetros programados: FiO2, volumen

corriente o presión pico o control, frecuencia

respiratoria, relación I:E, PEEP, patrón de

onda de flujo, sensibilidad.

Ventilación mandatoria intermitente

(IMV)

Es un modo que combina ciclos automáticos

del ventilador con ciclos espontáneos del

paciente. El ventilador cicla y entrega muna

frecuencia respiratoria y un volumen

predeterminados y permite entre uno y otro

ciclo la posibilidad de generar ventilación

espontánea porque no se dan ciclos

automáticos seguidos. Puede ocurrir que la

liberación del ciclo automático del ventilador

ocurra cuando termina la inspiración

espontánea del paciente lo que produce

sobredistensión pulmonar. También se puede

presentar un ciclo automático cuando el

paciente está en la fase espiratoria, lo que

genera desacople y aumento de la presión en

la vía aérea por el encuentro de los

volúmenes. Parámetros programados: FiO2,

volumen corriente, frecuencia respiratoria,

Relación I:E, flujo respiratorio de la

asistencia, sensibilidad, patrón de onda de

flujo.

Ventilación mandatoria intermitente

sincronizada (SIMV)

En este modo se sincroniza el ciclo del

ventilador con el esfuerzo inspiratorio del

paciente. El ventilador asiste al paciente en el

periodo de presión positiva programada. Si el

paciente es incapaz de generar presión

negativa para desencadenar el ciclo asistido,

el ventilador ciclará automáticamente después

de transcurrido un tiempo llamado ventana de

espera. Es útil para mantener el

funcionamiento de la musculatura

inspiratoria. Parámetros programados: FiO2

volumen corriente, frecuencia respiratoria,

Relación I: E, flujo respiratorio de la

asistencia, sensibilidad, patrón de onda de

flujo, presión soporte.

Ventilación regulada por la ventilación

minuto (MMV)

En este modo el volumen minuto total

permanece constante y la frecuencia de los

ciclos controlados o mandatorios varía

automáticamente sin intervención humana, en

función de la actividad espontánea del

paciente. El ventilador se programa con un

volumen minuto constante y la frecuencia de

MMV aumentará en caso de que la suma total

de volumen espirado en ciclos espontáneos y

ciclos automáticos sea inferior al volumen

minuto programado, y si el volumen minuto

aumenta por encima del programado la

frecuencia de ciclos programados disminuye.

99

Ventilación con presión de soporte (PSV)

Es un modo ventilatorio parcial, iniciado por

el paciente, limitado por presión y ciclado por

flujo. Se inicia con el esfuerzo inspiratorio

espontáneo del paciente. El respirador

presuriza el circuito y suministra un flujo

inspiratorio alto. La velocidad de

presurización y el flujo ajustan el tiempo que

tarda en alcanzar una presión meseta. Durante

el resto de la inspiración se administra un

flujo desacelerado, establecido por el nivel de

soporte, las propiedades mecánicas del

sistema respiratorio y el esfuerzo inspiratorio.

Parámetros programados: FiO2, frecuencia

respiratoria (optativa), relación I:E, flujo

respiratorio de la asistencia, sensibilidad,

presión de soporte, PEEP.

Parámetros a vigilar: volumen corriente

inspirado/espirado, volumen minuto,

frecuencia respiratoria total, presión pico,

meseta, media.

Presión positiva continua en la vía aérea

(CPAP)

Es un modo de operación del ventilador en el

cual el nivel de presión fijado se mantiene

constante, mientras que el paciente respira

espontáneamente. Parámetros programados:

FiO2, trigger abierto y presión de soporte.

Parámetros a vigilar: volumen corriente

inspirado/ espirado, volumen minuto,

frecuencia respiratoria total, presión pico,

meseta, media.

Presión positiva bifásica en la vía aérea

(BIPAP)

Es un modo ventilatorio limitado por presión,

ciclado por tiempo, en el que dos niveles

diferentes de CPAP, suministrados por un

sistema valvular de flujo a demanda, alternan

con intervalos preestablecidos y determinan

la VM. Permite la respiración espontánea del

paciente, sin límites en ambos casos de CPAP

y en cualquier momento del ciclo respiratorio.

Parámetros programados: FiO2, sensibilidad

o trigger abierto, dos niveles de presión de

soporte y dos tiempos inspiratorio, PEEP.

Parámetros a vigilar: Volumen corriente

inspirado/espirado, volumen minuto,

frecuencia respiratoria total.

Presión positiva al final de la espiración

(PEEP)

El mantenimiento de la apertura alveolar es

importante para el proceso de intercambio

gaseoso. Si la ventilación se encuentra

disminuida se constituirá una unidad de

cortocircuito (shunt), mientras que la

disminución de la perfusión genera la

aparición de unidades de espacio muerto. El

uso de la PEEP tiene varios efectos

terapéuticos tales como aumento de la CRF,

disminución del shunt intrapulmonar,

disminución de la diferencia alveolo arterial

de oxígeno, aumento de la presión arterial de

oxígeno, conservación del volumen residual,

reclutamiento alveolar y disminución del

riesgo de toxicidad por el oxígeno.

AutoPEEP

Puede ocurrir cuando la presión alveolar es

superior a la presión barométrica o al nivel

prefijado de PEEP o CPAP, como resultado

de la utilización de frecuencias respiratorias

altas, de volúmenes corrientes altos y de un

tiempo espiratorio disminuido con relación al

tiempo inspiratorio. Debe considerarse si se

relaciona con entidades patológicas como el

EPOC o el asma. El autoPEEP aumenta el

riego de volutrauma y barotrauma, aumenta la

PIM y la meseta, aumenta el trabajo

respiratorio para el disparo del ventilador en

modo asistido, y de mayor hiperinsuflación

dinámica en pacientes con EPOC. Se debe

detectar la presencia de autoPEEP. El

autoPEEP debe corregirse por la variedad de

complicaciones que causa, existen varias

formas de eliminarlo como instaurar PEEP

extrínseca de valor del 80% equivalente a la

autoPEEP; aumentar el tiempo espiratorio o

utilizar un patrón de onda cuadrada cuando

no exceda los valores de PIM permisibles;

disminuir el volumen corriente o la

frecuencia respiratoria si la PaCO2 se

mantiene dentro de los rangos permitidos y

disminuir la resistencia a la espiración con la

utilización de broncodilatadores o con

100

maniobras de terapia respiratoria según sea el

caso.

Liberación de ventilación mecánica

El weaning, también llamado destete, es la

desconexión gradual del paciente del

ventilador del cual ha estado dependiente. Es

un proceso que se lleva a cabo sin mayores

dificultades, cumpliendo ciertos requisitos, en

la gran mayoría de los pacientes. Sin

embargo, existe un pequeño grupo, 10% a

20%, que ya sea por haber estado en VM

prolongada o tener un compromiso de la

reserva pulmonar, requiere de un tratamiento

más específico. Para iniciar la liberación debe

haber remitido total o parcialmente el cuadro

clínico que llevó a instaurar la ventilación

mecánica, que el paciente haya logrado

estabilidad hemodinámica y una FiO2 menor

o igual a 0,5 y PEEP de 5-6 cmH2O en sus

parámetros de apoyo ventilatorio.

MODOS VENTILATORIOS

CONVENCIONALES Y PARÁMETROS

PROGRAMABLES

Los modos ventilatorios convencionales, que

aún son ampliamente utilizados, se basan en

la premisa de conocer el nivel de ayuda

respiratoria que requiere el paciente, y esto

depende de su condición clínica. En forma

simplificada, los modos ventilatorios

convencionales podrían clasificarse según

quién inicia y quién termina el ciclo

ventilatorio, así:

MODO CONTROLADO

Como se dijo anteriormente, en este modo no

existe intervención alguna del paciente pues

no realiza ningún esfuerzo inspiratorio. Por

esto, se deben programar en el ventilador

TODAS las variables que intervienen en la

respiración, a saber:

Volumen corriente: Es la cantidad de aire

que insufla la máquina en los pulmones del

paciente en cada respiración. El valor

depende del peso del paciente y se calcula

según la fórmula de peso corporal ideal, para

evitar volúmenes excesivamente altos o bajos

que pueden causar efectos adversos y

complicaciones.

Peso corporal ideal: 45+[(Talla en cm-

152.4) 0.91] para Mujeres

50 + [(talla en cm- 152.4) 0.91] para

hombres

En esta modalidad de ventilación la máquina

buscará alcanzar el valor del volumen

programado (ventilación controlada por

volumen), sin importar si para ello se necesita

poca o mucha presión, por lo que frente a un

pulmón rígido o una vía aérea estrecha tratará

de llegar al volumen previsto con una presión

muy alta que puede generar daños en las

zonas pulmonares sanas. En un pulmón sano

la presión requerida para llegar al volumen

deseado es generalmente baja, por lo que

debe elegirse el modo controlado por

volumen para iniciar la ventilación. Por el

contrario, si se registran valores

anormalmente altos de presión de la vía

aérea, se escogerá el modo controlado por

presión, y en este caso la variable a

programar es la presión control o presión de

insuflado y es el nivel máximo que utilizará

el ventilador en cada insuflación. Aquí lo que

varía es el volumen alcanzado, pues si el

tejido pulmonar se deja distender fácilmente

y la vía aérea está permeable, se pueden

generar volúmenes normales o

peligrosamente altos con presiones control

bajas; pero si el pulmón presenta

anormalidades, los volúmenes generados

pueden no ser suficientes y por tanto

presentarse hipoventilación.

Fracción inspirada de oxígeno (Fi02): Es la

cantidad de oxígeno que ingresa en los

pulmones en cada inspiración.

Inicialmente y hasta que se conozca la

situación de entrega tisular de oxígeno a los

tejidos del paciente, debe suministrarse una

FiO2 inicial del 100% y disminuirse cuanto

101

antes, para mantener SaO2 del 92% al 94% si

las condiciones lo permiten. Hay que recordar

que la SaO2 y la PaO2 no tienen una relación

lineal y que la SaO2 depende de otros

aspectos como la hemoglobina, la

temperatura, la 2,3 DPG y el funcionamiento

cardíaco adecuado. La toxicidad por oxígeno

es un peligro potencial, pues para mantener

saturaciones de oxígeno del 100% es

necesario utilizar algunas veces FiO2

excesivamente altas con la conocida

liberación de radicales libres, la aparición de

atelectasias por barrido del nitrógeno

alveolar.

Frecuencia respiratoria: Es la cantidad de

veces que el ventilador suministra el volumen

o la presión prefijados a los pulmones del

paciente. Está ligada directamente con la

ventilación alveolar o barrido de CO2.

Inicialmente se programa una frecuencia

respiratoria fisiológica de 12 a 16

respiraciones por minuto y se ajusta para

mantener el nivel de PCO2 deseado. Debe

evitarse en todo momento la hiperventilación

o la hipoventilación, pues el excesivo barrido

de CO2 tanto como su acumulación, pueden

tener efectos deletéreos; además, si se utilizan

frecuencias respiratorias excesivamente altas

el tiempo de vaciado alveolar puede ser

insuficiente y producirse atrapamiento de

aire.

Volumen minuto: Es un parámetro que

relaciona los dos anteriores. Generalmente no

se programa individualmente sino que es

utilizado para encontrar la combinación

adecuada de volumen corriente y frecuencia

respiratoria para mantener un CO2 ideal para

las condiciones del paciente.

CO2 Ideal = PaCO2 actual del paciente x

volumen minuto actual/ PaCO2 esperado.

Relación inspiración/espiración: I/E: Es la

relación entre el tiempo de ingreso del aire a

los pulmones y el tiempo de salida del aire de

ellos. Fisiológicamente es mayor el tiempo

espiratorio que el inspiratorio, en una relación

aproximada de 1:2 a 1:3; por esto, la

programación inicial de este parámetro se

hace dentro de estos valores. Según las

especificaciones del fabricante, y en algunos

equipos a elección del clínico, este parámetro

puede programarse directamente como I/E

pero también puede hacerse como % de

tiempo inspiratorio o tiempo inspiratorio en

segundos, o incluso puede aparecer luego de

programar únicamente la frecuencia

respiratoria y el volumen corriente, pero

siempre aparecerá un valor resultante de la

relación I/E.

Presión positiva al final de la espiración

(PEEP)

En la respiración espontánea la entrada y

salida del aire a los pulmones se da por la

diferencia de presión entre el espacio pleural

y la atmósfera: el aire se desplaza del sitio de

mayor presión al de menor presión. El flujo

de entrada y el flujo de salida cesan cuando se

equilibran estas dos presiones, lo que da fin a

la inspiración o a la espiración. El punto

donde se igualan las presiones en la

espiración se da aproximadamente a nivel de

la carina, y este mecanismo junto con el

surfactante alveolar, que evita su colapso,

genera un volumen de aire residual que se

conoce como capacidad residual funcional.

Cuando el paciente tiene una vía aérea

artificial y está conectado a un ventilador este

punto de equilibrio se pierde, por lo que al

final de la espiración los alvéolos se pueden

colapsar. Para evitar esto debe colocarse un

valor de presión espiratoria mínimo diferente

de cero: éste es el PEEP extrínseco, que

inicialmente se fi ja entre 3 cm3 y 6 cm3 de

H2O. Si se permitiera una insuflación

completa de los alvéolos y luego un colapso

total, las presiones requeridas para abrir

nuevamente este tejido serían excesivamente

altas o insuficientes para todas las unidades y

se produciría hipoxemia. Además, el estrés

sufrido en el tejido por la apertura y colapso

repetidos estimula la liberación de

mediadores inflamatorios y el daño pulmonar

asociado a la ventilación mecánica.

MODO ASISTIDO

Cuando ya el paciente presenta respiraciones

espontáneas y no es necesario abolir este

impulso, debe existir un mecanismo para que

el ventilador detecte este esfuerzo y no se

presente una competencia entre paciente y

102

ventilador por el comando de la ventilación.

Entra a jugar aquí entonces, el concepto de

ventilación ASISTIDA. El ventilador, por

medio de un parámetro programado conocido

como sensibilidad, disparo o trigger, detecta

los impulsos respiratorios del paciente y

completa la entrada de aire hasta llegar al

volumen o la presión programado. La

sensibilidad puede programarse por presión,

inicialmente con un valor de 2 cm de H20 o

por flujo, comenzando con 3 LPM. Esta

última es la forma de mayor comodidad para

el paciente por el tiempo de respuesta menor

del ventilador cuando se presenta el esfuerzo.

Cabe anotar que si el paciente realiza

esfuerzos inspiratorios que no alcancen el

valor de la sensibilidad programada, se

presentarán jadeos o respiraciones inefectivas

que el ventilador no asistirá, y ello producirá

fatiga e incomodidad para el paciente. Por

esto el clínico debe estar muy atento a la

aparición de este tipo de esfuerzos para

aumentar la sensibilidad del ventilador, es

decir, disminuir la magnitud numérica del

esfuerzo al que tendrá que llegar el paciente

para poder abrir la válvula exhalatoria y con

ello reducir su trabajo respiratorio y lograr

que el ventilador asista las respiraciones que

inicie. En teoría, si existiera un modo asistido

puro, el ventilador asistiría sólo las

respiraciones que inicie el paciente y que

alcancen el valor de la sensibilidad

programada, por lo que si el paciente en algún

momento, por la gravedad de su condición o

por el efecto de medicamentos, no llegase a

lograrlo, se generaría una apnea que podría

poder en riesgo su vida si no se detecta a

tiempo.

MODO ASISTIDO CONTROLADO

Es el modo de elección para el inicio de la

ventilación mecánica en adultos, pues

combina los beneficios del modo controlado,

brinda un soporte completo cuando el estado

del paciente lo requiera y permite realizar

esfuerzos inspiratorios que asistirá cuando se

alcance el valor de la sensibilidad

programada. Esto evita tanto la fatiga

muscular como la atrofia por desuso.

MODO ESPONTÁNEO, PSV O PRESIÓN

SOPORTE

En este modo todas las respiraciones son

iniciadas por el paciente, por lo que su drive

respiratorio debe estar intacto. Por esto, es de

suma importancia una correcta programación

de la sensibilidad, porque sólo cuando el

paciente alcance este valor prefijado el

ventilador soportará su esfuerzo con una

presión que le ayudará a vencer la resistencia

impuesta por el circuito y el tubo orotraqueal.

Este valor es la presión de soporte y debe ser

seleccionada para garantizar un volumen

corriente adecuado para el peso y una

frecuencia respiratoria entre 14-20 por

minuto. Según estudios, el mínimo valor de

presión soporte necesario para vencer la

resistencia de los circuitos en una persona

sana es de aproximadamente 8 cm a 10 cm

H20 y si, además de esto, el paciente requiere

FiO2 menores de 50% con una sensibilidad

mínima de 2 lpm, podría decirse que está listo

para la liberación de la ventilación mecánica.

En este modo se programa adicionalmente un

PEEP suficiente para evitar el colapso

alveolar y puede incrementarse en casos de

hipoxemia o autoPEEP. Con la aparición de

los ventiladores con válvulas exhalatorias

activas se pudo utilizar el recurso de la ETS o

sensibilidad de la válvula espiratoria.

CPAP

El modo CPAP es la sigla en inglés para

presión positiva continua en la vía aérea, lo

que equivale a programar un nivel de PEEP

suficiente para mantener una vía aérea

permeable que permita la libre entrada y

103

salida del flujo inspiratorio y espiratorio. Es

el modo ventilatorio más común en medicina

domiciliaria, y no requiere mayor

conocimiento del paciente para su uso. En el

ámbito intrahospitalario puede utilizarse con

ventiladores convencionales programando

adicionalmente un valor de sensibilidad, FiO2

y la ETS que requiera el paciente.

Generalmente es el modo de elección para la

ventilación mecánica no invasiva, y se puede

incluir además, si se prefiere, un nivel de

presión de soporte, lo que sería un modo

espontáneo o PSV.

104

CAPÍTULO 14

PRINCIPIOS DE FARMACOLOGÍA EN

LA UCI

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

Farmacocinética: se ocupa especialmente de

aquellos procesos a los cuales un fármaco

será sometido en su paso por el organismo;

estudia pormenorizadamente lo que sucede

desde que el fármaco es administrado por

primera vez hasta su total eliminación del

cuerpo. Los pasos que atraviesa el fármaco en

el organismo son los siguientes: liberación

del producto activo, absorción, distribución a

través del organismo, metabolismo, y la

eliminación. Farmacodinamia: estudia el

efecto químico sobre el organismo, el

mecanismo de acción y los factores que

modifican los efectos de los medicamentos.

Farmacología aplicada: estudia las

indicaciones, la dosificación, las vías de

administración, las dosis y las interacciones.

Farmacocinética: Después de ser

administrado, un fármaco sufre cuatro

procesos en el organismo humano hasta que

desaparece: absorción, distribución,

biotransformación, y eliminación o excreción.

La absorción hace referencia al movimiento

del fármaco desde el punto en el que se

administra hasta la sangre. La distribución es

el movimiento del fármaco desde la sangre a

los tejidos, a través del líquido extracelular, y

finalmente hasta las células, donde produce

su efecto. La biotransformación es el proceso

metabólico de modificación que puede sufrir

el fármaco. Y, por último, la eliminación o

excreción supone la salida del fármaco y de

sus metabolitos al exterior.

Paso de los fármacos a través de las

membranas celulares

Las cuatro fases anteriormente mencionadas

suponen, el movimiento del fármaco hasta

que desaparece del organismo. Este

movimiento implica que debe atravesar las

barreras celulares para alcanzar el órgano

efector donde producirá su efecto y

eliminarse posteriormente. Dependiendo de

su capacidad para atravesarlas, así será la

facilidad de movimiento del fármaco. Los

fármacos atraviesan la membrana celular

disolviéndose en ella. La estructura de la

membrana celular es lipídica, con una doble

capa de fosfolípidos. Las sustancias

liposolubles (fármacos no polares o no

ionizados) atravesarán con facilidad las

barreras celulares. Por el contrario, el paso de

la barrera celular se verá dificultado si el

fármaco no es liposoluble (fármacos polares o

ionizados). Las sustancias polares son

aquellas que tienen polaridad o polos en su

molécula, y las sustancias ionizadas son las

que están cargadas eléctricamente (iones).

Como regla general, las moléculas polares se

disuelven en solventes polares, y las no

polares, en solventes no polares. Por ejemplo,

el azúcar (molécula polar) se disuelve bien en

agua (solvente polar); sin embargo, no se

disuelve en aceite (solvente lipídico no polar).

Un ejemplo característico de fármacos que no

atraviesan bien las barreras celulares son los

antibióticos aminoglucósidos, que son

moléculas polares que no se disuelven en

lípidos, por lo que no atraviesan la barrera

celular intestinal. Por esta razón no se

absorben por vía oral. Además se distribuyen

mal por el organismo y por la misma razón no

atraviesan la barrera hematoencefálica. Son

tres los mecanismos por los que los fármacos

pasan a través de las membranas:

Difusión pasiva: el fármaco se disuelve en la

membrana y es transportado pasivamente a

favor de un gradiente de concentración o

gradiente electroquímico.

Transporte activo: precisa un transportador y

energía para el transporte en contra del

gradiente de concentración.

Difusión facilitada: como el anterior,

necesita un transportador, pero no consume

energía.

105

ABSORCIÓN

La absorción de un fármaco se define como

el paso desde el punto donde se administra

hasta la sangre. La velocidad de absorción

condiciona el período de latencia, que es el

tiempo que transcurre entre el momento de la

introducción del fármaco en el organismo

hasta la aparición del efecto. Esta velocidad

de absorción depende de la vía por la que se

administre el medicamento. La vía de

utilización más frecuente es la vía oral,

seguida de la vía parenteral

(fundamentalmente, intravenosa,

intramuscular y subcutánea). La vía rectal,

sublingual, inhalatoria, intratecal, intraósea y

dérmica son de empleo menos frecuente. Las

vías intravenosa, intramuscular, subcutánea,

intradérmica e intratecal, al depositar el

fármaco en el medio interno, deben reunir las

condiciones de máxima esterilidad y

administrarse con las mismas precauciones.

Vía oral

Es utilizada con frecuencia en el paciente de

la UCI, es cómoda, pero la absorción se

modifica por muchos factores. La absorción

es estomacal y en el intestino delgado en su

porción proximal. El fármaco se absorbe si es

liposoluble (no ionizado) ya que así atraviesa

la membrana lipídica de las células

intestinales. El pH estomacal modifica la

absorción: los que son ácidos tienden a

ionizarse en un medio alcalino, mientras que

las bases tienden a hacerlo en un medio ácido.

Otros fármacos que se inactivan por el pH

ácido pueden en ocasiones ingerirse con el

estómago vacío, con el fin de que atraviesen

con rapidez este órgano y el tiempo de

exposición al ácido sea corto, lo que evitará

su inactivación. Con el estómago lleno, el

tiempo de permanencia del fármaco es mayor

y, por lo tanto, la exposición al ácido también

es superior. En este sentido, cuando los

fármacos se ingieren con alimentos, su

exposición a la superficie mucosa es menor y

la absorción es más lenta. Sin embargo, si los

fármacos son irritantes gástricos, la tolerancia

es mejor cuando se administran con el

estómago lleno. Algunos fármacos que irritan

la mucosa gástrica o que se inactivan por el

ácido se preparan, a veces, en forma de

comprimidos o cápsulas con cubierta entérica

(que sólo se destruye al llegar al intestino), de

forma que atraviesan el estómago sin

modificarse ni causar irritación. Por otra

parte, si el paciente presenta un síndrome de

malabsorción, no deberá utilizarse esta vía

por la dudosa absorción del medicamento.

Los fármacos absorbidos por vía

gastrointestinal pasan, en primer lugar, a la

circulación portal y, a través del hígado, a la

circulación sistémica. Muchos fármacos

pueden inactivarse al ser metabolizados o

biotransformados en el hígado antes de

alcanzar la circulación sistémica. Esta

inactivación rápida se denomina efecto de

«primer paso». Si un fármaco tiene un

considerable efecto de «primer paso», no

podrá ser administrado por vía oral. En

general, la absorción por esta vía no es

completa. Si, además, el medicamento se

elimina por vía biliar, puede hallarse una

cantidad mayor por este motivo.

Formas de presentación VO: pueden ser

sólidas o líquidas. Formas sólidas: polvos o

granulados, que se presentan en sobres;

comprimidos, en forma convencional, o

masticables; y las grageas, con cubierta dura

que modifica el sabor. Otras son tabletas,

gránulos y píldoras. Las cápsulas de cubierta

gelatinosa, rígida o blanda, constan de dos

semiesferas o cilindros que se encastran, y

que contienen en su interior el polvo o el

líquido activo. La cubierta se deshace en el

estómago. Los comprimidos pueden estar

preparados con cubierta entérica o multicapa.

La cubierta entérica resiste el pH ácido del

estómago y sólo se hidroliza en un pH más

alcalino cuando llega al intestino. La

multicapa va exponiendo al fármaco a medida

que las capas van hidrolizándose,

denominándose, por ello, de acción repetida.

En general, todas estas formas son las que se

denominan de liberación controlada,

sostenida, o retardada. Las formas líquidas

pueden ser: soluciones, gotas, jarabes,

suspensiones y emulsiones.

106

Vía sublingual

Es una vía de absorción rápida que se utiliza

en circunstancias muy particulares y con un

número reducido y concreto de fármacos.

Prácticamente sólo se emplea para la

administración de nitritos en la cardiopatía

isquémica. El comprimido se rompe con los

dientes y se coloca debajo de la lengua. Esta

zona tiene una gran vascularización

superficial, lo que permite una rápida

absorción. Debe tomarse la precaución de no

mezclarla con la saliva para evitar la

inactivación, en el caso de los nitritos. El

nifedipino, fármaco antianginoso y

antihipertensivo, también puede administrarse

por esta vía, siendo su absorción casi

inmediata. Existen preparados de estos

productos en forma de aerosol o spray para su

administración sublingual.

Vía rectal

Es una alternativa a la vía oral, pero de

absorción muy variable. Se emplea cuando el

paciente presenta vómitos o en los niños que

rechazan la administración por vía oral; en

éstos, la introducción del supositorio provoca

tenesmo y a veces induce la defecación,

anulando el efecto. Además del supositorio

pueden administrarse fármacos en forma de

enemas.

Vía intravenosa

Es la vía más utilizada en la UCI. Por esta vía

no existe realmente absorción, puesto que el

fármaco se deposita directamente en la

sangre. Por lo tanto, el comienzo del efecto es

inmediato, y se alcanzan niveles plasmáticos

muy elevados del fármaco con dosis muy

pequeñas, de forma que los riesgos de

toxicidad son mayores que en otras vías de

absorción más lenta. Por esta misma razón, la

permanencia del fármaco en el plasma suele

ser mucho más reducida, por lo que las dosis

deben ser menores y más frecuentes, e

incluso en perfusión continua, para mantener

unos niveles más estables, más uniformes.

Los efectos tóxicos más frecuentes que se

observan al administrar fármacos por esta vía

son: reacciones anafilácticas graves,

arritmias, depresión miocárdica y

vasodilatación. La perfusión continua

intravenosa se emplea, como ya se ha

indicado, cuando la duración del fármaco es

muy corta, o cuando se precisa un efecto

inmediato y con frecuente modificación de

las dosis para que el resultado sea óptimo o

para reducir al mínimo la toxicidad. No es

obligatorio diluir todos los fármacos que se

administran por vía intravenosa. En general,

las especificaciones de administración suelen

indicar cuándo debe hacerse. Tanto en esta

vía como en la intramuscular se administran

sustancias que son anhidras (polvo) y que se

disuelven en un medio líquido específico,

previamente a la administración y en

condiciones de esterilidad

Vía intramuscular

Es una vía de absorción rápida, más que la

vía oral, debido a que la única barrera que

hay que atravesar para llegar a la sangre es la

pared del capilar. Y como excepción, la pared

de los capilares dispone de poros que facilitan

el paso de los fármacos polares o ionizados.

En este caso, el fármaco se administra

disuelto en un vehículo acuoso y en

condiciones asépticas por punción

intramuscular. Cuando se utiliza en un

vehículo oleoso, la absorción se retarda. Si el

paciente se encuentra en estado de shock, con

hipoperfusión periférica, la absorción se hace

más lenta debido a la disminución del flujo

sanguíneo muscular. En estos casos, la vía de

administración debe ser la intravenosa. Por

otra parte, cuando existen trastornos graves

de la coagulación de la sangre, o el paciente

está anticoagulado farmacológicamente, esta

vía está contraindicada debido al riesgo de

provocar hematomas.

Vía subcutánea

En este caso, la absorción es algo más lenta

que por vía intramuscular, aunque se incluye

dentro de las vías de absorción rápida. Esta

vía se emplea fundamentalmente para la

administración de insulina, entre otras

razones, porque es la más fácil para la

autoadministración. La morfina es otro

fármaco que se utiliza por esta vía. Tampoco

debe emplearse si el enfermo se encuentra en

estado de shock, por la razón mencionada en

el apartado anterior.

107

Vía tópica

La administración tópica consiste en la

aplicación local del fármaco, generalmente,

para el tratamiento de lesiones en la zona

(piel, vagina, ojos, oídos, nariz, boca). Son

formas características los emplastos o

cataplasmas, las pomadas y las emulsiones

para la piel; los colirios para aplicación

oftálmica; los geles y los óvulos vaginales; y

las gotas nasales u óticas. Los colutorios,

gargarismos o enjuagues se emplean por vía

tópica oral. No debe olvidarse que por

algunas de estas vías (piel, nariz, vagina)

puede producirse una absorción sistémica de

los medicamentos.

Vía transdérmica

Aunque la piel es una vía de absorción muy

deficiente, algunos fármacos se administran

por vía transdérmica o percutánea. Se

presentan en forma de parches de liberación

sostenida, para obtener un efecto sistémico,

con tan buena absorción como la oral. La vía

transdérmica también se emplea para la

administración de estrógenos como terapia

sustitutiva en la posmenopausia.

Vía inhalatoria

La aplicación de fármacos en forma de

aerosoles suele estar limitada a los que

producen un efecto local sobre los bronquios,

es decir, los broncodilatadores y los

glucocorticoides inhalados (con reducida

absorción sistémica). También se emplea en

la anestesia inhalatoria. Es también una vía de

absorción rápida.

Vía intratecal

El fármaco se introduce en el espacio

intradural, en el líquido cefalorraquídeo. Esta

vía se utiliza para el tratamiento de las

afecciones del sistema nervioso central

cuando el fármaco no atraviesa la barrera

hematoencefálica, como sucede con muchos

antibióticos y citostáticos.

Vía intraarterial

Sólo se emplea en ocasiones excepcionales,

porque la mayor parte de los fármacos

produce vasoespasmo en la zona de punción,

lo que causa isquemia y necrosis en el

territorio subsidiario de la arteria afectada.

Sin embargo, se utiliza con mucha frecuencia

para las exploraciones radiológicas con

contraste.

Vía intraósea

La administración del medicamento por

punción intraósea permite una absorción

rápida. Se emplea en situaciones de urgencia

(RCP) en los niños, por su fácil

administración.

DISTRIBUCIÓN

Una vez absorbido, el fármaco se distribuye

por el organismo según su capacidad de

difusión. Esta difusión está limitada, entre

otros factores, por la unión del fármaco a las

proteínas plasmáticas. Dependiendo de la

afinidad por ellas, puede llegar a unirse hasta

en un 98 %. La afinidad del fármaco por las

proteínas condiciona la respuesta, porque sólo

la fracción libre, ionizada, es la que reacciona

con los receptores y produce el efecto.

Mientras el fármaco esté ligado a las

proteínas, no podrá atravesar la pared del

capilar y llegar hasta el receptor. Por el

contrario, en todas las enfermedades que

producen una disminución de las proteínas

plasmáticas (insuficiencia hepática,

desnutrición o síndrome nefrótico) se

proporciona, a igualdad de dosis, una mayor

fracción del fármaco libre y, como

consecuencia, se produce un mayor efecto.

Por otra parte, la distribución no es uniforme

en todos los órganos. Por ejemplo, la barrera

hematoencefálica, que está formada por la

pared capilar cerebral (con un número de

poros muy reducido) y por una capa de

células (la neuroglia) que dan soporte a las

células nerviosas, no permite la difusión de

muchos fármacos al cerebro. Al contrario que

en el caso anterior, la mayor parte de los

fármacos atraviesan la barrera placentaria,

pudiendo causar efectos teratógenos en el

feto. Por otra parte, la vascularización de cada

órgano condiciona las concentraciones

alcanzadas en su interior: órganos muy

vascularizados, como el hígado, el corazón o

los riñones, alcanzan concentraciones

elevadas, mientras que áreas menos irrigadas,

como el tejido celular subcutáneo, reciben

menor cantidad de fármaco. Además, cuando

108

existe un proceso inflamatorio, la irrigación

aumenta, causando una elevación de la

concentración del fármaco en el área

afectada.

BIOTRANSFORMACIÓN

Algunos fármacos se eliminan tal como se

han absorbido. La mayor parte de ellos sufre

en el organismo diversos procesos de

biotransformación. En unos casos, pueden

producir su efecto tal cual se han absorbido,

para después transformarse en productos

degradados o metabolitos inactivos. En otros,

el fármaco se transforma previamente en

metabolitos, que son los verdaderamente

activos. Muchas benzodiacepinas se

transforman en metabolitos activos que

incluso prolongan el efecto, porque algunos

metabolitos pueden tener una semivida media

más prolongada. A veces, el metabolito es

tóxico, como el tiocianato producido tras la

administración de nitroprusiato. Este

fenómeno de biotransformación contribuye

también a la modificación del efecto esperado

del fármaco. La biotransformación se produce

en todos los órganos, pero con notable

preferencia en el hígado, por medio de

reacciones de oxidación midazolam y

diazepam, anfetaminas, morfina, codeína,

meperidina, eritromicina, ibuprofeno,

ciclosporina y omeprazol), hidrólisis

(lidocaína, procainamida, indometacina,

ácido acetilsalicílico y Enalapril) y

conjugación. La conjugación se produce

fundamentalmente con ácido glucurónico

(glucuronización), por medio de la enzima

glucuroniltransferasa. Por esta vía, se

biotranforman el paracetamol, las

benzodiacepinas, los esteroides y la

metildopa. Los medicamentos pueden sufrir

biotransformación por más de una de las vías

antes mencionadas. Estas reacciones

enzimáticas se producen en las mitocondrias.

Las enzimas del citocromo P-450 son

monooxigenasas que intervienen en la

oxidación y constituyen una vía de

biotransformación relevante.

ELIMINACIÓN

La mayor parte de los fármacos se eliminan o

excretan por vía renal. Algunos se filtran a

través del glomérulo, y otros, además de

filtrarse, se eliminan a través del túbulo renal.

Según la rapidez de eliminación renal de cada

fármaco, así será, en proporción inversa, su

permanencia en el organismo. Por ejemplo, la

penicilina se elimina muy rápidamente, por lo

que la duración de su efecto es muy corta.

Las dosis de muchos fármacos deben reducir-

se cuando existe insuficiencia renal porque, al

estar disminuida la filtración o la excreción

tubular, la eliminación disminuye y los

niveles plasmáticos que se alcanzan son más

elevados, lo que puede causar toxicidad.

Puesto que la reducción de las dosis de cada

fármaco es diferente, en cada caso deberá

consultarse la bibliografía adecuada. Un

número menor de fármacos se excreta

también por vía biliar. En ocasiones, esta vía

de eliminación puede emplearse con fines

terapéuticos. Por ejemplo, la ampicilina

alcanza concentraciones elevadas en la vía

biliar cuando se elimina, por lo que se usa en

el tratamiento de la colecistitis. Existen otras

vías de eliminación menos importantes,

aunque pueden tener alguna utilidad clínica.

Por ejemplo, la eliminación por la saliva se

aprovecha en el caso de algunos fármacos,

como la fenitoína, para determinar sus

niveles, porque éstos están muy relacionados

con los que el enfermo tiene en el plasma.

Este método de control de los niveles

antiepilépticos de la fenitoína evita la

extracción de sangre en niños pequeños. Los

fármacos también pueden eliminarse a través

de la leche materna, de forma que pueden ser

ingeridos por el lactante. Por lo tanto, durante

la lactancia deberán evitarse todos aquellos

medicamentos que se eliminen por esta vía.

La eliminación de los fármacos por medio de

la depuración extrarrenal (diálisis peritoneal,

hemodiálisis, ultrafiltración o hemoperfusión)

depende también de cada fármaco concreto.

Cuan-do se emplean estos procedimientos

terapéuticos, deben consultarse las tablas

publicadas a este respecto para ajustar las

dosis. En este sentido, desde el punto de vista

toxicológico debe recordarse que la

hemodiálisis y la hemoperfusión con carbón

activado son buenas técnicas para la

109

eliminación de fármacos en casos de

sobredosis o intoxicación.

Mecanismo de acción de los fármacos.

Factores que modifican sus efectos.

Para conseguir el efecto deseado por un

fármaco, es preciso que éste alcance el

órgano efector, para lo que será necesario

conseguir una determinada concentración en

plasma. Esta concentración depende de la

dosis administrada y de los factores

mencionados en el capítulo anterior. La

absorción, la distribución, la

biotransformación y la eliminación son

fenómenos dinámicos que se superponen. Es

decir, antes de que se haya completado la

absorción, el fármaco ya ha comenzado a

eliminarse, después de haber sufrido la

correspondiente distribución y

transformación. Por lo tanto, la duración y la

intensidad del efecto dependen de la cantidad

de fármaco administrada, de los niveles

plasmáticos alcanzados y del tiempo durante

el que éstos se mantienen. Estos dos últimos

factores dependen de la velocidad de

absorción de la vía elegida, así como de la

velocidad de eliminación, de la distribución y

del grado de biotransformación que el

fármaco sufra dentro del organismo. Las

dosis de los fármacos están calculadas para

que puedan alcanzar los niveles plasmáticos

suficientes (niveles terapéuticos) para

producir el efecto deseado, sin llegar a los

valores tóxicos.

ADMINISTRACIÓN DE DOSIS ÚNICA

Si se suministra un fármaco por una vía por

ejemplo la vía IV, al no haber absorción por

esta vía, la concentración máxima en plasma

se alcanza de forma inmediata. Si la

eliminación del medicamento es más lenta,

los niveles terapéuticos se mantienen más

tiempo. La duración del efecto del fármaco

depende de la vida media del mismo o

semivida que se define como el tiempo que

tarda en reducirse la concentración plasmática

a la mitad.

ADMINISTRACIÓN DE DOSIS

REPETIDAS

Aunque hay fármacos que se emplean en

dosis única, es mucho más frecuente la

administración prolongada, con repetición de

las dosis a intervalos de tiempo establecidos,

para conseguir un efecto mantenido durante

días, semanas o meses. Antes de eliminarse la

primera dosis del fármaco se produce el

efecto de sumación de la segunda dosis. Si el

intervalo de tiempo entre las dosis es el

adecuado, se establece un equilibrio

dinámico, al cabo de pocas dosis entre la

cantidad absorbida y la eliminada,

manteniéndose estables los niveles

plasmáticos. No obstante, siempre existe

fluctuación de la concentración, pero dentro

de los niveles terapéuticos. El tiempo

necesario para alcanzar el equilibrio o la

estabilidad en los niveles terapéuticos,

cuando se administra en dosis e intervalos

adecuados, es de unas cuatro a cinco veces el

valor de la «semivida». Si los intervalos de

tiempo entre las dosis son demasiado cortos,

se produce un efecto acumulativo, y se

alcanzan concentraciones plasmáticas que

superan el nivel terapéutico y pueden llegar al

nivel tóxico. Por el contrario, si las dosis se

distancian excesivamente, las

concentraciones plasmáticas tendrán

profundos «valles» por debajo de los niveles

terapéuticos, por lo que no se obtendrá un

efecto mantenido.

ADMINISTRACIÓN EN PERFUSIÓN

CONTINUA

Cuando el fármaco se inactiva con rapidez,

cuando la toxicidad se produce con

concentraciones muy próximas a las

terapéuticas o cuando es preciso variar

frecuentemente las dosis para alcanzar el

efecto óptimo, se recurre a la perfusión intra-

venosa continua, un método con el que se

obtienen niveles plasmáticos muy uniformes.

MECANISMO DE ACCIÓN DE LOS

FÁRMACOS La mayor parte de los fármacos actúa sobre

receptores específicos, situados en la

membrana o en el interior de la célula,

produciendo un efecto determinado. Estos

110

receptores son macromoléculas (proteínas)

que existen en la célula como mecanismo

fisiológico de regulación de la actividad

celular. Por tanto, los receptores reaccionan

con sustancias endógenas (neurotransmisores,

hormonas), produciendo efectos fisiológicos.

Por ejemplo, los receptores α y β del sistema

simpático reaccionan con la noradrenalina

(neurotransmisor) y la adrenalina (hormona).

Estos cambios bioquímicos y fisiológicos

mantienen el tono vasomotor, la frecuencia y

la contractilidad cardíacas en condiciones

fisiológicas. En estos receptores actúan

fármacos que se denominan

simpaticomiméticos porque «mimetizan» el

efecto de los transmisores fisiológicos,

causando un incremento de la actividad del

sistema simpático. En general, aquellos

fármacos que producen efectos parecidos a la

estimulación fisiológica por la sustancia

endógena correspondiente se denominan

«agonistas». Otro grupo de fármacos

reacciona con los receptores produciendo su

bloqueo e impidiendo la reacción con los

transmisores endógenos, por lo que los

efectos observados serán los contrarios. Los

fármacos responsables de este efecto se

denominan «antagonistas». En este caso, la

reacción fármaco-receptor no produce efecto

alguno (actividad intrínseca 0), pero bloquea

el grupo activo del receptor, que no puede

reaccionar con el transmisor endógeno

correspondiente. En el caso del bloqueo de

los receptores del sistema simpático, se

producirá hipotensión y bradicardia. Otro

ejemplo de antagonismo es el de los

receptores de la histamina, que son

bloqueados por fármacos como la cimetidina

y la ranitidina, pero que no producen ningún

efecto por sí mismos. El beneficio esperado

se obtiene porque la histamina no puede

interactuar con los receptores, por lo que la

producción de jugo gástrico disminuye. Otros

receptores específicos son los endorfínicos.

Nuestro organismo produce P-endorfinas

(sustancias semejantes a la morfina) que

reaccionan con ellos. Si administramos

mórficos exógenos, el efecto producido se

obtiene por reacción con éstos. Así pues, el

fármaco reacciona estableciendo enlaces con

grupos activos específicos localizados en las

células, modificándose la estructura química

del receptor.

Si bien el número de tipos de receptores es

muy elevado, los mecanismos por los que se

produce la alteración celular después de la

reacción del fármaco con el receptor son

escasos.

1. Apertura o cierre de los canales iónicos

del Na, Ca, K y Cl en la membrana

celular. La activación del receptor permite

el flujo de cationes, produciendo el

efecto. Permite la despolarización y la

transmisión del potencial de acción en la

estimulación nerviosa y la contracción

muscular.

2. Modificaciones de la actividad enzimática

desde el receptor, alterando numerosas

reacciones químicas intracelulares.

3. Modificación de la estructura de las

proteínas por alteración de la síntesis

proteica. Existe otro grupo menor de

fármacos que no actúan sobre receptores

específicos, sino que, entre otros

mecanismos, actúan directamente

inhibiendo determinadas enzimas,

bloqueando la reacción metabólica

correspondiente o actuando como

antimetabolitos (falsos sustratos cuyo

producto metabólico final no es utilizable

por la célula). Es el caso de los fármacos

que se emplean en la quimioterapia del

cáncer, por ejemplo. Finalmente, existe

otro grupo de fármacos, más pequeño

todavía, que no estimulan los receptores ni

alteran las vías metabólicas, sino que

actúan localmente. Por ejemplo, los

antiácidos neutralizan la acidez gástrica

mediante una reacción química local;

otros productos, como el salvado,

aumentan el bolo fecal, estimulando la

defecación.

FACTORES QUE MODIFICAN LOS

EFECTOS DE LOS FÁRMACOS

Son muy numerosos los factores, algunos ya

mencionados anteriormente, que pueden

modificar el efecto de los fármacos:

111

1. errores en la administración de las dosis o

falta de cumplimiento por parte del

paciente y suele observarse en los

tratamientos prolongados.

2. edad es otro factor modificador: se

considera que los niños y los ancianos son

más susceptibles a la acción de los

fármacos. Por ejemplo, la digoxina

produce más toxicidad en este grupo de

pacientes

3. peso y el grado de deshidratación de los

enfermos también pueden modificar los

efectos, por lo que la dosis se debe ajustar

al peso corporal. Si el fármaco se

administra por vía oral, con el estómago

vacío, se absorberá con más rapidez que si

el estómago está lleno, variando, por

tanto, la intensidad del efecto.

4. insuficiencia renal y la insuficiencia

hepática son enfermedades que modifican

el efecto de una gran parte de los fármacos

5. tolerancia, como ocurre en el caso de los

opiáceos, produce una habituación al

fármaco, con reducción de determinados

efectos. La disminución de las proteínas

plasmáticas, por las enfermedades

anteriormente citadas, hace que exista una

mayor fracción libre del fármaco,

aumentando su efecto.

6. Inactivación de algunos fármacos, o su

acción se modifica por trastornos del

equilibrio acidobásico. Por ejemplo, la

adrenalina se inactiva cuando hay una

intensa acidosis.

7. asociación de fármacos puede producir

interacciones que aumentan, reducen o

modifican la intensidad del efecto.

8. la administración de un fármaco puede

producir modificaciones clínicas,

denominadas «efectos placebo».

TOXICIDAD DE LOS FÁRMACOS

Todos los fármacos, en mayor o menor grado,

tienen efectos tóxicos. De hecho, uno de los

primeros objetivos de la investigación de

fármacos nuevos es la obtención de productos

menos tóxicos, pero que conserven su

eficacia. Por otra parte, antes del empleo

clínico de cualquier producto farmacológico

en los seres humanos deben establecerse, con

la mayor exactitud posible, los efectos tóxicos

que produce y las dosis a las que éstos

aparecen. Así, se ha establecido el concepto

de «índice terapéutico», que representa la

relación entre las dosis a las que se alcanza el

efecto terapéutico y las dosis a las que

aparece la toxicidad. Es, en definitiva, el

margen de seguridad. Si un fármaco produce

su efecto terapéutico con dosis mucho

menores que las dosis tóxicas, el índice

terapéutico será elevado, el margen de

seguridad amplio y el riesgo de toxicidad

bajo. Por el contrario, cuando el margen de

seguridad es pequeño, con frecuencia se

produce toxicidad. Sin embargo, existen

efectos tóxicos que no están relacionados con

la dosis, y que pueden aparecer con los

niveles terapéuticos o incluso con niveles más

bajos. En unos casos se deben a fenómenos

de hipersensibilidad del sistema inmunitario

frente a un antígeno (el fármaco o impurezas

en la preparación). En otros, se deben a que el

efecto tóxico acompaña al efecto terapéutico.

Éste es el caso de los citostáticos, que

producen la lisis de los tumores y también de

otros grupos celulares no tumorales

(hematíes, leucocitos y plaquetas). Este

último concepto parece contradecir el de

«efecto adverso», que se define como el

efecto secundario o colateral, difícilmente

evitable, que se produce al recibir el fármaco

en dosis terapéuticas y no tóxicas. Por tanto,

el efecto adverso sería el efecto no deseado

con dosis terapéuticas, y toxicidad el efecto

indeseable aparecido con dosis excesivas. Sin

embargo, en la práctica se entiende por

toxicidad cualquier efecto secundario,

independientemente de la dosis con la que se

produzca. Un efecto adverso puede ser la

cefalea cuando se administran nitritos en el

tratamiento de la angina; es un efecto difícil

de evitar, pero tolerable. Sin embargo,

toxicidad es, por ejemplo, el coma por

sobredosis de barbitúricos. El gran número de

medicamentos disponibles en la actualidad ha

contribuido a que la toxicidad sea un grave

problema. Ello obliga al empleo más prudente

de los fármacos: cuando se disponga de

112

varios en el mercado se utilizarán los

medicamentos menos tóxicos; se evitará, en

lo posible, la asociación de fármacos que

puedan interactuar entre sí o potenciar su

toxicidad; y sólo se administrarán los

medicamentos cuando haya una indicación

estricta. Todas éstas son normas que pueden

reducir la aparición de fenómenos tóxicos. A

continuación se señalan las manifestaciones

más graves y frecuentes que pueden producir

los fármacos en general.

Fenómeno de hipersensibilidad (alergia)

Todos los fármacos pueden comportarse

como antígenos. Si el organismo humano ha

tenido un contacto previo con el fármaco,

puede desencadenarse una reacción alérgica.

La aparición de esta reacción es

independiente de la dosis administrada. La

incidencia es baja, y la intensidad y la

gravedad del efecto, variables. En la piel, las

manifestaciones pueden ser leves, como el

eritema, o graves, desde la urticaria hasta la

dermatitis exfoliativa o necrólisis epidérmica

tóxica. Otras formas de presentación son el

angioedema, el edema laríngeo, (que produce

asfixia), el asma, el shock anafiláctico, la

fotosensibilización y la fiebre farmacológica.

Los medicamentos que causan más

reacciones alérgicas son las penicilinas, el

ácido acetilsalicílico, las pirazolonas y las

sulfamidas, entre otros. Algunas raras veces

producen fenómenos alérgicos, como es el

caso de los aminoglucósidos.

Hepatotoxicidad y nefrotoxicidad

La mayor parte de los fármacos se

metabolizan en el hígado y se eliminan por el

riñón, de forma que en estos órganos la

toxicidad es relativamente frecuente. Pueden

producirse cuadros de ictericia, hepatitis,

insuficiencia hepática, nefritis intersticial e

insuficiencia renal.

Teratogenia

Debe evitarse, en la medida de lo posible, la

utilización de fármacos durante el embarazo,

por el riesgo potencial de producción de

malformaciones congénitas. Es preciso

recordar que la teratogenia de muchos

medicamentos sólo se conoce después de que

se hayan empleado clínicamente, incluso

después de años de comercialización.

Trastornos hemáticos

La leucocitopenia, la granulocitopenia, la

anemia aplásica o hemolítica, la

trombocitopenia y los tras-tornos de la

coagulación pueden ser manifestaciones

tóxicas de algunos medicamentos. El

cloranfenicol, por ejemplo, puede producir

aplasia medular.

Arritmias

Se producen, fundamentalmente, con

fármacos que tienen efectos sobre el corazón,

como los inotrópicos y los antiarrítmicos,

ocasionando trastornos del ritmo de distinta

gravedad.

Adicción y dependencia

Estos fenómenos aparecen generalmente con

fármacos que actúan sobre el sistema

nervioso central, como los analgésicos

narcóticos.

Trastornos del comportamiento

Generalmente, como consecuencia también

del empleo de fármacos de acción central, es

frecuente la aparición de incoordinación

motora, somnolencia, ataxia y deterioro de las

funciones superiores.

Iatrogenia

Este término se aplica al efecto tóxico o

adverso causado por un fármaco o una

determinada intervención terapéutica. El que

se suele citar como ejemplo es la aparición de

la enfermedad de Cushing cuando se

mantiene un tratamiento prolongado de

glucocorticoides para tratar otra afección.

PRESCRIPCIÓN MÉDICA

La hoja de prescripción es un documento

básico de la historia clínica del paciente. Sus

características y la utilización que se haga de

ella condicionarán la primera norma de

seguridad en el uso y la administración de los

medicamentos.

Debe contener, al menos, los siguientes datos:

1. Nombre completo y claro del paciente,

edad, número de cama y habitación.

2. Nombre del medicamento,

preferentemente en letra de molde.

3. Vía de administración.

113

4. En caso de utilizar siglas, éstas serán las

aceptadas y conocidas por todo el equipo.

5. Frecuencia de la administración, con el

periodo de validez, la fecha de comienzo y

la fecha de finalización del tratamiento.

6. La firma del médico que hace la

prescripción.

7. Bajo ningún concepto, la enfermera debe

escribir o alterar la prescripción. Éste es

un documento con validez legal y, por

tanto, no se debe modificar. En general,

las órdenes médicas deben ser escritas;

sólo se admiten órdenes verbales en caso

de urgencia o de fuerza mayor. En estos

casos, se pedirá al médico que ha

realizado la prescripción que la registre lo

antes posible. La enfermera habrá anotado

previamente la prescripción realizada de

forma verbal, la dosis, vía, fecha y hora,

así como el nombre del médico que la

realizó. Aunque no es muy habitual,

pueden surgir problemas en la

prescripción.

Los más frecuentes son:

1. La prescripción es ilegible.

2. El fármaco o la dosis parecen inadecuados

para el paciente.

3. La vía prescrita no es la apropiada para el

paciente. Cuando existan dudas sobre la

interpretación, la enfermera debe pedir su

aclaración antes de llevar a cabo la

administración del medicamento. Si, a

juicio de la enfermera, no es habitual la

dosis prescrita o el propio medicamento,

deberá comentarlo con el médico. Las

preguntas pueden salvar al paciente y a las

propias enfermeras de las consecuencias

de un error inadvertido. A veces, el

médico no conoce la situación del paciente

tan bien como la enfermera y prescribe un

medicamento que éste no puede tolerar,

por ejemplo, por vía oral. En ese caso, se

debe pedir al médico que rectifique la

prescripción, pero no hay que hacer-lo por

iniciativa propia.

VALORACIÓN ENFERMERÍA

La recogida de datos del paciente constituye

la primera etapa del proceso enfermero. La

valoración siempre debe incluir datos

específicos sobre medicación, pero la

valoración del paciente en su conjunto puede

proporcionar datos útiles para identificar

problemas relativos a la administración de los

medicamentos: una dificultad para la

deglución, un déficit sensitivo o una

incapacidad motriz en las articulaciones de

las manos deberán ser tenidos en cuenta a la

hora de evaluar la posibilidad de que el

paciente cumpla el tratamiento prescrito. La

información básica que la enfermera debe

recoger del paciente en relación con la

medicación comprende los siguientes datos:

1. Historia del uso de medicamentos:

almacenamiento y conservación, uso de

medicamentos no prescritos, tratamientos

anteriores.

2. Alergias a medicamentos: información

sobre reacciones adversas anteriores,

registro inmediato en la historia clínica.

3. Consumo actual de medicamentos:

cumplimiento del tratamiento, percepción

del paciente sobre sus efectos, consumo de

alcohol y uso de remedios caseros.

4. Conocimientos y recursos del paciente 5. Datos de la exploración física: según la

vía de administración, tolerancia,

capacidades y limitaciones.

Cálculo de la dosis para la administración

de tabletas y líquidos

El método más sencillo para calcular la dosis

de medicación oral consiste en utilizar la

siguiente fórmula:

P/D x V=C

P = dosis prescrita. D = dosis disponible. V =

vehículo (forma en la que se presenta el

fármaco: tabletas, cápsulas, líquido). C =

cantidad para administrar. Suponiendo que el

médico ha prescrito la administración de 750

mg de paracetamol por vía oral y que se

dispone de tabletas de 500 mg: Se tendría que

administrar una tableta y media para

conseguir la dosis prescrita: 750/500 X 1

tableta= 1.5

114

Dilución de soluciones: se realizan

fundamentalmente en UCI. En la estación

práctica del diplomado se revisaran diferentes

fórmulas de infusión de acuerdo a la

preparación de cada institución.

CLASIFICACIÓN DE

MEDICAMENTOS DE USO EN LA UCI. Mencionaremos los más relevantes.

ANTAGONISTAS COLINÉRGICOS:

se conocen también como

parasimpaticolíticos, anticolinérgicos o

antagonistas colinérgicos muscarínicos. Su

efecto se produce por el bloqueo de los

receptores muscarínicos de la transmisión

colinérgica, de forma que el efecto

parasimpático se anula, predominando por

tanto el efecto simpático. Los receptores

colinérgicos nicotínicos no se bloquean por

la acción de estos medicamentos. La atropina

y la escopolamina son los dos fármacos más

representativos del grupo. El que se utiliza en

la clínica es la atropina

Efectos terapéuticos, indicaciones y efectos

adversos

Efectos cardiovasculares: por el bloqueo

muscarínico producen taquicardia, y se utiliza

en bradicardia por distintas causas,

bradiarritmias graves, se administra atropina

en dosis de 1 mg por vía IV. En el bloqueo

auriculoventricular (AV) completo con

frecuencia no resulta eficaz al carecer de

inervación parasimpática. Sólo en los casos

de bloqueo en la parte superior de la unión

AV pueden elevar la frecuencia cardíaca;

también cuando el bloqueo es consecuencia

de un infarto agudo de miocardio de

localización inferior. Si el bloqueo se produce

en la parte baja de la unión, seguramente no

se producirá ningún efecto. Se emplea

también para bloquear o neutralizar los

efectos muscarínicos de las anticolinesterasas,

en el tratamiento de la miastenia grave y en la

«descurarización» (neutralización de los

relajantes musculares no despolarizantes). Se

usa habitualmente en la anestesia, para evitar

la bradicardia producida por los reflejos

vagales. Sobre los vasos puede producirse

vasodilatación cutánea y enrojecimiento, pero

generalmente en dosis muy altas; no se

modifica la tensión arterial. No producen

ningún efecto sobre los ventrículos al carecer

éstos de inervación parasimpática.

Efectos respiratorios: al bloquear el estímulo

parasimpático, producen broncodilatación,

disminución de la secreción bronquial; reduce

la rinorrea de la rinitis alérgica o de la rinitis

vasomotora.

Efectos digestivos y urinarios: disminuyen las

secreciones digestivas, entre ellas el jugo

gástrico, disminuyen la motilidad intestinal y

de la vía biliar (tanto el tono como el

peristaltismo), por lo que se emplean como

espasmolíticos. Disminuyen el vaciado

gástrico y el tono ureteral, por lo que se

emplean en el cólico renal, aunque no son

muy potentes. Relajan el cuerpo vesical, por

lo que dificultan la micción; están

contraindicados en la hipertrofia prostática.

Efectos oculares: Bloquean el esfínter del iris

y producen midriasis, con parálisis de la

acomodación (cicloplejía), visión borrosa y

fotofobia. Se emplean en exploraciones

oculares para producir dilatación pupilar.

Suelen ser de uso tópico, en forma de colirio.

Además de los efectos adversos señalados, y

a consecuencia de la midriasis, el ángulo

iridocorneal se hace más agudo, dificultando

el drenaje del humor acuoso. Por ello puede

producirse un aumento de la presión

intraocular, lo que contraindica su uso en el

glaucoma.

Efectos sobre el SNC: Disminuyen la

actividad colinérgica de los centros

extrapiramidales, por lo que se emplean en el

tratamiento del Parkinson. En dosis altas,

ambas pueden producir síntomas de

excitación cerebral, como delirio. Poseen una

acción antiemética y antimareo

(anticinetósica), por bloqueo de la

estimulación colinérgica en los núcleos

vestibulares.

Otros efectos adversos: reducen la producción

de secreciones, como las faríngeas,

respiratorias, digestivas, el sudor y la saliva,

piel caliente, enrojecida y seca, e incluso

hipertermia, por inhibición de la sudación. La

excitación, las alucinaciones y el delirio

115

aparecen cuando las dosis son muy altas. La

fisostigmina, o eserina, que pertenece al

grupo de las anticolinesterasas, atraviesa la

barrera hematoencefálica (BHE) y puede

aumentar la actividad colinérgica cerebral,

disminuyendo los síntomas centrales, pero

tiene muchos efectos adversos.

SIMPATICOMIMÉTICOS

Los fármacos simpaticomiméticos son

aquellos que estimulan los receptores

adrenérgicos, produciendo efectos similares a

la adrenalina. Se denominan también

fármacos adrenérgicos o catecolaminas, y se

incluyen dentro del grupo de los fármacos

vasoactivos, por su capacidad para modificar

el tono vascular; algunos de ellos también se

clasifican en el grupo de los fármacos

inotrópicos, por producir un aumento de la

contractilidad miocárdica. Cada uno de estos

fármacos tiene diferentes efectos, en función

del tipo de receptores que estimulen de forma

predominante. La mayor parte de ellos

produce la estimulación de más de un

receptor adrenérgico. Son fármacos que se

emplean en el tratamiento del shock y en la

insuficiencia cardíaca refractaria o de difícil

tratamiento. También son muy útiles en el

tratamiento del broncoespasmo y de las

contracciones uterinas en la amenaza de parto

prematuro. Otros son de uso tópico y se

utilizan como descongestionantes de la

mucosa nasal.

En general, los fármacos utilizados en estos

síndromes deben administrarse con

monitorización continua del

electrocardiograma, la tensión arterial, la

presión venosa central o presión capilar

pulmonar (PCP), el gasto cardíaco y la

diuresis.

Noradrenalina o norepinefrina

Es el transmisor específico del sistema

simpático. Produce una estimulación

predominante de los receptores a, aunque

también estimula ligeramente los β. Como

consecuencia, aumenta las resistencias

periféricas por vasoconstricción generalizada,

con incremento de la tensión arterial. Por la

misma razón, la poscarga aumenta, causando

una disminución del gasto cardíaco y un

aumento del consumo de oxígeno. La

frecuencia cardíaca no suele modificarse: el

aumento de la tensión arterial reduce la

taquicardia refleja y contrarresta el discreto

efecto β1. Por otra parte, el flujo renal

disminuye por la intensa vasoconstricción

producida. Aunque es un fármaco de

utilización restringida, por existir otros más

idóneos, se emplea para contrarrestar la

hipotensión durante la anestesia. También

puede emplearse en situaciones de urgencia,

en hipotensiones muy graves hasta que

puedan tomarse otras medidas terapéuticas

más adecuadas; por ejemplo, en los pacientes

en shock hipovolémico con tensión arterial

muy baja, hasta la correcta reposición del

volumen plasmático. Si la hipotensión se

prolonga, la vasoconstricción empeora la

perfusión tisular y el fármaco debe sustituirse

por otro con efectos más beneficiosos, como

la dopamina. En la actualidad, la principal

indicación es el shock séptico hiperdinámico.

En este caso, existe una notable disminución

de las resistencias periféricas y de la presión

de perfusión tisular. La noradrenalina ha

demostrado su eficacia a la hora de mejorar la

tensión arterial y la perfusión tisular. En

contra del conocimiento de años previos, hoy

se estima que en este caso la noradrenalina es

más eficaz que la dopamina. Recientemente

se ha considerado que la asociación de

noradrenalina con vasopresina, mejora los

resultados en el shock. La duración de la

acción de este fármaco es muy breve si se

administra una dosis aislada, por lo que se

utiliza en perfusión continua a través de un

catéter central. Si se inyecta por vía

periférica, puede producir necrosis local a

causa de la intensa vasoconstricción.

116

Adrenalina o epinefrina: Estimula tanto los

receptores α como los β1 y β 2; por ello,

produce efectos relevantes en los vasos, el

corazón, los bronquios y el útero. A dosis

bajas existe un cierto predominio β, de forma

que la frecuencia cardíaca permanece sin

variación, y es mayor la vasodilatación en el

territorio muscular que la vasoconstricción de

la piel y otras zonas, por lo que las

resistencias periféricas disminuyen. Por esta

razón y por el efecto inotrópico positivo, el

gasto cardíaco aumenta, la tensión arterial

permanece sin modificaciones o incluso

desciende ligeramente. Si las dosis son más

altas (>0.2μg/kg/min), el predominio es α. Se

produce vasoconstricción arterial y venosa,

aumentan las resistencias periféricas, de

forma que, al incrementarse la poscarga, el

gasto cardíaco disminuye, aunque la tensión

arterial aumenta. Con estas dosis, el flujo

renal y mesentérico disminuye

apreciablemente, y la frecuencia cardíaca

aumenta. El consumo de oxígeno cardíaco

aumenta al incrementarse la frecuencia

cardíaca y la contractilidad, lo que puede

desencadenar una crisis de angina de pecho

en los pacientes con predisposición.

Basándose en los efectos mencionados, puede

aplicarse en algún caso de shock, (como en el

bajo gasto cardíaco tras cirugía cardíaca), sola

o combinada con dobutamina o dopamina, el

margen terapéutico es muy corto, de forma

que pequeñas elevaciones en la dosis

producen efectos perjudiciales. Por tanto, en

estos casos no es un fármaco de primera

elección. En el metabolismo, activa la

glucogenólisis, elevando la glucemia;

además, aumenta los ácidos grasos libres. Por

su efectoβ2, produce broncodilatación.

Todavía se utiliza por vía subcutánea para el

trata miento de las crisis asmáticas, pero en la

actualidad existen fármacos β2 puros que son

preferibles por tener menos efectos adversos.

También tiene efecto relajante uterino, pero

no se emplea en las contracciones uterinas en

el útero grávido. Se emplea como fármaco de

elección en la parada cardíaca. Un aumento

de las resistencias periféricas eleva la presión

diastólica aórtica, mejorando como

consecuencia el flujo coronario. Éste es uno

de los factores decisivos en la resolución de

la parada cardíaca en cualquiera de sus

formas de presentación. Las dosis empleadas

son muy altas, de 1 mg, administrado por vía

IV, que se repetirá cada 3-5 minutos si la

reanimación cardiopulmonar (RCP) no es

eficaz. También es el fármaco de elección en

las reacciones anafilácticas graves, porque

reduce la liberación de mediadores

(histamina, bradicininas, etc.), responsables,

entre otros fenómenos, de la vasodilatación,

el aumento de la permeabilidad capilar, el

edema o la broncoconstricción. Las

reacciones anafilácticas graves que pueden

producirse son: urticaria, edema de glotis,

angioedema, broncoespasmo y shock

117

anafiláctico. En estos casos, y entre otras

medidas terapéuticas, la epinefrina se

administra por vía IV, en dosis de 0.1 mg,

que se repetirá a intervalos cortos de tiempo.

Frecuentemente se mantiene hasta 24 horas o

más en perfusión continua, y se acompaña de

una infusión de volumen, antihistamínicos y

glucocorticoides. En el interior de la cubierta

del libro se describe el esquema de actuación

de urgencia frente a estas reacciones

alérgicas. Entre los efectos adversos puede

producir palpitaciones, arritmias por aumento

de la excitabilidad, y dolor precordial o

angina en pacientes con cardiopatía

isquémica, por el aumento del consumo de

oxígeno cardíaco. Además, no es infrecuente

la aparición de cefalea, ansiedad, temblor y

piloerección. Como sucede con el resto de los

simpaticomiméticos con efecto β, produce

temblor muscular.

Dopamina: Junto a la dobutamina, como

alternativa, es el fármaco más utilizado en el

tratamiento del shock de cualquier naturaleza

y de la insuficiencia cardíaca refractaria. Es

precursor de la noradrenalina y sus efectos

varían en función de las dosis. Si éstas son

inferiores atiene efectos predominantemente

mientras que si superan los el efecto a

predomina sobre el β1. En dosis muy bajas

(2-3 μg/kg/min), produce vasodilatación del

área renal y mesentérica, por estimulación de

unos receptores específicos denominados

dopaminérgicos. Esta propiedad es exclusiva

de la dopamina entre todos los

simpaticomiméticos. En estas dosis, la

dopamina aumenta el flujo plasmático renal,

el filtrado glomerular y la eliminación renal

de sodio, de forma que favorece la diuresis;

por ello, se utiliza en la insuficiencia renal

aguda (frecuente complicación en los estados

de shock), asociada a los diuréticos, para

conservar la diuresis, retrasando o evitando la

diálisis. Al aumentar el flujo mesentérico,

preserva la barrera intestinal y evita el paso

de gérmenes a la sangre cuando existe

hipoperfusión e isquemia intestinal. Los dos

efectos anteriormente mencionados son de

dudosa relevancia clínica aunque hayan sido

demostrados experimentalmente. Por otra

parte, la estimulación de los receptores

dopaminérgicos parece ser muy limitada en

el tiempo. No puede recomendarse su uso

para incrementar la diuresis en la

insuficiencia renal aguda, excepto si existe

shock asociado. En dosis entre 3 y 8

μg/kg/min, la frecuencia cardíaca se modifica

poco y el efecto vasodilatador predomina

sobre el vasoconstrictor, con lo que

disminuyen las resistencias periféricas. El

efecto inotrópico es importante, por lo que el

gasto cardíaco aumenta sensiblemente,

aunque la tensión arterial varíe poco. En dosis

altas, > 10 μg/kg/min la taquicardia es

apreciable y se produce una vasoconstricción

generalizada, con lo que aumentan las

resistencias periféricas. Como consecuencia

de la elevación de la poscarga, el gasto

cardíaco acaba disminuyendo, aunque la

contractilidad haya aumentado. Debido a la

vasoconstricción, la tensión arterial se eleva,

pero la perfusión tisular disminuye,

desapareciendo el efecto vaso dilatador

beneficioso en el flujo renal y mesentérico.

Este fármaco está indicado fundamentalmente

en el tratamiento del shock, pero también en

la in-suficiencia cardíaca. Se administra en

perfusión continua, con incrementos

paulatinos y un estrecho control para

comprobar sus efectos. En el shock séptico,

pueden alcanzarse dosis muy elevadas,

donde, entre otras acciones, se pretende

conseguir una adecuada presión de perfusión

tisular produciendo vasoconstricción. Se

estima que la noradrenalina es más eficaz en

el shock séptico hiperdinámico; la dopamina

parece más adecuada cuando el shock es

hipodinámico o con bajo gasto cardíaco. Los

efectos adversos son semejantes a los de otros

fármacos del grupo, aunque menos

frecuentes. Debido al aumento del consumo

de oxígeno, puede producir angina de pecho;

en dosis altas, causa taquicardia, y existe

riesgo de que se produzcan arritmias por

aumento de la excitabilidad.

118

Dobutamina: Estimula fundamentalmente

los receptores β. Produce un notable aumento

de la fuerza contráctil, pero poco incremento

de la frecuencia cardíaca. El efecto que

predomina es el vasodilatador, por lo que

disminuye la poscarga. El resultado es un

aumento del gasto cardíaco superior que el

que produce la dopamina. La tensión arterial

varía muy poco. La presión capilar pulmonar

disminuye considerablemente por la mejora

del gasto cardíaco y la vasodilatación venosa

(reducción de la precarga). No tiene ningún

efecto beneficioso directo sobre el flujo renal

y mesentérico. Al revés que la dopamina, la

dobutamina está más indicada en el

tratamiento de la insuficiencia cardíaca

(porque disminuye mucho la precarga y

reduce el edema pulmonar) que en el del

shock (ya que, si la tensión arterial es muy

baja, la dobutamina puede disminuirla). La

dobutamina como inotrópico y la

noradrenalina como vasoconstrictor es una

asociación frecuente en el tratamiento del

shock séptico, en sustitución de la dopamina.

Por otra parte, al elevar poco la frecuencia

cardíaca, el consumo de oxígeno miocárdico

no aumenta excesivamente, por lo que puede

utilizarse en los enfermos con afección

coronaria. Los efectos adversos son

semejantes a los de la dopamina, y las dosis

habituales son de 5 a 20 μg/kg/min.

Milrinona

Inotrópico positivo y vasodilatador directo.

La milrinona es un inhibidor de la

fosfodiesterasa III (FDE III), la principal FDE

de los tejidos cardíaco y vascular. La

inhibición de la FDE III provoca un aumento

de la adenosina monofosfato cíclica (AMPc),

potenciando la liberación de calcio en el

miocito cardíaco durante la sístole, con una

liberación rápida en diástole. Además del

consiguiente aumento de la contractibilidad

miocárdica, mejora la función diastólica con

mejoría de la relajación diastólica del

ventrículo izquierdo. En el tejido vascular, +

resulta en vasodilatación por relajación de la

musculatura lisa vascular. Disminuye también

las resistencias vasculares pulmonares.

USO CLÍNICO: El tratamiento a corto plazo

(hasta 35 horas) de insuficiencia cardiaca

congestiva grave que no responde al

tratamiento de mantenimiento convencional

(glicósidos, diuréticos, vasodilatadores y/o

inhibidores de la enzima convertidora de

angiotensina (IECA)), y para el tratamiento a

corto plazo (hasta 35 horas) de pacientes

pediátricos con insuficiencia cardiaca aguda,

incluyendo estados de bajo gasto después de

cirugía cardiaca (A).

- Prevención del síndrome de bajo gasto

secundario a cirugía cardíaca.

Dosis IV: dosis de carga: 50 mcg/kg, 50

mcg/kg, lentamente en 10 min.

Mantenimiento (perfus. continua): 0,375-0,75

mcg/kg/min, ajustar la tasa de perfusión

según respuesta clínica y hemodinámica.

Dosis máx.: 1,13 mg/kg/día. Duración del

tratamiento dependerá de la respuesta, máx. 5

días. En I.R. dosis carga no se modifica. No

se recomienda en fase aguda del IAM

(aumento del consumo miocárdico de

oxígeno). Induce a hipotensión (interrumpir

tto. hasta que se restablezca la presión).

Monitorización: cardiaca, presión sanguínea,

frecuencia cardiaca, estado clínico,

electrocardiograma, equilibrio

hidroelectrolítico y función renal. En

pacientes con flutter o fibrilación auricular,

119

milrinona puede aumentar la función

ventricular (considerar una digitalización

previa o tto. con otros agentes). Controlar el

lugar de perfusión para evitar extravasación.

Levosimendán

El mecanismo de acción del levosimendán en

el sistema cardiovascular es doble: mejora la

contractilidad miocárdica por sensibilizar al

calcio a la troponina C y produce una

vasodilatación arterial y venosa mediante la

activación de los canales del potasio sensibles

al adenosintrifosfato (ATP) de la fibra

muscular lisa vascular. Con este mecanismo

de acción dual, los efectos hemodinámicos

del fármaco son, por un lado, el aumento del

gasto cardiaco y, por otro, la reducción de la

presión capilar pulmonar, las resistencias

vasculares pulmonares y las resistencias

sistémicas. Asimismo, se le ha atribuido un

efecto antiarrítmico y ciertas propiedades

para revertir el aturdimiento miocárdico.

Además, y sobre la base de un metabolito

hemodinámicamente activo denominado OR-

1896, el efecto hemodinámico del

levosimendán es sostenido y podría persistir

incluso más de una semana tras una única

administración intravenosa. En la ICA, el

levosimendán es más eficaz que la

dobutamina y reduce la mortalidad respecto a

la dobutamina y el placebo. Todos estos datos

hacen de levosimendán el fármaco inotrópico

de elección en el paciente con ICA y signos

de hipoperfusión periférica (nivel de

recomendación IIa, grado de evidencia B).

Levosimendán también se ha utilizado en

otras situaciones de fracaso circulatorio

agudo, como el síndrome de bajo gasto tras la

cirugía cardiaca. Dosis y duración

individualizada según situación clínica y

respuesta. Iniciar con dosis de carga: 6-12

mcg/kg perfundida durante 10 min, continuar

con perfusión continua de 0,1 mcg/kg/min.

Evaluar respuesta tras 30-60 min, si es

excesiva disminuir velocidad perfusión a 0,05

mcg/kg/min o suspenderla; si es tolerada y se

necesita un mayor efecto hemodinámico,

aumentar a 0,2 mcg/kg/min. Duración

perfusión 24 h. Monitorizar de forma

continua ECG, tensión arterial, frecuencia

cardiaca, diuresis. Seguimiento de cualquier

síntoma de fallo cardiaco y control

hemodinámico invasivo

.VASODILATADORES:

Producen efectos que mejoran el rendimiento

cardiaco y son utilizados como

antihipertensivos y como tratamiento de la

insuficiencia cardiaca.

Nitroprusiato: indicado en el tratamiento de

las crisis hipertensivas en el tratamiento

inicial de agudizaciones de insuficiencia

cardiaca crónica refractaria al tratamiento

habitual, en los pacientes con IAM

complicado con insuficiencia cardiaca, y en la

insuficiencia aórtica o mitral grave en espera

de cirugía. La administración solo puede

hacerse por vía IV y el sistema de infusión

debe protegerse de la luz por un material

opaco, debido a la degradación de

nitroprusiato por la misma.

Nitritos: acción predominante venodilatadora,

sólo con moderados efectos sobre la

circulación arterial. Por tanto, reducen en

mayor medida la precarga que la poscarga

cardiacas.

Debido a los efectos vasodilatadores alivian

la congestión pulmonar y venosa sistémica,

reducen el consumo de oxígeno del miocardio

y consiguen una redistribución del flujo

sanguíneo miocárdico a favor de las regiones

más hipóxicas. Son útiles en tratamiento del

edema agudo de pulmón y de la insuficiencia

cardiaca congestiva, en la profilaxis y el

tratamiento del angor de esfuerzo. La

nitroglicerina constituye el tratamiento de

elección de la insuficiencia cardiaca en los

pacientes con IAM o angina inestable. Como

complicación puede darse la hipotensión.

BLOQUEANTES DE LOS

RECEPTORES β

(BETABLOQUEANTES)

Los fármacos de este grupo tienen una

actividad simpaticolítica, porque producen el

bloqueo o antagonismo competitivo de los

receptores adrenérgicos

Sobre el miocardio: Al interrumpir la

actividad de los receptores producen una

disminución de la contractilidad miocárdica

120

(inotropismo negativo), ocasionando una

disminución del volumen sistólico; además,

reducen la frecuencia cardíaca. Como

consecuencia de estos dos efectos, se produce

una disminución del gasto cardíaco y del

consumo de oxígeno miocárdico. Asimismo,

hacen que la velocidad de conducción

miocárdica sea más lenta.

Sobre el flujo coronario: suprimen la

vasodilatación debida a la estimulación de los

receptores β manteniéndose sólo el estímulo α

por lo que, en principio, el flujo coronario

disminuye. Sin embargo, parece que hay una

redistribución del flujo desde el epicardio

hacia el endocardio. Además, aumentan el

flujo en las áreas isquémicas, disminuyendo

en las zonas no isquémicas, por lo que, en

conjunto, el flujo coronario mejora. En buena

parte, esta mejora del flujo se debe al

incremento del tiempo diastólico causado por

la bradicardia, que permite una mejor

perfusión coronaria.

Sobre los vasos: al desaparecer el efecto β

también desaparece la vasodilatación de las

áreas musculares, por lo que se produce un

incremento de las resistencias periféricas. Por

otro lado, producen una disminución de la

liberación de renina.

Fuera del sistema cardiovascular: al

bloquear los receptores β2 favorecen el

broncoespasmo en los enfermos

predispuestos. Puede producirse

hipoglucemia en los pacientes diabéticos en

tratamiento con insulina, porque los

betabloqueantes reducen la salida de glucosa

desde el hígado.

Clasificación: Se subdividen en

betabloqueantes no cardioselectivos

(propranolol, oxprenolol, labetalol, sotalol,

nadolol y carvedilol) y cardioselectivos

(atenolol, metoprolol, acebutolol, celiprolol,

bisoprolol y esmolol).

Cardioselectividad: Bloquean solamente los

receptores β1 de forma que la vasodilatación

muscular no se produce, ni tampoco aparece

broncoespasmo. Sin embargo, la

cardioselectividad es relativa y depende de la

dosis, de forma que cuando es alta, bloquean

por igual los receptores β1 y β2. No hay

seguridad de que se puedan evitar los efectos

adversos debidos al bloqueo β2.

Actividad simpática intrínseca: Algunos

fármacos del grupo tienen actividad

simpaticomimética intrínseca (ASI). Son

agonistas-antagonistas, aunque predomina el

efecto antagonista. Por lo tanto, a la vez que

bloquean, producen una débil estimulación

simpática. Así, la frecuencia cardíaca en

reposo disminuye poco, pero se reduce

apreciablemente la taquicardia mediada por

el ejercicio. Asimismo, la disminución de la

contractilidad y de la velocidad de

conducción es menor.

Efecto vasodilatador: al estimular los

receptores β2 disminuyen las resistencias en

los vasos del músculo esquelético. El

labetalol y el carvedilol son vasodilatadores

porque también producen bloqueo α de forma

que las resistencias periféricas vasculares

descienden. El labetalol es más potente que el

segundo y está comercializado para su

administración IV en las crisis hipertensivas.

Indicaciones

Los fármacos de este grupo están indicados

fundamentalmente en el tratamiento de la

hipertensión arterial, de la cardiopatía

isquémica y de las arritmias. Aunque con

menos frecuencia, se emplean también con

éxito en otras cardiopatías distintas de la

isquémica, en la insuficiencia cardíaca

crónica, el feocromocitoma, el aneurisma

disecante de aorta, el hipertiroidismo, la

ansiedad y la migraña.

Hipertensión arterial: No se conocen con

exactitud todos los mecanismos por los cuales

los betabloqueantes son eficaces para el

tratamiento de la hipertensión. Sí se sabe que

disminuyen el gasto cardíaco (disminución de

la contractilidad y la frecuencia cardíaca),

reduciendo, por esta razón, la tensión arterial.

No obstante, en conjunto y en mayor o menor

grado, por acción refleja o por bloqueo β2

aumentan las resistencias periféricas

vasculares. Este efecto parece menos

relevante que el descenso del gasto cardíaco.

Por lo tanto, el producto del gasto cardíaco

por las resistencias periféricas disminuye con

los betabloqueantes, es decir, la tensión

121

arterial desciende. Cuando la hipertensión

cursa con una renina elevada, los

betabloqueantes disminuyen su liberación,

reduciendo el efecto hipertensor y la

producción de aldosterona (con disminución

del volumen plasmático). También afectan al

centro vasomotor, reduciendo el tono

simpático. En el tratamiento de la

hipertensión se emplean con éxito

betabloqueantes no cardioselectivos, como el

propranolol. El labetalol bloquea también los

receptores α lo que disminuye las resistencias

periféricas vasculares. Además, al bloquear

la vasoconstricción evita también el efecto

reflejo de hiperestimulación simpática que se

sucede a la reducción de la tensión arterial.

Es, por tanto, el hipotensor más potente del

grupo a causa de estas propiedades

vasodilatadoras asociadas. El carvedilol tiene

también efectos similares, pero no está

comercializado por vía intravenosa para el

tratamiento urgente. Asimismo, los

cardioselectivos (atenolol) pueden ser más

eficaces porque no afectan a los receptores y

se mantiene la vasodilatación mus-cular,

modificándose poco las resistencias

periféricas. Por otra parte, los efectos

secundarios, como el broncoespasmo, la

frialdad de las extremidades y el

empeoramiento de la claudicación

intermitente, se producen con menor

frecuencia o no se producen. Los

betabloqueantes se emplean frecuentemente

en la hipertensión esencial. Sin embargo, se

prefieren los inhibidores de la enzima

convertidora de la angiotensina (ECA) o los

calcioantagonistas, porque los pacientes

parece que disfrutan de una mejor calidad de

vida (menor fatiga, depresión, reducción de la

capacidad de ejercicio y disfunción sexual).

Cardiopatía isquémica: La acción de estos

fármacos disminuye la contractilidad y la

frecuencia cardíacas. Como con-secuencia, el

gasto cardíaco también se reduce, lo que

produce una sustancial disminución del

trabajo cardíaco y del consumo de oxígeno

miocárdico. Por otra parte, los

betabloqueantes producen un aumento de las

resistencias vasculares coronarias al bloquear

los receptores sin modificar el efecto

vasoconstrictor. Sin embargo, causan una

redistribución del flujo hacia el

subendocardio y áreas isquémicas. Por otro

lado, la reducción de la frecuencia cardíaca

aumenta el tiempo diastólico, mejorando así

el flujo coronario. El resultado final es una

disminución de la demanda de oxígeno y una

mejor perfusión coronaria. Como en otras

indicaciones, la administración debe

realizarse con incrementos progresivos hasta

alcanzar la dosis adecuada. En la cardiopatía

isquémica la retirada del fármaco, en el caso

de que fuera necesario, debe hacerse

gradualmente. Si la interrupción es brusca,

puede producirse un rápido incremento de la

actividad simpática por libe-ración o

desbloqueo de los receptores. Como

consecuencia, puede causarse angina de

pecho, infarto agudo de miocardio o muerte

súbita, incluso en pacientes de los que no se

sabía padecieran cardiopatías isquémicas.

Angina de esfuerzo: El betabloqueante es el

fármaco de elección en la angina de esfuerzo,

asociada o no a nitritos, porque la demanda

cardíaca durante el ejercicio disminuye por la

acción de estos fármacos.

Angina inestable: También se emplea en la

angina inestable, sobre todo cuando existe

taquicardia o hipertensión, o ambas. Después

del tratamiento con nitritos, ácido

acetilsalicílico y heparina, se administran los

betabloqueantes por vía intravenosa u oral,

según la urgencia.

No deben utilizarse en la angina variante o de

Prinzmetal, porque pueden exacerbar el

vasoespasmo, especialmente los no

cardioselectivos; al bloquear los receptores

β2 existe un predominio α vasoconstrictor. En

estos casos es preferible emplear antagonistas

del calcio.

Infarto agudo de miocardio (IAM): Se ha

demostrado la eficacia de estos fármacos

cuando se administran precozmente por vía

IV, en las primeras seis horas del IAM, ya

que disminuyen la incidencia de fibrilación

ventricular y de rotura cardíaca, así como el

tamaño del infarto, y modifican la

remodelación del ventrículo mejorando su

122

función. También reducen la mortalidad a

largo plazo en los pacientes que han sufrido

IAM

Otras cardiopatías: En la tetralogía de Fallot

y la estenosis pulmonar pueden reducir la

obstrucción en el infundíbulo del ventrículo

derecho hipertrofiado. En la miocardiopatía

hipertrófica, mejoran la distensibilidad

aumentando el llenado diastólico. También

son útiles en la hipertrofia ventricular

izquierda de la hipertensión.

Insuficiencia cardíaca: Aunque los

betabloqueantes tienen un efecto inotrópico

negativo, su empleo en la insuficiencia

cardíaca crónica produce una mejora de los

síntomas y de la supervivencia. Los

betabloqueantes (especialmente el carvedilol,

el metoprolol ), en enfermos con insuficiencia

cardíaca crónica moderada, mejoran la

función ventricular y, por tanto, los síntomas,

y reducen la mortalidad. Estos efectos se

producen tanto en la insuficiencia cardíaca de

origen isquémico como en la debida a otras

causas. Sin embargo, los resultados son

mejores en la miocardiopatía dilatada. Sólo

en un 6 % de los enfermos en estas

condiciones la insuficiencia cardíaca puede

empeorar. Arritmias: Se usan como

antiarrítmicos porque producen bradicardia

(por disminución del automatismo) y un

aumento del tiempo de conducción en el

nódulo AV, así como una disminución de la

excitabilidad miocárdica. Están indicados,

fundamentalmente, en el tratamiento de las

arritmias por aumento de catecolaminas

circulantes. Se emplean para las

taquiarritmias supraventriculares, como la

fibrilación y el flutter (aleteo) auriculares, y

en la taquicardia auricular paroxística.

También se utilizan en las arritmias

supraventriculares producidas por

intoxicación digitálica y en las ventriculares,

cuando fracasan otros fármacos.

Analgésicos y sedantes en UCI

El dolor provoca un estímulo simpático con

taquicardia y aumento de la presión arterial,

síntomas que pueden auxiliar a detectar el

dolor. Sin embargo, esas alteraciones son

poco específicas en la UCI y pueden ser

causadas por vasopresores, bloqueadores

adrenérgicos beta, antiarrítmicos, sedantes y

condiciones patológicas (sepsis, choque,

hipoxemia y miedo) Cuando el paciente es

incapaz de comunicarse, debemos utilizar

otros métodos. El uso de sedantes y

analgésicos es necesario por la frecuente

presencia de dolor y procedimientos

nociceptivos en estos pacientes, y para

otorgar un adecuado confort y facilitar la

adaptación del paciente al ventilador

mecánico. El esquema más usado es

Midazolam 0,05 mg/kg/h y Fentanil 1-2

mcg/kg/min en infusión continua. Los

opioides se suministran lentamente, mínimo

en 60 segundos y las benzodiazepinas

mínimo en 30 segundos cuando se colocan

dosis iniciales para lograr la sedoanalgesia.

Podemos usar la escala comportamental

(Behavioral Pain Scale - BPS), con

puntuaciones de 3 a 12, a través de la

observación de la expresión facial, de

movimientos del cuerpo, de tensión muscular

y de sincronía con el ventilador.

La expresión facial es el ítem que más aporta

para la evaluación del dolor, seguida de los

movimientos de los miembros y de la

aceptación de la ventilación. Son

comportamientos de dolor: muecas, frente

fruncida, rigidez, retracción, párpados

cerrados y apretados, nariz fruncido, labio

superior levantado, verbalización, puños

cerrados. La aceptación de la ventilación

mecánica puede ser afectada por la

hipoxemia, el broncoespasmo y la secreción

123

.

Una escala de sedación muy usada en la UCI

es la de Ramsay. Con el uso de la escala, se

registra una menor incidencia de la sedación

excesiva. Cerca de un 70% de los

profesionales usan escalas para la sedación

existen las escalas de SAS, MAAS, RAAS.

Técnica de la analgesia antes de la sedación

Las medidas para mejorar la recuperación en

la UCI incluyen la analgesia antes de la

sedación y el reconocimiento de los efectos

adversos asociados a medicamentos sedantes.

En la técnica denominada "analgesia

primero" o "A1", los fármacos para sedación

son administrados apenas después del uso de

los analgésicos. Los pacientes que reciben

"A1" obtienen más comodidad y menos de un

50% de ellos necesitan sedación. La analgesia

antes de la sedación puede reducir la

necesidad de sedantes y el tiempo de

permanencia en ventilación mecánica.

Administración en bolo e infusión: está

asociada a la variación de la concentración

plasmática con picos y valles, sedación

excesiva y ansiedad. La infusión mantiene la

concentración más estable, pero puede

prolongar el tiempo para que el paciente

despierte, a causa de la acumulación del

fármaco.

Interrupción diaria de la sedación (DIS):

La sedación de forma individualizada, con la

adopción de protocolos y cuestionarios

específicos, y con la interrupción diaria,

puede mejorar el resultado. La interrupción

diaria de la sedación está incorporada en

cerca de 30% de las UCI. Para evitar la

sedación excesiva, surgió el concepto de

interrupción diaria de la infusión, para

evaluar la necesidad de sedante y disminuir la

acumulación, el tiempo de ventilación

mecánica y la permanencia en la UCI. Eso

redujo el tiempo de ventilación mecánica y de

permanencia en la UCI, como también la

necesidad de realizar exámenes

complementarios. Después que el paciente se

despertase, la infusión se reestablecía de

forma titulada con la dosis previa o con la

mitad de la dosis previa. Las principales

razones para no practicar DIS son: recelo en

el comprometimiento respiratorio, falta de

aceptación del enfermero, recelo de retirada

de catéteres e inestabilidad cardiovascular,

respiratoria o neurológica. Algunos

profesionales prefieren no hacer la

interrupción, porque temen aumentar la

presión intracraneal y generar una dificultad

ventilatoria y la inestabilidad hemodinámica.

La DIS está asociada a la resolución más

rápida de la insuficiencia respiratoria, por

diversos factores. Existe una disminución de

la acumulación de sedantes y metabolitos con

una recuperación más rápida del estado

mental para la ventilación eficaz. También

existe la oportunidad adicional para que el

médico pueda reconocer que el paciente es

capaz de respirar. Se observa la reducción de

la dosis de agonista GABA y opioide. Existe

la reducción de complicaciones por una

menor duración de la ventilación mecánica.

Las evidencias muestran que la DIS es segura

para evitar la sedación excesiva y facilitar la

recuperación de la insuficiencia respiratoria.

Los problemas asociados a la DIS son: el

aumento de la autoextubación, la retirada de

los aparatos para la monitorización, angustia,

empeoramiento de la presión intracraneal, y

manifestaciones de abstinencia. La

suspensión repetida podría provocar

episodios de manifestaciones de abstinencia

de fármacos y alcohol en el paciente de alto

riesgo. Esas manifestaciones se dan 6h

después de la interrupción de los fármacos de

acción ultracorta, como el sufentanil, el

midazolam y el propofol. Para los

dependientes de droga y alcohol, la

suspensión es potencialmente perjudicial y

debemos usar entonces una alternativa.

Opioides

Los analgésicos más usados son la morfina y

el fentanil. Otros opioides usados son el

remifentanil, sufentanil y la codeína. No

124

existen datos que sustenten el uso de un

analgésico sobre otro. Lo que puede ocurrir

es el desarrollo rápido de la tolerancia al

opioide, con la necesidad de aumentar la

dosis, lo que facilita la hiperalgesia inducida

por opioide. La morfina puede ser usada por

vía subcutánea en dosis de 5-10 mg.4-6h- o

infusión por vía venosa en una dosis de 30-50

mg/d. Para el procedimiento, se puede añadir

un bolo de 5-10 mg de morfina. Ese opioide

forma un metabolito activo y conforma una

cinética imprevisible para el paciente con

disfunción de órgano. En la insuficiencia

hepática, se da la reducción del metabolismo

de la morfina, mientras que en la

insuficiencia renal se da la acumulación de

metabolito (morfina-6 glucurónido). En el

choque, la eliminación se da más lentamente.

El riesgo de depresión respiratoria es mayor

en los recién nacidos, en pacientes con

alteración cognitiva, hemodinámicamente

inestables, con historial de apnea y

enfermedad respiratoria. La morfina puede

provocar la hipotensión arterial. El fentanil se

usa por vía venosa en dosis de 300-700 mg/h.

Su metabolito es inactivo y excretado por la

orina y la bilis. El fentanil no causa alteración

hemodinámica, siendo indicado para el

paciente con comprometimiento

cardiovascular. En los pacientes con

insuficiencia renal, está más indicado que la

morfina. El remifentanil tiene un inicio de

acción rápido con igual recuperación rápida.

Su metabolismo es independiente del hígado.

Puede ser usado en pacientes que necesitan

evaluación neurológica frecuente. La dosis

usada es de 6-60 µg.kg-.h. La meperidina no

debe ser usada, porque se metaboliza,

formando normeperidina, que causa la

convulsión. En la disfunción hepática y en la

insuficiencia renal, aumenta el tiempo de

eliminación. La meperidina tiene un efecto

inotrópico negativo, presenta una actividad

anticolinérgica y puede provocar taquicardia.

Agonistas del ácido gama amino butírico

(GABA)

Los agonistas GABA usados son los

benzodiazepínicos (midazolam, lorazepam y

flunitrazepam) y el propofol. El midazolam,

el lorazepam y el propofol son los

medicamentos más usados para la sedación

en UCI. La sedación con midazolam y

propofol fue una innovación para evitar la

sedación prolongada. El midazolam posee

más titulación. La acción es rápida y la

duración es corta con solamente una dosis. Es

el medicamento indicado para la sedación de

corta duración. La administración prolongada

resulta en la acumulación del fármaco y del

metabolito activo (alfa-hidroximidazolam),

especialmente en pacientes obesos, con una

baja concentración de albumina o

insuficiencia renal. Algunos medicamentos

que usan la misma enzima para el

metabolismo (fentanil y propofol) aumentan

la duración. El lorazepam posee ventajas con

relación al diazepam de larga duración. Ese

medicamento causa más sedación excesiva

que el midazolam. Está indicado para la

sedación de larga duración (> 24h). Por vía

parenteral puede causar toxicidad por el

propilenoglicol, principalmente con el uso de

dosis muy grandes (15-25 mg.h). Con el uso

de una pequeña dosis (1 mg.kg.d-), pueden

ocurrir efectos adversos, como la lesión renal

aguda y la acidosis metabólica. El desarrollo

de la tolerancia se da rápidamente con el uso

del benzodiazepínico por vía venosa. Los

benzodiazepínicos pueden provocar delirio.

El propofol tiene una acción y una

eliminación rápidas. Está indicado para la

sedación de corta duración. El propofol puede

causar hipotensión arterial, depresión

respiratoria, hipertrigliceridemia, pancreatitis

y síndrome de la infusión del propofol. Ése es

el evento más grave y los posibles

mecanismos incluyen: inhibición enzimática

de mitocondria, impedimento de la oxidación

ácida grasa y alteración metabólica de

carbohidrato en substrato graso. Ocurren el

aumento de los triglicéridos, la hipotensión,

arritmia, insuficiencia renal, hipercalemia,

rabdomiólisis y disfunción hepática. Aunque

estén asociados al uso prolongado de una

dosis fuerte (> 70 mg.kg.min), muchos

relatos citan una dosis menor y con una

duración corta.

125

Agonistas adrenérgicos alfa-2

Los agonistas adrenérgicos alfa-2 (clonidina y

dexmedetomidina) son alternativas para los

benzodiazepínicos. La dexmedetomidina

genera la disminución de la actividad motora,

la estabilidad mental, y posibilita un mejor

cuidado por parte del médico, del enfermero

y del fisioterapeuta. Sus metabolitos son

inactivos, y la eliminación es por la orina y

por las heces. La analgesia y la sedación están

relacionadas con el vínculo que existe con los

receptores noradrenérgicos centrales. Puede

modular la inhibición descendiente a partir

del locus coeruleus, con la liberación de

noradrenalina. La dexmedetomidina reduce la

incidencia de delirio y la duración de la

ventilación mecánica. Provoca poca

depresión respiratoria. Se administra en una

dosis de 1mg.kg, seguida de infusión de 0,1-

0,7 mg.kg-.h para analgesia y sedación, y se

titula la dosis. Los efectos colaterales son la

hipertensión y la bradicardia con una dosis

inicial por estímulo de receptores alfa-2B.

Con la infusión, ocurren la hipotensión por

efecto simpatolítico central y la reducción de

noradrenalina. El efecto simpatolítico puede

ser benéfico por reducir la taquicardia y la

hipertensión arterial, o indeseable por causar

hipotensión y bradicardia. Otras

complicaciones son: el bloqueo cardíaco,

parada sinusal, fibrilación atrial. Puede darse

el efecto hipertensivo después del término de

la acción agonista alfa-2 central.

Principios para la analgesia y la sedación:

• Establecer objetivos

• Re-evaluar a menudo

• Medir la intensidad del dolor y de la

sedación con escalas validadas

• Seleccionar medicamentos con base en

características importantes y evidencias

• Seleccionar fármacos seguros para la

población de riesgo

• Evitar la sedación excesiva

• Controlar el dolor y la agitación

• Tratamiento multidisciplinario

• Elegir técnicas de fácil utilización

• Utilizar protocolos, algoritmos y guías

126

127

128

SOLUCIONES en la UCI

En función de su distribución corporal, las

soluciones intravenosas utilizadas en

fluidoterapia pueden ser clasificadas en: 1)

Soluciones cristaloides y 2) Soluciones

coloidales.

Soluciones cristaloides.

Son aquellas soluciones que contienen agua,

electrolitos y/o azúcares en diferentes

proporciones y que pueden ser hipotónicas,

hipertónicas o isotónicas respecto al plasma.

Soluciones cristaloides iso-osmóticas.

Dentro de este grupo las que se emplean

habitualmente son las soluciones salina

fisiológica (ClNa 0.9 % ) y de Ringer Lactato

que contienen electrolitos en concentración

similar al suero sanguíneo y lactato como

buffer.

Salino 0.9 % (Suero Fisiológico).

La solución salina al 0.9 % también

denominada Suero Fisiológico, es la sustancia

cristaloide estándar, es levemente hipertónica

respecto al líquido extracelular y tiene un pH

ácido. La relación de concentración de sodio

(Na+) y de cloro (Cl) que es 1/1 en el suero

fisiológico, es favorable para el sodio

respecto al cloro (3/2) en el líquido

extracelular (Na+ > Cl). Contiene 9 gramos

de ClNa o 154 mEq de Cl y 154 mEq de Na+

en 1 litro de H2O, con una osmolaridad de

308 mOsm/L. Estas soluciones cristaloides no

producen una dilución excesiva de factores de

coagulación, plaquetas y proteínas, pero en

déficits severos se puede producir

hipoalbuminemia, con el consecuente

descenso de la presión coloidosmótica capilar

(pc) y la posibilidad de inducir edema. Este

descenso de la pc, con su repercusión en

gradiente transcapilar, atribuído a la

administración excesiva de soluciones

129

cristaloides, ha sido considerada como

favorecedor de la formación de edemas.

Ringer Lactato.

La solución de Ringer Lactato contiene 45

mEq/L de cloro menos que el suero

fisiológico, causando sólo hipercloremia

transitoria y menos posibilidad de causar

acidosis. Y por ello, es de preferencia cuando

debemos administrar cantidades masivas de

soluciones cristaloides. Diríamos que es una

solución electrolítica “balanceada”, en la que

parte del sodio de la solución salina isotónica

es reemplazada por calcio y potasio. La

solución de Ringer Lactato contiene por litro

la siguiente proporción iónica: Na+= 130

mEq, Cl = 109 mEq, Lactato= 28 mEq, Ca2+

= 3 mEq y K+ = 4 mEq. Estas proporciones

le supone una osmolaridad de 273 mOsm/L,

que si se combina con glucosa al 5 %

asciende a 525 mEq/L. El efecto de volumen

que se consigue es muy similar al de la

solución fisiológica normal. La infusión de

Ringer Lactato, contiene 28 mEq de buffer

por litro de solución, que es primeramente

transformado en piruvato y posteriormente en

bicarbonato durante su metabolismo como

parte del ciclo de Cori.

Solución Salina Hipertónica.

Las soluciones hipertónicas e hiperosmolares

han comenzado a ser más utilizados como

agentes expansores de volumen en la

reanimación de pacientes en shock

hemorrágico. Entre sus efectos beneficiosos,

además del aumento de la tensión arterial, se

produce una disminución de las resistencias

vasculares sistémicas, aumento del índice

cardíaco y del flujo esplénico. El mecanismo

de actuación se debe principal y

fundamentalmente, al incremento de la

concentración de sodio y aumento de la

osmolaridad que se produce al infundir el

suero hipertónico en el espacio extracelular

(compartimento vascular). Así pues, el primer

efecto de las soluciones hipertónicas sería el

relleno vascular. Habría un movimiento de

agua del espacio intersticial y/o intracelular

hacia el compartimento intravascular.

Recientemente se ha demostrado que el paso

de agua sería fundamentalmente desde los

glóbulos rojos y células endoteliales

(edematizadas en el shock) hacia el plasma,

lo que mejoraría la perfusión tisular por

disminución de las resistencias capilares. Una

vez infundida la solución hipertónica, el

equilibrio hidrosalino entre los distintos

compartimentos se produce de una forma

progresiva y el efecto osmótico también va

desapareciendo de manera gradual. Otros

efectos de la solución hipertónica son la

producción de hipernatremia (entre 155-160

mmol/L) y de hiperosmolaridad (310-325

mOsm/L). Esto puede ser de suma

importancia en ancianos y en pacientes con

capacidades cardíacas y/o pulmonares

limitadas. Por ello es importante el

determinar el volumen máximo de cloruro

sódico que se puede administrar, ya que

parece deberse a la carga sódica el efecto

sobre dichos órganos. También se ha

demostrado que la perfusión de suero

hipertónico eleva menos la PIC (Presión

Intracraneal).

Soluciones de comportamiento similar al

agua.

Se clasifican en glucídicas isotónicas o

glucosalinas isotónicas.

Suero glucosado al 5 %.

Es una solución isotónica (entre 275-300

mOsmol/L) de glucosa, cuya dos indicaciones

principales son la rehidratación en las

deshidrataciones hipertónicas (por sudación o

por falta de ingestión de líquidos) y como

agente aportador de energía. El suero

glucosado al 5 % proporciona, además, un

aporte calórico nada despreciable. Cada litro

de solución glucosada al 5 % aporta 50

gramos de glucosa, que equivale a 200 kcal.

Este aporte calórico reduce el catabolismo

protéico, y actúa por otra parte como

protector hepático y como material de

combustible de los tejidos del organismo más

necesitados (sistema nervioso central y

miocardio). Las indicaciones principales de

las soluciones isotónicas de glucosa al 5 %

son la nutrición parenteral en enfermos con

imposibilidad de aporte oral. Aquellos

estados de deshidratación intracelular y

extracelular como los que se producen en

130

casos de vómitos, diarreas, fístulas

intestinales, biliares y pancreáticas, estenosis

pilórica, hemorragias, shock, sudación

profusa, hiperventilación, poliurias, diabetes

insípida, etc, alteraciones del metabolismo

hidrocarbonado que requieren de la

administración de agua y glucosa. Entre las

contraindicaciones principales tenemos

aquellas situaciones que puedan conducir a

un cuadro grave de intoxicación acuosa por

una sobrecarga desmesurada de solución

glucosada, y enfermos addisonianos en los

cuales se puede provocar una crisis

addisoniana por edema celular e intoxicación

acuosa.

Suero glucosado al 10 %, 20 % y 40 %.

Las soluciones de glucosa al 10 %, 20 % y 40

% son consideradas soluciones glucosadas

hipertónicas, que al igual que la solución de

glucosa isotónica, una vez metabolizadas

desprenden energía y se transforma en agua.

A su vez, y debido a que moviliza sodio

desde la célula al espacio extracelular y

potasio en sentido opuesto, se puede

considerar a la glucosa como un proveedor

indirecto de potasio a la célula. La indicación

más importante de las soluciones de glucosa

hipertónica es el tratamiento del colapso

circulatorio y de los edemas cerebral y

pulmonar, porque la glucosa produciría una

deshidratación celular y atraería agua hacia el

espacio vascular, disminuyendo así la presión

del líquido cefalorraquídeo y a nivel

pulmonar.

Soluciones glucosalinas isotónicas.

Las soluciones glucosalinas (314 mOsm/L)

son eficaces como hidratantes y para cubrir la

demanda de agua y electrolitos. Cada litro de

infusión de suero glucosalino aporta 35

gramos de glucosa (140 kcal), 60 mEq de

sodio y 60 mEq de cloro.

Soluciones de uso en situaciones específicas.

Dentro de dichas soluciones de utilización en

situaciones específicas, citaremos únicamente

las de uso más habitual.

Soluciones alcalinizantes.

Estas soluciones se utilizan en aquellas

situaciones que exista o se produzca una

acidosis metabólica. El bicarbonato sódico

fue el primer medicamento que se utilizó

como tampón. El tamponamiento de un mmol

de H+ conduce a la formación de un mmol de

CO2, que debe ser eliminado por la vía

respiratoria. Para el uso clínico disponemos

de varias presentaciones según las

concentraciones a que se encuentren. Las de

utilización más habitual son la solución de

bicarbonato 1 Molar (1 M = 8.4 %), que sería

la forma preferida para la corrección de la

acidosis metabólica aguda, y la solución de

bicarbonato 1/6 Molar (1.4 %) con

osmolaridad semejante a la del plasma. La

solución 1/6 Molar es la más empleada y su

posología se realiza en función del déficit de

bases y del peso del paciente.

Soluciones acidificantes.

El cloruro amónico 1/6 Molar es una

solución isotónica (osmolaridad = 334),

acidificante, de utilidad en el tratamiento de

la alcalosis hipoclorémica. El ión amonio es

un dador de protones que se disocia en H+ y

NH3+ , y su constante de disociación es tal

que en la gama de pH de la sangre el NH4+

constituye el 99 % del amoníaco total. La

acción acidificante depende de la conversión

de los iones amonio en urea por el hígado,

con generación de protones. Por ello, las

soluciones de sales de amonio están

contraindicadas en la insuficiencia hepática.

Además, el cloruro de amonio posee

toxicidad cuando es administrado de forma

rápida, y puede desencadenar bradicardia,

alteraciones respiratorias y contracciones

musculares.

Soluciones de reemplazamiento específico.

A) Solución de reemplazamiento gástrico

de Cooke y Crowlie, rica en cloro y potasio,

que también contiene sodio y NH4+. Por su

composición semejante a la secreción gástrica

está indicada en pérdidas por vómitos, fístulas

o aspiraciones gástricas.

B) Solución reemplazante intestinal de

lactato de potasio de Darrow (Na+, Cl-,

lactato y K+), que está indicada en las

diarreas infantiles o expoliaciones intestinales

(fistulas, enterostomías y colostomías).

SOLUCIONES COLOIDALES.

131

Las soluciones coloidales contienen

partículas en suspensión de alto peso

molecular que no atraviesan las membranas

capilares, de forma que son capaces de

aumentar la presión osmótica plasmática y

retener agua en el espacio intravascular. Así

pues, las soluciones coloidales incrementan la

presión oncótica y la efectividad del

movimiento de fluidos desde el

compartimento intersticial al compartimento

plasmático deficiente. Es lo que se conoce

como agente expansor plasmático. Producen

efectos hemodinámicos más rápidos y

sostenidos que las soluciones cristaloides,

precisándose menos volumen que las

soluciones cristaloides, aunque su coste es

mayor.

Las características que debería poseer una

solución coloidal son:

1. Tener la capacidad de mantener la presión

osmótica coloidal durante algunas horas.

2.-Ausencia de otras acciones

farmacológicas.

3. Ausencia de efectos antigénicos,

alergénicos o pirogénicos.

4. Ausencia de interferencias con la

tipificación o compatibilización de la sangre.

5. Estabilidad durante períodos prolongados

de almacenamiento y bajo amplias

variaciones de temperatura ambiente.

6. Facilidad de esterilización.

7. Características de viscosidad adecuadas

para la infusión.

Podemos hacer una clasificación de los

coloides como:

1) Soluciones coloidales naturales.

2) Soluciones coloidales artificiales.

Soluciones Coloidales Naturales.

Albumina.

La albúmina se produce en el hígado y es

responsable de aproximadamente un 70-80

% de la presión oncótica del plasma,

constituyendo un coloide efectivo. Su peso

molecular oscila entre 66.300 y 66.900. La

albúmina se distribuye entre los

compartimentos intravascular (40 %) e

intersticial (60 %). Su síntesis es estimulada

por el cortisol y hormonas tiroideas, mientras

que su producción disminuye cuando

aumenta la presión oncótica del plasma. La

concentración sérica normal en suero es de

3.5 a 5.0 g/dL y está correlacionado con el

estado nutricional del sujeto. Si disminuyese

la concentración de albúmina en el espacio

intravascular, la albúmina del intersticio

pasaría al espacio vascular a través de los

canales linfáticos o bien por reflujo

transcapilar. La albúmina administrada se

distribuye completamente dentro del espacio

intravascular en dos minutos y tiene

aproximadamente una vida media entre 4 y

16 horas. El 90 % de la albúmina

administrada permanece en el plasma unas

dos horas tras la administración, para

posteriormente equilibrarse entre los espacios

intra y extravascular durante un período de

tiempo entre 7 a 10 días. Un 75 % de la

albúmina comienza a desaparecer del plasma

en 2 días. Su catabolismo tiene lugar en el

tracto digestivo, riñones y sistema fagocítico

mononuclear. Las soluciones de albúmina son

esterilizadas mediante pasteurización a 60 ºC

durante 10 horas, lo cual es efectivo para

destruir los virus de la inmunodeficiencia

humana, de las hepatitis B y no-A no-B (entre

ellos el virus de la hepatitis C) 1. Sin

embargo, pueden ser portadoras de pirógenos

e infecciones bacterianas por contaminación

de las soluciones. Incluso la pasteurización de

la solución, puede provocar una

polimerización de la albúmina creando una

macromolécula con capacidad antigénica y de

producir, por lo tanto, una reacción alérgica.

Las soluciones de albúmina contienen citrato,

por lo que pueden ligarse al calcio sérico y

derivar con ello una disminución de la

función ventricular izquierda e incrementar el

riesgo de insuficiencia renal. Por otra parte

también pueden causar sangrado secundario

a la disminución de la agregación plaquetaria

y a una mayor dilución tanto de plaquetas

como de los factores de la coagulación. Sin

embargo, la albúmina causa menos cambios

en los tiempos de protrombina, tiempo parcial

de protrombina, y tiempo de coagulación.

132

Fracciones Proteicas de Plasma Humano.

Las fracciones proteicas del plasma, al igual

que la albúmina, se obtiene por

fraccionamientos seriados del plasma

humano. La fracción proteica debe contener

al menos 83 % de albúmina y no más de un 1

% de g-globulina, el resto estará formado por

a y b-globulinas. Esta solución de fracciones

proteicas está disponible como solución al 5

% en suero fisiológico y estabilizado con

caprilato y acetiltrifosfanato sódico. Y al

igual que la albúmina, estas soluciones son

pasteurizadas a 60 ºC durante 10 horas. Esta

solución de fracciones proteicas tiene

propiedades similares a la albúmina. La

principal ventaja de esta solución consiste en

su fácil manufacturación y la gran cantidad de

proteínas aportadas.

Soluciones Coloidales Artificiales.

Dextranos.

Tiene propiedades oncóticas adecuadas pero

no es capaz de transportar oxígeno. Mediante

hidrólisis parcial y fraccionamiento de las

largas moléculas nativas, el dextrán puede ser

convertido en polisacáridos de cualquier peso

molecular deseado. La eliminación de los

dextranos se realiza fundamentalmente por

vía renal. La filtración glomerular de

dextrano es dependiente del tamaño

molecular. De este modo, podemos estimar

que a las 6 horas de la administración del

dextrano-40, alrededor del 60 % se ha

eliminado por vía renal, frente a un 30 % de

excreción del dextrano-70. A las 24 horas se

habrá eliminado el 70 % del dextrano-40 y el

40 % del dextrano-70. Otra vía de

eliminación es la digestiva por medio de las

secreciones intestinales y pancreáticas (10- 20

% de los dextranos ). Por último, una mínima

parte es almacenada a nivel del hígado, bazo

y riñones para ser degradada completamente

a CO2 y H2O bajo la acción de una enzima

específica, la dextrano 1-6 glucosidasa. Otro

de los posibles efectos indeseables de los

dextranos sería la aparición de reacciones

anafilácticas debidas a las IgG e IgM que

pueden tener los dextranos. Algunos autores

recomiendan la prevención de estas

reacciones con una inyección previa, unos 15

mL, de dextrano de muy bajo peso

molecular, que saturaría los sitios de fijación

de las inmunoglobulinas, sin desencadenar

una reacción inmunológica. No obstante, la

incidencia de reacciones por hipersensibilidad

ha disminuido en parte, porque las técnicas de

preparación de las soluciones han sido

mejoradas.

Hidroxietil-almidón (HEA).

El hetaalmidón es un almidón sintético, que

se prepara a partir de amilopectina mediante

la introducción de grupos hidroxietil éter en

sus residuos de glucosa. El propósito de esta

modificación es retardar la degradación del

polímero por medio de las alfa-amilasas

plasmáticas. Dependiendo del grado de

hidroxietilación y del peso molecular de las

cadenas ramificadas de amilopectina será la

duración de su efecto volémico, su

metabolismo plasmático y la velocidad de

eliminación renal. El hetaalmidón tiene un

peso molecular promedio de 450.000, con

límites entre 10.000 y 1.000.000. Las

moléculas con peso molecular más bajo se

excretan fácilmente por orina y, con el

preparado habitual, alrededor del 40 % de la

dosis es excretada en 24 horas 48. Las

moléculas de peso molecular mayor son

metabolizadas más lentamente; sólo alrededor

del 1 % de la dosis persiste al cabo de dos

semanas. Otra vía de eliminación del HEA es

el tracto gastrointestinal y el sistema

fagocítico mononuclear. Está disponible para

su uso clínico en soluciones al 6 % (60 gr/L)

en solución salina isotónica al 0.9 %. Esta

preparación es muy semejante a la del

dextrán, y como él se emplea por sus

propiedades oncóticas, pero se considera que

el hetaalmidón es menos antigénico. La

solución al 6 % tiene una presión oncótica de

30 mm Hg. La expansión aguda de volumen

producida por el HEA es equivalente a la

producida por la albúmina al 5 %, pero con

una vida media sérica más prolongada,

manteniendo un 50 % del efecto osmótico a

las 24 horas. Los efectos adversos del HEA

son similares a los de otros coloides e

133

incluyen las reacciónes alérgicas (aunque son

menos frecuentes como indicamos

anteriormente), precipitación de fallo

cardíaco congestivo y fallo renal.

Pentaalmidón.

El pentaalmidón es un preparado con

formulación semejante al hetaalmidón, pero

con un peso molecular de 280.000 daltons y

un número molecular medio de 120.000

daltons, por lo que también puede ser llamado

hetaalmidón de bajo peso molecular. Se

comercializa en solución al 10 %. El 90 % del

producto es aclarado en unas 24 horas y

prácticamente se hace indetectable a los 3

días. Su efecto expansor de volumen viene a

durar unas 12 horas. Debido a su elevada

presión oncótica, alrededor de 40 mm Hg,

produce una de expansión de volumen

superior a la que pudieran producir la

albúmina al 5 % o el hetaalmidón al 6 %.

Provoca un aumento de volumen de hasta 1.5

veces el volumen infundido.

Este producto actualmente no es aconsejado

para utilizarlo como fluido de resucitación,

únicamente es aprovechable en la

leucoferesis. Entre sus posibles efectos

adversos, se incluyen defectos de la

coagulación secundarios a la hemodilución

similares a los visto con el hetaalmidón, pero

generalmente menos importantes.

Derivados de la gelatina.

Las soluciones de gelatina se emplearon por

primera vez durante la 1ª Guerra Mundial,

debido a su elevada viscosidad y bajo punto

de congelación, y se han ido transformando

hasta llegar a las gelatinas actuales.

Las gelatinas son polipéptidos obtenidos por

desintegración del colágeno, y podemos

distinguir 3 grupos:

1) Oxipoligelatinas

2) Gelatinas fluidas modificadas

3) Gelatinas modificadas con puentes de urea

(estas dos últimas, las gelatinas fluidas y las

modificadas con puentes de urea, se obtienen

de colágeno bovino). La de utilización más

frecuente es la modificada con puentes de

urea, comúnmente conocida como Hemocé,

que consiste en una solución de polipéptidos

al 3.5 % obtenida después de de un proceso

de disociación térmica y posterior

polimerización reticular mediantes puentes de

urea. Posee un peso molecular aproximado de

35.000 y una distribución entre 10.000 y

100.000. Estos polipéptidos están formados

por 18 aminoácidos que suponen un aporte de

nitrógeno de 6.3 gr/l de la solución al 3.5

%.Estas soluciones poseen un alto contenido

en calcio (6 mmol/L) y en potasio (5

mmol/L), igualmente resulta ligeramente

hiperoncótica. Su eliminación es

esencialmente renal. A las 4 horas de la

administración los niveles séricos de gelatina

modificada son ligeramente superiores al 40

% de la cantidad infundida. Transcurridas 12

horas, la cantidad que permanece aún en el

espacio vascular es del 27 % y a las 48 horas

se ha eliminada prácticamente toda. Esta

capacidad de poder eliminarse tan fácilmente

es lo que permite la utilización de elevadas

cantidades de este coloide. El efecto

volumétrico se encuentra entre el 65 y el 70

% del volumen total administrado,

disminuyendo progresivamente durante las 4

horas siguientes. Tiene una capacidad de

retener agua en torno a 14 y 39 mL/g. A fin

de obtener una reposición adecuada del

volumen intravascular deben administrarse

cantidades superiores al déficit plasmático en

un 30 %. Así pues, las características

principales de este tipo de coloide son

eliminación rápida, pero de efecto leve y

corto.

ANTIBIÓTICOS EN LA UCI

Los antimicrobianos son fármacos utilizados

con gran frecuencia en los servicios o

unidades de cuidados intensivos (UCI).

Algunos autores han formulado el decálogo

para la utilización de antibióticos en pacientes

críticos así como aquellas estrategias que se

han propuesto con la finalidad de optimizar

su empleo y disminuir la morbilidad

relacionada con su uso. Todo esto constituye

la base de la política de antibióticos y del uso

racional de los antimicrobianos en cualquier

UCI. Para su elaboración no se ha seguido

ninguna metodología específica, por lo que

no se incluye ningún tipo de graduación de

evidencia ni de recomendación. Su mal uso

134

resulta en la generación de cepas de

microorganismos resistentes, en el aumento

de la probabilidad de sobreinfección, y por

ello, en un incremento de la estadía

hospitalaria, lo que perturba la eficacia del

tratamiento y además genera un aumento en

los costos, significando un alto gasto

hospitalario.

Decálogo de normas de política de

antibióticos en pacientes críticos:

1. Utilizar antibióticos sólo cuando existe la

sospecha clínica o microbiológica de

infección.

2. Obtener muestras de los tejidos infectados

antes de iniciar un tratamiento con

antibióticos.

3. Elegir antibióticos empíricos utilizando

protocolos terapéuticos consensuados

4. Obtener una respuesta rápida del

laboratorio de microbiología

5. Seleccionar un tratamiento dirigido

cuando se conozca la etiología de la

infección.

6. Monitorizar la eficacia del tratamiento.

7. Vigilar la aparición de efectos secundarios

o flora emergente multirresistente.

8. Limitar la duración del tratamiento en

función de la respuesta clínica o

microbiológica.

9. Responsabilizar a un médico intensivista

del control, la vigilancia y el tratamiento

de las infecciones

10. Corresponsabilizar a todo el equipo

médico de la necesidad del cumplimiento

de las normas de política de antibióticos.

La posibilidad de ajustar la dosis de los

antimicrobianos a partir de la determinación

de sus concentraciones en plasma y/o tejidos

infectados ha constituido uno de los avances

más importantes producidos en las últimas

décadas en el tratamiento de infecciones

graves en pacientes críticos ingresados en

Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). El

uso apropiado de los antimicrobianos se

define como el uso eficaz en relación con el

costo de los antimicrobianos con el cual se

obtiene el máximo efecto clínico-terapéutico

y simultáneamente se minimiza la toxicidad

del medicamento y el desarrollo de

resistencia microbiana. Los antimicrobianos

representan más del 30% de los presupuestos

de farmacia hospitalaria y se ha reconocido

desde hace varias décadas que hasta el 50%

de su uso es inapropiado, agregando un costo

considerable para la atención al paciente. La

aparición de resistencia bacteriana es un

fenómeno multicausal, cuya diseminación se

ve facilitada por la transferencia de pacientes

de un hospital a otro, por los viajes nacionales

e internacionales, por la movilidad del

personal de la salud entre instituciones y por

el ingreso y salida de patógenos entre la

comunidad y los hospitales.

Enfermería deberá tener una estandarización

de antibióticos utilizando las

recomendaciones disponibles sobre dosis,

intervalos, dilución, conservación, y

administración de antibióticos para optimizar

su uso, tenerlo en forma escrita en la UCI, y

utilizarlo como instrumento habitual. La

concentración máxima es la mayor cantidad

permitida de droga por ml de diluyente, con

el fin de evitar efectos adversos, locales en el

lugar de administración y generales o

sistémicos.

Cuidados previos a la administración de ATB

• Realizar lavado de manos antiséptico.

• Control correcto del paciente.

• Chequear la droga, la vía y horario correcto.

Controlar la fecha de la indicación médica.

Solo preparar aquellos ATB que hayan sido

indicados en el día. No aceptar el texto:

“Iguales indicaciones”

• Reunir los materiales necesarios para la

preparación del ATB, jeringas, agujas,

conectores y prolongadores. Como primer

diluyente para la reconstitución de ATB se

prefiere el agua destilada.

• La dosis correcta merece una mención

especial. Las dosis de los ATB varían en

relación al peso y edad. Tantas variables que

influyen en la dosis correcta, hacen que las

posibilidades de error de quien prescribe el

ATB sea mayor.

• Es necesario que la enfermera que va a

administrar un ATB realice el cálculo

correcto de la dosis. La búsqueda en el

135

vademécum es indispensable. No confiar en

la memoria.

• Confirme la dosis de la medicación en

mg/kg. Estos datos los encontrará en un

vademécum diseñado para el área. Luego de

confirmar la dosis que debe recibir, consultar

el intervalo de administración de acuerdo al

peso y edad

• Corroborar diluciones con un colega,

cuando se indiquen drogas de alto riesgo en la

administración tales como antibióticos de uso

infrecuente, indometacina, prostaglandinas, y

drogas inotrópicas.

• Hay varios estudios que demuestran que

cuanto más grave es el paciente, y demanda

más atención, hay mayor cantidad de

administración de drogas por vía parenteral y

se asocia a un aumento en la probabilidad

para la ocurrencia de un error en la

medicación. La incidencia de al menos un

error en la medicación se incrementó también

cuanto menor era la relación enfermera-

paciente 6-7.

• Controlar que la concentración máxima no

exceda a la permitida.

• Utilizar bombas de infusión para respetar

los tiempos de administración.

• Elegir el sitio más cercano al acceso

vascular para administrar el antibiótico de

manera que el mismo no permanezca en la

guía de suero por mucho tiempo, y evitando

que en ese tiempo se administren otras drogas

por esa vía ya que en la interacción con otros

fármacos puede interferir la actividad

antimicrobiana.

• Evitar el uso innecesario de llaves de tres

vías. Conocer previamente los efectos

colaterales que pueda presentar el paciente

durante y posterior a su administración.

• Valorar la tolerancia al ATB y la aparición

de efectos colaterales.

• Los aminoglucósidos presentan un rango

muy estrecho entre los niveles

subterapéuticos y los tóxicos. La toxicidad

implica insuficiencia renal, ototoxicidad y

bloqueo neuromuscular. Es preciso tener

niveles séricos óptimos para reducir el riesgo

de toxicidad y poder obtener el poder de

acción más elevado. La administración por

vía endovenosa debe realizarse en 30

minutos, ya que la infusión en menos de 20

minutos causa un pico máximo de droga muy

elevado y mayor efectos tóxicos. No hay

recomendaciones relacionadas a la

concentración máxima.

136

137

138

139

CAPÍTULO 15

CUIDADOS DEL PACIENTE

NEURÓLOGICO EN LA UCI

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

Valoración del estado de conciencia

La conciencia es el conocimiento que tiene el

enfermo de sí mismo y del medio lo cual nos

indica de manera rápida la función cerebral y

el deterioro neurológico. Depende da la

integridad de la corteza cerebral y de la

sustancia reticular ascendente. El

compromiso de la vigilancia puede afectar

otras funciones mentales como la orientación,

la memoria, las funciones cognitivas

superiores. Tradicionalmente, se lo divide en

compromiso de conciencia cuantitativo y

compromiso de conciencia cualitativo.

1. Conciencia y Examen Mental:

comprende: conciencia y vigilancia,

atención, orientación temporo-espacial,

lenguaje, memoria, praxias, funciones

cognitivas superiores, trastornos visuo-

espaciales, somestesia y somatognosia,

alteraciones de la percepción visual

Compromiso de conciencia cuantitativo: Se

refiere al grado de vigilancia y la mantención

de ésta. Observaremos si el paciente está

despierto, si tiene tendencia a la somnolencia

o si, definitivamente, no adquiere vigilia. Es

conveniente describirlo en forma precisa, de

manera de detectar posibles fluctuaciones o

agravamiento del estado de conciencia, lo que

además facilita el seguimiento por distintos

examinadores. De acuerdo al grado de

profundidad del compromiso de conciencia

tenemos:

a) Vigil: Despierto normalmente

b) Obnubilación: Es el grado de menor

compromiso de conciencia. Se caracteriza por

somnolencia, lentitud en las respuestas,

disminución de la concentración, del estado

de alerta y de la atención (tendencia a la

distracción).c) Sopor: El paciente está

dormido y al despertar luego del estímulo,

existe tendencia a caer en el sueño

nuevamente. De acuerdo a la intensidad del

estímulo requerido para adquirir vigilia, se

clasifica en sopor superficial (despierta ante

estímulo verbal), sopor medio (despierta ante

estímulo táctil) y sopor profundo (despierta

ante estímulo doloroso).

d) Coma: El paciente no despierta al estímulo

doloroso, no abre los ojos. Ocasionalmente

puede tener una respuesta motora reactiva,

por ej. mover una extremidad, pero no es una

respuesta integrada, es decir, el movimiento

no tiene el propósito de retirar la mano del

examinador que le genera el dolor.

Compromiso de conciencia cualitativo: Se

prefiere el nombre de estado confusional. El

paciente se encuentra vigil, en ocasiones con

somnolencia, las fluctuaciones en el curso del

día son importantes y las alteraciones de la

atención. Además se pueden evidenciar

alteraciones de la orientación, del ciclo

sueño-vigilia, desorganización del

pensamiento y trastornos de la percepción

visual (ilusiones y alucinaciones). La

actividad psicomotora puede ser hipoactiva o

disminuida (retardo psicomotor, tendencia a

la somnolencia); puede ser hiperactivo

(aumentada, en estado hiperalerta, agitación

psicomotora e hiperactividad simpática) a lo

cual se le denomina delirium.

Atención: se refiere a la capacidad para

mantener la concentración sobre un tema. La

manera de evaluar la atención, es pedir al

paciente que repita una secuencia de dígitos o

que invierta series automáticas como los días

de la semana o los meses del año.

2. Orientación temporo-espacial: depende de

la integridad de la memoria, por lo que puede

estar alterada en cuadros amnésicos. También

se encuentra comprometida en los cuadros

confusionales. La orientación temporal se

estima preguntando al paciente el día, la

fecha, el mes y el año. En cuanto a la

orientación espacial, se le solicita al paciente

que diga dónde se encuentra, la dirección o

barrio, la ciudad, etc. En ocasiones, en este

punto se agrega el reconocimiento de

personas. 3. Lenguaje: Se deben diferenciar

las alteraciones del habla, que se refieren a la

140

articulación de las palabras y las alteraciones

del lenguaje propiamente tal, que se refieren

al simbolismo del lenguaje. Las alteraciones

del habla se denominan disartrias y son

provocadas por trastornos motores que

producen, como se estableció previamente,

alteración de la articulación de las palabras.

Si el trastorno motor es de vía piramidal, el

habla es espástica. Cuando se afecta la 2°

motoneurona es hipotónica. En caso de

patologías cerebelosas, el habla es escandida

y si la afección es de la vía extrapiramidal, el

habla es hipokinética. Se denominan

disfonías las alteraciones en el tono de la voz,

como sucede en las enfermedades laríngeas o

de las cuerdas vocales. La alteración o

pérdida del lenguaje causado por daño

cerebral se denomina afasia. Se debe

diferenciar de los trastornos congénitos o del

desarrollo del lenguaje que son las disfasias.

Afasias: Las afasias se denominan corticales

cuando se afecta el circuito primario del

lenguaje, transcorticales cuando se afecta el

área perisilviana del hemisferio izquierdo y

subcorticales cuando la lesión es de los

ganglios basales del hemisferio izquierdo o

dominante (tálamo, putamen).

Son cinco puntos los examinados en la

evaluación del lenguaje: lenguaje

espontáneo, nominación, repetición,

comprensión y lecto-escritura. Una forma

simple de entender los trastornos del

lenguaje, es imaginar lo que nos sucedería al

conversar con una persona que no habla

nuestro idioma: un idioma que desconocemos

totalmente, en el caso de una alteración

importante del lenguaje y un idioma que no

dominamos del todo, en casos menos severos.

En ambas situaciones podremos comprender

el lenguaje gestual que tampoco se afecta en

las afasias.

Lenguaje espontáneo: Se evalúa la fluidez,

es decir, la cantidad de palabras por minuto,

siendo lo normal mínimo 50 palabras por

minuto; la facilidad para encontrar las

palabras y la sintaxis de las frases. La

prosodia es la entonación o cadencia del

lenguaje. En las afasias fluentes la prosodia

es normal y el número de palabras por minuto

es normal o aumentada (mayor de 100 por

minuto), no hay dificultad para emitir el

lenguaje y pueden aparecer parafasias

verbales o literales (sustitución de una

palabra por otra o sustitución de una sílaba

por otra), sin alteración de la sintaxis. En las

afasias no fluentes hay alteración de la

prosodia, se reduce el número de palabras por

minuto, hay dificultad para encontrar las

palabras adecuadas y las frases tienen errores

gramaticales. En las afasias subcorticales

ocasionalmente el enfermo puede presentar

un mutismo inicial.

Nominación: Al paciente se le muestran

objetos de uso conocido, los cuales debe

nombrar. En ocasiones sucede que el paciente

es capaz de describir el uso de un objeto pero

es incapaz de nominarlo (por ej. al presentarle

un reloj, no lo nombra pero dice que sirve

para ver la hora). Los trastornos puros de la

nominación se pueden encontrar en pacientes

no afásicos.

Repetición: Se examina solicitando que repita

palabras y luego frases de complejidad

creciente. Es propia de las afasias

transcorticales y subcorticales la repetición

normal ya que el fascículo arcuato no está

comprometido.

Comprensión: Se evalúa dando órdenes

verbales puras (no utilizar lenguaje gestual),

al principio axiales (sacar la lengua, cerrar los

ojos) y luego extra-axiales de complejidad

creciente (levante una mano, con la mano

derecha tóquese la oreja izquierda). Además

se puede solicitar respuestas afirmativas o

negativas frente a preguntas.

Lecto-escritura: Depende del nivel

educacional del paciente. Se pide que lea un

texto con letra de tamaño adecuada a su

agudeza visual y que escriba una frase ideada

por él o al dictado.

4. Memoria: La memoria es definida como la

capacidad para almacenar y recordar la

información. Existen distintos tipos de

memoria, sin embargo aquí sólo revisaremos

algunas:

Memoria inmediata: En estricto rigor no

constituye una función de memoria ya que no

requiere de aprendizaje (almacenaje) sino

141

solamente del registro y evocación de un

estímulo, que en este caso serán una serie de

dígitos, palabras o letras. Depende a su vez,

en gran medida, de la atención y, como vimos

anteriormente, se altera en los síndromes

confusionales.

Memoria de corto plazo: En este caso se le

permite al paciente el aprendizaje; se le da

una serie de palabras las que él debe repetir y

que después de cinco minutos debe recordar.

Memoria de largo plazo: Retiene la

información por días hasta por toda la vida.

Se explora preguntando por hechos conocidos

por todos, como nombre de los últimos

presidentes, eventos deportivos etc.

5. Praxias: Es la capacidad para realizar

movimientos voluntarios; su alteración es la

apraxia o sea la incapacidad para realizarlos a

la orden verbal o por imitación. Requiere

indemnidad de las funciones motoras,

sensitivas, del lenguaje y ausencia de

confusión. A la orden y luego por imitación,

el paciente debe protruir la lengua, soplar,

levantar un brazo. Posteriormente, debe hacer

actos imaginarios como peinarse, cepillarse

los dientes, etc. Estas pruebas se alteran en

lesiones frontales. Formas especiales de

apraxia, son la apraxia del vestir en que el

paciente es incapaz de ponerse en forma

adecuada la ropa y la apraxia de construcción

en que el paciente es incapaz de dibujar o

copiar figuras geométricas.

6. Funciones cognitivas superiores: aquí se

exploran las funciones de resolución de

problemas, juicio y planificación. Para

realizar estas tareas se requiere del adecuado

funcionamiento de distintas funciones

mentales de percepción, memoria y lenguaje.

Interpretación de proverbios, semejanzas y

diferencias: miden la capacidad de

abstracción. Se recomienda dar un ejemplo

previamente, explicar que la silla y mesa son

muebles y luego hacer otra prueba de

semejanza. Una respuesta concreta es “tienen

patas”.

Cálculo: Depende del nivel educacional. En

personas de baja escolaridad se puede suplir

con preguntas respecto a manejo de

dineroSeries de palabras: nombrar animales u

otros elementos en un minuto. Lo normal es

que se nombren mínimo 10 en un minuto.

7. Trastornos visuo-espaciales: Son

generalmente secundarios a lesiones del

hemisferio derecho. El hecho fundamental es

la falta de reconocimiento del hemiespacio

contralateral a la lesión. Pueden ser

designados también como agnosias

(desconocer). Describiremos sólo el tipo más

frecuente.

Heminegligencia espacial: El paciente

desconoce lo que ocurre en un hemiespacio,

generalmente el izquierdo. Al ser interrogado

por un grupo de personas que rodean su

cama, sólo mira a los del lado derecho, como

si los del lado izquierdo no estuvieran

presentes.

8. Somestesia y somatognosia: En lesiones

de la corteza parietal se pueden producir

alteraciones de la somestesia. La sensibilidad

primaria está indemne o mínimamente

comprometida, pero el paciente no reconoce

la localización táctil, discriminación de

puntos, las características de los objetos

tomados, la localización de una extremidad

en el espacio; pudiendo llegar a desconocer

un hemicuerpo (generalmente el izquierdo, ya

que cuando el paciente presenta este

fenómeno en el hemicuerpo derecho, se

acompaña generalmente de afasia y no se

puede detectar en el examen habitual). Esta

última alteración se denomina

Asomatoagnosia que es la negación de la

enfermedad, en este caso de la hemiplejía.

9. Alteraciones de la percepción visual:

Ilusiones: Consisten en la interpretación

errónea de una percepción, por ej. al ver una

mancha en el muro, lo interpreta como una

araña. Se pueden presentar en cuadros

confusionales.

Alucinaciones: Consisten en percepciones en

ausencia de objeto o estímulo.

Prosopagnosia: Falta de reconocimiento de

las fisonomías o caras previamente

conocidas.

Existen otras alteraciones de la percepción

visual que no se detallarán aquí.

142

Evaluación de pares craneales

Nervio Olfatorio. (I Nervio Craneano): Se

dan a oler sustancias de olor característico, no

irritantes (café, té, pasta dental). Para su

examen, el enfermo debe estar con los ojos

cerrados y se evalúa primero una fosa nasal,

tapando la otra y posteriormente a la inversa.

La pérdida del olfato se denomina anosmia.

Nervio Óptico. (II Nervio Craneano):

Agudeza visual: Se examina cada ojo por

separado, tapando el contralateral. En el

examen neurológico habitual se hace una

evaluación más somera de la agudeza visual,

solicitando al paciente que lea un texto a

treinta cms. (preguntar si usa lentes ópticos,

recordar también que algunos enfermos no

saben leer). Si no lo logra, sucesivamente

probar con agujero estenopeico que mejora la

visión en vicios de refracción (hacer un

agujero pequeño en una hoja y que el

paciente mire a través de él), luego evaluar

visión cuenta dedos a un metro de distancia,

percepción de movimientos de la mano y

finalmente percepción de estímulos

luminosos (visión de luz y sombra). Si no

logra esto último hablamos de ceguera o

amaurosis.

Campo Visual: El campo visual es la

extensión de espacio que percibimos, estando

el ojo en posición media. Existen

instrumentos especiales para examinar el

campo visual, llamados campímetros, sin

embargo en la clínica realizamos la

campimetría por confrontación, es decir

comparamos nuestro campo visual con el del

enfermo. Nos ponemos frente al enfermo, se

le tapa un ojo y se le pide que mire fijamente

nuestra nariz, luego extendemos los brazos y

movemos levemente los dedos, el enfermo

debe avisar cada vez que perciba el

movimiento. En caso de compromiso de

conciencia, se examina la respuesta palpebral

a la amenaza (aferencia visual por el II nervio

craneano, y eferencia motora por el VII

nervio craneano). En clínica las alteraciones

del campo visual más frecuentes, son las

hemianopsias. Si la lesión ocurre por detrás

del quiasma hasta la corteza visual

(retroquiasmáticas), se produce una

hemianopsia homónima, del lado contrario

de la lesión. Las lesiones quiasmáticas

provocan hemianopsias heterónimas y las

lesiones de un nervio óptico producen

ceguera mono-ocular.

Fondo de ojo: a través del oftalmoscopio

podemos visualizar la cabeza del nervio

óptico. Lo más relevante en los enfermos

neurológicos es examinar la coloración y

bordes de la papila buscando atrofia papilar o

edema de papila.

Examen de la Oculomotilidad (III, IV, y VI

Nervios Craneanos):

El III nervio craneano inerva la musculatura

ocular intrínseca (esfínter pupilar y músculos

ciliares) y los músculos oculares extrínsecos,

con la excepción del músculo oblicuo

superior, inervado por el IV nervio craneano

(Troclear) y del músculo recto externo,

inervado por el VI nervio craneano

(Abducente). El III nervio inerva además el

elevador del párpado.

Para examinar la motilidad ocular, primero se

observa la posición de los ejes visuales en la

mirada al frente y luego le pedimos al

paciente que movilice los globos oculares en

distintas direcciones, de esta forma

observaremos el paralelismo que debe existir

entre ambos ojos. Si no sucede así, hablamos

de estrabismo. Además el paciente puede

referir visión doble o diplopía. Si observamos

estrabismo y el paciente no refiere diplopía,

se trata probablemente, de un estrabismo

congénito (habitualmente por defecto

muscular extrínseco). La diplopía debe

desaparecer al tapar un ojo con la excepción

de la subluxación del cristalino.

La parálisis del III nervio produce una

desviación del globo ocular hacia lateral

(estrabismo divergente o exotropia), paresia

de mirada hacia arriba, abajo y medial, junto

a midriasis (dilatación pupilar) y ptosis (caída

del párpado que incluso puede ocluir

completamente el globo ocular).

El IV nervio craneano inerva el músculo

oblicuo superior, cuya función es la mirada

hacia medial y abajo (se mira la nariz). En el

caso de compromiso de este nervio, es típica

la queja del paciente para bajar escaleras,

143

además, para evitar la diplopía, inclinará la

cabeza hacia el hombro contralateral. Si

deseamos evaluar el IV nervio en presencia

de lesión concomitante del III nervio, se le

solicita al paciente mirarse la nariz con lo que

se produce una intorción del globo ocular

(giro en sentido contrario a las manecillas del

reloj).

El VI nervio craneano inerva el músculo recto

lateral y su parálisis provoca desviación del

globo ocular hacia medial (estrabismo

convergente o endotropia).

Lesiones frontales o de cápsula interna

producen desviación de la mirada conjugada

hacia el lado de la lesión (contraria a la

hemiplegia) y las lesiones de tronco producen

desviación de la mirada hacia el lado

contrario (mira la hemiplegia).

Reflejo fotomotor o pupilar: La aferencia de

este reflejo viaja por el nervio óptico y la

eferencia por el III nervio craneano u

oculomotor, a través de las fibras

parasimpáticas que producen contracción

pupilar. Normalmente ambas pupilas son del

mismo tamaño lo que se denomina isocoria;

cuando difieren de tamaño se denomina

anisocoria. Un tamaño menor a 3 mm se

considera miosis y el tamaño mayor a 6 mm

se considera midriasis. Al iluminar una pupila

se produce una contracción (reflejo pupilar

directo) pero también se contrae la pupila

contralateral (reflejo pupilar consensual). Al

examinar el reflejo pupilar de ambos ojos en

forma sucesiva podremos discernir si el

defecto se encuentra en la aferencia o

eferencia de un ojo o del otro (por ej. si al

iluminar el ojo derecho se produce

contracción sólo de la pupila izquierda,

podemos concluir que la aferencia del ojo

derecho está preservada, la eferencia del ojo

izquierdo también lo está y la vía eferente del

ojo derecho es la alterada). Una pupila

midriática y que no se contrae ante el

estímulo luminoso, indica lesión del III

nervio craneano, probablemente compresiva

ya que las fibras parasimpáticas se localizan

en la porción más periférica de este nervio.

Reflejo de Acomodación-convergencia: Se le

pide al paciente mirar el techo y luego

mirarse la nariz (convergencia) y se observa

el grado de contracción pupilar.

Síndrome de Claude- Bernard- Horner: Al

examen observamos miosis (falta de

dilatación pupilar que depende la inervación

simpática), discreta ptosis (pérdida de la

inervación simpática del músculo de Müller)

y anhidrosis de la hemicara.

Nervio Trigémino. (V Nervio Craneano):

El nervio trigémino es mixto, sensitivo (tacto,

dolor y temperatura, de la cara, mucosa oral y

meninges) y motor. Las fibras sensitivas

envía sus tres ramas periféricas: oftálmica,

maxilar y mandibular. El examen tiene por

objeto determinar si existe alteración de la

sensibilidad y si es así, si guarda relación con

alguna de las ramas del trigémino o si

corresponde a una lesión del núcleo espinal

del trigémino en el tronco cerebral, para el

examen de la sensibilidad se usa una mota de

algodón.

Reflejo Corneal: Se estimula suavemente la

córnea con un algodón, pidiendo al paciente

que mire hacia el lado opuesto, al estimular,

se produce un reflejo directo con cierre

palpebral y uno consensual en que se cierra el

ojo contralateral. Las lesiones del trigémino

provocan una disminución o ausencia del

reflejo directo y consensual, en cambio, en

lesiones del nervio facial, desaparece el

reflejo directo pero no el consensual. En

lesiones frontoparietales también se puede

observar compromiso de este reflejo.

Examen Motor: Se examina el trofismo de los

músculos maseteros a la palpación y luego se

le pide al enfermo que apriete los dientes y

luego que abra la boca; de existir paresia, la

mandíbula se desplaza hacia el lado

paralizado. El reflejo maseterino o

mentoniano se obtiene percutiendo sobre el

dedo del examinador, que se afirma en el

mentón del paciente, estando éste con la boca

entreabierta, se produce entonces una

contracción de los maseteros.

Nervio Facial. VII Nervio Craneano:

El Nervio Facial es también un nervio mixto;

tiene fibras motoras que inervan la

musculatura de la cara, autonómicas

parasimpáticas (glándulas lacrimales, nasales

144

y salivales) sensitivas especiales (gusto de los

dos tercios anteriores de la lengua) y motoras

viscerales (músculo del estribo). El examen

comienza con la inspección, buscando

asimetrías de la cara, observando el grado de

apertura ocular, los surcos nasogenianos y

desviación de la comisura bucal. Luego se

solicita realizar movimientos de contracción

de la musculatura facial: arrugar la frente,

cerrar activamente los ojos (las pestañas

deben desaparecer), arrugar la nariz, mostrar

los dientes y protruir los labios. En las

lesiones centrales, por encima del núcleo del

VII nervio craneano en el puente en el

troncoencéfalo, no se afecta la musculatura

facial superior, de manera que el paciente

puede arrugar la frente y cerrar los ojos. En

cambio, en las lesiones periféricas, desde el

núcleo en troncoencéfalo hacia distal

(generalmente de nervio, parálisis facial

periférica), se afecta el tercio superior de la

cara, quedando el ojo abierto (lagoftalmo).

Además hay imposibilidad de arrugar la

frente en el lado afectado. Puede evidenciarse

el Signo de Bell en que, al pedir que cierre los

ojos, se observa el globo ocular desplazarse

hacia arriba y afuera. Cuando la lesión se

produce antes de la emergencia de la rama

motora al músculo del estribo, el paciente se

quejará de hiperacusia o disacusia (molestia

por los ruidos).

Examen del Gusto: Se aplica una gota de

agua azucarada en la hemilengua del lado

afectado.

Reflejo Palpebral: Se produce contracción de

los párpados ante un estímulo acústico o

visual imprevisto.

Nervio Vestíbulo-Coclear. VIII Nervio

Craneano:

Examen de la Audición: Es frecuente que los

enfermos con disminución de la audición

(hipoacusia), tiendan a hablar a un volumen

más alto, o mirar detenidamente los labios del

examinador. En todo caso, verificaremos

primero si escucha el susurro de la voz, el

ruido del reloj o el roce de los dedos y luego

estímulos de mayor intensidad. Las

hipoacusias se dividen en hipoacusia

deconducción e hipoacusia sensorio-neural.

La hipoacusia de conducción (compromiso

del oído externo y medio) se caracteriza por

disminución de la audición para todas las

frecuencias y conservación de la

discriminación del habla y de la audición

ósea. En la hipoacusia sensorio-neural, en

cambio, se dificulta la discriminación de las

palabras, se escuchan mejor los tonos de baja

frecuencia y ocurre el fenómeno del

reclutamiento (un pequeño aumento de la

intensidad del sonido, provoca molestia); la

audición ósea también está afectada pero en

igual proporción que la audición aérea. Las

siguientes pruebas realizadas con diapasón,

nos ayudarán a distinguir los dos tipos de

hipoacusia.

Examen Vestibular: El sistema vestibular

participa en la mantención del equilibrio

junto al cerebelo, propiocepción y aferencias

visuales. Nos da información respecto a la

posición de nuestro cuerpo en el espacio. Los

pacientes con patología vestibular pueden

presentar vértigo (sensación ilusoria de

movimiento, generalmente rotatorio),

desequilibrio y nistagmo. El nistagmo se

caracteriza por movimientos oculares

oscilantes, rítmicos con una fase lenta en un

sentido y fase rápida de corrección en el

sentido opuesto. La dirección de la fase

rápida del nistagmo le da el nombre a éste; es

decir, si la fase rápida es hacia la derecha, se

denomina nistagmo a derecha. En general el

nistagmo es horizontal pero puede ser

también vertical o rotatorio. En lesiones

vestibulares habitualmente se acompaña de

sensación vertiginosa. Para lograr una mejor

definición del nistagmo, es conveniente

realizar una Prueba Calórica que consiste en

irrigar en cada oído con agua a 30° C y a 44°

C y registrar el nistagmo generado (“el

nistagmo se aleja del agua fría y se acerca al

agua caliente”). Al examinar al enfermo

veremos que, en la estación de pies con los

ojos cerrados, tiende a caer hacia el lado

enfermo. Al caminar por una línea

imaginaria, también tenderá a desviarse hacia

el lado enfermo. Por último, si lo sentamos y

solicitamos que extienda los brazos, éstos

145

lentamente se desviarán hacia el lado

comprometido.

Nervio Glosofaríngeo y Vago. (IX y X

Nervios Craneanos):

El Nervio glosofaríngeo da la inervación

sensitiva y sensación de gusto al tercio

posterior de la lengua (la sensibilidad

gustatoria de los dos tercios anteriores

depende del nervio facial y los otros tipos de

sensibilidad dependen del nervio trigémino).

Así mismo da la sensibilidad al paladar, las

amígdalas, faringe y el tragus. En cuanto a su

inervación motora se examina junto al nervio

vago. El compromiso de estos nervios se

manifiesta por voz bitonal o nasal, disfagia y

regurgitación de líquidos por la nariz. El

examen de la cavidad bucal con un

bajalengua nos permitirá observar la úvula en

línea media; en caso de lesión unilateral

estará desviada hacia el lado sano y el velo

del paladar caído en el lado afectado. Se le

solicita al paciente decir eehh, con lo que

ambos velos del paladar deben ascender en

forma simétrica, si el paciente está sano.

Reflejo Faríngeo: Se estimula a cada lado el

velo del paladar lo que produce sensación

nauseosa, contracción faríngea y retracción

lingual. La lesión del nervio recurrente

laríngeo puede ocurrir en procesos

expansivos intratoráxicos (ej: neoplasias

bronquiales), produciendo parálisis de las

cuerdas vocales (voz bitonal).

Nervio Accesorio. XI Nervio Craneano:

El nervio espinal inerva el músculo

esternocleidomastoideo y la parte superior del

músculo trapecio. El trapecio se examina

pidiendo al enfermo que levante los hombros

contra resistencia. Para examinar el

esternocleidomastoideo se hace girar la

cabeza contra resistencia hacia el lado

opuesto, por lo que al lesionarse se produce

incapacidad de girar la cabeza hacia el lado

sano.

Nervio Hipogloso. XII nervio Craneano:

El nervio hipogloso inerva la musculatura

intrínseca y extrínseca de la lengua (genio y

estilogloso). Primero vemos la lengua en

reposo dentro de la cavidad bucal, luego se

observa su protrusión y movimientos

laterales. La lesión de un nervio hipogloso

provoca desviación de la lengua hacia el lado

afectado. Se puede evidenciar además atrofia

y fasciculaciones de la hemilengua

comprometida.

Evaluación motora

Fuerza: Se puede comprometer por lesiones

que afecten desde la corteza frontal, cápsula

interna, tronco cerebral, médula espinal, asta

anterior, raíz anterior, plexo y troncos

nerviosos, nervio periférico, unión

neuromuscular, hasta el músculo. El examen

neurológico está destinado a determinar si

existe compromiso de la fuerza, la magnitud

de éste y la distribución de la debilidad, de

modo de establecer una posible localización

de la afección.

La disminución de la fuerza se llama paresia

y la falta absoluta de ésta se denomina plegia.

Según el grado de compromiso de la fuerza,

por convención se usa la siguiente escala:

0 = no hay indicio de movimiento,

1 = esboza movimiento

2 = mueve la extremidad lateralmente, no

vence gravedad

3 = levanta la extremidad contra gravedad

4 = levanta la extremidad y vence resistencia

moderada

5 = fuerza normal.

Si la pérdida de fuerza afecta a una

extremidad hablamos de monoparesia o

monoplegia; si afecta a un hemicuerpo

(extremidad superior e inferior de un lado),

hemiparesia o hemiplejía; si compromete a

ambas extremidades inferiores, paraparesia o

paraplejía y si afecta a todas las

extremidades, tetraparesia o tetraplejía.

Tono muscular: Se examina realizando

suaves movimientos de flexión- extensión de

las articulaciones descritas. La hipertonía o

aumento del tono puede manifestarse de las

siguientes formas: espástica donde hay

aumento de la resistencia al movimiento

seguido de una disminución de dicha

resistencia y rigidez plástica donde hay

aumento de la resistencia en forma pareja,

hipertonía en rueda cuando se le suma el

temblor.

146

Distonía: Las extremidades se encuentran en

forma permanente en postura anormal y al

movilizar las articulaciones ofrece una mayor

resistencia.

Paratonía: Al examinar al paciente hay

cambios en el grado de resistencia a la

movilización articular como si el paciente no

cooperara al examen.

Hipotonía o disminución del tono: Se

manifiesta como una disminución de la

resistencia a los movimientos pasivos de las

articulaciones y por aumento de la

extensibilidad de éstas, con mayor rango de

excursión del habitual. Esto se puede

comprobar al tomar el brazo del paciente a

nivel del antebrazo y “sacudirlo”.

Asterixis: Pérdida brusca, transitoria e

iterativa del tono muscular. Se examina

poniendo las muñecas y dedos del paciente en

hiperextensión a lo que se sucede un “aleteo o

flapping”.

Reflejos osteotendíneos (ROT): En cuanto a

la magnitud, los reflejos pueden estar

ausentes (arreflexia), disminuidos

(hiporreflexia), normales, vivos, o

aumentados (hiperreflexia). Otros elementos

que constituyen hiperreflexia son: aumento

del área reflexógena, reflejo policinético (con

un golpe se producen varias sacudidas),

clonus (la sola elongación del músculo

produce sacudidas, a veces inagotables), y

difusión anormal del reflejo (contracción de

otro grupo muscular). Los reflejos

osteotendíneos nos dan información del

nervio y raíz que inervan al músculo. Los

explorados habitualmente son: reflejo

bicipital (C5-C6), tricipital (C7), estiloradial

(C5-C6), rotuliano (L3-L4), aquiliano (S1)

(fotos). La raíz L 5 no tiene reflejo.

Reflejos cutáneos o superficiales: Una lesión

piramidal se asocia a una disminución o

pérdida de estos reflejos. Se desencadenan

por un estímulo nociceptivo y la respuesta es

muscular.

Reflejos cutáneo-abdominales: Con un objeto

romo se estimula la piel abdominal desde la

región lateral del abdomen hacia la línea

media con lo que se desencadena contracción

de la musculatura abdominal. Existen tres

niveles: superior (T 7), medio (T 10), e

inferior (T 12). Estos tres reflejos pueden

determinar así mismo, el nivel de una lesión

medular. Pueden desaparecer en personas

obesas y post-cirugía abdominal.

Reflejo cremasteriano: Se obtiene rozando la

cara interna del muslo lo que produce un

ascenso del testículo ipsilateral.

Reflejo plantar: La respuesta normal es

flexión de los ortejos lo que se denomina

reflejo plantar flexor. En caso de lesión de vía

piramidal la respuesta obtenida es extensión

del primer ortejo (signo de Babinski); se

puede acompañar de apertura de los demás

ortejos en abanico y flexión de ellos,

ocasionalmente se produce además flexión

refleja de toda la extremidad. Si al

examinarlo no hay respuesta motora, se habla

de reflejo plantar mudo. El signo de Babinski

es altamente sensible (aparición precoz) y

específico de lesiones piramidales o de

primera motoneurona. Hay otras formas de

evocar una respuesta plantar extensora pero

en general son de menor sensibilidad.

TRAUMATISMO

CRANEOENCEFÁLICO (TCE)

El paciente con traumatismo craneoencefálico

grave se caracteriza por una alta complejidad

que requiere una importante especialización

en los cuidados. La familiarización con la

monitorización así como con la

fisiopatología, son fundamentales para

proporcionar una asistencia de calidad y

asegurar la seguridad del paciente, pudiendo

minimizar efectos adversos de consecuencias

fatales en este tipo de pacientes. El TCE se

define como cualquier lesión física o

deterioro funcional del contenido craneal

secundario a un intercambio brusco de

energía mecánica. Las causas externas que

pueden provocar son contusión, conmoción,

hemorragia o laceración del cerebro, cerebelo

y tallo encefálico hasta la primera vértebra

cervical.

Clasificación del TCE: Se realiza teniendo

en cuenta el nivel de conciencia medido

según la Escala de Coma de Glasgow. La

147

GSC evalúa tres tipos de respuesta de forma

independiente: ocular, verbal y motora. Se

considera que un paciente está en coma

cuando la puntuación resultante de la suma de

las distintas respuestas es inferior a 9.

En función de esta escala diferenciamos:

- TCE leves: GCS 15-14

- TCE moderados: GCS 13-9

- TCE graves: GCS < 9

Cuidados del paciente en la UCI

1. ingreso en UCI: precoz, controlando

posición, temperatura, agitación, dolor y

hemodinámica, así como la aparición de daño

pulmonar, frecuente en estos pacientes.

2. sedoanalgesia es obligada Sedación y

analgesia adecuada. Siempre debe incluir una

correcta analgesia y sedación con el objetivo

de controlar o disminuir la respuesta

metabólica al estrés (taquicardia,

hipertensión, etc.), mantener una óptima

adaptación a la ventilación mecánica,

disminuir el dolor, la ansiedad y la agitación.

3. control respiratorio y hemodinámico. La

relajación sistemática no está indicada.

Mantener una presión arterial media (PAM)

igual o superior a 90 mmHg (Nivel II de

evidencia).

4. en el control de la hipertensión

endocraneana se revisan: el drenaje

ventricular, la hiperventilación, las soluciones

hiperosmolares (manitol y salino hipertónico)

y fármacos vasoconstrictores cerebrales y

supresores metabólicos como los barbitúricos

y el propofol.

5. el control de la PIC mediante la diana

terapéutica representada por el aumento de la

presión de perfusión cerebral (PPC); en el

momento actual no se recomiendan aumentos

> 60-65 mmHg, excepto de forma

individualizada en unidades con amplia

experiencia y capacidad tecnológica.

6. Optimizar aporte cerebral de oxígeno:

Niveles mínimos de hemoglobina deben ser

superiores a 10g/dl. Si presenta menos debe

realizarse una transfusión de concentrados de

hematíes o de sangre total. Imprescindible

saturaciones arteriales O2 mayores de 95%.

7. Manejo de iones, glucemia y osmolaridad

plasmática: Mantenimiento de un adecuado

volumen sanguíneo circulante. Volumen en el

intersticio cerebral disminuido. Poca

hiperosmolaridad sérica. Los sueros de

elección (4,16) para el TCE son: NaCl al

0,9% y albumina al 5% o hidroxi-etil-almidón

de bajo peso molecular. No aconsejable

administrar soluciones glucosadas, excepto en

hipoglucemias; debido a que la hiperglucemia

agrava las lesiones isquémicas. Además, la

glucosa provoca un arrastre osmótico de agua

en su transporte, por lo que puede contribuir a

la formación de edema cerebral. Sodio entre

135-145mEq/L. Glucemia < 140 mg/dl.

Osmolaridad plasmática 285-320 mOsml/kg.

8. Posición del paciente: Una correcta

alineación corporal y permanecer siempre con

la cabeza en posición neutra, para evitar la

rotación de esta y prevenir el aumento de la

PIC. Para ello es aconsejable la utilización de

rulos de toalla colocados en ambos lados de

la cabeza. La cabecera de la cama es

conveniente que este a 20-30º siempre y

cuando no haya lesiones en la columna

vertebral. En el caso de que haya se deberá

elevar la cabecera con un máximo de 20º o

bien en posición antitrendelemburg. Si

presenta collarín cervical es mejor retirarlo

para evitar la compresión de las venas

yugulares, siempre y cuando no haya una

lesión cervical. Si hay lesión cervical no hay

que retirarlo. Otra de las partes importantes

del cuerpo son los pies con los que debemos

evitar que ejerzan presión contra el pie de la

cama.

9. Estabilidad hemodinámica: El objetivo es

mantener al paciente hemodinámicamente

estable consiguiendo una tensión arterial

media (TAM) adecuada para una correcta

presión de perfusión cerebral (PPC). Cuando

un paciente debido a su hipotensión precisa

de una droga vasoactiva como es la

noradrenalina hay que tener mucha

precaución.

10. Normotermia: Este tipo de pacientes

tienen que estar con Tª < a 37ºC ya que un

aumento de la temperatura puede provocar

aumento de la presión intracraneal (PIC). La

hipertermia puede ser de origen central o por

una sepsis para conocer la causa del aumento

148

de la temperatura se procederá a realizar

cultivos, radiografía de tórax y analítica en

forma leucocitaria.

11. Normoglucemia: la hiperglucemia

contribuye a empeorar la lesión cerebral en el

TCE y aumenta la morbimortalidad.

Los niveles de glucemia deberían estar entre

80-140mg/dl y se tratará por encima de

140mg/dl. El tratamiento para los niveles

mayores a 140 mg/dl será utilizando insulina

rápida administrada vía subcutánea; mientras

que cuando los niveles son mayores de

200mg/dl es preferible pasar a vía

endovenosa. Se tiene que evitar las

hipoglucemias por debajo de 40mg/dl debido

al riesgo que existe en presentar nuevas

lesiones isquémicas a nivel cerebral. Los

controles de glucemias es recomendable

hacerlos cada 6 horas, mientras que en los

pacientes que presentan dicho tratamiento de

forma endovenosa es preferible que los

controles sean con más frecuencia (cada 3-4

horas).

12. Nutrición precoz: Los TCE presentan

hipermetabolismo, gasto energético alto y un

aumento de las pérdidas de proteínas. Un

correcto apoyo nutricional puede prevenir la

disminución de la inmunidad, disminuye la

morbilidad y la mortalidad, así como reducir

la estancia hospitalaria de dichos pacientes.

La cantidad calórica fija debe oscilar entre

20-30kcal/kg/día, teniendo que ser el aporte

proteico mayor al 20% de las calorías totales.

Una nutrición temprana está relacionada con

menos infecciones y a conseguir mejores

resultados. Es aconsejable que la nutrición se

inicie entre las primeras 24-48 horas de

evolución. La vía de administración

preferente es la enteral mediante una sonda

nasogástrica (SNG).

13. Profilaxis de la Trombosis venosa

profunda (TVP). Este tipo de pacientes tienen

un alto riesgo de presentar TVP. Por ello, el

objetivo de enfermería es mediante la

observación del paciente y la posible

aparición de signos de TVP, como edema,

aumento de la temperatura en la extremidad

afectada, cambio de coloración de la piel y

dilatación de las venas superficiales. Es

recomendable usar las medias de compresión

gradual y/o dispositivos mecánicos de

compresión neumática intermitente, junto a la

profilaxis de heparina de bajo peso molecular

(HBPM). Otra de las funciones de enfermería

es encargarse del correcto funcionamiento de

estos dispositivos, y del tamaño de las medias

o de valorar cuando hay que retirar el

dispositivo temporalmente si observamos

ulceras por el roce de estas.

14. Eliminación fecal. El estreñimiento en

este tipo de pacientes está relacionado con el

retraso del destete, estancias prolongadas y

una mayor mortalidad. Este problema lo

ocasiona en los pacientes con TCEG es un

aumento de la presión intraabdominal,

pudiendo repercutir de forma negativa sobre

la PIC. Hay varios estudios que recomiendan

la administración de laxantes al 4º día desde

el ingreso del paciente, si no ha realizado

deposición hasta la fecha. No es aconsejable

realizar masajes abdominales energéticos ni

tactos rectales debido al riesgo que implica en

el aumento de la PIC.

15. Úlceras por presión (UPP).Las úlceras

son consideradas una de las complicaciones

más importantes en UCI. La no aparición de

estas es un indicador de calidad en sus

cuidados. La mejor intervención de

enfermería ante las UPP siempre es la

prevenir este tipo de complicaciones. Las

medidas de prevención: Protocolizar cuidados

preventivos (higiene, colchón, cambios

posturales cada 2-3 horas, cremas hidratantes,

tolerancia NE). Minimizar otras causas de

aparición de UPP como la inmovilización,

presión por dispositivos, fijaciones de sondas,

drenajes y

Evaluación rápida del estado de conciencia

Se puede utilizar la escala ESCALA DE

COMA DE GLASGOW o la escala AVDI.

Apertura ocular

Espontánea: 4 puntos

A la orden: 3 puntos

Ante un estímulo doloroso: 2 puntos

Ausencia de apertura ocular: 1 punto

149

Respuesta verbal

Orientado correctamente: 5

Paciente confuso: 4

Lenguaje inapropiado (p. ej. interjecciones): 3

Lenguaje incomprensible (p. ej. gruñidos,

suspiros, etc.): 2

Carencia de actividad verbal: 1

Respuesta motora

Obedece órdenes correctamente: 6

Localiza estímulos dolorosos (p. ej. presión

sobre el lecho ungeal): 5

Evita estímulos dolorosos retirando el

segmento corporal explorado: 4

Respuesta con flexión anormal de los

miembros: 3

Respuesta con extensión anormal de los

miembros: 2

Ausencia de respuesta motora: 1

ESCALA DE VALORACION AVDI

Es una nemotecnia muy útil para aprender y

recordar los niveles por los que puede cursar

el estado de conciencia del paciente.

Alerta

Verbales Solo responden a estímulos

verbales y hablan frases confusas.

Dolorosos Solo gesticula algo o se mueven

cuando se les aplica un estímulo doloroso.

Insensibilidad o Inconciencia No responden

a ninguna clase de estímulo.

Monitoreo Neurológico Multimodal: la

finalidad del monitoreo multimodal

neurológico se basa en prevenir el daño

secundario mediante el uso de una serie de

herramientas que permiten al intensivista

medir de manera continua, cuantitativa y

sensible los parámetros globales y regionales

de la oxigenación tisular y del metabolismo

cerebral que permiten el tratamiento oportuno

de los enfermos neurológicos críticamente

enfermos.

1. Presión de perfusión cerebral e

hipertensión intracraneal

La presión intracraneal (PIC) es el valor de

presión dentro de la bóveda craneal relativo a

la presión atmosférica y es la piedra angular

del monitoreo en las unidades de medicina

intensiva en los enfermos con daño cerebral

agudo. La PIC debe monitorizarse en forma

obligada en los pacientes con trauma

craneoencefálico (TCE) grave (escala de

coma de Glasgow 3-8) y que presentan una

tomografía axial computada (TAC) cerebral

patológica (hematoma, contusión, edema,

herniación o compresión de las cisternas

basales). Nivel de evidencia II. O con TAC

normal y uno o más de los siguientes: edad

mayor de 40 años, posición motora anormal

unilateral o bilateral, o presión sistólica

menor de 90 mmHg. Nivel de evidencia III.

La presión intracraneal se eleva cuando los

mecanismos compensadores que la regulan,

como los cambios en la dinámica del líquido

cefalorraquídeo (LCR), flujo sanguíneo

cerebral (FSC) y el volumen sanguíneo

cerebral (VSC), se agotan. La presión de

perfusión cerebral (PPC) es la diferencia

entre la presión arterial media (PAM) y la

PIC. Bajo condiciones normales, una PAM de

80 a 100 mmHg y una PIC de 5 a 10 mmHg

generan una PPC entre 70 a 85 mmHg. Sin

embargo, la PPC puede variar ± 27 mmHg

con las variaciones de la PAM.

Para la medición sensible de la PAM se

requiere de la colocación de una línea arterial.

El transductor del catéter de la línea arterial

debe posicionarse a nivel de agujero de

Monroe para determinar la PPC. La PIC

puede medirse a diferentes niveles del

cerebro insertando dispositivos

intraventriculares, intraparenquimatosos,

subdurales o epidurales. Los catéteres

intraventriculares son el «estándar de oro».

Las complicaciones del monitoreo de la PIC

incluyen infección, hemorragia, disfunción,

obstrucción y mal posición. La incidencia de

hemorragia de los catéteres intraventriculares

es de 1.1%, mientras que el riesgo de

infección es del 10% el cual se incrementa de

manera lineal con los días de monitoreo. Las

ondas de la PIC proporcionan información

adicional acerca de la distensibilidad del

sistema cerebroespinal, la autorregulación del

FSC, y la reabsorción del LCR. El monitor

donde se inscriben las ondas de la presión

intracraneal permite identificar e impedir

150

cambios descompensatorios neurológicos y

herniación cerebral.

La elevación de la PIC por arriba de 20

mmHg y disminución en la PPC se asocian

con pronósticos desfavorables, es por eso que

la Brain Trauma Foundation recomienda el

tratamiento oportuno en aquellos pacientes

con incremento de la PIC por encima de 20 a

25 mmHg. En los pacientes con TCE la

autorregulación del FSC se encuentra alterada

y el adecuado aporte de oxígeno al cerebro es

dependiente directamente de la PPC.

Comúnmente es aceptada una PPC por

encima de 60 mmHg en los enfermos con

TCE, no es infrecuente observar eventos de

isquemia e hipoxia a pesar de un

mantenimiento de la PPC por encima de 70

mmHg.

CUIDADOS ENFERMERÍA EN EL

MANEJO DE DRENAJES

El objetivo es facilitar el correcto

funcionamiento del sistema y evitar las

posibles complicaciones (como la infección

del LCR, el sangrado, drenado excesivo,

obstrucción del catéter o la salida accidental

de este): extremar las medidas de asepsia

durante la manipulación. La altura del drenaje

estará colocada a 20 cm del conducto auditivo

externo en el drenaje ventricular externo.

Nunca se debe drenar más de 20ml/hora. Es

importante extremar la vigilancia y registro

del débito horario de LCR. El control de la

permeabilidad del drenaje: Si se observa una

disminución importante del débito deseado,

es recomendable revisar todo el conjunto

tubular ya que puede que haya un pliegue en

su trayecto..

2. Saturación venosa del bulbo yugular

(SvjO2) Consiste en la medición de la saturación de

oxígeno en sangre obtenida a través de un

catéter colocado en el bulbo de la yugular, ya

que la mayor parte de la sangre cerebral drena

en las venas yugulares internas. Es un método

de monitorización invasiva que permite el

estado global de oxigenación cerebral y

detectar episodios de hipoxia cerebral global.

Se utiliza mucho en caso de hiperventilación

como tratamiento para la hipertensión

intracraneal. Dicha monitorización puede ser

continúa mediante un catéter o discontinua

que se realiza extrayendo muestras de sangre

a través del catéter para analizarlas con la

frecuencia deseada. Cuando la

autorregulación cerebral está intacta el FSC

aumenta o disminuye de acuerdo al

metabolismo cerebral, llevándose a cabo una

homeostasis entre el consumo de oxígeno

cerebral (CMRO2) y el FSC, que hace que la

diferencia arterio-yugulares de oxígeno

(AVDO2) permanezca constante. En los

casos donde la autorregulación está alterada

el FSC puede estar disminuido, normal o

incrementado, independientemente de la

CMRO2 conduciendo a cambios en la

AVDO2. Los valores normales de la

AVDO2 se encuentran entre 4-8 Vol. % (1.3-

3 μmoL/mL), valores por debajo de 4 Vol. %

(< 1.3 μmoL/mL) indican que el FSC está

aumentado (hiperemia), en cambio cuando

los valores son superiores al 8 Vol. % (> 3

μmoL/mL) indican un FSC disminuido

(isquemia/hipoperfusión). Posteriormente con

la mejor comprensión de la dinámica cerebral

en los pacientes con lesión encefálica aguda

el coeficiente de extracción de oxígeno

(CEO2) sustituyó la AVDO2. La CEO2

también permitió estimar de una manera más

sensible los cambios en el FSC en los

pacientes que presentaban un cuadro anémico

y lesión encefálica aguda. Entonces, la SvjO2

refleja el balance entre el aporte y el consumo

cerebral de O2. En cambios paralelos entre el

aporte y el consumo la SvjO2 se mantiene

constante. Cuando el aporte es insuficiente, o

las necesidades son excesivas, la SvjO2

disminuye. Cuando el aporte supera al

consumo, o cuando el consumo está muy

reducido, la SvjO2 aumenta. Los valores

normales de la SvjO2 en individuos sanos se

encuentran en el rango de 55-71%, con una

media de 61.8%, mientras que en los

pacientes con lesión encefálica aguda, el

rango se considera un tanto más amplio (32-

96%) y la media en 68.1 % ± 9.7%. Los

niveles de SvjO2 que se encuentran por

debajo de 50% se han asociado con hipoxia

cerebral progresiva, mientras que los niveles

151

menores del 20%, se presentan cuando el

daño isquémico es irreversible. Por otro lado,

los valores por encima de 75% sugieren

hiperemia cerebral y se asocia a mal

pronóstico.

3. Ultrasonido doppler transcraneal

El DT es una herramienta que permite (1)

detectar estenosis u oclusión de arterias

intracraneales, (2) monitorizar la evolución

de los enfermos que presentan vasoespasmo

tras una hemorragia subaracnoidea, (3)

detectar embolismos cerebrales, (4) predecir

eventos isquémicos en los enfermos con

anemia de células falciformes, (5) evaluar el

sistema vertebrobasilar, (6) evaluar el sistema

colateral cerebral, (7) determinar muerte

cerebral, y (8) determinar la posibilidad de

embolismo en los enfermos con foramen oval

permeable. Mediante este dispositivo es

posible evaluar la arteria cerebral media

(ACM), arteria cerebral anterior (ACA),

arteria cerebral posterior (ACP), arteria

cerebral distal interna (ACdI), arteria basilar

(AB), arteria vertebral (AV), arteria carótida

interna extracraneal (ACIe), arteria oftálmica

(AO) y el sifón carotídeo. El flujo sanguíneo

actúa como un reflector, recibiendo la

transmisión de la onda desde el transductor y

después enviando la señal de regreso al

transductor. El flujo sanguíneo a través de un

vaso depende de la velocidad del movimiento

del componente sanguíneo y el diámetro de

dicho vaso, entonces a un determinado flujo

sanguíneo, la velocidad se incrementa a

medida que el diámetro del vaso se estrecha.

La velocidad de flujo medio (VFm) es el

promedio de las velocidades de flujo a través

de un vaso y el valor normal oscila entre 55 ±

12 cm, el cual se correlaciona con el FSC.

Muerte cerebral

Los enfermos en la UTI con lesión encefálica

aguda comúnmente se encuentran bajo

sedación profunda a base de barbitúricos y

otros fármacos que deprimen el sistema

nervioso central a tal grado que no permiten

una evaluación neurológica fidedigna para

confirmar muerte cerebral. Por lo tanto, el DT

es una herramienta que se emplea con mayor

frecuencia para confirmar la ausencia de

FSC; la limitante del DT en estos casos es

que depende de la habilidad del operador en

el manejo del equipo y las variables

anatómicas entre los enfermos que

comprenden el grosor del cráneo, que

depende a su vez de la edad, el género y la

raza. Se ha encontrado que hasta en el 10%

de personas sanas no se puede encontrar una

ventana acústica que permita la evaluación de

las arterias cerebrales.

4. Oxigenación tisular cerebral

La monitorización de la PticO2 en las

unidades de terapia intensiva neurológica en

los países desarrollados es un parámetro

fidedigno entre el aporte y consumo de

oxígeno cerebral regional. Para su medición

es necesaria la introducción de un

microsensor en el parénquima cerebral; el

dispositivo es colocado en la zona de mayor

daño cerebral de acuerdo al sitio de lesión, a

los hallazgos tomográficos o clínicos. Existen

dos microsensores, el Licox que permite la

medición de la PIC, la temperatura cerebral y

la PticO2 y el Neurotrend que mide la presión

parcial de bióxido de carbono cerebral

(PtiCO2c), pH y PticO2. El microsensor

Licox mide la oxigenación tisular mediante

una técnica polarográfica de un electrodo de

Clark, mientras el Neurotrend usa una técnica

de luminiscencia. El radio de alcance de estos

dispositivos es de 17 milímetros cúbicos;

ambos catéteres tienen un diámetro de 0.5

mm. La PticO2 normalmente es inferior a la

presión parcial de oxígeno arterial debido a la

colocación de los sensores en el

compartimiento extravascular y al elevado

metabolismo cerebral (15-50 mmHg). La

PtiCO2c normalmente es más alta que la

presión parcial de bióxido de carbono arterial

152

debido a la capacidad de difusión del bióxido

de carbono. El pH normalmente es menor en

el tejido cerebral sinónimo del elevado

metabolismo cerebral (pH 7.05-7.25). Los

niveles de PticO2 pueden variar de acuerdo a

la región cerebral en donde se coloque el

sensor; siendo las regiones donde existe un

mayor número de neuronas la del hipocampo

y la corteza más elevada que en la sustancia

blanca. En los enfermos con TCE los niveles

de PticO2 inferiores a 15 mmHg durante

periodos prolongados o con niveles menores

de 8 mmHg en un solo evento se

correlacionan con incremento en la

mortalidad. Un pH por debajo de 7.0 también

se ha relacionado a incremento en la

mortalidad en los enfermos con TCE grave.

Un estudio que comparó la terapéutica entre

PIC/PPC (PIC menor de 20 mmHg/PPC

mayor de 60 mmHg) y PticO2 (mayor de 25

mmHg) en enfermos neurocríticos con TCE

grave demostró que en aquellos enfermos

cuyo objetivo fue mantener una PticO2

mayor de 25 mmHg disminuyó la mortalidad

en un 25%.

La monitorización de la PticO2 permite

evaluar continuamente el umbral de isquemia

cerebral, la capacidad de autorregulación

cerebral, la reactividad cerebral vascular

durante los cambios de presión parcial de

bióxido de carbono durante la ventilación

mecánica, vasoespasmo en los enfermos con

hemorragia subaracnoidea y la

monitorización de la temperatura cerebral en

los pacientes que son manejados con

hipotermia en el TCE.

5. Microdiálisis

La disminución de oxígeno y glucosa cerebral

y el incremento del metabolismo anaeróbico

depletan los niveles de trifosfato de adenosina

(ATP), el cual promueve la acumulación de

lactato e hidrógeno y la consecuente acidosis

celular. Como consecuencia se presenta falla

mitocondrial, incremento de los niveles de

calcio intracelular, liberación de

neurotransmisores excitatorios, proteólisis,

lipólisis, formación de radicales libres,

disrupción del citoesqueleto celular,

fragmentación del DNA, necrosis celular e

inflamación. La técnica de microdiálisis

permite de manera continua analizar los

cambios bioquímicos del tejido cerebral

mediante la colocación de un catéter cuyo

diámetro es de 0.62 mm, que contiene una

membrana dialítica, en el parénquima

cerebral. Este catéter es perfundido con

solución Ringer lactato o solución salina al

cero punto nueve por ciento con flujos

ultrabajos (0.1-2.0 μL/min) con una bomba de

perfusión. La colocación del catéter de

microdiálisis produce ruptura de tejido

cerebral y pequeñas hemorragias, astrogliosis

e infiltración de macrófagos. De acuerdo al

consenso de expertos en microdiálisis se

deben de colocar estos dispositivos en los

enfermos con hemorragia subaracnoidea, en

el lóbulo frontal derecho en los enfermos con

TCE, y en aquellos que tienen lesiones

focales un catéter debe colocarse en la zona

de penumbra y otro en una zona donde el

tejido cerebral sea «normal», algunos

investigadores recomiendan la colocación

subcutánea del catéter para comparar los

valores obtenidos a partir del parénquima

cerebral y el tejido subcutáneo.

6. Neuroimagen funcional

Tomografía por emisión de positrones – PET

es una técnica de imagen que tiene la ventaja

de eliminar la reacción de la colisión de los

positrones con los electrones. Cuando se

emite un positrón colisiona con un electrón,

produciéndose dos fotones. Teóricamente

cualquier molécula puede ser marcada, pero

lo más frecuente es la captación por la

deoxiglucosa unida al isotopo flúor,

produciéndose Flúor-Deoxi-Glucosa (FDG),

la cual es atrapada por las células debido a la

imposibilidad de metabolizar FGD-F por la

glucosa-6-fosfatasa. La PET se ha estudiado

en los enfermos con patología intracraneal y

ha demostrado tener una sensibilidad y

especificidad alta en el FSC, VSC y los

requerimientos metabólicos de oxígeno y

glucosa cerebral. A pesar de la sensibilidad

del PET, aún existe poca evidencia en los

enfermos con TCE como predictor de la

sobrevida o de la recuperación de las lesiones

cerebrales. La principal aplicación del PET en

153

neurotrauma se encuentra en la explicación

de los mecanismos de daño secundario y su

recuperación.

MUERTE CEREBRAL

Se define como la pérdida de las funciones

cerebrales, corresponde a la ausencia total de

respuesta neurológica integrada en el encéfalo

(cerebro, troncoencéfalo y cerebelo), se debe

excluir causas reversibles como

intoxicaciones e hipotermia.

Las causas de muerte cerebral son múltiples,

las más frecuentes son el traumatismo

encéfalo craneano, la hemorragia

subaracnoidea y la isquemia cerebral global

debido a paro cardiorrespiratorio, su

fisiopatología en común es la hipertensión

intracraneana maligna con disminución de la

presión de perfusión cerebral. Causas

Frecuentes: traumatismo encéfalo-craneano,

hemorragia subaracnoidea, encefalopatía

hipóxica-isquémica. Infrecuentes: infarto

cerebral masivo, hemorragia cerebral intra o

extraparenquimatosa, trombosis de venas

cerebrales, tumor cerebral, meningitis,

encefalitis, encefalomielitis diseminada

aguda.

Para diagnosticar la muerte cerebral el

paciente debe presentar 4 condiciones:

1. Coma

2. descartar diagnóstico diferencial de

muerte cerebral,

3. ausencia de todos los reflejos de

troncoencéfalo y prueba de apnea positiva

4. idealmente tener una causa conocida

que puede provocar muerte cerebral o imagen

de una lesión cerebral que explique la muerte

cerebral.

I. Grados de conciencia cuantitativa: es

importante describir el examen mental de un

paciente con compromiso de conciencia,

además de anotar el término médico.

Vigil: Paciente con ojos abiertos y examen

mental normal.

Obnubilado: Paciente tiende a quedarse

dormido, se encuentra desorientado e

indiferente al medio.

Sopor: Paciente dormido que despierta sin

lograr lucidez, con estímulos verbales (sopor

superficial) o dolorosos (sopor profundo).

Coma: Paciente no despierta con ningún

estímulo. Puede tener reflejos anormales

frente al estímulo doloroso, los que son

integrados en troncoencéfalo, por ejemplo,

rigidez de descerebración y decorticación.

II. Diagnóstico diferencial de muerte

cerebral:

Se debe descartar situaciones que puedan

imitar los hallazgos clínicos del paciente en

muerte cerebral como:

Hipotermia: Una temperatura corporal menor

a 27°C produce la abolición de todos los

reflejos de troncoencéfalo, pero se ha

establecido como temperatura mínima para

hacer el diagnóstico de muerte cerebral 32°C

y de 36,5°C para realizar la prueba de apnea.

Fármacos: en pacientes críticos o que están en

la UCI por intento de suicidio asociados a

ingesta de barbitúricos, antidepresivos

tricíclicos y relajantes musculares no puede

formularse el diagnóstico de muerte cerebral.

Otros: patologías como el síndrome de

Guillain Barré, graves alteraciones

endocrinológicas, metabólicas o

hemodinámicas imposibilitan formular el

diagnóstico de muerte cerebral.

III. Reflejos de troncoencéfalo que deben

estar ausentes para realizar el diagnóstico

de muerte cerebral:

1. Reflejo fotomotor: Con una luz potente se

debe observar ausencia de contracción de las

pupilas.

2. Reflejo corneal: Con algodón se estimula

enérgicamente la córnea de cada ojo, debe

existir ausencia de contracción de los

músculos periorbiculares.

3. Reflejo óculo-cefálico: Se moviliza

enérgicamente la cabeza en forma lateral

(óculo-cefálicos horizontales, integrados en

protuberancia) y en forma vertical (óculo-

cefálicos verticales, integrados en

mesencéfalo). Normalmente al realizar estos

movimientos los ojos quedan, por fracciones

de segundos, en el sentido contrario. En

muerte cerebral los ojos quedan fijos en línea

media.

4. Reflejo óculo-vestibular: Antes de realizar

este reflejo debe descartarse una ruptura del

tímpano con una otoscopia. Se estimula con

154

50 ml de agua a 30 y 44°C por 1 minuto,

cada vez y en cada tímpano. El intervalo entre

cada oído debe ser de 5 minutos. Se utiliza

una jeringa cónica. En un paciente vigil, el

estímulo con agua fría provoca desviación

tónica de los ojos hacia el oído del estímulo y

movimientos sacádicos conocidos como

nistagmus hacia el lado contralateral. En

pacientes en coma pero con troncoencéfalo

indemne, se produce sólo el movimiento

tónico, es decir, los ojos se dirigen hacia el

tímpano irrigado con agua fría. El agua

caliente provoca el movimiento contrario. En

pacientes en coma y con troncoencéfalo

indemne, el estímulo bilateral con agua fría

provoca movimiento conjugado de la mirada

hacia abajo, con agua caliente hacia arriba.

En pacientes en muerte cerebral, el estímulo

de los tímpanos con agua fría o caliente no

provoca movimiento de los ojos.

5. Reflejo faríngeo: Se produce al estimular la

faringe, lo que provoca tos o náuseas. En

pacientes intubados este es fácilmente

evocado al movilizar enérgicamente el tubo

endotraqueal. Debe evitarse extubar al

paciente.

6. Reflejos anormales al dolor: Debe haber

ausencia de reflejos integrados en

troncoencéfalo como el de descerebración

(hiperextensión e inversión de extremidades

superiores e inferiores), de decorticación

(flexión de codos, muñecas y dedos de

extremidades superiores y extensión de

extremidades inferiores), de retirada y mueca

facial.

7. Otros reflejos: Existen reflejos que son

integrados en la médula espinal y su

presencia no excluye el diagnóstico de muerte

cerebral. Ejemplos son los reflejos de triple

flexión y de Babinski. El primero se evoca al

estimular la plata del pie y consiste en una

flexión de la cadera, rodilla y tobillo

ipsilateral, el movimiento es rápido, no

sostenido y reproducible, aunque agotable. El

reflejo de Babinski se evoca al estimular la

cara lateral de la planta del pie y se debe a

liberación de centros medulares de estructuras

intracraneanas inhibitorias. Otro reflejo

descrito es el signo de Lázaro, consiste en un

movimiento complejo que ocurre en el

momento de la apnea o en los minutos

siguientes a ella, se ha descrito entre otros

movimientos, una elevación de ambas

extremidades superiores, las que pueden

juntarse delante del tórax simulando rezar.

8. Ausencia del reflejo de la respiración con

la prueba de apnea.

Prueba de Apnea: se realiza para determinar

si un estímulo metabólico intenso, la

hipercapnia, logra estimular neuronas de los

núcleos respiratorios del bulbo raquídeo. Se

debe hacer una vez se cumplan las 4

condiciones para el diagnóstico de muerte

cerebral. En forma práctica se realiza de la

siguiente manera:

1. Temperatura mínima de 36,5°C

2. Preoxigenar con oxígeno al 100% por 10

minutos.

3. Antes de realizar la apnea, se obtiene

una presión parcial de CO2 de 40 mmHg

(esto se logra disminuyendo la frecuencia

respiratoria del ventilador mecánico).

4. Se instala un catéter intra tubo

endotraqueal, adyacente a la carina y con

oxígeno al 100%. Se mantiene un oxímetro

de pulso para detectar desaturaciones.

Se suspende la ventilación mecánica y se

observa la aparición de:

a) Movimientos respiratorios.

b) Arritmias cardíacas o alteraciones

hemodinámicas.

Se espera que la presión parcial de CO2

llegue a 60 mmHg. En apnea la presión de

CO2 se eleva en 3 a 6 mmHg por cada

minuto, así, en aproximadamente 8 minutos

se logra llevar de 40 a 60 mmHg la presión

parcial de CO2. Se toman gases en sangre

arterial en forma seriada.

Posibilidades de la prueba de apnea:

En pacientes con limitación crónica al flujo

aéreo, obesos o con apnea obstructiva de

sueño no es posible interpretar los resultados

de la prueba de apnea. Se desconoce el

umbral de las neuronas del bulbo raquídeo de

estos pacientes para gatillar la respiración,

probablemente están "acostumbradas" a una

presión parcial de CO2 más elevada. Se

deben utilizar exámenes alternativos.

155

Se logra llegar a una presión parcial de CO2

de 60 mmHg y no se observan movimientos

respiratorios ni alteraciones hemodinámicas o

arritmias. Se considera que hay ausencia de

actividad neuronal frente al estímulo. Prueba

de apnea positiva.

Se observa movimiento respiratorio durante

la prueba de apnea. Se considera que existen

neuronas "vivas" en el bulbo raquídeo. No se

puede formular el diagnóstico de muerte

cerebral. Prueba de apnea negativa.

Se producen movimientos similares a los

respiratorios pero de menor amplitud. Su

interpretación ha provocado controversia en

la literatura médica. Se les debe considerar

como provocados por neuronas sensibles al

estímulo de hipercapnia, probablemente

ubicadas en el bulbo raquídeo y por lo tanto

se considera incompatible con el diagnóstico

de muerte cerebral.

Se producen alteraciones hemodinámicas,

hipoxemia o arritmias cardíacas. Se da por

finalizada la prueba de apnea, su resultado no

es interpretable.

Idealmente debe existir una causa

identificable de la muerte cerebral.

Si bien no es un criterio estricto, es

tranquilizador para el clínico observar en un

examen de laboratorio una patología que sea

incompatible con la vida, por ejemplo, en la

tomografía computada de cerebro observar un

hematoma intracerebral masivo, con gran

desplazamiento de línea media e invasión

intraventricular.

En caso de no existir una lesión que explique

la muerte cerebral del paciente, se debe

reconsiderar su diagnóstico diferencial y

plantear como posible causa la encefalopatía

hipóxico isquémica, en este caso, se debe

obtener 2 electroencefalogramas isoeléctricos

separados por 24 horas (ver exámenes de

laboratorio).

Exámenes de laboratorio:

Electroencefalograma (EEG): El registro

electroencefalográfico en pacientes en muerte

cerebral se encuentra isoeléctrico o plano, es

decir, no existe actividad eléctrica cerebral.

La técnica de la toma del examen debe ser

rigurosa y se conoce como el decálogo del

registro electroencefalográfico de la muerte

cerebral, haciendo alusión a 10 estrictas

reglas. Se debe considerar que la hipotermia y

el coma barbitúrico pueden provocar un EEG

isoeléctrico. Además, existen pacientes que se

encuentran en estado vegetativo con EEG

isoeléctrico. El diagnóstico de muerte

cerebral es clínico. Los siguientes exámenes

no son necesarios para formular el

diagnóstico de muerte cerebral, además se

requiere de un mayor número de estudios

para establecer su sensibilidad, especificidad,

falsos positivos y negativos.

Angiografía cerebral: Pacientes en muerte

cerebral tienen ausencia de flujo sanguíneo

cerebral, lo que se evidencia como un "stop"

del flujo sanguíneo en las arterias carótidas y

vertebrales al penetrar la dura madre. Esto se

debe a un aumento de la presión

intracraneana, la que es mayor a la presión

arterial media. Es una técnica de alto costo.

Doppler transcraneano: Permite observar la

velocidad de flujo intracraneano en arterias y

venas. En pacientes con muerte cerebral se

describe ausencia del peak diastólico u ondas

de reflujo. En el 10% de la población no

existe una ventana adecuada para este

doppler, por lo que son inevaluables con esta

técnica.

Gammagrafía cerebral con Tec99: En

pacientes en muerte cerebral no existe captura

de isótopos radiactivos por el encéfalo. Se

observa un cráneo "vacío".

SÍNDROME DE DISFUNCIÓN

MULTIORGÁNICA

Presencia de alteración aguda de la función

de uno o varios órganos, de suficiente entidad

para que la homeostasis no pueda ser

mantenida sin intervención. El término «Fallo

Multiorgánico» fue sustituido por

«Disfunción Multiorgánica». Caracterizado

por una disfunción más que un fallo del

órgano, reflejando de una forma más precisa

la naturaleza dinámica y potencialmente

reversible del proceso. Este síndrome es una

extensión del SRIS, describiendo mejor el

continuum empeoramiento fisiológico. La

156

importancia del SDMO, radica en que los

pacientes ingresados en las UCIs, muchas

veces no fallecen de la causa que determinó

su ingreso, sino de una vía final común que es

este síndrome, afectándose órganos que no

estaban lesionados al principio de la

enfermedad. La mortalidad en Uci puede

llegar a 50-80%, no hay aumento de la

supervivencia y genera elevados costos.

Habitualmente se exige la afectación de dos o

más órganos para establecer el diagnóstico,

variando según los diferentes autores, las

alteraciones fisiológicas que definen el fallo

de cada órgano. Además del fracaso

respiratorio, las manifestaciones clínicas más

frecuentes del SDMO incluyen uremia,

hiperbilirrubinemia, íleo, trombocitopenia y

alteración del estado mental. a disfunción de

los órganos puede ser secuencial o

simultánea, aunque habitualmente suele

debutar con alteración de la función

pulmonar, si persiste la agresión se suele

añadir disfunción cardiovascular, renal,

hepática, coagulación, sistema nervioso

central, metabólico, gastrointestinal,

inmunológico, neuroendocrino y músculo

esquelético.

Manifestaciones clínicas

1. La forma más frecuente de disfunción

pulmonar, es la lesión pulmonar aguda, si ésta

progresa o permanece el insulto, la forma de

disfunción sería más grave apareciendo el

síndrome de distrés respiratorio (SDRA) que

a pesar de la importante disminución que en

el SDRA se ha conseguido en los últimos

años todavía conlleva una alta mortalidad.

Habitualmente los pacientes presentan

precozmente taquipnea, aumento del trabajo

respiratorio, a veces agitación por hipoxia,

etc. El SDRA se caracteriza por: Alteración

en la oxigenación e intercambio de gases,

definido por una relación PaO2/FIO2< 200,

independientemente del nivel de PEEP.

Aparición de infiltrado bilateral en la

radiología de tórax. Presión de enclavamiento

pulmonar (PCP) < 18 mmHg.

2. Disfunción hemodinámica. El shock se

produce ante cualquier situación que

produzca hipoperfusión tisular con

disminución del transporte de oxígeno,

produciendo alteraciones metabólicas que

pueden conducir a la muerte celular.

Clínicamente los signos de shock, son:

Palidez, frialdad, sudoración, cianosis

periférica, alteración del estado mental.,

Tensión arterial sistólica < 80 mmHg,

Taquicardia > 120 l/min, Oliguria, diuresis <

20 ml/hora.

3. Disfunción gastrointestinal. La isquemia y

las alteraciones de la permeabilidad

microvascular del intestino pueden provocar

la liberación de bacterias, antígenos y

endotoxinas al sistema sanguíneo y linfático,

lo que provocaría una respuesta con

estimulación de mediadores de la

inflamación. Esta situación es lo que se

denomina translocación bacteriana, que se

define como el paso de bacterias y sus

productos desde el tracto gastrointestinal vía

linfáticos a zonas extraintestinales, como

sangre, hígado, bazo y riñones. Hay una serie

de indicadores clínicos precoces de hipoxia

tisular que a su vez son predictores del

SDMO, como: La relación PaO2/FIO2 al

ingreso del paciente. El aclaramiento de

lactato. Aclaramiento o corrección del exceso

de bases y la acidosis de algunos territorios

como ocurre con la mucosa gástrica, el pH

intragástrico es reflejo del flujo sanguíneo de

la mucosa gástrica, no es una consecuencia

directa del empeoramiento hemodinámico

sistémico, sino que puede ser una activación

directa de mediadores de la mucosa intestinal.

Las causas desencadenantes más comunes

son: el shock de cualquier etiología, la

infección severa, la necesidad de cirugía

mayor, quemaduras que afectan a grandes

superficies, traumatismos graves, pancreatitis

necrohemorrágica, lesiones locales que

generan isquemia local (síndrome

compartimental), situaciones de hipoxia,

lesiones de isquemia reperfusión,

Causas desencadenantes y factores que

agravan la respuesta: edad avanzada,

existencia de enfermedades previas, estado

nutricional previo, rapidez y calidad de la

resucitación inicial, demora en el tratamiento

quirúrgico urgente cuando está indicado,

157

necesidad de cirugía mayor, necesidad de

politransfusión.

Cuidados de enfermería:

1. Cardiovascular: Evidencia en el paciente

estabilización del volumen de líquidos y de la

eliminación urinaria, sin ruidos sobre

agregados, signos vitales estables para su

condición clínica y ausencia de edemas

periféricos y peso corporal estable. La piel y

mucosas se observan bien hidratadas. El

balance de líquidos ingeridos y eliminados

serán positivo o negativo según la necesidad

del paciente

-Control estricto de signos vitales (cada hora

en UCI)

-Balance estricto de líquidos ingresados y

eliminados

-Sondaje vesical permanente.

-Valorar características de la orina: color,

olor, PH y densidad. Monitoreo estricto de la

diuresis procurando 1 cc/Kg/h de gasto

urinario.

-Valorar circunstancias que provoquen

aumento de la presión abdominal, que

subsecuentemente podrían generar

hipoperfusión renal.

-Valorar presiones de llenado (PVC-PoAP)

las cuales pueden encontrarse elevadas por

aumento de la precarga

-Auscultación pulmonar en busca de

disminución de ruidos respiratorios o

presencia de ruidos accesorios (crépitos o

estertores).

-Auscultación cardiaca en busca de ruidos

cardiacos accesorios como S3 indicativo de

exceso de volumen de liquido

-Posición semifowler que permita una mejor

expansión torácica por gravedad.

-Valorar signos de sobrecarga hídrica como

edema con o sin fóvea, disnea, taquipnea, tos

persistente hipertensión, aumento de

requerimientos de FiO2, polipnea, oliguria e

ingurgitación yugular, ascitis y reflejo

hepatoyugular positivo.

-Peso diario a la misma hora (aumento de

1Kg equivale a aumento de 1Lt de líquido).

Valorar grado de edema (fóvea) I, II III o

anasarca.

-Administrar diuréticos según orden medica

es posible concentrar la dilución de los

medicamentos al 50%)

-Meta primaria en el cuidado del paciente en

riesgo de padecer falla orgánica múltiple,

evitar la disfunción de cualquier órgano, estas

medidas incluyen el apoyo de la función

respiratoria y circulatoria, oxigenoterapia,

ventilación mecánica, y la infusión de

volumen.

-Combinación de varios antibióticos por vía

parenteral, la eliminación o drenaje de focos

infecciosos, el tratamiento de las

complicaciones.

-Administrar oxígeno suplementario a

cualquier paciente que está séptico con

dificultad respiratoria o hipoxia.

-Si la vía respiratoria del paciente no está

asegurada o las respiraciones son

insuficientes, la intubación endotraqueal y

ventilación mecánica debe iniciarse.

- Cuando la reanimación con líquidos

adecuados no puede restaurar la estabilidad

hemodinámica y la perfusión tisular, iniciar la

terapia con agentes vasopresores.

-Cambios de posición cada 2 horas al menos

-Control de Temperatura: Debido al aumento

de las necesidades metabólicas. Drogas,

antipiréticos y medidas físicas de

enfriamiento, tales como esponjas o mantas

de enfriamiento, se pueden utilizar para bajar

la temperatura.

PACIENTE MORIBUNDO

La relación enfermera – paciente es el

“eslabón humano” que enlaza la cadena

interminable del complejo manejo del

paciente terminal. Su actitud de constante

preocupación por proporcionar bienestar al

paciente; la coloca en calidad de “salvadora”

de una muerte indigna. Es su compromiso

humano el aspecto sobresaliente que imprime

el respeto a su vida profesional. No son sus

conocimientos sobre los avances científicos o

su destreza para manejar las técnicas

sofisticadas, que día a día aparecen en el

mercado de la investigación médica. Es más

bien, ese comportamiento sutil de

comprensión, al alcance de la intuición de

cualquier ser humano, lo que la hace

158

indispensable. Es una combinación de

conocimientos científicos con un interés

personal acerca del acto de agonizar y morir.

Una mezcla de “agua y aceite”, entre la

aplicación fría de un tratamiento científico y

el complejo e intenso manejo de los aspectos

humanos.

Los siguientes factores influyen en el

comportamiento del paciente:

1. Físicos: movilidad, comunicación,

actividad, grado de alerta. El deterioro físico

influye en su capacidad de comunicación y en

su grado de independencia para cumplir con

sus actividades diarias. Los estados de

somnolencia, incoherencia, agotamiento e

inconsciencia aíslan e incomunican a los

pacientes.

2. Sociales: apoyo del grupo familiar, de

amigos y del equipo de salud.

3. Psicológicos: depresión, angustia y

múltiples temores ante la muerte; actitud ante

la enfermedad.

4. Nivel de comodidad: presencia de síntomas

que interfieran en su bienestar.

5. Grado de dolor: dolor físico que abarca la

atención del paciente. Sufrimiento que

incluye el dolor más su interpretación

emocional, muchas veces invadida de

ansiedad.

Cuidados de enfermería

Plan de acción básico será: Cumplimentación

de los tratamientos médicos indicados,

elaboración y realización del plan de

cuidados generales y específicos, apoyo

emocional, y educación del paciente y familia

de cara a promover el autocuidado.

1. El paciente terminal debe ser ubicado en

una habitación: iluminada, ambiente

agradable, vista hacia jardines, siempre

aseada, olor agradable

2. Cuidados diarios del paciente terminal,

Alimentación, Hidratación, Oxigenación,

Confort

3. Prevención de escaras

4. Satisfacción de necesidades básicas

5. Contención apoyo psicológico: Permitirles

a los familiares participar, de sus cuidados

físicos y emocionales. Permitirles la

despedida, dándoles el espacio y la intimidad

necesaria.

6. Apoyo religioso

7. Cercanía con la familia y seres queridos

8. Aspectos legales: Guiar a la familia en los

trámites legales que deberá realizar cuando

ocurra el deceso. Es obligación del médico

otorgar el certificado de defunción.

9. Mantener la boca limpia y con la humedad

adecuada. Para ello se enseñará a la familia su

cuidado que deberá realizar todos los días y

en la fase terminal cada 4 horas.

10. Alivio de la presión por movilidad activa

o pasiva; en pacientes encamados cambios

posturales cada 2-3 horas

11. Mantener la calidad de vida, por medio

del control de síntomas y del soporte afectivo.

12. Utilizar la medicación necesaria para

aliviar los sufrimientos del moribundo,

incluso con riesgo de abreviar sus días, sin

pretender la muerte.

FALLA HEPÁTICA

La encefalopatía hepática es el resultado de

un fallo en la biotransformación y excreción

de las toxinas que normalmente son

procesadas por el hígado. La elevación de los

niveles plasmáticos de amonio está implicada

en esta patología, pero también tiene relación

con la elevación de los niveles de

mercaptanos, ácidos grasos de cadenas cortas,

aminoácidos con cadenas aromáticas,

benzodiacepinas endógenas, fenoles,

manganeso, ácido gamma-aminobutírico,

glutamato y metales tóxicos. Esto motiva que

no exista relación entre los niveles

plasmáticos de amonio y el grado de

encefalopatía.

En el fallo hepático fulminante estos pueden

llegar a cifras mayores de 200 μg/dl estando

asociados a un incremento del riesgo de

herniación cerebral. La metabolización de

esta sustancia dentro de los astrocitos está

directamente relacionada con el edema

cerebral ya que aumenta la osmolaridad

intracelular. También se encuentra

relacionada con el aumento de la presión

intracraneal porque estimula indirectamente

la formación de óxido nítrico, con

159

vasodilatación secundaria. Otros factores

metabólicos precipitantes pueden ser la

disminución de aporte cerebral de oxígeno, el

efecto de las citoquinas o los compuestos de

degradación de los tejidos hepáticos

necrosados.

FHA fulminante: Aparición de encefalopatía

hepática y coagulopatía en el plazo de 2

semanas desde el inicio de la ictericia en un

paciente sin enfermedad hepática

preexistente. Aparición de la encefalopatía

dentro de las 8 semanas del comienzo de los

síntomas en pacientes hepatópatas.

Subfulminante: deterioro de la función

hepática y encefalopatía en 26 semanas (fuera

de los límites anteriores).

Las causas pueden ser: virus, hepatitis

A,B,D,E. CMV,VHS,VVZ,VEB (menos

frecuentes).Drogas /tóxicos (paracetamol,

Amoxicilina/clavulanico, Hepatitis

autoinmunes, Isquémica o Hipóxica

(multifactorial/UCI.), Enfermedad de Wilson,

Budd-Chiari. Sdr.Reye, HELLP.

Cuidados de enfermería

1. Colocación de vías venosas y/o arteriales,

sondas nasogástricas, monitorización de

constantes y control específico de

complicaciones.

2. Control del edema cerebral: monitorización

de la presesión intracraneal. Los incrementos

de presión por encima de 30 mm de Hg

deberán ser controlados con el uso de manitol

al 20 %.

3. Control de la encefalopatía con las medidas

habituales, tales como reducción del aporte

nitrogenado, control de los factores

desencadenantes y empleo de lactulosa o

antibióticos no absorbibles.

4. Control de la coagulopatía mediante el

empleo de plasma fresco y/o plaquetas en

aquellos casos con trastornos hemorrágicos

clínicos.

5. Control de la hipoglucemia. Se realizará

mediante la infusión de mezclas de

soluciones de glucosa en infusión continua y

monitorización estrecha de las glucemias.

6. Reconocimiento y tratamiento precoz de

las infecciones, ya que la presencia de una

infección generalizada contraindica el

trasplante

7. Medidas específicas para cada etiología

según orden médica

8. Deben recibir una dieta hipoproteica (20 a

60 gr/d) con o sin sal, únicamente si el

paciente se encuentra en encefalopatía G I.

En grados más avanzados se debe dejar sin

vía oral.

160

CAPÍTULO 16

ROL DE ENFERMERÍA EN

PROCEDIMIENTOS INVASIVOS

PARACENTESIS:

La paracentesis es una técnica invasiva que

consiste en la punción percutánea de la

cavidad abdominal destinada a evacuar

líquido de la cavidad peritoneal con fines

diagnósticos o terapéuticos.

Enfermero: asiste al facultativo y proporciona

los cuidados oportunos al paciente

Auxiliar de enfermería: asiste al enfermería

en la preparación del material, ayuda a

posicionar al enfermo y envía muestras del

líquido ascítico al laboratorio.

Actividades previas a la paracentesis:

-Comprobar nombre y número de historia del

paciente

-Comprobar que el paciente está informado

de dicha prueba y verificar la firma del

consentimiento

-Comprobar que en las últimas 24 horas se

haya realizado una analítica con coagulación

-Indicar al paciente que orine, esto disminuirá

el riesgo de lesionar la vejiga con el catéter

-Canalizar vía venosa y tomar signos vitales

Tras realizar las actividades previas a la

paracentesis citado anteriormente,

procederemos al desarrollo de los pasos a

seguir durante la ejecución de la misma.

-Lavado de manos

-Pedir al paciente, si colabora, que no se

mueva y que respire lentamente durante el

procedimiento

-Preparar campo estéril y comprobar que está

el material necesario

-Colocar guantes estériles

-Aplicar solución antiséptica en la zona a

puncionar

-Colaborar con el facultativo durante el

procedimiento

-Preparación de tubos para la recogida de

muestras

-Vigilar ritmo de salida del líquido y conectar

a sistema y bolsa recolectora

-Fijar el catéter al abdomen mediante

esparadrapo mientras dure la evacuación

-Retirar catéter y colocar apósito cuando

termine la evacuación y tras indicación

facultativa

Actividades durante la ejecución:

-Colocar al paciente en la posición adecuada.

En decúbito supino, ligeramente lateralizado

hacia la izquierda (puede colocarse una

almohada bajo el costado derecho del

paciente) y elevación del cabecero 30-45º

-Desinfectar la zona con antiséptico, desde el

punto de punción y en espiral hacia fuera tres

veces

-Comprobar y preparar material a utilizar

-Colocar paños estériles

-Colaborar con el facultativo durante el

procedimiento

-Vigilar el estado general del paciente y

controlar la cantidad total del líquido extraído

MATERIAL: guantes estériles, campo/paños

estériles, apósito, antiséptico, gasas, jeringa

de 10 ml, aguja subcutánea e intramuscular,

Abbocath 14-16G, anestésico local sin

adrenalina, sistema de venoclisis (llave de

tres pasos), tubos estériles para la recogida y

envío de muestras al laboratorio, sistema para

evacuación (sistema inyector de suero) y

bolsa recolectora, esparadrapo para fijar el

catéter, soluciones intravenosas para reponer

pérdidas de líquidos, iones, albúmina y otras

sustancias

TORACOCENTESIS: El drenaje torácico

es uno de los procedimientos más frecuentes

de la cirugía torácica: indispensable para la

mayoría de las cirugías del tórax y es el

tratamiento de elección de una gran parte los

neumotórax, distintos tipos de derrames

pleurales y de muchos traumatismos

torácicos. Con el drenaje torácico se intenta la

evacuación completa de las colecciones

pleurales aéreas y/o líquidas y la re-expansión

pulmonar. A diferencia de la toracocentesis

(que consiste en la punción y evacuación de

líquidos con una aguja), aquí se coloca un

sistema permanente de drenaje.

Material necesario para la colocación de un

tubo de tórax: agua y jabón, guantes estériles,

bata, gorro y mascarillas, paños (3), gasas,

161

jeringas de 10 cc (2), agujas intramusculares

y subcutáneas(2), anestesia local de acción

inmediata o rápida (lidocaína o mepivacaina),

frasco de recolección de líquidos (3), tubos

secos y estériles para recogida de muestras,

jeringa gases para pH, Hoja de bisturí nº 24,

pinza de Kocher, pinza de disección, dos

mosquitos, porta-agujas y tijeras estériles,

tubos de tórax del 20 (amarillo), del 24 (azul)

y del 28 (verde), frasco de drenaje preparado

(Pleur-evac), seda con aguja curva nº 1,

contenedor de agujas y elementos punzantes,

sistema de vacío, más gasas y esparadrapos

para el apósito del punto de inserción.

Material necesario para la colocación de

Pleurocath: Agua y jabón, Guantes estériles,

bata, gorro y mascarilla, Paños (3), Gasas,

Jeringas de 10 cc (2), Agujas intramusculares

y subcutáneas(2), Anestesia local de acción

inmediata o rápida (Lidocaina o

Mepivacaina), Frascos para recolección de

líquidos o muestras (3) Tubos secos y

estériles para recogida de muestras. Jeringa

gases para pH, Hoja de bisturí nº 11, Set de

Pleurocath estéril. Frasco de drenaje

preparado (Pleur-evac). Seda con aguda recta

de 2/0 o del 0. Contenedor de agujas y

elementos punzantes. Jeringa de 50 cc con

“pico fino” o Luer (para desobstruir catéter).

Cuidados de enfermería

-Oclusión del punto de punción con

compresas o apósito estéril., procurando que

el tubo quede hacia delante, para evitar

acodamientos.

-Control radiológico.

-Conexión a la toma de vacío si fuera

necesario.

-En aquellos pacientes con derrames o

neumotórax muy grandes y de varios días de

evolución se debe procurar que el drenaje sea

lento y progresivo. Para prevenirlo es

conveniente disminuir el ritmo de drenaje,

bien quitando la aspiración durante las

primeras horas o bien pinzando el drenaje

durante 15 minutos y evacuar gradualmente

cada 500 ml., (previa consulta con el médico

y si no hay una fuga de aire importante lo que

podría agravar un neumotórax).

-Revisar las conexiones entre el tubo de

drenaje y el Pleur-evac

-Vigilar cámara de sello de agua. Oscilación

y/o burbujeo.

-Vigilar la permeabilidad del tubo: Puede

obstruirse o acodarse.

-Mantener siempre el sistema de drenaje

vertical y por debajo del nivel del tórax del

paciente.

-Control de constantes y signos y síntomas

del paciente.

Cuidados diarios

-Observar la cantidad y características del

líquido drenado, marcando en la cámara de

recogida el nivel y la hora de medición.

-Medición del débito, ya sea aéreo o líquido

por el tubo.

-Registro en la gráfica de constantes del

paciente, o en la Hoja de Cuidados, de la

permeabilidad, salida de aire, cantidad y

aspecto del débito.

-Cura diaria de la zona de punción con suero

fisiológico y Betadine, vigilando la aparición

de signos de infección, edema, exudado,

crepitación, etc.

-Durante la vigilancia diaria se debe valorar

la presencia de enfisema subcutáneo que debe

ser comunicada al médico y tranquilizar a los

pacientes. Es importante cuando se realiza la

cura diaria de los drenajes pleurales evitar los

acodamientos o compresión al colocar los

esparadrapos, por lo que aconsejamos la

orientación del drenaje hacia delante.

-Vigilar el punto de fijación del drenaje para

evitar que éste se salga.

-Evitar tracciones y acodamientos con las

movilizaciones del paciente o en los

traslados.

-Atender las necesidades de aseo,

movilización y confort del paciente, evitando

que el catéter se salga, se acode, o que el

Pleur-Evac se eleve por encima del tórax del

paciente.

-Tener a mano dos pinzas de “clamp” por si

se produce cualquier desconexión.

El tubo de tórax no debe pinzarse en ningún

caso, excepto: cuando se cambie la unidad de

drenaje, para intentar localizar una fuga

aérea, para valorar la retirada del tubo.

162

CUIDADOS DE CATÉTER CENTRAL

-Evaluar presencia de sangrado, edema,

desplazamiento, dolor, síntomas referidos

sobre sitio de punción.

- Para la higiene de manos se deben utilizar

cualquiera de las soluciones utilizadas para

tal fin.

- Cuidados del sitio de inserción: la

frecuencia de curación del sitio de inserción,

cuando se utilice gasa sujeta con cinta

adhesiva es cada 48 horas y cada vez que la

curación se observe sucia, húmeda/mojada, o

despegada.

- Para la curación del sitio de inserción el

operador deberá tener el cabello recogido,

colocarse guantes estériles

-Para la cobertura del sitio de inserción se

utilizará alguno de los siguientes métodos:

gasa estéril seca, sujeta con cinta adhesiva,

apósito transparente estéril, botón de gasa

estéril seca sobre sitio de punción y apósito

transparente estéril.

-Colocar En pacientes diaforéticos, refiere el

uso de gasas sujetas con cinta adhesiva.

- El sitio de inserción debe permanecer seco.

Evitar aplicar ungüentos, cremas etc.

-Evitar el uso de solventes orgánicos como

acetona, éter, etc.

-La frecuencia de curación del sitio de

inserción, cuando se utilice apósito

transparente es cada 7 días y cada vez que la

curación se observe curación se observe

sucia, húmeda/mojada o despegada.

-En pacientes que tengan tubo orotraqueal,

lateralizar la cabeza hacia el lado contrario al

sitio de inserción.

-Lavar la vía y retirar los restos de sangre del

catéter y las llaves de tres vías, luego de

obtenida la muestra.

-Limpiar el área de la mesada destinada a la

preparación de medicamentos y desinfectarla

con alcohol 70%.

-Preferir el uso de los saches de doble puerto.

-Para diluir o cargar medicación de frascos

ampollas, desinfectar el tapón de goma antes

de punzar.

-Para cargar medicación de ampollas,

desinfectar previamente el área de corte con

alcohol 70%.

-La conexión con el sistema de infusión debe

realizarse en forma aséptica, evitando tocar

superficies contaminadas.

-En caso de contar con saches de un solo

puerto, recordar desinfectar el puerto con

alcohol 70% al igual que las hojas de las

tijeras.

CUIDADOS DE CÁNULA

TRAQUEOSTOMA

Las cánulas de traqueostomía son tubos

curvos, que constan de un tubo externo, uno

interno y obturador. El obturador se utiliza

para introducir la cánula externa, se retira una

vez que ésta es colocada. El tubo o cánula

externa tiene cintas para sujeción. El tubo o

cánula interna se encuentra dentro de la

cánula externa que se puede retirar para

realizar su limpieza durante breves periodos

(algunas cánulas no tienen este tubo y se les

llama cánula simple). Las cánulas de

traqueostomía con globo se utilizan

especialmente cuando el paciente se

encuentra conectado a un respirador, al inflar

el globo que permite mantener el tubo en el

sitio y evita la aspiración de secreciones

orofaríngeas y el escape de aire entre el tubo

y la tráquea.

-Lavarse las manos.

-Valoración y registro de las cifras de signos

vitales (considerar la oportunidad de colocar

monitor de signos vitales).

-Al cambiar la cánula emplear la técnica

aséptica estricta.

-Mantener la integridad de la zona de

traqueostomía libre de traumatismos e

infección, y especialmente libre de

secreciones.

-Valorar el estado del estoma, enrojecimiento,

edema, datos de infección y hemorragia.

-Realizar la aspiración de secreciones de

tráquea y faringe (con la técnica adecuada).

-Explicar el procedimiento al paciente y así

lograr mayor cooperación.

-Colocarlo en posición de Fowler, si no está

contraindicado para el paciente.

-Utilizar la técnica estéril para colocar y

preparar el material de curación, solución

para irrigación y antiséptica.

163

-Colocar una compresa estéril bajo la

traqueostomía (sobre el pecho del paciente).

-Colocarse las lentes de protección, tapabocas

y guantes (guantes desechables).

-Retirar el apósito de la cánula de

traqueostomía y desecharlo de acuerdo a lo

establecido en la NOM 087-ECOL-1995.

-Quitarse los guantes (desechables) y

eliminarlos conforme a la NOM 087 ECOL-

1995.

-Colocarse los guantes estériles.

-Realizar la asepsia del extremo de la cánula

con gasas estériles impregnadas con solución

antiséptica (utilizando las reglas básicas de

asepsia y repitiendo el procedimiento).

-Colocar el apósito de la traqueostomía.

-Cambiar las cintas de la cánula de

traqueostomía, de preferencia contar con

ayuda de otra persona para que con las manos

dotadas con guantes estériles sujete y

mantenga el tubo de traqueostomía en su sitio

mientras se cambian las cintas (puede haber

expulsión accidental de la cánula si el

paciente tose o se mueve). De no ser posible

la ayuda, las cintas limpias deberán ser atadas

antes de retirar las sucias.

164

CAPÍTULO 17

ROL DE ENFERMERÍA EN

PATOLOGÍAS OBSTÉTRICAS

CÓDIGO AZUL OBSTÉTRICO

Dra. Nereida Quintero

Médico Especialista en Anestesiología

La cesación abrupta de las funciones

cardíacas se llama paro cardiorrespiratorio y

el código azul es la respuesta organizada al

paro cardiorrespiratorio. En la mujer

embarazada esto ocurre en una relación de

1:30.000 con unos índices de mortalidad altos

por sus condiciones fisiológicas y anatómicas

con compromiso de la vía aérea, el sistema

circulatorio lo cual dificulta el éxito de la

reanimación. Series reportan tasas de

sobrevida materna de solo un 7%, debido a

cambios fisiológicos que dificultan el éxito de

las maniobras de reanimación básica y

avanzadas.

Los cambio más importantes en la

embarazada y que afectarían el éxito dela

reanimación son:

Cambios respiratorios: mucosas de la vía

aérea ingurgitadas y friables, apertura glótica

más estrecha, hemidiafragmas elevados,

pared torácica ensanchada con costillas

aplanadas, mamas hipertróficas, ventilación

minuto elevada, aumento en el consumo de

oxígeno, disminución en la distensibilidad

torácica, disminución en la capacidad residual

funcional, mayor riesgo de hipoxia al entrar

en apnea.

Cambios cardiovasculares: disminución en la

presión arterial diastólica, compresión aorto-

cava por el útero grávido (luego de la semana

20 con síndrome de hipotensión supina)

Cambios gastrointestinales: incompetencia

del esfínter gastroesofágico, mayor riesgo de

regurgitación y broncoaspiración.

Causas de colapso materno y paro cardiaco en

la embarazada

Causas obstétricas: hemorragia, trastornos

hipertensivos, síndrome HELLP, enfermedad

cardiaca, embolismo de líquido amniótico,

cardiomiopatía periparto.

Causas no obstétricas: embolismo pulmonar,

sepsis severa - shock séptico, enfermedad

cardiaca, toxicidad por anestésicos locales,

trauma.

ABORDAJE DE LA PACIENTE

EMBARAZADA

La mejor maniobra para reanimar al feto es

reanimar efectivamente a la madre.

Seguir la cadena de supervivencia de

reanimación cerebro-cardio-pulmonar. En el

2014 se publica el Consenso de la Sociedad

de Anestesia Obstétrica y Perinatología

(SOAP) que adopta estas recomendaciones y

las complementa con nuevas

recomendaciones de estudios realizados luego

del 2010: La RCCP tiene cinco eslabones: 1)

Activación del código 2) RCP básica precoz,

3) desfibrilación precoz, 4) RCP avanzada, y

5) cuidados posresucitación conocido como

los eslabones de la cadena de supervivencia.

La activación de un protocolo que permita

aplicar de manera organizada estos cinco

eslabones en medicina de emergencia y

reanimación se denomina código azul.La

activación del código azul alertando equipo

quirúrgico para posible realización de

Cesárea de emergencia (Cesárea perimorten).

CABDE PRIMARIO

C: CIRCULACIÓN

Ante la ausencia del pulso carotideo se

inician se inician compresiones torácicas en

ciclos de 30 compresiones por cada 2

respiraciones durante 2 minutos. Si se ha

colocado un dispositivo avanzado para la vía

aérea, las compresiones son asincrónicas

respecto a las ventilaciones: se darán mínimo

165

100 -120 compresiones por minuto y una

ventilación cada 6 segundos, manteniendo

desviación manual del útero. En caso de

colocación de almohadas se recomienda la

colocación de tabla rígida entre la gestante y

la cama para aumentar la efectividad de las

compresiones. Una técnica de masaje

cardiaco inadecuada puede desencadenar

hemorragias intratorácicas por fracturas

costales que normalmente no ocurrirían.

Realizar las compresiones torácicas 3 cm.

más arriba del punto esternal tradicional

debido a los cambios torácicos inducidos por

el desplazamiento de los contenidos pélvicos

y abdominales hacia arriba.

A: ABRIR LA VÍA AÉREA:

Colocar la gestante en la posición adecuada;

para este fin disponemos de dispositivos

como la tabla de Cardiff que permite inclinar

la materna a 30 grados y evitar la compresión

aorto cava y sus efectos hemodinámicos

adversos. Habitualmente no se dispone de la

tabla de Cardiff de manera rutinaria en los

servicios

obstétricos, en cuyo caso nos apoyamos con

almohadas para desviar el útero al menos 15°

o realizamos desplazamiento manual del

útero. En el contexto de trauma estas

maniobras podrían empeorar lesiones de

columna lumbar y en esta situación la

movilización debe ser en bloque asistidos por

tablas espinales rígidas. Se abre la vía aérea

con la maniobra frente-mentón si no hay

trauma o subluxación mandibular en el caso

de trauma.

B: BUENA VENTILACIÓN

Se utiliza un dispositivo BVM con alto flujo

de O2. Al realizar las ventilaciones se debe

constatar que el tórax se expande

simétricamente y realizando Maniobra de

Sellick (presión cricoidea) con desviación

manual del útero grávido para disminuir la

compresión aorto-cava. Se da una ventilación

cada 5 segundos si la paciente tiene pulso

hasta la colocación de un dispositivo

avanzada para la vía aérea. Si no hay pulso se

van a dar 30 compresiones y dos

ventilaciones, cada una de un segundo. Se ha

discutido la efectividad de la maniobra de

Sellick. Sin embargo, aparentemente evita la

dilatación gástrica por la insuflación,

comprime el esófago para protegerlo de

broncoaspiración. La recomendación es

realizarla con los dos pulgares, estabilizar la

tráquea con el dedo índice y aplicar una

fuerza de unos 40 Newton, que es la fuerza

necesaria para sentir dolor al comprimir el

puente nasal. La maniobra se detiene cuando

se haya intubado a la paciente.

166

D: DESFIBRILACIÓN

Fije el monitor, evalúe ritmo, desfibrile si está

indicado. Al monitorizar a las pacientes

podemos encontrar cuatro ritmos de paro: la

fibrilación ventricular, la taquicardia

ventricular sin pulso, la actividad eléctrica sin

pulso y la asistolia. Los dos primeros se

desfibrilan con 360 joules si es un monitor

monofásico y 200 joules si es bifásico. La

desfibrilación no está contraindicada en la

embarazada, las palas se colocan en el mismo

sitio (ápex y esternón) tampoco el uso de un

DEA.

RCP AVANZADA

C: Establecimiento de accesos venoso y

administración de medicamentos. Se realiza

monitorización del ritmo, continuar con las

compresiones y se inicia el uso de fármacos.

La utilización de uno u otro fármaco

dependerá del tipo de ritmo de paro: en

fibrilación ventricular y en taquicardia

ventricular sin pulso se desfibrila con una

carga de 360 joules si es un monitor

monofásico o 200 joules si es bifásico.

Inmediatamente después de la descarga se

inician las compresiones y cada dos minutos

se analizará el ritmo. Se ordenan bolos de 250

cc de SSN o LR, se inicia con adrenalina 1

mg IV c / 3 minutos o Vasopresina 40 U IV

dosis única la cual suple la primera o segunda

dosis de adrenalina. Si estas arritmias son

resistentes a las descargas, se suministran 300

mg de amiodarona (la AHA hasta hoy

recomienda después de la tercera descarga),

Y se repiten 150 mg en 5 minutos. Si se logra

retorno a la circulación espontánea se

suministra un goteo de 1 mg/minuto por 6

horas y luego 0,5 mg/min por 18 horas (guía

2010) sin sobrepasar los 2,2 gr en 24 horas.

En caso de presencia de línea isoeléctrica, se

debe realizar protocolo de línea isoeléctrica

(verificando los cables, verificando la

correcta ubicación de electrodos o parches o

realizando rotación de las paletas y

cambiando la derivada y dándole ganancia al

trazado). Una vez realizado el protocolo de

línea isoeléctrica, si ésta persiste se le

denomina asistolia. Para la asistolia o la

actividad eléctrica sin pulso, al ser ritmos de

paro no desfibrilables, se reaniman y se

ordena canalizar una vena si no la tiene,

iniciar infusión de bolos de 250 cc de SSN o

LR, administrar adrenalina mg IV c/3

minutos o Vasopresina 40 U IV dosis única

en reemplazo de la primera o segunda dosis

de adrenalina.

A: asegurar vía aérea intubación

endotraqueal. En comparación con la mujer

no embrazada, la incidencia de la vía aérea

difícil es unas 10 veces más. Se debe realizar

una adecuada Preoxigenación con BVM por

un minuto con O2 al 100% y alto flujo,

barriendo nitrógeno y dejando los alvéolos

con O2 al 100% para mejorar la tolerancia a

la apnea en el momento de la intubación,

manteniendo siempre la presión cricoidea. Se

recomienda usar mangos cortos del

laringoscopio como los STUBBY ya que no

chocan con las manos del reanimador.

Los tubos endotraqueales deben ser de un

diámetro menor por el edema de las mucosas

y glotis de la gestante especialmente en las

pre-eclámpticas ya que ellas tienen aún más

edema de la glotis. Se deben tener métodos

alternativos para manejo de la vía aérea como

dispositivos supraglóticos e infraglóticos

como máscaras laríngeas convencionales,

Fastrach, o Proseal. .

B: Verificación de la intubación y fijación

del tubo endotraqueal

Una vez intubada, se debe verificar una

excursión simétrica y auscultar en 5 puntos.

Si hay capnógrafo, medir CO2 espirado. Se

realiza fijación del tubo y proporcionar O2 al

100%. Una vez intubada, se da una

ventilación cada 6 segundos y compresiones

asincrónicas mínimo 100 – 120 por minuto.

D: Diagnóstico diferencial

Hay que determinar las causas que llevaron al

paro cardiorrespiratorio. Para ello recordar las

H´s y las T´s. Cabe recordar que se deben

167

identificar las causas y dar tratamiento

inmediato. El interrogatorio a familiares y un

adecuado examen a la gestante nos ayudan a

identificar las causas.

Las H´s son:

Hipoxia

Hipo/Hipercalemia

Hipotermia

Hidrogeniones (acidosis)

Hipovolemia

Hipoglicemia: la AHA excluyó la

hipoglicemia de las H´s. Sin embargo, se

debe pensar en cada paciente con alteración

del estado de conciencia por lo cual una

glucometría sería indicada en cada paciente.

Las T´s son:

Taponamiento Cardiaco

Trombosis Pulmonar

Trombosis Coronaria

Tabletas, Tóxicos

Neumotórax a Tensión

Trauma: debido a que el manejo del trauma

es diferente, la AHA excluyó el trauma de las

T´s. Sin embargo, se debe pensar como

mecanismo multifactorial que puede llevar a

una gestante al paro.

HISTEROTOMIA DE EMERGENCIA

(CESAREA PERIMORTEN)

En el embarazo, el paro cardiorrespiratorio es

una tragedia y se transforma en un reto para

el profesional que lo afronta.

Afortunadamente es un evento poco frecuente

y los mejores resultados mundiales se

evidenciaron cuando se toman medidas en los

primeros 5 minutos. Katz propuso el término

histerotomía de emergencia en vez de cesárea

perimorten y así lo recomienda la AHA y la

asociación americana del corazón. Katz ha

reportado mayor cantidad de casos (269).

Después de la semana 20 de gestación la

compresión aorto-cava del útero lleva a

efectos adversos hemodinámicos, por lo cual

la histerotomía se ha planteado como medida

para mejorar la oportunidad de sobrevida

materno y mejorar la sobrevida neonatal

dependiendo de la edad del feto. Entre 1986 y

2004, Katz y cols recibieron 38 reportes de

cesárea perimorten a los 4 minutos del paro

cardiaco ante medidas inefectivas de RCP.

Las dificultades en la determinación de

realizar o no la histerotomía perimorten

dependen de la edad gestacional ya se debe

considerar la viabilidad del feto por lo cual el

criterio de los neonatólogos es importante

para determinar el límite de viabilidad.

Adicional a esto, independiente de la

viabilidad, se deben siempre considerar los

cambios hemodinámicos en la madre debido

al crecimiento y compresión del ´putero sobre

otras estructuras. El problema mayor es tener

un centro hospitalario con protocolos

establecidos al respecto, equipo

multidisciplinario y recursos logísticos para

su realización. La recomendación es realizar

la extracción del feto antes de los 5 minutos

de ocurrido el paro. En la siguiente tabla se

refieren los porcentajes de sobrevida.

La recomendación actual adoptada por la

American Heart Association es: «si en 4

minutos del paro no obtiene respuesta,

prepárese para realizar la cesárea en el

próximo minuto». El médico de urgencias o

terapia intensiva tiene el deber de verificar la

posibilidad de sobrevivencia de la madre

principalmente y del feto sólo en casos

puntuales para realizar el procedimiento.

Debido a los cambios propios del embarazo,

el síndrome de compresión útero cava ocurre

después de las 20 semanas de gestación y

desencadena una disminución del retorno

venoso a la circulación derecha/gasto

cardiaco; también aparecen otros cambios

como la disminución de la capacidad residual

funcional, el aumento del consumo de O2 y

de la ventilación por minuto, lo que expone a

la madre a un mayor riesgo de hipoxia. Hacia

la semana 32, encontramos el punto máximo

de los cambios relacionados con la gestación:

aumento en el gasto cardiaco de 32 al 50%,

aumento de la frecuencia cardiaca, de la

entrega tisular de oxígeno, y un consumo de

30% del gasto cardiaco por parte del útero

grávido (vs 2% en la mujer no embarazada);

168

todo esto explica la rapidez de aparición de

un paro cardiorrespiratorio en una gestante

hipóxica y la razón por la que la realización

de la cesárea ayudará a recuperar un ritmo de

perfusión (25 al 56% del gasto cardiaco

regresará a la circulación central, simulando

una transfusión). La experiencia mundial

indica que realizar una reanimación en una

gestante de término es extremadamente

difícil, pues las compresiones torácicas más

efectivas son las realizadas en posición

supina. Bajo condiciones óptimas, las

compresiones torácicas proveen menos de un

tercio del gasto cardiaco normal. En una

embarazada, el síndrome de compresión útero

cava reduce el gasto cardiaco en otros dos

tercios, por lo que realizar compresiones

torácicas en una gestante en las mejores

circunstancias, proporcionará sólo 10% del

gasto cardiaco normal. Debido a esto, las

compresiones torácicas deben efectuarse a

27° de inclinación lateral izquierda, lo que

mejora el retorno venoso. Sin embargo, se

pueden realizar las maniobras de tracción

uterina como lo indican las líneas de

reanimación de la American Heart

Association de 2010. En neonatos mayores de

36 semanas con encefalopatía hipóxico-

isquémica moderada a severa se instaura en

las primeras 6 horas de vida y se mantiene

por 72 horas la hipotermia inducida con

temperaturas corporales entre 33,5 a 34,5 °C.

Luego se realiza el recalentamiento y se ha

demostrado que neonatos en quienes se ha

realizado tal práctica presentan menor

mortalidad y mejor neurodesarrollo a los 18

meses.

ROL DE ENFERMERÍA EN CÓDIGO

ROJO OBSTÉTRICO

Nereida Quintero

El “código rojo” consiste en crear un

esquema de trabajo organizado, de tal manera

que cuando se presente una hemorragia

obstétrica le permita al equipo asistencial

seguir los pasos indicados sin desviarse del

objetivo, trabajar de manera ordenada y

coordinada, y que pueda ser replicado en cada

situación específica, logrando así disminuir la

morbimortalidad generada por esta causa.

Definición de hemorragia posparto

Se considera hemorragia posparto si se

presenta alguna de las siguientes situaciones:

Pérdida estimada de más de 500 cm3 de

sangre en el posparto o más de 1.000 cm3

poscesárea o menor con signos de choque.

Pérdida de todo el volumen sanguíneo en 24

horas.

Sangrado mayor a 150 cm3/min.

Pérdida del 50% del volumen en 20 minutos.

Descenso del hematocrito mayor o igual al

10%.

Tipos de hemorragia posparto

durante las primeras 24 horas del periodo

posparto, generalmente en las dos primeras

horas, es la más frecuente y grave.

horas y las 6 semanas del posparto, con una

frecuencia entre el 5 y 10% de los partos.

Clasificar el choque

Cuando se activa un código rojo en baja

complejidad se debe alertar al operador de

radio, enfermera jefe, primer y segundo

médico, auxiliares de enfermería, laboratorio

clínico.

Cuando se activa un código rojo en mediana

y alta complejidad se debe alertar al

ginecólogo, anestesiólogo, segundo médico,

enfermera jefe, auxiliares de apoyo,

laboratorio clínico, camillero, banco de

sangre.

Minuto 0: activación

La institución debe tener un sistema de

activación que permita al personal enterarse

inmediatamente de la emergencia.

Determinar sensorio, perfusión, pulso,

presión arterial y oximetría.

Minuto 1 a 20: reanimación

-Oxígeno por cánula a 3 L/min (nivel de

evidencia 2, grado de recomendación B).

-Canalizar 2 venas calibre grueso, catéter 14

o 16.

-Tomar muestras (CH, hemoclasificación, TP,

TPT, fibrinógeno).

-Iniciar infusión de 500 mL de cristaloides

calientes y continuar con bolos de 300 a 500

169

cm3 de acuerdo con la respuesta

hemodinámica.

-Pasar sonda vesical a cistoflo para drenaje

vesical y cuantificar diuresis.

-Realizar masaje uterino bimanual (nivel de

evidencia 2, grado de recomendación C).

-Revisión uterina bajo anestesia general:

establezca diagnóstico etiológico

(Nemotecnia 4 Ts).

-Aplicar medicamentos de primera línea:

oxitocina, misoprostol, metilergonovina

− Oxitocina: a 40 U diluidas en 500 mL de

cristaloides (para pasar en 4 horas a 125

mL/hora) (9) (nivel de evidencia 1).

− Metilergonovina amp. x 0,2 mg: 1 ampolla

IM (10) (nivel de evidencia 1).

− Misoprostol tabletas x 200 mcg 5 tabletas

intrarrectales (11,12).

-Evite la hipotermia: utilice sábanas o mantas

precalentadas y todos los cristaloides

adminístrelos calientes

20-60 minutos: estabilización

-Conservar volumen circulante.

-Atonía uterina: masaje uterino permanente

-Usar oxitocina, misoprostol o

metilergonovina con dosis adicionales de

acuerdo con criterio clínico.

-El ácido tranexámico se debe administrar en

dosis de 1 g por vía IV cada 6 horas, mínimo

4 dosis, en las siguientes situaciones:

− Hemorragia posparto secundaria a

traumatismo del canal del parto.

− Sospecha de trastornos de la coagulación

por historia clínica.

− Hemorragia posparto que no ceda al manejo

médico después de la aplicación de las

medidas iniciales

Enfermero jefe

- Ubicación: lado izquierdo de la paciente.

-Aplicar y registrar medicamentos de primera

línea sin solicitar orden médica escrita o

verbal.

-Colocar sonda vesical a cistoflo.

-Supervisar las funciones del personal

auxiliar de enfermería.

-Aplicar y registrar medicamentos de segunda

línea de acuerdo con orden verbal-del médico

jefe.

-Administrar hemoderivados

Auxiliar 1 de enfermería

-Canalizar segunda vía de acceso venoso

calibre 14 o 16.

-Tomar muestras sanguíneas.

-Pasar Lactato de Ringer 500 cm3 en bolo,

caliente, y continuar infusión de acuerdo con

la orden verbal del médico jefe.

Auxiliar 2 de enfermería

-Diligenciar las órdenes de laboratorio.

-Marcar los tubos de muestra y garantizar que

lleguen al laboratorio.

-Ordenar por escrito los hemoderivados de

acuerdo con la indicación verbal del-

ginecólogo.

- Anotar los eventos con registro de tiempo

en el formato de activación de código rojo.

Auxiliar 3 de enfermería

-Suministrar canasta de código rojo.

- Llamar a laboratorio, camillero,

anestesiólogo, segundo médico, enfermera

jefe, demás personal necesario.

-Calentar líquidos.

- Recibir la sangre solicitada.

-Suministrar los elementos adicionales

necesarios.

170

CAPÍTULO 18 INTELIGENCIA EMOCIONAL.

MANEJO DE ESTRÉS EN LA UCI

El trabajo en enfermería, inserto en las

instituciones de salud, está sometido a una

diversidad de cargas que son generadoras de

desgaste. En contrapartida, el trabajo también

se constituye en fuente de placer y

satisfacción, lo que potencializa las

capacidades humanas en la promoción de

salud y vida. La preocupación por el

sufrimiento y el placer en el trabajo de los

profesionales de Enfermería surgió con

cuestiones relativas a la forma como estos

profesionales conseguían soportar trabajo tan

desgastante, principalmente por la necesidad

de convivir con el sufrimiento, dolor y la

muerte de modo tan frecuente.

Quizás la mayoría de las situaciones descritas

anteriormente se puedan referir a la

Enfermería en general, pero es que en la UCI

concurren algunas circunstancias que agravan

la situación. El estrés de origen laboral se

debe a la interacción entre múltiples factores

de riesgo e incluye aquellos que provienen

del ambiente físico, trastornos de las

funciones biológicas, el contenido y

organización del trabajo, y diversos

componentes psicosociales, tanto laborales

como extra laborales.

Uno de los grupos profesionales más

afectados por el estrés en sus labores diarias

lo conforma el personal de enfermería, en

parte, por la gran responsabilidad que asumen

en la atención del paciente, pero creemos más

aún los enfermeros de servicios de alto

riesgo, quienes tienen a su cargo pacientes en

estado crítico, teniendo en cuenta que en cada

momento el paciente está entre la vida y la

muerte, siendo el personal de enfermería

quien está en permanentemente contacto con

los pacientes y las situaciones que lo rodean.

El estrés de origen laboral se debe a la

interacción entre múltiples factores de riesgo

como los que provienen del: ambiente físico,

trastorno de las funciones biológicas, el

contenido y la organización del trabajo, y

diversos componentes psicosociales, tanto

laborales como extra laborales.

Para Selye el estrés es un estado del cuerpo

producido por diversos agentes nocivos, y

que se manifiestan por un Síndrome de

cambios. Denominó a los agentes que

producen estas alteraciones “Agentes

productores de Tensión” y acuñó el nombre

“síndrome general de adaptación” para el

síndrome o grupo de cambios que denotan la

presencia de reacción general de alarma en el

cuerpo, o estrés, el cual comprende 3 fases:

1-Reacción de alarma: La reacción de

alarma busca generar una respuesta rápida,

intensa y limitada en el tiempo, con el objeto

de resultar exitoso básicamente en el plano de

lo físico. El cuerpo moviliza recursos para

hacer frente al estrés agregado. En esta etapa,

el ritmo cardíaco se incrementa y se secretan

las hormonas del estrés, como la adrenalina,

noradrenalina, epinefrina y cortisona. Los

siguientes gráficos están referidos a la

respuesta fisiológica del organismo ante un

estímulo considerado, estresor, amenazante o

de alarma

2. Resistencia: Los cambios que ocurrieron

durante la etapa de alarma desaparecen

durante esta etapa, los agentes productores de

tensión pueden alterarse o alarmarse, pero

pronto nos adaptamos a ellos con buenos

resultados.

3-Agotamiento o fatiga: Los recursos del

organismo disminuyen, lo que puede

provocar consecuencias adversas como

enfermedad severa e incluso la muerte, en

caso de que el estrés no disminuya. Se

desarrolla cuando la reacción general de

alarma ha sido extremadamente grave o

cuando se prolonga demasiado.

De acuerdo con la Organización Mundial de

la Salud el estrés es definido como el

“conjunto de reacciones fisiológicas que

preparan el organismo para la acción”.

Entonces definimos estrés como el proceso

que se inicia ante un conjunto de demandas

ambientales que recibe el individuo, a las

cuáles debe dar una respuesta adecuada,

poniendo en marcha sus recursos de

171

afrontamiento. Cuando la demanda del

ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva

frente a los recursos de afrontamiento que se

poseen, se van a desarrollar una serie de

reacciones adaptativas, de movilización de

recursos, que implican activación fisiológica,

emocional, mental y comportamental.

El Síndrome de Burnout (SB) se define como

la respuesta al estrés laboral caracterizado por

el cansancio emocional, la despersonalización

y la bajan realización personal, la

desmotivación, el desinterés, el malestar

interno o la insatisfacción laboral. “En

Colombia, dos de cada tres trabajadores

refieren estar expuestos a factores

psicosociales durante la jornada laboral

completa, a los que se suman factores de este

tipo a nivel externo al lugar del trabajo

(demasiado tiempo para llegar al lugar de

trabajo, violencia en la zona donde queda

ubicado su trabajo, no hay mucho tiempo de

descanso). Entre un 20% y un 33%

manifestaron sentir altos niveles de estrés”.

El síndrome de Burnout consta de 4 fases:

Fase de entusiasmo: Se caracteriza por el

gran potencial de energía que tiene el

trabajador para desempeñar sus funciones,

sobre todo en la etapa inicial de su vida

laboral.

Fase de estancamiento: El profesional

reduce su ritmo de trabajo para darle más

importancia a su vida personal y privada.

Fase de frustración: En este periodo el

trabajador empieza a realizar una evaluación

para conocer si su esfuerzo y trabajo es

económicamente bien remunerado. Pueden

aparecer síntomas emocionales, fisiológicos y

conductuales.

Fase de apatía: Es una etapa considerada

como un mecanismo de defensa ante la

frustración, la persona se encuentra

desanimada de su trabajo, se niega a los

cambios, y lo único que anhela es estabilidad

laboral que le compense la insatisfacción

laboral.

Los pacientes que presentan síntomas de

Burnout se ha visto que padecen un

agotamiento físico, psicológico y emocional.

Se tornan con actitud fría y despersonalizada

frente a los demás, y un sentimiento de

inadecuación para las tareas que han de

realizar. Como se mencionó anteriormente,

este síndrome presenta tres dimensiones:

Cansancio emocional (CE): Es la primera

fase del proceso que consiste en la reducción

progresiva de la energía y el sentimiento de

no poder dar más de sí mismo a nivel

afectivo. Incluye síntomas como pérdida de

energía, agotamiento físico y psíquico y una

sensación de estar al límite. Puede contener

síntomas semejantes a los que presentaría un

paciente con un trastorno depresivo, lo cual

es fundamental reconocer y diferenciar para

adoptar medidas pertinentes.

Despersonalización (DP): Para protegerse, el

individuo desarrolla actitudes negativas frente

a los demás, sentimientos y actitudes frías,

hostiles hacia los pacientes y colegas,

especialmente hacia los beneficiarios del

propio trabajo, mostrándose distanciado y

cínico, utilizando etiquetas despectivas hacia

los demás o tratando de culparles de sus

frustraciones.

Baja realización personal (RP): Se refiere a

la sensación de inadecuación personal y

profesional para ejercer el trabajo. Implica

sentimientos de incapacidad, baja autoestima

e ideas de fracaso. Pérdida de la confianza en

sí mismo y autovaloración negativa, los

trabajadores se sienten insatisfechos con los

resultados de su trabajo.

MANIFESTACIONES POR

ACTIVACIÓN FISIOLOGICA

Mirada hiperalerta: Puede ocurrir dificultad

para leer (enfocar de cerca), mareos cefaleas.

Cuello tenso: Cefaleas tensionales,

contracturas.

Espalda tensa: Dolores, contracturas.

Oídos hiperalertas: “sobresalto”, zumbidos,

mareos, vértigos (oído interno).

Garganta: disfonía

Corazón: taquicardia, palpitaciones.

Arterias: presión elevada

Pulmones: sensación de ahogo (disnea).

Brazos y piernas: calambres, contracturas,

temblores.

172

General: escalofríos, sudoración.

Sistema digestivo: nauseas, vómito, diarreas,

dolor de estómago, acidez, sequedad de boca

etc.

Sistema urinario: deseos de orinar.

Sistema sexual: dificultades en la erección,

impotencia. Dispareunia

Sistema endocrino: aumento de azúcares y

grasas en la sangre, entre otros.

También se producen en el sistema

inmunitario, en la coagulación de la sangre,

en la fluidez de las membranas celulares, y

muchos otros; principalmente si la activación

se prolonga en el tiempo.

MANIFESTACIONES EMOCIONALES

Ansiedad: Necesidad de pasar a la acción,

Inquietud, nerviosismo, Necesidad de que

“algo” suceda, que acabe la “espera”

Angustia: Sensación de que uno será

superado por la situación, Opresión en el

pecho, Deseos de llorar, Nudo en la garganta.

Enojo/ira: Irritabilidad; furia descontrolada,

Deseos de gritar, golpear, insultar etc.

Temor: Miedo, deseo de partir y dejar todo,

Pánico, “parálisis”, etc.

MANIFESTACIONES MENTALES

Preocupación excesiva

Dificultad para tomar decisiones

Dificultad para concentrarse

MANIFESTACIONES

COMPORTAMENTALES

Llanto fácil

Realización de movimientos repetitivos

Movimientos rítmicos de manos y piernas.

Rascarse

Tocarse, etc.

Incremento de actividades como:

Fumar, comer, beber

Moverse y hacer cosas sin finalidad concreta

(como un “tigre enjaulado”)

Dificultad para expresarse verbalmente

(puede aparecer tartamudeo)

ESTRÉS LABORAL

El estrés de origen laboral, puede afectar la

calidad de vida y la productividad, no sólo

porque compromete la salud de los

trabajadores sino también el sistema

económico de una institución. La sobrecarga

crónica los trabajos excesivamente rutinarios

y bajo presión, pueden producir estados de

fatiga crónica y actitudes de pasividad o

alienación. Las consecuencias económicas y

sociales del estrés de origen laboral son

importantes, aumentan año a año,

generalmente determinados por crecientes

índices de ausentismo, baja productividad,

accidentes profesionales, aumento del lucro

cesante, cambio de funciones, y la incidencia

sobre la salud mental y física de los

individuos, que si bien podrán ser

cuantificados por los gastos en salud o

internaciones son en realidad invalorables,

por cuanto la calidad de vida y la vida en sí

misma no deberían transformarse en índices.

Tipos de estrés laboral

Episódico: es aquel que se presenta

momentáneamente, es una situación que no se

posterga por mucho tiempo y luego que se

enfrenta o resuelve, desaparecen todos los

síntomas que lo originaron, un ejemplo de

este tipo de estrés es el que se presenta

cuando una persona es despedida de su

trabajo.

Crónico: es aquel que se presenta de manera

recurrente cuando una persona es sometida a

un agente estresor de manera constante, por

lo que los síntomas de estrés aparecen cada

vez que la situación se presenta y mientras el

individuo no evite esa problemática el estrés

no desaparecerá. Se presenta en las siguientes

circunstancias:

Ambiente laboral inadecuado: son los

llamados estresores del ambiente físico y

responden a uno o a todos los siguientes

factores: falta de luz o luz muy brillante,

ruido excesivo o intermitente, vibraciones,

aire contaminado, alta o baja temperatura.

Sobre carga de trabajo: es el estrés por

sobrestimulación. Se presenta por exigencias

psicosensoriales violentas, simultáneas,

numerosas, persistentes y variables. Exigen

una adaptación fuera de límite normal y

genera tensión nerviosa, fatiga, irritabilidad,

crisis de decisión, ansiedad, confusión,

embotamiento, desconcentración.

173

Alteración de ritmos biológicos: es el estrés

que se produce al alterar las constantes

biológicas determinadas por el ritmo

circadiano determinado a su vez por las

secreciones hormonales, los ciclos del sueño

y el ritmo metabólico. Requiere un alto

esfuerzo adaptativo, generando irritabilidad,

además de provocar modificaciones en la

vida social, conyugal y sexual. Se presenta

por lo general en trabajadores nocturnos y el

personal de salud.

Responsabilidades y decisiones muy

importantes: es el estrés del personal

jerárquico o con grados de responsabilidad

que asume y no le compete. Se debe a los

casos en los cuales las responsabilidades son

numerosas y variables; la tensión psicológica

se presenta como continua; se está sometido a

la búsqueda constante de la eficacia pues así

lo exige el resultado del trabajo y sobre todo

porque exige una adaptación a situaciones

nuevas. Es frecuente que quienes lo padecen

acumulen factores de riesgo e inadecuación

familiar y social por falta de tiempo y

agotamiento físico.

Estimulación lenta y monótona: es el estrés

por subestimulación. Se produce por la falta

de estímulo normal y fisiológico de los

sentidos y del pensamiento independiente. Se

presenta, por ejemplo, en el trabajo rutinario

y automatizado que no permite la creatividad

y el pensamiento independiente.

Condiciones laborales inadecuadas: nos

referimos aquí a las causas de estrés en el

personal no calificado, que comprenden entre

otros: alimentación inadecuada e insuficiente,

ausencia de perspectivas de progreso, pocas

posibilidades de recreación, inestabilidad

laboral, consecuencias del estrés laboral.

La enfermera de cuidados intensivos debe ser

el miembro del equipo más informado del

estado general del paciente, de los cambios,

su evolución, adquiriendo por ello

responsabilidades importantes. Al asumir

estas responsabilidades, no deben olvidar que

su labor se inserta dentro de un marco legal y

una institución, dónde hay normas internas de

funcionamiento y competencias que limitan y

regulan su autonomía e iniciativa laboral.

Pero en muchas oportunidades se las presiona

por diferentes situaciones a tomar

determinaciones sobre el paciente fuera de

sus competencias profesionales y legales. En

estos ambientes de alta exigencia, donde no

hay espacio para el error, se tiende a realizar

un amplio análisis de las equivocaciones

cometidas por el personal de enfermería,

recibiendo refuerzos positivos

ocasionalmente.

En la UCI los estresores del ambiente físico

adicionales son:

Iluminación: no es lo mismo trabajar en turno

nocturno que en el diurno.

Ruido: trabajar con alarmas continuamente,

puede afectar no sólo al oído, sino al

desempeño de trabajo.

Estresores de la tarea: el estrés generado

varía de unas personas a otras, ya que las

características de cada tarea y de lo que

genera en los profesionales va en función de

lo que gusta o no hacer. Cuando la tarea se

adecua a las expectativas y a la capacidad del

profesional, contribuye al bienestar

psicológico y supone una importante

motivación.

Entre estos estresores se encuentran:

Carga mental o de trabajo: es el grado de

movilización de energía y capacidad mental

que el profesional pone en juego para

desempeñar su tarea.

Control sobre la tarea: ocurre cuando no se

controla la tarea, es decir cuando las

actividades a realizar no se adecuan a

nuestros conocimientos.

Contacto constante con el dolor, la agonía y

muerte del paciente.

Estresores de la organización: los más

importantes son los siguientes:

Conflicto y ambigüedad del rol: ocurre

cuando hay diferencia entro lo que espera el

profesional y la realidad de lo que le exige la

organización. Por ejemplo: tiempo de

descanso, relaciones interpersonales, sentirse

observado, recibir órdenes contradictorias etc.

Jornada de trabajo excesiva: produce desgaste

físico y mental e impide al profesional a

hacer frente a las situaciones estresantes.

174

Relaciones interpersonales: como por

ejemplo un profesional desequilibrado

emocionalmente dificulta la relación entre

todos sus compañeros.

Promoción y desarrollo profesional: si las

aspiraciones profesionales no se

corresponden con la realidad por falta de

valoración de méritos, se puede generar una

profunda frustración apareciendo el estrés.

Atención del burnout en la empresa

De acuerdo con los modelos organizacionales

de interacción social y cognitivos, es

importante considerar algunos factores como

medidas generales para evitar el riesgo del

síndrome, aunque quizá el factor más

relevante es la capacitación y comprensión de

este, como primer paso por parte de las

empresas, para luego proceder con otros

factores. Algunos elementos de atención son

los siguientes:

-Revisión constante de los objetivos

laborales, con el fin de determinar que estos

sean realistas y alcanzables por el personal.

Esto, a su vez, debe ir de la mano de la

revisión de los métodos para la evaluación del

desempeño, las descripciones de trabajo y las

cargas de trabajo, de preferencia haciendo

partícipe al trabajador.

-Establecimiento de mecanismos de

contratación que promuevan la seguridad

laboral.

-Fomento del empoderamiento de los

colaboradores, mejorando, entre otros

factores, la claridad de roles, la

retroalimentación, la capacitación, el fomento

de la toma de decisiones, la autonomía y el

autocontrol.

-Fortalecimiento de la claridad en las líneas

de autoridad y responsabilidad.

-Fortalecimiento de la creatividad y la

autonomía en el trabajo, lo cual va de la mano

con la revisión de la estructura

organizacional, los procedimientos, los

niveles de enriquecimiento de puesto y la

revisión de los puestos mismos.

-Análisis de los niveles de estrés y carga

mental de las tareas, así como de distribución

de responsabilidad entre puestos de

trabajo.Especial atención debe darse a la

cantidad de horas extras laboradas por los

colaboradores.

-Establecimiento de mecanismos para medir

el sentimiento de equidad laboral; por

ejemplo, dentro de las evaluaciones de clima

laboral.

-Fortalecimiento del espíritu de equipo, de

cooperación y de valores que lleven a un

mejor ambiente de trabajo.

-Fortalecimiento de vínculos sociales entre

los colaboradores.

-Evaluación constante del clima y cultura

laboral, incluyendo aspectos asociados con el

burnout.

175

CAPÍTULO 19

ROL DE ENFERMERÍA EN

HEMORRAGIAS DIGESTIVAS.

NUTRICIÓN ENTERAL Y

PARENTERAL

Hemorragia digestiva alta (HDA) es la

pérdida sanguínea provocada por una lesión

localizada en algún punto del esófago,

estómago o duodeno. Su incidencia varía

según el área estudiada y entre sus causas

destacan la úlcera péptica, gástrica o

duodenal, las lesiones agudas de la mucosa

gástrica, gastritis y las varices

esofagogástricas de las cuales

desarrollaremos la exposición dada la

frecuencia en la UCI. Todos los hospitales

que atienden a pacientes de estas

características deben de disponer de

protocolos que permitan un abordaje

multidisciplinar de este problema incluyendo

la disponibilidad de un endoscopista y un

personal de enfermería entrenado para ello.

Diagnóstico de enfermería:

Para llegar al diagnóstico de HDA debe

confirmarse la existencia de sangre en el tubo

digestivo, valorar la magnitud de la pérdida y

averiguar si la hemorragia es activa. Nos

valdremos de la anamnesis, la exploración

física (con colocación de SNG y tacto rectal),

los datos analíticos y la valoración

endoscópica precoz. La hemorragia

gastrointestinal GI puede originarse en

cualquier punto desde la boca hasta el ano y

ser manifiesta u oculta. La hematemesis o

vómito en poso de café, indica un origen de la

hemorragia alto GIA, en general por encima

del ligamento de Treitz. La rectorragia indica

generalmente una hemorragia GI baja, pero

puede deberse también a un sangrado GIA

intenso, con un tránsito rápido de la sangre

por el intestino. Las melenas (deposiciones

negras y alquitranosas), señalan

habitualmente un GIA, pero un intestino corto

o una hemorragia en el colon derecho pueden

ocasionar también melenas.

Evaluación del paciente con hemorragia

digestiva

La evaluación inicial del paciente con

hemorragia debe incluir:

La confirmación de su existencia.

La valoración de su cuantía y su repercusión

hemodinámica.

La anamnesis de los antecedentes que puedan

involucrarse en su etiología o influir en su

pronóstico.

Pruebas básicas de laboratorio.

CUIDADOS DE ENFERMERIA:

Encaminados a prevenir el shock

hipovólemico

-Monitorización del paciente

-Canalizar dos venas periféricas de gran

calibre o prepararse para catéter central

-Toma de signos vitales

-Tomar muestras para gases arteriales,

hemograma completo, electrolitos y glucemia

-Pruebas cruzadas para posible transfusión

sanguínea

-Colocar sonda nasogástrica y sonda vesical

Gravedad Síntomas y signos clínicos:

HDA leve: Paciente asintomático, constantes

normales, piel normo coloreada, templada y

seca. Indica una pérdida de hasta un 10 % de

la volemia circulante.

HDA moderada: TA sistólica > 100 mmHg,

FC < 100 x', discreta vasoconstricción

periférica (Palidez, frialdad), signos

posturales negativos. Pérdida de un 10-25 %

de la Volemia.

HDA grave: TA sistólica: < 100 mmHg, FC:

100-120 x', intensa vasoconstricción

periférica (palidez intensa, frialdad,

sudoración, etc.), inquietud o agitación,

Oliguria, signos posturales positivos. Pérdida

del 25-35 % de la volemia.

HDA masiva: Shock hipovolémico, intensa

vasoconstricción periférica y colapso venoso,

Agitación, estupor o coma, anuria. Pérdida

superior al 35 % de la volemia.

NUTRICIÓN PARENTERAL

El rol de enfermería es trascendente tanto en

el logro de los objetivos de la NP como en la

disminución de las complicaciones de la

misma Considerando las complicaciones más

frecuentes de la NP, se resumen en la tabla

176

adjunta algunas pautas de monitoreo y las

posibles conductas de enfermería que de ellas

se pueden derivar. Las pautas de monitoreo y

las conductas abajo enunciadas, deben ser

evaluadas por los profesionales responsables

de la NP en cada institución y adaptadas en

cada lugar para lograr los objetivos

propuestos de la mejor manera posible.

- Lavado de manos con solución antiséptica

-Retirar la bolsa de la heladera entre 20 y 30

minutos antes de efectuar la conexión, para

que tome temperatura ambiente (Nunca

calentar con agua o de otra forma).

-Antes de conectar una bolsa de NP se debe

controlar: nombre y apellido del paciente en

el rótulo, fecha de elaboración de la bolsa y

fecha de vencimiento que figure en el rótulo,

integridad de la bolsa: nunca administrar una

bolsa de np que tenga alguna pérdida de

integridad, contenido de la bolsa. Sin lípidos,

observar la presencia de precipitados o

turbidez, en cuyo caso no administrar la bolsa

y consultar.

-Preparar todos los elementos necesarios para

la conexión

-Nunca adicionar medicamentos ni otras

soluciones a una bolsa de NP.

-Cubrir con gasa estéril seca todas las

conexiones (cateter, filtro, set de infusión,

bolsa)

-Cambiar la bolsa de NP a las 24 horas de

iniciada la infusión

-No suspender la infusión de la bolsa de NP

para realizar procedimientos o trasladar al

paciente.

-Evaluar la velocidad de infusión y/o el

aporte de glucosa (ver rótulo de la bolsa o

concentración utilizada)

-Administrar insulina según protocolo del

servicio.

-Evaluar las otras causas de hiperglucemia

(diabetes previa, administración de

corticoides, presencia de injuria o infección,

etc.)

-Consultar con el médico tratante las

conductas posteriores hipoglucemia ≤ 60

mg/dl o síntomas (sudor, desorientación,

taquicardia)

-Comprobar glucemia con tira reactiva

-Administrar glucosa hipertónica por vía EV

(10 o 25%)

-Evaluar si hubo suspensión brusca o

disminución de la infusión de la NP

-Evaluar si se administró insulina, la dosis y

la vía de administración de la misma

- Avisar de inmediato al médico tratante

-Controlar todos los ingresos de líquidos: NP,

otros fluidos EV, por sondas enterales y por

vía oral.

- Controlar los egresos de líquidos: diuresis,

SNG, drenajes, pérdidas insensibles

(cutáneas, respiratorias)

-Calcular el balance de ingreso-egreso de

líquidos

- Evaluar signos de sobrecarga hídrica:

edemas, hipertensión, taquicardia, taquipnea,

disnea.

-Evaluar signos de depleción hídrica:

oliguria, hipotensión, taquicardia, piel y

mucosas secas, sed.

-Cuando sea posible, registrar el peso del

paciente en forma periódica.

-Observar signos inflamatorios en el sitio de

inserción del catéter: dolor, inflamación o

induración local y/o supuración del sitio de

entrada

-Evaluar si hubo maniobras sobre focos

sépticos o potencialmente infectados

(curaciones, cambio de sonda vesical, etc.)

-Si el paciente presenta bacteriemia

(escalofríos, con o sin alteraciones de la TA,

del pulso y/o de la temperatura corporal),

suspender en forma escalonada

temporariamente la infusión de la NP y dar

urgente aviso al médico

-Evaluar siempre la posición del catéter, ya

sea luego de la colocación o por

desplazamientos del mismo. Ante cualquier

duda, consultar al médico para solicitar

control radiográfico de la posición.

-Nunca reintroducir un catéter desplazado,

siempre dar aviso al médico a cargo

-Identificar el lúmen exclusivo para la NP en

los catéteres de doble o triple lúmen

- Evaluar la presencia de signos de trombosis

venosa local: inflamación, edema o dolor

regional. Informar al médico de los hallazgos.

177

-Evaluar la posibilidad de obstrucción parcial

del catéter si hay alguna dificultad para la

infusión o no se obtiene retorno venoso del

mismo.

- Identificar signos inflamatorios en el área

pericatéter.

- Identificar inflamación o supuración en el

sitio de entrada del catéter

- Identificar signos cutáneos de alergia a la

tela adhesiva o parches

-homogeneidad de la solución.

-En las bolsas de NP con lípidos, observar

periódicamente si hay cambios de color o

“crema” en la superficie de la solución, o si

bien hay floculación o separación de fases

(aceite visible) de la mezcla.

- En cualquiera de los casos anteriores

suspender y colocar Dextrosa al 10% y avisar

inmediatamente al médico responsable.

NUTRICIÓN ENTERAL-Extremar las

medidas asépticas, con lavado de manos

antes, durante y después de la manipulación.

- Verificar que la dieta que se va a

administrar al paciente se corresponda con la

indicada por el médico, en cuanto a cantidad

y composición

- Seleccionar la sonda con el calibre adecuado

que se corresponda con el peso del paciente y

sus características anatómicas.

-Vigilar el nivel de conciencia.

-Mantener el sistema de aspiración cerca del

paciente.

-Comprobar la colocación de la sonda

nasogástrica o de gastrostomía antes de la

alimentación.

-Comprobar el residuo nasogástrico o de

gastrostomía antes de la alimentación.

-Evitar la alimentación, si los residuos son

abundantes.

- Administrar la dieta con la concentración y

flujo adecuado. No administrar a altas

velocidades para evitar contenido gástrico.

- Lavar la sonda con agua después de la

administración de la dieta, con el fin de evitar

la obstrucción de la misma y que se quede

impregnada en las paredes grasa

- Cambiar las sondas cada 24 ó 48 h, para

evitar el posible crecimiento bacteriano y

lesiones en la región orofaringe.

-Verificar la tolerancia de la dieta midiendo el

contenido gástrico

-Mantener al paciente en decúbito supino con

la cabeza ladeada, con una elevación de 30-

45° para evitar broncoaspiración en caso de

que ocurra regurgitación o vómito.

-Realizar fijación de la sonda en la nariz o

mejillas, para evitar la salida accidental y así

una broncoaspiración.

-Mantener la piel de la zona de la periostomía

limpia y seca. Curar con clorhexidina cada 24

horas las dos primeras semanas, dejando

colocada gasa estéril entre el cuerpo del

paciente y la ostomía. A partir de la tercera

semana, se puede realizar la limpieza con

agua.

178

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