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1 CAPÍTULO X LOS CANALES DE DISTRIBUCIÓN DEL SEGURO EN ESPAÑA M.ª Antonia Arroyo Fernández / Mercedes Sabido Rodríguez 1. MODELO DE NEGOCIO. FORMAS DE DISTRIBUCIÓN El análisis de los canales de distribución del segu- ro en España debe abordarse teniendo en cuen- ta, de un lado, la diversidad de vías de distribu- ción utilizadas; y, de otro, el contexto social, eco- nómico y jurídico, en el que se desarrollan. Los seguros privados pueden ser comercializados indirectamente, a través de mediadores, o direc- tamente por las entidades aseguradoras, bien en sus propias oficinas, a través de la telefonía, bien a través de los medios que ofrecen las tecnolo- gías de la información. La elección del canal y/o del medio a utilizar para distribuir los seguros privados está en función de la estrategia empre- sarial adoptada por la entidad aseguradora. Debe advertirse que la ordenación jurídica de este sector está siendo objeto de importantes modificaciones a través de las cuales se pretende su adaptación a los constantes cambios que pre- senta la realidad regulada. La liberalización de mercados y el afianza- miento del sistema capitalista como modelo eco- nómico del que se derivan los procesos de priva- tización y desregulación, sientan las bases y se configuran como factores detonantes del fenó- meno globalizador, en el que las empresas, en general, adquieren un papel preponderante. Esta realidad no es ajena al mercado de los seguros privados, proyectándose en distintos aspectos (algunos de los cuales son abordados en el presente Estudio) y, particularmente, en su dis- tribución. La realidad del mercado globalizado incide en la distribución de los seguros privados planteando nuevos retos a los que han de enfren- tarse todos los sujetos que en él intervienen. Las entidades aseguradoras y mediadoras deben abordar los desafíos de este mercado modifican- do sus estrategias y su forma de actuación. Las formas de distribución se amplían participando de las posibilidades que ofrecen los medios elec- trónicos. En definitiva, las necesidades del mer- cado globalizado y las tecnologías de la informa- ción influyen en las distintas formas de distribu- ción de los seguros privados. Estos datos justifican la estructura tripartita del estudio propuesto. Centrándonos en el análi- sis de los canales de distribución del seguro en España, se aborda la distribución directa, la dis- tribución indirecta y la inserción de los medios electrónicos en la distribución de los seguros pri- vados. Ahora bien, como tendremos ocasión de exponer, las necesidades derivadas de esta reali- dad no son idénticas ni en todos los ramos del seguro ni en todas las formas utilizadas para su distribución. La Orden de 24 de julio de 2001 estableció la obli- gación, para las entidades aseguradoras sometidas al control de la DGSFP, de presentar en la documentación estadístico contable anual información referida a los mecanismos de distribución del negocio, a través del modelo 23 «Canales de distribución». Dicha informa- ción se recibe antes del 10 de julio de cada año natural en referencia al último ejercicio cerrado con anteriori- dad, por lo que los datos contenidos en este informe analizan la situación del sector de la mediación duran- te 2007. (DGSFP, 2009).

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CAPÍTULO XLOS CANALES DE DISTRIBUCIÓN DEL

SEGURO EN ESPAÑA

M.ª Antonia Arroyo Fernández / Mercedes Sabido Rodríguez

1. MODELO DE NEGOCIO.FORMAS DE DISTRIBUCIÓN

El análisis de los canales de distribución del segu-ro en España debe abordarse teniendo en cuen-ta, de un lado, la diversidad de vías de distribu-ción utilizadas; y, de otro, el contexto social, eco-nómico y jurídico, en el que se desarrollan. Losseguros privados pueden ser comercializadosindirectamente, a través de mediadores, o direc-tamente por las entidades aseguradoras, bien ensus propias oficinas, a través de la telefonía, biena través de los medios que ofrecen las tecnolo-gías de la información. La elección del canal y/odel medio a utilizar para distribuir los segurosprivados está en función de la estrategia empre-sarial adoptada por la entidad aseguradora.Debe advertirse que la ordenación jurídica deeste sector está siendo objeto de importantesmodificaciones a través de las cuales se pretendesu adaptación a los constantes cambios que pre-senta la realidad regulada.

La liberalización de mercados y el afianza-miento del sistema capitalista como modelo eco-nómico del que se derivan los procesos de priva-tización y desregulación, sientan las bases y seconfiguran como factores detonantes del fenó-meno globalizador, en el que las empresas, engeneral, adquieren un papel preponderante.

Esta realidad no es ajena al mercado de losseguros privados, proyectándose en distintosaspectos (algunos de los cuales son abordados enel presente Estudio) y, particularmente, en su dis-tribución. La realidad del mercado globalizado

incide en la distribución de los seguros privadosplanteando nuevos retos a los que han de enfren-tarse todos los sujetos que en él intervienen. Lasentidades aseguradoras y mediadoras debenabordar los desafíos de este mercado modifican-do sus estrategias y su forma de actuación. Lasformas de distribución se amplían participandode las posibilidades que ofrecen los medios elec-trónicos. En definitiva, las necesidades del mer-cado globalizado y las tecnologías de la informa-ción influyen en las distintas formas de distribu-ción de los seguros privados.

Estos datos justifican la estructura tripartitadel estudio propuesto. Centrándonos en el análi-sis de los canales de distribución del seguro enEspaña, se aborda la distribución directa, la dis-tribución indirecta y la inserción de los medioselectrónicos en la distribución de los seguros pri-vados. Ahora bien, como tendremos ocasión deexponer, las necesidades derivadas de esta reali-dad no son idénticas ni en todos los ramos delseguro ni en todas las formas utilizadas para sudistribución.

La Orden de 24 de julio de 2001 estableció la obli-gación, para las entidades aseguradoras sometidas alcontrol de la DGSFP, de presentar en la documentaciónestadístico contable anual información referida a losmecanismos de distribución del negocio, a través delmodelo 23 «Canales de distribución». Dicha informa-ción se recibe antes del 10 de julio de cada año naturalen referencia al último ejercicio cerrado con anteriori-dad, por lo que los datos contenidos en este informeanalizan la situación del sector de la mediación duran-te 2007. (DGSFP, 2009).

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DISTRIBUCIÓN AGREGADA POR PRIMAS Y CANALES(Datos en millones de � )

DISTRIBUCIÓN DEL NEGOCIO POR PRIMAS Y CANALES(Datos en millones de � )

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ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA

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CARTERA DE SEGUROS INTERMEDIADA VOLUMEN TOTAL DE NEGOCIO

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CAPÍTULO X. LOS CANALES DE DISTRIBUCIÓN DEL SEGURO EN ESPAÑA

2. DISTRIBUCIÓN DIRECTA DE LOSSEGUROS PRIVADOS

2.1. MODOS DE DISTRIBUCIÓN DIRECTA

La distribución directa del seguro puede realizarsepor las entidades aseguradoras de múltiples for-mas: bien con instrumentos factuales (redes asala-riadas, venta por correo, venta por teléfono, por laacción de compra directa del tomador del seguroen una entidad de seguros o en alguna de sussucursales o delegaciones), o bien, utilizandomedios virtuales: instalaciones electrónicas ycomercio electrónico, siendo el exponente para-digmático de esta vía de distribución, el recurso aInternet. En todos los supuestos indicados, conindependencia del canal utilizado para la contra-tación del seguro, factual o virtual, el denominadorcomún a todos ellos es la ausencia de mediador.

La utilización de servicios telefónicos como ins-trumento de comercialización de los contratos deseguros privados supone un porcentaje de escasaimportancia en este mercado. La regulación deeste sector se aborda básicamente a partir de laLey 32/2003, de 3 de noviembre, General de tele-comunicaciones. En los últimos años, esta disposi-ción ha sido objeto de algunas modificaciones,efectuadas por la Ley 56/07 sobre MISI, que tie-nen como finalidad asegurar el acceso a los servi-cios telefónicos y de Internet como servicio uni-versal y garantizar que todos usuarios finales pue-dan obtener una conexión a la red pública desde

una ubicación fija y acceder a la prestación de ser-vicio telefónico. La conexión debe ofrecer al usua-rio la posibilidad de efectuar y recibir llamadastelefónicas y permitir comunicaciones de fax ydatos de velocidad suficiente para acceder a Inter-net, debiendo permitir dicha conexión comunica-ciones en banda ancha en los términos definidospor la normativa vigente. Junto a esta regulación,deben también tenerse en cuenta las disposicionesrecogidas en la Ley 22/07 sobre comercio a distan-cia a través de las cuales, se pretende la proteccióndel consumidor en el marco de los contratos deseguros privados.

La vía telefónica como medio de distribuciónde seguros privados, no sólo supone el manejo detécnicas de comunicación a distancia, con lasconsecuencias que ello implica en orden a la pro-tección del consumidor; sino particularmente eluso de un medio que no permite transmitir lascondiciones contractuales y la información previaa la celebración del contrato. Por ello, son mayo-res las exigencias tendentes a garantizar la tuteladel consumidor. En esta línea, el art. 7.3 de laLey 22/07 dispone que: «en el caso de comunica-ción a través de telefonía vocal, se observarán lassiguientes normas: a) al comienzo de toda con-versación con el consumidor se indicará clara-mente la identidad del proveedor y el fin comer-cial de la llamada iniciada por el proveedor; b)previa aceptación expresa del consumidor, sólodeberá suministrarse la información siguiente:1.º la identidad de la persona en contacto con el

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consumidor y su vínculo con el proveedor; 2.ºuna descripción de las características principalesdel servicio financiero; 3.º el precio total quedebe pagar el consumidor al proveedor del ser-vicio financiero, incluidos todos los impuestospagados a través del proveedor o, cuando no sepueda indicar un precio exacto, la base del cál-culo que permita al consumidor comprobar elprecio; 4.º indicación de que pueden existirotros impuestos o gastos que no se paguen a tra-vés del proveedor o que no los facture él mismo;5.º la existencia o inexistencia de un derecho dedesistimiento, de conformidad con el artículo 10y, de existir tal derecho, su duración y las condi-ciones para ejercerlo, incluida la informaciónrelativa al importe que el consumidor puedatener que abonar con arreglo al artículo 11; c) elproveedor informará al consumidor acerca de laexistencia de información adicional disponibleprevia petición y del tipo de información encuestión.

En relación con las vías de distribución direc-ta por las entidades aseguradoras (contacto tele-fónico, trabajadores asalariados, sucursales,medios electrónicos…) los datos estadísticosrevelan que el peso específico de este canal dedistribución difiere según se analice por separa-do el negocio de vida del de no vida. Así, segúnse deriva de los datos contenidos en el Informede la Dirección General de Seguros y Fondos depensiones relativo al año 2008, el porcentaje decaptación de primas en relación con el seguro devida de las sucursales corresponde al 5,42 porciento del total, el obtenido a través de la media-ción directa el 0,07 por cien, y el correspondien-te a otros canales, entre los que se incluye Inter-net es del 1,89 por ciento; mientras que en elseguro de no vida estos porcentajes se incremen-tan respectivamente, hasta el 16,04 por ciento,6,06 por ciento y 1,61 por ciento.

2.3. LAS AGENCIAS DE SUSCRIPCIÓN

La LMSRP acoge en su D.A. Tercera, por prime-ra vez en nuestro derecho, la figura de las agen-cias de suscripción cuyas actividades se entien-

den realizadas directamente por las entidades deseguros, por cuenta y en representación de quienactúan, sin que pueda considerarse que las activi-dades que realizan se enmarcan dentro de las demediación de seguros o reaseguros privados defi-nidas en el art. 2.1 de la propia LMSRP. En defi-nitiva, el recurso a las agencias de suscripciónpermite a las entidades aseguradoras realizar suactividad a través de un tercero, sin necesidad deestablecer sucursales o delegaciones.

A tal fin, las agencias de suscripción que quie-ran operar en España, deban presentar ante laDGSFP, antes del inicio de su actividad, el poderde representación suscrito con la entidad asegu-radora a cuyo favor pueden suscribir contratosde seguro.

Durante el año 2008, presentaron sus poderesante la DFSFP un total de 11 agencias de sus-cripción; todos correspondientes a entidadesextranjeras pertenecientes a la Unión Europea, 7de ellas para operar en España en régimen delibre prestación de servicios y, las 4 restantes, enrégimen de derecho de establecimiento median-te una sucursal en España. Al finalizar el año, lasagencias de suscripción españolas sumaban untotal de 40: 3 con poderes otorgados por asegu-radoras españolas, y 37 por entidades de otrosEstados miembro del EEE

Cada agencia de suscripción solo puede sus-cribir riesgos en nombre y por cuenta de unaúnica entidad aseguradora, aunque una mismaentidad de seguros puede otorgar poderes derepresentación a varias agencias de suscripción.

El legislador en materia de publicidad dispo-ne que las agencias de suscripción deben identi-ficarse como tales en toda la documentaciónmercantil, destacando la denominación de laentidad aseguradora o reaseguradora por cuentade la que suscriben los contratos de seguro y encuyo nombre y representación ejercen la activi-dad aseguradora.

Finalmente, se imputa a la entidad asegurado-ra o reaseguradora, la responsabilidad frente a laDGSFP y frente a la clientela, por las infraccionesde la legislación de mediación de los seguros pri-vados cometidas por la agencia de suscripción.

ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA

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No obstante, esta regulación puede ser objetode modificación en un futuro próximo, según loprevisto en el Anteproyecto de Ley de EconomíaSostenible, que contempla la derogación de estaDisposición Adicional y la modificación del TextoRefundido de la Ley de Ordenación y Supervi-sión de los Seguros Privados, aprobado por elReal Decreto Legislativo 6/2004, de 29 de octu-bre, mediante la introducción de un artículo 86bis en el que se ofrecerá una nueva regulaciónpara esta figura.

3. DISTRIBUCIÓN INDIRECTA:MEDIADORES

3.1. CONSIDERACIONES GENERALES

La mediación en el sector de los seguros priva-dos, persigue el acercamiento de la clientela a lasredes de distribución del asegurador con la fina-lidad de conseguir la estipulación de contratosde seguros. Por ello, esta actividad constituye unade las piezas claves del mercado asegurador enEspaña; importancia práctica acreditada, segúndatos de la Dirección General de Seguros y Fon-dos de Pensiones (en adelante, DGSFP), que, ensu informe de 2008, revela que más del ochentapor ciento del negocio del seguro se lleva a caboa través de mediadores (agentes, banca-seguros ycorredores).

La promulgación de la Directiva 2002/92/CE,de 9 de diciembre, del Parlamento Europeo y delConsejo, sobre mediación de seguros, establecelas bases para la armonización de la actividad demediación de seguros en el ámbito comunitario,estableciendo un marco jurídico único para ejer-cer actividades de mediación en todo el ámbitode la Unión Europea. Su Exposición de Motivos,refleja los objetivos de la norma: dotar de unmarco regulador a nuevas formas de mediación ydispensar la adecuada protección al consumidorde seguros quien, ante el tecnicismo del seguro yla habitual falta de transparencia de las asegura-dores, necesita del valor añadido de la interven-ción del mediador que garantice su adecuadatutela en este ámbito.

La necesaria transposición de esta Directiva anuestro ordenamiento reveló la necesidad deintroducir en la Ley 9/92, importantes modifica-ciones. Por otra parte, la evolución experimenta-da en los últimos años en la actividad de media-ción en seguros privados, determina la apariciónde algunas prácticas no previstas en la normativaentonces vigente, ello unido a la consolidaciónde nuevas formas de mediación en el mercadoasegurador, así como la necesidad de superar lasdeficiencias puestas de manifiesto en los años devigencia de la ley 9/1992, de 30 de abril, fueroncircunstancias que, aconsejaron la elaboración deuna nueva Ley. En este contexto, se promulga ennuestro País la vigente Ley 26/2006, de 17 dejulio, de mediación de seguros y reaseguros pri-vados (BOE núm. 170, de 18 de julio).

La ley 26/06 mantiene el esquema básico queintrodujo en nuestro ordenamiento la Ley deMediación de 1992 diferenciando, entre agentesde seguros y corredores de seguros, si bien ofre-ce una delimitación más clara de los mediadores,e introduce, como novedad relevante, en la tipo-logía de mediadores una figura muy consolidadaen la práctica: el operador banca-seguro, al tiem-po que regula con mucho más detalle, con lafinalidad de uniformar en el ámbito de la UniónEuropea los presupuestos exigibles a todos losintermediarios, aspectos como su honorabilidad,capacitación y solvencia financiera, estableciendoel marco legal adecuado para hacer realidad elprincipio de libre establecimiento.

De otra parte, la finalidad tuitiva que informaesta disposición, se proyecta en la necesidad deaumentar la transparencia en la informaciónpotenciando los deberes de los mediadores; en lacreación de un Registro único o central demediadores a cargo de la Dirección General deSeguros y Fondos de Pensiones; y en la obligaciónimpuesta a los mediadores de disponer de unservicio de atención al cliente o defensor del ase-gurado como vías extrajudiciales de resoluciónde conflictos.

No obstante, el citado Anteproyecto de Ley deEconomía Sostenible, prevé algunos cambios queafectarán, en mayor o menor medida, al estatuto

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jurídico de estas figuras así como al régimen jurí-dico de los auxiliares externos.

3.2. CONCEPTO DE MEDIACIÓN Y CLASESDE MEDIADORES

Al analizar la mediación como canal de distribu-ción del seguro privado, es necesario, en primertérmino, perfilar su concepto. El legislador identi-fica en el art. 2 LMSRP dicha actividad, con la rea-lizada por las personas físicas y jurídicas que, acambio de una remuneración, realicen «actividadesconsistentes en la presentación, propuesta o realizaciónde trabajos previos a la celebración de un contrato deseguro o de reaseguro, o de celebración de estos contra-tos, así como la asistencia en la gestión y ejecución dedichos contratos, en particular en caso de siniestro».

Este concepto, abarca tanto la mediación en elseguro directo, cuanto la mediación en el ámbitodel reaseguro aunque existen diferencias sustan-ciales en cuanto a la labor realizada por el media-dor en ambos supuestos: Mientras que en elseguro directo, la actividad del mediador se diri-ge a propiciar el acercamiento entre los tomado-res de seguros y las aseguradoras con el fin deformalizar el contrato, en el reaseguro el inter-mediario ayuda a la entidad aseguradora que lonecesita, por motivos de solvencia o de estabili-dad empresarial, a encontrar cobertura reasegu-radora, en este supuesto, es la aseguradora la quese convierte en tomadora del contrato de rease-guro. Así, el reaseguro constituye un gran riesgoque por efecto del contrato de seguro se distri-buye entre las aseguradoras. Por este motivo, elcorredor de reaseguros aunque actúa comomediador, las peculiaridades del reaseguro, reco-nocidas tanto a nivel legislativo como contrac-tual, justifican que también la LMSRP los regulede forma diferenciada en su Capítulo II del Títu-lo II, frente al resto de mediadores a los que ellegislador dedica una regulación conjunta en elCapítulo I del Título II. La razón de esta separa-ción se encuentra en el deseo del legislador dereducir, en virtud de la singularidad del contratoque distribuyen estos mediadores, el número eintensidad de obligaciones incluidas en su estatu-

to profesional, teniendo en cuenta que, en elsupuesto del contrato de reaseguro, es la entidadde seguros, no necesitada de una especial protec-ción, la que asume el papel de tomador en elcontrato, frente a lo que sucede en el resto desupuestos, en los que el mediador desempeña unpapel fundamental en la protección de los inte-reses de los consumidores. Este hecho justifica,además, que nuestro estudio se centre funda-mentalmente en este tipo de mediadores. Laspeculiaridades del reaseguro, cuyo contenido esfundamentalmente disciplinado en virtud de laautonomía de la voluntad de los contratantes,aconsejan que el estudio de la mediación en estecampo se realice también de forma separada yconjuntamente con el análisis del reaseguro quese aborda en otro apartado de este estudio.

La LMSRP en el Capítulo I del Titulo II, bajola denominación genérica de mediadores deseguros, conserva la distinción, ya establecida porla Ley de 1992, entre agentes de seguros, de unaparte, y corredores de seguros de otra. Siendo lanota diferencial entre ambos tipos de mediadoresel grado de imparcialidad, independencia y pro-fesionalidad que caracteriza al corredor de segu-ros, incrementando las exigencias ya contenidasen la derogada Ley de Mediación de 1992.

En relación con los agentes de seguros, laLMSRP diferencia entre agentes exclusivos, yagentes vinculados creados ex novo por estetexto legal.

Cuando el agente de seguros es una entidadde crédito o una sociedad mercantil controlada oparticipada por esta, que celebra un contrato deagencia con una o varias entidades aseguradoraspara ejercer la actividad de mediación en segurosprivados, la LMSRP atribuye a esta forma demediación de nueva creación, la denominaciónde operador banca-seguro que puede ser, a suvez, exclusivo o vinculado.

La LMSRP permite que todos los mediadoresde seguros puedan utilizar para desempeñar suactividad auxiliares externos que, sin ser media-dores en sentido jurídico, colaboran con losmediadores, actuando por su cuenta, en la distri-bución de productos de seguros.

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Finalmente, para determinar de forma preci-sa el régimen jurídico aplicable a cada tipo demediador de seguros ha de tenerse en cuenta, almargen de lo dispuesto con carácter general enla LMSRP, la normativa autonómica dictada endesarrollo de la LMSRP, orientada a desarrollarlas bases de ordenación y las competencias deejecución asumidas en materia de ordenación ysupervisión por las CCAA.

3.3. OBLIGACIONES GENERALES DELMEDIADOR DE SEGUROS PRIVADOS:SU ESTATUTO JURÍDICO

El mediador de seguros privados, en su condi-ción de empresario mercantil está sometido alrégimen de obligaciones de los empresarios mer-cantiles pero, el mediador de seguros privadosgoza de un estatuto jurídico propio que se traduceen el cumplimiento singular de una serie de debe-res para actuar como tal en el mercado de seguros.

Con carácter general, todos los mediadoresestán obligados a cumplir una serie de requisitoscomunes de formación profesional adecuada,honorabilidad y solvencia económica, así como ins-cribirse en un registro administrativo especial demediadores de seguros, corredores de reaseguros yde sus altos cargos previstos en el art. 52 LMSRP.

Estas exigencias profesionales mínimas apare-cen detalladas en el art. 6 LMSRP bajo la rúbrica«obligaciones generales» aunque hay que tenerpresente que, de un lado, a lo largo del articula-do el legislador introduce también presupuestosaplicables con carácter general a todos los media-dores y, de otro, que en función de cada tipo demediador, el legislador introduce un singularrégimen de cumplimiento.

3.3.1. Deber de información, inscripción yasesoramiento

Esta obligación aparece expresamente en el art.6.1 LMSRP. La dicción literal del preceptoimplica que el mediador asume en todo caso,(salvo en los seguros de grandes riesgos, en cuya

mediación no es obligatorio el deber de infor-mación del mediador). la obligación de infor-mar y asesorar con carácter previo a la celebra-ción del contrato, y durante la vigencia del con-trato de seguro. En este caso, el asesoramientodel mediador ira referido a todo cambio quepueda ser transcendente para la dinámica delcontrato (modificaciones legislativas que inci-dan en el contrato de seguro, incrementos deprima por alteraciones de la siniestralidad,reducciones de prima por envejecimiento de losobjetos asegurados, etc.).

Con anterioridad a la perfección del contratoel mediador informará al potencial tomadorsobre su identidad, haciendo mención expresa asu propia naturaleza (art. 6.3 LMSRP) para queel consumidor pueda valorar su grado de inde-pendencia (art. 42. 1 LMSRP). La DGSFP, deacuerdo con lo dispuesto en el art. 3.2 de laDirectiva 2002/92/CE y en el art. 52.2 LMSRP, haestablecido un punto único de información en suweb oficial: www.dgsfp.meh.es/Mediadores.asp,para facilitar al consumidor el acceso a los datosregistrales del mediador que les oferta o inter-media un contrato, garantizándole que se tratade un mediador supervisado y, por tanto, quecumple todos los requisitos legales para el ejerci-cio de esta actividad. Además, para garantizar latransparencia, el legislador impide que el media-dor utilice una denominación concreta cuandono posea esa categoría de mediador (art. 7.2LMSRP)

Todo mediador debe reflejar en toda su publi-cidad y documentación mercantil (art. 6.3, concarácter general y singularmente arts 22, 25.3,33.1 y 37.1 LMSRP), la expresión relativa a suclase así como también, el número con que apa-rece inscrito en el Registro especial al que hacereferencia el art. 52, para que el consumidorpueda comprobar con quien está contratando, yevitar que puedan actuar como intrusos en laactividad de mediación personas que no esténinscritas en el registro administrativo correspon-diente (obligación ex art. 6.4 LMSRP). La crea-ción de este registro único, regulado en el art. 52LMSRP, permite realizar a la DGSFP, a quiencorresponde su llevanza, una labor de supervi-

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sión sobre el acceso y la permanencia en la acti-vidad, pues la inscripción es obligatoria paratodos los mediadores. Igualmente, habrá dereflejarse la extinción del contrato con el asegu-rador.

Para acreditar el cumplimiento de este deberde información veraz y suficiente en la promo-ción, oferta y suscripción del contrato de seguro,la LMSRP obliga al mediador a que entregue alcliente en fase precontractual (excepcionalmenteautoriza el legislador que este documento seentregue al tomador junto con la póliza), porescrito o en soporte duradero, –y cumpliendo elresto de exigencias a que alude individualizada-mente el art. 43 LMSRP– un informe donde seacredite que el seguro ofertado responde a lasnecesidades y exigencias del cliente y que lasopciones realizadas por el mediador se adecuana la solicitud planteada por el cliente (art. 42.5LMSRP).

Este deber de información del mediador cul-mina con la necesidad de dar cuenta al cliente delos procedimientos de reclamación contra elmediador dado que el art. 44 LMSRP, siguiendoel mandato contenido en los arts. 10 y 11 de laDirectiva 2002/92, obliga a los mediadores deseguros, así como a las entidades aseguradorasen nombre de sus agentes, para hacer efectiva laprotección del consumidor en este ámbito, aatender y resolver las quejas y reclamaciones queel cliente pueda presentar. El estudio de estacuestión se realiza en el capítulo siguiente dedi-cado a la solución de conflictos.

3.3.2. El mediador en su condición de depositario

Esta obligación del mediador aparece expresa-mente contenida en el art. 6.2 LMSRP cuandoindica que «el mediador de seguros se considera-rá, en todo caso, depositario…»

Pese a la diversa naturaleza de las figuras decorredor y agente, el legislador atribuye a ambosla condición de depositarios del asegurador. Asíse deduce del art. 55.2 LMSRP que, en su apar-tado s), incluye como infracción muy grave «el

retraso o la falta de remisión por el corredor deseguros al asegurador de las cantidades entrega-das por el tomador del seguro, en concepto depago de la prima, cuando, con arreglo a lo pre-visto en el art. 26.4 dicha conducta deje al asegu-rado sin cobertura del seguro o le cause un per-juicio». Al pertenecer, en todo caso, las primas ala entidad aseguradora se establece por la Leyque responden, en igualdad de condición, comodepositarios, tanto los agentes en sus múltiplesmanifestaciones, como los corredores.

La practica determina que la circulación delas cantidades objeto de depósito se canalice através de la domiciliación bancaria de los recibos,para el caso de las primas, o mediante la transfe-rencia bancaria, en el supuesto de las indemniza-ciones.

El ámbito de aplicación del precepto hacereferencia, tanto a las primas entregadas por eltomador, cuanto a las indemnizaciones pagadaspor el asegurador para entregárselas al cliente.Circunstancia que determina, los supuestos enlos que surge la responsabilidad del mediadorcomo depositario cuando las cantidades no lle-guen a su destino. Así, la conducta del mediador,en caso de impago, puede dar lugar, según lascircunstancias concurrentes, a un delito de apro-piación indebida o de estafa. Desde el punto devista civil, la responsabilidad del mediador deseguros se agrava por su condición de deposita-rio debiendo responder de los menoscabos,daños y perjuicios que puedan sufrir las cosasdepositadas por su malicia o negligencia, y de losque provengan de la naturaleza o vicio propio delas cosas, si no hizo todo lo necesario para evitar-los (307 C. de c.).

3.4. REQUISITOS PROFESIONALESMÍNIMOS DEL MEDIADOR DESEGUROS

3.4.1. Requisitos de formación

El Capítulo III del Título II de la LMSRP bajo elepígrafe Cursos de formación y pruebas de aptitud enmaterias financieras y de seguros privados, hace refe-

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rencia al deber que corresponde a todos losmediadores de cumplir unos requisitos comunesde formación profesional, a fin de acreditar, losconocimientos necesarios para el ejercicio de lasfunciones propias de los profesionales de estesector, su formación y reciclaje continuos. Laslíneas generales que deben cumplir los cursos yprogramas de formación exigidos por el art. 39de la LMSRP, se han concretado, cumpliendo elmandato contenido en la Disposición Adicional11ª de dicho Texto normativo, mediante la reso-lución de la Dirección General de Seguros y Fon-dos de Pensiones de 28 de julio de 2006.

Partiendo de este deber de formación, comúna todos los mediadores de seguros y de reaseguros,personas que formen parte de las redes de distri-bución de los operadores de banca-seguro, yempleados y auxiliares de los mediadores de segu-ros y reaseguros que participen directamente e lamediación de seguros y reaseguros privados, ellegislador establece, en función de cada tipo demediador, una formación previa diferenciada.

El contenido y duración de los cursos de for-mación y de las pruebas de aptitud, se concretaen el punto 2 de la citada resolución, conforme atres categorías:

GRUPO A. Se exigirá un curso de formación,que tendrá una duración estimada de 500 horas,o alternativamente, la superación de unas prue-bas de aptitud en materias financieras y de segu-ros privados a las personas físicas agentes deseguros vinculados, corredores de seguros ycorredores de reaseguros, así como al menos a lamitad de las personas que integran el órgano dedirección de las personas jurídicas, agentes deseguros vinculados, operadores de banca-segurosvinculados, corredores de seguros y corredoresde reaseguros y, en todo caso, a las personas queejerzan la dirección técnica de todos ellos, queacrediten los conocimientos adecuados para elejercicio de sus funciones ante la autoridad desupervisión competente. (art. 39 LMSRP y punto2 resolución DGSFP de 28 de julio de 2006).

La Disposición Adicional 5ª LMSRP estableceque la superación del curso de formación o prue-ba de aptitud se entienden cumplidos presentan-

do el ya derogado Diploma de Mediador deSeguros Titulado exigido por la legislación ante-rior.

GRUPO B: Se exigirá un curso de formación,que tendrá una duración estimada de 200 horas,a los agentes de seguros exclusivos personas físi-cas; al menos la mitad de las personas que inte-gran la dirección de las personas jurídicas agen-tes de seguros exclusivos, al menos a la mitad delas personas que integran el órgano de direcciónde los operadores de banca-seguros exclusivos y,en todo caso, a quienes ejerzan la dirección téc-nica de todos ellos; a las personas que integrenlas redes de distribución de los operadores debanca-seguros y a los empleados de los corredo-res de seguros y de reaseguros que asuman fun-ciones de asesoramiento y asistencia a los clientesy participen directamente en la mediación de losseguros o reaseguros.

En este caso, es la entidad aseguradora quecontrata quien responde del cumplimiento de losrequisitos de formación del agente u operadorbanca-seguros; a este fin están obligadas a de-sarrollar un programa de formación continua,bajo la supervisión de la DGSFP (arts. 16 y 21.3e) LMSRP).

GRUPO C: Se exigirá un curso de formación,que tendrá una duración estimada de 50 horas alos auxiliares externos de los mediadores deseguros o de reaseguros y a los empleados decualquier clase de mediador de seguros o rease-guros que realicen funciones auxiliares de capta-ción de clientes o de tramitación administrativa,sin prestar asesoramiento ni asistencia a los clien-tes en la gestión, ejecución o formalización decontratos o en caso de siniestro.

Por su parte el punto 3 de la resolucióncomentada indica que los cursos de formación semodularán en función de los conocimientos pre-vios que acredite el candidato a mediador, lo quepermitirá la reducción y en su caso, la exenciónde realizarlo. La normativa establece también unrégimen de derechos adquiridos al declararexentos del requisito de formación previa a todosaquellos que acrediten la realización de laboresde mediación en el grupo al que se pretenda

CAPÍTULO X. LOS CANALES DE DISTRIBUCIÓN DEL SEGURO EN ESPAÑA

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acceder, con anterioridad a la entrada en vigorde la LMSRP.

El legislador ha obviado, en este punto, lassingularidades del reaseguro que quizá, deberíanhaberse recogido también a nivel formativo

Adicionalmente, todos los mediadores –(arts.21.3 e), 25.2 c) y 27.1 g) LMSRP y apartado 8 dela resolución DGSFP)– a excepción de agentesexclusivos y corredores de reaseguros–, habránde participar en programas de formación conti-nua que aseguren su constante reciclaje. EstePlan de Formación debe adjuntarse por el media-dor de seguros, como parte de la documentaciónque la normativa le obliga a presentar parapoder acceder al Registro.

La organización de los cursos de formación(art. 39.2 in fine LMSRP), puede atribuirse a lasorganizaciones más representativas de los media-dores de seguros y de las entidades aseguradoras,así como a cualquier universidad, pública o pri-vada, siempre que se solicite previamente a laDGSFP y se comprometa la entidad organizado-ra a emitir los correspondientes certificados acre-ditativos. Con los mismos presupuestos, laLMSRP, atribuye en el art. 64.6 dicha competen-cia al Consejo General de los Colegios de Media-dores de Seguros.

3.4.2. Honorabilidad comercial y profesional

El art. 10.1 LMSRP recoge, por mandato de laDirectiva 2002/92, que en su art. 4.3 hace refe-rencia al deber de gozar de buena reputación, elconcepto de honorabilidad comercial y profesio-nal, que concurre «en quienes hayan venidoobservando una trayectoria personal de respeto alas leyes mercantiles o otras que regulen la activi-dad económica y la vida de los negocios, asícomo a las buenas prácticas comerciales, finan-cieras y de seguros»

Al objeto de concretar y aclarar en la prácticala noción de honorablildad, apartado 4 del pro-pio precepto, menciona varios supuestos en losque no concurre la referida exigencia de honora-bilidad en el mediador.

3.4.3. Seguro de responsabilidad civil y capacidadfinanciera

En materia de responsabilidad civil, en relacióncon el agente exclusivo, el art. 18 LMSRP, impu-ta a la entidad aseguradora con la que hubiesecelebrado el contrato, la responsabilidad civilprofesional derivada de su actuación y la de susauxiliares externos, así como la administrativa,derivada de las infracciones cometidas de lalegislación sobre mediación de seguros privados.

Los agentes vinculados, (art. 21 LMSRP puntoh) ) deben acreditar la estipulación de un segurode responsabilidad civil profesional o cualquierotra garantía financiera que cubra, en todo elterritorio del Espacio Económico Europeo, lasresponsabilidades que pudieran surgir cuandomedie negligencia profesional. Requisito no exi-gible, cuando las entidades aseguradoras con lasque vaya a celebrar contrato de agencia de segu-ros asuman, cada una de forma limitada a loscontratos de seguros intermediados por ella, laresponsabilidad civil profesional derivada de suactuación.

Al operador banca-seguro le será de aplica-ción, uno u otro régimen, según su condición deexclusivo o vinculado.

Finalmente, el art. 27.1 e) LMSRP, se remiteexpresamente al art. 21 para determinar el régi-men aplicable a los corredores de seguros y, enidénticos términos para el corredor de seguros elart. 35 LMSRP.

En todos los supuestos, la cuantía del seguro deresponsabilidad civil profesional, (DisposiciónTransitoria 3ª LMSRP)- hasta tanto dichas cifrasno sean determinadas reglamentariamente-será deal menos un millón de euros por siniestro y, ensuma, un millón y medio de euros para todos lossiniestros correspondientes a un determinado año.

Por lo que respecta al presupuesto de la capa-cidad financiera, la LMSRP exige a todos losmediadores que dispongan de un nivel de sol-vencia económica, aunque la exigencia varía enfunción de cada tipo de mediador.

En referencia al agente exclusivo, es la enti-dad aseguradora que le contrata quien asumirá

ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA

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las consecuencias económicas de su actuación. Elagente vinculado, (art. 21.3 g) debe acreditar quedispone de una capacidad financiera que debe,en todo momento, alcanzar el cuatro por cientodel total de las primas anuales percibidas, exi-gencia no aplicable, a los agentes vinculados quehayan pactado que los recibos de prima se abo-nen por la clientela directamente a través dedomiciliación bancaria en cuenta corriente de lasentidades aseguradoras, así como aquellos en losque el agente vinculado ofrezca al tomador unacobertura inmediata entregando el recibo emiti-do por el asegurador y, en ambos supuestos, lasindemnizaciones de la entidad aseguradora seentregarán directamente por esta a los tomado-res de seguros, asegurados o beneficiarios.

Estas directrices generales se encuentransometidas al desarrollo reglamentario previstoen la Disposición Transitoria 2ª, pero mientrascristaliza dicha previsión, la Disposición Transi-toria 3ª determina que esta capacidad financierano podrá ser inferior a quince millones de eurosque puede acreditarse mediante la suscripción deun aval emitido por una entidad financiera, o unseguro de caución.

Al operador banca-seguros le será de aplica-ción este requisito, de una u otra forma, segúnsea exclusivo o vinculado.

El mismo requisito es exigido por el art. 27.1f) a los corredores de seguros, que no será deaplicación cuando no manejan fondos de susclientes.

3.5. OTRAS EXIGENCIAS COMUNES

3.5.1. Comunicación previa al inicio de la actividad

La Exposición de Motivos de la LMSRP, disponeque la incorporación a nuestro ordenamiento dela Directiva 2002/92/CE «responde a la necesidad deestablecer un marco legal comunitario que permita alos mediadores de seguros ejercer libremente en toda laUnión, con la finalidad de contribuir al correcto fun-cionamiento del mercado único de seguros…».

En este marco, el art. 40 LMSRP, siguiendo lodispuesto en el art. 6 de la citada Directiva, esta-blece una exigencia de mera comunicación pre-via para que cualquier mediador de seguros resi-dente o domiciliado en España y que se encuen-tre inscrito en el Registro Especial Administrati-vo de laDGSFP, pueda ejercer su actividad encualquier otro país de la Unión Europea tanto enrégimen de libertad de establecimiento como enrégimen de libre prestación de servicios.

Comunicado este propósito a la DGSFP, yaportados los documentos que acrediten el man-tenimiento de los requisitos exigidos para el iniciode la actividad de mediación en el sector seguros,ésta en el plazo máximo de un mes, lo pondrá enconocimiento de la autoridad de control del Esta-do o Estados miembros de acogida, y lo comuni-cará asimismo al mediador solicitante quien, en elplazo de un mes posterior a la comunicación,podrá ejercer libremente su actividad.

El art. 40.3 LMSRP impone a la DGSFP, laobligación de informar a la autoridad competen-te del Estado miembro de acogida sobre la can-celación de la inscripción de un mediador deseguros o reaseguros en el Registro administrati-vo especial, y sobre cualquier sanción firme omedida impuesta sobre el mediador que com-porte dicha cancelación; así como la facultad defacilitar a petición de las autoridades de controlde los Estados miembros de la Unión Europea, lainformación que considere pertinente.

En correspondencia con la habilitación conte-nida en el art. 40 LMSRP, el art. 65 del propiotexto legal permite a los mediadores de otrosestados miembros de la Unión Europea actuar enEspaña, en régimen de libertad de estableci-miento o de libre prestación de servicios «…unmes después de la fecha en que las autoridades compe-tentes del Estado miembro de origen le hayan informa-do de que han comunicado a la DGSFP su intenciónde ejercer la actividad de mediación de seguros enEspaña». Estos mediadores (art. 66 LMSRP),podrán ser sancionados por la autoridad desupervisión de su país si bien, se encuentranigualmente sometidos, a la supervisión de laDGSFP, facultada por el art. 67 LMSRP, para

CAPÍTULO X. LOS CANALES DE DISTRIBUCIÓN DEL SEGURO EN ESPAÑA

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adoptar las correspondientes medidas de inter-vención.

3.5.2. Colegiación y régimen disciplinario

El Capítulo VII LMSRP bajo el título «De los Cole-gios de Mediadores de Seguros y de su Consejo Gene-ral», se integra por un único precepto: el art. 64que configura a los Colegios de Mediadores,como Corporaciones de Derecho Público, conpersonalidad jurídica y plena capacidad de obrarpara el cumplimiento de sus fines: la representa-ción de la actividad de mediación y la defensa delos intereses corporativos de los colegiados deter-minando que, la incorporación a los mismostiene carácter voluntario.

El derecho subjetivo a la colegiación corres-ponde ( art. 64.4 LMSRP) a quienes figuren ins-critos en el Registro Administrativo de Mediado-res y reúnan las condiciones señaladas estatutaria-mente. Precisión que incluye, desde la entrada envigor de la LMSRP, a los corredores de reasegurosy a los mediadores de seguros y reaseguros deotros estados miembros de la Unión Europea queoperen en territorio español en régimen de libreprestación de servicios o en régimen de libertadde establecimiento, y excluye la posibilidad decolegiación a los auxiliares externos que al, notener jurídicamente la consideración de mediado-res, quedan al margen de la inscripción en elRegistro administrativo especial de la DGSFP.

Finalmente, el apdo. 6 del art. 64 LMSRP atri-buye a los Colegios de mediadores de seguros ladeterminación de su ámbito territorial, que en laactualidad suele ser provincial, al tiempo quedetermina que corresponde al Consejo General,de ámbito nacional, la organización de las prue-bas previstas en al art. 39 del propio texto legal,para acreditar la formación pertinente de cara alacceso de la actividad, bajo la supervisión de laDGSFP, en colaboración con las CCAA compe-tentes que podrán designar representantes en lostribunales que las juzguen.

El art. 54 LMSRP, atribuye a las aseguradoras,mediadores de seguros y a quienes ejerzan cargos

de administración o dirección en ellas, una respon-sabilidad administrativa en el desempeño de susfunciones que puede dar lugar a las correspondien-tes sanciones, quedando a este objeto sometidos a laconstante supervisión de la Administración.

La potestad sancionadora de la Administra-ción General del Estado en relación con losmediadores de seguros, se estructura en los arts.55 y 56 LMSRP que, respectivamente, regulan lasinfracciones y sanciones.; quedan al margen losagentes de seguros exclusivos y los operadoresbanca-seguro exclusivos, no sometidos al controldirecto de la DGSFP, la asumiendo la asegurado-ra que los contrata la correspondiente responsa-bilidad administrativa (art. 18 LMSRP).

En relación con las infracciones, el art. 55LMSRP se acoge a la tradicional clasificación tri-partita: infracciones muy graves, graves y leves.Dicho precepto menciona 23 infracciones admi-nistrativas muy graves, 9 graves y una sola infrac-ción leve que el legislador conceptúa de formamuy genérica al identificarla en el apdo. 4 delart. 55 LMSRP con «los incumplimientos ocasionaleso aislados de normas reglamentarias sobre mediaciónde seguros y reaseguros privados o con incumplimientode los requisitos establecidos en ellas».

El art. 56 LMSRP recoge las sanciones corres-pondientes a cada una de las infracciones previa-mente tipificadas, siendo la más grave, la quecomporta la cancelación de la inscripción en elRegistro administrativo especial.

3.6. LOS AUXILIARES EXTERNOS DE LOSMEDIADORES DE SEGUROS

El art. 8 LMSRP permite, sin excepción, quetodos los mediadores de seguros puedan dispo-ner de auxiliares externos para la distribución deseguros.

El propio precepto indica, de forma expresa,que al no tener los auxiliares externos la condi-ción de mediadores de seguros, no pueden asu-mir las funciones que la Ley reserva a estos. Estehecho, se refleja fundamentalmente en dosaspectos: de un lado en la limitación funcional

ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA

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impuesta a los auxiliares que la LMSRP circuns-cribe a «la captación de clientela y a la realización defunciones auxiliares de tramitación administrativa».Expresiones genéricas que no perfilan las posibi-lidades concretas de actuación del auxiliar,porello, el propio legislador aclara expresamenteque estas operaciones no pueden implicar «laasunción de obligaciones». Precisión que enfatiza elpropio precepto cuando en su apdo. 2 indica quelos auxiliares externos «en ningún caso, podránprestar asistencia en la gestión, ejecución y formaliza-ción de los contratos de seguro, ni tampoco en caso desiniestro». Por ello sorprende que la resolución dela DGSFP de 28 de julio de 2006, relativa a losrequisitos de formación de los mediadores, inclu-ya a los auxiliares externos, cuando por las fun-ciones que realizan parece que no la requieren, almenos, con la misma intensidad. La LMSRP dis-pone que el deber de formación sólo es exigiblea los agentes de seguros exclusivos y a los auxi-liares externos de estos de donde podría dedu-cirse que al resto– auxiliares externos de losagentes vinculados y corredores de seguros- noles ha querido imponer el legislador este exigen-cia. Si bien posteriormente, la propia DGSFP, enresolución de 6 de febrero de 2007 (AG 3527/2006) vino a exigir a los auxiliares externos laacreditación del cumplimiento de los requisitosde formación previstos para el GRUPO C en suresolución de 28 de julio de 2006.

Al no tener los auxiliares la condición demediadores de seguros no tienen la obligación deinscribirse en el Registro administrativo especialde la DGSFP pero, el art 8.3 LMSRP establece queel mediador está obligado a llevar un libro registrodonde deben anotarse los datos personales identi-ficativos de los auxiliares externos con indicaciónde la fecha de alta y, en su caso, la de baja.

En otro orden de cosas, la LMSRP establece,de forma expresa en el art. 8.1, que el vínculojurídico que se entabla entre el agente y el auxi-liar tiene naturaleza mercantil, omitiendo todareferencia al tipo de contrato que puede utilizar-se para articular la relación jurídica.

La LMSRP, no proporciona para los auxiliaresun catálogo de las funciones que les son propias

mencionando sólo, con un criterio positivo, lasfunciones de captación de clientela y de tramita-ción administrativa y, con un criterio negativo,impidiendo que puedan prestar asistencia en lagestión, ejecución y formalización de los contra-tos de seguro, así como realizar labores de aseso-ramiento. Esta cuestión fue aclarada en granparte, mediante consulta de la DGSFP de 19 demarzo de 2007, en respuesta a una cuestión for-mulada por UNESPA. No obstante, es deseableque el legislador de cumplimiento a la previsióncontenida en el art. 8.4 LMSRP que autoriza alMinisterio de Economía para que, mediante unaOrden concrete las funciones de los auxiliaresteniendo en cuenta, como precisa el legisladorque, en ningún caso, cabe atribuirles el asesora-miento. En este marco, deben tenerse en cuentalas previsiones recogidas en el citado Antepro-yecto de Ley de Economía Sostenible en el que secontempla una regulación más detallada delrégimen jurídico de los auxiliares externos de losmediadores, previéndose la incorporación delcatálogo de funciones que a ellos corresponde.

3.7. EL AGENTE DE SEGUROS

3.7.1. Régimen general

El art. 9 LMSRP, establece que deben concurriren el agente de seguros dos requisitos: la cele-bración de un contrato de agencia con una ovarias entidades aseguradoras, lo que determina,respectivamente, su consideración de exclusivo ovinculado y la inscripción en el Registro especialde mediadores de la DGSFP.

Aparece el contrato de agencia, como ele-mento nuclear en el concepto de agente de segu-ros si bien, su labor de mediación ha de limitar-se-como indica el propio art. 9.1 en remisiónexpresa al art. 2.1 LMSRP- al ámbito de la acti-vidad aseguradora. Circunstancia confirmadapor el art. 10 LMSRP al disponer que la condi-ción de agente se adquiere por la celebración deun contrato de agencia. Son requisitos previos ala celebración del contrato: «tener capacidad legalpara ejercer el comercio en los términos previstos en la

CAPÍTULO X. LOS CANALES DE DISTRIBUCIÓN DEL SEGURO EN ESPAÑA

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legislación mercantil» y «ser una persona con honora-bilidad comercial y profesional». El propio legisla-dor, determina cuando se presume la existenciade dicha honorabilidad y menciona un elenco desupuestos en los que el sujeto no reúne esta exi-gencia.

En el contrato de agencia de seguros, que escalificado ex lege como mercantil, (art. 10.2LMSRP) son partes contratantes, de un lado, laentidad aseguradora y, de otro, una persona físi-ca o jurídica, siempre que el agente o, en su caso,los miembros del órgano de administración reú-nan los presupuestos necesarios para la estipula-ción del contrato.

La LMSRP establece la necesidad de que elcontrato conste por escrito en concordancia conlo dispuesto por el art. 22 de la Ley 12/1992, de27 de mayo, del contrato de agencia, norma que,según indicación del art. 10.1 LMSRP será deaplicación al contrato de agencia de seguros endefecto de acuerdo entre las partes, y que facultaa cada una de las partes para exigir a la otra, encualquier momento, la formalización por escritodel contrato de agencia.

El marco regulatorio básico del contrato deagencia de seguros aparece contenido en la pro-pia LMSRP, aunque para determinar el conteni-do del contrato habrá que atender, en primer tér-mino, a lo que dispongan las partes, y supleto-riamente, a lo previsto en la Ley 12/1992, de 27de mayo, del Contrato de Agencia.

El art. 10.4 LMSRP establece, reiterando laprevisión general contenida en el art. 8, que losagentes de seguros –exclusivos, vinculados u ope-rador banca-seguro- pueden utilizar para la dis-tribución de productos de seguros, los serviciosde los auxiliares externos tanto personas físicascomo jurídicas.

En todos los supuestos de contrato de agenciade seguros la cartera pertenece a la entidad ase-guradora. Por ello, el art. 11 LMSRP, prohíbe alagente que promueva cambios de aseguradoraen la cartera de contratos, y que realice actos dedisposición sobre la cartera sin autorización delasegurador, si bien, el propio legislador recono-ce, a favor del agente, una compensación econó-

mica, durante la vigencia del contrato, o inclusouna vez extinguido el contrato, una indemniza-ción por clientela.

En todo caso, las comisiones o derechos eco-nómicos devengados por el agente de seguroscomo consecuencia del desarrollo de su activi-dad, habrán de ser especificados en el contrato(art. 11.2 LMSRP).

Extinguido el contrato de agencia de seguros,el art. 11.3 LMSRP impone a la entidad asegura-dora el deber de comunicar a los tomadoresdicha circunstancia pudiendo, en el mismo acto,comunicar también la identidad del agente susti-tuto. Esta obligación, se configura como un ins-trumento dirigido a salvaguardar los derechos deinformación del cliente, dado que si el agente encumplimiento de lo dispuesto en el art. 8 LCS hade figurar en el contrato, el cambio de agenteimplica una modificación contractual que eltomador, como contratante, debe conocer. Almismo tiempo, el legislador reconoce el derechodel agente a comunicar a los tomadores del segu-ro la extinción del contrato de agencia. Comuni-cación facultativa que debe interpretarse comouna deferencia del agente para con el tomador.

La LMSRP hace también referencia a deter-minados aspectos contractuales de la relación deltomador con el agente de seguros, así el art. 12.1establece que las comunicaciones que el tomadorhaga al agente, surtirán los mismos efectos que sise hubieran realizado directamente a la entidadaseguradora.

3.7.2. Agentes de seguros exclusivos

Son agentes de seguros exclusivos las perso-nas físicas o jurídicas que, mediante la celebra-ción de un contrato de agencia de seguros conuna entidad aseguradora y la inscripción en elRegistro administrativo especial, se comprome-ten a realizar a la entidad contratante las activi-dades propias de la mediación en seguros priva-dos (art. 13 LMSRP).

Antes de la firma del contrato de agencia elaspirante habrá de acreditar que posee los conoci-

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mientos en materias financieras y de seguros pri-vados requeridos para el ejercicio de su labor quese concretan, en la asistencia a un curso de 200horas lectivas. Circunstancia, que habrá de acredi-tarse, con carácter previo a la inscripción en elRegistro especial, por la entidad aseguradora con-tratante, mediante la emisión de un certificado,que se adjuntará al contrato de agencia de segurosy estará a disposición de la DGSFP. También conanterioridad a la celebración del contrato deagencia, las entidades aseguradores habrán decomprobar los requisitos de capacidad legal yhonorabilidad comercial y profesional, a que serefiere el art. 10.1 LMSRP, de acuerdo con lainformación facilitada por el agente de seguros.

En principio el agente exclusivo, se vinculapara la realización de su actividad con una únicaentidad aseguradora. Sin embargo, el art. 14LMSRP, prevé la posibilidad de que la entidadaseguradora autorice con carácter singular alagente para celebrar, con otra aseguradora, otroúnico contrato de agencia para operar en deter-minados ramos de seguros, riesgos o contratos enlos que no opere la entidad autorizante. La vul-neración de esta limitación legal, que habrá dehacerse constar por escrito en el contrato, escatalogada como infracción muy grave por el art.55 LMSRP.

Dispone el art. 15 LMSRP, que cada entidadaseguradora está obligada a inscribir en unRegistro propio, a los agentes de seguros exclusi-vos con los que hayan celebrado contrato deagencia de seguros, sometido al control de laDGSFP, encargada del Registro administrativo demediadores.

La relación jurídica que se establece, en virtuddel contrato de agencia, entre aseguradora yagente convierte a éste en representante de aque-lla. Así se deduce del art. 12.1 LMSRP al dispo-ner que las comunicaciones efectuadas por eltomador del seguro al agente, surtirán los mis-mos efectos que si se hubiesen realizado directa-mente a la entidad aseguradora, o del art. 13.3LMSRP que, en relación con los cobros y pagos,sanciona que los importes abonados por el clien-te al agente de seguros exclusivo se considerarán

abonados a la entidad aseguradora, mientras quelos importes abonados por la entidad asegurado-ra al agente no se considerarán abonados alcliente hasta tanto este los reciba efectivamente.

Finalmente, en materia de responsabilidadcivil, el art. 18 LMSRP, imputa a la entidad ase-guradora con la que hubiese celebrado contratoel agente, la responsabilidad civil profesionalderivada de su actuación, y la administrativa.

El Informe DGSFP de 2008 sobre Seguros yFondos de Pensiones, revela que a finales de 2008se encontraban inscritos en el Registro adminis-trativo especial un total de 95.858 agentes exclu-sivos (23 como operadores banca-seguro exclusi-vos). De este número 81.402 son personas físicasy 14.433 sociedades de agencia exclusivas. Losdatos revelan, por tanto, el predominio en estafigura de los agentes exclusivos persona física.

De otro lado, el mismo Informe pone demanifiesto que de los 98.858 agentes inscritos18.880 tenían concedida autorización por partede la entidad principal para realizar actividadesde mediación para una segunda entidad asegu-radora, en aplicación de lo dispuesto en el art. 14LMSRP.

3.7.3. Agentes de seguros vinculados

Una de las novedades más destacables que incor-pora la LMSRP es la creación de la figura de losagentes vinculados de seguros, que carece de pre-cedentes tanto en nuestro ordenamiento comoen el Derecho comparado. El legislador acogeasí, la figura del agente multicontrato en el art.20 LMSRP, que identifica con las personas físicaso jurídicas que, mediante la celebración de uncontrato de agencia de seguros con varias entida-des aseguradoras, y la inscripción en el Registroadministrativo especial, se compromete frente aestas, a realizar las actividades propias de la me-diación de seguros conforme a las previsiones delcontrato de agencia de seguros.

Por esta vía, la LMSRP crea una figura inter-media entre el agente exclusivo y el corredor deseguros pues, respecto del primero goza de

CAPÍTULO X. LOS CANALES DE DISTRIBUCIÓN DEL SEGURO EN ESPAÑA

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mayor independencia al no actuar exclusivamen-te para un asegurador y, a diferencia del corre-dor, no realiza contratos de corretaje o media-ción con los asegurados o aseguradores.

La nota que caracteriza a esta figura: comer-cializar productos de distintas entidades asegura-doras, ha de tener reflejo en los contratos deagencia de seguros que celebre con cada una deellas pues su vinculación múltiple determina lanecesidad de una total transparencia, para quelas distintas entidades aseguradoras conozcan, entodo momento, que para la distribución de susseguros utilizan el mismo agente, evitando estainformación el conflicto de intereses a quepodría dar lugar dicha circunstancia.

El legislador marca los requisitos exigidospara acceder a la posición de agente vinculadoen el art. 21 LMSRP- la mayoría de ellos han sidocomentados en apartados anteriores de este tra-bajo al exponer los caracteres generales de losmediadores de seguros- presupuestos que enesencia coinciden con los requeridos para sercorredor de seguros siendo la única nota quediferencia a los agentes vinculados de los corre-dores, la existencia para los primeros del contra-to de agencia con las distintas entidades asegura-doras.

El Informe de 2008 sobre Seguros y Fondosde Pensiones de la DGSFP, refleja que durante elejercicio de 2008 se inscribieron en el Registroespecial de mediadores, un total de 73 agentesde seguros vinculados-45 personas jurídicas y 28personas físicas-. Los datos revelan el éxito deeste canal de distribución después de la creaciónde la figura por la Ley 26/2006.

3.8. OPERADORES BANCA-SEGUROS

La expansión del objeto social de las entidades decrédito al ámbito del seguro justifica el crecimien-to considerable de este canal de distribución en losúltimos años dando lugar a la necesidad de dotara la figura de unos adecuados perfiles jurídicos;regulación jurídica que se lleva a cabo por prime-ra vez en nuestro Derecho en la Ley 26/06, Desde

esta perspectiva, el operador banca-seguros es unamanifestación de las nuevas alianzas estratégicasque, mediante fusiones de empresas (asegurado-ras y bancarias), o mediante la estipulación decontratos (banca-seguros), persiguen la creaciónde entes más competitivos en el mercado.

En el momento actual, el operador banca-seguro como canal de distribución ha adquiridoespecial relevancia pues la disposición por partede las entidades bancarias de información rele-vante sobre la situación financiera de sus clientesles permite, como intermediarios, ofrecerles losproductos asegurativos que más se adecúan a susnecesidades lo que incrementa las posibilidadesde éxito en la contratación del seguro prestándo-les, de este modo, un servicio financiero globalintegrado por productos de ahorro e inversión,seguros y préstamos.

El informe de la DGSFP de 2008 sobre Segu-ros y Fondos de Pensiones, refleja que al finalizarel año se encontraban inscritos en el Registroespecial 23 operadores banca-seguros exclusivosy, en ese ejercicio se inscribieron 17 operadoresbanca-seguro vinculados que, sumados a los yainscritos suponen un total de 62. Los datosdemuestran el éxito de este canal de distribucióndada la reciente creación de la figura.

La LMSRP dedica un solo precepto –el artícu-lo 25– a la regulación de esta figura pues al confi-gurarse el operador banca-seguros como un agen-te de seguros, exclusivo o vinculado, su régimenjurídico se construye por referencia a lo dispuestoen la Ley para estas figuras. Dicho precepto, losdefine como «las entidades de crédito y sociedades mer-cantiles controladas o participadas por estas conforme alo indicado en el art. 28 de esta Ley que, mediante lacelebración de un contrato de agencia de seguros, conuna o varias entidades aseguradoras, y la inscripción enel Registro administrativo especial lleven a cabo activi-dades de mediación como agentes de seguros utilizandolas redes de distribución de las entidades de crédito. Laentidad de crédito solo podrá poner su red de distribucióna disposición de un único operador de banca-seguros».Este concepto permite realizar las siguientes pre-cisiones:

ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA

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1. Solo pueden tener la consideración deoperador-banca seguros, las entidades de créditoy las sociedades mercantiles controladas o parti-cipadas por estas

2. El operador banca-seguros requiere lacelebración de un contrato de agencia de seguroscon una o varias entidades aseguradoras datoque determina la clasificación de la figura: res-pectivamente, operador banca-seguro exclusivo ovinculado.

3. La remisión que el legislador realiza al art28 LMSRP, al definir en el art. 25.1 al operadorbanca-seguros, determina la exclusión del ámbi-to de esta figura a las personas físicas y a otrostipos sociales, como las sociedades cooperativas,que sí se admiten para los demás mediadores deseguros.

4. La limitación contenida en el 25.1 in fineLMSRP que obliga a que la entidad de créditosolo pueda poner su red de distribución a dispo-sición de un único operador banca-seguros setraduce en la imposibilidad de que una entidadbancaria pueda crear diferentes operadoresbanca-seguros.

5. Es preceptiva la inscripción del operadorbanca-seguros en el Registro administrativo espe-cial dependiente de la DGSFP

Las especialidades presentes en el canal dedistribución de seguros utilizado, entidades decrédito o sociedades mercantiles controladas oparticipadas por estas, determinan las exigenciasespeciales que el legislador ha previsto para elacceso al Registro especial de mediadores, comooperador banca-seguros exclusivo o vinculado:

1. Tener la condición de entidad de crédito osociedad mercantil controlada o participada porlas entidades de crédito, en este último supuesto,el objeto social deberá prever la realización de laactividad de agente de seguros privados comooperador de banca-seguros exclusivo o vinculado.

2. Las exigencias de formación se concretanen los apdos b) y c) del art. 25.2 LMSRP: En elórgano de dirección que ha de designarse comoresponsable de la mediación de seguros, almenos la mitad de sus miembros y, en todo caso,las personas que ejerzan la dirección técnica o

puesto asimilado, acrediten haber superado uncurso de formación o prueba de aptitud en mate-rias financieras y de seguros privados que reúnanlos requisitos establecidos por la DGSFP. Elmismo requisito es exigible a cualquier otra per-sona que participe directamente en la mediaciónde seguros.

Las entidades de crédito o sociedades contro-ladas o participadas por estas, han de aportar unprograma de formación que deberán impartir alos empleados y agentes financieros que confor-man su red de distribución y que participendirectamente en la mediación de seguros.

Como exigencia adicional, en la memoriarequerida a los agentes vinculados en el art. 21.3d) LMSRP, deberá especificarse, la red o las redesde las entidades de crédito a través de las cualesel operador banca-seguros mediará los seguros.

En toda su documentación mercantil y publi-cidad deberá hacer costar «de forma destacada» laexpresión «operador de banca-seguro exclusivo»o, en su caso, la de «operador banca-seguro vin-culado», pues son excluyentes ambas posicionesasí como, la circunstancia de hallarse inscrito enel Registro administrativo especial de la DGSFP(art. 25.3 LMSRP).

Se prohíbe por el art. 25.4 LMSRP, que lasredes de distribución de las entidades de créditoejerzan simultáneamente como auxiliares deotros mediadores de seguros.

3.9. CORREDORES DE SEGUROS

El corredor de seguro, figura tradicional en elsector y a la que la legislación derogada prestóuna especial atención es, toda persona física ojurídica que realiza actividades de mediación deseguros privados sin mantener vínculos contrac-tuales que supongan afección con entidades ase-guradoras ofreciendo un asesoramiento inde-pendiente, profesional e imparcial a quienesdemanden la cobertura del riesgo al que estáexpuesto (art. 26.1 LMSRP).

Para el ejercicio de su actividad han de inscri-birse en el Registro especial administrativo de la

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DGSFP, previo cumplimiento de unos estrictosrequisitos, no solo de acceso sino también de per-manencia en el mercado, a los que hace referen-cia expresa el art. 27 LMSRP.

La noción de corredor suministrada por ellegislador, pone de manifiesto la peculiaridad deesta figura, frente al resto de mediadores, consis-tente en ofrecer al cliente un asesoramiento inde-pendiente proponiéndoles la estipulación delcontrato con una entidad aseguradora concreta yen relación con el producto asegurativo quemejor se adapta sus necesidades. Estos extremosforman parte del especial deber de informaciónque han de cumplir los corredores por mandatode lo dispuesto en el art. 26.2 LMSRP.

La imparcialidad de la labor que desarrollanjustifica, la severidad de los requisitos de acceso ypermanencia en el mercado exigidos por el legis-lador y, el especial régimen de incompatibilida-des a que están sometidos que, según se derivade los art. 31 y 32 LMSRP, les impide ejercercualquier cargo que pueda limitar su capacidadpara ofrecer un asesoramiento objetivo (art. 26.1in fine). La obligación de llevar a cabo un «análi-sis objetivo», se entiende cumplida cuando elcorredor, después de analizar un número sufi-ciente de contratos de seguro presentes en elmercado, realiza al cliente una recomendaciónde carácter profesional, indicadora del contratode seguro que más se adecúa a las necesidadesexpuestas por el cliente. Esta obligación, se con-creta por el legislador en el art. 42. 4 LMSRP alindicar que el análisis será suficiente, cuando elcorredor haya consultado las ofertas de, almenos, tres entidades aseguradoras o, en el caso,de que el contrato de seguro haya sido diseñadoespecíficamente por el corredor, se haya negocia-do su contratación con, al menos, tres asegura-doras.

El deber de información del corredor, se refie-re al periodo precontractual, y se prolongadurante toda la vigencia del contrato en orden afacilitar al tomador, asegurado y beneficiario, lainformación demandada sobre cualquiera de lascláusulas de la póliza y a prestar la asistencianecesaria en caso de siniestro.

Por otra parte, la LMSRP reconoce por pri-mera vez en el art. 29 la doble y simultánea vin-culación del corredor con el tomador/aseguradoy con la entidad aseguradora. Esto explica que elart. 21 L.C.S. disponga que las comunicacionesefectuadas por el corredor a la entidad asegura-dora en nombre del tomador, surtan los mismosefectos que si las realizase el propio tomador;aunque art. 21 L.C.S., parcialmente modificadopor la LMSRP, en su segundo apartado, limitaeste poder de representación al indicar que «entodo caso, se precisará el consentimiento expreso deltomador del seguro para suscribir un nuevo contrato opara modificar o rescindir el contrato de seguro envigor».

En otros supuestos el corredor de segurosostenta facultades representativas del asegura-dor, como sucede, cuando el tomador paga elimporte de la prima al corredor y este, le entre-ga a cambio el recibo de la entidad aseguradora,entendiéndose así cumplida por el tomador laobligación del pago de la prima a la aseguradora(art. 26.4 LMSRP y 10.4 LMSRP).

Esta doble vinculación, se manifiesta tambiénen la nueva regulación que la LMSRP contienepara el corredor de seguros en materia de retri-bución por la labor de intermediación realizada:puede percibir honorarios tanto del tomador, encuyo caso la retribución deberá pactarse deforma escrita y separada de la prima devengadapor la aseguradora como, simultanea o alternati-vamente, de la entidad aseguradora en forma decomisiones. En este último supuesto, el art. 29.2LMSRP sanciona de forma expresa que «el corre-dor de seguros no podrá percibir de las entidadesaseguradoras cualquier retribución distinta a lascomisiones», prohibición que se ha visto reforza-da al calificarse la conducta, respectivamente,como infracción muy grave o grave en los arts.55.2.k) y 53.3 f).

Los datos del Informe de la DGSFP del año2008, revelan un descenso del número de corre-dores personas físicas inscritas para ejercer laactividad en el ámbito nacional. Sin embargo elnúmero de inscripciones concedidas en 2008 fuede 38, frente a las practicadas en 2007 que fue de

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23. Por CCAA, las inscripciones de corredorespersonas físicas, descienden en todas excepto enCastilla-La Mancha, Extremadura y Murcia. Losmismos datos en relación con las personas jurídi-cas revelan que, en general, el número de corre-dores inscritos asciende respecto del ejercicioanterior.

Los datos circunscritos a las personas jurídicasrevelan que en 2008 se inscribieron 89 socieda-des de corredurías de seguros, número superioral del ejercicio anterior que fue de 58.A finales de2008 se encontraban inscritas un total de 2.045corredores de seguros personas jurídicas.

Finalmente, los datos globales, referidos apersonas físicas y jurídicas, ponen de manifiestoque el número total de corredores de segurosdesciende paulatinamente desde al año 2004 al2008.

5. INSERCIÓN DE MEDIOSELECTRÓNICOS EN LA DISTRIBUCIÓNDEL SEGURO

La realidad del mercado español de los segurosmuestra una mínima pero creciente importancia de lautilización de los medios electrónicos en la comerciali-zación de los seguros privados. Varias razones justifi-can esta afirmación que pudiera resultar aparen-temente contradictoria. En primer lugar, suimportancia es mínima. Ello es debido a que laregulación del comercio electrónico es relativa-mente reciente. Hasta los últimos años no se hadotado a este sector de normas específicas queabordaran las peculiaridades que el mismo pre-senta. El resultado, hoy en día, es la existencia deuna pluralidad de normas que coexisten y estánsujetas a constantes modificaciones. Además, lautilización de los medios que ofrecen las tecnolo-gías de la información facilita la internacionali-zación de las relaciones jurídicas, con las peculia-ridades que ello implica en orden a su régimenjurídico. Se produce, en consecuencia, ciertogrado de inseguridad que afecta negativamente asu desarrollo. No obstante, en segundo lugar, seobserva un crecimiento que se justifica en las ven-tajas que estos medios presentan. Para los clien-

tes, porque su utilización favorece la búsquedarápida de información; y, para las empresas, por-que implica menor coste en la distribución deseguros, que podrá traducirse en un beneficiotambién para el cliente. Ahora bien, en contra-partida, aunque hay mayor utilización de estosmedios, su destino no resulta ser la conclusión decontratos sino la información, lo que incide sobrela actuación de mediadores que ven limitada suparticipación en cuanto a actividad informadoray preparatoria del contrato. Por último, debeseñalarse, que esta mínima pero creciente impor-tancia de medios electrónicos en la comercializa-ción de los seguros privados varía en función delos ramos afectados. Su relevancia es menor enlos seguros de vida, por las peculiaridades que elmismo presenta y el perfil de sus clientes, quesuelen ser personas mayores de cuarenta añoscuya cultura es más reacia a la utilización de lared; mientras que, en otros ramos están teniendomayor virtualidad.

A partir de estas premisas la exposición seestructura en tres apartados en los que se abor-dan, de un lado, las singularidades de la contra-tación electrónica de seguros privados (señalan-do las fuentes de regulación, sus caracteres y ele-mentos y las peculiaridades derivadas de la inter-nacionalización del contrato); de otro, los meca-nismos articulados para la protección del consu-midor en este marco y, por último, cuál ha sidosu incidencia en la distribución directa e indirec-ta de los seguros privados.

5.1. EL CONTRATO ELECTRÓNICO DESEGUROS PRIVADOS

La contratación de seguros privados por medioselectrónicos encuentra ciertas dificultades quetienen su origen, de un lado, en la inseguridadjurídica provocada por la coexistencia de unapluralidad y diversidad de normas que regulaneste sector. Y, de otro, por las propias exigenciasde la contratación electrónica para las empresasy el desconocimiento, en muchos casos, de lasgarantías previstas para el consumidor. Además,la utilización de redes abiertas facilita la prolife-

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ración de contratos de seguro internacionalesque requieren una regulación que aborde los par-ticulares problemas que se plantean.

5.1.1. Pluralidad y diversidad normativa

La rápida y permanente evolución de las tecno-logías de la información ha obligado al legisla-dor, comunitario y nacional, a adaptar sus dispo-siciones a esta evolución. Estas constantes modi-ficaciones de las que son objeto las normas regu-ladoras de la contratación electrónica y la plura-lidad de normas que inciden en el sector intro-ducen cierto grado de inseguridad, tanto para lasentidades aseguradoras como en los clientes,afectando negativamente a la utilización de esteinstrumento para la comercialización de los segu-ros privados.

Hasta hace relativamente poco tiempo la con-tratación electrónica carecía de regulación espe-cífica que abordara las peculiaridades que lamisma plantea. Ha sido en los últimos diez añoscuando se han ido elaborado normas destinadasa su ordenación jurídica; principalmente a partirde las diversas iniciativas comunitarias adoptadassobre comercio electrónico (Directiva 2000/31 de8 de junio de 2000, DOCE L 178, de 17 de julio),firma electrónica (Directiva 1999/93, de 13 demayo de 1998, DOCE L13, de 19 de enero de2000) y la relativa al comercio a distancia (Direc-tiva 2002/65, DOCE L 271, de 9 de octubre de2002). El ordenamiento jurídico español cuentacon un amplio abanico de normas que afrontan laproblemática de la contratación electrónica.Entre otras, la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Ser-vicios de la Sociedad de la Información y Comer-cio Electrónico (BOE 12 de julio); Ley 59/2003,de 19 de diciembre, de Firma Electrónica (BOE20 de diciembre); Ley 22/2007, de 11 de julio,sobre Comercialización a Distancia de ServiciosFinancieros Destinados a los Consumidores (BOE12 julio); Ley 56/2007, de 28 de diciembre, deMedidas de Impulso de la Sociedad de la Infor-mación (BOE de 29 de diciembre).

En mayor o menor medida, todas las disposi-ciones referidas abordan aspectos de la contrata-

ción electrónica de los seguros privados, debien-do añadirse a éstas las normas específicas queregulan el sector (Ley de Contrato de Seguro Pri-vado 50/80 y la Ley de Ordenación y Supervisiónde Seguros Privados recogida en el RDLeg. 6/04).Dada la pluralidad de disposiciones, para darmayor claridad a al exposición, resulta conve-niente agruparlas en tres bloques normativos:

En primer lugar, las normas destinadas aregular el contrato de seguro en general. En estebloque se incluirían: la Ley de Contrato de Segu-ro Privado y la Ley de Ordenación y Supervisiónde seguros privados, que ofrecen una regulacióngenérica siguiendo las reglas generales de la con-tratación prevista en los Códigos Civil y deComercio, adaptándolas a las peculiaridades pro-pias del seguro. La principal reforma, en la mate-ria que nos afecta, se efectuó mediante la Ley34/2003, de 4 de noviembre, a través de la cual seadaptó nuestra legislación de seguros privados(LCS y la entonces LOSSP) a la normativa comu-nitaria.

Un segundo bloque, relativo a la normativasobre contratación electrónica recogida en la Leysobre Servicios de la Sociedad de la Informacióny Contratación Electrónica 34/02, en la que seabordan las exigencias derivadas de las especiali-dades que presenta la contratación a distancia.Una disposición que, en lo que nos afecta, ha sidoobjeto de sucesivas modificaciones en los últimosaños. Básicamente estas modificaciones se hanproducido por la ley 56/2007, de 28 de diciembre,de Medidas de Impulso de la Sociedad de laInformación y la ley 22/2007, de 11 de julio, sobreComercialización a Distancia de Servicios Finan-cieros Destinados a los Consumidores.

Y, por último, un tercer bloque que englobalas disposiciones sobre Firma Electrónica, princi-palmente, la Ley 59/2003, de 19 de diciembre.

A partir de estas disposiciones, las peculiari-dades que la contratación electrónica de segurosprivados presenta respecto de otros medios decomercialización se refieren, básicamente, a lasrelacionadas con la validez formal y material delcontrato y las derivadas de su internacionaliza-ción.

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5.1.2. Caracteres y elementos del contrato de seguropor medios electrónicos

5.1.2.1. Aproximación conceptual

Antes de analizar su régimen jurídico, lo prime-ro que nos cuestionamos es el propio conceptode «contrato electrónico de seguros privados». Suutilización en el marco del presente trabajo sejustifica por tratarse de una expresión que englo-ba todos los contratos de seguros privados que seperfeccionan mediante el uso de los instrumen-tos que ofrecen las tecnologías de la informacióno que no utilizan el «papel escrito y firmado porlas partes» para su realización.

La Ley 34/02 LSSICE acoge un conceptoamplio de «servicios de la sociedad de la infor-mación» en el que tiene cabida la contratación debienes y servicios por vía electrónica (Cdo. II). Ensu Anexo II, letra h), define el contrato electró-nico como «todo contrato en el que la oferta y la acep-tación se transmiten por medio de equipos electrónicosde tratamiento y almacenamiento de datos, conectadosa una red de telecomunicaciones». A partir de estaprimera conceptualización, leyes posterioresinciden sobre este aspecto. Tras la reforma ope-rada en 2003, la Disposición adicional segundade la LCS hace referencia al contrato a distancia ya sus exigencias formales y materiales. Siguiendo lasdisposiciones comunitarias a las que se trata deadaptar la legislación nacional (Directiva2002/65) la LCS acoge un concepto de contrato adistancia similar a aquélla, entendiendo como tal«todo contrato de seguro celebrado en el marco de unsistema de prestación de servicios a distancia organiza-do por el asegurador, que utilice exclusivamente una ovarias técnicas de comunicación a distancia hasta lacelebración de ese contrato, incluida la propia celebra-ción.» Más recientemente, la Ley 22/07, al delimi-tar su ámbito material, define en el artículo 4 loscontratos a distancia de servicios financieroscomo aquellos «contratos celebrados entre un provee-dor y un consumidor y las ofertas relativas a los mismossiempre que generen obligaciones para el consumidor,cuyo objeto es la prestación de todo tipo de serviciosfinancieros a los consumidores, en el marco de un siste-ma de venta o prestación de servicios a distancia orga-

nizado por el proveedor, cuando utilice exclusivamentetécnicas de comunicación a distancia, incluida la pro-pia celebración del contrato».

A los efectos que interesan en este trabajo, esconveniente retener varios elementos de estaúltima definición:

En primer lugar, su aplicabilidad a contratosde servicios financieros. Un término que, confor-me al párrafo segundo del artículo 4, engloba lasoperaciones de seguros privados definidas en elartículo 3 LOSSP y las actividades de mediaciónde seguros a las que se refiere el artículo 2 de laLey 26/06 de mediación.

En segundo lugar, que tales contratos han derealizarse a distancia. Expresión que, conformeal párrafo tercero del artículo 4 de la Ley 22/07comprende aquellos contratos para cuya «nego-ciación y celebración se utiliza exclusivamenteuna técnica de comunicación a distancia, sin pre-sencia física y simultánea del proveedor y el con-sumidor, consistente en la utilización de mediostelemáticos, electrónicos, telefónicos, fax u otrossimilares». La técnica de comunicación a distan-cia es un concepto que engloba todos aquellosinstrumentos que permiten la celebración de uncontrato de seguro sin la presencia física simultá-nea de los contratantes; de manera que la oferta,negociación y conclusión del contrato se efectúana distancia. Interviniendo el proveedor (asegura-dor o representante) y un tomador consumidor,las peculiaridades de esta técnica de contrataciónexige mayores garantías destinadas a la tutela deeste último. El término «exclusivamente» implicaque tanto en la oferta, como en la negociación yen la formación del contrato es necesario la utili-zación de técnicas a distancia, no pudiendo cali-ficarse como contrato a distancia aquellos en losque se deje de emplear este tipo de técnicas y seentable un contacto personal y directo entre elproveedor del servicio y el consumidor.

Por último, los contratos a distancia reguladosen la ley 22/07 requieren que el mismo se celebreentre un proveedor y un consumidor. Siendo elproveedor «toda persona física o jurídica, privada opública, que, en el marco de sus actividades comercia-les o profesionales, presta un servicio financiero a dis-

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tancia», así como, «quienes intervengan por cuentapropia como intermediarios en cualquier fase de lacomercialización» (art. 5 ley 22/07), se incluyen loscontratos celebrados tanto por las entidades ase-guradoras directamente como por los mediado-res. Además, conforme a su artículo 2, se inclu-yen expresamente como prestadores de serviciosfinancieros «1. (…) las entidades de crédito, lasempresas de servicios de inversión, las entidadesaseguradoras, (…) los mediadores de seguros,(…).» El concepto de consumidor viene delimita-do en el párrafo segundo del artículo 5 enten-diendo por tal «las personas físicas que, en loscontratos a distancia, actúan con un propósitoajeno a su actividad empresarial o profesional».Se excluyen, por tanto, los contratos en los que eltomador sea una persona jurídica o una personafísica que actúa en el marco de su actividad pro-fesional.

En definitiva, la ley 22/07 se aplica a los con-tratos de seguros privados celebrados entreempresas aseguradoras con tomador/consumidorsin que exista presencia simultánea de las partescontratantes. Los supuestos excluidos de suámbito de aplicación se regirán en virtud de lasnormas recogidas en la LSSICE 34/02, aplicablea los contratos de seguros en los que el tomadordel seguro no sea consumidor.

5.1.2.2. Validez formal del contrato electrónicode seguro y prueba de su existencia

Como todo contrato de seguro, también el reali-zado por medios electrónicos, es aquel acuerdocelebrado entre el asegurador y el tomador en elque, a cambio de una prima abonada por éste, elasegurador se compromete a cubrir el riesgo (art.1 LCS). Su regulación se lleva a cabo a través delas normas generales de obligaciones y contratosprevistas en el Código civil y en el Código decomercio. A estas normas, por las peculiaridadesdel producto contratado se añaden, con carácterpreferente por su especialidad, la regulación con-tenida en la Ley de Contrato de Seguros.

El principio espiritualista o de libertad deforma consagrado en las normas generales deobligaciones y contratos es objeto de ciertasexcepciones contenidas en leyes especiales queen unos casos exigen determinada forma comorequisito de validez del contrato y en otros comoprueba de su existencia. En el ámbito del contra-to de seguro, para que sea válido debe realizarsepor escrito, exigiendo el artículo 5 LCS que elasegurador entregue al tomador del seguro lapóliza o el documento de cobertura provisional.Este precepto ha sido objeto de un importantedebate doctrinal, que la jurisprudencia no haresuelto, sobre el carácter consensual o formaldel contrato de seguro. Finalmente la mayoría dela doctrina parece optar por el carácter consen-sual de estos contratos considerando así que elmismo se perfecciona desde que el tomadoracepta la proposición del asegurador. El tomadordel seguro no puede hacer una propuesta u ofer-ta del contrato. A él corresponde la solicitud ten-dente a que el asegurador efectúe la proposiciónmediante la transmisión de documentos en losque se contienen toda la información, aunque seabrevemente, sobre los elementos del contrato. Lapóliza o el documento de cobertura provisionaltiene, ex artículo 5 LCS, valor probatorio, acredi-tativo de la propia existencia del contrato.

En los contratos electrónicos no ha resultadofácil cumplir con la obligación impuesta por elartículo 5 LCS de formalizar la póliza por escri-to. El principio de no alteración del Derecho pre-existente de obligaciones y contratos implica queel sistema del contrato de seguro no se altera porencontrarnos ante un contrato electrónico. Sinembargo, en este último las exigencias puedenser mayores debido a la ausencia de presenciafísica de los contratantes y a las singularidadesdel soporte o documento en el que se materiali-za el contrato. Las dificultades se han ido supe-rando a partir del principio de equivalencia fun-cional, consagrado en la DA1ª LCS (ref. 34/03) yen el artículo 23.3 LSSICE, en cuya virtud se con-ceden los mismos efectos jurídicos a la instru-mentalización sobre el papel que en el entornoelectrónico, mediante un soporte duradero.Ahora bien, la forma electrónica que, en princi-

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pio, se considera un soporte válido y eficaz demanifestación de la voluntad negocial de las per-sonas, por sus propias características requiereuna regulación que dote de seguridad a las rela-ciones jurídicas que a través de ella se desarro-llan. A esta finalidad responden la legislaciónsobre servicios de la sociedad de la información yde comercio electrónico. En unos casos estas nor-mas abordan específicamente las reformas de lanormativa sobre contrato de seguro y, en otroscasos, ofrecen una regulación general de la con-tratación electrónica que incide también sobre elsector asegurador.

El punto de partida en la regulación del con-trato electrónico de los seguros privados se asien-ta sobre la base establecida tras la reforma ope-rada por la Ley 34/03. Esta norma incorporó a laLCS tres disposiciones adicionales. En la Disposi-ción Adicional Primera, bajo la rúbrica «Soporteduradero», dispone que «Siempre que esta ley exijaque el contrato de seguro o cualquier otra informaciónrelacionada con el mismo conste por escrito, este requi-sito se entenderá cumplido si el contrato o la informa-ción se contienen en papel u otro soporte duradero quepermita guardar, recuperar fácilmente y reproducir sincambios el contrato o la información». En segundolugar, tras la delimitación del concepto de con-trato de seguro a distancia, al que se ha hechoreferencia, incorpora la Disposición AdicionalTercera en la LCS en cuya virtud, «Los contratos deseguro celebrados por vía electrónica producirán todoslos efectos previstos por el ordenamiento jurídicocuando concurran el consentimiento y los demásrequisitos necesarios para su validez, En cuanto a suvalidez, prueba de celebración y obligaciones deriva-das del mismo se sujetarán a la normativa específicadel contrato de seguro y a la legislación sobre serviciosde la sociedad de la información y de comercio elec-trónico.»

Se confirma, así, que la forma cumple unamera función ad probationem, actuando comomedio de prueba del contrato, se consagra elprincipio de equivalencia funcional de los actoselectrónicos y se designa aplicable al contratoelectrónico de seguro tanto las normas específi-cas del sector como las relativas a la contrataciónelectrónica. Remisión que, a los efectos que

ahora interesan, debe entenderse referida al artí-culo 5 LCS y al artículo 23 LSSICE.

El contrato debe constar en soporte duradero(artículos 5 LCS, 23 y 24 LSSICE). Por éste seentiende «todo instrumento que permita almacenar lainformación de modo que pueda recuperarse fácilmen-te durante un período de tiempo adecuado para losfines para los que tal información está destinada y per-mita su reproducción sin cambios». Debe tratarse desoportes dotados de una naturaleza que, por suscaracterísticas técnicas, permita el almacena-miento de manera duradera, inmutable y recu-perable o reproducible de manera fiel en cual-quier momento de información, de manera quepuedan asimilarse al soporte papel, en un marconormativo en el que la tendencia es a uniformi-zar el valor y eficacia de ambos tipos de soportes,como contempla el artículo 23.2 LSSICE, a efec-tos de integrar requisitos de forma escrita encontratos celebrados por medios electrónicos. LaLey 22/07, que deroga la citada Disposición Pri-mera, exige, en la comercialización a distancia delos servicios financieros, que quede constancia delas ofertas y la celebración de los contratos en unsoporte duradero. Entendiéndose como tal, con-forme a su artículo 6, todo instrumento que per-mita al consumidor almacenar la informacióndirigida personalmente a él, de modo que puedarecuperarla fácilmente durante un período detiempo adecuado para los fines para los que lainformación está destinada y que permita lareproducción sin cambios de la informaciónalmacenada.

Identificándose el soporte duradero con laforma escrita en papel, sus efectos probatoriosson también equiparables (artículos 23.3 y 24LSSICE; 299.2 LEC y 3, 5, 8 y 6bis y 83 a) LCS).El contrato electrónico de seguro se materializaen un documento electrónico. Tras la reformaoperada por la LMISI (56/07), la LFE, en su artí-culo 3.5 dispone que documento electrónico «esla información de cualquier naturaleza en forma elec-trónica, archivada en un soporte electrónico según unformato determinado y susceptible de identificación ytratamiento diferenciado. Sin perjuicio de lo dispuestoen el párrafo anterior, para que un documento electró-

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nico tenga la naturaleza de documento público o dedocumento administrativo deberá cumplirse, respecti-vamente, con lo dispuesto en las letras a) o b) del apar-tado siguiente y, en su caso, en la normativa específicaaplicable.» La prueba del contrato electrónico deseguro se somete a las reglas generales de la con-tratación. El soporte electrónico es admisiblecomo documental, con valor probatorio de docu-mento privado, conforme a los artículos 299.2 y384 LEC y 24.2 LSSICE. No obstante, aunque elvalor probatorio del documento electrónico sereconoce desde la LSSICE 34/02, fue la LFE59/03 la que, mediante reforma de la LEC (artí-culo 326), reguló su incorporación en el procesocivil como prueba documental. La LMISI tam-bién se hizo eco de esta problemática modifican-do el artículo 24 LSSICE, a través del cual seregula la prueba de los contratos celebrados porvía electrónica , estableciendo que: «1. La pruebade la celebración de un contrato por vía electrónica y lade las obligaciones que tienen su origen en él se sujeta-rá a las reglas generales del ordenamiento jurídico.Cuando los contratos celebrados por vía electrónicaestén firmados electrónicamente se estará a lo estableci-do en el artículo 3 de la Ley 59/2003, de 19 de diciem-bre, de Firma Electrónica. 2. En todo caso, el soporteelectrónico en que conste un contrato celebrado por víaelectrónica será admisible en juicio como prueba docu-mental».

No obstante, siendo posible su alteración, porlas propias peculiaridades del documento, encuanto a su autenticidad y contenido, se requie-ren mecanismos que garanticen estos extremos.Estas garantías se logran mediante la firma elec-trónica. La LFE (Ley 59/03) en su artículo 3 dis-tingue la firma electrónica, entendida como elconjunto de datos en forma electrónica, consig-nados junto a otros o asociados con ellos, quepueden ser utilizados como medio de identifica-ción del firmante; la firma electrónica avanzadaque es la firma electrónica que permite identifi-car al firmante y detectar cualquier cambio ulte-rior de los datos firmados, que está vinculada alfirmante de manera única y a los datos a que serefiere y que ha sido creada por medios que el fir-

mante puede mantener bajo su exclusivo control;y, por último, la firma electrónica reconocidareferida a la firma electrónica avanzada basadaen un certificado reconocido y generada median-te un dispositivo seguro de creación de firma.

La implementación de firma electrónica en elDNI electrónico, conforme a lo dispuesto en elRD 1553/2005 por el que se regula la expedicióndel Documento Nacional de Identidad y sus cer-tificados de firma electrónica, permitirá a los ciu-dadanos realizar trámites a través de medioselectrónicos firmando sus comunicacionesmediante la firma incorporada en su DNI. Ellofacilitará la contratación electrónica de seguros.En esta línea, el artículo 3.3 de la LFE, tras lamodificación operada por la Ley 56/07 LMISI,dispone que el soporte en que se hallen los datosfirmados electrónicamente será admisible comoprueba documental en juicio. Si se impugnare laautenticidad de la firma electrónica reconocidase procederá a comprobar que se trata de unafirma electrónica avanzada basada en un certifi-cado reconocido, que cumple todos los requisitosy condiciones establecidos en esta Ley para estetipo de certificados, así como que la firma se hagenerado mediante un dispositivo seguro de cre-ación de firma electrónica. La carga de la pruebacorresponderá a quien haya presentado el docu-mento electrónico firmado con firma electrónicareconocida. Si dichas comprobaciones obtienenun resultado positivo, se presumirá la autentici-dad de la firma electrónica reconocida con la quese haya firmado dicho documento electrónicosiendo las costas, gastos y derechos que origine lacomprobación exclusivamente a cargo de quienhubiese formulado la impugnación. Si, a juiciodel tribunal, la impugnación hubiese sido teme-raria, podrá imponerle, además, una multa de120 a 600 euros. Si se impugna la autenticidad dela firma electrónica avanzada, con la que sehayan firmado los datos incorporados al docu-mento electrónico, se estará a lo establecido en elapartado 2 del artículo 326 de la Ley de Enjui-ciamiento Civil. Junto a la firma electrónica estánprevistos otros mecanismos como la presencia deun tercero de confianza o prestador de serviciosde certificación (artículo 15 LFE); el certificado

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electrónico, regulado en LFE 59/03, que tambiénpuede facilitar la contratación electrónica deseguros privados.

5.1.2.3. Capacidad y el consentimiento de laspartes

El artículo 23 ley 34/02, LSSICE regula la validezy eficacia de los contratos celebrados por vía elec-trónica, señalando que producirán todos los efec-tos previstos por el ordenamiento jurídico, cuan-do concurran el consentimiento y los demásrequisitos necesarios para su validez. Rigiéndose,en estos aspectos, por lo dispuesto en este Título,por los Códigos Civil y de Comercio y por las res-tantes normas civiles o mercantiles sobre contra-tos, en especial, las normas de protección de losconsumidores y usuarios y de ordenación de laactividad comercial». Como otros contratos deseguro, la perfección del contrato celebrado pormedios electrónicos o a distancia se produce conla concurrencia del consentimiento de las partessobre el acuerdo (oferta del asegurador y acepta-ción del tomador) sin que sea necesario previoacuerdo de partes sobre la utilización de medioselectrónicos en la formación y perfección delcontrato (artículo 23.2. LSSICE).

Tradicionalmente su regulación se encontra-ba en los artículos 6 bis y 83 a) LCS. En líneasgenerales, su régimen jurídico sigue las normasde la contratación general previstas en los artí-culos 1262 Cc y 54 Ccom, con las modulacionesque introdujo la Disposición Adicional 4ª de laley 34/02 LSSICE, en cuya virtud, «el consenti-miento se manifiesta por el concurso de la oferta y dela aceptación sobre la cosa y la causa que han de cons-tituir el contrato. Hallándose en lugares distintos elque hizo la oferta y el que la aceptó, hay consenti-miento desde que el oferente conoce la aceptación odesde que, habiéndosela remitido el aceptante, nopueda ignorarla sin faltar a la buena fe. El contrato,en tal caso, se presume celebrado en el lugar en que sehizo la oferta. En los contratos celebrados mediantedispositivos automáticos hay consentimiento desde quese manifiesta la aceptación.»

La oferta se rige conforme a lo dispuesto enlos artículos 27 LSSICE y 60 LOSSP. La acepta-ción, de acuerdo con el artículo 40 LOCM, debeconsistir en una declaración de voluntad expresadebiendo comunicar, el asegurador al tomador,la recepción de la aceptación. Comunicación quetiene carácter informativo, cuyo incumplimientoes configurado como falta leve del 39.4 LSSICE.La perfección del contrato se produce desde queel tomador emite electrónicamente su aceptación(DA4ª LSSICE y artículos 28.2 LSSICE y 1262Cc) sin que la obligación de comunicación corres-pondiente al asegurador sobre la recepción de laaceptación incida en este punto.

La validez y eficacia de las declaraciones elec-trónicas (23.3 LSSICE y 3.4LFE) quedan plena-mente confirmadas en nuestro ordenamiento.No obstante, en la práctica algunas dificultadesse pueden plantear relativas tanto a la identifica-ción de los sujetos que intervienen en el contratocomo en lo concerniente al alcance de la declara-ción electrónica emitida, concretamente, laautenticidad de la declaración y la integridad desu contenido. El desarrollo de relaciones jurídi-cas en el entorno de las tecnologías de la infor-mación implica la existencia de riesgos e incerti-dumbres relacionadas con la identidad de laspartes contratantes y su capacidad. Y, aunque esposible acceder por vía telemática a registrospúblicos que permiten corroborar la capacidadde algunos sujetos, las dudas exigen la adopciónde medidas para determinar, cuando sea necesa-rio, tanto la responsabilidad del prestador delservicio que expidió el certificado, como la inte-gridad del contenido de las declaraciones ycomunicaciones. El acuse de recibo proporcionaregistro sobre la recepción de la comunicaciónaunque no respecto a la integridad del mensaje.El artículo 28 LSSICE lo configura como unaobligación ineludible en contratos de consumo,como prueba de la existencia del contrato perosin que su omisión, como decíamos, impida laperfección del mismo. También se prevé la con-firmación de declaraciones electrónicas de conte-nido negocial o la intervención de notarios, feda-tarios públicos o mediadores; así como la actua-ción en el proceso negocial de representantes,

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intermediarios (artículo 7 LFE) o agentes elec-trónicos.

No obstante, la no presencia física de las par-tes contratantes continúa suscitando algunas pro-blemas en orden a verificar el cumplimiento deaquellos extremos. Las vías articuladas para ellohan sido varias. Como se ha señalado, la firmaelectrónica es una solución satisfactoria cuyo usoha sido favorecido tanto por el legislador comopor las empresas, adquiriendo especial relevan-cia en el sector. Las dificultades para acceder aeste instrumento están tratando de ser superadasmediante iniciativas que facilitan la utilización demedios electrónicos por los ciudadanos. En estalínea, el DNI electrónico, al que hemos hechoreferencia, y el Certificado reconocido, que regu-la la LFE en su artículo 11, pueden constituir ele-mentos imprescindibles en esta verificación. Setrata de certificados expedidos por un prestadorde servicios de certificación que cumpla las exi-gencias previstas en la ley (Real Decreto1586/2009, de 16 de octubre, por el que se modi-fica el Real Decreto 1553/2005, de 23 de diciem-bre, por el que se regula la expedición del Docu-mento Nacional de Identidad y sus certificadosde firma electrónica). La necesidad de generar laconfianza de los ciudadanos en las comunicacio-nes telemáticas ha justificado la elaboración deun conjunto de medidas legislativas, para la cre-ación de instrumentos capaces de acreditar laidentidad de los intervinientes en las comunica-ciones electrónicas y asegurar la procedencia y laintegridad de los mensajes intercambiados. Elnacimiento del Documento Nacional de Identi-dad electrónico (DNIe) responde, por tanto, a lanecesidad de otorgar identidad personal a losciudadanos para su uso en la nueva Sociedad dela Información, además de servir de impulsor dela misma. Así, el DNIe es la adaptación del tradi-cional documento de identidad a la nueva reali-dad de una sociedad interconectada por redes decomunicaciones. De este modo, cada ciudadanopodrá hacer realizar múltiples gestiones deforma segura a través de medios telemáticos yasegurando la identidad de los participantes enla comunicación.

5.2.4. La internacionalización del contrato de seguroelectrónico

La utilización de medios electrónicos favorece,como decíamos, el desarrollo de relaciones jurí-dicas conectadas con distintos Estados. El uso deredes abiertas, como Internet, permite que lainformación y las posibilidades de contrataciónque ofrecen las entidades aseguradoras no selimiten territorialmente sino que a ellas puedanacceder desde distintas partes del mundo.

Esta circunstancia requiere, por la peculiari-dad que introduce, una regulación específica. Enlíneas generales, aunque los mayores problemasse plantean en el ámbito de los litigios relativos alos contratos internacionales de seguros (aspectoque será abordado en el capítulo siguiente, al quenos remitimos), la ausencia de una normativainternacional también introduce algunas dificul-tades. Así, por ejemplo, la falta de normas unifi-cadoras que regulen el tratamiento de datos decarácter personal o las relativas a la proteccióndel tomador-consumidor tiene un efecto disuaso-rio en orden a la utilización de estas tecnologíasde la información. Por ello, el desarrollo delcomercio electrónico está en función del nivel deintegración jurídica alcanzado.

5.3. LA PROTECCIÓN DE CONSUMIDORES

Las especialidades propias del contrato de segu-ro, proyectadas en la necesidad de otorgar unamayor protección al tomador del seguro, obliga-ron al legislador a establecer algunas peculiari-dades relativas, entre otros aspectos, al estableci-miento de un tiempo suficiente para reflexionarsobre las condiciones definitivas del contrato o lainformación que debe ofrecerse. En los contratoselectrónicos estas medidas se mantienen aña-diéndose, en algunos aspectos, mayores exigen-cias derivadas del medio utilizado para contratarasí como de la necesidad de tutelar al consumi-dor, parte débil de la relación jurídica. Además,en este marco, debe también hacerse referencia ala protección de datos de carácter personal, unode los aspectos que se proyecta en la confianza o

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desconfianza del consumidor en orden a la utili-zación de medios electrónicos en sus relacionescontractuales.

5.3.1. El deber de información de la entidadaseguradora

La fase precontractual, tras la cual y una vez queel tomador acepta la proposición realizada por elasegurador, se perfecciona el contrato de seguroestá destinada a la protección del consumidor. Sitradicionalmente estaba regulada en los artículos60 LOSSP y 6 de la LCS, en el marco de la con-tratación electrónica ha sido objeto de importan-tes modificaciones. En un primer momento, lareforma operada por la Ley 34/03 de los precep-tos citados, consagró el deber de la aseguradorade información al tomador y permitió la mate-rialización de este deber en el marco de un siste-ma de prestación de servicios a distancia organi-zado por el asegurador mediante el uso de técni-cas que suponen la inexistencia de presencia físi-ca simultánea de las partes contratantes. El con-tenido de este deber de información es diferentesegún quién sea el tomador del seguro (personafísica o jurídica/corredor de reaseguro) y según eltipo de producto contratado. Así, por ejemplo,en el seguro de vida, en el que el tomador asumeel riesgo de la inversión, deberá informarse deforma clara y precisa de que el importe a percibirdepende de las fluctuaciones en los mercadosfinancieros, ajenos al control del asegurador.

La exigencia de proporcionar al consumidorinformaciones previas a la celebración del con-trato no difiere según nos encontremos ante uncontrato celebrado por medios tradicionales oelectrónicos. No obstante, el contenido de lainformación en uno y otro caso sí es diferente.Cuando se utilizan medios electrónicos es nece-sario que se proporcione al consumidor unainformación adicional sobre el prestador del ser-vicio, los pasos del proceso negociador y sobre elmedio utilizado. Junto al artículo 27 LSSICE,tras la reforma operada por Ley 56/07, el artícu-lo 7 de la Ley 22/07 señalan que la entidad ase-guradora deberá informar, como mínimo, al con-

sumidor con tiempo suficiente y antes de queéste asuma cualquier obligación derivada de laoferta o del contrato a distancia, de un amplioabanico de aspectos relacionados tanto con elpropio proveedor como con el servicio financie-ro, el contrato a distancia y los medios de recla-mación e indemnización de que dispone.

En relación con el proveedor, la informacióndeberá versar sobre su identidad y actividad prin-cipal, la dirección geográfica en la que esté esta-blecido y cualquier otra dirección geográfica queproceda para las relaciones del consumidor conel proveedor; cuando intervenga un representan-te del proveedor establecido en el Estado miem-bro de residencia del consumidor, la identidad dedicho representante legal, la calidad con la queéste actúa, su dirección geográfica, teléfono, faxy, en su caso, correo electrónico a los cualespueda dirigirse el consumidor para sus relacio-nes con el representante, así como la identidadcompleta del proveedor; en caso de que las rela-ciones comerciales del consumidor sean conalgún profesional distinto del proveedor, comolos representantes o intermediarios de entidadesfinancieras, la identidad de dicho profesional, lacondición con arreglo a la que actúa respecto alconsumidor y la dirección geográfica que proce-da para las relaciones del consumidor con el pro-fesional; estando inscrito el proveedor de un con-trato de seguro a distancia en un registro públi-co, deberá informar al consumidor del registroen el que esté inscrito y su número de registro, omedios equivalentes de identificación en dichoregistro; estando sujeta su actividad a un régimende autorización, deberá facilitar los datos de lacorrespondiente autoridad de supervisión.

En cuanto al servicio financiero, en materia deseguro, deberá ofrecer al cliente una descripciónde las principales características del serviciofinanciero: el precio total que debe pagar el con-sumidor al proveedor del servicio financiero, coninclusión de todas las comisiones, cargas y gastos,así como todos los impuestos pagados a travésdel proveedor o, cuando no pueda indicarse unprecio exacto, la base de cálculo que permita alconsumidor comprobar el precio; en su caso, unaadvertencia que indique que el servicio financie-

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ro está relacionado con instrumentos que impli-can riesgos especiales, tales como los de escasa onula liquidez, la posibilidad de que no se reem-bolsen íntegramente los fondos depositados o deque el precio del servicio se incremente de mane-ra significativa, ya deriven de sus característicasespecíficas o de las operaciones que se vayan aejecutar o cuyo precio depende de fluctuacionesen mercados financieros ajenos al control delproveedor, y cuyos resultados históricos no sonindicadores de resultados futuros; la indicaciónde que puedan existir otros impuestos o gastosque no se paguen a través del proveedor o que nolos facture él mismo; toda limitación del períododurante el cual la información suministrada seaválida; las modalidades de pago y de ejecución;cualquier coste suplementario específico para elconsumidor inherente a la utilización de la técni-ca de comunicación a distancia, en caso de que serepercuta dicho coste.

En cuanto al contrato a distancia, deberáinformarle sobre la existencia de derecho de des-istimiento, así como las consecuencias de la faltade ejercicio de ese derecho y su pérdida cuando,antes de ejercer este derecho, se ejecute el con-trato en su totalidad por ambas partes, a peticiónexpresa del consumidor; sobre las instruccionespara ejercer el derecho de desistimiento, indi-cando, entre otros aspectos, a qué dirección pos-tal o electrónica debe dirigirse la notificación deldesistimiento; la duración contractual mínima,en caso de contratos de prestación de serviciosfinancieros permanentes o periódicos; informa-ción acerca de cualquier otro derecho que pue-dan tener las partes para resolver el contratoanticipadamente o unilateralmente con arreglo alas condiciones del contrato, incluidas las penali-zaciones que pueda contener el contrato en esecaso; el Estado o Estados miembros en cuya legis-lación se basa el proveedor para establecer rela-ciones con el consumidor, antes de la celebracióndel contrato; las cláusulas contractuales, si lashubiere, relativas a la ley aplicable al contrato adistancia y a la jurisdicción competente paraconocer el asunto; la lengua o las lenguas en quelas condiciones contractuales y la informaciónprevia se presentan, y la lengua o lenguas en que

podrá formalizarse el contrato y ejecutarse lasprestaciones derivadas del mismo, de acuerdocon el consumidor.

Por último, en cuanto a los medios de recla-mación e indemnización, la información quedebe dar al consumidor se refiere a qué sistemasde resolución extrajudicial de conflictos, decarácter público o privado, puede tener acceso ycómo puede acceder a ellos y a la existencia defondos de garantía u otros mecanismos deindemnización, sean de carácter obligatorio ovoluntario.

Toda esta información deberá suministrarseindicando inequívocamente su finalidad comer-cial y se comunicará de manera clara y compren-sible por cualquier medio que se adapte a la téc-nica de comunicación a distancia utilizada, res-petando debidamente, en particular, los princi-pios de buena fe en las transacciones comercialesy los principios que regulan la protección de laspersonas que carecen de capacidad de obrar y losderechos en materia de accesibilidad universalde las personas con discapacidad.

El deber de información contemplado en elartículo 7, que ha de efectuarse en la fase pre-contractual, deberá ser conforme y no impedir laaplicación de aquellas disposiciones especialesque, en función del servicio financiero de que setrate exijan la necesidad de informar al consumi-dor sobre otros elementos del contrato. En nues-tro caso, dado el carácter mínimo de la relaciónde informaciones que debe comunicar el provee-dor al consumidor conforme al artículo 7 Ley22/07, nada impide la aplicación de las concretasprevisiones recogidas en los artículos 60TRLOSSP y 6 LCS.

La materialización de este deber de informa-ción se lleva a cabo por el asegurador mediantela puesta a disposición del tomador de las condi-ciones contractuales en soporte duradero accesi-ble y con antelación suficiente al momento en elque el tomador asuma cualquier obligación. Untiempo que varía según los ramos afectados. Así,por ejemplo, el deber de información en el casode los contratos de seguro de vida se extiendedurante toda la vigencia del contrato. Las condi-

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ciones generales se incorporan al contrato si hansido debidamente puestas a disposición deltomador por el asegurador (artículo 27 LSSICE).La ley establece la necesidad de comunicar alconsumidor todas las condiciones contractuales.Todas estas informaciones se transmitirán ensoporte de papel u otro soporte duradero accesi-ble al consumidor, con suficiente antelación a laposible celebración del contrato a distancia o a laaceptación de una oferta y, en todo caso, antes deque el consumidor asuma las obligacionesmediante cualquier contrato a distancia u oferta.

Cuando el contrato se hubiera celebrado apetición del consumidor utilizando una técnicade comunicación a distancia que no permitatransmitir las condiciones contractuales, la obli-gación de comunicarlas deberá cumplirse por elproveedor inmediatamente después de la forma-lización del contrato, sin perjuicio del cumpli-miento de los requisitos de incorporación de lascondiciones generales de contratación. Asimis-mo, esta previsto que en cualquier momento dela relación contractual, el consumidor tendráderecho, si así lo solicita, a obtener las condicio-nes contractuales en soporte de papel; y a cam-biar la técnica o técnicas de comunicación a dis-tancia utilizadas, salvo que sea incompatible conel contrato celebrado o con la naturaleza del ser-vicio financiero prestado.

El incumplimiento de los requisitos relativos ala información previa que se deriven de los con-tratos, así como los relativos a la comunicación dedicha información previa podrá dar lugar a lanulidad de los contratos, de acuerdo con lo pre-visto en la legislación española.

5.3.2. Derecho de desistimiento

Un segundo eje a través del cual se vertebra ennuestro Ordenamiento la protección del consu-midor se concreta en la consagración de un dere-cho excepcional que le permite poner fin, unila-teralmente, a un contrato válido. La regulaciónde este derecho se recoge, con carácter general,en el RDLegislativo 1/2007, de 16 de noviembre,texto refundido de la Ley General de Defensa de

Consumidores y Usuarios (BOE 30 de noviembrede 2007) (LGDCU) y en algunas legislacionesespeciales. Entre estas últimas, y a los efectos deeste trabajo, debe destacarse la LCS y la Ley22/07 sobre Comercialización a Distancia de Ser-vicios Financieros Destinados a los Consumido-res. La aplicación del régimen general, recogidoen la LGDCU, se produce con carácter subsidia-rio respecto del régimen especial. El consumidorno goza, como tal, del derecho de desistimiento,sino sólo en la medida en la que ese derecho esreconocido bien legalmente, en la legislaciónespecífica, bien convencionalmente, en el contra-to celebrado.

En el marco del contrato electrónico de segu-ro este derecho tiene un origen legal. La reformaen el artículo 6 LCS incluye un nuevo artículo 6bis que reconoce al tomador, persona física, de uncontrato de seguro celebrado a distancia, distintodel de vida, la facultad unilateral de resolver elcontrato sin necesidad de indicar motivos y sinestablecer penalización alguna, en el plazo de 14días desde la recepción de las condiciones. En elcaso de los contratos de seguro sobre la vida, elartículo 83 LCS fue reformado reconociendo altomador del seguro esta misma facultad unilate-ral de resolver el contrato en el plazo de 30 díasdesde la entrega de la póliza o documento decobertura provisional; o, siendo un contrato adistancia, el plazo se computará desde que seinforme al consumidor de que el contrato ha sidocelebrado. No obstante, si el consumidor nohubiera recibido las condiciones contractuales yla información contractual indicada en el artícu-lo 7.1, el plazo para ejercer el derecho de desisti-miento comenzará a contar el día en que recibala citada información. En idénticos términos hasido redactado el artículo 10 de la Ley 22/07. Enesta última se excluye, expresamente, el derechode desistimiento en los contratos de seguros enlos que el tomador asume el riesgo de la inver-sión, así como los contratos en los que la rentabi-lidad garantizada esté en función de inversionesasignadas a los mismos; tampoco a los contratosde seguros de viaje o equipaje de una duracióninferior a un mes, ni aquéllos cuyos efectos ter-minen antes del plazo al que se refiere el aparta-

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do 1. Tampoco a los contratos que den cumpli-miento a una obligación de aseguramiento deltomador, ni los planes de previsión asegurados.

Estas disposiciones conceden, imperativa-mente, al consumidor el derecho de desistimien-to rigiéndose su ejercicio por aquéllas y, subsidia-riamente, por el régimen general previsto en laLGDCU (artículo 68). No obstante, si bien entreambas regulaciones se aprecian algunas similitu-des, también se observan algunas divergencias.Así, por ejemplo, mientras que la LGDCU en suartículo 69 hace referencia al deber de informa-ción de la empresa sobre el derecho de desisti-miento y la obligación de entregar un «documentode desistimiento», la Ley 22/07 no impone esta últi-ma obligación. La diferencia, en aras a la finali-dad tuitiva de las disposiciones referidas, debesalvarse integrando la previsión contenida en elrégimen general. También se aprecian diferen-cias en relación con las consecuencias del incum-plimiento de la obligación de informaciónimpuesta al proveedor en los artículos 71LGDCU y 10 Ley 22/07, sin embargo, en estesupuesto esta última establece un sistema preva-lente que implica una prórroga ilimitada delplazo para el ejercicio del derecho que no empe-zará hasta que el consumidor no reciba la infor-mación. Régimen prevalente y también dispar encuanto a las consecuencias del ejercicio del dere-cho desistimiento a las que se refieren los artícu-los 74 LGDCU y 11 Ley 22/07, incluyendo éstaúltima la obligación del consumidor de sufragarel coste del servicio financiero realmente presta-do por el proveedor de conformidad con el con-trato hasta el momento del desistimiento, reem-bolso que no podrá exigir el proveedor que nopruebe el cumplimiento de su obligación deinformación.

Las similitudes se proyectan en relación conlas formalidades y prueba del ejercicio del dere-cho. Se prevé que el consumidor que ejerza elderecho de desistimiento lo habrá de comunicaral proveedor en los términos previstos por el con-trato, antes de que finalice el plazo correspon-diente, por un procedimiento que permita dejarconstancia de la notificación de cualquier modoadmitido en Derecho. Se considerará que la noti-

ficación ha sido hecha dentro de plazo si se haceen un soporte de papel o sobre otro soporteduradero, disponible y accesible al destinatario, yse envía antes de expirar el plazo.

5.3.3. Protección de datos personales

Entre las obligaciones de las entidades asegura-doras destinadas a la tutela del consumidor, laprotección de datos personales adquiere unaespecial relevancia; siendo, además, uno de losaspectos que más preocupa al consumidor y quese proyecta sobre su posible utilización de medioselectrónicos. Junto a la Ley Orgánica 15/1999, de13 de diciembre, de protección de datos decarácter personal (LOPD) y el Real Decreto1720/2007, de 21 de diciembre, por el que seaprueba el Reglamento de desarrollo de aquélla,tanto las normas sobre comercio electrónico yalgunas disposiciones específicas sobre contratode seguro, contienen previsiones sobre esta mate-ria.

Con carácter general, el tratamiento de datospersonales requiere el consentimiento inequívo-co del titular de los datos. Esta exigencia se pro-yecta en las obligaciones impuestas en orden ainformar al consumidor acerca del uso concretoque se realizará de sus datos personales y agarantizarle la facultad de control y conocimien-to de cualquier suceso que pueda afectar a susdatos con el fin de proteger se intimidad. En estemarco, la LOPD concede al titular de los datospersonales los derechos de consulta, de conoci-miento, de acceso, rectificación, cancelación,oposición, tutela e indemnización.

Estrecha relación con este aspecto guardan lascomunicaciones de correo publicitarias no solici-tadas. La legislación española prohíbe la remi-sión de este tipo de comunicaciones sin embargopermite que el prestador del servicio puedaemplear la dirección de correo electrónico de susclientes para remitir publicidad de servicios simi-lares a los que fueron objeto de contratación (art.21 LSSICE). Junto a la necesidad de ofrecer alconsumidor la posibilidad de oponerse al trata-miento de sus datos con fines promocionales, se

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contienen otras medidas que tratan de protegeral consumidor de este tipo de actuaciones. Así, laLey 56/07, establece la obligación de identificarclaramente las comunicaciones comerciales reali-zadas por vía electrónica mediante la utilizacióndel término «publi» y el RD 1720/07 contieneuna importante novedad en este punto al regularlas denominadas «listas robinson», configuradascomo listas de exclusión que permiten a cual-quier afectado que no quiera recibir publicidadno solicitada. Un lista que debe ser consultadapor las empresas e instituciones antes de lanzaruna campaña publicitaria para cuyo desarrolloutilicen datos personales.

5.4. INCIDENCIA EN LA DISTRIBUCIÓN,DIRECTA E INDIRECTA, DE SEGUROSPRIVADOS

Los medios electrónicos, informáticos y telemá-ticos presentan indudables ventajas tanto paralos clientes/consumidores, que pueden accedercómodamente a una amplia información, comopara las empresas aseguradoras, para las queconstituye un excelente canal de distribución ydesarrollo en la gestión y promoción de las acti-vidades aseguradoras. Internet, máximo expo-nente de este desarrollo, favorece la celebraciónde intercambios comerciales, de información, deutilización de determinados contenidos, en losque además de intervenir una pluralidad desujetos no hay limitaciones ni espaciales ni tem-porales.

Ahora bien, la realidad muestra, también, losinconvenientes que estos medios pueden plantear.Las oportunidades que ofrece el comercio elec-trónico se proyectan sobre la distribución de losseguros privados obligando a los sujetos partici-pantes en el mercado de los seguros a adaptarsea esta realidad y a las necesidades y cambios queimplica. Las entidades aseguradoras y mediado-ras, de un lado, deben adecuar y actualizar susestructuras organizativas y flexibilizar sus estrate-gias. Esta necesidad de adaptación constituyeuna obligación impuesta por la Ley 56/07 relati-va a las medidas de impulso de la sociedad de la

información que en su artículo 2 dispone que «lasempresas que presten servicios al público en general deespecial trascendencia económica, (entre las que seincluyen aquellas que llevan a cabo operaciones deseguros privados, los planes de pensiones y la actividadde mediación de seguros), deberán facilitar a sus usua-rios un medio de interlocución telemática que, median-te el uso de certificados reconocidos de firma electróni-ca, les permita la contratación electrónica de servicios,suministros y bienes, la modificación y finalización orescisión de los correspondientes contratos, así comocualquier acto o negocio jurídico entre las partes, sinperjuicio de lo establecido en la normativa sectorial.También deben permitir la consulta de sus datos decliente, que incluirán información sobre su historial defacturación de, al menos, los últimos tres años y el con-trato suscrito, incluidas las condiciones generales si lashubiere. Asimismo, deben facilitar la presentación dequejas, incidencias, sugerencias y, en su caso, reclama-ciones, garantizando la constancia de su presentaciónpara el consumidor y asegurando una atención perso-nal directa. Y, por último, permitir el ejercicio de susderechos de acceso, rectificación, cancelación y oposi-ción en los términos previstos en la normativa regula-dora de protección de datos de carácter personal.»

En el caso de los mediadores esta necesariaadecuación va más allá debido a los efectos nega-tivos que el desarrollo del comercio electrónicoproduce en su actividad de intermediación.

La realidad práctica muestra como las entida-des aseguradoras, a día de hoy, ponderan la uti-lización de Internet con los propios canales dedistribución tradicionales. Actualmente, segúndatos de DGSFP, la importancia práctica delcomercio electrónico para la celebración de con-tratos de seguro de vida es poco relevante. Sinembargo, estos mismos datos muestran cómo enlos últimos años se ha ido produciendo una evo-lución positiva de este canal de distribución. Evo-lución positiva que tiene como contrapartida unatendencia negativa, mantenida durante los últi-mos años en otros canales de distribución, que seconcreta en una disminución del número deagentes de seguros. Las tecnologías de la infor-mación están favoreciendo la «desintermedia-ción» en el sector de los seguros. Ahora bien, la

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necesidad de adaptación de los mediadores a lanueva realidad se proyecta en una tendencia a la«profesionalización» del sector acorde con elnuevo papel que asumen. Se está produciendoun aumento del número de agentes de segurocon un volumen de negocio mayor a los que seles exige mayor preparación y dedicación.

De otro lado, los clientes deben adaptarsehaciendo un correcto uso de la cantidad de infor-mación que se le ofrece y conociendo las medidasde protección articuladas para la tutela de susintereses. Del mismo modo que la Administra-ción pública está favoreciendo el acceso electró-nico de los ciudadanos, sería conveniente que lasempresas, en general, y las del sector seguro, enparticular, apostaran por la inversión en tecnolo-gías de la información, facilitando la contrata-ción electrónica que implicará mayor amplituddel mercado y menos costes a largo plazo.

CONCLUSIONES

El análisis de los canales de distribución del segu-ro en España debe abordarse teniendo en cuen-ta, de un lado, la diversidad de vías de distribu-ción utilizadas; y, de otro, el contexto social, eco-nómico y jurídico, en el que se desarrollan. Losseguros privados pueden ser comercializadosindirectamente, a través de mediadores, o direc-tamente por las entidades aseguradoras bien ensus propias oficinas bien a través de los mediosque ofrecen las tecnologías de la información. Laelección del canal y/o del medio a utilizar paradistribuir los seguros privados está en función dela estrategia empresarial adoptada por la entidadaseguradora.

La distribución de seguros privados a travésde mediadores se ve favorecida por la Ley deMediación. Respondiendo a las iniciativas comu-nitarias, el legislador español adaptó la regula-ción española sobre mediación a los principioscomunitarios de libertad de establecimiento yprestación de servicios, instaurando la uniformi-dad de las condiciones exigibles a los mediadoresen el mercado comunitario. Además de ofrecer

una delimitación más clara y concisa de las figu-ras de mediadores, la ley ofreció cobertura legala una realidad práctica: la intervención de losoperadores banca-seguros. En el momentoactual, este último canal de distribución haadquirido especial relevancia, pues la disposiciónpor parte de las entidades bancarias de informa-ción relevante sobre la situación financiera de susclientes les permite, como intermediarios, ofre-cerles los productos asegurativos que más se ade-cuan a sus necesidades prestándoles, de estemodo, un servicio financiero global integradopor productos de ahorro e inversión, seguros ypréstamos.

La LMSRP, no proporciona para los auxiliaresun catálogo de las funciones que les son propiasmencionando sólo, con un criterio positivo, lasfunciones de captación de clientela y de tramita-ción administrativa y, con un criterio negativo,impidiendo que puedan prestar asistencia en lagestión, ejecución y formalización de los contra-tos de seguro, así como realizar labores de aseso-ramiento. Esta cuestión fue aclarada en granparte, mediante consulta de la DGSFP de 19 demarzo de 2007, en respuesta a una cuestión for-mulada por UNESPA. No obstante, es deseableque el legislador de cumplimiento a la previsióncontenida en el art. 8.4 LMSRP que autoriza alMinisterio de Economía para que, mediante unaOrden concrete las funciones de los auxiliaresprecisando el legislador que, en ningún caso,cabe atribuirles el asesoramiento.

La realidad del mercado globalizado incide enla distribución de los seguros privados plantean-do nuevos retos a los que han de enfrentarsetodos los sujetos que en él intervienen. Las enti-dades aseguradoras y mediadoras, que debenabordar los desafíos de este mercado modifican-do sus estrategias y su forma de actuación. Losconsumidores también deben abordar estos cam-bios teniendo pleno conocimiento e informaciónacerca de las posibilidades que se les ofrecen y delos derechos y obligaciones que tienen en estemarco.

La importancia de la distribución de contratosde seguros por medios electrónicos o a distancia

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es, actualmente, mínima pero creciente. En pri-mer lugar, es mínima debido a la relativamentereciente regulación del comercio electrónico.Regulación que se caracteriza por la coexistenciade una pluralidad de normas sujetas a constantesmodificaciones. En segundo lugar, es creciente,porque las tecnologías de la información ofrecenimportantes ventajas tanto para los clientes, favo-reciendo la búsqueda rápida de información,como para las empresas, para las que su utiliza-ción implica menor coste. Sin embargo, en con-trapartida, aunque hay mayor utilización de estosmedios, su destino no resulta ser la conclusión decontratos sino la información, lo que incide sobrela actuación de mediadores que ven limitada suparticipación en cuanto a actividad informadoray preparatoria del contrato. En tercer lugar, laimportancia de los medios electrónicos varía enfunción del ramo afectado. Mientras que enseguros de vida, por sus peculiaridades, su rele-vancia es menor, en otros seguros (automóvil,hogar…) los medios electrónicos están teniendomayor virtualidad.

Atendiendo a la realidad del sector se reco-mendaría que las entidades aseguradoras hicie-ran una mayor inversión en el ámbito de las nue-vas tecnologías y un esfuerzo en orden a la for-mación de sus para facilitar, así, la celebración decontratos por medios electrónicos. Asimismo,como consecuencia de la desintermediación fi-nanciera que puede derivarse, se propondría larevitalización de los mediadores de seguros pri-vados mediante su alta formación a través de suprofesionalización, lo que redundará en la cali-dad del servicio ofertado y determinará la nece-sidad de que el cliente recurra al asesoramientodel mediador para la contratación del seguro.

La protección del tomador de seguros priva-dos, en tanto que consumidor, se configura comoprincipio básico de la ordenación jurídica de estesector, informando las soluciones adoptadastanto en el marco de la ley de mediación como enorden a las especialidades de la contratación delseguro, en general, y electrónica en particular.

Esta finalidad tuitiva se proyecta en distintosaspectos que son analizados en el estudio y que se

concretan en los siguientes puntos: 1) en el esta-blecimiento de una fase precontractual a travésde la cual se pretende dotar al tomador del segu-ro de un tiempo suficiente para reflexionar sobrelas condiciones del contrato ofertado. 2) en elestablecimiento, con carácter general para lasentidades aseguradoras y todas las figuras demediadores, de un amplio deber de informaciónno limitado a esta fase precontractual sino pro-rrogado durante toda la vida del contrato y conposterioridad al siniestro. 3) se instaura el dere-cho de desistimiento; 4) se impone la obligacióna los mediadores de ofrecer un servicio de aten-ción al cliente o defensor del asegurado, comovía extrajudiciales de resolución de conflictos.

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ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA

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