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CARLOS LUIS FALLAS: VISION DE CONJUNTO POR MANUEL PICADO Universidad de Costa Rica I La figura de Carlos Luis Fallas evoca de inmediato la multiplicidad de sus caminos y tareas a la vez que la constancia de sus luchas y posi- ciones. Nacido en Alajuela en 1909, Fallas es testigo obligado de aconteci- mientos decisivos de la historia nacional y mundial. Sin embargo, tal como ya en 1933 lo habia advertido Carmen Lyra 1, Fallas no se limita al pues- to del espectador contemplativo. En efecto, durante casi cuatro decadas es actor destacado en los mds diversos papeles de la escena social: lider campesino y obrero, politico respetado por seguidores y enemigos, escritor de difusi6n mundial, jefe militar por circunstancias, son algunas facetas de su fecunda vida. A los veintid6s afios ya tiene seis de experiencia en el litoral atldntico de Costa Rica. Ahi ejerce variados oficios y conoce en camrne propia las condiciones laborales de la United Fruit Company. En relaci6n muy es- trecha con los avatares de esta 6poca, en julio de 1931 ingresa en el recien fundado Partido Comunista, organizaci6n de la cual se convertiria en eje primordial y en la que se mantuvo hasta su muerte, acaecida en 1966. En las primeras decadas de este siglo habian surgido en el pais los primeros intentos de organizaci6n popular, y estos movimientos afectarin decisivamente nuestra vida social. Ellos conducen, por ejemplo, a la fun- 1 Refirindose a las primeras intervenciones politicas del escritor, dice Carmen Lyra a un periodista: «<Viera usted qu6 fuerte es en historia Carlos Luis Fallas. Eso si, no se ha limitado a contemplarla como mere espectador>> (Trabajo, 12-XI-1933, p. 2).

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CARLOS LUIS FALLAS: VISION DE CONJUNTO

POR

MANUEL PICADOUniversidad de Costa Rica

I

La figura de Carlos Luis Fallas evoca de inmediato la multiplicidadde sus caminos y tareas a la vez que la constancia de sus luchas y posi-ciones.

Nacido en Alajuela en 1909, Fallas es testigo obligado de aconteci-mientos decisivos de la historia nacional y mundial. Sin embargo, tal comoya en 1933 lo habia advertido Carmen Lyra 1, Fallas no se limita al pues-to del espectador contemplativo. En efecto, durante casi cuatro decadases actor destacado en los mds diversos papeles de la escena social: lidercampesino y obrero, politico respetado por seguidores y enemigos, escritorde difusi6n mundial, jefe militar por circunstancias, son algunas facetasde su fecunda vida.

A los veintid6s afios ya tiene seis de experiencia en el litoral atldnticode Costa Rica. Ahi ejerce variados oficios y conoce en camrne propia lascondiciones laborales de la United Fruit Company. En relaci6n muy es-trecha con los avatares de esta 6poca, en julio de 1931 ingresa en el recienfundado Partido Comunista, organizaci6n de la cual se convertiria en ejeprimordial y en la que se mantuvo hasta su muerte, acaecida en 1966.

En las primeras decadas de este siglo habian surgido en el pais losprimeros intentos de organizaci6n popular, y estos movimientos afectarindecisivamente nuestra vida social. Ellos conducen, por ejemplo, a la fun-

1 Refirindose a las primeras intervenciones politicas del escritor, dice CarmenLyra a un periodista: «<Viera usted qu6 fuerte es en historia Carlos Luis Fallas. Esosi, no se ha limitado a contemplarla como mere espectador>> (Trabajo, 12-XI-1933,p. 2).

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daci6n de un partido politico que, inspirado, entre otras cosas, por laRevoluci6n rusa de 1917, se propone una transformaci6n radical de lasociedad costarricense. Asi, en virtud de sus inquietudes politicas, CarlosLuis Fallas se reine con una generaci6n nueva, que ha hecho ya sus pri-meras experiencias encaminadas a una interpretaci6n diferente de lascaracteristicas econ6micas, sociales y politicas del pais. A partir de suingreso en la actividad partidista, Fallas encuentra el estimulo cordial deCarmen Lyra, su mentora en el campo de las letras, y la amistad defini-dora de Luisa Gonzalez, Manuel Mora, Jaime Cerdas y tantos otros conlos que haria el camino de su vida.

Desde sus inicios en la actividad politica, Carlos Luis Fallas exhibeun carisma indudable, y su propiedad verbal llama la atenci6n. Sin em-bargo, no habia realizado estudios formales avanzados. Curs6 tinicamentela escuela primaria y dos afios de la secundaria. Su capacitaci6n es, sobretodo, un esfuerzo por superarse, a fin de responder adecuadamente a lasnecesidades y presiones de su vida de militante. Esa practica politica es laque le ensefia el grado en que comprender y transformar no son discer-nibles.

El gremio de los zapateros constituy6, para el escritor, el puente haciasu partido. El taller le resulta una escuela de dialectica y de practica dela argumentaci6n. Al aprender el oficio de la zapateria, Fallas, lector in-cansable, ingres6 tambien en uno de los circulos de trabajadores mis pre-ocupados por instruirse. An6cdotas de la 6poca sefialan que el interes deeste gremio por educarse llega al punto de que los trabajadores que nosabian leer reunian dinero a fin de pagar un lector 2. (iHermoso ideal dellibro y la lectura, que de muchas formas contrasta con el panorama dehoy!)

Despues de 1931, la biografia de Carlos Luis Fallas ya no puede se-pararse de la trayectoria de su partido y de la historia de Costa Rica. Esdentro de ese amplio proceso donde se inscribe su funci6n piblica y po-litica: dirigente de la huelga bananera del Atlantico en 1934, regidor mu-nicipal en 1942, diputado al Congreso en 1944. Es tambi6n ahi donde 61halla sentido para una producci6n literaria constitutiva del acervo costa-rricense y por la cual recibe el premio Nacional de Cultura correspondien-te a 1965.

El 14 de noviembre de 1967 la Asamblea Legislativa declar6 Bene-m6rito de la Patria al escritor Carlos Luis Fallas.

2 Cfr. Marielos Aguilar Hernandez, Carlos Luis Fallas y el partido comunistade Costa Rica (Tesis de licenciatura presentada a la Escuela de Historia de la Uni-versidad de Costa Rica en 1981), p. 58.

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II

La vida de Fallas se liga de modo constitutivo a la agitaci6n social ypolitica que en los aios cuarenta resume, en Costa Rica, la efervescenciade las decadas anteriores. Quienes, como el escritor, reciben por esas fe-chas el impacto de la historia, viven algunos eventos internacionales ca-paces de forjar una conciencia y de obligar a una toma de posici6n. Loscontemporaneos de Fallas asisten a la crisis econ6mica mundial del afio1929, viven la Guerra Civil espafiola de 1936, contemplan el auge del na-zismo y del fascismo y saben de la gestaci6n de otra guerra mundial. Porotra parte, en el plano nacional, la huelga bananera de 1934 representauna grave denuncia de las condiciones de vida de miles de compatriotasy es otra muestra de los conflictos sociales que se acumulan por esa 6poca.Es esta acumulaci6n de contradicciones, de variada indole, la que preci-pita la crisis definitiva del modelo liberal de estado propio de la oligarquiacafetalera.

En estas coordenadas sociales, politicas y econdmicas se inserta unfen6meno cultural que marca rumbos in6ditos al pensamiento costarri-cense. En efecto, las condiciones de posibilidad estin dadas para que sur-ja una promoci6n de escritores cuyo punto de arranque puede marcarse,en 1939, con la novela Vida y dolores de Juan Varela, publicada por unjoven de escasos veinticinco afios, Adolfo Herrera Garcia (1914-1975).

La nueva generaci6n de escritores no dispone de un acervo literarioque muestre los rasgos de una tradici6n. Al inicio del siglo ha habido ungrupo de autores que practicamente inauguran la literatura costarricense,pero los del cuarenta se vinculan a ellos, sobre todo, en terminos perso-nales y efectivos. La nueva promoci6n de escritores no parece, entonces,reconocer un pasado literario, y, quiza por eso, en terminos generales, noimpugnan la labor de aquellos que los preceden. Desde un punto de vistaamplio, puede afirmarse que el grupo de escritores del cuarenta no pre-tende un programa literario cabal, y su labor se plantea como derivaci6n,mas o menos inmediata, de sus respectivas experiencias vitales. La litera-tura tiende a representarse como testimonio y memoria.

No obstante, la coexistencia en este periodo de obras tan disimilescomo Mamita Yunai y La ruta de su evasion, o Manglar y Ese que lamanpueblo, muestra el principio de un cuadro contradictorio. Bajo el rubrode Generaci6n del 40 no deben borrarse las profundas diferencias queseparan a las actitudes e intereses de los escritores y las magnitudes hete-rog6neas de sus textos.

Desde un punto de vista literario, la d6cada del cuarenta puede verse

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a la luz de una pugna fundamental entre la ruptura y la repetici6n. Enefecto, textos como los de Yolanda Oreamuno y Joaquin Gutierrez intro-ducen los primeros elementos de una crisis de la funci6n narrativa, lacual, sumada a otros factores, renov6 el g6nero novelesco en Europa y,posteriormente, en America. No obstante, producciones como las de Fallaso Dobles consolidan, al mismo tiempo, las formas narrativas anterioresy las Ilevan a su mejor posibilidad.

Con lo anterior no se afirma que el intento de Fallas no pueda distin-guirse del emprendido por Garcia Monge a principios de siglo. Obvia-mente, las diferencias saltan a la vista. Sin embargo, la linea de sucesi6npriva sobre la posibilidad de algn corte. Por lo demis, un deslinde conpretensiones de ruptura no tiene mayor sentido dentro de los planteamien-tos que parecen sostener la practica literaria de Fallas. En su caso, misque de una pretensi6n de escritura debe hablarse de una tarea politicaque toma, entre otros, el camino de lo literario. Para 61, la literatura esfase, e incluso instrumento, de practicas de otro orden.

Buena parte de los escritores del cuarenta aspiran a que la actividadliteraria se vincule a sus posiciones en la cuesti6n social y a sus decisio-nes politicas. Sin embargo, no parecen advertir una especificidad, unadialectica propia del piano ideol6gico y, en particular, del campo litera-rio. Esto lleva a ignorar la existencia de ideologias de la literatura quepreexisten a los textos y son capaces de determinar su producci6n y con-sumo. Del mismo modo, eso introduce tensiones y desfases entre el pro-yecto del autor y la circulaci6n del texto en la red de representaciones dela vida social. En otras palabras: el escritor no se plantea la posibilidadde que su funci6n literaria pueda quedar atrapada en marcos ajenos a suinteres politico e incluso contrarios a 61.

III

En 1940, Carlos Luis Fallas inicia su carrera de narrador con la novelaMamita Yunai, la cual se daria a la publicadad al afio siguiente. Gentesy gentecillas data de 1947, y, seglin diversas fuentes, esta segunda novelaes la preferida del escritor. Marcos Ramirez (Aventuras de un muchacho)se publica en 1952, y en 1954 sale a la luz Mi madrina. La primera edi-ci6n de esta novela se acompaii6 de dos relatos titulados Barreteros y Eltaller, respectivamente.

En 1968, en un volumen titulado Tres cuentos, la Editorial Costa Ricaincluy6 los dos iiltimos textos citados y dio a conocer <<La duefia de laguitarra de las conchas de colores>>. Esta breve narraci6n se considera un

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ejercicio literario de juventud y, de acuerdo con personas allegadas alescritor, merecia poco aprecio de su parte.

Mamita Yunai es el texto mis conocido y comentado de Fallas. Setrata de un relato desprendido de su actividad politica. La base de lanovela esti en el informe que el autor rindi6 ante su partido luego dehaber sido fiscal de la mesa electoral en Talamanca durante las eleccionesde 1940. La cr6nica de su labor fue publicada, por entregas semanales,en el peri6dico Trabajo, del 16 de marzo al 7 de septiembre de 1940 3.

El trinsito del discurso periodistico al discurso literario no pareceser un fen6meno extrafio en la decada del cuarenta ni en fechas anterio-res. Seria muy interesante establecer que formas de considerar la cucsti6nliteraria son las que permiten y autorizan el paso del peri6dico a la no-vela. En alguna medida, esas formas de concebir lo literario contribuiriantambien a explicar la suerte de Mamita Yunai en la fase nacional del con-curso que la Editorial Farrar y Rinehart, de los Estados Unidos, auspici6en 1940 con el fin de seleccionar la mejor novela latinoamericana 4.

De acuerdo con Victor Manuel Arroyo ', originalmente Fallas habiaescogido para su primera novela el titulo A la sombra del banano, el cualse dej6 s610 para la segunda parte del texto. Fue Carmen Lyra quien lesugiri6 la fuerza ir6nica del que hoy conocemos.

Desde el punto de vista temporal, Mamita Yunai exhibe una estruc-tura muy particular. En un primer plano se cuenta la tarea del personajeSibajita como fiscal del Bloque de Obreros y Campesinos en la mesaelectoral de Amure, Talamanca. Este hilo narrativo permite conocer elcardcter amafiado del proceso electoral y muestra las deplorables condi-ciones de los indigenas de la regi6n. Sin embargo, lo anterior es s6lo unmarco para el encuentro de Sibajita con el personaje Herminio, antiguocamarada de los bananales y a quien habia perdido de vista hacia catorceahos. Aquf la historia regresa a la 6poca en que Sibajita, Herminio y Ca-lero eran compafieros inseparables. Esta segunda instancia temporal, cons-tituida por los recuerdos de Sibajita de su vida de bananero, constituyeel grueso de la novela. En ella se enmarca el relato de la gran huelga bana-nera de 1934.

3 La informaci6n fue obtenida en la tesis antes citada. Debe destacarse el valordocumental de dicho trabajo.

4 Para mayor informaci6n sobre el asunto resulta muy titil el trabajo de Guiller-mo Castro Robles. Cfr. Andlisis estilistico de <Mamita Yunai> (Tesis de licenciaturapresentada a la Escuela de Filologia, Lingiistica y Literatura de la Universidad deCosta Rica en 1975), pp. 213 y ss.

5 Cfr. Carlos Luis Fallas (San Jose, Costa Rica: Publicaciones del Ministerio deCultura, Juventud y Deportes, 1973), p. 43.

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El inter6s de Manita Yunai se centra en la mostraci6n del espacio so-cial y humano. Para eso, el narrador se entrega a una actividad intensade percepci6n sensorial en que se imponen lo auditivo y visual. La tareanarrativa se acerca a la recolecci6n de datos e impresiones de los sentidosy esto genera una verosimilitud caracterizada por la acumulaci6n de losdetalles.

En Mamita Yunai, el narrador se concibe como una conciencia orga-nizadora que dispone de amplia informaci6n y desarrolla un juicio moralsobre el mundo que despliega. La funci6n narrativa se entiende comocr6nica y testimonio, y el narrador desempefia un papel importante nos6lo como personaje, sino tambien como mediador ante el lector. La po-sici6n de lectura estd altamente saturada debido a que el modo de contarsupedita al lector y lo inclina a una tarea de mera recepci6n. En otrost6rminos: las relaciones del narrador y el lector son las propias, porejemplo, del relato clasico del siglo xix. Por lo demis, 6sas son, en gene-ral, las relaciones del narrador y el lector en la obra de Fallas. La infor-maci6n es exhaustiva, se apela explicitamente al receptor y se generanrelaciones de confianza y seguridad. La funci6n narrativa no esta en crisiscomo, por ejemplo, en La ruta de su evasion 6.

El titulo de la segunda novela de Fallas, Gentes y gentecillas, apuntaa un universo de caracter maniqueo. Esto, por otra parte, resulta bastantefrecuente en la novela de la decada del cuarenta. Pi6nsese en el valor dela oposici6n hombre-mujer en la novela, antes citada, de Yolanda Orea-muno o en la distinci6n de personajes si y personajes no que se da en Unaburbuja en el limbo (1946), de Fabian Dobles.

De modo muy similar a Mamita Yunai, Gentes y gentecillas centra suinteres en la mostraci6n de un tejido de conflictos personales que se deri-van de contradicciones sociales y las ilustran. El grupo de la gente loencarna dofia Rosita, personaje en quien se acumula todo tipo de valora-ciones negativas. El grueso de las figuras estd del lado de las «gentecillas>y se condensa en el personaje Jer6nimo. El narrador, explicitamente, seinclina hacia el segundo grupo, y con el termino peyorativo irozina unaestructura de terminos complementarios y la invierte.

La figura del personaje Jer6nimo no s6lo asegura un principio de uni-dad a los muiltiples hilos narrativos. Tambien proporciona un medio paraemitir un juicio moral sobre las costumbres sociales: el racismo, la frivo-lidad, la seducci6n, el caricter venal de las autoridades y de los periodis-

6 Desde el punto de vista del discurso literario es de gran inter6s la investiga-ci6n de Alicia Miranda -Hevia. Cfr. Rasgos del relato moderno en Manita Yunai>(Tesis de licenciatura presentada a la Escuela de Filologia, Lingiiistica y Literaturade la Universidad de Costa Rica en 1976).

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tas, etc. La critica social es quiza mas atenuada que en Manita Yunai, locual puede explicarse como una manera de destacar el final: nace la con-ciencia de la necesidad de organizaci6n popular.

Respecto de Mamita Yunai, en Gentes y gentecillas el trabajo narra-tivo de Fallas acenttia su cardcter de regresi6n. En efecto, mientras quela historia primaria de Mamita Yunai se sittia a rnuy corta distancia delmomento de escritura, la segunda novela se ubica en 1928. Por otra parte,resulta interesante observar que esta linea regresiva se acentuar hastaterminar encontrando, con Marcos Ramirez, la infancia del escritor. Elafin narrativo converge, asi, con el de cierto tipo de historiador; se tratade cubrir, con el relato, la extensi6n del pretirito, de recuperarlo, tam-bien, si es del caso. Esta idea del relato como regresi6n creciente, que, alnarrarla, agota la geografia del pasado, debe pensarse en relaci6n con elabandono de la escritura observado en Fallas despuds de su novela auto-biogrifica.

La profusi6n de voces narradoras es un rasgo acusado en Genztes ygentecillas. Abundan las intervenciones narrativas de los personajes y des-taca, en particular, la historia del Diluvio Universal contada por JacintoArtavia. Esta es una verdadera pieza de folklore que se inserta, por ejem-plo, en la linea de Uvieta, de Carmen Lyra, o de Cuentos de Tata Mundo(1955). En relaci6n con esto, es importante anotar que en la narrativade Fallas la veta costumbrista no se pierde. Sin embargo, de ninguna ma-nera tiene lugar constitutivo en el relato '.

Marcos Ramirez puede considerarse novela de evoluci6n o formaci6nde personaje. El texto posee un narrador que cuenta sus propias aventurasinfantiles, y esto plantea una situaci6n, en alguna medida, parad6jica: senarran las aventuras de un nifio, pero desde la perspectiva de un adulto.

Las primeras paginas de la novela cuentan la existencia casi idilica deMarcos junto a su familia materna. Con ello se traza la historia de suestirpe, los Ramirez, y se otorga al personaje una filiaci6n. Luego, con elingreso a la escuela, comienzan los verdaderos lios de Marcos, y a partirde aqui, su vida sera una trayectoria creciente de situaciones irregularesy riesgosas.

La infancia de Marcos es una cadena interminable de procesos narra-tivos altamente epis6dicos marcados por una falta casi total de 6xito. Lahistoria de Marcos, su larga cadena de tumbos y tropiezos, se resuelve, al

'Para el conocimiento de la segunda novela de Fallas desde un punto de vistaliterario resulta muy titil el trabajo de Lydia Luarca Saballos. Cfr. «Gentes y gente-cillas>, una novela moderna en la ddcada del 40 (Tesis de licenciatura presentadaa la Escuela de Filologia, Lingiiistica y Literatura de la Universidad de Costa Ricaen 1977).

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final, en el anuncio de una aventura decisiva: un porvenir basado en lasconvicciones que se ha forjado en sus correrfas a trav6s de los libros. Deesta manera, la novela cierra las aventuras del personaje y apunta haciala figura del narrador.

A pesar de estar centrada en el personaje, Marcos Ramirez es unanovela que no abandona las preocupaciones sociales de las otras obras delautor. Por el contrario, al ser novela de evoluci6n del personaje se favo-rece la mostraci6n del mundo social. Esto no puede ser de otra manera,puesto que s6lo en contacto permanente con los otros puede verificarse laformaci6n del personaje.

Resulta muy curioso constatar que ciertas actitudes adoptadas ante lanovela en el ambito nacional ya estaban prefiguradas e ironizadas en eltexto mismo. Pareciera, pues, que, a pesar suyo, algunos lectores no hanhecho otra cosa que dramatizar la novela. En efecto, hace algunos afiosera posible encontrar articulos periodisticos en los que se insistia en man-tener a Marcos Ramirez fuera de los programas escolares y no faltabaquien sefialara al personaje como un desadaptado que debia ser recluidoen un reformatorio. La f6rmula f cil de ciertos realismos (<<el texto es unespejo de la vida>>) resulta, entonces, completamente invertida $.

Al igual que en la novela antes comentada, en Mi madrina el perso-naje central es un nifio. Asimismo, un espacio es comtin a ambas: Ala-juela y sus alrededores. Por otra parte, la novela tambi6n puede conside-rarse de evoluci6n o formaci6n de personaje; en este caso, de Juan Ram6nArtavia.

Destaca en Mi madrina una mentalidad providencialista. Esto se vincu-la al papel importante que para los acontecimientos juega el azar y la ca-ridad. Tambidn puede apuntarse en Mi madrina una especie de estructurade consolaci6n. De acuerdo con la dedicatoria de la novela, el texto seescribe justamente para sefialar que los esfuerzos y previsiones de la ma-drina alcanzaron feliz realizaci6n; es decir, que el personaje Juan Ram6ncumpli6 y que las cosas se concatenaron para que eso fuera posible.

Por su escenario y su temitica, Barreteros se liga estrechamente aMamita Yunai. El relato dramatiza los extremos de la explotaci6n y lainjusticia centrando las acciones alrededor de la muerte de un dinamitero.De acuerdo con el texto, trabajar significa entrar en un comercio directoy desigual con la muerte, debido a que el inter6s material se impone so-bre el humano.

8 Para ilustrar esto vdanse, por ejemplo, los dos articulos siguientes: ClaudiaCascante de Rojas, <<Ante el peligro de rendirle pleitesia a la literatura comunistaen las aulas de nuestros colegios>>, La Nacidn, 18-XI-1958, p. 51, y Francisco Bello,<Reldmpago>, idem, 30-IV-1971, p. 15.

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El taller es otro texto de Carlos Luis Fallas originado en pdginas pe-riodisticas. En efecto, antes de su publicaci6n literaria, el relato apareci6por entregas en el semanario Adelante.

Independientemente de su caricter literario, El taller tiene un graninteres documental. En 61 Fallas se propone mostrar un medio y un tiempoque tambi6n conoci6 muy bien. Se trata del ambiente obrero costarricensede los aios treinta, en particular el de los zapateros, y los primeros afiosde lucha de su partido en el campo sindical.

Iv

En sentido estricto, la actividad literaria de Carlos Luis Fallas abarcaun periodo aproximado de unos doce aios. Su trabajo de escritor comien-za a la altura de los treinta y un aios de edad y declina al acercarse a loscuarenta y dos. Por otra parte, si hacemos caso a las fechas que aparecenal final de los textos, resulta que el orden de publicaci6n de las obras deFallas es algo diferente al de su composici6n. Mi madrina estd fechadapor el autor en 1950. Barreteros, por su parte, se inscribe en la 6poca deMamita Yunai, puesto que el autor la firma en 1941.

De acuerdo con lo anterior, Marcos Ramirez seria la iltima novela es-crita por Fallas, quien la fecha en 1951. A su vez, se observa que el tra-bajo del escritor se concentra en el periodo comprendido entre 1947 y1951. En particular, Ilama la atenci6n el aiio 1947, puesto que en 61 Fallasescribe no s6lo Gentes y gentecillas, sino, ademis, otros textos que hoy noconocemos. Segiin consta en la <Autobiografia , en 1947 Fallas escribi6otra novela y varias narraciones, pero desafortunadamente este materialdesapareci6 durante los acontecimientos posteriores a la Guerra Civil de1948 '. Tambien sobresalen los afios 1950 y 1951, puesto que duranteellos el autor escribe Mi madrina, El taller y Marcos Ramirez.

A la luz de los datos apuntados, puede afirmarse que el grueso de laproducci6n literaria de Carlos Luis Fallas se da en los afios quizi misvertiginosos de su vida politica, es decir, los que antecedieron a la GuerraCivil de 1948 y el periodo inmediatamente posterior a esta fecha, que esjustamente cuando su partido es declarado ilegal y desarrolla actividadesclandestinas.

9 <<En 1947 publiqu6 la novela Gentes y gentecillas, en una p6sima edici6n quecorregi luego pero que no he podido volver a editar. Ese mismo aio escribi unanovela y varios cuentos cortos que me fueron robados durante la represin de1949.>> Cfr. <Autobiografia>> de la edici6n mexicana de Mamita Yunai en 1957.

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Varios testimonios coinciden en sefialar que Fallas dej6 inconclusos almenos dos libros. Uno de ellos, cuyo titulo iba a ser Rojo y verde, pre-tendia ser memoria de sus intervenciones politicas y de su actividad sin-dical. En el otro, que iba a Ilamarse Cartas a Juan, el autor deseaba re-coger la correspondencia que mantuvo desde la Uni6n Sovi6tica con untio suyo.

Carlos Luis Fallas tambi6n habia planeado otros escritos literarios,que, desafortunadamente, no lleg6 a realizar. Esto lo declara el mismoautor en un pasaje en que se destaca su posici6n autocritica abierta yfranca:

Se me qued6 ese segundo tomo -se refiere a Mamita Yunai- enel tintero, como en el tintero se me han ido quedando tambidn el se-gundo tomo de Marcos Ramirez y la continuaci6n de El taller, incluidocomo novela corta en el libro Mi madrina, que apenas es la primeraparte de una amplia novela sindical, etc. ZExceso de trabajo partidista,de diario trabajo revolucionario? No, vergonzosa desidia mia, injustifi-cable incumplimiento de una muy importante tarea revolucionaria 10.

Terminado el ciclo propiamente literario, se conocerin dos textos misdel escritor. Ellos constituyen lo que podria liamarse su literatura ancilar.

En 1977, la Editorial de la Universidad de Costa Rica da a conocerUn mes en la China Roja, compilaci6n de articulos escritos por Fallas en1957 y que habian aparecido a lo largo de ese aio en el periodo Adelante.En este libro, el autor narra diversos episodios de su viaje a China en1956. El texto posee caricter de cr6nica y en 61 se conjugan intencionespoliticas y didacticas, notas de humor cordial y un sostenido esfuerzo porcomprender <desde dentro> una tradici6n cultural y una sociedad tan dis-tantes a la experiencia del escritor. Al igual que en sus otros libros, Fallasexhibe aqui sensibilidad para el paisaje e interes por la descripci6n. Laliteratura acttia en 61 como medio para traer lo desconocido hacia lo fa-miliar, y de este modo el autor acude al t6rmino aladinesco, por ejemplo,y se sirve de Las mil y una noches como punto de comparaci6n.

Finalmente, en 1978 los Cuadernos PromNeteo, de la Universidad Na-cional, dedican su sexto nimero a Don Barbaro. Este tiltimo texto es undocumnento de interes sociopolitico en que las resonancias novelescas deltitulo apuntan, obviamente, al problema del agro. Originalmente habiatenido difusi6n periodistica en 1960.

10 Cfr. <Pr6logo del autor para la edici6n cubana de Mamita Yunaix>. Este pr6-logo se reproduce en la misma obra al ser publicada en 1966 por la Editorial Prin-cipios de San Jose, Costa Rica.

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V

Las obras literarias de Carlos Luis Fallas figuran entre los textos cos-tarricenses mIs difundidos en el piano internacional. Mamita Yunai hasido traducida a unas diez lenguas -entre ellas el franc6s, el alemin, elchino y el ruso-, y en su idioma original ha conocido muiltiples edicionesdentro del pals y fuera de 61. Aunque en menor grado, Marcos Ramireztambi6n ha conocido una difusi6n similar. No obstante, por casi dos d6-cadas o mis la obra de Fallas tuvo en el pals un cierto cardcter marginaly, de diversas formas, fue objeto de exclusi6n. Por eso, en algunos mo-mentos la acogida internacional hizo contraste con el silencio o el rechazolocales.

Despu6s de 1960 se advierte un proceso de creciente incorporaci6n ala vida cultural del pals, proceso que parece acentuarse despues del falle-cimiento del escritor.

A partir de 1980, la producci6n literaria de Carlos Luis Fallas conoceen su patria una difusi6n sin precedentes. Marcos Ramirez es convertidaen texto filmico por la televisora nacional, y, en una versi6n dramitica,Mi madrina recorre el pals en 1982.

En la actualidad, las referencias bibliogrificas sobre Carlos Luis Fallasy su obra literaria son muy abundantes en Costa Rica. Sobre todo en losiltimos tiempos se han acumulado los trabajos de diversos sectores aca-demicos, tales como los de la filologia y la historia. Sin embargo, no sehan cotejado los enfoques ni se ha ponderado la resonancia heuristica delos resultados obtenidos.

Un andlisis de la critica sobre Fallas alumbraria los presupuestos conque se han abordado las cuestiones y, a la larga, introduciria la necesidadde nuevos temas y otras modalidades de reflexi6n. Esto podria verse no-tabiemente enriquecido con aportaciones que ofrecen hoy los trabajos delas ciencias sociales.

La discusi6n critica sobre los textos de Carlos Luis Fallas dista muchode haberse agotado y, en cierta forma, quizi no se ha iniciado de maneracabal. Se impone hoy un balance, un momento de reflexi6n que ordeneargumentos, destaque puntos de fuerza, elimine falsos problemas e ironicepresiones oscurantistas de diversa procedencia.

La lectura de las obras de Fallas ha tendido a encerrarse en concep-ciones normativas de variada indole. Esto s610o puede originar una pseudo-critica de pose judicial, condenada a escoger en el marco de series bina-rias: protesta-conformidad, realismo-ficci6n, artificial-autintico, bueno-malo, etc. Es necesario abordar los textos mas ally de este juego y pregun-

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MANUEL PICADO

tarnos, para empezar, lo que podriamos hacer con ellos. Las produccionesliterarias son un punto m6vil en el campo de fuerzas de la escena social,no un lugar dado para siempre.

La menci6n de Fallas como escritor de tesis, de protesta y denunciasocial es t6pico obligado en todos los contextos. Sin embargo, estas afir-maciones han supuesto una recepci6n univoca de las obras, idea que hacejuego a la de una intenci6n personal determinante. En otras palabras: elimpacto social del texto de Fallas se ha considerado a la luz de modelosmuy ingenuos de la circulaci6n textual. Por eso su producci6n ha tendidoa encerrarse en los marcos de una historia literaria de caracter acumula-tivo y lineal, una historia literaria sostenida en la idea de continuidad yevoluci6n.

Para negarla o afirmarla, con el interes de atenuarla o subrayarla, larelaci6n entre politica y literatura constituye uno de los ejes fundamen-tales de los acercamientos a Fallas y su producci6n. No obstante, los plan-teamientos estan muy viciados, puesto que no se manejan conceptos mini-mos ni de la cuesti6n politica ni de la literaria. Las afirmaciones partende alternativas ya hechas y no de problemas que deben formularse o con-siderarse o de hip6tesis que puedan discutirse. Obviamente, la producci6nliteraria de Fallas constituye un punto de partida apropiado para el plan-teamiento de un tema que podria arrojar datos y direcciones de estudioquiza in6ditas. En efecto, dadas las caracteristicas y condiciones del <<casoFallas>>, quiz. su actividad literaria resulte mucho mis adecuada que otraspara investigar la literatura costarricense en un angulo todavia no explo-rado. Nos referimos a la articulacion de o10 politico y lo literario.

Por lo demais, resulta curioso advertir que las discrepancias suscitadaspor la actividad y la posici6n politicas de Fallas tienden a esfumarse a lahora de considerar sus textos. Partidarios de su linea social, enemigos deella y neutrales coinciden en el mismo universo de pensamiento a la horade la lectura literaria. Asi, parad6jicamente, un texto supuestamente ligadoa las contradicciones sociales y derivado de ellas se convierte en la ocasi6nen que priva el consenso ideol6gico y desaparece la posibilidad del con-flicto.

Entre los miltiples problemas que deben plantearse y replantearse entorno de la producci6n de Carlos Luis Fallas merece atenci6n el de lasbases naturalistas que se pueden advertir en su practica literaria. LPor quey c6mo una gesti6n politica orientada por el marxismo puede articularsecon una escritura literaria de raiz positivista? Hay en este piano de estudioelementos muy interesantes no s6lo para evaluar la actividad de Fallas yla circulaci6n de sus textos, sino tambi6n para considerar muchos pro-yectos literarios en curso. Si bien es cierto que Mamita Yunai obliga a

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releer el costumbrismo, no por eso es menos cierto que la producci6nnarrativa costarricense e hispanoamericana de los iltimos afios tambiennos impone reconsiderar la novelistica de Fallas y, en general, de su pe-riodo. Es decir, se hace necesario un examen de la novelistica del autoren las coordenadas literarias y culturales de nuestros dias.

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