Carlos Monsiváis, "María Félix en dos tiempos"

Embed Size (px)

Citation preview

  • CM~O~ I/lOI\~\v6i0. "tsceVl.3 de. Pelo( ~

    liJlQvda.cl. i1.x (o/ k'ook\ \ \0, :IJ::/)7,

    Crnica de sociales: Mara Flix en dos tiempos

    l. La Doa est molesta

    -La doa est molesta . Le haban prometido otra cosa. Esto est muy desorganizado.

    -Pero quin puede organizar algo con esta seora presente? All estn los veinte policas a cargo del orden, hipnotizados. La miran despacito y prefieren seguirla.

    Ella viene como le da la gana. Noms eso faltaba. A una diosa no se le permiten apariciones modestas, salir con tubos a comprar el pan. Mara trae consigo su clebre collar de saurios entrelazados, uno de diamantes verdes, otro de diamantes de visos amarillos. y los aretes son dos hojas enormes de esmeralda. Todo de Cartier, no es preciso decirlo, y a pedido. A una diosa slo la engalanan los semidioses . Y los grandes modistos: el vestido verde mitad Kaftn y mitad pantaln es de Christian Dior, el nuevo estilo palazzo. y el abrigo, ah!, el abrigo es de martas cibelinas.

    El lenguaje del fanatismo cineflico se combina con 10srecJamos del pan-y-circo oficial. Segn el Fideicomiso de Ciudad Nezahualcyotl, la intercesin de un pliego petitorio de los vecinos condujo a nombrar varias calles de la "populosa ciudad" bajo la advocacin de los Monstruos Sagrados del cine nacional: Mara Flix, Dolores del Ro, Sara Garca, Fernando Soler y Anglica Mara. Gracias a boletines de prensa sabemos del testimonio de los Humildes Habitantes: con qu amor fidedigno esos diputados sentimentales, los artistas, han encarnado (en dulce gloria celuloidal) sus desdichas y sus entretenimientos! Y hoy, inaugurando el desfile de la gratitud, Mara devela su placa en el cine Aurora, glido e interminable

    169

  • galern, anterior al concepto funcional de sala de arte, idntico en todo a aquellos loables cines de los cuarentas, donde seis mil es pectadores suspiran al unsono ante la desdichada suerte de Jorge (Fernando) y Mara (Mara ngela) en El Pen de las nimas.

    La Seora ha llegado a ia mitad de la proyeccin de Doa Br bara y se niega a contemplarse. Ya se vio alguna vez y en cambio la verificacin de su peinado es asunto de urgencia. Andrs Soler murmura: "Ella sola y siempre, la implacable". Ella sola y siempre le entrega el espejo a una joven. A su lado, los fotgrafos al asalto, la oscuridad reverbera con flashes. Desde la pantalla , Lorenzo Barquera le previene a Santos Luzardo: "La tremenda, la devoradora de hombres" .. .

    Se interrumpe la exhibicin y se anuncia a "la mxima estrella del cine mexicano internacionalmente hablando". El turno es del dramaturgo Luis G. Basurto , de smoking de fantasa.

    -Respetable pblico, ste es un da de fiesta para el pueblo mexicano . Ella es la sangre, el alma, el espritu , la grandeza, la rebelda del pueblo de Mxico. Ella consagrar hoy una vez ms a su patria cuando una calle de esta Ciudad Netzahualcyotl , gran ciu dad, lleve el nombre de esta extraordinaria mujer que por derecho piOpio figura al lado de las grandes mujeres de nuestra historia. El pueblo la ama y ella ha llevado lo mejor de nuestra raza a todo e l mundo.. . MARA FLIX DE MXICO .. .

    Los silbidos prolongados reiteran la falta de costumbre en el aplauso como certificado de civilizacin.

    -Eila ha puesto a la altura de ella misma, que es muy grande, el no mbre de Mxico . .. Rendidamente, como Luis G. Basurto y vice presidente que soy de la Sociedad de Escritores Mexicanos, te rindo hoy homenaje en nombre de todos estos mexicanos, de rodillas y a tus pies ...

    Se arrodilla y besa la mano de Mara Flix. El gesto carece de consecuencias para ese pblico divertido, estupefacto y lejano. Hay golpes teatrales que nacen muertos por falta de poca. Porque si as se le hinca a doa ngela Peralta el siglo pasado, imagnense... Habla el representante del Fideicomiso de Neza:

    --Seora, reciba usted un afectuoso saludo de nuestro gobernador el doctor Jorge Jimnez Cant . .. que comparte los sentimientos de este pueblo que la admira y la adora.

    -Puedo decir una palabra? .. Pero poda l haberlo venido a decir personalmente. Qu le cuesta? Elogios de 'lejos son de a mentiritas.

    Divertida, la Doa le ofrece a la ausencia del gobernador la rechifla enconada. Se da una vuelta, satisfecha con su hazaa en espera de la decisin del juez de plaza . El delegado se ruboriza Y reaparecen los espritus devorados por la Mujer sin Alma.

    -Seora, es cierto, pero ayer . . .

    El alborozo crece Y la Flix atiende la disculpa sin orla.

    -No importa, la presencia de ellos es ms que suficiente ...

    Se anuncia al neogaln Valentn Trujillo y la ovacin es mays

    cula. Se le aplaude, mas no porque alguien de veras lo considere

    actor, sino porque con los productos de la industria cultural de hoy

    se entablan tratos de tuteo psicolgico. Y qu caso tiene una ova

    cin para la Flix? Como si no fuera suficiente la imposibilidad de

    apartarle la vista. Mara se redistribuye en el escenario, re con

    desprendimiento Y afirma que -quin quita- un da ser ella

    presidente de Ciudad Neza. We are amused ante la placa develada.

    Festiva y displicente, la Flix justifica la consigna del peridicO

    local, El Tercer Mundo (Diario del Subdesarrollo):

    TODO EL PUEBLO A ADMIRAR DE CERCA A LA COTIZADA ARTISTA DEL CINE MEXICANO, LA SIN PAR MARA FLIX

    La rqueza, las joyas, el abrigo, no son, en el cine Aurora, provocacin sino beatificacin. El regalo del xito omnmodo. Ella es hermosa, famosa , elegante, rica ; ha sobrevivido a sus aos de gloria, es la cumbre de una especie casi extinta -Las estrellas!- yeso la autoriza a modelar su felicidad inaccesible, Y por eso acepta sin conceder la rendicin del Auditorio Nativo, y de su distancia emocional frente al acto chase la culpa a las tradiciones de su rostro, no a su estado de nimo. El fatalismo del pas: Mara Flix lo tiene todo y los asistentes al cine Aurora nunca alternarn con Mara

    Flix ...Un mariachi se arranca con "Mara Bonita", una cantante le

    pide que reciba emocionada el amor de este pblico que sigue chiflando, Mara Flix se sorprende gratamente (slo durante los segundos que nO le quitan chic a la sorpresa), vuelve a modelar

    170 171

  • ante la placa que la declara epnima, se ufana por tener nombre de calle ("Siempre he sido actriz, ahora soy calle"), el mariachi la sigue y la Doa, abstrayndose de las turbas, sale por una callejuela sin asfaltar, donde hay ms puestos de sopes que vendedoras.

    Prosiguen los contrastes que haran las delicias de un cuento realista de los treintas, Mara asciende al automvil de lujo, las joyas esplenden, la chiquillera persigue al cdillac por ms de una cuadra. Ciudad Neza ya se internacionaliza .

    (977)

    JI. El origen de la popularidad es la fama

    La Casa Morada, en Insurgentes Sur, es uno de esos santuarios de la opulencia que atenan los estremecimientos del pesimismo econmico. A la disposicin de los evadidos de la crisis, una arquitectura de interiores dulcemente inspirada en Houston o Dallas, lo art-nouveau y lo art-deco que exotizan el nimo, los estilos distintos que al armonizar tienden a convencer al cliente de que l -en rigor- es un viajero internacional. A eso adase el patie central como un jardn sorpresivo en medio de la selva de asfalto, la discoteca al da con Nueva York, la ronda de atentsimos maitres, la ubicuidad de la duea y del encargado de relaciones pblicas . La Casa Morada se inaugur este ao (se habl de un costo cercano a los seiscientos millones de pesos) y es uno de esos lugares que son buenos porque son carsimos , que son carsimas porque uno va all para dejarse ver, y se deja ver para seguir yendo.

    En el jardn lateral , los invitados (Los Elegidos) aguardan, conversan, pulen y seleccionan ancdotas, con esta ocasin la vedette que se enamor desinteresadamente de un ex presidente, el neogaln que no obstante no fallar a coctel alguno, sta es la hora en que ningn mesero lo felicita por su telenovela. La impaciencia es urea: si han llegado a tiempo es con tal de no perderse la entrada del ltimo Mito, la Doa, Nuestra Seora de Catipoato, Mara Flix, quien hoy presentar en la mexicana sociedad a su compaa inse

    parable en Pars, su pintor de cabecera, su descubrimiento-de-Iatemporada, el pintor ruso-francs Antaine Tzapoff, experto en etnografa (y mitografa) .

    De alguna manera , todos se visten como filosofa de la vida . Mira, hubo una poca en que yo me cubra apenas. Ahora me visto como leccin para los que empiezan, con ropa que denote seguridad, tiempo para seleccionar los colores convenientes, buen gusto sin asesores ... Ernesto Alonso, el Zar de la Ceja Levitadora Y del Suspense Dramtico a domicilio, logra combinar al cabo de una agona visual su corbata de muchos colores (seguramente exclusiva) con el traje gris azulado. Lola Beltrn viene toda de negro, en homenaje a la cancin ranchera que es lgubre como el desamor. La coleccionista de arte Lola Olmedo porta las joyas suficientes como para financiar de nuevo el descubrimiento de Amrica. El entrevistador de moda Ricardo Rocha, entrevistado por quien se le acerca , comprueba a su costa que la vida es un solo programa de televisin sin comerciales . .. Filosofa de la vida : a los aqu presentes , modelos, artistas, animadores, socialits, bellezas tan intemporales como esta semana , amigos viejos y recientes de La Doa, los conmueve cada vez ms su meta primigenia: ser fotografiables.

    "Ara es esta fiesta. Esparcid, cantores,

    a los pies de la diosa incienso y Zares"

    Los ojos se concentran en un punto. Las notas de "Mara Bonita" proclaman el arribo. En su marcha triunfal, Mara Flix avanza hacia el sitio del coctel, disemina a cada paso su presencia intemporal. y todos se saben de antemano vencidos y agradecidos, ella ser fiel a su imagen hasta el fin -"Tengo el compromiso de ser bella para no defraudar a mi pueblo"- y su saco de seda bordado con pedrera, que Christian Dior concibi, y sus zarcillos refulgentes y sus anillos cegadores y sus anillos y colguijos de la poca mstica del capitalismo, realzan (a modo de reflectores) el rostro que en cada gesto revela el hbito de aceptar lejanamente el acatamiento, desde hace mucho la admiracin le parece un rumor sordo, el enfadoso oleaje porttil sin el cual ella no se reconocera ni reconocera los alrededores, pero que nunca deja de ser msica ambiental. Gracias

    172 173

  • por SUS palabras. Es usted muy amable ... y rpidamente desva la vista o se aleja de quien, convulso, ha volcado su corazn confindole su antiguo fanatismo .

    Los reporteros y las cmaras de televisin la acosan: -Seora, seora , est usted enamorada? -Revelar los sentimientos es impdico. - Qu es para usted el amor a su edad? -La oportunidad de contestar preguntas estpidas. -An es usted la mujer ms bella del mundo? -Soy Mara Fiix. La mexicana Mara Flix. -Se siente usted responsable por su belleza? -Dios me dio una cara. Yo puse el resto. -Es cierto que su caballo ha ganado siempre? -Ser el primer lugar es un destino . -Estar en el descubrimiento de la estatua de Agustn Lara el

    11 de noviembre? -Si el flaco no baj del cielo para invitarme, cmo diablos me

    presento? Las respuestas se graban y anotan . Los oyentes se apasionan y

    las reacciones confirman lo ya evidente. En la religin del cine, ser diosa de la pantalla es un cargo literal. Cada mirada sobre Mara Flix esparce incienso y mirra, cada comentario es un exvoto, cada exclamacin es un rosario laico. Lo de ella no es presentacin sino aparicin, el renovado milagro de quien no cedi a las exigencias del tiempo y a las perversiones de la falta de voluntad. Todo aqu est medido: la expresividad, la variedad del guardarropa, la comida, los ejercicios, las horas de sueo, el glamour (ese feliz encuentro del maquillaje, el vestuario, las joyas, las atribuciones colectivas, la personalidad).

    De ms all del Cunahiche

    A la directora del Museo de las Culturas (en Moneda 13) se le notn los nervios, al empezar su discurso de presentacin de la obra del pintor Antaine Tzapoff. No todos los das se est junto a Mara Flix en un acto inaugural. Ella nunca imagin, yo jams me imagin, nosotros ... Es sbado 27 de octubre en la tarde, y dentro de unos instantes la exposicin La magia fascinante del indio americano

    estar abierta al pblico. Mara Flix sube al pequeo estrado, deja que la aplaudan, que contemplen su atuendo, su negro pantaln de lana y seda, su camisa de seda blanca , su vasta cabellera de india brava, su maquillaje que es un autoelogio, sus brillantes .. . El pintor agradece brevemente, ella traduce, la gente se aglomera .

    La Doa est radiante. Una vez ms ha cumplido su soberana voluntad Y la ha transformado en "un regalo al pueblo de Mxico", que admiren su coleccin de retratos, el payaso zui, el apache mezcalero, los guerreros pimas y pawnee, el navajo, el esquimal, el kiowa. Ah!, Y los tres retratos de ella, el que la muestra con ojos imperiosOs consintiendo la cercana de las pirmides; el segundo que la convierte en radiante figura sioux o seminole, con el medalln incantatorio de sus iniciales; Y el ltimo, donde acaudilla a las huestes hipnotizadas por la causa sacra de unos rasgos Y una voz. Como en retratos suyos de calidad distinta (de Diego Rivera, Leonora Carrington, Leonor Fini), en los de Tzapoff se advierte la combinacin del artista y del feligrs: a Mara Flix se le percibe rodeada de los atributos de la magia y el mando, a travs del deslumbramiento que requiere de las comparaciones: Circe o Pocahontas, Venus o la Bella Otero, Malinche o Ayesha . Cada retrato quiere prolongar la incandescencia del closeup, acatar la fidelidad reproductiva que acreciente la veneracin.

    Esplendor Ydominio. Riqueza y actualidad. Nada de Bette Davis que somete sus facciones a una cmara impa y deja que las arrugas sepulten su gracia. Mara Flix se administra, es decir, se niega a acompaar a su edad, a la suerte previsible de las mujeres de su generacin, al retiro de la vida artstica. Ella es y sigue siendo el modo en que sus personajes secundarios vigorizan al personaje central. A Mara Flix, la belleza, la esposa de Agustn Lara y Jorge Negrete, la protagonista de escndalos Y consejas, se suman Doa Brbara, Maclovia, Enamorada, la Mujer de Todos, la Devoradora, la Diosa Arrodillada, la Bandida, la Generala, la leyenda depurada por el trabajo incesante.

    He descendido a los infiernos

    y he hablado con el Diablo (M.F.)

    Ah la sensibilidad de Mara Flix para lo externo: su don para el atavo inolvidable, la singularizacin de los actos nimios, la maestra

    174

    175

  • que prodiga manas y caprichos que regresan a ella corno nk~ntes de idolatra! En el patio del Museo de las Culturas ella fum:l un puro y a su alrededor, guardando las distancias, de cerca y de lejos a la vez, la contempla y examina una ordenadsima turba, recolectores de imgenes que apresan cada ademn, beatos en trance, cauda de ayates a su disposicin. Ah, en Mara "el movimiento es una misteriosa forma de la quietud"!

    Ella de seguro lo ha estudiado todo, ha analizado las combinaciones de las joyas y la luz, se ha cerciorado de la calidad comn e irrepetible del pasmo en torno suyo. A la esteta la gua su propio brillo. Aqu es el lujo que rodea a la obra de arte, y a la biografa se le encomienda hacer desfilar slo escenas culminantes .. . La empresa es ambiciosa y riesgosa, y las recompensas son interminables. A Mara Flix le bastara con fijarse un poco en quienes la observan y captar las sensaciones de triunfo, la evidente memorizacin de sus palabras, la extensin de sus ancdotas como rollos de la sabidura . Ahora niega su autgrafo -"Si doy uno tendra que dar todos. Pero vyase con mi cario que siempre ser ms valioso que mi firma"- y el condecorado se aleja con la expresin atnita . Ahora le celebra un collar a Lola Olmedo -"T y yo somos las nicas que podemos llevar eso sin que parezca que no somos propietarias sino guardianas" -y las dos sonrisas son un convenio fustico .

    Comenta una seora: "Sbes lo que ms me gusta de ella? Mara Flx nunca ser pobre".

    (984)

    Era un cautivO beso enamorado ...

    LUIS G. URHlNA

    176

    IV