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Carta a los cristianos católicos de la Diócesis de Teotihuacán y a los hombres de buena voluntad. Diciembre 2014 Doy gracias a Dios que me permite llegar hasta sus hogares para saludarlos, bendecirlos, animarlos y fortalecerlos en sus tareas diarias, de manera especial a los enfermos que por cualquier motivo están sufriendo en su cuerpo, sepan que siempre están en mi mente y mi oración. Hoy me acerco a ustedes preocupado por la situación tan lamentable que vive nuestro país a raíz de la desaparición de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa, detrás de ellos hay muchos, pero éstos nos han hecho tomar conciencia de lo que vivimos, por eso decimos ¡Basta Ya! Entendemos el dolor de sus padres y nos unimos a ellos, al igual que a tantas familias que lloran la pérdida de sus seres queridos, víctimas de la violencia y la inseguridad. Nuestro país vive una crisis que ha sido aprovechada por algunos para desestabilizar y crear confusión, gracias a Dios son pocos y ante esto tenemos que estar unidos para que no nos quiten la paz, nadie está de acuerdo con lo que pasa, pero la violencia no es el camino. Esta situación debe hacernos reflexionar a todos los mexicanos para tomar conciencia de nuestras responsabilidades, pues lo que estamos viviendo es el resultado de lo que hemos dejado de hacer o de lo que hemos hecho mal. En todos los órganos de la sociedad hay gente noble, trabajadora, que ama a su Patria y se preocupa de sus hermanos, pero también hay quienes se aprovechan de su cargo para sacar beneficios personales y se olvidan del bien común y de los que menos tienen, pervirtiendo así sus propios ideales y principios. No podemos olvidar que la familia también contribuye a la paz, la violencia que se engendra en el corazón y que no es controlada daña, tanto a la misma persona como al conjunto de la comunidad. Si un país es corrupto es porque quienes lo gormamos contribuimos a ello. Tenemos claro que la paz es el resultado de al justicia. Un pueblo vive en armonía cuando a nadie la falta lo necesario para vivir dignamente, pero también cuando la ley se aplica imparcialmente y no hay impunidad, ni privilegios. El Estado tiene la obligación de velar para que esto se cumpla. México es un país rico pero muy desigual, la riqueza está mal repartida, pocos tienen mucho y muchos tienen poco, por eso hay tantos pobres. Esta crisis la podemos superar, si todos nos decidimos a cambiar nuestras actitudes: que las autoridades cumplan su responsabilidad velando por el bien de todos, siendo honestos y no dejándose corromper por el poder del dinero; los ciudadanos participando y dejando la indiferencia, tenemos que vigilar que el que gobierna cumpla o en caso contrario, exigirle que lo haga, siempre por la vía pacífica. La ciudadanía está despertando, la protesta es buena, con ella le decimos a quien nos gobierna que no estamos de acuerdo, que corrija su política ya que es un servidor del pueblo quien tiene la última palabra. Quienes profesamos la fe católica sabemos también que la raíz de estos males está en que nos hemos apartado de Dios dejándonos llevar por el pecado. Ésta es una invitación a volvernos a Él, Dios nunca nos abandona, Cristo, Príncipe de la Paz, con su Muerte y Resurrección ha destruido el

Carta a Los Cristianos 2014

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Tipo de carta a los cristianos en sistema de evangelización parroquial

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Page 1: Carta a Los Cristianos 2014

Carta a los cristianos católicos de la Diócesis de Teotihuacán y a los hombres de buena voluntad.

Diciembre 2014

Doy gracias a Dios que me permite llegar hasta sus hogares para saludarlos, bendecirlos, animarlos

y fortalecerlos en sus tareas diarias, de manera especial a los enfermos que por cualquier motivo

están sufriendo en su cuerpo, sepan que siempre están en mi mente y mi oración.

Hoy me acerco a ustedes preocupado por la situación tan lamentable que vive nuestro país a raíz

de la desaparición de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa, detrás de ellos hay muchos, pero

éstos nos han hecho tomar conciencia de lo que vivimos, por eso decimos ¡Basta Ya! Entendemos

el dolor de sus padres y nos unimos a ellos, al igual que a tantas familias que lloran la pérdida de

sus seres queridos, víctimas de la violencia y la inseguridad. Nuestro país vive una crisis que ha

sido aprovechada por algunos para desestabilizar y crear confusión, gracias a Dios son pocos y

ante esto tenemos que estar unidos para que no nos quiten la paz, nadie está de acuerdo con lo

que pasa, pero la violencia no es el camino.

Esta situación debe hacernos reflexionar a todos los mexicanos para tomar conciencia de nuestras

responsabilidades, pues lo que estamos viviendo es el resultado de lo que hemos dejado de hacer

o de lo que hemos hecho mal. En todos los órganos de la sociedad hay gente noble, trabajadora,

que ama a su Patria y se preocupa de sus hermanos, pero también hay quienes se aprovechan de

su cargo para sacar beneficios personales y se olvidan del bien común y de los que menos tienen,

pervirtiendo así sus propios ideales y principios. No podemos olvidar que la familia también

contribuye a la paz, la violencia que se engendra en el corazón y que no es controlada daña, tanto

a la misma persona como al conjunto de la comunidad. Si un país es corrupto es porque quienes lo

gormamos contribuimos a ello.

Tenemos claro que la paz es el resultado de al justicia. Un pueblo vive en armonía cuando a nadie

la falta lo necesario para vivir dignamente, pero también cuando la ley se aplica imparcialmente y

no hay impunidad, ni privilegios. El Estado tiene la obligación de velar para que esto se cumpla.

México es un país rico pero muy desigual, la riqueza está mal repartida, pocos tienen mucho y

muchos tienen poco, por eso hay tantos pobres.

Esta crisis la podemos superar, si todos nos decidimos a cambiar nuestras actitudes: que las

autoridades cumplan su responsabilidad velando por el bien de todos, siendo honestos y no

dejándose corromper por el poder del dinero; los ciudadanos participando y dejando la

indiferencia, tenemos que vigilar que el que gobierna cumpla o en caso contrario, exigirle que lo

haga, siempre por la vía pacífica. La ciudadanía está despertando, la protesta es buena, con ella le

decimos a quien nos gobierna que no estamos de acuerdo, que corrija su política ya que es un

servidor del pueblo quien tiene la última palabra.

Quienes profesamos la fe católica sabemos también que la raíz de estos males está en que nos

hemos apartado de Dios dejándonos llevar por el pecado. Ésta es una invitación a volvernos a Él,

Dios nunca nos abandona, Cristo, Príncipe de la Paz, con su Muerte y Resurrección ha destruido el

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odio y el egoísmo; María de Guadalupe se nos ha mostrado como Madre. Los católicos somos

hombres y mujeres de fe, de esperanza, sabemos que el mal no lo puede todo. No podemos ser

ajenos, México nos está reclamando que actuemos desde lo que creemos.

Te invito a orar por la paz cada día en familia hasta el día 12, fiesta de María de Guadalupe; te

propongo la oración por la paz, además que pongas una banderita blanca fuera de tu casa y que la

traigas a tu parroquia el domingo 7 al medio día, donde juntos celebraremos la Eucaristía. Así lo

haremos en toda la Diócesis.

Que Dios bendiga tu hogar, tu trabajo, tu familia, que Él nos ayude a forjar una patria en paz y

armonía para nosotros y tus hijos; todos merecemos un México mejor. ¡BASTA YA!

Oración por la Paz