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CARTA A MIS AMIGOS DEL RAVAL Queridos amigos: Hay crisis. Recortes, preocupación, cabreo e incluso miedo. Ya está dicho. Pero paradójicamente, estoy realmente convencido de que éste puede ser el momento para el comienzo de un proceso esperanzador para el Raval. Una oportunidad inigualable para dar el empuje que convierta al Raval en el barrio que todos ansiamos. Y, si tenéis la paciencia de leer esta carta, quiero explicaros de dónde viene mi optimismo. Recientemente se ha inaugurado la Filmoteca de Catalunya. Con la inauguración de la Filmoteca y la plaza Salvador Seguí se puede considerar como finalizado el largo proceso de transformación que ha sufrido el barrio. También sabéis que se ha firmado un acuerdo de colaboración entre la misma Filmoteca, el Macba, el CCCB, el Institut d’Estudis Catalans, el Liceu, La Virreina, la Biblioteca de Catalunya y el Arts Santa Mónica. Se trata de un acuerdo entre los grandes equipamientos culturales que tienen su sede en el Raval. No estamos hablando de cualquier cosa. Estamos hablando de los primeros pasos de un verdadero “centro” cultural que irradiará su influencia más allá de la ciudad de Barcelona. Hablamos de un “centro” de la cultura del país, de toda Catalunya. Este “centro” generará sin duda una succión que atraerá al Raval a gente de todas partes, a un número muy considerable de personas. Pero es que, además, el Raval cuenta ya con un importante número de operadores culturales de menor nivel pero no por ello despreciable, ni mucho menos. Hablo de los teatros (más numerosos que en cualquier otra zona de la ciudad), de las escuelas de música (Conservatorio del Liceu, Taller de Músics, Escola de Músics, Xanfrá) de los pequeños centros culturales (Almazen, Freedonia, Arc de la Virgen, Forn de Teatre Pa’tothom…etc.) de las galerías de arte, de los talleres de artistas, de los locales que programan presentaciones de libros, exposiciones, debates, actuaciones en directo … Necesitamos conseguir que, además de la coordinación de los grandes, estos pequeños también trabajen en red, colaboren, amplíen y

Carta a mis amigos del Raval

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Carta a mis amigos del Raval

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CARTA A MIS AMIGOS DEL RAVAL

Queridos amigos:

Hay crisis. Recortes, preocupación, cabreo e incluso miedo. Ya está dicho.

Pero paradójicamente, estoy realmente convencido de que éste puede ser el momento para el comienzo de un proceso esperanzador para el Raval. Una oportunidad inigualable para dar el empuje que convierta al Raval en el barrio que todos ansiamos. Y, si tenéis la paciencia de leer esta carta, quiero explicaros de dónde viene mi optimismo.

Recientemente se ha inaugurado la Filmoteca de Catalunya. Con la inauguración de la Filmoteca y la plaza Salvador Seguí se puede considerar como finalizado el largo proceso de transformación que ha sufrido el barrio.

También sabéis que se ha firmado un acuerdo de colaboración entre la misma Filmoteca, el Macba, el CCCB, el Institut d’Estudis Catalans, el Liceu, La Virreina, la Biblioteca de Catalunya y el Arts Santa Mónica. Se trata de un acuerdo entre los grandes equipamientos culturales que tienen su sede en el Raval. No estamos hablando de cualquier cosa. Estamos hablando de los primeros pasos de un verdadero “centro” cultural que irradiará su influencia más allá de la ciudad de Barcelona. Hablamos de un “centro” de la cultura del país, de toda Catalunya.

Este “centro” generará sin duda una succión que atraerá al Raval a gente de todas partes, a un número muy considerable de personas. Pero es que, además, el Raval cuenta ya con un importante número de operadores culturales de menor nivel pero no por ello despreciable, ni mucho menos. Hablo de los teatros (más numerosos que en cualquier otra zona de la ciudad), de las escuelas de música (Conservatorio del Liceu, Taller de Músics, Escola de Músics, Xanfrá) de los pequeños centros culturales (Almazen, Freedonia, Arc de la Virgen, Forn de Teatre Pa’tothom…etc.) de las galerías de arte, de los talleres de artistas, de los locales que programan presentaciones de libros, exposiciones, debates, actuaciones en directo …

Necesitamos conseguir que, además de la coordinación de los grandes, estos pequeños también trabajen en red, colaboren, amplíen y diversifiquen aún más la impresionante oferta cultural que los grandes van a generar.

La acción conjunta de grandes y pequeños en el terreno de la cultura hará que, para miles y miles de personas, de diferentes intereses e inquietudes, el Raval sea un barrio muy atractivo para visitar.

Todo ese caudal puede y debe ser “metabolizado” por el tejido comercial. Y resulta que, tras algunos años de cierta apatía, quizá cansancio, las noticias apuntan a que puede ser posible el resurgimiento de un tejido comercial potente y dinámico en el Raval.

Hace no mucho que se han activado dos asociaciones de comerciantes nuevas: Raval 7 y Raval Verd. Ambas cuentan con un alto porcentaje de jóvenes, ambas han demostrado interés y capacidad de innovación y ambas han empezado a dinamizar dos zonas del barrio. También he sabido que la asociación de la calle Tallers está reactivándose con nuevas fuerzas.

Aún más reciente es el cambio en la presidencia del Eix Comercial del Raval. Si el empuje de lo nuevo llega al Eix, y eso es lo deseable, otras calles seguirán su ejemplo y el comercio estará listo para esa

labor que he llamado “metabolizar” la llegada de gente. El comercio podrá tomar fuerza, asentarse y revertir al medio, al barrio, una parte de ese beneficio. Y no hablo solo de una oferta comercial atractiva. Podrá fomentar y apoyar iniciativas, colaborar en actos, fiestas y eventos, poner en marcha campañas… Con ello realimentará el circuito y aportará atractivo barrial al atractivo cultural.

Al mismo tiempo, el nacimiento del Moviment Raval Viu puede ayudar a visibilizar, difundir, incentivar y dibujar una imagen más positiva del Raval y de todo lo que ofrece a la ciudad. Acaba de nacer, pero ha sido muy bien recibido tanto por vecinos como por los medios de comunicación que se han hecho amplio eco de sus primeros pasos.

A todo esto hay que sumar los esfuerzos que en este momento se puede pedir a diferentes sectores del barrio:

- A los políticos encargados del gobierno del Gobierno del Distrito se les puede pedir que lideren el proceso de despegue del barrio. Que apoyen las iniciativas, que apoyen a las entidades, que den facilidades y que intervengan para garantizar transparencia y buenos usos de los recursos y subvenciones … A los políticos en la oposición se les puede pedir que eviten la tentación de utilizar al barrio para el desgaste del poder (algo que seguro que les pasaría factura) y dirijan sus esfuerzos a fiscalizar el proceso impidiendo que el poder ceda ante las tentaciones que a todo poder acosa: el nepotismo, el amiguismo, la arbitrariedad... Al llegar las elecciones, el éxito del Raval no lastrará las posibilidades de ninguna fuerza política. Si acaso, el fracaso lastrará las de quienes hayan puesto palos en las ruedas.

- Al ejemplar tejido asociativo que viene trabajando en los temas sociales hay que pedirles que trabajen para evitar que en el avance se queden atrás aquellos que están en una posición más débil. Pero también que hagan un esfuerzo de coordinación para evitar duplicidades en aras de una optimización de recursos.

- A la Fundación Tot Raval, que ahora cumple diez años de experiencia, hay que pedirle un esfuerzo más ahora que el trabajo en red será tan importante. No podemos permitirnos perder el caudal de trabajo acumulado ni la experiencia adquirida. Para el Raval es un lujo tener esta organización, reconocida y admirada mucho más allá de las fronteras de este barrio, y en el futuro inmediato su aporte será imprescindible.

- A las entidades de inmigrantes, que ya están mucho más asentados que hace unos años y que tienen a su segunda generación formándose en los centros de enseñanza del barrio, podemos pedirles que hagan un esfuerzo aún mayor por integrarse en las entidades vecinales, comerciales y sociales. Que aporten aún más a la riqueza del Raval y se esfuercen por sentirse parte del barrio dejando atrás lo antes posible la ubicación psicológica de “recién llegados”.

- A las fuerzas de orden debemos pedirles que centren sus esfuerzos en una tarea muy concreta: que estar en el Raval sea una experiencia tranquila. Vecinos, comerciantes y visitantes quieren eso: sentirse tranquilos.

¿Y por qué ahora, en el peor año de la crisis?

Porque tras décadas de proceso de transformación, el PERI se puede dar por terminado.

Porque ahora ya están operativas todas las grandes instituciones culturales.

Porque esas entidades grandes tienen debajo un abundante y variado enjambre de agentes culturales más pequeños que amplían, enriquecen y diseminan por todas partes el atractivo cultural del bario.

Porque hay una red de entidades capaz de asumir esta oportunidad que, gracias al trabajo de diez años de la Fundació Tot Raval, cuenta la experiencia y la capacidad necesarias.

Porque el asociacionismo comercial puede estar a la altura.

Y porque en tiempos tan duros de crisis es cuando resulta más importante un futuro que nos motive, que nos “succione” y nos dé la fuerza necesaria.

Para finalizar esta carta, amigas y amigos del Raval, permitidme unas últimas reflexiones.

Soy consciente de que en estos últimos años hemos transitado en el Raval por un camino lleno de dificultades. Hemos ido acumulando rencillas personales, heridas, frustraciones y recelos. Todo eso lo llevamos en la mochila quienes caminamos por estas calles hace años.

Pero quiero transmitiros mi convicción de que ha llegado el momento de quitarse la mochila, apretarse bien la faja en la cintura y poner el hombro para levantar este “castell” entre todos. Aquí no sobra nadie. Ni tampoco es momento para rendirse al cansancio o para dejarse frenar por las frustraciones pasadas. Mucho menos para regodearnos en la autocompasión y el lloriqueo. Es hora de sacar lo mejor, hora de unir, hora de creer.

Durante muchos años la gente del Raval ha sufrido todo tipo de penurias, obras, molestias, separaciones y trasformaciones a las que no se veía sentido. No han faltado los abusos ni el mobbing, y todo ello agravado por la frustración de vivir o trabajar en un barrio estigmatizado por el resto de la ciudad.

Es el momento de hacer que todo eso tenga sentido. El momento de mirar al futuro con optimismo y con fe. Estoy convencido de que si creemos en ello podemos hacerlo realidad.

Este es el objetivo:

Consigamos que en un par de años el Raval sea envidiado por toda la ciudad.

Es ahora. ¡¡Ahora!!.

Y para acabar, algo obligado: os pido perdón por el atrevimiento. No me lo tengáis en cuenta. Entre el atrevimiento y el silencio, ya veis por lo que he optado.