Cartas de Mariquita Sánchez de Thompson

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Carta al virrey Marqus don Rafael de Sobremonte

Carta al virrey Marqus don Rafael de Sobremonte Excelentsimo Seor: Ya llegado el caso de haber apurado todos los medios de dulzura que el amor y la moderacin me han sugerido por espacio de tres largos aos para que mi madre, cuando no su aprobacin, cuanto menos su consentimiento me concediese para la realizacin de mis honestos como justos deseos; pero todos han sido infructuosos pues cada da est ms inflexible. As, me es preciso defender mis derechos: o Vuestra Excelencia mndeme llamar a su presencia, pero sin ser acompaada de la de mi madre, para dar mi ltima resolucin, o siendo sta la de casarme con mi primo, porque mi amor, mi salvacin y mi reputacin as lo desean y exigen, me mandar V. E. depositar por un sujeto de carcter para que quede en ms libertad y mi primo pueda dar todos los pasos competentes para el efecto. Nuestra causa es demasiado justa, segn comprendo, para que Vuestra Excelencia nos dispense justicia, proteccin y favor. No se atender a cuanto pueda yo decir en el acto del depsito, pues las lgrimas de madre quizs me hagan decir no slo que no quiero salir, pero que ni quiero casarme. As, se me sacar a depsito an cuando llegue a decir uno y otro. Por ltimo, prevengo a V. E. que a ningn papel mo que no vaya por manos de mi primo d V. E. asenso ni crdito, porque quin sabe lo que me pueden hacer que haga. Por ser sta mi voluntad, la firmo en Buenos Aires, a 10 de julio de 1804. Mara de los Santos Snchez.

Cartas a Esteban Echeverra (1838 - 1845)

Mi estimado Seor Echeverra: Yo tena una deuda sobre mi corazn y me alegro que usted me haya proporcionado el modo de satisfacerla. Usted tuvo la bondad de mandarme un ejemplar de Los Consuelos, y yo no le di las gracias, y esta falta de atencin, aunque no de aprecio, me hace ahora agradecer an mucho ms el tomo de La Cautiva, que he recibido. Crea usted que es muy lisonjero este presente, que conservar con reconocimiento y que le deseo al autor el buen suceso que merece tan justamente.

El texto anteriormente transcripto corresponde a un borrador de doa Mariquita, hallado en el Archivo del Dr. Lezica, junto con la respuesta del poeta: Seora: Abriga usted un corazn de aqullos que nunca envejecen y tiene una memoria tan viva como es inagotable su sensibilidad. Usted acordarse de mis Consuelos, cuando el autor los ha olvidado ya y slo los recuerda como solemos rememorar despiertos las imgenes tristes de un sueo fugitivo? Usted considerarse deudora de un testimonio tan pequeo de aprecio, nico don que pueden ofrecer las musas? Acepto, desde luego, gustossimo, las gratas expresiones de su carta y me lisonjea haberlas merecido. Pero me permitir decirle que ni antes ni ahora he aspirado a otra cosa que a hacerme acreedor a la estimacin de la digna madre de uno de mis amigos y de una de las porteas que ms honran a nuestra patria. Quiera usted recibir la sincera expresin del respeto y estimacin que le profesa S. S. Q. B. S. P.

Esteban Echeverra.

Septiembre 21, 1838. II

Mi estimado Echeverra: Espero que Ud. tendr la bondad de venir esta noche a or un poco de msica. Muy de prisa, su amiga

Mara S. de Mendeville.

III

Buenos Aires, 17 de Abril de 1845.

Seor Don Esteban Echeverra. Querido amigo: Usted pensar que lo tengo olvidado. Ni por un momento lo crea usted; pero es imposible sacar partido de su pacotilla... Tenga usted un poco ms de paciencia, no se ahogue en la arena, cobre valor, puede ser que esto se pueda realizar mejor y, en este caso, tendr mucho gusto de servirle, pues soy su amiga. Vamos a la gloria. El seor Rugendas, a quien ha visto usted en casa de Pepita, habra tenido mucho gusto de conversar con usted, pero como no hay nada ms difcil que hacer apartes en nuestra sociedad, porque ignora los placeres de la libertad social, se qued muy calladito. Este seor es un admirador de usted y es voto. Es un hombre de alta concepcin. Conoce nuestra Amrica, se ha identificado con ella, es un americano indulgente y amante de nuestro pas. Tengo el placer de hablar con l de todo y me ha contado que ha hecho dos cuadros, tomando sus Rimas de usted por asunto. De modo que usted tendr este lauro sin sospecharlo. Le he dado un ejemplar de sus Rimas, le he hablado de sus ltimas composiciones de usted, que an no han visto la luz. Tiene una alta idea del saber de usted y le admira y le quiere por la opinin que sus poesas le han dado de su corazn y sensibilidad. Considera perfecta la pintura que usted hace de las pampas. Cree l que usted concibi primero el paisaje y despus tom sus figuras como accesorio para completar aqul. Mucho deseo que hable usted con l cuando vuelva. Yo le he hablado de usted con atencin, con el aprecio que hago de su juicio y talento. Rugendas publicar un viaje que ser sin duda el primero de ms valer para Amrica. Ahora recorre esta pobre patria nuestra, toma vistas y golpes de dibujo, para trabajar. No se embrutezca usted, por Dios, luche con el plomo que llueve sobre nuestra imaginacin, alce la cabeza, no se duerma, trabaje para ver los cuadros de Rugendas! Qu bien hizo usted en ponerle Mara a la gaucha de su romance! Este es nombre perseguido por la desgracia, nombre fatal. Para una herona desgraciada, es el ms a propsito. En fin, la desgracia est a la moda. Qu me dice usted de Juanita S...? Hay, para un poeta, asunto. Qu destino perverso! No hay que aspirar a la felicidad en esta indigna vida! Ha conocido usted a algn dichoso? Slo un instante para atormentarlo despus con la privacin del bien que ha posedo, y en esta nuestra tierra, el mal viene con profusin, y los consuelos, para siquiera suavizarlo, ninguno.

Cartas a Florencia Thompson de Lezica Montevideo, 1839-1843 I Querida Florencia: Estoy deseando saber cmo te ha ido con la visita de Julio . Hasta que no vuelva no estar tranquila, sobre todo por los riesgos de los paquetes este mes de temporales. As, tiemblo por la vuelta. Por Dios, que cuando se embarque vea bien el tiempo! Te dije de darle dinero y no s cmo ests de fondos, pero en todo apuro pdele un mes a Capitain y dale a Julio lo que te pida. Don Juan puede esperar un poco y con esa condicin le hars presente que no le pido los 400 sino el 1 de Enero. Vamos a encargos. Las cuentas te las mandar pronto, pues son un gran paquete y por eso no van hoy. Si pudieras mandarme un generito de lana bonito para forrar mi saco carmelita, para darle ms largo y ancho y hacerlo una cosa decente, esto sera bueno. Alguna cosita como la bata de Julio, porque como ves que mi viaje se demora es preciso pensar en el fro. Necesito una pollera de franela blanca, ya sabes como las uso, con el ruedo de lo mismo y otra camiseta, que me haga Rafaela con las mangas ms largas y menos larga del cuerpo. Nunca he tenido tanto fro, de modo que no me quito las franelas y es preciso mudarme. La pollera, de la franela buena tambin. El gnero de mi saco que sea bastante para las mangas anchas y esclavina, como uno que le vers a Mme. Blanc. Necesito que le hagan dos almohadas a Julio. Ya sabes nuestro disgusto de lanas servidas. Todo nuevo, y otro colchn para m, chico, pues le he dado uno a Julio de los dos que traje. El cotn, si hay de lista azul, para nosotros es igual y tal vez ser ms barato. A Mama Luisa le escrib para esto con Julio. Vamos ahora a hablar de Faustino. Por este momento es preciso que tome valor y espere un poco. Voy a ver por aqu si se le puede proporcionar algo. Todos estn en expectativa a ver de todos lados las circunstancias como se presentan. Muy pronto debemos ver como se presentan las cosas y veremos lo que podemos hacer. Mando estas dos cartas. Otras se quedan por no exponerlas todas. Pronto irn. Son para Julio las que se quedan. No corren priesa. Esas dos van hoy. A Julio le escribir maana. En este momento que estaba escribiendo recibo la tuya y las de Francia y mando la tuya y una para Julio. Las otras son insignificantes, irn despus. Mil abrazos a tus hijos. Dile a Julio que goce de su tierra cuanto pueda. Me avisan que es la hora de cerrar. A Dios. Tu Madre.

Si no hay gnero bonito, no te aflijas, o ms bien, sino hay. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . II Querida Florencia: Te mando mil pesos para que hagas el gasto de tu casa. Apntame todo lo que necesitas para todo, ms bien ms que menos para arreglar que todos los meses tengas lo que necesites sin contar para nada con Faustino, a ver si de este modo compramos nuestra salud las dos, porque al paso que vamos pronto iremos a la Recoleta. Haga las reflexiones o las boberas de costumbre, no las escuches, volveremos a empezar maana con la misma cancin, y como no cree sino lo que tiene en la mano es preciso empezar por poner trmino de algn modo a esta vida de infierno y que vea prcticamente que voy a mantenerte con todos tus hijos, sin que tenga que ocuparse de esto. Es verdad que esto no ser bastante porque nos queda el porvenir; pero en fin tendrs la confianza que las criadas que te sirvan las pagas y lo dems que se ofrezca. Apunta todo para mandarte el resto del mes y arreglar mis negocios de modo que esto te se d mensualmente. Este plan se lo haba ya dicho, pero como no haba empezado la pensin, volvemos a la letana, y te aseguro que mi paciencia se ha concluido y mi educacin y todo y ya tiro por la calle del medio. Ve si t puedes tener ms calma, segura que tendrs cmo vivir mientras viva. Tu Madre.

Vase la nota 6 de la carta del 30 de marzo de 1837 a Faustino Lezica. Doa Mariquita entreg a su hija Florencia a la muerte de su marido, acaecida en 1845, su casa de la calle Cuyo, que se comunicaba con la de Empedrado. (Vase el plano adjunto a la carta del 16 de abril de 1847, a Florencia). III Mayo 16, 1841.

Querida Florencia: Ya te hars cargo lo que hemos hablado de ti y tus hijos con Tresserra. En este momento recibo tu carta del 16 y por ella infiero que estar aqu Mme. Nogui . No puedo decirte el pesar que me ha causado la muerte de D. Pedro Lezica y lo que pienso sin cesar en Misia Carlota y sus hijos. Pobre amiga! Cunto siento no poderla servir ni consolar! Voy a ver si le escribo. Hace ocho das que padezco cruelmente de un nacido en un brazo, afortunadamente es el izquierdo, pero he tenido tales dolores, y tengo, que me dan fiebre y como mi carne es tan delicada y tan rara que un arao me vuelve loca y me dura un siglo, padezco, te aseguro, mucho, y ni puedo vestirme ni lavarme y peinarme, todos tormentos grandes para m. T suspiras porque me vaya a sa, pero no s yo misma lo que voy a hacer. Yo no soy la mujer fuerte y ya estoy abatida y cansada de mi mala suerte. Puede ser que sea orgullo de mi parte, pero me parece que yo era acreedora de muchas cosas que me suceden al contrario en la vida y tantas penas, siempre sin descanso, no ms consuelos que mis esfuerzos, me van rindiendo. No est lejos el da que me vaya, pero te lo avisar con oportunidad para que me arregles algo. Por hoy no puedo decidir. Har cuantas averiguaciones pueda del testamento de Vzquez. Creo haber odo en el tiempo que se haba encontrado el testamento, pero no descuidar esto, porque amo a esas amigas con extremo y te pido decirles mil cosas de mi parte. Vamos a mis asuntos. Primero me dice Tresserra que Ladislao trataba de comprar la caballeriza de Ibarra. En la enfermedad de Faustino cre contarla ya como ma, allanndome a darle dos mil pesos fuertes que me pidi y que Faustino los crea un exceso, pero como yo conozco el valor que dar a las dos casas y comodidad, se los ofrec, pero me sali diciendo que haba prometido a Ibarra darle la preferencia y no poda faltarle. Ocpate de esto con inters. Escuti es amigo y conoce al dueo. Vive al lado de D. Toms Anchorena . Ocpate de esto con sigilo, no lo sepa Ibarra. Aunque sea tomando dinero a intereses, tmalo. Creo que podras encontrar esto entre tus amigos. Mientras, te mando mi poder para hacer una hipoteca. Esto parecer absurdo, pero yo me entiendo, yo lo redimir un poco ms adelante, y por el momento se asegurara esta ventaja. Ahora vamos a otro punto. Me hars el favor de no descuidar esto. Se me dice que don Ladislao vende su casa: Le har decir por nuestro amigo Pea, que no dudo nos har este favor, que las ventanas altas y bajas que dan al corral de mi casa, se deben cerrar. Consent en esto por amistad y complacencia, pero de ningn modo paso por tal servidumbre. No dejes esto de la mano porque dirn que quien calla otorga. Vamos a otro punto. Me hablas de vender el corral o de lo que te han dicho sobre esto. T sabes que una vara es para m una pena, como si me quitaran una alhaja. A una casa tan espaciosa como la ma, le debe dar siempre un gran valor ese fondo y lo que me den nunca ser relativo. Despus creen que porque es fondo no vale, pero considero en este caso que vale ms que frente, por el valor que da a la casa de Martnez. Yo, lo ms que vendera seran doce varas, y aun esto me da pena, pero por estas doce varas, pido 4000 fuertes y el terrenito de la calle de la catedral de que me hablas. Esto tal vez les parecer mucho, pero a m no, para el valor que pierde mi casa y le da a la suya. Cualquiera rico que quiera esa casa qu son cuatro mil pesos ms? En fin slo as cortara mi huerta, que para m es como si me cortaran un brazo. Si no me voy a Europa, me pienso morir en mi casa y tengo varios proyectos de que te hablar y vers, de cunta utilidad es tener ese corral. Si tuviera a quien dirigirme para no darte este trabajo lo hara, pero estoy aqu y no s a quin puedo ocupar. Esto es un beneficio para todos. As, ten paciencia. Otro encargo. Me dice Tresserra que el mirador de la casa grande est arruinado. Ve una persona que lo entienda y me diga lo que costara tomar bien las goteras, cerrar enteramente la trampa causa de todo el perjuicio, pues cuando volv a Buenos Aires encontr que la haban descompuesto y la haban dejado abierta, entrando el agua a torrentes, que te dir D. Manuel que lo vio, que haba una buena cantidad en el cuarto. Imagnate cmo estaba todo. Esto me caus unos das crueles. Don Manuel lo sabe. Quisiera cerrar enteramente eso. Si necesita salir Prelig , que se ponga la escalera por fuera, como estaba, y si no nada. Ese cuarto pienso utilizarlo y conservarlo si se puede. Que me haga el favor M. Prelig o quien puedas, de hacerlo ver con un inteligente y avsame. Por hoy contntate con esto. Mi brazo me hace sufrir horriblemente y tengo mucho que escribir. Gracias por las pastillas. Dile a doa Luisa que ya sabe nuestras simpatas, que considere mi contento, que lo que deseo es que esta no sea la ltima. Mil memorias a todos y a Mama Luisa. Tu Madre.

Mil cosas a los nios. Dales un peso a cada uno de mi parte. Ve si puedes juntar algo para aprovechar la baja de las onzas. No te aflijas por el cajn. Si tienes buena ocasin sin incomodarte, bueno, y si no djalo hasta que te avise. Mil memorias de Bornefeld, que est muy gordo. Dile a Mariquita, si la ves, que pronto le escribir. IV Montevideo, 20 de Febrero de 1842.

Querida Florencia: Tu carta del 16 me ha dado el consuelo que deseaba, pues ya tema que estabas enferma y no me lo decan. Ya habrs recibido las cartas de Malena . Yo estoy pensando irte a ver como te lo deca en mi carta, que no s cmo no has recibido antes del 16, pues en ella te deca mis incertidumbres sobre irme o no, y veo que no me contestas. Veremos a Svori y decidiremos; pero ya no te sorprendas si me ves llegar, porque si no me voy ms lejos, ir de todos modos a verte y arreglar mis cosas contigo o para quedarme o para irme a Francia, como me aconseja Malena y todos los que me conocen, de modo que hablaremos y veremos lo que ser mejor, pues si me decido a irme, tal vez podra verificarlo con Rosita . O te escribir sobre esto o nos veremos. Mama Luisa siempre te da memorias y yo me olvido porque estoy opa. Memorias de todos los de ac. Te abrazo mil veces. Tu Madre. V Mi querida Florencia: El portador es mi amigo don Gervasio Rozas . Cuanto quieras saber de m, pregntale y te responder. Mi visita diaria, mi compaero de soledad, es un fino y verdadero amigo mo y tal te lo recomiendo y presento. Su viaje ha sido muy pronto decidido en horas. Anoche te escrib cuatro renglones. Esta es probable que llegar primero. Le he pedido el piano a M. Lefevre y dicho que te lo d. As no creo que habr tropiezos. Dile a Esnaola que contine sus buenos oficios, que se lo estimar. Me alegro que mi to haya sido cubierto. Arregla con Svori de irte dando como puedas hasta cubrirlo. Al ltimo de ao hay siempre apuros y as es preciso un poco de trabajo y destreza. Ms adelante te indicar si necesito ms muebles, porque le indico a M. Lefevre, que le he de pedir alguna friolera. Ya Malena te dice lo que te podra decir yo sobre ella. As, ten valor un poco ms que te dar auxilio con ella. A tus hijos, me muero por verlos, sobre todo a Enrique. Te doy las gracias porque estoy como peregil. A mi querida Rosita y Rosarito , tantas gracias por lo que te acompaan, que se los agradezco mucho. A Dios, hijita. Te abrazo mil veces. Tu Madre.

VI Agosto 11. - Jueves

Querida Florencia: Magdalena sali antes de ayer y esto te dice todo. Mi alma est despedazada y mi cabeza aturdida. Ha llevado cuanto puede llevar para su comodidad y regalo. Juan ha ido con ella y una buena criada francesa: esto me parece un sueo. Espero que el nuevo ministro francs tomar mi casa y que me entender bien con l. Me escribir lo que piensa y sus proposiciones y hemos ya arreglado que nos entenderemos escribiendo. As ser mejor. Como t fuiste quien alquilaste a M. Lefevre sin muebles y que los ha guardado sirvindose ao y 10 meses, precisamente, deben haber sufrido un grande detrimento. Deseo los veas t todos y me informes para pedirle una indemnizacin. Para esto t no tienes sino decirme cmo est todo. Lo dems, no tendrs que malquistarte. Yo tengo cmo hacerlo. Es preciso no perjudicarse sin necesidad. Te encargo de ver el juego de caf, no me den gato por liebre. Te suplico de tomar los floreros del Rey y drselos a don Manuel para que los acomode y los tenga a mi disposicin. Esos floreros te he pedido tanto no dejarlos! Puede ser que queden los pedazos y lo sentir, no slo porque son cosas de valor sino porque son un obsequio que hace honor conservar y no me los podrn reemplazar. Cudalos en la mudada. No s lo que har porque no estoy para nada, ni adonde me ir. Otro da hablar de esto. Mama Luisa lleg una hora despus de haber salido Malena. Ha tenido buen viaje y est muy contenta, muy agradecida a M. Picolet , a quien dars las gracias por ella y por m del trabajo que ha tomado. A Faustino y tus hijos mil abrazos. Te escribo slo para tranquilizarte. Te abrazo. Tu Madre.

M. Delurde te ver. Mndale un recado. Siempre es fino y lo ha sido conmigo mucho. Creo que ganarn mucho en el cambio. Hemos quedado que despus que vea la casa me dir lo que piensa. Entre tanto, no vendas la puerta de la cochera. Si puede Jos dar un barrido general para que tenga mejor figura la casa, no sera malo. VII Montevideo, 16 de Agosto de 1842.

Querida Florencia: Ya podrs considerar cmo estar mi corazn y mi cabeza, pero como siempre me sucede, tengo que ocuparme de mis intereses en medio de lo ms fuerte de mi pena. No s si ir a Buenos Aires. Ahora tengo que mudarme de casa por economa y necesidad porque hace mucho tiempo que me piden esta casa para vivir su dueo y a esto no se puede resistir. Tengo otra linda y cuasi por la mitad del alquiler. Tengo aqu una salud como no he tenido en mi vida, vivo querida y considerada y me acuerdo del viejo adagio, quien bien est y mal escoje, por mucho que le venga no se enoje. No sera nada el ir a ver yo misma mis cosas, pero despus, para volverme es el trabajo. As, pienso mucho antes de ir. Mientras, te dir ms adelante mis proyectos, y si por el momento hay tropiezos que no puedes t allanar, ver lo que har. M. Delurde creo que tomar mi casa. El no dudo que me mandar los muebles que yo pida y por el momento voy a indicarte lo principal. El trae muebles, de suerte que en los mismos cajones que trae los suyos se meten algunos mos y l me los mandar, pues para eso tengo marido cnsul francs (del lobo, un pelo). As los muebles que me hara un buen negocio, sera el aparador del comedor, la mesita de un pie de piedra, la escribana ma. Te digo que esto, si me voy all, lo vender aqu como no podrs pensar, y tendr para comprar otros all, y si no, me sirven, pues aqu todo cuesta mucho. El aparador ser mi lacena, pues aqu no las hay y concilio mi comodidad y decencia. No s cmo tengo mi cabeza y hay cosas que ni me acuerdo. Tena una mesa de caoba, de un pie, que querra, una grande, que tena alas a los dos lados. Si se puede, venga. Para que mis muebles vinieran bien, pdele a don Manuel me haga el favor de rmelos a acomodar en casa. Si pudiera Jos encontrarme unos pedazos de la mesita que vino de un pie, sera excelente, porque sern del color conveniente, y si la hago remendar aqu, quedar mal. Si vieras lo bien que mis hilachitas se componen aqu y sirven, no lo creeras. Esta mesita quedar lindsima y el da que quisiera, lo menos sacara una onza. Mucho te agradecer que me busque Jos estos palitos. Son los ribetes de los lados. Estaban en el cajn del estante de msica, junto con los regatones amarillos de las mesitas viejas de juego, que tengo una aqu. Si mandas la otra, bien. Estos perfilitos vendrn muy bien porque los vender aqu. La mesa del comedor es mi pasin. Te pido me la cuides hasta segunda orden. Mucho quiero esa mesa y sentira perderla. Cudamela. Veo bien que mandarme todas las sillas punzones sera mucho, pero esto, si te parece, podremos tomar un medio. Mndame el sof bien acondicionado y guarda las sillas hasta segunda orden. El piano lo das a Esnaola para que lo venda. Hazme tasar por Valentn la biblioteca para ver si me tiene cuenta el venderla all, o alquilarla, porque algunos muebles arreglaremos. Esto despus, si toma mi casa. Dime qu clase de reparacin es preciso hacer en la casa. Quisiera que lo que se llama el almacn, enfrente de la puerta de la calle, no entrara en el nuevo alquiler. Quiero darlo a la casita de sea Vicenta. Despus te dir mi plan. Dime si existe la puerta de la cochera, que creo ser preciso volver a poner. Te dir sobre esto lo que pienso. Dime si Sartorius est o hay algn buen albail o arquitecto a quien pueda escribir yo mis determinaciones, a cmo est la cal, y lo que pide un albail al da. Cuando me mandes otras hilachas, mndame un florero color de paja que haba entero, y an el otro. Yo tena unos pedazos de l en mi mesita de costura. Lo tena. Esos pedacitos, si estn, mndamelos. Los floreros que tienen mango de cristal, tmalos para ti. M. Delurde quiere o necesita algunos muebles, de modo que es preciso aprovechar de la experiencia que nos ha dado M. de Becurt que no ha sido lo que deba ser, porque sobre todo lo que ha hecho sobre el piano, no ha sido muy caballero. Yo tena dos espejos. El mango celeste me sucede como a Candelaria , que tena un espejo que la consolaba. Ese tiene una luna tan linda, que ansiaba porque lo hubiera compuesto Valentn, pero temo no acabe el da del juicio. Ten lstima de m y ve mis pobres viejos muebles para que pueda utilizarlos. La toaleta, mndamela tambin, pues, como te digo, esto aqu lo vender muy bien cuando quiera. Se destornilla toda y as vendr muy fcilmente. Dile a mi marido don Manuel que me tenga lstima y me acomode todo bien. Voy a escribir a M. Delurde sobre mis muebles, de modo que podamos aprovechar sus cajones y envoltorios. Ponte pues de acuerdo con l y pide a don Manuel me acomode todo. Si al tiempo que venga el sof punzn, mandaras siquiera una o dos de brazos, me alegrar mucho. Por hoy no es poco lo que doy que hacer. Ten paciencia. En este momento es preciso ayudarnos unos a otros. Albina te manda mil expresiones y lo mismo Tresserra, que sigue engordando, muy bueno. Memorias a todas las amigas. Voy a mandar pronto una carta y encomienda para las de Casamayor . He llorado tanto que me duelen los ojos, tanto que es un martirio escribir. Te abrazo mil veces, a tus hijos y a Faustino. Tu Madre.

He tenido carta de Mendeville, de 4 de Mayo. Mil memorias para vosotros. VIII Querida Florencia: Te hars cargo de mis penas y de todo cuanto no te digo. Estoy mudndome de casa, en la que economizo 40 pesos mensuales que me asesinaban en la que tena, de suerte que pienso en esto para consuelo. Mi sof colorado y sillas las har venir. Me arreglar de modo que te alivie mucho en esto; pero te pido de suplicarle a don Manuel de acomodar bien con Jos lo que me mandes, siempre envuelto en paos que te volver. Dos personas irn a buscar algo que traer. Lo que vaya quedando lo mandar despus. Aunque sea en casa de las amigas, guarda por el momento lo que se pueda, para no apresurarnos tanto. Los muebles, cuando estn limpios y bien puestos tienen otra vista y en esto compadcete de m y ve lo mejor que se pueda hacer. Mndame el juego de caf, que me han dado por l. Vende todas las pequeas cosas. Estando acomodadas, poco a poco me las traen los buques de guerra. Esto no tienes t que agradecerlo. Son mis amigos y s que lo hacen con gusto. Vienen buques de lo de Tresserra, tambin Van Praet me mandar algo, as no hay que sacar permisos o bien todo a un tiempo nos hara ms ruido y enredo. Creo que en los envoltorios que traiga M. Delurde sus muebles algo se podra conciliar el aprovechar, porque aqu vivo tranquila, hija, duermo con mi corazn sosegado, y esto es mucho. Si ms adelante pienso de otro modo, veremos. As, pues, lo que t veas me puede servir mucho, mandando poco a poco me hars un servicio que te agradecer. El relox, si lo tienes, mndamelo tambin. Las gorritas tuyas las llev un buque de la casa de Tresserra. Tal vez estn por ah en un cajn cuadrado y aforrado en papel con sello a tu nombre. Te escribir ms largo despus. Mira lo ms que puedas mis intereses y compadceme. Toda tuya, Tu Madre.

Te mandar bien pronto la flauta que pide Faustino. Me dice Mama Luisa que hay gnero para lienzos muy barato. Aqu lo peor cuesta un real fuerte, 19 de papel. Si es ms barato en sa, tmame un poco ms de gnero y ms fino. Este cuesta aqu real y medio 2 reales. Mndame si puedes un poco de yerba buena en un tarro de los de hoja de lata. IX Montevideo, Septiembre 4 de 1842.

Mi querida Florencia: Veo por tu carta el mal estado de mis intereses, la dificultad de velarlos t, etc., etc. Esto me da mucho que cavilar en este momento y me rompo la cabeza para hallar el medio de remediar todo. El buen tiempo se acerca y veremos lo que puedo hacer. He escrito a un buen amigo. Espero su respuesta. T, que ests en sa, no podras indicarme a una persona buena? No lo sera Escuti? Piensa si hay una persona que rena lo que es esencial: inters y honradez. Por este momento no quisiera emprender muchas obras, porque he tenido muchos extraordinarios. Hasta algunos meses no me ser posible desahogarme un poco. Me dicen que la casa grande est como en ruinas, que los empapelados estn perdidos, que todos es preciso repararlos. El gabinete estaba tan bueno. En fin, paciencia. Me dicen que M. Delurde lo que quisiera es hacer componer todo a su gusto y dar la mitad de todas las composturas. Sobre esto es lo que quisiera me informaras con prolijidad. Si tiene l una persona capaz de velar todo, bien. Dime lo que quiere y cuesta y veremos lo que puedo hacer. Mientras, veamos lo poco que podemos. Considrame en este momento, que aunque fuera de piedra no dejara de sentir. Para distraerme he tenido que mudarme a una casa reducida, lejos de Albina. No te habrs olvidado de lo que deca Mara Josefa , que yo escriba "El grito" : ni lo he ledo, cuanto ms escribirlo, pero si eso y otras cosas lo creen con qu tranquilidad puedo yo vivir conociendo las personas y corazones? cmo voy, pues? y qu es lo que yo podra hacer? Buscar una persona para que se encargase, porque las mujeres no podemos hacer lo que los hombres. No me podran indicar esa persona? Para el asunto de la casa grande, dime si hay mucho que hacer, y, si tanto hay que trabajar en este momento, indcamelo. Ver si me atrevo a ir por unos das, pues lo que es quedarme no lo pienso. Aqu vivo tranquila y con buena salud, en estos meses deben desarrollarse las cosas de intervencin y dems enredos y quisiera estarme aqu hasta que todo se concluya. As, pues, ve si Escuti podra servirme, y avsame lo ms urgente. Ya s lo que se necesita en la casita de al lado, pero si se puede arreglar por el momento, bueno, porque tengo sobre esa casita un proyecto y no quisiera hacer las obras si no bajo mi plan. Quisiera volar all; pero no tengo valor. Me disgustan tanto tantas cosas como sera necesario para irme. En fin. Veremos en uno o dos meses lo que puedo hacer. Ve si en este momento puedes hacer algo por mis intereses. Si no se puede sino con mi presencia, ver lo que puedo hacer. En cuanto al aparador, vndelo; pero ve lo ms que se pueda sacar. La biblioteca, unas mesas grandes, de cedro, para la cocina, esto vale, hija. Un armario de pino, largo me hubiera aqu servido; pero ser incmodo para traerlo. Haz un esfuerzo para mirar mis intereses en este momento. Veremos ms adelante si se puede hacer otra cosa. Con el Relmpago me puedes mandar algo. Es muy bueno. Qu desgracia de situacin! Rodar uno por capricho de otros! En este momento recibo la carta de Faustino. Cmo siento todas las incomodidades que les doy! Tengan un poco de paciencia. Quisiera escribirte todo lo que se puede hacer y creers que no me dejan las visitas? Voy a ver lo ms preciso. Me parece que mandar todo a un tiempo ser mucho gasto y trabajo, as creo que en varias ocasiones, poco a poco, puedes irme mandando algo, segn lo que te he indicado, y lo que valen las cosas. Tambin esas cositas chicas que acomoda don Manuel. Aprovecha los buques de guerra, todos son verdaderos amigos mos, y cree que lo que traigan ser de muy buena voluntad, ni se te pase por la cabeza que es preciso que les hagas alguna atencin. Deja eso a mi cuidado. Por ejemplo, mi toaleta con mrmol y espejo, como toda se desarma, creo que eso lo puede arreglar don Manuel, que venga, si se puede. La mesita redonda, de piedra, como es igual, quisiera conservarla o para guardarla o traerla. Mientras, la podrs hacer guardar o tener en tu casa. La cmoda negra que fue de mi padre, no la vendas, ni los dos roperos. Yo facilitar el traerlos. Ten compasin de mis hilachas. Si de aqu a unos das estoy ms animada, ver si voy a dar una vuelta. En todo caso, esos muebles que te voy pidiendo es mejor que poco a poco vayan viniendo. Lo que aqu vale compensar cualquier gasto. Una mesita de alitas, de caoba, con un cajn, la quiero. Si se puede la compaera de la de juego que tengo aqu vieja y unos regatones de metal amarillo que deben andar por ah, sera bueno que vinieran tambin. Cuando uno es pobre es preciso sacar de todo partido. Qu quieres, ya sabes mis trazas, y gracias a ellas, hemos vivido con camisa. Los cuadros, incluso el Endimin y retratos, gurdamelos. Deseo que el de Carlos X se conserve. Si hay una persona inteligente para sacar la pintura y ponerle papeles y enrollarla. Qu falta me hace M. Catelain ! Pero ve si hay alguno bueno para esto. Mientras, pdele a M. Delurde de no tirarlo, que me permita conservarlo all. Los candeleros de tres luces, si los puedes vender, sera bueno. En tanto, si hay cucharitas de composicin, buenas, que parezcan finas, cmprame una docena y mndamelas lo ms pronto posible. Si hay de comer, lindas, siquiera media docena mientras veo cmo puedo comprar de plata. Esto me urge, si no es muy caro. Los candeleros de bronce, que vengan cuando se pueda. La mesita de noche, vndela y avsame en cuanto, despus te dir por qu. De los dos sofs de esterilla y sillas, despus te dir. Si hay algunas sillas ordinarias que puedan venir, me haras un bien. Las ms comunes aqu, para la cocina, cuestan 20 nacionales 3 pesos cada una, de modo que las negras que me mandaste sirven para todo. Desde que indicaste la flauta, te la hubiera mandado, pero no haba de las que tienen dos tiros o dos llaves una para adelante y otra comn; pero como la reclamas te mando una de las que hay y estoy a la mira de otras que se esperan y te regalar una de las buenas. As vengan, que se supla con sa que son las solas que hay. Mira que salto. Si me pudieras mandar un poquito de dulce de toronja te lo estimara, del de Carmen Zelaya . Dime cmo est Carmen Belgrano. Estar sentida conmigo? Le escrib y no s si habr recibido mi carta. Ya sabes el sistema de Juan, de dejar sospechar que es vctima en su familia. As no habr dejado de hacer valer el viaje. Pues, hija, no lo vea a Juan ni un minuto ni los das ltimos ni me ha hablado una palabra. Me ha dejado la correspondencia de C. cerrada para que la mande, sin decirme nada. En el momento de irse a embarcar, como quien se acuerda me vino a abrazar. A Dios mam, ni una palabra ms. Desde que tom esta resolucin, ni me hablaba. Ya sabes aquel estilo de veneno que toma. Ni una palabra, me hua, vena a casa, como siempre, a las once y media o a las doce. A su cuarto, y por la maana, se sala callado. Dicen que es un ngel. Fuera de casa, puede ser; pero no s cmo quien es tan raro con su familia puede ser amable con los otros. Ya te acuerdas el extremo con las de Martn Rodrguez , pues ni una visita les ha hecho aqu. En suma. Juan es amable mientras tiene un inters, entonces, carios y risa, consigui, como si no se conociera. Se desva de sus amigos ms ntimos sin darles razn y se aleja y deja sus relaciones como las toma, sin pena. Pobre C., cmo siento esto! Qu buena amiga hemos perdido! Pero la mujer de J. nunca ha de ser a nuestro gusto, ni la ha dejar intimidarse, porque siempre nos ha de tener de cuco para echarnos la culpa de sus rarezas. Cmo siento que Enrique no est bueno! Si pudiera venir aqu, hay tantos mdicos. Pero para qu es hablar de esto. Ten paciencia, hija, sa es la edad en que los tienes a tu lado, otra vendr ms triste. Algunas veces pienso si estar durmiendo cuando medito mi situacin presente. No hablemos de esto. Estos das me rindi el pesar. He pasado dos das de cama. Hoy estoy mejor. Ms disimulo mi tristeza, ms mal me hace. No puedo olvidar a Malena en la casa y en el corazn. La extrao mucho. Voy a ver si le puedo escribir a las amigas. En otro viaje de la Tctica o Relmpago puede ser que me anime. Te lo dir con tiempo. A Faustino, dile que no le perdono, que te disculpe, que no sea Faustino. Te escribo cuando puedo y lo mismo debes hacer t. Bien adivino todas tus incomodidades. Ni me extraara que no me escribieras, porque muchas veces rabio y no te puedo escribir. No s yo lo que es familia y cmo vivimos nosotras, que deseamos vivir siquiera con orden y limpieza. No me digan pues que los excuse, porque me da pena. Escrbanme cmo y cuando puedan, una vez por siempre, que yo te excuso con todo mi corazn. Te voy a mandar el cajn de la harpa para que me la mandes para limpiarla aqu y ver lo que debo hacer. Si la lamparita chiquita no te sirves de ella, mndamela. Pero lo que deseo mucho es el relox. No s nunca la hora que vivo. Vienen a buscar sta y tengo que dejarla y abrazarte mil veces y a tus hijos y a Faustino que le agradezco lo que por m hace. Tu madre que te ama, Mara.

En un buque que sale maana mando carta y encomienda para Isabel . X Sbado.

Querida Florencia: En este momento recibo tu carta del 15, la de M. Picolet y a M. Picolet mismo. Cmo te compadezco y cmo s lo que pasars! Por de pronto no te ocupes de nada de mis intereses. Que todo vaya como quiera. No te ocupes sino de Faustino y de hacerme decir por cualquier extrao cmo sigue. Dime si mi presencia te servira de algo o sera en este momento una atencin ms. Dmelo con franqueza, slo por consolarte ira all. As hazme decir con franqueza, sin cumplimiento, si te puedo servir en esta afliccin. Avsame al momento y dime por cualquiera de los amigos el estado de Faustino. Si Dios oye mis ruegos te dar fuerza y valor. No te aflijas, hija, en estos momentos, asistir y cuidar a tu Faustino es el primer deber. Para llorar hay tiempo. Que te diga Van Praet cmo estaba Tresserra. Era un muerto de un ao debajo de tierra, sin hablar ni poder tomar nada. La boca era una calabaza. No te puedo decir cosa semejante. Haba ratos que se quedaba con los ojos fijos, sin moverlos, con tela, y ahora est gordo y mejor que antes. No pierdas el valor ni un momento. Dios es padre, hija, se ha de mejorar. Confa en l y cree que ni un momento no te separo de mi mente. Te abrazo mil veces, Tu Madre.

Albina no s si podr escribir. Si no lo hace, no tengas cuidados. Todos estn buenos. XI 20 de Septiembre de 1842.

Querida Florencia: La aparicin de nuestro amigo apenas ha sido para verlo y hablarlo, con aquel temorcito que yo tengo siempre de ser importuna, de modo que me he quedado tan a oscuras como antes sobre varias cosas. As la primera que deseo saber es qu diras si yo fuera a dar una vuelta. Esta poltica infernal nos coloca a todos en difcil posicin y no hay prudencia que baste, de modo que como tanto han mentido sobre m, no s cmo estar y esto quisiera saber para ver si me resuelvo a irte a ver. Tu carta, que acabo de recibir, me ha dado un placer verdadero porque como ayer no supimos nada en el paquete, estaba haciendo ya almanaques tristes. Que me ponga un rengln cualquiera de los amigos cuando haya ocasin. Iba a mandar una encomienda pero no me ha sido posible. Han hecho dos das infernales, y no cre que hoy se ira M. Picolet, que me hubiera alegrado de haber podido hablar con l con sosiego, pero no ha sido posible. Felizmente, pronto habr una buena ocasin. Dime qu te podra mandar de aqu mejor que ah. Pobre Faustino, cmo siento su enfermedad! Quisiera estar a tu lado invisible. No te aflijas, hija, el proyecto de la casa lo arreglaremos despus. Por ahora la salud de Faustino es todo. Te abrazo mil veces, y a tus hijos y a Faustino tantas cosas. Tu madre que te ama, Mara.

XII Querida Florencia: El portador te dar noticias nuestras. Albina no te escribe porque tiene con sarampin a Eduardo y t sabes por experiencia lo que es esto. Albinita ha estado tambin enferma de lo mismo, de modo que Albina est toda ocupada de esto. Adems ha llegado al Janeiro Zumarn y estar aqu dentro de pocos das, lo que multiplica en este momento sus atenciones y las mas. Deseo con ansia saber de Faustino y cmo sigue. Espero que recibiras una encomienda de pobre. La salida de esta persona la s en este momento, y as, no he podido preparar nada. Nada he recibido en la Rosa. Me he hecho cargo que no lo podras mandar. Dime cmo ests de fondos, pues yo te libro, como ya te dije, y esperando que venders algo y podrs pagar algo. Te abrazo mil veces, y a Faustino y tus hijos no los olvido un momento. Tu madre que te ama, Mara.

XIII Querida Florencia: Todo ha llegado muy bien, y te doy las gracias y al buen don Manuel mil expresiones de mi parte y mil y mil gracias por su trabajo. Todo muy bien. La primera oportunidad el ropero viejo de caoba, el que se hace dos. Te abrazo mil veces. Muy de prisa. A Faustino y chiquitos. Tu madre que te ama, Mara.

XIV Noviembre 3 de 1842.

Querida Florencia: Ayer te escrib muy de priesa y hoy me avisan que hay paquete y quiero aprovecharlo, lo primero, para agradecerte todo lo que me has mandado. Cada cosa que veo de mi casa me hace llorar y al mismo tiempo me hace ilusin y me consuela. Todo me sirve. Ya sabes lo que es no tener nada. As, mi casita se va componiendo y arreglndome con comodidad. Imagnate: tres cajones vacos de vino unos sobre otros, tapados con una colcha vieja y encima un espejo de a un patacn era mi toaleta. Aqu, que hay un tufo desmedido, por dos meses, pase, pero por 3 aos o 4 ya era demasiado. Est como nueva mi toaleta, pues la he compuesto y limpiado bien y si la vendo despus aqu, ganar. As, como puedas, me irs mandando, poco a poco, algunas cositas. Lo dejo por ahora a tu discrecin. Todo est tan bien acomodado que es un gusto. Nada se ha desgraciado. Para qu te he de hablar de mi corazn. Nosotros somos gente aparte y ya sabes lo que somos. Pero yo he tenido penas tan acerbas en mi vida, tan horribles, que ahora hay momentos en que creo que soy ms feliz, porque aunque est separada de mis hijas las veo con hombres de bien que las quieren y las mantienen, y mejor que nadie s apreciar esta dicha. Mis hijos varones se educan y son grandes ya, y al fin no estn en esa edad en que necesitan tanto una madre, y yo no tengo a mi lado a una persona ocupada de atormentarme y mortificarme sin cesar. Como sola, pero sosegada, hago lo que quiero sin violencia, tengo amigos que me acarician y consuelan, qu ms, pues, en esta triste vida? La pena que me oprima ms mi da era pensar lo que Malena llorara tan lejos de m. Cunto dara por saber que no siente su pas! Pensaba en ti tambin... y me afliga; pero al fin Faustino est bueno. Todo lo dems no le den importancia, hijos, tengan paciencia. Te aseguro que de todas mis penas me consolaba cuando vea a Tresserra y pensaba que Faustino estaba bueno, qu hubiera sido de m si los dos hubieran faltado! As, veo que Dios nos quiere an, y paciencia, por lo dems. Vuestra felicidad es la ma. Mi fiesta la han celebrado con cuarenta onzas. La seora del Cnsul francs es otra hija ms que tengo. Toca el piano perfectamente, como Esnaola. Pone un libro y lo toca como si lo hubiera estudiado. Se vino la vspera a casa con Albina. Estudiaron un do de piano y harpa. Yo s del estudio y de todas las locuras que hacan las dos para divertirme mi da. Lo lucieron a la noche, y ayer comieron con sus dos maridos aqu, y repeticin a la noche, de modo que tres das me han dado msica. Considera las bromas al verme con relox y candelabros dorados y las platinas. Vaya, recoje cuanto haya quedado de la barraca y manda. Dime si llega bueno el pan y los bizcochos, porque a mi lado es la panadera y as te mandar con facilidad. Ve si vive una fuente de porcelana del pescado y unas canastitas. A Faustino, si no le escribo hoy, le escribir maana en otro buque. Por hoy, contntense los dos con sta y perdonen que no les escriba ms largo. Tu Madre

XV Mircoles.

Querida Florencia: Cmo te tuve presente tu da y cmo sent no haberte podido mandar una cosa que me haba propuesto, pero ir con el corset. Vamos a negocios. La sola recomendacin dada a la mujer del sastre fue como para lavar cosas finas, encajes, cuellos, que lava muy bien y hace las gomitas de nio que les mand, pero esta recomendacin no era para ms, de modo que has hecho muy bien de no darle los espejos, tanto ms que se han ido de aqu debiendo, y los iban a detener. Ella es una zalamera de primera, pero entiende sus negocios muy bien. As no hay que venderle nada. Siento el sacrificar mis muebles y as, lo que no se puede mandar, gurdenlos como puedan, y poco a poco vayan mandando lo que puedan. Lo mismo digo sobre el aparador si no est vendido. Aunque sea estropeado mejor es que venga y no darlo por nada. Slo aquellos que sea intil o muy preciso vender, vende. Dile a Esnaola que no deje de hacer diligencias por el piano, a ver si se vende bien, de no, veremos si se puede traer. La caja del harpa la mand a la casa de Tresserra con dos bales vacos, uno de don Manuel y otro no s si de Prelig o del marido de Jernima, que trajo Malena. Ellos eran de sa y los mand a la casa a Van Praet con la caja del harpa. Si crees que Enriquito se mejorara aqu, lo podras mandar y, para que no extraara, a Juan con l. Yo te los cuidar con la mayor ternura, pues sabes lo que me interesan los nios, y si yo me decidiera a irme a Europa, en caso que aqu se alterara la tranquilidad, me los llevara y no tendras que pensar en ellos. Segn la cuenta de la obra, no le has pedido nada a M. Delurde. Dime cuando entr a la casa y qu podramos pedirle, porque yo te he mandado una libranza contando con esto, es decir, con que nos pueda dar algo adelantado. Infrmame sobre esto, y si no has podido saber sobre la capellana de mi to Domingo, que recae en m y no estoy para perder. El padre de Capdevila afianz esto en una quinta por Barracas. Creo que el viejo Cernadas corri con los negocios de to Jos Domingo. Podras informarte de l para cobrar yo los rditos a fin del ao. A Dios, hija, por hoy. Te escribir despus ms largo, porque hoy escribo para Francia y estoy cansada. Te abrazo mil veces y a Faustino, y le agradezco lo que trabaja por m con mis muebles. A Dios, hija, Tu Madre.

XVI Noviembre 8.

Querida Florencia: Mucho gusto me ha dado tu carta y la de Faustino de ver que estn buenos pues ya es toda mi ambicin y mi consuelo. Estoy encantada con lo que me dices de mi casa, si estoy por creer que me va a venir la dicha. An estoy deseando saber cmo estn mis finanzas, pues cuando te libro letras y ms letras no s cmo te vers. Ya te dije lo que hara, que mis extraordinarios me tenan loca, y no pudiendo an librar para Francia hasta el nuevo ao, tena que embrollar la pelota. As, en fin, vamos viviendo. Demasiado convencida estoy del estado de eso para vender y por eso te muelo tanto de pedirte algo. Aqu me sirven y en todo caso lo vender bien y la plata me servir para comprar otros mejores. Si vieras mi toaleta la vida que ha dado a mi cuarto! Lo linda que est, parece nueva. Suspende la venta del estantito. Te dir ms adelante. Si pudieras mandarme la mesita de Despalliers te lo agradecera y la de cajn, y el viejo ropero de dos cuerpos: esto en una ocasin o en varias, como vayas pudiendo. Dos sillas de brazos mientras, si se puede, tambin. Mi consuelo, hija, es arreglar mi casita. Si vieras lo que uno extraa vivir tan largo tiempo sin nada! Ahora me consuelo con mi cuarto, porque no te puedo decir lo que extrao a Malena y a Julio, pero hago fuerza para no llorar y mantenerme derecha. Los espejos, si se venden bien, bueno, y si no y si tienes donde ponerlos, gurdalos. Los cuadros grandes, no los vendas. Todo cuando se reduce al cambio, da pena sacrificarlo. Un ropero aqu, bueno, cuesta 100 duros y todo as. Siento lo que se vende ah as me da pena y slo por no tener dnde guardar lo que hay, lo puedo vender. Dime lo que ha costado vender la toaleta. No dudo, hija, del inters que tomas por mis cosas. Yo con esperanzas siempre de ir ah, estoy con mil irresoluciones. Creo que dentro o fuera, este verano sabremos a qu atenernos. No te olvides de hacerme buscar con Jos entre las diabluras unos regatones amarillos de las mesitas viejas francesas, y de mandarme la compaera de la que est aqu. Te agradezco el dulce mucho, pero no gastes en mandarme nada. Me da pena cualquier gasto porque pienso como estar todo. Dime si se puede comer el pan de aqu, si llega comible, y los bizcochos, para mandarte ms, y si hay aqu algo mejor que ah, para mandarte. A Faustino, mil abrazos. He escrito tanto y an tengo que escribir que no s si podr responder a su carta. Los abrazo mil y mil veces. Tu Madre.

Mndame una cafetera de platina y si vive una tapa del queso, de cristal. Esta carta es donde vivi Mama Luisa. XVII Montevideo, Noviembre 29 de 1842.

Querida Florencia: Me alegro que Jenara haya ido contenta. A mi modo y como me ha sido posible le he manifestado mi cario: flores, dulces, sonseritas que me pareca le daran gusto. Me ha parecido sinceramente afectuosa conmigo. Dile que, cuando haya cintitas, le he de mandar, que no me he de olvidar. Dale muchas expresiones a mi querida Rosita y dems de Lezica. Hija, no suelto la pluma de la mano y no doy cumplimiento a lo que quiero. As, no les he escrito a estas amigas que tanto quiero, a otras muchas que deseo escribir tambin y mandar algo, y cuando se sabe la salida, es siempre de prisa. He tenido carta de Mendeville. Dice que te robar a Malenita como rob a Carlos . As, preprate para este cario, que piensa ir a Pars el ao que viene de modo que no sera raro viniera por aqu. La carta que Julio nos ofreca, no ha venido, pero he sabido que est bueno. Dime si pediste algo a M. Delurde y si has podido pagar las letras que te he mandado contando con esto. Zumarn lleg ayer y creo ir a ver eso de aqu a unos das: Estoy buena y Albina y los chicos no hay novedad. El cors te ir muy pronto. Te abrazo mil veces y a Faustino y tus chicos y no te olvido un momento. Tu madre que te ama, Mara.

XVIII Diciembre 22 de 1842.

Querida Florencia: Cunto siento, hija ma, tu mala salud! Este es el primero de todos los bienes, sin duda. Me hago cargo cunto trabajo te darn mis intereses, pero encuentro mil inconvenientes para nombrar a una persona para ocuparse de ellos. Voy a ver si puedo conseguir que don Gervasio los tome a su cargo aunque siempre est en el campo. Los negociantes tienen tantas atenciones que no se pueden ocupar sino de los suyos. Esto me retiene de elegir el que me indicabas. Veremos pues si podemos tener a don Gervasio. Escrib para los alquileres a M. Delurde, veremos lo que te dice. No me vendas por ahora ms muebles. Me da lstima sacrificar por nada todo y a los precios a que se vende y la reduccin a plata queda en nada. Por ahora gurdenme los muebles hasta segunda orden. Poco a poco o los traer o dispondr otra cosa. Sobre todo no tomes trabajo ni penas por esto. Tu salud es lo primero. Dime de que tiempo ests, cudate mucho, como ha de ser. No te aflijas por la fortuna. Este ao me ha ofrecido Mendeville aumentarme mi pensin y espero que podr darte algn alivio. Luego que se decida el viaje de Albina arreglar mis intereses de modo que te pueda aliviar. Por ahora, cudate lo primero y cree que no te olvido un momento y que te doy mil abrazos. Tu madre que te ama, Mara.

La carta para D. Gervasio mndasela con Esnaola a M. Atkinson, dicindole que deseo pronto la respuesta para si no puede pensar otro a fin que no tengas este cuidado t. Tantos abrazos a Faustino y los chiquitos y a las amigas mil memorias. XIX Montevideo, enero 1 de 1843.

Querida Florencia: El cielo derrame sus bienes sobre ti y tu familia en este nuevo ao. Esta es la primera felicitacin que pongo en l. Recib tu carta del 26: aqu me tienes pensando qu hago. Ya me voy a Francia, ya me voy a verte y as me atormento en cavilar. Aqu creo que hay paces, que todo se compone. Dios lo quiera. Esto retardara el viaje de Albina y te haramos una visita. Me interesa mucho tener un libro de pergamino con muchos letreros y unas tiritas que lo atan, que era el libro de mi madre, de los alquileres de las casas. Ve si lo puedes encontrar entre mis libros y tambin los que haya mos de la Historia de Angelis, y lo que est sin encuadernar; tambin uno de Actas de la Sociedad de Beneficencia. Todos los puedes poner en un cajn y mandrmelos as que se pueda, pero el de pergamino, el primero. Te mand hace mucho tiempo, por la casa de Tresserra dos bales vacos, uno era de don Manuel y otro no s de quin, y la caja del harpa ma, que es para que despus me mandes el harpa. Dime si recibiste estos bales y caja. Yo no s por qu tengo tanta esperanza de verte; pero me parece que ha de haber algn arreglo. Si puedes mandarme la pieza del gnero de las camisas como el de Malena, mndamelo pronto, porque necesito mucho unas camisas, sea para irme o no. Espero la respuesta de Gervasio. Esa carta para el padre de Cernadas hazla dar pronto, para que me d una noticia sobre la capellana de mi to Jos Domingo, y su respuesta mndamela pronto. M. Clos debe venir y l es muy bueno conmigo y traer cuanto le des. A tus hijos miles de besos, a la familia de Lezica los ms finos recuerdos y a todas las amigas, bien siento no poderles escribir a todas; pero no tengo tiempo. Te abrazo mil veces y a mi pobre Faustino, tantas y tantas cosas, que no lo olvido, Tu madre que te ama, Mara S. de Mendeville.

XX Querida Florencia: Acabo de recibir tu carta ltima. Estoy buena y me alegro que t lo ests. Cmprame una pieza de gnero de hilo, como la que tomaste para Malena y lo ms pronto que puedas, mndame, porque necesito con urgencia para camisas, y es preciso hacerlas hacer de modo que te estimar esto. Mucho me animan que me vaya con Albina y esta intencin me tiene enferma. Ya me decido, ya me arrepiento. En fin, te escribir ms largo y por hoy contntate con mil abrazos para ti y tus hijos y Faustino. XXI Domingo.

Querida Florencia: Ayer te escrib, pero como se va ahora el Relmpago no quiero dejar de escribirte. Aqu corre que hay paces. Como no se dice si Dios se apiada de tantas penas y hay esperanzas de vivir quietos, esto sera para m el cielo abierto porque no te puedo decir cmo estoy y mi angustia y mi indecisin. Mi espritu se acab. As, todo me asusta, me da miedo, como un chiquito, y cuando pienso en los das del viaje, en los sustos y temores que padecer, me hago tal montaa que me aterro. As, haciendo preparativos y sin decidirme ni s an lo que voy a hacer. Parece que an tendremos toda la semana entrante de modo que la yerba si puedes mandarla pronto vendra bien. Considera mis camisas, que el gnero no llega an. No s cmo tengo la cabeza, te lo aseguro. Dile a Esnaola de hacer un esfuerzo para ver si se vende el piano, pues de todos modos esto vendra muy bien. Si me voy, te dejar escrito, aunque hasta hoy estoy ms inclinada a quedarme. Abraza a tus hijos mil veces. Todos estamos buenos. Tu Madre que te ama, Mara.

Probablemente la Tctica ha de volver o el Relmpago. Aprovecha para mandar lo que quieras y para escribir. XXII Febrero 3 de 1843.

Querida Florencia: Hace das que no s de ti; que sigo enferma, pero un poco mejor. Hace unos das que no tengo fiebre; pero estoy muy abatida. Esta enfermedad, por s sola da mucha tristeza y, acompaada de tantas penas como tengo, hazte cargo. Me hablan de irte a la estancia, pero creo no hars el disparate de irte embarazada, porque el movimiento del carruaje te hara mucho mal; ten paciencia hasta que ests buena. Ahora me avisan de esta ocasin y no puedo escribir largo. Dime si recibiste hace tiempo una carta para Leppel , si se la diste. Dime si recibiste una carta con unos puitos adentro. Si la azcar est barata mndame un poco de dulce de duraznitos y de duraznos. Aqu no hay casi duraznos. Cmo me acuerdo de los ricos del Monte! Pero esto sin que te incomodes: un poco, un tarrito de lo de Carmen Zelaya, poco, porque se echa a perder. Diles a Prelig y a Esnaola tantas expresiones, y a la buena Rosarito y finas amigas Lezica. A Dios, hija, slo te escribo para que no ests con cuidado. Abraza mil veces a tus hijos. Tu madre que te ama, M. XXIII Montevideo, Febrero 3 de 1843.

Esta se qued hace das y va hoy, trece.

Querida Florencia: Al fin he sabido la llegada de Malena y recibido carta suya, que bien necesitaba mi alma algn consuelo en medio de tantas penas y aflicciones como me rodean. Te podrs imaginar mi mal humor cuando me dicen por qu no me he ido a gozar en Europa y dejar de penar aqu. T, que sabes mis negocios, podrs inferir todos los inconvenientes para irme -cmo los venca?-. Te aseguro que me he enfermado de la afliccin que tena, pero cmo dejarte todas las cosas en el estado en que estn? As rabio cuando me oigo recriminar. Es preciso tener mucha paciencia en mi lugar. An no puedo tener la noticia de la Capellana de mi to, cosa que no puedo perder. Escrib a Capdevila y te suplico me mandes pronto la respuesta, porque quiero arreglar mis cosas, porque as cualquier cosa que ocurra, uno est ms tranquila. Dime tambin en una listita lo que paga cada casita -slo para mis arreglos-, y si te deben. El libro que necesito es otro, de pergamino, que tiene una colita con muchos letreros. Si se encuentra, mndamelo. Dentro de poco te dir lo que pienso sobre los muebles; entre tanto ve lo mejor posible de cuidarlos. No me siento an buena para irte a ver aunque lo deseo mucho y sera muy bueno para mis intereses. Pienso pues ir a verte; pero me parece que en tales momentos murmuraran aqu, y ah diran que me iba por miedo, y esto hara mal efecto. Quisiera ir cuando pudiesen ver que me iba por gusto y sin relacin con la poltica de la que estoy tan cansada que no quisiera ni or hablar ni pensar en ella. Considrame: sola con Mama Luisa y un criadito francs que tengo, de quince aos, oyendo todo el da tambores, viendo soldados como hormigas, porque no s de dnde salen. Ayer por la maana vino toda la guarnicin que haba dormido en las trincheras, y un ingls me asegur que haba contado 5.500 hombres. Estos venan porque los haban mudado otros, de modo que las mujeres estamos solas. A todo el mundo se le obliga a servir y el que no tiene papeleta, va a las tropas de lnea. Ya han ido algunos principales, nadie se niega. Parece que han comido azogue. Considera yo que soy la madre del miedo, tengo el cuartel de los argentinos a dos cuadras, y el de unos negros a una cuadra, de modo que a cualquier ruidito ya los veo pasar corriendo, y yo, temblando. Hago en mi cabeza mil viajes ya a sa , ya al Janeiro, pero mi poca salud me tiene rendida, que nada emprendo. Despus no puedes contar con nadie, porque cada uno es para s. En la casa de Tresserra tienen mucho qu hacer y no es posible importunar. Todo esto me ata. Despus mis intereses t sabes como estn, no tengo pues desembarazo para nada. Lloro de miedo y me propongo irme al Janeiro, y me propongo esto slo para calentarme la cabeza, porque empiezo a tocar imposibles y a ms afligirme. Quisiera pues irme para arreglar todo contigo, dejarte bien impuesta de todo y irme a Francia para descansar, porque mi corazn necesita de afecciones y lejos de mis hijos soy ms infeliz. T sabes bien la costumbre que tengo de disimular mis penas, as me creen algunas veces tranquila; pero en el fondo de mi corazn no hay sino dolores. Por todo lo que me dice Malena y los muchachos, veo que con lo que tengo vivira bien en Francia y podra economizar, y aqu vivo mal y me empeo ms y ms. Eso tambin est caro, de modo que cuando consulto mi razn veo que es lo mejor que podra yo hacer. Dime cuando piensa Rosita irse, para mi gobierno. Carlos debe llegar de un momento a otro. Tambin me fijo en l porque podra conseguir un buque de guerra y esto sera ms seguro para m y ms cmodo, porque en los buques mercantes tengo ms miedo, y si pudiera arreglar mis asuntos para irme con Carlos, esto sera bueno, porque, hija, la vida pasa siempre con agitaciones y gritos, y yo quisiera pensar en un descanso para mis huesos. Estoy aburrida de guerra y poltica. Haz ver si hay cartas para m de Francia y de Valparaso en sa, porque s que han llegado buques de uno y otro punto. Te recomiendo la respuesta de Capdevila para ver si puedo arreglar eso. Dile a misia Agustina que no la olvido y que creo que ella no me olvida tampoco, que le he de dar un abrazo cuando menos piense. Te mando sa de Malena. Ha sido recibida por la familia perfectamente. Todo su clamor es que me vaya, que aquello es divino, y que vivir muy bien y con mil gustos con la mitad de lo que tengo. Slo te dir que con lo que pagara un ao all una famosa criada, tengo aqu para dos meses de una mala. Mil memorias a todos, mil abrazos a tus hijos y a Faustino de tu madre que te ama, Mara.

XXIV Qu desgracia es vivir en estos infiernos siempre! Hoy he pasado muy asustada; pero ahora me dicen que "no tema nada", que todo va bien. El conde me dicen que cree que all se enojarn mucho con esta noticia de franceses, que le parece mejor que no vaya. Pero aqu tambin, hija, temo, de modo que estoy mrtir. Si eso est sosegado, escrbeme. Me ir, ya en algn buque de guerra que habr siempre, o ya en un paquete. Si piensas puedo estar tranquila y hay el tiempo preciso para irme con Rosa, me ir pronto, pues slo me detiene el temor del enojo popular. Tengo mi pasaporte listo, mi bal acomodado. Voy a ver si puedo mandarte un bal de ropa sucia para lavarla. El mes de M. Delurde dalo a Van Praet. Si tengo algo ms, mndamelo o dime cunto, para librar yo. Dime si hay festoncito para enaguas en sa y buen coco fino para batas. Dime si hay gnero de Npoles, negro, bueno y a cmo. Aqu las tiendas cerradas casi todas. A Faustino tantas expresiones y abrazos a tus hijos que anso verlos. Cuando pienso en verlos me alegro tanto, sobre todo, a Enrique. Esa para la Taboada me interesa mandarla, con seguridad es de su hijo, sobre intereses. A Dios hija, mil expresiones a las buenas amigas de Lezica. Te figuras, si no vamos con Rosa, qu consuelo para todos? Voy a ver si puedo escribir a don Gervasio. Mil abrazos a tus hijos y a Faustino; y para ti cuantos quieras de tu madre que te ama, Mara.

Contestame pronto porque si no puedo estar en sa tranquila, o irme con Rosa, me voy al Janeiro, pues aqu estoy muy sola y no sabes qu pena es sta de no tener un ser a quien pedir auxilio. Gutirrez se fue a Italia, de modo que esto me ha dado tambin muy malos ratos, porque se fue sin "licencia". Aqu quieren que todos perezcan, y ni las mujeres quieren que tengan miedo, de modo que es la misma cosa que ah, con un poco ms de libertad. Ayer se registraron muchas casas y al que se oculta le sacan amarrado y le hacen soldado de lnea. Todo el da tiros, heridos, guerrillas. Privacin de muchos artculos, de modo que estoy como embarcada, sin leche, fruta carsima y todo esto al "nudo". Ni es mi tierra, ni esto me sacar del "pantano", pasando los pocos aos que me quedan en padecer y ver padecer, y ni el nombre de poltica te aseguro quisiera or. As, quisiera arreglar mis intereses contigo y vivir en descanso, aunque fuera en un rancho. No tengo ninguna aspiracin, ni an vestirme como gente. Slo lo que deseo es tomar una taza de caldo y otra de caf, sin que me hagan rabiar y sin asustarme. Ve aqu mi ambicin. De todos modos esto es muy caro, y con esperanzas he vivido cuatro aos, y todas las ocurrencias de mi familia que me han enredado. No te puedo decir lo que se gasta aqu. Nada puedo ahorrar y as, no puedo ir. O es preciso irme ah o a Francia y ste es el momento de tomar partido, porque esto me despide tambin. Mi enfermedad me priv de irme con Albina, porque hija, no teniendo nadie para ayudarme, es preciso que yo lo haga o disponga todo y cuando no hay salud, no hay valor para nada. Piensa los gastos y trabajos que he tenido para que se fueran tres hijos y lo que les he tenido que hacer, pues sabes nuestras economas. Figrate los empeos que he hecho y las economas "en m". As tengo que pensar en m y tan cansada de ver viajar a los otros que de todo estoy aburrida. As espero tu carta con ansia para ver lo que he de hacer.

Cartas a Juan Bautista Alberdi I Compadre : Echeverra me ha prometido venir a comer hoy conmigo. Vea Ud. si se tienta; pero no vaya a pensar que hay comida de ceremonia: los dos solos. Vea si est de humor y si hay noticias de Gutirrez . Dgame si lo veremos. Su afecta, Mara Snchez de Mendeville.

A las 4 o 5 comeremos. Jueves. II Querido compadre: Siento mucho no tener el gusto de comer con Ud. hoy; pero ms que sea por falta de salud. Vctor Hugo es de mi misma opinin: que el sistema de vida romntico es pernicioso, que esos estmagos no tienen irrigacin, sino necesidad de tnicos, de buen vino y puchero; pero es preciso que el sistema del romanticismo de estmago vaya envejeciendo. Yo tratar de convencerlo cuando lo vea. Mientras, haga lo posible por estar bueno el martes a la noche y venga a tomar agua de goma aunque sea: es mi da de tormento ; quin sabe si cumplo un siglo. Como para nada me sirve saberlo, lo dejo as en el olvido. Pero quieren obsequiarme con un do de piano y arpa. No lo diga, no piensen que es tertulia; pero tendr algo bueno. Crese y venga. Su amiga muy afecta, Mara S. de Mendeville.

N. B.: El libro es muy precioso. Se lo devuelvo con mil gracias y en consonancia del principio, le mando ese verso para que se ra; despus le dir el autor. III Mi estimado Alberdi: Necesito el Minuet de la Irresolucin porque Magdalena lo desea y slo espera el buen tiempo para embarcarse. Ya est su equipaje a bordo. Considere Ud. cmo est mi pobre y sensible corazn que no tiene sino pesares. Si Ud. est dispuesto para poner una sola idea en su lbum, se lo mandar. No lo est uno siempre aunque lo est el corazn, y por eso se lo pregunto, para no mandarlo. Esto entre los dos. Su afecta siempre, Mara S. de Mendeville.

IV Buenos Aires, Abril 30 de 1849.

Mi apreciado Alberdi: Cunto gusto he tenido al saber de Ud. por el seor... . Cuntas preguntas hace la amistad a la distancia! Pero todas las respuestas han sido lisonjeras. S que Ud. goza de consideracin, que vive con su talento, y que tiene una excelente reputacin en todo sentido. Lo felicito y me alegro de todo corazn. Cuntas cosas le quisiera escribir! Pero estoy un poco enferma de los ojos; y as no extrae si los renglones no estn derechos y la carta corta. Tan slo quiero probarle mi sincera amistad y aprovechar tan buena ocasin. Julio est en Montevideo y yo vagando sin encontrarme bien en ninguna parte. Hago la experiencia de que, cuando uno es desgraciado, quisiera estar viajando siempre, ilusionndose con la idea de encontrar lo que uno ha perdido. Consrvese Ud. bueno y feliz, y crea que tiene siempre una verdadera amiga en su servidora, Mara S. de Mendeville.

V Buenos Aires, 16 de Enero de 1851.

Querido amigo: Nuestro amigo Mariano ser el portador de sta y le dar a Ud. cuantas noticias quiera de m. Mucho he agradecido el recuerdo de Ud., porque aprecio y me lisonjea su amistad. Si nos volveremos a ver un da! Quin nos hubiera dicho cuntos acontecimientos deban pasar para dispersar a todo nuestro crculo! Esta consideracin me entristece mucho y slo suaviza este amargo recuerdo el pensar que nadie es profeta en su pas y que algunos de mis amigos han hecho mejor suerte con salir de aqu. En mis sueos pienso, no s por qu, que he de ir a Chile. Ahora est Mendeville en disponibilidad. Qu suerte sera para m que lo nombraran ah! Al momento volaba. Tengo la suerte que mi corazn y mi cabeza no envejecen. Me parece algunas veces que soy joven. Es slo cuando veo mis nietos que me saco la cuenta. Mariano le dir cmo estoy fuerte y cmo estoy siempre rodeada de juventud. Voy al corriente del mundo y me alucino. Voy a contarle a Ud. una ocurrencia. Fui a ver la familia de Gutirrez y me hicieron tocar el piano. Hubiera deseado hacerle ver a Ud. la alegra y sensibilidad de Mara de los Angeles sobre todo. Al recordar a Ud. todas convenan que yo tocaba del mismo modo que Ud.; pero lo gracioso era que haca pocos das que Luis Mndez me haba hecho el mismo cumplimiento. Creo que tengo muchas simpatas con Ud. y no es extrao que exprese la msica medio parecido a Ud. En mis pesares he tenido das de desesperacin, mi corazn como en una prisin y mi espritu en una completa soledad. Buscando cmo obligarme yo misma a encontrar algn lenitivo alguna distraccin, me he reducido al piano y a otros trabajos mujeriles, para los que no tena simpatas, pero como el despotismo est a la moda; me he despotizado yo misma bordando, haciendo sonseras como las colegialas. Y as vamos viviendo, unos ratos como idiotas, otros volando a las altas regiones del pensamiento, corriendo los espacios, viendo que todo el mundo se afana para mejorar, y cada da peor. Quin ver el fin de esta lucha universal! Qu se har despus de destruir tanto! Le he recomendado a Ud. un joven cataln que me recomend Juan . Es un buen muchacho. Toca el piano: le he encargado le toque un nocturno, que es mi favorito. Es un pedacito lleno de sensibilidad, pero l no lo toca como yo. Ud. sabe que una misma cosa cada uno la toca a su modo. A pesar de tocarlo, no a mi gusto, ver Ud. qu lindo es. Ese pobre joven va a buscar fortuna. Vea Ud. qu puede hacer por l, es juicioso y muy decente. As que Ud. lo vea, ver que tiene una cara de cordero, que no es capaz de hacer mal. Tiene el infeliz nombre y apellido original: Eliseo Cantn . Vea Ud. con esos nombres y esa cara lo que pueda hacer. Adis, mi amigo, crea que no lo olvido y le deseo salud y felicidad. Su afecta amiga, Mara S. de Mendeville.

VI Querido Alberdi: Con qu gusto he ledo su librito y la linda carta del seor Urquiza para Ud.! Mucho me complazco en pensar que tendr Ud. una pgina en nuestra historia, muy hermosa, porque ha trabajado siempre en consonancia con la dulzura de su carcter, con ese buen sentido que sabe unir la razn con el entendimiento y explicarse el modo que conviene a las necesidades de la poca. Cunto gusto he tenido en hablar de Ud. con Gutirrez ! Pobre Gutirrez, que tantos disgustos tiene en su posicin! Le he encontrado muy envejecido, su salud tambin es dbil. Me ha dicho que Ud. vive como es mi ambicin de vivir en una casita con unos rboles y unos libros. Pero mi destino me ha sido ingrato siempre. He tenido que andar errante sin sacar ventaja de mis viajes, sino gastos e incomodidades. Cunto gusto tendra de verlo! Al menos me propongo de escribirle algunas veces, ahora que tenemos seguridad de correos y respeto al sello. As le he de escribir muy largo algunas veces. Hoy me ha sorprendido el correo muy recargada de atenciones con mi sociedad de Beneficencia, donde nuevamente trabajo. Le deseo a Ud. felicidad. Su libro ha sido una inspiracin oportuna. Quiera Dios que lo lean todos y la leccin sirva. Su siempre amiga, Mara S. de Mendeville.

Julio 24 de 1852. VII Querido amigo: No puedo darle mayor prueba del placer que me ha dado su carta del 19 de Septiembre que recib ayer, que contestndola hoy. Ah, mi amigo, cunto dara por una hora muy larga de conversacin! Cuando me transporto a aquellos tiempos en que con tanto entusiasmo y verdadero patriotismo nos ocupamos de esta infeliz patria destinada... ser mejor que no diga lo que siento y quisiera pasar de mi cabeza a la suya! Cun sorprendido ser Ud. cada correo! Qu porvenir ! Qu presente! Si tuviera la fe de que esta carta llegara a sus manos sin tropiezo, le dira muchas cosas, pero cuando no hay seguridad, ni el pensamiento ni la pluma corren. Empezamos, mi amigo, un camino de peligros, de espinas, y mucho me temo que sea regado de sangre. Ah, mi amigo, qu infelicidad, qu triste estoy, y cmo me acuerdo de aquellos tiempos! Nuestro Gutirrez parece que slo vino para experimentar disgustos. Ha pasado por duras pruebas. Apenas he gozado de su sociedad. Todas las furias se han venido a este pobre suelo. El otro da le han hecho duros ataques. Ud. ver los papeles. Nuestra sociedad es aquella misma. Le escribir ms despacio, como Ud. lo desea. Esta va al correo, y as escribo como si fuera a la Gaceta. He escrito una recomendacin para Ud., pero Ud. debe no olvidar que soy en estos desempeos muy discreta: jams pedira lo injusto. No s de qu se trata. Me alegrar sea conciliable con la razn lo que pretende mi recomendada. Ya s cmo vive Ud. y comprendo por experiencia el vaco del corazn. Mi vida es algo parecida a la suya, segn Gutirrez. Trabajos, libros y msica: mi pobre piano recoge mis lgrimas muchas veces; divago en l muchas horas como una mecnica, sin saber lo que hago. Mucho deseo una quintita tambin, porque gusto mucho de eso, pero siempre viajando no me puedo ocupar de esto, que es para m objeto de envidia poder plantar un rbol sin temor que lo arranquen. Mi vida es la de un hombre filsofo por fuerza ms bien que la de una mujer, con la desgracia de tener corazn de mujer, cabeza de volcn, y no tener esa frivolidad del sexo para distraerme. Mis afeccionesdispersas por el mundo y en una profunda soledad en medio de la ms numerosa sociedad. Mucho gusto tendr en recibir sus cartas; pero no deseo verlo aqu. Nadie es profeta en su pas, y en este ms difcil an. Crame, cuide sus plantas y compadzcanos. He escrito a Carlos por Pea , porque le he hecho una librancita por l. Cundo nos veremos? Qu gusto sera para su invariable amiga! Mara S. de Mendeville.

Buenos Aires, Noviembre 15 de 1852. VIII Seor Don Juan Bautista Alberdi: Mi amable y consecuente amigo: Cunto me complazco en pensar que Ud. est en esa Europa tan deseada por m, y que est Ud. con un carcter que tanto merece por sus talentos y sus trabajos! El tiempo ha justificado mis predicciones y tengo vanidad en pensar la linda hoja que tendr en nuestra historia. Ud. es el joven que a mi juicio ha utilizado mejor su tiempo y ha unido a esto los sentimientos nobles del corazn. Ud. ha desarmado a sus enemigos con dulzura y ha triunfado con las armas de la razn y la moderacin. Quisiera que fuera Ud. el modelo para nuestras prensas llenas de personalidades groseras. Sus cartas me han encantado. As me gustan las polmicas, utilizadoras. Nuestro pobre amigo se ha engaado, a mi juicio, y se ha perdido. Est en este momento siendo el blanco de algunos que no tienen su moderacin y lo ponen en ridculo de un modo cruel. Creo se ha llevado un gran chasco y que no debe estar contento. IX Buenos Aires, 1 de abril de 1856.

Mi querido amigo: Mucho placer he tenido en recibir su cariosa carta de Pars y mucho me lisonjean y agradezco las finas expresiones con que su generosa amistad me favorece. Nadie apreciar ms que yo todo lo que vale esa fina amistad. Nada entre tantas penas que sufra nuestro patriotismo, y conservada con tanta constancia, cosa de que podemos tener orgullo porque en nuestra pobre patria no es esto lo que abunda. S, mi amigo, yo tengo orgullo por su amistad, y lo tengo por su talento, por su conducta. En aquellos tiempos aciagos Ud. era el solo hombre poltico que haca las opiniones a mi gusto: con nobleza, con razones, con justicia. Despus de la lucha, generoso de altura. Ah! Yo se lo agradezco a Ud. y le agradezco cuanto ha escrito, porque todo es bueno y til. Cuntos pesares he tenido por los escritos de otros amigos y aun de mi pobre hijo ! Ud. tena la prudencia de la vejez y el fuego de la juventud y el resultado no me ha engaado: el que esperaba que Ud. obtendra. En este momento que est Ud. en ese gran mundo, bien cierta estoy de lo bien que sabr apreciar todo, y las simpatas tiernas que encontrar por todas partes. Con mucho gusto le lo que Ud. me dice sobre la buena inteligencia con que est con mi querido hijo Balcarce . No lo dudo: viven los dos en un mundo donde se comprenden bien todas las cosas. Yo soy en poltica como en religin muy tolerante. Lo que exijo es buena fe. Esto de tolerancia no se entiende aqu. Si tiene Ud. la paciencia de leer nuestros diarios, se sonrojar Ud. al leer el lenguaje en que se insultan los adversarios. Pena me da bajar de la dulce esfera de nuestra amistad para hablarle de nuestra situacin. Los grandes escritores que arrastran popularidad son Sarmiento, Juan Carlos Gmez y lo que a Ud. le sorprender, Hctor Varela , que quiere especular siempre con la memoria y el cadver de su padre. Se ha puesto a hacer una oposicin desenfrenada a la confederacin. Se llama progreso el desunir los espritus y los pueblos. Se atizan los odios de partido y se cierra la puerta a toda conciliacin. Siempre con el mazorquero y las mismas majaderas. Estos individuos quieren vivir en grande sin ms renta que su pluma. Desgraciadamente su diario tiene popularidad porque lo llena de cuentos, de bromas, de mentiras y tan grandes que al da siguiente se desdicen ellos mismos. Su corresponsal en Corrientes les anuncia una revolucin (siempre mandada en secreto por Urquiza) los Virasoro a la cabeza, etc., etc. A los tres das llega el correo: no hay nada, ha sido una noticia falsa. As las desmienten con la mayor frescura mientras han hecho el mal. Urquiza, el obstculo a la grandeza y prosperidad, es preciso echarlo abajo, anularlo. Este es el objeto de estos seores. Hay voces que entran en moda. Ahora es los caudillos. Estoy aburrida de or esta majadera. Qu sera la Francia si no tuviera el caudillo Napolen! Lo divertido es ver que no tienen un jefe de bravura, de inteligencia, que vaya a echar los indios que arruinan el pas. Y gritar caudillos que quieren formar colonias y quieren gastar la mitad para mantener en paz a los infelices indios, civilizar y atraer a estos desgraciados salvajes, a quienes se reduce a la desesperacin, quitndoles los terrenos y los auxilios de las yeguas que les daba Rosas. Se habla de inmigracin como el solo remedio de nuestros males; pero inmigracin sin cuidado, sin planes, sin costumbres, sin respeto a la ley, es una arma ms y no un remedio. En la guerra civil, los italianos, la legin valiente, ha hecho horrores. Para cada hijo del pas tiene Ud. veinte barcos y otros tantos italianos. Y quin dirige esta masa el da que se les ponga un capricho? Aqu no hay un punto de apoyo, no hay nada. Anarqua en todo. No hay leyes sino en el papel y Ud. las ve quebrantar a cada momento. Fras empez con un peridico serio y religioso a querer metodizar. Se ren de la religin. Es preciso darle a las virtudes otro nombre si Ud. quiere que lo escuchen. Le dicen Fray Fras. Creen que es atraso hablar de religin, a lo que se agrega que se fijan en las prcticas y no en el dogma y buena moral. Decirle a Ud. la lluvia de papeluchos contra estos campeones que le he indicado, sera preciso escribir una resma. A Sarmiento le dicen las mayores injurias, a Gmez le han publicado sus desgracias en Chile y otras cosas peores. Ya sabe Ud. el lenguaje de Sarmiento cuando se enoja. Deca en una reunin: Ya que no se han podido educar las criaturas, vamos a educar ese burro de Pea . Ya ve Ud. qu es fino el maestro. Se han puesto en la cabeza que Pea deba ser gobernador cuando acabara ste. Ellos quieren a Mitre , y sta es la lucha en que estamos para las elecciones que se preparan borrascosas. Aqu suspend sta para concluirla despus de pasado este gran acontecimiento. Me imagino que Ud. tendr los diarios. Los Varela haban anunciado las elecciones como un acontecimiento que encerraba: rechazar el caudillaje y el Acuerdo de San Nicols, adoptar la revolucin del 11 de Septiembre como la que nos dio la libertad, etc., etc. A la mayor sorpresa de todo el mundo, este pueblo, aptico en estos casos se ha mostrado de un modo increble. Ha sostenido una lucha como Sebastopol. Los que seguan la lista amarilla, que eran los que se dicen progresistas, los Varela , etc., etc., se valieron de todo. Cuando vieron que las perdan, tropas de adictos embestan las mesas con cohetes que queman, y en la Concepcin, se subieron a los techos y a la torre, sacaron los ladrillos y tiraron. Hubieron muertos y varios heridos. Estos grupos corran de mesa en mesa a turbar las elecciones que perdan. Y los hombres son casi los mismos: era por el principio que haban querido establecer. No s lo que podremos pensar de esto, sino que el pueblo piensa y deja la apata. La desgracia es que no haya talentos sino para el mal. Siempre en guerra civil es muy triste, y no veo el trmino de nuestros males. La sola indicacin que vienen ministros de Francia e Inglaterra, ya hay oposicin, porque creen que vienen a intervenir. Odian a Urquiza ms que a Rosas. No veo cmo se pueda esperar una unin de estos dos pedazos. Y esto es muy triste. No lea Ud. esta carta a nadie porque aqu me dan el ttulo de urquicista y aunque no me ofende, no quiero que digan murmurios de esta gente, que quisiera tuvieran ms patriotismo. Puede ser que yo est engaada. En un buque que ir a Burdeaux le mandar un libro y otras cosas que su autor le manda por m. Montevideo es un volcn y entre el desorden le han quitado a Lorehile su consulado para otro ahijado. He sentido mucho esto porque era acreedor de otra cosa. Pero no se puede Ud. imaginar cmo est aquello. Tngalo Ud. presente: es una persona muy bien y servir con satisfaccin. Tiene todo talento y honradez: se lo recomiendo. Julio, padre de familia, lo quiere a Ud. siempre; pero no espere sus cartas. Carlos bueno, vive conmigo, con su Elisa. Estn en el campo por unos das. Me escriben lo recuerdan con cario. No se olvide de mandar sus obras y una memoria que Ud. ha escrito ltimamente, que deseo conocer. Conservo su recuerdo en mi pobre lbum que ya est lleno. Mr. Rugendas se encarg de mandarme otro y no s de l. Le di para que me lo comprara, y no s nada de l, ni dnde est. Mi lbum ser una curiosidad algn da por las capacidades que encierra. Cuntas cosas han pasado desde aquel tiempo! Pero no ha pasado nuestra amistad. Consrvese Ud. bueno y dichoso, goce de ese Pars por el cual yo suspiro, admire tanto como hay en l y no se olvide de su vieja amiga, Mara S. de Mendeville.

X Junio 26 de 1859.

Mi siempre apreciado amigo: Aunque Ud. me ha olvidado, yo quiero probarle mi constante amistad, porque me lisonjeo que su olvido no nace del corazn, y as aprovecho con gusto la buena oportunidad de nuestro amigo el seor Barros. Me ha dicho Malena que por Natalia saba que Ud. iba a Madrid. Yo me alegrar se vea Ud. con Juan , pues cada uno puede seguir su camino y conservar la amistad, pero esto no lo pueden practicar todos. Yo deploro, amigo mo, los sucesos que tienen divididas las capacidades de nuestro pas, en que era tan precisa la unin. No puedo conformarme con esta guerra. Pedir a los presidios de Europa emigracin, pues no es fcil vengan muchos buenos, y matarse la poca poblacin del pas y vivir aborrecindose, inventando palabras de partido en lugar de inventar cosas tiles. Esto es lo ms triste. Mi vida ha sido siempre un tejido de penas y males por esta poltica, y a mi vejez, veo mis nietos con el fusil en lo ms encarnizado de la guerra. Cunto dara por irme a Europa! Ms que nunca deseo alejarme de mi pobre patria, porque preveo una terrible y prolongada lucha, cualquiera que sea el triunfo. Y qu triunfo! Tan triste y por unos pocos! Pero es intil hablar de esto. Esta pobre Amrica tiene la maldicin del eterno, a mi modo de ver, y nosotros nos moriremos envueltos en esta misma maldicin. Y ni fama pstuma hay aqu, porque los ms nobles hechos se desfiguran, segn el que los escribe. As, mi amigo, la hemos hecho buena de querer ser ilustrados: stos son los verdaderos mrtires. Por fin, puede Ud. aturdirse algunos ratos, pero aqu no hay ms que penas. Ya ve usted este amigo peregrino. Tambin no hay paciencia. Adis, mi amigo, veo que le he escrito un responso. Perdn y crea que no lo olvida su amiga, Mara S. de Mendeville.

XI Buenos Aires, Julio 18 de 1860.

Querido amigo: Cunta ser su sorpresa, su alegra, su satisfaccin, al leer las cosas que le lleva este paquete! Yo no quiero dejar de darle un cordial abrazo y de charlar un rato con Ud. pues ando en este Pars de funcin en funcin con los altos personajes, y me falta el tiempo. As, con la anticipacin de la fecha que Ud. ve, escribo sta. Sera preciso una semana o un tomo en folio para ponerlo al corriente de los grandes sucesos que nos ocupan. El General Mitre se ha conducido con gran habilidad y valenta: se ha hecho gobernador por el partido exaltado y ha hecho la paz, dejando sorprendido a su mismo partido. Imagnese Ud. la sorpresa de or decir que vena Urquiza y Derqui, desde que sali de aqu Vlez , en quien por los viejos antecedentes de los Tratados de San Nicols... no tenan muchos confianza. En fin, todo ha sido tan pronto que no se puede explicar si todo estaba arreglado hace tiempo. Hay antecedentes delicados para exponerlos en una carta. Lo que vemos es lo que voy a contarle. Se anunci la llegada de los seores indicados a quienes se haba preparado alojamiento como en Pars, y cada uno segn su gusto. Ms de seis mil almas llenaban el bajo. Los buques de todas las naciones ofrecan sus botes; as era un cuadro lo ms lindo, lo ms lucido y de alta trascendencia, como Ud. comprende. El mayor respeto en esta concurrencia. Ni una voz impoltica. En un gran grupo de extranjeros hubo vivas a Urquiza; pero despus, silencio. Siguieron en sus coches despus de haberse abrazado en el muelle, al desembarcarse el seor Derqui y el seor Mitre, y despus el General Urquiza con Mitre, y todos en grande armona y acompaados por inmenso concurso llegaron a sus alojamientos. El General Urquiza, muy conmovido, a cada momento estaba enternecido. Tiene gran corazn este hombre. Est alojado en la quinta que Ud. conoce, cerca de Barracas, que fue de Mr. Kinlay, y que hoy es de Lezama . Es una casa preciosa, arreglada a la europea y ricamente adornada. Haba sido ofrecida por l al seor Urquiza. Esto es una romera. No hay un momento que no est lleno de gente rica y pobre a las que socorre con liberalidad. Yo observo hace largo tiempo a este hombre, y creo, mi amigo, que tendr en la historia una hoja de oro para el que escriba con imparcialidad. Encuentro tanto ms grande a este hombre, que, segn dicen, no tiene instruccin, no ha ledo, todo en l es instinto pues; y naturaleza, no imitacin. Perdona con grandeza y esto a mis ojos vale mucho. Cmo han insultado a este hombre esos nios Varela! Hasta el ltimo momento lo han llenado de injurias con el tono ms bajo y ms miserable: el diccionario de Rosas lo haban agotado. Hasta su seora, l la ha trado, y se ha ganado los corazones, porque es muy simptica, y se conduce como la europea de ms altura podra hacerlo. Crame Ud.: un viejo amigo me deca cuando era yo joven y lloraba las injusticias de la envidia: Adelante, nadie pierde opinin; es mentira: hay un da que se reconoce y aprecia lo que cada uno vale. Veo, pues, esto realizado. Cuando yo me acuerdo, mi amigo, que al Seor Rivadavia aun sus amigos no se atrevan a acercarse algunas veces, y veo que todos se acercan a este hombre con tanta familiaridad, y que tiene la paciencia de escuchar no es un mrito? En fin, est la gran obra, sino concluida, muy adelantada. Vamos a mi pobre Juan , que a mis ojos le han hecho hacer un triste papel. Yo sospecho que el tratado ser ratificado, dejando a un lado esta ciudad. Pero qu cara har Juan cuando vea que el castillo de cartas que haban hecho los muchachos, vino el viento y lo ech al suelo? No hay nada que ciegue ms que el espritu de partido. Y es raro ver a los hombres que no se ciegan. Ud. ha sido por m muy apreciado siempre, porque en aquellos tiempos de lucha hablbamos con calma, y Ud. excusaba los hombres. El pobre Juan est informado, de modo que mis sanos consejos deban parecerle cosas de partido. Pero yo en mi rincn, con mi experiencia de la vida entera, pasada en estas miserias, vea las cosas de otro modo; pero l crea faltar a su deber de dar un paso fuera de la lnea que le trazaban; y no s cmo quedar. Se dice que ir de Ministro un doctor en Medicina, Luque , y no s cmo quedar Juan. Ahora creo que podrn hablarse Uds. y renovar su amistad. As lo espero y que Ud. lo recomiende a Juan, pues podr ver sus buenas relaciones en Madrid. Adis, mi amigo, espero verlo, y mientras me repito su muy amiga, Mara S. de Mendeville.

XII Buenos Aires, 13 de Junio de 1861.

Querido amigo: Cunto tiempo que no s de Ud. sino por los diarios! Mucho he deseado escribirle, pero hace mucho tiempo que no salgo de una pena cuando me viene otra: cada paquete trae un luto , y as no escribo por no hablar de desgracias. Y para consuelo viene la poltica, y ya puede Ud. pensar lo que ser este purgatorio, o ms bien infierno; porque no tengo esperanza. Esta carta la lleva mi nieto Ricardo Lezica , que se lo recomiendo a Ud. con el mayor inters. Este nio es mi dolo y cuando Ud. lo conozca ver que tengo razn. Quiramelo Ud. Hgale ver ese mundo, esas bellezas en todo sentido; ese Pars donde se comprende la vida y lo que vale. Ah, mi amigo, qu cruel ha sido el destino conmigo! Tan europea y no poder ver esa Europa. Cada da me alejo ms de ese centro porque he suspirado siempre. Dichoso usted y los que pueden gozar. Le deseo a usted prosperidad y le pido de no olvidar a esta su amiga. Este joven ha empezado a sentir una palpitacin en el corazn, que nos ha afligido mucho, y los mdicos aconsejan un viaje, que se ha decidido dos das antes de salir el paquete, de modo que estamos aturdidas con el pesar de verlo salir a correr este albur, y nos quedamos, como usted puede pensar, hasta saber el resultado. Adis, mi amigo, no lo olvido y soy con la mayor sinceridad su verdadera amiga, Mara S. de Mendeville.

XIII Buenos Aires, Marzo 13 de 1863.

Mi querido amigo: Me haba propuesto escribir a Ud. una larga carta, y haba convenido con nuestro amigo Borbn que vendra a tomarla para este paquete, lejos de pensar la tempestad que iba a caer sobre mi pobre corazn. As ser bien diferente el tema de sta, y bien comprender Ud. de lo que voy a hablarle; pero contando con usted como conmigo misma, sin ningn exordio voy a darle a usted un gran petardo. He convenido con Julio que usted ser su apoderado para representarlo en las gestiones que sern precisas para recobrar la herencia de su padre, y que yo nombrar a Mr. Prelig, amigo como usted sabe que ha representado a la familia en estas tristes circunstancias. Creo por mi parte un deber en darle pblicamente esta prueba de mi confianza, pero este amigo fiel le pide a Enrique con encarecimiento de no nombrarlo, tal vez tenindolo a usted como un compaero y pudiendo usted tomar el trabajo, l acepte, y si no mando mi poder con calidad de sustituirlo y le pido de nombrarlo a usted tambin. Pero en esta distancia, y sin tener ninguna luz sobre las cosas de mi marido! Conociendo su amistad de usted para m, voy a hacer a usted y a Mr. Prelig una prevencin. Si despus de conferenciar ustedes sobre esto, creen ms prudente, ms diplomtico, ms til para mis intereses nombrar a Mr. Herard, el banquero que me ha ofrecido sus servicios, entonces que lo nombre Prelig, quedando Ud. por Julio. Es lo mismo, pues Julio y yo somos lo mismo, y nos entendemos en todo. Tal vez este hombre les podr servir para mi viudedad, que me dicen tengo derecho a ella. Si usted y M. Prelig pueden quedar solos, mejor; pero si no, hagan lo que les indico, en la inteligencia de que lo que hagan los dos, o usted solo ser aprobado y agradecido por m. Como lo primero ser hacer un inventario, voy a hacer a usted un encargo: debe tener papeles de mi familia, de deudas que cobrar, etc., etc. Esos papeles me pertenecen y como no s si se vendern sus cosas, reclamo los retratos de familia, y pido a usted vea si existen dos grandes medallas de plata: una de la batalla de Salta y otra de Tucumn, y una de oro de la entrada en Lima, de San Martn . Estas medallas me fueron mandadas por los dos generales, honor qu