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Texto y fotografía _ Muriel Mirvois

cultoal diseño

REpORtajE ArgenTinA

DesDe 1985, casa foa es el escaparate másimportante DonDe los arquitectos, DiseñaDores,

DecoraDores y paisajistas argentinos de mayor trayectoria muestran de lo que son capaces.

h ace más de veinte años que se celebra este evento, y en su edición 2006, Casa FOA debía sorprender tanto o más que los años anteriores. El reto era muy grande, pero el resultado fue espectacular: 54 espacios en

los que pasado, presente y futuro juegan a sus anchas de la mano de la originalidad, el confort, el hedonismo, la funcio-nalidad y mucho diseño de autor. Y como si esto fuera poco, todo lo anterior tiene un fin benéfico. Nuestra corresponsal en Buenos Aires se tomó varios días para recorrer la muestra y contarnos lo que vio.

Para entender el concepto de Casa FOA hay que recordar el pro-yecto de Casa Mayor en México. Éste es un evento que desde hace tres años toma residencias (en San Ángel, Polanco y Co-yoacán en sus ediciones anteriores) para mostrar las tendencias en arquitectura e interiorismo con la colaboración de los mejo-res exponentes del ámbito. La única diferencia es que la mega-muestra argentina tiene además un propósito altruista.

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comedor + cocina pen-sados para una casa de

grandes dimensiones.

reportaje argentina

Los estudios con más trayectoria tuvieron hasta

6,500 m2 a su disposición para

hacer realidad el espacio de

sus sueños.

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Arriba: un ámbito multipropósito para trabajar, comer y relajar-se. Los autores bautizaron el estilo como “Bohemian eclectic”.Abajo: fluidez espacial, límites virtuales y desniveles. La oficina ideal para dos empresarios jóvenes y creativos.

OjOs que nO ven…Casa FOA surgió hace veintidós años con el propósito de recau-dar fondos para la Fundación Oftalmológica Argentina “Jorge Malbrán” (FOA). Desde 1964, esta institución sin fines de lucro se dedica a la docencia e investigación en el campo de la oftalmo-logía, colabora con programas de prevención de enfermedades oculares, lucha contra la ceguera y brinda atención a pacientes de bajos recursos. En este lapso de tiempo, Casa FOA logró no sólo su propósito inicial –convertirse en la principal fuente de recursos de la FOA–, también ha contribuido a la recuperación de importantes monumentos históricos de Buenos Aires y a la conservación de inmuebles declarados áreas de protección his-tórica, lo que le da un valor agregado a una exposición de arqui-tectura. Cada año, permanece abierta cerca de tres meses y es visitada por un promedio de 100 mil personas.

Fusión de pasadO, presente y FuturOEn esta última edición –que concluyó a fines de noviembre–, el escenario fue un emblemático edificio de 1910 que hasta hace menos de diez años albergó a la fábrica de fideos y bizcochos Canale. El Palacio Lezama es una construcción representativa de la arquitectura industrial y está ubicado frente al parque del mismo nombre, punto de encuentro de tres barrios muy tradi-cionales de Buenos Aires: La Boca, San Telmo y Barracas.

El inmueble destaca por su imponente fachada, misma que fue catalogada como “protegida” por el área de patrimonio del go-bierno de la ciudad, lo que implica que no puede ser alterada. De hecho, toda obra que se ejecute para restaurarla debe ser su-pervisada por el gobierno porteño.

Se trata de una fachada clásica, simétrica, caracterizada por las dos torres con el reloj. El arquitecto Arturo Peruzzotti fue el res-ponsable del rescate, que consistió principalmente en un impor-tante trabajo de limpieza, sin modificaciones sustanciales.

El interior, en cambio, ha sufrido numerosos retoques. Fue un doble desafío para los diseñadores; por un lado, defender el va-lor patrimonial del edificio y, por otro, generar soluciones origi-nales para un espacio con una fuerte característica industrial. El símbolo es el espacio destinado a la cafetería, que era como el corazón del edificio: ahí se hacía la panificación en unos gran-des hornos, cuyas puertas quedaron intactas.

Así fue como 54 estudios argentinos tuvieron a su disposición 6,500 metros cuadrados techados para dar rienda suelta a su creatividad. El resultado es un recorrido por espacios que van desde lofts hasta baños públicos, pasando por un anticuario, un spa, la suite de un hotel de diseño y un prístino salón de belleza, entre otros, que sorprenden por su variedad de estilos: desde lo sobrio hasta lo más vanguardista, del minimalismo hasta la fusión y el eclecticismo.

El proyecto a futuro, llamado Palacio Lezama, tiene final abierto: una de las probabilidades es que algún posible in-versionista se interese por comprarlo, quizá para convertirlo en modernas oficinas para rentar, junto con áreas comer-ciales (tiendas, art studios, restaurantes, etc.), que apuntan al turismo. Sin embargo, su fin podría ser otro, tal vez to-talmente distinto, pero que de igual manera se le saque la mayor cantidad de provecho posible.

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En el espacio 8 las premisas fueron equilibrio, elegancia y personalidad.Cocina con un amueblado vanguar-

dista, elegante, práctico, que evita elementos superfluos.

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REpORtajE argentina

Las tendenciasSegún la arquitecta María Fernández Moscatellil, quien desde 1992 es responsable del área de arquitectura de la FOA, lo que se vio en la última edición sigue algunas pautas:

Terminó la dictadura del minimalismo, que había reinado en los últimos años. No más despojo, colores neutros y

formas geométricas. Variedad, fusión y eclecticismo son las palabras que defi-

nen el estilo que impera. Las “re” vienen con fuerza y marcan la vanguardia en todo

el mundo: revalorizar, rescatar, reciclar, reusar. Vuelven los colores. El monocromatismo de los últimos

años deja paso a los tonos vivos, como rojo y naranja. Tam-bién está muy in la combinación de blanco y negro. Diseño “de autor”: ya sea en muebles, lámparas, libreros

o alfombras, se busca que todo tenga valor agregado. Lo argentino está surgiendo como tendencia en el mundo. Por

eso otra de las intenciones es que se note el sello nacional. En iluminación, un concepto muy actual es que el artefac-

to no se vea para privilegiar su efecto. En cuanto a los materiales, las melaminas –que imitan a la

madera pero no requieren tanto cuidado– vienen con todo. La madera sólo aparece en pequeñas dosis, en muebles sueltos: un sillón importante o un buen escritorio. Ni parquet ni flotante. Lo más actual en pisos es la carpe-

ta de cemento básica sobre la que se aplica una terminación superficial y un encerado o curado. Ambientes multifuncionales. Hay que aprovechar hasta el

último rincón a través de mobiliarios con ruedas, que apor-tan movimiento y versatilidad. En el living reina el esparcimiento. Hay tendencia a inte-

grar lo high tech en un solo mueble, embutido o en nichos de yeso en la pared. Mucho plasma. Mientras que en la cocina no hay estridencias, los baños

apuestan al color. Mucha venecita y panelería con formas

curvas que rompen con las convenciones.

Honor a quien Honor mereceDesde 1999, Casa FOA instituyó el Premio Mercedes Mal-brán de Campos, que reconoce con medallas de oro y plata a los mejores trabajos de cada exposición en las áreas de ar-quitectura, decoración, diseño interior y paisajismo. Entre los galardonados de este año, destacaron:

Los baños públicos, de la arquitecta Paula de Elía, se llevaron la medalla de oro. Con una economía de recursos admirable y mucho humor, armó un gran espacio en donde se disponen una serie de cubos-toilettes a los que se ingresa individual-mente. El reto es descubrir cuáles son para hombres y cuáles para mujeres, porque en apariencia son todos iguales. Aparece la búsqueda, la sorpresa y la idea de libertad, ya que se pue-de dar vueltas alrededor de ellos. Otro punto central es que se muestran abiertamente las cañerías originales, respetando el pasado industrial. La ausencia de piletas a la vista –habitual en

Medalla de plata para la pelu-quería, de Eduardo Aldacour.

Los espejos potencian el espacio hasta el infinito, y las

piletas de lavado resultan el elemento más original.

Los premiados baños públicos de Paula de Elía. Economía de recursos con

toques de humor.

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Cerca de 100 mil personas visitan cada año Casa Foa, con un público acumulado desde que empezó de unmillón 800 mil personas.

Estética pop en el Almacén de Diseño de Jorge Cereghetti, uno de los nuevos valores de la muestra.

Espacios integrados, pero a la vez separados; clima tran-quilo y cálido, pero con vida

para esta suite de hotel.

El mueble que atraviesa el espacio separa suavemente

la cama de las actividades de esparcimiento.

reportaje argentina

un baño público– suma desconcierto. El muro de espejo es a la vez un contenedor de papel higiénico, como para que nunca nos asalte la duda de si habrá papel. El humor juega una parte fundamental, que terminamos de descubrir al entrar al cuar-to elegido: las paredes están decoradas con unas simpáticas guardas con dibujos de trazos infantiles.

La medalla de plata fue para otro ámbito público: la peluque-ría, de Eduardo Aldacour. El blanco, las divisiones etéreas, remiten más a la idea de un laboratorio que de un salón de belleza. De hecho, el espacio está dividido en cuatro áreas: lavado, diagnóstico, espera y acción. También hubo una men-ción para el Spa by Blue, de la arquitecta Angélica Campi. Un espacio de relax para evadirse del frenesí de la vida en las grandes ciudades. El agua es la gran protagonista. Todo des-cansa sobre una caja de madera donde las cómodas poltronas y la iluminación suave invitan a olvidarse del mundo. Los co-lores y materiales remiten a la naturaleza: el agua, el cielo, las plantas y maderas.

Tal vez lo que aún sigue haciendo falta son propuestas que cobren un poco de vida. En la mayoría de los espacios cuesta imaginar algo fuera de lugar, y llegan a tener una pulcritud exasperante: la ropa que se exhibe en los clósets transparen-tes siempre combina con la decoración; imposible imaginar un traste de ayer sin lavar ni calcetines olvidados a los pies de la cama. Todo pareciera decir “aquí no vive nadie”.

Más información: www.casafoa.com

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El gran mesón –recuperado de una imprenta– se vuelve todo un objeto de deseo en este estudio. También resaltan los objetos he-chos a mano. Este original panel consta de casi 2,000 corchos.

En este spa el agua juega un papel fundamental, curativo y relajante,

que otorga energía y vitalidad.