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CATEDRA EDMUNDO O'GORMAN TEORIA DE LA HISTORIA VOLUMEN I Alfonso Mendiola Luis Vergara Anderson (COORDINADORES) UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA Departamento de Historia UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Instituto de Investigaciones Historicas

CATEDRA EDMUNDO O'GORMAN - scholar.harvard.edu · matriz teorico-practica que habilita y otorga significado a las practicas de los agentes historicos en la sociedad moderna; en suma,

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CATEDRA EDMUNDO O'GORMAN

T E O R I A D E L A H I S T O R I A

VOLUMEN I

Alfonso Mend io la

Luis Vergara Ander son

(COORDINADORES)

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA

Departamento de Historia

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO

Instituto de Investigaciones Historicas

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UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

Catedra Edmundo O Gorman ; Teoria de la Historia [volumen I] / Alfonso Mendiola, Luis Vergara Anderson (coords.) Mexico : Universidad Iberoamericana ; UNAM, Instituto de Investigaciones Historicas, 2011. 2 v. ; 23 cm. ISBN: 978-607-417-1 57-0

1. Historia — Filosofia. 2. Historia — Metodologia. 3. Historiografla. I. Mendiola, Alfonso. II. Vergara Anderson, Luis. III. Universidad Iberoamericana Ciudad de Mexico. Departamento de Historia. IV. Universidad Nacional Autonoma de Mexico. Instituto de Investigaciones Historicas.

INDICE

D 16.8 C38 2011

Ilustracion de la portada: Enrique Soliquer Sin titulo, acuarela sobre papel, 22 x 17 cm.

Diseno de la portada: Ana Elena Perez y Miguel Garcia

D.R. © 2011 Universidad Iberoamericana, AC Prol. Paseo de la Reforma 880 Col. Lomas de Santa Fe 01219 Mexico, DF www.uia.mx

D.R. © 2011 Universidad Nacional Autonoma de Mexico Instituto de Investigaciones Historicas Ciudad Universitaria, Coyoacan, 04510 Mexico, DF www.historicas.unam.mx

Primera edicion: 2011

ISBN: 978-607-417-157-0

Cualquier reproduccion hecha sin consencimiento del editor se considerara ilicita. Si desea reproducir contenido de la presente obra escriba a: [email protected] en el asunto anote el ISBN que corresponda y deje el contenido en bianco.

Impreso y hecho en Mexico

Presentation 9 Perla Chinchilla y Alicia Mayer

Proemio J 1

Alfonso Mendiola y Luis Vergara

CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD EN LA ESCRITURA I 3 DE LA HISTORIA

Alejandro CheirifWolosky

LA NOCION DE OPERACION HISTORIOGRAFICA EN LA TEORIA 49

DE LA HISTORIA CONTEMPORANEA

Rebeca Villalobos Alvarez

L o s PROCEDIMIENTOS DEL SABER HISTORICO: 79

METODOLOGIA, AUTORREFLEXION Y CIRCULARIDAD SISTEMICA Fernando Betancourt Martinez

LA NARRATIVA COMO FORMA DE REFLEXIVIDAD DE LOS PROCESOS 99

DE LOS SISTEMAS SOCIALES. UNA APROXIMACION AL DISCURSO

HISTORICO DESDE NIKLAS LUHMANN

Alfonso Mendiola

Impreso por Oak-Editorial, SA de cv. Cerrada de Veracruz 110, C-302. Col. Jesus del Monte, Huixquilucan, Estado de Mexico. Se termino de imprimir el 30 de noviembre de 2011. El tiraje fue de mil ejemplares mas sobrantes para reposicion.

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ALEJANDRO ARAUJO Y MONICA QUIJANO

cional), se ve asi complementado por la historizacion de otros presences que permiten poner en perspectiva, hacer visible, la condicion historica de estas nociones aglutinadoras que, si bien son necesarias para establecer vi'nculos identitarios y hacer inteligible la idea misma de una comunidad inclusiva, son y seran siempre inestables, movibles y heterogeneas.

EL IMAGINARIO SOCIAL MODERNO Y LA GENESIS

DE LA MODERNIDAD OCCIDENTAL

Alvaro Santana-Acuna UNIVERSIDAD DE HARVARD

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La obra del canadiense Charles Taylor, uno de los mas importantes filosofos (occidentales) en activo, es, sin duda, equiparable en terminos de debate y repercusion con la de sus colegas Jacques Derrida, Michel Foucault, Jiirgen Habermas, Ian Hacking y Richard Rorty, entre otros.' Sin embargo, estamos tambien ante un autor que, cuando el publico se compone mayoritariamente de historiadores y cientificos sociales, aun precisa cierta presentacion.2 En

1 Para algunos de los trabajos mas recientes sobre la filosoffa y la obra de Taylor, vid., especialmente, Ruth Abbey, Charles Taylor, Teddington, Acumen, 2000; Ingeborg Breuer, Charles Taylor zur Einfiihrung, Hamburgo, Junius, 2000; Mark Redhead, Charles Taylor: Thinking and Living Deep Diversity, Lanham, Rowman y Littlefield, 2002; Nicholas Smith, Charles Taylor: Meaning, Morals, and Modernity, Cambridge, Polity Press, 2002. Asimismo, Encarna Llamas, Charles Taylor: una antropologia de la identidad, Baranain, Eunsa, 2001; Janie Pelabay, Charles Taylor, Penseur de la pluralite, Saint-Nicolas-Pan's, Les Presses de l'Universite Laval/L'Harmattan, 2001; Antonio Allegra, he trasformazioni della soggettivita. Charles Taylor e la tradizione del moderno, Roma, Editrice AVE, 2002; Bernard Gagnon, Laphilosophie morale etpolitique de Charles Taylor, Saint-Nicolas, Les Presses de l'Universite Laval, 2002; A. Laitinen yN. H. Smith (eds.), "Perspectives on the Philosophy of Charles Taylor", en Acta Philosophica Fennica, 71, Helsinki, The Philosophical Society of Finland, 2002; R. Abbey (ed.), Charles Taylor, Cambridge-Nueva York, Cambridge University Press, 2004; Paulo Roberto M. de Araujo, Charles Taylor: para uma etica do reconhecimento, Sao Paulo, Editora Loyola, 2004; Nevio Genghini, Ldentita comunitd trascendenza. Laprospettivafilosofica di Charles Taylor, Roma, Studium, 2005; Markus Schiitz, Der Begriffdes Guten bei Charles Taylor, Munich, Herbert Utz Verlag, 2005; Barbara Henry y Alberto Pirni, La via identitaria al multiculturalismo. Charles Taylor e oltre, Rubbettino, Soveria Mannelli, 2006; Ian Fraser, Dialectics of the Self: Transcending Charles Taylor, Exeter, Imprint Academic, 2007. Para una bibliografia mas amplia, aunque actualizada hasta el 2005 y que no incluye algunos de los n'tulos aqui senalados, vid. <http:// www.kent.ac.uk/politics/research/charlestaylorbib/secondarybib.html>.

2 Una destacada excepcion, incluyendo la participacion de historiadores como Quentin

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America Latina y Espana, la resonancia de su produccion se circunscribe, esencialmente, a los filosofos, lo que resulta paradojico porque en sus trabajos —al igual que varios de los pensadores arriba mencionados- Taylor ha defen-dido la historizacion de la filosofia, es decir, enmarcar la reflexion filosofica en la temporalidad historica. Este axioma, con manifiestas deudas hegelianas —no en vano es autor de layaclasica//i?g*7(i977), obrade referencia sobre el pensamiento del filosofo aleman-, posibilita que contribuciones como Sources of the Self: The Making of the Modern Identity' y Modern Social Imaginaries, no solo esten claramente enraizadas en lo historico, sino que representan un informado desafio historiografico al modo en que los cientificos sociales e historiadores explican la modernidad. En este ultimo libro, Taylor emerge como un sobresaliente conocedor y sintetizador de la (historia de la) moder­nidad. El presente ensayo ha de entenderse no solo como una resena sobre dicho libro, sino tambien como una prueba de la utilidad de la filosofia de Taylor para los historiadores y los cientificos sociales.

Imaginarios sociales modernos' tiene su origen mas inmediato en el articulo del mismo titulo que publico la revista Public Culture en 2002, y se inserta en un proyecto mas amplio del filosofo, denominado "Living in a Secular Age".6 Dentro de esta era secular se encuentran la esfera piiblica, la sociedad, la economia, la democracia, la nocion de pueblo soberano, la liber-tad, los derechos constitucionales y las ciencias sociales, funcionando como componentes identitarios de lo que llama el "imaginario social moderno": la matriz teorico-practica que habilita y otorga significado a las practicas de los agentes historicos en la sociedad moderna; en suma, se trata del espacio en el interior del cual nuestro presente entendimiento del mundo se ha configurado a partir del siglo xvm. Valiendose de este concepto, Taylor acomete -en poco mas de doscientas paginas- un trabajo sustancial para redefinir los origenes,

Skinner, fue el simposio sobre su libro Sources of the 5^publicado en Inquiry, 34: 2, 1991. 3 Charles Taylor, Sources of the Self: The Making of the Modern Identity Cambridge, MA,

Harvard University Press, 1989; traduccion al espafiol, Fuentes delyo: la construction de la identidad moderna, Paidos, Barcelona, 1996.

4 Charles Taylor, Modern Social Imaginaries, Durham-Londres, Duke University Press, 2004. La traduccion de Ramon Vila Vernis, quien ya habia traducido a Taylor al espanol (las variedades de la religion hoy, Barcelona, Paidos, 2003), se ajusta adecuadamente al original. Sin embargo, en este ensayo hemos modificado el texto en aquellas citas donde nos ha patecido necesario.

5 Charles Taylor, Imaginarios sociales modernos, trad, de Ramon Vila Vernis, Barcelona, Paidos, 2006.

6 El proyecto "Vivir en una era secular" ha quedado finalmente materializado en el libro A Secular Age, Belknap Press, Cambridge, 2007.

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EL IMAGINARIO SOCIAL MODERNO V LA GENESIS DE LA MODERNIDAD OCCIDENTAL

la naturaleza y el orden de los componentes centrales de la civilizacion occi­dental desde finales de la Edad Media (y, mas concretamente, desde el xvm) hasta la actualidad.

Taylor dedica el libro, primero, a estudiar el cambio del imaginario social premoderno al moderno y, segundo, a definir las principales caracte-risticas del imaginario social moderno en el mundo occidental, atendiendo no solo a las semejanzas, sino tambien a las diferencias dentro del mismo, y que se constatan en la trayectoria historica de diversos paises.

A lo largo de las ultimas tres decadas, el concepto de "imaginario" ha co-brado relevancia analitica, sobre todo tras las contribuciones en Francia de Cornelius Castoriadis, de la nouvelle histoire de la tercera generacion de los Annalesy de Bronislaw Baczko.7 Inicialmente, imaginario fue utilizado como un complemento explicativo al concepto de les mentalites de los Annales, pero de manera paulatina se afianzo como una herramienta explicativa autonoma al considerarse que, para explicar las acciones de los actores historicos, tenia una capacidad de estructuracion superior a las mentalidades. De esta manera, el concepto imaginario experimento, en los anos ochenta del siglo xx, un proceso de autonominazacion teorica similar a los de cultura y lenguaje.

En sintesis, el concepto imaginario inicio su trayectoria como objeto historiografico y herramienta analitica entre la ambiguedad conceptual de las mentalidades a finales de los anos setenta, por una parte y el triunfo de las al-ternativas como la representation y la cultura en los anos ochenta y noventa, por otra; habiendo alcanzado, silenciosamente, su plena madurez en la ultima decada, gracias, sin duda, a la duradera influencia y el exito internacional de

7 Cornelius Castoriadis, I'Institution imaginaire de la societe, Seuil, Paris, 1975 (la institution imaginaria de la sociedad, Barcelona, Tusquets, 1983); Bronislaw Baczko, les Imaginaires sociaux: memoires et espoirs collectifs, Paris, Payot, 1984 (los imaginarios sociales: memoriasy esperanzas colectivas, Buenos Aires, Nueva Vision, 1991). El manifiesto de 1978 en favor de la nouvelle histoire incluyo el "imaginario" como una de las principales novedades. De hecho, fue considerado uno de los "diez articulos esenciales" de la obra. No obstante, la definicion propuesta estaba aun proxima a la idea de imaginario: 1) como imaginacion (es decir, en alusion a lo maravilloso, lo mitico, lo legendario, lo fantastico, lo irreal) y 2) como un dominio externo a lo real y cotidiano. Vid. Evelyne Patlagean, "L'Histoire de l'imaginaire", en Jacques Le Goff(dir.), la Nouvelle histoire, Paris, Retz, 1978, pp. 249-69. Ademas, hay que subrayar que la presencia del imaginario puede retrotraerse a los trabajos de Georges Duby sobre el imaginario del feudalismo y, en particular, los mas antiguos de Georges Dumezil sobre la trifuncionalidad indoeuropea, quien coincidio con Duby como profesor en el College de France durante los anos setenta del siglo xx.

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la edicion revisada de Imagined Communities (i 991),8 de Benedict Anderson —obra con la que Taylor reconoce una deuda importante—.

Es de suma importancia tener presente dicha trayectoria al leer Ima-ginarios sociales modernos para entender por que Taylor: 1) ya da por sentada la autonomizacion explicativa del imaginario, 2) puede utilizar el concepto con fines anali'ticos sin dificultades y 3) procede simplemente a una sustan-cial redefinicion del mismo, en vez de cuestionarlo. Ahora bien, ,;cual es su aportacion al redefinirlo? En primer lugar, lo libera de la dicotomia imagi-nacion-imaginario vs lo real,9 ofreciendo una interpretacion racionalista de lo imaginario (es decir, no lo circunscribe a lo irreal, maravilloso, legendario, etcetera como hiciera la nouvelle histoire) y, en segundo lugar, lo transforma en la matriz proveedora del significado e interpretacion de las practicas de una sociedad. Segiin Taylor, el imaginario social es, en resumen, un dominio estructurante de lo real, una teona implementada en la practica; siendo ambas, teon'a y practica, los elementos centrales para todo cambio de imaginario social.

Se advierte, por tanto, que en Imaginarios sociales modernos el autor formula una definition y uso del termino teon'a poco habitual, y que podn'a-mos calificar de laxo puesto que va mas alia del significado estandar (esto es, para referirse a un entramado explicativo de base cientffica), al entender la teon'a como un marco interpretativo de la realidad al alcance de -y puesto en practica por- la totalidad de los individuos que comparten y viven dentro de un imaginario social. Pero ademas, su redefinicion del imaginario otorga a la practica de los agentes historicos un papel clave, en la medida que dicho imaginario los fuerza a imaginar. De ahi que analizar imaginarios sociales suponga, basicamente, descifrar y analizar pensamientos; con esto, el imagi­nario es activado (o habilitado) a traves de un proceso mental, que conlleva el que los seres humanos imaginen su relacion con una teon'a en mutation, con practicas embrionarias y heredadas, con otros seres humanos y con el espacio social no-humano. Sin el entendimiento -esto es, sin la teon'a, las practicas y su interaccion con los seres humanos y el espacio social— no hay imaginario

La primera edicion data de 1983; revisada nuevamente por el autor en 2006, Imagined Communities ha superado el cuarto de millon de ejemplares en ingles y ha sido traducido a las principals lenguas europeas desde finales de los anos ochenta y sobre todo durante los noventa: aleman (1988), portugues (1989), espanol (1993), frances e italiano (1996).

9 A modo de contrapunto respecto a la propuesta de Taylor, se puede recordar que Michel Foucault, colega precisamente de Duby y Dumezil en el College de France, continuaba operando con esta dicotomia a finales de los anos setenta del siglo xx. Vid. "L'Imagination du xixe siecle (1980)", en Dits et ecrits, Pan's, Gallimard, 1985, vol. in, pp. 111-115.

10 Taylor, Imaginarios sociales..., op. cit., cap. 2.

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EL IMAGINARIO SOCIAL M00ERN0 Y LA GENESIS DE LA MODERNIDAD OCCIDENTAL

posible.'' Esto obliga a Taylor a trazar un vinculo de relacion y cambio entre la sociedad y su correspondiente imaginario social. Asi, el imaginario social moderno se caracteriza por contener y desplegar un repertorio especifico de practicas, a partir de las cuales los seres humanos han dado sentido (o, dicho de otro modo, imaginado) la modernidad. Este proceso profundamente historico, que engloba a seres humanos, sociedad e imaginario social, es di-namico -pero no directo o unilineal-, pues en el nuevas y viejas practicas se solapan y conjugan cuando una nueva teon'a se infiltra y despliega mediante las practicas de la colectividad.

No obstante, anticipando cualquier critica de idealismo,12 Taylor inser-ta el imaginario social en un marco hermeneutico sustancialmente diferente, al argiiir que la explication no ha de formularse en los terminos tradicionales, es decir, idealismo vs materialismo. Como analizaremos mas adelante, esta tesis es una aportacion de suma relevancia porque, segiin afirma, el concepto imaginario social muestra que la dicotomia entre idealismo y materialismo (en la que, podemos adelantar, contimia estando basada la fabrication del pensamiento teorico en historia y ciencias sociales), en ultimo termino, es ficticia. Como alternativa para situarnos mas alia de la simple dicotomia, el ofrece orientar el problema hacia la interaccion plena entre ambas esferas, la material y la ideal. Ahora bien, en el libro no aborda su historicidad: no se interroga hasta que punto la dicotomia idealismo-materialismo constituye en si misma un producto del propio imaginario social moderno o, en otras palabras, hasta que punto este imaginario ha contribuido a la institution de esa dicotomia tanto en la practica cotidiana de los seres humanos como en el propio discurso cientifico.

Tras definir el concepto de imaginario social, Taylor lo sumerge den­tro del problema que guia el libro: la modernidad. Su analisis, ademas, esta acompanado por una ingente (pero selecta) bibliografia que incluye obras esenciales de los liltimos cincuenta anos. En particular, la -recientemente rehabilitada- esfera piiblica de Habermas (no explotada lo suficiente por la historiografia en lengua espanola), la economia moral de Edward Thomp­son, el concepto foucaultiano de discurso, el deslizamiento (derapage) de la Revolution francesa de Francois Furet y los sans-culottes de Paris segiin la in­terpretation de Albert Soboul. A los anteriores, suma recientes y destacados trabajos como la ya mencionada Imagined Communities de Anderson, la his­toria de la Revolution rusa de Orlando Figes y A History of the Modern Fact de Mary Poovey, entre otros, asi como clasicos occidentales de los siglos xvn y

11 Ibidem, pp. 13 y 39. 12 Ibidem, cap. 3.

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XVIII, relevantes para estudiar la genesis del orden moral moderno, como Du Contrat social de J. Rousseau o Two Treatises of Government de J. Locke.

En el apartado de la teon'a, Taylor combina magistralmente ingredien-tes de la historia social clasica con los de su revisionismo, y tambien el ma-terialismo aleman habermasiano con el (post)estructuralismo frances a la Foucault. Todas estas obras y prestamos teoricos son integrados en un analisis de gran coherencia (insisto, mucho mas historico que filosofico) sobre los on'genes, gestion, caracrerisricas y desarrollo del imaginario social moderno. Por consiguiente, el valor de Imaginarios sociales modernos estriba, por una parte, en constituir una valiosa sintesis interpretativa de la historia de la mo-dernidad occidental y, por otra, en sugerir notables interrogantes y brindar provocativas respuestas acerca de como y por que el mundo ha llegado a ser tal y como lo conocemos.

Charles Taylor localiza los origenes del imaginario social moderno de la ci-vilizacion occidental en la instauracion de un nuevo orden moral, el cual se desplazo progresivamente de pensadores a sociedades enteras, migrando de la teon'a a la practica. El nuevo orden moral moderno se basa en el principio del beneficio mutuo entre agentes que participan en condiciones de igualdad, lo cual lo diferencia del orden anterior fundado en la "complementariedad jerarquica". El orden moral moderno quedo fijado mediante la aparicion de la idea de contrato tal y como la formularon Grocio y Locke.l4 Su institucion como el orden propio (o natural) de las cosas ocurrio mediante tres formas culturales: la economia de mercado, la esfera piiblica y el pueblo soberano. Ahora bien, ;como surgio la teon'a de un nuevo orden moral y, por tanto, como se transformo el anterior imaginario social en moderno?

Para responder a estos interrogantes, Taylor comienza el ingente trabajo de sintesis y renovacion interpretativa de la civilizacion occidental y su modernidad. Primero, su propuesta (en ocasiones mas descriptiva que explicativa, como el mismo reconoce) reinterpreta procesos y acontecimien-tos centrales de la historia occidental combinando tres escalas temporales: la larga, media y corta duracion (cabe senalar que una aportacion similar, la conocida temporalidad tripartita de La Mediterranee de Fernand Braudel, 1949, no figura entre las referencias bibliograficas).

13 Ibidem, p. 23. 1 Ibidem, cap. 1.

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El IMAGINARIO SOCIAL MODERNO Y LA GENESIS DE LA MODERNIDAD OCCIDENTAL

Respecto a la larga duracion, Taylor comienza explicando las causas de la belicosidad de los caballeros medievales en el siglo xv, continiia con su transicion durante el Renacimiento hacia la civilidad al transformarse en pacificos y educados cortesanos (aunque tampoco se menciona, esta tesis recuerda a la de Norbert Elias en Uber den Prozess der Zivilisation, 1939), a lo que siguio, a finales del siglo xvi y durante el xvn, el surgimiento de la sociedad estatal y disciplinar (la necesidad de un gobierno organizado, la tecnologia, la educacion y los modales) y, finalmente, durante el siglo xvm, acontecio el desarrollo de la esfera piiblica y de las nuevas nociones de sociabilidad y ser. De este proceso, la consecuencia mas visible fue que el nuevo orden moral se articulo en torno a la primacia del individuo, provocando lo que llama el "gran desarraigo" [great disembedding] individual.15

Taylor corona la trayectoria historica de la temporalidad larga dete-niendose en los estallidos revolucionarios de Francia y America, y en concreto en epifenomenos centrales de la modernidad como el Terror (1793-1794) y las practicas de los colonos estadounidenses durante la independencia (ci. 1776). El resultado practico de ambos procesos fue la emergencia del pueblo soberano y la democracia —comenzando asi el lento proceso mediante el cual el mundo agrario fue transformado en uno de ciudadanos.

En definitiva, estas transformaciones historicas de larga duracion estu-vieron en la base de mutaciones civilizatorias que condujeron a la gestacion de la teon'a del nuevo orden moral basado en el contrato y, por tanto, a la capacidad de accion del imaginario social moderno. No obstante, Taylor insiste en que no se trato de una mutacion, ni tampoco de una progresion teleologica, sino mas bien de un marco mutacional laxo, que se desplego en varios repertorios o, mejor dicho, practicas. E insiste que esta diversidad (y no solo la homogeneidad) de trayectorias explica las diferencias en el mundo que vivimos -por ejemplo, entre la cultura politica de Estados Unidos y Francia.

Respecto a la temporalidad media, una de sus provocadoras tesis es situar el origen mas inmediato del orden moral moderno en las Guerras de religion francesas, acaecidas durante la segunda mitad del siglo xvi, pues las interpreta como un factor historico central por su modernidad y caracter rupturista. La destruccion que ocasionaron en nombre de Dios tuvo como

15 Ibidem, cap. 4 y pp. 57 y ss. Este termino parece aludir con claridad a la obra recien-temente recuperada de Karl Polanyi, The Great Transformation: The Political and Economic Origins of Our Time, Boston, Beacon Hill, 1957. Sin embargo, Taylor no la menciona en ningun momento.

16 Aunque Taylor no lo sefiala, un intento previo de rehabilitacion explicativa de las Guerras de religion (en este caso para entender los origenes del absolutismo) puede encontrase

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respuesta la genesis del nuevo orden moral, el cual sento las bases que permi-tieron, precisamente, expulsar a Dios —y la religion— como causa explicativa ultima de los asuntos humanos y desplazar la causalidad hacia lo secular. Asi, paulatinamente, el ascenso de lo secular quedo materializado en la teoria del contrato, fue desarrollada en particular por Grocio y Locke, y acabo por sustituir la complementariedad jerarquica premoderna por el individualismo moderno.

La teoria del contrato se difundio y se transformo en la prdctica, a traves de tres formas culturales, en cuyo interior se configuro el imaginario social moderno: la economia, la esfera piiblica y "las practicas y perspectivas de autogobierno democratico".17 Estas tres formas pertenecen a la tempora-lidad corta. No en vano, todas estan vinculadas al siglo xvm -sobre el cual Taylor carga lo fundamental de su explicacion, ya que los cambios operados entonces aceleraron la capacidad de accion del imaginario social moderno-. La novedad de esta tesis es manifiesta, pues encarna una de las principales aportaciones de la sfntesis tayloriana; a diferencia de la teoria social clasica -que domino hasta finales de los anos setenta del siglo xx y que hacia hincapie en la importancia explicativa del xix, debido a la expansion del nacionalis-mo, el capitalismo, el movimiento obrero, la sociedad de clases, el discurso cientifico, entre otros fenomenos—, Taylor traza los perfiles de un paradigma alternativo (en construccion en las ultimas tres decadas),18 en el que la bisagra

en Reinhardt Koselleck, Kritik und Krise: eine Studie zur Pathogenese der biirgerlichen Welt, Frankfurt am Main, Suhrkamp, 1973 (1959) (Criticay crisis: un estudio sobre la pangenesis del mundo burgues, Madrid, Trotta/Universidad Autonoma de Madrid, 2007). Actualmente, en el caso frances, una tendencia similar es la rehabilitation explicativa de la religion en la genesis de la nacion francesa y su Revolucion. Sobre la nacion, vid. David Bell, The Cult of the Nation in France: Inventing Nationalism 1680-1800, Cambridge-Londres, Harvard University Press, 2001. Sobre la Revolucion, vid. Dale Van Kley, The Religious Origins of the French Revolution. From Calvin to the Civil Constitution, 1560-1791, New Haven-Londres, Yale University Press, 1996 (Los origenes religiosos de la Revolucion francesa: de Calvino a la Constitucidn civil (1560-1791), Madrid, Encuentro, 2002). Respecto al norte de Europa, Philip Gorski ha mostrado el vinculo causal entre la genesis del Estado moderno en los Paises Bajos y Prusia, y el impacto de la Reforma calvinista mediante la difusion de practicas disciplinarias sobre el individuo y la colectividad. Gorski, The Disciplinary Revolution: Calvinism and the Rise of the State in Early Modern Europe, Chicago-Londres, The University of Chicago Press, 2003. Para una sintesis de nuevas aportaciones al caso europeo durante el siglo xvm, vid. James Bradley y D. Van Kley (eds.), Religion and Politics in Enlightenment Europe, Notre Dame, University of Notre Dame, 2001, en especial la introduction.

17Taylor, Imaginariossociales..., op. cit., p. 87. 18 Vid. la reflexion precursora, si bien defendiendo una serie de causas diferentes, de

Reinhardt Koselleck, "The Eighteenth Century as the Beginning of Modernity", en The Practice of Conceptual History: Timing History, Spacing Concepts, Stanford, Stanford University

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EL IMAGINARIO SOCIAL MODERNO Y LA GENESIS DE LA MODERNIDAD OCCIDENTAL

temporal y explicativa de los origenes del mundo moderno ya no pertenece al siglo xix, sino al xvm. En otras palabras, el siglo XVIII no funciono como una fase preliminar de la modernidad, sino que, al contrario, represento el pleno despliegue de la misma, puesto que en ese siglo tuvo lugar el cambio tedrico (esto es, la genesis de la esfera piiblica, la difusion de la economia de mercado y la capacidad de accion del pueblo soberano), mientras que el xix experimento sus consecuenciaspracticas (el capitalismo, la democracia, las ciencias sociales, la sociedad de la informacion, etcetera). Del analisis ofrecido por Taylor se puede inferir, por lo tanto, que la interpretacion de la teoria social clasica confundio los impactos o las repercusiones practicas de la modernidad en el xix con las causas originales, que en realidad se encuen-tran en el siglo xvm.

La implicacion mas inmediata para la historia y las ciencias sociales de este giro hacia elxvints que desarrollos historicos que, axiomaticamente, se han dado por sentado como fundacionales del mundo contemporaneo —tales como las revoluciones, el movimiento obrero, la sociedad de clases, la conflictividad y lucha sociales, el materialismo, el discurso cientifico, el surgimiento del Estado-nacion y el nacionalismo, asi como las codificaciones actuales de las nociones de sociedad, economia y politica- son productos de la mutacion historica acelerada por la temporalidad corta, por el siglo xvm.

La economia19 fue la primera de las formas culturales en que el imagi­nario social moderno cristalizo, generando el espacio dentro del cual la teoria del nuevo orden moral, basado en el beneficio mutuo de los participantes, se convirtio en practica, frente a las ideas premodernas de orden y jerarquia. Segiin Taylor, la aparicion de este nuevo espacio resulto posible porque la economia, a lo largo del siglo xvm, emergio como una "realidad objetivada" [objectified reality]; paso de significar el manejo o la administration del hogar —procedente del griego antiguo oikosnomeia— a imaginarse, principalmente, como un sistema, es decir, como un orden superior a los seres humanos, que les proporcionaba la estabilidad antes obtenida de Dios. El amor propio (la biisqueda del beneficio economico personal) se ligo a lo social (de la segunda forma cultural) y a la capacidad de accion colectiva del pueblo soberano (de la tercera forma cultural), obligando a redefinir conceptos como lo publico y lo privado. En consecuencia, mientras que en la epoca de Maquiavelo la riqueza estaba contra la libertad, en la de Adam Smith fue conceptualizada como fuente de libertad.20 La diferencia entre ambos autores (entre un con-

Press, 2002, pp. 154-69. "Taylor, Imaginarios sociales..., op. cit., cap. 5.

Ibidem, pp. 97-99.

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texto historico y el otro) fue que la economia ya se habia transformado en un "hecho moderno" [modern fact], cuya genesis Taylor asocia a la objetivacion y la abstraction del discurso cientffico ilustrado en Occidente, con lo cual, por otra parte, se genero la paradoja de que la economia era una entidad que podia ser estudiada -objetivamente- por los seres humanos, pero que al mismo tiempo constituia un orden autonomo a sus acciones (paradoja dentro de la cual vive aiin nuestro mundo y ciencia actuales). Para Taylor, esta transformation o "promotion" de la economia fue uno de los logros mas importantes del siglo xvm.21

Paralelamente, afirma, esta nueva conception de la economia como sistema se trasunto con la notion de sociedad entendida tambien como un sis-tema, como un espacio objetivo, externo y relativamente autonomo a la ac­tion humana. Aunque, como explicaremos mas adelante, Taylor no ahonda demasiado en este punto, con su provocativa tesis sostiene que la conversion de la economia en una realidad objetivada facilito, simultaneamente, un entendimiento de la sociedad como otra realidad objetivada, como un todo horizontal en el que los individuos estan relacionados por igual. En sintesis, lo que podriamos denominar la economia promovida prefigure el nacimiento y la objetivacion de la sociedad, tambien durante el siglo xviu.

Taylor inserta lo social dentro de la esfera piiblica -la segunda forma cultural clave para la practica del imaginario social moderno—.22 Valiendose de los principios fundamentales de la teoria habermasiana, confirma que la esfera piiblica representa un espacio fundamental de la modernidad occidental, el cual define como "metatopico" (esto es, mas alia de su adscripcion a un espacio fisico concreto), extrapolitico {con poder, pero separado del poder) y que favorecio la capacidad de action secular de los actores historicos (esta ya se encontraba fundada en acciones comunes guiadas por el uso de la razon, en vez de por el marco de la voluntad y la action trascendentes de Dios). Resultado de la formation de la esfera piiblica fue el nacimiento del pueblo autogobernado, es decir, de una entidad comiin y metatopica, enmarcada en una conception secular del tiempo a traves de la afirmacion de la vida ordinaria (esta es tambien una tesis central en Sources of the Self). Evidencias de dicha afirmacion fueron los cambios en la esfera intimo-sentimental (por ejemplo, las modificaciones arquitectonicas para la creation de un espacio separado e intimo dentro de la vivienda familiar), la economia (la conciencia de su existencia y funcionamiento como un sistema) y, paradojicamente, la religion (de hecho, Taylor sostiene que la soberania popular tiene origenes

21 Ibidem, p. 93. 22 Ibidem, cap. 6.

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muy precisos en la recurrente fundacion y refundacion de iglesias y en las reuniones de feligreses, en particular en los paises afectados por la Reforma protestante).23

De este modo, Taylor llega a la tercera forma cultural y a la que dedica mayor atencion: el pueblo soberano o el espacio de la politica.24 De nuevo, primero como teoria y despues como practica, el siglo xvm presencio la aparicion de una nueva teoria de la action colectiva, plenamente desplegada a finales de siglo mediante la practica asociada a acontecimientos como las Revoluciones estadounidense y francesa (en esta ultima debido, sobre todo, a la influencia de la teoria rousseauniana). Aunque ambas revoluciones mo-dificaron los imaginarios sociales previos, sirvieron a los revolucionarios para extraer elementos centrales al armar el nuevo imaginario. Por ejemplo, los colonos estadounidenses comenzaron su lucha reivindicando los "derechos de los ingleses",25 mientras que las reivindicaciones de los revolucionarios en Paris pasaron de ser agitaciones urbanas por el pan a convertirse en expre-siones conscientes del pueblo soberano. El caso estadounidense acabo por generar la constitution federal, y el fiances, la tradition revolucionaria. Pero en ambos el resultado practico fue la invention del "pueblo" como un nuevo agente colectivo en la historia.26 Como acertadamente demuestra Taylor, estas transformaciones no permearon con igual celeridad e intensidad. Asi, esferas como la familia (dominada por el poder paternal) fueron mas recias a los cambios ligados a la aparicion de la interdependencia personal -ademas, teorizada y legislada solo para los hombres blancos- De ahi que el siguiente paso fuese la expansion del imaginario social de las elites y hombres blancos al resto de la sociedad que participaba del -y practicaba el- imaginario so­cial; la igualdad sustituyo a la jerarquia, con lo que surgio una sociedad de igualdad impersonal -si bien marcada por diferentes interpretaciones como, por ejemplo, las de Estados Unidos y Francia-

El principio teorico (y la practica) de la igualdad posibilito la generation del objeto historico sociedad como una totalidad o, lo que Taylor llama, la "so­ciedad de acceso directo",27 en la que cada uno de los miembros se imagina

23 Ibidem, pp. 13 o-1 31. 24 Ibidem, cap. 8.

Ibidem, p. 135. Ibidem, cap. 9. Ibidem, cap. 10.

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conectado con la totalidad en horizontal, a diferencia de las formaspre-sociales (dispuestas en vertical, como el cuerpo estamental). Se trato de la transicion de una sociedad central (en torno al rey y Dios) a una difusa, sin puntos nodales privilegiados; el pasar a entender la "sociedad como sucesos simultaneos [y] el intercambio social como un sistema impersonal".28 La imagen final ha sido la de un mundo horizontal y secular.29 Ahora bien, llegar a este escenario requirio un cambio esencial y necesario: que la sociedad fuese entendida como una entidad total, "como objetivada, como un conjunto de procesos, desligada de cualquier perspectiva de agentes [agential]".30 Aqui encontramos una de las contribuciones mas significativas de Imaginarios sociales modernos, al ubicarse a caballo entre lo que podria denominarse el viejo socialy la historia -o genea-logia- de lo social: "Mas relevante para el Gran Desarraigo es una segunda via mediante la cual la religion temprana era social [...] En la religion temprana, nos relacionamos con Dios primariamente como una sociedad?1

Al referirse a instituciones, practicas y objetos sociales, en esta breve cita -como en otras partes del libro- Taylor reconoce, por una parte, que la religion, en sus distintas formas, es ontologicamente una forma social-\o que concuerda con el analisis de la teoria social clasica desde Durkheim y Weber—, mientras que, por otra parte, al aludir a la relacion de los seres humanos con Dios como una sociedad en tiempos de la religion temprana, parece alinearse con aquella h'nea de investigacion sobre la historia de lo social que plantea que la nocion de sociedad emergio para llenar el vacio explicativo dejado por el desplazamiento de la religion en la Europa del siglo xvm. Precisamente, esta situacion intermedia (entre la sociedad, por un lado, entendida como nocion ontologica y natural y, por otro, explicada como una nocion profundamente historica y contingente) caracteriza una parte significativa de la investigacion de vanguardia en ciencias sociales en la actualidad.32

^Ibidem, p. 186. 29 Ibidem, cap. 11. ^Ibidem, p. 191. 31 Ibidem, pp. 70-71. Las cursivas son nuestras. 32 Para una sfntesis de recientes trabajos sobre historia de lo social, asi como de las

implicaciones emanadas de la investigacion sobre la nocion de sociedad, vid. Miguel A. Cabrera y Alvaro Santana Acuna, "De la historia social a la historia de lo social", en Ayer: Revista de Historia Contempordnea, 62, 2006, pp. 165-192. Asimismo, N. Gane (ed.), The Future of Social Theory, Londres, Continuum, 2004; L. Kaufmann y J. Guilhaumou (eds.), L'Invention de la societe: Nominalisme politique et science sociale au XVIIf siecle, Col. Raisons pratiques 14, Paris, Editions EHESS, 2003; P. Joyce (ed.), The Social in Question: New Bearings in History and the Social Sciences, Londres-Nueva York, Routledge, 2002; M. Calloni et al. (eds.), Pensare la societa: L'idea di una filosofia sociale, Roma, Carocci, 2001; S. Kaviraj y S. Khilnani (eds.), Civil Society: History and Possibilities, Cambridge, Cambridge University

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Taylor identifica, al menos, dos formas de imaginar la sociedad: como entidades colectivas horizontales y como una objetivacion de las leyes de la naturaleza. A la hora de imaginar lo social, la influencia de la "promocion de la economia" fue decisiva, puesto que el surgimiento y la conciencia de la nocion objetiva de economia abrieron el espacio teorico y practico para una conceptualization similar de la sociedad como un ente objetivo. Como ya formulara Jacques Donzelot —empleando tambien precisamente el termino de "promocion"-,33 el resultado final fue que la sociedad pudo ser estudia-da, logro que estuvo inextricablemente unido al nacimiento de las ciencias sociales, del discurso cientifico y tambien a la difusion y la practica de las categories de clasificacion social. Esto resulto fundamental, pues a traves de categorias —como pueblo— los agentes historicos de la modernidad pudieron imaginarse como una entidad colectiva.

En resumen, a traves de las formas culturales economia, esfera piiblica y pueblo soberano, primero, Taylor instaura (que no rehabilita) el siglo xvm como bisagra explicativa y temporal, sintetizando en un marco interpretativo general las aportaciones cientificas mas importantes al respecto en las ulti­mas cuatro decadas. Pero, un segundo nivel aiin mas novedoso de su tesis es que utilice el siglo xvm como bisagra para, ademas, explicar la genesis de la modernidad —uso que ni siquiera realizo el pionero Alexis de Tocqueville en L'Ancien Regime et la Revolution, 1856, quien realmente auno la influencia transformadora del Antiguo Regimen (incluyendo parte del siglo xvm) y de la Revolution-. En efecto, una cosa es la admiration hacia los avances o los cambios que los coetaneos advirtieron en su propio siglo -como losphilosophes ilustrados del xvm, los publicistas del progreso a finales del siglo xix y los cri-ticos de la modernidad en el siglo xx- y otra bien diferente es defender que el xvm fue, en una trayectoria evolutiva de larga duration, el siglo fundamental para explicar la manera en que se ha constituido el mundo occidental. Con anterioridad a este giro hacia el siglo XVIII, el sendero transformador condu-cente a la contemporaneidad circulaba de la Revolucion francesa en adelante -es decir, hacia el siglo xix-. La tesis de Taylor y su relectura de un volumen importante de la investigacion que sintetiza -tan presente en la esfera piiblica de Habermas o en la economia moral de la multitud de Thompson-, sostiene

Press, 2001, vid. tab. n. 13. 33 Jacques Donzelot, "The promotion of the social", en Economy and Society, 17: 3,

1988, pp. 395-427; L'Invention du social, Paris, Fayard, 1984. Donzelot, basicamente, sitiia la promocion de lo social en el siglo xix. Asimismo, Gilles Deleuze, "Postface: LAscension du social", en Jacques Donzelot, La Police des families, Paris, Minuit, 1977, pp. 213-220 {La policia de las familias, Valencia, Pre-Textos, 1979).

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que el motor explicativo y transformador hacia el mundo contemporaneo se armo en el siglo xvm o, si se prefiere, de la Revolucion francesa hacia atrds. Intentando hacer mas explfcita la tesis de Taylor (con claras resonancias fure-tianas), podria argiiirse que la Revolucion, mas que el principio de algo, fue la conclusion teorica de una larga evolution, que a su vez marco el despliegue prdctico de una nueva realidad.

Ya en el tramo final del libro y en consonancia con la investigation posmoderna sobre la narrativa, Taylor plantea que un determinado imagina-rio social estan ligados unos "modos de narracion" especfficos.34 El imaginario moderno ha generado tres modos: progreso, revolucion y nacion -cabe anadir que todos son objetos historicos no anteriores al siglo xvn occidental—. La instauracion de la conception secular del tiempo y el espacio estuvo en la base de estos nuevos modos de narracion, que tuvieron igualmente su traduction en los discursos historico y cientifico. Es sugerente su tesis sobre el modo de narracion nacion, cuyo pleno despliegue ha disfrazado la genealogia del objeto identidad nacional. En vez de explicarla como un producto historico, este modo de narracion transformo (y sigue transformando) la nacion en una entidad latente que esperaba, sencillamente, ser despertada.

Sin embargo, cabria preguntarse si los modos de narracion son exclu-sivamente tres, pues es cierto que los modos discurso cientifico y sociedad (de este ultimo se desprenderian ademas los tropos o mitemas: conflictividad social, lucha de clases y derechos de las mujeres y de las minorias etnicas)35

han actuado como poderosos argumentos para la capacidad de accion y la movilizacion colectiva en la modernidad occidental.

IV

Segtin Charles Taylor, la secularizacion es el proceso que debe centrar la aten-cion explicativa,36 si de lo que se trata es entender la genesis y la trayectoria de la modernidad occidental. Por eso, en primer lugar, redefine el concep-to de secularizacion moderna "como el rechazo de tiempos superiores y la afirmacion [positing] del tiempo como puramente profano";37 es decir, fue ante todo una radical redefinition del tiempo. Ahora bien, su definition parece

34 Taylor, Imaginarios sociales..., op. cit., cap. 12. 35 Dentro del modo narracion sociedadst defendio, hasta los arios sesenta del siglo xx, que

las clases eran esencias o entidades transhistoricas, meramente activadas por el capitalismo, y no construcciones historicas con una genealogia paralela (que no posterior) al ascenso del capitalismo.

Ibidem, cap. 13. 37 Ibidem, p. 122.

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EL IMAGINARIO SOCIAL MODERNO Y LA GENESIS DE LA MODERNIDAD OCCIDENTAL

afirmar, a renglon seguido, que el proceso consistio en desplazar a Dios de la esfera piiblica, en vez de plantear -puesto que el propio Taylor reconoce que la esfera piiblica es un objeto historico- que Dios fue desplazado y que, solo entonces, su lugar fue ocupado por el nuevo agente: la esfera publica.

Una pregunta que Taylor no rehiiye contestar es que lugar ocupa la religion en el imaginario social moderno. El espacio para Dios lo localiza en la devotion personal y la identidad politica (lo que, ademas, permite explicar el aparente retorno de la religion a la politica international ultimamente),38

pues argumenta que la religion no esta precisamente ausente del espacio publico, sino que es central en la identidad personal de individuos y grupos. Por tanto, al redefinir la secularizacion, Taylor plantea que la modernidad es secular no porque haya expulsado la religion como factor causal, sino porque la ha situado en un piano diferente, que es "compatible con el sentido de que toda accion social tiene lugar en un tiempo profano".39 Para Taylor, la secularizacion fue consustancial al surgimiento del imaginario social moder­no occidental. Aunque no fue un proceso uniforme, el cristianismo latino, sostiene, produjo el espacio para la aparicion de la secularizacion. Ahora bien, insiste en que fue un proceso historico occidental40 lo que une, intima-mente, su redefinition de la secularizacion con la declaration de principios poscolonialista que abre y cierra Imaginarios sociales modernos. De ahi que su propuesta sea, por una parte, desarrollar un lenguaje que de cuenta de las diferencias y, por otra -siguiendo a Dipesh Chakrabarty-, la de "provincia-lizar Europa", es decir, demostrar que Occidente ha sido simplemente una provincia de la modernidad y no su perfecta encarnacion.

Por esta misma razon Taylor no intenta exportar el concepto de ima­ginario social moderno mas alia de Occidente, sino que se limita a desenhe-brar su genealogia e identificar sus componentes centrales y, a partir de ese analisis, defender la idea de que el imaginario social moderno tiene multiples mutaciones, incluso en el propio imaginario. Sin embargo, este deseo le lleva a diversificar -como le ocurrio a Thomas Kuhn en The Structure of Scientific Revolutions, 1962 con el "paradigma"- el concepto incluso dentro del mismo imaginario social moderno. Asi, en el nivel macro, Taylor habla del imaginario social moderno occidental y en el nivel micro de los imaginarios sociales de determinados grupos o clases (como la burguesia),41 discursos (como imagi-

38 Vid., en particular, Hent de Vries y Lawrence Sullivan (eds.), Political Theologies: Public Religions in a Post-Secular World, Nueva York, Fordham University Press, 2006.

39 Taylor, Imaginarios sociales..., op. cit., p. 223. 40 Ibidem, cap. 14. 41 Ibidem, p. 189.

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nario popular),42 agentes (como Rousseau)43 y procesos historicos (como la Revolucion estadounidense).44

En Imaginarios sociales modernos no hay referencias a espacios no euro-peos -a excepcion de America del Norte-. Sena revelante, sin duda, articular, en su interpretacion, como sus emancipaciones revolucionarias en America Latina, de inicios del siglo xix —que tanto deben a Europa y Norteamerica y sus respectivos imaginarios sociales-, interactuaron con elementos y practicas propias, como pudieron haber sido los pueblos nativos y las nociones de raza y color de piel. Tambien quedan fuera espacios no occidentales como la India, Asia, Africa y Australia y, por tanto, la reflexion de que el imaginario social moderno transformo la vida de los nativos y que tan diferente fue el imaginario social alii gestado para que Taylor pueda hablar, en consecuencia, de imaginario/ socials. No obstante, estos temas le hubieran obligado a redac-tar un libro mas extenso (lo que quizas ocurra en el proximo, A Secular Age), cuando su objetivo explicito es elaborar una sintesis explicativa y tambien, como reconoce, incitar la reflexion futura de otros.

Junto a los temas historicos o cronologicos tratados hasta ahora, hay otros mas teoricos (o, si se prefiere, transversales) que enmarcan la totalidad de la obra y la sitiian a la vanguardia de las investigaciones actuales en ciencias sociales. En primer lugar, el debate sobre el caracter historico del discurso cientffico. La frase que abre Imaginarios sociales modernos es una clara muestra: "Desde el comienzo, el problema numero uno de la ciencia social moderna ha sido la propia modernidad".46 Esta frase -en apariencia redundante- presupone que cada periodo historico construye sus propios problemas. Por consiguiente, si la modernidad es el problema principal de la ciencia social moderna, se

^Ibidem, p. 169. 43Ibidem, pp. 141-150 y 162.

Ibidem, pp. 44, 135,1 54-155, 184 y 201. 5 Vid., especialmente, Jorge Canizares-Esguerra, How to Write the History of the New

World: Histories, Epistemologies, and Identities in the Eighteenth-Century Atlantic World, Stanford, Stanford University Press, 2001; Nature, Empire, and Nation: Explorations of the History of Science in the Iberian World, Stanford, Stanford University Press, 2006; Anthony Pagden, The Fall of the Natural Man: The American Indian and the Origins of Comparative Ethnology, Cambridge, Cambridge University Press, 1987; Gislene Aparecida dos Santos, A invencao do ser negro. Un percurso das ideias que naturalizaram a inferioridade dos negros, Sao Paulo, Educ e Fapesp, 2002.

46 Taylor, Imaginarios sociales..., op. cit., p. 13.

debe a que el elemento que —supuestamente- explica (esto es, la ciencia so­cial moderna) es en si mismo un producto de lo que dice querer explicar: la modernidad. Aunque Taylor no lo afirma tan abiertamente, ni lo desarrolla con posterioridad, su tesis se podria resumir de la siguiente manera: la ciencia social moderna no es una solucion al problema, sino parte del problema, dado que el discurso cientffico es un producto historico, esto es, un discurso que se institucionalizo en paralelo a la modernidad.

Lo que Taylor si cuestiona abiertamente es la modernidad misma y su naturaleza: ^unicidad o multiplicidad? Responde que existen "modernidades multiples", y que lo que llamamos modernidad no es mas que la modernidad occidental, una alternativa (historica) y no una teorfa general a imponer, puesto que esta ligada a un imaginario social especi'fico. La idea de "moder­nidades multiples" implica la participacion de diferentes imaginarios sociales (modernos).

En segundo lugar, al definir el imaginario social como lo "que hace posibles las practicas de una sociedad",47 su trabajo se alinea con el llamado giro practico o performativo (practice o performative turn) y, tambien, con la tesis acerca de que la idea de abstraction moderna antecedio y por tanto explica la genesis del discurso cientifico y el nacimiento de las ciencias so­ciales.48 En efecto, los procesos historicos que constituyeron el imaginario social moderno se basaron en una doble interaccion y relacion entre teorias (abstractas) y practicas. Como ya sefialamos, Taylor muestra que la "teorfa" es una poderosa herramienta de institucion de la realidad. Tomemos como ejemplo el extracto de Rousseau sobre la description y la distincion entre los estados natural y civil: "Este paso del estado de naturaleza al estado civil produce un cambio muy notable en el hombre, al sustituir en su conducta el instinto por la justicia, y dando a sus acciones la moralidad que antes les faltaba".49

La interpretacion mediante las premisas del giro practico y la abs­traction moderna permite interrogarse si Rousseau estaba simplemente

47 Idem. 48 Sobre el giro practico o performativo, vid. Gabrielle Spiegel (ed.), Practicing History:

New Directions in Historical Writing, Nueva York, Routledge, 200 5; Peter Burke, "Performing History: The Importance of Occasions", en Rethinking History, 9: I, 2005, pp. 3 5-52. Sobre la abstraction moderna, vid. Mary Poovey, A History of the Modern Fact: Problems of Knowledge in the Sciences of Wealth and Society, Chicago, University of Chicago Press, 1998; Richard Biernacki y Jennifer Jordan, "The Place of Space in the Study of the Social", en Patrick Joyce (ed.), The Social in Question. New bearings in History and the Social Sciences, Londres, Routledge, 2005, pp. 133-150.

49 Taylor, Imaginarios sociales..., op. cit., pp. 143-144.

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describiendo las caracterfsticas de ambos estados -natural y civil- o si, en ultimo termino, se trato de una practica de institucion (primero a traves de la redaccion del texto y, luego, de la aplicacion interactiva y practica de las ideas contenidas en el), de una teoria de la realidad que dividia, de modo natural, la realidad en naturaleza y estado civil. Sin embargo, en la medida en que Taylor defiende el caracter explicativo de la ciencia (dejando de lado su dimension institutiva de lo real), su reflexion no va mas alia de una description del contenido del texto de Rousseau.

Este mismo ejemplo nos permite introducir el tercer punto, que concierne a la investigacion actual sobre la historicidad de las nociones de sociedad y lo social. En otras palabras, el estudio de la genesis, institucion y practica de la sociedad como un espacio emancipado de la naturaleza, pero que se gobierna -al menos en la formulacion inicial del siglo XVIII- como un es­pacio similar a las leyes de la naturaleza. Como adelantamos, se trata de un tema clave de Imaginarios societies modernos, y aunque Taylor renuncia a entrar en el mismo, plantea claramente los terminos de la investigacion actual.

Su explicacion sobre la objetivacion (o promocion, si seguimos a Taylor) de la economia en el siglo xvm constituye uno de los puntos mas avanza-dos de la reflexion. La investigacion sobre la historia de lo social sostiene que la sociedad -junto a los subproductos linguisticos acompanados del adjetivo social- no seria mas que una nocion historica y no una esencia transhistorica y natural. La aportacion fundamental de Imaginarios sociales modernos es que nos ofrece una explicacion plausible, precisamente, si aplicamos al proceso del ascenso de la sociedad su tesis sobre la promocion de la economia como una realidad objetivada ocurrida dentro del imaginario social moderno. Asi, nuestra actual nocion de sociedad no seria mas que un objeto historico instituido en el siglo xvm y, por lo tanto, no puede ser proyectado mas atras en el tiempo. La reflexion de Taylor, en efecto, apunta timidamente en esta misma direccion cuando afirma que nuestra "inmersion en las categorias modernas" (como sucede con la de sociedad) es tan profunda que "constituye un horizonte sobre el que somos virtualmente incapaces de pensar mas alia", ni tampoco recordar con facilidad como era el mundo antes de la existen-cia de dichas categorias.50 Dicho de otro modo, el desarrollo de la nocion de sociedad (como Taylor si demuestra con claridad para la economia y la polftica) ha transformado de tal manera nuestro significado y practica del mundo que tenemos problemas para, incluso, recordar como era este antes de las nociones modernas de sociedad, economia y polftica, porque se trataba de otro imaginario.

UbicL em, pp. 30-31, 73, 123 y 213.

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Por tanto, mientras que el reconoce el papel explicativo de la economia, solo muestra al lector los indicios que le permiten pensar que la nocion de sociedad sufrio semejante promocion (u objetivacion). Ademas, el hecho de que Taylor no lo reconozca podria hacer que el lector interprete de manera erronea su tesis y criticarle facilmente que mientras que la modernidad creo su propio orden moral,51 las edades Media y Antigua tambien crearon los suyos. Pero, introduciendo la tesis de la promocion (u objetivacion) de los dominios abstractos de la economia y sociedad, mas el cambio sustancial en la teoria y la practica de las relaciones politicas, Taylor podria mostrar al lector con mayor efectividad que la genesis del imaginario social moderno constituyo un ingente trabajo de reconceptualizacion e institucion del triunvirato economfa-sociedad-politica o, si se quiere, que la modernidad supuso la emergencia de un entendimiento tripartito de la realidad humana, frente a la monolftica e indivisible esfera divina premoderna. Esos tres dominios abstractos seri'an los que han hecho de la modernidad un orden moral distinto en la historia. Y aunque Taylor da este paso con las nociones de economia y pueblo sobe-rano y obvia lo concerniente a la introduccion, naturalizacion e institucion de la nocion de sociedad, sin una tesis como la promocion (o ascenso) de la sociedad en el siglo xvm52 es imposible, por ejemplo, explicar la ausencia de esta nocion -y su practica historica- en la India u otros territorios coloniales hasta bien entrado el siglo xix.53 Dicho de otro modo, la nocion de sociedad sin el adecuado filtro de la historizacion puede convertirse en la persistente y poderosa arma del colonialismo historiografico occidental. De hecho, si la sociedad no es mas que un objeto historicamente localizado -a partir del siglo xvm en Occidente- para hablar de la relacion y la organization de los seres humanos y de su interaction con el entorno no humano, resulta paradojico el uso que hace Taylor para la pre-modernidad de la nocion de sociedad54

y el mantenimiento del adjetivo social en su concepto de imaginario social moderno, que arrastra, asi, las inconsistencias del entendimiento moderno de lo social. En suma, si lo social surgio con la modernidad, el imaginario que la antecedio no puede ser etiquetado como social.

51 Ibidem, pp. 43-44 y 49. 52 Vid. nota 32. 53 Vid., especialmente, la contribucion de Gyan Prakash, "The Colonial Genealogy

of Society: Community and Political Modernity in India", en P. Joyce (ed.), The Social in Question, op. cit., pp. 81-96.

"Los imaginarios sociales ptemodernos, en especial los de caracter jerarquico, estaban estructutados por varios modos de complementariedad jerarquica. La sociedad em vista como compuesta por ordenes diferentes". Taylor, Imaginarios sociales..., op. cit., p. 23. Las cursivas son nuestras.

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Una posible respuesta a esta paradoja es que Taylor no explica el siglo xvin occidental como el paso de la religion a la sociedad, sino como el paso de una sociedad a otra, es decir, como la transicion de una sociedad religiosa a una sociedad secular. Pero, si invertimos su argumento, la explicacion no seri'a un cambio en el entendimiento de aquello sobre lo que esta fundada la sociedad55 -es decir, no se trataria de la gestacion de un nuevo orden moral de la sociedad—, sino un cambio que desplazo la religion e introdujo la sociedad, por primera vez en la historia, como la base ontologica de los asuntos humanos.

Uno de los grandes meritos de Imaginarios sociales modernos es colo-car al lector en una posicion de extranjeria (o exterioridad) con respecto al imaginario moderno, al mostrarnoslo como un orden historico —y no na­tural- de las cosas. Sin embargo, en su explicacion de la genesis de dicho imaginario, la sociedad y lo social gobiernan (intocados e intocables) como un factor transhistorico, lo que deja al lector justo a las puertas de la tesis sobre la historicidad de la sociedad y lo social.

A pesar de que Taylor si ofrece un solido marco explicativo para si-tuarnos criticamente frente a la objetividad y naturalidad de las categorias centrales de la modernidad,5 como economia, sociedad y politica, lo que encontro en su desarrollo de la modernidad occidental, mas que tres formas culturales fue la emergencia de tres dominios abstractos de estructuracion practica de la realidad —la politica, la economia y la sociedad—, que no han dejado de ser instituidos, en la practica, por los agentes historicos en los lil-timos doscientos anos. El peso de esta institucion es tan fuerte que tenemos problemas para ver que otras concepciones fueron (y son) posibles y no solo lo que hoy llamamos la modernidad (o modernidades), que -como Taylor subraya- ha devenido en el orden natural de las cosas. Esto significa que en el siglo xvin occidental no se tuvo que elegir entre diferentes tipos de sociedad (estamental vs capitalista), sino entre diferentes nociones dentro de las cuales se encontraba la de sociedad, entendida como una entidad autonoma y auto-rregulable. Por consiguiente, lo que habria de atraer la atencion creciente de historiadores y cientificos sociales es exhumar cuales fueron las otras opciones, explicar el porque del triunfo de la nocion de sociedad y escribir la historia de su institucion en la vida cotidiana y en las ciencias sociales.

Esta valiosa y refinada obra de Taylor nos revela que la modernidad no es un solido y homogeneo edificio, sino fundamentalmente historico y heterogeneo. Imaginarios sociales modernos constituye el punto de partida

55 Taylor, Imaginarios socia ^Ibidem, pp. 30-31.

es..., op. tit., pp. 116-117.

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esencial y la sintesis mas avanzada para pasar de entender la economia, la sociedad y la politica como esencias, como entidades naturales y objetivas a explicarlas como naturalizadas y abstractas, es decir, como "realidades objetivadas" siguiendo el termino de Taylor. Asimismo, las posibilidades interpretativas del libro y el concepto de imaginario tayloriano no pueden circunscribirse solo a la modernidad y a Occidente. En un contexto en el que la critica posmoderna a la narrativa historica parece haberse traducido en una fragmentation del discurso cientifico y en teoria fast-food (o teoria de baja intensidad, esto es, toda aquella teoria neoempiricista por ser solo aplicable a periodos historicos o regiones concretas, fuera de los cuales pierde toda validez teorico-explicativa), este libro hace un Uamamiento solido en favor de la eficacia explicativa de la gran narrativa historica, la historia comparativa, poscolonial y transnacional, la necesidad de un entendimiento exeurocentrico y exoccidental de la modernidad, y tambien aboga por la centralidad de la interdisciplinaridad y atencion constante al debate en ciencias sociales.57

Por su profundidad filosofica, elegancia teorica y envergadura his-toriografica, Imaginarios sociales modernos debe ser una lectura de obligada referenda y debate para los cientificos sociales e historiadores en los proximos anos. Su estilo accesible, facilidad de lectura y equilibrada extension lo con-vierten, ademas, en una obra asequible para todos los interesados en saber como y por que el mundo occidental fue construido del modo que hoy lo vivimos y, sobre todo, imaginamos.

57 En esta misma direction avanza la reciente obra de William H. Sewell, Jr., Logics of History: Social Theory and Social Transformation, Chicago-Londres, University of Chicago Press, 2005, en especial el cap. 1.

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