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causas del comportamiento delictivo
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José Aróstegui Moreno
Ciencias Socialesy Jurídicas
Campo Científico:
Criminología
José Aróstegui Moreno
Doctor en Derecho Penal por la Universidad de SalamancaDiplomado Superior en Criminología
PALABrAs CLAVe
keywords
Ciencias Sociales y Jurídicas
Campo Científico: Criminología
resUMeN
se aborda en el artículo la valoración, desde el punto de vista de las doctrinas determinista e inde-
terminista, de las distintas causas que pueden dar lugar a un comportamiento delictivo. se valoran
igualmente los principales descubrimientos que han llevado a cabo diversas ciencias, como la Psi-
cología, el Psicoanálisis, la Psiquiatría, la Biología y la sociología, en relación con las causas que
dan lugar a conductas delictivas, y el papel que juega la Criminología en torno a estos descubri-
mientos.
ABsTrACT
The article deals with the valuation, from the point of view of the deterministic and indeterministic
theories, of the different causes that may lead to criminal behaviour. It also assesses the major dis-
coveries carried out by different sciences, such as psychology, psychoanalysis, psychiatry, biology
and sociology, in relation to the causes that give rise to criminal behaviour, and the role played by
Criminology about these discoveries.
1. INTRODUCCIÓN
A nuestra sociedad actual, hoy en día le acucian
tres problemas: el desempleo, las enfermedades
incurables y el aumento de la delincuencia. A
estos problemas les siguen otros que, siendo
también importantes, no tienen la intensidad de
los antes señalados.
En cuanto al problema que nos trae aquí, el
aumento de la delincuencia, hoy en día es pa-
tente. Las Comisarías de Policía durante las vein-
ticuatro horas del día reciben denuncias, llamadas
de ciudadanos que requieren su auxilio, los Tri-
bunales penales se encuentran desbordados de
asuntos y nuestras cárceles saturadas, hasta el
punto de que, más que centros donde se debe
perseguir la resocialización y rehabilitación de los
internos condenados, por falta de medios huma-
nos y económicos es un muro de contención
donde ingresar a los antisociales, prácticamente
sin ninguna finalidad, a la espera de que el preso,
por el paso irremediable de los años, agote su
energía criminal o de que aparezca la fórmula
mágica que termine con este fenómeno.
En este trabajo no perseguimos ofrecer alter-
nativas para acabar con la delincuencia. Caerí-
amos en la necedad si pretendiéramos tal osadía,
primero, porque es tan obvia la realidad delin-
cuencial, que es ridículo plantear esta posibilidad;
y, en segundo término, porque la ciencia médica
encontrará soluciones a enfermedades incurables
contra las que está luchando a brazo partido hoy
en día, antes de que la criminología encuentre
las de la delincuencia. En este aspecto, más que
pesimistas, diremos que somos realistas; la de-
lincuencia no tiene solución, ni hoy, ni en un fu-
turo lejano; siempre tendremos personalidades
delincuentes, no nos podemos engañar.
Por ello, y desde esa dura e inalterable reali-
dad, a lo único que se puede aspirar es a que
la criminalidad, más que un mal que acabe con
nuestra sociedad con el paso de los siglos, se
transforme en un mal crónico con el que pueda
convivir la humanidad. Para ello, los esfuerzos
de los criminólogos, psicólogos, biólogos, soció-
logos y de la ciencia médica en general, deben
dirigirse a tratar de conocer más a fondo la con-
ducta y la personalidad del delincuente, y, con
base en ello, tratar de determinar en la medida
de lo posible por qué motivo delinque, y, a partir
de ese conocimiento, adoptar medidas preventi-
vas para evitar ese anómalo comportamiento,
pero sin más pretensiones, que ya es un éxito.
En este trabajo abordaremos, de forma somera,
los principales descubrimientos de las distintas
Ciencias que estudian el comportamiento crimi-
nal en cuanto a las causas que lo originan, que,
a día de hoy, son importantes, y cuyo frente de
investigación se encuentra abierto a la espera de
nuevos descubrimientos.
No se puede pasar por alto que, si vamos a
realizar este análisis, tal hecho implica que nos
posicionaremos en un planteamiento determi-
nista, por lo que, de forma previa, es conveniente
referirnos a las líneas que caracterizan esta doc-
trina.
2. DOCTRINA DETERMINISTA
La posición determinista es una doctrina filosófica
que niega la existencia de libertad y sostiene, por
tanto, que todos los procesos y realidades natu-
rales o psíquicas están rigurosamente determi-
nados según las leyes necesarias, de tal manera
que no hay contingencia, azar, ni libertad(1). En
un sentido general, la doctrina determinista afirma
que todo lo que ha habido, hay y habrá, así como
todo lo que ha sucedido, sucede y sucederá, está
establecido de antemano, y que no puede suce-
der nada sin estar previamente fijado, condicio-
nado o establecido. Esta doctrina no es
susceptible de prueba, por cuya razón es consi-
derada como una hipótesis metafísica o cientí-
fica(2).
La voluntad, según la doctrina que estamos
analizando, puede ser determinada por los si-
guientes mecanismos:
a.- Determinismo Psicológico: Dreher(3) entiende
que en la actuación del ser humano se presentan
una variedad de circunstancias o motivaciones
que tienen como consecuencia que la conducta
individual aparezca de una forma concreta, y
no pueda plantearse de otra manera. Este me-
canismo de determinación de la voluntad tiene
dos corrientes: una, la mantenida por Danner,
que recoge que el sujeto, cuando tiene que de-
cidir, se encuentra determinado a hacerlo de una
manera específica. Esta doctrina es la más radi-
cal y no es admitida por la mayoría. La otra co-
rriente es la defendida por Haddenbrock que
afirma que las decisiones humanas son el pro-
ducto de un conjunto de experiencias que hacen
al sujeto único, lo que permite que se pueda afir-
mar, desde el punto de vista antropológico, que
se encuentra determinado a actuar de una de-
terminada manera(4).
b.- Determinismo Científico Natural: considera
la ley causal como ley de determinación, o, dicho
de otra manera, es la consecuencia del intento
de sustituir la vaga idea de conocimiento antici-
pado del futuro por la idea más precisa de pre-
dectibilidad de acuerdo con los procedimientos
científicos racionales de predicción(5). Es decir,
se piensa que es posible explicar todo lo que
(1) diccionario enciclopédico Básico, Libros Maype, S.L., Plaza & Janes, S.A, Barcelona, 1971.(2) MORALES LENA, Guillermo, “Las ciencias y el hombre”, [en línea] [consultado el 4 de febrero de2007] y disponible en Internet: http: www.delta.cs.cinvestav.mx(3) DREHER, Eduard, Die Willensfreiheit, C.H. Beck´sche Verlagsbuchhandlung, München, 1987, pp.2 y ss, en URRUELA MORA, Asier, “Imputabilidad penal y anomalía o alteración psíquica”. Ed. Co-mares 2003, p. 26.(4) Vid URRUELA MORA, Asier, Ibídem, p. 28 y 29(5) Vid. POPPER, Karl, R, “Post scriptum a La lógica de la investigación científica”. Vol II. el universo
abierto. Un argumento a favor del indeterminismo”. Edición preparada por W.W. Bartley III, Tecnos,traducción Marta Sansigre Vidal, Madrid, 1986, p. 55
acontece en el universo por medio de unas cuan-
tas leyes causales simples e inmutables.
c.- Determinación Teológica: se encuentra re-
presentada por los filósofos Panteístas, entre los
que se encuentra Spinoza. Esta doctrina sostiene
que un mundo distinto a Dios y capaz de ser y
obrar aparte de Él es contradictorio. Por esta
causa, Dios y el mundo se identifican y así el
hombre es una parte de él. Consecuentemente,
las decisiones humanas voluntarias son en rea-
lidad las decisiones de Dios(6).
d.- Determinismo Sociológico: considera a la
sociedad como una conciencia colectiva que cada
individuo interioriza de un modo particular, por lo
que las reglas de conducta social ejercen una
presión irresistible sobre los individuos(7).
En la doctrina determinista, de forma paralela
a los postulados antes reseñados, se encuentran
los llamados determinismos secundarios(8), que
en la realidad social en que vivimos, algunos tie-
nen unas connotaciones más relevantes que las
que pueden presentar aquéllos. En esta modali-
dad de determinismo se encuentran:
a.- Determinismo Genético: en éste se consi-
dera que los cromosomas y genes determinan
el comportamiento humano.
b.- Determinismo Intelectualista: entiende que,
ante una decisión, la inteligencia del hombre ele-
girá necesariamente la alternativa que considere
la mejor de forma que pueda determinarse por ésta.
c.- Determinismo Biológico: esta corriente plan-
tea que nuestro comportamiento está prefijado
genéticamente: Nacemos con unas característi-
cas heredadas de nuestros progenitores por
medio de sus genes.
d.- Determinismo Ambiental o Educacional:
afirma que no son los genes los que nos condi-
cionan, sino la educación que recibimos a lo largo
de nuestra vida, que es la causante de nuestro
comportamiento.
(6) ZAVALA, Nidia, “determinismo mental: kant y las ciencias cognoscitivas” [en línea] [consultadoel 1 de febrero de 2007] y disponible en Internet: <http: www.categorización.org.(7) GARCÍA PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”, 3ª edición, Ed. Tirant loblanch, Valencia, 2003, pp. 731 y 749: indica el autor que Quetelet, representante de la corriente de-nominada “estadística moral” concibió el delito, no como hecho aislado, “individual”, sino como fe-nómeno “colectivo” y magnitud que debía de comprenderse desde coordenadas “sociales”. (“Lasociedad lleva en sí misma, de cierto modo, el germen de todos los delitos que se cometen y los fac-tores que facilitan su desarrollo”). También establece García Pablos que Quetelet y su estadísticamoral suponen un paralelismo y puntos de contacto con la Escuela de Chicago y es precursor de lamisma.(8) KALIN, Jesse, “determinismo, libremente voluntad, libertad”, [en línea] [consultado el 4 de fe-brero de 2007] y disponible en Internet: <http: www.mb-soft.com
e.- Determinismo Económico: Kart, que es uno
de sus precursores, considera desde esta posi-
ción que los hombres no somos libres porque es-
tamos determinados por factores económicos.
f.- Determinismo Cosmológico: esta doctrina
sostiene que los hombres no somos libres porque
estamos determinados por el destino.
g.- Determinismo por carácter: Hobbes niega
la libertad en virtud de la convivencia social: se-
ñala esta corriente que la sociedad impone reglas
o leyes que son necesarias para equilibrar los in-
tereses y deseos individuales. Si faltara esta re-
gulación, el hombre desembocaría en un caos
generalizado que atentaría contra todos.
3. DOCTRINA INDETERMINISTA
El contrapunto a la doctrina determinista se
puede encontrar en las formulaciones que plan-
tean la doctrina indeterminista, que se caracteriza
por que en torno a la misma se dan dos vertientes.
Una primera vertiente considera que el ser hu-
mano tiene libertad absoluta de actuación y que
además no se da ningún condicionante interno
ni externo en esa actuación. Esta corriente ac-
tualmente no es admitida por ningún autor.
La otra corriente hace referencia al indetermi-
nismo relativo, que no niega que en el compor-
tamiento humano se den influencias, pero
matizando que los condicionamientos no llevan
a una decisión cerrada y predeterminada, sino
que reconducen a distintas alternativas. Esta úl-
tima hipótesis es admitida de forma amplia por
la doctrina penal y la misma tiene como conse-
cuencia que entienda la culpabilidad como repro-
chabilidad por la acción típica y antijurídica
cometida(9), que, en definitiva, es un reconoci-
miento de la validez de la doctrina tradicional.
En este orden de cosas, se señala a favor del
indeterminismo que el simple hecho de que el
hombre se rija por normas y no mediante leyes
causales lleva implícita la idea de que es capaz
de autodeterminación. No se puede negar que
esta capacidad de autodeterminación es inde-
mostrable, pero ello no significa que esta con-
cepción sea irracional(10) ya que el determinismo
también es indemostrable y, como hipótesis, re-
sulta menos adecuado que el indeterminismo.
Como argumento a favor del indeterminismo se
puede señalar además:
1.- El estado actual de la Ciencia, que consi-
dera que no poseemos un cuerpo de leyes ne-
cesarias que nos permitan vaticinar la conducta
humana y no es previsible que se llegue a po-
seer, ni siquiera en un futuro remoto.
(9) URRUELA MORA, Asier, “Imputabilidad penal y anomalía”..., op. cit. p. 34.(10) WELZEL, Hans, “reflexiones sobre el libre albedrío”, ADCP, 1973, pp. 221 y ss.
2.- En una sociedad gobernada de acuerdo con
los planteamientos deterministas, las garantías
que caracterizan al Estado de Derecho no ten-
drían sentido y no debería incluso ni existir el De-
recho(11).
3.- La misma idea de acción, que es el punto
de partida del Derecho Penal, lleva aparejada la
consideración indemostrable de que el psiquismo
humano es apto para ejercer su influencia sobre
los hechos que se desarrollan en el suceder na-
tural(12).
4.- PRINCIPALES DESCUBRIMIENTOS DE
LAS DISTINTAS CIENCIAS EN RELACIÓN
CON LAS CAUSAS QUE ORIGINAN COMPOR-
TAMIENTOS DELICTIVOS
La investigación del comportamiento criminal es
abordada de forma multidisciplinar por diversas
ciencias como la Medicina, Biología, Psicología,
Sociología, y Criminología, entre otras. Este es-
tudio multidisciplinar no se encuentra abanderado
por ninguna ciencia, lo que quiere decir que cada
una tiene plena autonomía en sus investigaciones
y resultados.
1. Resultados obtenidos desde la Psicología
La psicología ha jugado y juega en la actualidad
un papel relevante en el estudio de las causas
de la criminalidad. Desde esta ciencia hay impor-
tantes aportaciones, siendo una de las más rele-
vantes la que sostiene Eysenck, que defiende
que el comportamiento social se obtiene por
medio de un proceso de condicionamiento. En
este proceso tiene gran importancia la introver-
sión, por lo que, a mayor introversión, mayor con-
dicionabilidad(13). Este proceso, señala Eysenck
estará en función de la condicionabilidad de cada
sujeto, que dependerá de su código genético, del
grado de condicionamiento y del modelo de éste.
En este proceso de socialización tienen rele-
vancia las aportaciones que lleva a cabo Eysenck
en relación con la conducta criminal por medio
de las teorías biológico-conductuales, o de con-
dicionamiento del proceso de socialización. Este
modelo explica, no cómo se aprende el compor-
tamiento criminal, sino las razones por las cuales
los delincuentes fracasan en la inhibición de la
comisión de hechos delictivos, a diferencia de los
no delincuentes, que saben cómo evitar estas
conductas ilícitas. Eysenck señala que las razo-
nes por las que el delincuente fracasa en la inhi-
bición de las conductas delictivas son: defecto
(11) STRATENWERTH, G, “el futuro del principio jurídico penal de culpabilidad”, Madrid, 1980,p. 89.(12) BERNSTEIN, R.J, “Una panorámica actual del pensamiento filosófico en torno a la acción”, Pra-xis y acción, Madrid, 1971, pp. 236 y ss.(13) GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”, 3º edición, op. cit, p. 690.
congénito; comportamiento criminal instintivo que
se ve reforzado; falta de conciencia del desarrollo
de un reflejo condicionado que permita asociar
conducta delictiva y castigo o angustia, en el sen-
tido de los procesos de condicionamiento o
aprendizaje clásico; ausencia de todo resorte per-
sonal inhibitorio del comportamiento criminal a
causa de la pésima capacidad de condiciona-
miento(14).
En relación con el defecto congénito de condi-
cionamiento, señala Eysenck, que éste es pro-
ducto de una insuficiente activación cortical. En
el plano general, los sujetos introvertidos presen-
tan una alta activación cortical y por ello tienen
un importante grado de condicionabilidad. En
cambio, el sujeto extrovertido muestra unos ni-
veles bajos de activación cortical, por ello son
más rápidos que los introvertidos en el desarrollo
de la inhibición reactiva, por tal motivo se condi-
cionan y socializan peor que los introvertidos(15).
Eysenck(16), para justificar sus investigaciones
en relación con la condicionabilidad, recurre a los
estudios que han llevado a cabo con personali-
dades psicopáticas, y apunta que en éstas se ob-
serva que tienen “una puntuación más extrema,
incluso por encima de la que presentan los indi-
viduos extrovertidos”(17). Por tal motivo Eysenck(18),
teniendo en cuenta esas diferencias tan impor-
tantes describen a los psicópatas como sujetos
con “alta E extroversión”, “alto N neurocitismo” y
“alto P psicoticismo”. Estas circunstancias con-
ducen a que el psicópata tenga un muy deficiente
condicionamiento a las respuestas morales y so-
ciales, lo que implica un nivel bajo de conciencia,
escasa socialización, extravertidos y neuróti-
cos(19). Por tanto, para Eysenck no cabe duda de
(14) SCHENEIDER, H.J, “Kriminologie”, 1987, W. De Gruyter, Berlín-New York, 390 y ss, en GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”, 3ª edición..., op. cit, p. 638.(15) PÉREZ SÁNCHEZ, Jorge, “Teorías biológicas –factoriales y delincuencia”, en: delincuencia. Teoría
e investigación, Madrid: Alpe, 1987, p. 76 y ss.(16) EYSENCK,H.J y EYSENCK, S, “Psychopatology, personality and genetics”. E R. D. Hare & D. Scha-lling (Eds): Psychopathic behavior : Approaches to research. Chichester. England: Jhon Wiley, enCANTERO, Francisca, “Quién es el psicópata”, en GARRIDO GENOVÉS, Vicente, (director), BE-NEYTO, Mª, José, CINTA MOLLÁ, Delfina Tomás, ESTEBAN, Cristina, LÓPEZ, María Jesús, “Psicó-
pata: perfil psicológico y reeducación del delincuente más peligroso”. Valencia. Editorial Tirant loblanch 1993, p. 26.(17) SCHENEIDER, H.J, “Kriminologie”, 1987, W. De Gruyter, Berlín-New York, 390 y ss, en GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”, 3ª edición..., op. cit, p. 638: “la capacidadde condicionamiento depende de la actividad del córtex que controla el comportamiento humano. (18) EYSENCK,H.J y EYSENCK, S, “Psychopatology, personality and genetics”. E R. D. Hare & D. Scha-lling (Eds): Psychopathic behavior : Approaches to research. Chichester. England: Jhon Wiley, enCANTERO, Francisca, “Quien es el psicópata”, en GARRIDO GENOVÉS, Vicente, (director) y otros,“Psicópata. Perfil psicológico y reeducación del delincuente más peligroso”..., op. cit, 26.(19) Ibídem, p. 27.
que existe una relación entre comportamiento de-
lictivo y puntuaciones elevadas en extraversión,
neuroticismo y psicoticismo(20).
La condicionabilidad es un factor importante en
la explicación de las conductas delictivas. Es un
hecho patente que el mecanismo disuasorio
juega un papel relevante, ya que viene a ser el
freno para que el sujeto no dé ese salto cualita-
tivo al mundo de la delincuencia.
2. Resultados obtenidos desde el Psicoanálisis
Desde el punto de vista del delito, la teoría psi-
coanalítica considera que la delincuencia es una
manifestación de conflictos internos de la persona
que se encuentran en la esfera del inconsciente,
por lo que no es controlable por la razón. Desde
esta perspectiva, la delincuencia puede ser con-
siderada como una enfermedad que precisa de
un tratamiento que, si no se produce, provocará
su agravamiento(21). Las investigaciones en re-
lación con la psicoanalítica en nuestro país, rea-
lizadas por Camargo(22), Vergallo(23), Alvárez de
Linera(24) y Teruel, entre otros, giran en torno a
las formulaciones de Sigmund Freud(25), que
ofrecen, desde el plano hipotético, la explica-
ción de por qué se producen las conductas
delictivas de corte violento(26). Fuera de Es-
paña son importantes las investigaciones de
(20) EYSENCK, H.J, “El modelo de condicionamiento del proceso de socialización, en: “Análisis y mo-
dificación de conducta”, 1981, vol 7, núms 14 y 15, p. 10.(21) GARRIDO GENOVES, Vicente, en GARRIDO GENOVES, Vicente, PER, Stangeland, REDONDO,Santiago, “Principios de Criminología”, Tirant lo blanch, Valencia, 1999, p. 325 y ss.(22) CAMARGO, C, “La delincuencia colectiva ante el psicoanálisis”. revista de estudios penitencia-
rios, nº 10, 1946, pp. 21-26: señala “el complejo” como raíz psicológica del delito.(23) VERGALLO, J, “educación y criminalidad a la luz del psicoanálisis. La sublimación”. Surgam, nº94, pp. 535-538: considera que el delito viene provocado por una serie de conflictos psíquicos no re-sueltos.(24) ÁLVAREZ DE LINERA, A, “Freud y su concepción penitenciaria”. revista de estudios Penitencia-
rios, nº 78, 1951, pp. 74-81: considera que algunas de las formulaciones de Freud son adecuadas sise deja a un lado las connotaciones sexuales.(25) GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”. 3ª edición..., op. cit., p. 662:indica el autor que para Freud todo acto humano -el delictivo también- tiene un sustrato y connota-ción sexual profunda. La libido constituye la energía vital primaria del hombre, motor y referenciaobligada de su comportamiento (pansexualismo). Freud potencia significativamente el papel de losinstintos. A su juicio, pugnan en el individuo dos instintos contrapuestos que polarizan su existencia:una fuerza positiva, básicamente sexual (el eros), y una fuerza negativa, de destrucción (tánatos oinstinto de muerte).(26) RODRÍGUEZ MANZANERA, L, “Criminología”, 1982... op. cit., p.368, Vid. KAISER, G, “Crimino-
logía. Una introducción a sus fundamentos científicos”, Madrid (1978), Espasa Calpe, p. 41.
Alexander y Staub(27), al igual que las de
Reik(28).
La teoría psicoanalítica tiene su eje de estudio
en la personalidad y apunta que el desarrollo
anormal de ésta da lugar a conductas antisocia-
les(29). Las formulaciones Psicoanalíticas han te-
nido en la Criminología una fuerza relevante,
incluso mayor que las teorías psicológicas y psi-
quiátricas. De igual manera que las vinculaciones
entre Derecho Penal y Psicoanálisis no son bue-
nas(30), hasta el punto de ser considerada como
trágica esta relación, la Criminología tiene en
cuenta sin ningún tipo de problemas las hipótesis
que formula el Psicoanálisis, tanto desde el plano
etiológico, como desde el terapeútico.
Echalecu, en consonancia con la teoría psico-
analítica, afirma haber comprobado que, de forma
paralela a factores hereditarios y ambientales,
hay además complejos y traumas psíquicos en
la base etiológica de determinadas historias psi-
cobiológico-criminales(31). La escuela psicoanalí-
tica se encuentra entre las que dan especial
importancia a los factores psicológicos como de-
terminantes de los trastornos psicopáticos.
3. Resultados obtenidos desde la Psiquiatría
La Psiquiatría se ocupa del estudio del hombre
psíquicamente enfermo(32), por lo que el compor-
tamiento delictivo que presenta éste, se considera
como un efecto derivado del padecimiento de
trastornos de la personalidad o de enfermedad
mental. Pese a ello, se estaría en un error, como
(27) ALEXANDER, F y STAUB, H, “el delincuente y sus jueces desde el punto de vista psicoanalítico”,Madrid, 1961, Biblioteca nueva, p. 50: asumen la teoría Freudiana del complejo de edipo. Consideranlos autores que no hay diferencias congénitas entre el individuo delincuente y el no delincuente,sino factores educacionales. Las diferencias se empiezan a establecer con ocasión de la “lucha edi-piana” que se da en la “etapa de latencia” en la que el individuo sano consigue vencer el complejo deEdipo reprimiendo sus impulsos antisociales, cuestión que no puede conseguir el delincuente.(28) RODRÍGUEZ MANZANERA, L, “Criminología”, 1982 (Edit Porrua), p. 382: establece que Reikparte de la importancia del sentimiento de culpa, e interpreta este complejo de la manera que lohace Freud, por lo cual el delito se cometería por el delincuente para poder ser castigado, lo que leproducirá alivio en aquella vivencia inconsciente de Edipo.(29) SANCHA MATA, V, “Psicoanálisis y delito”, en SANCHA MATA, V; CLEMENTE, M, y MIGUELTOBAL, J.J, (Drs). “delincuencia. Teoría e investigación”. Alpe Editores, S.A. Madrid, 1987, pp. 55-71.(30) KAISER, G, “Criminología. Una introducción a sus fundamentos científicos”, Madrid (1978), Es-pasa Calpe, p. 70.(31) ECHALECU y CANINO, “La doctrina psicofisiológica de la criminalidad del Dr. Letamendi”. revista
de estudios Penitenciarios, nº 32, 1950, pp. 19-25.(32) VALLEJO, J, “Introducción a la Psicopatología y Psiquiatría” (4ª edición, reimpresión 2000), p. 1.
señala García-Pablos de Molina(33), si se consi-
dera que existe una teoría psiquiátrica que ex-
plique la criminalidad, ya que hoy en día no
puede afirmarse que toda conducta criminal tenga
una base psicopatológica. Tampoco se ha podido
acreditar que se dé una relación entre la enfer-
medad mental y el delito. Las dificultades que
tiene la Psiquiatría para explicar la conducta cri-
minal limitarían su actuación a establecer las dis-
tintas categorías o entidades gnoseológicas
(psicopatía, neurosis), a analizar la etiología de
las referidas patologías en la población reclusa y
en la población no penal, y en último término es-
tablecer las correlaciones entre las enfermedades
mentales y las conductas criminales(34).
4. Resultados obtenidos desde la Biología
Las formulaciones biologicistas elaboradas a lo
largo de los siglo XIX y XX, pese a las críticas
recibidas por su cercanía a los postulados del po-
sitivismo criminológico, tienen una repercusión
importante en el estudio de la conducta delictiva
a partir de los años cincuenta con el descubri-
miento de anomalías cromosómicas, o a partir de
los años ochenta con el desarrollo del Proyecto
Genoma Humano, lo que ha dado lugar a lo que
se conoce hoy en día como la herencia criminal.
A. La genética o herencia criminal en el siglo XX
En el análisis inicial de los estudios genéticos hay
que partir de lo que señala Goma Freixanet(35)
de que toda conducta animal o humana es el re-
sultado de la interacción entre genes y medio am-
biente. Ahora bien, cuánto contribuye cada uno
de estos factores en el resultado final se debe
constatar por medio de una metodología, que es
lo que en este apartado llevaremos a cabo.
En este orden de cosas, los elementos de na-
turaleza biológica han tenido a lo largo de la his-
toria un reconocimiento en la Criminología,
aunque es cierto que, pese a ello, tuvieron una
importante crisis en los años cincuenta del siglo
XX, que vino provocada por cuestiones éticas(36),
crisis que ha sido remontada en las dos últimas
(33) GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”. 3ª edición..., op. cit., pp. 576y ss: el autor, en cuanto a la cuestión de si el delincuente es un loco o que la locura da lugar a la co-misión de hechos delictivos, apunta lo siguiente:“Más bien, habría que reconocer que nuestra infor-mación es aún deficitaria: que contamos con serios obstáculos metodológicos para formularconclusiones al respecto; y que es necesario relativizar la confianza depositada en el saber empírico,cuando se pretende establecer cierto tipo de relación entre perturbaciones psíquicas y conducta des-viada”.(34) Ibídem, p. 578.(35) GOMA FREINXANET, Montserrat, “Heredabilidad de la Conducta antisocial”, en PÉREZ SÁNCHEZJorge, (coordinador), PPU, 1987, “Bases Psicológicas de la delincuencia y de la conducta antisocial”,PPU, Barcelona, 1987, p. 61(36) GARCIA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”., 2ª edición, Tirant lo blanch,Valencia 1999, pp. 450 y ss.
décadas, como señala Akers(37). Sectores aisla-
dos de la investigación, con sustento en los nue-
vos descubrimientos biológico-genéticos, afirman
que el origen de la conducta delictiva hay que
encontrarlo en estos descubrimientos(38), y, con
base en los mismos, pretenden hacer desapare-
cer del mapa jurídico la categoría culpabilidad por
la indemostrabilidad del libre albedrío, cuestión
que la doctrina penal de forma unánime ha re-
chazado(39). Sin embargo, se admite, como afirma
Bordieu(40), que existen múltiples características
individuales innatas que pueden incrementar el
riesgo de conducta agresiva; igualmente se ad-
mite que esa posibilidad se presente o no en
función de las condiciones ambientales; en de-
finitiva, supone establecer una correlación entre
la conducta delictiva y la constitución bioló-
gica(41), como así se ha reconocido en las es-
casas investigaciones realizadas en España, en
las que se admite que, entre los delincuentes
y los no delincuentes hay una diferencia de in-
teligencia(42).
(37) AKERS, R.L, “Criminological theories. Itroduction , evaluation, and applicatión”, 3ª ed. Los An-geles, Ca: Roxbury Publishing Company, 2000, p. 48.(38) PERIS RIERA, Jaime Miguel, “Condicionantes Genéticos y responsabilidad penal: hacia un renaci-miento de los planbteamientos deterministas fundamentadores de la culpabilidad?” En Carlos MaríaRomeo Casabona (editor). “Características biológicas, personalidad y delincuencia”,Cátedra Inte-runiversitaria, Fundación BBVA-Diputación Foral de Bizkaia, de Derecho y Genoma Humano, Uni-versidad de Deusto-Universidad del País Vasco/EHU, Editorial Comares, Granada, 2003, p. 98.(39) STAMPA BRAUM, José María, “Principio de culpabilidad y genoma”, p. 61 y ss. HUERTA TO-CILDO, Susana, “el legado Genético y el principio de culpabilidad”, p. 97 y ss. Vid. TEKE SCHLICHT,Alberto, “Genoma humano y culpabilidad: un problema médico-legal, todos en el derecho ante
el Proyecto Genoma Humano”, Volumen II, Fundación BBV, Madrid, 1994, p. 116.(40) BORDIEU, P, “Lección sobre la lección” (traducción de T. Kauf), Barcelona, Anagrama (1982),,pp. 30-37 y WEBER, M, “La objetividad cognoscitiva de la ciencia social y de la política social” (trad.J.L. Etcheverry), en “ensayos sobre metodología científica”, Buenos Aires, Amorrortu editores(1904), pp. 46-48, y GARCIA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”. 2ª edición,op. cit., pp. 449-528: hoy en día existen metodologías que señalan que factores genéticos y biológicosdesempeñan un cierto papel en las causas de la criminalidad.(41) PERIS RIERA, Jaime Miguel, “Condicionantes genéticos y responsabilidad penal: ¿hacia un rena-cimiento de los planteamientos deterministas fundamentadores de la culpabilidad?”, en CarlosMaría Romeo Casabona (editor), “Características biológicas, personalidad y delincuencia”, CátedraInteruniversitaria , Fundación BBVA-Diputación Foral de Bizkaia, de Derecho y Genoma Humano,Universidad de Deusto-Uiversidad del País Vasco/EHU, Editorial Comares, Bilbao-Granada, 2003, p.98; señala el autor que los que mantienen que el origen de la criminalidad hay que buscarlo en loscromosomas o en los genes es un grupo reducido de autores, y que los estudios que existen en esalínea lo que pretenden demostrar es que la predisposición genética puede favorecer la comisión dehechos delictivos. (42) ALARCÓN BRAVO, J y MARCO PURÓN, A, “La inteligencia de los delincuentes españoles”, Ma-drid, TPA, 1968, p. 4-9, 12-13, 16 y 29-31 y GARRIDO GENOVÉS, Vicente, y otros, Principios de Cri-minología..., op. cit, p. 317 y ss: apunta Garrido que gran parte de la investigación más antigua querelacionaba la delincuencia con factores de pensamiento, se limitó durante décadas a poner de ma-nifiesto la existencia de una cierta correlación entre baja inteligencia y conducta delictiva.
En relación con la herencia criminal o genética,
se han llevado a cabo tres líneas de investigación
en el marco de la genética que persiguen conocer
la influencia de la herencia sobre la criminalidad.
Estas líneas de investigación se han realizado a
través de estudios de familias de delincuentes, o
genealogías de la delincuencia, estudios de ge-
melos y de hijos adoptivos y la relativa a las al-
teraciones cromosómicas(43).
B. Estudios genéticos
En el año 1961, el investigador Sandberg(44) y su
equipo descubrieron una anomalía cromosómica
en determinados individuos varones que consistía
en que manifestaban un cromosoma Y adicional.
Este descubrimiento lo puso de manifiesto en la
revista inglesa “Lancet”, y, a partir de entonces,
se han sucedido muchas publicaciones, entre las
que destacan los estudios realizados por Patricia
Jacobs en 1965; los lleva a cabo utilizando el mé-
todo deductivo, a diferencia de los realizados con
estadística familiar, que se basaban en el induc-
tivo(45), y persiguen la finalidad de relacionar la
delincuencia con las malformaciones genéticas.
Patricia Jacobs(46) realiza su estudio en un hos-
pital de máxima seguridad en Escocia. En este
estudio descubrió que los delincuentes varones
encarcelados eran portadores de anormalidades
cromosómicas en un porcentaje mayor que el que
presentaba la población en general, y que tenían
más incidencia en la población masculina que en
la femenina(47), además de que no estaba pre-
sente en la raza negra(48). En estos estudios se
detectó la presencia de un cromosoma Y extra,
que dio lugar al descubrimiento de la trisomía
XYY. Los sujetos con este patrón cromosómico,
al margen de que presentan gran estatura y
menor inteligencia, que provienen de familias con
problemas de enfermedades mentales e historia-
les delictivos, tienen inclinación a modalidades
de comportamientos violentos. Estas conclusio-
nes no han podido ser confirmadas con posterio-
ridad, ya que se considera que estas
malformaciones genéticas no tienen relevancia
(43) GARCIA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”. 3ª edición..., op. cit., pp. 509y ss, y EXNER, F, “Biología criminal en sus rasgos fundamentales”, Barcelona (Bosch), 1946 (tra-ducción de J. del Rosal), pp. 205 y ss.(44) SANDBERG, A.A; KOEPF, G.F; ISHIHARA, T y HAUSCHKA, T.S, (1961): An XYY, “Human Male”.The Lancet, pp. 26, 488-489(45) TORÍO LÓPEZ, Angel, “el legado genético y el principio de culpabilidad” p. 121(46) RODRÍGUEZ MANZANERA, L, “Criminología”, 1982..., op. cit., p. 309 y ss.(47) LÓPEZ REY, M, “Introducción a la Criminología”. Madrid, 1981, Instituto de Criminología de laUniversidad Complutense, p. 141.(48) GARCÍA ANDRADE, J.A, “raíces de la violencia. Un estudio sobre el mundo del delito”. EditorialOffo, Madrid, 1984, p. 84
alguna para explicar las conductas delictivas(49)
porque el cromosoma Y suplementario es excep-
cional. En este sentido, Alcázar Córcoles y
Gómez Jarabo(50) señalan que no existen genes
específicos que influyan sobre la criminalidad de
las personas ya que “solo hay genes que codifi-
can proteínas y enzimas estructurales que influ-
yen en los procesos metabólicos, hormonales y
en otros procesos fisiológicos, que pueden mo-
dificar indirectamente el riesgo de conducta cri-
minal en ambientes particulares”.
En resumen, el criterio que se sigue para rea-
lizar el diagnóstico de dichas disfunciones se
apoya en el número de los cromosomas, que
puede ser por exceso o por defecto(51). Estas mal-
formaciones, incluyendo la “Trisomía” XYY antes
comentada, son:
a. Por defecto: el síndrome de “Turner”(52) (XO).
b. Por exceso en la mujer (malformaciones ca-
riotípicas que responden a la formula:
XXX, XXXX y XXXXX.
c. Por exceso en el varón (síndrome de Klinefel-
ter)(53) por cuya composición responde a:
XXY, XXXY, XXXXY.
C. Conclusión sobre la correlación entre herencia
genética y criminalidad
Los estudios e investigaciones llevados a cabo
sobre la correlación entre herencia genética y cri-
minalidad, que se caracterizan por su heteroge-
neidad, tanto en sus pretensiones como en sus
resultados, permiten concluir, según García-Pa-
blos de Molina,(54) que hay que distinguir entre
los esquemas biológicos moderados de Mednick
y del determinismo biológico radical de Lombroso
de su primera etapa. El esquema biológico de
Mednick cree encontrar, según García-Pablos, en
el sustrato biológico del individuo, la explicación,
sin desconocer otras, de determinadas conductas
antisociales. Por el contrario, el determinismo bio-
lógico radical encuentra una diferencia biológica
entre delincuente y no delincuente.
(49) GOMA FREIXANET, Montserrat, “Heredabilidad de la conducta antisocial”, en Jorge Pérez Sánchez(coordinador) et, al., “Bases Psicológicas de la delincuencia”..., op. cit., p. 63: admite la autora aunquesin hacerlo de manera general, la incidencia de la trisomía XYY en la conducta delictiva.(50) ALCÁZAR CÓRCOLES, M.A y GÓMEZ-JARABO, G, (1997), “Fundamentos psicobiológicos del com-portamiento agresivo y violento”, revista española de Psiquiatría Forense, Psicología Forense y
Criminología, 2, 30-37(51) RODRÍGUEZ MANZANERA, L, “Criminología”, 1982..., op. cit., p. 308 y ss.(52) Ibidem, p. 308: el síndrome de Turner parece que sólo afecta a una de cada cinco mil mujeres, queson de baja estatura, cuello corto, pecho ancho etc.(53) LÓPEZ REY, M, “Introducción a la Criminología”. Madrid, 1981, Instituto de Criminología de laUniversidad Complutense, p. 137: señala el autor que podría afectar a un dos por ciento de la poblaciónreclusa, y se presenta con anomalías mentales. Este síndrome se encuentra relacionado con coefi-cientes intelectuales bajos, alcoholismo.(54) GARCIA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”. 3ª edición..., op. cit., pp.564 y ss.
1. Rechazo de las teorías biológicas radicales.
Hoy en día, por razones obvias, las tesis biológi-
cas radicales son insostenibles, ya que hay mu-
chos individuos que presentan rasgos o
características biológicas que les relacionarían
con conductas antisociales y, pese a ello, no de-
linquen. Se critica esta teoría porque lleva con-
sigo un notable déficit empírico, generaliza
indebidamente, ya que extrapolan los resultados
obtenidos en las investigaciones con la población
reclusa con la delincuencia en general, olvida que
el hombre es un ser receptivo a todo tipo de in-
fluencias, tanto de tipo personal como ambienta-
les, y que, por tanto, no es sólo biología, sino
historia, cultura y experiencia.
Por el contrario, García-Pablos de Molina(55) se-
ñala que un enfoque biológico moderado es im-
prescindible, ya que todo análisis criminológico
científico ha de prestar atención al hecho bioló-
gico diferencial, que podría contribuir a explicar
un hecho o fenómeno que, por sí sola, la teoría
ambientalista no podría hacer.
En el mismo sentido que García-Pablos de Mo-
lina se pronuncia Marcia Baron(56), que señala
que no hay ninguna buena razón para creer que
las predisposiciones genéticas de la criminalidad
limitan la responsabilidad más de lo que lo hacen
las predisposiciones ambientales.
En la misma línea de admisión de las teorías
biológicas moderadas se encuentran los plante-
amientos de la Política criminal que consideran
que, si bien la criminalidad puede tener un origen
en parte genético, se pueden aplicar programas
de prevención y tratamientos efectivos, que con-
sistirían en programas de política social que, me-
jorando las condiciones ambientales, favorezcan
interacciones que no desemboquen en actos
antijurídicos(57), programas que no se podrían
poner en marcha con las teorías biológicas
radicales(58).
2 Correlación entre la enfermedad mental y la
constitución biológica o genética en el siglo XX
A partir de 1930 se han empezado a realizar una
serie de estudios que pretenden conocer si existe
relación entre la enfermedad mental y la consti-
tución biológica o genética del ser humano. Estos
estudios se han realizado empleando gemelos
monocigóticos que habían sido separados desde
su nacimiento o desde la infancia. Esta circuns-
(55) Ibídem, p. 567.(56) BARON, M, “Crime, genes, and responsability”. En Genetics and criminal behavior (D. Wasser-man y R. Wachbroit eds). Cambridge. Cambridge University Press, 2001, p. 213(57) FISHBEIN, D.H, “Biobehavioral perspectives in Criminology”, Belmont, Ca, Wadsworth, 2001,p. 104-109(58) GARCIA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”. 3ª edición.., op. cit., Tirantlo blanch, Valencia 2003, p. 567: como crítica a las teorías biológicas radicales señala el autor quelas mismas no permiten poner en marcha programas de prevención del crimen, ya que carecen deoperatividad y se convierten en instrumentos poderosos de una política criminal puramente represiva.
tancia permitía establecer una comparación entre
los gemelos que ofrecía un resultado más obje-
tivo, al no influir un entorno compartido. Se ini-
ciaron estos estudios en EEUU a partir de 1930,
a los que le siguieron el realizado por James
Schields en Inglaterra en 1950, el de Juel Nielsen
en Dinamarca en 1955, Loehlin y Nichols en
Texas en 1960 y el realizado por un equipo de
psicólogos, psiquiatras, genetistas y medicos de
la Universidad de Minnesota en 1970 de EEUU.
En todos estos estudios, dirigidos a establecer
si existe relación entre la genética y la enferme-
dad mental, se llega a la conclusión de que la
genética juega un papel relevante en la inteli-
gencia, en el comportamiento humano y en la
etiología de las enfermedades mentales, cuestión
que, por otra parte, se viene manteniendo por los
investigadores desde que se iniciaron estos es-
tudios en 1930, que establecían, en definitiva,
una cierta tendencia que faltaba por ser corrobo-
rada desde el plano empírico para ser justificada
científicamente. Este último cometido, desde me-
diados de 1980, se ha encomendado a los estu-
dios que se realizan con el Proyecto Genoma
Humano que tiene como finalidad, entre otras,
determinar la base genética de las teorías que
tratan de establecer una relación entre la heren-
cia y los rasgos de personalidad, el comporta-
miento y el padecimiento de trastornos mentales.
3. Resultados obtenidos desde la Sociología
Las teorías que se han formulado desde la so-
ciología para explicar la delincuencia se han cen-
trado en resaltar que los factores sociales influyen
de manera primordial en este tipo de comporta-
mientos. Señalan que una causa central que
puede originar comportamientos delictivos es la
desorganización y la falta de integración social,
lo que da lugar a que existan diferentes grupos,
que se caracterizan por tener distintas posibilida-
des sociales y perseguir en ocasiones objetivos
distintos.
En el anterior sentido se han dirigido las inves-
tigaciones de la Escuela de Chicago que se ini-
ciaron en el año 1892, las cuales llegaron a la
conclusión de que el origen de la delincuencia
se encontraba en la patología social resultante
de la falta de orden. Para combatir la delincuencia
se pusieron en marcha una serie de programas
para favorecer la integración social, que tras su
puesta en marcha se comprobó que la delincuen-
cia no disminuyó, lo que llevó a los investigadores
a la conclusión de que las mejoras sanitarias, la
resolución del problema del pago y problemas
económicos no van a disminuir de forma impor-
tante las cifras de la delincuencia(59).
Desde los estudios sociológicos dirigidos a de-
terminar las causas de la criminalidad tiene es-
pecial importancia la “Teoría del control social o
(59) Vid. GARRIDO GENOVÉS, Vicente, y otros, “Principios de Criminología”..., op, cit, p. 2.14
de los vínculos sociales de Hirschi”. Esta teoría
establece que la existencia de vínculos afectivos
con personas socialmente integradas constituye
el principal elemento que retiene a los jóvenes
de implicarse en actividades delictivas. Los re-
sultados de los estudios que llevó a cabo Hirschi
mostraron que aquellos sujetos que tenían más
vinculaciones sociales y que participaban en más
actividades convencionales (educativas, recrea-
tivas, etc) cometían menos delitos(60).
Por lo tanto, se pudo comprobar que la inmer-
sión del sujeto en redes sociales de contacto y
apoyo favorecía el control de sus actividades, lo
que permite concluir que el origen de la delin-
cuencia no se hallaría en la adquisición de valo-
res y normas delictivas, sino en la inexistencia
de vinculaciones sociales contrarias a la delin-
cuencia.
5.- PAPEL DE LA CRIMONOLOGÍA EN EL
ESTUDIO DE LAS CAUSAS QUE PROVOCAN
CONDUCTAS DELICTIVAS
El objeto de la Criminología en la investigación
de los comportamientos delictivos se centra en
tres paradigmas, en los que se concreta cuál
debe ser la finalidad del análisis criminológico(61).
A. Paradigma del “libre albedrío” y del castigo.
Desde este paradigma, el objeto de análisis de
la Criminología será averiguar o investigar los
métodos que puedan resultar más efectivos para
disuadir a los sujetos de cometer hechos delicti-
vos. La Criminología plantea en esta parcela,
como método efectivo para disuadir de la
comisión de hechos delictivos, la imposición
de penas para quienes cometan hechos de-
lictivos.
En principio, la amenaza de imposición de
penas tiene importancia y puede resultar efectiva,
pero habrá casos, -como ya hemos dicho al co-
mentar los condicionamientos psicológicos que
pueden impulsar a la comisión de hechos delic-
tivos si el sujeto presenta un defecto congénito
de condicionamiento-, en que la pena como me-
canismo disuasorio no será plenamente efectiva.
B. Paradigma científico
En relación con este paradigma, el objeto de la
Criminología será la investigación de los factores
que se encuentran en la base de la delincuencia,
entre los que se encuentran los factores indivi-
duales y los sociales. En esta parcela el objeto
de la Criminología será profundizar a través de
la investigación empírica, en el conocimiento de
estas causas y factores.
(60) Ibídem, pp. 228 y 229(61) Ibíd., pp. 163, 164 y 165
C.- Paradigma del conflicto social
El objetivo de este paradigma es el análisis de
los mecanismos sociales y simbólicos que califi-
can como delictivas ciertas conductas y ciertos
individuos como delincuentes.
Desde este paradigma, la Criminología propone
como vía para terminar con la delincuencia la
puesta en marcha de reformas sociales, econó-
micas y legales. Esta propuesta, tras los estudios
realizados por la Escuela de Chicago, que llevó
a cabo líneas de actuación en la forma antes in-
dicada, se ha mostrado ineficaz ya que la delin-
cuencia no disminuyó.
Consideramos que uno de los fundamentos de
la Criminología, en su vertiente de “entender” al
delincuente, podemos encontrarlo en palabras de
Pedro Dorado, quien en 1905 ya escribía: “Las
acciones que ejecutan los hombres, incluso los
apellidados delincuentes y como delincuentes per-
seguidos y castigados, están perfectamente justi-
ficados a los ojos de sus autores; si no lo
estuvieran no las practicarían. Para el agente de
las mismas, es buena la intención que las mueve
porque responde a las conveniencias y fines del
sujeto. Nadie reprueba sus propios actos, cuando
menos en el instante de ponerlos por obra, aunque
a veces se reprueben más tarde, cuando el estado
de espíritu del agente está cambiado. Si cada uno
hubiera de ser juez único de su conducta, no se
encontraría jamás culpable”.
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