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A s a m b l e a e d i t o r i a l Amparo Caballero González Luis Alberto Cerrón Jorge Pilar Martín San José Isabel Quintanar Gutiérrez Gonzalo Romero Izarra Zoraya Sampedro Martín R e s c o l d o s Revista de Diálogo Social Asociación Cultural Candela. Apdo. Correos 41.168. 28080 - MADRID [email protected] www.nodo50.org/candela I S S N 1 6 9 6 - 3 0 1 6 D E P Ó S I T O L E G A L : S . 1 . 1 3 6 - 1 9 9 9 E d i t a Asociación Cultural Candela M a q u e t a Imprenta Kadmos I m p r i m e Imprenta Kadmos Salamanca 2009 Rescoldos pretende ser un medio de expresión abierto, que apuesta por un análisis crítico y solidario de la reali- dad social, no necesariamente se identifica con la totalidad de las opi- niones vertidas en sus páginas. Lejos de reprimir la utilización de las ideas, opiniones y experiencias verti- das en la revista, Rescoldos invita a los lectores a su libre difusión y repro- ducción. r e v i s t a d e d i á l o g o s o c i a l 1 e r s e m e s t r e 2 0 0 9 - n º 2 0 - 5 C C á á r r c c e e l l e e s s , , c c e e n n t t r r o o s s d d e e m m e e n n o o r r e e s s , , C C I I E E s s : : ¿ ¿ e e l l n n e e g g o o c c i i o o d d e e l l e e x x t t e e r r m m i i n n i i o o ? ?

CCáá rr cc eelle ss,, cennttroos dde mm eennoorre ss ... · De ahí la coletilla (“y de muchas cosas más”) bajo la que invoco la benevolencia de quien paciente-mente lea lo

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Asamb lea edi tor ia lAmparo Caballero González

Luis Alberto Cerrón JorgePilar Martín San José

Isabel Quintanar GutiérrezGonzalo Romero Izarra

Zoraya Sampedro Martín

Rescoldos Revista de Diálogo Social

Asociación Cultural Candela. Apdo. Correos 41.168.

28080 - [email protected]

www.nodo50.org/candela

ISSN 1696-3016DEPÓSITO LEGAL: S. 1.136-1999

Ed i taAsociación Cultural Candela

MaquetaImprenta Kadmos

Impr imeImprenta KadmosSalamanca 2009

Rescoldos pretende ser un medio deexpresión abierto, que apuesta por unanálisis crítico y solidario de la reali-dad social, no necesariamente seidentifica con la totalidad de las opi-niones vertidas en sus páginas.Lejos de reprimir la utilización de lasideas, opiniones y experiencias verti-das en la revista, Rescoldos invita alos lectores a su libre difusión y repro-ducción.

r e v i s t a d e d i á l o g o s o c i a l1er semestre 2009 - nº 20 - 5 €

CC áá rr cc ee ll ee ss ,, cc ee nn tt rr oo ss dd eemm ee nn oo rr ee ss ,, CC II EE ss :: ¿¿ ee ll nn ee gg oo cc ii oo dd ee ll

ee xx tt ee rr mm ii nn ii oo ??

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Para la ref lexión

Necesidades, derechos, intereses y deseos: elementos para un discerni-miento ético-político del encerramiento y de muchas cosas más ............... 5José Luis Segovia

Diez reflexiones para cerrar los centros de menores .......................................... 14Grupo de menores de ASAPA

Algunas reflexiones en torno a los “menores extranjeros no acompañados” ..... 23Juan Ignacio de la Mata

Voces como coces

¿Qué pasa con los centros de menores? ..................................................

31

Colectivo No a O’Belen

La lucha de una madre por los derechos de su hijo privado de libertad . 47

Paqui. “Libertad”

Para que el derecho no se detenga a las puertas de los CIE ................... 51

2 - Rescoldos nº 20

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Poes ía ................................................... 85

Esperanza PárragaRelatos desde el cal le jón . . . ........ 87

Presagios.Gonzalo RomeroHemos v isto ........................................ 89

Ficción y documental al servicio de la repre-

sentación de las cárceles para menores:

Juízo de Maria Augusta Ramos (Brasil, 2007)

M. Luisa OrtegaHemos le ído ........................................ 92

Hemos oído ......................................... 94

Índices de números atrasados .... 95

De nuest ros barr ios

Gripe, cerdos y globalización alimentaria .........................................

52

Pilar Galindo

El genocidio en Palestina: una mirada a través del Derecho

Internacional (incumplido por las “democracias” occidentales) ...... 67

Alberto Cruz

A pesar de todo, nos movemos ..............................................

.......... 75

Cristina Sola

Rescoldos nº 20 - 3

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Rescoldos nº 20 - 5

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No estoy nada seguro de que las líneas quesiguen respondan a la amable invitación deRescoldos para escribir acerca del uso y abusodel “encerramiento” en sus diferentes modalida-des (de menores, de mayores infractores y deextranjeros en situación de irregularidad) y elconsiguiente negocio que supone. Ello no obs-tante, me parece de capital importancia elevarnossobre las cuestiones concretas (no digo des-ape-garnos, ni mucho menos des-entendernos) paratomar una perspectiva más amplia que nos per-mita hacer un discernimiento ético más ajustadosobre estos temas que tampoco serán eludidos.De ahí la coletilla (“y de muchas cosas más”) bajola que invoco la benevolencia de quien paciente-mente lea lo que sigue.

Democracia y Derechos Humanos

Digamos para empezar que, en un mundo plural yglobalizado en el que hay que gestionar necesida-des e intereses diversos, cobran valor especial

dos elementos. Uno procedimental: la democracia;el otro sustancial: los derechos humanos. Ambostienen que ver con lo ético mucho antes que conlo político o con lo jurídico.

La democracia es la forma de traducir el principiode participación, de dar cobertura a la necesidadvital de todos los seres humanos de no quedarreducidos a borregos y ser constituidos en acto-res, agentes, transformadores y hermeneutas delpropio destino y de los proyectos colectivos. Poreso no hay una única forma de democracia (elparlamentarismo de Francia y el de España sondiversos), ni el vigente sistema partitocrático libe-ral colma todas esas expectativas, ni necesaria-mente hay un único modelo exportable a los paí-ses aún no democráticos. Lo que sí es éticamenteexigible es que se dé cauce a la necesidad éticade participación y se fomente la corresponsabili-dad en la toma de decisiones colectivas. Desdeluego, hoy padecemos una “democracia de bajaintensidad” con serios déficits, como la identifica-

Necesidades, derechos, intereses y deseos: elementos para un discernimiento ético-político

del encerramiento y de muchas cosas másJosé Luis Segovia Bernabé

Asociación ApoyoProfesor de Ética social y política.

Universidad Pontificia de Salamanca

La t r iada necesidades , inte reses y deseos como cr i te r iode discern imiento ét ico-po l í t ico t iene e l máx imo interés .

Const i tuye una senc i l la fo rma de veri f i ca r la moral idad de lasleyes y comprobar la v igenc ia de los derechos humanos .

Const i tuye tamb ién un modo de superar fat igosos debatesteóricos con un punto elemental de encuent ro –las

neces idades bás icas– fác i lmente intu ible y un iversa l .

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ción de la democracia con la partitocracia, de éstacon el “aparato” de los partidos, la escasa repre-sentación de las minorías, el consenso que sueleser una transacción negociada, o la sustitucióndel diálogo entre los ciudadanos y sus represen-tantes por otro virtual y autista entre estos últi-mos y los medios de comunicación y sus respecti-vos intereses. Con todo, tampoco com-par timos que, como esta democraciano realiza ni de lejos el ideal, podamostirarla a la papelera. La memoria detiempos pasados debería funcionarcomo vigoroso corrector de esta peli-grosa tentación.

Los derechos humanos representan unauténtico hito en el avance moral de loshabitantes de esta tierra. Desde luegoqueda mucho por recoger y aún máspara asegurar su vigencia y la persecu-ción efectiva de sus violaciones. Pero nonos cansaremos de repetir que, por todoel articulado, el art. 1 de la DeclaraciónUniversal de Derechos Humanos consti-tuye la expresión más lograda del idealde sociedad planetaria: “Todos los sereshumanos nacen libres e iguales en digni-dad y derechos y, dotados como estánde razón y conciencia, tienen el deber decomportarse fraternalmente los unospara con los otros”. Es claro que se trata de unenunciado no descriptivo (lamentablemente notodos nacemos libres, ni mucho menos iguales)sino prescriptivo. Contiene una obligación: el deberde comportarnos fraternalmente provocará la efec-tividad de la libertad y de la igualdad y, al mismotiempo, será su modulador para que, en aras de lalibertad y de la igualdad, no se caiga ni en el libera-lismo salvaje ni en un grosero igualitarismo queignore el derecho a la singularidad y a la diferencia.

Los derechos humanos son, en ese sentido, lajusta respuesta a las necesidades humanas bási-cas. Por eso son inviolables, universales, inaliena-bles, irrenunciables e imprescriptibles. Cuando sevuelcan en algún texto normativo de rango consti-

tucional los solemos l lamar DerechosFundamentales. La ampliación de su campo deacción y la universalización de su vigencia son dosindicadores de avance por la senda de la humani-zación. Por el contrario, si restringimos o seleccio-namos a quiénes van a disfrutar de ellos en fun-ción de la raza, la nacionalidad, la religión, etc.,

nos precipitaremos en caída libre haciala sinrazón. Sin embargo, los derechoshumanos, auténtico “triunfo de la digni-dad frente a la barbarie”, están -comosiempre- “en el alero”. Es verdad quehoy esta mínima moral universal, exigi-ble jurídicamente, haría impensable quese repita lo acontecido en el año 1933,cuando ante la Sociedad de Nacionesque atendía la reclamación de un judío,el representante de la Alemania nazi,Goebbels, llegó a afirmar sin inmutarse:“Somos un Estado soberano y lo queha dicho este individuo no nos con-cierne. Hacemos lo que queremos denuestros socialistas, de nuestros paci-fistas y de nuestros judíos, y no tene-mos que soportar control alguno ni dela Humanidad ni de la Sociedad deNaciones”.

La Declaración Universal de 1948 cier-tamente no agotó los derechos huma-

nos, pero constituye una especie de ética mínimaaplicable en todo el planeta. Con todo, como hace60 años no eran tontos y habían visto los horro-res de los sistemas totalitarios, cerraron aquellaDeclaración con una coletilla que tristemente hayque volver a recordar: “Nada en la presenteDeclaración podrá interpretarse en el sentido deque confiera derecho alguno al Estado, a ungrupo o a una persona, para emprender y des-arrollar actividades o realizar actos tendentes a lasupresión de cualesquiera de los derechos y liber-tades proclamados en esta Declaración”.

Quede meridianamente claro que entre democra-cia y derechos humanos debe haber una continuay natural relación de circularidad y mutua alimen-

La democraciaes la forma de

traducir elprincipio de

participación, dedar cobertura a

la necesidad vitalde todos de no

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borregos y serconstituidos en

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tación. Lo democrático juega como principio pro-cedimental esencial que vehicula la necesidadhumana de participación, y los derechos humanosconstituyen el núcleo duro intangibleque no puede ser, ni siquiera “demo-cráticamente”, violentado; formaparte de “lo innegociable”, de aquelloque no puede ser sometido a ningúntipo de votación y cuya transgresión,por pequeña que fuere, coloca al par-ticular o más gravemente a la socie-dad y al legislador en situación deindignidad ética y de ilegitimidad polí-tica. Lo jurídico sólo encuentra sulegitimación última en lo ético y estopuede universalizarse -más allá deinteresantes aunque muchas vecesestériles debates filosófico-políticos- através de la categoría, perfectamenteinteligible por cualquiera, de “necesi-dades”. Lo económico también tiene naturalezainstrumental (aunque a veces parezca un fin) ydebe estar colgada de la percha de lo político yésta a su vez de lo ético (el auténtico reino de losfines). Cuando se desgaja algún elemento y cobravida propia (en la actual crisis “lo financiero” lo hahecho de la razón económica) aparecen severaspatologías.

Neces idades, Inte reses, Deseos…

El fin de las leyes y de la política es tratar de ser-vir al bien común (bastante más que la suma debienes individuales y desde luego, muchísimo másque su media estadística) dandocober tura a las necesidades detodas las personas (subrayamos el“todas” que incluyen especialmentea las más vulnerables). En este sen-tido, nos parece que el concepto denecesidad1, por su simplicidad, porsu capacidad de comprensión intui-tiva y ser susceptible de consensouniversal es idóneo y cubre el con-tenido de lo inherente a la dignidadhumana. En efecto, todos los sereshumanos, más allá de nuestras dife-

rencias individuales, de nuestra diversidad cultu-ral, de nuestra procedencia geográfica, inclusodel periodo de la historia en que se desarrolla

nuestra biografía, tenemos necesida-des. Éstas, además de ser universa-les, intemporales y de fácil identifica-ción, resultan ser finitas. Si no quedancubier tas, se compromete nuestradignidad y hay una tacha de iniquidadsobre quien omite el deber de ampa-rarlas. Este es un deber incondicio-nado que afecta a todos los sujetosindividualmente considerados -“todossomos responsables de todos”- y alas estructuras que nos hemos dado:gobiernos, instituciones de todo tipo,etc. La circunstancia de que esto seaun obviedad facilita un acuerdo trans-cultural.

El fin del Derecho es regular la vida de las perso-nas y de las instituciones, de modo que las nece-sidades de las personas queden satisfechas. Elbuen Derecho será el que trate de satisfacerlasde acuerdo con unas prioridades que otorga laacción política. Por el contrario, el Derecho espu-rio, el que no puede reclamar obediencia -másaún, el que exige imperativamente disidencia- esel que no sólo no colma universalmente las nece-sidades de las personas, sino que llega a asfixiar-las, a veces literalmente. En efecto, la categoría“necesidad” es previa al Derecho y constituye sufundamento de legitimidad.

Con Max Neef aprendimos que losmejores satisfactores de necesida-des son aquellos que cubren sinér-gicamente varias al mismo tiempo(por ejemplo, la madre que ama-manta a su criatura está cubriendosimultáneamente sus necesidadesde subsistencia, de afecto, de pro-tección, etc.). Por el contrario, losque lo hacen de forma contradicto-ria deben ser evitados: por ejemplo,los actos de violencia (personal o

Lo jur ídico só loencuentra su

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“necesidades”

Si restringimos oseleccionamos a

quiénes van adisfrutar de los

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religión, etc., nosprecipitaremos encaída libre hacia la

sinrazón

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institucional) colocan inexorable-mente a una persona en posiciónde ver sofocadas sus necesidades yconsolidan la asimetría: siempre hayun agresor y un agredido.

Desde nuestro punto de vista, elconcepto de necesidad, debe vigori-zarse separándolo del orden eco-nómico y apegándolo al jurídico. De este modoconstituye la verificación de lo justo y el factor delegitimación meta jurídico de los derechos huma-nos. Estos, tal y como han sido positivados en laDeclaración Universal de 1948 y recogidos ensucesivas y ulteriores declaraciones de derechos,no son sino la traducción jurídica de la coberturade necesidades fundamentales. En ellas encuen-tran su legitimación y a ellas deben remitir conti-nuamente. De este modo, la justicia consiste enasegurar a cada cual la satisfacción de sus nece-sidades: aquello que cada persona precisa paravivir dignamente.

Convendrá aclarar que, además de “necesida-des”, los seres humanos también tenemos “inte-reses”. Estos últimos son muy respetables, perono son dignos del mismo nivel de protección jurí-dica que las necesidades. Con frecuencia se reco-gen en la legislación con el formato de “intereseslegítimos” y gozan de tutela legal, pero no con lamisma intensidad que las necesidades. En caso deconflicto entre ambas categorías, inequívoca-mente deben sacrificarse los intereses a las nece-sidades. No hay que ser muy astutos para vislum-brar como, al tiempo que no se colman necesida-des (de la infancia en desventaja, por ejemplo), semultiplican los intereses: a éstosobedece la multiplicación de enti-dades, fundaciones, ONG que hanencontrado en el ”tratamiento” yencerramiento de menores unaactividad lucrativa en franca expan-sión. La cobertura de las necesida-des y la satisfacción de los intere-ses suelen jugar en relacióninversa. Tampoco puede hurtarse

la tendencia natural de los intere-ses al enmascaramiento: los laten-tes suelen estar bastante bien invi-sibilizados y los patentes tratan devincularse fraudulentamente a lasnecesidades.

En otro plano, los “deseos” sonmerecedores de respeto, pero más

difícilmente tienen traducción jurídica y, desdeluego, nunca pueden tener primacía sobre lasnecesidades, los derechos humanos o los intere-ses legítimos. Aclarar estos términos fuertementejerarquizados no es irrelevante. Los medios decomunicación social, los políticos y buena partede la población los confunden y nos confunden. Loveremos seguidamente con algunos ejemplos queclarificarán lo que queremos decir.

En efecto, ante la necesidad de sobrevivir y llevaruna vida digna no se puede alegar el interésnacional, ni mucho menos par ticular, de nadie.Son valores de distinta y muy desigual naturaleza.Tampoco el deseo de no ser hipotéticamentemolestado por otros puede prevalecer ante lanecesidad de ser atendidas necesidades de deter-minadas per sonas y colect ivos sociales.Repetiremos que hay un nivel pre-jurídico quesirve para determinar la eticidad de una norma.Éste consiste en ver si la norma realmente satis-face necesidades de las personas o, por el con-trario, las asfixia. En este último caso, cuando seinhiben las necesidades, los deseos -por muymayoritarios que sean entre la población- y losintereses- por muy legítimos que resulten- jamáspueden prevalecer sobre las necesidades de las

personas. Conviene insistir de nuevoen que las necesidades son básica-mente las mismas para todos, sonobjetivas y tienen carácter universal.Igualmente son también determina-das y finitas. Por el contrario, losdeseos y los intereses son particu-lares, subjetivos, caprichosos y sue-len ser insaciables: cada cual tienelos suyos, lo cual es respetable. Sin

La cobertura de lasnecesidades y la

sat is f acción de losintereses suelenjugar en re lac ión

inversa

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Ante la necesidad desobrev ivi r y l levar

una v ida digna no sepuede alegar e l

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embargo, cuando colisionan unos y otros, laJusticia y el Derecho tienen el deber de poner lascosas en su sitio: primero se aseguran las necesi-dades y sólo después, en la medida en que sepueda, se colman los intereses y, finalmente, losdeseos.

Todo esto puede parecer muy teó-rico y farragoso. Sin embargo, esmuy importante clarificarlo: permitediscernir cuándo estamos ante unDerecho justo o ante uno manifies-tamente ilegítimo. El criterio de siprotege y satisface necesidades esclaro. A este discernimiento debenañadirse los dos puntos anticipa-dos al principio. El primero serefiere al procedimiento (siempre a través de unadeliberación democrática y par ticipativa), y elsegundo fija límites materiales infranqueables: losderechos humanos.

…Y hablando de l encer ramiento

Algunos ejemplos concretos, ahora sí, vinculadosal encerramiento, ayudarán al lector a entender laimportancia de lo que estamos apuntando.

En el año 2003, PP y PSOE endu-recieron tanto el Código Penal quehemos ido creciendo a una tasa de540 presos más al mes en todo elEstado español a lo largo del año2008. No me resisto a señalar queel incremento es tan brutal quesupone el doble del año anterior,256 presos nuevos al mes en2007. Desde luego, afor tunada-mente los delitos no crecieron, nide lejos, a ese ritmo alocado quedesvela la sobreutilización de lamedida de prisión. Precisaríamos laconstrucción de una macro-cárcel cada dosmeses para sostener la ya inaceptable tasa desobresaturación carcelaria (en algunas, más del300%).

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En este contexto de gigantismo del sistema penal,se retocaron en el otoño de 2003 los delitos con-tra la propiedad intelectual. Así, fruto de lasdemandas de los grupos de presión y de sus“intereses” y “deseos”, se estableció que se

impondrían penas de hasta 2 añosde cárcel a los que atentasen contraestas nuevas formas de propiedad,sin distinguir entre las grandesredes organizadas y quien sobrevi-vía en la calle vendiendo un CD pira-teado. Este último, el llamado “man-tero” o top-manta ha acabadoingresado en prisión por el simplehecho de tener montado el tende-rete en la vía pública. La colisiónentre los intereses -legítimos- de

los autores y editores y las necesidades -todavíamás evidentes, inmediatas y objetivas- de losmanteros, mayoritariamente subsaharianos pro-venientes de países en los que la esperanza devida se acerca a la edad en la que por estospagos en algunos casos se empieza a tener hijos,se ha decantado en el Código Penal a favor de losprimeros. Es un caso evidente de mal Derecho, deuna norma que reclama solidaridad hacia sus víc-timas y disidencia frente a la misma por no satis-

facer necesidades y ahogarlas bajocapa de atender intereses y deseos.

Su falta de sentido es tal que conesta norma puede sal ir más“barato” llevarse 30 CD originalesde un gran almacén que exhibir unopirata en la vía pública y, desdeluego, bastante más que vender enla puerta de un colegio CD conte-niendo pornografía dura (¡siempreque la misma -en el colmo de la con-tradicción- sea original y no pirata!).

En definitiva, la discutible noción de propiedadintelectual (uno escribe siempre con palabras queno ha inventado, todo lo más cambia con mayor omenor fortuna el orden de las mismas) y su legí-timo interés se ha impuesto sobre la “necesidad”

Prec isar íamos laconstrucc ión de unamacro-cárce l cada

dos meses para sostener la ya

inaceptab le tasa de sobresaturac ión

carcela r ia

En el ámb i to de lain fanc ia se está

desp lazando pe l i -grosamente el

imag inar io socia l eimpercept iblementevamos pasando deln iño en pel ig ro a l

n iño pe l igroso

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de supervivencia de sectores depoblación en situación extremada-mente precaria. Esto desvela nosólo una injusticia material, sinocier tos cambios culturales queseguramente no nos han hechoavanzar demasiado. Me explico. Losmonjes copistas de la Edad Media,los muy “piratas”, considerabanque la cultura era un bien valiosoque reclamaba ser universalizado,pues la satisfacción de la necesidadde bien, verdad y belleza debía seraccesible a todos. Por eso, se afa-naban en copiar los textos y repro-ducir las obras de arte: para que seextendieran por todo el mundo.Cientos de años después, prevalece una visiónpropietarista de la cultura que hace que no sólose dificulte sobremanera el acceso popular alsaber (se persigue hasta la fotocopia de libros) yal goce estético, sino que se acaba encarcelandoal que por dos euros vende un CD pirateado.

Como la asfixia de necesidades elementales esprofundamente patológica genera efectos indesea-dos incluso en el nivel instrumental de lo econó-mico. Así nos encontramos con que esa personaextranjera en situación de irregularidad que sub-sistía sin generar prácticamente gastos (aunquecotizaba mediante el abono de losimpuestos indirectos, IVA, etc.),supone ahora, encarcelada, uncoste mínimo de 3000 euros al mestirando por lo bajo. Si se trata de unmenor, el coste del encerramientose triplica. Pensar que además dedisfunciones evidentes no subyacenintereses, sería pecar de ingenuos.En ese sentido, en el EncuentroMundial de Pastoral PenitenciariaCatólica en México se destacó lanecesidad de investigar la correla-ción entre endurecimiento de siste-mas penales, el abuso de la priva-ción de libertad y las inversiones de

grandes constructoras en centrospenitenciarios y servicios a los mis-mos.

En el ámbito de la infancia se estádesplazando peligrosamente el ima-ginario social e imperceptiblementevamos pasando del niño en peligroal niño peligroso. No es ajeno a estefenómeno un mecanismo social delque hay que prevenirse. Consiste enprivar de su condición de persona alautor y equiparar formalmente con-ductas diferentes bajo el mismoparaguas simbólico emocional. Deesta manera, inc luimos en la“detestabilidad” no sólo los com-

portamientos sino también a las personas e igua-lamos conductas netamente diferentes. Comovimos, esto último ha ocurrido con la equiparacióndel “mantero” que vende un CD pirata y elmafioso sin escrúpulos que produce miles de CDdiarios en una nave repleta de ordenadores; perotambién acontece en la reforma de la Ley deExtranjería, que asimila las personas solidariasque acogen a extranjeros sin papeles con lasmafias dedicadas a la trata de personas. Laalarma social creada por unos pocos comporta-mientos graves funciona como coar tada paraequiparar acciones diversas (algunas incluso muy

aplaudibles). El paso siguiente es eletiquetado; así, la descalificacióncomo “anti-sistema”, “delincuente”o “niño asesino” tienen como fun-ción cosificar y privar al sujeto delos rasgos personales e individuali-zados que lo humanizan y nos per-miten encontrarnos con él.2

Entre otras lindezas, la reforma dela Ley de Extranjería que está trami-tándose pretende perseguir y mul-tar, entre otros supuestos, a quie-nes aseguren medios (cobijo, ali-mentos, medios económicos) a per-sonas extranjeras sin papeles;

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incluso a quienes simplemente accedan a empa-dronarlos sólo formalmente en su domicilio. Con elpretexto de proteger a los extranjeros sin papelesfrente al abuso y las mafias, se incrementa expo-nencialmente su vulnerabilidad y se les priva detoda suer te de apoyo social solidario. Estareforma legal tiene una enorme trascendenciaético-política: crea una norma queconvierte en ilegal un principio-valortan estructuralmente necesario enun Estado como es la solidaridad.

De este modo, a la elemental y pri-maria necesidad de sobrevivir, alderecho a salir del propio país (artí-culos 13 y 14 de la DeclaraciónUniversal de los Derechos Humanos)se sobrepone el deseo de que nadie meta lamano en nuestro plato (bastante rebosante paramuchos aun en medio de la crisis)3 aunque seesté muriendo de hambre. Virtudes morales con-naturales a la especie humana como la compa-sión, el cuidado del frágil, la hospitalidad hacia elforastero o el respeto al diferente, que han mar-cado hitos en el avance ético de la humanidad, sehallan al borde del precipicio, si no están despe-ñándose por él, ante el silencio cómplice de lamayoría hábilmente acobardada.

Por extraño que resulte, el Derechode extranjería tiene un origen infinita-mente más perverso que el Derechopenal. Este último surge como formade limitar el poder del Estado paracastigar, tratando de domesticar sunatural tendencia a la extralimitacióny procurando un sistema progresivo-muy inacabado todavía- de garan-tías para quien va a ser enjuiciadominimizando su sufrimiento (se prohíben las tor-turas, los trabajos forzados, las cadenas perpe-tuas…). Sin embargo, el Derecho de extranjeríasurge directamente para dotar al Estado sobe-rano de poderes que aseguren la impermeabiliza-ción de las fronteras y la defensa de los interesesnacionales frente a los que no son de los suyos.

Mientras que el Derecho penal surge para defen-der al sujeto frente al Estado, el de extranjería lohace justamente al revés: se promulgan las nor-mas para hacer desaparecer (expulsar o forzar aretornar) a la persona y asegurar al Estado y susoberanía nacional. Las necesidades de la per-sona decaen a favor de los intereses del Estado y

de los deseos de lo peor de sus ciu-dadanos. Se va introduciendo unauténtico “Derecho del enemigo”4

que no tiene escrúpulos en externali-zar el asilo y procurar que los centrosde acogida estén lejos… en África,por ejemplo. Al tiempo.

Tampoco puede olvidarse que elDerecho penal va derivando por la

misma peligrosa estela. Así, se pide la cadenaperpetua -ya en vigor en bastantes casos, aunquela población lo ignore- o la eliminación de laspocas trazas humanizadoras que subsisten en lalegislación penitenciaria. En ocasiones, al socairede crueles crímenes, las víctimas visibilizan lomenos noble de su condición y apelan a lo peorde sus desinformados ciudadanos. Siguiendo laley del péndulo, las víctimas han pasado de ser lasgrandes olvidadas del sistema penal (no se satis-facían sus “necesidades”) a pretender ser las

directoras de su política criminal(mediante la expresión de sus“deseos”). Su dolor es absoluta-mente comprensible, pero no tornaen legítimas todas sus aspiraciones.En un juicio reciente, la madre de unavíctima, con entendible enojo, espetóal magistrado presidente: “¡cómo senota que a usted no le ha violado auna hija!” Con comprensión y sereni-dad, el juez respondió:”señora, preci-

samente por eso puedo juzgar con imparcialidad.En otro caso, sentiría lo que usted y no podríaocupar este puesto”.

No siempre el decaimiento de la cobertura de lasnecesidades ha sido igual de grosero. En ocasio-nes, ciertamente no se han satisfecho las necesi-

E l Derecho deex tran jer ía t iene

un or igen in f in i ta-mente más

perverso que elDerecho pena l

E l dolor de lasv íct imas es

absolutamentecomprensible ,

pero no torna en legí t imas todas

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dades básicas pero se ha disimuladoatiborrando de garantías a la per-sona en precariedad. Es el caso delos niños y de las niñas que haninfringido normas penales. En vez deocuparse en asegurar su libre ysaludable desarrollo de la personali-dad, asegurándoles todo el apoyo (aellos y a ellas y a sus familias) y elmáximo bienestar, se les rodea detoda una parafernalia de “garantías”que justifican su introducción delleno en el más brutal y cruento sis-tema legal: el penal. De este modo,un niño puede estar desnutrido, mal-vivir en un poblado marginal, tenercomo compañeras de juego a lasratas y el barro mezclado con hecespero, por supuesto, no le faltará la garantía de unabogado defensor de oficio si infringe las normasy, con todo celo, los juristas le ilustrarán sobre el“pedagógico” derecho a mentir y a no declararseculpable. En definitiva, en el procedimiento se leotorgan con largueza toda suerte de “garantías”estériles mientras se le niega brutalmente la satis-facción de “necesidades” elementales.

Es en estos contextos cuando se hace precisorecuperar una visión fuerte de la clásica virtud dela Justicia. Ésta debe ser siempre entendida como

Justicia Crítica, es decir debe de serrepensada desde los “injusticiados”,desde aquellos que no tienen cubier-tas las “necesidades” básicas y nodesde los “intereses” de los podero-sos o -no menos peligroso- inclusode los “deseos” de las mayorías.Ciertamente no tiene los mismos per-files cuando alimenta la desobedien-cia al mal Derecho que cuando seconvier te en defensora de meros“intereses” o “deseos” egoístas, pormuy de la mayoría que sean. Sóloreconociendo que su criticidad nacede su lugar en la periferia (desde losque padecen la injusticia), será capazde articularse en su vocación auténti-camente universalista.

Para ello, la Justicia Crítica tiene una cuádruplefuncionalidad: la analítica, que debería sertotalmen te descriptiva y objetiva; la denunciadorade los límites del poder y de sus males, que debe-ría desenmascarar implacablemente los mitos queencubre la injusticia y la arbitrariedad de la socie-dad que la ha tocado vivir; la anunciadora utópi ca,que abra caminos y movilice desde el proyecto alpoder establecido; y, finalmente, la pragmá tica,que tenga en cuenta la propuesta de solucionesrealistas sin renunciar a la utopía.

12 - Rescoldos nº 20

A los n iños y lasn iñas que han

inf r ing ido normaspenales se les

rodea de toda unapara ferna l ia de“garantías” que

just i f i can su int ro-ducc ión de l leno

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Rescoldos nº 20 - 13

Los llamamientos al miedo al diferente, al rechazodel otro, la segregación y el encerramiento de losque molestan, la incitación a la venganza, a la cro-nificación del odio o la instalación en la posicióncrónica de víctima resultan peligrosas y constitu-yen el último escalón del paso de un régimen for-malmente democrático al totalitarismo. Sin duda,en los próximos años estas cuestiones van a ser labandera discutida. El posicionamiento de cadacual en estas sensibles materias va a marcar ladiferencia entre los seres humanos a la hora devalorar su calidad personal. Ya no tendrá tantarelevancia si una persona es de derechas o deizquierdas, religiosa o agnóstica, conservadora oprogresista. Donde se juega la dignidad y la con-gruencia de los valores personales y colectivos vaa residenciarse en algo mucho más elemental: lacoherencia ética y sus traducciones prácticas. Laspersonas serán acogedoras de la diferencia orepudiadoras de la misma, conscientes de la apor-tación que el otro realiza a nuestra vida o estaránensimismados, valedores de las posi-bilidades de un encuentro mutua-mente enriquecedor o militantes delalejamiento del distinto, permeablesa lo inédito o adheridos a lo dado,audaces y capaces de soñar otromundo distinto o vanamente empe-rrados en sostener lo que devendráinsostenible, capaces de dialogar yperdonar o enceladas en lo dialéctico y enquista-das en el odio. En definitiva, habrá que optar entreser compulsivos constructores de muros queencierren y nos fortifiquen o afanosos levantado-res de puentes y puertas hacia el “otro”.

Conc lus ión

Nos parece que la triada necesidades, intereses ydeseos como criterio de discernimiento ético-polí-tico tiene el máximo interés. Constituye una senci-lla forma de verificar la moralidad de las leyes ycomprobar la vigencia de los derechos humanos.Constituye también un modo de superar fatigososdebates teóricos con un punto elemental deencuentro -las necesidades básicas- fácilmenteintuible y universal.

Para la

refl

exió

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La prueba del algodón es preguntar al Derecho ya sus mediaciones concretas (p.e., el encerra-miento): ¿Atiende necesidades o las sofoca? ¿Quéintereses defiende? ¿Qué deseos expresa?¿Amplia el contenido sustancial de los derechoshumanos? ¿Ha seguido el procedimiento demo-crático?

Hasta ahora, el Estado nación era el titular ygarante del bien común de sus ciudadanos. En laaldea global la noción de bien común amplia suespectro: ahora se trata del bien común de laentera familia humana. Por consiguiente, los polosde referencia éticos ya no vienen asignados porlos intereses del Estado nación. Los dos elemen-tos de tensión que legitiman éticamente sus políti-cas serán la familia humana y los derechos huma-nos de cada persona singularmente considerada.Persona y humanidad representan los dos polosen torno a los cuales se reconstruye la noción debien común como criterio de legitimidad. De su

mano, las necesidades de cada per-sona y de todas las personas comocriterio último de discernimiento. Sólola expansión de los derechos huma-nos, como satisfactores de necesida-des fundamentales, permitirá el retode construir un nosotros colectivo tanancho como el mundo.

Notas

1 Entre otros, lo han acogido Agnes Heller, Manfred MaxNeef, Ross Fitzgerald, Len Doyal, Ian Gough y AmartyaSen.2 No deja de ser un rito social de degradación con peli-grosas similitudes a los que practicaban los SS paraevitar a sus miembros el más mínimo sentimiento deculpa. 3 Ahora que “estamos” en crisis, convendrá recordarque casi 2/3 de la humanidad nunca “han salido deella”.4 Se caracteriza por introducir la distinción entre “per-sonas” (las que asumen el pacto social básico de con-vivencia democrática) y “no personas” que no puedenbeneficiarse de las garantías y derechos democráticos.

Las necesidadesde cada persona yde todas las per-

sonas como cr i te rio ú l t imo de

discern imiento

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Pr imera par te: la “ inst i tuc ión”

E l panorama

¿Por qué hablamos de cerrar los centros cerra-dos de menores? No hay que cerrarlos porque enmuchos se cometan abusos, se maltrate e inclusose torture. Hay que cerrarlos simplemente porqueexisten. En el caso de que existiera un centro deinternamiento de menores en el que el trato a loschavales fuera exquisito habría que cerrarlo igual-mente por su propia condición de centro cerrado,de cárcel, de prisión.

Nunca hay que olvidar, por más esfuerzo quehaga el marketing y el neolenguaje de los profe-sionales de la intervención social, que una cárceles una cárcel; que toda cárcel es motor de exclu-sión y que se retroalimenta a sí misma; que su finúltimo no es reeducar a nadie, por mucho que semaquillen con proyectos educativos, sino mante-ner una estructura social profundamente injusta.

Lamentablemente sabemos lo que pasa en loscentros cerrados. También lo saben las adminis-traciones locales de las que dependen estos cen-tros o las administraciones de justicia. La realidades que en estas cárceles, que ya vale con loseufemismos, la violencia contra los niños es unhecho cotidiano. La violencia del entorno, de lasventanas que no se abren, de las rejas, de las

puertas correderas automáticas. La violencia delregistro integral, la violencia de la medida educa-tiva de aislamiento o separación de grupo, la vio-lencia de la desinformación sobre los propiosderechos. La violencia finalmente del sinsentido,de una actuación que priva de libertad a un indivi-duo para darle a la sociedad su justa venganza,pero que actúa sobre ninguna de las causas pri-meras que le llevaron a prisión.

Pero además hablábamos del neolenguaje, que esuna de las características que de estas cárceles,de la legislación que las permite y de los profesio-nales que allí trabajan y tratan de legitimar sudedicación profesional con el filtro de lo educativo.A través de la neolengua orwelliana se consigueque en medios de comunicación y otros foros sehable no sólo de “medidas” en lugar de penas,sino de “medidas educativas”, de centros deinternamiento por medida judicial en lugar de cár-celes … y, finalmente, que se hable de menoresen vez de niños y de su interés superior.

El interés superior del menor es uno de los moto-res inspiradores de la ley 5/2000 y de las poste-riores reformas. Un vistazo a la realidad socioló-gica de la población menor de edad encerrada encárceles nos dará una idea de qué intereses sedefienden con esta legislación y con estas cárce-les. Basta poner el acento en el ejercicio decinismo que está detrás de estas palabras. Es

Diez reflexiones para cerrar los centros de menoresGrupo de menores de ASAPA1

Nunca hay que o lv idar, por más es fuerzo que haga e l marke t ing y el neo-lengua je de los pro fes iona les de la intervenc ión soc ia l , que una cárce l esuna cárcel ; que toda cárce l es motor de exc lus ión y que se ret roal imenta

a sí misma; que su f in ú l t imo no es reeducar a nadie , por mucho que semaqui l len con proyectos educat ivos, s ino mantener

una est ructura soc ial p ro fundamente in jus ta .

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curioso cómo el estado dice velar por los intere-ses de algunos menores de edad cuando casual-mente interpreta que lo más beneficioso es ence-rrarlos. No parece que estuviera tan interesadoen velar por sus intereses respecto a educación,posibilidades de empleo, vivienda,…

La estra teg ia

Estos son algunos de los gestores de los centrosde reeducación, centros de internamiento pormedida judicial…, de las cárceles privadas paraniños que hay por todo el estado.

Fundación Internacional O´Belén.Macrofundación que, de forma muyinteligente, se ha especializado en unnuevo producto, gestiona varios“centros especializados en la aten-ción a menores con trastornos deconducta y situación crítica”, ademásde otros centros residenciales “nor-malizados”. Estos centros terapéuti-cos se están convir tiendo en unnuevo híbrido entre cárcel y psiquiá-trico. La diferencia es que los chava-les pueden ser internados allí sin unasentencia judicial y sin un diagnósticopsiquiátrico. Esta fundación tiene elmérito de haber dejado morir a dosniños y a una niña mientras seencontraban bajo su guarda en loque va de año.

Grupo Nor te . Corporación empresarial que, através de su Fundación Grupo Nor te, gestionavarios centros de “reeducación de menores” en lacomunidad de Madrid: “El Pinar”, “El laurel” y“Los Nogales”. Grupo Norte es una gran corpora-ción que se dedica a la seguridad y el transportede fondos, la gestión de servicios de limpieza yotras actividades propias de una empresa de tra-bajo temporal. Es fácil inferir la política educativaque utiliza en sus centros.

Fundac ión D iagrama Intervención Ps ico -soc ial . Gestiona más de una decena de cárceles

de niños, que en su web llaman de reeducación,en todo el estado, también gestiona centros deprotección de menores. Fue una de las primerasempresas que hace casi una década fuerondenunciadas desde diversos ámbitos por las prác-ticas de malos tratos que se daban en sus cen-tros. Después de un pequeño escándalo en el quealgunas comunidades le rescindieron los contra-tos por los que explotaba el servicio de la cárcelde niños, ha seguido con su actividad empresarialsin problemas.

Son sólo tres casos de entre las mayores empresasque gestionan centros de internamiento en todo el

estado. A nivel local han surgido funda-ciones más pequeñas, que de la manodel partido político en el poder, da igualsu color, gestionan estos centros conlos mismos criterios mercantilistas.

En los últimos años se ha dado un cre-cimiento notable del volumen de nego-cio de este t ipo de fundaciones.Asistimos a una progresiva privatiza-ción de muchos centros, mientras quetodos aquellos de nueva apertura sonprivados (concertados con la adminis-tración). Es un negocio de una renta-bilidad brutal. Para darnos una idea,en un acuerdo de colaboración entreel Ministerio de Justicia, el Ministeriode Trabajo y Asuntos Sociales y laComunidad Autónoma de Madrid, se

estimaba el precio plaza/día en uno de estos cen-tros en 398.61 Euros2. Sin embargo, el precioplaza/día en un centro de acogida (abierto, deprotección) es de 100 Euros en Catalunya3.

En este contexto, los chavales desaparecen comopersonas, como sujetos de derechos, y pasan aconvertirse en objeto de negocio. Aquellos quesupuestamente velan por el interés de los chava-les introducen criterios de rentabilidad, mercantili-zando esta actividad que pretenden educativa. Aestas alturas es poco importante si es verdad que

A t ravés de laneolengua orwe-

l l iana se consigueque en med ios decomunicac ión se

hable en lugar depenas , de “medi-das educativas”,

de centros deinternamiento pormed ida judic ia l enlugar de cárce lesy de menores en

vez de n iños

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res y para evitar la impunidad de losmalos tratos que allí suceden cono-cemos bien el otro eje en el queopera esta gestión privada de cen-tros. Muchas de las empresas quegestionan centros funcionan comoauténticas empresas de trabajo tem-poral. La precariedad laboral es ele-vada, el control empresarial sobresus trabajadores también. Incluyendocómo utilizan sus derechos constitu-

cionales –como el derecho de reunión, de liber-tad de expresión–… Son muchos los casos enlos que después de denuncias sobre situaciones

irregulares en centros se producenauténticas cazas de brujas, inten-tando encontrar y represaliar a aque-llos trabajadores que hayan filtradoinformación. Es evidente que estagestión empresarial facilita inmensa-mente el control sobre los trabajado-

res. Más aún cuando ante un conflicto laboral conla empresa la administración pública siempre va aaducir que es un conflicto entre agentes privadosy que no tiene nada que decir.

El objetivo se ha cumplido, la responsabilidad ins-titucional se diluye y los auténticos responsablesdesaparecen. Como caso extremo de esta estra-tegia, baste recordar el caso de sobra conocidoen Madrid de un centro de menores denunciado

por torturas a un niño, denuncia quese archiva pese a que se ha demos-trado que personal del centro lo gol-peó. Como la definición legal de tor-tura supone que el tor turador esfuncionario público, como el servicioestaba externalizado y el personalestaba subcontratado, no pudohaber delito de tor turas aunqueexistan las lesiones. Delirante.

E l discurso

De vital importancia para que la máquina de hacerdinero creada alrededor de nuestros niños sea

cómo decía Félix Pantoja, vocal delConsejo General del Poder Judicial ycorredactor de la Ley 5/2000, no erasu intención “que la privación delibertad acabara en manos privadas”al legislar la posibilidad de concertarservicios con asociaciones o funda-ciones sin ánimo de lucro. El daño yaestá hecho. En Madrid, en el año2001 había 3 reformatorios, hoy haymás de 45. La limitación a asociacio-nes o fundaciones con ánimo de lucro ha resul-tado ser poco importante, ya que estas fundacio-nes tienen una estructura, un funcionamiento yunos objetivos totalmente afines a laempresa privada con más ánimo delucro. Lo mismo sucede, en la mayo-ría de los casos, con su política labo-ral. Por otra parte, varias administra-ciones locales están legislando paraque, próximamente, entidades decarácter mercantil puedan gestionar estos cen-tros.

Sin embargo, quizá deberíamos prestar menosatención a todas estas empresas, ya que al fin y alcabo no hacen más que aprovecharse de unaoportunidad que les brinda la actual legislación yque fomentan las administraciones públicas. Laresponsabilidad última es de la Administración,pero demasiadas veces chocamos con el señueloque nos ponen delante para librarsus batallas. Demasiadas veces, antela denuncia de la realidad de las cár-celes de niños, se limitan a cambiaruna empresa por otra. LaAdministración se lava las manos,desvía la atención y nos hace creerque es la primera sorprendida antenoticias de malos tratos en centros.La realidad es que son pocas lascosas que pueden ocurrir dentro deun centro sin que la administraciónpública lo sepa, a no ser que no quiera verlo. Porotra parte, las asociaciones que trabajamos paravisibilizar las condiciones de los centros de meno-

Los chavalesdesaparecen comopersonas, como

suje tos de derechos, y pasana converti rse en

obje to de negoc io

En Madr id , en elaño 2001 había 3reformator ios, hoy

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La Admin ist rac iónse lava las manos,desv ía la atencióny nos hace creerque es la pr imerasorprend ida antenot ic ias de malostra tos en centros

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invulnerable es difundir un discurso que lo legi-time. Hay que conseguir que creamos que loscentros de menores no sólo son buenos sinonecesarios. Esto se consigue a golpe de alarmasocial, que es el mismo criterio que se ha seguidopara legislar las sucesivas reformas de la ley5/2000.

El menor violento, como fenómeno escindido detoda lógica, ajeno a cualquier origen, entorno,etc... vende mucho en los minutos delos espacios de intoxicación de losgrandes medios de comunicación.Dieciséis años de exclusión y reali-dad dramática explicados en dosminutos de pantalla. Suficiente comopara que miremos a los hijos denuestros vecinos con preocupación.Ellos también podrían ser unos ase-sinos, unos violadores…, en esemomento no importa que, como enla cárcel de adultos, la mayoría delas penas sean por pequeños hurtoso delitos contra la salud pública, noimporta que la educación pública enel Estado español esté a la cola deEuropa, etc...

Ya hemos generado el otro pilar en el que se sus-tenta el encierro de niños: la alarma social.

Después de años de trabajo mediático y manipu-lación de la realidad, se ha conseguido que la per-cepción social del adolescente sea la de unosseres que “tienen muchos derechos y pocas obli-gaciones”, que “salen impunes de todo lo quehacen”, a los que hay que poner límites porque“no conocen las consecuencias de sus actos”.

La realidad que conocemos es diferente: En pri-mer lugar hay algo que debe quedar claro: la justi-cia de menores es en muchos casos más restric-

tiva que la de adultos. Es decir, pordelitos que de adulto no entrarías enprisión, de niño sí. Y si tienes la des-gracia de entrar en una cárcel deniños descubrirás que los contactoscon el exterior, los permisos, tu capa-cidad de decisión sobre cómo utilizartu tiempo, la tutela judicial sobre elcumplimiento de tu pena son compa-rativamente mucho más restrictivosque en el caso de un preso adulto.

A fuerza de no trabajar sobre aque-llos niños que estaban en riesgo, afuerza de conver tir las oficinas deprotección a la infancia en precarias

oficinas sin dotaciones presupuestarias suficien-tes en las que el menor se ve culpabilizado deprocesos de los que no siempre es responsable, a

Muchas de lasempresas que

gest ionan centrosfunc ionan como

autént icas empre-sas de t raba jo

tempora l . La pre-car iedad labora l ese levada, el contro lempresar ia l sobresus traba jadores

también

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fuerza de separar niños de sus familias en lugarde trabajar con ellas porque es más barato ycuesta menos esfuerzo, a fuerza deactuar de forma privada en lugar dehacerlo de forma social, comunita-ria, conseguimos aumentar de formanotable la materia prima para laindustria de la cárcel de niños.

De esta locura participa la tecnifica-ción de la inter vención social.Buscando los términos que cada vez tenganmenos contenido, ya hablamos de riesgo social odesventaja social en lugar de hablar de pobreza.Nunca se trabaja para eliminar lascausas de las desigualdades, sólointentamos que sea más fácil gestio-narlas. En los albores del siglo XXI, lapráctica de los nuevos técnicos profe-sionales de la Intervención Social nosdan la clave: lo que necesitan susclientes no es un trato justo, una edu-cación digna, un entorno adecuado,una posibilidad de inserción laboral… Lo quenecesitan son talleres de habilidades sociales yaumentar su tolerancia a la frustración.

Y a menudo, la conclusión… “este niño es carnede cañón” –decía el cañón–.

La respuesta

Sin embargo, a principios de este año, algo pareceestar cambiando. Las vivencias se multiplican, loschavales y sus familias se organizan, las asocia-ciones recogen cada vez más casos,se multiplican las denuncias. Se creauna dinámica creciente que exige unarespuesta desde la administración, yaque se ha llegado a “asaltar” algunode los grandes medios y de nuevoestamos cerca de lo que el estadomás teme: el escándalo.

Respuesta de la administración: Elinforme del defensor del pueblo de2009 sobre “Centros de protección

de menores con trastornos de conducta y ensituación de dificultad social”. En este informe el

Defensor del Pueblo, Enrique Mújica,se hace eco de algunas denunciashistóricas de las asociaciones delestado. Sin embargo, el informe delseñor Mújica es mucho más restrin-gido, limitado y menos exhaustivo quelos trabajos que las asociaciones sue-len realizar. Esto es porque los traba-

jos de las asociaciones suelen cubrir todos loscentros en los que se detectan irregularidades yel del Defensor del Pueblo sólo recoge la situaciónen los centros terapéuticos del estado, centros en

los que la situación de las personasinternadas en cuanto a indefensión ypeligrosidad es notable, pero queson minoría. El estudio deja fueratodos los demás centros de protec-ción y no estudia ninguna de las cár-celes de niños. Y en una últimaincongruencia, tampoco estudia lascondiciones de las alas terapéuticas

dentro de las cárceles de niños.

Por otro lado, muchos datos hacen dudar de laintencionalidad y oportunidad de este informe. Laduda más importante es que el Estado españoldebería haber implantado hace t iempo unMecanismo Preventivo en base al modelo delProtocolo Facultativo de la Convención contra laTor tura y otros Tratos o Penas Crueles,Inhumanos o Degradantes. Protocolo que emanade la Convención contra la Tortura de Naciones

Unidas y que fue ratificado por elEstado español. Esta labor la debe-ría desarrollar un organismo inde-pendiente y de nueva creación. Peroel Defensor del Pueblo, con estaúltima actuación, parece venir a legi-timarse de cara al público comomejor candidato.

Los test igos

Dicen que una sociedad se definepor cómo trata a sus miembros más

El otro pilar en elque se sustenta elencierro de niños

es la alarma social

La justic ia demenores es en

muchos casos másrestrictiva que la de

adultos

Buscando lostérminos que cadavez tengan menos

contenido, yahablamos de riesgosocial o desventajasocial en lugar dehablar de pobreza

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débiles. Si esto es así, debemos plantearnos enqué lugar nos deja nuestra legislación penal paramenores de edad y el entramado de negocio queexiste a su alrededor.

Insistimos en la necesidad de cerrarlos centros de menores para acabarcon la falacia de que son la “solu-ción” a algo. Pero hasta que eso ocu-rra es necesario dar voz a los queestán dentro. Asomarnos a lo queocurre dentro y conocer esa realidad.

No es casual que cualquiera que seacerque al mundo de los centros demenores perciba un secretismo muycaracterístico. Existe, desde lasempresas privadas y desde las administraciones,un importante miedo a que lo que sucede dentrode los centros se sepa fuera de ellos. Muchasveces hay miedo incluso a que se conozca la exis-tencia de un centro en determinada localidad.Dado que la política general en mate-ria de menores es desastrosa, enmuchos centros se dan unos indica-dores de desprotección, maltrato yhacinamiento altísimos. Esto creauna dinámica, los chavales se sien-ten agredidos y reaccionan. La noti-cia siguiente es la de motines encentros, la de centros “quemados”.Desde hace algún tiempo son habi-tuales las deslocalizaciones de cen-tros de menores conflictivos. Ante losproblemas en centros y las quejas devecinos se está optando por construir centros degran capacidad en zonas alejadas de los cascosurbanos, exactamente la misma estrategia de invi-sibilización que se da con las macrocárceles deadultos.

Para la administración, la mejor noticia sobre uncentro de menores es aquella que nunca llega aproducirse. Por eso se implementa un alto nivelde control de la información. Muchos profesiona-les firman, en sus contratos de trabajo, cláusulas

de confidencialidad que posteriormente se utilizande forma perversa para amenazar a los trabaja-dores que intentan sacar al exterior lo que ocurreen el interior de estas cárceles.

Existe toda una nueva profesión queorbita alrededor de los centros demenores: la Educación Social, queestá siendo testigo de excepción detodo lo que estamos relatando. Estanueva profesión se está dando prisaen construir su identidad y legiti-marse. Existen ya colegios profesio-nales en la práctica totalidad de lascomunidades, e incluso un colegiogeneral a nivel estatal. Hasta ahora,desde estas asociaciones profesiona-

les se ha hecho el peor servicio posible a los cha-vales con los que se trabaja. Apelando al peorcorporativismo, estos colegios ni se hacen eco delas denuncias, ni las promueven, ni critican ocuestionan el sistema actual. Es realmente decep-

cionante ver cómo millares de profe-sionales que teóricamente estabanformados y sensibilizados en educa-ción y en exclusión no ven contradic-ciones entre sus prácticas cotidianasy los conceptos más elementales dejusticia social y derechos humanos.Hasta ahora, este testigo de excep-ción calla convenientemente para sal-var su salario. Esperemos que semultipliquen los escasos ejemplos dedignidad dados hasta ahora por algu-nos/as profesionales.

Segunda par te : e l “p roduc to”

¿Protegidos?

Se intenta, en muchas ocasiones, dar a entenderque las medidas de internamiento en centroscerrados de menores son beneficiosas para loschavales a los que se encierra. Se dice que es unamanera de protegerlos, principalmente de sí mis-mos. La falacia del argumento es clamorosa. En

No es casual quecualquiera que seacerque al mundode los centros de

menores perciba unsecretismo muycaracterístico

Ante los problemasen centros y las

quejas de vecinosse está optando porconstruir centros degran capacidad enzonas alejadas de

los cascos urbanos

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primer lugar, donde no existe libertad y elección noexiste educación sino domesticación o amaestra-miento. En las cárceles de niños hay un control tal,en virtud de exhaustivos regímenes disciplinariosen los que absolutamente todo está reglamentado,en un ambiente tan controlado que casi podríacalificarse de laboratorio. Aquí loschavales aprenden, una vez más, aadaptarse a lo que les rodea de laforma más beneficiosa para ellos.Pero tienen que adaptarse a un con-texto irreal que no tiene nada que vercon su vida y circunstancias en lacalle. Se consigue así un adiestra-miento que de nada sirve cuando elmenor regresa a su entorno, sólo sirve para, unavez más, dar la impresión de que se hace algo, deque se da una respuesta a una demanda social.Por el camino también se enseña al chaval a no sergenuino, íntegro, a mostrarse como la instituciónquiere que sea, a mentir, a simular…. Todo ellomuy constructivo, muy educativo.

Nos encontramos ante un panorama en el que loslímites entre los ámbitos de la protección y lareforma se van difuminando.

¿Locos?

Desgraciadamente, la industria del control social vaevolucionando, se va haciendo más sutil. En cuantoa criterios y modelos educativos parece que todo essusceptible de debate. Sin embargo,cuando la ciencia habla, parece queno queda más remedio que asentirresignados. Si incorporamos la cienciaa la industria del control social, tene-mos que hablar inevitablemente de lapsiquiatría.

En un contexto en el que los “mediosde contención” son muy controverti-dos (esposas, vigilantes, porras degoma, salas de aislamiento, puertas metálicas,...),llega la contención farmacológica. A pesar de queen España no se pueda estudiar en las universi-

dades una especialidad en psiquiatría infantojuve-nil, sí que abundan los servicios de psiquiatría deestas características. Asimismo, es habitual que seadministre mediación psiquiátrica a niños que notienen ningún tipo trastorno o enfermedad men-tal, o que carecen de un diagnóstico.

Esta práctica no es desconocida porlas administraciones. Son muchas lascárceles de niños que cuentan ya consu propia sección “terapéutica” y consu psiquiatra contratado en la planti-lla del centro. Si ya está comprome-tida la lealtad de las empresas fueracon la población a quien atiende y sus

necesidades, pensando en si no servirán con infi-nita más lealtad a la administración que le paga ysus necesidades (de silencio, de control, de renta-bilidad,...). Qué decir de la poco ética situación delterapeuta de un menor cuyo salario abona laempresa que quiere tener a todos los niños tran-quilos, aunque sea a base de drogas legales.Estos psiquiatras prescriben medicaciones amenores que no tienen ningún trastorno o que, almenos, no han sido diagnosticados. A estos cha-vales se les administran medicaciones indicadaspara esquizofrenia, trastornos disociativos, epi-lépticos,… aunque no padezcan ninguna de estasenfermedades. Se les medica para el “control deimpulsos”, lo que supone un doble problema. Enprimer lugar, se mantiene a los chavales anulados,

dóciles y controlables. En segundolugar, se hace a los niños dependerde una droga legal que a veces no lesvan a administrar en el exterior delcentro, pero la mayoría de estasmedicaciones crean dependencia. Enel peor de los casos, el chaval saledel centro dependiendo de una sus-tancia de la que antes no era conoce-dor. Además, los chavales empiezan afamiliarizarse con términos comotrastornado, enfermo… que cier ta-

mente no ayudan en sus procesos de maduración,especialmente cuando ni responden a una reali-dad.

Donde no existel ibertad y elección

no existe educaciónsino domesticacióno amaestramiento

Nos encontramosante un panorama

en el que los l ímitesentre los ámbitosde la protección yla reforma se van

difuminando

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En una pirueta más, hemos pasado del menordelincuente, al menor enfermo mental.

¿N iñas?

Se ha aludido anteriormente a la incapacidad delos sistemas de protección para dar un apoyo apersonas en dificultades, más por escasa volun-tad política que por incapacidad natural, y queuna vez fracasada esta actuación, el paso al sis-tema penal suele ser frecuente.

Observamos que este fracaso es muy habitual enel caso de las niñas, sobre todo en aquellas quehan sufrido o sufren condiciones de explotación,normalmente por parte de familiares o parejas.Las propuestas para estas chicas son especial-mente inadecuadas, dado el alto porcentaje derechazo que se registra en cuanto a las medidasde protección que les proponen. Medidas están-dar que no se adecúan a los casos específicos yque, tras su fracaso, también provocan con dema-siada normalidad el contacto de las niñas con elsistema penal.

¿Ex tran jeros?

La condición de extranjero, en contacto con el sis-tema penal de niños, actúa como un factor más devulnerabilidad.

El ser extranjero dificulta trámitescotidianos en los centros de menorescomo el conseguir permisos, que enmuchos casos se deniegan alegando“riesgo de fuga” por falta de arraigo.Pero un internamiento puede supo-ner también una grave dificultad paraconseguir la regularización de susituación en el país o la renovaciónde los permisos. Aunque parezcaextraño, es especialmente preocu-pante por la desprotección en la quese encuentran aquellos menoresextranjeros que están además protegidos poralgún servicio de protección a la infancia.

Son muchos los casos de contacto con el sistemapenal habiendo iniciado un proceso migratoriosolos y que, al ser detectados por la administra-ción en una situación de desamparo por no tenerfamilia en el estado, son tutelados por la adminis-tración local correspondiente. Habría mucho quedecir sobre las actuaciones y el maltrato que diver-sas administraciones dispensan a estos niños.Baste decir que en muchas ocasiones los chavalesentran en una especie de limbo administrativo enel que, durante el tiempo que están internados,nadie se hace cargo de ellos. Esto incluye que, sien el momento de entrar al centro de menores seles estaba tramitando un permiso de residencia,todos los trámites se detienen. Esto es muy graveen todos los casos, pero especialmente dramáticoen casos próximos a la mayoría de edad, ya queeste parón puede suponer que al salir de la cárcelde niños no haya tiempo material de terminar eltrámite administrativo (dura varios meses) y, alalcanzar la mayoría de edad, esa persona quedetotalmente excluida. Desde los sistemas de meno-res se ha utilizado esta herramienta (la tramitacióndel permiso de residencia) como una forma deamenazar a los chavales, hasta el extremo dedenegar la tramitación de la documentación amenores en función de su comportamiento.

Y sin embargo existe aún un escena-rio peor, el de quienes cumplen lamayoría de edad estando internados.Hay casos en los que, al terminar elinternamiento, los mayores de edadhan sido trasladados a Centros deInternamiento de Extranjeros o direc-tamente repatriados como “ilegales”.

¿Del incuentes?

Por último, un vistazo a la poblaciónde los centros cerrados termina declarificar las funciones de control yperpetuación del sistema que, al

igual que la cárcel de adultos, cumple la cárcel deniños.

Es habitual que se administre

medicaciónpsiquiátrica a niños

que no tienenningún t ipo de

trastorno oenfermedad mental,

o que carecen deun diagnóstico

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¿Qué supone todo esto? ¿Que los chicos inteli-gentes y estudiosos con padres que les pagancaros colegios no cometen delitos? Quizá, másbien, la situación sea que en primer lugar, en elcaso de hechos de poca gravedad, la mayoría delos jueces consideran un atenuante si provienesde una familia “normalizada e integrada”, lo cualpuede acabar ahorrándote una medida de priva-ción de libertad.

Quizá más bien sea que es la necesi-dad y la pobreza lo que se crimina-liza, ahora con más motivo quenunca una vez que hemos descu-bierto cómo hacerla rentable.

Notas

1 Asociación de apoyo a personas presasde Aragón2 BOE de 16 de octubre de 2002;3 Diario “las Provincias” jueves 21 deseptiembre de 2006.

En estos momentos, la población inmigrante estáhiperrepresentada en los centros de menores,siendo, como ya se ha dicho, uno de los sectoresmás vulnerables.

Sin embargo es más clarificador observar la pro-cedencia de los niños, sus barrios, sus condicio-nes materiales y sociales de vida, su relación conotros sectores de cada ciudad. Un pequeñonúmero de las personas que entran a estos cen-tros proviene de entornos “normali-zados” y muchas proceden debarrios populares en los que losmedios para conseguir la llamada“integración” son escasos. Delmismo modo, el nivel académico delos niños que entran en estos cen-tros suele ser inferior al que lescorrespondería por edad.

Es la necesidad y lapobreza lo que secriminaliza, ahora

con más motivo quenunca una vez quehemos descubierto

cómo hacerlarentable

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In t roducc ión

La inmigración infantil se adscribe, desde los añosnoventa, al fenómeno de los flujos migratorios depersonas que llegan a nuestro territorio, lo queexige un tratamiento jurídico respetuoso con losTratados y convenios Internacionales en materiade protección de la infancia.

El niño se convierte así, en sujeto de protecciónjurídica, creándose (a tales fines) la categoríajurídica de menor extranjero no acompañado paratodos aquellos que, llegados a nuestro territorio,se encuentran separados de ambos padres yotros parientes y no están al cuidado de un adultoal que, por ley o por costumbre, incumba la citadaresponsabilidad de cuidado.

Esta nueva categoría entraña una profunda pro-blemática jurídica, pues integra una yuxtaposiciónnormativa de diferente naturaleza, esto es, larelativa a su estado civil –menor edad– y la

correspondiente a su estado administrativo –extranjería–.

Marco Jur ídico internac iona l

La Constitución de 1978, establece, entre las dis-posiciones destinadas a los principios rectores dela política social y económica, la obligación de lospoderes públicos de asegurar la protección social,económica y jurídica de la familia y, asimismo, laprotección integral de los hijos, gozando éstos dela protección prevista en los Tratados y ConveniosInternacionales que velan por sus derechos eintereses legítimos.

En esa referencia a los acuerdos internacionalesque hace nuestra norma fundamental, tendrá unpapel principal, como texto que habrá de servir deguía, en la aplicación e interpretación de las nor-mas y, en las medidas que se adopten en torno alos niños, la Convención de las Naciones Unidassobre Derechos del Niño.

Algunas reflexiones en torno a los “menores extranjeros no acompañados”

Juan Ignacio de la MataAbogado Coordinadora de Barrios

Con la inmigrac ión in fant i l , e l n iño se conv ie rte en su je to de protecc iónjur ídica , creándose la categor ía jur íd ica de menor ex tran je ro no acom-

pañado para todos aque l los que , l legados a nuest ro te rr i to r io , seencuent ran separados de ambos padres y ot ros par ientes y no están a lcu idado de un adul to . Esta nueva categor ía entraña una pro funda pro-b lemática jur íd ica, pues integra una yux taposic ión normat iva de d i fe-

rente na turaleza, la re lat iva a su es tado c iv i l – menor edad– y la correspond iente a su estado admin is trat ivo–ext ran jer ía- .

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La Convención de los Derechos delNiño de 20 de noviembre de 1989,fue ratificada por España el 30 denoviembre de 1990 y, marca, comomuy bien señala la Exposición deMotivos de la Ley Orgánica1/1996, de 15 de enero, sobreprotección jurídica del menor, “unanueva filosofía en relación con elmenor, basada en un mayor reco-nocimiento del papel que está des-empeñando en la sociedad y en lasexigencias de un mayor protago-nismo para el mismo”.

La obl igación que t ienen losEstados de prestar al niño cuidadoy asistencia especial no puede ser,por tanto, incompatible con elpleno reconocimiento a una titulari-dad de derechos y una capacidad progresiva delniño para ejercerlos según sus condiciones demadurez.

Esta consideración surge como correlato de lastransformaciones sociales y culturales operadasen nuestra sociedad e integra, por contraposicióna una consideración cosificada del niño y susderechos, una visión basada en la posibilidad realy efectiva de que el niño participe en la toma dedecisiones que le afectan de un modo directo ypueda realizar sus derechos acorde con sus con-diciones de madurez.

Es decir, el niño pasa de ser depositario de dere-chos y, por tanto, de obligaciones, a ser un sujetode derechos con capacidad para ejercerlos pro-gresivamente.

Problemática jurídica a la que se veexpuesto el menor extran jero no acompa-

ñado a tenor de la tutela públicamenteconstituida por encontrarse en nuestro

territorio en si tuación de desamparo

Las Comunidades Autónomas, tienen la competen-cia reservada en materia de asistencia social

según el ar tículo 148.1.20 de laConstitución, y han asumido,legalmente, la protección de lainfancia acorde con sus estatutos.La legislación estatal en esta mate-ria (Ley Orgánica de ProtecciónJurídica del Menor, Código Civil,etc.) tendrá entonces, un caráctersupletorio, salvo, claro está, en loreferente a sus derechos funda-mentales.

Por otro lado, el Estado, es decir,la Administración central, tienecompetencia exclusiva, según elartículo 149.2 de la Constitución,en materia de extranjería, emigra-ción y derecho de asilo.

Es decir, la protección administrativa de la infanciaextrajera, o sea, de los menores extranjeros noacompañados, corresponde a los servicios deprotección públicos de menores competentes encada una de las Comunidades Autónomas, mien-tras que en lo referente a su condición de extran-jero, la capacidad normativa y decisoria corres-ponde al Estado a través de sus Delegaciones ySubdelegaciones de Gobierno.

La razón de ser de la protección administrativa deeste colectivo de niños se encuentra en la figuradel desamparo. En este sentido, citamos, a pesardel carácter supletorio que tiene pero que resumemuy bien el espíritu contenido en las normasautonómicas sobre la materia, el artículo 172 delCódigo Civil, que establece que:

La entidad pública a la que, en el territorio, estéencomendada la protección de menores, cuandoconstate que un menor se encuentra en situaciónde desamparo, tiene por ministerio de la Ley latutela del mismo y deberá adoptar las medidas deprotección necesarias para su guarda, poniéndoloen conocimiento del Ministerio Fiscal, y notificando,de forma legal a los padres, tutores o guardado-res, tal circunstancia a la mayor brevedad.

La obligación quetienen los Estados de

prestar al niñocuidado y asistencia

especial no puede serincompatible con el

pleno reconocimientode derechos y

capacidad progresivadel niño para

ejercerlos según suscondiciones de

madurez

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Se considera como situación de desamparo, tal ycomo sigue estableciendo dicho precepto, la quese produce de hecho a causa del incumplimiento,o del imposible o inadecuado ejer-cicio de los deberes de protecciónestablecidos por las leyes para laguarda de menores, cuando éstosqueden privados de la necesariaasistencia moral y material.

Por tanto, los menores extranjerosno acompañados que llegan anuestro territorio padecen, segúnlo dicho, una situación de desam-paro automático cuando se cons-tate, por los servicios de protec-ción competentes del territorio, quese encuentran separados deambos padres y otros parientes yno están al cuidado de un adulto alque, por ley o por costumbre,incumba la citada responsabilidadde cuidado.

Por otro lado, la razón de ser del ordenamientode extranjería respecto de este colectivo de niñosse encuentra en proteger al menor y garantizar su

interés superior en todas las medi-das gubernativas concernientes alos mismos (repatriación, docu-mentación, etc).

Las necesidades de esta infanciainmigrante y sus derechos seencuentran, por tanto, insertos entier ra media, esto es, en unter reno que per tenece a dosadministraciones públicas diferen-tes y, por tanto, sometidos a lainterpretación que éstas hagan desus intereses superiores, lo quehace de estos menores extranje-ros no acompañados un colectivomuy vulnerable.

No obstante lo anterior, debemosrecordar, por su impor tancia, lo

Los menoresextranjeros no

acompañados quellegan a nuestro

territorio padecen unasituación de

desamparo automáticocuando se constateque se encuentran

separados de ambospadres y otros

parientes y no están alcuidado de un adulto

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establecido a este respecto en los artículos 10.1y 11.1 de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 deenero, sobre protección jurídicadel menor, que disponen que,“Los menores tienen derecho arecibir de las Administracionespúblicas la asistencia adecuadapara el efectivo ejercicio de susderechos y que se garantice surespeto” debiendo facilitar a losmismos “la asistencia adecuadapara el ejercicio de sus derechos.”

Primac ía de l estatus deextran je ro sobre el de la

menor edad

La problemática se agrava, aúnmas, por la primacía que se haconferido al estatus de extranjerorespecto del estatus de menor de edad. Es decir,se habrían invertido los términos de la definición.Veamos. Pasaríamos de estar ante un (niño)menor extranjero no acompañado tutelado por losservicios públicos de protección de menores, aun extranjero no acompañado tutelado pública-mente que resulta ser un niño.

En la primera definición, el niño, estaría en primerlugar y, por consiguiente, todossus derechos e intereses; mientrasque en la segunda definición, elniño y sus derechos, apareceríanen último término, esto es, el inte-rés superior del menor se habríavisto relegado en interés de peorcondición.

Toda esta situación tiene una claraexplicación. Las Administracionespúblicas no asumen la voluntaddel legislador, esto es, que la residencia de losmenores extranjeros tutelados por los servicioscompetentes de menores en el territorio es regu-lar a todos los efectos y, en consecuencia, hayque documentarles con una autorización de resi-dencia.

Este planteamiento se manifestó en la Instrucción3/2003 de la Fiscalía General del Estado, que atri-

buía al menor extranjero unavoluntad fraudulenta respecto delos controles de los flujos migrato-rios. Según dicha disposición elmenor venía a nuestro territorio aser documentado con una autori-zación de residencia previa tutelaen el sistema público de protecciónde menores por encontrarse ensituación de desamparo. En estesentido, la Instrucción optaba porentender que el menor que aban-donaba su país de origen seencontraba, en principio, emanci-pado y por ello no era necesarioque estuviese tutelado pública-mente aplicándose, como conse-

cuencia, las disposiciones sancionadoras tenden-tes a conseguir su expulsión de territorio nacional.

No obstante la derogación de esta Instrucción3/2003, por la posterior Instrucción 6/2004 de laFiscalía General del Estado, el espíritu contenidoen aquella siguió vigente, en especial en dos cam-pos jurídicos que han experimentado una diferen-tes evolución: los procedimientos de repatriacióny de documentación de los menores extranjeros

no acompañados tutelados por laAdministración pública.

E l proced imiento de epatr iac ión de menores

extran jeros no acompaña-dos tutelados por la

Admin ist ración púb l ica

Este procedimiento administrativose encuentra regulado en el artí-

culo 35 de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 deenero, sobre derechos y libertades de los extran-jeros en España y su integración social, y en elartículo 92 del Real Decreto 2393/2004, por elque se aprueba su reglamento de desarrollo.

Las necesidades deesta infancia

inmigrante y susderechos se

encuentran en unterreno que pertenecea dos administracionespúblicas diferentes, lo

que hace de estosmenores un colectivo

muy vulnerable

La problemática seagrava, aún más, porla primacía que se ha

conferido al estatus deextranjero respecto

del estatus de menorde edad

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La finalidad de este procedimiento es determinar,en interés superior del menor, su permanencia enEspaña o, en su caso, su reintegración familiar o,en su defecto, en los servicios de protección de supaís de origen.

El interés superior del menor, principio que hasido elevado por el Tribunal Constitucional anorma de orden público, según el Auto núm.28/2001 (Sala Primera, Sección primera) de 1 defebrero, exige para su correcta ponderación, elcumplimento ineludible de una serie de trámites afin de que pueda ser concretado como conceptojurídico indeterminado, esto son: informes sobrelas circunstancias personales, familiares y socia-les del menor en España e idénticos informessobre dichas circunstancias en su país de origeny, finalmente, la audiencia al menor interesado enel seno del mismo.

En efecto, establece el ar tículo 92.4 del citadotexto legal que:

“La Administración General del Estado, conformeal principio de reagrupación fami-liar del menor, después de haberoído al menor, y previo informe delos servicios de protección demenores, resolverá lo que pro-ceda sobre la repatriación a supaís de origen, o aquel donde seencontrasen sus familiares, o, ensu defecto, sobre su permanenciaen España. De acuerdo con elinterés superior del menor, larepatriación a su país de origensolamente se acordará si se die-ran las condiciones para la efec-tiva reagrupación familiar delmenor, o para la adecuada tutelapor parte de los servicios de protección de meno-res del país de origen.”

El derecho del menor a ser oído, de carácter fun-damental, se encuentra especialmente desarro-llado en dos textos normativos de ineludibleobservancia, el artículo 12 de la Convención de

los Derechos del Niño y el artículo 9 de la LeyOrgánica 1/1996, de 15 de enero, de protecciónjurídica del menor.

La audiencia al menor como interesado se con-vierte en un trámite cualificado en la medida queintegra la previa información de los derechos quele asisten en relación con los trámites sobre losque debe expresar libremente sus deseos, opinio-nes, razones etc.

La resolución que finalmente seadopte, tendrá que necesariamentenotificarse al menor como máximointeresado y, las Administracionespúblicas intervinientes, esto son, laDelegación del Gobierno en Madrid,el Ministerio Fiscal y el represen-tante autonómico del menor, tienenla obligación de facilitar que elmenor pueda ejercer sus derechosfrente a dicha decisión que leafecta de un modo tan directo a susintereses personalísimos.

Pues bien, las anteriores prescrip-ciones legales en materia de repa-

triación, que tienen una finalidad protectora delinterés superior, fueron inobservadas con carác-ter sistemático por las Administraciones públicas.Los menores padecían una absoluta indefensiónformal y material en el ámbito repatriativo pues,dichos expedientes administrativos de repatria-

Las prescripcioneslegales en materia

de repatriación, quetienen una finalidad

protectora del interéssuperior del menor,fueron inobservadas

con caráctersistemático por lasAdministraciones

públicas

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ción, contenían, únicamente, una propuesta deincoación y, directamente, sin más trámites, sedictaba la Resolución de repatriación que se eje-cutaba sin garantías por las Fuerzas y Cuerpos deSeguridad del Estado.

Estos procedimientos, lejos de servir a la protec-ción del menor y su interés prevalente, sirvieronpara responder a intereses vinculados al controlde flujos migratorios. Tenemosque recordar, a este respecto,que el Comité de Derechos delNiño ha señalado que las actua-ciones no fundadas en dere-chos, por ejemplo, los basadosen la limitación general de lainmigración, no pueden prevale-cer sobre las consideracionesfundadas en el interés superiordel menor.

No obstante esta situación deindefensión absoluta que pade-cían los menores y el limbo jurí-dico en el que se encontrabansus derechos e intereses, cesa a

raíz de los múltiples pronunciamientos jurisdiccio-nales, recaídos a partir del año 2006, a favor delos menores inmigrantes tutelados por laAdministración e impulsados, de maneraaltruista, por múltiples letrados independientes.

En este sentido, los recientes fallos de nuestroAlto Tribunal se constituyen en la clave debóveda que pone fin a una larga tiniebla jurídica

en materia de derechos y garan-tías de la infancia inmigrante quese encuentra tutelada por los ser-vicios públicos de protección demenores.

El Tribunal reconoce, como dere-cho fundamental del menor, elderecho de todo menor a revisaren vía jurisdiccional una decisiónadministrativa que afecte de unmodo directo a sus intereses per-sonalísimos pudiendo ar ticulardicho derecho bien, por si mismo,cuando el menor tenga condicio-nes de madurez y juicio suficiente,

El Comité de Derechosdel Niño ha señalado

que las actuaciones nofundadas en derechos,

por ejemplo, los basadosen la l imitación general

de la inmigración, nopueden prevalecer sobre

las consideracionesfundadas en el interés

superior del menor

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bien a través de un tercero u órgano adecuado,como un Defensor Judicial.

La documentación de los menoresextran jeros no acompañados tute lados

por la Admin is t rac ión públ ica.

El fundamento de documentar al menor con unaautorización de residencia se encuentra, en nues-tra opinión, en la protección jurídica y social a laque deben servir, con plena objetividad, los pode-res públicos por ministerio de la ley. La legislaciónde extranjería en materia documental sirve, portanto, a la protección del menor y sus interesessuperiores. En este sentido, el legislador ha con-ferido al menor, el status de regularidad una vezhaya quedado acreditado su imposibilidad deretorno con su familia o a su país de origen.

En efecto, el artículo 35.4 de la LeyOrgánica 4/2000, de 11 de enero,sobre derechos y libertades de losextranjeros en España, estableceque:

“Se considerará regular a todos losefectos la residencia de los meno-res que sean tutelados por unaAdministración pública. A instanciadel organismo que ejerza la tutelay una vez haya quedado acreditadola imposibilidad de retorno con sufamilia o al país de origen, se leotorgará una autorización de resi-dencia, cuyos efectos se retrotrae-rán al momento en que el menorhubiera sido puesto a disposiciónde los servicios de protección demenores”

Este precepto, ha de ser completado con lo dis-puesto en el artículo 92.5 del RD 2393/2004, queseñala a ese mismo respecto que:

“Transcurridos nueve meses desde que el menorhaya sido puesto a disposición de los servicios

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competentes de protección de menores y una vezintentada su repatriación con su familia o al paísde origen, si ésta no hubiera sido posible, se pro-cederá a otorgarle la autorización de residencia ala que se refiere el ar ticulo 35.4 de la LeyOrgánica 4/2000, de 11 de enero.”

Por un lado, parece lógico que el ámbito paraacreditar la imposibilidad de retorno sea, en prin-cipio, aunque no necesariamente, el procedi-miento administrativo de repatriación. Ahora bien,esta circunstancia repatriativa ha de conjugarsecon la necesidad de que el menor se encuentredocumentado con una autorización de residenciaa la mayor brevedad, por razones de protección yseguridad jurídica.

Por este motivo y, sin perjuicio, de que la repatria-ción pueda tener lugar con poste-rioridad en el tiempo, siempre ycuando pueda realizarse conformea su interés superior, se documen-tará al menor con una autorizaciónde residencia en el plazo máximode nueve meses.

La autorización tendrá caráctertemporal y una vigencia de un año(considerando que el menor no seencuentra excluido del régimengeneral), de tal manera que lamisma deberá ser renovada y con-cedida, por la Delegación delGobierno, con una vigencia de dosaños y, procederse de la mismamanera sucesiva hasta que elmenor adquiera la mayoría de edady cese, por tal circunstancia, en latutela públicamente constituida.

Por otro lado, la legislación de extranjería, con-templa una segunda posibilidad para documentara aquellos menores de edad extranjeros tuteladosque alcancen la mayoría de edad sin haber obte-nido la citada autorización de residencia.

La falta dedocumentación,habitual en las

Administracionespúblicas, es

generadora de unairregularidad que

lejos de servir a laprotección e

integración del menorsirve a intereses

relacionados con elcontrol de los flujos

migratorios

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En este sentido, establece el artículo 92.5 del RD2393/2004, que:

“En el caso de menores tutelados por la entidadde protección de menores competente que alcan-cen la mayoría de edad sin haber obtenido lacitada autorización de residencia y hayan partici-pado adecuadamente en las acciones formativas yactividades programadas por dicha entidad parafavorecer su integración social, ésta podrá reco-mendar la concesión de una autorización tempo-ral de residencia por circunstancias excepciona-les, a la que se hará extensivo lo dispuesto en elartículo 40.j) de la Ley Orgánica 4/2000, de 11de enero.”

Este precepto vino a llenar un vacío legal exis-tente en el anterior reglamento de extranjería queno contemplaba la regularidad documental paraaquellos menores de edad que habiendo sidotutelados por los servicios públicos de protecciónno llegaban a obtener, por el escaso tiempo quehabían permanecido bajo la tutela de esos servi-cios públicos de menores, una autorización deresidencia.

El menor podrá recabar de dichos servicios públi-cos la pertinente recomendación, lo que no quieredecir que sea un elemento constitutivo para quedicha autorización excepcional sea concedida.

Pues bien, la falta de documentación, en uno uotro supuesto, es habitual entre lasAdministraciones públicas. Esta conducta es gene-radora de una irregularidad que lejos de servir ala protección e integración del menor en nuestroterritorio, sirve a intereses relacionados con elcontrol de los flujos migratorios. En efecto, la faltade documentación coloca al menor que ha estadotutelado públicamente en una situación de irregu-laridad (en el momento que alcanza la mayoría deedad) y, por tanto, susceptible de ser expulsadoconforme a la legislación de extranjería.

Nos encontramos ante un nuevo reto: conseguirde una vez la corrección de la conducta de lasAdministraciones públicas a fin de lograr, en arasdel interés superior de estos menores, su plenaintegración social y laboral en nuestra sociedad.

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Vo

ces c

om

o c

oces

Recientemente la llamada opinión pública se ha visto sacudida al presentar elDefensor del Pueblo su Informe sobre centros de protección de menores con tras-

tornos de conducta y en situación de dificultad social, en el que denuncia la terriblesituación que viven los menores en los llamados centros terapéuticos. Lo mismoocurre en los centros de reforma. Los centros de reforma están destinados al cum-plimiento de medidas judiciales, es decir, donde se interna a los menores conde-nados por haber cometido algún delito1. En los centros terapéuticos se interna aaquellos menores a los que se diagnostica un trastorno de conducta, menores queno han cometido ningún delito pero que son psiquiatrizados. En estos centros seinterna a niños incluso menores de diez años, y que al estar en situación de protec-ción, no tienen un tiempo definido de internamiento, pudiendo estar encerradoshasta la mayoría de edad.

Así, antes de profundizar en la institucionalización de los niños, convertidos al ins-tante en menores, es necesario puntualizar brevemente algunas ideas: en primerlugar es necesario reiterar la muy dudosa capacidad de los psicólogos para etique-tar a los niños que se encuentran en situaciones de pobreza. Son diagnósticos deescasísima base científica que sirven a intereses de índole muy distinta a los queluego haremos referencia.

Asumida la ausencia de base científica, nos ocupamos a continuación de otro equí-voco socialmente aceptado: el concepto de delincuencia juvenil no es más que unequívoco rentable formado a base de extrapolaciones injustas, atribuciones erró-neas y sobre todo estudios interesados a cargo de instituciones determinadasencargadas de garantizar la estructura social efectivamente existente.

Si nos ceñimos a la realidad y dejamos de lado los eufemismos, buenas intencio-nes y neolenguas de las leyes escritas pensando siempre en el bien posterior delmenor, sólo podemos decir que ambos tipos de centros no son sino cárceles paraniños (estando además los centros terapéuticos en un limbo jurídico), cumpliendo

¿Qué pasa con los centros de menores?

Colectivo No a O’Belen

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exactamente la misma función que tienen las prisiones para adultos: venganza ins-titucionalizada y ocultamiento de las consecuencias de la exclusión social gene-rada por el sistema socioeconómico capitalista. Las consecuencias sobre el indivi-duo encarcelado también son igualmente destructivas.

Malos tratos en los centros de menores

En los centros de menores se producen malos tratos de todo tipo; físicos, psicoló-gicos e incluso ambientales.

La propia estructura arquitectónica de los centros es maltratadora o contenedoracomo aseguran los inventores del nuevo lenguaje sobre menores. Todas las instala-ciones se diseñan pensando en la vigilancia y las medidas de seguridad, no en suhabitabilidad. Las habitaciones son celdas, generalmente con graves problemas deventilación debido a las ventanas de seguridad. Las celdas de aislamiento, “maz-morras medievales” según Múgica, son indescriptibles. Todas las dependencias serigen por la seguridad, todo a base de puertas metálicas, ventanas de seguridad,cerrojos y demás. Los espacios de los que disponen los menores son mínimos, ysu libertad de movimientos es nula. Incluso para ir al baño se abren y cierran puer-tas, cerrojos, controles, etc.

El mobiliario, muy limitado, suele estar bastante deteriorado y es de tipo carcelario(camastros de metal amarrados al suelo, lavabos metálicos, etc.). Las carenciasmateriales son la norma, al igual que los problemas de climatización (frío/calor).

En definitiva, los centros son físicamente hostiles e inhóspitos. La estancia en elloses sensorialmente muy desagradable, a todos los niveles. Y debemos recordar queestos centros son instituciones totales, de donde los chavales no pueden salir, que-dando durante mucho tiempo todo su mundo reducido al interior del centro. Portanto, su mundo físico se limita a un entorno hostil, desagradable, incómodo, des-personalizador… y no pueden cambiar esta situación. Estas condiciones ambienta-les generan por sí solas un continuo malestar, elevados niveles de ansiedad y comodicen los propios chavales, mucho “agobio”.

Este agobio se vuelve insoportable al estar la vida en el centro totalmente reguladapor la normativa interna (la escrita y la no escrita, una especie de “tradición de cen-tro”). Aunque existen variaciones entre la de un centro y otro, todas son muy simi-lares. Estas delirantes normativas, cuya aplicación es capaz de desquiciar al adultomás estable, se basan en una durísima y absurda disciplina cuya única finalidad esanular por completo la resistencia y la voluntad del menor. El menor ni siquierapuede decidir cuándo ir al baño, cuando beber agua o cuando y sobre qué temashablar con sus compañeros. En algunos centros esta situación es llevada hasta lapsicosis permanente, llegando a prohibirse todo contacto físico del menor con losdemás menores o con los trabajadores del centro. Incluso se llega a sancionar la“comunicación visual no autorizada” como manera de prevenir que los menores“preparen algo”.

Este ambiente terriblemente opresor convierte la existencia del menor en unesfuerzo continuo por evitar ser sancionado. Algo prácticamente imposible, ya que

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aunque mantenga una constante alerta, el acoso y derribo “educativo” de los traba-jadores le llevarán a perder los nervios en alguna ocasión, empezando así el ritualsancionador, llevando al menor a un auténtico infierno.

Aislamiento

El abanico de posibles sanciones es amplio (sobre todo en los centros terapéuti-cos, donde la falta total de control externo posibilita que todo tipo de vejaciones secuelen como medidas educativas creativas). Pero sin duda la estrella es la separa-

ción de grupo. Bajo este eufemismo se esconden las penas de aislamiento, quepueden durar hasta siete días consecutivos. Pero como las sanciones se pueden iracumulando, los periodos de aislamiento se encadenan y el menor puede llegar apasarse meses en aislamiento. Para un menor es muy fácil terminar en esta situa-ción, ya que un insulto, una mala contestación, la negativa a obedecer una orden,eructar o “mirar de manera desafiante” conlleva separación de grupo.

El aislamiento es una tortura, un atentado directo contra la dignidad y la salud men-tal de cualquier persona, más para un niño. De hecho, es relativamente frecuenteque durante el aislamiento se produzcan conductas autolíticas, y se dispara elriesgo de suicidio. Este hecho es tan evidente que Naciones Unidas2 prohíbe el ais-lamiento en el caso de los menores de edad.

Medicación

Otro tema controvertido es la medicación. En los centros terapéuticos y en algunosde reforma, los chavales están literalmente drogados, obligados a ingerir de maneracrónica altas dosis de psicofármacos (generando graves problemas a los menores,también a largo plazo). Incluso esta medicación se llega a utilizar como sanción. Atodo lo anterior, por tanto, se suma una nueva forma de anulación personal, sibilinapero muy poderosa: la camisa de fuerza química. Muchas veces personal sin for-mación sanitaria suministra esta medicación, pero generalmente ésta es supervi-sada por psiquiatras. En realidad esto no tiene gran importancia. Mengele tambiénera médico. Todo esto se hace no sólo vulnerando una vez más la normativa inter-nacional, sino que también se viola la propia legislación española (Ley deAutonomía del Paciente).

Malos tratos físicos

El maltrato físico también es habitual, normalmente camuflado en las llamadascontenciones físicas realizadas por vigilantes de seguridad y/o educadores. Duranteestas contenciones, de las que se abusa constantemente siendo muchas veces uti-lizadas como forma de vejar, someter y agredir al niño, se pueden producir lesio-nes, ya que suelen realizarse con mucha violencia. Y aunque no sea un fenómenogeneralizado, también se producen agresiones físicas directas, en ocasiones autén-ticas palizas, que por supuesto quedan impunes. Se recurre de manera habitualtambién a la llamada contención mecánica, que no es más que el engrilletamientode los niños, llegando en algunos centros a pasar horas e incluso días atados a lacama.

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Otras barbaridades educativas

Muchas otras vulneraciones de derechos básicos se cometen en nombre de la nor-mativa. Perder el tiempo de ocio es tan habitual o más que la separación de grupo(además, conlleva que el menor esté separado del grupo mientras los demásmenores realizan actividades de ocio). Y aunque el menor no sea sancionado, darelativamente lo mismo, ya que el tiempo libre es muy escaso (el resto del tiempose emplea en actividades sin ningún tipo de valor real), y siempre está supervisado.Generalmente consiste en estar sentado en una sala viendo la televisión o escu-chando música, y se verá o escuchará lo que decida el educador. Y si el educadordecide que se tiene que jugar al parchís, pues se tiene que jugar al parchís. Un ociocontrolado, supervisado y siempre en una habitación. Dentro del ocio no se con-templa la posibilidad de practicar deporte, ya que esta es una actividad del centro,obligatoria para todos. Salvo los sancionados, que no harán ningún tipo de ejerci-cio físico (con el aumento de la ansiedad que esto conlleva, y más a estas edades).

En ocasiones se utilizan formas encubiertas de maltrato físico, como obligar a rea-lizar ejercicio hasta la extenuación. Se permiten los registros con desnudo integral,y en algunas ocasiones se ha denunciado que los menores son obligados a realizarflexiones mientras se encuentran completamente desnudos en presencia del perso-nal del centro.

A todo esto hay que sumar el trato despectivo, humillante, los insultos, la violenciaverbal, los continuos gritos y amenazas, etc. que son el pan nuestro de cada día.

El acceso al mundo de la cultura se mutila en nombre de la educación, ya que elequipo del centro también se convierte en tribunal inquisidor que decide inclusoqué lecturas, películas o tipo de música pueden ser contraproducentes para elsupuesto proceso educativo que se está llevando a cabo con el menor. Es tanlamentable que podemos ver a educadores escuchando determinadas cancionespara discernir sobre su idoneidad para los menores. Por supuesto, todo tipo dematerial político está vetado.

Las comunicaciones del menor con el exterior están muy limitadas, tanto las visitascomo las llamadas telefónicas (contraviniendo una vez más las indicaciones deNaciones Unidas). Sólo las personas previamente autorizadas podrán comunicarcon el menor, y por regla general sólo se autoriza a familiares directos (pareja, ami-gos, etc. suelen quedar así excluidos del mundo del menor durante su encierro).Esto es especialmente grave en los centros terapéuticos, donde al no haber controljudicial, la decisión sobre las comunicaciones recae exclusivamente en el equipodirectivo del propio centro. En teoría la correspondencia es libre, pero no es infre-cuente que sea leída y/o retenida si lo consideran oportuno.

En cuanto a la formación, en teoría importante para esa entelequia que llaman rein-serción, poco hay que decir, salvo que existe más en el papel que en la realidad. Elmodelo de escuela que ya fracasó con el menor antes de su encierro, difícilmenteva a funcionar entre rejas. Y más ante la falta de medios de todo tipo. En los centrosterapéuticos muchas veces los niños no están escolarizados (recordemos quehablamos de criaturas incluso de ocho añitos). En cualquier caso, sólo parece

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garantizarse, en reforma, la Educación Secundaria Obligatoria, y para menores dedieciséis años. En general, el acceso del menor a la cultura (fundamental para sudesarrollo) se considera una pérdida de tiempo. Y la formación laboral se suelelimitar a la explotación del menor, al que se le encomiendan las labores de mante-nimiento del centro que deberían desarrollar los inexistentes equipos de manteni-miento profesionales. En algunos centros la explotación laboral es más directa, alrealizar éstos trabajos de manufactura de productos que se venderán en el mercadoy cuyos beneficios económicos obviamente nunca repercutirán en los chavales.

Consecuencias

El paso de los chavales por estos centros de aniquilación personal no resuelve nin-guno de los problemas reales que tenían antes de ser privados de libertad, y que noeran pocos.

No podemos olvidar el perfil de estos muchachos. Aunque últimamente se esfuer-cen en tergiversar la realidad y tratar de convencernos de que los menores interna-dos en centros son jóvenes de clase media, descontrolados porque nunca hantenido límites en casa sino que han sido colmados de caprichos y parabienes y poreso se han convertido en “pequeños dictadores”, la verdad es bien distinta. Sinolvidar que cada niño es especial, único e irrepetible, es fácil encontrar un hiloconductor en la vida de la mayoría de estos chicos: la pobreza y la exclusión social.Provienen de barrios marginales, nacidos en el seno de familias con muchas caren-cias de todo tipo, donde el paro crónico de los progenitores y sus consecuenciaspsicosociales son la tónica general, donde con frecuencia asoman el abuso delalcohol y otras drogas. Casi invariablemente, estos chicos son también víctimas delfracaso escolar (del que no está de más recordar que no son culpables), lo quedeterminará que sus recursos cognitivos sean generalmente limitados a la hora deresolver problemas de la vida diaria.

En definitiva, niños que desde la cuna han vivido en un ambiente hostil y estimular-mente empobrecido, con la violencia social añadida que supone su situación deexclusión social (recordar aquí que la condición de excluido es un hecho pasivo, nose elige sino que viene impuesta). Estos poderosos condicionantes llevan al niño air adquiriendo unos patrones de conducta y pensamiento que le permiten sobrevivircon normalidad en este ambiente anormalizado, pero que choca con los patronesideales de conducta y pensamiento de los no excluidos.

Las relaciones que el niño establece con el medio van generando una estructura depersonalidad determinada en la que podemos reconocer ciertos rasgos identitarios(siempre teniendo en cuenta que cada niño es único e irrepetible). Dentro de estosrasgos sobresalen algunos de especial relevancia:

Comenzamos por un rasgo cuya relevancia obliga a dejarlo aquí sistematizado: laconfusión de rasgos de su perfil psicológico y fisiológico que denotan un evidenteretraso, y de características de su evolución psicosocial que dejan entrever unabiografía en la que el niño ha debido hacerse cargo de responsabilidades anticipa-damente. En definitiva, no se trata de un crecimiento acelerado o excesivamente

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lento sino, más exactamente, de una distorsión completa en su desarrollo a todoslos niveles: fisiológico, cognitivo y emocional, fundamentalmente.

La capacidad de digerir el sufrimiento y la soledad. Si tuviéramos que buscar unorigen desde el que fundamentar un estudio de la personalidad de los adolescentesque nos ocupan, quizá fuera la soledad su piedra angular. Una soledad que muchosde ellos cuando comienzan a madurar asumen como innegociable, imposible deeliminar. A esta soledad va siempre adherida la fuerza interior para digerir doloresde cualquier índole, como si ellos fueran un ingrediente necesario para construir eldía a día; conviven con él quizá porque les falta la estima necesaria para acudir aladulto más cercano y quejarse, pero esto sólo se explica desde la certeza aprendidade que sus dolores nunca son lo primero para nadie a su alrededor. Cobra aquíespecial relevancia la crueldad de la ausencia de figuras de referencia dentro de loseducadores, tal y como trataremos más adelante.

Desatención selectiva: han desarrollado mecanismos psíquicos para desatendertodo aquello que no les resulta adaptativamente útil desde su situación de exclui-dos. Tienen una espectacular habilidad para reconocer situaciones o ambientescercanos a la clandestinidad, están sobreadaptados a situaciones de tensión o deconflicto, pero, a la vez, se muestran incapaces de seguir el discurso del maestrodurante una clase entera o demuestran una indeferencia total hacia todo lo relacio-nado con los aprendizajes inútiles desde su condición de excluido.

Otro rasgo de singular relevancia es la actitud defensiva y la agresividad comomecanismo de defensa. Para comprender porqué saltan instintivamente estosresortes incluso cuando desde nuestra perspectiva están injustificados, exponemosla cadena causal que los genera: primero son las condiciones de explotación y lafalta de calidad de vida; como consecuencia el desequilibrio vivencial entre satis-facciones y frustraciones, y cuando esto es muy frecuente, la consiguiente vivenciade la realidad como intolerable; luego la necesidad de poner en juego mecanismosde defensa basados en una aparente dureza emocional.

Extrema dependencia o falta de autonomía. Podemos asumir la autonomía como elrasgo fundamental de la madurez del sujeto. Esta autonomía que nos permite sen-tirnos a un tiempo solos y dueños de nuestro proyecto vital es justamente aquelloque hemos logrado merced a un proceso de maduración cognitiva y afectiva que aestos niños les ha sido negada desde siempre: las relaciones que los adultos hangenerado con ellos y que los centros reproducen sistemáticamente han estadobasadas en la dominación y en el abuso y nunca han logrado un espacio en el queestablecerse y ser respetados, en ninguna de las esferas de su vida. Para ser autó-nomo es necesario haberse sentido antes a salvo en algún lugar y en algúnmomento y esto es justamente aquello de lo que estos niños adolecen.

Tomando como punto de referencia estos rasgos identitarios que el contexto hagenerado se produce su catalogación de delincuente juvenil que puede ir acompa-ñada de un diagnóstico psiquiátrico sobrevenido.

Llegados a este punto en el que prevalece la etiqueta social sobre su condición depersona, pasa de ser un niño en peligro a un menor peligroso y por tanto pasa a ser

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objeto de represión. Y llega al centro de menores. Y allí su vida se convierte en uncontinuo sinsentido. Porque le han dado el cambiazo: aunque siga llevando muyadentro el paro familiar, el alcoholismo paterno y la desesperación de sus hermani-tos, sus problemas pasan a ser los que le marcan en la vida cotidiana del centro. Notiene que preocuparse por tener para comer, sino por evitar el aislamiento y ganarseel privilegio de poder hablar por teléfono con su madre. Ya no tiene que enfrentarsea los problemas reales que le planteaba su dura condición vital, porque ya no tienevida propia, sino que debe defenderse como pueda de los constantes ataques delcentro hacia su condición de persona. Su mundo real desaparece poco a poco desu mente, ya que su mundo pasa a ser la mentira del centro de reeducación (¿quées eso de reeducar?). Se van debilitando poco a poco sus vínculos sociales, porqueahora vive en la sociedad artificial del centro, con reglas y formas ajenas a la vidareal. “Lo de fuera” poco a poco se convierte en algo ajeno al niño.

Cuando recupere su libertad, el chaval tendrá totalmente destruida la poca autoes-tima que tenía antes de ser preso. Tendrá serias dificultades para relacionarse denuevo con la gente “de fuera”, incluso con los suyos, ya que separar de la sociedadno sólo impide aprender a socializarse correctamente, sino que merma las habili-dades previamente adquiridas por el chaval. Muchos de ellos además sufrirán unfuerte estrés postraumático, y mucho tiempo después de estar libre seguirá escu-chando los cerrojos al cerrar los ojos. Su afectividad estará embotada, aturdida,descontrolada, y tardará mucho tiempo en recuperarla, si es que alguna vez lo con-sigue. En resumen, aunque físicamente esté en libertad, su mente puede que sigaencarcelada. Y la libertad vigilada posterior al encierro afianzará esta sensación deseguir preso de alguna manera.

Pero cuando el menor recupere su libertad, el paro familiar seguirá presente, aligual que el alcoholismo y todas las carencias de su barrio. Sólo que posiblementealgunos de los suyos ya no estén, o ya no estén para él. Su situación vital será lamisma que la anterior a su ingreso en el centro, pero su capacidad de adaptación aesa realidad será menor, y sus lazos sociales estarán más deteriorados. Muchosterminarán en la cárcel, algunos encontrarán una muerte prematura, otros conse-guirán salir adelante pero a pesar de y no gracias a su estancia en los centros demenores. Aun así, estos supervivientes, dignos de admiración, también habránsufrido un gran daño interior, que de una forma u otra les acompañará durante todasu vida.

El porqué de las cosas

¿Por qué pasa todo esto en los centros de menores? Respondemos a esta preguntacon otra, formulada en su día por una menor internada en un centro terapéutico:¿cómo es posible que le quiten la tutela a mis padres para dársela a una empresa?Esta pregunta, que sólo puede responderse bajo la lógica del llamado libre mer-cado, es la clave. ¿Cómo es posible que la vida de estos niños dependa de empre-sas de servicios subcontratadas por las administraciones? Es posible porque losniños de las familias sin recursos, como no pueden ser consumidores, han pasado

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a ser bienes de consumo. Se han convertido en objetos susceptibles de generarbeneficios a terceros.

Para entender cómo hemos llegado a esto, es necesario hacer un breve repaso a lahistoria social de nuestro país. Lo haremos a través de la historia de la pobreza y suevolución.

Pobreza carencial

Nos situamos todavía bajo el franquismo. La inmigración del campo a la ciudadhabía generado barrios nuevos, muchos de ellos a base de infraviviendas, dondesus habitantes viven en situación de pobreza, una pobreza que todos identificamoscon carencias materiales por falta de recursos económicos. Este tipo de pobrezacarencial generaba en el resto de la población o bien indiferencia o bien pena, tris-teza. Despertaba solidaridad y empatía en la red social a la que pertenecía.

Pobreza criminalizada

Curiosamente a este tipo de pobreza llegamos de la mano de la democracia. Unperiodo políticamente convulso y de crisis económica. Poco a poco las tremendasilusiones de cambio se van disipando a medida que aumenta la desesperanza alirse comprobando los efectos de la gran traición que sufrimos los trabajadores enlos llamados Pactos de La Moncloa. Se va consolidando lo que llamaronTransición. La desilusión se apodera de muchos activistas sociales, que vuelvendesencantados a sus casas, por lo que se resiente y mucho la capacidad de resis-tencia del tejido social. En los barrios, se va abandonando la calle y cada vez la vidaes más de puertas para adentro. De manera consciente, los dirigentes de laizquierda política van desarticulando el tejido social. Tras la derrota colectiva, seimpone la búsqueda de soluciones individuales para salir adelante. La solidaridadactiva se resiente. Y se remata conscientemente. Los medios de comunicación demasas, de la mano del Ministerio del Interior, inician una feroz campaña “publicita-ria”, inventándose un término trágicamente famoso también hoy día: la inseguridad

ciudadana. De repente los titulares ya no hablan del paro que azota el país (esépoca de reconversiones industriales), sino que un sinfín de delitos, muchos deellos cometidos por niños, atenazan la conciencia de la opinión pública. Esta mise-rable campaña (similar a la que sufrimos hoy día) surte efecto, y la seguridad ciu-

dadana se convierte en una obsesión. Quienes piden mano dura no son los desiempre, sino las personas normales de barrios normales.

Todo esto coincide con la violentísima irrupción de la heroína, que empieza a cau-sar estragos. Casi nadie se acuerda ya de este silencioso genocidio que acabó contoda una generación de jóvenes en los barrios obreros. Y se culpa de ello a los másdébiles. Los habitantes de las barriadas más marginales son presentados ante laopinión pública como magnates del narcotráfico. Qué curioso que gentes sin recur-sos ni para garantizar su subsistencia de un día para otro contaran con la organiza-ción, la logística y el dinero para fletar aviones y barcos con toneladas y toneladasde heroína. A día de hoy hace falta ser muy obtuso para creerlo.

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En definitiva, que aquellos pobres que antes despertaban la solidaridad de sus con-ciudadanos, ahora son los culpables de todos los males de la sociedad. Danmiedo, y hay que protegerse de ellos. Los pobres son así criminalizados, objeto yano de solidaridad sino de represión. Han quedado socialmente excluidos. Contodas las consecuencias que tiene la exclusión social sobre quien la sufre, y sobreel resto de la sociedad, ya que las conductas delictivas se disparan por esta mismaexclusión. Pero así de paso se justifica la represión y la campaña mediáticaemprendida contra los “niños navajeros”. Una vez más, una profecía autocumplida.

Mercantilización de la pobreza

El capital no estaba dispuesto a tener un importante porcentaje de la población almargen de sus tasas de beneficios. Al no poder explotarlos ni extraerles la plusva-lía, se convertían en un estrobo y en un gasto. Utilizarles como chivo expiatorio yano era suficiente. Y por eso idearon cómo exprimirles y a la vez dejarles postradospara siempre en su situación de indefensión extrema al margen de la sociedad.

Llegó el momento del liberalismo salvaje, especialmente tras el colapso del estali-nismo en Europa del Este. La burguesía se embarcó entonces en una orgía de priva-tizaciones de la que los servicios sociales tampoco se salvaron. Se crean multitudde empresas disfrazadas de ongs y fundaciones benéficas que se entregan encuerpo y alma al control social. Un ejército de educadores, trabajadores sociales ypsicólogos se dedicarán, a partir de entonces, a fiscalizar la vida de los máspobres, jugando a ser “secretas” en nombre de la ciencia y la solidaridad. Ingentescantidades de dinero público pasan a manos de “entes solidarios” que gestionanlos servicios sociales, haciendo desaparecer legalmente todo ese dineral que elEstado destina a los pobres, dinero que los pobres nunca ven ni sienten. Los pobressólo ven informes, reproches, amenazas y atentados contra su dignidad e intimidadfamiliar. Todo el mundo se cree con derecho a decirles qué tienen que hacer ycómo tienen que vivir. Se les disecciona en multitud de “mesas del menor” y forosabsurdos donde estos nuevos policías sociales se creen con el derecho de ser jue-ces y verdugos. Todo ello por su bien, claro está. Que los pobres lo son porque nosaben vivir decentemente. Con lo que además tenemos coartada ideológica: si nosalen de su situación es porque no quieren, ¡con la cantidad de recursos que sedestinan a ayudarles! Y como los niños dan más pena, pueden ser más rentables.Así que se los expropian a sus padres y se los entregan a empresarios sin escrúpu-los disfrazados de filántropos (alguno habrá que en su narcisismo se lo llegará acreer) que gestionan centros de primera estancia, centros de acogida, centros tera-péuticos y centros de reforma, gestión que dicen realizar siempre pensando en lomejor para el menor. Que si no funcionan no es porque las llamadas intervencionesestén mal diseñadas o porque sus fines no sean los declarados, sino porque losniños son tan malos y desagradecidos que no quieren aprovechar su estancia enlos centros.

Y así es como hemos llegado a convertir a los niños pobres en objetos de los queextraer un rendimiento económico. Perverso pero eficaz, hay que reconocerlo.

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Fundación internacional O´Belen, un ejemplo paradigmático

La Fundación Internacional O´Belen es una de esas organizaciones sinónimo delucro que surgieron en los años 90 al calor de la mercantilización de la pobreza.Inicialmente se decantaron por el mercado más impune por innovador, el de la psi-quiatrización, convirtiéndose en los pioneros de los centros terapéuticos. Tambiéndecidieron ser los pioneros en investigar sobre los trastornos del comportamiento,más que nada por lo de justificar su negocio, ampliarlo y de paso darle coberturacientífica a las atrocidades que cometen. Así que se embarcaron en el ProyectoEsperi (que nunca acaba, extendiéndose en el tiempo mientras duren las subven-ciones, que chupar del bote público no es algo secundario para los mercenarios dela ciencia), que según sus promotores (Fundación O´Belen, Fundación Iberdrola yFundación Accenture) permite desarrollar una herramienta de diagnóstico precozde los trastornos de comportamiento en menores. Sin sentir el más mínimo rubor,se permiten el lujo de asegurar que el 20% de los niños y adolescentes españolestienen este trastorno. ¡Qué gran mercado se han creado! Ellos mismos son losencargados de realizar una investigación que determina que sus servicios no sóloson necesarios, sino que cada vez lo son más. Hace falta tener muy poca vergüenzapara intentar colar esto como ciencia. Por muchos psiquiatras de renombre querecientemente están intentando fichar para sus patéticos y también subvencionadoscongresos Pero como el negocio va viento en popa, todo el mundo asume u otorgamediante el silencio y la subvención indiscriminada a estos elementos.

O´Belen no se conforma con la gestión de centros terapéuticos para atender enellos a los chavales que se adecuan a sus servicios según los criterios que ellosmismos se han inventado, sino que ha extendido su negocio a todo lo relativo amenores. Obviamente ya han metido el hocico en el mundo de las medidas judicia-les para menores infractores. Ni tampoco le han hecho ascos a abrir todos los cen-tros de acogida que pueden, que aunque menos rentables que los terapéuticos ylos reformatorios, también dan dinerito. Cómo no, si también es un gran negocio.Pero van más allá. También controlan en ciertas comunidades autónomas lo rela-cionado con el acogimiento familiar y los procesos de adopción. Y no se iban aolvidar de los PRIS (Plan Regional de Integración Social) que también forman partedel negocio. Y además en doble sentido: gestionan varios de estos cursos de for-mación laboral (trincando la consecuente subvención pública), y posteriormente através de la empresa solidaria Aspira que creó, explota directamente a muchos cha-vales, ya que primero trabajan gratis para ellos haciendo las prácticas y posterior-mente incorpora a algunos de ellos a la plantilla, incumpliendo no sólo los distin-tos convenios colectivos sino incluso el Estatuto de los Trabajadores en esta bonitae integradora empresa.

Para que no queden dudas del carácter lucrativo de esta fundación, sólo es necesa-rio ver quienes son los componentes de eso que llaman “entidad benéfica sinánimo de lucro”: altos directivos de importantes empresas y políticos de segundafila que se iban quedando sin poltrona. Algunos nombres bastarán: Emilio Pinto(presidente de la FIOB, ex portavoz del PP en Sigüenza), Carlos Moreno (ex conce-jal en Sigüenza del PP, miembro de la Diputación de Guadalajara como no adscrito

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tras ser expulsado del PP), José Carlos Moratilla, (ex presidente de la Diputaciónde Guadalajara por el PSOE, tras cambiarse la chaqueta del CDS donde se inició enesto de los asuntos públicos), José Morales (subdirector territorial en Madrid deIbercaja), Javier Herrero (consejero delegado de Iberdrola) o Manuel Pizarro (expresidente de Endesa y número dos en las listas del PP en las últimas eleccionesgenerales). Y como no podía ser de otra manera, también cuentan con el mantoprotector de la Iglesia, siendo miembro fundador de O´Belen Manuel Ureña, arzo-bispo de Zaragoza.

En resumen, en lugar de eminentes psicólogos, pedagogos y educadores, así comodestacadas figuras comunitarias (lo que esperaríamos si ingenuamente nos creyé-ramos aquello del altruismo a favor de los niños desamparados) nos encontramoscon un curioso elenco de políticos profesionales derechistas de segunda fila eimportantes empresarios, todos ellos bendecidos por un Arzobispo.

Esta Fundación se financia en más de un 90% del dinero que le entregan las distin-tas administraciones, es decir, del dinero de nuestros impuestos. Sin embargo,cuenta con patrocinadores, entre los que destacan. Peugeot, Grupo Lábaro,Alvargómez Gestión Inmobiliaria y la Diputación de Guadalajara (es decir, másdinero público). Ante esta tozuda realidad, para seguir creyendo en el no afán delucro es necesario un verdadero auto de fe.

El papel del educador en los centros de menores

Seguramente sea una de las figuras más importantes dentro de un centro de meno-res, y quizá por eso mismo es una de las más desconocidas.

Al acercarnos al mundo del educador, lo primero que llama la atención es laenorme precariedad laboral que existe en el sector, equiparable a la existente en lascadenas de comida rápida. Es otro de los beneficios de la privatización: contratos afin de obra, sueldos no siempre mileuristas, horas y turnos extra ni pagados niagradecidos, etc. Esta situación precaria favorece a su vez una represión laboral yuna persecución sindical muy acusada (como la sufrida por los compañeros deCGT en el centro Los Rosales, gestionado en Madrid por Siglo XXI), lo que permitea la patronal del sector silenciar a base de despidos y no renovaciones cualquieractividad sindical que se salga del amarillismo y cualquier discrepancia metodoló-gica que se pueda plantear. Ante esta situación y la terrible presión institucionalque lleva hacia el maltrato, es cuando podemos empezar a comprender que lamayoría de los educadores en centros de menores son los que ya no trabajan enellos. La mayoría de los contratados no llega al año de permanencia (muchos ni almes), y tras esta traumática experiencia la mayoría abandonan para siempre el sec-tor profesional de “lo social”.

Ya tenemos una visión de la realidad laboral del educador. Pero esta patética situa-ción (a la que hemos llegado con la connivencia de los partidos de la izquierda par-lamentaria y por la pasividad de los sindicatos de clase mayoritarios) no justificaque se maltrate a los chavales. Porque, si bien es verdad que protocolos, normati-vas, tradiciones de cada institución y demás son por sí solas generadoras de diná-

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micas profundamente dañinas, no podemos olvidar que la mano ejecutora del mal-trato en última instancia es el educador.

¿Qué educadores hay en los centros de menores?

Ya hemos visto que la mayoría de las personas que entran en contacto con estemundo sumergido al margen de la realidad (en los centros de menores, al igual queen los centros penitenciarios para adultos, no se viven 365 días al año, sino elmismo día 365 veces) huyen despavoridas de él. De forma que se produce unaespecie de “selección natural” a la inversa. Así que vamos a intentar exponer unatipología descriptiva de los profesionales del sector. Encontramos tres subtiposfundamentales: el sádico, el tonto útil y el educador propiamente dicho.

El sádico: Afortunadamente no son muchos (aunque tampoco son pocos), pero supapel suele ser preponderante en la vida y funcionamiento de los centros. Lapequeñez personal que sienten en su vida extramuros tratan de resolverla erigién-dose en dioses intramuros, descargando sus frustraciones vitales sobre los meno-res, totalmente indefensos ante el poder absoluto que la institución otorga al edu-cador sobre el menor. Su “acción educativa” se sustenta en el recurso continuo alaislamiento, la amenaza, el grito, el insulto y la vejación permanente. Suelen ser losque mayores barbaridades cometen en nombre de la contención física. Desquiciana los menores con su persecución constante, casi siempre en base a nimiedades eincluso ante paranoicas conspiraciones de los menores que ellos mismos inventan.Puede parecer incluso que estuvieran jugando a ser policías, montando y desmon-tando tramas con el único fin aparente de elevar su ego a costa de infligir un sufri-miento añadido a los menores (saltándose a la torera la normativa cuando lo creenconveniente, para así endurecerla y ponerla a su servicio personal, todo ello demanera impune incluso cuando la dirección del centro tiene conocimiento de ello).

Este colectivo de sádicos está compuesto por un amplio elenco de sujetos: porte-ros de discoteca, ex vigilantes de seguridad, monitores de gimnasio, ex militares,ex legionarios, etc… pero también por diplomados y licenciados universitarios).

El tonto útil: Bastante jóvenes, generalmente recién titulados, y avalados por unbuen curriculum académico. Son los componentes mayoritarios de los equiposeducativos. No han tenido ningún contacto previo con nada que se parezca a laexclusión social; eso sí, alguno de ellos ha trabajado alguna vez como monitor deocio y tiempo libre, por aquello de “siempre he querido trabajar con chavales”, quequeda muy bien en la entrevista de trabajo.

Tolerantes y progresistas por definición, se acercan al mundo de los centros (y al dela marginación) llenos de buena voluntad y vocación, pero no exentos de ciertotufillo clasista y paternalista propio del ambiente universitario: ellos son los quesaben qué le conviene a la gente, y se creen capacitados y por ello con derecho aentrometerse y juzgar la vida de los demás, y a indicarles lo que tienen que hacercon sus vidas, eso sí siempre por su bien.

Su principal cualidad es la incoherencia: se muestran todopoderosos con los críosy sumamente inseguros y sumisos con el resto, especialmente con sus superiores,

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con la empresa y con quienes se muestran aparentemente seguros de lo que estánhaciendo (los sádicos).

De manera consciente no suelen maltratar a nadie, pero su labor en el centro suelelimitarse a ser meros aplicadores de normativas como autómatas, convirtiéndoseen fieles correas de transmisión del maltrato institucionalmente ideado. Como bue-nos y sumisos estudiantes que han sido siempre (en las reuniones de equipo“toman apuntes”), muestran un feroz espíritu acrítico (que para algo el sistemaeducativo funciona como funciona), lo que les lleva a asumir como propios losvalores de la empresa solidaria de la que forman parte (aceptando alegrementecondiciones laborales draconianas por el bien de los niños). Aunque parezca men-tira, llegan a creerse que todo lo que hacen es por el bien del menor… ¡interiorizanque engrilletar y aislar a un niño es educativo!

Por regla general, junto al acriticismo más indigno, se muestran especialmentetimoratos. Esta debilidad de carácter, por no hablar abiertamente de cobardíainfame, les lleva a mirar continuamente para otro lado, limitándose a reírle las gra-cias a los sádicos de los que hablábamos antes. E incluso algunos tratan de imitar-les convencidos de que así harán mejor su trabajo (y algún día serán ascendidos acoordinadores).

El educador: Es decir, el que educa. Son pocos, y generalmente aislados dentro delos centros. Se trata de personas que consideran que lo importante no es la conse-jería de Bienestar Social, ni sus técnicos, ni la fundación que paga su nómina…sino los chavales. Honradamente trata de hacer su trabajo. Es consciente o ha idotomando consciencia de la realidad de los centros, y ha decidido quedarse a pesarde todo y de todos. Sabe o intuye que la espada de Damocles pende sobre él con-

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tinuamente en forma de despido, pero aun así decide ser educador y no dejarse lle-var por lo más fácil: actuar como un carcelero.

La privación de libertad siempre tiene nefastas consecuencias, más para los niños.Pero incluso en estos purgatorios, se puede llegar a realizar una labor educativa,por mínima que sea, y es necesaria mientras los centros sigan existiendo. Pero lahonradez y las ganas de trabajar por los chavales no son suficientes. El educadordebe reunir ciertas características personales que le permitan ser útil para este tipode labor. Lo primero que necesita un educador es una sólida formación, tanto aca-démica como vital. Sin esta formación, muchas situaciones se le escaparán de lasmanos, ya que tendrá que afrontar situaciones muy complejas y problemáticas queexijan tanto un amplio conocimiento como el hecho de “tener calle”. Su madurez

personal será fundamental, ya que muchas situaciones le van a afectar personal-mente y debe saber encajarlas. Y le van a afectar porque si ha decidido ser educa-dor y no carcelero, sólo podrá trabajar desde el compromiso. Debe comprometersecon el chaval, trabajando desde el encuentro personal, acercándose a él, rom-piendo la distancia que impone la institución (y muchas veces las absurdas teoríasque le habrán explicado en la facultad). Pero inevitablemente, al menos en un pri-mer momento, será recibido por el chaval con desprecio, hostilidad e incluso agre-sividad (algo normal, resultado del propio encierro y de su propia historia de vida).Pero para no responder devolviendo esa misma hostilidad y agresividad (utilizandoel poder que le otorga la institución), el educador debe tener una fuerte resistencia

a la frustración, ya que la, muchas veces nula, respuesta inicial del chaval, al igualque la resistencia de la institución ante todas las iniciativas que llegue a plantear,es muy frustrante.

Además, el educador debe gozar de una importante creatividad, para tratar de paliarla enorme pobreza a todos los niveles de su lugar de trabajo, lo que será fundamen-tal para potenciar las cualidades innatas de cada chaval. Y también debe ser muyflexible. Esta flexibilidad no sólo permitirá al educador entender al menor y sus cir-cunstancias, sino que le ayudará a aplicar la normativa de la forma menos dañinaposible para el menor.

Este conjunto de cualidades llevarán al educador a ganarse cierta autoridad ante losmenores. Pero una autoridad personal (es decir, de alguna manera le facilitará seradulto de referencia para el menor), no una autoridad impuesta por ley (que no esautoridad sino capacidad para ejercer poder autoritario sobre otro, a través de lafuerza o la amenaza de su utilización). Y si a todo esto le sumamos una fuerte capa-

cidad empática, podremos empezar a hablar de proceso educativo. Esta empatíaimplica estar cercanos al chaval, no para ser uno de ellos, pero sí para conseguircierta intimidad con él, sin abusar del poder que tiene como educador, sin imponersu criterio, pero manteniendo el rol de adulto de referencia. Así, poco a poco,cuando el chico perciba la autenticidad personal del educador, podrá vencer laslógicas resistencias y prevenciones previas y podrán comenzar a recorrer juntos elcamino de intercambios personales en que consiste en realidad eso tan raro deeducar. Si es capaz de escuchar y estar cerca del chico, si es capaz de crear espa-cios y tiempos de encuentro personal, que son como islas en un mar de agresión

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institucional, el chaval será capaz de pararse a reflexionar, e interpretar de maneraautocrítica su vida. Si el educador es capaz de llegar a esto, tal vez el internamientopueda servir para algo más que para someter, humillar, castigar y llenar de odio yrabia las entrañas del menor.

¿Qué es educar?

Si en el apartado anterior comenzábamos definiendo educador como aquel queintenta educar, nos enfrentamos ahora a la necesidad de definir esta labor.Debemos partir de la aclaración de que es un proceso vital que se da en cualquiersociedad desde que ésta existe. No es una categoría profesional. No es exclusiva deuna élite que deba gozar de un prestigio especial. Todos somos educados y todoseducamos cada vez que nos relacionamos con un niño. La diferencia (de grado)radica en el compromiso que el educador asume en la vida del niño al intentarhacerse de su proceso educativo, de por sí viciado por una biografía marcada por elabandono sistemático y la exclusión social.

Así, asumido el fracaso de la institucionalización que acabamos de revisar, cobraespecial relevancia la alternativa de generar espacios de encuentro personal con elniño excluido. Es necesario constatar el punto de partida: educar solo puede ser unejercicio afectivo que se funda en el vínculo entre el adulto y el niño al que estamosformando.

Así, es bajo este prisma desde el que debemos entender la apuesta que se basa enla renuncia a las relaciones basadas en la dominación y la cosificación. Construirun modo de intervención que genere vínculos personales a partir de la intención deaquel que educa de sumergirse en la realidad que el niño al que quiere educar vive:su familia, su estatus económico, su biografía anterior, etc… hacer un minuciosoacopio de datos que formen parte de su universo de sentido para, con ello, comen-zar a construir un vínculo empático. Un encuentro personal, fuera de espacios crea-dos artificialmente y basados en la despersonalización de todo aquello que rodea laintervención institucionalizada con el niño y generador, en sí mismo, de sentidoafectivo para ambos.

Desde esto, el adulto se acerca al niño al que quiere educar si se acerca a sumundo y le comprende desde él. Conseguido esto, su intervención con él seguirátodo el tiempo fundamentada en el vínculo que les une y deberá responder a laintención de sanar o, al menos, paliar las deficiencias que ha ido descubriendo enel mundo que le rodeaba. El niño es víctima de un contexto en el que sus necesida-des han sido sistemáticamente ignoradas o diferidas durante toda su vida y el edu-cador ha podido comprobarlo; igualmente ha entendido el origen de sus mecanis-mos de defensa, sus bloqueos, etc… con lo que su contacto estará fundado en laempatía que éstos le hayan despertado y en la confianza que el niño vaya apren-diendo a tener en un adulto que comienza a ser una figura de referencia para él.

El adulto debe anticipar altruistamente sus esfuerzos y dejar de esperar consecuen-cias inmediatas de sus actos -rasgo que probablemente haya aprendido de algunade las novísimas escuelas de psicología infantil y juvenil o de alguno de los múlti-

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ples modos de intervención con menores en exclusión social que pueden seraprendidos actualmente en las universidades y en el mundo laboral que rodea eltrabajo con la pobreza y la niñez-, para mostrarse en una relación auténticamentehumana.

De todas las desventuras y satisfacciones que ésta generara debemos especificarespecialmente una intención: sólo puedo organizar –o construir, en la mayoría delos casos- el mundo íntimo de un niño si organizo su mundo exterior, si normalizosu modo de relación con la realidad que le rodea, si garantizo su seguridad y suestabilidad tanto inmediata como, sobre todo, a medio plazo. Desde la calma, laserenidad, la paciencia, la perseverancia y la tenacidad ir construyendo un mundocon sentido alrededor del niño o del adolescente, para que él pueda ir reconstru-yendo su mundo íntimo. Sólo esto nos garantiza un intento honesto de trabajo conniños en situación de exclusión social.

Notas:

1 A pesar del bombardeo mediático sobre la peligrosidad de los menores delincuentes, apro-

vechando de manera indigna el dolor de las familias de las víctimas de crímenes salvajes

como el de Sandra Palo, la realidad de la llamada delincuencia juvenil es muy distinta. Los

datos nos muestran una realidad muy diferente a la diseñada por los mass media. El 66% de

los menores internados en centros fueron condenados por delitos contra el patrimonio (aquí

se incluyen los robos con violencia, los robos con intimidación y los robos con fuerza en las

cosas y los delitos contra el patrimonio que no conllevan ningún tipo de fuerza ni daños

materiales para cometer el robo). Por el contrario, los menores internados condenados por

asesinato o por homicidio suponen el 1.62% del total de los chavales presos, y en el caso

de menores condenados por delitos contra la libertad sexual (violaciones o abusos sexuales)

el porcentaje supone un 2.47%. El resto se reparte en multitud de infracciones, la mayoría

relacionadas con el tráfico de estupefacientes y participación en peleas. (Datos recogidos en

la Memoria de la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor de la

Comunidad de Madrid).

2 Estarán estrictamente prohibidas todas las medidas disciplinarias que constituyan un trato

cruel, inhumano o degradante, incluidos los castigos corporales, la reclusión en celda

oscura y las penas de aislamiento o de celda solitaria, así como cualquier otra sanción que

pueda poner en peligro la salud física o mental del menor. Estarán prohibidas, cualquiera

que sea su finalidad, la reducción de alimentos y la restricción o denegación de contacto con

familiares. El trabajo será considerado siempre un instrumento de educación y un medio de

promover el respeto del menor por sí mismo, como preparación para su reinserción en la

comunidad, y nunca deberá imponerse a título de sanción disciplinaria. No deberá sancio-

narse a ningún menor más de una vez por la misma infracción disciplinaria. Deberán prohi-

birse las sanciones colectivas. (Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los

menores privados de libertad, resolución 45/113 de 14 de diciembre de 1990).

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Hola:

Mi nombre es Paqui y soy madre de un adolescente que está privado de libertad enun centro de Andalucía.

El calvario que estamos viviendo tanto mi familia como yo empezó hace variosaños, cuando mi hijo estaba en edad de desarrollo.

Yo, como cualquier otra madre, sabe bien cuando su hijo tiene comportamientosraros. En mi caso, noté estos comportamientos cuando mi hijo tenía 13 años. Mimarido y yo, preocupados por sus conductas, lo llevamos al psicólogo. El diagnós-tico que este profesional nos dio fue que nuestro hijo padecía un “trastorno esco-lar”.

Al cabo del tiempo, y tras observar que el niño proseguía con la misma conducta,volvimos a pedir cita con el mismo psicólogo. Cuál fue nuestra sorpresa que, tras lacita, este señor nos preguntó que cómo no habíamos acudido antes con nuestrohijo, que padecía una enfermedad muy grave. A continuación, mi hijo comenzó conun tratamiento y sus posteriores revisiones.

La enfermedad con que mi hijo fue diagnosticado se denomina psicosis aguda.

Pero, el gran error de mi hijo no fue sólo su enfermedad, sino que se dejaba llevarpor cualquier persona.

Comenzó a tener problemas con la policía, fue puesto en libertad vigilada y, cadados por tres, la policía aparecía en mi casa…

Desde entonces estoy luchando por el bien de mi hijo, luchando porque sus con-ductas cambiaran, sus hábitos cambiaran y, en general, su vida cambiara.Comencé a llamar a todas las puertas que creí necesarias pero, una y otra vez,nadie me hizo caso. Nadie me quiso o pudo ayudar y, como era de esperar, llegó eldía en que mi hijo fue internado en un centro de menores.

La lucha de una madre por los derechos

de su hijo privado de libertad

Paqui. “Libertad”

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Dicho centro se encontraba a más de tres horas de nuestra residencia. Nosotrossomos de Sevilla y el niño fue internado en Jaén. Por este motivo, solicitamos quese realizara un traslado a un centro más cercano a la familia.

Nuestra petición fue aceptada y mi hijo fue trasladado a un centro en Carmona,pueblo de Sevilla. Inicialmente, creíamos que esto nos iba a suponer una alegría,pero con este traslado comenzamos a vivir el infierno que a continuación les relato:

Cada dos por tres, por no decir casi a diario, nuestro hijo era castigado en su cuartodurante días. A menudo sin luz y, en ocasiones, incluso sin colchón. Durante estoscastigos, el niño sólo podía salir una hora de la habitación, y siempre y cuandohubiese personal en el centro para abrirle la habitación y dejarlo salir.

Y ustedes dirán, algo haría su hijo para ser castigado. Pues, ¿saben qué clase decosas hacía? Olvidarse la toalla al ir al baño, quedarse dormido por causa de lafuerte medicación o reírse junto a sus compañeros.

Pero lo peor no era ese castigo en el cuarto, era tener que comer en el suelo delmismo. Una comida que, cuando le llegaba estaba fría y que incluso en una oca-sión, traía como guarnición una cucaracha. Y todo esto daba igual ya que, según elcentro, era normal que estando rodeados de campo, apareciese alguna. Y digo yo,¿les parece a ustedes normal que apareciese en la bandeja de su almuerzo?

Cuando mi hijo me contaba todo lo que diariamente le sucedía en el centro, yo,como cualquier otra madre hubiese hecho, comencé a quejarme de la situación enla que se encontraba mi hijo. Y esto, les puedo asegurar que fue lo peor que le pasóa mi hijo. Tener una familia que luchara por él, conllevó que mi hijo fuese el centrode todas las miras, el niño más castigado y al que más le buscaban las cosquillas.Y, junto con todo esto, el centro sólo sabía amenazarnos a mí y a mis familiaresdiciéndonos que el niño debía ir a otro tipo de centros, que ese centro no era paraél. Pero realmente lo que a ese centro no le interesaba no era nuestro hijo, éramosnosotros. No le interesaban unos padres que se preocuparan por el hijo, que estu-viesen encima del centro, que se quejaran y denunciaran las injusticias. Eso era loque no interesaba.

Y, finalmente, el centro se salió con la suya y envió a nuestro hijo a un centro máslejano a nuestra residencia.

Lo enviaron a un centro de Cádiz. Pero lo malo no fue el cambio, sino la comunica-ción del mismo. Una mañana recibo una llamada de la trabajadora social del cen-tro, indicándome que, en esa misma mañana, en menos de una hora, saldría haciael otro centro.

Imaginen todos cómo nos quedamos, estábamos destrozados, en una hora nuestrohijo se iba a más de 200 Km. de casa.

Intentamos por todos los medios que no fuese así que no lo trasladaran en esamisma mañana pero, finalmente, nuestros esfuerzos cayeron en saco roto y nuestrohijo marchó hacia Algeciras.

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Pero, dicen que no hay mal que por bien no venga y, gracias a Dios hoy por hoyestamos muy felices del traslado de nuestro hijo. Estamos muy contentos y agrade-cidos con el trato que este centro de menores está dando a nuestro hijo.

En dos meses y medio que lleva allí, nuestro hijo ha tenido varias salidas grupales,y dos salidas familiares.

Y mi pregunta es, ¿cómo es posible que en menos de tres meses haya conseguidomás cosas en este nuevo centro que en los siete meses que se encontró en el cen-tro de Carmona?

Desde el primer día en La Marchenilla mi hijo sigue una dieta, algo que enCarmona no pudo llevarse a cabo en siete meses. Y es que…ocurrieron tantascosas difíciles de comprender en el centro de Carmona.

Ahora solo tengo palabras de agradecimiento para los trabajadores del centro deMenores La Marchenilla, porque gracias a ellos mi hijo está más próximo de sulibertad.

Podría contar y no parar, pero sólo pido a todas las madres y padres de menoresque luchen por sus hijos, y que no dejen que nadie haga con ellos lo que quieranporque, a pesar de todo lo que haya podido pasar, son sus hijos y deben luchar porellos.

Animo.

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Los profesionales del Derecho abajo firmantes1 queremos manifestar públicamentenuestra gran preocupación por las condiciones jurídicas y materiales en que sedesarrolla el internamiento de extranjeros que prevé la Ley de Extranjería. Segúnésta, un inmigrante, simplemente por su situación administrativa irregular, puedeser privado de libertad hasta cuarenta días en un Centro de Internamiento paraExtranjeros (CIE), mientras se tramita un procedimiento administrativo susceptiblede concluir con la sanción de expulsión. Durante este tiempo es custodiado por lapolicía, sin que se garantice un auténtico control judicial, ni esté suficientementeregulado el régimen y funcionamiento de estos centros. A la opacidad de estoslugares se suman el hacinamiento, las deficientes condiciones materiales y laespecial vulnerabilidad de las personas allí encerradas. Por éstas y otras razones, lasituación de los CIE ha sido objeto de duras denuncias por instituciones y organiza-ciones nacionales e internacionales de acreditada solvencia.

El Anteproyecto de Reforma de la Ley de Extranjería presentado por el Gobierno,lejos de corregirla, supondría una sustancial agravación de la situación descrita. Deacuerdo con el art. 62 del Anteproyecto, el internamiento podrá prolongarse hastasesenta días, siendo éste un límite ficticio, cuyo cómputo puede suspendersecuando concurran circunstancias tan frecuentes como que la expulsión no puedaverificarse por causas no imputables a la Administración. Según esta reformacabría tener encerrado ilimitadamente a un inmigrante por no tener autorizaciónpara residir en nuestro país. Consideramos que ésta es una medida que comoEstado de Derecho nos deslegitima, como sociedad nos avergüenza y frente a lacual, como juristas, hemos de manifestar nuestra más contundente oposición yrepulsa.

Por las razones expuestas, solicitamos a todos aquéllos que intervendrán en elactual proceso de reforma de la Ley de Extranjería:

PRIMERO. Que se opongan firmemente a la ampliación del plazo de internamiento ya la posibilidad de suspender su cómputo.

Manifiesto.

Para que el derecho no se detenga

a las puertas de los CIE

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SEGUNDO. Que aprovechen la ocasión para mejorar las condiciones jurídicas delinternamiento. Entre otras medidas, resulta imprescindible garantizar unauténtico y efectivo control judicial de esta privación de libertad y com-pletar la normativa sobre régimen y funcionamiento de los CIE.

TERCERO. Que reconsideren la legitimidad de privar de libertad a una persona conel fin de asegurar la ejecución de una eventual sanción administrativa.

1 Para contactar con nosotros: [email protected](GRUPO INMIGRACIÓN Y SISTEMA PENAL, https://campusvirtual.ucm.es/portal/inmigra-cionysistemapenal.html)

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La� crisis� alimentaria� producto� de� laindustrialización�y�mundialización�de� losalimentos,� además� del� hambre� y� lacomida�basura�genera�nuevas�amenazas,las�epidemias�mundiales�o�pandemias.�Elvirus�de�la�crisis�alimentaria�es�el�mismoque�el�de�la�crisis�de�las�migraciones,�lasguerras� por� el� control� energético,� lashipotecas,�los�despidos�y�la�privatizaciónsanitaria:� la�economía�de�mercado�mun-dial,�el�libre�comercio�de�alimentos,�ser-vicios�y�mercancías.

La gripe porcina, epidemia humana

Según� Margaret� Chan,� directora� de� laOrganización� Mundial� de� la� Salud,� elbrote�de�gripe�porcina�declarado�oficial-mente�en�México�y�EEUU�el�pasado�24�deabril,�es�muy�grave�y�evoluciona�rápida-mente.�Se�trata�de�un�nuevo�virus�animaldel�tipo�A�y�subtipo�H1N1.�Se�transmite�alas�personas�a�través�del�aire�y�por�con-tacto�bucal�con�el�virus�y�es�producto�dela�recombinación�de�las�piezas�genéticasde� 4� virus� donantes� (uno� humano,� unoaviar�norteamericano,�uno�porcino�norte-americano� y� otro� porcino� euroasiático).Los�síntomas�de�esta�epidemia�son�análo-gos� a� los� de� la� gripe� común� estacional:fiebre,�congestión�nasal,�tos,�dolor�mus-cular,�dolor�de�cabeza,� cansancio�y�pér-dida� del� apetito.� A� veces,� tambiénmareos�y�vómitos.�

El� H1N1� era� un� virus� de� la� gripe� aviarhasta� que,� en� 1918,� con� la� denominada“gripe� española”,� saltó� la� barrera� entreespecies,�infectó�a�la�mitad�de�la�pobla-ción�mundial�y�mató�a�40�millones�de�per-sonas.�Se�quedó�en�las�cepas�de�la�gripehumana�durante�varias�décadas�hasta�quefue�identificado�en�el�genoma�de�la�gripeporcina�a�principio�de�los�años�treinta�delpasado�siglo,�durante�la�Gran�Depresión.Desde� entonces� permaneció� práctica-mente� idéntico� a� la� cepa� original.� Peroen�1998,�una�cepa�muy�patógena�diezmóla�población�de�cerdos�de�una�granja�enCarolina�del�Norte.�A�partir�de�entonces,cada� año� surgían� cepas� más� virulentas,incluida�una�variante�del�H1N1�que�con-tenía�genes�internos�del�H3N2,�otro�virusde�la�gripe�humana�que�había�saltado�a�lagripe� porcina� con� la� pandemia� de� gripede� Hong� Kong� en� 1968.� En� un� artículopublicado�en�la�revista�Science�en�2003,sus�autores�consideraban�que� las�pande-mias� de� gripe� humana� de� 1957� y� 1968fueron�causadas�por�virus�aviares�y�huma-nos�en�el�interior�de�organismos�porcinos.Alertaban� de� la� urgencia� de� un� sistemaoficial�de�vigilancia�para�la�gripe�porcinapor� su� potencial� salto� a� una� pandemiahumanai.�Pero�la�administración�de�EEUUhizo�oídos�sordos.�

¿Qué�provocó�la�aceleración�en�la�evolu-ción� de� la� gripe� porcina?� En� las� últimas

Gripe, cerdos y globalización alimentaria

Pilar Galindo Grupo�de�Estudios�de�Consumo�

Responsable�Agroecológico�(GEA)

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décadas,�con�el�fomento�de�un�patrón�ali-mentario�basado�en�carne�barata,�el�sec-tor�ganadero�se�ha�industrializado�y�con-centrado.�La� industrialización�de� la�pro-ducción�ganadera�y� su�carácter�multina-cional�tiene�mucho�que�ver�con�la�apari-ción�de�brotes�de�gripe�animal,�cada�vezmás�virulentos,�que�se�transmiten�a�per-sonas�y�alcanzan�una�dimensión� interna-cionalii.

“Ventajas” e inconvenientes

de esta epidemia

Según� las� autoridades� políticas� y� sanita-rias,� la� gripe� porcina� presenta� ciertasventajas� respecto� a� otras� anteriores(gripe� española� de� 1918,� gripe� aviar� de2003,�entre�otras):�1)�empieza�de�maneraleve,�los�casos�son�poco�numerosos;�2)�elagente� transmisor� son� personas� del� pri-mer� mundo� que� lo� propagan� medianteviajes�turísticos,�más�fáciles�de�controlarque�si�fueran�emigrantes�procedentes�depaíses�empobrecidos;�3)�el�cerdo,�agentetransmisor� del� virus� recombinado,� nohace� viajes� migratorios� como� las� aves,sino�que�es�transportado�en�los�circuitoscomerciales;� 4)� mientras� no� se� contagiede� persona� a� persona,� los� países� musul-manes�están�exentos.�

Los� inconvenientes,� según� las� mismasautoridades� son:�1)� la�evolución�de�estevirus� es� totalmente� impredecible;� 2)� lamovilidad� de� las� personas� y� las� mercan-cías�es�generalizada�por�el�mercado�mun-dial�y�el�turismo;�3)�no�existe�vacuna�efi-caz�contra�este�virus�y�se�tardará�mesesen�elaborarla;�4)� los�antivirales�produci-dos� por� Roche� (Tamiflu)� y� Glaxo(Relenza),�de�los�que�se�conservan�variosmillones�de�antivirales�que�costaron�120millones� de� euros� a� los� gobiernos� paratratar�el�virus�de�la�gripe�aviar�(H5N1)�apartir�de�2003�y�que,�finalmente�no�ori-ginó�una�pandemia,�no�aseguran�el�menorresultado�frente�a�un�virus�diferente.

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Niveles de alerta y medidas

La� OMS� estableció� el� nivel� de� alerta� 3,sobre� 6,� el� mismo� 24� de� abril,� conside-rando� la� vigilancia� de� los� casos� como� latarea�principal.�En�este�nivel�las�medidasson:� usar� mascarilla,� lavarse� las� manos,evitar� lugares� con� mucha� gente,� limpiarlas�manillas�de�las�puertas�y�las�llaves�delos�grifos,�no�dar�la�mano,�no�dar�ni�reci-bir� besos,� no� compartir� cubiertos,� vasosni� servilletas� y� acudir� a� los� serviciosmédicos� en� cuanto� aparezcan� los� sínto-mas.� El� día� 28� de� abril� la� OMS� elevó� laalerta�a�nivel�4.�Las�medidas�del�nivel�4,una� vez� comprobado� el� desarrollo� de� laepidemia�consisten�en:�limitar�o�suprimirlos� viajes,� en� particular� de� avión,� esta-blecer� cuarentenas,� así� como� vacunas� ymedicación� obligatoria.� La� noche� del� 29de�abril�se�pasó�a�alerta�5,�es�decir�“pan-demia� evidente”� porque� el� virus� pasafácilmente� de� persona� a� persona� y� por-que�se�detecta�una�muerte�fuera�del�ori-gen�del�brote�y�dos�casos�confirmados�deinfectados�que�no�viajaron�a�México,�unoen�España�(novio�de�una�estudiante�cata-lana�en�México)�y�otro�en�Indiana�(EEUU).El�nivel�5,�previo�a�la�declaración�de�pan-demia,�no�se�había�alcanzado�en�la�gripeaviar� ni� en� la� neumonía� asiática� (SARS).En� este� nivel� se� desaconseja� el� movi-miento� de� personas.� No� obstante,� lasautoridades� de� la� OMS� siguen� recomen-dando,� aunque� no� explican� porqué,� queno� se� limiten� los� viajes� a� Méxicoiii.� Sinembargo,�Argentina� y� Cuba� ya� los� � hanprohibido.�En� la�UE�fue�propuesto�a� ins-tancia�de�Francia,�pero�en�la�reunión�deMinistros�de�Sanidad�del�30�de�abril�no�sellegó� a� un� acuerdo.� La� ministra� deSanidad� española� consideraba� estamedida�fuera�de�lugar,�quizá�por�los�inte-reses�de�capital�español�en�el�turismo�delas�playas�de�Cancún.�Igualmente,�la�pre-sión� de� los� ganaderos� ha� recomendadorenombrar� a� la� gripe� porcina� como“nueva� gripe”� para� evitar� la� vinculación

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con�la�industria�del�cerdo.�La�OMS�incluyeen�sus�advertencias�diarias�sobre�la�gripeporcina,� “Tampoco hay riesgo de infec-

ción por este virus a través del consumo

de carne de cerdo o productos del cerdo

bien cocinados.” iv

Antecedentes: la gripe aviar

La�epidemia�de�gripe�aviar� (gripe� tipo�Adel�subtipo�H5N1)�se�inició�en�2003�cau-sando�una�gran�mortandad�de�aves�en�lasexplotaciones�industriales�del�sureste�deAsia�y�comenzó�a�transmitirse�a�la�pobla-ción�humana.�Entre�2003�y�2004�se�regis-traron� 50� casos� de� infección� a� personasde� las� que� 36� murieron.� El� virus� noalcanzó� la� propiedad� de� transmitirseentre� personas� y,� finalmente,� no� hubopandemia.� Desde� entonces,� la� OMS� haregistrado� 421� casos� de� gripe� aviar� enhumanos� en� 15� países,� la� mayoría� delsudeste� asiático.� De� ellos� 275� han� sidomortales,�lo�que�advierte�de�la�alta�tasade� mortalidad� (el� 61%� sobre� personasafectadas)� de� este� virus.� Hoy,� la� pobla-ción�aviar�de�Asia� tiene�el�virus�H5N1�y,caso� de� recombinarse� con� el� H1N1,podría� alcanzar� la� potencia� mortal� delprimero.�A� lo� largo� de� 2007� y� 2008,Indonesia� ha� ido� notificando� a� la� OMSnuevos� casos�de� gripe�aviar�en�humanos(141�casos�y�115�muertos�a�22�de�enerode� 2009).� Vietnam� y� China� también� haninformado�de�casos�durante�2008�y�2009(110�y�38�casos�y�55�y�25�defunciones�res-pectivamente).�También� es� preocupantesi� la� gripe� porcina� penetra� en� Egiptodonde�hay�un�brote�abierto�de�gripe�aviarA� H5N1.� Se� han� detectado� casos� desdefebrero�de�2006.�El�18�de�enero�de�2007comprobaron�que�el�virus�había�mutado�yse�hacía�menos�sensible�al�antiviral�osel-tamivir� (Tamiflu).� El� nivel� de� alertaentonces�era�de�3.�Durante�2007�y�2008el� número� de� casos� se� redujo� (sólo� 12pero�7�de�ellos�mortales),�pero�desde�el14�de�enero�de�2009�las�autoridades�sani-

tarias�egipcias�han�notificado�a�la�OMS�23casos�y�4�defunciones.

Hasta�ahora,�la�gravedad�de�estas�epide-mias� de� gripe�A� (animal)� transmitidas� apersonas�no�viene�dada�por�el�número�desus�víctimas�humanas.�Cada�año�muerenen� el� mundo� un� millón� de� personas� porcausa� de� la� gripe� humana� normal� (esta-cional),� de� ellas,� alrededor� de� 3000� enEspaña.� La� gravedad�de�estas�epidemiasprocede�de�la�virulencia�creciente�de�lasmismas,� el� carácter� imprevisible� de� lasrecombinaciones�de�los�virus,�el�aumentode�las�industrias�ganaderas�donde�se�danlas� condiciones� para� la� proliferación� dedichos� virus� y� el� bloqueo� de� cualquierinvestigación� y� actuación� pública� conse-cuente� frente� a� los� poderosos� interesesde�las�multinacionales.�El�resultado�es�laaparición�de�un�ciclo�de�25-30�años�en�elque� se�producen�picos�epidémicos� comoel�actual.�

El�4�de�mayo�de�2009,�10�días�después�desu�anuncio�oficial,�la�dimensión�del�broteepidémico,� según� la� OMS,� alcanzaba� los985� casos,� con� 26� víctimas� mortales.� Laenfermedad�se�había�extendido�a�20�paí-ses�en�una�semana.�Únicamente�el�conti-nente�africano�no�había�reportado�ningúncaso.�El�país�con�mayor�número�de�casosera� México� con� 590� casos� y� 25� víctimasmortales,�aunque�se�contaban�más�de�milcasos�y�150�muertes�sospechosas�de�tra-tarse� de� gripe� porcina,� pendientes� deconfirmar.�En�EEUU�se�documentaban�ofi-cialmente� 226� casos� y� una� muerte.Canadá� era� el� tercer� país,� con� 85� casosconfirmados� y� una� granja�de�200� cerdosque�daba�positivo,�el�día�3�de�mayo,�en�elanálisis� de� este� subtipo� de� virus� H1N1,según�parece�por�contagio�humano�de�unempleado� que� volvió� de� México.� Españaera� el� cuarto� país� en� número� de� conta-gios.�Las�cifras�oficiales�de�la�OMS�repor-tan� 40� casos,� pero� el� Ministerio� deSanidad�daba�44�casos�confirmados,�1�deellos�por� contagio� aquí� y� hasta� 99� casos

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sospechosos.� El� resto� de� casos� oficial-mente�confirmados�estaban�repartidos�enAustria�(1),�Alemania�(8),�Hong�Kong�(1),Costa�Rica�(1),�Dinamarca�(1),�El�Salvador(2),� Francia� (2),� Irlanda� (1),� Israel� (3),Italia�(1),�Países�Bajos�(1),�Nueva�Zelanda(4),�República�de�Korea�(1),�Suiza�(1)�y�elReino�Unido�(15).��Ya�en�esos�primeros�10días�se�hablaba�de�casos�confirmados�queno� figuraban� en� los� datos� oficiales.Preocupaban� los� contagios� a� personalsanitario�o�en�hospitales.�

A�25�de�mayo�de�2009,�un�mes�después,las�cifras�oficiales�de�la�OMS�han�pasado�a12.954�casos�con�92�víctimas�mortales.�Laenfermedad�se�ha�extendido�a�46�países.Sigue� sin� haber� casos� confirmados� enÁfrica.�EEUU�pasó�a�ser�el�país�con�mayorincidencia�de�casos�el�día�9�de�mayo�(enNueva�York� al� menos,� la� propagación� seha� producido� sobre� todo� en� escuelas),aunque�México�supera�en�casos�mortales.EEUU�cuenta�con�6.764�casos�y�10�muer-tes�frente�a�los�4.174�casos�y�80�muertesde�México.�Canadá�sigue�siendo�el�tercerpaís� (921� casos� y� una� muerte)� y� Costa

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Rica,� que� sólo� cuenta� con� 33� casos,aporta� otra� víctima� mortal.�A� pesar� deque� en� Europa� se� dieron� los� primeroscasos�por�contagio�de�viajeros,�y�España�yReino�Unido�han�contabilizado�136�y�137casos� respectivamente,� la� cifra� total� decasos�(356)�equivale�a�los�detectados�sóloen�Japón,�un�país�que�en�una�semana�hapasado�de�7�casos�a�350.�Como�en�EEUU,en�Japón�la�enfermedad�se�ha�propagadoen�las�escuelas.�En�China�tan�sólo�hay�20casos�pero�siendo�un�país�con�incidenciade� gripe� aviar� en� humanos,� es� preocu-pante�la�posible�recombinación�de�ambosvirus,� uno� con� amplia� propagación� ycarácter�leve�(por�lo�que�muchos�afecta-dos�pasan�por�gripe�común�y�no�visitan�almédico)�y�otro�con�fuerte�tasa�de�morta-lidad.� Otra� característica� importante� esla�reproducción�de�casos�dentro�del�pro-pio�país,�los�contagios�de�2ª�o�de�3ª.�A�lafecha�actual,�además�de�México,�EEUU�yCanadá,� se� han� dado� contagios� autócto-nos� en� Europa� (Reino� Unido,� España,Alemania,� Bélgica,� Italia)� pero� tambiénen�Japón�y�Brasil.�Este�último�pertenece

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a�los�países�que�pueden�combinar�la�gripeporcina� con� la� gripe� estacional,� al� ini-ciarse�ahora�el� invierno�en�el�hemisferioSur.�

¿Cuándo se rompe la barrera entre

especies? La gripe española de 1918

La� “gripe� española”� se� trataba� de� unvirus�A,�tipo�H1N1�que�saltó�la�barrera�delas�especies�y,�procedente�de�las�aves,�seintrodujo� en� la� población� de� cerdos,única� especie� que� lo� resiste� ya� que� entodos�los�experimentos�con�mamíferos�hasido�mortal.�A�partir�de�aquí�aparecen�lascepas� clásicas� de� H1N1� porcino.�A� dife-rencia� de� la� epidemia� de� gripe� aviar� de2003,�tenía�un�índice�bajo�de�mortalidad,pero�su�propagación� fue�muy�alta�y,�poreso,�mató�a�tanta�gente.�Las�condicionesde� la� guerra� (movimiento� de� masas� desoldados� hacinados,� mal� alimentados� yenfermos�en�transportes�y�hospitales� sintratamiento� ni� información� epidemioló-gica),� favorecieron� el� contagio� masivodel� virus� en� la� población� humana.� Uncaldo�de�cultivo�propicio,�tal�y�como�ocu-rre� hoy� con� la� producción� ganaderaindustrial� y� una� elevada� movilidad� depersonas,�entonces�a�causa�de�la�primeraguerra�mundial,�hoy�por�el�turismo�inter-nacional.

Lagripe porcina era esperable

Con�la�gripe�porcina�en�México�se�repitela� situación� de� la� gripe� aviar� de�Asia.Igualmente� la� respuesta�de� las�autorida-des�llega�con�retraso�y�plagada�de�false-dades.� Como� señala� Concepción� Cruz,profesora� de� Epidemiología� de� laUniversidad� de� Sevillav,� hay� enormeslagunas�en� la� información�del�origen�delbrote�de�gripe�porcina.�No�se�informa�decuándo� y� donde� aparece� el� brote,� quié-nes� son� los� primeros� afectados,� cuál� hasido�el�mecanismo�de�transmisión�en� losprimeros� casos� y� cómo�ha� continuado� la

transmisión� desde� el� foco� inicial.� Estafalta�de�información�no�es�casual.

Se� ha� intentado� ocultar� el� origen� delbrote� y� su� vinculación� con� la� industriaporcina�de�Veracruz�(México).�Esta�infor-mación� sólo� aparece� en� la� prensa� mexi-cana,� como� una� sospecha� de� la� pobla-ción,� pero� no� se� confirma� sino� que� sedesmiente.� La� comunidad� de� La� Gloria,en�el�estado�de�Veracruz,� tuvo�un�brotevirulento�de�una�extraña�enfermedad�res-piratoria� que� afectó� masivamente� a� lapoblación�pero�las�autoridades�sanitariaslocales� tardaron�en� investigarlo.�Cuandolo� hicieron,� encontraron� que� el� 60%� deuna� población� de� 3000� personas� estabainfectada�por�una�enfermedad�respirato-ria� pero� no� se� revelaba� el� origen.� Sushabitantes� señalan� a� la� contaminaciónprovocada�por�la�instalación�industrial�decerdos� de� Granjas� Carroll,� filial� de� laestadounidense�Smithfield�Foods,�el�prin-cipal� productor� de� cerdos� del� mundo.Smithfield� negó� toda� conexión� con� susinstalaciones.�El�27�de�abril,�días�despuésde� que� el� Gobierno� federal� mexicanoreconociera�oficialmente� la�epidemia�degripe�porcina,�la�prensa�reveló�que�el�pri-mer�caso�diagnosticado�era�un�niño�de�4años� de� La� Gloriavi.� Como� sólo� se� con-serva� esa� muestra� de� la� población� afec-tada�en�dicha� comunidad,�no�hay� formade� comprobar� si� hubo� más� casos.� Ni� laOMS,�ni�las�autoridades�mexicanas�consi-deraron�oportuno�conservar�las�muestrasde� la� población� afectada.� ¿Ocultaronpruebas�o�permitieron�que�se�perdieran?Cuando�a�la�única�muestra�que�tenían�lehicieron�pruebas�pudieron�comprobar�queera�gripe�porcina.vii

¿Qué�relación�hay�entre�esta�enfermedadrespiratoria� y� el� virus� de� la� gripe� por-cina?.� En� la� primera� alerta� de� la� OMS,publicada�el�24�de�abril,�se�menciona�losiguiente:� “El Gobierno de México ha

notificado tres eventos distintos. En el

Distrito Federal, las actividades de vigi-

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Rescoldos nº 20 - 57

lancia empezaron a detectar casos de

síndrome gripal el 18 de marzo. El

número de casos ha aumentado continua-

mente a lo largo del mes de abril, y a

fecha del 23 de abril se habían registrado

en la capital más de 854 casos de neumo-

nía, 59 de los cuales han fallecido. En

San Luis Potosí, en el centro del país, se

han notificado 24 casos de síndrome gri-

pal, 3 de ellos mortales. En Mexicali,

cerca de la frontera con los EE.UU., se

han notificado 4 casos de síndrome gri-

pal, ninguno de ellos mortal. Entre los

casos registrados en México, 18 han sido

confirmados mediante pruebas de labo-

ratorio realizadas en el Canadá como

casos de infección por virus de la gripe

porcina A/H1N1, y 12 de ellos son genéti-

camente idénticos a los virus de la gripe

porcina A/H1N1 de California. La mayo-

ría de estos casos se han producido en

adultos jóvenes previamente sanos.

Normalmente la gripe afecta a personas

muy jóvenes o de edad avanzada, pero

estos grupos de edad no se han visto muy

afectados en México. Hay tres aspectos

muy preocupantes: la existencia de casos

humanos asociados a un virus gripal ani-

mal, la dispersión geográfica de múlti-

ples brotes registrados en la comunidad,

y la afectación de grupos de edad inusua-

les.”

Aquí� finaliza� el� comunicado.� En� lossiguientes�partes�desaparece� la� informa-ción�no� vinculada�a� la� gripe�porcina.� Enningún� caso� se� menciona� la� enfermedadrespiratoria�de�Veracruz.�

Si�no�hay�vinculación�entre�unos�casos�yotros,� ¿por� qué� oficialmente� no� se� des-miente?.� ¿Por� qué� no� se� sabe� nada� delorigen�de�este�brote�y�hay�un�silencio�ofi-cial� sobre� sus� causas?� ¿Por� qué� siendoMéxico�el�país�donde�se�origina�el�brote,no�lo�comunica�oficialmente�hasta�que�lohace�EEUU?�¿Por�qué�la�OIE�(OrganizaciónInternacional� para� la� Sanidad�Animal)está� tan� interesada� en� separar� la� gripe

porcina� de� este� virus� e� insiste� en� varioscomunicados�en�que�no�hay�casos�de�cer-dos�infectados�de�este�tipo�de�gripe�por-cina?�¿Por�qué�la�OMS�no�secunda�a�la�OIEen�sus�aseveraciones�de�que�no�hay�casosde�esta�gripe�porcina�en�los�cerdos�y�sóloafirma� que� no� es� fuente� de� contagio� elconsumo�de�carne�y�productos�del�cerdo?

Aunque�el�brote�de�México�es�el�origen�dela�epidemia,� no� se� informa�oficialmentesino� después� de� que� lo� hace� EEUU� y,durante� varios� días,� el� número� de� casoses�inferior�al�del�país�vecino.�De�repente,el�número�de�casos�se�duplica�para,�final-mente,�ponerse�a�la�cabeza�aportando�lamitad� de� los� casos� confirmados� en� elmundo.

A�pesar�de�los�silencios,�las�demoras�y�losdesmentidos,�el�foco�del�brote,�como�enel�caso�de�la�gripe�aviar�de�2003,�gravitasobre� la� industria� cárnica.� “Las granjas

industriales aumentan la inseguridad ali-

mentaria porque producen alimentos de

baja calidad nutritiva y son el caldo de

cultivo para la producción y reproducción

de enfermedades. Aunque la producción

industrial de pollos y huevos y su comer-

cio global apuntan como causa de la

actual epidemia de gripe aviar, las insti-

tuciones internacionales, europeas y

nuestros gobiernos están evitando que

sean responsabilizados de la crisis. Por el

contrario, la OMS, la UE y los gobiernos

transmiten que las aves silvestres están

propagando el virus, a pesar de que la

extensión de los focos ha seguido rutas

opuestas a sus migraciones. Nos ocultan

que los focos de gripe aviar en Sudeste

asiático – Indonesia, Tailandia, Vietnam-

y China, se han producido en las granjas

industriales controladas por una sola

multinacional y se ha extendido en los

intercambios comerciales de pollos de un

día, huevos incubados y raciones alimen-

tarias que la industria aviar realiza sin

restricciones. Responsabilizan a las aves

silvestres y a la pequeña producción

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doméstica o ecológica, aunque son vícti-

mas y no vectores de propagación”viii.

Nadie�habla�de�lo�más�importante�en�estacrisis:� la�aglomeración� insana�de�miles�ymiles�de�animales�en�naves�y�comederos,chapoteando�en�sus�propios�excrementos,alimentados� con� piensos� que� contienendesechos�de�animales�y�gallinazas�proce-dentes�de�los�excrementos�de�otras�gran-jas� y� trasladados� de� una� instalación� aotra,�con�total�opacidad�para� las�autori-dades�sanitarias�a�quienes�se�les�obstacu-lizan� las� inspecciones� sin� avisar.� Estoshacinamientos�son�la�fábrica�perfecta�delos� virus� patógenos� que,� en� los� cerdos,convertidos�en�reservorio�de�virus�huma-nos,�mutan�y�se�recombinan.

Los�expertos� llevan�años�apuntando�a� laproducción� ganadera� industrial,� como� elcaldo� de� cultivo� perfecto� para� el� surgi-miento�y�la�dispersión�de�nuevas�cepas�degripe� altamente� virulentas.� “Debido a

que los sistemas de alimentación tienden

a concentrar grandes cantidades de ani-

males en muy poco espacio, facilitan la

rápida transmisión y mezcla de los

virus”,� dijeron� investigadores� delInstituto� Nacional� de� Salud� (NIH)� deEstados�Unidos�en�2006.ix

En�2003,�ya�se�señaló�que�la�gripe�porcinaaumentaba�su�velocidad�de�evolución�conel� aumento� del� tamaño� de� los� criaderosindustriales� y� el� uso� generalizado� devacunas� en� estos� establecimientosx.� Lapropia� FAO� lo� advierte� en� sus� informes:“El riesgo de transmisión de enfermeda-

des desde los animales a las personas

será mayor en el futuro, debido al creci-

miento de la población humana y la

población pecuaria, a los espectaculares

cambios que se producen en la produc-

ción pecuaria, al surgimiento de redes

agroalimentarias mundiales y a un consi-

derable aumento de la movilidad de las

personas y los bienes. (...)Ha aumentado

la producción concentrada de alimentos

de origen animal, con menos razas y

variedades pero más productivas, con

una especialización e integración vertical

de las etapas de la producción (como la

reproducción, la cría, el engorde) y cam-

bios importantes en la estructura y el

tamaño de las instalaciones donde se

tiene a los animales. Estas cuestiones

pueden traducirse en graves riesgos de

enfermedades locales y mundiales lo

cual, hasta el momento, no se ha recono-

cido en general.” xi

Todos lo saben.�En�EEUU,�en�1965�había53� millones� de� cerdos� repartidos� entremás� de� un� millón� de� granjas.� Hoy,� 65millones� de� cerdos� se� concentran� en65.000� instalaciones.� De� 50� a� 1000� ani-males�de�promedio�por� instalación.�“Eso

significa pasar de las anticuadas pocilgas

a ciclópeos infiernos fecales en los que,

entre estiércol y bajo un calor sofocante,

prestos a intercambiar agentes patóge-

nos a la velocidad del rayo, se hacinan

decenas de millares de animales con más

que debilitados sistemas inmunitarios.”xii

Lo�mismo�ocurre�en�la�producción�aviar�yde�carne�de�ternera.�En�este�ecosistema“la continua circulación de virus (…)

característica de enormes piaras, incre-

menta las oportunidades de aparición de

nuevos virus por mutación o recombina-

ción que podrían generar virus más efi-

cientes en la transmisión entre huma-

nos” (Informe� de� la� Comisión� del� PewResearch�Center).�“El uso de antibióticos

en las factorías porcinas –más barato que

en ambientes humanos- está propiciando

el auge de infecciones resistentes, a la

vez que los vertidos residuales generan

brotes de escherichia coli y de pfiesteria

(el protozoo que mató a mil millones de

peces en los estuarios de Carolina y con-

tagió a docenas de pescadores)”. xiii

Pero�cualquier�restricción�en�la�prolifera-ción�de�este�ecosistema�propicio�para�lageneración�de�virus�cada�vez�más�letalesy�a�la�vez�resistentes�a�antibióticos�tiene

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Rescoldos nº 20 - 59

que� enfrentarse� con� los� poderosos� con-glomerados� empresariales� avícolas� yganaderos�que�obstruyen�las�investigacio-nes� y� amenazan� con� retirar� la� financia-ción� a� los� investigadores� que� cooperanpara�desvelar�los�riesgos�de�pandemia�degripe� humana� por� condiciones� propiciasde�la�industria�aviar�y�porcina.

El�último�informe�de�los�CDC�(Centro�deDetección�de�Enfermedades�en�EEUU)�deAtlanta� sobre�virus�circulantes� tipo�A�dela� gripe� humana� determinó� un� 90%� deH1N1� y� un� 10%� de� H3N2.� Estos� brotesvirulentos�sólo�se�explican�si�miramos�alinterior� de� la� industria� ganadera.� Laindustria� ganadera� y� en� particular,� laaviar�y�porcina,�es�un�negocio�globalizadoy� con� fuertes� influencias� políticas.� “El

gigante avícola Charoen Pokphand, radi-

cado en Bangkok, desbarató las investi-

gaciones sobre su papel en la propaga-

ción de la gripe aviar en el sureste asiá-

tico. Ahora, la epidemiología forense del

brote de gripe porcina puede encon-

trarse con la obstrucción de la industria

del cerdo.” xiv

La� proximidad� de� criaderos� industrialesde�cerdos�y�pollos�aumenta�los�riesgos�derecombinación� viral� y� el� surgimiento� denuevas� cepas� virulentas� de� gripe.� Sesabe,�por�ejemplo,�que�los�cerdos�criadoscerca�de�las�granjas�industriales�de�pollosen� Indonesia  � tienen� altos� niveles� deinfección�del�virus�H5N1,�la�variante�mor-tal�de�la�gripe�aviar.xv Los�científicos�delInstituto� Nacional� de� Salud� de� EstadosUnidos� han� advertido� que� “el� númerocada�vez�mayor�de�criaderos�de�cerdos�enlas�cercanías�de�criaderos�de�aves�podríapromover�aún�más�la�evolución�de�la�pró-xima� pandemia.”xvi La� OIE� vela� más� porlos�intereses�de�la�industria�ganadera�quepor�la�sanidad�animal.�No�obliga�a�los�paí-ses�a�declarar�los�brotes�de�gripe�porcina.Un�mes�después�de�esta�“pandemia�evi-dente”,�no�sabemos�el�grado�de�infesta-ción�de�este�nuevo�virus�A�H1N1�recombi-nado� con� gripe� aviar� y� humana� entre� la

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cabaña�porcina,�ni�los�contagios�de�virusde�gripe�A�entre�la�cabaña�porcina�y�aviaren� las� instalaciones� industriales.�En�estacrisis,�lo�único�que�ha�hecho�la�OIE�es�evi-tar�la�identificación�del�virus�porcino�conlas� instalaciones� industriales� de� cerdos.Pero� la�omisión�no�es� sólo�de� la�OIE.�LaFAO�y�la�OMS�también�callan.

En�la�región�aledaña�a�La�Gloria�hay�cria-deros�industriales�de�pollos.�En�septiem-bre�de�2008,�hubo�un�brote�de�gripe�aviaren�la�región,�negado�por�las�autoridades.“No hay que olvidar que un componente

común en el alimento industrial de cer-

dos es la gallinaza, una mezcla de todo lo

que se acumula en el piso de los galline-

ros industriales: heces fecales, plumas y

cama animal.”xvii

¿Podría�haber�una�situación�mejor�para�elsurgimiento� de� una� pandemia� de� gripeque�un�área�rural�pobre,�llena�de�granjasindustriales� propiedad� de� empresastransnacionales�a� los�que� les� importa�unbledo�el�bienestar�de�la�población�local?�

La estrategia de la oms no

sirve en caso de pandemia

La�estrategia�que�la�OMS�desplegó�con�lagripe� aviar� y� que� fue� secundada� por� lamayoría� de� las� administraciones� sanita-rias,�no�funciona.�Se�basa�en:�1)�la�identi-ficación�y�aislamiento�de�la�cepa�pandé-mica�en�su�radio�local�de�brote,�2)�admi-nistración�masiva�de�antivirales�y�vacunasa� la� población� si� están� disponibles.� Nosirve�porque:�a)�esa�respuesta�inmediatano�tiene�en�cuenta�la�calidad�de�la�sani-dad�pública�local.�b)�los�microbios�vuelanpor�el�planeta�a�una�velocidad�muy�supe-rior� a� la� que� los� funcionarios� sanitariospuedan� reaccionar� al� brote� original.Cuando�se�consigue�la�vacuna,�la�cepa�hamutado�ya�varias�veces.�Sin�embargo,�sepropaga� el� mito� de� la� eficacia� de� quedicha�intervención�es�preventiva�y�barataporque�los�países�ricos�prefieren�invertiren�sus�propios�laboratorios�que�en�ayudar

a� los� frentes� epidémicos� en� los� paísespobres� con� un� desarrollo� inferior� de� lasanidad� pública� para� toda� la� población,una�de�las�causas�de�la�extensión�y�viru-lencia�de�la�pandemia.�Las�multinaciona-les�también�se�benefician�en�la�guerra�sincuartel�entre�ellas�por�mantener�sus�pri-vilegios�frente�a�las�exigencias�de�los�paí-ses�pobres�de�producir�antivirales�genéri-cos�claves�no�sometidos�a�patentes�parapoder�atender�a�su�población.

En� la�primera�semana,� las�multinaciona-les� farmacéuticas� instaban� a� la� OMS� aacelerar� el� proceso� de� producción� devacunas�aprovechando� las�“ventajas”�dela� ingeniería�genética� (en� lugar�de� incu-bar�el�virus�en�huevos�de�pollos,�desarro-llar�cultivos�de�células�víricas�inactivandoalgún� gen)� para� acortar� el� proceso� ytener� la� vacuna� cuanto� antes.� Nadieadvertía� que� dichas� ventajas� proceden,precisamente,� de� aprovechar� la� promis-cuidad� de� los� virus� y� su� capacidad� parainsertarse� en� nuevas� especies.� Es� decir,se� pretendía� ahorrar� tiempo,� y� sobretodo,�costes�a�las�farmacéuticas,�precisa-mente� con� tecnologías� que� nos� hacenmás�vulnerables�a�la�propagación�de�nue-vas� enfermedades.�Ahora,� la� OMS� nosadvierte�que�hay�que�esperar�a�la�evolu-ción�del�virus�en�coincidencia�con�la�gripeestacional�en�el�hemisferio�sur�para�obte-ner� una� cepa� del� virus� más� actualizada.Es�decir,�se�busca�una�vacuna�que�puedaproteger� a� los� posibles� enfermos� delhemisferio� norte� cuando� llegue� nuestroinvierno,�pero�no�se�plantea�una�vacunapara� enfrentar� la� propagación� de� estagripe�en�los�países�del�Sur.�Preocupa�queentre�en�África�pero�no�se�hace�nada�paraevitar�el�salto�a�ese�continente.�

Mientras�la�OMS�y�los�centros�de�enferme-dades�apuestan�por�esta�estrategia,�no�sereconoce� la� necesidad� de� nuevas� inver-siones�masivas�en�vigilancia,�infraestruc-tura� científica� y� regulatoria,� saludpública�básica�y�acceso�a�fármacos�vira-

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les� por� parte� de� toda� la� población,� enparticular,�dotar�de�medios�de�vigilanciay� protección� en� los� países� que� ahoraentran�en�el�invierno.�

El�sistema�de�alertas�no�ha�funcionado,�nien�México�ni�en�EEUU.�En�México�porquecarece�de�capacidad�y��voluntad�políticapara� gestionar� enfermedades� avícolas� yganaderas.�Pero�la�situación�no�es�mejoren� EEUU.� “La vigilancia se diluye en un

mosaico de jurisdicciones que favorecen

el escaqueo de las grandes empresas

pecuarias cuyo respeto por la regulación

sanitaria es equiparable al respeto a los

derechos de trabajadores y animales.

Durante una década, los científicos han

advertido de los riesgos y de la necesidad

de transferir tecnología viral experimen-

tal a los países situados en las rutas pan-

démicas. Pero no ha habido reacción de

los gobiernos. A pesar de que México

cuenta con expertos sanitarios de repu-

tación mundial pierde una semana por

tener que llevar a hacer los análisis del

genoma de la cepa vírica a un laboratorio

en EEUU”xviii.�

Un� ejemplo� de� que� el� protocolo� de� laOMS� no� sirve� para� detener� la� propaga-ción,� lo� tenemos� en� España� y� la� gestióndel� brote� surgido� en� el� acuartelamientode�Hoyo�de�Manzanares.�Los�primeros�sín-tomas�de�gripe�se�detectan�el�17�de�mayo(un� soldado).�Al� día� siguiente� hay� 13enfermos� y� 4� son� atendidos� con� fiebremuy� alta� en� el� hospital� de�Torrelodonescon�diagnóstico�de�faringitis.�Cuando�lle-gan�los�epidemiólogos�el�martes�al�cuar-tel,� no� esperan� gripe� porcina� porquesiguen� un� diagnóstico� de� faringitis.� Porprecaución�y�por�tratarse�de�un�acuarte-lamiento� envían� muestras� al� InstitutoCarlos�III�y�aíslan�a�los�enfermos,�pero�noconsideran�necesario�emprender�el�restode�medidas�para�evitar� contagios:� no� sesuspende� una� segunda� visita� escolar� de75�niños�entre�11�y�12�años�(la�primera�sehabía� producido� el� lunes),� tampoco� se

evitan� movimientos� de� personal� militarprevistos�durante�los�días�18�a�22�por�loque�pasan�por�Hoyo�de�Manzanares,�500efectivos� de� 6� destacamentos� distintos.El�resultado�es�que�del�brote�inicial�sur-gen,� al� menos,� 3� ramificaciones:� laUnidad� Militar� de� Emergencia� El� Ferral(León),�un�colegio�en�el�mismo�pueblo�yun� centro�de� trabajo�de�Telecinco,� ade-más�de�casos�aislados�de�familiares�y�sol-dados�de�otros�destacamentos�(Valencia,Melilla)� pendientes� de� confirmar.� Lasautoridades� militares� con� la� ministra� deDefensa�afirman�que�han�seguido�los�pro-tocolos� y� que,� al� no� haber� indicios� decontagio�con�el�virus�por�viajes�a�México,no� sospechaban� inicialmente�de� la� gripeAH1N1.� Sin� embargo,� con� un� virus� quedemuestra� alta� capacidad� de� contagio,con�antecedentes�de�contagio�en�centrosescolares�en�México,�Nueva�Cork�y�Japóndonde� se� han� generado� brotes,� y� en� unpaís�en�el�que�ya�hay�30�casos�de�conta-gio� indirecto,� ¿no� habría� que� adoptarotras�medidas?�Tras�un�mes,�la�expansióndel� virus� de� la� gripe� porcina� alcanzamedio�centenar�de�países,�13.000�casos,un�centenar�de�ellos�mortales,�contagiosautóctonos� en� 9� países� y� brotes� en� másde� tres� países� y� a� punto� de� iniciarse� lagripe� estacional� en� el� hemisferio� surdonde� se� localizan� la� mayoría� de� paísesempobrecidos.�La�OMS�insiste�en�no�limi-tar� el� movimiento� de� personas� de� laszonas� infectadas� a� las� zonas� libres� deinfección�cuando�asumen�que�el�contagiopuede�producirse�antes�de�que�aparezcansíntomas�y�durante�7�días,�todo�lo�contra-rio� de� una� gestión� de� contención� de� la“inminente”� pandemiaxix.� Los� medios� decomunicación�y�los�propios�gobiernos�hancontribuido� intentado� trazar� una� rayaentre�alerta�y�pánico.�Todo�un� juego�depalabras�que�perseguía�evitar�medidas�deinterrupción�de� los�movimientos�de�per-sonas� porque� generaban� pánico� y,� segúnellos,�no�estaban�al�servicio�de� la�crisis.El�resultado�es�más�contagios.

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La conjura de los poderes

económicos y políticos

La� Organización� Mundial� de� la� Salud(OMS),�los�gobiernos�y�la�prensa�conside-ran� que� el� máximo� de� garantías� que� sepueden� ofrecer� a� los� ciudadanos� estácubierto� con� la� declaración� discrecionalde� los� distintos� niveles� de� alerta,� cadauno�de�los�cuales�supone�un�determinadoprotocolo� de� normas� y� prohibiciones,� lacreación�de�comités,� subcomités�y�coor-dinaciones�entre�ellos,�así�como�la�detec-ción� y� el� tratamiento� de� las� personasafectadas.� Nuestra� ministra� de� Sanidadnos� tranquiliza�asegurando�que� los�afec-tados� evolucionan� favorablemente.� Lasministras�de�Sanidad�y�Defensa�aseguranque�cumplen�los�protocolos�y�que�eso�estodo�lo�que�se�puede�hacer.

Mientras�tanto,�nadie�vigila�las�instalacio-nes� industriales� con� alta� concentraciónde� animales� en� condiciones� insalubresque�constituyen�el�caldo�de�cultivo�parala�epidemia�al�facilitar�la�recombinaciónde�virus:�unos�animales�contagian�a�otrosy� unos� virus� se� mezclan� con� otros.�A� suvez,�esta�factoría�ganadera�constituye�elecosistema� propicio� para� acelerar� laresistencia� de� los� virus� a� antibióticos� yvacunas� dada� la� profusión� con� que� seemplean�dichos�medicamentos�en�las�ins-talaciones� ganaderas� industriales,� utili-zándolos� de� forma� preventiva� en� unamedio� que� propicia� la� enfermedad� y� eldebilitamiento� del� sistema� inmunológicode�los�animales�debido�al�tipo�de�alimen-tación,�higiene,�aire�enrarecido,�stress�yagresividad� por� falta� de� espacio� vital,pero� también� a� una� selección� genéticacada� vez� más� endogámica� (un� únicosemen� fecunda� a� madres,� hijas,� herma-nas,�primas,�nietas,�etc.).

La� respuesta� gubernamental� es� tardía� yfalsea�la�realidad�de�los�hechos.�Las�auto-ridades� sanitarias� protegen� a� las� indus-trias�que,�a�su�vez,�se�mofan�de�los�con-

troles�veterinarios.�Las�granjas�industria-les,�de�capital�multinacional�y�poderososcontactos�políticos,�ocultan�los�brotes�deenfermedades� poniendo� en� peligro� a� lagente.�Las�autoridades�les�protegen�dila-tando� la� salida� de� la� información,� lainvestigación� del� proceso� y� ocultando� elorigen� del� foco� de� la� enfermedad.Durante� la� “gripe� española”,� el� podermilitar� controlaba� la� información� paraque�no�cundiera�el�pánico�entre�la�tropa.Por�eso�España,�al�margen�de�guerra,�erala� fuente� más� veraz� de� información.Ahora,�el�conglomerado�de� intereses�es,si�cabe,�aún�más�poderoso.�

Hace�casi�dos�meses�surgió�un�brote�viru-lento� de� una� extraña� enfermedad� respi-ratoria�en� la� localidad�de�La�Gloria.�Lasautoridades� no� sólo� no� investigaron� atiempo�las�causas,�sino�que�acusaron�a�lapoblación�de�propagar�la�enfermedad�consus�remedios�caseros.�Todo�menos�señalara�Granjas�Carroll.

La�historia�de�la�gripe�aviar�se�repite:�a)condiciones�insalubres�y�hacinamiento;�b)factorías� industriales� de� pollos� y� cerdosen� la� misma� zona� y� c)� un� elementocomún�de�la�alimentación�de�cerdos�es�lagallinaza.�

A�su�vez,�las�multinacionales�farmacéuti-cas� se� frotan� las�manos�por� la�oportuni-dad�de�negocio�en�esta�crisis:�dos�antivi-rales�que�son�propiedad�de�dos�multina-cionales� que� ponen� de� rodillas� a� losgobiernos.�Cuando�más�falta�hace�un�sis-tema�público�de�protección�de�salud�paraatender�a�una� crisis� global,� los� serviciossanitarios� públicos� se� privatizan� en� lospaíses�ricos�y�la�OMC�obstaculiza�la�inter-vención� estatal� para� la� producción� devacunas�en�los�países�empobrecidos,� ile-galizando� las� políticas� de� los� gobiernosque�anteponen�la�salud�de�su�población�alnegocio�de�las�multinacionales.

En�cada�salto�de�enfermedades�animalesa� humanas� surge� el� miedo� de� la� pobla-

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ción,�pero�también�el�pánico�de�las�auto-ridades�políticas�a�que�una�crisis�destapey�acelere�otras�crisis.�“El miedo de masas

a la ‘carne loca’ se multiplica por la inse-

guridad que inspiran los políticos que

mienten más que hablan. Pero el pro-

blema de fondo no sólo es de vacas.

Tratar a los animales como máquinas de

producir carne, leche o huevos, sin más

objetivo que maximizar la inversión de

capital y con el más absoluto desprecio a

las consecuencias para la salud de la

población, la contaminación ambiental y

el derecho de la gente a tener un empleo

digno es algo coherente con la produc-

ción industrial e intensiva de alimentos

para el mercado global (...) El ganado

afectado por la ‘Encefalopatía

Espongiforme Bovina’ es sólo un epifenó-

meno de la violencia de la economía glo-

bal. No sólo pone de manifiesto la codi-

cia empresarial (...) muestra también la

lógica de una economía que subordina al

beneficio cualquier fin social y no duda

en sobrepasar los límites de la natura-

leza. Esta lógica también contamina y

disuelve el derecho a la vivienda, a un

salario digno, a los derechos políticos y

humanos protegidos por la constitución,

que realmente son sólo libertades condi-

cionales, condicionadas, al derecho más

fuerte del capital para obtener benefi-

cios” xx

El� riesgo� de� pandemia� es� directamenteproporcional�a�la�movilidad�de�personas�ymercancías� a� nivel� mundial.� Los� índicesde�las�bolsas�y�la�caída�de�turismo�y�hos-telería,�publicitan�el�impacto�económicocomo�un�“tam�tam”�que�llama�a�las�mul-tinacionales� a� cerrar� filas� contra� cual-quier�política�que,�para�proteger�la�saludde� la� población,� afronte� las� verdaderascausas�del�problema.�Keiji�Fukuda,�direc-tor� adjunto� de� la� OMS,� expresa� clara-mente� el� sometimiento� de� los� poderes

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políticos� a� los� intereses� empresariales:“una pandemia no es inevitable, pero nos

tomamos esa posibilidad muy en serio”.�

La�pandemia�es�evitable,�al�igual�que�lasmuertes� por� hambre,� obesidad,� cáncer,accidentes� de� tráfico� y� enfermedadeslaborales.� Pero� es� necesario� enfrentarsea�las�multinacionales�y�la�población�debedesear� hacerlo.� Para� eso� hace� falta� laizquierda.

Para más información:

FAO: La� producción� pecuaria� y� sus� riesgospara�la�salud�mundial:http://www.fao.org/ag/againfo/pro-grammes/es/pplpi/docarc/pb_hpaiin-dustrialrisks.html

GRAIN:�La�industria�de�la�carne�desata�unanueva�plaga:http://www.grain.org/articles/?id=49

P.� Galindo, La cigüeña no trae la gripe

aviar:�http://www.nodo50.org/caes/artic-ulo.php?p=618&more=1&c=1

La� Garbancita� Ecológica� “¿cómo� nos� enve-nenan?� La� seguridad� alimentaria� enmanos�de�las�multinacionales”�Entreganº� 4� de� la� Campaña� 17� de� abril“Soberanía�alimentaria�y�consumo�res-ponsable� agroecológico:�Transgénicos,¡prohibición!:http://www.nodo50.org/lagarbanci-taecologica/garbancita/index.php?option=com_content&view=article&id=227 : i como-nos -envenenan - l a -seguridad-alimentaria-en-manos-de-l a s -mu l t i nac i ona le s&ca t id=66 :campana-17-de-abril-dia-de-las-luchascampesinas&Itemid=8

Notas:

i Bernice� Wuethrich,� “Chasing� theFickle� Swine� Flu”,� Science, vol.� 299,2003

ii Mike� Davis:� “La� gripe� porcina� y� elmonstruoso�poder�de�la�gran�industriapecuaria”�The�Guardian�27-4-2009

iii El� 26� de� abril,� con� alerta� nivel� 3,� larecomendación�de�la�OMS�decía�escue-tamente�“La OMS no recomienda nin-

guna limitación a los viajes ni al

comercio”.�El�27�de�abril,�el�mensajecambió:� “La OMS no recomienda nin-

guna restricción de los viajes ni el cie-

rre de fronteras. No obstante, la pru-

dencia aconseja que las personas

enfermas aplacen los viajes interna-

cionales y que quienes presenten sín-

tomas tras un viaje internacional bus-

quen atención médica, siguiendo las

orientaciones de las autoridades

nacionales.” Este� mensaje� ha� perma-necido� sin�cambios� los�días� siguientesa�pesar�de�pasar�nivel� 4� y� al� nivel� 5.http://www.who.int/csr/don/es/index.html

iv Para� reforzar� ese� mensaje,� laFAO/OMS/OIE,� es� decir� las� organiza-ciones� de� NNUU� responsables� de� ali-mentación,� salud� humana� y� sanidadanimal,�han�emitido�el�30�de�abril�de2009� un� comunicado� descartandoexpresamente� la� asociación� del� viruscon�el�consumo�de�cerdo:�“No se tiene

constancia de que los virus de la gripe

se puedan transmitir al ser humano

por ingestión de carne de cerdo proce-

sada u otros productos obtenidos del

cerdo.” Sin� embargo,� no� han� suscritolas� declaraciones� de� la� OIE(Organización�para�la�Sanidad�Animal)que� van� más� lejos� al� señalar� que,como� no� se� han� encontrado� casos� decerdos�infectados�con�esta�variante�dela� gripe� porcina,� no� cabe� llamar� por-cina�a�esta�gripe:�“no hay evidencia de

la infección en cerdos ni de que el

hombre contraiga la infección directa-

mente de cerdos”(30-4-09)

http://www.oie.int/esp/press/es_090430.

htmv Concepción�Cruz:�“Las�causas�concre-

tas� de� las� desigualdades� sociales� ensalud.�El�caso�de�la�epidemia�de�gripeporcina”� 1-5-09.www.kaosenlared.net/noticia/causas

-concretas-desigualdades-sociales-

salud-caso-epidemia-gripe-porc

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Rescoldos nº 20 - 65

vi “Cerco�sanitario�en�Perote�tras�muerteen�marzo�de�bebé�con�gripe�porcina”La�Jornada,�28-4-09http://www.jornada.unam.mx/2009/04/28/?section=politica&article=012n2pol

vii GRAIN� “Influenza� porcina:� un� sistemaalimentario�que�mata�-�La�industria�dela� carne� desata� una� nueva� plaga”http://www.grain.org/articles/?id=49

viii Pilar� Galindo� “La� cigüeña� no� trae� lagripe�aviar”�http://www.nodo50.org/caes/artic-ulo.php?p=618&more=1&c=1

ix Mary� J.� Gilchrist,� Christina� Greko,David� B.� Wallinga,� George� W.� Beran,David� G.� Riley� and� Peter� S.�Thorne,“The� Potential� Role� of� CAFOs� inInfectious� Disease� Epidemics� andAntibiotic� Resistance”,� Journal of

Environmental Health Perspectives, 14de�noviembre�de�2006.

x Bernice� Wuethrich,� “Chasing� theFickle� Swine� Flu”,� Science, vol.� 299,2003

xi “Iniciativas�de�políticas�a�favor�de�lospobres:� la� producción� pecuaria� mun-dial� y� sus� riesgos� para� la� salud� mun-dial”,�julio�de�2007.�Resumen�en:http://www.fao.org/ag/againfo/pro-grammes/es/pplpi/docarc/pb_hpaiin-dustrialrisks.html

xii Mike� Davis:� “La� gripe� porcina� y� elmonstruoso�poder�de�la�gran�industriapecuaria”�The�Guardian�27-4-2009

xiii GRAIN:�La�industria�de�la�carne�desatauna�nueva�plaga

xiv Mike� Davis:� “La� gripe� porcina� y� elmonstruoso�poder�de�la�gran�industriapecuaria”�The�Guardian�27-4-2009

xv David� Cyranoski,� “Bird� flu� spreadsamong� Java’s� pigs”,� Nature 435,� 26mayo�de�2005.

xvi Mary� J.� Gilchrist,� Christina� Greko,David� B.� Wallinga,� George� W.� Beran,David� G.� Riley� and� Peter� S.�Thorne,“The� Potential� Role� of� CAFOs� inInfectious� Disease� Epidemics� andAntibiotic� Resistance”,� Journal of

Environmental Health Perspectives, 14de�noviembre�de�2006.

xvii GRAIN:�La�industria�de�la�carne�desatauna�nueva�plaga:http://www.grain.org/articles/?id=49

xviii Mike� Davis:� “La� gripe� porcina� y� elmonstruoso�poder�de�la�gran�industriapecuaria”�The�Guardian�27-4-2009

xix La� única� cuestión� que� parece� quererrevisar�la�OMS�son�los�niveles�de�alertadado�que�a�lo�largo�de�esta�crisis�mien-tras�que�algunos�países�exigen�que�sedeclare� la� pandemia� (nivel� 6)� otrosprefieren� que� quede� en� nivel� 5.� LaOMS� ha� anunciado� que� no� pasará� alnivel� 6� sin� consultar� al� Comité� deEmergencia� a� la� vez� que� está� estu-diando,�con�los�expertos,�modificar�laescala�para�que� la�gradación�de�nive-les�de�alerta� contemple� tanto� la�pro-pagación�como�el�nivel�de�mortalidadde� la� epidemia.� En� este� caso,� unaamplia�propagación�coincide�con�sinto-matología�leve�(de�momento),�aunquehabrá�que�esperar�a�ver�cómo�se�tra-mita�la�extensión�de�esta�gripe�en�paí-ses�con�un�nivel�de�protección�públicay�medios�muy�inferior�a�los�países�ricosdonde�hasta�ahora�se�ha�producido� laexpansión.

xx Agustín�Morán�“Comida�basura”,�cap�I,pags.� 32-37.� En� VVAA� “El� movimientoantiglobalización� en� su� laberinto.Entre� la� nube� de� mosquitos� y� laizquierda� globalizadora”.� Ed.� LaCatarata-CAES.�Madrid,�2003.

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La�ocupación�de�Palestina�ha�agotado�laspalabras.�Al�menos,�las�mías.�Sólo�resta�laira�hacia�los�nuevos�nazis,�los�sionistas�ysus� nuevas� SS,� los� soldados� sionistas� almismo� tiempo� que� con� los� pusilánimes“demócratas”,�más�o�menos�progres,�máso�menos�“izquierdistas”�que�abominan�dela� violencia� cuando� sólo� la� violenciapuede�revertir�una�situación�en�la�que�yano�vale�apelar�al�derecho�porque�el�dere-cho,� y� la� razón,� están� de� parte� de� lospalestinos.�Pero�cuando�no�vale�el�dere-cho,�ni�la�razón,�porque�no�les�interesa�alos� patrocinadores� de� los� nuevos� nazissólo�cabe�la�violencia.�Por�lo�tanto,�quienesto�suscribe�nunca,�jamás,�acaso,�ni�cri-ticará�una�sola�decisión�de�los�militantespalestinos�cuando�ejerzan�su�derecho�a�laresistir�a�la�ocupación�de�su�territorio�portodos� los� medios� a� su� alcance,� inclusoutilizando� la� lucha� armada,� tal� y� comodice�el�artículo�18�del�Protocolo�II�de�la�IVConvención� de� Ginebra.� Mientras� no� secumpla� el� Derecho� Internacional� esteautor� no� reconocerá� a� nadie� el� califica-tivo�de�“demócrata”,�ni�aceptará�su�dis-curso�sobre�“derechos�humanos”�y�nuncareconocerá�la�etiqueta�que�estos�preten-didos�“demócratas”�cuelgan�a�los�“terro-ristas”.

Sólo�queda�la�ira,�como�decía,�y�el�deseode� que� el� genocidio� que� sufre� la� pobla-ción� palestina,� especialmente� la� resi-dente� en� Gaza,� provoque� un� infarto� demiocardio�entre�los�progres�que�son�cóm-plices,�por�acción�o�por�omisión,�de�ello.Así�que�aquí�va�una�recopilación�de�artí-culos� del� Derecho� Internacional� queponen� de� manifiesto� lo� dicho� anterior-mente.�Ya� que� no� va� a� provocarles� eseinfarto,�al�menos�que�les�saque�los�colo-res.�Pero�ni�eso�tienen,�son�simples�muer-tos� vivientes� en� el� estercolero� “demó-crata”.

La matanza sionista de Gaza y

el genocidio continuado

La� Franja� de� Gaza,� el� lugar� más� densa-mente�poblado�del�planeta�(en�360�kiló-metros� cuadrados� viven� 1’5� millones� depersonas)� se� ha� convertido� en� el� mayorcampo� de� concentración� del� mundo.Aquí,�el�80%�de�la�población�vive�bajo�elumbral� de� la� pobreza� y� los� menores� deedad� (jóvenes� y� niños),� que� son� exacta-mente� el� 50%� de� la� población� gazarí,sufren�graves�problemas�de�desnutrición.Nada�de�ello�preocupa�al�Ejército�sionistani� a� sus� protectores� “demócratas”� queviola� una� y� otra� vez� todas� lasConvenciones� humanitarias� de� Ginebra,

El genocidio en Palestina: unamirada a través del Derecho

Internacional (incumplido por las“democracias” occidentales)

Alberto CruzCEPRID

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así� como� las�declaraciones� internaciona-les� de� Derechos� Humanos.� Durante� laúltima�(por�ahora)�matanza�cometida�enla�Franja,�ocurrida�entre�los�últimos�díasde� diciembre� de� 2008� y� los� primerosquince� días� de� enero� de� 2009,� los� habi-tantes�de�Gaza,� y�de� forma�especial� losniños�han�vivido�bajo�el�Genocidio�de�lasbombas,�de�las�metralletas,�y�de�la�utili-zación�como�escudos�humanos�por�partedel�ejercito�sionista.�El�número�de�muer-tos�fue�de�1.340�muertos�de�los�que�460son�niños�y�106�mujeres,�según�datos�queel�ministerio�palestino�de�Sanidad�ha�dela�Franja�de�Gaza. Los�heridos,�ascendie-ron� a� 5.320,� entre� los� que� había� 1.855niños� y� 795� mujeres,� además� de� queotros�55.000�palestinos�que�tuvieron�quedesplazarse� de� sus� hogares.� Suficientespruebas�de�la�perpetración�de�las�peoresatrocidades� que� ha� vivido� la� infanciaPalestina�en�la�Franja�de�Gaza,�un�campode� concentración,� un� campo� de� matan-zas.

Los�actos�llevados�a�cabo�por�los�soldadossionistas,�las�nuevas�SS�nazis,�constituyenuna�violación�evidente�del�artículo�6�delEstatuto� de� la� Corte� Penal� Internacional(“crimen�de�genocidio”)�y�del�artículo�2de�la�Convención�de�1948�para�la�preven-ción�y�prohibición�del�genocidio.�En�ver-dad,� las� consideraciones� que� llevan� adeclarar�al�Ejercito�de�Ocupación� Israelículpable,�no�sólo�de�crímenes�de�guerra�yde�crímenes�contra�la�humanidad,�de�cri-men�de�genocidio,�son�las�siguientes:�“lacodificación� de� tal� delito� en� el� Estatutode� la� Corte� Penal� Internacional,� tomadodirectamente� de� la� Convención� deGinebra� de� 1948� y� por� lo� tanto� delTribunal� de� Nuremberg,� permite� la� atri-bución� a� muchos,� si� no� a� todos� los� con-flictos� de� nuestra� época,� caracterizadosun�nivel�tecnológico�de�las�armas�de�gue-rra� tan� alto,� que� terminan� por� golpearsiempre�más�a�las�poblaciones�civiles�quea�las�Fuerzas�Armadas.�En�efecto,�el�artí-culo� 6� del� citado� Estatuto� enumera� unaserie�de�actos� típicos�de� la�actividad�de

guerra,� hechos� tales� como� “matar� a� losmiembros�de�un�grupo”�o�“causar�graveslesiones�a� la� integridad� física�o�psíquicade� personas� que� pertenezcan� a� ungrupo”,�se�convierten�en�actos�de�genoci-dio�si�se� llevan�a�cabo”�con�la� intenciónde�destruir�total�o�parcialmente�un�gruponacional,�étnico,�racial�o�religioso”,�defi-nición� esta� última� en� la� cual� la� “inten-ción”� es� fácilmente� demostrada� en� elcaso�de�la�destrucción�de�una�“parte”�del“grupo� nacional.”� El� exterminio� de� unpueblo�hasta�su�desaparición”.

La�gravedad�de�los�crímenes�están�seña-lados� en� el� artículo� 5� del� Estatuto� deRoma� (tipificando� los� crímenes� de� com-petencia� de� la� Corte:� genocidio,� críme-nes�de�lesa�humanidad,�crímenes�de�gue-rra),� se� trata�de�determinar�que� los�crí-menes�cometidos�son�los�suficientementegraves� para� justificar� la� acción� de� laCorte� Penal� Internacional.� La� gravedadde� los� crímenes� debe� establecerseteniendo�en�cuenta�no� sólo� la�escala�decrímenes� y�el� número�de�víctimas,� tam-bién� la� naturaleza� y� la� forma� que� secometieron,� y� la� situación� psicológica,social�que�afectaron�a�la�población�civil.

El� estatuto� de� la� Corte� Penal� Inter-nacional� define� estos� crímenes� de� lasiguiente�manera:

Artículo 6.- Genocidio

A� los� efectos� del� presente� Estatuto,� seentenderá�por�“genocidio”�cualquiera�delos� actos� mencionados� a� continuación,perpetrados�con� la� intención�de�destruirtotal�o�parcialmente�a�un�grupo�nacional,étnico,�racial�o�religiosos�como�tal:

a)�Matanza�de�miembros�del�grupo;

b) Lesión� grave� a� la� integridad� física� omental�de�los�miembros�del�grupo;

c)�Sometimiento� intencional� del� grupo�acondiciones� de� existencia� que� hayande�acarrear�su�destrucción�física,�totalo�parcial;

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d)�Medidas� destinadas� a� impedir� naci-mientos�en�el�seno�del�grupo;

e)�Traslado� por� la� fuerza� de� niños� delgrupo�a�otro�grupo.

Artículo 7.- Crímenes de lesa

humanidad

1.�A�los�efectos�del�presente�Estatuto,�seentenderá� por� “crimen� de� lesa� humani-dad”� cualquiera� de� los� actos� siguientescuando�se�cometa�como�parte�de�un�ata-que� generalizado� o� sistemático� contrauna�población�civil�y�con�conocimiento�dedicho�ataque:

a)�Asesinato;

b) Exterminio;

c)�Esclavitud;

d)�Deportación� o� traslado� forzoso� depoblación;

e)�Encarcelación� u� otra� privación� gravede� la� libertad� física� en� violación� denormas� fundamentales� de� derechointernacional;

f)� Tortura;

g)�Violación,� esclavitud� sexual,� prostitu-ción�forzada,�embarazo�forzado,�este-rilización� forzada� o� cualquier� otraforma�de�violencia�sexual�de�gravedadcomparable;

h)�Persecución�de�un�grupo�o�colectividadcon�identidad�propia�fundada�en�moti-vos� políticos,� raciales,� nacionales,étnicos,� culturales,� religiosos,� degénero� definido� en� el� párrafo� 3,� uotros� motivos� universalmente� recono-cidos�como�inaceptables�con�arreglo�alderecho� internacional,� en� conexióncon� cualquier� acto� mencionado� en� elpresente� párrafo� o� con� cualquier� cri-men�de�la�competencia�de�la�Corte;

i)� Desaparición�forzada�de�personas;

j)� El�crimen�de�apartheid;

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k)�Otros� actos� inhumanos� de� caráctersimilar� que� causen� intencionalmentegrandes�sufrimientos�o�atenten�grave-mente�contra� la� integridad� física�o� lasalud�mental�o�física.

Artículo 8.- Crímenes de guerra

1.�La�Corte�tendrá�competencia�respectode� los� crímenes� de� guerra� en� particularcuando� se� cometan� como� parte� de� unplan�o�política�o�como�parte�de�la�comi-sión�en�gran�escala�de�tales�crímenes.

2.�A�los�efectos�del�presente�Estatuto,�seentiende�por�“crímenes�de�guerra”:

a)� Infracciones� graves� de� los� Conveniosde� Ginebra� de� 12� de� agosto� de� 1949,� asaber,� cualquiera�de� los� siguientes�actoscontra� personas� o� bienes� protegidos� porlas�disposiciones�del�Convenio�de�Ginebrapertinente:

i)� Matar�intencionalmente;

ii)� Someter� a� tortura� o� a� otros� tratosinhumanos,� incluidos� los� experimen-tos�biológicos;

iii) Infligir� deliberadamente� grandessufrimientos� o� atentar� gravementecontra�la�integridad�física�o�la�salud;

iv)� Destruir�bienes�y�apropiarse�de�ellosde�manera�no�justificada�por�necesi-dades�militares,�a�gran�escala,�ilícitay�arbitrariamente;

v)� Obligar�a�un�prisionero�de�guerra�o�aotra�persona�protegida�a�prestar�ser-vicio�en� las� fuerzas�de�una�Potenciaenemiga;

vi) Privar� deliberadamente� a� un� prisio-nero� de� guerra� o� a� otra� persona� desus� derechos� a� un� juicio� justo� eimparcial;

vii)� Someter� a� deportación,� traslado� oconfinamiento�ilegales;

viii)�Tomar�rehenes;

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b)�Otras�violaciones�graves�de�las�leyes�yusos�aplicables�en�los�conflictos�armadosinternacionales� dentro� del� marco� delderecho� internacional,� a� saber,� cual-quiera�de�los�actos�siguientes:

i)� Dirigir� intencionalmente� ataquescontra� la� población� civil� en� cuantotal�o�contra�civiles�que�no�participendirectamente�en�las�hostilidades;

ii)� Dirigir� intencionalmente� ataquescontra�objetos�civiles,�es�decir,�obje-tos�que�no�son�objetivos�militares;

iii)� Dirigir� intencionalmente� ataquescontra�personal,�instalaciones,�mate-rial,�unidades�o�vehículos�participan-tes�en�una�misión�de�mantenimientode�la�paz�o�de�asistencia�humanitariade� conformidad� con� la� Carta� de� lasNaciones�Unidas,�siempre�que�tenganderecho� a� la� protección� otorgada� aciviles�u�objetos�civiles�con�arreglo�alderecho�internacional�de�los�conflic-tos�armados;

iv)� Lanzar� un� ataque� intencionalmente,a�sabiendas�de�que�causará�pérdidasde�vidas,�lesiones�a�civiles�o�daños�aobjetos� de� carácter� civil� o� dañosextensos,� duraderos� y� graves� almedio� natural� que� sean� claramenteexcesivos�en�relación�con� la�ventajamilitar� general� concreta� y� directaque�se�prevea;

v)� Atacar� o� bombardear,� por� cualquiermedio,� ciudades,� aldeas,� pueblos� oedificios� que� no� estén� defendidos� yque�no�sean�objetivos�militares.

Israel� de� forma� directa,� y� Occidente� (ylos� regímenes� reaccionarios� árabes)� deforma� indirecta� por� el� apoyo� que� mues-tran�a�la�ocupación�de�Palestina�violan�deforma� sistemática� los� ConveniosInternacionales� sobre� el� DerechoInternacional� Humanitario,� DerechosHumanos,� Derechos� de� la� Infancia,Estatuto� de� Roma� � dados� los� ataquesdirectos�y�sistemáticos�contra�la�vida�y�ladignidad�humana�de�un�pueblo,�sometido

al�bloqueo�y�al�aislamiento�constante,�sinpoder�huir,�o� refugiarse,�hacinado�en�uncampo� de� concentración,� el� mas� grandedel� mundo,� y� bajo� el� poder� de� fuegodurante�22�días�de�bombardeos,�francoti-radores�y�bombas�prohibidas�por�los�con-venios�de�Ginebra�y�sus�Protocolos.��

Las�violaciones�del�derecho�internacionalhumanitario� deben� ser� perseguidas� einvestigadas�por� los�Estados,�en�especialpor�los�Estados�parte�de�los�Convenios�deGinebra� de� 1949� fuere� cual� fuere� sinacionalidad.� Israel�es�parte�desde�1950del�IV�Convenio,�aplicable�a�la�protecciónde�la�población�civil,�pero�no�investiga�nipersigue�los�hechos�que�son�denunciadosante�sus�tribunales.�Cuando�fallan�los�tri-bunales�del�Estado�con�jurisdicción�sobrelas� infracciones� de� derecho� humanitariopueden� actuar� los� tribunales� de� otrosEstados� (jurisdicción� universal),� ya� quetodos�los�Estados�están�obligados�a�respe-tar� y� hacer� respetar� los� Convenios.� ElEstado� español,� que� hasta� ahora� lo� per-mitía,�se�ha�echado�cobardemente�haciaatrás� (como� el� ministro� de� AsuntosExteriores,� Moratinos,� prometió� a� laentonces�ministra�de�Exteriores�sionista.Livni)� a� pesar� de� todas� las� evidencias,como�las�expuestas�en�la�más�prestigiosarevista� de� medicina� del� mundo,�TheLancet,�que�decía�lo�siguiente�en�un�artí-culo�titulado�“Las�heridas�de�Gaza”:

“Las heridas de Gaza son profundas y de

vieja data. ¿Estamos hablando de la

masacre de Khan Younis de 5.000 perso-

nas en 1956 o de la ejecución de 35.000

prisioneros de guerra por parte de Israel

en 1967? O más aún, de las heridas de la

Primera Intifada, cuando la desobedien-

cia civil de un pueblo ocupado contra los

ocupantes resultó en cientos de muertos

y miles de heridos? Tampoco podemos

descontar los 5.420 heridos tan sólo en el

sur de Gaza desde 2000. Así, tan sólo nos

referiremos abajo a las heridas produci-

das por la invasión ocurrida a partir del

27 de diciembre de 2008 (…).

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El armamento israelí

El armamento utilizado, aparte de las

bombas convencionales y los explosivos

de alto impacto, fue del tipo no conven-

cional, del que al menos 4 categorías

pudieron ser identificadas:

Bombas y proyectiles de fósforo

Las bombas arrojadas fueron descritas

por testigos oculares como explotando a

gran altura y dispersando un amplio

manto de bombas secundarias de fósforo,

que cubrían un área amplia. Durante la

invasión terrestre, los testigos describían

a los tanques lanzando proyectiles aden-

tro de las casas, primero a manera de

obuses convencionales. Una vez que las

paredes eran destruidas, un segundo pro-

yectil –de fósforo- era entonces dispa-

rado al interior de las casas. Utilizado de

esta manera, el fósforo explota y quema

a las familias y sus hogares. Muchos cuer-

pos calcinados fueron encontrados entre

partículas de fósforo todavía ardiendo.

Un asunto particularmente preocupante

acerca del fósforo es su estabilidad y el

consiguiente hecho de que no se consume

completamente, por lo que sus residuos

todavía cubren los campos, los lugares de

juego y diversos recintos (…)

Bombas inertes (o pesadas)

El uso de las bombas DIME (material

explosivo denso e inerte, “dense inert

material explosives”) fue evidente, aun-

que no es seguro si también el uranio

empobrecido fue utilizado en el sur de la

Franja. En las áreas civiles, muchos

pacientes sobrevivientes presentaban

extremidades cercenadas por las DIME,

ya que los muñones, aparte de haber sido

cortados de una manera característica -

propia de las guillotinas-, tampoco san-

graban. En el caso de las DIME, tanto la

metralla como la cubierta de las bombas

son extremadamente pesadas.

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Explosivos de Fuel Aéreo

Detonadores de bunkers y bombas de

implosión también fueron utilizadas.

Existen edificios en la Franja, como el de

Ciencia y Tecnología de la Universidad

Islámica de Gaza, de 8 pisos de altura,

que han sido reducidos a una montaña de

escombros de no más de 5 ó 6 pies de

altura.

Bombas Silenciosas

Los habitantes de Gaza describen un tipo

de bomba silenciosa que resulta extre-

madamente destructiva. La bomba se

presenta como un proyectil silencioso,

distinguible en todo caso debido a un

sonido silbante que produce justo antes

de llegar, que con posterioridad crea una

gran área en la que todos los objetos y

seres vivientes son vaporizados sin dejar

el mínimo rastro. Esta descripción no

encaja con ningún arma convencional,

por lo debe sospecharse que se trata de

armas experimentales que afectan la

composición de las partículas físicas

Ejecuciones

Los sobrevivientes describen a los tan-

ques israelíes llegando al frente de las

casas y conminando a sus habitantes a

salir. Niños, mujeres y ancianos se ade-

lantaban y a medida que se alineaban

fueron ejecutados. Familias enteras han

perdido a decenas de sus miembros a tra-

vés de este tipo de ejecuciones. El ata-

que deliberado en la Franja de Gaza a

niños y mujeres desarmados ha sido bien

documentado durante el pasado mes por

grupos defensores de DDHH.

Ataque a ambulancias

Trece ambulancias fueron atacadas y sus

conductores y personal de primeros auxi-

lios asesinados, en el transcurso de ope-

raciones de rescate y evacuación de heri-

dos.

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Bombas de racimo

Los primeros pacientes heridos por lasbombas de racimo fueron llevados alHospital de Abu Yusef Najjar. Tomando encuenta que más del 50% de los túneles[que conectaban a Gaza con Egipto]habían sido destruidos, la Franja perdiósus vías de abastecimiento. Estos túne-les, en contra de la creencia general, notienen como propósito la entrada a Gazade armamento, a pesar de que armasligeras pueden haber sido introducidas ala Franja a través de ellos. Sí son, sinembargo, el camino de la comida y elcombustible para Gaza. Los palestinosestán comenzando nuevamente a cons-truir túneles. Pronto quedó claro queIsrael lanzó grandes cantidades de bom-bas de racimo sobre el paso de Rafah yque la primera fue detonada accidental-mente debido a las labores de excavaciónde nuevos túneles. Cinco pacientes fue-ron ingresados por quemaduras, luego deactivar algún tipo de dispositivo-trampa(…).

La desnutrición infantil como consecuencia del bloqueo

La� situación�es�manifiestamente�empeo-rable�y�de�ello�se�regocijan,�sí,�regocijan,la� multitud� de� Organizaciones� Para-Gubernamentales�que�acuden�al�olor�deldinero�como�las�moscas�al�de�la�miel:�haymucho� dinero� para� “reconstruir”Palestina.�Así� que,� para� estas� OPG� sepuede� aplicar� el� viejo� dicho� de� que“cuanto� peor,� mejor”.� Más� campos� deintervención.�Como�el�que�pone�de�mani-fiesto�al�Organización�Mundial�de�la�Saluden� su� último� informe,� de� abril� de� 2009,cuando� certifica� que� más� del� 10%� deniños� en� Gaza se� encuentran� bajo� “des-nutrición� crónica”.Eso� significa� que� tie-nen�problemas�de�retraso�en�su�desarro-llo� como� consecuencia� de� la� pérdida� depeso� y� de� los� altos� índices� de� anemiaentre�las�embarazadas.�

La� OMS,� como� la� FAO� (alimentación� yagricultura)� son� organismos� de� la� ONU,

con�lo�que�se�pone�de�manifiesto�lo�dichomás�arriba:�se�deja�hacer�a�Israel�pese�aviolar�todas�y�cada�una�de�las�disposicio-nes� del� Derecho� Internacional.�Tambiénlo�es�la�UNICEF�quien,�en�la�misma�líneaque� la�OMS,�cifra�en�el� �10.3�por�cientode�niños�menores�de�5�años�el�retraso�enel�desarrollo�(baja�altura�según�la�edad)�ypronostica�un�constante�aumento�en�estatendencia� para� los� años� venideros� comoconsecuencia�del�bloqueo�a�que�continúasometida�Gaza.

La�OMS�cree�que�las�deficiencias�de�hie-rro�y�vitamina�A�han�aumentado�desde�lamás�reciente�matanza�y�estima�en�el�65por� ciento� de� los� niños� entre� los� 9-12meses�y�35�por�ciento�de�las�embarazadaslos�casos�de�anemia.�Hay�una�correlaciónevidente� entre� la� desnutrición� y� el� bajoconsumo� de� carne� (proteínas� animales),las�frutas,�el�tamaño�y�entradas�financie-ras�de�cada�familia,�según� la�UNICEF.�Lacantidad� de� fruta� fresca� y� de� proteínaque�se�pueden�adquirir�en�el�mercado�deGaza�ha� sido�perceptiblemente� reducidadebido�al�bloqueo.�

Y� es� que� el� bloqueo� se� inició� desde� elmismo�momento�en�el�que�Hamás�ganó,limpia� y� democráticamente,� unas� elec-ciones�¡que�habían�sido�pedidas�tanto�porIsrael� como� por� la� Unión� Europea� y� losEEUU!� La� democracia� sólo� sirve� parareforzar�los�intereses�del�capital.�Cuandoesos� intereses� son� contrarios,� basta� conno�reconocer�los�resultados�y�desestabili-zar� el� país� hasta� que� se� consiguen� losresultados� deseados.� Pero� hay� un� antes.Según� el�Tribunal� Internacional� sobre� laInfancia� afectada� por� la� Guerra� y� laPobreza.� El� genocidio� que� está� ocu-rriendo� en� Palestina� tiene� a� los� niñoscomo� los� principales� objetivos, puestoque�representan�el�52’2%�de�la�poblaciónde�los�territorios�ocupados.

Palestina� esta� sufriendo� un� Genocidiopermanente� y� constante� contra� laInfancia�desde�hace�décadas,�un�genoci-dio�que�sigue�su�trágico�camino�de�horrory�espanto�en� los�territorios�ocupados,� la

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mayoría�de�las�veces�en�silencio,�el�silen-cio� de� la� impunidad� de� los� responsablesdel� Genocidio� contra� la� infancia� pales-tina,�crímenes�de�guerra�y�de�lesa�huma-nidad,�como�es�la�limpieza�étnica�contrala�población�de�Palestina�donde�el�45%�delos�niños�que�viven�en�territorio�ocupadoson�refugiados,�ascendiendo�al�70%�en�lafranja�de�Gaza�y�más�de�10.000�hogareshan� sido� destruidos� por� las� oleadas� deviolencia.�Cada�año�mueren�10.000�niños,la�mayoría�debido�a�enfermedades�preve-nibles�y�la�deficiente�atención�dada�a�losrecién� nacidos.� Muchas� familias� encuen-tran�muchas�dificultades�para�acceder�alos�servicios�sanitarios�debido�al�altísimocoste� de� los� tratamientos,� a� los� cierresfronterizos�y�a�las�restricciones�de�accesopor�parte�del�Ejército�israelí.�Y�cada�añohay�más�niños�con�altos�grados�de�traumapsicológico� afectados� por� la� guerra� y� elbloqueo� israelí.�Esto�es�algo�que�dice� lapropia� ONU� cuando� dice� que� “algunosniños�detenidos�son�sometidos�a�palizas�ya�tortura�psicológica,�incluidas�amenazasde�violencia�sexual”�por�parte�de�las�tro-pas�sionistas.

El�organismo�de�seguridad�israelí�reclutaa�niños�palestinos�para�que�colaboren�conlos� ocupantes� desde� las� prisiones� o� unavez� puestos� en� libertad.�También� existeconstancia�de�que� las� fuerzas�de� seguri-dad� israelíes� siguen� obligando� a� civiles,con�frecuencia�niños,�a�entrar�en�posibleszonas�de�conflicto�antes�que�los�soldadospara� limitar� así� el� posible� número� debajas�entre�el�ejército.�Esta�práctica�fuedeclarada� ilegal� por� parte� del�TribunalSupremo,� pero� se� volvió� a� realizardurante�la�matanza�de�Gaza.

Genocidio a cámara lenta

Para�entender�la�situación�en�Palestina,�yen�concreto�en�Gaza,�sólo�hay�que�imagi-nar� vivir� dentro� de� una� ocupación,� sinderecho�a�la�autodeterminación�ni�dere-cho� al� retorno� y� ningún� poder� sobre� tuvida� diaria.� Estar� en� constante� temor,

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económicamente� estrangulado� y� casti-gado�colectivamente.�Tu� libertad�de�cir-culación� no� existe� porque� las� fronterasestán� cerradas� (recordar� que� se� estáhablando�de�una�extensión�de�40�kilóme-tros�de�largo�por�15�de�ancho�en�el�casode�Gaza),�hay�regulares�toques�de�queda,puestos� de� control,� vallas� eléctricas� ymuros� de� separación.�Tu� casa� puede� serdemolida� si� tienes� relación� con� alguienque�haya�realizado�alguna�acción�contralos� ocupantes� (permitida� por� el� derechointernacional)�tu�tierra�robada�sistemáti-camente� para� construir� asentamientospara� colonos� en� violación� del� derechointernacional� que� prohíbe� al� ocupantecualquier�tipo�de�actividad�económica�enla�tierra�conquistada�y�tienes�negados�tusderechos� a� servicios� esenciales� como� laatención�a� la� salud,�educación,�empleo,comida� y� agua� limpia.� Por� si� todo� elloparece�poco,�imagina�ser�un�blanco�regu-lar�de�incursiones�y�ataques,�por�tierra�yaire,� de� hostigamiento� intencionado,� dedepuración� étnica,� detenido,� encarce-lado,�torturado�sin�pretexto�alguno�y�pri-vado� del� derecho� a� la� legítima� defensa.Esto�es,�entre�otras�cosas,�un�genocidio�acámara�lenta.

No�es�algo�que�diga�yo.�Según�el�historia-dor�israelí�Ilan�Pappé,�Israel�ha�llevado�acabo�un� genocidio� contra� los�palestinos,patrocinado�por�el�Estado,�durante�déca-das�y�con�intensidad�en�Gaza.�En�un�artí-culo�de�septiembre�de�2006�en�ElectronicIntifada� titulado� “Genocidio� en� Gaza”escribió:� “Un genocidio está teniendo

lugar en Gaza... Un promedio de ocho

palestinos mueren diariamente por ata-

ques israelíes en la Franja de Gaza. La

mayoría de ellos son niños. Cientos son

mutilados, heridos y quedan paralíticos.

Muy a menudo sólo se informa de ello en

páginas interiores de la prensa local y

muy a menudo son pocas líneas, casi

microscópicas. Los principales culpables

son los pilotos israelíes, es como disparar

a los peces en un barril. ¿Por qué no, son

solo musulmanes?”

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El� experto� en� derecho� internacionalFrancis� Boyle� propuso� ya� en� marzo� de1998� llevar� a� Israel� ante� la� CorteInternacional�de�Justicia�(CIJ)�de�La�Hayapor� violar� la� Convención� sobre� elGenocidio� por� violar� “casi� todos� los� 149artículos� de� la� Cuarta� Convención� deGinebra�que�regula�el�tratamiento�de�losciviles�en�la�guerra�y�bajo�la�ocupación�yes� culpable� de� graves� crímenes� de� gue-rra”.�Boyle�fue�más�allá�y�dijo�que�comouna� potencia� ocupante,� Israel� ha� come-tido� crímenes� de� lesa� humanidad,� talcomo�se�definen�en�virtud�de�la�Carta�deNuremberg�de�1945.

Ha�pasado�ya�mucho�tiempo�de�esto,�poreso�ya�no�valen�las�palabras.�Y�más�des-pués� que� Ismail� Haniyeh,� de� Hamás,� seconvirtiese�en�primer�ministro�en�2006�yofreciese�a�la�Administración�Bush�la�paza�largo�plazo�a�cambio�del�fin�de�la�(ile-gal)� ocupación� de� Israel.� Pero� la� ofertafue� rechazada.� ¿Por� qué?� Israel� yWashington� son� aliados� en� una� empresaconjunta�y�necesitan�enemigos,� tambiénconocidos�como�“terroristas”.�En�el�man-tenimiento� de� un� ilusorio� “proceso� depaz”,� sea� cual� sea� el� que� exista,� no� sehizo�ningún�esfuerzo�de�equidad�para�conlos�palestinos.�Lo�que�importa�es�el�con-trol�conjunto�de�la�región.�Israel�como�lapotencia�hegemónica.�EEUU�(y�la�siemprepusilánime� Europa)� como� parte� de� suimperio�mundial�y�todos�los�recursos�vita-les�en�él,�especialmente�el�petróleo,�porsupuesto.

Cuando�en�2006�Hamás�obtuvo�una�reso-nante�mayoría�democrática�en�el�ConsejoLegislativo� Palestino� Israel,� EstadosUnidos�y�Occidente�terminaron�con�todaslas� ayudas,� impusieron�un�embargo�ago-biante,� sanciones� y� aislaron� política-mente�al�gobierno�de�Hamás.�La�intensarepresión�que�siguió�continúa�hasta�el�díade�hoy�–�intervenciones�y�ataques�regula-res,�e�imposición�de�un�asedio�medieval�aGaza-�y�se�han�intensificado.�La�comuni-dad�mundial�continúa�en�silencio�pese�aque� ya� en� noviembre� de� 2008,� un� mes

antes�de�la�matanza�sionista�de�Gaza,�laCruz�Roja�publicase�un�informe�donde�sedecían� cosas� como� que� “los efectosdevastadores del sitio que Israel impusodespués de que Hamas tomó el control deGaza en junio de 2007 han provocado ladramática caída en el nivel de vida, pro-vocando un cambio en la dieta que puededañar la salud a largo plazo de la pobla-ción de Gaza”. Insisto:�fue�antes�del�ata-que,� imaginaos�ahora�con� la�destrucciónañadida� de� hogares,� cultivos� y� reforza-miento�del�bloqueo.

Poner fin al bloqueo israelí

y detener el genocidio

El� 24� de� noviembre� de� 2008,� el� presi-dente� de� la�Asamblea� General� de� lasNaciones� Unidas,� Miguel� D’Escoto,� dijoque�el�tratamiento�de�Israel�a�los�palesti-nos�era�como�“el�apartheid�de�una�épocaanterior”,� en� referencia� a� la� Sudáfricaracista.�Sus�observaciones�se�enmarcabanen�un�debate�anual�del�Día�Internacionalde� Solidaridad� con� el� Pueblo� Palestino.Agregó:�“No�debemos�tener�miedo�a�lla-mar� a� algo� lo� que� es� desde� que� lasNaciones� Unidas� aprobó� la� ConvenciónInternacional� contra� el� Crimen� deApartheid”.�Eso�es�lo�que�hace�Israel�y�loque� existe� hoy� en� la� Palestina� ocupada.Nadie� que� se� llame� “solidario”� puedeseguir�haciéndolo�si�no�hace�lo�necesariopara� poner� fin� al� bloqueo� israelí� (y� unaforma� es� el� boicot� a� sus� productos)� y� adetener�el�genocidio�(y�una�forma�es�apo-yando� todas� y� cada� una� de� las� accionesde�la�resistencia�palestina).

Nota:

El�artículo�de�“The�Lancet”�reseñado�parcial-mente�puede�leerse�entero�en:http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?arti-cle411

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En� el� año� 1975�Teresa� Ubeira� Santoro,pedagoga� social,� y� Juan� RodríguezLlauder,�psiquiatra,�decidieron�abrir� unaescuela�en�una�pequeña�aldea�gallega,�aorillas�del�Miño.�La�llamaron “O�Pelouro”,que�en�gallego�quiere�decir�“la�piedra”;no� cualquier� piedra,� sino� pelouros� ypelouriños�del�lecho�del�río,�redondeadospor� la� corriente� que� los� pule� eterna-mente.� Han� transcurrido� más� de� tresdécadas� y� centenares�de� niños� y� niñasque� han� vivido� los� espacios� humanos� yhumanizadores de� esa� escuela� hanlogrado�aquello�que�en�ningún�otro�lugarse�les�ofrecía:�sacar�“matrícula�de�honoren� sí� mismos”.� Una� bella� frase� que� legusta� decir� a�Teresa� y� que� explica� yresume�una�labor�pedagógica�tan�lúcida�yhonesta�como�necesaria.�

Hoy�escribo�estas�líneas�desde�dentro�deesta� hermosa� escuela,� desde� el� vínculo,la� relación�y� cooperación�con� sus�prota-gonistas,� justo� en� el� corazón� del� argu-mento� que� sostiene� y� me� explica� estaaventura� pedagógica� de� muchos� años.Escribo�como�madre,�como�amiga,�comocolaboradora,� para� dar� cuenta� de� lasituación�irracional�e�injusta�a�la�que�hallevado� la�Administración�del�PSG-BNG�aO�Pelouro.�Un�ajuste�de�cuentas�arbitra-rio� que� amenaza� con� derribar� la� estruc-tura�organizativa�de�la�escuela.

No� se� trata� del� primer� embate.� El� añoanterior� (curso� 2007-2008)� la� misma

Administración� retiró� la� subvención�para17� becas� de� comedor� de� niños� y� niñas,muchos� de� ellos� con� problemas� graves.En�este�año�ha�sido�la�retirada�de�200�000euros,� que� corresponden� al� manteni-miento� de� tres� unidades:� una� de� prima-ria,�una�de�infantil�y�otra�de�Aprendizaxede�Tarefa� para� alumnos� de� la� ESO� connecesidades� educativas� especiales� y� deeducación�especial.

Estas� medidas� contra� la� escuela� se� hantomado�pocos�días�antes�de�que�expire�elplazo� para� la� firma� del� Convenio� queanualmente�se�firma�con�el�centro,�en�elmes� de� diciembre:� es� decir,� a� mitad� decurso.�No�han� respondido�a� las�urgentesdemandas�de�la�Comunidad�Escolar�ni�a�lapropuesta�de�Convenio�presentada�por�laescuela,�ni�a�la�fundamentación�pedagó-gica� y� jurídica� de� la� misma.�Tanto� elValedor� do� Povo� como� el� Defensor� delPueblo� han� requerido� informes� sobre� elconflicto� con� el� colegio� a� la� Conselleríade� Educación,� informes� que� a� fecha� dehoy�aún�no�han� sido�presentados.�No�hahabido� explicaciones,� ni� posibilidad� dereunión� con� la� comunidad� escolar,� ni� denegociación.

Eso�sí,�la�Consellería�envió�una�inspecciónextraordinaria� para� elaborar� un� informeexhaustivo,�a�petición�del�propio�centro,que�de�esta�forma�esperaba�que�los�res-ponsables�políticos� entendieran� la� nece-sidad�de�mantener�todas�las�unidades.�La

A pesar de todo, nos movemos

Cristina solaMadre�de�la�Comunidad�Educativa�O’Pelouro

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inspección�no�quiso�salir�de�la�sala�dondefue�recibida,�no�quiso�ver�la�escuela�ni�alos� niños,� y� recibió�de�uno�en�uno�a� losdistintos�responsables.�Botón�de�muestra:

Inspecctor:� ¿Tiene� usted� el� proyectocurricular?

Pelouro:� No,� mire,� aquí� tenemos� Planesde�Desarrollo�Individualizados…

Inspector:�Eso�no�me�interesa,�yo�le�pre-gunto� y� usted� se� limita� a� respondercon�Si�o�No.�¿Tiene�el�proyecto�curri-cular?

Pelouro:�No,�ya�le�digo,�pero�déjeme�quele�explique�en�qué�consiste…

Inspector:�Ya� veo.� No� tiene� proyectocurricular.

Y�una�vez�puestas�las�cruces�en�las�casi-llas� del� “NO”,� la� inspección� se� fue� pordonde�vino.

Días� después,� un� enfadado� cargo� de� laConsellería� me� juraba� por� teléfono� que“antes�de�marcharse�iba�a�dejar�regulari-

zado�a�O�Pelouro”.�Regularizar:�meter�encintura,� domeñar,� someter,� constreñirloen�un�concierto�común,�acabar�con�la�sin-gularidad,� con� la� innovación� educativa,con�el�éxito�integrador.�

Pero�para�hacerlo�bien�deberían�derogarel� Decreto� que� ampara� esta� experienciaeducativa;� sin� embargo� no� se� atrevenporque�carecen�de�razones�que�lo�justifi-quen.�Así� que� han� comenzado� a� buscarexcusas�burocráticas,�por�completo� irra-cionales,�atrincherándose�en�un�oxímorony�generando�un�círculo�vicioso:�O�Pelouroes� un� colegio� de� innovación� de� carácterexperimental,� que� funciona� fuera� de� lanorma� escolar� ordinaria;� sin� embargo,debe� explicarse� administrativamentedentro�de� la�norma�ordinaria�para�obte-ner� la� subvención� que� le� permite� inno-var…� De� lo� que� se� deduce� que, para� laAdministración,� esta� escuela� debe� ser“de�innovación�ordinaria”.�

Y�en�este�punto�acerca�de�lo�irracional yantes�de�seguir,�siento�necesario�ofrecer

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mi�visión sobre�el�carácter�de�la�pedago-gía� viva� que� lleva� más� de� tres� décadasfloreciendo� en� esta� diminuta� aldea� ter-mal.

No ser un obstáculo…

La� experiencia� pedagógica� de� O� Pelourono� se� parece� a� ninguna� otra� que� yoconozca,� quizá� porque� lo� importante� enella�es�el�Niño�y�no�la�escuela�ni�sus�adul-tos:� la� persona� en� desarrollo� y� su� con-texto,�su�historia,�sus�deseos�e�inclinacio-nes,� su� potencial,� el� cúmulo� de� relacio-nes� y� herencias� que� lleva� consigo.� Laescuela� está� al� servicio� del� Niño� y� paraello� crea� un� contexto amablementeimbricado�en�su�entorno,�que�le�contienesin� imponerle,� que� no� es� obstáculo� alfluir�de�sus�elecciones,�de�su�sentir�y�supensar,� en� el� que� acompañarle� en� sudeseo� de� ser� y� conocer,� de� aprender� acooperar,� ayudarle� a� crear� su� ordeninterno,�tan�necesario�para�un�desarrolloque�podremos�llamar�–aquí�sí-�saludable.

O�Pelouro�no�es,�pues,�una�escuela�divi-dida� y� fragmentada� en� horarios,� mate-rias,�aulas�cerradas,�sino�un�lugar�abiertoy�apacible,�con�espacios�y�tiempos�flexi-bles,� conectado permanentemente� consu�entorno�y�del�que�el�Niño�es�su�abso-luto� propietario-explorador.� Una� escuelaque�permite�que�entre�la�vida�en�ella�y�lacolme,� con� días� grises� y� días� intensa-mente� azules,� con� instantes� mágicos,momentos� dolorosos,� con� conflictos,anhelos,�trabajo.�Todo�tiene�cabida�y�detodo� se� saca� partido.� Como� quiera� quepara�cualquier�mortal�la�vida�pierde�sen-tido�cuando�ya�se�lo�ha�encontrado,�unaescuela�que�haya�logrado�dar�con�lo�quepodríamos�llamar�el�sistema�organizativoideal� está� abocada� a� su� eterna� repeti-ción.�Por�eso�en�O�Pelouro�un�día�nuncaes�igual�a�otro�día;�la�vida�en�esta�escuelavaría� inmensamente� con� el� paso� de� lasestaciones,� con� la� llegada� de� un� niñonuevo,�con�un�conflicto�planteado,�con�eltitular�de�un�periódico, un�miedo�repen-

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tino,�un�acorde�inesperado,�con�un�gestoque� alguien� observa,� con� un� silencio� ouna�palabra.�Con�la�temporada�de�la�lam-prea,�con�el�florecimiento�de�la�glicinia,con� la� lluvia.� Decía� Fernando� Pessoa:“pensar�es�estar�enfermo�de�los�ojos”.�Alcontrario�que�en� las�escuelas�ordinarias,en�O�Pelouro�enseñan�a�los�niños�y�niñas�amirar.�En�las�dinámicas�grupales�se�seña-lan� objetos,� actitudes,� circunstancias,emociones… Los�niños�miran�la�cosa;�unamirada� que,� casi� sin� querer,� se� vuelvealerta,�inquisitiva.�La�escuela�es�un�orga-nismo� vivo, sensible� a� todo� lo� que� lerodea.�

No� hay� una� diferencia� esencial� entre� elmaestro� y� el� niño.�Aquí� los� maestros� noestán� pegados� a� sus� libros� de� texto� niimponen�lo�que�el�niño�debe�aprender�ypara� qué� y� por� qué� y� cómo� y� durantecuánto� tiempo,� sino� que� permanecenatentos,� escuchan,� inquieren,� alientan,conversan,� acompañan.�Ambos,� niño� ymaestro,� funcionan� en� el� mismo� niveldurante� el� proceso� activo� en� que� tienelugar� el� aprendizaje.� El� profesor-media-dor� sabe� que� no� puede� imponerse� sinmás,�conoce�y�asume�que�por�ser�adultono� tiene� todas� las� respuestas.� Por� suparte,�niños�y�niñas�en�O�Pelouro�no sonsino�lo�que�son,�ni�seres�sumisos�y�depen-dientes�del�adulto,�ni�adaptados�sin�mása�un�orden�ajeno,� sino� individuos�prota-gonistas� de� su� propio� proceso� vital,� quedesean�lleno�de�esperanza�y�por�el�que�seconvierten�en�personas�capaces�de�auto-rregularse,�definir� sus�objetivos�y� trazarlas� metas� que� les� permitan� alcanzarlos,con�el�apoyo�que�en�cada�momento�pue-dan�precisar�y�demandar. En�su escuela,los� niños� y� niñas� construyen� en� comúnespléndidos�“mapas�mentales”,�su�propiaorientación� en� busca� del� conocimiento,apropiándose� de� significados� comunes� yre-significando� su� tarea� en� un� espaciopropio y� convivido,� el� que� ellos� y� ellasgeneran�cada�día�escribiendo�ahí� su�his-toria� y� su� deseo,� su� anhelo� de� conocer

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del� que� se� van� haciendo� responsables� yautónomos.�

Una� mente� activa,� atenta� a� lo� que� lerodea,�no�funciona�cuando�es�obligada�aaprender�solo�de�los�libros,�a�memorizardatos�y�repetir�las�mismas�acciones�una�yotra�vez.�Cuando�esto�sucede�la�percep-ción�se�embota�y�la�mente�se�torna�acrí-tica:� el� sujeto� ya� no� es� poseedor� de� suderecho�a�descubrir�por�sí�mismo�pues�yaestá� decidido� lo� que� debe� aprender,cómo�y�cuándo sin�contar�con�él,�con�susnecesidades,� ignorando� sus� deseos� eincluso�sus�verdaderas�capacidades,�por-que� para� la� escuela� ordinaria� solo� unascuantas�son�tenidas�en�cuenta.�Y�cuandoun�niño�no�acumula�debidamente�los�con-tenidos� curriculares,� se� le� penaliza. Lasconsecuencias� de� este� sistema� de� ense-ñanza�están�bien�a�la�vista�y�son�lamenta-bles.

La� construcción� del� conocimiento� en� OPelouro� no� es� un� caudal� cerrado� y� des-contextualizado,� sino� la� intersección� ycooperación�de�las�diversas�necesidades�ydeseos�infantiles�en�acción:�se�construyea�partir�del�mundo�objetivo�y�de�la�inter-subjetividad� de� las� acciones� que� operansobre� él.� Supone� libertad� de� elección� yacción,�una�atmósfera�que�dinamiza�el�símismo� y� plantea� los� posibles� “cómohacer”,� favorece� la� participación� y� coo-peración,�la�manifestación�del�sentir�pro-pio�y�el�vivir�en�relación�con�otros. Soloasí� la� experiencia� escolar� se� valida� y� sevuelve� significativa.� No� se� priva� al� Niñode�la�facultad�de�cometer�y�revisar�erro-res,�ni�le�penaliza�cuando�los�comete,�detal�manera�que�retroalimenta�su�capaci-dad�crítica�afianzando�cada�logro�y�cadameta� alcanzada.� El� niño� es� consciente,por�tanto,�de�lo�que�aprende�y�de�cómolo�hace,�y�en�función�de�ello�y�de�acuerdocon� los� adultos� responsables� toma� suspropias�decisiones.

Lo�que�se�deviene�de�ello�es�un� ritmo�ycaracterísticas�de�maduración�muy�natu-rales� en� cada� criatura,� no� aquellos� que

externamente� se�decide�que�debe� tenersegún�su�edad�o�el�estado�de�adquisiciónde�los�contenidos�oficiales�del�currículo.�

Esto es,�a�mi�juicio,�de�una� importanciacapital.� No� se� trata� solo� de� que� estabellísima�y�sabia�cualidad�pedagógica�queyo�llamo�en�mi�ignorancia�“no�ser�un�obs-táculo”� favorece� en� las� criaturas� la� nobien� conocida� aún� plasticidad� neuronal,tan� importante� durante� el� desarrollo,sino�que�va�más�allá�y�arraiga�esa� laborcientífica�en�un�sustrato ético.�No�ser�unobstáculo�a�la�libre�maduración,�al�ritmopropio� de� cada� niño� y� niña,� contener� ypropiciar� sin� imponer� a� cada� paso� lavisión� adulta� promueve� un� desarrollosaludable,� y� la� diversidad� que� resultaentonces� es una� fuente� inagotable� deposibilidades.�Pero�es�que,�además,�soloese� respeto�profundo,� verdadero,�por�elser�infantil�garantiza�la�igualdad�de�opor-tunidades�y�despierta�en�los�niños�y�niñasla�vocación�de�ser�y�hacer.

En� la�escuela�ordinaria no�hay�oportuni-dades�para�los�niños�que�se�alejan�de�lanormalidad�estadística;�la�diversidad�estácondenada� a� un� estado� de� devaluaciónpermanente.� En� O� Pelouro� las� oportuni-dades� son� aquellas� que� cada� niño� nece-sita� y� desea� intentar.� Ninguna� expecta-tiva� negativa� planea� sobre� esas� posibili-dades�de�elección�infantil:�la�confianza�yel�aliento�son,�por�el�contrario,�el�núcleodel�que�germina�el�éxito�en�alcanzar�losobjetivos� madurativos.� “Hacer� comosi…”,� un� principio� de� O� Pelouro:� hacercomo� si� fuera� posible� es� tan� solo� es� laconciencia�de�que�los�límites�al�desarro-llo� de� todo� niño� están� también� y� sobretodo�en�las�mentes�de�quienes�les�cuidany�educan.�

Esa�es� la� razón�de�que�un� individuo�queen� su� infancia� padecía� un� grado� impor-tante�de�parálisis�cerebral�hoy,�adulto�ya,trabaje�en�un�restaurante,�llevando�ban-dejas�cargadas�sin�problemas�de�motrici-dad�y�equilibrio;�o�que�otro,�con�un�tras-torno�autístico,�sea�hoy�autónomo�y�esté

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perfectamente� integrado�en�su�medio;�yque� aquel� otro,� con� síndrome� de� Down,fuese�la�persona�más�querida�y�respetadadel� pueblo,� aquella� a� la� que� todo� elmundo�se�dirigía�para�resolver�sus�peque-ños�problemas…�

No�son�milagros,�detrás�de�todo�ello�hayciencia,�investigación�y�puesta�al�día�per-manente.�Hay�arte,�el�de�las�relaciones,el�arte�de�enseñar�a�mirar,�a�vivir�y�a�coo-perar.�Y�hay�trabajo,�una�entrega apasio-nada� que� no� conoce� horarios,� un� saberestar�junto�al�Niño, con�él�y�de�su�parte,desde�la�raíz�viva�que�no�apura�el�creci-miento,� sino� que� lo� cuida� con� esmero,como�algo�de�gran�valor�que�por�sí�mismotiene,� fuera�del� tiempo,�ese�que� llaman“productivo”. El�tiempo�de�O�Pelouro�esdistinto,� como� distinto� y� distante� es� sumodelo� educativo� de� aquellos� que� yaconocemos.�El�único�tiempo�de�O�Pelouroes�el�de�la�invitación,�la�transmisión�de�lapasión�por�conocer,�la�apropiación�de�unlenguaje� de� lo� común� en� común,� el� ser

persona�en�relación�con�personas…� lleveel�tiempo�que�lleve.

Soy� consciente� de� la� ansiedad� que� pro-duce� en� algunos� maestros� que� visitan� OPelouro� esta� aparente� desorganizacióndel�tiempo�y�de�los�contenidos,�esa�parsi-moniosa� y� confiada� mirada� del� adultoante�la�espontánea�algarabía�de�la�activi-dad� infantil� (una� algarabía� que,� sinembargo,� es� “ordenada”� y� no� caóticoestrépito: el�rumor�de�la�actividad�infan-til�centrada�en�la�tarea).�Pero�es�justo�elno�ser�un�obstáculo�al�fluir�de�las�eleccio-nes� infantiles� lo� que� permite� que� unamente�joven,� inocente�aún,�despierte�aldeseo�de�conocer.�Si�tratamos�a�los�niñoscomo� si� fueran� libres� y� fomentamos� suautonomía,� serán� libres� y� capaces� deautorregularse.� Si� los� condenamos� conhorarios�y�espacios�cerrados�e�inmóviles,inflexibles,�ellos�serán�inflexibles�y�frag-mentados.� Si� decidimos� por� ellos� lo� queles�debe� interesar�y� lo�que�no,�careceráde� sentido� pedirles� que� tomen� sus� pro-

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pias�decisiones� y� sean� consecuentes� conellas.�

La� escuela� ordinaria� sigue� un� sistemamecánico� en� el� que� la� rutina� de� pensa-mientos,� acciones� y� sentimientos� creasurcos� en� el� cerebro� infantil.� En� OPelouro� la� única� pauta� es� la� falta� derutina,�permite�la�exploración�de�la�vida,la�percepción�de�infinitos�matices que�losniños� pueden� explorar� y� expresar� conlibertad�sin�sentir�que�existen�respuestascorrectas� o� incorrectas.� Porque� intuyenque�lo�único�que�se�les�pide�es�que�seanquienes� son� y� en� convivencia� con� losdemás;�y�que�exploren�a�partir�de�ahí�susposibilidades�y�generen�sus�propios�“sur-cos”,� aquellos� que� desean� cultivar. Loque�ellos�esperan�y�desean�de�sí�mismos.Como�es�natural,�todos�desean�y�esperan“matrícula�de�honor”.

Una� imagen� me� persigue� mientrasescribo,� encantándome:� la� de� unpequeño��hambriento,�todo�despeinado�ysonriente,�que� toma�un� tazón� rebosantecon� ambas� manos� y� lo� bebe� con� placer.Lejos� de� un� mundo� escolar� tan� estéril� yviciado� que� genera� en� los� niños� y� niñasanorexia� cognitiva� y� abulia,� O� Pelourodespierta�el�apetito�del�pequeño�Xoan:�elde ser,�conocer,�crear,�cooperar.

La�escuela�de�Xoan,�a�la�que,�al�parecer,ya� no� tiene� tanto� derecho…� ni� él� ni� elresto� de� sus� compañeros� y� profesores� yde� todas� las� familias� que� quieren esemodelo�de�escuela�para�sus�hijos.

¿Y�por�qué?�Pues�la�respuesta�parece�serque�a� la�Administración�no� le�gustan� loscambios.

Palos en las ruedas

Obviamente,�no�es�fácil�gestionar�un�pro-yecto� así.� Desde� el� principio�Teresa� yJuan�consideraron�que�aquella�escuela�nopodía�ser�sino�pública,�es�decir:�abierta�atodo� niño� y� niña,� gratuita� y� laica.Buscaron�entonces�la�financiación�públicadentro�de�un�marco� legal�que�asumía� la

excepcionalidad�y�carácter�experimentaldel�proyecto�en�unos�tiempos�en�que�lasleyes� educativas� aún� estaban� muy� lejosde�aquella�propuesta�pedagógica�pioneray�casi�utópica.

La� escuela� se� mantuvo,� pues,� amparadapor�la�Administración,�que�quiso�apoyarlaaun� sin� entender� del� todo� su� carácterradical.�Pero�en�aquellos�tiempos�en�quesoplaba�un�aire�renovador,�parecía�a�todoel� mundo� una� buena� cosa� mantener� unproyecto� singular� que� contribuiría� aldiseño�de�las�reformas�educativas�que�seavecinaban.

De� entonces� a� hoy� las� cosas� han� cam-biado�drásticamente.�Quizá�haya�influidoque�el�quehacer�de�la�escuela�ha�sido�tanesforzado� como� callado� y� geográfica-mente�también�aislado,�el�caso�es�que�laadministración� del� PSG� de� los� últimosaños�ha�confundido�la�excepcionalidad�deO� Pelouro� con� un� trato� “demasiadobueno”� a� una� escuela� que,� según� ellos,debería� ir� a� un� concierto� común� ycorriente.� Para� lo� cual,� la� primeramedida� fue� la� de� recortar� sustancial-mente� los� fondos� con� que� la� sostenían,sin� más� explicaciones.�A� este� recorte� lollamaron�“medidas�organizativas”, y�muyenfadados� ante�el� clamor� indignado�quedespertó�su�actuación,�argumentaron�queO� Pelouro� “presentaba� algunas� deficien-cias� administrativas”,� justificando� deesta�forma�lo�que�no�tenía�justificación,ni� era� razonable,� y� ni� siquiera� jurídica-mente�asumible.

El�jefe�de�Gabinete�de� la�Consellería�deEducación�intentó�explicar�en�última�ins-tancia,� ante� la� avalancha� de� llamadas� ypeticiones�por�la�resolución�del�conflictocon�O�Pelouro,�la�postura�de�la�Adminis-tración.�Según�él,�la�escuela�incumplía�deforma�reiterada�con�algunas�de�sus�obli-gaciones,� como� son� la� cumplimentaciónde� burocracia� y� la� publicación� de� datossobre�su�experiencia.�

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Respecto� a� esto,� hay� que� decir� queresulta� imposible� seguir� plantillas� buro-cráticas� para� una� escuela� de� innovaciónque� lo� que� hace� es� por� completo� dife-rente�a�aquellos�enunciados�que�nombrancategorías�y�ofrecen�marcas�en�casillas.�Ysobre� la� publicación� de� los� datos� de� suexperiencia,� a� nadie� que� ponga� los� piesen�O�Pelouro�se� le� impide�que�escriba�ypublique�lo�que�allí�ha�observado,�ni�a�losprofesores�que�van�a�hacer�sus�prácticasa� la�Escuela�y�a� formarse�en�su�pedago-gía,�ni�a� los�visitantes�de� las�universida-des�que�acuden�a�contemplar�cómo�tienelugar� el� fenómeno� de� la� integración,� nitampoco�a�los�inspectores�de�Educación,observadores�periódicos�de�la�realidad�deO�Pelouro.�Me�parece�que�los�datos�estána� la� vista� para� quien� quiera� mirarlos� ysepa� interpretarlos.�Y� sería� una� buenacosa�que�todo�el�mundo�que�tiene�accesoa� los� espacios� abiertos� y� cálidos� de� OPelouro�colaborara�en�ello.�O�Pelouro�es,desde� cualquier� punto� de� vista,� unaescuela� abierta� que� jamás� ha� negado� la

entrada�a� alguien� interesado�en� su�que-hacer,�muy�al�contrario.

Por�ello,�opino�que�estas�presuntas�defi-ciencias�administrativas�no� serían�exclu-siva� responsabilidad� de� O� Pelouro.� Laescuela� hace� su� trabajo;� publicar� no� esestrictamente�parte�del�mismo,�y�en�todocaso,�sería�provechoso�para�todos�que�laadministración� prestara� apoyo� para� estalabor,�ayudando�a�difundir�la�experiencia,en�lugar�de�esconderla�o�hacer�como�si�noexistiera, o�penalizarla�cuando�no�cumplecon�los�criterios�de�burocracia�que�se� leexigen.

Quizá� la� estructura� organizativa� de� OPelouro� no� dedique� el� tiempo� necesariopara� la� cumplimentación� de� todo� elmaterial� burocrático� requerido.� Sinembargo,�como�ya� se�ha�apuntado,�estalabor� se� puede� y� se� debería� hacer� deforma� conjunta� con� la�Administraciónatendiendo�a�la�excepcionalidad�y�singu-laridad� del� modelo� escolar� de� este� cen-tro.�En�lugar�de�ello,�los�políticos�se�han D

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dedicado�a�recrear�escenas�como� la�quehe�transcrito�más�arriba.�Es�cierto�que�elpersonal�de� la�escuela�podría� retorcer�ydesvirtuar�el�lenguaje�hasta�que�encajaseen� las� plantillas� administrativas.� Sinembargo�no�veo�yo�con�qué�objeto se�lle-varía�a�cabo�esa�ardua�tarea�si�no�es�el�deacabar�con�el�sentido�de�las�cosas.�

¿Cuál�es�la�razón,�nos�preguntamos�todos,de�esta�actitud�de� la�Administración,�desu� abuso� de� autoridad,� de� su� arbitrarie-dad,� de� su� irracional� enfrentamiento?Desde�mi�punto�de�vista,�no�puede�expli-carse� si� no� se� comprenden� antes� losmecanismos�mentales�de�los�cargos�públi-cos;�creo�que�no�se�trata�en�realidad�deconsideraciones� políticas.� La� especialaversión�que�este�gobierno�parece�expe-rimentar� hacia� O� Pelouro� no� puede� fun-darse� en� otra� cosa� que� en� el� miedo� yresistencia� al� cambio,� ya� que� estemodelo�educativo�innovador�sí funciona�yla�Administración�no�solo�lo�sabe�sino�queincluso�lo�utiliza�para�escolarizar�a�niñossalen�despedidos�con�una�patada�del�sis-tema� ordinario� y� que� cada� vez� abundanmás.� Ese� miedo,� a� su� vez,� podría� estarcausado� por� el� reflejo� que� O� Pelouropone�delante�de� sus� rostros: la�Adminis-tración� contempla,� a� través� de� las� her-mosas�certezas�educativas�de�O�Pelouro,su�propia�mentira,�con�toda�su�fealdad.�Yreacciona�violentamente.

Decide� entonces� meter� a� O� Pelouro� encintura,� domeñarlo� con� sus� formulariosadministrativos,�reducirlo�a�un�concierto,recortarle� sus� aires� innovadores,� acabarcon�la�excepción,�con�la�singularidad.�Seacabó�la�innovación,�se�acabó�la�apuestaesperanzada� por� un� modelo� de� escuelalibre,� valiente,� radical,� que� promuevecambios� sociales� profundos…� Como� elcazador� furtivo� que� admira� y� teme� altigre,� y� acecha� desde� su� escondite� losmovimientos� del� animal� esperando� quedistraiga�un�momento�su�alerta�para�aba-tirlo,� así� parece� acechar� esta�Adminis-tración que� se�dice�progresista�al�mejor

proyecto� educativo� que� pudo� haber� cui-dado� y� estudiado,� impulsando� medidasbasadas�en�sus�éxitos�para�llevar�la�Edu-cación�fuera�del�mercantilismo,�hasta�ellugar� que� le� corresponde� tener� en� lasociedad.�En�lugar�de�ello,�dispara�sobresu�presa,�chapuceramente,� sin�puntería,y�luego,�asustada�por�los�rugidos�de�dolor,huye�dejando�a�la�fiera�herida.

No�está�bien�matar�escuelas.�La�Adminis-tración� lo� sabe,� por� eso� intenta� justifi-carse� diciendo� que� la� escuela� la� atacóprimero�negándose�a�cumplimentar�docu-mentación� burocrática� absolutamenteimprescindible� para� la� supervivencia� delsistema�predador.

No�se�trata�de�un�chiste,�eso�es�exacta-mente�lo�que�ha�sucedido.

Acusan�a�la�escuela�de�“sectarismo” –conlo�que�quiera�que�eso� signifique�para� laAdministración-,� y� pasan� por� alto� queellos� cometen� flagrantes� contradiccio-nes,�que�abusan�de�la�buena�fe�y�del�tra-bajo�esforzado�de�la�escuela,�que�invier-ten� dineros� en� centros� reeducativos,� enmedidas�de�control�y�castigo,�en�lugar�deinvertirlo� en�prevención.�Han�usado�a�OPelouro� para� desatascar� sus� cañeríasescolares� infectadas� de� problemas� yluego�lo�acusan�de�no�usar�los�mismos�ins-trumentos�que�originan�o�perpetúan�esosproblemas.

No� voy� a� poner� en� duda� la� buena� fe� dealgunos� cargos� públicos,� aunque� podríahacerlo�a�la�vista�de�sus�acciones�y�de�susdichos.� Pero� permítaseme� señalar� suincapacidad�y�resaltar�su�completa�inco-herencia.�En�lo�poco�que�he�podido�con-versar�con�ellos,�parecen�dominados�porbajos� instintos,�por�emociones�primariasy�no�por�la�razón�ni�mucho�menos�por�lahonradez.

Han�“ninguneado”� a� la� comunidad�esco-lar,�castigando�a�uno�de�los�más�audacesy� necesarios� proyectos� pedagógicos� delEstado,�de�Europa�y�de�América, sin�tonni� son,�y�a� la�vista�del�programa�educa-

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tivo�que�implementan�se�alejan�cada�vezmás�de�cualquier�posibilidad�de�cambio,ya�que,�en�palabras�del�que�era�hasta�el�1de�marzo -día�de�elecciones�que�ha�per-dido� el� PSG-BNG� en� favor� del� PP-� dele-gado� de� educación� de� Pontevedra,� losproblemas� en� aumento� en� las� aulas� noson� sino� un� “deliberado� alarmismo”totalmente� injustificado� y� respecto� a� locual� ya� estaban� tomadas� las� oportunasmedidas,�cuales�son�la�próxima�aperturade�un�centro�re-educativo en�Panxón,�enel�que�se�impondrán�unas�riendas�conduc-tistas�para�los�descarriados�antes�de�quese�conviertan�en�criminales,� y�en�donde“los� alumnos� podrán� incluso� estudiar,� siquieren,�como�los�demás”�(sic). Atajado,pues,� este� enervante� asunto� alarmista.Esto� es,� que� si� un� chico� “normal”� depronto�va�y�le�clava�a�su�profesor�de�vio-lín� una� navaja� por� la� espalda� porque� elmaestro�le�pidió�que�afinara,�y�tras�reco-nocer�su�acción�pregunta�el�adolescenteque� si� puede� irse� ya� a� casa…� es� alar-mismo.� Si� unos� chicos� “normales”� van� ydan�una�paliza�a�otro�porque�vaya�usted�asaber�qué�mosca�les�ha�picado,�y�de�pasolo� graban� y� difunden� por� internet,� esalarmismo.�Si�un�chico�se�suicida�porqueno�podía�soportar�más�burlas�y�maltratospor�parte�de�los�“normales”�compañerosde� colegio,� es� alarmismo.� Si� unos� niñospreadolescentes�de�lo�más�“normal”�vany�violan�a�una�chica�con�retraso�mental,es�alarmismo.

Es� curioso� que� los� responsables� deEducación� no� vean� ninguna� alarma,� sinocasos�aislados�que�ellos�saben�bien�cómotratar.� ¿Por� qué� será?� ¿Quizá� porquesaben� que� estos� niños� no� son� unos des-adaptados,� sino� al� contrario,� que� estánsobreadaptados�a�un�medio�perverso? ¿Oes�que�nuestros�cargos�públicos�son�inca-paces�de�diferenciar�lo�real�de�lo�que�nolo�es?�En�cualquier�caso,� la� respuesta�alproblema� es� encerrarlo� bajo� un� doblecerrojo.� Esta� infantil�Administración� noquiere�reconocer�la�enfermedad,�así�que

oculta�los�síntomas.�Ojos�que�no�ven…�Ylo�demás�es�alarmismo.

Los�problemas�no�dejan�de�crecer,�comoun�loco�cáncer�se�extienden�por�doquier.En�lugar�de�resolverlos�prefieren�tratar�alos� niños� como� a� locos� peligrosos:� lesmedicamos,� les� encarcelamos, y� a� otracosa� mariposa.�Así,� este� sistema� deencierro,� control� y� castigo� que� llaman“educativo”� quiere� hacer� pasar� por“insoslayables� males� de� la� naturalezahumana”� lo�que�son�en�realidad�produc-tos�emergentes�del�envilecimiento�de� lavida�en�nuestras�sociedades.�“Normal”�esla�delegación�e� inhibición�de�las�respon-sabilidades� de� los� educadores,� padres� yprofesores� que� se� declaran� incompeten-tes,�“normal”�es�la�violencia�en�todos�losórdenes,�“normal”�el�espectacular�creci-miento�de�la�miseria,�“normal”�la�degra-dación� incontenida� del� medio,� “norma-les”�la�explotación,�la�alienación,�la�des-esperanza.�Ese�es�el�mundo�“normal”�quehacemos�o�consentimos�cada�día,�el�queles�mostramos�a�nuestras�criaturas.�Si�nose�adaptan,�malo�para�ellos.�Si�se�adap-tan,�mucho�peor�para�todos.

El� mundo,� con� su� inmensa� injusticia� ysufrimiento,�con�toda�su�violencia,�entraen� las� aulas,� dentro� de� las� pesadasmochilas�de�nuestros�niños,�junto�al�bolli-cao�y� los�boletines�de�notas�que�penali-zan� su� no-aprendizaje.� Los� adultos� secomportan� como� niños,� se� esconden� yolvidan� su� responsabilidad.� Los� niñoshacen� como� ellos:� nadie� les� enseñó� amirar� ni� a� pensar� sobre� sí� mismos,� susemociones� son� conducidas� por� la� televi-sión� y� los� videojuegos,� y� con� su� menteembotada�y�su�mochila�cargada�de�carísi-mos� libros� de� texto� que� no� entiendenbuscan�el�placer�inmediato�y�la�anestesiade� un� consumismo� compulsivo.� Nuestrosniños�no�hacen�sino�imitarnos.

Produce�escalofríos�la�falta�de�concienciade� los�que�hasta� ayer�eran� responsablesde�Educación�en�Galicia,�los�progresistas,los�de�izquierdas.�Un�escalofrío�de�miedo

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ante� la� incompetencia,� hipocresía� ycinismo�de�aquellos�que�lejos�de�recono-cer�errores,� lejos�de�facilitar� la�comuni-cación� y� cooperación,� lejos� de� abrir� losojos�a�la�realidad,�la�niegan�con�inusitadaenergía,� obstinadamente,� lavándose� lasmanos� y� corrompiendo� cuanto� de� buenola�sociedad,�esa�pequeña�comunidad�edu-cativa� rural� de� Caldelas,� ha� logradoponer� en� marcha� y� mantener� con� lamayor� dignidad� durante� más� de� treintaaños.

No�es�de�recibo�que�un�gobierno�pase�porencima�de�las�necesidades�y�los�derechosde� la� infancia� impunemente,� sin�ofrecerrazón� alguna,� sin� argumentos.� Parecearbitrario,� y� lo� es.� Una� escuela� como� OPelouro� no� debería� estar� al� pairo� de� lasveleidades� políticas� de� unos� y� otros.� Elescaso�valor�del�compromiso�de�los�parti-dos�respecto�a�la�Educación�necesita�pornuestra�parte�acciones�muy�firmes,�man-tener� nuestra� independencia� con� y� sinfondos� públicos,� proclamar� de� todas� lasformas�posibles� la�urgente�necesidad�deun� cambio� radical� en� las� políticas� sobreEducación.�O�Pelouro�es�paradigma�de�loque�una�escuela�puede�llegar�a�hacer,�decómo� trabajar� con� la� infancia,� de� cómomejorar� las� condiciones� de� desarrollosaludable�de� todos� los�niños� y�niñas,� decómo�se�hace�eso�de�Educar.

Hoy� están� en� marcha� nuevos� proyectosque�apuntalen�la�escuela,�como�la�comu-nidad�de�aprendizaje�y�la�escuela�en�red,y�los�proyectos�de�vida�autónoma�para�losmayores�vinculados�con�el�entorno�de�OPelouro.�La�escuela�hace�su�trabajo�y�porello�está�en�condiciones�de exigir�que�laAdministración�de�turno�haga�el�suyo�y�noconsentir�más�palos�en�las�ruedas.�

Con�las�familias�en�cuyo�nombre�redactohoy�estas�líneas,�con�los�profesores�obli-gados�a�mantenerse�en�condiciones�pre-carias� para� que� nuestros� niños� y� niñassigan� viviendo� O� Pelouro� como� suescuela,� la�que�desean� y�necesitan,� contodas� aquellas� personas� que� claman� por

un� modelo� de� escuela� pública� que� edu-que�para� la�vida,� llamamos�a� la�desobe-diencia� ante� medidas� injustas� y� arbitra-rias,�erráticas�e�ineficaces,�y�al�despertarde�una�conciencia�crítica.�Son�necesariosy�urgentes� cambios� radicales� en�nuestromodo�de�vivir�y�de�concebir�la�Educación.La� búsqueda� de� soluciones� nunca� pasapor� el� silencio,� por� el� conformismo� o� laindiferencia;�no�es�lo�mismo�decir�que�nodecir;�hacer�que�dejar�hacer.�Podemos�ydebemos� exigir� la� solución� educativa� deuna� sociedad� en� plena� crisis� no� econó-mica�sino�de�profundo�malestar�espiritualy�vital,�viciada�por�la�codicia�y�la�falta�deescrúpulos,�en�la�que�crecen�y�se�enquis-tan�los�problemas�sin�que�a�los�responsa-bles� les� tiemble� la� voz� al� proclamar� susmentiras,� que� envilecen� la� democraciahasta� convertirla� en� una� farsa� lamenta-ble.�

Son� necesarios� muchos� pelouros,� muchapasión�y�humildad,�y�mucha�cooperación:cambiar� la� educación� está� en� nuestrasmanos,� como� todo� lo� demás.� Hagamoscomo�si� fuera�posible.�Hay�que�empezarpor� no� ser� un� obstáculo� a� nuestra� espe-ranza,�a�las�bellas�intuiciones,�a�la�prima-ria satisfacción�de�nuestra�necesidad�y�lade� nuestros� niños� y� niñas� de� crecer,aprender y�cooperar�en�un�mundo�mejor,aquel� al� que� tiene� derecho� todo� serhumano. Depende�de�nosotros,�de� todoslos� que� llevamos� dentro� un� pelouro,� elsueño,�ese� raro�gusto�por� los� imposiblesque�al�día�de�hoy�resulta,�más�que�nunca,síntoma�de�honestidad,�de�sensibilidad�ylucidez.

La� Educación,� desde� modelos� como� elque�representa�O�Pelouro,�puede�venceresa� inaceptable,� corrupta� y� destructivaresistencia� al� cambio� de� aquellos� quemienten� al� decir� que� nos� representan,francotiradores� empeñados� en� abatir� atodo�aquel�que�se�mueva.�

A�pesar�de�todo,�nos�movemos.

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Po

esíaPPrr ii ss iióónn.. .. ..

I(Escrito a raíz de un sueño posterior a la experiencia detrabajar en la Cárcel de Carabanchel en Madrid ).

Sobrevuelan mis ojos encima de los muros,flores multicolor nacen del suelo que pisé,alfombra circular que se aleja despacio...

Me voy pero me quedo ausente,desgajada de mí en el camino roto,paloma herida que anda por el patio.

No termino de irme cuando se cierra el cielo,y un universo solo cae para el que queda dentro.

En el borde de todo, mi dolor de testigoenmudece de día cuando me voy muriendo...

Es duro el equilibrio.

II“Sentado entre dos puertas cerradas (oriente y occi-dente), he quitado tanto, a la fraternidad humana y alconocimiento mutuo, que estoy enfermo, insomne, y quetiemblo con el vuelo de una simple mosca. Por ello, enmi soledad me forjé una tierra natal color a espejismos ya verdad”. (Dris Chralbi)

¡Naciones, se han cerrado las cárceles y habéis quedado fuera!...

Mª Esperanza Párraga Granados

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NNaattaa ll iiaa

Ya tienes cuatro años…y el pájaro voló con tanta prisaque no fecundó el ecode las voces de niña.

Cuatro soles de aireredondos en tu cara,amarillos de sueñosque recalan mis manos.

Cuatro años de ahoraque son grandes azulespara el futuro lentoque ya tienes marcado.

Buscan las amapolasno herir esas espigasde tus manos inmensas:¡ya tienes cuatro años!.

El agua es un remansode insectos que naveganpara que me recuerdesdefendiendo tu alma.

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IImmaaggeenn

La niña,

en su imaginación,

voló hasta el beso

del caballo;

no lo pudo tomar:

estaba preso

de la luz vegetal

que en crin rodaba,

le cabalgaba el alma paralela

a punto de soñar...

Volvió los pasos hacia sí

y se hizo flor.

Mª Esperanza Párraga Granados

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PPrreessaaggiioossGonzalo Romero

Han sido “fuentes de la Fundación O Belén” las que han precisadoque nada hacía presagiar la reacción de la niña, porque cuando fuerecogida de la estación de Atocha por uno de los educadores,estaba tranquila y contenta. La Fundación también ha indicadoque la niña llegó voluntariamente en tren desde su localidad deresidencia hasta la susodicha estación y que no manifestó en nin-gún momento que quería volver o bajar de la furgoneta. Pero la niña tomó la decisión, se tiró en marcha del coche en direc-ción al Centro donde iba a ser reingresada, reinternada, dicen quepara re-formarla.

Sabemos desde hace rato ya, tenemos información suficientementedocumentada de cómo se las gastan los empresarios de la talFundación... La niña que ya no es se encaminaba, después de unosdías de asueto, de libertad, de vacación, de recreo, hacia la “medi-cación forzosa”, esa que se administra crónicamente a los chavalesansiolíticos... La niña que ya no es la llevaban hacia los antipsicóti-cos para poder sobrellevar el encierro, muchas veces, sin supervi-sión facultativa. La niña que ya no es, ¿qué pensaría dentro de esecoche? ¿Quizás en que a quienes acababa de visitar y jugar con ellosy soñar con las hadas y los faunos no les iba a poder llamar porquelo tiene prohibido?

Lo dicen las fuentes de la Fundación O Belen... nada hacía sospe-char que la niña acabaría decidiendo abrir aquella puerta prisio-nera. Ni los maltratos, ni la falta de comunicaciones, ni las salas decastigo, ni los internamientos de horas negras, ni los golpes, ni elninguneo, nada hacía sospechar…

Y es que las fuentes de las que bebe la Fundación O Belen sonfuentes divinas, que se lo pregunten si no a Urueña... ¿Monseñor,dónde descansa ahora la niña muerta? Pregúnteselo a su diosenano, a ver si desde sus ojos aún esconde alguna esperanza paraesta niña… “O” a Pizarro... ¿será Endesa quien indemnice a lafamilia para intentar comprar su silencio?¿”O” le pasará los trastosa Herrero “o” a Morales, consejeros delegados bien pagados deIbercaja e Iberdrola… ¿sacarán la cartera para acallar los gritos de

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los padres de la niña, que acudieron al entierro de su niña con lasmanos esposadas no fueran a soltarlas para ahogar en sus gargantasconsejeras su historia negra?

A Emilio Pinto, fundador de la Fundación, se le vuelven los dedoshuéspedes de subvención letal. Por eso, muy cuco él, inventó unafortaleza, envolvióse de políticos con cargo y de iglesia, que darédito y te perdona los pecados…

Me gustaría presagiar, querida niña, que tu cuerpo en la cuneta seconvirtiese en un mojón bien grande, una pirámide tiesa y erguida,un kilómetro cero, donde las esperanzas que allí descansaron fun-diesen la cal de la conciencia de quienes te las arrancaron…

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En los últimos tiempos se ha renovado y reinven-tado una larga tradición cinematográfica de diálo-gos y mestizajes entre el documental y la ficción.Muestra de ello son dos de las películas más inte-resantes filmadas el pasado año, la portuguesaAquele Querido Mês de Agosto (Miguel Gomes),aún inédita en nuestras pantallas comerciales, y laganadora del pasado Festival de Cannes La clase(Entre les murs, Laurent Cantet) de la que síhemos podido disfrutar en nuestra cartelera.

En el año anterior la brasileña Maria AugustaRamos, que ya había alcanzado reconocimientoen los circuitos especializados por su documentalanterior, Justiça (2004), realiza Juízo, implacableretrato del proceso judicial y el confinamiento pre-ventivo al que son sometidos los jóvenes brasile-ños acusados de diferentes delitos (desde el roboal parricidio), un título que juega con el doble sen-tido de la palabra en portugués y castellano. “Lasescenas finales de Juízo –nos dice la sinopsis dela película– revelan las consecuencias de unasociedad que recomienda “juicio” a sus hijos,pero que no lo practica”. La ley brasileña prohíbela identificación de los jóvenes infractores y estarestricción fuerza a la directora a encontrar unasolución para dar rostro a los menores en la pelí-cula. La encuentra a través de una ficción que nohará sino reforzar la potencia del discurso y laestética de la película al servicio de la representa-ción de la realidad: los jóvenes que vemos en elfilm compareciendo ante la II Vara da Justiça de

Rio de Janeiro y recluidos en el Instituto PadreSeverino (unidad para el cumplimiento del inter-namiento provisional hasta de 45 días amparadoen el Estatuto da Criança e do Adolecente de1990) no son los protagonistas reales del pro-ceso, sino adolescentes en similares condicionesde exclusión y desamparo social que interpretanante las cámaras un guión construido pero apor-tando todo su bagaje vivencial y gestos y miradasimpregnados de una profundidad anclada en loreal que difícilmente actor alguno podría imitar. Laestrategia es, así, similar a la adoptada por Canteten La clase donde los jóvenes estudiantes delliceo se ponen en la piel de un personaje cons-truido pero que se desenvuelve en la realidadcotidiana del intérprete amateur y sometido a lasmismas rutinas y frustraciones. De forma parecidaal film de Cantet, en la película de Maria AugustaRamos el resto de los personajes –jueces, procu-radores, defensores, familiares y agentes delDepar tamento General de AccionesSocioeducativas (depar tamento ligado a laSecretaría de Estado de Asistencia social yDerechos Humanos responsable de unidadessocioeducativas como el Instituto PadreSeverino)– son personas reales filmadas durantelas audiencias y las visitas al centro de interna-miento. Antes de comenzar la ficción, la directorafilmó toda la parte documental con los menoresde espaldas, cerca de 50 audiencias en 4 días delas que se elegirían cuatro historias. Las filmacio-nes documentales serán editadas y la base tanto

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Ficción y documental al servicio de la representaciónde las cárceles para menores:

Juízo de Maria Augusta Ramos (Brasil, 2007)

María Luisa OrtegaUniversidad Autónoma de Madrid

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para la escritura del guión como para el trabajocon los jóvenes de las comunidades de Bangu yCidade de Deus que encarnarían a los protagonis-tas, adolescentes seleccionados por sus experien-cias previas con el sistema judicial o con elInstituto Padre Severino.

Aunque son muchas las similitudes con la películafrancesa respecto al diálogo entre documental yficción, la puesta en escena, el tratamiento cine-matográfico, sitúan a una y otra película casi enlas antípodas. La clase prioriza la estética de laespontaneidad, la naturalidad y el azar, desple-gando una puesta en imágenes basada en unagran movilidad de la cámara y la edición dinámicaque conecta los juegos de acción y reacción entrelos personajes transmitiéndonos la sensación deinmediatez, de ser directos observadores de laescena. Para ello, Cantet utilizó tres cámaras, dosde ellas operando conforme a las pautas marca-das en la planificación del guión (una focalizadaen el profesor, otra, en el alumno o los alumnosque debe intervenir en la escena) y una terceraque, a la manera de la cámara documental, res-ponde con libertad a los gestos y los aconteci-mientos no previstos ni preparados, imágenestodas ellas montadas después con maestría talque el espectador es incapaz de diferenciar elartificio. Por el contrario, Maria Augusta Ramos,siguiendo de cerca la ética y la estética que eldocumentalista francés Raymond Depardon des-plegara en films emblemáticos sobre el sistemajudicial francés como Delitos flagrantes (1996),opta por el plano largo y prolongado, la cámaraestática ubicada en el trípode y una construcciónabsoluta del encuadre. El control férreo de lapuesta en escena viene posibilitado por un pro-ceso de realización planificado en función delguión, como si de una ficción se tratara. Y la capi-talización de estos procedimientos en pos del dis-curso del film es asombrosa.

Las escenas filmadas en el centro Padre Severinocon esta estética sobria y aparentemente distanterefuerzan la representación de la institución comocárcel y panóptico, un espacio diseñado y gestio-

nado para el control de los cuerpos de los inter-nos y sus movimientos, para la deshumanizaciónen suma de los jóvenes que serán interpeladosverbalmente sólo por el número que se les asignaa su llegada. La planificación milimétrica de losplanos construye líneas geométricas y opresivasentre el espacio y los sujetos, del mismo modoque las entradas y salidas de los personajes en elcuadro intensifican la mecánica del control y larutina (la abstracción del proceso más allá de lascuatro historias en que la película focaliza elrelato). El primer plano del centro de interna-miento filma, a través de una imponente reja, lallegada de la furgoneta de la que descienden losjóvenes igualados ya en sus movimientos, cabiz-bajos y con las manos en la espalda, acción quese repetirá en otros momentos del film ofrecién-donos, de nuevo en un único plano fijo y prolon-gado, las muñecas esposadas. Similar tratamientoaustero y desolador tendrán las rutinas iniciales–el registro y asignación del número del reclusofilmado con la funcionaria de espaldas ante la quevan desfilando los adolescentes, las órdenes dedesvestirse completamente para el humillantereconocimiento antidrogas, el rito del afeitado dela cabeza, etc. – y diarias, donde serán especial-mente punzantes las secuencias del comedor, filasalineadas de chicos uniformados que respondencomo autómatas a las órdenes y no se inmutanante los insultos. En ese mismo comedor de ban-cos corridos y uniformes se encontrarán con susfamilias, previamente sometidas a los preceptivosy vejatorios controles, que ahora son habitadospor otros gestos, abrazos y llantos. La directoraopta por filmar esta escena sustrayendo de labanda sonora toda conversación reconocible, enla que solo escuchamos el murmullo de las pala-bras casi susurradas.

Pero si el artificio ficcional permite enfatizar a tra-vés de la estética cinematográfica la mecánica dela deshumanización también propicia un depuradotrabajo para la operación inversa, para acercarsey filmar de frente los rostros de los jóvenes quedestilan desamparo y soledad, miradas perdidaso meditativas, quién lo sabe, o para reconstruir

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las conversaciones triviales y los juegos con losque ocupan el tiempo vacío y la carencia deexpectativas en los dormitorios de literas hacina-das. Así, con gestos y palabras escuetos, míni-mos, sin énfasis en el discurso, Maria AugustaRamos pretende devolver la humanidad que elsistema y los medios de comunicación parecenusurpar a los menores estigmatizados por ladelincuencia.

Además de todo ello, la opción de representacióndel film, basada en la construcción y la premedita-ción, somete al espectador a un complejo juegode interpretación. ¿Cómo interpretar las “inter-pretaciones” de los personajes reales, los insultosy vejaciones verbales sistemáticas de los trabaja-dores del centro, absolutamente conscientes deque están siendo filmados? ¿Cómo leer la “actua-ción” de la carismática Jueza Luciana Fiala que,como señalara el crítico brasileño José CarlosAvelar, oscila entre el papel de madre y demadrastra? El maestro Frederick Wiseman, quelleva toda su vida filmando documentales sin arti-ficio ficcional alguno en todo tipo de instituciones

sociales (de la escuela a penitenciarías de todotipo) y que en estos días compartía en el FestivalDocumenta Madrid sus experiencias, siempreafirmó que la cámara documental filmando enestos espacios no alteraba el comportamiento delos sujetos, a lo sumo conseguía acentuar lasmáscaras, las acciones que caracterizan a losroles sociales que cada uno tiene asignado en elengranaje de la institución. Quizás el film de MariaAugusta Ramos, a pesar de sus ar tificios, sigaenfrentándonos a esta obstinada realidad dondeel sistema y sus férreos mecanismos son incapa-ces de poner en cuestión las bases en las que seasienta el gran teatro que a diario representan,pero donde, por desgracia, no hay actores sinoseres reales.

Puede encontrarse una amplia información tantosobre la película como sobre la realidad querepresenta en el Pressbook que puede descar-garse de la página web de Juízo: http://www.juizo-ofilme.com.br/php/

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McLAREN, P, KINCHELOE, J.L. (Eds.), (2008). Pedagogía crítica. De qué hablamos,

dónde estamos. Barcelona. Graó.

Buen libro, para leer con calma, por la profundidad cualitativa y cuantitativa de susargumentos. Esta es una obra coral, sin duda. Pone en cuestión casi todos los para-digmas que han configurado durante todo el siglo XX la teoría y la práctica de la lla-mada pedagogía crítica. Pero no para borrar de un plumazo la cuestión deldebate, sino, justamente, apara reabrirlo. Una gran oportunidad para estudiar afondo los lugares de esta pedagogía, a la luz del contexto de la globalizacióncapitalista y más en concreto después del 11-S en Nueva York, el afronta-miento de la multiplicidad de etnias y culturas en las aulas de la educaciónpública.La pedagogía crítica presenta una gran amalgama de ideas, todas ellas uni-das por un discurso transgresor y una práctica, a su vez, transgresora,para poner en cuestión, desde la educación, el contexto de un mundo

dolorido.Para retomar el pulso de una educación entendida como una política del compromiso. Una

buenísima lectura para aquellos que todavía pensamos que la educación es un arma cargada de futuro yque entre el todo y la nada, aún podemos hacer algo desde las escuelas y para situarnos a nosotros mismos –educadores- en el centrodel análisis educativo…

GRI

STEINBERG, Sh. R. y KINCHELOE, J.L. (Comps.), (2000). Cultura infantil y multinacionales.

Madrid. Morata.

Si eres de los que supones que para muchas empresas comerciales, los niños y lasniñas, y el dinero de sus familias constituyen uno de los principales “objetos” de susnegocios, entonces deberías leer este libro que Morata editó hace ya unos años, enconcreto, nueve. No es un libro moderno ni tampoco antiguo, si nos ajustamos auna contaduría “cronológica” del tiempo. Pero sus argumentos se nos antojan hoymás necesarios de “leer” que nunca. Porque ya es evidente empíricamente quehay programas de televisión, películas, videojuegos, juguetes, libros y hasta res-taurantes de comida rápida que se dirigen específicamente a este sector“infantil” de nuestra población globalizada, creando ya lo que se ha denomi-nado una cultura infantil manejada, eso sí, pro ejecutivos de la mercadotecniay la publicidad de muy dudosa moral educativa y educadora.Así, pues, este libro, mediante una serie de interesantes y perspicaces

ensayos expone y descubre algunos de los iconos que modelan los “valores” y laconsciencia infantil: desde las películas de Walt Disney hasta los videojuegos de Nintendo.

Conocidos profesionales de la educación, la sociología y la cultura popular analizan los profundos efectos y lapenetrante influencia de estas producciones de las compañías comerciales.

GRI

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LOZANO, A. (2009). Las cenizas de Bagdad. Almuzara.

Gran Canaria.

La sorpresa fue monumental. Apareció como es él, sin hacer ruido por entre las mesas dela cafetería de la Facultad de filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid, de donde éles profesor del Departamento de Sociología del Mundo árabe. Con Walid hemos conver-sado largo y tendido de su pueblo martirizado en sucesivas oleadas históricas, Iraq.Desde que le conocimos en el contexto de nuestro proyecto de radio (El Candelero,Radio Vallekas, 107.5 FM y www.radiovallekas.org) supimos que estábamos ante unhombre honesto, un investigador apasionado de la lengua y la literatura árabes y delcontexto socio político de un mundo violento, en donde los muertos los ponen siem-pre los pueblos empobrecidos, como Iraq, pese a que esos pueblos tienen bajo suspies la riqueza que alimenta y engorda la grasa del mundo “civilizado”. Nosentregó un libro, “Las cenizas de Bagdad” y un mensaje, como en voz baja: “hasido premiado en Canarias y un escritor y concejal, al que conozco, relata lo queha sido parte de mi vida…”. En el transcurso de un viaje a México me lo leí “deun tirón”. Y me encontré con el relato no ya de un hombre extraordinario, de unluchador por la justicia de su pueblo, sino el relato de un héroe, de un tipo

extraordinario que está entregando su vida, sobreviviéndola con honestidad, alintento de la reconstrucción de la dignidad y la justicia en Iraq. Un libro imprescindible para

entender los últimos años de la barbarie política en “esta parte” de un mundo tan injusto como global-mente desordenado.

Basada en una historia real, Las cenizas de Bagdad nos habla de la lucha del ser humano frente a la adversidad, una lucha siemprealumbrada por un mismo faro: el de la dignidad y la libertad. Una historia con la invasión de Irak como telón de fondo, que Walid, el pro-tagonista de la novela, explica al lector: “Las dudas ya se han esfumado. Los EEUU no han venido a salvarnos. Son simplemente elreverso del drama de mi país.”Las cenizas de Bagdad” ha obtenido el premio Benito Pérez Armas en 2008, el principal galardón de lasletras canarias. En el Irak de los años 80, Saddam Hussein campea a sus anchas. Merced a una represión sin cuartel, controla con manode hierro a un país exhausto tras la guerra con Irán. Pero muchos jóvenes exponen sus vidas para luchar por la libertad, la exponen y enmuchos casos la pierden. Entre esos jóvenes se encuentra Walid, militante del Partido Comunista que cae en manos de Mujabarat, latemida policía política del dictador, y que se ve forzado a abandonar clandestinamente el país. Comienza ahí una odisea que lo llevarádesde las mazmorras de Saddam hasta las trincheras perdidas en el desierto, junto a la frontera con Irán, también a Marruecos, dondela vida apacible se topa de nuevo con las arbitrariedades del poder, y a España, donde aguardan otros obstáculos.¡¡Gracias, Antonio, gracias, Walid!!

GRI

VV.AA., (2007). Palestina, als nostres ulls.

Barcelona. Xarxa d´enllaç amb Palestina. Creative Commons.

Encontré a Mushir Abderramán en un aula de la Escuela de Magisterio de Guadalajara. Solíaponerse en las primeras filas de un aula preparada para “escuchar” la supuesta sabiduríade quien ejerce el papel de profesor que supuestamente va a formar futuros “profesiona-les de la enseñanza”, o sea maestros y maestras. Pronto descubrí que Mushir teníamuchas cosas que contar, muchas historias que narrar, es decir, debía ponerme a escu-char a Mushir para intentar comprender y aprender de su historia, de su contexto, de supasión por lo que forma parte de su historia. Mushir es catalán. Y por ello, cuandopoco a poco íbamos descubriéndonos en algunas conversaciones en el aula y fuera deella, me entregó este libro, escrito mitad en catalán y mitad en castellano, para quepudiese entender mejor la reciente historia de un pueblo martirizado.Este libro es un conjunto de relatos escritos por personas que han viajado aPalestino y que se han introducido en Palestina para, desde ellos, entender aún

más el sacrificio inmenso de una población asediada y sometida a una guerra tan injusta,como cruel, trágica e inhumana sin que el mundo “poderoso”, el que militarmente podría hacer algo, con-

templa pasivo el genocidio al que es sometido por el ejército sionista israelí, al mando de un gobierno criminal.Sólo queda agradecer a quienes han viajado –y escrito– estas páginas para que nosotros podamos reflexionar educativamente en esteasunto prioritario. Su viaje y su estancia, es su mensaje…

GRI.

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BELLOWHEAD. “Matachin”. 2008,

Navigator Records

Sospechábamos que la genialidad de este grupo británico no era algo pasajero ysolamente hemos tenido que esperar al segundo disco para confirmarlo. Su estilo

claramente folk pero trascendiendo las tonalidades tradicionales de otros músicos,como John Renbourn por ejemplo, nos ofrece un viaje continuo al mundo británico,

pero sin repeticiones, sin que suene a algo ya hecho. Todo ello de la mano delduo Spiers y Boden.

El uso de instrumentos de viento para marcar el bajo (tuba o helicón) y el grandespliegue de instrumentación (desde el violín hasta la gaita, pasando por el glo-

kenspiel), hacen de esa agrupación algo único y, por qué no decirlo, disparatado. Y no es que lodigamos nosotros, sino que viene ya avalado por la Radio 2 de la BBC y sus Folk Awards, donde brillaron con

luz propia en 2005 por sus conciertos en directo en Bretaña.En algunas ocasiones, este nuevo disco suena como una recreación de la cultura de raíz británica, y en otras se acerca a una sonori-

dad más jazzística, como en las melodías de “Roll Her Down the Bay”, donde los arreglos suenan casi como una banda de NuevaOrleans.

En este disco, Bellowhead ha demostrado que la música folk hecha en el Reino Unido no se ha estancado nunca, y que puede evolucio-nar por caminos alternativos al de otras bandas como Kila, por ejemplo, utilizando los recursos musicales que otros contextos les ofre-

cen. Un disco de esos que no te cansas de escuchar.

L.C.J.

ELETHERíA ARVANITAKI. “Mírame”. 2009,

Emarcy.

La gran dama del rembétiko ha vuelto a demostrar su gran inteligencia práctica alaceptar la colaboración con Javier Limón para la producción de este su último disco.

Al fin y al cabo, Arvanitaki sabe muy bien compaginar los aspectos pop de sumúsica con los más tradicionales de una forma progresiva, dando siempre gusto a

aquellos de sus seguidores que reclaman novedades y también a aquellos quereclaman un aspecto más folk, más tradicional. Y Javier Limón ha contribuido

extraordinariamente a esa forma de entender la evolución musical.Otra cosa es ya cómo se haya hecho musicalmente ese proceso de producción. Tengo la

sensación de que la colaboración de Limón en muy poco espacio de tiempo con dos grandes de lamúsica europea, como es esta que comentamos aquí y Mariza, ha contaminado la “mirada” griega: quizás un exceso

de “saudade”, que no tiene traducción al griego, y de “flamenquización”. Sin embargo, la mezcla, que no fusión, funciona musical-mente, a pesar de que algunos temas suenan “pesados” y eurovisivos. La gran voz griega suple cualquier deficiencia interpretando la

copla “Cárcel de oro”, de León, Quintero y Quiroga, y la recuperación en este disco de ritmos latinos también es interesante, sobretodo contando con Javier Limón, aunque no suena nada nuevo.

En definitiva, un disco evidente, con momentos brillantes gracias sobre todo a la extraordinaria forma de interpretar de la cantantegriega. El resto suena hueco. Hay flamenco, pero no hay duende.

L.C.J.

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INDICES DE NÚMEROS ATRASADOS

Nº 1. Euro y exc lus ión soc ial (2º semes tre 1999)

Para la reflexiónLa violencia de la moneda única. A. MoránNuestra pobreza da de comer a mucha gente. M. SáezMilitancia en un entorno neoliberal. J.L. Segovia

Voces como cocesTestimonio. L.R. CoboSagrada tierra. A. ArceManifiesto en defensa de la ocupación y de los espacios autogestionados. Laboratorio de LavapiésLos parados ante la llegada del Euro. J.M. de Vicente.

DiálogosPrensamiento débilDe nuestros barrios y otras actividades

La pobreza criminalizada. Colectivo TritónLa renta básica. Jornadas sobre el derecho ciudadano a la renta básicaSemblanza del padre Julio López. M.J. Domínguez y C. SuredaProceso de construcción del centro social de Málaga. Comisión quién no tiene no paga, Movimiento contra el paro, la pobreza y laexclusión socialJornadas Resistencia. Upa Molotov.

Hemos leídoHemos oídoHemos visto

Nº 2 . La cárce l (1er semest re 2000)

Para la reflexiónLa realidad penitenciaria en España: datos de un informe. M.Aguilera, F. Febles, I. Jiménez, S. Villa, C.J. Segovia, R. GarridoBreves notas sobre la protección jurisdiccional de los derechos de los presos en el marco de la Ley Orgánica GeneralPenitenciaria. P. PeredaPrisión, contextos y psicopatología. L.A. Cerrón¿Crimen y castigo? J.C. RíosPara una sociedad sin cárceles, compartir las penas. L. Ferreiro y R.Soto

Voces como cocesTú que borras mi sufrimiento. F. García En caída libre. J. RamírezComo voluntaria de la Pastoral Penitenciaria de Málaga, facilito estainformación

DiálogosPrensamiento débilDe nuestros barrios y otras actividades

El privilegio de la libertad antes de pasar requisa, fuera de los muros. Itxaso e Idoia, desde BoliviaFilosofía en la cárcel. J. M. GómezSemana de lucha social en Córdoba. E. GómezNota informativa Jornadas de InfanciaVida cotidiana en San Roque. M.T. AlvarezRompamos el silencio. Un movimiento necesario. A. Morán

Relatos desde el callejónEl secreto peor guardado. G. Romero

Hemos leídoHemos oídoHemos visto

El sismógrafo de tiempo: el cine de Bernard Tavernier. M.L. Ortega

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Nº 3. La escue la en suspenso . (2º semes tre 2000)

Para la reflexiónDe pronto ha comenzado un nuevo curso, P. LaraCuestiones fundamentales de la educación en la actualidad. F.GarcíaPoder y autoridad del profesorado. J.C. Lago¿Qué pasa con las ciencias humanas? B. Muñoz

Voces como cocesTú que borras mi sufrimiento. F. García En caída libre. J. RamírezComo voluntaria de la Pastoral Penitenciaria de Málaga, facilito esta información

DiálogosPrensamiento débilDe nuestros barrios y otras actividades

La escuela de LliuronaFundación Paulo FreireBarrio de San Fermín: Colectivo Alucinos I. Ortiz

Relatos desde el callejónEl niño meón. L. RuizHemos leído

Hemos oídoHemos visto

Mundo Grúa: Una oportunidad a la ternura. M.L. Rodríguez

Nº 4. ¿Menores en r iesgo? (1er semes tre 2001)

Para la reflexiónReflexiones en torno a los derechos y deberes de los niños. B. RodrigoLa Ley de Responsabilidad Penal de los menores. J.C. Ríos y J.L.SegoviaCentros de menores. S. Trigueros¡Vaya lío con los niños...! J.Baeza

Voces como cocesLa lucha de Sintel frente a los procesos de globalización. A. Jiménez Escuela Popular Candela. Escrito colectivo de los chicos y chicas de CandelaEl Laboratorio amenazado de desalojo. C.S.O. LaboratorioPrensamiento débil

De nuestros barrios y otras actividadesTalleres socioprofesionales “Las Naves”. E. GómezJornadas de verano de la Coma. Colectivo de Jóvenes de la ComaGrupo Fénix. L.A. Prieto

Relatos desde el callejónNamura siempre gana. B. MurilloQue no me roben mi sombre. L.A. Prieto

Hemos leídoHemos oídoHemos visto

A través de los ojos de un niño. M.L. Ortega

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Nº 5. M igrac iones . (2º semes tre 2001)

Para la reflexiónDerechos humanos y extranjería: de la legalidad a la realidad. J.L. SegoviaLas consecuencias del 11-S para la inmigración: la libre circulación de personas como privilegio y la implantación del racismo ins-titucional. C. Guilló

Especial: Otro mundo es posibleUn fantasma recorre Europa. Alto a la globalización y a la guerra. A. Morán

Voces como cocesPoemas de libertadRelato casi anómino

Prensamiento débilDe nuestros barrios y otras actividades

Construyendo comunidad. Colectivo LatinaSOS Racismo denuncia. D. LorenteLa represión desatada por el gobierno italiano en Génova provoca el rechazo y la denuncia de múltiples grupos de Europa. UPA-Molotov¡Basura! G. Romero

Relatos desde el callejónTofu Ufa en el país de las maravillas. L.A. Prieto

Hemos leídoHemos oídoHemos visto

Migraciones, exilios y ciudades mestizas. M.L. Ortega

Nº 6 . Sa lud y agroecolog ía. (1er semestre 2002)

Para la reflexiónReflexiones sobre salud y medicina: los profesionales de la salud en el siglo XXI. J.L. Ruiz JiménezMetodología de Intervención Comunitaria centrada en los Procesos Correctores Comunitarios. M. Cucco y L. LosadaSoberanía alimentaria: el consumo agroecológico y responsable, un modo de ejercer la salud y la seguridad alimentaria. P. Galindo

Voces como cocesPoemas de libertad¿Quieres ser médico?

Prensamiento débilDe nuestros barrios y otras actividades

Declaración de Baleares en defensa de la Sanidad PúblicaAsaltodemata. Asociación Cultural AgroecológicaMovimientos sociales y salud en el Area Sanitaria 1 de Madrid. R. bajo y J.L. RuizEcosol: Ecológico y solidario. Una cooperativa en Madrid de consumidores de productos biológicos.Los grupos autogestionados de konsumo (GAK’s)El Cantueso: Grupo de Consumo de Colmenar Viejo y Tres CantosResumen sobre “Redes”Educación ambiental como propuesta de futuro. D. FuentesBajo el asfalto está la huerta. Agricultura asociativa

Relatos desde el callejónPuerta dieciséis. L.A. Cerrón

Hemos leídoHemos oídoHemos visto

Enfermos, locos y tontos. M.L. Ortega

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Nº 7. Mujeres. (2 º semest re 2002)

Solidaridad con el pueblo gallegoNegra de marea negra, aunque digan lo contrario. C. SanzVoluntariado en blanco y negro. G. Romero

Para la reflexiónLa economía desde el feminismo. Trabajo y cuidados. S. del Río y A. PérezMujeres marroquíes en España. Gema Martín MuñozNosotras, las mujeres, y la vida sindical. Unos apuntes críticos. C. BorregoLa violencia contra las mujeres, cuestión de estado. Unos apuntes críticos. B. Marugán y C. VegaLa discriminación y el trabajo sexual. D. Juliano.

Voces como coces¿Por qué vestirte con ropaje de otro cielo? M. GarcíaSer mujeres e inmigrantes. Taller A.C. Candela

Prensamiento débilDe nuestros barrios y otras actividades

Mujeres de negro contra la guerraMujeres y teología. M.P. Barbazán.Desde la comunicación al género. L. RuízEntrevista a Helena Taberna y Charo Martínez, del documental “Extranjeras”. L. Ruíz y Z. Alubudi

Relatos desde el callejónEl valle de los huesos roto. L.A. PrietoLos ojos de la luna. E. SantaolallaNo “olvidés” nunca el trabajo que nos cuestan las sonrisas. N. del Potro

Indio Juan. In memoriamRe-cuerdos. E. Diaz-CesoSi llegas antes, guarda sitio. B. Murillo

Especial Ley de CalidadDe los mitos de una Ley de Calidad mercantilista. G. Romero

Hemos leídoHemos oídoHemos visto

Extranjeras. L. RuízAlgunas (otras) historias recientes. A.M. Martín

Nº 8. Guer ra(s) . (1er semest re 2003)

Para la reflexiónGuerra, pedagogía y democracia. A. MoránLa OTAN después de Praga. Otro impulso al gasto militar mundial. J.ToribioUn análisis crítico de la Ley Orgánica de Calidad de la Educación. J. Gil Las libertad de expresión tras el 12-S. C. FrabettiGlobalización neoliberal y Derecho Internacional en el contexto de Oriente Medio: los derechos humanos en Palestina. A. CruzGuerra y resistencia global. C. Taibo

Voces como cocesGuerra es no bueno. Taller CandelaInmigrante. Alfa Bravo Kilo. Taller CandelaLa expansión. A. Muley-AliLey del reparto a costa del pueblo saharaui. Sahara Occidental: derecho y petróleo. A. Muley-AliLos llamados conflictos étnicos o guerras tribales en Africa. A. NfubeaPobres niños pobres. E. Martínez Reguera

De nuestros barrios y otras actividadesNunca Máis como símbolo de la resistencia y movilización popular. Cruzados de la franja azul y la bandera negra. A. EiréSintel. Historia de una lucha. A. Jiménez

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Rescoldos nº 20 - 99

Aguascalientes de Madrid: un relato entre mariposas y multitudes. Aguascalientes de MadridLa Comunidad de Madrid condena a la ilegalidad a las radios libres y comunitarias. URCMLa calle, las urnas y el movimiento antiglobalización. A.M.

PoesíaLa televisión es mi ojo. E. Díaz-CesoInfancia sin flores. E. Díaz-CesoVómitos de carne picada. E. Díaz-Ceso

Relatos desde el callejónDespués de ver Tierra y Libertad. R. GómezEl viaje I.El viaje II. G. Romero

Hemos leídoHemos oídoHemos visto

Voces contra el imperio: la guerra de Michael Moore. M.L. Ortega

Nº 9 . T raba jo(s) , empleo(s) , p recariedad. (2 º semestre 2003)

Para la reflexiónGlobalización. Trabajo(s). precariedad(es). Por un sindicalismo anticapitalista. A. MoránFrente a la precariedad global, lucha plural. E. VillanuevaCrisis del derecho del trabajo y globalización. J.M. HernándezLa crisis de los cuidados: precariedad a flor de piel. S. del Río La inmigración y el mundo del trabajo: inmigrantes y movimiento sindical. D. Machado

Voces como cocesDe SINTEL S.A. a SINTRATEL 2003. A. Jiménez La muerte en el proceso laboral. D. Martín

De nuestros barriosDel desarrollo comunitario... un año después. Celia, Miguel, Marta, José Manuel y Javi¿Qué pasa con los Servicios Sociales de Málaga? M. SáezATRAPASUEÑOS, una editorial desde los movimientos socialesMedios alternativos: para que otra comunicación sea posible. J. García

Especial BoliviaEl fin del Estado khara. E. GirondaBolivia y la guerra aymara. J.C. PintoOctubre, una mirada por dentro: ¿movilización de borregos o personas? O. Rea

PoesíaTriste y pálido. Un comunista ¿En riesgo de? M. Ortega

Relatos desde el callejón.Cholas. G. Romero Decolorar. G. Romero

Hemos vistoEmpleo y desempleo, bendición y castigo. M. L. Ortega

Hemos leídoHemos oído

Nº 10 . Derechos y l iber tades. (1er semest re 2004)

Para la reflexiónDerecho a la educación. Obligación de ser quien soy. J. RogeroTerrorismo. Democracia. Movimiento Antiglobalización. A. MoránLa usurpación de la realidad. I. AmadorParadigma de seguridad versus libertades y derechos políticos. P. Albite

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100 - Rescoldos nº 20

Derecho de autodeterminación. J. M. RipaldaResistencia agroecológica a la globalización de la agricultura y la alimentación. Los GAKs, una experiencia social práctica de sobe-ranía alimentaria. P. Galindo

Voces como cocesLa asociación Gurasoak y las vulneraciones de derechos de los jóvenes vascos. Asociación GurasoakPrivatizaciones. Salud. Libertad sindical. Notas sobre la batalla del hospital Ramón y Cajal. Sección sindical de CGT de limpiezas delhospital Ramón y Cajal de Madrid¿Derechos y libertades? L. Espinosa

De nuestros barriosLa Consulta Social Europea en Madrid. La experiencia del Area de Libertades y de Agroecología y Consumo Responsable. P.Galindo, J. M. Hernández y A. CaballeroDerecho a la salud. J. L. Ruiz-Giménez y R. BajoGas para los bolivianos. CEDIB

PoesíaEsperanza Párraga. Orlando Luis Pardo.

Relatos desde el callejón.Tiempo de silencio. Fernando Sanz.

Hemos vistoMotivos sobran. Mayte Bermúdez

Hemos leídoHemos oído

Nº 11. Unión Europea : ¿para qué la escue la? (2º semestre 2004)

Para la reflexiónUnión Europea: una escuela, ¿para qué? Una reflexión sobre Constitución Europea, vida social, educación y profesorado. G.Romero¿Hacia una escuela europea de mercado? B. QuirósInmigración y sistema educativo. I. Fernández de CastroAcerca del llamado Reglamento de la Ley Penal del Menor que esta democracia reglamenta. P. Fernández y G. Romero“Constitución Europea”, Referéndum y movimiento antiglobalización. A. Morán

Voces como cocesImágenes sobre la educación y la escuela. G. Tomassini y D. LencinaRelato a la vuelta de Bolivia. I. Pérez y G. Mateo Crítica al sistema. D. Meriguete

De nuestros barriosEl 11-M en Madrid ¿Afectados o enfermos? ¿Problema de los afectados o problema de todos? M. Cucco, E. Aguiló y A. WaisblatDe las luchas ciudadanas al proyecto educativo del Parque Miraflores de Sevilla. C. Caraballo, J.A. Vázquez y P. CarmonaCambalache, un proyecto de educación política. EducArteSano. Pan (eco)¡lógico!Vas, propones y votas. Así de fácil. Presupuestos participativos de Sevilla

PoesíaConcha. E. PárragaLa clase. E. Párraga

Relatos desde el callejónTorremocha. L. Ruíz-Roso

Hemos vistoPasado y presente, entre la perversión y la crítica esperanzada. Algunas miradas del cine europeo al mundo de la educación. P.Cepero

Hemos leídoHemos oído

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Rescoldos nº 20 - 101

Nº 12. Educar : ta rea po l í t ica . (1er semestre 2005)

Para la reflexión¿Qué escuela? ¿para qué sociedad? C. Cascante. Educar, tarea política. G. Romero. Escuela, conocimientos y ciudadanía en la era de la globalización capitalista. N. Hirtt. La historia y sus lecciones en la era de la globalización: entre la ciencia y la ideología. M. Alvaro.

Voces como cocesDiscapacidad. Esa otra realidad. Integración residencial, laboral y social. J.I. Sánchez.O’Pelouro. M- Sala y J. Sanz. Todo crimen es político. Entrevista al juez brasileño Nilo Batista. Traducido por A. Oria de Rueda.Una educación que nos dé vida. J.L. Corzo.Ezequiel. D. Jiménez.

De nuestros barriosPlataforma de la escuela pública de Vallekas.Una historia simple: el día a día del CP Juan Gris de Villa de Vallecas. J.C. Briñas, C. Rodríguez, J. Porras y E. Osaba.El negocio de los niños delinquidos. Un capítulo reciente de la reforma en Zaragoza. D. Jiménez y J. Ichaso.Soluciones para los inexpulsables. Colectivo “Desobedecer la ley, convivir son racismo”.

Poesía.¿Diálogo? Henar (J. Callejas) y E. Párraga

Relatos desde el callejón.Cáceres 2012. Una Semana Santa. A. Oria de Rueda

Hemos visto.Globalizaciones cinematográficas: miradas uniformadas y de resistencia. Mª Luisa Ortega.

Hemos leídoHemos oído

Nº 13. Educac ión popular y global izac ión cap i ta l ista . (2º semestre 2005)

El atizadorPara la reflexión

Ayer y hoy de la educación popular. Algunas reflexiones. Mirtha CuccoLogros educativos en la Venezuela bolivariana: el salto adelante para la liberación. Helena Menéndez La educación palestina: entre la espada y la pared. Agustín Velloso La educación popular a la luz de la globalización capitalista. Educación popular y sociedad del siglo XXI. Manolo Collado

Voces como coceLa oposición a la reforma educativa en Venezuela y en el Estado español. Belén GopeguiYo no estoy aquí para educar a nadie. Beatriz MurilloEsnifarse a la Araña. La globalización y su relación con las personas en tratamiento de drogodependencias en la comunidad deMadrid. Raúl Gómez

De nuestros barriosDe la organización en los barrios a la mercantilización del trabajo en lo social. Asociación “Saltando Charcos”Escuela Libre Paideia: educando en y para la libertad. Ivana Turégano Apuntes sobre la educación popular en el siglo XXI. Reflexiones, dudas y contradicciones sobre los espacios, herramientas, identi-dades y necesidades. Eric Jalain FernándezLa escuela vivencial. Asociación Pequeña Rebeldía

Especial BoliviaEvo Morales. El Pachackuti andino. Eusebio Gironda CabreraFelipe Quispe y Alvaro García: razones y sinrazones de un nuevo protagonismo político. Juan Carlos Pinto QuintanillaBolivia: verano-invierno 2005. I. Quintanar y J. M. Gómez

PoesíaHomenaje a Concepción de Andrés. Esperanza Párraga

Relatos desde el callejónRisas. Gonzalo Romero

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102 - Rescoldos nº 20

Hemos vistoQuién nos enseña a ser padres. Maria Luisa Ortega

Hemos leídoHemos oído

Nº 14 . Educar int eg rando , integrar educando . (1er semest re 2006)

Para la reflexiónO’Pelouro: la escuela real, la piedra, la radical y audaz pedagogía-vida buscada y compartida. G. RomeroLos contextos de la integración: contextos de felicidad. C. SolaEl valor del arte en los procesos de inclusión social: función educativa y terapeútica. C. Alcaide

Voces como cocesDe como los medios de comunicación y otros agentes públicos intervienen en la educación de los y las jóvenes. N. del PotroEducación sexual en las aulas. A. RodríguezGarantizar los derechos para impulsar la resolución. El embrión de una ilusión el día después. C. RojoRelato de un domingo cualquiera o cómo vulnera los derechos humanos el aeropuerto de Madrid. Noelia

De nuestros barriosDecisión histórica del presidente Evo Morales. E. GirondaLa cuestión educativa. J. RamírezLa UFIL (Unidad de Inserción Social y Laboral) el éxito de un “fracaso”. J. RogeroEntresiglos 20-21: una propuesta didáctica desde la escuela pública. F. Hernández, A. Izquierdo y J. Sánchez

PoesíaSandra Mª Florido Romero. Enrique López Clavel.

Relatos desde el callejón(20 de febrero del año 2006). David Blázquez.

Hemos vistoEl camino recorrido y lo que queda por andar: cine y derechos humanos . María Luisa Ortega

Hemos leídoHemos oído

Nº 15 . Yo en Fer ry , tú en pa tera… educac ión e inmig rac ión. (2 º semestre 2006)

Para la reflexiónIntegración de inmigrantes y educación. A. VellosoFrontera Sur: más de 10 años de violación de los derechos humanos. D. LorenteA propósito del contexto de socialización... D. JiménezEstirando la ley, acercándonos a la justicia. Una experiencia de defensa de los menores inmigrantes. P. Fernández y P. Sánchez

Voces como coces¡Violencia en las aulas... violencia social! Rastreando el origen de la crónica del miedo. G. RomeroDialéctica de la reconciliación. A. MoránDe bruces con la realidad. A. PérezNo quiero adoctrinar, quiero educar. Z. Sampedro

De nuestros barriosTalleres de educación comunitaria en Bolivia. Una pequeña historia preñada de viaje... “didáctico”. M. Gracia, R. Gómez y G.RomeroEl taller de inserción laboral de Candela: la hierba crece de noche... o como lo sexcluidos toman las riendas de un proyecto enapuros. A. Pérez Ante la condena en costas por el Tribunal Supremo. Coordinadora de Barrios¡Basta ya de doble lenguaje!¡Coexistencia con transgénicos no, no y no! P. Galindo

PoesíaEsperanza Párraga

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Rescoldos nº 20 - 103

Relatos desde el callejónEl alma de los inocentes. M. de los Santos

Hemos vistoCine e inmigración en España: los últimos flujos migratorios en la pantalla. Laura Gómez

Hemos leídoHemos oído

Nº 16. Conf l ic to , v iolenc ia , capi ta l ismo y escuela . (1er semes tre 2007)

Para la reflexiónLa escuela en conflicto como escenario de socialización. Amparo Caballero. ¿Otra escuela en una sociedad violenta? Julio Rogero Anaya.El modelo integrado de gestión de la convivencia. Una propuesta para aprender a convivir, conviviendo. Pilar Moya Cervantes yFrancisco Zariquiey Biondi.

Voces como cocesLas argucias del colonialismo español en el Sahara occidental. Beatriz Martínez.ADN y actuación de los tribunales con los jóvenes vascos. Txusa Etxeandia.El movimiento popular por el derecho a una vivienda digna. Su breve historia desde Madrid: Quién es y qué pretende. LuisZarapuz..En busca de una vida mejor y la paz. Adnan Alí.

De nuestros barrios...Educacion(es) y Justicia. II Jornadas sobre educación y exclusión. Daniel Jiménez.La respuesta del Alcorcón insurgente. Ocho días de enero en el infierno mediático. Asamblea por la Convivencia Pacífica y contra elRacismo.Camino de la lenta revolución. Eusebio Gironda Cabrera.Zaragoza en pie frente a la OTAN. Héctor Martínez. VI Encuentros del Área de educación, exclusión y menores: ¿Educar para la vida o amaestrar para el mercado? Ana P. Cabanes.

PoesíaEsperanza Párraga.

Relatos desde el callejón... La “ostia” del obispo. Gonzalo Romero.

Hemos vistoEl conflicto en las aulas a través de la lente de la cámara. Maria Luisa Ortega.

Hemos LeídoHemos Oído

Nº 17. Educando… ¿med io ambiente o ambiente entero? (2º semes tre 2007)

Para la reflexiónEste litoral ¿a costa de qué? Pilar Palomar, José Luis Vargas y Mar Gracia. Contra la comida basura: educación alimentaria. Pilar Galindo.

Voces como cocesLas Bardenas, 50 años de lucha. Plataforma contra las guerras de Egea y Pueblos.Todos podemos aportar. Grupo crítico Ecovoz.¿Piedras en la revolución boliviana? Juan Carlos Pinto.

De nuestros barrios...Trabenco: un colegio comprometido con el medio ambiente. Zoralla Sampedro.La lucha por la vivienda digna y el tinglado inmobiliario. Luis Zarapuz.

PoesíaEsperanza Párraga.

Relatos desde el callejón... Conferencias de palabras, palabras de una conferencia. Gonzalo Romero.

Hemos vistoLa veracidad incómoda de Al Gore. John Rojas.

Hemos LeídoHemos Oído

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104 - Rescoldos nº 20

Nº 18 . Inte rcu l tural idad , mestiza je… en la escue la . (1er semest re 2008)

Para la reflexiónEspaña y los inmigrantes. Waleed SalehLa escuela contra el racismo y la xenofobia: el aprendizaje cooperativo. Anastasio OvejeroLa educación compensatoria: ¿una medida para compensar u otra forma de excluir? Ana PérezYasmila, Ki Xi, Teodora y Pincoya. Virginia Ferrer

Voces como cocesColas en barajas. Teatro social e interculturalidad. María CandínLos Mapuches: nación, pueblo o etnia, ¿existen? Aldo E. GonzálezBolivia: contrainsurgencia y golpismo. Stella CallóniHistorias de vida. Mest Niang y BD

De nuestros barriosPrivatización en El Álamo: el inicio de una peligrosa política educativa. María Gutiérrez y Rafael CarmenaExpo-Zaragoza 2008: agua y desarrollo sostenible. Acción social y sindical internacionalistaCiclo de encuentros: ¿Educar para la vida... o amaestrar para el mercado? 2008. Zoraya SampedroCandeal: un intento de construcción comunitaria colectiva. Andréia Almeida

PoesíaSonia Garcìa, Esperanza Párraga, Montse Ortega

Relatos desde el callejónCuchillos. Gonzalo Romero

Hemos vistoDe aquí y de allá: el cine frente a las “multi” sociedades. Ana Martín

Hemos leídoHemos oído

Nº 19. Mercaderes en la escuela . (2º semestre 2008)

Para la reflexiónEl mercado va a la escuela: notas sobre las tendencias mercantiles en educación. Beatriz Quirós. Escuela pública. ¿gratuita? Maite Pina. La Educación Infantil pública, ¿un lujo para pobres? Lourdes Quero.La “mercantilización profesional”: la Formación Profesional virtualizada. Luis A. Cerrón.Universidad, democracia y mercado en la sociedad neo-neo-neoliberal. M. Teresa Molares.

Voces como cocesIntento de desmantelamiento de la red de equipos de orientación. Agustín Alcocer.¿Qué tiene que ver Coca-Cola con la alimentación y agricultura ecológicas, el agua y el desarrollo sostenible? Pilar Galindo.Agresión Paramilitar en Morelia (Chiapas).Cheb Hbitri bajo un camión. Menores, maltrato y política de extranjería. Eduardo Romero.

De nuestros barrios...¿De qué se responsabiliza el consumo responsable? P. Galindo. Hablando de historia. Jesús Sánchez e Inés De Moreno Mbela.Nueva Constitución: ¿victoria política de los excluidos? J. Carlos Pinto.Los indios en el poder. Eusebio Gironda.

PoesíaEsperanza Párraga

Relatos desde el callejónSubastas. Gonzalo Romero.La escuela falsa y la princesa falsa. M. Teresa Molares.

Hemos vistoNiños y jóvenes articulados. M. Luisa Ortega.Hemos leídoHemos oído

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