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'CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERIO -CELAM-
Nuestra Señora de América
Peregrinar a Lujan
Presbítero Osvaldo D. Santagada
Presbítero Osvaldo D. Santagada
PEREGRINAR A LUJAN MENSAJE
CATEQUÍSTICO Y PASTORAL
DE LA IMAGEN Y EL SANTUARIO DE LUJAN
NUESTRA SEÑORA DE AMERICA Colección Mariológica del V Centenario
í*) Consejo Episcopal Latinoamericano — CELAM ISBN - 958-625-00/-5 - Edición Completa ISBN -958-625-019-9 -Volumen 17 Primera Edición — 2.000 Ejemplares Bogotá, 1986 Impreso en Colombia — Printed in Colombia
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Presentación
El Documento de Puebla en sus números 282-303 dio a la Iglesia de América Latina una síntesis mañana en íntima conexión con el Capítulo VIII de la Constitución LUMEN GENTIUM del Concilio Vaticano II y señaló como una de las características más profundas de la vivencia cristiana de nuestras gentes la devoción mariana. "El pueblo sabe que encuentra a María en la Iglesia Católica. La piedad mariana ha sido, a menudo, el vínculo resistente que ha mantenido fieles a la Iglesia sectores que carecían de atención pastoral adecuada" (D.P. 284).
El Secretariado General del CELAM al recibir el encargo de "propiciar la investigación y la creatividad teológica y difundir sus resultados", escogió como el primer tema específico de estudio para este período 1983-1986 el de María, continuando así la línea iniciada con ¡as reflexiones sobre Cristo y la Iglesia y retomando el esfuerzo que llevó a la publicación en 1979 del libro .76 de la Colección CELAM titulado "La Señora Santa María", hoy agotado.
Al diseñar dentro del Plan Global el Programa 1 se pensó primero en una sola publicación que recogiera los trabajos que sobre la Virgen escribirían un grupo de miembros del Equipo de Reflexión Teológico-Pastoral del CELAM en asocio de otros mariólogos del continente; sin embargo, la variedad y la abundancia de la producción mariológica fue tan grande y el interés que se despertó fue tan intenso, que se hizo necesario un nuevo rediseño, el cual integró el Programa dentro de las actividades del Quinto Centenario y reunió bajo el significativo título "Colección Nuestra Señora de América", que ahora se presenta, todos los estudios significativos patrocinados por el CELAM que quieren honrar a la Madre de Dios y Madre nuestra.
Los trabajos se han agrupado en tres secciones: una de carácter bíblico-teológica; otra teológico-pastoral con dimensión latinoamericana y finalmente una tercera dedicada al mensaje teológico de los principales santuarios moríanos en América Latina.
A nombre del Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM doy las gracias a todos los que han dado su aporte para esta Colección, cuyos primeros volúmenes se publican con ocasión de la visita de Su Santidad Juan Pablo II a la sede del Secretariado General. Que Nuestra Señora de América reciba este filial homenaje y bendiga los esfuerzos realizados por el CELAM.
f Mons. DARÍO CASTRILLON HOYOS Obispo de Pereira
Secretario General del CELAM
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Prólogo
v ^ Siempre le gusta a uno recordar la tierra de sus oríge
nes y la vida llevada en esos antiguos pagos, y mucho más cuando la distancia es larga y los años muchos. ¿A quién no le gustaría rememorar viejos tiempos, cuando en un refrán muy conocido leemos: cualquier tiempo pasado fue mejor?
Pero aquí, en el caso presente, hay algo más. Se trata de recordar a una madre, que para el autor de esta obra y para los argentinos es muy querida y la mejor. Un aforismo indio y clásico anota que toda madre es siempre madre buena y que madre mala no la hay. ¡Qué diremos en el caso presente, cuando se trata nada menos de hablar y tratar de nuestra Celestial Señora, la Reina de los cielos, la que con tanta devoción y apasionamiento coreamos todos como: nuestra Madre, la Virgen de Lujan!
El P. Osvaldo Santagada, conocido escritor de temas pastorales,que actualmente reside en Bogotá (Colombia) como Secretario Ejecutivo en el Departamento de Vocacio-
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nes y Ministerios en el Secretariado General de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, que con letras de siglas llamamos CELAM, es el que con cariño y cierta nostalgia nos habla desde esas latitudes tan lejanas, con fervor y entusiasmo y para regalo de todos los argentinos primero, y luego para todos los residentes en este Continente y aún para todos los buenos creyentes, del regalo que Dios Nuestro Señor ha brindado a estas tierras del Plata con la presencia singular y dulcísima de la Virgen María bajo su advocación de Nuestra Señora de Lujan.
El libro se titula: "MENSAJE CATEQUÍSTICO Y PASTORAL DE LA IMAGEN Y EL SANTUARIO DE LUJAN", y está escrito con aquella dedicación y cariño de un hijo que, lejos de sus tierras, quiere hacerse presente y vivo cada instante del pasado y del presente lejano, para llenar a todos y encariñarlos con la espléndida presencia de la Virgen Gaucha en su magnífico Santuario de Lujan.
En esta obra, el Padre Santagada nos revela a los argentinos y a todos aquellos que por lo temas moríanos se interesan, nuestro modo peculiar de obrar frente al Santuario de Lujan, y justamente, a través de ese obrar nuestro argentino, imparte una brillante catcquesis maria-no-lujanense, testimonio elocuente de nuestra fe en Dios.
El trabajo del Autor se divide en cinco partes bien estructuradas, buscando darnos una idea de lo que Lujan significa para nuestro pueblo argentino; se detiene en una infinidad de detalles de prácticas y culto que hoy llamamos de devoción popular y encuentra para cada gesto su nota catequística y teológica. La obra es un valioso aporte mariano-lujanense y debemos felicitarnos todos, porque en verdad no son muchos, lamentablemente, quienes con tanto brío se han dedicado a explorar estos temas argentinos de nuestra cultura cristiana. El trabajo supone un esfuerzo que es un deber valorar y creemos que estudios así
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pueden abrir nuevos cauces a la literatura mariano-lujanense.
Podríamos alargarnos mucho en ¡a consideración de este bello estudio del autor. Pero éste es nuestro humilde tributo que con todo cariño y fervor dedicamos al bueno y apostólico P. Osvaldo Santagada. Esta obra sobre la Virgen de Lujan iluminará sin duda la vida de cuantos la lean, y también seguramente, a través de su lectura, la Virgen, Nuestra Señora de Lujan, obrará maravillas en sus corazones.
Mons. JUAN ANTONIO PRESAS Vicario General de Morón
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Introducción
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Existe en el centro geogra'fico de Argentina una ciudad llamada Lujan, que posee un templo votivo dedicado a la Inmaculada Concepción de Man'a, conocido como "Santuario de Lujan". En ese santuario veneran los argentinos desde hace siglos una diminuta imagen de terracota de la Santi'sima Virgen Man'a. Esa imagen y ese templo pertenecen a la historia y a la identidad de los argentinos. Es, por así decirlo, uno de los temas que suscitan interés nacional. Lo que ocurre en Lujan, en torno al santuario de María, no resulta indiferente a ningún argentino, aún a aquellos que no profesan la fe católica. Más aún, ser argentino y Lujan están inextricablemente unidos. Aún cuando hay otros santuarios marianos en nuestro país, los argentinos somos "de Lujan".
1. ¿POR QUE ESTE ESTUDIO?
El CELAM me ha pedido la colaboración en un aporte de varios teólogos latinoamericanos sobre "María
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y la religiosidad popu lar " (1) . Hace casi dos décadas que se habla en América Latina de la religiosidad popular. La tema'tica es tan importante que pudo entrar con honores en el magisterio pont i f ic io con la Exhortación Apostól ica Evangelii Nuntiandi (2) y en el magisterio episcopal con el Documento de Puebla (3) y muchas cartas pastorales. Y aunque en esos textos aparezcan las menciones de algunas de las expresiones de la piedad popular, todavi'a falta realizar los estudios particulares sobre los principales destinatarios de la devoción del pueblo catól ico en América Lat ina: la presencia t r in i tar ia , la providencia de Dios Padre; Cristo, celebrado en el mister iodesu Encarnación (navidad, el N iño) , en su Cruc i f i x ión , en la Eucaristi'a y en la devoción al Sagrado Corazón; amor a Mari'a, porque Ella y sus misterios pertenecen a la identidad propia de estos pueblos y caracterizan su piedad popular; Man'a venerada como Madre Inmaculada de Dios y de los hombres, como Reina de nuestros distintos pai'ses y del cont inente entero; los santos, como protectores; los d i funtos; etc. (cfr. Puebla 454) . Faltan estudios teológicos sobre todo . Por eso considero una idea acertada comenzar a mirar este tema partiendo de la Madre de Jesús, María, en la religión del pueblo catól ico, y todavía más en concreto, del mensaje teológico que dan a la Iglesia Católica y al mundo los dist intos santuarios de María en América Lat ina. Eso significa que no se deja al margen lo que es irreductiblemente catól ico como la veneración y el cul to a María, en una época tentada por mostrar lo común a todos y ocultar lo específico. Es un falso ecumenismo pensar que p i imero hay que arreglar " l o o t r o " y luego ver si se puede lidiar con el Misterio de Ma
l í ) Pueden verse mis artículos María y el Nuevo Testamento, en CRITERIO 47, (1974) p. 244-246; La religiosidad popular, en Boletín CE-LAM, t. 12<1979) n. 143. pp.21-24; n. 144, p. 18-19; y El lugar de María, en CRITERIO 53, (1980), p. 629-631.
(2) 8. XII. 1975 .
(3) II I Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Puebla (México), 28.1, al 13.11. 1979. Documento conclusivo. La Evange-llzaclón en el presente y en el futuro de América Latina (Pueble).
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ría u otros elementos en conf l ic to (el Papado, p.e.). Ese ecumenismo solo puede dar una unidad f ict icia y en concreto no duraría nada. Por eso, con mucha alegría, pero también con conciencia de mis l imitaciones en el tema, deseo presentar estas reflexiones acerca de Lu jan , el cent ro mariano, por antonomasia, de Argent ina.
2. HISTORIA DEL SANTUARIO
El it inerario comienza haciendo algunas referencias a la historia del santuario. Todo lo involucrado con el milagro de Lu jan , el cul to a la Imagen de la Purísima Concepc ión, los milagros obrados por la intercesión de María y las peregrinaciones a Lujan, es menester buscarlo en la obra insusti tuible de Mons. Juan An ton io Presas, miembro de la Junta Histórica Eclesia'stica Argentina y Vicario General de la diócesis de Morón (Argent ina): Nuestra Señora de Lujan; estudio crítico-histórico, 1630-1730. Buenos Aires, 1980 {reelaboración de un estudio publicado en 1974) (4). Se trata de una investigación sobre el acontecimiento " L u j a n " o sea, Lujan en el tiempo, aunque no faltan en este autor agudas observaciones sobre la imagen es decir, Lujan en el espacio (5).
Conviene tener presente la crónica lujanense. Es el contexto necesario en el que pueden comprenderse las reflexiones propiamente nuestras. Hela aquí (6).
(4) De este autor, además de la obra mencionada, pueden consultarse: "Ir a Lujan es un deber", B.A., 1979; "Nuestra Señora de Sumam-
pa", B.A., 1980; "Nuestra Señora de Lujan en el arte", B.A., Paulinas, 1981; "Lujan, la ciudad mariana del país", B.A., Claretlana, 1982; "Anales de Nuestra Señora de Lujan", B.A., 1982; "Historia de Nuestra Señora de Lujan", Morón, 1984.
(5) La sugerente carta del P. Lucio GERA a Mons. Presas en Lujan, la ciudad mariana del país, p. 13.
(6) En la Liturgia de las Horas (1981), para el 8 de mayo se lee la crónica o reseña del milagro de Lujan, del fraile mercedario Pedro No-lasco de Santa María (1737). Hay otra crónica del P. Felipe José Maqueda (1812) cuyo texto primitivo se debe al franciscano Antonio Olivar (ca. 1765). Cfr. PRESAS, J.A., Los estudios sobre los orígenes del culto a la Virgen de Lujen, en CRITERIO 48 (1976) pp. 494-496.
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En la época en que Portugal y España se regi'an por una sola corona, y que por lo tanto el comercio entre ambas naciones era l ibre, en el año 1630, un portugués llamado Farfas pidió a un amigo suyo del Brasil que le mandase una imagen de la Concepción de María para venerarla en la capilla que estaba edif icando en su estancia de Sumampa, jurisdicción del Tucumán (y hoy provincia de Santiago del Estero). Un marino amigo suyo cumpl ió el encargo y le trajo no una, sino dos imágenes de Nuestra Señora, bajo las advocaciones de la Inmaculada Concepción una, y otra de la Madre de Dios. Acondicionadas ambas en dos cajones fueron subidas a una carreta y emprendieron desde Buenos Aires el camino hacia el Nor te. A l llegar a orillas del n'o Lujan se detuvieron los troperos para pasar la noche en la estancia de Rosendo. A la madrugada siguiente, al intentar proseguir la marcha, los bueyes no podi'an mover la carreta. Se quita peso, pero en vano. Después de mucha labor, bajan a tierra el cajoncito que contiene la imagen de la V i r gen en su t í t u l o de la Inmaculada Concepción y comienza a andar la carreta. Los troperos entendieron eso como un aviso de Dios que les decía que esa imagen debía quedarse al l í para ser venerada en el lugar. Y así lo cumplieron.
Divulgado el por tento , comenzaron los fieles a venerar a Nuestra Señora en aquella sagrada imagen, y Ella correspondió, manifestándose con repetidos prodigios y milagros. La imagen era de treinta y ocho centímetros de al to, con las manos juntas ante el pecho. Llevada por los arrieros a la casa de Rosendo, los dueños le levantaron un pequeño oratorio y dedicaron a su cul to a un esclavo negro, llamado Manuel (7). Pasan cincuenta años y la capilla queda en despoblado, hasta que la señora Ana de Matos compra al cura Juan de Oramas, heredero de Rosendo, la santa Imagen y la lleva a su estancia, ubicada en la actual
(7) Sobre el negro Menuel cfr. PRESAS, Juan A., Historia del Negro Manuel. Morón, 1985.
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ciudad de Lu jan, para hacerle a l l í una capilla digna, con la ayuda del mayordomo de la Virgen, Manuel Casco de Mendoza, un fraile carmelita, y el capellán Pedro de Mon-ta lbo, conf i rmado por el obispo de Buenos Aires, A n t o nio Azcona. En 1762, gracias a Juan de Lezica, se levanta o t ro templo mayor, donde es venerada la Imagen por más de un siglo.
Liega 1874. En cumpl imiento del voto hecho ese año a la Virgen de Lujan que lo salvó de la muerte a mano de los indígenas, el Padre Jorge Salvaire proyectó y dir igió la construcción del magníf ico templo actual, en estilo gótico del siglo X I I I , con dos torres de ciento seis metros de alto (8). El templo de Salvaire se ha const i tu ido en santuario nacional de los argentinos. Ya en 1887 la Imagen de María fue coronada y se estableció su fiesta para el día ocho de mayo (9).
3. LAS MULTITUDES
La segunda referencia es acerca de la interpretación sociológica de las mul t i tudes que pasan anualmente por el santuario de Lu jan . Hay alguno que ot ro in tento, pero todo está por hacerse en este pun to . Actualmente se calcula que desfilan por el santuario unos ocho millones de personas cada año. Se destacan tres peregrinaciones: la de los
(8) El proyecto del P. Jorge Ma. Salvaire, C.M., (1847-1899) pareció un delirio a todos, en tiempos en que Lujan no tenía rutas y su población era limitada. Lejos estaban las grandes peregrinaciones actuales. Pero el arzobispo de Buenos Aires, Mons. Aneíros, lo apoyó con el gran sentido histórico que lo caracterizó.
(9) Para todo esto puede verse PRESAS, J.A. Lujan, la ciudadmariana del país, Buenos Aires, 1982, p. 38-39, y Nuestra Señora de Lujan en el arte. Buenos Aires, 1981, pp. 68-71. Véase también SALVAIRE, Jorge Ma. (presunto), Coronación de Nuestra Señora de Lujan. Buenos Aires, 1887. También es muy agradable la lectura de LOBATO MULLE, Felisa Carmen Echeverría de. Historié de Nuestra Señora de Lujan y su pueblo. Buenos Aires, Acción, 1982. En otro estilo puede leerse UDAONDO, Enrique, Reseña histórica dt la Villa de Lujan. Lujan, 1939.
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peregrinos a pie, desde principios del siglo X X , con alrededor de sesenta mil romeros por estos úl t imos años; la de las asociaciones folklór icas de gauchos a caballo, desde hace unos cuarenta años (la primera peregrinación de gauchos a caballo fue el 7 de octubre de 1945); y la peregrinación juveni l del primer domingo de octubre desde hace doce años, que da cita a cientos de miles de personas. Cada domingo atienden a los peregrinos unos doce sacerdotes que celebran los Sacramentos: el Bautismo (en 1979 hubo 17.200; en 1980, 20.500) , la Confesión (numerosísimas son las personas que se acercan a la Reconcil iación y grandes las conversiones que hace la Gracia de Dios), el Mat r imon io (pero sin boato) , y sobre t odo , la Eucaristía. Adema's de esto el santuario posee una obra de ayuda a los necesitados, que se mantiene con una parte de las flores y velas que dejan los promeseros. De 1952 (P. Justo Echeverría, C.M.) a 1982 (P. Rafael M. Carl i , C.M) se edif icaron doscientas cincuenta casas para familias de obreros.
4. A LA LUZ DE LA FE ¿QUE SENTIDO TIENE ESTE SANTUARIO?
Mons. Juan An ton io Presas, siguiendo y profundizando ma's el pensamiento de don Luis Bravo y Taboada, histor iador de la Virgen de Sumampa, imagen compañera de la lujanense, estudia y desentraña el mensaje que nos da la Santa Imagen de la Concepción de Lujan y con ello da también una interpretación del Santuario (10) en el sent ido de que el "sensus f i de l i um" (es decir, la unanimidad en el sentir de los bautizados) argentino ve a Lujan como una fuente de salvación. Pero yo no he encontrado hasta el presente ningún material de estudio específico sobre la contextura teológica de la existencia del santuario de L u jan como ta l , en un trabajo de ampl i tud y detalle y que ba-
(10) Cfr. PRESAS, J.A. Nuestra Señora de Lujan. Año 1980, p. 164-166. Historia de Nuestra Señora de Lujan. Año 1984, p. 53-55.
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je a considerar la vida cristiana que en la actualidad obra en los fieles el Santuario en sí. Más adelante también t rato de comentar el mensaje particular y propio de la Santa Imagen, pero aquí insisto más en ese mensaje general del Santuario, en su razón existencial, que ciertamente en ú l t i mo término coincide también con el mismo mensaje que nos da la imagen de la Purísima Concepción de María (11) . Hay buenos intentos de generalización por parte de las actuales reuniones de responsables de santuarios del Cono Sur lat inoamericano, pero el objeto directo de sus conclusiones es, pr incipalmente, la defensa de la religiosidad popular y la misión evangelizadora de los santuarios como lugares privilegiados de la obra profética y salvadora de la Iglesia. Por esta razón, sol ici to la benevolencia del lector que va a leer un ensayo sin pretensiones de síntesis. Para entregar un estudio muy cuidadoso sobre la especificidad de Lujan necesitaría yo varios años de trabajo. Pero no es este el comet ido que se nos ha asignado y que se brinda con estas reflexiones sencillas y no complicadas según mi intención. Si el resultado es o t ro , perdonará el lector al advenedizo teólogo en un tema de tanta importancia para los argentinos.
5. MÉTODO A EMPLEAR
Partiré de lo que me parece ser la conciencia irrefleja de los católicos argentinos acerca de Lu jan . Por conciencia irrefleja entiendo aquella voz inter ior que permite actuar en diversos comportamientos que no han sido evaluados por una ref lexión intelectual. Considero que hasta el momento, al menos en América Lat ina, la teología de las imá-
(11) Cuando me refiero en este estudio al "santuario" de Lujan, lo entiendo como abarcar ios sucesivos templos que en honor a la Sma. Virgen Mana se levantaron en las tierras de Ana de Matos. "Santuario" lo uto en sentido amplio como los templos que fueron cobijando a la bendita Imagen de Lujan. De algún modo, es santuario no sólo el templo sino el lugar. Así me parece que lo consideran las multitudes de peregrinos en las grandes convocatorias, cuando es prácticamente imposible entrar en la Basílica Lujanense y menos aún en el "camarín" da la Virgen.
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genes de María y de sus santuarios es una teología " implícita", o sea, que no ha sido traducida en reflexiones escritas, puesta a disposición de la autocrítica eclesial. Se trata, por lo tanto, de discernir cua'l es la teología que el mismo pueblo católico tiene sobre Lujan, ya que no hay documentos del Magisterio que hayan hablado explícitamente acerca del mensaje teológico del santuario argentino por excelencia (12).
(12) No hay documentos antiguos porque la tradición del Milagro nunca fue negada hasta fines del siglo X I X . Entonces salló el P. Jorge Salvalre a defender a Lujan. Del 23 de enero 1890 hay un testimonio de Mons. León Federico Anelros, arzobispo de Buenos Aires. El 10 de junio 1929 escribe una Carta pastoral Mons. Francisco A lber t l , obispo de La Plata, con mot ivo del tercer centenario. Del 30 de noviembre 1961 hay una Carta pastoral de Mons. Anunciado Serafín!, obispo de Mercedes.
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PRIMERA PARTE
La conciencia irrefleja
de la Iglesia
y los Argentinos sobre Lujan
El primer dato con que se encuentra alguien que quiere hacer un intento de interpretación teológica sobre el santuario de la Santísima Virgen María en Lujan, ciudad ubicada a unos sesenta y cinco kms. de Buenos Aires, la capital de Argentina, es que los millones de personas que pasan por allí cada año "no van por ir", como se dice, sino con una conciencia, unas veces más clara que otras, de que ese sitio representa algo especial para la fe cristiana, para la Iglesia Católica y, en particular, para la nación argentina. En efecto, Lujan es el lugar donde se recoge la identidad nacional y, por lo tanto, es un lugar donde se toma conciencia histórica y religiosa de nuestra patria, es decir, se toma conciencia de su pasado, presente y futuro. Esa conciencia se capta a través de los hechos y del juicio que merecen. Los criterios para hacer este juicio o discernimiento son dos: la fe y la moral. Por eso, hay que mencionar el sentido histórico y cultural de Lujan para la fe, que otros ya han comenzado a hacer y se debería continuar haciendo a fin de rescatar del olvido tres siglos y medio de la historia de una nación latinoamericana y de
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sus hermanas vecinas. Lujan recuerda a los argentinos que hay un pasado y que la historia patria no comenzó recién en 1810 (13), sino que, al contrario, hay mucho hecho y que no estamos en un eterno comienzo del pai's. Lujan es el testimonio viviente del tiempo que se necesita para hacer una nación: se necesitaron trescientos cincuenta años para hacer de Lujan lo que es ahora. A la herencia de apresuramiento dejada a la nación por las corrientes inmigratorias que venían a "hacer la América" (14) de la noche a la mañana, Lujan es un llamado a la paciencia y la perseverancia de los que saben que las cosas no se arreglan de un día para otro.
1. LUJAN, SEDE DE UNA MISIÓN CONTINUA
La presencia de una ermita de 1630 en medio de la pampa bonaerense, hasta la magnífica basílica actual, es el testimonio viviente, de un milagro de Dios. El nos dejó como regalo a la Purísima Concepción de María en calidad de protectora de la fe y defensora del pueblo, que prácticamente está en sus inicios (Buenos Aires contaba en el año del milagro de la carreta con unos quince mil habitantes). Los estudios históricos han comprobado fehacientemente la veracidad de los datos referentes al milagro por el cual la Imagen de María se queda en medio de la pampa. Pero incluso para los que no conocen esos estudios, para la mayoría de los creyentes argentinos Lujan es la memoria del deseo de María de quedarse en la "pampa" y del amor de las gentes ("mestizos", "criollos", "negros", "patriotas", "troperos", "arrieros", "carreta", "caravana") hacia Aquella que consideran con razón una madre queridísima. Todo el contexto de Lujan habla de unas raíces
(13) El 25 de mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aire» los patriota» argentinos decidieron desvincularse de la corona española del rey F«r nando.
(14) Expresión de los inmigrantes europeos que llegaban a Argentina an tmi ca de pan y trabajo, así como de riqueza.
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del pueblo. Por eso, "ir a Lujan!" es una expresión común entre los argentinos, indicando que hay un deber que cumplir y no puede ser dejado de lado (Mons. Presas).
Y sucede entonces ese "algo especial'" a que me refería hace poco: la visita a Lujan se transforma inesperadamente en un momento de misión popular. Conozco muchos cristianos que habi'an olvidado las oraciones de su infancia y las han recordado bien, al compartir con los demás creyentes la visita al santuario de Mana. Antes, cuando aún no existía el impacto tecnológico y científico actual, cada argentino hacía su experiencia religiosa en contacto con la naturaleza, en la cosecha, en el arreo de los animales, en las lluvias y sequías, y la vida del campo. Hoy el argentino hace la experiencia religiosa en la multitud de gentes que van a trabajar a la industria y a las oficinas, o que van a los miles de centros de instrucción. Antes se pedían milagros para la vida agraria y sedentaria. Ahora, en cambio, se piden milagros para que Dios cambie el movimiento de la libertad de los otros. Pues Dios interviene en ayuda de la libertad (15). Este tema es ma's difícil para la cateque-sis y la predicación: hay que retomar toda la historia de la doctrina de la fe y una sana apologética desde San Agustín, pasando por los que sólo aceptan la libertad de Dios (Lute-ro y Calvino) o aquellos que sólo aceptan la libertad del hombre (El lluminismo filosófico o "Ilustración"). En cada visitante y peregrino de Lujan hay una avidez por escuchar la predicación, por encontrar buenos confesores, por gozar del silencio mientras otros oran, por contemplar la Imagen sagrada de María que es el símbolo del alma y del ánimo de los católicos argentinos: un deseo o aspiración de libertad, de justicia, de amor fraterno, de respeto y de solidaridad. Lujan es así principio de solidaridad de los argentinos y centro de cultura, donde el espíritu se encarna, no como pura exterioridad, sino para llamar a la
(115) Cfr. S.T. I - I I , q. 113, a.3 in c.
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paz y a la Gracia a los demás, mediante ese "estar juntos", casi apiñados en el santuario, esperando que Dios mueva los corazones con gracias actuales de unidad, pacificación, reconciliación. ¿No son las que necesita el pueblo argentino? Por eso, toda visita a Lujan es como una misión acerca de Cristo, de la Iglesia y del hombre. Se venera una Imagen de María, pero se obtiene una visión de conjunto. Se entra en un fragmento de la Iglesia y se sale con una conciencia de totalidad.
Esto no sería nada raro si habláramos de cristianos fervorosos y practicantes. Pero lo más interesante es que muchos de los que visitan este santuario mariano no pertenecen a los católicos "parroquializados", por así decirlo. Son gentes de todas partes, cuyo contacto con la Iglesia se hace precisamente a través de Lujan. Hay "mundos" que no son conocidos por su afición a la Iglesia y a sus ministros, al menos en público, pero que se dan cita en Lujan como la cosa más natural: el "mundo" de los artistas, o el de los deportistas, y en general, el mundo obrero. Lujan, si se permite esta idea que debe tomarse con cautela porque la Iglesia nunca ha tenido interés por "Iglesias nacionales" (16), Lujan —digo— es como la "catedral" de todas las diócesis de Argentina, y de hecho no es la catedral de la diócesis de Mercedes (Buenos Aires) en donde se encuentra situado el santuario, sino de todas. Con todo, habrá que insistir en que existe una relación especial de Lujan con la ciudad de Buenos Aires, que es erigida como diócesis en 1620, pocos años antes del milagro de la carreta en 1630.
(16) "La nacionalización de las Iglesias y el recurso a una 'Iglesia Invisible' son la inevitable secuela del abandono plenamente consciente del prln cipio contrario de le Iglesia universal, el principio de la catolicidad' (citado por H.U.Von BALTHASAR en "El complejo antlrromano" Madrid, BAC, 1981, p. 276. J. MARTINS TERRA, Fray Boíl y »l nm> galicanlsmo brasileño, en "Nexo" (Montevideo), n. 6 (1080), p 33 47
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Es notable también el respeto que tienen los otros creyentes y los no-creyentes por el santuario de Lujan al menos en el momento presente. La conciencia sobre Lujan, de algún modo, toca a todos los argentinos sin distinciones. Permi'taseme contar lo que me sucedió en noviembre de 1979. Recuerdo que durante una misión popular en mi parroquia de la Inmaculada Concepción de Villa Devoto (17) trasladábamos una réplica de la Imagen de Lujan de una sede a otra de la misión, y me encontré rezando con unos muchachos que llevaban las andas con el trono de la Imagen, y que resultaron ser judíos. Ante mi lógica sorpresa, ellos me contestaron que María de Nazaret, una mujer judi'a y venerada en Lujan, era el si'mbolo de lo que ellos aspiraban para Argentina y para todo el mundo: lograr la unión de todos en la paz.
2. LUJAN, SEDE DEL BAUTISMO
El segundo dato que aparece al observador de la conciencia cristiana de los peregrinos y fieles de Lujan se refiere al Bautismo, por el cual fuimos sepultados con Cristo en su muerte (cfr. Rom. 6: 3-4). Hay una conciencia implícita de que Lujan es un lugar especial de Bautismo y de que hay que llevar a los hijos para que sean bautizados allf. Ya desde 1730, al cumplirse el primer siglo del milagro de la carreta, Lujan es parroquia, y su Iglesia posee la pila bautismal en donde millares de personas han sido incorporadas a Cristo y a la Iglesia.
Este dato tiene una importancia capital a la hora de comprender el efecto de la misión continua de que hablaba poco antes. La misión tiende, o bien al inicio de la fe, o bien a la conversión de la vida. El fruto de Lujan en la vida de los católicos argentinos es un llamado a incorporar a sus hijos a la Iglesia por medio del Bautismo. Y porque
( 1 7 ) - La famosa "Iglesia del Seminario" fue edificada en 1899 e inaugurada el 6 de diciembre de ese mismo año.
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son "católicos" aman presentar a sus niños en Lujan como si comprendiesen la misteriosa realidad que sucede en el Bautismo: la Iglesia-madre, simbolizada en Man'a, hace entrar en su seno a quienes engendra por el agua del Bautismo (18). Por el Bautismo, los de Cristo estamos cobijados por la maternidad de la Iglesia, para formar un sólo Cuerpo en un sólo Espíritu Santo (cfr. 1 Cor. 12:13).
Hay que considerar este dato también desde el punto de una pastoral de la religiosidad popular. La gente se acerca a pedir el Bautismo para sus hijos, porque han hecho una "promesa". Esa promesa es un movimiento que tiene su inicio en Dios y no encuentra obsta'culos en la gente, que sabe que el Bautismo nos salva y no consiste en quitar la suciedad del cuerpo (cfr. 1 Pe. 3:21). Lujan es asi'lugar de la vida y principio de salvación, pues "el que crea y sea bautizado se salvará" (Me. 16:16). Hay pues en los sujetos de la piedad popular un don de Dios para el mantenimiento de la fe y de la Iglesia. Ese don permite captar que el que fue bautizado, fue revestido de Cristo (cfr. Gal. 3:27). No en vano entre los paisanos argentinos se menciona a las personas, hombres y mujeres, como "cristianos" (cfr. HERNÁNDEZ, José, Martín Fierro, passim). Ese don comienza entonces por el aprecio común hacia el sacramento del Bautismo. ¿No sen'a una ¡dea estupenda organizar peregrinaciones parroquiales, cuyo centro sea la administración del Santo Bautismo en Lujan, como una continuación de la larga tradición en este sentido? Y como una prolongación del Bautismo, el pueblo creyente lleva a bendecir ob-
(18) Este es un tema de toda la tradición católica. Puede verse S. IRENEO de Lyon, Adversus haereses, V , 20,2; S. CIPRIANO de Cartago, De unitate Ecclesiae, n. 23. Somos hechos Iglesias de modo que también cada fiel, por la fe, concibe y da a luz a Cristo en su corazón. Así cada fiel es Madre de Cristo e hijo de María. Cfr. TELLO, Rafael, La comu ni&n de vida con Dios en la Iglesia, en TEOLOGÍA (Bs.As), t. <i (1966), n. 8, p. 27. Pueden consultarse también los anéllsls minucioso! de ALDAMA, José Antonio de, María en la patrística de Ion tlglot I y II. Madrid, BAC, 1970, passim. Cfr. también S. AMBROSIO ele Milán. Comentarlos a S. Lucas, Lib 2, 26-27, CCL 14:32.
2!.
jetos a Lujan (camiones, automóviles, motos u objetos directamente religiosos) y después dicen; "Esto está bendito en Lujan" a semejanza de los que van a Roma y regresan diciendo que "este rosario lo bendijo el Papa". Esos objetos se guardan con inmenso celo, como quien, guarda tesoros preciados en el afecto familiar (Mons. Presas).
3. LUJAN SEDE DEL ARREPENTIMIENTO Y DE LA FIESTA
Desde los orígenes del culto a María en Lujan aparece el tercer dato. Se recibe una moción de Dios para ir a Lu-ja'n y esa visita se desglosa en dos momentos relacionados: un momento de arrepentimiento del pecado, con el deseo de salir del desorden de la vida racional y también del desorden de la vida sensitiva; y otro momento de fiesta, con la alegría de haber recuperado la salud interior y poder celebrarla con los dema's, y proclamar la gratitud a Dios (19).
Con la ayuda de Dios, puede la persona de fe,e incluso el incrédulo o el no-creyente, disponerse a reconocer su pecado. Lujan ha sido y es un santuario de penitentes, ya sea porque allí mismo se obtiene el don de la reconciliación con Dios, ya sea porque habiéndolo obtenido en otro lugar antes, se llega a Luja'n para pedir el auxilio de la perseverancia en la fe y en la vida moral. Esto es muy claro en la conciencia de la gente que va a pedir "favores divinos" por intercesión de la Virgen Santísima: a nadie se le ocurre dejar de visitar el lugar santo por no haber recibido un milagro que se había pedido, o bien protestar
(19) Por medio de la fiesta cada persona vuelve a su origen. Se podría decir que la fiesta es el regreso al estado primordial en el que cada uno se encuentra a sí mismo en medio de la comunidad. Por eso, toda fiesta expresa espíritu de comunión y pureza (un ejemplo en la ronda final con la cual F. Fellini concluye su película "Ocho y medio").
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a María por no haber obtenido un favor especial. Todos tienen conciencia de que no tienen derecho a esos favores, ni siquiera por sus penitencias y mortificaciones, ya que tales favores son por su naturaleza gratuitos e inmerecidos. Pero, es importante afirmarlo, la gente no sólo va a "pedir", sino muy a menudo a dar gracias, y a darlas por anticipado.
También Lujan es ocasión de recibir un don particular para festejar el reencuentro con Dios y su verdad. Dios otorga gracias o dones particulares no para la propia justificación o remisión de los pecados, sino para cooperar en la justificación de otro. Son dones gratuitos (p.e. la visión profetica de los acontecimientos o los milagros) y favores extraordinarios que Dios da en vista de una misión especial, aunque estos dones no constituyen la santidad de quienes los poseen, porque la santificación es obra de la Gracia santificante y no de los milagros (20). De hecho, un "milagrado" puede seguir siendo no creyente. Los milagros benefician, pero no santifican. Sólo la Gracia santificante nos constituye en amigos de Dios, y por eso ella es superior y más excelente que los milagros (21). Dios concede esos dones gratuitos y extraordinarios cuando es necesario instruir a los otros en las verdades divinas que superan la razón humana. Así, Dios concede un aumento de fe porque es el principio de las verdades divinas; el don de la sabiduría para comprender las conclusiones que brotan de la misma fe, y el don de la pedagogía espiritual para abundar en ejemplos. A veces, para confirmar y probar esas verdades, el que habla recibe el don de realizar milagros (es decir, obras que Dios sólo puede hacer) ya sea para el bien de los cuerpos o en forma de prodigios de la naturaleza (como el de la carreta
(20) S.T. I - I I , q . 111 ,a .1 . Inc .
(21) GARRIGOU-LAGRANGE, R., Christian perfection and contemplaron. London, 1958, p. 59 .
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de Lujan). Otras veces el que manifiesta las verdades de Dios confirma esa verdad revelando lo que solamente Dios podn'a revelar, p.e. haciendo profecías sobre el futuro, p descubriendo el secreto de las conciencias (22). De entre todos esos dones extraordinarios, la gracia de curación posee una eficacia especial para conducir a la fe (23). Todo esto explica ese deseo de festejar que nace en Lujan. El peregrino o visitante de Lujan siente un gusto especial por compartir la mesa con su familia y sus amigos, incluso con los solitarios. La virtud de la hospitalidad, valor de la cultura argentina, cuyo don se ha gustado en el santuario de Man'a, se ejerce luego con la gente del entorno. La fiesta es, entonces, la lógica culminación de un itinerario que va desde la conciencia de la propia pequenez ("Padre, he pecado contra el cielo y contra t i . . . " , Le. 15:21) hasta la esperanza de la gloria ("Ven a compartir la alegn'a de tu Señor", Mat. 25:21). Y esto es tan cierto que muchos ven el templo de Lujan no solamente como un lugar de expiación y purificación, sino además como un pórtico de la vida gloriosa, de la comunidad redimida, del hombre rescatado por el don de Cristo.
(22) Cfr.S.T., I - I I , q. 111,8.4
(23) Cfr .S.T. I - I I , q . 111 a.4 ad 3.
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SEGUNDA PARTE
La oración de María
por el Pueblo Argentino
1. LUJAN, SEDE DE "GRACIAS"
¿Por qué la carreta se detuvo en Lujan? ¿Por qué la Virgen quiso quedarse allí'? ¿Por qué en medio de la pampa? ¿Por qué tan cerca de Buenos Aires? ¿Por qué como "Inmaculada" y no como "Madre de Dios" (la imagen que siguió hasta Sumampa en Santiago del Estero)? ¿Por qué Man'a de Lujan es la patrona de Argentina? ¿Por qué el templo de Lujan es el primer santuario del pai's? En una palabra, ¿qué es lo distintivo y lo específico de Lujan con relación a los demás santuarios marianos del país y del extranjero? Quisiera poder responder a todos esos interrogantes, aunque por ahora insinúo dos respuestas: lo específico de Lujan es la imagen misma de la Virgen, sobre la cual volveremos más adelante en detalle; la diferencia teológica entre Lujan y los demás santuarios no puede hallarse en la substancia del mensaje teológico, sino en el modo como ese mensaje teológico se hace cultura de un pueblo. Mu chas de las cosas que afirmo del santuario de Lujan coln-
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cidirán, sin proponérmelo, con lo que otros digan de sus santuarios. Pero hay algo que pertenece como propio a Lujan y es el guardar la memoria del pueblo argentino y dar identidad a la nación. Tan es asi', que la villa de Lujan interviene activamente en los momentos de crisis fundacional del pueblo. Cuando, por ejemplo, mil seiscientos ingleses al mando de Beresford (24) invaden la villa de Buenos Aires, que a la sazón contaba con unos veinte mil habitantes, los lujanenses van a ayudar a Juan Marti'n de Pueyrredón (25) para rechazar al invasor y se organizan en la Quinta de Perdriel ( la . Invasión inglesa, 1806).
La presencia de Lujan en Argentina como sede de las gracias o dones extraordinarios de Dios, se manifestó de muchas maneras. Para 1737 ya se tema una lista de milagros obrados en el santuario y un relato de la fama milagrosa de la Imagen de Mari'a de Lujan. Ha quedado grabado en la rai'z del pueblo argentino el papel especiali'simo que ocupa la Virgen Mari'a en el momento de buscar los favores de Dios uno y trino.
Se pide a Man'a que interceda por tales gracias o que nos consiga tales favores, para nosotros, para otros o para el bien común. Sería muy difícil querer establecer una lista de las gracias que se piden, desde el éxito en las cose-cas hasta conseguir "trabajo" hoy. Pero parecería que Dios mismo mueve a la gente a suplicar gracias para el bien común (26): la paz, la justicia, la libertad de la Iglesia, la curación de los enfermos, el trabajo, la fidelidad, y la perseverancia en la vida cristiana, la conversión de los pecadores, las intenciones del Papa y los Obispos, por señalar algunas.
(24) BERESFORD, Charles Wllllam (1768 - 1854).
(25) Juan Martín de PUEYRREDÓN (1776 - 1850). Fue "Director Supremo" de las Provincias del Río de La Plata.
(26) Cfr. I .Cor . 12:7; S.T. I - I I , q. 111 , a.1 ¡n c.
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Dios puede socorrer a cualquiera donde sea. Pero para muchos católicos Lujan es un lugar de preferencia, como una sede privilegiada a causa de la presencia de la Imagen de María, donde es más fácil pedir una gracia al Señor. Y, de hecho, Dios no niega a nadie el socorro y el auxilio necesario para poder pedir desde la conversión (que es pedir la misma Gracia de Dios para el alma, o sea, una realidad sobrenatural por esencia) hasta un milagro (es decir algo natural que se produce de modo sobrenatural, como el agua cambiada en vino, un enfermo sanado, una lesión cicatrizada, un tumor curado, etc.). En el misterio de la imagen de Lujan, hay una jerarquía que es preciso recordar: la gracia es superior al milagro, aunque éste llame más la atención. La Gracia es una participación en la naturaleza divina (27) que nos constituye en nuevas creaturas y nos hace partícipes de la excelencia de Dios! El mismo Dios tampoco niega la disposición y la preparación del que pide para que en sí mismo se actualice la salvación por la recepción de la Gracia santificante en el sacramento de la Penitencia y en la Eucaristía.
Y forma parte del patrimonio cristiano y católico que la Gracia de Cristo se infunde por obra del Espíritu Santo, el mismo Espíritu que preparó el corazón y el cuerpo de María como templo decoroso para que el Verbo de Dios asumiese una naturaleza humana individual y tuviese inicio el Misterio de la Encarnación. El pueblo católico siente a María como aquella persona humana pura que puede, por haber sido concebida sin la mancha del pecado original, presentar mejor que nadie las peticiones de auxilios divinos, imposibles de alcanzar por las meras fuerzas humanas. Eso no significa, de ningún modo, que un peticionante pecador, es decir, uno que no se encontrase en estado de Gracia, no pueda pedir a Dios. Sólo que en el sentimiento del pueblo hay una preferencia por en-
(27) Cfr. S.T. I - I I , q. 110, a.2. In c ; a.3, In c.
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cargar a Man'a las peticiones, porque ella en su humildad y pequenez puede comprender nuestra debilidad y pecado. Lo que digo vale sobre todo, en aquellos momentos en que nuestro pueblo ha llegado a los li'mites: la muerte o el odio, en cuanto ambos provocan la ruptura de los vi'nculos de unidad.
2. MARÍA, DEFENSORA DEL PUEBLO
La sabiduría popular considera que, a través de su Imagen venerada, María es la defensora y protectora del pueblo argentino y de cada uno de sus miembros.
Esta conciencia es la que ha llevado a revestir el simulacro de barro cocido que representa a la Purísima Concepción de María y que está encerrado en una cubierta protectora de plata, con los colores celeste y blanco, los mismos que pertenecen desde tiempo inmemorial a la imagen de María Inmaculada, y también a la bandera de los argentinos.
Por eso, en los momentos decisivos de la nación, desde los estadistas hasta los más humildes paisanos, han desfilado delante de la Imagen de Lujan pidiendo sus oraciones ante Cristo para obtener la paz o para dar gracias por un favor que ha unificado a todo el pueblo. Los contemporáneos deberían saber que uno de los primeros pasos de la mediación pontificia entre Chile y Argentina en el asunto del Canal de Beagle fue la visita a Lujan del Cardenal A. Samoré (28), el último día de diciembre de 1978. Sin cortejos y sin publicidad fue esa visita que queda registrada en el libro de los peregrinos ilustres. Y lo mismo hicieron Belgrano (29) y San Martín (30) en
(28) Cardenal Antonio Samoré (1905 - 1984). (29) General Manuel Belgrano (1770 - 1820).
(30) General José de San Martín, Libertador de Argentina, Chile y Perú (1778 -1850 ) .
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tiempos de la Independencia. O el obispo Pedro Fajardo al comenzar su gobierno pastoral en la diócesis de Buenos Aires, en 1717 (31). Permítanme recordar aquí que el Padre César Canevá, futuro Obispo de Azul y uno de los hombres más evangélicos de la historia eclesiástica argentina, llega en 1903 a Azul con unas pocas pertenencias y una réplica de la Virgen de Lujan (32).
(31) Los Obispos y Arzobispos de Buenos Aires: 1. 1621-1632: Fr. Pedro Carranza OCD (1567 - 1632) 2. 1636-1638: Fr. Cristóbal de Arestl OSB (1585 - 1638) 3. 1645-1673: Fr. Cristóbal de La Mancha y Velase o O.P. (1599 -
1673). Es quien traslada la Imagen de Lujen. 4. 1677-1700: Antonio de Azcona Imberto (1618 - 1700). 5. 1716-1729: Fr. Pedro de Fajardo O. Trinit. (? - 1729). 6. 1731-1736: Fr. Juan de Arregui OFM (argentino) (1656 - 1736).
Inicia la contrucción del santuario de Lujan. 7. 1741-1746: Fr. José Antonio de Peralta Barnuevo y Rocha Be-
navídezO.P (1669-1746). 8. 1751-1759: Cayetano Marcellano y Agramont (1696 - 1760)Co-
menzó nuevas obras del santuario de Lujen. 9. 1760-1761: José Antonio 8asurco y Herrera (argentino) (1705-
1761). 10. 1765-1776: Manuel Antonio de La Torre (1705 - 1776) 11 . 1779-1784: Fr. Sebastián Malvar y Pinto OFM (1730-1795) 12. 1788-1796: Manuel de Azamor y Ramírez (1733 - 1796) 13. 1802 - 1812: Benito de Lúe y Riega (1753 - 1812) 14. 1834-1851: Mariano Medrado y Cabrera (1767-1851). 15. 1855-1870: Mariano José de Escalada (1799 - 1870). Primer arzo
bispo en 1865. 16. 1873-1894: León Federico Aneiros (1826 -1894) . 17. 1895-1900: Uladislao Castellano (1835-1900) 18. 1900-1923: Meriano Antonio Espinosa (1844-1923) 19. 1926-1932: Fr. José Marta Bottaro OFM (1859 - 1935). Renunció
el 30 de julio de 1932. 20. 1932-1956: Santiago Luis Copello (1880 - 1967). Primer cardenal
argentino en 1935. 2 1 . 1956-1959: Fermín Emilio Lafitte (1888 - 1959). 22. 1959-1967: Antonio Caggiano (cardenal) (1889 - 1979). 23. 1967- Juan Carlos Aramburu (cardenal) (1912 - ) En las fechas en que no se menciona Obispo, la sede está vacante. El primer Obispo recién llega a Buenos Aires de Charcas en 1036, un año después del milagro de la carreta.
(32) V I L L A M A Y O R , César Hernán, El Padre Canevá, 2 ed. Azul, 198B, p. 38.
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Hay que mencionar entre tantas, las visitas de Pi'o IX el 18 de enero de 1824 (Juan Mana Mastai-Ferretti) (33) y la de Pi'o XII el 15 de octubre de 1934 (Eugenio Pacelli) (34), antes de ser papas; y de modo especial, la del Papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla) (35) que vino a Argentina a visitar exclusivamente a Nuestra Señora de Lujan y a unir- ^ nos allí a todos los argentinos en el momento de una de las crisis sociales más graves del país (junio 1982) (36). Es importante interpretar aquí el por qué de la visita del Papa Juan Pablo II a Lujan en vísperas de la conclusión militar de la "guerra de las Malvinas" (37) en la fecha mencionada. El centro de esa visita no es la ciudad de Buenos Aires, aunque también alguien pudiera sostenerlo. El centro es Lujan. ¿Por qué? Porque todo el pueblo argentino ha llegado al límite, casi diría a las puertas de la muerte, y entonces sólo interesaba el recurso a Dios, a fin de que Dios mismo viniera a levantarnos de la postración, como en una nueva Encarnación y Redención. Lujan ha sido eso en 1982, y desde 1630 hasta hoy: cuando el hombre con toda su capacidad inventiva, su técnica, sus negocios, su razón llega a un punto infranqueable, entonces hay que pedir a Dios que venga y salga a nuestro encuentro. Lujan
(33) Pío P.P. IX (Juan Marta Mastai-Ferretti). Fue Papa de 1846 a 1878. (1792 - 1878).
(34) Pío P.P. XI I (Eugenio Pacelli). Fue Papa de 1939 a 1958. (1876 -1958)
(35) Juan Pablo P.P. II (Karol Wojtyla) Papa desde el 16 de octubre de 1978 (1920 - ). La visita fue el viernes 11 de junio de 1982.
(36) JUAN PABLO P.P. I I . Viaje apostólico a Gran Bretaña y Argentina. Madrid, 8AC, 1982. "...la Madre de Cristo y Madre de la Iglesia a cuyos pies vengo a postrarme en su santuario de Lujan..." (p. 140). "Ante esta bendita Virgen María, a la que mostraron su devoción mis predecesores Urbano V I I I , Clemente X I , León X I I I , Pío XI y Pío X I I , viene también a postrarse, en comunión de amor filial con vosotros, el Sucesor de Pedro en la cátedra de Roma" (11.VI.82). (p. 149).
(37) Las Islas Malvinas, cuya soberanía reclama la Argentina desde hace 152 años, fueron ocupadas por Gran Bretaña en 1833 en un acto de usurpación de derechos.
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es entonces el símbolo de que el pueblo argentino es católico, en el sentido de que no se encierra en una religión del " l ib ro" , de la intimidad, de lo privado, o de lo mágico. Y que la Iglesia es Sacramento o signo de unidad también se manifiesta en Lujan.
3. UNA PREFERENCIA POR LA SUPLICA DE MARÍA
Esta preferencia tan difundida entre la gente católica, pertenece a lo profundo de la tradición litúrgica de la Iglesia. Las Plegarías eucarísticas lo indican: en comunión en primer lugar con María, la Santísima Virgen Madre de Jesucristo nuestro redentor. Y "en la celebración del círculo anual de los Misterios de Cristo, la Santa Iglesia venera con amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, unida con un lazo indisoluble a la obra salvt'fica de su Hijo; en ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la Redención, y la contempla gozosamente como una purísima Imagen de lo que ella misma, toda entera, ansia y espera ser" (38).
Es lógico, entonces que la gente sencilla quiera presentar sus peticiones (enfermedades, angustias, preocupaciones, etc.) y sus acciones de gracias, (bodas, nacimientos, fortuna, deportes, etc.) por medio de aquella que mereció ser la Madre del Redentor. Para nuestros católicos, la Imagen de Lujan es como un signo de la luz de belleza con que Dios decora a sus amigos: ese es el misterio de la Inmaculada Concepción. Para el pecador que experimenta la fealdad de su vida, la belleza de María, su pureza y su candor —incluso en imágenes como la de la Madre de los dolores del Viernes Santo— es un motivo
(38) Concilio Vaticano II (1962 - 1965). Const. "Sacrosanctum Conclllum", n. 103.
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de confianza y de cercam'a a Cristo. ¿Quién puede estar "de pie" junto a la cruz, sin tener a Man'a junto a si'? Y son tantos los que llegan a Lujan porque esta'n clavados en una cruz o junto a la cruz de los dema's! (cfr. Juan 19: 25-27).
f
En el fondo, de lo que se trata aquí' es del dogma de la comunión de los santos. Por la misericordia de Dios los santos y, en primer lugar, la Virgen Man'a, son nuestros amigos que han llegado a la gloria en donde ya no se puede pecar. Pero, entre todos los santos, Man'a ocupa el lugar más cercano a Cristo, porque ha merecido ser llevada con cuerpo y alma al cielo. La Asunción de Man'a (39) la constituye en la principal amiga del cristiano en su peregrinación por la vida de aquí'. Y como verdadera amiga acompaña en las horas de duda, de peligro, de tentación, de dolor, de soledad. He aquí' una de las rai'ces de este recurso a las súplicas de Man'a para las propias necesidades. Si se va al fondo de las cosas, se ve que no se trata de una veneración a Man'a aislada de Aquel que es nuestro Redentor y de Aquel enviado Espi'ritu de amor. La gracia que se consigue en Lujan acerca a Cristo; más precisamente, es la Gracia de Cristo.
(39) Pío X I I , Constitución Apostólica "Munificentlss/mus Deus" <1. nov. 1950) cfr. Enchlridlon Symbolorum (Denzlnger - Schóenmetzer) n. 3903 (ant. 2333).
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TERCERA PARTE
La gracia, la imagen
y el mensaje de Lujan
Conviene que tratemos ya de discernir qué gracia se recibe en Lujan por la intercesión de Man'a; y en qué sentido la Imagen de Man'a de Lujan encierra en si'el mensaje específico de este santuario.
1. LA GRACIA DE LUJAN ES UN AUXILIO PARA RENOVAR LA LUZ DE LA FE
Ante todo, se requiere una observación previa. Cuando digo algo sobre la Gracia o las gracias obtenidas en Lujan, dejo de lado aquellas gracias extraordinarias antes mencionadas que son secundarias respecto a la Gracia que nos hace "nuevas creaturas", tales como los milagros o los carísimas gratuitos de Dios. Me interesa más bien mostrar como en Lujan lo más importante es la Gracia actual, que son los auxilios con que Dios mueve hacia las cosas sobrenaturales, y la Gracia habitual o santificante, mediante la cual se progresa en la vida cristiana con virtudes y
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dones sobrenaturales (40). Es indudable que en la conciencia del pueblo católico, Lujan es sede de milagros muy especiales, y hay una historia larga y una cronología de los más notorios. Es cierto, asimismo, que mucha gente va hacia Man'a de Lujan en busca de milagros. Pero en este tema no se puede entrar en números, ni siquiera aproxi- f
mados. Digo únicamente que la mayoría de los visitantes y peregrinos van con su mejor buena voluntad, o dicho de otra manera, van con una libertad que no quiere poner obstáculos a la obra de Dios. Lo que sigue debe entenderse entonces a la luz de esta observación: discernir la Gracia más importante que se recibe en Lujan por las súplicas de la Madre de Cristo.
a) Lo que agrada a María
Para el católico de 1985, como para uno de las primeras comunidades cristianas, es válido el mandato de Man'a a los servidores de Cana: "Haced lo que El os diga" (Juan 2:5, con referencia a las palabras del Faraón en Gen. 41:55). Si bien Jesús se niega a la intervención de su madre, en cuanto familiar y persona humana, para realizar un signo milagroso, la situación cambia después de "su hora". En efecto, la glorificación de Jesús lo ha constituido Señor de todo y también la "madre del Mesías", figura de la Iglesia, es escuchada con atención y deseo de contentar su plegaria.
El que llega a Lujan siente entonces que María le indica hacer lo que Jesús quiere, para que El se manifieste en sus vidas. No hay duda de que el Señor intervendrá, sólo que nadie sabe cómo y cuándo se hace tal intervención.
Dios concede entonces una primera gracia o socorro sobrenatural para ir a Lujan (41). Enseguida, concede otra
(40) Cfr. S.T. I - I I , q. 109,8.9 in c.;q. 110, a.4 In c.
(41) Cfr. S.T. I - I I , q. 109, a.6 Inc.
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gracia para escuchar a María indicando a su Hijo. Estas dos gracias serían el primer paso de una visita a Lujan hecha con fe.
Pero, aunque nadie lo exprese verbalmente, existe un sentimiento popular de que una visita a Lujan para ser "completa" requiere confesar sus pecados, escuchar la voz de la Iglesia (la predicación siempre, y hoy habría que agregar la Palabra de Dios), acercarse a la Eucaristía, y presentar la acción de gracias por medio de María.
Así pues, el primer paso de este itinerario del peregrino a Lujan es la gracia que lo mueve a llegar al santuario de María y acercarse a Cristo (42). No es necesario hacer una encuesta para saber que respondería toda la gente si se le preguntase a que va a Lujan: "voy para estar más cerca de Dios" (43). Es casi como responder que Dios está más presente en un lugar que en otro, lo que dicho absolutamente no es cierto, pero en relación con la historia de salvación y con la vida de la Iglesia obtiene más credibilidad. No está Dios más cerca en cuanto lo que El mismo es y puede, sino en relación con nuestra fe, que parece despertar de su letargo en este santuario. Al l í , tanto en el silencio del alba, como en medio de la multitud de peregrinos de un mediodía de domingo, siente el creyente su inserción en la Iglesia con quien pertenece a una comunidad de hombres y mujeres cuya categoría social no interesa, sino el valor de su fe y el haber puesto a Dios "sobre todas las cosas". Un cristiano que quiere cumplir el mandamiento mayor de la Ley de Dios tiene que "amar a Dios sobre todas las cosas" (Mat. 22:37), lo que en la práctica se traduce en un propósito o resolución firme de rechazar to-
(42) Sobre "las peregrinaciones" en general puede leerte lo que escribí en CRITERIO 52 (1979), p. 318-319.
(43) Una encuesta asi puede verte en Rubén E. de DIOS, La pantgrlnaclón juvenil a Lujan" en CRITERIO 54 (1981), p. 268-282.
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do pecado mortal, si la tentación se presenta, y hacer todas las cosas por caridad sobrenatural, para lo cual necesitamos indispensablemente la Gracia de Dios como un don habitual, obtenido por medio de la Iglesia y sus sacramentos. "Estar más cerca de Dios" en Lujan, que es un templo, es buscar inconscientemente a la lglesia-f
madre que por el Bautismo nos hizo entrar en su seno, y cuyo símbolo por excelencia (44) es la Virgen Mana. La "Iglesia mariana" engloba las otras dimensiones existentes en ella: la petrina (de disciplina), la juánica (del amor), la de Santiago (de continuidad) y la paulina (de la misión) (45).
b) Reconciliarse en el sacramento de la Penitencia
El segundo paso, es pues, confesar los pecados. No es una mera ex-culpación o disculpa, sino un acto de fe en Cristo que perdona los pecados en medio de la Iglesia, como se profesa en el Credo.
En este tema, Lujan comparte la misma experiencia de los dema's santuarios latinoamericanos y de las misiones populares (46); las confesiones son claras, concisas, serenas, completas. Muchos penitentes hace años que no se acercan a la Confesión y piden ayuda. Buscan un confesor que sepa escuchar, que conozca la fe y la moral católica, quieren el espíritu de la "Católica" (47) (o dicho en pa-
(44) S. Cirilo de Alejandría al finalizar el Concilio de Efeso (431) decía: Alabemos a María siempre Virgen, es decir, a le Iglesia santa": PG. t. 77, col. 996 C.
(45) Ver unes interesentes reflexiones sobre esto en H.U.von BALTHASAR, El complejo antlrromano, Madrid, BAC, 1981, pp. 317 a 377.
(46) Hoy nuevamente propuestas por el magisterio: Cfr. JUAN PABLO I I , Exhortación Apostólica "Reconciliación y penitencia", 2 dic. 1984, n. 26, parr. 1 1 : cfr. L'Osservatore Romano (ed. cest.), 15 dic. 1984, p. 820 ss.
(47) Cfr. CONGAP!, Yves, "Esquisses du Mystére de l'Eglise, París, 1953, p. 115 s: Catolicidad significa universalidad hecha unidad (in unum ver-tere).
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labras más conocidas, las notas de la Iglesia: unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad). Están dispuestos a aceptar la "penitencia" que imponga el confesor, con buenísi-ma voluntad y deseo de satisfacer su "alejamiento" de Dios. Asi', en Lujan, la Virgen María como Inmaculada nos enseña a todos la "nueva creatura" que todo hombre está llamado a ser. La Imagen que se quedó en Lujan es la de María concebida sin pecado original por una gracia singular y privilegio de Dios, en vista de los méritos anticipados de su Hijo Jesucristo, Salvador del género humano (lo que sencillamente se llama "Inmaculada Concepción" (48). El milagro de la carreta detenida y el de los dos cajones, encierran un llamado a seguir las huellas de María, pues "ella atrae a los creyentes a su Hijo, a su sacrificio en la cruz y al amor del Padre" (cfr. Lumen Gentium, 65).
El papel que desempeñan los confesores de Lujan ha sido de gran importancia para mantener la fe del pueblo cristiano, hasta el día de hoy. En vísperas de las grandes peregrinaciones hay sacerdotes que están confesando horas y horas. Estos confesores tienen que ser, además, buenos catequistas para poder brindar con claridad y sin dudas las verdades de la fe y las conductas de la vida cristiana. Especial consideración merecen los que se esmeran por realizar una catequesis de la Providencia de Dios.
c) Acercarse a la Eucaristía
El tercer paso y, sin lugar a dudas, el centro de la peregrinación o visita, es la Misa junto a la Imagen de María. La celebración de la Eucaristía es como la rúbrica del sacrificio hecho (si se ha caminado desde lejos) o por hacer.
(48) PIÓ IX , Bula "Ineffabilis Deus" (8 dic. 1854). Cfr. Enchirldion Symbo-lorum (Denzinger - Schóenmetzer) n .2803 (ant. 1641).
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En Lujan, la Misa es vista sobre todo en su aspecto sacrificial: el sacramento del sacrificio de Cristo hecho presente otra vez por la Palabra y el ministerio del sacerdocio católico. Sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo separados como signo del sacrificio. Sacramento de la comunión y de los que continuamente estamos proclives a dispersarnos, ya sea por el desorden de nuestros apetitos inferiores, ya sea por el apego a bienes privados para beneficio exclusivo de uno mismo y de esta vida. Por consiguiente, la Eucaristi'a ordena la vida y da la fuerza de la Gracia para levantarse y emprender ese giro de ruta necesario para toda conversión.
En Lujan, también, la Misa es celebrada con una referencia mariana: Man'a es modelo de la fe para un cristiano auténtico, ya que "el justo vive de la fe " (Rom. 1:17). Ese justo es, ante todo, el mismo Cristo que nos gui'a en la fe y la conduce a la perfección (cfr. Heb. 12:2). Mana es, en esta perspectiva, junto a los Apóstoles, testigo de esa fe de Jesús, y nos lo señala a nosotros y a todos los que no han tenido que luchar aún hasta dar la vida. La Imagen de Nuestra Señora de Lujan tiene relación estrecha con esta celebración de la Euaristi'a, desde los comienzos del santuario. Un lugar santificado durante siglos por el amor misericordioso de Dios Padre hacia sus hijos más humildes y necesitados, estuvo desde su origen vinculado a la celebración de la Eucaristi'a y los sacramentos. En Lujan vale mucho la trilogía: María-Iglesia-Sacramentos. La crónica lujanense tiene elementos para probar las relaciones de la trilogi'a. Basta citar aquí', por ejemplo, los hechos milagrosos que precedieron al traslado de la Bendita Imagen de la estancia de Rosendo a la casa de Doña Ana de Matos en 1671, y como ese traslado debió hacerse con la presidencia de los Pastores bonaerenses. Y además el hecho de que ya en 1637 Lujan era creado como "curato y doctrina" para asegurar asi' la presencia sacerdotal, en tiempo de extrema escasez de pastores.
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La Misa pertenece a los componentes esenciales de una visita a Lujan, por sus efectos en la vida del que ha recibido la Gracia santificante por la Reconciliación. Ciertamente ese efecto es la unidad de la Iglesia en la caridad sobrenatural y se manifiesta en pacificación, en perdón de las ofensas, en olvido del mal recibido, en deseo de compartir con el que sufre, en testimonio de caridad, y en anuncio de la salvación sobrenatural.
d) Atender la Mesa de la Palabra
Lujan ha sido siempre un lugar privilegiado de predicación. El cuarto paso de una visita al santuario es escuchar la predicación de la Iglesia. El Catecismo del Concilio de Trento (49) era bien conocido para la fecha del milagro de Lujan (1630) y luego las disposiciones de los Concilios de Lima (50) y de los Si'nodos de Córdoba (51) reforzaban la necesidad de repartir el pan de la Palabra a los hijos para que no se quedasen hambrientos. Los catecismos iberoamericanos del siglo XVI tuvieron buenos ecos marianos (52).
(49) Concilio de Trento, 1545, 1563 (XIX ecuménico). Ses. 24, cap. y Ses. 25 in fine.
(50) Hubo 8 Concilios provinciales de Lima de 1551 a 1927. El más importante fue el I I I , que comenzó el 15 de agosto de 1582 y terminó el 18 de octubre de 1583, bajo la presidencia de Santo Toribio de Mo-gr ovejo.
(51) Los Sínodos celebrados por el obispo Fernando de Trejo y Sanabria en el antiguo Tucumán (1597, 1606 y 1607) son documentos iluminadores acerca de la primera evangalización en América Latina. Cfr. ARANCI-BIA, José M Í . , Un ejemplo de colegialidad en Argentina: Los Sínodos del antiguo Tucumán, en CRITERIO 45 (1972) p. 741-743 ID., Las lenguas de los indios en los Sínodos de Trejo, en ibld. 47 (1974) p. 62-65.
(52) Cfr. DURAN, Juan G. "Resonancias mañanas en los catecismos hispanoamericanos del s. XVI, en "Teología" 18 (1981), p. 41-102; p. 181-207. Otro estudio interesante es el de DURAN, Y.G.- GARCÍA, Rubén, Un catecismo indiano: La "Breve y muy sumaria instrucción", en "Teología" 14 (1977) p. 135-178.
Hay textos famosos de sermones pronunciados en Lujan. Uno de ellos, fechado en 1790, menciona a la Virgen Man'a como "especial defensora de los habitantes de este pueblo y su comarca". También queda para la posteridad la homih'a pronunciada por el Papa Juan Pablo II en junio de 1982, poco antes de concluir la llamada "guerra de las Malvinas".
Entre los pastores en cuyo territorio quedó Lujan a lo largo de estos siglos se destaca la figura de Mons. León Federico Aneiros, arzobispo de Buenos Aires desde 1873 (53), que apoyó al P. Jorge Salvaire en lo que pareci'a un delirio (edificar semejante basílica en medio de la pampa), y, en este siglo, la del segundo Obispo de la diócesis de Mercedes, Mons. Anunciado Serafini (54). Este eclesiástico lleno de amor por la Virgen de Lujan, es famoso por varios motivos, de entre los cuales quiero rescatar uno que todavía está fresco en la memoria de muchos. Mons. Serafini solfa predicar en todas las Misas de domingo, cuando podía estar en Lujan. Era infatigable en este ministerio de la predicación y durante muchos años fue un evangelizador del pueblo argentino a partir del misterio de María en Lujan. Pero no consideró a Lujan como algo propio, sino tuvo conciencia del carácter católico y nacional del santuario.
e) Presentar la acción de gracias a través de María
La visita a Lujan no concluye sin una acción de gracias. Y en la conciencia popular cristiana, la mejor acción de gracias a Dios es la que presenta en nombre nuestro la bienaventurada Virgen Man'a.
(53) Mons. León Federico Aneiros (1826 - 1894). Había sido un Intrépido periodista defensor de la fe católica.
(54) Mons. Anunciado Serafini, nació el 16 de noviembre de 1898 en Tres Arroyos (Bs. As.) y murió el 18 de febrero de 1963 en Vigo (España). Fue Obispo de Mercedes (Bs. As.) desde 1939.
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Lujan es un lugar donde resuena siempre el poema del Magm'ficat. María dice en nombre del pueblo católico argentino: "El Señor hizo en mí maravillas" (Luc. 1:49). Es en realidad, una identificación de María con la Iglesia: Ecclesia-María (55). La acción de gracias de cada creyente debe provenir, como la de María, de un corazón humilde y sincero. María presta su voz a la Iglesia para proclamar la santidad y la misericordia de Dios que levanta del polvo al desvalido. Y el pobre, que no posee muchas palabras para dar las gracias, se siente agradecido de tener a María como portavoz de su sentimiento de gratitud y de su alabanza.
No puede terminar una visita a Lujan sin acción de gracias, porque es mucho lo que Dios ha hecho en los corazones de los que llegaron, e incluso de los que sin llegar se han unido espiritualmente al misterio de salvación que se obra en el santuario junto a la Imagen de Lujan. Incluso esta acción de gracias que aquí, a causa de la exposición, pongo al final, puede ser el comienzo: se llega a Lujan para dar gracias porque Dios se manifestó antes en alguna necesidad de la vida, en algún enfermo, en algún problema que parecía insoluble. Así la acción de gracias es la motivación para ir a Lujan. Ya no se trata de pedir, sino de conformarse a la voluntad de Dios y, de este modo, asemejarse a Cristo, que pidió precisamente eso en el Huerto de Getsemaní (cfr. Luc. 22:42).
2. EL MISTERIO DE LA IMAGEN DE LUJAN
a) Descripción
La Imagen de Nuestra Señora de Lujan es, por su origen, brasileña y está hecha en arcilla según la forma y
(5B) Cfr. DELAHAYE, Karl, Eccles/a Mater, París, Corf, 1964; MULLER, A., Ecclesia María. Frelburg, 1955; BOUYER, Louls, Le tróne de la Sagese. París, 1957.
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contextura típicamente paulistas (Sao Paulo, Brasil). Es de cara ovalada, algo morena, con ojos azules y cejas negras. La imagen de María aparece en el simulacro como vestida con un manto celeste sembrado de estrellas blancas. Debajo del manto se ve como una túnica, originalmente de color encarnado, que se fue decolorando a medida que el tiempo hizo perder la pintura del simulacro. Sus pies descansan en unas nubes de las que emergen una medialuna y cuatro cabezas de angelitos alados.
A principios de este siglo, debido a que la terracota comenzaba a desmoronarse, hubo que recubirla de plata, excepto el rostro y las manos . Bajo esta capa de algodón y plata quedó protegida la misma Imagen.
Esa Imagen de María, recubierta de plata, está ahora vestida con una túnica blanca y un manto azul celeste, los colores de la bandera argentina. Sobre su cabeza lleva una corona (56), bendecida personalmente por el Papa León XIII (57); sobre el manto le colocan a veces un rosario; en la parte inferior delantera lleva una medialuna (que ya posee la misma Imagen) con el escudo argentino en el centro; detrás de la Imagen, casi apoyada en su espalda, hay una aureola con quince rayos que están unidos por una banda con una inscripción que dice "Es la Virgen de Lujan la primera fundadora de esta Vi l la".
Antes de recubrirla se le sacaron moldes para hacer la réplica y así conservar mejor la auténtica que solamente ha salido de su santuario en poquísimas ocasiones en este siglo. El 28 de septiembre de 1960 fue llevada a la capital argentina para la Gran Misión de Buenos Aires. Pero anteriormente se sacaba siempre en las procesiones de Lujan.
(66) La corona lleva los escudos de Argentina, Paraguay, Uruguay y España.
(67) León P.P. X I I I : fue Papa de 1878 a 1903. (1810 - 1903).
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b) Sentido literal
La Imagen que acabamos de describir representa el modo tradicional como España y Portugal veneraban a la Madre del Señor en su misterio de la Inmaculada Concepción (58). Pues bien, es esta Imagen de la Concepción la que impide a la carreta seguir la marcha hasta Sumampa. Las predicaciones de obispos y presbrteros, sobre Lujan siempre han indicado que la Virgen María quiso quedarse allí pese a los esfuerzos contrarios para hacer seguir la carreta.
Habrá muchas respuestas posibles a ese hecho. Por mi parte, me inclino a pensar que en el deseo de María de quedarse en su advocación de la Inmaculada Concepción hay que ver como un vínculo que nos mantiene unidos a España y a ia primera evangelización realizada por los misioneros iberos. España y Portugal fueron los defensores de la fe del pueblo católico acerca de la Inmaculada Concepción de María y junto con la fe cristiana llevaron este misterio de María a donde fueron.
c) Sentido espiritual
Veo también una serie de sentidos espirituales de la Imagen que se refieren de una u otra manera al pueblo argentino. Helos aquí.
(58) Sobre la devoción a la Inmaculada Concapción en América Latina, el Influjo de lot franciscanos y la común creencia en el dogma puede verse VARGAS UGARTE, Rubén, S.I., Historia del culto de María en Iberoamérica y de sus Imágenes y santuarios más celebrados. Madrid, 1956 (3a. ed., la la . de 1931). Tomo 1 , cap. X I I I a X V , pp. 116-149. Sobre el santuario de Lujan: Tomo 2 , cap. V i l y V I I I , pp. 311-322. Conviene recordar aquf que la expresión con que se conocfa este dogma de la fe antes de su definición solemne era "la pura y limpia Concepción" de María. De allí proviene el saludo tradicional de nuestros paisanos latinoamericanos: "Ave María Purísima. Sin pecado concebida".
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La Imagen de Lujan es una Imagen de María vestida con los colores de ia bandera nacional, símbolo de una parte de nuestra historia, en la cual los fragmentos se han unido para fiarse un símbolo de unidad. No considero exageración decir que la Imagen de Lujan mantiene la unidad de la Iglesia en Argentina en épocas turbulentas en las que se vio extremadamente lejos de la Santa Sede y casi sin Obispos (siglo XIX) (59) o en los desgarrones internos posteriores a 1968. Lujan surge siempre como el símbolo de que todos los argentinos se puedan dar la mano. Quisiera recordar aquí la peregrinación juvenil de 1981, cuando recibí en la "Iglesia del Seminario" (la parroquia Inmaculada Concepción de Villa Devoto en la capital argentina) a los jóvenes peregrinos de la ciudad cordobesa de Villa María. Mucho se ha escrito sobre la cuestión unitaria y federal en Argentina. Pero que Córdoba y Buenos Aires puedan unirse en Lujan por medio de María y de la Iglesia que ella simboliza, es un hecho que solamente hay que explicar a los extranjeros.
La Imagen de Lujan es una Imagen de María visitada por los fundadores de la nación y los héroes argentinos, o los personajes que simbolizan nuestra historia: Belgrano, San Martín, Saavedra (60), Estrada (61), Lamarca (62),
(59) Durante 48 años (1810 - 1858) la Iglesia en Argentina estuvo incomunicada con Roma y casi 18 años estuvo Buenos Aires sin obispo: cfr. NOVAK, Jorge, Nombramiento de Mons. Escalada..., en 'Teología" 1 (1962/3), p. 89 ss.; T O N D A , Amérlco, Se suprime en Buenos Aires 11824) el nombre del Papa en la liturgia, en "Teología" 2 , (1964), p. 220 ss. Puede verse sobre este período TONDA, Amérlco, La Iglesia argentina incomunicada con Roma. Santa Fe, 1965. Sobre el fracaso de la misión del Delegado Apostólico Glovanni Muzl y las actitudes del presidente Rivadavia puede verse: OVIEDO CAVADA, Carlos, Diario de viaje de Juan Ma. Mastai-Ferretti (Pío IX). Santiago de Chile 1961.
(60) Cornelio Saavedra (1761 - 182S). Héroe nacional.
(61) José Manuel Estrada (1824 - 1894). Estadista argentino.
(82) Emilio Lamarca. Estadista argentino.
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Rocha (63), Bas (64), Cafferata (65), etc. En este sentido, esta Imagen bendita es una fuente de cultura religiosa para nosotros. En Lujan, en efecto, queda para siempre la memoria sobre nuestros antepasados modelos (p.e. la generosidad del J.M. de Pueyrredón para la campaña de San Marti'n). Recogemos estos modelos argentinos en si'mbolos nacionales.
La Imagen de "Nuestra Señora de Lujan" es una imagen de la Virgen Man'a no impuesta por la autoridad eclesiástica, sino elegida espontáneamente por el pueblo. Pienso que la gente ha recibido una gracia de intuición o profe-ci'a para captar lo que significa Man'a en la vida de nuestra patria. Llamo "gracia de intuición" a una especie de connaturalidad que Dios concede para que conozcamos lo que nos pertenece más hondamente por una suerte de experiencia de amor puro. La declaración del patronazgo de Man'a de Lujan sobre Argentina, Paraguay y Uruguay (66) es "a posteriori" de la realidad existente entre la gente y la Madre de Jesús (67).
(63) Dardo Rocha (1838 - 1921). Fundador de la ciudad de La Plata (B». As.)
(64) Arturo Bas. Famoso legislador argenltno.
(65) Juan F. Cafferata. Estadista argentino.
(66) El nombramiento es del 8 septiembre de 1930 por Pío X I (1857 - 1939) y la declaración oficial es del 5 de octubre.
(67) Una de las primeras advocaciones de la Virgen de Lujan que se conocen se veneró en las "Lomas del Pintado", luego parroquia de La Florida (Uruguay) desde 1779, y ahora es llamada la "Virgen de Los Treinta y Tres Orientales", patrona del Uruguay, porque los patriotas uruguayos decidieron allí ia independencia de la dominación brasileña y Los Treinta y Tres Orientales ( = uruguayos) victoriosos dieron gracias ante esta Imagen el 14 de junio de 1825. Para mes detalles pueden verse las siguientes obras: SALVAI RE, Jorge Ma., La Lámpara votiva de los orientales; Buenos Aires, 1896; MONTERO, Raúl, La Virgen de los Treinta y Tres. Montevideo, 1914; PARTELI , Carlos, La Virgen de los Treinta y Tres. Montevideo, 1961; PRESAS, Juan A., Historia de la Virgen de los Treinta y Tres. Morón, 1985. La actual patrona del Paraguay, la Virgen de Caacupé, en cambio,tiene otra trayectoria que no se vincula a Lujan. Cfr. MAÍZ , Fidel, La Virgen de los Milagros. Asunción,
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En ese sentido la Sede Apostólica propuso a esta Imagen de Man'a como patrona del pueblo argentino, siempre tentado de imitar a Europa y mirar hacia el Norte. Todas las advocaciones de Man'a se han dado cita entre los argentinos: Guadalupe (68), Lourdes (69), Loreto (70), Fátima (71), París (La Medalla Milagrosa) (72), La Salette (73), Pompeya (74), el Pilar de Zaragoza (75), etc. Y no creo equivocarme al señalar que recién en este siglo la ciudad de Buenos Aires toma conciencia de la importancia de Lujan y se erigen parroquias en honor a la Virgen de la Pampa
1892; SCARELLA, Antonio, La Virgen de los Milagros de Caacupé. Buenos Aires, 1933 (reed. de Asunción, 1898); GUILLEN ROA, Miguel Ángel, La Virgen de Caacupé. Asunción, 1966; ACHA, Ángel, Caacupé, en "Acción", n. 47 , agosto 1980, p. 12-19 (Asunción del Paraguay). Pero para el Tercer Centenario de Lujan en 1930, el Papado concedía el patronazgo de Nuestra Señora de Lujan a esas tres naciones hermanas.
(68) Guadalupe. Son las apariciones de María en 1531 al indio Juan Diego, redactadas por la crónica en 1648 (Lasso de La Vega).
(69) Lourdes. Son las apariciones de María en 1858 a S. Bernardette Sou-birous.
(70) Loreto. Es un santuario del s. XV en Ancona (Marche, Italia) que guarda la "Santa Casa" de Nazaret y la "Madonna ñera".
(71) Fátima. Recuerda la aparición de la Virgen el 13 de mayo de 1917 en Portugal.
(72) París. Se trata de las apariciones de la Virgen a S. Catalina Labouré en 1830 ("la medalla milagrosa").
(73) La Salette. Es la aparición de la Virgen que llora, el 19 de septiembre de 1846. Cfr. ROETHELI , Ernst, La Salette. Olten, 1945.
(74) Pompeya. Es el santuario de N. S. del Cosario, famosísimo. En las cercanías de Ñapóles.
(75) Zaragoza. Manifestación de la Virgen sobre un pilar, signo luego de su presencia. Es una venerada tradición.
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(76). Pienso que aquí' tengo el pr incipio de una consecuencia que quiero proponer al lector un poco más adelante. Que Nuestra Señora de Lujan sea la patrona de Argentina significa que existe un pacto o alianza ¡mplfcita entre Ella y el pueblo: Man'a tiene sus obligaciones con los argentinos y nosotros también hacia Ella.
Los cuatro sentidos que vengo expl ic i tando se refieren al pueblo argentino: la unidad, la fundación, el amor, el patronazgo. Antes de pasar a otros cuatro sentidos que abren el pueblo a lo universal, lo " ca tó l i co " , quisiera destacar un elemento pr imordial de esta Imagen. Es algo que tiene que ver con el sentido literal de ella, pero que está indisolublemente unido al sentido espiri tual. La Imagen de Man'a de Lujan es una imagen de barro cocido, una imagen pequeña, de factura pobre, una imagen "común y cor r iente" que nadie calificari'a como una "obra de a r te " (77). Y esa imagen es confiada para su cuidado a un "neg ro " , Manuel ¡La Imagen de Lujan es paradojal!
Es una Imagen de Man'a que gui'a al pueblo para comprender realidades más altas y abrirse a perspectivas que no lo encierran en sus l imitados confines nacionales, ya que la Iglesia Católica nunca ha aceptado ser reducida a "nacional idades". Man'a de Lujan indica al pueblo que necesita ser
(76) Las parroquias dedicadas a Nuestra Señora de Lujan en la Capital Federal de Argentina son cinco: 1. N.S. da Lujan, Santuario porteño, erigida por Mons. Bottaro en
1928. 2. N.S. de Lujan Castrense, erigida en 1930 por Mons. Copello. 3. N.S. de Lujan de los Patriotas, erigida en 1934 por Mons. Copello,
pero comenzó a funcionar en 1948. 4. N.S. de Lujan del Buen Viaje, erigida en 1942 por el Cardenal
Copello. 5. Virgen de Lujan, se erigida en 1946 por el Cardenal Copello. Cfr. Guía Eclesiástica del Arzobispado de Buenos Aires. Buenos Aires, 1985, pp. 222, 224, 225, 227 y 375.
(77) Cfr. SALVAIRE, Jorge M., Nuestra Señora de Lujan Su origen, su santuario, su villa, su milagro y su culto. Buenos Aires, Coni, 1885, t. 1 , p. 267.
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redimido, porque la sola l ibertad del hombre no puede. Man'a dice a los argentinos que necesitamos de la Gracia de Dios que obra simultáneamente en nosotros y sin nosotros, en nosotros y con nosotros. Es la Gracia de Dios que puede rescatarnos a todos y cada uno, especialmente del mal de nuestra época que es el cinismo (78). El misterio de la Gracia de Dios es un drama que exige tensión y v i ta l idad. Lujan no reduce al hombre a economía y consumo, sino lo abre a otros espacios que el dinero no da.
La Imagen de Lujan es una Imagen de María " fundadora de una v i l l a " . En momentos en que hay algunos que decían que los indios no t ienen alma porque son "salvajes" y no civil izados (de "c iv i tas" , ciudad), la Virgen de Lujan se encarga de probar la racionalidad del ind io: funda una " v i l l a " , una ciudad. El indio tiene la racionalidad puede pertenecer al conjunto del pueblo (79). Pero el mensaje impl íc i to aquí no fue atendido, lamentablemente. Argent ina, que no fue sede de las grandes civilizaciones indígenas de Hispanoamérica y sólo tuvo algunos indios nómades, no supo conservarlos. Pero Argentina tiene pasado, raíces, y Lujan guarda su memoria: aunque ese pasado se llame " i nd ios " o " in f ie les" (como los presenta el "Ma r t í n F ie r ro " , de José Hernández).
La Imagen de María de Lujan es para todo el pueblo y posee el potencial para provocar la conversión de la élite argentina en su proyecto ateosecularista, consumista, eco-nomicista. María es la defensora de las raíces argentinas y
(78) Cfr. SLOTERDIJK, Peter, Kritik der zynischen Vernunft. Frankfurt,
(79) Esto predicó Antonio de Montesinos O.P. (1470 - 1530) en su célebre sermón del 4o. domingo de Adviento de 1511: "¿Acaso los Indios no son personas y no tienen alma racional y no estáis obligados a amarlos como a vosostros mismos?" Cfr. PRESAS, J.A., Personas americanas vitadas por Juan Pablo II... Buenos Aires, Conferencia Episcopal Argentina, 1985, p. 20.
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llama a superar la alternativa suicida del "entweder-oder"
(o esto, o aquello) para encontrar ot ro camino (80).
La Imagen de Lujan es, asimismo, una imagen de la
Iglesia, a la cual llama a no caer en la simpl i f icación de
dividir la en clero y pueblo. Lu jan, hasta hoy, manifiesta
que pueden existir muchas cofradi'as, peregrinaciones, co
lectividades, banderas de otras naciones, etc. y convivir
todos en un mismo santuario, bajo el amor de la misma
madre. Man'a de Lujan es una imagen de la Iglesia que se
hace por el don de la Gracia y los cansinas, y en el orden
sacramental.
3. EL MENSAJE ESPECIFICO DE LUJAN
a) Dios obra en lo pequeño
Todo el "Magm' f icat " (81) se concentra en Lujan y se encarna al l í . Dios ama la humi ldad, la pobreza de corazón, la infancia espir i tual. Es el sentido de las Bienaventuranzas del Reino. La mayon'a de la gente que pasa por Lu jan es poco o nada catequizada: son de aquellos que caminan por las naves del costado durante la predicación... Tampoco ha exist ido hasta hoy, que yo sepa, un conjunto mariano jun to al santuario con un plan pastoral de cate-quesis de muchedumbres. El modelo que tenemos, con t odo , es el de Mons. Serafini, que no sólo predicaba como ya mencioné, sino que cada domingo iba mesa por mesa en el lugar cont iguo al santuario conocido como "Descanso del peregr ino" para saludar a la gente sencilla, regularizar
(80) Quizás el "y" católico tan detestado por Karl Barth. Cfr. Kirch/iche Dogrnatik, 1/2 (1945) p. 619 s. Ver para esto la penetrante crítica de l-LU.von BALTHASAR en op. cit. pp. 308-314,
(81) Magníficat es la primera palabra latina del cántico de María en Lucas 1: 47-55.
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situaciones matrimoniales, pedir que los niños fueran bautizados cuanto antes en sus propias parroquias, dar una imagen de la Iglesia preocupada por la salud espiritual de sus hijos (82). A esto que es más conocido, podrían añadirse dos hechos muy significativos: el primero es la f idel idad del negro Manuel hacia la Imagen de Man'a (y todas las consecuencias que se podrían sacar de este hecho, en part icular la capitalidad de los humildes para Dios, como expresa María en su alabanza a Dios) (Luc. 1:47 y 52) , y el segundo es la acción de una mujer, Ana de Matos, que ofrece su casa y sus bienes (83) para honor de la Madre de Cristo, a semejanza de aquellas mujeres del Evangeljo que ayudaron a Jesús (Luc. 8 : 1-3): hay en esto un mensaje sobre el papel de la mujer en la Iglesia.
b) La Iglesia que mira a la "pampa", a "tierra dentro ", y más allá
A los argentinos tentados de reducir su país a Buenos Aires y desde al l í mirar al Río de La Plata, al Océano At lánt ico y a los países europeos de donde proceden las grandes corrientes inmigratorias que poblaron el país, el santuario de Lujan, con su Bendita Imagen, los llama a mirar hacia la pampa inmensa y más allá todavía, hacia el país to do, hacia "t ierra den t ro " . Se ha repetido que Lujan queda en una especie de centro geográfico del país y cerca de la capital argentina: ¿qué sentido tiene eso? ¿No será precisamente un llamado a que Buenos Aires mire hacia dentro, al resto del país? Los campos rubios de trigales o verdes de pastos buenos señalan también una raíz de la nación: una nación con el alma ex-tendida, tendida hacia todos. Lujan
(82) Debo estos datos a Mons. Rubán H. Di Monte, obispo auxiliar de Avellaneda (Argentina).
(83) Da. Ana de Matos dona a la Santa Imagen tierras de tu propiedad que ocupa hoy la Basílica y aledaños (2 octubre 1682).
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¿no es un llamado continuio a ex-tender la propia alma hacia las realidades de adentro? Hasta bien entrado el siglo XIX, la provincia de Buenos Aires teni'a como lími-tes los "fortines" para defenderse de los "malones indígenas". Lujan no queda lejos de esos fortines y providencialmente queda en el centro de un círculo de evan-gelización que trazaron los famosos capellanes irlandeses del Río de La Plata y que también estudió Mons. Santiago Ussher (84).
c) María y la Iglesia buscan a sus hijos
En la antigua tradición de la Imagen de Lujan, María va al encuentro de sus hijos necesitados: son los abrojos en el manto de la Imagen, que nadie puede explicar. El abrojo es la maleza que se pega a la tela de las ropas cuando uno camina por el medio del campo argentino. Es un signo de que el hombre no sólo vive cerca de las grandes carreteras, sino en medio de la tierra.
María sale a buscar a sus hijos des-graciados para que obtengan la Gracia de Dios. No se trata de una pastoral exclusiva del santuario de Lujan, sino que su irradiación va mucho más allá. En todas las catedrales del país hay una Imagen de Lujan; en muchísimas estaciones ferroviarias, terminales de ómnibus, plazas, parques, rutas argentinas hay una Imagen de María de Lujan. En las casas de los católicos de todos los puntos hay un cromo, una litografía, un bronce, una estatuilla o una simple estampa de Lujan
Í84) Mons. Ussher fue mi antecesor durante cincuenta y cinco años en la "Casa de Jesús" de Buenos Aires (el único templo católico que existe en la famosa v larga calle Corrientes). Su obra más Importante es: USSHER, Santiago, Fathet Fahy. A biography of Anthony Dominio Fahy O.P. Irish missionary in Argentina. Buenos Aires, 1951 .
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(85). Todo eso implica una "pastoral de las imágenes" que está aún en estado embrionario a nivel de la reflexión, pero que ha provocado grandes bienes en el país. La Imagen de Lujan ha servido cientos de veces para organizar misiones populares de barrios, pueblos y ciudades en el país. En 1979, tuve la suerte de ser protagonista de una de esas búsquedas de María a sus hijos. El santuario de Lujan obsequió una réplica preciosa de la Imagen a la parroquia ya citada de Villa Devoto, un barrio donde la religiosidad popular no era muy apreciada. ¿De dónde vinieron los miles de creyentes a esperar la llegada de María? Ninguno de los opositores a esa bienvenida pudo explicar jamás éso.
Así, con mucha sencillez, María de Lujan dice a los católicos y sus pastores que es preciso salir nuevamente por los caminos de la patria a renovar la evangelízación comenzada para que se suscite y para que se "encarne" la fe. Semejante orientación pastoral tiene como fundamento la experiencia de veinte siglos en qué el Evangelio ha confirmado o rechazado lo que ha encontrado en las culturas de los pueblos, y lo bueno lo ha elevado por la Gracia de Cristo (86). El santuario de Lujan brinda un mensaje sobre la Providencia de Dios: Dios nos hace "poder" a nosotros, para que no caigamos en el fatalismo, sino prediquemos resueltamente, con buena catequesis, que Dios interviene en nuestra libertad humana para mejorarla, purificarla, potenciarla, ayudarla en la búsqueda del bien. Sólo con la Gracia de Dios en Cristo Jesús podemos amar y unir por el amor y el perdón. Esto es evangelizar a partir de Lujan.
!85) En tos museos también hay testimonios que llaman la atención: Museo Histórico Nacional (cuadro de Fernando García del Mol ino) , Museo Nacional de Bellas Artes (cuadro de Augusto Ballerini), Muiao Histórico lie Lujan (cuadros de Serapio Herrera, Ignazio Cavicchia y Francisco Fortuny), Museo Devocional de Lujan (cuadros de Mateo Balasen).
(86) Cfr. PABLO V I , Exhortación Apostólica "Evangelü Nuntltndl" (8 .X I I . 1975), n. 20; PUEBLA, n. 400.
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CUARTA PARTE
La identificación
con Cristo Sufriente
Renovado el cristiano inter iormente por un auxi l io especial de Cristo, a través de la intercesión maternal de la Iglesia-María, está ahora dispuesto a poder dar un paso ma's en su it inerario de fe. Lujan no es solamente lugar de una vaga credul idad, ni siquiera de un teísmo con una f i rme creencia en Dios. Veamos esto con detenimiento.
1. EL PASO DE LA CREENCIA A LA FE, Y FE "CRISTIANA".
No hay duda de que muchos de los que se acercan al santuario de Nuestra Señora de Lujan después del Bautismo o la Primera Comun ión , en la práctica han carecido de un contacto permanente con la Iglesia, o de una buena cate-quesis, o no han pertenecido a una comunidad católica específ ica. Sus ideas acerca del cristianismo son muy vagas y están modeladas de acuerdo con experiencias personales o comunes, y con el in f lu jo que tanto los católicos individualmente como Iglesia pueden tener en la sociedad argentina.
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Tampoco se puede poner en duda que crean en la existencia de Dios y en que El es remunerador, es decir, que premia a los buenos y castiga a los malos (87). Por consiguiente, la inmensa mayoría de los que visitan el santuario o se ponen en contacto con la Virgen de Lu jan, llevando su medalla por ejemplo, son "creyentes" . Esta creencia podría considerarse que impl íc i tamente es "cr is t iana" en cuanto toda remuneración de Dios se hace por Cristo redentor. Pero aquí reside la grandeza de este lugar sagrado en honor de la Virgen María. Lo que sucede en Lujan es realmente el paso de la creencia a la fe, o mejor d icho, el despertar de la verdadera fe recibida en el Bautismo.
En efecto, la mayoría del pueblo argentino ha sido bautizada en la Iglesia Catól ica. Por consiguiente, poseen en germen la verdadera fe que viene con la gracia del Baut ismo, acompañada de la esperanza y la caridad, y los dones del Espír i tu Santo. Por el acercamiento a Nuestra Señora de Lujan se despierta ese germen para hacerse expl ícitamente crist iano, o sea, para creer en Cristo por quien hemos sido justi f icados o redimidos. Y para ser just i f icados, basta creer en el misterio de Cristo redentor y just i f icador, ya que ese "acto de f e " contiene todo el resto de lo que se necesita para salvarse. Lo que es imposible para nuestras solas fuerzas humanas, se realiza por la gracia de Dios y las súplicas de María de Lujan en favor de sus h i jos. La fe cristiana recibida en el Bautismo se encuentra a si misma proclamando en un acto de fe expl íc i to que no hay just i f icación o redención posible fuera del misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo, al que hoy sencillamente nos referimos con la tradicional expresión "Mister io Pascual". Esa just i f icación del pecador, que comienza por el acto de fe, es tan importante para el hombre que puede paragnonarse a la creación y a la glori f icación
(87) Concilium Vatlcanum I (1869 - 1870). Con«t. Dogm. "Dei FMus" en Enchlrldion Symbolorum (Denzlnger - Schoenmetzer) n. 3000 • 3045 (ant. 1781 - 1820).
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(88). El hombre creado por Dios y l lamado a la gloria, necesita ser just i f icado, santif icado por la Gracia de Cristo. Esto es evangelizar y es lo que sucede en contacto con Nuestra Señora de Lu jan. Para los no bautizados, Lujan es lugar de evangelizacíón, y para los que ya poseen la fe, es un lugar privilegiado de catequesis para la vida religiosa.
As í pues, la acción de Santa María de Lujan consiste en obtener para su pueblo una gracia especial de Dios para que la fe de tantos hijos vuelva a vivir (re-viva) (89) al qu i tar el obstáculo del pecado y esa fe se haga salvadora por la caridad que se recibe en los sacramentos de Cristo, mediante los cuales se hace presente en el hoy de la historia su acción redentora de la cruz para el bien de la humanidad entera. Lo que me interesa resaltar es que este proceso de quitar el obstáculo y hacer revivir la fe se realiza en Lujan por un acercamiento peculiar al misterio de la pasión del Señor. Nuestra gente va a venerar a una Virgen gloriosa, una Imagen de belleza interior y fe l ic idad, de pureza y compasión: María, la madre del salvador, y recibe a cambio un don de Dios para entender que la vida cristiana se hace en el seguimiento de Cristo que padeció por nosotros. La presencia de la Imagen de María de Lujan es el pr incip io de una catequesis sobre Cristo sufr iente, que se hace no sólo con palabra, sino por el test imonio silencioso del dolor de todos.
(88) Cfr.S.T. l - l l ,q . 113, a. 4 in c ; q. 113, a. 9, Inc .
(89) La doctrina común sobre la reviviscencia de los Sacramentos, afirma que la Gracia recibida en el Bautismo, la Confirmación, el Matrimonio y el Orden vuelve a vivir cuando se quita el óbice del pecado mediante los Sacramentos de la Reconciliación, y de la Unción de los enfermos (en casos extremos). Cfr. UMBERG, J.B. De reviviscentia sacramento-rum... en "Periódica" 17 (1928) pp. 17-34.
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2. LA OFRENDA DEL PROPIO DOLOR
Presenté el efecto de la visita al santuario de Lujan como el de una gracia de Dios para renovar la luz de la fe, y el mensaje de la Imagen de Man'a como un l lamado a vivir en la humi ldad, la búsqueda de unidad del pueblo argentino, y la capital idad de los pobres de corazón. Esta vivencia comienza por el auxi l io divino para emprender el viaje o peregrinación a Lujan. Esa decisión de la l i bertad humana movida por la Gracia de Dios consiste en asumir, en el momento de ir al santuario o como promesa a cumpl i r , una marcha de mort i f icac ión corporal . Hay en la conciencia de los católicos que van a Lujan una cierta intu ic ión de que sólo "por la cruz se llega a la l uz " . El Episcopado Latinoamericano lo ha dicho con palabras hermosas en Puebla: "Ser peregrino comporta siempre una cuota inevitable de inseguridad y riesgo. El lo se acrecienta por la conciencia de nuestra debi l i dad y nuestro pecado. Es parte de nuestro diar io mor i r en Cristo. La fe nos permite asumirlo con la esperanza pascual. Los ú l t imos diez años han sido violentos en nuest ro cont inente. Pero caminamos seguros de que el Señor sabrá convert ir el dolor , la sangre y la muerte, que es el camino personal, sus circunstancias concretas, si', pero el an-y nuestra Iglesia, en semillas de resurrección para América Lat ina. Nos reconforta el Espi'ritu Santo y la Madre f ie l , siempre presentes en la marcha del Pueblo de D ios" ( N . 266). Y en ot ro tex to completa la visión de la peregr inación: "Somos peregrinos, pero también testigos. Nuestra act i tud es de reposo y de alegn'a por lo que encontramos, y de esperanza por lo que aún nos falta. Tampoco es cierto que todo camino se hace al andar. El camino personal, sus circunstancias concretas, si', pero ancho camino común del Pueblo de Dios está abierto y recorr ido por Cristo y por los Santos, especialmente los santos de nuestra América Lat ina; los que murieron defendiendo la Integr idad de la fe y la l ibertad de la Iglesia, sirviendo a
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los pobres, a los indios, a los esclavos. También los que alcanzaron las más altas cumbres de la contemplación. Ellos caminan con nosotros. Nos ayudan con su interces i ón " (N . 265).
No todos, por supuesto, pueden iniciar una peregrinación a pie de muchos k i lómetros, ni siquiera de algunos. Pero el sacrificio reviste muchas otras formas exteriores dignas de respeto por la intención con que están hechas: subir de rodillas las escalinatas de la basi'lica, arrastrarse de rodillas a lo largo del santuario hasta llegar al caman'n de la Bendita Imagen de Man'a, orar con los brazos extendidos, permanecer de rodillas largo t iempo, venir descalzo, y otras formas más. La gente ofrece a Man'a su propio dolor, para compart i r con Ella el que sintió a lo largo de la vida de Jesús y, de modo singular, cuando estuvo de pie j un to a la cruz de su H i jo , al cumplirse la profeci'a inspirada del anciano Simeón (90).
Hay en este dolor y mort i f icac ión preparatorios a la visita de Man'a, un deseo de agradar a Dios. Y en ese deseo existe ya, al menos impl íc i tamente, una ident i f i cación con el dolor de Jesús que marcha hacia el calvario y su cruz. Cada peregrino a pie, marcha con su propia cruz interior o con la cruz de algún o t ro . Y en este acto mismo de marcha puede encontrarse el deseo t'ntimo de buscar el misterio de Dios salvador en Cristo. Cada peregrino es el si'mbolo del que pide " v i d a " . Dios da la vida al pecador y le devuelve el " á n i m o " , haciéndole recuperar su alma perdida. Por su Gracia, Dios hace salir al pecador de ser un "desgraciado" para hacerlo un hombre de Gracia. "Elevación del hombre mediante la c ruz" , deci'a Juan Pablo 11 el 11 de jun io de 1982 en Lujan.
(90) Luc. 2:25-35. Por tres veces se dice que Simeón estaba movido por al Espíritu Santo.
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La peregrinación incluye siempre este momento del i t inerario entre un t iempo que acaba y otro que comienza. Incluso los que no vienen todo el camino a pie, siempre aceptan algún t ramo de caminata hacia el templo de Man'a de Lujan. Es evidente que no se trata de un deporte: quién lo diri'a al ver a muchos ancianos y enfermos marchando hacia allí'! En el secreto del corazón todos han ofrendado al Señor su sacrificio exterior. Y en el cansancio y el dolor, y quizás en las llagas, ese cristiano se dispone a comprender que el Espi'rítu de Jesús le concederá aceptar el sacrif ic io inter ior, la ofrenda del propio corazón. Porque Dios quiere un "corazón cont r i to y humi l l ado" (Salmo 50). El sacrificio exterior hace que el t iempo del hombre se inicie de nuevo. La peregrinación fue la pausa necesaria para ello.
Con todo , el dolor de la carne no valdn'a sin haber t r i turado inter iormente las malas pasiones: pero eso mismo es un don de la Gracia, ya que nadie puede levantarse del pecado y de la ruptura interior sin el auxi l io de Cristo. Ese auxi l io nos cura, nos hace querer el bien, nos permite cumpl i r lo , nos impulsa a perseverar en ese bien, y nos conduce a la Glor ia. Y en todo ese proceso, se cumple en cada peregrino lo que dice el Evangelio de la Virgen Man'a: "E l la guardaba todo esto en su co razón" (Luc. 2 :51) . Esta es quizás una de las razones por las que muchos jóvenes han encontrado su vocación a la vida sacerdotal o religiosa en las peregrinaciones juveniles a Lu jan, que desde 1975, se hacen cada año el primer domingo de octubre.
3. CAMINAR EN LA NOCHE HACIA LA LUZ
Las largas peregrinaciones hacia Lujan tienen siempre un trayecto nocturno. Hasta el di'a de hoy hay varios k i lómetros antes de llegar a Lujan que se hacen a través de la pampa argentina. En la obscuridad de la noche se ven, o los cientos de peregrinos de las grandes convocaciones que
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consti tuyen a los católicos en " p u e b l o " , o los caminantes solitarios o de a pocos que van a Lujan. Van orando en silencio, haciendo la experiencia exterior de la t in iebla, con la sensación de que esa obscuridad no tiene f i n .
La marcha a Lujan se hace, entonces, "vía crucis". Cansancio, agotamiento, hambre, sed, soledad, noche, sueño: seguramente no se hace esto para mantener el " f i'si-c o " . Se comparte el camino del calvario. Pero, tal como le sucedió a Jesús (cfr. Mat. 27:32) con la ayuda del Cire-neo, nadie puede llegar a Lujan si no acepta la solidaridad de los demás. Esa solidaridad reviste muchas formas (compartir la comida, la bebida, las medicinas, la luz en el momento necesario, algún medio de transporte, el apoyarse en un brazo amigo, etc.) y todas pueden significar el gran valor de la f raternidad, que devuelve a los hombres a sus raices (cfr. Mt. 23 :8 ) .
La peregrinación presupone que uno rechaza toda voluntad de omnipotencia para recibir el socorro de los otros, la mayon'a de las veces anónimamente. Este es el mensaje de Man'a de Lu jan: el recurso a lo humi lde, el aceptar la mano del pobre, el no negar su entraña al prój i mo. Por eso, muchos a quienes cuesta la marcha se animan a ayudar a los que estan'an dispuestos a abandonar antes de t iempo. Para llegar a la luz hay que asumir la comunidad humana que formamos en este mundo. La importancia del mensaje de Lujan cobra vigencia y actualidad en este momento de la historia argentina en que necesitamos recuperar el valor de la f raternidad.
Pero, de pronto , todo cambia. La tenue luz del alba se insinúa en el hor izonte de la pampa y el peregrino aprieta el paso, se deja ayudar si es preciso. Ahora va surgiendo la luz y se llegan a divisar las torres del santuario, a las que Pi'o X I I l lamó "dos gritos de júbilo", con otro sentimiento en el corazón y con nueva decisión.
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Al llegar cerca de las puertas del santuario, se experimenta como una visión de gloria, una alegn'a indecible, un deseo poderoso de llegar hasta Aquella que intercede por todos y nos muestra a su Hijo. La aceptación de la propia noche hace que cada uno se anime a llegar a su luz. Y la luz de Lujan es la luz de la fe animada por la esperanza y la caridad: a éso nos llama Cristo, que es "el pionero y consumador de la fe" (Heb. 12:2). De este modo, la marcha a Luja'n, este ponerse en viaje hacia Man'a que precede con su luz al peregrino (Lumen Gentium, 68), comienza a realizar en nosotros la salvación sobrenatural.
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QUINTA PARTE
El Misterio de Salvación en el Espíritu Santo
y la Iglesia
1. LIBERACIÓN DEL PECADO Y ENTRADA EN LA ALEGRÍA DEL ESPÍRITU SANTO
¿Qué fruto se obtiene en Lujan? Ya se ha dicho que Dios auxilia a los fieles para obtener la renovación de la fe Pero ¿qué se debe decir de las gracias especiales que van a pedir? Gracias de salud para los enfermos, de trabajo para los desocupados, de justicia para todos: los pedidos que cada uno lleva en su corazón. Estas peticiones nos parecen temporales y sin embargo tienen un aspecto trascendente: son valores humanos pero asumidos por el Verbo de Dios hecho carne.
Muchas de las gracias que se consiguen en Lujan son verdaderos milagros. Existe un testamento de 1695 que cita expresamente un milagro realizado por la intercesión de María de Lujan. Y no hay que olvidar que el Papa Clemente XI (91) concede una Indulgencia a los peregrinos
(91) Clemente P.P. X I : fue Papa de 1700 a 1721.
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de Lujan, documento que llega a Ri'o de La Plata en 1719 teniendo en cuenta todos los prodigios que se obran en este santuario.
Insisto, con todo, que el don sobrenatural de la Gracia que nos hace "nuevas creaturas" es superior a todos los favores extraordinarios, porque la Gracia nos pone inmediatamente en unión con nuestro fin último, mientras que los milagros y profecías son únicamente medios para encaminarnos hacia ese f in.
Si cada fiel de buena voluntad que sigue los pasos de una visita cristiana a Lujan obtiene la renovación de la fe, se podri'a decir que Lujan permite siempre, a quienes no ponen obstáculo a la obra de Dios, recibir un regalo precioso. Por eso, nadie protesta a la Virgen si no consiguió lo que expresamente quen'a: Dios otorga siempre lo que más se necesita y lo que corresponde tanto a la aspiración natural del hombre, como al deseo sobrenatural de la gloria.
El primer efecto de Lujan para quien se acerca a María es un impulso a liberarse del pecado que es una fuerza de destrucción interior y de desunión exterior, y a entrar en el gozo que procede del Espíritu Santo, enviado por Jesús Resucitado. Y esto es, en realidad, lo que el hombre que busca a tientas, encuentra sin haber reflexionado mucho en ello. Ciertamente a Lujan nadie va a buscar un predicador de "campanillas", ni un sacerdote conocido, ni algo para premiarse a sí mismo. La persona fiel, y la que no cree también, busca un remedio para su desarmonía interior, para su opresión espiritual, y sabe que esa medicina sólo se puede conseguir junto a María y a los pies de Jesús. Nos volvemos a María para que el Evangelio se haga más carne, más corazón de América Latina (cfr. Puebla, 303). Porque "sin María el Evangelio se desencarna, se desfigura y se transforma en una ideología, un racionalismo espiritualista" (Puebla, 301).
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2. ACEPTACIÓN DE SI MISMOS
Nadie puede expresar con muchas palabras lo que sucede en su interior, porque los efectos de la Gracia no son habitualmente experimentados sensiblemente. Por
la fe se tiene la certeza completa de que uno ha sido transformado interiormente, liberado del pecado y transpasado a la situación de amistad con Dios. Pero hay un efecto típico de Lujan: el peregrino encuentra paz interior, serenidad, unidad de sus fuerzas dispersas. Hay como una predisposición para aceptar las propias limitaciones con alegría. Y también queda como un reconocimiento especial a la Santísima Virgen, porque a Ella se atribuye la ternura maternal que ha permitido ese fruto inesperado.
Pero no hay exclusivamente una aceptación personal, sino además una aceptación en cierto modo comunitaria. En Lujan se capta la unidad de la fe católica de Argentina. En Lujan se comprenden las raíces cristianas de la cultura argentina. A l l í se retoman las virtudes evangélicas. Por eso, los Obispos del país han recomendado vivamente la devoción mariana de Lujan, comenzando por los primeros. En 1728 el Obispo de Buenos Aires, que en 1717 había sido trasladado de Asunción a esa sede y que en 1718 había realizado la primera peregrinación suya a Lujan, Pedro Fajardo, escribe un testimonio de las muchedumbres que visitan el santuario y menciona las aprobaciones de sus antecesores en la sede episcopal de Buenos Aires, que es diócesis desde 1620. Aquí hay que recordar que Lujan perteneció a la diócesis de Buenos Aires por casi tres siglos: de ahí su vinculación especial a la capital y el llamado que Lujan hace continuamente a esa capital argentina. El milagro de Lujan ocurre poco después de fundada la diócesis más austral del mundo en ese momento, como si la Virgen hubiera querido acompañar especialmente esta región de esperanza.
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Aunque Lujan no es el único santuario mariano de Argentina, y hay varios muy queridos y famosos, existe allf como una concentración de la historia argentina, tanto del período hispánico, como de los posteriores. No se puede hacer la historia argentina sin citar a Lujan, y no se pueden trazar los rastros de la evangellzaclón de esta porción de América Latina sin mencionar lo que ha hecho la Virgen María desde su pequeña Imagen de Lujan. En el milagro que curó al padre Montalbo y en la fidelidad del negro Manuel, así como en la gran romería organizada por el cura de la catedral de Buenos Aires en 1671 y en los mayores episodios de la vida de la Iglesia y la sociedad en Argentina, Lujan representa una etapa ineludible en la fe de un pueblo. Y el que va a Lujan se incorpora a esa experiencia secular.
3. LA LUZ DE LA PROFECÍA
No quedaría completo este panorama sin mencionar otro aspecto de la Gracia de Cristo que es un fruto de la visita con buena voluntad a Lujan. El primer aspecto de esa Gracia es la luz de la fe, que es renovada profundamente y catequizada por la peregrinación a María. El otro aspecto es la luz de la profecía (92). No se trata, aunque Dios pueda darla, de una profecía como conocimiento del futuro tan ansiada por la sociedad tecnológica actual. Es otra profecía la que viene de la Gracia de Cristo. A semejanza de la intuición natural que permite conocer lo que sienten los seres queridos, los hijos por ejemplo, sin necesidad de palabras, la profecía, don de la Gracia, es una intuición sobrenatural que ayuda a comprender las necesidades espirituales del prójimo y a captar los dinamismos de la fe que es necesario retomar. Es una intuición del Espíritu que nos hace vernos sin espejismos y mirar sí nuestra figura ha quedado des-figurada por el pecado, y por eso mismo, alejada de la figura de Cristo.
(92) Cfr .S.T. I - I I , q. 109 ,a .1 .
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Se podría afirmar que esa luz de profecía se manifiesta en nuestro pueblo fiel mediante una sabiduría cristiana muy notoria, que permite vivir en una aceptación del Misterio pascual de Cristo sean cuales fueran las circunstancias de la vida. La experiencia del católico de nuestras provincias, del paisano sobre todo, es de esa talla. Y los grandes evajngelizadores del pueblo, como el Cura Brochero (93), Esquiú (94), Mons. Orzali (95), Mons. Canevá (96), la María Benita (97), la María Antonia (98), por ejemplo, o un Ceferino Namuncurá (99), lo comprendieron y ayudaron a que la gente no se apartase de esa luz sapiencial que proviene del Señor. También hoy se ha comenzado una nueva experiencia en Lujan, de retiros para pobres y marginados, al estilo de aquellos ejercicios espirituales que organizó durante cuarenta años el cura Brochero en la Villa del Tránsito Cordobesa. Es una nueva experiencia
(93) S.D. ( = siervo de Dios) José Gabriel Brochero (1840 - 1914). Ha sido introducida la causa para su canonización. Cfr. ACEVEDO, Domingo "El Cura Brochero, Córdoba, 1928; AZNAR, Antonio El Cura Brochero, Córdoba, 1951; BISCHOFF, Efraín U. El Cura Brochero, Buenos Aires, 1953; SANTAGADA, Osvaldo, El Cura Brochero y el partido radical. Bogotá, 1985.
(94) S.D. Fray Mamerto Esquiú, obispo de Córdoba (1826 - 1883). Ha sido Introducida la causa para su canonización. Cfr. GONZÁLEZ, M.A., O.F.M., Fr. Mamerto Esquiú y Medina, Córdoba, 1914. GALVEZ, Manuel, Vida de Fray Mamerto Esquiú- Buenos Aires, 1982 (relmpr.).
(95) S.D. José Américo Orzali, primer arzobispo de San Juan del Cuyo (1863 - 1939). Ha sido introducida la causa para su canonización.
(96) Mons. César Canevá, obispo de Azul (1874 - 1953).
(971 S .O. Mar (a Benita Aria* U 822 - Wi4\. Ha *Wt> toVfoduttWa \a cauta para su canonización.
(98) S.D. María Antonia de Paz y Figueroa (1730 - 1799). Ha sido introducida la causa para su canonización.
(99) Venerable Ceferino Namuncurá. Ha sido Introducida la causa para su canonización y es el único católico argentino que ha recibido el título de "venerable" (1972) hasta hoy. — Para todo este tema puede verse mi artículo Las causa de los santos, en "Criterio" 56 (1983) p 201-203 (nota allí que José Anchleta es sólo "beato").
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"hacia lo humilde", vinculada al mensaje especi'fico de la Imagen de Nuestra Señora de Lujan.
¿Por qué esa luz de profeci'a o sabiduría interior se obtiene en Lujan? No es difi'cil comprenderlo. Mari'a Santísima es el ejemplo perfecto de esa sabiduría del pobre, que se confía totalmente a su Dios y todo lo espera de El en el amor. Por eso, Ella recibe junto a los Apóstoles el don del Espíritu Santo al cumplirse los días de Pentecostés y es invocada por el pueblo creyente con la hermosa apelación: "Sede de la sabiduría". Pues bien, esta sabiduría, fruto de un santuario de María, es un principio de cateque-sis y evangelización renovada del pueblo argentino. Por eso, bien inspirado dice Mons. Presas: " I r a Lujan es un deber", ya que Lujan vincula la obra de evangelización y con la obra salvadora de Dios entre las gentes de nuestro pueblo.
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Conclusión
El santuario de Lujan tiene algo importante que decir a América Latina. Es un mensaje que brota de la conciencia católica del pueblo argentino y que ahora paso a recapitular.
1. UN MENSAJE SOBRE LA GRACIA
El Mensaje de Lujan es sobre la Gracia de Dios en Cristo Jesús. El milagro que hace Dios al permitir que una Imagen de la Inmaculada Concepción de María se quede junto al río de Luja'n en la pampa bonaerense, es el comienzo de una historia de salvación cristiana que lleva ya tres siglos y medio. Dios quiere que la veneración a la pequeña Imagen de María de Lujan se traduzca en la recuperación de la Gracia santificante y en la recepción de la
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luz de la fe y de la profeci'a cristianas (100). El estado de Gracia que se obtiene en Lujan es la única posibilidad de captar a fondo la conciencia argentina y recorrer su memoria sin odios, rencores y desunión. Sólo la Gracia nos permite asumirnos con amor y perdón. Al salir de sacar tra miseria por la reconciliación, superamos <el estado de disgregación nacional también, y contribuimos asi' no sólo a la unidad de la Iglesia, sino del pueblo argentino. El estado de Gracia al unirnos a Dios nos hace amarlo a El y también a nosotros y a nuestros compatriotas.
2. UN MENSAJE DE RECONCILIACIÓN
Por eso, Lujan es un mensaje vivo de liberación cristiana que Dios realiza, haciendo salir de su pecado al hombre que lo quiere, e introduciendo en la vivencia de la Iglesia. Para el hombre y la mujer de esta época, la Imagen bendita de Lujan rnuestra que hay una salvación que va más allá de este mundo y sus elementos, y que esa salvación comienza en el misterio de la humildad.
3. UN LLAMADO A LA POBREZA DE ESPÍRITU
La Imagen de Man'a de Lujan es un llamado continuo a seguir a Jesús en su via crucis. De allí' proviene la larga historia de peregrinaciones y sacrificios de la crónica lujanense, legada a las futuras generaciones. Desde Lujan, por una presencia singular de la Virgen Madre, Cristo
(100) Un ejemplo puede tenerse en esta poesía: " IVirgen mía de Lujan! ayuda mi entendimiento y que el corazón se explique en este puro momento — en este puro momento, y en esta conformldá ya vuelve un gaucho porteño a gozar la liberta — " ASCASUBI, Hilario,Paulino Lucero, en "Folklore y Poesía Argentina", por Olga Fernández Latour de Botas.
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difunde su Palabra y entrega su Cuerpo y Sangre sacramentados en favor de su Cuerpo que es la Iglesia, distribuyendo su misericordia y su paz a quienes la buscan con corazón auténtico.
4. UN MENSAJE SOBRE EL HOMBRE AUTENTICO
Lujan recuerda a los argentinos que la vida es itinerario y peregrinaje. Y que es preciso proseguir la marcha, identificándonos con Cristo sufriente y teniendo la esperanza puesta en llegar a la luz (101).
* 5. UN MENSAJE DE VERDADERA SABIDURÍA
En una nación que cae periódicamente en la tentación de la muerte, la Virgen Man'a llama a sus hijos a la vida: a recobrar el sentido de la unidad nacional y de los valores primarios del bien común argentino, oscurecidos por el pecado y la idolatn'a del poder y las cosas.
Por la ternura de su Madre, Cristo nos regala su don para creer rectamente y para manifestar lo crei'do, según lo que dice San Pablo: "si confiesas con tus labios que Jesús es el Señor y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, entonces te salvarás" (Rom. 10:9).
* * * *
Puedan estas reflexiones brotadas de mi amor profundo a Man'a, la Madre de Dios, contribuir a descubrir las
(101) La antigua copla es un testimonio de esto: "Virgen de la Concepción amparo del peregrino: cúbrame tu protección cuando ande por los caminos" en "Cancionero de coplas". Antología de la Copla en América. Bs. As., 1959.
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profundas rafees cristianas que se encuentran en la piedad de mi pueblo. Y en el amor a Man'a, que según una famosa expresión es " la enemiga de todas las hereji'as", podamos todos obtener la Gracia de amar a la Iglesia de Cristo y entregarnos al Evangelio de salvación.
Pbro. Dr. Osvaldo D. Santagada
l o . de octubre de 1985
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índice
Presentación 5
Prólogo 7
Int roducción 11
PR IMERA PARTE La conciencia irrefleja de la Iglesia y los Argent i nos sobre Lujan ID
SEGUNDA PARTE La oración de María por el pueblo Argent ino . . . . 29
T E R C E R A PARTE La gracia, la imagen y el mensaje de Lujan 37
C U A R T A PARTE La identi f icación con Cristo sufriente 59
Q U I N T A PARTE El Misterio de Salvación en el Espír i tu Santo y la Iglesia 67
Cbnclusíón 73