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Escurrimiento, erosión del suelo y contaminación de los recursos hídricos superficiales por sedimentos asociados a la actividad agropecuaria extensiva: algunos elementos para su análisis CELIO IGNACIO CHAGAS FILIPE BEHRENDS KRAEMER

Celio ignaCio Chagas Filipe Behrends Kraemerestá alojada en acuíferos profundos de difícil acceso. Es por ello que tan solo un pequeño porcentaje del agua total de la tierra está

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Escurrimiento, erosión del suelo y contaminación de los recursos hídricos

superficiales por sedimentos asociados a la actividad

agropecuaria extensiva: algunoselementos para su análisis

Celio ignaCio Chagas

Filipe Behrends Kraemer

Chagas, Celio Ignacio Escurrimiento, erosión del suelo y contaminación de los recursos hídricos superficiales por sedimentos asociados a la actividad agropecuaria extensiva: algunos elementos para su análisis / Celio Ignacio Chagas ; Filipe Behrends Kraemer. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Editorial Facultad de Agronomía, 2018. Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-3738-17-3

1. Ciencias del Suelo. I. Behrends Kraemer, Filipe II. Título CDD 631.4

FACULTAD DE AGRONOMÍAUniversidad de Buenos Aires

EDITORIAL FACULTAD DE AGRONOMÍADIRECTOR

Ing. Agr. Antonio J. Pascale

SECRETARIO ADMINISTRATIVODr. Patricio T. Murphy

Primera Edición: Mayo de 2018

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.743Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción o uso tanto en español o en cualquier otroidioma, en todo o en parte por ningún medio mecánico o electrónico, para uso público o privado, sin

la previa autorización por escrito de la editorial y los autores.

Impreso en la Argentina – Printed in ArgentineEDITORIAL FACULTAD DE AGRONOMÍA

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRESAvda. San Martín 4453 – (1417) Bs As, Argentina

e-mail: [email protected]

Escurrimiento, erosión del suelo y contaminación de los recursos hídricos superficiales por sedimentos asociados a la actividad agropecuaria

extensiva: algunos elementos para su análisis

uEl recurso hídrico en el mundo y en la Argentinammmmm2

uContaminación de los recursos hídricosmmmmm2

uContaminación del agua superficial debida a la actividad agropecuaria. Escalas de análisismmmmm4

uImportancia de los sedimentos como contaminantes hídricos. Mecanismos para su generaciónmmmmm5

uErosión y sedimentación en función de la escala de análisis. Su incidencia en la calidad y cantidad de los sedimentos movilizadosmmmmm24

uConclusiones e implicancias para el manejo y conservación de las cuencas agropecuariasmmmmm27

uReferencias bibliograficasmmmmm28

2

uEl recurso hídrico en el mundo y en la Argentina

La proporción de agua dulce existente en la Tierra, es tan solo el 2,5% del agua total. Sin embargo no toda está dispo-

nible como agua líquida ya que el 70 % se concentra en los casquetes polares. Del agua dulce restante, una gran proporción

está alojada en acuíferos profundos de difícil acceso. Es por ello que tan solo un pequeño porcentaje del agua total de la

tierra está disponible como agua dulce de fácil acceso (Solsona, 1999). Según este autor, los continentes que poseen mayores

volúmenes de agua dulce son: Asia, América del Sur y América del Norte. Dentro de América del Sur, los principales países

que componen el Mercosur (Brasil y Argentina), tienen en su conjunto una significativa disponibilidad de recursos hídricos.

El agua apta para uso y consumo humano y animal, es considerada por la OMS (Organización Mundial de la Sa-

lud) como un recurso ambiental. Tanto FAO (1990) como CNUMAD (1992), destacan la dificultad en garantizar un

suministro suficiente de alimentos y agua para la población del siglo XXI. Un documento elaborado por el Banco Mun-

dial (1992) señala entre otros aspectos, que más de dos millones de muertes y miles de millones de casos de enfermedad

humana al año, son atribuibles a la contaminación de las aguas.

uContaminación de los recursos hídricos

Es importante establecer el grado de incidencia de la actividad humana en el mantenimiento o el deterioro de la

calidad hídrica. Este tema se enmarca dentro de la problemática de la contaminación de los recursos hídricos tanto su-

perficiales como subterráneos.

Escurrimiento, erosión del suelo y contaminación de los recursos hídricos superficiales por sedimentos asociados a la actividad agropecuaria extensiva: algunos elementos para su análisis

Runoff, soil erosion and contamination of surface water resources by sediments associated with extensive agricultural activities: some elements for its analysis.

Celio ignacio Chagas1 y Filipe Behrends Kraemer1 - 2

RESUMENEl presente manuscrito pone énfasis en la importancia de comprender el funcionamiento hidrológico integral

de una cuenca agropecuaria a la hora de estudiar un problema de contaminación hídrica. En sistemas

hidrológicos típicos sujetos a escurrimientos superficiales y erosión hídrica, la movilización de sedimentos y

sustancias contaminantes, así como sus características físicas y químicas, están íntimamente asociados a la

ocurrencia de erosión laminar, en surcos o en cárcavas como así también la sedimentación diferencial del

material desprendido y transportado. Por lo tanto al conservar el suelo, se mantiene y/o mejora la calidad y

salud integral de los recursos hídricos asociados.

ABSTRACTThis document emphasizes the need to understand the hydrological response of an agricultural basin in order to properly study environmental hazards as water pollution. Under typical hydrological systems affected by surface runoff and water erosion, the transport of sediments and pollutants as well as their physical and chemical characteristics are closely related to sheet, rill, ephemeral and permanent gullies and selective sedimentation processes regarding the detached and transported soil material. Consequently, when soil conservation is attained, quality and health of water resources are promoted too.

1. Cátedra de Manejo y Conservación de Suelos, Universidad de Buenos Aires Facultad de Agronomía. [email protected]

2. CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas)

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

3

La contaminación de las aguas puede tener origen en diversas fuentes tanto puntuales como difusas provenientes

de la actividad urbana, periurbana y rural (Gutierrez, 1987; Schreier et al., 1986; Ruoff et al.,1988; Berndtsson, 1990;

Lacatusu et al., 1992; Cortés et al., 1996; Pereira et al., 1996; Gardner et al., 1999; Meijer et al., 1999).

El estudio de la contaminación de los recursos hídricos debe ser abordado a nivel de cuencas hídricas, puesto que las

mismas constituyen unidades estructurales y funcionales asociadas con el ciclo hidrológico (Rodda et al., 1999). Ongley

(1997) destaca la necesidad de estudiar la contaminación agrícola del agua a nivel de cuenca ya que a partir de su com-

portamiento hidrológico es posible predecir su capacidad de generación y exportación de contaminantes. Esto permitiría

diseñar estrategias de atenuación de dicha fuente de contaminación (Santanatoglia et al., 2006).

Existen numerosos estudios sobre contaminación hídrica de cuencas urbanas. En un trabajo realizado en Nueva

Zelandia, Mosley y Peake (2001) aplicaron este abordaje para estudiar la contaminación generada por centros urbanos de

ese país. A través del análisis de los escurridos muestreados a la salida de la cuenca urbana, estos investigadores pudieron

separar aquellos elementos transportados principalmente en forma particulada (mayor de 0,45 micrones) tales como Fe

y Pb, de aquellos que lo hacían en forma disuelta tales como Cu y Zn, lo cual les permitió optimizar los procedimientos

para su eliminación. Al mismo tiempo pudieron determinar que los elementos nitrógeno y fósforo se movilizaban prin-

cipalmente a través de restos vegetales que aparecían al comienzo de los eventos de escurrimiento

El índice de indicadores de cuencas (Index of Watershed Indicators, USEPA, 1997) fue desarrollado en Estados

Unidos para poder categorizar el estado de los recursos hídricos en las cuencas de todo su territorio. Este índice expresa

las consecuencias actuales y futuras de la contaminación puntual y no puntual proveniente de las distintas actividades

urbanas, periurbanas y rurales que se desarrollan en las áreas de influencia de las respectivas cuencas. El estado actual del

agua de las cuencas está caracterizado por su “condición” En cambio, el riesgo de seguir degradándose con el uso actual o

futuro de la tierra se contempla a través de la “vulnerabilidad”. El primero de los índices se calcula a través de: presencia

de sedimentos contaminados, niveles excesivos de cobre, níquel, zinc y cromo (hexavalente) y la presencia de niveles ex-

cesivos de amonio, oxígeno disuelto, fósforo y pH. La vulnerabilidad se estima teniendo en cuenta la descarga excesiva de

poluentes tóxicos tales como: cobre, níquel, cinc y cromo hexavalente, de amonio y fósforo y de sustancias que pudiesen

alterar el nivel de oxígeno disuelto y el pH del agua. Con respecto a la contaminación de origen agropecuaria, se desa-

rrolló el siguiente índice: potencial de escurrimiento rural, que expresa la capacidad de exportar nitrógeno, sedimentos y

pesticidas a través del escurrimiento y los procesos erosivos.

Para cualquier estudio de contaminación hídrica, es importante determinar previamente si las cuencas analizadas poseen

un nivel alto de elementos nocivos para la salud humana, animal o vegetal de origen natural, independientes de la acción antró-

pica, ya que ello no puede considerarse como contaminación (Lacatusu et al., 1992). Como ejemplo, en nuestro país se han re-

portado estudios de agua de extensas zonas que muestran elevados niveles de arsénico, boro y otros elementos de origen natural.

Giorgis, citado por van Mansvelt y van der Lubbe (1999) señaló diversos aspectos que se deberían tener en cuenta

a la hora de conservar la calidad del agua, en el marco del manejo sostenible del paisaje (sustainable landscape manage-

ment) que plantea la Unión Europea. Al respecto dicho autor formula algunas reflexiones y propuso las siguientes vías

de acción: a) manejar el agua con un criterio económico pero a la vez, en forma eficiente y con sentido ecológico, b) con

adecuados manejos no sería necesaria la aplicación excesiva de sustancias químicas para preservar la calidad del agua, c)

las explotaciones agropecuarias deberían utilizar la menor cantidad de agua posible, limitando la erosión y la generación

de poluentes, d) se debería implementar estructuras que faciliten los procesos de autodepuración del agua, restaurando y

consolidando la vegetación de las márgenes de los ríos, introduciendo en ellas franjas de bosques y/hierbas, e) en lo posi-

ble debería evitarse canalizar las vías de agua con estructuras de concreto, f ) se debería preservar y/o restaurar los hábitats

hídricos naturales, evitando el empleo de materiales “no vivientes” en las márgenes de los ríos y g) manejar de un modo

sostenible el potencial recreacional y educacional del agua en los ambientes rurales.

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

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Solsona (1999) reseñó algunas de las acciones humanas que han tenido efecto sobre la calidad del agua: la construc-

ción de presas, canales, caminos, la tala de bosques, el uso indiscriminado de tierras para cultivos, las emanaciones de la

industria y el propio asentamiento humano. Algunos autores mencionaron también a la actividad minera como fuente

de contaminación hídrica (Fan, 1988; Harper et al., 1997; Gardner et al., 1999)

Según el Banco Mundial (1992) existiría una relación inversa entre el nivel de ingreso de los países del mundo, y

el grado de contaminación orgánica de sus ríos, expresado a través del nivel de oxígeno disuelto de sus aguas: a menores

ingresos, menor tenor de oxígeno disuelto, es decir, mayor contaminación hídrica. Esta relación marca un deterioro que

tiende a acentuarse con el paso del tiempo.

uContaminación del agua superficial debida a la actividad agropecuaria. Escalas de análisis

Ongley (1997) en su reporte sobre contaminación agrícola de recursos hídricos, mencionó que la causa central de la

degradación de la calidad de los ríos, arroyos y lagos de EEUU, es la actividad agropecuaria. Esto se debe a que dicho país

ha controlado en gran medida las fuentes puntuales de contaminaciones (urbanas e industriales). Sin embargo no ha sido

igualmente eficiente en controlar las fuentes difusas propias de la actividad agropecuaria, las cuales aportan sedimentos,

nutrientes, agentes patógenos y plaguicidas.

Dos ejemplos de la preocupación en EEUU por la contaminación hídrica de origen agrícola se mencionan a conti-

nuación: en 1998, el USDA decidió impulsar un programa de incentivos a los productores para que dejen de explotar las

tierras pertenecientes a la cuenca que provee de agua potable a la ciudad de Nueva York (Revkin, 1998); a su vez Fialka

(1998) señala que a nivel político, el USEPA ha decidido controlar estrechamente la contaminación de vías de agua pro-

veniente de explotaciones vacunas de engorde a corral y producciones aviares intensivas.

En un trabajo realizado en microcuencas de Nueva Zelandia, se concluyó que los diferentes tipos de utilización

agrícola de las tierras eran responsables de las diferencias observadas en la generación y exportación de sedimentos y

nutrientes y por ende en al contaminación de dichas aguas superficiales (Quinn y Stroud, 2002).

De acuerdo con Coote y Gregorich (2000), los contaminantes de origen agrícola que se consideran de importancia

en Canadá son: los sedimentos, los nutrientes (particularmente el P y el N), los pesticidas, las bacterias y las sales.

Defra (2002) señala que el ciclo hidrológico juega un papel fundamental en la dinámica de la contaminación no

puntual asociada a las actividades agrícolas. En general los contaminantes que alcanzan los cursos hídricos o las capas

subterráneas, lo hacen a través del transporte del agua en movimiento tanto superficial como subsuperficial.

Los materiales minerales: arcillas, limos y arenas que llegan a los cursos de agua, al igual que las partículas orgánicas

y las sustancias químicas adsorbidas y asociadas a los mismos, provienen a menudo de procesos erosivos antrópicos, tal

como se explicará más adelante.

Los nitratos alcanzan los arroyos generalmente a través del flujo subsuperficial proveniente de áreas que reciben ex-

cesivas dosis de fertilizantes o estiércol. Por su elevada solubilidad, los nitratos son contaminantes frecuentes de las capas

freáticas; sin embargo también se ha reportado su presencia en el escurrimiento superficial (Doss et al., 1976; Bartlett et

al., 1977; Patni y Culley, 1989; Yeruham et al., 1997; Stout et al., 2000).

El nitrógeno orgánico y las formas disueltas y particuladas del fósforo se mueven lateralmente asociados al escurri-

miento superficial y a los procesos erosivos (Sharpley, 1985, 1995; Chagas et al., 1999; Jordan et al., 1997; Brannan et al.,

1999; Dou et al., 2000). En cuencas degradadas, aun las lluvias de baja intensidad pueden ser suficientes para movilizar

dichos elementos. El uso indiscriminado de algunos fertilizantes, biosólidos, enmiendas orgánicas u otras sustancias con

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

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elevados tenores de metales pesados, pueden también provocar la contaminación de suelos y aguas con dichos elementos

(De Siervi et al., 2002).

Distintos pesticidas de uso agronómico, han sido reportados en las leches bovinas, provenientes de la ingesta de

aguas y/o forrajes contaminados (Basselin et al., 1999). Los pesticidas aplicados a tierras agrícolas transitan diferentes

caminos: una parte de ellos es interceptada por los vegetales, otra puede ir directa o indirectamente a la atmósfera y una

última parte alcanza la superficie del suelo. Estos tienen a su vez, distintas alternativas: sufrir transporte lateral hacia los

cursos de agua a través del escurrimiento y/o los sedimentos, ser absorbidos por la vegetación, lixiviarse en profundidad

y/o sufrir descomposición biótica o abiótica. En las cuencas sometidas a lluvias intensas y que generan escurrimiento,

se observa que los pesticidas afines a la matriz edáfica mineral u orgánica, tenderán a sufrir movimientos horizontales,

mientras que el resto tenderá a moverse verticalmente en profundidad. Otro problema adicional lo constituyen los enva-

ses de agroquímicos y sus desechos, los cuales a menudo son arrojados y/o vertidos directa o indirectamente a los cursos

de agua (Lampman, 1995; Pereira et al., 1996; USEPA, 1997; Defra, 2002).

Por su parte los productos de medicina veterinaria pueden alcanzar los cursos de agua en forma directa o indirecta.

Los mismos pueden ser vertidos accidental o intencionalmente a los cursos de agua o pueden llegar allí a través de las

heces y orina (Herrero y Gil, 2008).

Como se deduce de lo expuesto, la contaminación del agua superficial por la actividad agropecuaria depende en gran

parte de las características climáticas geomorfológicas, edáficas y de uso de la tierra de las cuencas en las que se realiza

dicha actividad, siendo el escurrimiento superficial el eje que permite articular entre sí a todas estas variables.

Otro aspecto del estudio de los contaminantes agropecuarios en los cursos de agua, lo constituye la elección adecua-

da de la escala de análisis. Cada escala o nivel de percepción revela propiedades emergentes del sistema a estudiar a dicha

escala, que pueden modificarse si se cambia el nivel de detalle del análisis.

Algunos investigadores han trabajado a escala regional (Ruoff et al.,1988, Lacatusu et al., 1992, Binkley y Brown,

1993; Basselin et al.,1999; Maldonado et al.,1999) mientras que otros eligieron trabajar a nivel local o en grupos de lotes

(Patni y Culley, 1989; Smith et al., 1992, Godwin y Miner, 1996; Santanatoglia et al., 1996; Mwendera y Saleem, 1997;

Edwards et al., 1997; Parvanta, 2000; Stout et al., 2000; LeJeune et al., 2001).

A nivel de cuenca, se pueden citar los trabajos de Berndtsson (1990), Cortes et al. (1996), Pereira et al. (1996),

Jordan et al. (1997), Brannan et al. (1999), Sischo et al. (2000), Johnson et al. (2003), Galindo et al (2004) y Santa-

natoglia et al. (2006). Entre quienes trabajaron sobre la problemática de la calidad del agua a escala de microcuenca se

puede mencionar a Ong et al. (1996), Puschner et al. (1998) y Rodda et al. (1999). También se pueden citar trabajos con

simuladores de lluvia que fueron realizados a nivel de laboratorio o de microparcelas en campo (Sharpley, 1985, Chagas

et al., 1999, De Siervi et al., 2002, Chagas et al., 2007).

uImportancia de los sedimentos como contaminantes hídricos. Mecanismos para su generación

Ante todo corresponde diferenciar la erosión geológica de la erosión acelerada. Mientras que la primera es el re-

sultado de fenómenos naturales que modifican la superficie terrestre a través de agentes como el viento y el agua dando

lugar a procesos fluviales, eólicos, glaciares, etc., la erosión acelerada es el resultado de la acción humana. Para que ocurra

esta última el hombre modifica en forma inadecuada ambientes frágiles, los cuales expresan esta fragilidad desencadena-

do fenómenos de desprendimiento, transporte y depositación de suelo/sedimento con tasas mayores que las que

ocurrirían en ausencia de dicha acción humana. La erosión del suelo por el agua se considera el principal proceso de

degradación de las tierras a nivel mundial. Actualmente se estima que más de 60 millones de ha de nuestro país esta sien-

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

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do afectadas por erosión hídrica de grado moderado a severo

(Casas y Albarracín 2015). Dicha degradación se manifiesta

con especial intensidad en áreas como la mesopotamia, los sec-

tores asociados a las sierras pampeanas, el NOA argentino y la

pampa ondulada entre otros (ver sectores con coloración azul

en la Figura 1.

En la Figura 2 se esquematiza una típica ladera afectada

por procesos erosivos hídricos. Se advierte en ella sectores altos

dominados por la pérdida de suelo y otros más bajos afecta-

dos por la depositación selectiva del material proveniente de las

áreas positivas (en forma proximal las partículas mas “gruesas”

y en forma distal las más “finas”). También se introduce en este

esquema el concepto de produción de sedimento (en inglés:

sediment yield), cuando el mismo es transportado fuera del sis-

tema analizado (e.g. lote o microcuenca).

Figura 1. Distribución de áreas afectadas por diferentes grados de erosión hídrica y eólica en La Argentina

(FECIC-PROSA, 1988).

Figura 2. Esquema de procesos de erosión/sedimentación en una ladera teórica.

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

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Los sedimentos generados por dicho proceso, juegan un papel fundamental en la contaminación de los cuerpos de

agua superficiales. Ongley (1997) señala que la contaminación hídrica con sedimentos presenta una dimensión física y

una química. La dimensión física consiste en que los sedimentos provocan turbidez del agua y entarquinamiento de los

lechos fluviales, determinando desequilibrios ecológicos en lugares a menudo alejados de los sitios de origen del propio

sedimento. La dimensión química estaría dada principalmente por las partículas de tamaño pequeño (limo) y coloidal

(arcillas y materia orgánica) que poseen el potencial de adsorber y transportar elementos y sustancias químicas y bio-

lógicas tales como plaguicidas, cationes varios entre ellos metales pesados, e incluso patógenos de gran incidencia en la

producción animal y la salud humana.

Los procesos erosivos que generan sedimentos en las cuencas se clasifican en: laminar, surcos, cárcavas y erosión

en las márgenes y cauces de los cursos de agua (Nearing et al., 1990; Renard et al., 1994). Cada uno de ellos determina

formas características de desprendimiento y transporte que le son propias (Foster, 1988; Lal y Elliot, 1994). La contracara

de dichos procesos es la sedimentación (Santanatoglia et al., 1996). La dinámica de desprendimiento, transporte y sedi-

mentación condicionan la cantidad y la calidad de los materiales movilizados por una cuenca en un período determinado

(Walling, 1994; Ongley, 1997).

Recientemente Ares et al. (2016 a,b) analizaron los factores que inciden en la generación y transporte de sedimen-

tos en una microcuenca agrícola de Pampa Serrana bonaerense. En tal sentido dichos autores concluyeron que tanto la

conectividad hidrológica como la sedimentológica resultaban variables útiles para interpretar la dinámica de la concen-

tración de sedimentos medidos en la salida de dicha cuenca.

Los factores físico-ambientales que condicionan la fragilidad de las tierras asociados al tipo y magnitud del pro-

ceso erosivo en una cuenca, se relacionan con la agresividad climática, la fisiografía y las propiedades edáficas genéticas

tanto texturales como mineralógicas. Con respecto al clima debe tenerse en cuenta la intensidad, distribución estacional

y probabilidad de ocurrencia de las precipitaciones. Por ejemplo, el factor de erosividad de las lluvias (EI30) incluido en

la Ecuación Universal de Suelos (EUPS) propuesta por Wischmeier y Smith (1978), comprende la intensidad y volumen

de las lluvias, que cuando se analiza su distribución estacional contrastando con la cobertura del uso del suelo, puede

obtenerse la peligrosidad de dichas lluvias para generar erosión (Factor C del modelo EUPS). En la Figura 3, se observa

para una cuenca de la Pampa Ondulada (cuenca del arroyo del Tala, prov. de Buenos Aires), la erosividad mensual (EI30

mensual) y la cobertura determinada a partir de imágenes satelitales –NDVI- y reconvertidas en valores del Factor C

empleando la metodología citada por Van der Kniff et al., (1999). En este ejemplo, los meses de octubre y noviembre

serían los más peligrosos ya que existen altos valores de erosividad de las lluvias (EI30) y escasa generación de masa ve-

getal (valores del Factor C), por lo que se infiere

que la energía cinética de la gota de lluvia, no será

disipada por la cobertura. Por otro lado, en esta

misma figura se observa que aquellas tierras con

rotaciones ganaderas tendrán una cobertura más

homogénea y constante a lo largo del año, dismi-

nuyendo la incidencia de las lluvias intensas sobre

el suelo.

Figura 3. EI30 y valor C de la ecuación universal de pérdida de suelo (EUPS) mensual para la cuenca del arroyo del Tala, prov. de Buenos Aires (adaptado de Ibañez, 2016).

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

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En cuanto a los aspectos fisiográficos que favorecen la ocurrencia de erosión hídrica, importan los relieves ondula-

dos, las pendientes de elevado gradiente y longitud (principalmente el gradiente), aunque en la Pampa Ondulada, Buján

et al. (2003) encontraron que la longitud influía significativamente. Las formas convexas de la pendiente también son las

más peligrosas, debido a que las máximas velocidades de escurrimiento se alcanzan en forma simultánea con el máximo

volumen de escurrimiento al final de la pendiente y por último las pendientes convergentes en las cuales se facilita la

concentración del flujo hídrico. También es importante considerar si las pendientes son simples o compuestas ya que esto

incide sobre la complejidad del patrón de escurrimiento.

Con respecto a las propiedades edáficas que favorecen la erosión hídrica, se puede señalar la presencia de texturas

limosas y/o con arenas muy finas en el horizonte A, la reducción en el contenido de materia orgánica, la presencia de

estructuras edáficas desfavorables tales como laminar y masiva en superficie, y la existencia de horizontes subsuperficiales

de muy lenta permeabilidad. En la Región Pampeana, principalmente en la Pampa Ondulada, la presencia de estructuras

laminares con horizontes subyacentes densificados resulta una situación muy frecuente y se asocia a planteos de soja cuasi

continua bajo siembra directa (Kraemer et al., 2017; Sasal et al., 2016a; Lozano, 2015). Estas estructuras cuya imagen se

observa en la Figuras 4A y B determinan reducciones en la conductividad hidráulica con el consiguiente aumento en

el escurrimiento (Sasal et al., 2016b).

Figura 4A y B Estructuras laminares de distinto tamaño en sistemas bajo siembra directa en la Región Pampeana.

La abundancia de limos y/o arenas muy finas aumenta la fragilidad edáfica ya que dichas partículas no favo-

recen la formación de complejos húmico arcillosos como lo hacen las arcillas, y una vez desprendidas de la matriz

edáfica, son más fácilmente transportables que las arenas gruesas o muy gruesas. Debe tenerse en cuenta que los

mencionados factores edáficos condicionan tanto el desprendimiento como el transporte de suelo. Esto se debe

a que la destrucción de la estructura edáfica superficial (desprendimiento) libera partículas que a la vez pueden

ocluir los macroporos responsables de la infiltración del agua edáfica, lo cual incrementaría el escurrimiento su-

perficial (transporte).

La fragilidad estructural de los suelos limosos de la pradera pampeana así como sus consecuencias sobre aspectos

importantes como el movimiento del aire y agua edáficos y la actividad de las raíces, han sido estudiados en detalle por

numerosos investigadores y reseñados recientemente por Taboada y Álvarez (2008). La importancia del tema es tal, que

amerita la escritura de un capítulo específico sobre esta temática, el cual se encuentra actualmente en etapa de elaboración

(Castiglioni y Kraemer, comunicación personal)

La acción antrópica que incide en transformar dicha fragilidad en vulnerabilidad se asocia a muy diversos aspectos.

Por ejemplo, el hombre incide sobre la erodabilidad edáfica al modificar mediante el manejo, la abundancia, continui-

dad y estabilidad de macroporos edáficos y la estabilidad estructural (Boughton, 1989; Loch y Pocknee, 1995; Chagas

et al., 1995). Por ejemplo, la Figura 5 muestra la desestructuración que pueden sufrir los agregados pertenecientes a

suelos limosos provenientes de tratamientos contrastantes. Mientras que la situación cuasi-prístina, algunos agregados

mantienen su estabilidad, en aquellas situaciones bajo agricultura con alta frecuencia de soja (MP), prácticamente todos

el material es desagregado.

A B

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

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La acción antrópica también se ve reflejada entre otros, en el manejo de la cobertura del suelo mediante cultivos,

pasturas y/o bosques, que a su vez condicionan el grado en que la agresividad climática pueda afectar la superficie edáfica.

Dichas acciones pueden provocar escurrimientos y erosión por efectos de desmonte, sobrepastoreo y/o eliminación de la

cubierta vegetal mediante labranzas agresivas (Wischmeier y Smith, 1978; Binkley y Brown, 1993; Mwendera y Saleem,

1997; Chagas et al., 1998, Chagas et al., 2000).

El proceso de erosión hídrica comprende diversos subprocesos siendo los más importantes a nivel de predios rurales

y microcuencas: la erosión laminar, en surcos y cárcavas. La primera es de tipo mantiforme y se produce en forma

amplia en todos los sectores del campo donde la lluvia incida sobre suelos inclinados carentes de cobertura, mientras

que las restantes involucran flujos hídricos concentrados que ejercen su acción bajo determinadas condiciones afectando

algunos sectores de las pendientes y las vaguadas.

El proceso de erosión laminar comprende principalmente el efecto de las gotas de lluvia de alta intensidad incidien-

do sobre suelos suavemente inclinados, con escasa o nula cobertura superficial. La máxima expresión de este proceso se

produce en suelos con escasa estabilidad estructural, muy refinados y lisos en superficie que se hallan cubiertos por una

lámina de agua de escaso espesor, menor o igual al diámetro de las gotas de lluvia incidentes Figura 6.

Figura 5. Destrucción de agregados (3-5 mm) limosos pertenecientes a un suelo Argiudol típico, Serie Monte Buey, como consecuencia de la inmersión en agua para tres tratamientos contrastantes: ambiente natural (AN), buenas prácticas agrícolas (BP), asociada a secuencias de que involucran diversos cultivos y malas prácticas agrícolas (MP), con tendencia al monocultivo de soja.

Figura 6. Esquema del impacto de una gota de agua sobre la superficie de un suelo cubierto por una delgada capa de agua

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

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Tanto la lluvia como el viento inciden en este proceso degradatorio: en los casos que las lluvias estuvieran acompa-

ñadas por fuertes vientos, el efecto de las mismas sobre el suelo podría incrementarse por la resultante de composición de

fuerzas verticales y horizontales sobre las gotas de agua. Mientras más intensa sea la lluvia, mayor será el diámetro medio

de sus gotas y por presentar menor resistencia relativa al aire, mayor será su velocidad final de caída. La energía por uni-

dad de lamina de lluvia, se incrementa en forma logarítmica con el aumento de la intensidad pluvial hasta un máximo de

aproximadamente 75-100 mm h-1. Para esa intensidad, el diámetro medio aproximado de las gotas es de 3 mm. A partir

de dicha intensidad horaria las gotas tienden a romperse manteniendo dicho diámetro o incluso reduciéndolo ligeramen-

te. En términos generales se considera que una lluvia es erosiva cuando supera 13 mm en 30 minutos o 20 mm en una

hora. Wischmeier y Smith (1978) al definir el factor erosividad de las lluvias en el modelo EUPS de EEUU (Ecuación

Universal de Pérdidas de Suelo) consideraban como lluvias erosivas a aquellas precipitaciones superiores a 13 mm (lámina

total). Las que no superaban esa cifra y que estaban separadas por más de 6 horas de las restantes lluvias, eran descartadas

del cálculo del índice de erosividad. Por su parte Hudson (1982) trabajando en África, consideraba como lluvias erosivas

para esa región, solamente a aquellas que superaban una intensidad de 25 mm h-1.

El transporte del material desprendido por erosión laminar se realiza pendiente abajo a través de un flujo laminar de

escaso espesor y alta selectividad. Como consecuencia del impacto, la estructura superficial se desagrega, particularmente

en suelos susceptibles al efecto de sellado superficial, reduciéndose en forma significativa la velocidad de infiltración por

obturación de macroporos. Es por ese motivo que la degradación física acompaña al proceso erosivo en la mayoría de

los casos

Tanto el desprendimiento como el transporte en la erosión laminar son afectados por el agua de lluvia: el impacto de

la gota de lluvia desprende el suelo pero a su vez es esa misma agua la que interviene en las restantes etapas del proceso:

favoreciendo la formación de un sello que reduce la velocidad de infiltración, aumentando de esta forma el desprendi-

miento y a su vez alimentando el flujo superficial laminar que transporta los sedimentos desprendidos. Como puede

verse, el fenómeno es complejo y difícil de modelizar ya que los mismos factores que favorecen el desprendimiento condi-

cionan a su vez el trasporte pendiente abajo (Nearing et al., 1990). A continuación se reseñan los aspectos mencionados.

Erosión Laminar

- Desprendimiento por impacto de gotas de lluvia.

- Transporte por escurrimiento lento (flujo laminar) aunque ayudado por la turbulencia del impacto de las gotas.

- Gran selectividad del material transportado.

- Dificultad para analizar y cuantificar por separado el desprendimiento y el transporte.

La Figura 7 muestra los efectos de sellamiento superfi-

cial que provoca el impacto de la gota de lluvia sobre un suelo

susceptible en condición refinada y carente de cobertura (cama

de siembra en labranza convencional). Estos sellos/costras son

muy comunes aún en manejos bajo siembra directa debido a

la escasa cobertura que pueden presentar estos sistemas. El mo-

nocultivo de soja o escurrimientos intensos debido a siembra

a favor de la pendiente son algunas de las razones que explican

la abundancia de suelo desnudo en este sistema. La Figura 8

presenta ejemplos de suelos de la Pampa Ondulada afectados

por encostramiento superficial.

Figura 7. Parcela de escurrimiento armada sobre un suelo Argiudol típico franco limoso de Córdoba

(Argentina) sometido a lluvia simulada de alta energía cinética.

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

11

Figura 8. Costras y sedimentación en suelos limosos Argiduoles vérticos del partido de San Pedro, Buenos Aires A y B y Argiudoles típicos del partido de Arrecifes, Buenos Aires Cy D.

La Ecuación 1 presenta un modelo para predecir el proceso de erosión laminar que incluye el modelo WEPP. En

ella se puede advertir que no existen términos separados para predecir el desprendimiento y el transporte sino que ambos

están representados en el factor denominado erodabilidad entre surcos que es característico de cada suelo y se determina

en forma empírica. Mientras más intensa sea la lluvia, más importante es el proceso conjunto de desprendimiento y

transporte. El factor de ajuste por pendiente indica que el transporte será más efectivo en la medida que el terreno posea

una mayor inclinación.

Ecuación 1.

Ecuación del Modelo WEPP para predecir erosión entre surcos (similar a erosión laminar)

di = K

i . i2 . sf

Siendo Di (kg m-2S-1) = erosión entre surcos

Ki (kg m-4S) = erodabilidad entre surcos

I (m s-1) = intensidad de la lluvia efectiva

Sf = 1,05-0,85e -4sin(α) = factor de ajuste por pendiente

α = ángulo de inclinación

Ecuación 1. Ecuación para predecir erosión entre surcos (a menudo considerada sinónimo de erosión laminar) citada por Gumiere et al. (2009)

Una de las propiedades que mide la resistencia del suelo a sufrir este tipo de erosión es la estabilidad estructural,

especialmente evaluada con pruebas de laboratorio que miden su desagregación ante el impacto de las gotas de lluvia de

alta energía.

El uso de la tierra es uno de los factores que más incide esta propiedad Figura 9. Los cultivos que aportan escaso

carbono al suelo y las labores que remueven el mismo favorecen la mineralización y provocan una merma en la estabilidad

estructural evidenciando la extrema fragilidad de este tipo de suelos a la degradación física.

A B

C D

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

12

El mismo suelo de la Figura 9, se analizó a partir de dos niveles de estabilidad estructural contrastantes (en adelante

suelo degradado y suelo no degradado). Los suelos fueron sometidos a una serie de ensayos para evaluar su comporta-

miento frente a la erosión laminar, empleando lluvia simulada de gran energía en parcelas de 1 m2 delimitadas a campo

tal como se muestra en la Figura 7. El objetivo del ensayo fue estudiar por separado los procesos de desprendimiento y

transporte de ambos tratamientos y su resultado se muestra en la Figura 10.

Figura 10. Escurrimiento, salpicado y erosión laminar en un suelo franco limoso refinado y carente de cobertura, con dos niveles de estabilidad estructural (D=degradado, N: no degradado). Intensidad de lluvia 55 m/h, duración:

1 hora. Las cruces y rayas horizontales muestran los extremos de las barras verticales de error estándar de las repeticiones. A Peso de sedimentos por unidad de superficie y tiempo en las parcelas de campo y

B en microcopas de salpicado en laboratorio; C escurrimiento medido en las mismas parcelas de campo (adaptado de Chagas et al., 1997)

Se aprecia que las pérdidas de suelo a campo siguieron una curva ascendente y luego una estabilización en ambos

tratamientos. El suelo degradado fue el que más sedimentos exportó durante los primeros 10-15 minutos (P<0,05). Esa

misma tendencia mostró la copa de salpicado a nivel de microescala: mayor rotura de agregados débiles seguidos de una

importante estabilización de la tasa de pérdida en ambos tratamientos. El escurrimiento, si bien fue muy contrastante al

comienzo de la experiencia, se mantuvo en favor del suelo degradado (P<0,05) durante el resto del ensayo. Estos resulta-

dos muestran en primer término la alta variabilidad que suele registrarse en los experimentos que involucran mediciones

de pérdida de suelo. En segundo término, se aprecia que la estabilidad estructural incidió en la dinámica de las pérdidas

de suelo pero no en la magnitud total de las mismas. Esto es porque se observó mayor desprendimiento (salpicado) y

transporte (escurrimiento) en favor del suelo degradado sólo al comienzo de la experiencia. Las causas de este compor-

tamiento podrían deberse a distintos mecanismos entre ellos, a) la formación muy temprana de un sello superficial en

el suelo degradado, asociado a la gran rotura de agregados que se produce en el mismo, protege a los agregados subya-

centes ó b) la presencia de una gruesa lámina de agua en superficie asociada al mayor escurrimiento, justamente como

Figura 9. Suelo Argiudol típico franco limoso de Córdoba sometido a monocultivo de maíz o soja con tres sistemas de labranza en forma continua durante 15 años. Evaluación de la estabilidad estructural por el método de De Leenheer y De Boodt (adaptado de Chagas et al., 1995).

A B C

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

13

producto del sello superficial antes mencionado, amortigua el impacto de las gotas de lluvia en dicho tratamiento. Un

detalle destacable es el comportamiento estable del mismo suelo utilizado como testigo que correspondió a una pradera

permanente con altos contenidos de materia orgánica y raicillas entrelazando los agregados del suelo, ubicada a pocos

cientos de metros de los tratamientos analizados. Estos resultados destacan lo dificultoso de realizar análisis y prediccio-

nes del desprendimiento y el transporte en la erosión laminar en forma individual, ya que el sellamiento afecta a ambos

fenómenos en forma dinámica y compleja según su nivel de estabilidad estructural (Chagas, 1991).

Una manera de retrasar la manifestación de los efectos de sellamiento superficial en suelos desnudos susceptibles, es

mediante la creación de rugosidad a través del uso de implementos de labranza. Esto produce una intensa modificación

de la superficie del suelo y de la distribución de agregados y terrones. Una de las consecuencias es que se altera el espesor

de las láminas de agua en superficie, produciéndose láminas profundas en las microconcavidades con el consiguiente

efecto de amortiguación del impacto y ausencia de agua superficial en las microcrestas. Este es uno de los mecanismos

por los que un suelo susceptible, en caso de encontrarse recientemente labrado, sería poco afectado por erosión laminar.

Se suma a este efecto la acción de las microdepresiones como sitios preferenciales para la infiltración del agua en el suelo

y como trampas para la retención del material edáfico desprendido. El efecto de la rugosidad es temporal y persiste en

la medida en que el suelo conserva las irregularidades en superficie. La Figura 11 muestra al suelo de las Figuras 7 y 10 sometidos a tres series sucesivas de lluvia simulada bajo condición refinada Figura 11A y rugosa Figura 11B,

en ambos casos desprovistos de cobertura edáfica. Se observa que en los tratamientos refinados los efectos de sellado se

manifestaron fuertemente desde el comienzo del ensayo determinando un escurrimiento casi total durante la tercera

serie independientemente del nivel de estabilidad estructural. En la situación rugosa se retrasaron los efectos de sellado

en forma marcada apareciendo las diferencias de estabilidad estructural recién en la tercera serie de lluvias. Este mismo

efecto benéfico se observó en el control de la generación de sedimentos a través del manejo de la rugosidad superficial y

la distribución del tamaño de terrones (Chagas, 1995).

Figura 11. Escurrimiento (en porcentaje del agua aplicada) en parcelas con suelo franco limoso de alta y baja estabilidad estructural (blanco y negro respectivamente) con tratamientos lisos (a la izquierda de la figura 11) y

rugosos (a la derecha de la figura 11) sometidos a tres series sucesivas de lluvia simulada de alta energía cinética con una intensidad de 55 mm h-1 (adaptado de Chagas, 1995).

La presencia de cobertura superficial vegetal es la manera más racional de proteger al suelo de la degradación física

y la erosión laminar ya que disipa la energía del impacto de las gotas de lluvia atenuando los efectos de sellado y por

ende, manteniendo controlado también el escurrimiento superficial. Debe tenerse en cuenta que, en caso de suelos muy

susceptibles, pueden persistir los efectos de desagregación causados por otros mecanismos asociados al humedecimiento

A B

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

14

rápido, la expansión diferencial y estallido de agregados. En la Figura 12 se pone de manifiesto el papel de la cobertura

vegetal en la dinámica hídrica edáfica. La Figura 12A muestra los resultados de un experimento de laboratorio que

mide escurrimiento y pérdida de suelo cubierto vs descubierto (Chagas et al., 2004) mientras que en la Figura 12B se

observan los valores de infiltración y perdida de suelo obtenidas con un simulador de lluvias a campo (De la Vega et al.,

2004). En ambos casos se trata de suelos franco arcillo limosos sometidos a siembra directa continua con adecuada esta-

bilidad estructural pero que sin embargo ante la falta de cobertura manifiestan efectos de sellado superficial. Se observa

la reducción del escurrimiento en suelos cubiertos en laboratorio y a campo. La salida de sedimentos acompañó esta

tendencia en forma estadísticamente significativa.

Figura 12A Resultados de aplicar lluvia simulada en laboratorio (adaptado de Chagas et al., 2004) y a campo B en suelos franco limosos con y sin cubertura superficial (adaptado de De la Vega et al., 2004).

La erosión laminar es un proceso característico de las nacientes de una pendiente, por lo tanto su presencia sería

dominante en posiciones de media loma alta o en lomas convexas. En la medida que se concentran los escurrimientos a

lo largo de la pendiente, comienzan a manifestarse otros procesos tales como la erosión en surcos y en cárcavas.

La erosión en surcos se produce cuando el agua de escurrimiento superficial se desplaza por el terreno pendiente

abajo adquiriendo velocidad. El incremento de volumen y velocidad determina que el agua adquiera capacidad de corte.

Cuando la misma supera la resistencia al corte que posee el suelo subyacente se hace evidente el proceso de erosión en

surcos. Los surcos constituyen pequeños canalículos en el terreno con profundidades de 10 cm y anchos de 20-30 cm

aproximadamente Figura 13. Son fácilmente borrables mediante operaciones comunes de labranza.

Figura13. Ejemplos de laderas afectadas por procesos de erosión en surcos (gentileza de INTA e IHLLA, respectivamente)

A B

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

15

Salvo casos especiales, los surcos se evidencian en posiciones de media loma. Allí coexisten con la erosión laminar en

el caso que esta ocurriera Figura 14, 15.

Figura 14. Esquema de una ladera en la que coexisten los procesos de erosión laminar y en surcos.

Tanto la capacidad de desprendimiento como la de transporte del surco son muy elevadas ya que se asocian a im-

portantes velocidades de escurrimiento encauzado. Por lo tanto la selectividad del material transportado por los surcos es

baja. La rotura de agregados provocada por este tipo de erosión se asocia a la fuerza ejercida por el agua en movimiento

sobre las paredes del surco, a la abrasión que provoca el material transportado sobre dicha pared y a la interacción entre

los propios agregados transportados. Cuando el escurrimiento es muy intenso, este proceso se produce rápidamente lle-

gando a descalzar semillas o plantas. La presencia de obstáculos dentro de los surcos, tales como vegetación viva o restos

vegetales de parte aérea, raíces, otros elementos como piedras etc. tienen un importante efecto ya que al disipar la energía

del escurrimiento, reducen tanto su capacidad de desprendimiento como de transporte.

Cabe destacar que los surcos tienen un doble efecto de transporte ya que acarrean tanto los sedimentos que aporta la

erosión laminar contigua como los propios sedimentos originados en los surcos Figura 14. Es por ello que si la erosión

laminar fuese muy intensa, la misma puede llegar a colmar la capacidad de transporte de los surcos. En este caso los surcos

actuarían como meros canales de transporte de los sedimentos originados por erosión laminar sin lograr ellos mismos

producir erosión neta adicional.

Se considera que en términos generales un flujo superficial que supera 0,5-1 m s1 de velocidad puede adquirir

capacidad de corte en suelos desnudos y parcialmente refinados. De esta forma es común encontrar surcos asociados

a suelos encostrados o desnudos Figura 15. Lo propio ocurre cuando supera la velocidad de 1,5-1,8 m s-1 en suelos

medianamente cubiertos por vegetación en superficie. Existen situaciones como en terrazas sin mantenimiento donde

estas velocidades son rápidamente alcanzadas produciendo el ensanchamiento y profundización de los canales colectores

vegetados. Estos aspectos son importantes y deben ser tenidos en cuenta a la hora de diseñar y construir estructuras de

conservación de suelos (Cisneros et al. 2012).

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

16

Debido a que los surcos constituyen pequeños canales a favor de la pendiente, el radio hidráulico de los mismos

(la relación entre sección y perímetro mojado), su pendiente y rugosidad, son propiedades que gobierna fuertemente su

dinámica hídrica. Algunos trabajos mencionan que el ensanchamiento progresivo de los surcos en sitios con compacta-

ciones subsuperficiales estables (por ejemplo el flujo concentrado en huellas de tractor a favor de la pendiente), puede

hacer disminuir con el tiempo su radio hidráulico y por ende la velocidad del mismo, llegando a producirse incluso su

desactivación.

Figura 15. Ejemplo de surcos asociados A erosión laminar; B terrazas de gradiente; C suelo desnudo o costras y D escurrimientos intensos. A y D corresponden a un Argiudol típico del partido de Arrecifes, (Buenos Aires)

mientras que B y C corresponden a Argiudoles vérticos del partido de San Pedro (Buenos Aires).

Los modelos basados en procesos como es el caso del WEPP plantean ecuaciones diferentes entre sí para representar

la erosión en surcos bajo situaciones con erosión neta ó con sedimentación neta. El propósito principal de introducir

este modelo en el presente texto, es simplemente el de interpretar la dinámica y la complejidad de los procesos erosivos

a través de sus ecuaciones.

Erosión neta (Ecuación 2)

Se aplica cuando la fuerza de corte del flujo supera la resistencia al corte del suelo. Además, la capacidad de trans-

porte (Tc) de sedimentos supera la carga que ya lleva el flujo (G).

A B

C

D

desprendimiento transparente

Df= Kr (τ-τ

cr) (1-G/Tc) (2)

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

17

Sedimentación (Ecuación 3)

Se aplica cuando la capacidad de transporte (Tc) es superada por el ingreso de sedimentos (G) provenientes de la

erosión laminar o de la propia erosión en surcos.

Df= (Vf/q) (Tc-G) (3)

Ecuaciones 2 y 3. Ecuaciones del modelo WEPP para erosión en surcos. Df= tasa de erosión o sedimentación en

los surcos (kg m-2 s-1); τ= fuerza de corte del flujo (Pa); τcr = resistencia al corte del suelo; G= carga de sedimentos

del flujo; Tc= capacidad de carga máxima de ese flujo (kg m-1 s-1); V

f= velocidad de sedimentación de un

determinado tipo de partículas (m s-1); q= velocidad del flujo (m2 s-1).

Para el caso de erosión neta, el desprendimiento [Kr (τ-τ

cr)] se representa basado en una antigua ecuación plan-

teada por el Foster et al. (1989), en la cual el flujo hídrico posee una fuerza de corte τ expresada en Pa que se asocia a

su velocidad. En la medida que esa fuerza se incrementa, logra vencer una resistencia al corte que es propia del suelo y

de su condición τcr. A partir de ese momento el suelo se erosiona a una tasa que es proporcional a una constante (la ero-

dabilidad en surcos, Kr) en función de exceso de energía de corte del flujo por encima de la resistencia al corte del suelo

[Kr (τ-τ

cr)]. Ambas variables características de un determinado suelo (K

r y τ

cr) se determinan experimentalmente. En

la Figura 16 se muestran los resultados de un ensayo del USDA realizado a campo para tal fin y citado por Lal (1994).

Figura 16. Resultado de un ensayo de campo para determinar las contantes erodabilidad en surcos (Kr) y

resistencia al corte (τcr). Para ello se labran en el terreno, surcos a favor de la pendiente mediante implementos

especiales tipo reja pie de pato. En los mismos se hace circular agua limpia a una velocidad gobernada por la ecuación de Chezy (con coeficiente de Manning u otros) y se cuantifica el material desprendido y transportado a la salida del surco. Se grafica la concentración de sedimentos en función de la energía de corte del agua. La abscisa al origen es la resistencia al corte crítica (τ

cr) mientras que la pendiente de la recta es la erodabilidad en

surcos (Kr). Adaptado de Lal (1994)

Siguiendo con la ecuación de erosión neta (ecuación 2), el término de transporte de sedimentos (1-G/Tc) refleja

la capacidad de transporte libre que posee el flujo hídrico en un determinado punto de la pendiente. Debe recordarse la

doble función del surco de provocar erosión per se, a la vez de transportar su propio material más el material que recibe

de la erosión laminar contigua Figura 14. Al comienzo del trayecto del surco, el mismo posee toda su capacidad de

transporte disponible, pero la irá perdiendo en la medida que se vaya cargando de sedimentos. Resumiendo: la cantidad

de sedimentos que puede desprender y transportar un surco de erosión en un determinado punto de la pendiente, está

determinado por dos aspectos que inciden simultáneamente:

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

18

a) su capacidad de desprendimiento (representado por el término de la ecuación [Kr (τ-τ

cr)] y

b) la capacidad de transporte libre que posee en ese punto de la pendiente. Esta última se define como (1-G/Tc) sien-

do G la carga de sedimentos que lleva en ese punto y Tc la máxima carga que puede transportar a esa velocidad.

Existen diferentes ecuaciones para predecir esta capacidad máxima de carga. Por ejemplo, el modelo de transporte

de contaminantes Agricultural Non-Point Source (AGNPS) utiliza la ecuación derivada de Bagnold (Young et al., 1989)

gs= k V2 τ V

ss-1

gs= transporte específico

k= constante

τ = fuerza de corte del escurrimiento (shear stress)

v= velocidad del escurrimiento

Vss = velocidad de sedimentación de un tamaño de partícula dado

Ecuación 4. Ecuación de transporte de sedimentos. Esta fórmula tiene cierta similitud con la que proponen Foster et al., (1989) en el modelo WEPP para el transporte de sedimentos por erosión en surcos T

c=K

t t

f 3/2 siendo K

t una

constante y tf la fuerza de corte del escurrimiento que actúa sobre el suelo al finalizar la pendiente.

En esta instancia resulta pertinente introducir la Figura 17 que junto con la Figura 14 muestran el modelado

conjunto de la erosión laminar y la erosión en surcos en cada punto de una determinada pendiente, según la versión de

ladera del modelo WEPP “hillslope version”.

Figura 17. Ecuación de continuidad de erosión/sedimentación del modelo WEPP. En cada punto de la ladera se puede determinar la combinación de acciones de desprendimiento y transporte de sedimentos originados por las

erosiones entre surcos (laminar) y en surcos.

(4)

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

19

La ecuación de continuidad mencionada en la Figura 17 indica que la erosión laminar siempre actúa retirando

suelo del sistema en cualquier punto de la ladera en que se den las condiciones para este proceso (ecuación 1).

Por el contrario la erosión en surcos puede actuar retirando sedimentos en forma neta (erosión neta, ecuación 2)

o aportándolos en forma neta (sedimentación neta, ecuación 3). Esta dualidad se clarifica a continuación: a) la erosión

neta se produce cuando la erosión en surcos desprende y transporta sus “propios” sedimentos además de los que le llegan

de la erosión laminar (esta situación se produce en caso de poseer exceso de energía de corte y capacidad de transporte

libre); b) produciendo sedimentación neta (puede o no tener energía de desprendimiento disponible pero ha colmado su

capacidad de transporte libre). En el primer caso la erosión en surcos, representada por el término Df, favorece la erosión

(ecuación 2), en el segundo caso provoca sedimentación. Para este último caso, existe una ecuación específica que predice

la tasa de sedimentación a lo largo de la pendiente (ecuación 3). Es evidente que la tasa de sedimentación será diferente

para cada tamaño y tipo de partículas.

Como puede verse, el análisis de la erosión en surcos no debe estar ajeno al de la erosión laminar ni al de la propia

variación de las condiciones presentes en la pendiente. La complejidad del proceso es tal, que la predicción del mismo

esta afectada por diversos factores muchos de los cuales varían en el tiempo: tipo de suelo cohesivo y/o presencia de

sedimento no cohesivo en superficie, condición edáfica, humedad, temperatura, rugosidad aleatoria y orientada, tipo y

condición de vegetación viva o muerta en superficie y en profundidad, presencia de piedras, rocas, hielo, nieve, rasgos

de erosión anterior etc.

Una complejidad adicional está representada por la capacidad de las ecuaciones y variables elegidas para reflejar adecuada-

mente los procesos involucrados. En esto también hay bastante discusión por parte de diversos autores. Como ejemplo se puede

mencionar que algunos autores proponen reemplazar la variable fuerza de corte del flujo “shear stress (Pa)” por otro parámetro

denominado “stream power” que ha mostrado reflejar con mayor fidelidad los resultados experimentales.

Asumiendo como válidas las variables del modelo WEPP tal cual sus autores las han propuesto, podemos comentar

algunos aspectos referidos a dos de los parámetros edáficos más significativos del modelo: erodabilidad en surcos Kr y

resistencia al corte τcr. Ambos son estadísticamente independientes pero pueden mostrar una tendencia a guardar alguna

relación entre sí. Un trabajo de recopilación bibliográfica exhaustiva bastante reciente (Knapen et al., 2007) muestra el

análisis crítico de los resultados de numerosos ensayos en el mundo para determinar empíricamente dichos parámetros

incluyendo los del propio USDA. El resultado muestra que en muchos casos, los suelos franco limosos son los más erosio-

nables Figura 18 pues presentan los valores más altos de Kr y valores bajos de τ

cr. Esto significa que se cortan con flujos

de relativamente baja energía y se erosionan con una tasa muy alta respecto de ese exceso de energía. En el otro extremo

aparecen los suelos arcillosos con alto umbral de corte y baja tasa de erosión.

Figura 18. Relaciones entre erodabilidad en surcos y umbral de resistencia al corte para suelos con distinta textura (adaptado de Knapen et al., 2007).

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

20

La susceptibilidad de un determinado suelo a la erosión en surcos suele disminuir cuando el mismo se encuentra

asentado o compactado superficialmente tal el caso de algunas situaciones agrícolas bajo siembra directa, o de tierras

pastoreadas por vacunos. Por el contrario en suelos labrados en forma convencional o removidos en áreas urbanas en

construcción y/o donde existen caminos de hacienda y huellas de tractor a favor de la pendiente, la erosión en surcos

se vería favorecida Figura 19A Por otro lado, en un mismo suelo, sus horizontes Ap, Bt, C1 y C2 demostraron tener

diferentes niveles de erodabilidad en surco (observar las pendientes de las rectas, Kr) aunque sin evidenciar diferencias en

el umbral crítico al corte (observar la abscisa al origen, τcr) Figura 19B. Se puede advertir que la erodabilidad resultó

relativamente más baja para el Bt arcilloso y más alta para los horizontes C carentes de una estructura definida.

Figura 19A Erodabilidad en surco para diversos suelos sometidos a labranza convencional (LC), labranza reducida (LR) y siembra directa continuas (SD). La línea quebrada representa la media aritmética y la línea llena

central la mediana. Las restantes representan valores de dispersión; B Resultados de ensayos de erosión en surco para diferentes horizontes de un mismo suelo colocados en superficie (adaptado de Knapen et al,, 2007).

La erosión en cárcavas constituye un proceso degradativo de gran impacto en el terreno que resulta del socavamien-

to profundo del suelo, al punto tal que una operación ordinaria de labranza no lo podría eliminar debiendo realizarse

prácticas especificas y generalmente complejas para su control. Generalmente se asocia a posiciones del relieve en las

cuales se concentra un flujo de agua de gran caudal.

La erosión posee un forma de crecimiento característico, el cual es retrocedente Figura 20. El agua de escurrimien-

to cayendo desde el coronamiento de la cárcava socava la base de la misma y facilita el posterior desprendimiento del

pedestal de suelo suprayacente. El proceso se reinicia aguas arriba con más intensidad debido a la altura creciente de la

caída de agua. Esto se debe a que la pendiente del fondo de la cárcava (denominada pendiente de compensación) suele

ser inferior a la de la vaguada que la alimenta Figura 20.

Figura 20. Esquema de la erosión retrocedente en una cárcava activa (adaptado de Hudson, 1982)

A B

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

21

En la Figura 20 se observa un detalle del fenómeno de derrumbe de la cabecera de cárcava en San Pedro (Bs As)

Figura 21A y B y una toma aérea de una cárcava retrocedente en la provincia de Córdoba Figura 21C.

Figura 21A y B Derrumbe una cabecera de cárcava activa en suelos sódicos San Pedro (Bs. As.) y C red de drenaje en proceso de erosión retrocedente activa en Córdoba.

Recientemente Valentin et al. (2005) resumieron algunos aspectos que marcan las singularidades del proceso de

erosión en cárcavas y su complejidad: los autores señalan que a) este tipo de degradación no está limitado solamente a

las denominadas “badlands”, o a las regiones montañosos y escarpadas sino que por el contrario, es un proceso global

muy serio que se produce en una gran variedad de suelos susceptibles a sellamientos y encostramientos superficiales y

a procesos de “piping” o formación de cavidades o huecos subsuperfciales, b) a menudo este tipo de erosión se asocia a

flujos tanto superficiales como subsuperficiales, c) frecuentemente las cárcavas son responsables de la mayor fuente de

sedimentos que se generan a nivel de una cuenca determinada, d) a menudo las cárcavas se ven favorecidas por una com-

binación de lluvias excesivas y manejos no conservacionistas de las tierras, e) una vez establecidas, las cárcavas son capaces

de continuar generando sedimentos aún cuando las causas disparadoras de su formación hubiesen cesado, e) a pesar que

algunas medidas de control han sido probadas con éxito, es poco frecuente que los productores agropecuarios las adopten

en el largo plazo y a escalas regionales, f ) las prioridades de investigación deberían incluir por un lado la generación de

modelos que predigan los fenómenos de erosión subsuperficial, y por otro lado, investigar las causas por las cuales no hay

suficiente adopción de prácticas de control por parte de los productores, g) por todo lo anterior, se aconseja establecer un

red de ensayos a escala global de investigación y monitoreo de este proceso en sitios específicos y a largo plazo (Valentin

et al. 2005).

En particular, tanto el avance como la profundización de las cárcavas son resultado de la interacción de

factores climáticos, edáficos, geológicos e hidrológicos. Por ejemplo, los suelos franco-arenosos de Córdoba son

altamente susceptibles a este proceso Figura 22B. Por otro lado, las cárcavas se manifiestan aún en suelos con

alta cohesión como los vertisoles Figura 22C (Cisneros et al. 2012). La dinámica de las cárcavas además de-

pende de otros factores tales como la existencia de materiales cohesivos, la presencia de capas de agua colgante

y/o napa freática, procesos de concentración de agua subsuperficial como el piping etc. Por ejemplo, las cárcavas

de la Pampa Ondulada, tiene restringida su profundización –no así su ensanchamiento- debido a la presencia de

horizontes Bt, algunos de ellos fuertemente texturales Figura 22D mientras, como se observa en las Figura 22A y B, suelos sin este horizonte generan cárcavas de gran profundidad. Por su parte, la presencia de tosca o piedra

subsuperficial limitan dicha profundización Figura 22E, La presencia de agua subsuperficial puede producir un

debilitamiento y disminución de la cohesión subsuperficial induciendo a colapsos, los cuales pueden intensificar

la magnitud de este proceso Figura 22F.

A B C

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

22

Figura 22A cárcava en Azul (Buenos Aires) sobre un Argiudol típico franco limoso, con pérdidas de horizontes de alta calidad agronómica; B cárcava en suelos frágiles del sur de Córdoba, Argentina; C cárcava en el pie de

loma de un Hapluderte típico (Entre Ríos); D cárcava limitada por presencia de horizonte Bt en un Argiudol vértico (Buenos Aires); E cárcava limitada por tosca en Azul (Buenos Aires) y F cárcava con afloramiento de la freática en

San Luis (esta última foto es gentileza de O.A. Barbosa, F.A. Solari y C.Larruse).

Un fenómeno a macroescala asociado a la generación de cárcavas es el surgimiento de “ríos nuevos” Figura 23A y B. Este fenómeno ha ocurrido con más frecuencia en los últimos años principalmente en San Luis y en Córdoba.

Uno de los casos emblemáticos es el de la cuenca del Morro en la provincia de San Luis (Galván y Collado, 2010, CT-

CEM, 2015; Collado et al. 2016). Brevemente, este fenómeno se produjo por diversos factores entre ellos: el aumento

del régimen de lluvias, la presencia de áreas con pendientes variadas y suelos extremadamente frágiles y el reemplazo de

la vegetación perenne por cultivos anuales. El desbalance entre mayores lluvias y menor evapotranspiración, provocó

importantes recargas hídricas en el sistema, al tiempo que los ascensos freáticos resultantes, favorecieron la ocurren-

cia de graves fenómenos de erosión superficial y subsuperficial (CTCEM, 2015). Más allá de los perjuicios que se

producen a nivel local en los campos de los propios productores, estos “nuevos ríos” incluye un abanico más diverso

de consecuencias. En este sentido se pueden citar cambios hidrológicos superficiales y subsuperficiales, afectación de

obras viales tales como caminos y puentes, tanto por intensos socavamientos como por macrosedimentaciones Figu-ra 23C y D entre otras.

A B

C D

E F

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

23

En otros casos se pueden producir fenómenos conjuntos de deslizamiento y carcavamiento de gran magnitud como

el que detalla a continuación, perteneciente a una explotación agropecuaria de Pinheiral, Río de Janeiro, Brasil, tal como

se mostró en la gira técnica de campo correspondiente al 3rd International Conference on Land Degradation and Mee-

ting of the IUSS Subcommission C- Soil and Water Conservation. Rio de Janeiro, Brasil, 17-21 de setiembre de 2001.

En las Figuras 24A y B se observa la ocurrencia de cárcavas de muy gran tamaño asociadas al reemplazo no racional

de bosque tropical (Mata Atlántica) por pasturas del género Penicetum y otros, aprovechadas por vacunos de gran peso y

tamaño. La presencia de animales de origen Cebú pastando en estos frágiles suelos Ultisoles, muy inclinados y húmedos,

habría sido el disparador del proceso. La Figura 24C muestra una cárcava de ese

lugar, durante el proceso de recuperación.

Pueden verse pequeños diques hechos con

cañas y cubiertas de automóvil en desuso,

ubicados en los lechos, así como geotexti-

les para controlar desmoronamientos de las

paredes verticales. La fotografía siguiente

muestra esa misma cárcava parcialmente es-

tabilizada, con presencia de vegetación en el

lecho de la misma. La Figura 24E muestra

el aspecto de las laderas de gran pendiente

donde se aprecia el reemplazo del bosque

por las pasturas, se observan los caminos de

hacienda que inducen los pequeños desli-

zamientos responsables de disparar el pos-

terior macroproceso de deterioro. En dicha

figura y en la siguiente se observan grandes

termiteros, y que indican síntomas de in-

tensa degradación del sistema. En el fondo

de la última figura se observa la excepcional

presencia de un bosquecillo de Eucaliptus.

Figura 23A y B Generación de “ríos nuevos” en San Luis: (Gentileza de A D Collado y de O.A. Barbosa, F.A. Solari y C.Larruse respectivamente, C destrucción de un puente ferroviario en Córdoba (gentileza de JM Cisneros), D sedimentación y consiguiente afectación de una ruta en San Luis (gentileza de AD Collado).

Figura 24: Cárcavas y fenómenos de deslizamientos en suelos del Estado de Río de Janeiro (Brasil)

A B

C D

A B

C D

E F

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

24

Puede percibirse cierta similitud en los procesos sufridos en ambientes frágiles tan diferentes como la cuenca del

Morro en San Luis y Pinheral en Rio de Janeiro, donde el reemplazo del bosque natural y la consiguiente alteración de

numerosos factores, entre ellos el balance hidrológico, juegan un papel importante como condicionante de los procesos

de degradación sufridos por ambos sitios.

En terrenos muy inclinados y bajo condiciones especiales también se pueden producir deslizamientos, como los que

se observan en la Figura 25, correspondientes a terraplenes de caminos en Río de Janeiro.

uErosión y sedimentación en función de la escala de análisis. Su incidencia en la calidad y cantidad de los sedimentos movilizados.

Tal como se mencionó anteriormente, el desprendimiento y

transporte por los distintos procesos erosivos en su conjunto (la-

minar, surco y cárcava), se complementa con la sedimentación

selectiva del material previamente movilizado. Ello implica el de-

pósito y retransporte selectivo y sucesivo de dicho material según

su peso, tamaño y forma. Esto depende a su vez del tipo, veloci-

dad y dinámica de flujo hídrico (laminar o turbulento) y de la

concentración de partículas transportadas (Wischmeier y Smith,

1978; Nearing et al., 1990). En posiciones de loma y media loma,

el rendimiento o producción de sedimentos está dominado por

la erosión laminar y en surcos, en esta escala de lote o ladera la

producción de sedimentos es proporcional al área afectada Figu-ra 26A. A partir de la concentración y aumento de volumen del

flujo de agua (áreas mayores) existe un importante aporte de se-

dimentos, más que proporcional, originados por cárcavas Figura 26A. Luego los incrementos de producción de sedimentos son

menores y corresponden a aportes provenientes de erosiones ribe-

reñas y remociones en masa Figura 26B. En este punto, como

lo indica la Figura 26B, los destinos o sumideros comienzan

a tener más preponderancia, y la producción de sedimentos por

unidad de área comienza a decrecer.

Figura 25. Deslizamientos producidos en obras viales de Angra do Reis, Rio de Janeiro, Brasil.

Figura 26. Rendimiento de sedimentos relativo según A áreas dominadas por erosión laminar,

surco y cárcavas; B fuente y destino de sedimentos (adaptado deVente, 2005).

A

B

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

25

El hombre puede actuar sobre las fuentes y los destinos/sumideros a través de la reducción o incremento de la ve-

locidad de las corrientes de agua, variando por ejemplo la forma y el fondo del cauce de un canal o las características de

la cobertura vegetal de un lote por donde escurre agua en forma de manto, o anteponiendo obstáculos al paso del agua

tales como un dique o un terraplén. De esta manera se logra regular las salidas de partículas que fueran generadas dentro

de una cuenca por procesos erosivos.

El curso natural de los escurrimientos puede ser alterado a través de diferentes acciones tales como la eliminación

de depresiones naturales y el reemplazo de vías de escurrimiento y planos de inundación con canales impermeables

(Riccardi, 1998). Dichas acciones disminuyen la capacidad natural de intercepción del sistema hidrológico. Esto facilita

el desplazamiento superficial de agua y contaminantes, permitiendo el transporte y removilización de metales pesados

y de otros elementos poluentes tales como agroquímicos y patógenos adsorbidos a los sedimentos del fondo del cauce

(Stephenson y Rychert, 1982; Berndtsson, 1990; Pereira et al., 1996).

A partir de las Figura 26A y B, puede generalizarse en un índice entre el tamaño de cuenca y la relación de entre-

ga de sedimentos o sediment delivery ratio (sdr) Figura 27. Este índice consiste en el cociente entre la cantidad de

material efectivamente exportado por una cuenca aguas debajo de un punto de su cauce, y el que se estima que fue des-

prendido originariamente de sus laderas (Walling, 1994; Ongley, 1997). El mismo toma valores cercanos a uno (100%)

para cuencas pequeñas y tiende a cero para cuencas de gran tamaño (Novotny y Chesters, 1989).

En la Figura 28 se muestra un ejemplo

de estudios históricos en una cuenca de EEUU

(Walling 1994). A la izquierda se observa la dis-

tribución relativa de posibles fuentes de genera-

ción de sedimentos tales como erosión laminar

y en surcos, erosión en cárcavas, erosión en los

canales. Del lado derecho se indica a la vez, la

importancia relativa de los sumideros de dichos

sedimentos tales como depósitos coluviales,

valles en posiciones altas, de tributarios y valle

principal. Por último, hacia abajo aparece el ren-

dimiento o producción de sedimentos a partir de

un determinado punto de la cuenca o “salida”.

La suma del rendimiento más lo atrapado en los

sumideros debería igualar al aporte de las fuentes.

Figura 27. Relación entre el índice SDR y el tamaño de las cuencas (similar a la que citan Wischmeier y Smith, 1978)

Figura 28. Ejemplo de la distribución según fuentes y destinos, de los sedimentos generados en una cuenca de EEUU durante

dos periodos de tiempo determinados (adaptado de Walling, 1994).

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

26

De lo señalado en la Figura 26, 27, 28 se desprende que aquellas cuencas de gran tamaño y escasa pendiente que

posean superficies y cauces rugosos y/o vegetados, tienen menor posibilidad de exportar las partículas desprendidas por

erosión, que aquellas cuencas con características opuestas. La paradoja implícita en este índice radica en que las cuencas

de menor tamaño, a pesar de generar menores escurrimientos, son las que tendrían más poder contaminante (al menos

en proporción a su tamaño), pues su SDR tiende a 1 (cercano al 100% de efectividad). Otra consecuencia de lo dicho es

que las tierras bajas que ocupan planos aluviales y/o aquellas microcuencas primarias que desembocan directamente en

los ríos, arroyos permanentes, lagos y lagunas, tendrán mayor probabilidad de exportar sus sedimentos y contaminantes,

que otras tierras ubicadas en posiciones más altas de la cuenca (Richardson y Gatti, 1999).

También se deduce que los sedimentos “finos” (principalmente del tamaños de limos y arcillas) y/o “livianos” (enri-

quecidos en materia orgánica) movilizados por erosión hídrica, no serán tan afectadas por el tamaño y las características

de la cuenca como los sedimentos “gruesos” (del tamaño de arenas o mayores), teniendo los primeros mayor probabilidad

de alcanzar los grandes cursos de agua que los últimos.

Existe otro índice importante para caracterizar el potencial contaminante de las partículas transportadas por erosión

hídrica que se denomina: relación de enriquecimiento (enrichment ratio, er) (Sharpley, 1985,1995). El mismo re-

laciona una determinada propiedad importante del sedimento (por ejemplo su capacidad de intercambio catiónico) con

igual propiedad del suelo que le dio origen. Si su valor es mayor que 1, esto indica que el sedimento se ha enriquecido

en la propiedad estudiada. A la vez puede existir un empobrecimiento en otras propiedades analizadas, que se advierte al

obtener valores de índice inferiores a 1.

En la Figura 29 se muestra un ejemplo de suelos de textura franca que dieron lugar a sedimentos empobrecidos

en arena y enriquecidos en arcilla. El área sombreada corresponde a la textura del suelo original, mientras que los puntos

sobre la derecha indican la textura del sedimento resultante.

Figura 29. Relación entre la textura de los sedimentos y la textura del suelo original en una cuenca de EEUU (extraido de Walling, 1994).

Aquellas cuencas que poseen pendientes de longitud moderada y escaso gradiente, sufren principalmente procesos

de erosión de tipo laminar. Este es un rasgo común en la Pampa Ondulada. Dicho proceso se caracteriza por generar

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

27

sedimentos “finos” enriquecidos en materia orgánica y arcillas de elevada capacidad de intercambio catiónico, existiendo

una considerable selección negativa del transporte de partículas gruesas. Esto se debe a que la energía de la lluvia es un

potente agente de desprendimiento mientras que el escurrimiento que se genera en esas circunstancias posee baja energía

de transporte (Nearing et al., 1990; Chagas, 1995).

Los sedimentos generados por erosión laminar en Pampa Ondulada tendrían un elevado poder de adsorber y

transportar pendiente abajo, diversos contaminantes químicos y/o biológicos tales como pesticidas y bacterias y virus,

que están asociados a la actividad humana. Por ejemplo, se cita el caso de los sedimentos desprendidos y transportados a

través de las laderas de una microcuenca de pampa ondulada, y posteriormente depositados en la vaguada de dicha mi-

crocuenca. Estos sedimentos presentaron un importante grado de enriquecimiento en partículas intermedias del tamaño

de los limos respecto del suelo original. Por el contrario los mismos mostraron empobrecimiento en partículas gruesas y

pesadas del tamaño de las arenas (Santanatoglia et al., 1996). Esto pone en evidencia que existió una exportación neta de

partículas finas por parte de dicha microcuenca hacia los cursos de agua de mayor orden.

Los sedimentos producidos en cuencas que sufren erosión en surcos y/o cárcavas, poseen escaso grado de enrique-

cimiento ya que los mismos se asemejan al suelo que les dió origen. Ello se debe por un lado a que los sedimentos, al no

provenir de la superficie, poseen per se, escaso contenido de materia orgánica. Por otra parte se ha comprobado que a

mayores tasas de erosión, menor es el enriquecimiento resultante.

Ambos índices mencionados, sdr y er, muestran que la cantidad y calidad de los sedimentos generados por una cuenca,

y por ende su poder contaminante, dependen entre otros, de la magnitud y tipo de proceso erosivo y de la morfología, génesis e

historia de uso de la cuenca de origen. Por lo tanto no resulta sencillo predecir las propiedades de dichos sedimentos y su poder

contaminante, sin tener un conocimiento adecuado del funcionamiento hidrológico de la cuenca bajo estudio.

Para realizar estudios de calidad de agua en arroyos de la Pradera Pampeana, en especial de Pampa Ondulada, es

importante la elección adecuada de las escalas de percepción. El agua de los arroyos integra efectos de microcuencas y

mesocuencas de diferente jerarquía, que están anidadas entre sí, constituyendo un sistema complejo, entrelazado por las

vías de escurrimiento comunes. En dicho contexto es importante caracterizar el papel de: a) las microcuencas primarias

que desembocan directamente en los arroyos y b) de aquellas tierras bajas salino sódicas, ubicadas en los planos aluviales

de los arroyos. Estas últimas, están caracterizadas por complejos de suelos hidromórficos sódicos y no sódicos, con pro-

piedades totalmente disímiles a las tierras bien drenadas (Alconada y Lavado, 1993; Costa y Godz, 1999). Dichas tierras

bajas se encuentran dedicadas principalmente a la ganadería bovina extensiva.

Ambos subsistemas a) y b) por su cercanía a los cursos de agua, serían principales responsables del aporte a los arroyos y

ríos de toda clase de substancias y materiales, incluyendo partículas relativamente gruesas (del tamaño de arenas o mayores).

En cambio, las vertientes de las cuencas, por su lejanía a los cursos de agua, constituirían la fuente principal de par-

tículas relativamente finas y livianas (arcillas, limos finos, materia orgánica, microagregados muy pequeños) y sustancias

solubles que son aportadas a los ríos. Dentro de las vertientes cabe destacar a aquellas microcuencas bajo sistemas de

siembra directa. Ellas reciben el aporte de agroquímicos (fertilizantes y pesticidas), sin sufrir remoción por los imple-

mentos de labranza, por lo que constituirían una fuente importante de sustancias solubles contaminantes de los cursos

hídricos a través del escurrimiento superficial (Chagas et al., 1999).

uConclusiones e implicancias para el manejo y conservación de las cuencas agropecuarias

De acuerdo con el análisis bibliográfico reseñado, los sedimentos provocados por erosión hídrica constituyen la

principal fuente de contaminación de origen agropecuario de las vías de agua superficiales, siendo el escurrimiento su

EscurrimiEnto, Erosión dEl suElo y contaminación dE los rEcursos hídricos supErficialEs

28

vehículo de transporte. Dependiendo de la carga de contaminación química y biológica que posean, dichos sedimentos

pueden disminuir considerablemente la calidad de las aguas destinadas a diferentes usos. El proceso de escurrimiento

superficial que permite el transporte de esos sedimentos hacia los cursos de agua, resultaría a su vez un medio de movili-

dad de diversas sustancias disueltas, con potencialidad para contaminar dichas aguas. Por lo tanto, es muy importante el

manejo que se haga tanto de las tierras altas y bien drenadas que poseen elevada productividad como de aquellas tierras

bajas, riparias y humedales asociados a planos aluviales de ríos y arroyos, de alta fragilidad y potencial capacidad de con-

taminación/descontaminación.

Todo lo anteriormente expuesto pone de relieve la necesidad de planificar el uso racional e integral de las tierras que

componen una determinada cuenca agropecuaria a distintas escalas de percepción, desde microcuencas hasta grandes

áreas anidadas colectoras de escurrimientos, teniendo en cuenta la fragilidad y vulnerabilidad propia de cada una de las

diferentes áreas a los procesos degradatorios, especialmente erosión hídrica. Esto es así dada la estrecha interrelación y

feedback que evidencian los subprocesos de desprendimiento, transporte y depositación de sedimentos y diversos conta-

minantes asociados a los mismos, entre las diferentes escalas de precepción.

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