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S.P.-244.2009 1 CERTIFICACION La Infrascrita Secretaria General de la Corte Suprema de Justicia, CERTIFICA la sentencia que literalmente dice: “EN NOMBRE DEL ESTADO DE HONDURAS Tegucigalpa, Municipio del Distrito Central, a los veinte días del mes de Junio del año dos mil doce, La Corte Suprema de Justicia, por medio de la Sala Penal, integrada por los Magistrados RAÚL ANTONIO HENRÍQUEZ INTERIANO, JACOBO ANTONIO CALIX H., y CARLOS DAVID CALIX VALLECILLO, dictan la presente sentencia resolviendo el Recurso de Casación por Quebrantamiento de Forma interpuesto contra la sentencia de fecha treinta de marzo de dos mil nueve, dictada por el Tribunal de Sentencia de Siguatepeque, Departamento de Comayagua, mediante la cual absolvió a P. H. A., P. C. F. y C. S., del delito de ASESINATO, en perjuicio de J. H. S..- Interpuso el Recurso de Casación por Quebrantamiento de Forma, el Abogado H. A. P., actuando en su condición de Fiscal del Ministerio Público.- SON PARTES: Abogado M. M. en su condición de Fiscal de Ministerio Público como parte recurrente y la Abogada A. J. F., en su condición de apoderada Defensora de los señores C. S., P. C. F. y P. H. A.. CONSIDERANDO I.- El Recurso de Casación por Quebrantamiento de Forma reúne los requisitos exigidos por la ley, por lo que procede su admisibilidad, siendo procedente pronunciarse sobre la procedencia o improcedencia del mismo. HECHOS DECLARADOS PROBADOS II.- El Tribunal de Sentencia juzgador, en el fallo objeto de impugnación, declaro como probados los hechos siguientes: PRIMERO: PRIMERO.- En fecha nueve de julio del año de mil novecientos noventa y dos, a la aldea de Santo Domingo, jurisdicción del Municipio de Colomoncagua, Departamento de Intibucá, con procedencia de la República de El Salvador, a casa de sus padres J. V. H. y M. D. S., de visita, llegó su hijo J. H. S., con el propósito de arreglar sus documentos personales. Al siguiente día diez del mismo mes y año a eso de las nueve de la noche, sin orden judicial alguna, J. H. S. fue detenido en casa de sus mencionados padres, por militares del Décimo Batallón, de

CERTIFICA la sentencia que literalmente dice: “EENN ... · En el presente caso son tres los medios de prueba que proporcionan información obtenida por contacto directo con los

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S.P.-244.2009

1

CCEERRTTIIFFIICCAACCIIOONN

La Infrascrita Secretaria General de la Corte Suprema de

Justicia, CERTIFICA la sentencia que literalmente dice: “EENN

NNOOMMBBRREE DDEELL EESSTTAADDOO DDEE HHOONNDDUURRAASS Tegucigalpa, Municipio del

Distrito Central, a los veinte días del mes de Junio del año

dos mil doce, La Corte Suprema de Justicia, por medio de la

Sala Penal, integrada por los Magistrados RAÚL ANTONIO

HENRÍQUEZ INTERIANO, JACOBO ANTONIO CALIX H., y CARLOS DAVID

CALIX VALLECILLO, dictan la presente sentencia resolviendo el

Recurso de Casación por Quebrantamiento de Forma interpuesto

contra la sentencia de fecha treinta de marzo de dos mil

nueve, dictada por el Tribunal de Sentencia de Siguatepeque,

Departamento de Comayagua, mediante la cual absolvió a P. H.

A., P. C. F. y C. S., del delito de ASESINATO, en perjuicio

de J. H. S..- Interpuso el Recurso de Casación por

Quebrantamiento de Forma, el Abogado H. A. P., actuando en su

condición de Fiscal del Ministerio Público.- SON PARTES:

Abogado M. M. en su condición de Fiscal de Ministerio Público

como parte recurrente y la Abogada A. J. F., en su condición

de apoderada Defensora de los señores C. S., P. C. F. y P. H.

A.. CCOONNSSIIDDEERRAANNDDOO I.- El Recurso de Casación por

Quebrantamiento de Forma reúne los requisitos exigidos por la

ley, por lo que procede su admisibilidad, siendo procedente

pronunciarse sobre la procedencia o improcedencia del mismo.

HHEECCHHOOSS DDEECCLLAARRAADDOOSS PPRROOBBAADDOOSS II.- El Tribunal de Sentencia

juzgador, en el fallo objeto de impugnación, declaro como

probados los hechos siguientes: “PRIMERO: PRIMERO.- En fecha

nueve de julio del año de mil novecientos noventa y dos, a la

aldea de Santo Domingo, jurisdicción del Municipio de

Colomoncagua, Departamento de Intibucá, con procedencia de la

República de El Salvador, a casa de sus padres J. V. H. y M.

D. S., de visita, llegó su hijo J. H. S., con el propósito de

arreglar sus documentos personales. Al siguiente día diez del

mismo mes y año a eso de las nueve de la noche, sin orden

judicial alguna, J. H. S. fue detenido en casa de sus

mencionados padres, por militares del Décimo Batallón, de

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Marcala, La Paz, destacados en aquel lugar de Colomoncagua,

según estos por denuncias de robo de dinero, portación de un

arma de fuego AK-47, y vincularlo con la guerrilla del Frente

Farabundo Martí de El Salvador; siendo liberado en horas de

la mañana del siguiente día once, por falta de evidencias en

su contra, siendo entregado a su padre de crianza J. V. H., a

quien previnieron que no comentara lo sucedido porque si lo

hacía regresarían a su casa. SEGUNDO: En horas de la noche de

ese mismo día once de julio de mil novecientos noventa y dos,

un grupo de personas no identificadas, armadas, enmascarados,

con botas y con uniformes de militar, entraron por la fuerza

a la casa de los señores J. V. H. y M. D. S., amenazaron a la

familia, los encañonaron y los obligaron a tirarse al piso, y

de seguido sin explicación alguna, se llevaron amarrado con

rumbo desconocido a J. H. S.. TERCERO: El veintiuno de julio

de mil novecientos noventa y dos, en el sitio conocido como

Cotala, precisamente en la posa del ... del Río Negro,

jurisdicción del municipio de Colomoncagua, indicado, fue

encontrado en estado de descomposición el cuerpo sin vida de

una persona no identificada que de seguido fue sepultado en

la rivera del mismo río”. III.- El recurrente, Abogado H. A.

P., desarrolló su recurso de casación de la siguiente manera:

“EXPOSICIÓN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÓN.- MOTIVO ÚNICO: No

haber observado el sentenciador, en la valoración de la

prueba, las reglas de la sana crítica. PRECEPTO AUTORIZANTE:

El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el

Artículo 362 numeral 3, del Código Procesal Penal.

EXPLICACIÓN DEL MOTIVO: Será de utilidad para la mayor

comprensión del presente recurso establecer lo que se debe

entender en cuanto a la valoración de la prueba en un proceso

penal. Según el Artículo 202 del Código Procesal Penal el

sentenciador formará su convicción valorando en forma

conjunta y armónica toda la prueba producida y con arreglo a

la sana crítica, obligatoriedad que también se revalida en el

numeral 2 de la regla Cuarta del Artículo 338 del mismo

cuerpo legal. Este sistema de valoración, que implementa la

reforma procesal penal, le permite al sentenciador cierta

libertad en su estimación de pruebas que determinen su

convencimiento, pero siempre respetando las normas de la

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lógica, la psicología y la experiencia común que informan la

Sana Critica. Resulta, que la sentencia que hoy se cuestiona

por esta vía impugnativa, contiene un vicio grave que atenta

con las reglas de la sana crítica a observarse en la

valoración de la prueba, y que se convierte, en consecuencia,

en la violación de los Artículos mencionados. En el presente

proceso con la finalidad de acreditar los hechos se

desarrollaron, como prueba de cargo las siguientes: las

declaraciones de: S. D., Clérigo denunciante, G. S., hermana

del occiso, M. D. S., madre del ofendido, J. V. H., padrastro

del occiso, G. S., tío del occiso y cantonal de la comunidad,

quien práctica el procedimiento de reconocimiento del

cadáver, M. S., vecino de la madre del occiso y quien también

participa en el procedimiento de Reconocimiento de Cadáver;

S. V. M., Agente de Investigación, Testigo Protegido TSS-(1)-

110-2008; también se allegaron el Dictamen de la Exhumación

practicada a la víctima; el Reconocimiento del Cadáver,

Dictamen del Análisis de ADN, Peritaje empírico en el

Reconocimiento del Cadáver, Inspecciones Judicial y Policial

al lugar de los hechos, la Denuncia al COFADEH y

Certificación de la Sentencia emitida por la Corte

Interamericana de Derechos Humanos respecto al presente

asunto. En el presente caso son tres los medios de prueba que

proporcionan información obtenida por contacto directo con

los hechos enjuiciados, una de ellas la constituye la

declaración de la señora M. D. S., quien era madre del occiso

y realiza su narración partiendo desde un día antes al hecho

enjuiciado, ella sostiene que un día antes de la muerte de su

hijo, elementos militares, quienes se identificaron, llegaron

en horas de la noche a su casa de habitación, donde se

encontraba su hijo, quien andaba de visitas en procura de

arreglar los documentos de identificación, ya que vivía en El

Salvador, y procedieron a aprehenderlo limitándose a señalar

que era por una denuncia, sin precisar su contenido,

llevándoselo del lugar hacia el punto militar de

Colomoncagua, refiere que su esposo se fue con los elementos

militares, agrega que al día siguiente lo dejaron en libertad

y el occiso llegó de nuevo a su casa. La noche de ese día en

que fue liberado su hijo, 11 de julio de 1992, en horas de la

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noche llegaron un grupo de personas enmascarados, quienes

golpeaban la puerta y ante la renuencia a abrir empezaron a

quitar las tejas para ingresar, por lo que su hijo, J. H. S.,

indicó que abrieran la puerta, señala que ella la abrió, ante

lo cual los agresores entraron, mismos que fueron violentos

en el trato con todos, relata que a su hijo lo amarraron y se

lo llevaron, advierte que no permitió que su esposo en esta

ocasión los acompañara, siendo entre las nueve y diez de la

noche, señala que acusaban a su hijo de ladrón, alude que

entre las personas del grupo reconoció, por la voz, a los

imputados C. S. (quien les insultaba) y P. H.. Advierte que

después de este suceso la actitud de los señores C. S. y P.

H. fue de odio hacía los parientes del occiso; apunta que la

ropa que vestía su hijo esa noche era un pantalón como plomo

y una camisa negra a rayas, ella recuerda que en aquellos

días había andado un ladrón por la comunidad y los agresores

creían que era su hijo, precisa que entre las víctimas de

aquel ladrón se contaban a los señores C. S. y R. C.. Esta

declaración fue descartada por el Sentenciador para la

conformación de la certeza de la versión de cargo,

básicamente por tres aspectos, primero, por que se establece

por el Juzgador que no es inverosímil creer que a la testigo

se le haya hecho posible la identificación de las voces de C.

S. y P. H. A., puesto que la deponente inicialmente indicó

que le pareció haber escuchado esas voces, duda inicial que

no permite certeza a los Juzgadores. Con este razonamiento el

Tribunal de Sentencia ha incurrido en una vulneración a las

Reglas de la Sana Critica, específicamente a las Máximas de

la Experiencia y además a la Ley de la Derivación, pasamos a

explicarlo. Las máximas de la experiencia nos informan que es

posible reconocer a una persona por la voz, a todos, aun los

niños, pueden identificar a una persona por la voz de esta,

cualquier aseveración contraria es, indiscutiblemente, una

trasgresión a la experiencia humana, por lo que el

Sentenciador, al sostener la imposibilidad de un

reconocimiento por la voz ha configurado una vulneración a

las máximas de la experiencia. Como repercusión de lo

anterior se entiende la inobservancia a la Ley de la

Derivación, ya que el Tribunal de Sentencia, tomando como

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excusa la imposibilidad de reconocimiento de la voz, no logró

extraer de la prueba la información que ésta le brindaba,

conformando la vulneración que denunciamos. En cuanto a la

crítica que se le realiza a la credibilidad del dicho

(respecto al reconocimiento de las voces), debemos de indicar

que efectivamente la deponente no le informó a su esposo y

también testigo, J. V. H., haber reconocido las voces de los

imputados, pero tal extremo no justifica el privar de

credibilidad a los dichos de la deponente. Al momento de los

hechos la testigo pudo haberse reservado la información, bien

por la emoción del momento o simplemente por creer que todos

los presentes habían logrado el mismo reconocimiento de

voces, véase que la situación no parecía tan critica como

resultó ser, no habían elementos suficientes para que ella

creyese que su hijo perdería la vida, es una vez que se ha

dado el resultado que, es lógico, ella se dedica a

intercambiar información y es por esa razón que hasta después

de sucedido el hecho que ella manifiesta lo que percibió en

aquella ocasión. Por otro lado, debemos de recordar, que uno

de los imputados ha formado parte de cuerpos militares, así

que es comprensible que se determinase, por parte de la

testigo, que se trata de un procedimiento similar al que

recién habían vivido, que su hijo sería llevado a un punto

militar donde después de algún procedimiento se le dejaría en

libertad y éste regresaría a la casa, razonamiento

suficientemente consistente para motivar la petición a su

marido de que no acompañase al grupo. Recordemos que el día

que en ese momento terminaba, había sido invertido por el

marido de la testigo y padrastro del ofendido, en atención a

la detención de la que había sido objeto éste previamente, lo

que indiscutiblemente generaba la desatención de todas su

labores, es así como el evento de la segunda aprehensión, que

repetimos no parecía tan grave, debería de ser atendido al

día siguiente, mientras el padrastro realizaba venta de sus

productos. Respecto a la aseveración que la testigo hiciese,

de que las voces le fueron parecidas a la de los imputados,

no es una situación que pueda determinar su incredibilidad, y

es que la forma de hablar de las personas puede darle

connotaciones de certeza a palabras que, gramaticalmente, no

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generan esa certeza, por eso es importante la aseveración que

la testigo realiza posteriormente, donde ya con mayor firmeza

asevera que las voces que escuchó eran la de los imputados,

es decir, cualquier mal entendido lo aclaró después, y ese

después es dentro del mismo acto de declaración; eso no puede

desvirtuar la credibilidad del testigo, hacerlo así es

atentar contra las Máximas de la Experiencia que informa que

existe la posibilidad de comisión de un malentendido al

momento de la comunicación pero que desplegados los

mecanismos de rectificación ese mal entendido es aclarado,

entender el mal entendido como descrédito es privar a la

deponente de un derecho que todos tenemos: poder corregir, y

dado que la corrección es en el mismo acto, su dicho nunca

pierde el revestimiento de credibilidad. Algo a resaltar es

el, señalamiento que la declarante hace respecto a que la

actitud en el trato vecinal que los imputados tenían con

ellos, después de evento enjuiciado, se volvió áspero,

situación que bien se podría justificar como una reacción

ante los señalamientos de responsabilidad que se les hacía o

bien como un mecanismo de defensa provocada por el

sentimiento de culpabilidad, nos inclinamos por esta última

en tanto que no existe acción alguna con la intención de

aclarar la situación o reclamo por las aseveraciones, que

sería la reacción del inocente, extremo que al no ser

apreciado debidamente por el Sentenciador genera un doble

vulneración a las Reglas de la Sana Critica, en primer

término el de derivación, dado que, el Tribunal no logra usar

la información brindada por la declaración para formular su

conclusión y en segundo lugar, las Principios Básicos de la

Psicología, en tanto que la jurisdicción no logra comprender

que la actitud de los procesados dejan en evidencia su

culpabilidad yeso se constituye en un indicio más que

determina la responsabilidad de éstos. Recordemos que el

señor C. S. es una persona con formación militar, que como

tal, está instruido en la confrontación de los problemas, de

tal suerte que en el caso en estudio, la acción esperada era,

en el caso de ser inocente, el reclamar por las acusaciones o

generar cualquier aclaración, lo que no sucedió, ¿Cuál sería

la actitud de culpabilidad? Otra característica militar es la

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disciplina con la que rigen sus actividades, eso los programa

hasta para mantener el silencio en casos extremos, recordemos

que en la época de mayor tensión en Honduras, en la

denominada Guerra Fría, se actuaba bajo un marco ideológico

(máxima de la experiencia), y dentro de ese marco no era

concebible la eliminación de aquellas personas que no se

exhibieran como enemigas del sistema, por mucho parentesco

que estos tuvieran con alguien que si cayese en esa

categoría, bajo esa limitante los ejecutores sólo podían

actuar con hostilidad en el trato contra aquellas personas

que se vislumbraban como posibles denunciantes, mientras no

los visualizaran como verdaderos obstáculos en la estabilidad

del sistema que se defiende. Los extremos de la declaración

de la señora M. D. S. se ven confirmados por distintos medios

de prueba, una de ellas es la declaración de la hija de la

deponente, la señora G. S., hermana del occiso e hija de la

señora M. D., quien indica que su madre le refirió que había

reconocido las voces de los señores C. S. y P. H. A.,

recordemos que cuando ellas se encuentran es después del

hecho enjuiciado, por lo que al narrarle el asunto la señora

M. D. si entró en detalles y le contó el reconocimiento que

hiciese de las voces, narración que en principio no era

necesario con aquellos que habían estado con ella en la

escena, por lo que si bien la declaración de G. no brinda

información directa del asunto, sus dichos recubren de

credibilidad le manifestado por su madre. Por otro lado,

contamos con la declaración de los señores G. S. y M. S.,

quienes son los que realizan la actividad de reconocimiento

del cadáver y describen, al igual que el Médico que realiza

la exhumación, las ropas que portaba el occiso, las cuales a

pesar de las condiciones en las que se encontró el cadáver en

el reconocimiento y el paso del tiempo en la exhumación,

indudablemente son las mismas, situación que también le

ofrenda credibilidad a la deposición de la señora M. D..

Sobre la identificación del cadáver, como el perteneciente a

la humanidad de J. H. S., es menester señalar que el mismo se

encuentra plenamente identificado, lo declaran así las

personas que reconocen el mismo, los indicios que determinan

que se trata de la misma ropa y aún la prueba directa

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proveniente de la declaración de una persona (el testigo

protegido) que dice que aquel cadáver se trata de J. H. S.;

sobre los documentos procesados a raíz del reconocimiento del

cadáver debemos indicar, que los mismos con frecuencia eran

elaboraciones posteriores a la práctica de la diligencia

judicial, es decir, los documentos que contenían la

información de las referidas diligencias eran fabricados en

la comodidad de la oficina y posteriormente era firmadas, y

la mayoría de veces hasta sin leerlo, lo que posibilitaba la

presencia de un error, una de las cosas que ha motivado ese

cambio en el sistema, de la escritura a la oralidad.

Evidentemente la oralidad permite la corrección de errores

como los contenidos en los documentos referidos, cuántas

veces ha sucedido en los juicios orales de los que ahora

disponemos ese tipo de correcciones y no por ello se descarta

el contenido de la información, lo que realmente vale es lo

declarado ante el Tribunal, máxime cuando el dicho es

confirmado por otros medios de prueba, en el extremo

especifico que discutimos con la declaración del testigo

protegido; por otro lado, no existe el mínimo asomo de alguna

circunstancia que nos haga presumir una intención de los

testigos de faltar a la verdad. Acerca del resultado

infructuoso del examen genético, lo cierto es que el mismo

simplemente señala la imposibilidad de realizarlo, nunca dice

que el cadáver no pertenezca a J. H. S., así que es

imposible, a partir de la información allegada al proceso,

mediante los medios de prueba y con respecto a la

identificación del cadáver, sostener que existe duda respecto

a esa identificación, dicha aseveración violenta la Ley de la

Identidad que informa a la Lógica, por lo que también se

denuncia dicha infracción. Otra prueba que se acompaño al

proceso, es el testimonio del señor J. V. H., quien era

padrastro del occiso, y también se encontraba en la casa

donde aprehendieron en las dos ocasiones al ofendido, su

narración de los hechos ratifica en gran medida lo informado

por la madre de la víctima, las diferencias radican en el

hecho de que este testigo no logra reconocer las voces de los

agresores de aquella noche, pero eso no constituye una

contradicción y en ningún momento puede desvirtuar el

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reconocimiento por voz que lograra efectuar la madre del

ofendido. Un elemento a resaltar en esta deposición, es la

intimidación de la que es objeto por parte de elementos

militares que pretenden conseguir de él, una exculpación en

la participación en los hechos por cualquier elemento

militar. Es sabido que las instituciones de origen militar o

policial del Estado utilizan, en el ejercicio de sus

funciones, varios mecanismos de inteligencia, entre ellos el

empleo de "civiles" que canalicen información que por esa

condición de civiles se le hace más fácil obtener y hasta

llegan al extremo de involucrarlos en operaciones, es lógico

que la selección del civil es determinada por la afinidad que

este tenga con la ideología que se defienda o con la

institución, y en la medida de lo posible las instituciones

harán los esfuerzos necesario para evitar la exposición de

esos civiles, pero si ese esfuerzo compromete a la

institución, hasta pueden ser usados de elementos

sacrificables que satisfagan la exigencia de justicia, y no

estamos diciendo que son inocentes, sino por el contrario, su

vinculación al hecho los hace el instrumento ideal para dar

por cerrada satisfactoriamente toda investigación. En el

presente asunto, se puede expresar, de manera objetiva, que

por lo menos uno de los imputados tenía afinidad con el

cuerpo militar en aquel momento, por lo que el razonamiento

expuesto por el Juzgador, en el sentido de que la persecución

penal de los imputados debe ser orientada a militares,

constituye un razonamiento que vulnera las Reglas de la Sana

Crítica en dos vías, el Principio de Derivación, en tanto que

el Juzgador no logra extraer, de la prueba allegada al juicio

(específicamente las constancias presentadas por la Defensa),

la información de que uno de los imputados (C. S.) había sido

un elemento de las Fuerzas Armadas y que se identificaba tan

plenamente con ellas que todavía usaba sus uniformes, y por

otro lado, que la experiencia nos dice que, por lo menos en

aquel momento histórico, nadie se atrevía a usar uniformes

militares. Además, el mismo testigo nos describe que la

ocasión en la que los militares lo abordaron con la finalidad

de que exculpara a todo cuerpo castrense de lo sucedido a su

hijastro, y llegaron a traerlo en helicóptero, ahí se

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encontraban los imputados, C. S. y P. H., información que no

es extraída por el Juzgador para elaborar su razonamiento,

incurriendo en otra violación al Principio de Derivación y

que a la vez ratifica la vulneración a las Máximas de la

Experiencia antes referida. El Tribunal Sentenciador, en el

ejercicio intelectivo de valoración que hiciese respecto a

esta prueba, concluye que el testimonio brindado por el señor

V. H. estructura una base probatoria que no involucra a los

procesados, lo cierto es que tampoco los exculpa y dado a que

no puede establecerse que exista un contradicción entre este

deponente y la testigo M. D., no se puede tampoco expresar

que le resta credibilidad a ésta, es por esta razón que el

razonamiento judicial estructura una violación al Principio

de Tercero Excluido, en tanto que el testimonio de V. H. no

informa las premisas necesarias para que pueda concluir las

exculpación de los acusados. La otra prueba que desfiló en el

proceso fue la declaración del Testigo Protegido denominado

TSS(1)-110-2008, quien señaló haber tenido participación en

los hechos enjuiciados, refiere que fue solicitado por el

señor Alfredo Ramos para atender un asunto sobre los daños

que estaban provocando unos animales y que al llegar al sitio

de reunión, una finca, encontró a varios cubiertos sus

rostros con tile, refiere que el auxiliar de la comunidad

(véase las estructuras de control social que se involucran en

el asunto), que se encontraba en el lugar, le recriminó al

señor Ramos porque se había hecho acompañar por el deponente,

refiere que le dieron una cuerda y que se fueron a la casa

donde estaba el ahora occiso, J. H. S., refiere que estando

en el lugar las personas dentro de la vivienda no querían

abrir la puerta, pero ante las amenazas la abrieron, dice que

abrió J. H., y que estando éste en una cama él se encargó de

atarlo, ante las ordenes del grupo, lo trasladaron al río

donde lo amarraron a una piedra y el señor A. H. le disparó y

tiraron el cadáver al río, alude que el grupo andaba solo

armas calibre 22 y que se vestían con camisas moteadas, narra

que P. H. ordenó que le quitaran la camisa al occiso y le

amarró un palo, que la familia que habitaba la casa encendió

una luz pero que la apagaron, alude que al señor V. H. lo

pusieron boca abajo. Es evidente que la situación de éste

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testigo no es cómoda y la protección del mismo, no constituye

sino un mecanismo para darle algo de comodidad, ya que

definitivamente no le da protección, y es así, en tanto que

los procesados no pueden haber olvidado quien les acompañaba

aquella noche, esto podría interpretarse como un mecanismo

para evitar que se reconozca a aquella persona que quiere

perjudicar a los encausados, extremo que sugerimos sea

descartado, dado que de ser así se hubiese confeccionado una

declaración que no permitiera ambigüedades que le hiciesen

parecer contradictorias, son esas mismas falencias la mayor

virtud de la declaración en cuanto a su credibilidad, no

puede razonablemente creerse que se trate de una persona con

el ánimo de perjudicar a los procesados. Según la

declaración, el testigo constituye un participante forzado, o

por lo menos circunstancial, en el hecho, es posible que su

accionar haya sido ejecutado bajo un alto nivel de estrés

emocional, lo que permitiría la casi nula retención de

detalles y aun más cuando ha transcurrido tantos años desde

el momento del suceso, lo que permite entender, como una

Máxima de la Experiencia y aún más como un Principio Básico y

de Dominio Común de la Psicología, la posibilidad de cometer

imprecisiones en la narración. Con esta declaración se

confirman los dichos de la señora M. D. S., por lo menos en

la esencia de los mismos, es decir, que se extrajo al occiso

violentamente de la casa de aquella y que los imputados eran

personas que estuvieron en el lugar del hecho. La crítica

judicial a la deposición del Testigo Protegido, se centra en

que los agresores no estaban enmascarados, sino que se habían

entilado la cara, al respecto sólo debemos recordar, que las

personas dentro de la vivienda de donde extrajeron al occiso,

no tuvieron la oportunidad de ver bien a los agresores, ya

que no se le permitió hacer uso de luz alguna, lo cual no

desvirtúa las apreciaciones, mismas que no están basadas en

una percepción visual de los procesados, sino en un

reconocimiento auditivo, es decir, en ningún momento se pone

en riesgo ese reconocimiento sobre el hecho de estar

enmascarados o no, es lógico y por consiguiente comprensible

que cualquier rostro entilado, en la espesura de una

oscuridad esporádicamente rasgada por los movimientos de la

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luz de un foco, pueda confundirse con un rostro enmascarado,

usar este extremo como argumento para desvirtuar la

declaración de la señora M. D. no es más que una vulneración

a las Máximas de la Experiencia, la cual denunciamos. Otro

aspecto que se le cuestiona a los dichos del Testigo

Protegido, es la aseveración que este hace de que el occiso

abre la puerta, cuando los deponentes dentro de la casa dice

que fue otra persona, nos limitamos a recordar que fue el

ofendido quien dijo que se abriese la puerta, extremo que

justifica la afirmación de que la puerta la abrió el occiso

(en otras palabras: por orden del occiso) y que además es

aclarado cuando el Testigo Protegido señala que el ofendido

estaba en la cama cuando lo tomaron, es imposible las dos

cosas: abrir la puerta y estar en la cama, indiscutiblemente

los agresores entraron intempestivamente y no le iban a dar

oportunidad a la persona que abriese la puerta de volver a su

cama, es más es contrario a la experiencia, creer esto, que

alguien que está siendo sometido a tal violencia, después de

ser obligado a abrir una puerta posteriormente busque su

cama, usar esta creencia como argumento de descrédito

constituye una infracción más a las Máximas de la

Experiencia. Se ve entonces como las dos declaraciones, la de

M. D. y el Testigo Protegido, en realidad se complementan y

no se contradicen, como erróneamente lo aprecia el

Sentenciador, constituyéndose así otra infracción a las

Reglas de la Sana Critica. También se estableció, en el

razonamiento jurisdiccional, que existe una contradicción

cuando el Testigo Protegido dice que los habitantes de la

vivienda encendieron una luz, mientras que dichos habitantes

al declarar dicen no habérseles dejado encender luz alguna,

observemos que las declaraciones no se contraponen, al

contrario, se confirman, el Testigo Protegido dice que ellos

intentaron hacer luz pero que se les apagó por parte de los

agresores, mientras que los habitantes de la vivienda dicen

que no se les dejó hacer luz, es decir lo intentaron y no se

les permitió, no hay contradicción, se confirman. He aquí, de

nuevo otra infracción al Principio de Derivación, el

Sentenciador no pudo informarse debidamente del contenido que

le ofrecía la prueba. Nadie en el apuro de una noche pediría

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permiso para encender una luz, toma lo que necesita para

hacerlo y lo hace, eso pasó en aquella casa y es lógico que

ante ese intento se les apagó la luz por lo agresores; es

decir, que: encendió una luz y se le apagó, es lo mismo que

decir: no me dejaron encender una luz, no es contradictorio,

son dos formas de decir lo mismo. Sobre el desentejado del

techo y sobre la afirmación de que el grupo agresor se

presentó como tropas Salvadoreñas, son elementos, el primero

que pudo haber sido omitido por el Testigo Protegido, lo cual

no desvirtúa toda la gama de coincidencia en el resto de

elementos, mientras que el segundo es algo que se pudo haber

dicho por alguien y que únicamente lo haya escuchado el

Testigo Protegido por su cercanía y no el resto, recordemos

que la escena es violenta, seguro todos trataban de hablar,

bien para preguntar o bien para intimidar, o también pudo

haber sido una de las primeras cosas que se dijeran y los

habitantes de aquella casa al estar dormidos no hayan logrado

precisar lo que se decía. En cuanto al calibre de las armas,

se debe de resaltar que el Testigo Protegido, al igual que

los habitantes de la casa, no son especialista en armas y

puede fácilmente equivocarse o creer que se trata de un

calibre diferente al que se trata, exigirles un conocimiento

es ese sentido constituye un exceso que vulnera las Reglas de

la Sana Crítica, específicamente la Experiencia Común, no

todos conocen de armas. Sobre la ubicación del disparo en el

cuerpo, que difiere con lo señalado por el Dictamen Médico

correspondiente, debe recordarse, que al momento del hecho

era de noche, la percepción puede ser distorsionada, por la

oscuridad y además por la distancia, que pudo haber

participado en atarlo una vez muerto, no lo sabemos, pero en

todo caso, la sangre con frecuencia y aunado por la oscuridad

y el cabello, no permite determinar con precisión la

ubicación de una herida. Por lo anterior nos atrevemos a

sostener, que toda esta actividad probatoria de cargo no fue

debidamente valorada, porque de haber sido así se hubiese

condenado a los imputados por el delito de Asesinato, el

sentenciador, al no lograr extraer esta información de esas

pruebas, incurrió en una infracción a las Reglas de la Sana

Critica. Por haberse producido el vicio in procedendo

S.P.-244.2009

14

denunciado en el presente motivo, en el acto mismo de

sentenciar, no ha podido efectuarse reclamación alguna para

la subsanación del vicio”.- IV.- DE LA PROCEDENCIA DEL

RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE LA FORMA

PROCESAL.- El juicio penal debe su legalidad al respeto de

las formalidades establecidas en la ley, para que el proceso

pueda desembocar en una sentencia valida, pero además a las

formalidades exigidas en la redacción de la sentencia misma;

Es mediante el respeto de estas formalidades que se asegura

el derecho de las partes litigantes y la rectitud del

juicio.- Las normas de derecho procesal instituyen un

conjunto de reglas a las que el órgano juzgador debe de

subordinar su actividad, es pues éste el destinatario de

dichas normas, las que le imponen un modo de actuación y

regulan su conducta en el proceso.- El Recurso de Casación

por Quebrantamiento de las Formas Procesales tiene la tarea

de comprobar la observancia o inobservancia de las formas

procesales debidas, fijadas en la ley. El Censor denuncia que

el Tribunal de Sentencia, inobservo la sana critica en la

valoración de diferentes medios de prueba, a saber: a).-

Declaración testifical de la Señora M. D. S., cuya valoración

provoco violación a las máximas de la experiencia al no

reconocer el sentenciador que la testigo si pudo haber

identificado a los autores del hecho a partir de sus voces,

cuando éstos llegaron a su casa, además por haber descartado

este hecho en virtud de que la testigo en un primer momento

refirió que tales voces eran parecidas a las personas

imputadas sin considerar que la testigo indico

posteriormente, en la misma declaración, que las voces

escuchadas eran de los acusados, y; Violación a las reglas de

la psicología, al no apreciar, a través de este testimonio,

el comportamiento de los acusados después de los hechos, lo

que denotaba su culpabilidad.- Además el Sentenciador no

estableció que la declaración de la testigo se relacionan con

otros medios de prueba, como ser la declaración de los

Señores G. S., G. S. y M. S., lo que le da mayor

credibilidad; b).- Dictamen Pericial Genético, cuya

valoración provoco violación al principio lógico de

identidad, por cuanto el Tribunal de Sentencia señalo a

S.P.-244.2009

15

partir de este medio de prueba, que el cuerpo encontrado en

la fosa a orillas del Rio Negro en fecha 25 de agosto del año

2004, no pertenece al Señor J. H. S., entretanto el dictamen

refiere que no es posible afirmar o negar éste hecho por lo

infructuoso que fue el análisis; Indica el Censor que, a

partir de los medios de prueba allegados al proceso, es

imposible no afirmar que el cuerpo encontrado no sea de el de

la victima; c).- Declaración del Señor J. J. V. H., valorada

con violación al principio lógico de tercero excluido, al

señalar que su declaración es contradictoria con la rendida

por la Señora M. D. S., pero, por el contrario, estas dos

declaraciones se complementan una con la otra; d).-

Declaración del TESTIGO PROTEGIDO TSS(1)-110-2008, la cual al

ser valorada se inobservo las reglas de la psicología por

cuanto el Tribunal indico que el mismo había incurrido en

muchas contradicciones sin evaluar que la memoria se ve

afectada por el paso del tiempo; también inobservo las

máximas de la experiencia al afirmar que existe una

contradicción cuando el testigo señala que Señor J. H. S.,

abrió la puerta de la casa el día de los hechos y a la vez se

encontraba acostado en su casa, sin considerar que lo que

quiso decir el testigo es que la puerta fue abierta porque

así lo dispuso el Señor S., quien se encontraba en su cama

acostado, ergo no se puede pretender que la victima abriera

la puerta y que se le permitiera por sus agresores volver a

recostarse en la cama; Violación a las máximas de la

experiencia, al indicar los juzgadores que el calibre de las

armas indicado por el testigo no concuerda con el descrito

por las habitantes de la casa, sin considerar que ninguna de

estas personas son expertas en armas de fuego; Violación del

Principio Lógico de Derivación, cuando aprecia el tribunal

contradicción indicando que los habitantes de la casa dicen

no haber logrado “encender una luz”, mientras que el testigo

protegido señala que los agresores les “apagaron la luz”,

cuando lo que debió haber concluido es que los habitantes de

la casa intentaron “hacer luz”, pero se les apago por los

agresores; y e).- La conclusión del Tribunal respecto a la

valoración de los medios de prueba, cuando indica que la

investigación de los posibles responsables de la muerte del

S.P.-244.2009

16

Señor J. H. S., debe de ser orientada a elementos de las

Fuerzas Armadas de Honduras y no a los acusados que son

civiles, ello es una violación a las máximas de la

experiencia y al principio lógico de derivación,

desconociendo también que C. S. había sido anteriormente

miembro del ejército como lo demuestran las constancias

presentadas por la defensa y al no considerar que el testigo

J. J. V., señala que los acusados C. S. Y P. H., se

encontraban presentes al momento en que lo fueron a traer

elementos del ejército para exigir que los exculpara de la

muerte de su hijastro. IV.I.-Teoría sobre las Reglas de la

Sana Critica: El artículo 362 No. 3) del Código Procesal

Penal prevé que “el recurso por quebrantamiento de forma,

podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de

los vicios siguientes….3) Que... en la valoración de la

prueba no se observaron las reglas de la sana crítica.”. Al

respecto se ha señalado que “… La sentencia debe contener una

relación clara, precisa y circunstanciada de los hechos

acreditados, que se conoce como fundamentación fáctica, sobre

la cual se realiza el ejercicio valorativo. Este cuadro

fáctico se sustenta en un acervo probatorio, que se plasma en

lo que se conoce como fundamentación probatoria, dividida en

descriptiva e intelectiva. La primera implica para el

Tribunal, señalar en lo resuelto los medios probatorios

recibidos en el debate para efectos de controlar el valor de

la prueba por las reglas del correcto entendimiento humano,

describir su contenido, es decir, el elemento probatorio.

Luego de esa fundamentación probatoria descriptiva, el

Tribunal debe decidir en sentencia la apreciación de los

medios y elementos de prueba, o sea, la fundamentación

intelectiva…”. (Fallo 194-2009 de fecha 30 de Noviembre del

2001 y 297-09 de fecha 30 de Noviembre del 2011, también en

ese sentido el fallo 360-09 de fecha 20 de Octubre del 2011 y

385-09 de fecha 05 de Abril del 2011).- En el apartado de la

valoración intelectiva el Juzgador debe valorar la prueba,

conforme al sistema que establece la ley procesal penal.

Históricamente han existido tres sistemas de valoración de la

Prueba: Intima Convicción (Propio del Sistema de Juzgamiento

por Jurados), Prueba Legal o Tasada (en donde la ley

S.P.-244.2009

17

establecía de manera previa el valor que debe de darle el

Juzgador a la prueba que se encontrase en ciertas

circunstancias) y la sana critica; Es éste ultimo el que debe

de observar el Juzgador Penal Hondureño, conforme lo ordena

el artículo 202 del Código Procesal Penal. Además se ha

indicado que anteriormente que “…en el sistema de sana

crítica racional, que implementa nuestro sistema procesal

penal, en cuanto a la valoración de la prueba, impera la

plena libertad de convencimiento de los jueces, pero

exigiéndoseles que las conclusiones a las que arriben sean el

fruto razonado de las pruebas en que se apoyen. En este

sistema el juzgador no tiene reglas legales que le

establezcan el valor que debe consignarle a cada prueba, pero

esa libertad tiene límites: las normas que gobiernan la

corrección del pensamiento humano. En la sana crítica

racional, el juzgador logra sus conclusiones sobre los hechos

de la causa valorando la eficacia conviccional de cada prueba

con total libertad, pero respetando al hacerlo, los

principios de la recta razón, es decir, las normas de la

lógica, la psicología y la experiencia común…”. - Fallo 125-

2010, de fecha 30 de Noviembre del 2011-; De este modo “… las

reglas de la sana critica aseguran que el juzgador no arribe

a juicios de valor en forma arbitraria, subjetiva o

antojadiza…”. –Fallo Sala Penal 88-09 de fecha 20 de Octubre

del 2011-. Partiendo de la Doctrina Legal sentada por esta

Sala Penal en los fallos 194-2009 de fecha 30 de Noviembre

del 2001, 297-09 de fecha 30 de Noviembre del 2011, 242-09 de

fecha 02 de Noviembre del 2011 y 125-2010 de fecha 30 de

Noviembre del 2011, se ha señalado que componen la Sana

Critica: 1)- Reglas de la Experiencia Común: Se refieren

juicios o valoraciones que el hombre común posee y por ende

el Juzgador, sin relación alguna con el caso concreto que se

Juzga, y que se adquieren a partir de experiencias

reiterativas en el vivir y que por éste hecho son compartidas

con las demás personas, aun cuando no formen parte de su

mismo grupo social. Nos referimos a los fenómenos de la

naturaleza cuyo conocimiento se adquiere mediante la

observación y reflexión, siendo el antónimo de éstos los

conocimientos especializados ganados a través del estudio

S.P.-244.2009

18

científico que realizan solo un grupo determinados de

personas y que por lo tanto no tienen el carácter de común.

Como consecuencia de lo anterior el conocimiento privado del

Juzgador no es permitido en la valoración de la prueba al no

tener el carácter de común y por no poder ser objeto de

control de las partes mediante el debido contradictorio. El

Juzgador deberá de analizar los medios de prueba, partiendo

de la experiencia de vida que comparte con el resto de los

individuos, ergo vulneraría las reglas de la experiencia

común cuando desarrolle razonamientos que revelen ignorancia

pura y simple acerca de un fenómeno natural. Las reglas de la

Experiencia Común se basan en la probabilidad, es decir al

momento en que el Juzgador valora un hecho, considerara el

acontecer que por lo común se da respecto a ese hecho en

particular, pudiendo encontrarse en situaciones

extraordinarias en donde el hecho vaya en contra de la

experiencia común, debiendo razonar en estos casos él porque

lo considera así. 2)- Las reglas de la Psicología: Están

referidas, no a las normas elaboradas por la ciencia

conjetural de la psicología, sino al conocimiento adquirido

respecto del comportamiento humano como consecuencia de la

convivencia que desarrolla la persona como ser social, a

través de procesos sensibles e intelectuales, que permiten

hacer una valoración de aquel. Las reglas de la Psicología se

basa en la interpretación del comportamiento humano, a través

del método deductivo. Para la correcta aplicación de estas

reglas y siendo que parten no solo del comportamiento de un

individuo frente a un fenómeno natural, sino también del

comportamiento del individuo en relación al grupo social, se

requiere que el Juzgador sea parte de dicho grupo social, a

efecto de que interiorice sus valores, creencias y

sentimientos. Al igual que la Experiencia Común, las reglas

de la Psicología se basan en la probabilidad a partir del

común comportamiento y su significado. 3)- Las Reglas de la

Lógica: La Lógica es el razonamiento coherente (concordancia

entre los elementos) y derivado (necesidad de una razón y

justificación adecuada para pretender ser estatuto de verdad)

que permite la inteligencia humana (habilidad para la

resolución de problemas) y cuya observancia es de carácter

S.P.-244.2009

19

obligatoria para el juzgador al momento de motivar los autos

y sentencias. Las leyes de la Lógica informan sobre leyes

universales, a saber: La Coherencia: Manda que la

fundamentación de la sentencia contenga afirmaciones,

deducciones y conclusiones que guarden la debida correlación

y concordancia entre sí.- La coherencia en su valoración

negativa exige descartar fundamentos contradictorios, siendo

tales aquellos que al confrontarse entre sí se anulen

mutuamente; De la Ley de la Coherencia se desprenden los

principios de identidad, contradicción y de tercer excluido:

El Principio de identidad: Una proposición solo puede ser esa

proposición y no otra. Trasladado a la valoración de la

prueba en sentencia, la conclusión "X" solo puede ser "X",

sin que pueda al mismo tiempo ser “Y”. El principio de

contradicción: Las proposiciones “A” es igual que “B”, y “A”

no es igual de “B”, se concluye que ambas no pueden ser

verdaderas, por cuanto solo una de ellas lo será. En

valoración de prueba un hecho, una persona o una cosa no

puede ser y no ser al mismo tiempo, ya que solamente una de

las dos afirmaciones es verdadera. El principio de Tercero

Excluido: Dos proposiciones que se niegan entre sí una es

necesariamente falsa; al contrario sensu, la otra

necesariamente es verdadera. La Derivación: De este se extrae

el Principio de Razón Suficiente, por el cual el iter lógico

seguido en la valoración de las pruebas debe sustentarse en

inferencias razonables y de la sucesión de conclusiones que

por ellas se vayan formando; Exige que el razonamiento deba

derivar de elementos auténticos y suficientes para producir

razonablemente un convencimiento cierto del suceso que se

juzga. IV.II.- Teoría sobre la Valoración del medio de Prueba

Testifical.- La valoración del medio de prueba testifical, es

uno de las tareas más complejas dentro del proceso penal,

debido a que el Tribunal de Sentencia tiene que establecer si

lo dicho por una persona –a la cual no conoce y solo ha

entrevistado una sola vez-, es cierto o falso, para ello el

juzgador, al momento de la valoración de los medios de prueba

testifical, deberá de considerar: Información Condicional: Es

el conjunto de condiciones en que se encontraba el testigo al

momento de adquirir la información que se reproduce en

S.P.-244.2009

20

juicio, tal como: edad, sexo, condiciones de percepción

físicas (capacidad ocular, auditiva, olfativa, táctil y

gustativa), así como las condiciones anímicas (ira, alegría,

preocupación, miedo, sueño, embriaguez, etc.); 1)Coherencia

intrasujeto e intersujeto: La información proporcionada por

un mismo testigo deberá mantener un cierto grado de

consistencia interna a lo largo de la declaración y además

debe de coincidir en su sustancia con la información

proporcionada con la demás prueba reproducida en juicio; y

Persistencia del Relato: Cuando el testigo ha declarado en

varias ocasiones, en cada una de ellas se deberá hacer una

identificación o relatar un hecho, en una misma dirección,

sin que ello implique que dichas declaraciones sean exactas

una a la otra, dado que pueden influenciar en ellas el

desgaste de la memoria como consecuencia del tiempo o la

inclusión involuntaria de información. Por ello el Código

Procesal Penal, en el artículo 311.6 establece la posibilidad

de hacer comparaciones de testimonios rendidos en forma

anterior al momento del debate, para el único efecto de

valorar la credibilidad del que se está rindiendo en esa

etapa del juicio. El estudio titulado “Evaluación Subjetiva

De La Exactitud De Las Declaraciones De Los Testigos: La

Credibilidad”, cuya autoría es de A. L. Y I. D. del

Departamento de Psicología Básica de la Universidad Autónoma

de Madrid, publicado en el Anuario de Psicología Jurídica, 3,

7-27 en 1993, se señala que son dos los elementos bases en la

evaluación del medio de prueba testifical y determinar si el

testigo miente o no, y en este último caso el grado de

fiabilidad del relato: 1) En la credibilidad del testigo: El

Juzgador estudia a la persona, establece si la misma tiene o

no interés directo o indirecto en el proceso como motivación

de sus dichos (Art.236 párrafo 2do. del CPP), sus cualidades

personales, nivel educativo, entre otros.- No existe una

fórmula única para poder determinar si el testigo miente o

no, ya que ello varia de persona a persona y dependiendo el

contexto, mas la obra citada nos da algunas sugerencias para

ser tomadas en cuenta, como ser: a).- Análisis de Contenido

No Verbal que “…incluyen aquellas conductas sintomáticas de

la ansiedad y la reticencia; es decir, conductas excesivas

S.P.-244.2009

21

que exageran una respuesta normal de comunicador, conductas

marcadas por afecto negativo, conductas indicadoras de

vaguedad o incertidumbre, y respuestas incongruentes que

sugieren que la conducta externa está en contradicción con

los sentimientos actuales del testigo deshonesto…”; b).-

Análisis de contenido Verbal: Manifestadas en “…las dudas,

alusiones a procesos mentales, exageraciones, cantidad de

detalles, pausas, juicios o valoraciones, comentarios

personales, longitud de las declaraciones...”, etc.; y, 2) La

Credibilidad de la Declaración: Una vez que el Juzgador a

concluido que el testigo no miente, sino que relata lo que a

su parecer fueron los hechos presenciados, corresponde

entonces apreciar si el contenido de la declaración merece

credibilidad, ello se hace evaluando la información

condicional (antes descrita) y evaluando memoria dentro de la

cual se debe de distinguir entre las huellas de memoria de

origen externo (perceptivas) y las de origen interno

(imaginadas); La Obra citada señala “que las memorias basadas

en hechos reales son cualitativamente diferentes de las

basadas en fantasías o imaginaciones. Estas diferencias se

resumen en: a).- Los recuerdos de origen externo poseen más

atributos contextuales y sensoriales y más detalles

semánticos; b).- Los recuerdos de origen interno poseen más

información idiosincrática…”. Además debe de considerarse que

el paso del tiempo es uno de los factores principales para el

deterioro de la memoria. IV. III.- Criterio del Tribunal de

Casación Sobre el Caso Concreto: Para este Tribunal, el

Juzgador ha violentado las reglas de la sana critica en el

razonamiento desarrollado al momento de la valoración de los

medios de prueba: a).- Declaración testifical de la Señora M.

D. S., la cual fue descartada por el Sentenciador al

establecer que no fue posible haber reconocido las voces de

los acusados C. S. Y P. H., debido a que éstos no entraron a

la casa (F. 115 de la sentencia), sin hacer análisis y

valoración respecto a las condiciones de la casa, tales como

tamaño, materiales de construcción o que la puerta se mantuvo

abierta durante el suceso, lo que podría contribuir a que aun

estando afuera los Señores C. S. Y P. H., sus voces pudiesen

haber sido escuchadas en el interior de la vivienda,

S.P.-244.2009

22

violentando así las máximas de la experiencia; Además

descarta el juzgador este testimonio debido a la

contradicción en que incurre con el testigo protegido TSS(1)

110-2009 en cuanto a que la primera señala que los agresores

andaban enmascarados y el segundo señala que andaban con

restos de carbón (tile) en sus rostros, mas no existe

evaluación por el juzgador respecto al tiempo transcurrido

entre los hechos y el momento del debate como factor de

corrupción de la memoria que no permita que ambas

declaraciones sean idénticas, tampoco evaluó el Juzgador que

ambas declaraciones son concordantes en que los agresores

estaban cubiertos con un mecanismo que impedía poder apreciar

sus rostros, ello constituye violación a las reglas de la

psicología; b).- En la valoración del dictamen Pericial

Genético practicado a la osamenta exhumada en fecha 25 de

agosto del año 2004, en la rivera del rio Grande, el Juzgador

estableció, como una de las razones por las cuales no se

podía afirmar que la misma pertenecía al Señor J. H. S., que

el dictamen indicaba que dichos restos databan de hace veinte

años (f. 120 de la Sentencia), entretanto los hechos

acaecieron hacía doce años, mas no considero el Juzgador las

correcciones hechas por la Perito L. P., al momento de su

participación en el debate, en especial cuando indica que en

las conclusiones del dictamen en lugar de “veinte años” debe

de leerse “diez años” (F. 91 del Acta del Debate), con ello

se dio paso a la violación del principio de derivación; c).-

Concluyo el Sentenciador que, por incurrir en contradicción,

demeritaba credibilidad el testigo S. D., al haber afirmado

que llego al siguiente día de los hechos a casa del Señor J.

J. V., haber seguido unas huellas y haber encontrado un

zapato, sin que esto hubiese sido igualmente relatado por los

demás testigos de cargo, violentando el juzgador de esta

forma el principio de derivación por cuanto la falta de

mención de un hecho por parte de un testigo no equivale a una

contradicción cuando no se le ha preguntado específicamente

sobre ese hecho a los otros testigos, ya que también deja

latente la posibilidad de que se trate de una simple omisión

de parte de los otros testigos, en especial por el tiempo

transcurrido entre el suceso y el relato; d).- Declaración

S.P.-244.2009

23

del TESTIGO PROTEGIDO TSS(1)-110-2008, fue calificada de no

confiable por los juzgadores por haber identificado

contradicciones con los testigos J. J. V. Y M. D. S., en

cuanto a que persona abrió la puerta de la casa el día de los

hechos, en cuanto a si los agresores andaban enmascarados o

entilados, si los habitantes de la casa habían alumbrado

(hacer luz) o si no les habían permitido alumbrar, ello es

una violación al principio de derivación debido a que

Juzgador vincula estrictamente la exactitud con la confianza

y deduce de las inconsistencias no esenciales de los testigos

la falta de credibilidad de la totalidad de lo relatado,

dejando de lado el razonamiento de que la exactitud de un

testigo está determinada por el funcionamiento y la capacidad

de la memoria condicionada por el paso del tiempo y más

importante aún, dejando de lado que la declaraciones de

TESTIGO PROTEGIDO TSS(1)-110-2008, J. J. V. Y M. D. S., son

consistentes en la sustancia y sus relatos describen una sola

línea de hechos; e).- La conclusión del Juzgador que la

investigación de los posibles responsables de la muerte del

Señor J. H. S., debe de ser orientada a elementos de las

Fuerzas Armadas de Honduras tomando en cuenta de que la Corte

Interamericana Sobre Derechos Humanos dictó sentencia

condenado al Estado de Honduras por haber violado el derecho

a la vida y la libertad del Señor S. y que la única

institución que viola los derechos humanos es el Estado (F.

166v. de la sentencia); Al respecto es importante señalar que

“La Corte Interamericana no tiene atribuciones para definir

la responsabilidad penal de los autores de las violaciones y

emitir condenas penales, que se reservan a la justicia local

o a la penal internacional, pero recibe y valora pruebas que

conducen a establecer la responsabilidad internacional del

Estado, y por este medio se interna en asuntos que éste podrá

recoger y ampliar para exigir las responsabilidades concretas

que en el caso aparezcan… Se ha destacado que el deber de

investigación y enjuiciamiento subsiste mientras no se

alcance el objetivo al que sirve, esto es, el pleno

conocimiento de los hechos, la identificación de sus autores

y la sanción que corresponda. ” (La Corte Interamericana de

Derechos Humanos, Un Cuarto de Siglo: 1979-2004, San J.,

S.P.-244.2009

24

Costa Rica, 2005.- Artículo: La Jurisprudencia de la Corte

Interamericana de Derechos Humanos en Materia de

Reparaciones, por Sergio García Ramírez, Pag 75).- Es por

ello que la conclusión apuntada violenta el principio de

Derivación, ya que si bien existe una sentencia dictada por

la CIDH, mediante la cual condena al Estado de Honduras, ello

no determina que la violación a la vida y a la libertad que

sufrió el Señor J. H. S., haya sido ejecutada necesaria y

excluyentemente solo por agentes del Estado. Las violaciones

a la Sana Critica apuntadas son de carácter esencial al

comprometer la declaraciones de los testigos M. D. S. y del

Testigo Protegido TSS(1) 110-2008, cuya valoración incidió en

el fallo directamente, por lo que es procedente declarar con

lugar el recurso de casación por quebrantamiento de las

formas procesales. PPOORR TTAANNTTOO:: La Corte Suprema de Justicia,

POR UNANIMIDAD DE VOTOS DE LA SALA DE LO PENAL y en

aplicación de los artículos 303, 304, 313 atribución 5), 316

párrafo segundo reformados de la Constitución de la

República; 1 de la Ley de Organización y Atribuciones de los

Tribunales; 362.3 y 369 del Código Procesal Penal.- FALLA:

I.-Declarando CON LUGAR el Recurso de Casación por

Quebrantamiento de las Formas Procesales, en su único motivo,

interpuestos por el Abogado H. A. P., en su condición de

Agente Fiscal del Ministerio Público; II.- Decretando la

NULIDAD de la sentencia impugnada de fecha treinta de marzo y

del debate que le origina de fecha once de Marzo, ambos del

año 2009.- MMAANNDDAA:: I.- Observando estrictamente los términos

señalados en el Código Procesal Penal, que el Tribunal de

Sentencia de la Ciudad de Siguatepeque, Departamento de

Comayagua, proceda a celebrar un nuevo debate en el presente

caso, en el cual deberán de participar Jueces de Sentencia

distintos a los que concurrieron a emitir la sentencia de

fecha treinta de marzo del año 2009.- II.- Que la Secretaria

del Despacho devuelva los antecedentes del caso al Tribunal

de Sentencia de origen, con certificación de la presente

sentencia, para los efectos legales correspondientes.-

Redactó el MAGISTRADO RAUL ANTONIO HENRÍQUEZ INTERIANO.-

NOTIFÍQUESE.- FIRMAS Y SELLO.- RAUL ANTONIO HENRIQUEZ

INTERIANO.- COORDINADOR.- JACOBO ANTONIO CALIX H..-

S.P.-244.2009

25

MAGISTRADO.- CARLOS DAVID CALIX VALLECILLO.- MAGISTRADO.-

FIRMA Y SELLO.- LUCILA CRUZ MENENDEZ.- SECRETARIA GENERAL”.

Extendida a solicitud de la Abogada D. C., en su condición de

Fiscal del Ministerio Público, en la ciudad de Tegucigalpa,

Municipio del Distrito Central, a los dieciséis días del mes

de agosto del año dos mil doce.- Certificación de la

sentencia de fecha veinte de junio del año dos mil doce,

recaída en el Recurso de Casación Penal con orden de ingreso

en este Tribunal No. SP-244-2009.

LUCILA CRUZ MENENDEZ

SECRETARIA GENERAL