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CHACHA WARMI Imaginarios y vivencias en El Alto El Alto, julio de 2009 MARÍA EUGENIA CHOQUE QUISPE COORDINADORA: CECILIA ENRÍQUEZ A.

Chacha Warm i

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CHACHAWARMIImaginarios y

vivencias en El AltoEl Alto, julio de 2009

MARÍA EUGENIA CHOQUE QUISPE

COORDINADORA: CECILIA ENRÍQUEZ A.

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Indicadores Temáticos

<Cosmovisión Andina ><Mujeres Indígenas ><Reciprocidad ><Migración ><Chacha warmi ><Relación mujer�varón >

Chacha warmiImaginarios y vivencias en El Alto

María Eugenia Choque QuispeCoordinadora Cecilia Enríquez A.

Primera edición

La Paz, Bolivia. Julio, 2009

Cuidado de edición:Nuevo Periodismo Editores

Diseño y diagramación:Andrés Molina

Depósito Legal:4�1�1663�09

ImpresiónCORASE LTDA.Diseño e imagen corporativa (211 4443)

Impreso en BoliviaPrinted in Bolivia

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INDICE

PRESENTACIÓN......................................................................................7

INTRODUCCIÓN.....................................................................................9

EL ALTO, DATOS E HISTORIA .................................................................11Un breve proceso histórico........................................................................17

LAS RELACIONES DEL CHACHAWARMI ...............................................25Los estudios de género en Bolivia ..............................................................29La visión andina ........................................................................................34Jaq’i, complementación hombre�mujer .....................................................35Tinkhu, encuentro de diferentes................................................................36

PERCEPCIONES DE LAS ALTEÑASSOBRE EL CHACHAWARMI ...................................................................39Grupo 1: Mujeres con menos tiempo de migración....................................42

Grupo 2: mujeres con más tiempo de migración y nacidas en el alto...........62

Grupo 3: Mujeres líderes de organizaciones sociales ..................................78

Grupo 4: Mujeres y hombres.....................................................................96

Grupo 5: Mujeres de diversos sectores.....................................................113

BIBLIOGRAFÍA....................................................................................125

ANEXOS ..............................................................................................131Metodología ..........................................................................................133

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Presentación

La complemementariedad tiene un profundo sentido en el mundo an�dino. De acuerdo a la historia oral y escrita, se presenta en todas las di�mensiones de la vida y la muerte, y constituye un principio decosmovisión basada en la paridad.

Son dos esencias y dos elementos diferentes; dos cosmos paralelos combi�nados; dos contrarios y opuestos; dos maneras de hacer y ser. Para que exis�ta unidad en la paridad, se dice que debe haber algo que equilibre y algo quedesequilibre, todo según el momento, porque el tiempo varía en dos sentidos.

Esta concepción de la complementariedad, acompañada de la reciproci�dad, influye en las relaciones humanas y ha sido traducida en el mundo an�dino como el chacha warmi, cuando se trata de la relación mujer y varón.Históricamente, se cuenta que la percepción del universo andino y su socie�dad está compuesta por lo masculino, femenino; alto, bajo; lo maduro y lo jo�ven; lo moderno y lo antiguo; lo viejo y lo nuevo; lo duro y lo suave; lotangible y lo no tangible; y otras relaciones de paridad, en las que pesa la di�ferencia, pero no la sobreposición de uno sobre otro.

El régimen colonial rompió esas relaciones armónicas del cosmos. La incur�sión de un sistema dominante en lo cultural, lo genérico y lo económico ha

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modificado drásticamente la convivencia entre mujeres y hombres. Estemodelo civilizatorio que promueve y realiza la desigualdad y la injusticia, re�cae con mayor vigor sobre las mujeres y más sobre las indígenas, aun con to�das las resistencias habidas y por haber.

En ese devenir ¿cómo construyen hoy las mujeres alteñas sus imaginarios ysus relaciones con los hombres? ¿Cómo perciben el chacha warmi en elcampo y la ciudad? ¿Es esta figura del mundo andino una estrategia para en�frentar procesos migratorios? ¿Puede el chacha warmi reconstituirse comoparadigma de la paridad en el marco del proceso de cambio en Bolivia?

Son muchas las preguntas que emergen acerca del chacha warmi, expresiónmuy bien aprovechada en el discurso político. Por eso, el Centro de Promo�ción de la Mujer Gregoria Apaza (CPMGA) se propuso realizar este primer es�tudio etnográfico en la ciudad de El Alto, asumiendo la necesidad de conocercolectivamente, pero también de contribuir a la construcción de una co�munidad con igualdad de derechos para todas y todos.

Quedan muchas vetas por indagar; no hay conclusiones estáticas en esta te�mática. Sin embargo, esperamos que lo hallado sirva para dar pie a otras in�vestigaciones que alumbren principalmente el camino de las mujeres en elarduo curso de esta nuestra historia.

El Alto, julio de 2009

Cecilia Enríquez AliagaDIRECTORA EJECUTIVA

CENTRO DE PROMOCIÓN DE LA MUJER GREGORIA APAZACPMGA

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Introducción

La emergencia del movimiento indígena en los últimos años representala vieja historia de la lucha por la dignidad, la justicia y los derechos hu�manos, con una dimensión política de participación de los pueblostanto nacional como internacional que les sirve a éstos de sustento en

la reivindicación de sus derechos, como acontece en Bolivia, Ecuador y Gua�temala.

La creciente participación de los pueblos indígenas en los diferentes espaciosha influido en las reformas de las constituciones políticas de los estados. El re�conocimiento como países multiculturales y plurilingües lleva al plantea�miento de estados pluriculturales en el ideal de plantearse sociedades“pluralistas”, en el reconocimiento de la diferencia de unos y otros.

En Bolivia existe una fuerte participación indígena en asuntos políticos na�cionales y los avances se dan en diferentes grados. También se están forta�leciendo las instituciones indígenas, sus culturas, identidades… Sin embargo,hoy es preciso analizar si hay un cambio real en la dimensión política para lospueblos indígenas.

En este escenario de una nueva coyuntura política en el país, la situación de lamujer indígena y su participación en los movimientos de reivindicación, tanto

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en la ciudad de El Alto como en otras regiones, ha sido parte activa en la bús�queda de lograr entrar en nuevos procesos de cambio; empero, los resultadoscontinúan bajo los antiguos esquemas de marginación de la mujer.

La actual situación política del país nos obliga a tomar en cuenta nuevas pers�pectivas de análisis de la realidad y, fundamentalmente, de la situación de lamujer en la ciudad de El Alto, porque por primera vez se tiene a un indígenaen el gobierno y la mujer indígena, a pesar de su reducida participación, ocu�pa espacios de decisión. No sólo eso. Tenemos la incorporación del tema deidentidad para la interpretación y la práctica de trabajo desde los espacios delas organizaciones no gubernamentales, las instituciones gubernamenta�les, las organizaciones indígenas y campesinas, hasta la sociedad en general.

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El Alto,datos e historia

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CIUDAD DE EL ALTO

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Es necesario describir los rasgos más generales que caracterizan a la ciu�dad más joven del país, El Alto, entre otras cosas porque durante estasúltimas décadas allá han surgido en escenarios políticos protagonistasque han permitido al país entrar en procesos de cambio, a pesar de las

dificultades y limitaciones.

El municipio de El Alto es capital de la Cuarta Sección de la provincia Murillodel departamento de La Paz. Está ubicado hacia el oeste de la cuenca con unaaltura sobre el nivel del mar que fluctúa sobre los 4.000 y los 4.100 metros.Tiene una superficie de 350,4 kilómetros cuadrados, de los cuales 209,4conforman el área urbana, aprobada mediante ordenanza municipal y 141,el área rural. La primera incluye nuevas urbanizaciones y se constituye en zo�na futura de expansión.

El Alto comienza en el borde de la cuenca o Ceja del Altiplano paceño. Su su�perficie es plana y uniforme. Su clima presenta pequeñas variaciones, es decir,en el norte se tienen temperaturas más frías que en el sur, debido a la proximi�dad de los nevados de la cordillera, como los del Huayna Potosí y Chacaltaya.

Durante la estación invernal, la ciudad de El Alto sufre en mayor grado con�secuencias por la época de lluvias, sobre todo entre octubre y febrero, cuando

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las inundaciones son frecuentes en las zonas 16 de Julio, Ballivián, Villa Tuna�ri, Plan Viviendas de Río Seco, 23 de Marzo, las que se encuentran ubicadas alextremo del Aeropuerto Internacional de El Alto, lo cual complica aún más elestilo de vida de la población.

FUENTE: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, CENSO 2001.

FUENTE: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA. JUNIO 2006.

FUENTE. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, CENSO 2001.

El Censo de 2001 muestra que el crecimiento demográfico de la ciudad de ElAlto ha tenido un ritmo acelerado en las últimas dos décadas: nacieron allá610.395 personas, lo que representa el 93,9 por ciento de la población total.Por ello se la denomina “la ciudad más joven del país”. Incluso un porcentajemayor corresponde a quienes nacieron en el mismo El Alto y el resto son mi�grantes de diferentes provincias del departamento paceño; aunque la ma�yoría proviene de Oruro y Potosí.

Según un estudio del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza(CPMGA), denominado “Situación Socio�Económica de las Mujeres Alteñas:

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Área urbana Área ruralHombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total320.235 327.115 647.350 1.292 1.316 2.608

CUADRO 1 649.958 habitantes en El Alto

Poblaciónde 15 años

o más393.468

Soltero/a

140.775

Casado/a

171.913

Convi�viente

55.031

Separa�do/a

7.816

Divorcia�do/a

2.782

Viudo/a

15.151

CUADRO 3 Estado conyugal de la población de 15 años o más en El Alto

Total Área urbana Área ruralPoblación Población Población Población Población Población

Total indígena Total indígena Total indígena649.958 total % 647.350 total % 2.608 Total %

351.983 54,15 349.665 99,34 2.318 0,66

CUADRO 2 Población total por área y condición indígena en El Alto

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Análisis Comparativo 2003”, se tiene el siguiente detalle en cuanto al idiomamaterno de la población de cuatro años, según el Censo de 2001:

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA DE ACUERDO A DATOSDEL INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, CENSO 2001.

FUENTE. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, CENSO 2001.

Existe una mayor autoidentificación en la mujer de El Alto, que reconoce sucondición indígena en relación al varón.

Entre la población alteña de 393.468 personas de 15 años y más, 319.668(81,29 por ciento) se autoidentifica como pueblo indígena originario. La pobla�ción aymara hablante corresponde a un 30 por ciento. Generalmente, la gentejoven de la ciudad de El Alto no habla el idioma materno; pero existe un fuertesentimiento de autoidentificación con la llamada “Capital Aymara de Bolivia”.

Cuadro 6Población de El Alto de cuatro años o más de edad por idioma o lengua en elque aprendió a hablar y según sexo

FUENTE: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, CENSO 2001.

Población de15 años o más

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Hombres187.989

Mujeres202.569

Hombres11.367

Mujeres13.658

Hombres141.307

Mujeres150.670

Hombres35.315

Mujeres38.241

Quechua Aymara Ninguno

CUADRO 5 Autoidentificación con pueblos originarios o indígenasde la población (por sexo) de 15 años o más en El Alto

Ubicación Sexo Quechua Aymara Español Otros TotalPromedio Hombre 20,27 13,44 64,20 2,09 100,00nacional Mujer 21,38 13,83 62,80 1,99 100,00Ciudad Hombre 1,57 29,49 68,69 0,24 100,00de El Alto Mujer 2,04 31,53 66,23 0,20 100,00

CUADRO 4 Idioma materno de la población de cuatro años (% de la población total)

Población decuatro años o másHombres283.746

Mujeres294.563

Hombres4.461

Mujeres6.008

Hombres83.894

Mujeres93.058

Hombres195.391

Mujeres195.470

Quechua Aymara Español

CUADRO 6 Población de El Alto de cuatro años o más de edad poridioma o lengua en el que aprendió a hablar y según sexo

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Como se puede comprobar, El Alto es la tercera ciudad de Bolivia en ex�tensión y población1 y es importante para el área andina altiplánica por suproximidad a los mercados de consumo del oeste de Bolivia, sur del Perú yel océano Pacífico. Dicha ciudad, donde se encuentra una mayor con�centración de población indígena, se caracteriza por la existencia de mer�cados y ferias.

En las dos últimas décadas y debido al proceso de relocalización, El Alto se hatransformado en una ciudad comercial cuyos distritos albergan a diferentesferias y mercados. Por ejemplo, la feria del lunes se denomina “Lunix katu”;la del martes “Sakra katu”; la del miércoles y sábado “Feria de Alto Lima”; ladel jueves y domingo, “Feria 16 de Julio”. Esta última es una de las más im�portantes por su amplitud y características, tanto del mercado rural como ur�bano. Además, funciona con la dinámica del comercio informal. Así, sepuede ver a las mujeres vendedoras tanto minoristas como mayoristas tras�ladarse durante la semana de feria en feria, siendo ellas las que tienen mayoroportunidad en el mercado.

En cuanto al grado de instrucción, no garantiza el acceso a una estabilidadeconómica o el cierre de la brecha de ingresos. En promedio, las mujeres per�ciben el 61 por ciento de lo que reciben los hombres, cualquiera sea el gradode instrucción que tengan.

Cuando existe una opción laboral, el grado de discriminación se da sobre to�do hacia la mujer; aunque tenga un grado de instrucción superior (universi�dad), por su condición indígena, por su estado civil de casada, por tenerhijos y por la desvalorización de los estudios en las universidades públicas oprivadas de El Alto. Son realidades que dificultan el acceso a fuentes de tra�bajo en su área profesional.

Otro tema importante que se debe considerar es el índice de analfabetismode la mujer alteña, situación que trata de ser superada con el programa“Yo sí puedo”, del gobierno de Evo Morales, y en el que participaron muchasmujeres de los diferentes distritos.

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1 Después de Santa Cruz E sección capital (1.116.108 habitantes en el área urbana) y La Paz (713.378habitantes en el área urbana), datos del INE, Censo 2001.

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Un breve proceso histórico

A principios del siglo XX, la mayor parte de la tierra en la ciudad de El Alto erapropiedad de terratenientes de la elite paceña: Adrián Castillo Nava, Raúl Jor�dán Velasco, Julián Téllez Reyes y la familia Zalles2. Bajo el sistema de ha�cienda entonces vigente, alternaban con esas extensas propiedades algunosayllus y tierras comunales como Charapaqui, Quillpani, Yunguyo, Ingenio,Kupilupaca, San Felipe de Seque y Jichu Sirka3.

Mediante un decreto del 24 de octubre de 1942, del Gobierno de Peña�randa, se fijó un nuevo radio urbano de la ciudad de La Paz, con la incor�poración de Alto Lima (hoy distrito 6). En 1984, se creó el Frente de Unidady Renovación Independiente de El Alto, que logró presentar el proyecto deautonomía administrativa, en base al cual el Congreso de la Repúblicadictaminó, el 6 de marzo de 1985, la creación de la Cuarta Sección de laprovincia Murillo del departamento de La Paz. Después de tres años, elCongreso aprobó el 6 de marzo de 1988 el reconocimiento de rango deciudad para El Alto, hecho sancionado mediante Ley Nº 671 del 20 deseptiembre de 1988, por Ordenanza Municipal 065/2002 del 29 de mayode 2002, que la dividió políticamente en nueve distritos municipales, de loscuales ocho son urbanos y uno rural.

Distrito 1

Tiene una superficie de 10 kilómetros cuadrados y un contorno definidopor la avenida 6 de Marzo. En dirección norte�sur se extienden las avenidasTiwanaku (a partir del vértice norte) y Antofagasta, en cuyo recorrido seforman las plazas Azurduy de Padilla y Carlos Palenque, frente al célebre Fa�ro Murillo que da inicio a la avenida 9 de Abril (luego Cívica y Arica).

Cuenta con lugares de encuentro vecinal como la plaza Cívica, frente al an�tiguo edificio Municipal (conocido desde febrero de 2003 como “Alcaldíaquemada”), las plazas Triangular, del Lustrabotas, Sebastián Pagador, del Po�licía, Pío XII, Illimani y 14 de Septiembre, entre otras.

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2 Sandóval, Godofredo y Fernando, Sastres. 1989. Pág. 8.3 Quispe, Villca,MarcoAlberto. Ch´usa Marka a Jach´a Marka. 2004.

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• La urbanización Bolívar “A” está ubicada sobre el margen izquierdode la avenida 6 de Marzo en dirección al aeropuerto. Junto con Bolívar“B”, “C” y “D”, ocupa los terrenos que pertenecieron a la haciendaCharapaqui, de Julio Téllez. Es una zona de intensa actividad comercialpor la proximidad a la improvisada terminal de buses alteña y la cer�canía del aeropuerto y agencias financieras.

• La urbanización Villa 12 de Octubre, centro de administración pú�blica, política, policial y financiera de la ciudad, con sedes como las dela Federación de Juntas Vecinales de El Alto (Fejuve El Alto), la Fede�ración de Padres de Familia de El Alto (Fedepaf) y la de los gremiales.También hay numerosos locales de diversión y de expendio de comidapor efecto del movimiento económico del distrito.

• Villa Dolores fue la primera urbanización de El Alto, fundada enseptiembre de 1942. Se llama así por la madre de Julio Téllez, propie�tario de la hacienda Charapaqui.

• Ciudad Satélite surgió como un emprendimiento del Consejo Na�cional de Vivienda. En abril de 1966, allá se entregaron las primeras vi�viendas adjudicadas. Hoy, la zona cuenta con todos los serviciosbásicos y de infraestructura.

• La urbanización Villa Exaltación fue creada en 1979 y está ubicadacomo un mirador sobre la zona de Achocalla, con vista hacia el neva�do Illimani.

• Villa Tejada es producto de la Reforma Agraria, por cuanto se en�tregaron tierras a los comunarios de la hacienda que perteneció a Vi�cente Tejada.

• El distrito 1 también cuenta con las urbanizaciones Arco Iris, RosasPampa, Santa Rosa y Santiago I.

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Distrito 2

Cuenta con una superficie de 12,3 kilómetros cuadrados y su contorno estádefinido por la carretera a Viacha y la avenida 6 de Marzo, entre las cuales seextienden los almacenes de la Aduana Nacional. Los tres nudos de distribu�ción más importantes de la ciudad después de la Ceja se encuentran en estedistrito: cruce a Viacha, cruce a Villa Adela y puente Bolivia.

• La urbanización Santiago II es el resultado de la aplicación del modeloneoliberal y cierre de las minas por su bajo nivel de competitividad enel mercado internacional, lo que dio lugar a que los mineros se trasla�daran hacia las primeras ciudades del país en busca de trabajo. En esesentido, El Alto fue, sin duda, uno de los sitios con mayor impacto demigración minera. Con la figura de cooperativa se creó la UrbanizaciónSantiago II, ubicada entre las avenidas 6 de Marzo y Germán Busch. Sulugar más importante es la Plaza del Minero.

• En cuanto a Nuevos Horizontes y Cupilupaca, los terrenos de estasurbanizaciones pertenecieron a comunarios de la hacienda Cupilu�paca4, en los que se asentaron migrantes de las provincias aledañas allago Titicaca, además de ex trabajadores fabriles, gráficos, construc�tores y mineros. Varias calles llevan nombres de los asientos mineroscomo Colquiri, Pulacayo, Caracoles y otros.

• Los terrenos de 6 de Junio, conocida como urbanización del Magis�terio, pertenecieron a colonos de Charapaqui y Achocalla, los cualesfueron adjudicados por la Federación Departamental de Maestros,quienes no ocuparon el sitio por escasez de agua, lo que provocóque loteadores inescrupulosos ocupasen extensas áreas que todavíason disputadas por sus propietarios.

• Rosas Pampa, caracterizada por su actividad económica, ocupa unamplio espacio de forma triangular entre las avenidas Panorámica, Ari�ca y el camino a Achocalla.

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4 El nombre hace referencia al señorío Lupaca que habitó la región oeste del lago Titicaca entre los siglos XIIy XV, cuando fueron dominados por los incas.

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• En el distrito 2 también están las urbanizaciones Villa Concepción,Eduardo Avaroa, Pucarani, Las Delicias, Bolívar “B”, “D”, “E”, Villazón,Litoral, Wara, Litoral, El Porvenir, El Carmen, Elizardo Pérez, SantaIsabel, Oro Negro, Gran Poder, Aroma, Milluni, Panorámica, 21 de Di�ciembre, Barrio Lindo, El Kenko y Cooperativa El Tejar.

Distrito 3

Se extiende al sur del Aeropuerto Internacional de El Alto, entre la carre�tera a Viacha y Río Seco. Cuenta con una superficie de 27,9 kilómetroscuadrados y es el segundo distrito más poblado después del 1. En el perfilurbano se destacan las iglesias construidas por la diócesis de El Alto en losúltimos 12 años. Los modos de distribución son el cruce Villa Adela sobrela carretera a Viacha y la Plaza de la Cruz, en la intersección de la avenidaBolivia, donde se encuentran Radio San Gabriel, el Santuario de la Cruz yel Estadio Cosmos 79.

• A la urbanización Villa Alemania se le puso ese nombre por la gestiónque había realizado la embajada de ese país para que los terrenos seanadjudicados a 900 familias, formadas por empleados de la Caja Na�cional de Seguridad Social. Al encontrarse al lado de la pista del Aero�puerto Internacional de El Alto, la contaminación acústica es elevada.

• Cosmos 79 es la de mayor extensión en la ciudad de El Alto, desde laavenida Bolivia hasta el límite del municipio de Laja. Se creó en 1979mediante trámites realizados por Benigno Gómez, apoderado de lastierras de 25 ex colonos de la hacienda Collipani. Las expectativas ve�cinales están centradas en la canalización del Río Seco porque con esoesperan bajar el alto nivel de contaminación.

• En Pacajes Caluyo, las construcciones datan de 1977, con una in�tensa actividad comercial por su ubicación en pleno cruce de la avenidaBolivia con la carretera a Viacha.

• Primero de Mayo fue fundada en 1989 con un nombre que hace re�ferencia al Día Internacional del Trabajo. Los terrenos formaban parte

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de la hacienda Charapaqui y luego fueron adquiridos por Convifag pa�ra 900 beneficiarios.

• En Villa Adela Yunguyo, creada en 1979, los terrenos formabanparte de la hacienda Yunguyo, que según la tradición tenía fuertes vín�culos con la población peruana.

• Villa Adela nació en 1974, cuando el Consejo Nacional de Vivienda(Conavi) urbanizó y adjudicó los lotes a los vecinos de Munaypata quefueron afectados por la construcción de la autopista La Paz�El Alto.

• Otras de las urbanizaciones del distrito 3 son San Luis de Pampa (cono�cida como Barrio de los Policías), Amor de Dios, Luis Espinal, Bolívar “C”y “F”, Alto de la Alianza, Calama, Romero Pampa, Charapaqui, Murura�ta, Sajama, Natividad, Alto Chijini, San Martín de Porres y La Primera.

Distrito 4

Tiene una superficie de 18,2 kilómetros cuadrados. Limita de manera naturalcon el río Seque y al norte está definido por la carretera La Paz�Copacabana.

• La urbanización Villa Río Seco es conocida como ex tranca Río Seco.Los terrenos pertenecieron a las familias Gómez y Chipana y a co�munarios de la ex hacienda Yunguyo. Allá se bifurcan las carreteras endirección al Lago Titicaca.

• Los pobladores de Villa Tunari, según la tradición oral, son de Co�chabamba. Los terrenos fueron adjudicados como compensación porla construcción del aeropuerto. Actualmente, la zona se halla conta�minada por ser vertedero de residuos de las curtiembres, del matade�ro y pequeñas industrias.

• Estrellas de Belén yace en el centro del distrito. Los primeros asen�tamientos se realizaron en 1980. Su actividad gira alrededor del co�mercio que genera la feria de los martes y viernes sobre la avenida 23de Marzo.

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• 23 de Marzo fue creada en 1980 en los terrenos que pertenecierona comunarios de la ex hacienda Yunguyo5, extendida al margen iz�quierdo de la avenida Costanera de Río Seco, entre las avenidas 23 deMarzo, Juan Misael Saracho y Colorados de Bolivia.

• 25 de Julio está al norte de la franja del aeropuerto. Según datos ob�tenidos por Marcos A. Quispe, los primeros habitantes fueron mi�grantes de las provincias Los Andes, Omasuyos e Ingavi, quedefendieron sus propiedades.

• Libertad, ubicada en el centro del área urbana, ha sido destinada porel gobierno municipal como futuro centro cívico�administrativo6. Se es�pera que a corto plazo allá se construya el nuevo edificio municipal7.

• También en el distrito 4 están las urbanizaciones San Felipe de Se�que, Juana Azurduy de Padilla, Pedro Domingo Murillo, Mariscal Sucre,Nueva Jerusalén y Mercedario.

Distrito 5

Cuenta con una superficie de 15,8 kilómetros y más de 90.000 habitantes. Seextiende como una franja desde la carretera Panamericana hacia el noreste,entre la avenida Periférica y Santa Vera Cruz.

• Villa Ingenio debe su nombre a la propiedad agrícola de AdriánCastillo Nava, llamada Ingenio, por la existencia de una planta de mi�nerales que provenían de minas ubicadas en el macizo Huayna Potosí.

• Puerto de Mejillones es una urbanización ubicada al noreste de laavenida Juan Pablo II, entre las avenidas Costanera y Néstor Galindo.El centro cívico está conformado por la plaza y la escuela Tocopilla;aunque en el perfil urbano se destacan las embotelladoras de bebidasgaseosas. Cuenta con su céntrica avenida llamada Luis Espinal.

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225 Quispe,Villca,MarcoAlberto. Ch´usa Marka a Jach´a Marka, La Paz , 2004. Pág. 686 Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial de la Ciudad de El AltoEGMEA.7 El antiguo edificio fue incendiado en febrero de 2003.

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• Tahuantinsuyo era parte de la hacienda Ingenio y los terrenos fueronadquiridos por los ex colonos de la hacienda en 1967.

• Villa Esperanza, creada en 1967 sobre terrenos de la ex haciendaYunguyo, cobró importancia con la llegada de los mineros que seasentaron en los años 80, creyendo en la prometida “relocalización”.Allí está la Universidad Pública de El Alto, que le ha dado a la zona la di�námica de “ciudad universitaria”.

• También el distrito 5 acoge a las urbanizaciones Tupaj Katari, NuevaAsunción, Mariscal Santa Cruz, Atalaya, Remedios, Santa Rosa de Li�ma, Germán Busch, Mercurio y Villa Ingavi.

Distrito 6

Con una superficie de 16,3 kilómetros cuadrados, es uno de los distritos demenor extensión, pero con una alta densidad poblacional. Está delimitadoal este por la Ceja; al norte y a manera de mirador por la autopista La Paz�El Alto, que coincide con las avenidas Panorámica y Chacaltaya. Al oeste vaa dar a la avenida Mariscal Sucre, mientras que la avenida Juan Pablo II seconvierte en su límite sur. En este distrito está la gran “Feria 16 de Julio”que se instala los días jueves y domingo.

• Una de sus urbanizaciones es Alto Lima, histórica zona que en la épo�ca colonial servía de tránsito entre Potosí y Lima para el cargamento deoro y plata que llevaban las llamas hacia el Virreinato de Lima. Por ello fueuna de las primeras zonas de asentamiento indígena, con migrantes delas diferentes provincias del departamento de La Paz. Ocupa los terrenosque pertenecieron a Adrián Castillo Nava y que fueron afectados por laReforma Agraria de 1953. Según la tradición oral, los primeros habitan�tes se asentaron en 1948, provenientes de Pucarani y dieron el nombrea la principal calle del barrio. Sus ejes troncales son las arterias Adrián Cas�tillo y Huayna Potosí, y su elemento emblemático es su iglesia diocesanaconstruida sobre el antiguo cementerio, el cual fue trasladado a Villa In�genio, actualmente foco de contaminación para sus pobladores porqueallá arrojan todo tipo de residuos, como un “botadero”.

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• La urbanización 16 de Julio está sobre los terrenos que pertenecierona Jorge Rodríguez. Es una de las primeras que fue trazada en El Alto,fundada después de la Reforma Agraria.

• En el caso de la urbanización Ferroviaria, los terrenos eran de la Em�presa Nacional de Ferrocarriles, que adjudicó los mismos a sus traba�jadores en 1970.

• En cuanto a Los Andes, los testimonios dan cuenta de los primerosasentamientos en 19688. Actualmente, es una de las zonas con ma�yores servicios en infraestructura.

Distrito 7

Este es el segundo distrito más extenso del municipio con 48,5 kilómetros cua�drados de superficie y el que tiene menos población. Sus urbanizacionesson Bautista Saavedra, Mariscal Sucre, Bajo Milluni, El Progreso, Jichusirca, Vi�lla Cooperativa, 21 de Septiembre, Lagunas, Utama, Franz Tamayo y Porvenir.

Distrito 8

Cuenta con una superficie de 49,4 kilómetros cuadrados. A pesar de que setrata de uno de los distritos más amplios de El Alto, extendido a lo largo de lacarretera El Alto�Oruro donde se encuentra YPFB, sufre de escasez de ser�vicios básicos. Entre sus urbanizaciones están Mercedes, Panorámica, Sen�kata, 14 de Septiembre, Chijimarka, Tarapacá, Ventilla y Villa 31 de Octubre.

Distrito 9

Tiene 151,4 kilómetros cuadrados de superficie, cifra que representa el 43,2por ciento de la superficie del municipio. Es el único distrito netamente ruraly de mayor superficie. Tiene baja densidad poblacional debido a la altitud queaumenta por su proximidad a los nevados de la Cordillera Oriental. Los sue�los no son aptos para la agricultura, motivo por el que sus pobladores tra�bajan en la explotación minera. Una de las minas más importantes es Milluni.

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8 MarcoA. Quispe. 2004. Pág. 20.

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Las relacionesdel chacha warmi

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En los Andes, el territorio es considerado un espacio sagrado, tam�bién conocido como pachamama (madre tierra, en aymara), que al�berga una gran diversidad de condiciones ecológicas en espaciosmuy reducidos, lo que da lugar a una multiplicidad de cultivos y

formas de aprovechamiento agropecuario adaptada a las variaciones dela naturaleza.

Se trata de una diversidad ecológica que combina con condiciones limitadasde productividad debido a los terrenos accidentados y diferenciados que li�mitan los cultivos en gran escala, así como el auxilio de la tecnología moderna(Golte, 1987). Esta visión y forma de apropiación del territorio andino han si�do magistralmente definidas como un modelo de archipiélago vertical porJohn Murra (1975).

El espacio andino se encuentra diferenciado en tres grandes zonas ecoló�gicas: Altiplano, valles templados y Yungas; antipampa, qhirwa y yunka enaymara. Tanto los valles templados como los Yungas, a los que acceden losqullas (habitantes de zona medicinal), son los que quedan hacia el oriente,en los límites de la Amazonía; mientras que los espacios de la misma eco�logía, ubicados en el occidente, están limitados por las actuales fronterasestatales con Perú y Chile.

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En el pueblo Qulla (Bouysse Cassagne, 1987), el conjunto de aymaras, qhich�was y urus, se encuentra organizado en ayllus (sistemas de estructura de or�ganización indígena) y comunidades centralizados en markas (antiguospueblos de reducción y actuales cantones�municipios), que en su mayoría es�tán ubicados en el Altiplano, desde donde a través de una multiplicidad de es�trategias continúan vinculándose con los distintos nichos ecológicos paracomplementar la limitada producción y los ingresos económicos altiplánicos.

Para los qullas, el género está reflejado en el ordenamiento espacial, apre�ciable a través de una lectura metafórica de sus montañas, lagos y ríos:unos son urqu (que tienen la condición de masculino) y otros qachu (que tie�nen la condición femenina), especialmente las montañas son señor y señora;son también persona (pareja de esposos), antepasados míticos de ayllus ymarkas, considerados fuente de conocimiento.

La cultura humana, jaqin sarnaqawipa (camino de la gente), es producto dela interacción entre la persona y su medio. Es la pareja chacha warmi la queinteractúa con el medio, que es su uywiri (el que protege y guía), con las di�vinidades y busca conocimiento uñt’a (memoria) para la realización del sumaqamaña (vivir bien), que supone relaciones de equidad con cada uno de loselementos que compone el medio geográfico.

En el desarrollo de la civilización andina, la formación de las distintas cultu�ras/estado que se sucedieron hasta la invasión española se caracterizó por su no�table éxito en el manejo del espacio. El modelo de archipiélago verticaldesarrollado desde los ayllus hasta convertirse en política de Estado durante elTawantinsuyu, a través de la poblaciónmitma (fuerza de trabajo indígena en mi�nas), dio lugar a una ocupación territorial policroma, multiétnica y plurilingüe.

Esta forma muy particular de adaptación humana al medio ambiente fue tras�tocada de manera violenta por la colonización europea que, con una visión ho�rizontal del espacio, llevó a la apropiación española (y despoblamiento indígena)de los fértiles valles de la costa, operación que luego proseguiría con la apro�piación de tierras de Yungas, destinadas al cultivo comercial de coca, y de los fér�tiles valles interandinos como Cochabamba, en beneficio de emprendimientosempresariales coloniales destinados a satisfacer las demandas potosinas.

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Con la colonización, el suma qamaña dejó de ser parte de la filosofía estatalpara convertirse en un pensamiento de resistencia.

Los estudios de género en Bolivia

En la presentación del segundo número de la revista Escarmenar, Rossana Ba�rragán y Ana Rebeca Prada nos ofrecen un cuadro por demás reveladoracerca del marco social e ideológico en el que se ha generado la adopción,tratamiento y aplicación del tema género. En el intento de establecer un es�tado de la cuestión sobre los estudios de género en Bolivia, enfrentamos lassiguientes dificultades:

1. La existencia de una literatura y documentación instrumental ex�clusivamente producida por ONG especializadas en la atención amujeres indígenas de la ciudad y el campo. Se trata, en su mayoría,de manuales que reiteran una versión popularizada de estudios clá�sicos, cuyo acceso es bastante limitado.

2. Una producción académica dispersa de difícil acceso, sin una agendaestablecida y, en su mayoría, escrita y publicada en inglés y español.

3. Confusión entre estudios sobre mujeres y género.

4. Una producción, sea de literatura instrumental o académica, divi�dida y sin nexo alguno sobre los Andes y las llamadas tierras bajas.

Con este marco, nuestra presentación no puede más que reflejar la situaciónen la que se encuentran los estudios sobre género, así como expresar la in�existencia simple y llana de producción indígena sobre los temas relacionadoscon la mujer y el género.

En la academia, los estudios más propiamente sobre género fueron abor�dados desde los bolivianistas, cuyos trabajos, sin embargo, tienen escasa cir�culación debido al idioma y otros factores. Una parte importante de dichostrabajos fue reunida en dos compilaciones monográficas: el segundo númerode la revista Escarmenar (1997) y Más allá del silencio (1997).

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Sin embargo, en esta apretada revisión trataremos de establecer un pano�rama sobre los trabajos desarrollados en los últimos tiempos, complemen�tando así lo existente en esas dos publicaciones mencionadas.

Desde los Andes, y en la perspectiva de establecer el estado en que se en�cuentran los estudios sobre género, es importante iniciar con la referencia aIrpa Chico, de William Carter y Mauricio Mamani (1982), que estudia en al�gunos de sus capítulos el cumplimiento de tareas y roles que son asignadosa las mujeres, sujetas –según los autores– a la autoridad de los hombres, a laque más tarde la literatura feminista llamará “policía patriarcal”.

Las preocupaciones iniciales como las de Carter y Mamani y Sandóval y Sos�tres dieron lugar a estudios más específicos como Alternando la rutina: mu�jeres en las ciudades de Bolivia, de Ximena Medinacelli (1989), realizado enel contexto de una ONG como el Centro de Información y Desarrollo de laMujer (Cidem), que encara el estudio de la vida cotidiana de mujeres urbanasa comienzos del siglo XX, a través de la revisión documental archivística. Re�coveras de los Andes, de Elizabeth Peredo, estudia la cultura de las mujeresaymaras urbanas que desarrollan sus actividades en los mercados de La Paz,con especial énfasis en las redes organizativas y solidarias femeninas.

Estudios referidos a la mujer amazónica, como el de Bertha Suaznábar(1993), desde el caso de la mujer ayorea, muestran la concepción del podery enfatizan en la autonomía sexual en las ayoreas, fundada en tres aspectos:son sociedades matrilocales; la distribución de los recursos es parte de la ac�tividad femenina y existen principios de igualdad y autonomía de las mujeres.

Una parte importante de esta bibliografía es producto de encargos de insti�tuciones dedicadas al trabajo con mujeres: Cidem, el Centro de Promoción dela Mujer Gregoria Apaza y Thaipamu, que en su conjunto dieron lugar a unaeclosión de estudios y publicaciones9 que, a su vez, se desdobló, por las

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309 Entre los más referenciales tenemos: Criales, Lucila. El amor a piedra. Relaciones de subordinación en la paE

reja aymara urbana, La Paz, GregoriaApaza, 1994. Dibbets, Ineke. Lo que puede el sentimiento. La temátiEca de salud a partir de un trabajo con Mujeres de El Alto Sur, La Paz, Tahipamu, 1994. Lazarte, Jorge.Mujeres y problemas de participación política en Bolivia. La Paz, Cidem, 1989. Ruiz, Carmen Beatriz.Mujer,género y desarrollo local urbano. La Paz, GregoriaApaza, 1993.

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necesidades de mayor impacto, entre una población no alfabeta e indígenaa través del video, cuyo objetivo era “ayudar a mujeres desventajadas paraque logren el control de (sus) cuerpos y vidas” (Elena Feder, 1997: 53).

En este proceso, un libro que ha marcado la perspectiva de la acción a seguirfue Si me permiten hablar, autobiografía de Domitila Chungara, líder del mo�vimiento de amas de casa mineras. Ese texto, proyectado al campo indígenacampesino, tuvo su expresión más acabada en la creación de la FederaciónNacional de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa”, cuyos objetivos sin dudatenían como meta impulsar la liberación del dominio patriarcal.

La azarosa historia de esa federación refleja las limitaciones de la ideologíasindical unida al feminismo, que hasta el momento no ha podido desarrollaruna vida institucional independiente. Es más, cada vez sufre fraccionamien�tos y toma posiciones totalmente alejadas de la matriz cultural andina10.

Silvia Rivera, en Ser mujer indígena, chola y birlocha en Bolivia (1996), plan�tea el debate de género y etnicidad a partir de la condición de mujer indíge�na, en su proceso hacia los eslabones del mestizaje, considerando que lamujer indígena, chola y birlocha, además de ser pobre, carga con una triplediscriminación que la inhabilita para el acceso al estatus como persona.

Lynn Sikkink (1997), a través de un estudio etnográfico en Condo (Oruro),acerca del ritual del cambio de aguas, nos ofrece las representaciones de gé�nero presentes en el ordenamiento espacial y jerárquico de los ayllus, así co�mo de mujeres y hombres en los momentos más importantes de la vidapersonal y comunal que a través del tinkhu (encuentro de diferentes) repro�ducen sus sistemas simbólicos y su identidad.

Una contra�lectura del sistema dual andino, así como del dominio patriarcal, nosofrece Alison Spedding (1997), en Esa mujer no necesita hombre, que trata demujeres yungueñas (de La Paz), que mandan sobre sus parejas, especialmentecuando la residencia es uxorilocal. Su expresión más cabal se presenta cuandoel hombre es expulsado o “botado”, entonces, esa mujer no necesita del varón.

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10 La influencia de la ONG Mujeres Creando es fundamental para entender una actitud por demás errática delas mujeres dirigentes sindicales campesinas.

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Denise Arnold y Juan de Dios Yapita (1997), mediante el estudio del marca�do de ganado (k’illpha), en Qaqachaka, resaltan las complejas relacionesde parentesco y descendencia y el acceso a los recursos del ganado por par�te de las mujeres, que fundan las estructuras del ayllu.

En el pueblo qhichwa de Amarete, Inna Rosing (1997), con el estudio de lassimbologías, posiciones individuales, familiares y políticas de las personas,descubre que allí no sólo operan dos géneros opuestos, sino que en esejuego de relaciones es posible identificar 10 géneros “interpretados” porhombres y mujeres a la vez.

En este breve recuento es importante culminar con el ensayo de Jean Isbell Bi�llie (1997) sobre lo simbólico femenino, a través de la metáfora de inmadu�ro a maduro, que da cuenta del ordenamiento genérico del espacio andino,como expresión de una androginia femenina creadora (análisis de mitos), quese expresa también en el crecimiento (vida y muerte) de las mujeres.

A ese trabajo lo consideramos muy importante para el desarrollo de lasidentidades de género y generacional que toma una vertiente andina muyantigua, documentada por cronistas como Guamán Poma (1615) y Martín deMurúa (1616) sobre las edades con roles definidos para hombres y mujeres.

Para los Andes es importante la consideración de esta producción académi�ca que permite acercarnos más a la relación de hombres y mujeres desde lavisión antropológica e histórica. La simbología estudiada, según la mayoría delos autores, es un acertado acercamiento a la constitución de género en lascomunidades andinas, así como al complejo entramado de relaciones de pa�rentesco que hacen al ayllu.

Esto último es importante para establecer la situación de las relaciones de gé�nero en las comunidades, especialmente cuando se recurre a indicadores co�mo tenencia de la tierra, herencia, acceso a recursos y participación política.

To make the herat bear fruti. Etnographic essays on fertility, work and gen�der in highland Bolivia, de Olivia Harris, trata, bajo la teoría de género, el te�ma de la complementariedad y los conflictos entre las visiones de hombres

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y mujeres de los ayllus Laymi y Puraka, el orden simbólico y la figura mito�lógica de la madre traducida en pachamama.

El trabajo de Denise Arnold y Alison Speeding en Los movimientos sociales enBolivia, 2000�2003, muestra el alto grado de participación de la mujer indí�gena y campesina, y la necesidad de entender las relaciones de género des�de una perspectiva de identidad y cultura. Expone dos ámbitos: laparticipación de la mujer en el contexto del chacha warmi, para el caso de lazona andina, y la gestión de autoridades femeninas a través del sistema deturnos, por relación estrecha con sus tierras.

La compilación del texto Sociología de los movimientos sociales en Bolivia, co�ordinada por Álvaro García Linera (2004), en su capítulo referido a la Fede�ración Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia “Bartolina Sisa”, muestrala situación de limitación y dificultades que enfrentan las mujeres en su largatrayectoria de liderazgo organizativo.

Las demandas de reivindicación se centran en las agendas de las organiza�ciones matrices de los varones, en las que se privilegian asuntos relacionadoscon tierra, territorio, recursos, participación política e identidad. El tema de lamujer indígena ocupa un reducido espacio dentro de la agenda nacional.

El trabajo de María Eugenia Choque, Subordinación de la mujer indígena(2004), muestra la situación real de la mujer en el contexto andino; la con�cepción de minoridad que influye mucho en el tejido económico, social y po�lítico en el que se desenvuelve.

La historia de vida de Carmen Pereira, en el artículo titulado La participaciónde las mujeres, en Identidad y Derechos Indígenas (2004), muestra su parti�cipación en el proceso de reivindicación de derechos a partir de la organiza�ción, y la necesidad de crear un espacio propio para las mujeres. Asimismo,la historia de vida de Sonia Justiniano ejemplifica la de muchas de ellas y suparticipación activa en el movimiento.

Un trabajo coordinado por Ivonne Farah y Cecilia Salazar, sobre la equidad degénero en Bolivia, entre 1992 y 2002 (estudio auspiciado por el Ministerio de

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Desarrollo Sostenible y el Viceministerio de la Mujer) muestra los procesos po�líticos enfrentados por las organizaciones de mujeres, campesinas, indígenasy trabajadoras del hogar, y el grado de politización y adscripción a determi�nado partido político, lo que lleva en algunas situaciones a la fragmentacióninstitucional.

Ese fenómeno dio lugar, por ejemplo, a la existencia de dos federaciones demujeres, una adscrita al Movimiento al Socialismo (MAS) y otra al Movi�miento Indígena Pachakuti (MIP), de Felipe Quispe.

Sonia Brito, autora de Los enfoques teóricos de género a la hora de su apli�cación en tierras bajas, memoria de un encuentro realizado en 2001, planteatres categorías de análisis: clase, etnia y género, y propone ver a la mujer apartir de relaciones de dominación, y enfatiza en la disputa de las mujeres porla defensa de sus territorios indígenas y recursos naturales.

El trabajo de Cecilia Salazar La ciudadanía plena es posible (Amupei, 2003),muestra la incompatibilidad entre el movimiento feminista y el movimientoindígena, debido a la imposición del modelo neoliberal.

Los trabajos de Graciela Zolezzi (2003), en relación a las organizaciones de laAmazonía, nos permiten entender los planteamientos de las mujeres en elcontexto de sus organizaciones y experiencias acerca de cómo aquellas queintervienen en la política abandonan la demanda de género, a pesar de ha�ber tenido activa participación en los movimientos de reivindicación a travésde grandes marchas hacia la ciudad de La Paz.

La visión andina

En la cultura aymara, “nadie, ni hombre ni mujer, adquiere el estatus de per�sona adulta y plena socialmente, si es que no ha sido reunido por la sociedadcon su pareja, completando la unidad de la persona social jaq’i” (THOA,1986: 28). Para el caso qhichwa tiene el mismo significado qhariwarmi.

En las dos culturas, tanto aymara como qhichwa, se proyecta al universo sim�bólico y organizativo más amplio, reflejado en el dualismo en la organización de

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los ayllus, según mitades complementarias y jerarquizadas (arriba�abajo, ala�saya�manqhasaya, aransaya�urinsaya), asociadas con lo masculino y femenino.

En el proceso social, esa relación intrínseca de pareja se materializa en taqi�kunas panipuniw akapachanxa (en este mundo todo es par). Xavier Albó yMauricio Mamani (1976:4) refieren que “sólo son jaq’i�persona�chachawarmi, cuando ya se han casado y tienen su propio terreno. Antes de ello,apenas tienen voz y voto en la comunidad”.

Las y los jóvenes (tawaqu y wayna), antes del matrimonio, son consideradosparte del mundo natural�salvaje, no pertenecen a la sociedad. En la épocaprematrimonial gozan de cierta permisibilidad sexual, siendo que es el sexosocialmente no aceptado, tampoco confiere identidad jaq’i, no los convier�te en chacha ni warmi, sino son apenas qachu y urqu (macho y hembra).

Jaq’i, complementación hombre�mujer

La palabra matrimonio tiene una raíz judeo�cristiana. En la cultura indígena,el concepto warmi, traducido ordinariamente como mujer, no sólo está re�ferido a lo femenino o identidad de género, sino señala una ciudadanía queaún no es plena, la misma que se alcanza con el jaq’i (chacha warmi). Así, enel ámbito público, la mujer se transforma dentro de la estructura del poder in�dígena en mama t’alla (señora o mujer autoridad), mitad que se comple�menta con el varón en el gobierno indígena. La antropología ha identificadoa esta última situación con el concepto de yanantin (cfr. trabajos de TristánPlatt), que significa la mitad de un todo (cortado de una sola papa, dicen enaymara), además de implicar correspondencia, competencia y control que, asu vez, se encuentra en el concepto del tinkhu: oposición y encuentro.

El amplio escenario de interpretación del jaq’i

• Jaq’i: unidad de chacha warmi• Jaq’i: identidad• Jaq’i: pacha• Jaq’i: divinidad• Jaq’i: tejido socio�cultural

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• Jaq’i: estatus social• Jaq’i: familia• Jaq’i: ayllu• Jaq’i: espacio territorial

Para Vicenta Mamani (1999), la pareja es la base fundamental en la culturaaymara, porque la reciprocidad, dualidad y complementariedad son principiosfundamentales en la cosmovisión andina.

Se manifiesta en las prácticas económicas, sociales, políticas y culturales.Así en las de género humano tenemos: hombre�mujer, tío�tía, tata�mama,achachila�awicha. En el género animal: macho�hembra. En el espacio delas deidades: achachila�pachamama, urqu qala�qachu qala (piedra macho�piedra hembra), Intitata�paxsimama, kunturmamani (abuelo protector del ho�gar)�uywiri (abuela protectora del hogar).

Entre los elementos en los rituales tenemos: alcohol (que simboliza lo mas�culino) y vino vegetal (utilizado para lo femenino), incienso�copal. En lo or�ganizativo: hombres a la derecha y mujeres a la izquierda. Lugares sagrados:waka achachila (lugares masculinos) y waka awicha (lugares femeninos),cerros (masculino) y pampa (femenino). Plantas: plantas medicinales ma�cho y plantas medicinales hembra.

Sin embargo, esta visión, que todavía queda anclada en el esencialismo an�dino, desconoce la realidad cotidiana de la gente, cuando la mujer se ve obli�gada a migrar y enfrentar procesos de choque cultural.

Tinkhu, encuentro de diferentes

El tinkhu es una manifestación cultural, en la cual se combinan e imbrican loselementos rituales, religiosos, sociales, económicos, identitarios y genera�cionales.

Cuando se menciona al tinkhu, se hace referencia directa al encuentrode opuestos. Cerceda (1988), citando a Bertonio (1612), indica: “...en suforma directa, encontrarse”, pero viniendo de direcciones opuestas; sea los

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que vienen y van en el camino, sea el cruce de dos ríos. Puede ser un en�cuentro pacífico, aunque también el choque de dos ejércitos contrarios, pe�ro complementarios en la guerra o en los juegos. Y puede expresarsetambién la idea de comenzar la batalla”.

En ese sentido, la violencia adquiere dos formas: una ordenadora (que es re�gulatoria de lo social) y otra liberadora (referida a la violencia represiva e im�positiva, de carácter estatal), en la que la violencia forma parte imprescindiblede las relaciones sociales más allá de los juicios valorativos de considerarlabuena o mala en sí, sino a partir de las diferentes formas que adquiere, comode los contextos históricos o culturales en los que se sitúa (Núñez, 1997: 29).

El tinkhu no es sinónimo de violencia y enfrentamiento; es tiempo y espaciode encuentro con el todo.

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