12
Charles Frederick Worth 1826-1895 “Padre de la alta costura” Por Evelin Godo Balarezo

Charles Frederick Worth

Embed Size (px)

Citation preview

Charles Frederick Worth

1826-1895

“Padre de la alta costura”

Por

Evelin Godo Balarezo

Introducción

Charles Frederick Worth nace el 13 de octubre de 1826 en Bourne (Lincolnshire) diseñador de modas nacido en el Reino Unido. Es considerado el padre de la alta costura. Esta afirmación se debe a que fue pionero a la hora de firmar sus diseños, al igual que hacían artistas de otros campos como la pintura o la literatura. Por otro lado, año tras año creaba una nueva colección, lo cual no se había hecho hasta el momento. Esta es una práctica habitual entre los diseñadores de la actualidad. Por lo cual La vida de este apasionante diseñador inglés, le llevó a revolucionar el mundo de la moda, llegando a vestir a personalidades de la realeza y la nobleza del viejo continente, muchas de las cuales quedarían inmortalizadas por grandes retratistas de la época llevando sus creaciones. Pero también supo ajustarse a los cambios sociales de su tiempo, logrando que su influencia trascendiera los límites del guardarropa de la aristocracia para que todo el mundo siguiese sus dictados.

Biografia

Worth nace en el Reino Unido en el seno de una familia acomodada. Su padre, William Worth, abogado, se arruinaría a causa del juego y Worth tuvo que trabajar desde muy joven (12 años) trabajó en Londres donde empezaría su trayectoria con dos firmas importantes: Swan & Edgar`s y Lewi´s & Allenby, dejando Inglaterra con esta última. Su afán por aprender de la moda, hizo que visitara asiduamente la National Gallery y otras colecciones de arte para estudiar los retratos y sus vestidos, lo que más tarde serviría a su inspiración para muchas de sus creaciones posteriores. Ambicioso, a los 20 años, 117 francos en el bolsillo y sin saber francés, se fue a París, trabajando como vendedor en la Maison Gagelin, la casa francesa de tejidos más importante de la época y que querían a alguien que atendiera a su clientela inglesa. Allí venden también los afamados "pasleys” y además en donde conocería a su mujer, Marie Vernet (1825 - 1898). Ella también trabajaba de vendedora, y curiosamente, en esa tienda se ponían las vendedoras los pasleys para que las clientas vieran como quedaban. Era un embrión de "modelo" actual. Llevaban trajes blancos para que toda la atención se concentrara en los mantones.

En 1850 diseña para su mujer un par de vestidos, para que los utilizase mientras desfilaba con las telas de la empresa. A los clientes les entusiasmó, encargándole algunos modelos. En ese año la empresa decide abrir un pequeño departamento donde Worth se encargaría de diseñar. Viendo la aceptación de sus modelos, el

director de la empresa incluye algunos un año después en un stand de la Feria Internacional del Palacio de Cristal en Londres.  

En 1855 expondría en la Exposición Universal, presentando un nuevo tratamiento de cola sujeto por los hombros en vez de a la cintura como se llevaba hasta entonces, el traje ganaría una medalla en dicha exposición. Y en 1856 Worth dejaría Gagelin´s para formar una sociedad con un inversionista suizo (Boberg), abriendo una tienda en el número 7 de la Rue de la Paix (En esa misma calle, poco después, el emperador mandaría construir el palacio de la ópera). La llegada de Napoleón III al trono, la proclamación del Segundo Imperio Francés, hizo que su casa de modas creciera de forma tremenda. El lujo que tenia la corte en aquel momento, las ganas de lujo, de nuevos modelos, hizo que su potencial clientela aumentara.

Proyectando tener una clientela de mujeres influyentes, Marie, su mujer, llevó algunos de sus dibujos a la princesa Pauline de Metternich, esposa del embajador austriaco a París conocida como Mme. Chiffon, en un principio reacia hacia Worth (“Cómo un inglés pretende vestir a las francesas”). Los bocetos le gustaron tanto, que le encargó dos vestidos, uno de día y otro de noche. En una recepción oficial, la emperatriz francesa Eugenia de Montijo, mujer de Napoleón III, fascinada por el vestido de noche de Worth, quiso que la princesa se lo presentara. la Emperatriz fascinada por el diseño quiso conocer al joven creador, nombrándolo más tarde proveedor de la casa Real; llegando incluso a incorporar el sello real a su firma. 

Durante la siguiente década vistió a grandes personalidades, tales como la Gran Duquesa María de Rusia o la Reina Margarita de Italia. Pero quizás le debió sobre todo su fama a la Emperatriz Isabel de Austria o a la Emperatriz Eugenia Montijo, siendo estas retratadas por el pintor Winterhalter vistiendo trajes suyos en seda y tul bordados en oro para la posteridad. En 1870 Worth cerraría por primera vez sus puertas como muchas otras firmas en la moda, obligado por las circunstancias, al entrar las tropas prusianas en París. Dejando atrás el pasado para formar una nueva era en la moda, en 1871 Worth abriría de nuevo sus puertas en el número siete de la Rue de Paix, ya sin su socio capitalista Bobergh puesto que éste vendió sus acciones por miedo a dar el paso en una nueva era de gran incertidumbre política y social. 

Emperatriz Isabel de Austria

Princesa Pauline Sandor de

Metternich.

Ahora las modas de Paris, hasta entonces implantadas por la nobleza, se reflejaban en los nuevos cambios sociales. Worth también temió en un principio a los cambios, pero sabría adaptarse a la perfección a todas sus épocas vividas. 

En los teatros era donde las mujeres hacían parte de sus vidas sociales y se dejaban ver con sus mejores y elegantes trajes para estrenar. Las actrices fueron sus mayores fuentes de ingresos en esa época, ya que se convertirían también en sus más destacadas embajadoras y publicidad de la alta costura, sobre todo en la sociedad parisina dentro y fuera de los escenarios, viviendo siempre con grandes lujos, teniéndose que hacer con un sobresueldo proporcionado a su grado de importancia como actriz y por la cantidad de protegidos que tuvieran, para poder permitírselo.

La gente exigía de ellas verlas con las últimas creaciones en alta costura parisina, así las actrices con los mejores vestidos conseguirían los mejores papeles de obras, puesto que de ellas dependía conseguir un amplio guardarropa, Vivian por encima de sus posibilidades rodeadas de gran lujo como si de un desfile o una gran obra teatral rodeaban sus verdaderas vidas glamorosas en todo momento, siendo así como el público quería verlas, como en el caso de estas dos grandes figuras de la época, Sarah Bernhardt o Eleonora Duse, vestidas siempre por el gran modisto.  

Lady Curson Dubar

La reputación de Worth tanto tenía que ver con la calidad de sus prendas como con sus innovaciones en siluetas. En 1856 fue el mayor impulsor de la crinolina hasta tal punto que le pusieron el nombre de “Monsieur crinoline”. Esta vino a sustituir la cantidad de enaguas superpuestas e impuestas por las modas de entonces. Worth no estaba demasiado satisfecho con ella, todos los diseñadores la utilizaban y la pusieron de moda a pesar de atribuírsele el mérito.

En 1864, cansado de las críticas, implantaría una nueva silueta, que era en realidad una modificación de la crinolina, ésta no disminuía la cantidad de tejido, pero se ajustaría por delante, llevando el exceso de tela hacia atrás para definir la silueta, cosa que escandalizó al marcar el abdomen. Teniendo este que inventar numerosos estilos de camuflaje, como solución al problema, usó sobrefaldas y recogidos en la parte trasera de las faldas, otra innovación seria el cambio que dio a la forma de sus sombreros para despejar así el rostro de la cara.

A comienzos de los 70 la silueta implantada por Worth fue tan desproporcionada que tuvo que añadirle un nuevo soporte para que la falda no perdiera su forma inicial por la cantidad de tejido utilizado, para entonces la mujer se había vuelto a acostumbrar como en el caso de la crinolina, a este nuevo artilugio lo llamarían polisón. 

Worth compensó el gran tamaño de los estampados y de las faldas con un aumento de mangas utilizándolas voluminosas y abollonadas, éstas ensanchaban el tamaño del brazo y subían por encima del hombro. Dichos modelos de manga fueron tales como las mangas de farol o de jamón. Empezaría a interesarse más por el corte de la prenda, el objetivo era crear un mayor ajuste del modelo experimentando con cortes funcionales así como con otros simplemente decorativos. Inventó un nuevo corte de vestido llamado princesa que fue novedoso ya que estaba cortado de una sola pieza mientras que los vestidos hasta entonces sólo se veían de dos piezas.

La famosa soprano Jenny Lind.

La Emperatriz Eugenia

Otra de sus ideas fue el modo de cortar las faldas mediante paneles al bies, creando una silueta de forma cónica. La simplicidad del c orte supo compensar con abundantes ornamentos costosos tales como galones, cintas, cordones, puntillas, lazos y pasamanerías, de tal manera que se le llegó a denominar moda mercería.

El aprendizaje adquirido en el campo textil en Londres, así como su gran dominio de técnicas en el corte, le ayudarían a probar distintas técnicas con estampados de mayor complicación.  

Los tejidos eran de gran tamaño, asimétricos, de líneas simples y nada recargados, al contrario de como se habían llevado hasta entonces. Era una novedad para los estampados tradicionales de la época, ya que estos no estaban pensados para seguir la forma del cuerpo. Supo combinar con gran maestría estampados con flores y plumas colosales de gran colorido así como hojas de tamaño gigantesco o enormes pájaros. Estos estampados se adaptaban perfectamente a la nueva silueta de Worth, menos complicada, más sencilla y con menos cortes. 

La cantante de ópera Nellie Melba.

Según fue creciendo el negocio, Worth fue mandando a fabricar los tejidos con casas textiles importantes como en el caso de casas de Lyón, donde se los hacían con anchos especiales y diferentes al del resto de los otros modistos, le hacían tanto telas como adornos especiales y exclusivos con diferentes anchos según los pedidos de telas o de pasamanerías como bandas de encajes, puntillas o pedrerías. 

Su gran dominio textil se destacaría especialmente a finales del segundo Imperio pues en ese periodo una mujer solo podía vestir de blanco en las recepciones de la Corte, siendo así un problema si vestían dos mujeres iguales. Worth haría trajes en cada

temporada siempre diferentes para cada clienta año tras año, siendo esto otra novedad. La mayoría de las veces siendo siempre en blanco, experimentó con diferentes materiales, texturas y adornos. 

Diseñó trajes de tarde y paseo, pero lo que realmente le dio fama fueron sus trajes de ceremonia y sobre todo los de noche, estos últimos a menudo en blanco, aunque también usaría tonos pasteles, tonos claros o apagados, malvas, azules o rosas en tonalidades suaves. Más adelante utilizaría colores inspirados en la iluminación que creaban los bailes nocturnos tales como púrpuras, granates y verdes oscuros a los que a menudo aplicaba toques de oro y rojo. Solía adaptar a los gustos de su clienta, pero en sus colecciones presentaba toda una serie de modelos en el mismo color o modelos que giraban sobre un mismo tema. 

Además, se reveló también un genio del marketing avant la lettre, y esta nueva manera de concebir la moda se acompañó también de una nueva manera de comunicarla: los desfiles de moda. Antes, los vestidos se mostraban sobre bustos de madera, y Worth fue el primero en concebir la moda como espectáculo, invitando a las clientas a sus salones, lujosamente decorados, mientras hacía desfilar una serie de jóvenes atractivas -las llamadas sosías o dobles porque debían tener el tipo físico que correspondía al de las clientas-, vestidas con sus creaciones, naciendo así el concepto de modelo. Su nombre crecería hasta convertirse en el Progenitor de la alta costura, reconocido hasta nuestros días, siendo la importancia de este diseñador en la historia de la moda muy notable ya que llegó a ser el primer creador al que se

atribuyó la categoría de celebridad, Worth reivindicó la libertad creativa en la moda, pretendiéndose artista (“Yo soy un artista. Un vestido vale lo que un cuadro”) realizando diseños con un método muy sencillo, y firmando sus prendas como si de obras de arte se tratasen, poniéndoles etiquetas con su nombre. Fue el primero en hacerlo, creando un nuevo concepto en la época: el “Couturier” (modisto).

El acto de firmar sus diseños, que a muchos les puede parecer un acto pequeño, hizo un gran cambio en la época: Frederick Worth decidía cómo serían los vestidos que usarían sus clientas, dejando de ser solo un costurero.

Se hizo acreedor al título del “Rey de la costura” ya que gracias a sus recursos comerciales y publicitarios, unidos a su indiscutible talento, logró que su influencia trascendiera los límites del guardarropa de la nobleza para que todo el mundo siguiese sus dictados. La palabra “couturier” es decir, modisto, se creó especialmente para calificarle, ya que anteriormente sólo existían las modistas, de menor rango, y los hombres solían dedicarse a la sastrería. En un nuevo concepto de diseñador, debió de ejercer de creador, artista, y genio de las relaciones publicitarias y director de una empresa para poder destacar de los artesanos con aptitudes.

Entre otras cosas, Worth crea la Chambre de la Couture Parisienne: criterios específicos que un diseñador debía cumplir para poder llamarse un “Couturier”. ¿Y quién mejor para hacer esta guía que el primer “Couturier” del mundo sobre la indumentaria de la femme ornée o

la "mujer adornada" de la belle époque hay que decir que se caracterizaba por su afán de comprimir y cubrir de postizos el cuerpo femenino. La idea era crear un reloj de arena con las curvas de la dama: frágil cintura y exuberante parte superior e inferior. El vestuario femenino, incluso en la versión ligeramente suavizada de Worth, recordaba a una camisa de fuerza. El cuello, alto, estrecho y rígido, obligaba a erguir la cabeza, mientras que los sombreros, algo inclinados y de anchas alas, se decoraban con pesadas plumas de avestruz. Las mangas estaban ahuecadas en el hombro, se recogían en el codo y se estrechaban hasta la mano. Cubrían hasta los nudillos para no mostrar zonas indecorosas. Las faldas llegaban hasta el suelo y se ensanchaban en las caderas, cayendo en forma de campana. Su parte posterior estaba decorada con pliegues y rematada con una pequeña cola. Los zapatos y botines eran puntiagudos y se sostenían sobre medios tacones barrocos. Los complementos imprescindibles eran las medias de seda negra, los guantes ajustados y la sombrilla, que servía para preservar el tono blanco de la piel.

P ara el día se usaban telas de lino, terciopelo y lana. Los colores eran pasteles claros o apagados como el rosa, azul o malva. Estos vestidos se engalanaban con galones, cintas, lazos y volantes. Para la noche se recurría a la seda, las puntillas, la muselina, el tul, el crespón de China o el satén entre otros. Los trajes presentaban ricos adornos y generosos escotes. Eran imprescindibles los guantes largos para "vestir los brazos" y para que no se vieran las manos desnudas.

Worth murió en 1895, la empresa se cambió en 1936 a la Rue du

La actriz británica Lillie Langtry.

Faubourg Saint honoré, trasladándose en 1946 a Londres, La Casa Worth se convirtió en el taller de Alta Costura más prestigioso de todo París. Y no solo durante la vida de su fundador, sino también tras su muerte, gracias a sus hijos Gaston-Lucien Worth (1853–1924) y Jean-Phillipe Worth (1856–1926). Los diseños de sus hijos, sobre todo los de Jean-Philippe, eran al principio similares a los suyos. Aunque obviamente fueron adaptándose a las nuevas modas y costumbres con el paso del tiempo. La casa Worth cerró definitivamente en 1954, cuando el nieto del fundador se retiró como diseñador. Esa visión de negocio también la heredó uno de sus hijos, Gastón Worth, quien junto con otros diseñadores prominentes de la época creó en 1868 la llamada en su momento Cámara Sindical de la Confección y de la Costura para Damas y Señoritas, comúnmente conocida como Cámara Sindical de la Alta Costura . Su objetivo principal era poner freno a la venta de copias de sus vestidos, aunque la Cámara Sindical también estipulaba los criterios que hacen de un diseñador un "couturier", establece el calendario de las temporadas para presentar las colecciones y organiza un registro de los diseños. La Cámara Sindical de la Costura queda adscrita en 1973 a la Federación Francesa de la Costura, del prêt-à-porter, de los couturiers y de los creadores de moda, más conocida como Federación Francesa de la Costura, y que se organiza internamente en la Cámara Sindical de la Alta Costura, la Cámara

Sindical de la moda masculina, y la Cámara Sindical del prêt-à-porter, los couturiers y los creadores de moda. En cuanto a la diferencia entre un couturier y un creador o diseñador de moda, ésta se debe a que el término couturier es una denominación jurídica protegida, de la que sólo pueden servirse las empresas que figuran en la lista establecida anualmente por una comisión particular del Ministerio de Industria francés. Los requisitos para ser considerado couturier, y no sólo diseñador de moda, se establecieron por la Cámara Sindical en 1945, y fueron actualizados por la Federación en 1992.Tras su muerte en 1895. Hoy en día solo encontramos la firma en una línea de perfumes... Jacques Worth (responsable de los perfumes) y Jean-Charles Worth son los nietos que continuaron con el negocio. De todo lo que creó Worth, solo los perfumes han persistido. Fue en 1922, al tiempo que los cambios se aceleraban en la sociedad y los diseños de una joven modista que se hacía llamar Coco Chanel empezaban a ganar la partida a las grandes piezas de los Worth, cuando se decidieron a lanzar una línea de perfumes con el nombre de la sastrería. La idea se debía al perfumista Maurice

Blanchet, quien fue también el principal responsable de las nuevas fragancias. En 1924, casi simultáneamente al lanzamiento del famoso Chanel N° 5, apareció el primer perfume de la línea Worth, con el nombre de Dans la Nuit, y le siguieron Vers le jour, Sans Adieu, Je Reviens, el más célebre de todos ellos, y Vers Toi. Los nombres de los perfumes, escritos por orden de aparición, componen una breve historia de amor.Dans La Nuit (1924) Vers le Días (1925) Adiós Sans (1929) Je Reviens (1932)Vers Toi (1934) Je Reviens sigue siendo el más famoso y venerado de los perfumes Worth. Encapsular el romance y la elegancia de París en la década de 1930, el perfume alcanzó gran fama en la década de 1940 cuando se convirtió en un regalo favorito de los soldados a sus novias. Es un clásico atemporal, más allá de estilos y tendencias.Maurice Blanchet, el famoso perfumista, y René Lalique, cristalero, eran los mejores amigos de Jaques y decidieron unirse a él en la compañía. Lalique diseñó los "frascos" de algunos de los perfumes.

Siguiendo los pasos de Worth estuvieron Callot  Soerurs, Patou, Lanvin, Chanel, Balenciaga Dior…. Algunas de estas casas de moda aún existen bajo la dirección de diseñadores modernos. Tras la muerte y cierre de sus puertas. Reabriendose hasta hace 2 años!, en 2010, bajo el nombre House of Worth Ltd y la dirección de Giovanni Bedin.

No cabe duda que el apellido Worth estará marcado por siempre en el diseño de modas; a él debemos agradecerle el podernos sorprender hoy en día con las maravillas que grandes diseñadores confeccionan temporada tras temporada y por las que morimos tan sólo de verlas.

24 enero del