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Charly fabrica de-chocolate

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  • 1. PRELIMINAR 1 Aqu viene Charlie 2 La fbrica del Sr. Willy Wonka 3 El Sr. Wonka y el prncipe indio 4 Los obreros secretos 5 Los Billetes Dorados 6 Los dos primeros afortunados 7 El cumpleaos de Charlie 8 Se encuentran otros dos Billetes Dorados 9 Gamble El abuelo Joe se arriesga 10 La familia empieza a pasar hambre 11 El milagro 12 Lo que deca en el Billete Dorado 13 Llega el gran da 14 El seor Willy Wonka 15 El Recinto del Chocolate 16 Los OompaLoompas 17 Augustus Gloop se va por un tubo 18 Por el ro de chocolate 19 La Sala de Invenciones -Caramelos Eternos 20 La gran mquina de chicle 21 Adis, Violet 22 Por el corredor 23 Caramelos cuadrados que se vuelven en redondo 24 Veruca en el cuarto de las nueces 25 El gran ascensor de cristal 26 La Sala del Chocolate de Televisin 27 Mike Tev es enviado por televisin 28 Slo queda Charlie 29 Los otros nios se van a sus casas 30 La fbrica de chocolate de Charlie

2. PRELIMINAR CUANDO tienes diez u once aos y vuelves del colegio despus de una jornada casi heroica te asaltan, sin duda, oscuras reflexiones. Tu madre pasa por delante de ti, apuradsima, con una sonrisa vaga en los labios: es martes y sabes muy bien que los martes va a casa de esa amiga suya, la de los ojos saltones. Tu padre, por su parte, te escucha pacientemente, s, pero enseguida descubres con sorpresa que la victoria de tu equipo frente a los alumnos de sexto curso no le parece la cosa ms importante del mundo. Luego sigue leyendo el peridico o contemplando con desesperacin hojas llenas de cifras que saca de su maletn. T entonces le molestas un poco, haces ruido con los ceniceros, imitas el canto de la rana o el bramido del elefante. Intil, como si no existieras. Por fin, ceudo, acudes a tu hermano mayor, pero te recibe con un mohn de fastidio. Es muv mayor ya, desde luego: acaba de, entrar en la universidad y una tarde le sorprendiste besando a una chica muy fea en el portal. Ahora no tiene tiempo para ocuparse de ti. Qu hacer, pues? Tu perro bosteza sobre la alfombra. Das un silbido y acude manso, agitando la cola. Bien, te dices, al menos ste me hace caso, me necesita. Tiras, cruel, de sus tiernas orejas y se lamenta, apenas un hilito de dolor, le soplas en los ojos y se revuelve corno si estuviese mojado; le obligas a darte la pata y lo hace con escrupulosa educacin. Muy pronto, sin embargo, te aburres. Eso no te basta. Malhumorado, concibiendo implacables proyectos de venganza, recompensas al perro con una culebrilla de regaliz y te alejas por el pasillo golpeando con el pie un burujo de papel. Te sientes un poco insignificante. El mundo entero est pendiente de las cifras de tu padre, de las reuniones de tu madre, de las hazaas de tu hermano. La tierra misma contiene la respiracin cuando ellos hablan, redactan un informe o hacen la compra. T, en cambio, ni siquiera tienes un bigote como el de FuManch con el que impresionar a las nias. No eres el protagonista de ningn acontecimiento, de ninguna aventura. Y sin embargo, sabes que puedes consolarte. Entras en tu habitacin con cara de pocos amigos y cierras la puerta con cuidado. Quieres estar solo. Dejas el regaliz y el cortaplumas sobre la mesa, apartas el flequillo de tu frente y adoptas una actitud .solemne, de director de orquesta. All estn, en tus cajones, junto a los petardos que te sobraron de Navidad y las canicas de cristal: tus libros. Un libro, piensas, es una cajita milagrosa: puedes meterlo en el bolsillo de tu abrigo y en l caben, sin embargo, muchas ms cosas de las que existen en el mundo. En un libro cabe un dragn, por ejemplo, o un duende con pantuflas y nariz en forma de anzuelo o un gigante de cinco metros de altura que calza zapatos del nmero veintinueve. Un libro cruje cuando lo abres, como una galleta, y los negros regueros de tinta, sobre el frgil papel, despiden un olor sutil y sabroso, semejante al de ciertas frutas livianas. Te gustan, s, los libros. En ellos todo se invierte: en sus vastos reinos t eres el rey. Ahora, por fin, los nios de diez u once aos ocupan el lugar que se merecen. Nada tienen que hacer all las ridculas hazaas de tu hermano, ni la amiga de ojos saltones de tu madre, ni el maletn de tu padre. Nada de frusleras. Slo cosas verdaderamente importantes y personajes verdaderamente importantes: Pulgarcito, Hansel y Gretel, Pinocho, Tom Sativyer, Guillermo, Momo, el pequeo Nicols y ese Jim que disput a peligrossimos piratas un increble tesoro en una isla desierta. Recorres las pginas a caballo, empuando una espada o persiguiendo a un astuto ladrn o saltando sobre tus botas de siete leguas. Ests solo, pero todo el mundo te mira. Ves que en ese mundo t eres el protagonista. Ya ests vengado. El centro del universo coincide ahora con el lugar donde t te encuentras. Y precisamente, desde hace algunos das tienes un nuevo libro para leer. Te tumbas en el suelo, bocabajo y con las piernas levantadas, y lo tornas entre tus ruanos. Acaricias su lomo con cario v emocin. Demoras lo ms posible el momento de nadar sin resuello a travs de sus pginas: el placer es ms intenso cuanto ms fuerte es el deseo. Te entretienes un rato con los brillantes colores de a portada y 3. luego lees en voz alta el nombre del autor: Roald Dahl. Un nombre curioso, tan breve v tan .sonoro; un rugido seguido de una campanada, un timbrazo e inmediatamente una sola nota sale del piano. Finalmente deletreas tambin, gozoso, el ttulo de la obra: Charlie y la fbrica de chocolate. Y ya sin ms, abres el cofre y buscas entre las pginas. El protagonista del libro es naturalmente un nio, como Tom Sawyer o Guillermo. Es adems, como Pulgarcito, un nio pobre que suea quin no con comer muchas chocolatinas. Y es, por ltimo, un nio que, al igual que Hansel y Gretel o Jim, encuentra algo que cambiar su vida. Es cierto, se parece a los mejores de tus cuentos, a los ms famosos cuentos que has ledo. Y sin embargo no, se trata de un libro distinto, nuevo, de otra tierra que hay que explorar. Porque junto a Charlie hay otro personaje, un personaje sin el cual Charlie no habra sido ms que un Pulgarcito sin botas de siete leguas o un Pinocho sin Gepetto. S, tienes que reconocerlo, no es un nio. Suele vestir un hermoso frac color ciruela que probablemente servira a tu padre y hace ya mucho tiempo que sali del colegio. Y no obstante no es un hombre comn. Se distingue de los otros adultos no porque no vaya a la oficina o porque no tenga una amiga de ojos saltones sino precisamente porque no 1e gustan los adultos. O ms exactamente: porque prefiere a los nios. En realidad, te recuerda asimismo a personajes de otros cuentos: las hadas, Merln el Encantador o la Vieja de los Gansos. Pues, como ellos, conoce la magia y sus efectos y sabe a quin otorgar sus favores. Se llama Willy Wonka y es el dueo de la fbrica de chocolate que se yergue frente a la casa de Charlie. Pero no creas, no se trata de una fbrica normal. La fbrica de Wonka, el ms grande inventor de golosinas del mundo, esconde un misterio, un secreto que nadie conoce. Y este secreto excita la curiosidad de todos. Qu ocultar ese loco de Wonka?, se pregunta la gente. Y Wonka por fin se decide a desvelar su secreto: mostrar las maravillas de su fbrica a los cinco nios que encuentren los cinco billetes de oro que ha escondido en sus chocolatinas. Ests nervioso, impaciente. Conseguir Charlie encontrar uno de ellos? Trepas las pginas, con el corazn apresurado, casi sin detenerte. Mordisqueas el regaliz, que has cogido de la mesa, y avanzas remontando el ro. Y de pronto, un buen da, lo consigue. S, lo consigui. Uf, lo consigui. La verdad es que se lo mereca. Charlie ha encontrado uno de los billetes de oro que le abrirn las puertas de la aventura y la fantasa. A la maana siguiente, Willy Wonka le guiar por los increbles subterrneos de su fbrica de chocolate. S, vas a entrar en la fbrica... Pero en ese momento vuelve tu madre de visitar a la amiga de ojos saltones y te llama a cenar. Qu fastidio. Cierras el libro con remolonera y, despus de acariciarlo por ltima vez, lo devuelves al cajn. Te sientas a la mesa lleno de rencor, frunciendo el ceo. Lo has decidido: slo te comers el primer plato y adems, como por descuido, dejars caer la sal sobre el mantel. Sabes cunto molesta esto a tu madre. No le perdonas que te haya interrumpido. Pero no te preocupes. Cena tranquilo. Charlie te esperar cuanto tiempo sea necesario y Wonka no abrir la fbrica hasta que t regreses. No, no te preocupes. No van a entrar sin ti. 4. 1 Aqu viene Charlie Estos dos seores tan viejos son el padre y madre del seor Bucket. Se llaman abuelo Joe y abuela Josephine. Y estos dos seores tan viejos son el padre y la madre de la seora Bucket. Se llaman abuelo George y abuela Georgina. 5. Este es el seor Bucket. Esta es la seora Bucket. El seor y la seora Bucket tienen un hijo que se llama Charlie Bucket. Este es Charlie. Cmo ests? Y t, cmo ests? Charlie se alegra de conoceros. Toda esta familia las seis personas mayores (cuntalas) y el pequeo Charlie Bucket viven juntos en una casita de madera en las afueras de una gran ciudad. La casa no era lo bastante grande para tanta gente, y la vida resultaba realmente incmoda para todos. En total, slo haba dos habitaciones y una sola cama. La cama estaba reservada a los cuatro abuelos, porque eran muy viejos y estaban cansados. Tan cansados que nunca salan de ella. 6. El abuelo Joe y la abuela Josephine de este lado, y el abuelo George y la abuela Georgina de este otro. El seor y la seora Bucket y el pequeo Charlie Bucket dorman en la otra habitacin, sobre colchones extendidos en el suelo. En el verano esto se poda soportar, pero en el invierno heladas corrientes de aire soplaban a la altura del suelo durante toda la noche y era horrible. No haba para ellos posibilidad alguna de comprar una casa mejor, o aun de comprar otra carpa. Eran demasiado pobres para eso. El seor Bucket era el nico en la familia que tena empleo. Trabajaba en una fbrica de pasta dentfrica, donde pasaba el da entero sentado en un banco ajustando los pequeos tapones de los tubos de pasta dentfrica despus de que stos hubiesen sido llenados. Pero un taponador de tubos de pasta dentfrica nunca gana mucho dinero, y el pobre seor Bucket, por ms que trabajase y por ms velozmente que taponase los tubos, jams consegua ganar lo suficiente para comprar la mitad de las cosas que una familia numerosa necesitaba. No haba ni siquiera bastante dinero para comprar comida adecuada para todos ellos. Las nicas comidas que podan permitirse eran pan y margarina para el desayuno, patatas y repollo cocido para el almuerzo y sopa de repollo para la cena. Los domingos eran un poco mejor. Todos esperaban ilusionados que llegara el domingo, porque entonces, a pesar de que coman exactamente lo mismo, a todos les estaba permitido repetir. Los Bucket, por supuesto, no se moran de hambre, pero todos ellos los dos viejos abuelos, las dos viejas abuelas, el padre de Charlie, la madre de Charlie y especialmente el propio Charlie pasaban el da de la maana a la noche con una horrible sensacin de vaco en el estmago. Charlie era quien ms la senta. Y a pesar de que su padre y su madre a menudo renunciaban a sus propias raciones de almuerzo o cena para drsela l, ni siquiera esto era suficiente para un nio en edad de crecer. Charlie quera desesperadamente algo ms alimenticio y satisfactorio que repollo y sopa de repollo. Lo que deseaba ms que riada en el mundo era... CHOCOLATE. Por las maanas, al ir a la escuela, Charlie poda ver grandes filas de tabletas de chocolate en los escaparates de las tiendas, y sola detenerse para mirarlas, apretando la nariz contra el cristal, mientras la boca se le haca agua. Muchas veces al da vea a los dems nios sacar cremosas chocolatinas de sus bolsillos y masticarlas vidamente, y eso, por supuesto, era una autentica tortura. Slo una vez al ao, en su cumpleaos, lograba Charlie Bucket probar un trozo de chocolate. Toda la 7. familia ahorraba su dinero para esta ocasin especial, y cuando llegaba el gran da, Charlie reciba de regalo una chocolatina para comrsela l solo. Y cada vez que la reciba, en aquellas maravillosas maanas de cumpleaos, la colocaba cuidadosamente dentro de una pequea caja de madera y la atesoraba como si fuese una barra de oro puro; y durante los das siguientes slo se permita mirarla, pero nunca tocarla. Por fin, cuando ya no poda soportarlo ms, desprenda un trocito diminuto del papel que la envolva para descubrir un trocito diminuto de chocolate, y daba un diminuto mordisco justo lo suficiente para dejar que el maravilloso sabor azucarado se extendiese lentamente por su lengua. Al da siguiente daba otro diminuto mordisco, y as sucesivamente. Y de este modo, Charlie consegua que la chocolatina de seis peniques que le regalaban por su cumpleaos durase ms de un mes. Pero an no os he hablado de la nica cosa horrible que torturaba al pequeo Charlie, el amante del chocolate, ms que cualquier otra. Esto era para l mucho, mucho peor que ver las tabletas de chocolate en los escaparates de las tiendas o contemplar cmo los dems nios masticaban cremosas chocolatinas ante sus propios ojos. Era la cosa ms torturante que podis imaginaros, y era sta: En la propia ciudad, a la vista de la casa en la que viva Charlie, haba una ENORME FABRICA DE CHOCOLATE! Os lo imaginis? Y no era tampoco simplemente una enorme fbrica de chocolate. ! Era la ms grande y famosa del mundo entero! Era la FABRICA WONKA, cuyo propietario era un hombre llamado el seor Willy Wonka, el mayor inventor y fabricante de chocolate que ha existido. Y qu magnfico, qu maravilloso lugar era ste! Tena inmensos portones de hierro que conducan a su interior, y lo rodeaba un altsimo muro, y sus chimeneas despedan humo, y desde sus profundidades podan orse extraos sonidos sibilantes. Y fuera de los muros, a lo largo de una media milla en derredor, en todas direcciones, el aire estaba perfumado con el denso y delicioso aroma del chocolate derretido! Dos veces al da, al ir y venir de la escuela, el pequeo Charlie Bucket pasaba justamente por delante de 8. las puertas de la fbrica. Y cada vez que lo haca empezaba a caminar muy, muy lentamente, manteniendo la nariz elevada en el aire, y aspiraba largas y profundas bocanadas del maravilloso olor a chocolate que le rodeaba. Ah, cmo le gustaba ese olor! Y cmo deseaba poder entrar en la fbrica para ver cmo era! 2 La fbrica del Sr. Willy Wonka Por las noches, despus de haber terminado su aguada sopa de repollo, Charlie iba siempre a la habitacin de los cuatro abuelos para escuchar sus cuentos, y luego, ms tarde, para darles las buenas noches. Cada uno de estos ancianos tena ms de noventa aos. Estaban tan arrugados como ciruelas pasas y tan huesudos como esqueletos, y durante el da, hasta que Charlie haca su aparicin, yacan acurrucados en la nica cama, dos en cada extremo, con gorros de dormir para conservar abrigadas sus cabezas, dormitando para pasar el tiempo, sin nada que hacer. Pero en cuanto oan abrirse la puerta y la voz de Charlie diciendo Buenas noches, abuelo Joe y abuela Josephine, abuelo George y abuela Georgina, los cuatro se incorporaban rpidamente, y sus arrugadas caras se encendan con una sonrisa de placer, y la conversacin empezaba. Adoraban al pequeo Charlie. El era la nica alegra de su vida, y sus visitas nocturnas eran algo que esperaban ilusionados durante todo el da. A menudo, la madre y el padre de Charlie acudan tambin a la habitacin y se quedaban de pie junto a la puerta, escuchando las historias que contaban los ancianos, y as, durante una media hora cada noche, esta habitacin se converta en un lugar feliz, y la familia entera consegua olvidar que era pobre y pasaba mucha hambre. Una noche, cuando Charlie entr a ver a sus abuelos, les dijo:Es verdad que la Fbrica de Chocolate de Wonka es la ms grande del mundo? Que s es verdad? gritaron los cuatro al unsono Claro que es verdad! Santo Cielo, es que no lo sabas? Es cincuenta veces ms grande que cualquier otra! Y es verdad que el seor Willy Wonka es el fabricante de chocolate ms inteligente del mundo? Mi querido muchacho dijo el abuelo Joe, incorporndose un poco ms sobre su almohadael seor Willv Wonka es el fabricante de chocolate ms asombroso, ms fantstico, ms extraordinario que el mundo ha conocido! Cre que todos lo saban! Yo saba que era famoso, abuelo Joe, y saba que era muy inteligente... Inteligente! grit el anciano. Es ms que eso! Es un mago del chocolate! Puede hacer cualquier cosa, todo lo que quiera! No es verdad, queridos? 9. Los otros tres ancianos movieron afirmativamente la cabeza y dijeron:Absolutamente verdad. No puede serlo ms. Y el abuelo Joe dijo:Quieres decir que nunca te he hablado del seor Willy Wonka y de su fbrica? Nunca respondi el pequeo Charlie. Santsimo Cielo! No s qu me ocurre! Me lo contars ahora, abuelo Joe, por favor? Claro que s. Sintate en la cama junto a m, querido nio, y escucha con atencin. El abuelo Joe era el ms anciano de los cuatro abuelos. Tena noventa y seis aos y medio, y sa es una edad muy respetable para cualquiera. Era dbil y delicado como toda la gente muy anciana y hablaba muy poco a lo largo del da. Pero por las noches, cuando Charlie, su adorado nieto, estaba en la habitacin pareca, de una forma misteriosa, volverse joven otra vez. Todo su cansancio desapareca y se pona tan ansioso y excitado como un nio. Qu hombre es este seor Willy Wonka! grit el abuelo Joe. Sabas, por ejemplo, que l mismo ha inventado ms de doscientas nuevas clases de chocolatinas, cada una de ellas con un relleno diferente, cada una mucho ms dulce, suave y deliciosa que cualquiera de las que puedan producir las dems fbricas de chocolate? Es la pura verdad! grit la abuela Josephine. Y las enva a todos los pases del mundo! No es as, abuelo Joe? As es, querida ma, as es. Y tambin a todos los reyes y a todos los presidentes del mundo. Pero no slo fabrica chocolatinas. Ya lo creo que no! El seor Willy Wonka tiene en su haber algunas invenciones realmente fantsticas! Sabas que ha inventado un mtodo para fabricar helado de chocolate de modo que ste se mantenga fro durante horas y horas sin necesidad de meterlo en la nevera? Hasta puedes dejarlo al sol toda una maana en un da caluroso y nunca se derretir! 10. Pero eso es imposible! dijo el pequeo Charlie, mirando asombrado a su abuelo. Claro que es imposible! exclam el abuelo Joe. Es completamente absurdo! Pero el seor Willy Bonka lo ha conseguido! Exactamente! asintieron los dems, moviendo afirmativamente la cabeza. El seor Wonka lo ha conseguido. Y adems continu el abuelo Joe, hablando ahora muy lentamente para que Charlie no se perdiese una sola palabra, el seor Willy Wonka puede hacer caramelos que saben a violetas, y caramelos que cambian de color cada diez segundos a medida que se van chupando, y pequeos dulces ligeros como una pluma que se derriten deliciosamente en el momento en que te los pones entre los labios. Puede hacer chicle que no pierde nunca su sabor, y globos de caramelo que puedes hinchar hasta hacerlos enormes antes de reventarlos con un alfiler y comrtelos. Y, con una receta ms secreta aun, puede confeccionar hermosos huevos de azulejos con manchas negras, y cuando te pones uno de ellos en la boca, ste se hace cada vez ms pequeo hasta que de pronto no queda nada de l excepto un minsculo pajarillo de azcar posado en la punta de tu lengua. El abuelo Joe hizo una pausa y se relami lentamente los labios.Se me hace la boca agua slo de pensar en ellodijo. A m tambin dijo el pequeo Charlie. Pero sigue, por favor. Mientras hablaban, el seor y la seora Bucket, el padre y la madre de Charlie, haban entrado silenciosamente en la habitacin, y ahora estaban de pie junto a la puerta, escuchando. Cuntale a Charlie la historia de aquel loco prncipe indio dijo la abuela Josephine. Le gustar orla. Te refieres al prncipe Pondicherry? dijo el abuelo Joe, y se ech a rer. Completamente loco! dijo el abuelo George. Pero muy rico dijo la abuela Georgina. Qu hizo?pregunt Charlie ansiosamente. Escucha dijo el abuelo Joe y te lo dir. 11. 3 El Sr. Wonka y el prncipe indio El prncipe Pondicherry le escribi una carta al seor Willy Wonka dijo el abuelo Joe y le pidi que fuese a la India y le construyese un palacio colosal hecho enteramente de chocolate. Y el seor Wonka lo hizo, abuelo? Ya lo creo que s. Y vaya un palacio! Tena cien habitaciones, y todo estaba hecho de chocolate amargo o de chocolate con leche. Los ladrillos eran de chocolate, y el cemento que los una era de chocolate, y las ventanas eran de chocolate, y todas las paredes y los techos estaban hechos de chocolate, y tambin las alfombras y los cuadros y los muebles y las camas; y cuando abras los grifos, de ellos sala chocolate caliente. Cuando el palacio estuvo terminado, el seor Wonka le dijo al prncipe Pondicherry: Le advierto que no durar mucho tiempo, de modo que ser mejor que empiece a comrselo ahora mismo. Tonteras!, grit el prncipe, no voy a comerme mi palacio! Ni siquiera pienso mordisquear las escaleras o lamer las paredes! Voy a vivir en l! Pero, por supuesto, el seor Wonka tena razn, porque poco tiempo despus hizo un da muy caluroso con un sol abrasador, y el palacio entero empez a derretirse, y luego se fue derrumbando lentamente, y el pobre prncipe, que en aquel momento estaba durmiendo la siesta en el saln se despert para encontrarse nadando en un enorme lago marrn de pegajoso chocolate. El pequeo Charlie estaba sentado inmvil al borde de la cama, mirando fijamente a su abuelo. La cara de Charlie estaba encendida, y sus ojos tan abiertos que era posible ver la parte blanca rodeando enteramente sus pupilas. Esto es realmente verdad? pregunt O me ests tomando el pelo? 12. Es verdad! exclamaron los cuatro ancianos al unsono. Claro que es verdad! Pregntaselo a quien quieras! Y te dir otra cosa que es verdad dijo el abuelo Joe, inclinndose ahora para acercarse aun ms a Charlie y bajando la voz hasta convertirla en un suave, secreto susurro. Nadie... sale... nunca! De dnde? pregunt Charlie. Y... nadie... entra... nunca! A dnde?grit Charlie. A la fbrica de Wonka, por supuesto! Abuelo, a qu te refieres? Me refiero a los obreros, Charlie. A los obreros? Todas la fbricas dijo el abuelo Joe tienen obreros que entran y salen por sus puertas por la maana y por la noche, excepto la de Wonka. Has visto t alguna vez una sola persona entrar en ese sitio o salir de l? El pequeo Charlie mir lentamente las cuatro caras que le rodeaban, una despus de otra, y todas ellas le miraron a su vez. Eran caras sonrientes y amistosas, pero al mismo tiempo eran caras muy serias. Ninguna de ellas pareca estar bromeando o burlndose de l. Y bien? La has visto? pregunt el abuelo Joe. Pues... La verdad es que no lo s, abuelo tartamude Charlie. Cada vez que paso delante de la fbrica las puertas parecen estar cerradas. Exactamente! exclam el abuelo Joe.Pero tiene que haber gente trabajando all...Gente no, Charlie. Al menos, no gente normal. Entonces, quin? grit Charlie.Aj... Esa es la cosa, comprendes? Ese es otro de los golpes de inteligencia del seor Willy Wonka.Charlie, querido dijo la seora Bucket, que estaba apoyada en la puerta, es hora de irse a la cama. Ya basta por esta noche. Pero mam, tengo que or... Maana, cario...Eso es dijo el abuelo Joe. Te contar el resto maana por la noche. 13. 4 Los obreros secretos La noche siguiente el abuelo Joe prosigui su historia. Vers, Charlie dijo, no hace mucho tiempo haba miles de personas trabajando en la fbrica del seor Willy Wonka. Pero de pronto, un da, el seor Wonka tuvo que pedirle a cada una de ellas que se fuese a su casa para no volver nunca ms. Pero, por qu? pregunt Charlie. A causa de los espas. Espas? S. Vers. Los otros fabricantes de chocolate haban empezado a sentirse celosos de las maravillosas golosinas que preparaba el seor Wonka y se dedicaron a enviar espas para robarle sus recetas secretas. Los espas se emplearon en la fbrica de Wonka, fingiendo ser obreros ordinarios, y mientras estaban all, cada uno de ellos descubri cmo se fabricaba una cosa. Y volvieron luego a sus propias fbricas para divulgar el secreto? Deben haberlo hecho respondi el abuelo Joe, puesto que al poco tiempo la fbrica de Fickelgruber empez a fabricar un helado que no se derreta nunca, aun bajo el sol ms ardiente. Luego, la fbrica del seor Prodnose empez a producir un chicle que jams perda su sabor por ms que se masticase. Y ms tarde, la fbrica del seor Slugworth comenz a fabricar globos de caramelo que se podan hinchar hasta hacerlos enormes antes de pincharlos con un alfiler y comrselos. Y as sucesivamente. Y el seor Willy Wonka se mes las barbas y grit: Esto es terrible! Me arruinar! Hay espas por todas partes! Tendr que cerrar la fbrica! 14. Pero no lo hizo! dijo Charlie. Oh, ya lo creo que lo hizo. Los dijo a todos los obreros que lo senta mucho, pero que tendran que irse a casa. Entonces cerr las puertas principales y las asegur con una cadena. Y de pronto, la inmensa fbrica de chocolate de Wonka se qued desierta y silenciosa. Las chimeneas dejaron de echar humo, las mquinas dejaron de funcionar, y desde entonces no se fabric una sola chocolatina ni un solo caramelo. Nadie volvi a entrar o salir de la fbrica, e incluso el propio seor Willy Wonka desapareci. Pasaron meses y meses prosigui el abuelo Joe, pero la fbrica segua cerrada. Y todo el mundo deca: Pobre seor Wonka. Era tan simptico. Y haca cosas tan maravillosas. Pero ya est acabado. No hay nada que hacer. Entonces ocurri algo asombroso. Un da, por la maana temprano, delgadas columnas de humo blanco empezaron a salir de las altas chimeneas de la fbrica! La gente de la ciudad se detuvo a mirarlas. Qu sucede?; gritaron. Alguien ha encendido las calderas! El seor Wonka debe estar a punto de abrir otra vez! Corrieron hacia las puertas, esperando verlas abiertas de par en par y al seor Wonka all de pie para dar la bienvenida a todos sus obreros. Pero no! Los grandes portones seguan cerrados y encadenados tan hermticamente como siempre, y al seor Wonka no se le vea por ningn sitio. Pero la fbrica est funcionando! grito la gente. Escuchad! Se pueden or las mquinas! Han vuelto a ponerse en marcha! Y se huele en el aire el aroma del chocolate derretido! El abuelo Joe se inclin hacia adelante, pos un largo dedo huesudo sobre la rodilla de Charlie y dijo quedamente: Pero lo ms misterioso de todo, Charlie, eran las sombras en las ventanas de la fbrica. La gente que estaba fuera, de pie en la calle, poda ver pequeas sombras oscuras movindose de uno a otro lado detrs de las ventanas de cristal esmerilado. Las sombras de quin? dijo Charlie rpidamente. Eso es exactamente lo que todo el mundo quera saber. La fbrica est llena de obreros!, gritaba la gente. Pero nadie ha entrado! Los portones estn cerrados! Es absurdo! Y tampoco sale nadie! Pero no se poda negar dijo el abuelo Joe que la fbrica estaba funcionando. Y ha seguido 15. funcionando desde entonces durante estos ltimos diez aos. Y lo que es ms, las chocolatinas y los caramelos que produce son cada vez ms fantsticos y deliciosos. Y ahora, por supuesto, cuando el seor Wonka inventa un nuevo y maravilloso caramelo, ni el seor Fickelgruber ni el seor Prodnose ni el seor Slugworth ni nadie es capaz de copiarlo. Ningn espa puede entrar en la fbrica para descubrir cmo lo han hecho. Pero, abuelo, a quin grit Charlie, a quin utiliza el seor Wonka para trabajar en su fbrica? Nadie lo sabe, Charlie. Pero eso es absurdo! Es que nadie se lo ha preguntado al seor Wonka? Nadie le ha visto desde entonces. Nunca sale de la fbrica. Lo nico que sale de la fbrica son chocolatinas y caramelos. Salen por una puerta especial colocada en la pared, empaquetados y con su direccin escrita, y son recogidos todos los das por camiones de Correos. Pero, abuelo, qu clase de gente es la que trabaja all? Mi querido muchacho dijo el abuelo Joe, se es uno de los grandes misterios en el mundo de la fabricacin de chocolate. Slo sabemos una cosa sobre ellos. Son muy pequeos. Las dbiles sombras que de vez en cuando aparecen detrs de las ventanas, especialmente tarde, por la noche, cuando las luces estn encendidas, son las de personas diminutas, personas no ms altas que mi rodilla... No hay gente as dijo Charlie. En ese momento el seor Bucket, el padre de Charlie, entr en la habitacin. Acababa de llegar de la fbrica de pasta dentfrica y agitaba excitadamente un peridico de la tarde. Habis odo la noticia? exclam. Elev el peridico para que todos pudiesen leer los grandes titulares. Los titulares decan: LA FABRICA WONKA SE ABRIR POR FIN PARA UNOS POCOS AFORTUNADOS 16. 5 Los Billetes Dorados Quieres decir que se permitir realmente entrar a la gente en la fbrica? exclam el abuelo Jo. Lenos lo que dice, de prisa! De acuerdo dijo el seor Bucket, alisando el peridico. Escuchad. Boletn de la tarde El seor Willy Wonka, genio de la fabricacin de golosinas, a quien nadie ha visto en los ltimos diez aos, publica hoy la siguiente noticia: Yo, Willy Wonka, he decidido permitir que cinco nios slo cinco, y ni uno ms visiten mi fbrica este ao. Estos cinco afortunados harn una visita guiada personalmente por m, y se les permitir conocer todos los secretos y la magia de mi fbrica. Luego, al finalizar la visita, como regalo especial, todos ellos recibirn chocolate y caramelos suficientes para durarles toda la vida! Por tanto, buscad los Billetes Dorados! Cinco Billetes Dorados han sido impresos en papel dorado, y estos cinco Billetes Dorados se han escondido en la envoltura de cinco chocolatinas normales. Estas cinco chocolatinas pueden estar en cualquier sitio en cualquier tienda de cualquier calle de cualquier pas del mundo sobre cualquier mostrador donde se vendan las golosinas de Wonka. Y los cinco nios afortunados que encuentren estos cinco Billetes Dorados sern los nicos a quienes se les permita visitar mi fbrica y ver cmo es ahora por dentro! Buena suerte para todos, y que tengis xito en vuestra bsqueda! (Firmado: Willy Wonka.) Este hombre est loco! murmur la abuela Josephine. Es un genio! grit el abuelo Joe. Es un mago! Imaginaos lo que ocurrir ahora! El mundo entero empezar a buscar esos Billetes Dorados! Todos comprarn las chocolatinas de Wonka con la esperanza de encontrar uno!Vender ms que nunca! Qu estupendo sera encontrar uno! Y todo el chocolate y los caramelos que puedas comer durante el resto de tu vida gratis!dijo el abuelo George. Os lo imaginis? 17. Tendran que enviarlos en un camin! dijo la abuela Georgina. Slo de pensar en ello me pongo enferma dijo la abuela Josephine. Pamplinas! grit el abuelo Joe. No sera maravilloso, Charlie, abrir una chocolatina y encontrar dentro un Billete Dorado? S que lo sera, abuelo. Pero no tenemos ninguna esperanza dijo Charlie tristemente. Yo slo recibo una chocolatina al ao. Nunca se sabe, cario dijo la abuela Georgina. La semana que viene es tu cumpleaos. T tienes tantas posibilidades como cualquier otro. Me temo que eso no sea posible dijo el abuelo George. Los nios que encuentren los cinco Billetes Dorados sern aquellos que se puedan permitir comprar chocolatinas todos los das. No hay ninguna esperanza. 6 Los dos primeros afortunados 18. Al da siguiente mismo se encontr el primer Billete Dorado. El afortunado fue un nio llamado Augustus Gloop, y el peridico vespertino del seor Bucket traa una gran fotografa suya en la primera pgina. La fotografa mostraba a un nio de nueve aos tan enormemente gordo que pareca haber sido hinchado con un poderoso inflador. Gruesos rollos de grasa fofa emergan por todo su cuerpo, y su cara era como una monstruosa bola de masa desde la cual dos pequeos ojos glotones que parecan dos pasas de Corinto miraban al mundo. La ciudad donde viva Augustus Gloop, deca el peridico, se haba vuelto loca de entusiasmo con su hroe. De todas las ventanas pendan banderas, los nios haban obtenido un da de asueto escolar y se estaba organizando un desfile en honor del famoso muchacho. Saba que Augustus encontrara uno de los Billetes Dorados haba dicho la madre a los periodistas. Come tantas chocolatinas al da que era casi imposible que no lo encontrase. Su mayor aficin es comer. Es lo nico que le interesa. De todos modos, eso es mejor que ser un bandido y pasar el tiempo disparando pistolas de aire comprimido, no les parece? Y lo que yo siempre digo es que no comera como come a menos que necesitase alimentarse, verdad? De todas maneras, son vitaminas. Qu emocionante ser para l visitar la maravillosa fbrica del seor Wonka! No podemos sentirnos ms orgullosos! Qu mujer ms desagradable dijo la abuela Josephine. Y qu nio ms repulsivo dijo la abuela Georgina. Slo quedan cuatro Billetes Dorados dijo el abuelo George. Me pregunto quin los encontrar. Y ahora el pas entero, el mundo entero, en realidad pareca de pronto haberse entregado a una frentica orga de comprar chocolatinas, todos buscando desesperadamente aquellos valiosos billetes restantes. Mujeres adultas eran sorprendidas entrando en las tiendas de golosinas y comprando diez chocolatinas de Wonka a la vez, y luego desgarrando el papel del envoltorio para mirar ansiosamente en su interior con la esperanza de encontrar all el brillo del papel dorado. Los nios cogan martillos y abran en dos sus huchas para correr a las tiendas con las manos llenas de dinero. En una ciudad, un famoso criminal rob cinco mil dlares de un banco y se los gast todos en chocolatinas aquella misma tarde. Y cuando la polica entr en su casa para arrestarle le encontr sentado en el suelo en medio de montaas de chocolatinas, abriendo los envoltorios con la hoja de una larga daga. En la lejana Rusia, una mujer llamada Carlota Rusa dijo haber encontrado el segundo billete, pero ste result ser una experta falsificacin. En Inglaterra, un famoso cientfico, el profesor Foulbody, invent un aparato que poda averiguar en un momento, sin abrir el envoltorio de una chocolatina, si sta contena o no un Billete Dorado. El aparato tena un brazo mecnico que se disparaba con una fuerza tremenda y se apoderaba de 19. todo lo que tuviese dentro la ms mnima cantidad de oro, y, por un momento, pareci que con esto se haba hallado la solucin. Pero desgraciadamente, mientras el profesor estaba enseando al pblico su aparato en el mostrador de golosinas de unos famosos almacenes, el brazo mecnico sali disparado e intent apoderarse del relleno de oro que tena en una muela una duquesa que se encontraba por all. Hubo una escena muy desagradable, y el aparato fue destrozado por la multitud. De pronto, el da antes del cumpleaos de Charlie Bucket, los peridicos anunciaron que el segundo Billete Dorado haba sido encontrado. La afortunada era una nia llamada Veruca Salt, que viva con sus acaudalados padres en una gran ciudad lejana. Una vez ms, el peridico vespertino del seor Bucket traa una gran fotografa de la feliz descubridora. Estaba sentada entre sus radiantes padres en el saln de su casa, agitando el Billete Dorado por encima de su cabeza y sonriendo de oreja a oreja. El padre de Veruca,el seor Salt, haba explicado a los periodistas con todo detalle cmo se haba encontrado el billete. Veris, muchachos haba dicho, en cuanto mi pequea me dijo que tena que obtener uno de esos Billetes Dorados, me fui al centro de la ciudad y empec a comprar todas las chocolatinas de Wonka que pude encontrar. Debo haber comprado miles de chocolatinas. Cientos de miles! Luego hice que las cargaran en camiones y las transportaran a mi propia fbrica. Yo tengo un negocio de cacahuetes, comprendis?, y tengo unas cien mujeres que trabajan para m all en mi local, pelando cacahuetes para tostarlos y salarlos. Eso es lo que hacen todo el da esas mujeres, se sientan all a pelar cacahuetes. De modo que les digo: Est bien, chicas, de ahora en adelante podis dejar de pelar cacahuetes y empezar a pelar estas ridculas chocolatinas. Y eso es lo que hicieron. Puse a todos los obreros de la fbrica a arrancar los envoltorios de esas chocolatinas a toda velocidad de la maana a la noche. 20. Pero pasaron tres das y no tuvimos suerte. Oh, fue terrible! Mi pequea Veruca se pona cada vez ms nerviosa, y cuando volva a casa me gritaba: Dnde est mi Billete Dorado? Quiero mi Billete Dorado! Y se tenda en el suelo durante horas enteras, chillando y dando patadas del modo ms inquietante. Y bien, seores, a m me desagradaba tanto ver que mi nia se senta tan desgraciada, que me jur proseguir con la bsqueda hasta conseguir lo que ella quera. Y de pronto..., en la tarde del cuarto da, una de mis obreras grit: Aqu est! Un Billete Dorado! Y yo dije: Dmelo, de prisa!,y ella me lo dio, y yo lo llev a casa corriendo y se lo di a mi adorada Veruca, y ahora la nia es toda sonrisas y una vez ms tenemos un hogar feliz. Esto es aun peor que lo del nio gordo dijo la abuela Josephine. Lo que esa nia necesita es una buena azotaina dijo la abuela Georgina. No me parece que el padre de la nia haya jugado muy limpio, abuelo, y a ti? murmur Charlie. La malcradijo el abuelo Joe, y nada bueno se puede obtener malcriando as a un nio, Charlie, creme. Ven a acostarte, cario dijo la madre de Charlie. Maana es tu cumpleaos, no lo olvides. Espero que te levantes temprano para abrir tu regalo. Una chocolatina de Wonka! exclam Charlie. Es una chocolatina de Wonka, verdad? S, mi amordijo la madre. Claro que s. Oh, no sera estupendo que encontrase dentro el tercer Billete Dorado? dijo Charlie. Trela aqu cuando la recibas dijo el abuelo Joe. As todos podremos ver cmo la abres. 21. 7 El cumpleaos de Charlie Feliz cumpleaos! exclamaron los cuatro abuelos cuando Charlie entr en su habitacin a la maana siguiente. Charlie sonri nerviosamente y se sent al borde de la cama. Sostena su regalo, su nico regalo, cuidadosamente entre las dos manos. DELICIA DE CHOCOLATE Y CARAMELO BATIDO DE WONKA, deca el envoltorio. Los cuatro ancianos, dos en cada extremo de la cama, se incorporaron sobre sus almohadas y fijaron sus ojos ansiosos en la chocolatina que Charlie llevaba en las manos. El seor y la seora Bucket entraron en la habitacin y se detuvieron a los pies de la cama, observando a Charlie. La habitacin se qued en silencio. Todos esperaban ahora que Charlie abriese su regalo. Charlie mir la chocolatina. Pas lentamente las puntas de los dedos de uno a otro extremo de la golosina, acaricindola amorosamente, y el envoltorio de papel brillante cruji suavemente en el silencio de la habitacin. Entonces la seora Bucket dijo con suavidad: No debes desilusionarte demasiado, querido, si no encuentras lo que ests buscando debajo del envoltorio. No puedes esperar tener tanta suerte. Tu madre tiene razn dijo el seor Bucket. Charlie no dijo nada. Despus de todo dijo la abuela Josephine, en el mundo entero slo hay tres billetes que an no se han encontrado. Lo que debes recordardijo la abuela Georgina es que, pase lo que pase, siempre tendrs la chocolatina.Delicia de Chocolate y Caramelo Batido de Wonka! exclam el abuelo George. Es el mejor de todas! Te encantar! S murmur Charlie Lo s. Olvdate de esos Billetes Dorados y disfruta de la chocolatina dijo el abuelo Joe. Por qu no haces eso? Todos saban que era ridculo esperar que esta pobre y nica chocolatina tuviese dentro el billete mgico, e intentaban tan dulce y amablemente como podan preparar a Charlie para su desencanto, Pero haba otra cosa que los mayores tambin saban, y era sta: que por pequea que fuese la posibilidad de tener suerte, la posibilidad estaba all. 22. La posibilidad tena que estar all. Esta chocolatina tena tantas posibilidades como cualquier otra de contener el Billete Dorado. Y por eso todos los abuelos y los padres estaban en realidad nerviosos y excitados corno Charlie, a pesar de que fingan estar muy tranquilos. Ser mejor que te decidas a abrirla o llegars tarde a la escuela dijo el abuelo Joe. Cuanto antes lo hagas, mejordijo el abuelo George. brela, querido dijo la abuela Georgina. brela, por favor. Me ests poniendo nerviosa. Muy lentamente los dedos de Charlie empezaron a rasgar una esquina del papel del envoltorio. Los ancianos se incorporaron en la cama, estirando sus delgados cuellos. Entonces, de pronto, corno si no pudiese soportar por ms tiempo el suspense, Charlie desgarr el envoltorio por el medio... y sobre sus rodillas cay... una chocolatina de cremoso color marrn claro. Por ningn sitio se vean rastros de un Billete Dorado. Y bien, ya est! dijo vivamente el abuelo Joe, Es justamente lo que nos imaginbamos. Charlie levant la vista. Cuatro amables rostros le miraban atentamente desde la cama. Les sonri, una pequea sonrisa triste, y luego se encogi de hombros, recogi la chocolatina, se la ofreci a su madre y dijo:Toma, mam, coge un trozo. La compartiremos. Quiero que todo el mundo la pruebe. Ni hablar! dijo la madre. Y los dems exclamaron:No, no! Ni soarlo! Es toda tuya! Por favor implor Charlie, volvindose y ofrecindola al abuelo Joe. Pero ni l ni nadie quiso aceptar siquiera un mordisquito. Es hora de irte a la escuela, cario dijo la seora Bucket, rodeando con su brazo los delgados hombros de Charlie. Date prisa o llegars tarde. 23. 8 Se encuentran otros dos Billetes Dorados Aquella tarde el peridico del seor Bucket anunciaba el descubrimiento no slo del tercer Billete Dorado, sino tambin del cuarto. DOS BILLETES DORADOS ENCONTRADOS HOY, gritaban los titulares. YA SOLO FALTA UNO. Est bien dijo el abuelo Joe, cuando toda la familia estuvo reunida en la habitacin de los ancianos despus de la cena, oigamos quin los ha encontrado. El tercer billete ley el seor Bucket, manteniendo el peridico cerca de su cara porque sus ojos eran dbiles y no tena dinero para comprarse unas gafas, el tercer billete lo ha encontrado la seorita Violet Beauregarde. Reinaba un gran entusiasmo en la casa de la seorita Beauregarde cuando nuestro periodista lleg para entrevistar a la afortunada joven; las cmaras fotogrficas estaban en plena actividad, estallaban los fogonazos de los flashes y la gente se empujaba y daba codazos intentando acercarse un poco ms a la famosa muchacha. Y la famosa muchacha estaba de pie sobre una silla en el saln agitando frenticamente el Billete Dorado a la altura de su cabeza como si estuviese llamando a un taxi. Hablaba muy de prisa y en voz muy alta con todos, pero no era fcil or lo que deca porque al mismo tiempo mascaba furiosamente un trozo de chicle. Normalmente, yo suelo mascar chicle, gritaba, pero cuando me enter de este asunto de los billetes del seor Wonka dej a un lado el chicle y empec a comprar chocolatinas con la esperanza de tener suerte. Ahora, por supuesto, he vuelto al chicle. Adoro el chicle. No puedo pasarme sin l. Lo mastico todo el tiempo salvo unos pocos minutos a la hora de las comidas, cuando me lo quito de la boca y me lo pego detrs de la oreja para conservarlo. Si quieren que les diga la verdad, simplemente no me sentira cmoda si no tuviese ese trocito de chicle para mascar durante todo el da. Es cierto. Mi madre dice que eso no es femenino y que no hace buena impresin ver las mandbulas de una chica subiendo y bajando todo el tiempo como las mas, pero yo no estoy de acuerdo. Y adems, quin es ella para criticarme? Porque si quieren mi opinin, yo dira que sus mandbulas suben y bajan casi tanto como las mas cuando me grita a todas horas. 24. Vamos, Violeta, dijo la seora Beauregarde desde un rincn del saln, donde se haba subido encima del piano para evitar que la arrollase la multitud. Est bien, mam, no te pongas nerviosa!, grit la seorita Beauregarde. Y ahora, prosigui, volvindose otra vez a los periodistas, puede que les interese saber que este trozo de chicle que tengo en la boca lo llevo masticando desde hace ms de tres meses. Eso es un rcord. He batido el rcord alcanzado por mi mejor amiga, la seorita Cornelia Prinzmetel. Vaya si se enfad! Ahora este trozo de chicle es mi ms preciado tesoro. Por las noches lo pego a uno de los barrotes de mi cama, y por las maanas sigue tan bueno como siempre, quiz un poco duro al principio, pero en cuanto lo mastico dos o tres veces se ablanda en seguida. Antes de empezar a masticar para batir el rcord mundial sola cambiar mi chicle una vez al da. Lo haca en el ascensor cuando volva de la escuela. Por qu en el ascensor? Porque me gustaba pegar el trozo de chicle que me quitaba de la boca en uno de los botones del ascensor. Entonces la persona que viniese despus de m y apretase el botn se quedaba con mi trozo de chicle pegado al dedo. Ja! Y vaya escndalo que armaban algunos! Los mejores resultados se obtienen con mujeres que llevan un par de guantes muy caros. Oh, si, estoy contentsima de ir a la fbrica del seor Wonka. Y tengo entendido que despus va a darme chicle suficiente para el resto de mi vida. Bravo! Hurra! Una nia odiosa dijo la abuela Josephine. Despreciable! dijo la abuela Georgina. Un da tendr un pegajoso final, mascando tanto chicle. Ya lo vers. Y quin encontr el cuarto Billete Dorado, pap pregunt Charlie. Djame ver dijo el seor Bucket, escrutando el peridico. Ah, s, aqu est. El cuarto Billete Dorado ley lo encontr un nio llamado Mike Tev. Apuesto que es otro mal bicho mascull la abuela Josephine. No interrumpas, abueladijo la seora Bucket. El hogar de los Tev dijo el seor Bucket, prosiguiendo con su lectura estaba abarrotado, como todos los dems, de entusiasmados visitantes cuando lleg nuestro reportero, pero el joven Mike Tev, el afortunado ganador, pareca terriblemente disgustado con todo el asunto. No ven que estoy mirando televisin?, dijo furioso. Me gustara que no me interrumpiesen! 25. El nio de nueve aos estaba sentado delante de un enorme aparato de televisin, con los ojos pegados a la pantalla, y miraba una pelcula en la que un grupo de gangsters disparaba sobre otro grupo de gangsterscon ametralladoras. El propio Mike Tev tena no menos de dieciocho pistolas de juguete d varios tamaos colgando de cinturones alrededor de su cuerpo, y de vez en cuando daba un salto en el aire y disparaba una media docena de descargas con una u otra de estas armas. Silencio!, gritaba cuando alguien intentaba hacerle una pregunta. No les he dicho que no me interrumpan? Este programa es absolutamente magnfico! Es estupendo! Lo veo todos los das. Veo todos los programas todos los das, aun hasta los malos, en los que no hay disparos. Los que ms me gustan son los de gangsters. Esos gangsters son fantsticos! Especialmente cuando empiezan a llenarse de plomo unos a otros, o a desenfundar las navajas, o a partirse los dientes con nudillos de acero! Caray, lo que yo dara por poder hacer lo mismo! Eso s que es vida! Es estupendo Ya es suficiente! estall la abuela Josephine. No puedo soportar seguir oyndolo! Ni yo dijo la abuela Georgina. Es que todos los nios se portan ahora como estos mocosos que estamos oyendo? Claro que no dijo el seor Bucket, sonrindole a la anciana en la cama. Algunos s, por supuesto. En realidad bastantes lo hacen. Pero no todos. Y ahora slo queda un billete! dijo el abuelo George. Es verdad dijo la abuela Georgina. Y tan seguro como que maana por la noche tomar sopa de repollo para la cena, ese billete ir a manos de algn otro cro desagradable que no lo merezca! 26. 9 El abuelo Joe se arriesga Al da siguiente, cuando Charlie volvi de la escuela. y entr a ver a sus abuelos se encontr con que slo el abuelo Joe estaba despierto. Los otros tres roncaban ruidosamente. Sshhh! susurr el abuelo Joe, e indic a Charlie que se acercase. Charlie lo hizo de puntillas y se detuvo junto a la cama. El anciano le sonri maliciosamente y luego empez a buscar algo metiendo la mano debajo de la almohada; cuando su mano volvi a salir llevaba un antiguo monedero de cuero aferrado entre los dedos. Cubrindose con las mantas, el anciano abri el monedero y le dio la vuelta. De l cay una moneda de plata de seis peniques. Es mi botn secreto susurr. Los dems no saben que lo tengo. Y ahora t y yo vamos a hacer un ltimo intento para encontrar el billete restante. Qu te parece, eh? Pero tendrs que ayudarme. Ests seguro de que quieres gastarte tu dinero en eso, abuelo? murmur Charlie. Claro que estoy seguro! exclam excitado el anciano. No te quedes ah discutiendo! Yo tengo ganas como t de encontrar ese billete! Toma, coge el dinero, vete corriendo a la tienda ms cercana, compra la primera chocolatina de Wonka que veas, trela aqu y la abriremos juntos. Charlie cogi la pequea moneda de plata y sali rpidamente de la habitacin. Al cabo de cinco minutos estaba de vuelta. Ya la tienes? susurr el abuelo Joe, con los ojos brillantes. Charlie hizo un gesto afirmativo con la cabeza y le ense la chocolatina. SORPRESA DE NUEZ WONKA, deca el envoltorio. Bien! murmur el anciano, incorporndose en la cama y frotndose las manos. Y ahora ven aqu y sintate a mi lado y la abriremos juntos. Ests preparado? S dijo Charlie. Estoy preparado. De acuerdo. Abrela t. No dijo Charlie. T la has pagado. Hazlo t todo. Los dedos del anciano temblaban terriblemente mientras intentaba abrir la chocolatina. La verdad es que no tenemos ninguna esperanza murmur, riendo nerviosamente. Sabes que no tenemos ninguna esperanza, verdad? 27. S dijo Charlie. Lo s. Los dos se miraron y empezaron a rer nerviosamente. Claro dijo el abuelo Joe, que siempre existe una pequesima posibilidad de que pueda ser sta, no ests de acuerdo? S dijo Charlie. Por supuesto. Por qu no la abres, abuelo? Todo a su tiempo, mi querido muchacho, todo a su tiempo. Cul de los dos extremos crees t que debera abrir primero? Aqul. El que est lejos de ti. Desprende un pedacito de papel, pero no lo bastante para que podamos ver nada an. As? dijo el anciano. S. Y ahora un poquito ms. Hazlo t dijo el abuelo Joe. Yo estoy demasiado nervioso. No, abuelo. Debes hacerlo t mismo. Est bien. All vamos y rasg el envoltorio. Los dos miraron lo que haba debajo. Era una chocolatina, nada ms. A la vez, los dos vieron el lado cmico de la situacin y estallaron en sonoras carcajadas. Qu diablos ocurre? exclam la abuela Josephine, despertndose de repente. Nada dijo el abuelo Joe. Vuelve a dormirte. 28. 10 La familia empieza a pasar hambre Las dos semanas siguientes hizo mucho fro. Primero lleg la nieve. Empez a nevar de repente una maana cuando Charlie se estaba vistiendo para ir a la escuela. De pie junto a la ventana vio los enormes copos descendiendo lentamente de un helado cielo color de acero. Al llegar la noche haba cuatro pies de nieve alrededor de la casita, y el seor Bucket tuvo que cavar un camino desde la puerta hasta la carretera. Despus de la nieve vino una helada ventisca que sopl sin cesar das enteros. Qu fro haca! Todo lo que Charlie tocaba pareca estar hecho de hielo, y cada vez que se aventuraba fuera de la puerta el viento era como un cuchillo sobre sus mejillas. Dentro de la casa pequeas corrientes de aire helado entraban a raudales por los resquicios de las ventanas y por debajo de las puertas, y no haba sitio adonde ir para evitarlas. Los cuatro ancianos yacan silenciosos y acurrucados en su cama, intentando ahuyentar el fro de sus huesos. El entusiasmo provocado por los Billetes Dorados haba sido olvidado haca mucho tiempo. Nadie en la familia pensaba en otra cosa que no fuera los vitales problemas de mantener el calor y conseguir lo suficiente para comer. No s que ocurre en los das fros que da un enorme apetito. La mayora de nosotros nos sorprendemos deseando espesos guisos calientes y tibios trozos de pastel de manzana y toda clase de deliciosos platos calientes, y teniendo en cuenta que somos mucho ms afortunados de lo que pensamos, a menudo obtenemos lo que deseamos, o casi. Pero Charlie Bucket nunca obtena lo que deseaba porque la familia no poda permitrselo, y a medida que el fro persista, empez a sentir un hambre devoradora. Las dos chocolatinas, la que haba recibido para su cumpleaos y la que haba comprado el abuelo Joe, haca mucho tiempo que se haban terminado, y todo lo que coma ahora eran esas escasas raciones de repollo 29. tres veces al da. Y de pronto esas raciones se volvieron aun ms escasas. La causa de esto fue que la fbrica de pasta dentfrica donde trabajaba el seor Bucket quebr inesperadamente y tuvo que cerrar. En seguida el seor Bucket intent conseguir otro empleo. Pero no tuvo suerte. Finalmente, la nica manera de conseguir reunir unos pocos centavos fue la de barrer la nieve de las calles. Pero esto no era suficiente para comprar ni siquiera la cuarta parte de la comida que necesitaban aquellas siete personas. La situacin se hizo desesperada. El desayuno consista ahora en una rebanada de pan para cada uno, y el almuerzo, con suerte, en media patata cocida. Lenta, pero inexorablemente, los habitantes de la casita empezaron a morirse de hambre. Y todos los das el pequeo Charlie Bucket, abrindose paso entre la nieve camino de la escuela, deba pasar delante de la gigantesca fbrica de chocolate del seor Willy Wonka. Y cada da, a medida que se acercaba a ella, elevando su pequea nariz respingona, olfateaba el maravilloso aroma del chocolate derretido. A veces se quedaba inmvil junto a los portones durante varios minutos, aspirando profundas bocanadas de aire, como si estuviese intentando comerse el olor mismo. Ese nio dijo el abuelo Joe, sacando la cabeza fuera de las mantas una helada maana,ese nio tiene que tener ms comida. Nosotros no importamos. Somos demasiado viejos para preocuparnos de nada. Pero un nio en edad de crecer! No puede seguir as! Ya casi parece un esqueleto! Qu podemos hacer? murmur tristemente la abuela Josephine. Se niega a aceptar nuestras raciones. Su madre intent poner en el plato de Charlie su propia rebanada de pan esta maana durante el desayuno, pero l no quiso tocarla. Se la devolvi inmediatamente. 30. Es un muchacho estupendo dijo el abuelo George. Merece algo mejor que esto. El crudo invierno segua y segua. Y cada da Charlie Bucket adelgazaba ms y ms. Su cara se volvi aterradoramente plida y demacrada. La piel estaba tan estirada sobre sus mejillas que se adivinaban los huesos debajo de ella. Pareca poco probable que pudiese seguir as mucho ms tiempo sin enfermar seriamente. Y ahora, tranquilamente, con esa curiosa sabidura que tan a menudo parecen adquirir los nios en tiempos difciles, empez a hacer pequeos cambios aqu y all en todo lo que haca para conservar sus energas. Por la maana sala de su casa diez minutos ms temprano para poder caminar lentamente hacia la escuela sin tener que correr nunca. Se quedaba tranquilamente sentado en la sala de clase durante los recreos, descansando, mientras los dems corran fuera y lanzaban bolas de nieve y se revolcaban en ella. Todo lo que haca ahora, lo haca lenta y cuidadosamente para evitar el agotamiento. Una tarde, mientras volva a su casa con el helado viento dndole en la cara (y sintindose, incidentalmente, ms hambriento de lo que se haba sentido nunca), sus ojos se vieron atrados por el brillo de un objeto plateado que haba sobre la nieve junto a una alcantarilla. Charlie baj de la acera y se inclin para examinarlo. Parte del objeto estaba enterrado en la nieve, pero el nio vio inmediatamente lo que era. Era una moneda de cincuenta peniques! Rpidamente mir a su alrededor. La acabara de perder alguien? No, eso era imposible, puesto que parte de la moneda estaba enterrada. Varias personas pasaban a su lado apresuradamente, las barbillas hundidas en los cuellos de sus abrigos, sus pasos crujiendo sobre la nieve. Ninguno de ellos pareca estar buscando dinero; ninguno de ellos prestaba la ms mnima atencin al nio agachado junto a la alcantarilla. Entonces, esta moneda cincuenta peniques era suya? Poda quedarse con ella? Cuidadosamente, Charlie la extrajo de la nieve. Estaba hmeda y sucia, pero en perfectas condiciones. Una moneda de cincuenta peniques para l solo! 31. La sostuvo fuertemente entre sus dedos temblorosos, mirndola. En aquel momento esa. moneda slo significaba una cosa para l. Significaba COMIDA. Automticamente, Charlie se volvi y empez a buscar la tienda ms cercana. Slo quedaba a diez pasos..., era una tienda de peridicos y revistas, la clase de tienda que vende tambin golosinas y cigarrillos..., y lo que hara, se dijo rpidamente... sera comprarse una sabrossima chocolatina y comrsela toda, mordisco a mordisco, all mismo y en ese momento..., y el resto del dinero lo llevara a su casa y se lo entregara a su madre. 11 El milagro Charlie entr en la tienda y deposit la hmeda moneda de cincuenta peniques sobre el mostrador. Una Delicia de Chocolate y Caramelo Batido de Wonka dijo, recordando cunto le haba gustado la que recibiera por su cumpleaos. El hombre que estaba detrs del mostrador pareca robusto y bien alimentado. Tena gruesos labios y redondas mejillas y un cuello muy gordo. La grasa de su papada rebosaba el cuello de su camisa como un anillo de goma. Se volvi y alarg el brazo para coger la chocolatina, luego se volvi otra vez y se la entreg a Charle. Charlie se la arrebat de las manos y rpidamente desgarr el envoltorio y le dio un enorme mordisco. Luego le dio otro... y otro... y, qu alegra de poder llevarse a la boca grandes trozos de algo dulce y slido! Qu maravilloso placer poder llenarse la boca de exquisita y sustanciosa comida! 32. Me parece a m que necesitabas eso, hijo dijo amablemente el tendero. Charlie afirm con la cabeza, la boca llena de chocolate. Calma dijo. Puede venirte un dolor de estmago si te lo tragas as, sin masticar. Charlie sigui devorando la chocolatina. No poda detenerse. Y en menos de medio minuto la golosina entera haba desaparecido. Charlie estaba sin aliento, pero se senta maravillosa, extraordinariamente feliz. Alarg una mano para coger el cambio. Entonces hizo una pausa. Sus ojos estaban justamente a ras del mostrador. Miraban fijamente las monedas de plata. Las monedas eran todas de cinco peniques. Haba nueve en total. Ciertamente no importara que se gastase una ms... Creo elijo en voz baja, creo que... me comer otra chocolatina. De la misma clase que la anterior, por favor. Por qu no? dijo el tendero, alargando el brazo y cogiendo otra Delicia de Chocolate y Caramelo Batido del estante. La coloc sobre el mostrador. Charlie la recogi y rasg el envoltorio... Y de pronto... debajo del papel... vio un brillante destello de oro. El corazn de Charlie se detuvo. Es un Billete Dorado! grit el tendero, saltando medio metro en el aire. Tienes un Billete Dorado! Has encontrado el ltimo Billete Dorado! Eh, qu te parece? Vengan todos a ver esto! El chico ha encontrado el ltimo Billete Dorado de Wonka! Ah est! Lo tiene en la mano! Pareca que al tendero le iba a dar un ataque. Y en mi tienda, adems! grit. Lo encontr aqu mismo, en mi propia tienda! Que alguien llame a los peridicos, de prisa y se lo haga saber! Ten cuidado, hijo! No lo rompas al desenvolverlo! Eso es un tesoro! En pocos segundos, haba un grupo de unas veinte personas apiadas alrededor de Charlie, y muchas ms se abran camino a empujones para entrar en la tienda. Todo el mundo quera ver el Billete Dorado y a su afortunado descubridor. Dnde est? grit alguien. Levntalo, as todos podremos verlo! All est, all! grit otro. Lo tiene en la mano! Mirad cmo brilla el oro! Me gustara saber cmo se las arregl para encontrarlo grit un nio, furioso. Yo llevo semanas 33. enteras comprando veinte chocolatinas al da! Piensa en todas las golosinas que podr comer gratis! dijo otro nio, envidiosamente . Durante toda la vida! Ese pobre flacucho lo necesitar! dijo una nia, riendo. Charlie no se haba movido. Ni siquiera haba extrado el Billete Dorado que envolva a la chocolatina. Estaba inmvil, sostenindola apretadamente con ambas manos mientras la multitud gritaba y se apretujaba a su alrededor. Se senta mareado, invadido por una extraa sensacin de ligereza, igual que si estuviera flotando en el aire como un globo. Sus pies no parecan tocar el suelo. Poda or los fuertes latidos de su corazn en algn sitio cerca de su garganta. En ese momento, se percat de que una mano se haba posado livianamente sobre su hombro, y cuando levant la vista, vio que haba un hombre junto a l. Escucha susurr ste. Te lo comprar. Te dar cincuenta libras por l. Eh? Qu te parece? Y tambin te dar una nueva bicicleta. De acuerdo? Est loco? grit una mujer que estaba cerca de ellos. Vaya, yo le dara doscientas libras por ese billete! Quieres vender ese billete por doscientas libras, jovencito? Ya es suficiente! grit el gordo tendero, abrindose paso entre la multitud y cogiendo a Charlie firmemente por un brazo. Dejen en paz al muchacho, quieren? Abran paso! Djenle salir! Y a Charlie, mientras le conduca a la puerta, le susurr: No dejes que nadie se lo quede! Llvatelo a casa, de prisa, antes de que lo pierdas! Corre todo el camino y no te detengas hasta llegar all, has entendido? Charlie asinti. Sabes una cosa? dijo el tendero, haciendo una pausa y sonriendo a Charlie. Tengo la sensacin de que necesitabas un golpe de suerte como ste. Me alegro mucho de que lo hayas conseguido. Buena suerte, hijo. Gracias dijo Charlie, y sali a la calle, echando a correr sobre la nieve lo ms de prisa que sus piernas se lo permitan. Y cuando pas frente a la fbrica del seor Willy Wonka, se volvi y agit la mano y cant: Ya nos veremos! Nos veremos muy pronto! Y cinco minutos ms tarde llegaba a su casa. 34. 12 Lo que deca en el Billete Dorado Charlie entr corriendo por la puerta delantera, gritando:Mam! Mam! Mam! La seora Bucket estaba en la habitacin de los abuelos, sirvindoles la sopa de la cena. Mam! grit Charlie, entrando como una tromba Mira! Lo tengo! Mira, mam, mira! El ltimo Billete Dorado! Es mo! Encontr una moneda en la calle y compr dos chocolatinas y la segunda tena el Billete Dorado y haba montones de gente a mi alrededor que queran verlo y el tendero me rescat y he venido corriendo a casa y aqu estoy! ES EL QUINTO BILLETE DORADO, MAMA, Y YO LO HE ENCONTRADO! La seora Bucket se qued muda, mirndole, y los cuatro abuelos, que estaban sentados en la cama balanceando sendos cuencos de sopa sobre sus rodillas, dejaron caer de golpe sus cucharas y se quedaron inmviles contra las almohadas. Durante diez segundos aproximadamente rein un absoluto silencio en la habitacin. Nadie se atreva a moverse o a hablar. Fue un momento mgico. Entonces, muy suavemente, el abuelo Joe dijo: Nos ests gastando una broma, Charlie, verdad? Te ests burlando de nosotros? No! grit Charlie, corriendo hacia la cama y ensendole el hermoso Billete Dorado para que lo viese. El abuelo Joe se inclin hacia adelante y lo mir atentamente, tocando casi el billete con la nariz. Los otros le miraban, esperando el veredicto. Entonces, muy lentamente, mientras una lenta y maravillosa sonrisa se extenda por su cara, el abuelo Joe levant la cabeza y mir directamente a Charlie. El color se le haba subido a las mejillas, y tena los ojos muy abiertos, brillantes de alegra, y en el centro de cada ojo, en el mismsimo centro, en la negra pupila, danzaba lentamente una pequea chispa de fogoso entusiasmo. Entonces el anciano tom aliento y de pronto, sin previo aviso, una explosin pareci tener lugar en su interior. Arroj sus brazos al aire y grit: Yiiipiiiii! Y al mismo tiempo, su largo cuerpo huesudo se alz de la cama y su cuenco de sopa sali volando en direccin a la cara de la abuela Josephine, y en un fantstico brinco, este anciano seor de noventa y seis aos y medio, que no haba salido de la cama durante los ltimos veinte aos, salt al suelo 35. y empez a bailar en pijama una danza de victoria. Yiiipiiii! grit. Tres vivas para Charlie! Hurrah! En ese momento, la puerta se abri, y el seor Bucket entr en la habitacin. Tena fro y estaba cansado, y se le notaba. Llevaba todo el da limpiando la nieve de las calles. Caramba! grit. Qu sucede aqu? No les llev mucho tiempo contarle lo que haba ocurrido. No puedo creerlo! dijo el seor Bucket. No es posible! Ensale el billete, Charlie! grit el abuelo Joe, que an segua bailando por la habitacin como un derviche con su pijama a rayas. Ensale a tu padre el quinto y ltimo Billete Dorado del mundo! Djame ver, Charlie dijo el seor Bucket, desplomndose en una silla y extendiendo la mano. Charlie se acerc con el precioso documento. Era muy hermoso este Billete Dorado; haba sido hecho, o as lo pareca, de una hoja de oro puro trabajada hasta conseguir la finura del papel. En una de sus caras, impresa en letras negras con un curioso mtodo, estaba la invitacin del seor Wonka. Lela en voz alta dijo el abuelo Joe, volvindose a meter por fin en la cama. Oigamos exactamente lo que dice. El seor Bucket acerc a sus ojos el precioso Billete Dorado. Sus manos temblaban ligeramente, y pareca estar muy emocionado. Tom aliento varias veces. Luego se aclar la garganta y dijo:Muy bien, lo leer. All va: 36. Cordiales saludos para ti, el afortunado descubridor de este Billete Dorado, de parte del seor Willy Wonka! Estrecho efusivamente tu mano! Te esperan cosas esplndidas! Sorpresas maravillosas! De momento, te invito a venir a mi fbrica y a ser mi husped durante un da entero t y todos los dems que tengan la suerte de encontrar mis billetes dorados. Yo, Willy Wonka, te conducir en persona por mi fbrica, ensendote todo lo que haya que ver, y luego, cuando llegue la hora de partir, sers escoltado hasta tu casa por una procesin de grandes camiones. Puedo prometerte que estos camiones estarn cargados de deliciosos comestibles que os durarn a ti y a tu familia muchos aos. Si, en algn momento, se te acabasen las provisiones, lo nico que tienes que hacer es volver a mi fbrica y ensear este Billete Dorado, y yo estar encantado de volver a llenar tu despensa con todo lo que te apetezca. De este modo, podrs tener la despensa llena de sabrosas golosinas durante el resto de tu vida. Pero esto no es, de ningn modo, lo ms emocionante que ocurrir el da de tu visita. Estoy preparando otras sorpresas que sern an ms maravillosas y fantsticas para ti y para todos mis queridos poseedores de Billetes Dorados sorpresas msticas y maravillosas que te extasiarn, te encantarn, te intrigarn, te asombrarn y te maravillarn ms all de lo imaginable. Ni siquiera en tus ms fantsticos sueos podras jams imaginar que te ocurriran tales cosas! Espera y vers! Y ahora, aqu estn tus instrucciones: el da que he seleccionado para la visita es el primer da del mes de febrero. En este da, y ningn otro, debers presentarte a las puertas de la fbrica a las diez de la maana. No llegues tarde! Y puedes traer contigo a uno o a dos miembros de tu familia para que cuiden de ti y se aseguren de que no hagas ninguna travesura. Una cosa ms, asegrate de llevar contigo este billete, de lo contrario, no sers admitido. (Firmado) WILLY WONKA. El primer da de febrero! exclam la seora Bucket. Pero eso es maana! Hoy es el ltimo da de enero, lo s! Caramba! dijo el seor Bucket. Creo que tienes razn. Llegas justo a tiempo! grit el abuelo Joe . No hay momento que perder. Debes empezar a prepararte ahora mismo! Lvate la cara, pinate, lvate las manos, cepllate los dientes, sunate la nariz, crtate las uas, lmpiate los zapatos, plnchate la camisa, y, en nombre del Cielo, lmpiate el barro de los pantalones! Debes prepararte, muchacho! Debes prepararte para el da ms grande de tu vida! Bueno, no te excites demasiado, abuelo dijo la seora Bucket. Y no pongas nervioso al pequeo Charlie. Todos debemos intentar mantener la calma. Y ahora, lo primero que tenemos que decidir es esto: quin acompaar a Charlie a la fbrica? Yo lo har! grit el abuelo Joe, saltando otra vez de la cama. Yo le llevar! Yo cuidar de l! 37. Djalo en mis manos! La seora Bucket sonri al anciano, y luego se volvi a su marido y dijo:Y t, querido? No crees que t deberas ir? Bueno... dijo el seor Bucket, haciendo una pausa para meditarlo. No... No estoy tan seguro de ello. Pero debes hacerlo. No se trata de un deber, cario dijo suavemente el seor Bucket. Claro que me encantara ir. Ser muy emocionante. Pero por otra parte... Creo que la persona que realmente merece acompaar a Charlie es el abuelo Joe. Parece saber mucho ms sobre el asunto que nosotros. Siempre, por supuesto, que se sienta lo bastante bien como para... Yiiipiii! grit el abuelo Joe, cogiendo a Charlie de las manos y bailando con l por la habitacin. Lo cierto es que parece sentirse muy bien dijo riendo la seora Bucket. S..., quiz tengas razn. Quiz el abuelo Joe sea la persona ms indicada para acompaarle. Est claro que yo no puedo ir con l dejando a los otros abuelos solos en la cama durante todo el da. Aleluya! grit el abuelo Joe. Bendito sea el Seor! En ese momento se oyeron fuertes golpes en la puerta de la calle. El seor Bucket fue a abrir, y en un segundo, oleadas de periodistas y fotgrafos invadieron la casa. Haban averiguado dnde viva el descubridor del quinto Billete Dorado, y ahora todos queran obtener la historia completa para las primeras pginas de los peridicos matutinos. Durante varias horas rein un total caos en la pequea casita, y hasta casi medianoche la seora Bucket no pudo librarse de ellos para que Charlie se fuese a la cama. 13 Llega el gran da El sol brillaba alegremente en la maana del gran da, pero el suelo segua blanco de nieve y el aire era muy fro. Junto a las puertas de la fbrica Wonka una gran multitud se haba reunido para ver entrar a los cinco afortunados poseedores de los Billetes Dorados. La excitacin era tremenda. Faltaban pocos minutos para las diez. La muchedumbre gritaba y se empujaba, y un grupo de policas intentaba mantenerla alejada de 38. las puertas con los brazos unidos en cadena. Al lado mismo de los portones, en un pequeo grupo celosamente protegido de la multitud por la polica, se hallaban los cinco famosos nios, junto con los mayores que haban venido a acompaarles. La alta figura huesuda del abuelo Joe poda verse tranquilamente de pie entre los dems, y junto a l, fuertemente cogido de su mano, se hallaba el pequeo Charlie Bucket. Todos los nios excepto Charlie, iban acompaados de su padre y de su madre, y esto era de agradecer, ya que de no haber sido as, el grupo entero poda haberse desmandado. Estaban tan ansiosos por empezar que sus padres se vean obligados a detenerlos por la fuerza para impedir que trepasen por las verjas. Tened paciencia! gritaban los padres. Tranquilos! An no es la hora! An no son las diez! Detrs de l, Charlie Bucket poda or los gritos de la multitud al tiempo que sta luchaba y se empujaba por ver a los famosos nios. All est Violet Beauregarde! oy que alguien exclamaba. Es ella, claro que s! Recuerdo su cara de los peridicos! Y sabes una cosa? grit alguien en respuesta. An sigue masticando ese espantoso chicle con el que lleva tres meses! Mira sus mandbulas! Todava siguen trabajando! Quin es ese chico tan gordo?Es Augustus Gloop!Es cierto!Es enorme, no crees? Increble! Quin es el nio que lleva una foto del Llanero Solitario impreso en la chaqueta? Ese es Mike Tev! El fantico de la televisin! Debe estar loco! Mira todas esas ridculas pistolas que lleva colgando! A quien me gustara ver es a Veruca Salt! grit otra voz en la multitud. Es la nia cuyo padre compr medio milln de chocolatinas y luego hizo que todos los obreros de su fbrica de cacahuetes las desenvolvieran una a una hasta encontrar el Billete Dorado! Le da todo lo que quiere! Absolutamente todo! Lo nico que tiene que hacer es empezar a gritar para obtenerlo! 39. Qu horror, verdad?Espantoso!Cul crees que es?Aqulla! La que est all, a la izquierda! La nia que lleva el visn plateado!Cul es Charlie Bucket?Charlie Bucket? Debe ser ese nio delgaducho que est junto a ese viejo que parece un esqueleto. Casi junto a nosotros. All mismo!Lo ves?Cmo no lleva un abrigo con el fro que hace?Ni idea. Quiz no tenga dinero para comprrselo. Caramba! Debe estar helado! Charlie, que se hallaba slo a unos pasos de quien hablaba, apret la mano del abuelo Joe, y el anciano mir al nio y sonri. A lo lejos, el reloj de una iglesia empez a darlas diez. Muy lentamente, con un agudo chirrido de goznes oxidados, los grandes portones de hierro de la fbrica empezaron a abrirse. La muchedumbre se qued sbitamente en silencio. Los nios dejaron de saltar. Todos los ojos estaban fijos en los portones. All est!grit alguien. Es l! Y as era! 40. 14 El seor Willy Wonka El seor Wonka estaba totalmente solo, del otro lado de los portones de la fbrica. Llevaba en la cabeza una chistera negra. -Llevaba un frac de hermoso terciopelo color ciruela. Sus pantalones eran verde botella. Sus guantes eran de color gris perla. Y en su mano llevaba un fino bastn con un mango de oro. Una pequea y cuidada barba puntiaguda le recubra el mentn. Y sus ojos, sus ojos eran maravillosamente brillantes. Parecan estar destellando todo el tiempo. Toda su cara, en realidad, resplandenca con una risuea alegra. Y qu inteligente pareca! Qu sagaz, agudo y lleno de vida! Haca todo el tiempo pequeos movimientos rpidos con la cabeza, inclinndola a uno y otro lado, y observndolo todo con aquellos ojos brillantes. Era como una ardilla por la rapidez de sus movimientos, como una astuta ardillita del parque. De pronto, improvis un pequeo baile saltando sobre la nieve, abri los brazos, sonri a los cinco nios que se agrupaban junto a los portones y dijo en voz alta: Bienvenidos, amiguitos! Bienvenidos a la fbrica! Su voz era aguda y aflautada. Entrad de uno en uno, por favor dijo, y traed a vuestros padres. Luego enseadme vuestros Billetes Dorados y decidme vuestros nombres. Quin es el primero? El nio gordo dio un paso adelante. Yo soy Augustus Gloop dijo. Augustus! exclam el seor Wonka, cogindole de la mano y estrechndosela con una fuerza 41. terrible. Mi querido muchacho, cunto me alegro de verte! En cantado! Es un placer! Estoy contentsimo de tenerte con nosotros! Y stos son tus padres? Qu bien! Pasen! Pasen! Eso es! Pasen por aqu! Era evidente que el seor Wonka estaba tan excitado como todos los dems. Mi nombre dijo la nia siguiente es Veruca Salt. Mi querida Veruca! Cmo ests? Es un gran placer! Tienes un nombre muy interesante, verdad? Yo siempre cre que una veruca era una especie de grano que sale en los dedos de las manos. Pero debo estar equivocado, verdad? Qu guapa ests con ese precioso abrigo de visn! Me alegro tanto de que hayas podido venir! Dios mo, va a ser un da tan emocionante! Espero que lo disfrutes! Estoy seguro de que as ser! S que lo disfrutars! Tu padre? Cmo est usted, seor Salt? Y la seora Salt? Me alegro mucho de verles! S, el billete est en regla! Pasen, por favor! Los dos nios siguientes, Violet Beauregarde y Mike Tev, se adelantaron para que les examinara sus billetes y luego para que el enrgico seor Wonka les estrechara la mano con tanta fuerza que casi les arranca el brazo. Y, por ltimo, una vocecilla nerviosa murmur: Charlie Bucket. Charlie! grit el seor Wonka. Vaya, vaya, vaya! De modo que t eres Charlie! T eres el que hasta ayer no encontr su billete, no es eso? S, s. Lo he ledo todo en los peridicos de la maana. Justo a tiempo, mi querido muchacho! Me alegro tanto! Estoy tan contento por ti! Y este seor? Es tu abuelo? Encantado de conocerle, seor! Maravilloso! Fascinado! Muy bien! Excelente! Han entrado ya todos? Cinco nios? S! Bien! Y ahora, queris seguirme, por favor? Nuestra gira est a punto de empezar! Pero manteneos juntos! No os separis del grupo, por favor! No me gustara perder a ninguno de vosotros a esta altura de los acontecimientos! Oh, ya lo creo que no! Charlie mir hacia atrs por encima de su hombro y vio que los grandes portones de hierro se cerraron lentamente detrs de l. Fuera, la multitud segua gritando y empujndose. Charlie les dedic una ltima mirada. Luego, cuando los portones se cerraron con un metlico. estruendo, toda perspectiva del mundo exterior desapareci. Aqu estamos! exclam el seor Wonka, trotando a la cabeza del grupo. Por esta puerta roja, por favor! Eso es! Veris que dentro hace una temperatura muy agradable! Tengo que mantener caliente la fbrica por los obreros! Mis obreros estn acostumbrados a un clima muy clido! No pueden soportar el 42. fro! Moriran si salieran con este tiempo! Se quedaran congelados! Pero, quines son estos obreros? pregunt Augustus Gloop. Todo a su tiempo, mi querido muchacho! dijo el seor Wonka, sonrindole a Augustus. Ten paciencia! Lo vers todo a medida que vayamos avanzando! Estis todos dentro? Bien! Os importara cerrar la puerta? Gracias! Charlie Bucket se encontr de pie ante un largo corredor que se extenda hasta donde alcanzaba la vista. El corredor era tan ancho que fcilmente poda circular un automvil. Las paredes eran de un color rosa plido, y la iluminacin era suave y agradable. Qu bonito, y qu temperatura tan agradable! susurr Charlie. S. Y qu maravilloso aroma! respondi el abuelo Joe, aspirando una profunda bocanada. Los ms apetitosos olores del mundo parecan mezclarse en el aire que les rodeaba: el olor de caf tostado y el de azcar quemado y el de chocolate derretido y el de menta y el de violetas y el de pur de castaas y el de azahar y el de caramelo y el de corteza de limn... Y a lo lejos, en el corazn de la inmensa fbrica, se oa un ahogado rugido de energa, como si una enorme, monstruosa mquina estuviese haciendo girar sus ruedas a toda velocidad. Y bien, ste, mis queridos nios dijo el seor Wonka, elevando la voz por encima del ruido, ste es el corredor principal. Me hacis el favor de colgar vuestros abrigos y sombreros en esas perchas que hay en la pared y seguirme? As me gusta! Bien! Todos preparados! Vamos entonces! Vamos all! ech a trotar rpidamente a lo largo del corredor con los faldones de su frac de terciopelo color ciruela flotando detras, y todos los visitantes se apresuraron a seguirle. Era un grupo bastante numeroso si uno se paraba a considerarlo. Eran nueve adultos y cinco nios, catorce en total. Podis imaginaron la de apretujones y empujones que hubo cuando todos echaron a correr pasillo abajo intentando mantener la marcha de la veloz figurilla que les preceda. Vamos! exclam el seor Wonka. Daos prisa, por favor! Jams terminaremos en un solo da si os movis con tanta lentitud! 43. Pronto sali del corredor principal para entrar en un pasaje ligeramente ms estrecho. Luego dobl a la izquierda. Luego otra vez. a la izquierda. Luego a la derecha. Luego a la izquierda. Luego a la derecha. Luego a la derecha. Luego a la izquierda. El sitio era como un gigantesco laberinto, con pasillos que llevaban aqu y all en todas direcciones. No te sueltes de mi mano, Charlie susurr el abuelo Joe. Fijaos cmo estos pasillos van cuesta abajo!dijo el seor Wonka. Estamos yendo bajo tierra! Los recintos ms importantes de mi fbrica estn bajo tierra! Por qu?pregunt alguien. Porque no habra suficiente espacio para ellos all arriba! respondi el seor Wonka.Estos recintos que vamos a ver ahora son enormes! Son ms grandes que campos de ftbol! Ningn edificio del mundo sera lo bastante grande para contenerlos! Pero aqu, bajo tierra, tengo todo el espacio que necesito! No hay lmite. Todo lo que tengo que hacer es excavar. El seor Wonka dobl a la derecha. Luego dobl a la izquierda. Volvi a doblar a la derecha. Ahora los pasillos iban hacia abajo en una pendiente cada vez ms pronunciada. De pronto, el seor Wonka se detuvo. Frente a l haba una puerta de brillante metal. El grupo se agolp a su alrededor. Sobre la puerta, engrandes letras, deca: RECINTO DEL CHOCOLATE 44. 15 El Recinto del Chocolate Esta es una estancia muy importante! exclam el seor Wonka, extrayendo un manojo de llaves de su bolsillo e introduciendo una de ellas en la cerradura de la puerta. Este es el centro neurlgico de la fbrica entera, el corazn de todo el sistema! Y es tan hermoso! Yo insisto en que mis habitaciones sean hermosas! No puedo soportar la fealdad en las fbricas! Vamos adentro! Pero tened cuidado, mis queridos nios! No perdis la cabeza! No os excitis demasiado! Mantened la calma! El seor Wonka abri la puerta. Cinco nios y nueve adultos se apresuraron a entrar, y qu espectculo ms asombroso se present ante sus ojos! Lo que vean desde all era un magnfico valle. Haba verdes colinas a ambos lados del valle, y en el fondo del mismo flua un ancho ro de color marrn. Es ms, haba una enorme cascada en el ro, un escarpado acantilado sobre el que el agua rodaba y ondulaba en una slida capa, y luego se estrellaba en un hirviente, espumoso remolino de salpicaduras. Debajo de la cascada (y ste era el espectculo ms maravilloso de todos) una masa de enormes tubos de vidrio colgaba sobre el ro desde algn sitio del techo, a gran altura. Eran realmente enormes estos tubos. Deba haber al menos una docena, y lo que hacan era succionar el agua oscura y barrosa del ro para llevrsela a Dios sabe dnde. Y como estaban hechos de vidrio, poda verse fluir el lquido a borbotones en su interior, y por encima del ruido de la cascada poda orse el interminable sonido de succin de los tubos a medida que hacan su trabajo. Grciles rboles y arbustos crecan a lo largo de las orillas del ro, sauces llorones y alisos y altos rododendros llenos de capullos violetas y rosados. En las colinas crecan miles de botones de oro. Mirad!exclam el seor Wonka, bailando excitadamente y sealando el ro de color marrn con su 45. bastn de puo dorado. Es todo de chocolate! Hasta la ltima gota de ese ro es chocolate derretido caliente de la mejor calidad. De una calidad insuperable. Hay ah chocolate suficiente para llenar todas las baeras del pas entero! Y todas las piscinas tambin! No es fantstico? Mirad esos tubos! Succionan el chocolate y lo llevan a todas las dems dependencias de la fbrica, donde haga falta. Miles de litros por hora, mis queridos nios! Miles y miles de litros! Los nios y sus padres estaban demasiado atnitos para responder. Estaban aturdidos. Estaban alucinados. Estaban admirados y maravillados. Estaban completamente desconcertados por el tamao de todo ello. Miraban todo con los ojos muy abiertos, sin hablar. La cascada es muy importante! prosigui el seor Wonka. Mezcla el chocolate! Lo bate! Lo tritura y lo desmenuza! Lo hace ligero y espumoso! Ninguna otra fbrica del mundo mezcla su chocolate por medio de una cascada! Pero es la nica manera de hacerlo! La nica manera! Y os gustan mis rboles? exclam, sealndolos con su bastn. Y mis hermosos arbustos? No os parece que son muy bonitos? Ya os dije que detestaba la fealdad! Y, por supuesto, son todos comestibles! Todos ellos estn hechos de algo diferente y delicioso! Y os gustan mis colinas? Os gustan la hierba y los botones de oro? La hierba que pisis, mis queridos nios, est hecha de una nueva clase de azcar mentolado que acabo de inventar! La llamo mintilla! Probad una brizna! Por favor! Es deliciosa! Automaticamente, todo el mundo se agach y cogi una brizna de hierba; todos, excepto Augustus Gloop, que cogi un enorme puado. Y Violet Beauregarde, antes de probar su brizna de hierba, se quit de la boca el chicle con el que haba batido el rcord mundial y selo peg cuidadosamente detrs de la oreja. No es maravilloso? susurr Charlie.No es verdad que tiene un sabor maravilloso, abuelo? Podra comerme el campo entero! dijo el abuelo Joe, sonriendo de placer. Podra ponerme a cuatro patas como una vaca y comerme toda la hierba que hay, en el campo! Probad un botn de oro! dijo el seor Wonka. Son aun mejores! De pronto, el aire se llen de gritos excitados. Los gritos provenan de Veruca Salt. Esta sealaba frenticamente el otro lado del ro.Mirad! Mirad all! chill. Qu es? Se est moviendo! Est caminando! Es una personita! Es un hombrecito! All, debajo dela cascada! Todos dejaron de coger botones de oro y miraron hacia el ro. 46. Tiene razn, abuelo! grit Charlie. Es un hombrecito! Lo ves? Lo veo, Charlie! dijo excitadamente el abuelo Joe. Y ahora todo el mundo empez a gritar a la vez.Hay dos!Dios mo, es verdad!Hay ms de dos! Hay uno, dos, tres, cuatro, cinco!Qu estn haciendo?De dnde salen?Quines son? Nios y grandes corrieron a la orilla del ro para verlos de cerca.No son fantsticos?No son ms altos que mi rodilla!Su piel es casi negra!Es verdad!Sabes lo que creo, abuelo? exclam Charlie. Creo que el seor Wonka los ha hecho l mismo, de chocolate! Los diminutos hombrecillos no eran ms grandes que muecas de tamao mediano haban dejado lo que estaban haciendo y ahora contemplaban desde el otro lado del ro a los visitantes. Uno de ellos seal a los nios, susurr algo a los otros cuatro, y los cinco estallaron en sonoras carcajadas. Es verdad que estn hechos de chocolate, seor Wonka? pregunt Charlie. Chocolate? grit el seor Wonka. Qu tontera! Son personas de verdad! Son algunos de mis obreros! Eso es imposible! dijo Mike Tev. No hay gente en el mundo tan pequea como sa! 47. 16 Los OompaLoompas Dices que no hay gente en el mundo tan pequea como sa? dijo riendo el seor Wonka. Pues djame decirte algo. Hay ms de tres mil aqu mismo, en mi fbrica! Deben ser pigmeos! dijo Charlie. Exacto! exclam el seor Wonka. Son pigmeos! Importados directamente de frica! Pertenecen a una tribu de diminutos pigmeos conocidos como los Oompa-Loompas! Yo mismo los descubr. Yo mismo los traje de frica, la tribu entera, tres mil en total. Los encontr en la parte ms intrincada y profunda de la jungla africana, donde el hombre blanco no ha estado jams. Vivan en casas en los rboles. Tenan que vivir en los rboles; de otro modo, siendo tan pequeos hubieran sido devorados por todos los animales de la selva. Y cuando los encontr estaban prcticamente murindose de hambre. Vivan de orugas verdes, y las orugas tenan un sabor repulsivo, y los Oompa-Loompas pasaban todas las horas del da trepando a los rboles, buscando otras cosas para mezclar con las orugas y darle un mejor sabor escarabajos rojos, por ejemplo, y hojas de eucaliptos, y la corteza del rbol bong-bong, todas ellas de un sabor repugnante, pero no tan repugnante como el de las orugas. Pobres pequeos Oompa-Loompas! Lo que les gustaba ms que ninguna otra cosa eran los granos de cacao. Pero no podan obtenerlos. Un Oompa-Loompa tena suerte si encontraba tres o cuatro granos de cacao al ao. Pero, cmo les gustaban! Soaban toda la noche con los granos de cacao y hablaban de ellos durante todo el da. Con slo mencionar la palabra cacao a un Oompa-Loompa se le haca la boca agua. Los granos de cacao continu el seor Wonka, que crecen en el rbol del cacao, son los ingredientes que se necesitan para hacer chocolate. No se puede hacer chocolate sin los granos de cacao. Los granos de cacao son el chocolate. Yo mismo utilizo billones de granos de cacao a la semana en esta fbrica. Y entonces, mis queridos nios, cuando descubr que los Oompa-Loompas enloquecan por esta comida en particular, trep a lo alto de su aldea en los rboles y met la cabeza por la puerta de la casa del jefe de la tribu. El pobre hombrecillo, de aspecto famlico, estaba all sentado intentando comerse un cuenco de orugas aplastadas sin vomitar. Escucha, le dije (hablando no en espaol, por supuesto, sino en Oompa-Loompas), escucha, si t y toda tu gente vens conmigo a mi pas y vivs en mi fbrica, podris obtener todos los granos de cacao que queris, Tengo montaas de ellos en mis almacenes! Podris comer granos de cacao en todas las comidas! Podris empacharos con ellos! Hasta os pagar 48. vuestros salarios en granos de cacao si queris! Lo dices de verdad?, pregunt el jefe de los Oompas-Loompas, saltando de su silla. Claro que lo digo de verdad, dije yo. Y tambin podris comer chocolate. El chocolate tiene aun mejor sabor que los granos de cacao, porque lleva leche y azcar. El hombrecillo dio un brinco de alegra y arroj su cuenco de orugas aplastadas por la ventana de la casa en el rbol. Trato hecho!, grit Vmonos ya! De modo que los traje a todos aqu, a todos los hombres, mujeres y nios de la tribu de los Oompa-Loompas. Fue fcil. Los traje metidos en grandes cajones donde haba practicado algunos agujeros y todos llegaron a salvo. Son estupendos trabajadores. Ahora todos ellos hablan espaol. Les encanta la msica y el baile. Siempre estn inventando canciones. Supongo que hoy les oiris cantar a menudo. Debo preveniros, sin embargo, que son bastante traviesos. Les encantan las bromas. An siguen llevando la misma ropa que llevaban en la jungla. Insisten en ello. Los hombres, como podis ver, slo llevan pieles de ciervo. Las mujeres se cubren con hojas, y los nios van desnudos. Las mujeres se ponen hojas frescas todos los das... Pap!grit Veruca Salt (la nia que obtena todo lo que quera) Pap! Quiero un Oompa-Loompa! Quiero que me des un Oompa-Loompa! Quiero un Oompa-Loompa ahora mismo! Quiero llevrmelo a casa conmigo! Anda pap! Dame un Oompa-Loompa! Vamos, vamos, tesoro le dijo su padre. No debemos interrumpir al seor Wonka. Pero yo quiero, un Oompa-Loompa! chill Veruca. Est bien, Veruca, est bien. Pero no puedo drtelo en este mismsimo momento. Ten paciencia, por favor. Me ocupar de conseguirte uno antes de que acabe el da. 49. Augustus! grit la seora Gloop. Augustus, cario, no creo que debas hacer eso. Como habris podido adivinar, se haba deslizado silenciosamente hasta el borde del ro y ahora estaba arrodillado junto a la orilla bebiendo chocolate derretido lo ms de prisa que poda. 17 Augustus Gloop se va por un tubo Cuando el seor Wonka se volvi y vio lo que estaba haciendo Augustus, grit: Oh, no! Por favor, Augustus, por favor! Te ruego que no hagas eso! Mi chocolate no debe ser tocado por manos humanas! Augustus! llam la seora Gloop. No has odo lo que te ha dicho el seor? Aljate ahora mismo de ese ro! Esto es estupendo! dijo Augustus, sin hacer el menor caso de su madre ni del seor Wonka . Vaya! Necesito un cubo para beberlo! Augustus grit el seor Wonka, dando pequeos saltos y agitando su bastn, debes alejarte de ah. Ests ensuciando mi chocolate! Augustus! grit la seora Gloop. Augustus! grit el seor Gloop. Pero Augustus era sordo a todo menos a la llamada de su estmago. Ahora estaba tumbado en el suelo con su cabeza sobre el ro, lamiendo el chocolate como si fuese un perro. Augustus! grit la seora Gloop. Contagiars ese resfriado que tienes a un milln de personas en todo el pas! Ten cuidado, Augustus! grit el seor Gloop. Te ests inclinando demasiado! El seor Gloop tena razn. De pronto se oy un grito, y luego el ruido de una salpicadura, y al ro cay Augustus Gloop,