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CHICOS EN BANDA Silvia Duschatzky y Cristina Correa Este libro habla de las experiencias subjetivas transitadas en un suelo de declive institucional. Se trata de chicos que habitan en la periferia de la Ciudad de Córdoba y que asisten a las llamadas “escuelas urbano-marginales”. En estos barrios las calles son en su mayoría de tierra y trazado irregular, carecen de servicios, no cuentan con redes telefónicas y mantienen débiles contactos con la vida en el centro, tampoco son reconocidos por la Municipalidad. El problema del espacio funcional y vital empeora progresivamente. Casi todos los grupos que comparten la unidad habitacional están integrados por entre 6 y 10 miembros de familia. Hoy el dato relevante es el desempleo, que alcanza cifras inéditas y castiga particularmente a los hombres. Los chicos, cada vez más incluidos en la reproducción de la vida domestica, despliegan variadas actividades. En relación a la escolaridad de los padres, la mayoría de la población infantil no supera el nivel primario, destacándose un porcentaje elevado que no ha cumplimentado el nivel básico de escolaridad. ESCENARIOS DE EXPULSIÓN SOCIAL Y SUBJETIVIDAD La investigación parte de preguntarse: ¿Cómo habitan los jóvenes situaciones de expulsión social?. Hablar de expulsión y no de pobreza o exclusión por las siguientes razones. La pobreza define estados de desposesión material y cultural que no necesariamente atacan procesos defiliación y horizontes o

Chicos en Banda

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CHICOS EN BANDASilvia Duschatzky y Cristina CorreaEste libro habla de las experiencias subjetivas transitadas en un suelo de declive institucional. Se trata de chicos que habitan en la periferia de la Ciudad de Crdoba y que asisten a las llamadas escuelas urbano-marginales.En estos barrios las calles son en su mayora de tierra y trazado irregular, carecen de servicios, no cuentan con redes telefnicas y mantienen dbiles contactos con la vida en el centro, tampoco son reconocidos por la Municipalidad. El problema del espacio funcional y vital empeora progresivamente. Casi todos los grupos que comparten la unidad habitacional estn integrados por entre 6 y 10 miembros de familia.Hoy el dato relevante es el desempleo, que alcanza cifras inditas y castiga particularmente a los hombres.Los chicos, cada vez ms incluidos en la reproduccin de la vida domestica, despliegan variadas actividades.En relacin a la escolaridad de los padres, la mayora de la poblacin infantil no supera el nivel primario, destacndose un porcentaje elevado que no ha cumplimentado el nivel bsico de escolaridad.ESCENARIOS DE EXPULSIN SOCIAL Y SUBJETIVIDADLa investigacin parte de preguntarse: Cmo habitan los jvenes situaciones de expulsin social?. Hablar de expulsin y no de pobreza o exclusin por las siguientes razones. La pobreza define estados de desposesin material y cultural que no necesariamente atacan procesos defiliacin y horizontes o imaginarios futuros. En pocas palabras, la pobreza no necesariamente afecta a la creencia o a la confianza de que es posible alcanzar otras posiciones sociales.La exclusin pone el acento en un estado: estar por fuera del orden social. La exclusin nos habla de un estado con lo que tiene de permanencia la nocin de estado en la que se encuentra el sujeto. La idea de expulsin social, refiere la relacin entre ese estado de exclusin y lo que lo hizo posible. Mientras el excluido es meramente un producto, un dato, un resultado de la imposibilidad de integracin, el expulsando es resultado de una operacin social, una produccin, tiene un carcter mvil.La expulsin social produce un desexistente, un desaparecido de los escenarios pblicos y de intercambio. El expulsado perdi visibilidad, nombre, palabra, es una nuda vida, porque se trata de sujetos que han perdido su visibilidad en la vida pblica, porque han entrado en el universo de la indiferencia, porque transitan por una sociedad que parase no esperar nada de ellos.Agamben define la vida humana como aquellos modos, actos y procesos singulares del vivir que nunca son plenamente hechos sino siempre y sobre todo posibilidades y potencia. Un ser de nuda vida es un ser al que se le han consumido sus potencias, sus posibilidades. Nuda vida es un ser absolutamente determinado.Cuando se habla de nuda vida,queremos destacar las condicionessociales productoras de la expulsin. No obstante, lo interesante es averiguar que hacen los sujetos en estas condiciones, que ocurren en sus bordes.La preocupacin se orienta a indagar las formas de habitar las nuevas condiciones de pobreza que llamamos de expulsin social, por la tanto se debe distinguir entre actos o datos relevadores de la expulsin y prctica de subjetividad, es decir, operaciones que pone en juego el sujeto en esa situacin de expulsin.La prctica de la subjetividad permiten rastrear las operaciones que despliegan los sujetos en situaciones lmites y las simbolizaciones producidas. En qu medida el trnsito por la escuela deviene experiencia de construccin subjetiva? En qu medida pasar por ella supone salir transformando? Es la escuela en las nuevas condiciones de globalizacin y dilucin del Estado-nacin, un lugar capaz de marcar a los sujetos? Cules son los rasgos de las nuevas subjetividades y qu diferencias guardan respecto de los sujetos formados por el aparato escolar en tiempos del Estado-nacin?Las formas de produccin de la subjetividad no son universales ni atemporales sino que se escriben en condiciones sociales y culturales especficas.Cules son las nuevas condiciones en la que se encuentran los sujetos? Hay una alteracin fundamental en el suelo de constitucin subjetiva: el desplazamiento de la promesa del Estado por la promesa del mercado. Ya no se trata de serciudadanos sino de consumidores. A diferencia del Estado, el mercado no impone un orden simblico articulador, un sustrato normativo que comprende a todos por igual.El mercado se dirige a un sujeto que solo tienen derechos de consumidor, y no los derechos y obligaciones conferidos al ciudadano. El mercado instituye, para consumidores y no consumidores, un nuevo ideal del yo, un imaginario que produce, en un nuevo lugar, el horizonte de aspiraciones, el espejo donde mirarse.En el marco de estas condiciones emergentes de legitimidad social, encontramos que la violencia es la marca que permea la vida de los que habitan la periferia de la ciudad de Crdoba. La violencia se presenta como el sustrato cotidiano sobre el que constituyen la subjetividad nios y jvenes.La violencia es hoy una nueva forma de socialidad, un modo de estar con los otros, o de buscar a los otros, una forma incluso de vivir la temporalidad.Admitir que la violencia, aun como expresin fallida de lo simblico, puede construir un lenguaje, permite que la veamos como una respuesta de urgencia a situaciones de emergencia.La violencia se presenta como modo de relacin que aparece en condiciones de impotencia instituyente de la escuela y la familia.Segn Beatriz Sarlo (2001) asistimos a una clausura de un espacio simblico de pertenencia que ha sido la marca de construccin subjetiva durante la primera mitad del siglo xx Qu significa ser argentinoen los primeros sesenta aos del siglo?Ser argentino seala Sarlo, supona tres cualidades: ser alfabetizado, ser ciudadano y tener trabajo.Esas tres cualidades implicaban mucho mas que conquistas sociales o competencias adquiridas. Estar alfabetizado, ser ciudadano y tener trabajo nombraba a un sujeto anclado en un lazo social y filiado a una genealoga cultural. La impotencia instituyente habla entonces de lacada no slo de estos referentes opatrones de identidad sino de la propia autoridad simblica.Dufour (1990) destaca que no se tratara de un sujeto constituido alrededor de algn sistema de referencia compartido, sino de un sujeto que se define a partir de s mismo, un sujeto fragmentado, despojado del lazo, que ya no se reconoce en el imperativo t puedes porque debes sino en el t debes porque puedes.La violencia se trata de una expansin que se materializa en el cuerpo. La violencia e los mbitos analizados se presentan bajo cuatros formas: como estallido (en la escuela), como formas instituida (en los ritos), como componente de un acontecimiento (en fiestas), o como matriz cotidiana (en la calle).En la escuela, la violencia no es vivida por sus protagonistas como un acto de agresividad, sino como un modo de trato habitual y cotidiano.El Estado-nacin, mediante sus instituciones principales, la familia y la escuela, ha dejado de ser el dispositivo fundante de la moralidad del sujeto. Todo parece

indicar que laviolencia con el otro, la violencia a modo de descarga o pulsin descontrolada es el ndice de la incapacidad del dispositivo para instituir una subjetividad regulada por la ley simbolica.La violencia en la escuela hoy puede ser leda como un sntoma del agotamiento del dispositivo pedaggico moderno. A diferencia de la violencia en las fiestas en los ritos, la violencia en la escuela es un fuera de lugar, una irrupcin que resulta inconsistente con la representacin de una escuela, lugar eficaz para controlar las disrupciones y moldear la moralidad del sujeto.En la fiesta cuartetera, la violencia aparece como un ingrediente ms de ese acontecimiento.En los ritos como en el caso del bautismo de los chicos de la calle, se trata de una condicin que le confiere al sujeto una posicin dentro del grupo.En la calle, la violencia se presenta constituyendo la matriz del lugar.En los barrios analizados, la violencia callejera se comporta como un elemento de alta significatividad, en tanto pone en cuestin tradiciones comunitarias y estticas colectivas que encontraban en la calle una de sus escenarios principales de expresin comunitaria.

2) TERRITORIOS JUVENILES EMERGENTESEl anlisis del corpus construido hasta el momento nos invita a sostener la idea de una subjetividad situacional configurada por fuera de los dispositivos institucionales modernos. La subjetividad ya no depende de la prctica yrecursos institucionales sino que sus marcas se producen en el seno de prcticas no sancionadas por las instituciones tradicionales como la escuela y la familia.Se produce un deslizamiento en los modos de produccin de sujetos. Mientras en el marco de los estados-nacin y en las coordenadas de una cultura moderna el sujeto devena tal por accin de los dispositivos familia y escuela, hoy en el contexto de la centralidad que ha cobrado el mercado y la cada hegemnica de los estados-nacin el suelo de constitucin de los sujetos parece haberse alterado.La hiptesis de que los chicos viven en condiciones de expulsin social construyen su subjetividad en situacin.Los ritos como las creencias se inscriben en una esttica cotidiana que nos habla de una forma de estar juntos, de un modo de socialidad que, en contraposicin con las formas de racionalidad modernas, constituye la marca de un nosotros.

2.1 LOS RITOSAquellas prcticas regladas cargadas de densidad simblica que habitan un pasaje, han sido histricamente considerados como ncleos de inscripcin de la subjetividad.Los ritos institucionales se configuran en una relacin intergeneracional marcada en un eje de diferencias estructurales, suponen la herencia y su posibilidad de transmisin,la existencia de un tiempo lineal, sucesivo y regular en el que transcurre dicha transimisin generacional, marcan pertenencias y habitan la transferencia de lo heredado haciaotras situaciones.En cambio, en los ritos de situacin, el otro es el prximo, no el semejante. Es decir, el otro no se instituye a partir de la ley estatal, sino a partir de las regulaciones grupales. Tienen solo validez en un territorio simblico determinado. Se construyen sobre la transmisin entre pares. Son frgiles, no generan experiencias transferibles a otras situaciones sino que cumplen la funcin de anticipar lo que puede acontecer.Presentan como rasgo significativo, un fuerte componente de violencia y se materializan en grupalidades marcadas por reglas estrictas.

2.2 LAS CREENCIASA diferencia de las religiones tradicionales que convierten la fe en una dimensin trascendente de la vida, constituyen otro modo de habitar la cotidianidad.Mientras las religiones convencionales se arman como sistemas cerrados y en territorios separados de los otros rdenes de la vida cotidiana, aqu las creencias se presentan en una estructura que admite mezclas de significacin. Un tpico creyente catlico distingue las pautas de socializacin de cada lugar que habita. Las estrategias, los intercambios sociales, los cdigos de intercambio estarn regulados por las reglas que permiten habitar cada uno de los lugares de inscripcin. En cambio, las creencias no forman parte de un sistema diferenciado ni son privativos de una comunidad religiosa sino que participan de todo intercambio cotidiano y se filtran en cualquierescenario de intercambio social.Probablemente haya que pensar las creencias en una doble vertiente. Por un lado, constituyen un modo de procesamiento de un mundo inclasificable en la lgica del entendimiento racional y que, por lo tanto, se deja habitar por el misterio, los limites de la voluntad y la ambigedad. Por el otro, dios, el diablo, las brujas, los enanos y los duendes pueden ser metforas de las eternas disputas entre el bien y el mal, el poder y la impotencia.

2.3 EL CHOREOQu valor encierra el choreo para estos chicos? El choreo, el consumo de drogas, el baile, la pelea, la escuela, los vnculos con los padres, las brujas, forman parte de la misma serie discursiva. Aun los que no los practican lo enuncian como parte de un universo de opciones que ellos desechan ms por los peligros que pudiera ocasionarles que por cuestiones de ndole moral.La practica del choreo est impulsada por otras demandas o bsquedas vinculadas a la conquista de un lugar en el grupo y de un sistema referencial que organice de algn modo el caos de la experiencia: adnde pertenezco, en que sistema de valoraciones me incluyo, cules son las ventajas de pertenecer a un grupo, etc.El relato nos sugiere nuevas reflexiones. El robo no es necesariamente un mvil de prctica grupal, un a priori cuidadosamente especulado, sino un desencadenante azaroso del encuentro entre sujetos. Hacer algo, no importa qu, brinda la ilusin de romper con la inercia cotidiana, de aduearse de algn modo del devenir de la existencia, de decidir.El choreo es uno de los cdigos de socializacin en los escenarios que freuentan los jvenes. Estos chicos nacen y crecen en un territorio donde la prctica del robo participa de las estrategias de reproduccin de la vida cotidiana.2.4 EL FANEO Y OTRAS YERBASEl consumo es una prctica que permite asomarnos a un modo de procesar la existencia o de habitar condiciones concretas de vida. El consumo pone al cuerpo en primer plano, es la escenificacin de las sensaciones que en los tiempos presentes y en las circunstancias registradas transitan ms por lo destructivo y la celebracin de la m7UYuerte que por lo orgistico y lo festivo.Qu es la droga?, se pregunta Ehremberg (1991). En las sociedades modernas, constituyen experiencias que producen y revelan los estilos de relaciones que el sujeto mantiene consigo mismo y con los otros. Las sustancias alteran los estados de conciencia y las percepciones mentqales, por eso este autor las piensa como prcticas de multiplicacin artificial de la individualidad.El consumo en las formas en que se materializa en estos barrios no es de ninguna manera una trasngresin. El consumo compromete a las propias fuerzas del orden en una cadena srdida e incomprensible y, como lo destacan sus protagonistas, ocasiona serios daos en el cuerpo y en las sensaciones.3) NUEVOS ROTROS JUVENILESLA FRATERNIDAD Y EL AGUANTELa fraternidad o relacin con los pares no supone el advenimiento de una nueva institucin frente a otra, la familia, en franca desaparicin, sino que se configura como posibilidad emergente frente a la ineficacia simblica del modelo tradicional. Las legalidades de proteccin e identificacin que actan dentro de los grupos o bandas parecen anunciar la constitucin de historias o experiencias marcadas por fuera de los dispositivos institucionales.Lewkowicz, Droeven y Grinschpun, sealan que en el empobrecimiento del vnculo paterno-filial y en el umbral de la inaudibilidad institucional, los vnculos fraternos pueden tener una capacidad simblica de proteccin ms fuerte que los familiares.La familia como marco parece perder relevancia para estos jvenes, cedindole lugar al grupo. Esos nuevos marcos funcionan como usinas de valoraciones y cdigos que estructuran la experiencia del sujeto.La ley no es la ley del padre, la que socializa en una matriz cultural civilizatoria, la que en consecuencia habilita la entrada al mundo y a la interaccin con los otros. Se trata en cambio de reglas pertinentes para habilitar la situacin en los cdigos legitimados dentro de una subcultura. Lo que se transmite como valor supremo es el aguante. Los valores surgen del seno de la experiencia y su fuente de legitimidad es la eficacia que producen para habitar un conjunto de circunstancias.