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302 CHILE MINERO 303 ENAMI EN LA HISTORIA DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA MINERÍA EN CHILE PARTE V DESAFÍOS ACTUALES Y FUTUROS Foto: Claudio Pérez

Chile Minero - Parte 5

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Enami Chile

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302 Chile Minero 303enami en la historia de la Pequeña y mediana minería en chile

Parte Vdesafíos actuales y futuros

Foto: Claudio Pérez

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304 alfredo oValle rodríGuez 305

chile es un país minero. Esta industria es tan representativa del país como lo son el mar, el desierto y la cordillera de los

Andes. Variadas son las razones por las que la minería ha logrado consolidarse como la activi-dad industrial más importante de nuestro terri-torio y, al mismo tiempo liderar esta actividad a nivel internacional.

Entre los fundamentos para tal afirmación, cabe destacar los recursos que aporta la mine-ría y la cantidad de empleos que genera al país. Para 2009, incluso en el contexto de la crisis económica que afecta al mundo, la Sonami es-tima que la industria exportará 20 mil millones de dólares estadounidenses, un 50% menos que los envíos concretados en 2008, cuando la minería aportó el 59% de las exportaciones

leGado, realidadactual y desafíos

del emPresariado minero

Alfredo Ovalle Rodríguez

del país. Igualmente, en 2008 representó el 17,6 por ciento del PIB chileno, equivalente a 30 mil millones de dólares, de un total de 170 mil mi-llones de dólares.

Ahora bien, estas cifras y los logros econó-micos y sociales que ellas representan son posi-bles gracias al esfuerzo, compromiso, profesio-nalismo y planificación de pequeños, medianos y grandes empresarios y trabajadores mineros, que dan vida a nuestra industria.

Es así como durante las últimas dos déca-das se ha materializado una inversión cercana a los 40 mil millones de dólares en proyectos de exploración y explotación. Estos recursos han provenido tanto de grandes empresas con relevancia mundial, como de mineras emergen-tes de tamaño mediano y también de pequeños pirquineros que subsisten en las comunas más alejadas de Chile. Estos últimos representan nuestra más preciada tradición minera y man-tienen con orgullo muchos de los valores que caracterizan nuestro trabajo.

Los frutos de este esfuerzo saltan a la vis-ta. Chile ocupa el primer lugar en la producción de cobre, con cerca del 36% de la producción

Si bien Chile cuenta con una creciente infraestructura portuaria que ha mejorado en los últimos años, algunas de las mineras más importantes que operan en el país han optado por construir sus propios puertos para embarcar sus productos. Es el caso de Collahuasi, que envía su concentrado de cobre y molibdeno al puerto de Patache, ubicado en la costa de la Región de Tarapacá. Foto: Jack Ceitelis.

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306 alfredo oValle rodríGuez 307leGado, realidad actual y desafíos del emPresariado minero

mundial de nitratos naturales, de yodo y de li-tio. Además, ocupa el tercer lugar en produc-ción de molibdeno y el cuarto en plata del orbe. En 2009, la tendencia se mantendrá, con una producción proyectada de 5,4 millones de to-neladas de cobre, de las cuales más de un 70% provendrá de la minería privada.

El desarrollo minero ha permitido atraer em-presas, capitales y tecnologías para materiali-zar proyectos de gran escala. Estos, a su vez, han tenido importantes efectos que permiten multiplicar la inversión, la producción y el em-pleo, así como un favorable efecto multiplica-dor para la infraestructura minera. La minería ha ido transformando el norte del país, dejando atrás campamentos aislados y contribuyendo a la calidad de vida de los mineros y sus familias, a través de mejoras en los ámbitos de la vivien-da y los servicios médicos y educacionales de que disponen.

Todos estos elementos dan cuenta de nues-tro liderazgo y de la relevancia del sector para Chile. La minería es, ha sido y seguirá siendo la gran palanca de desarrollo de nuestro país.

la minería moderna

Desde nuestra perspectiva, una de las tareas principales, tanto a nivel público como privado, es resguardar y fortalecer la actividad minera, considerando que es uno de los sectores pro-ductivos con mayor potencialidad.

No basta con disponer de recursos naturales y capacidad profesional y técnica. Es necesario mantener y potenciar la actitud, el profesiona-lismo, la capacidad y el compromiso que carac-terizan a nuestra industria, así como también generar las condiciones y cooperación entre las autoridades y el sector, de manera de continuar en esa senda.

Esto resulta de vital importancia, ya que el éxito de la minería no está asegurado. En la ac-tualidad muchos países compiten por atraer la inversión de las grandes compañías mundiales, tal como nuestra minera estatal Codelco lo hace en Brasil y África, y la principal empresa privada de capitales nacionales –Antofagasta Minerals– lo ha hecho recientemente en Pakis-tán, por dar solo un par de ejemplos.

Por eso, el llamado es a maximizar las po-tencialidades con que contamos y a no bajar la guardia ni ceder posiciones competitivas. De esta manera, se podrá garantizar el desarrollo continuo de la minería, así como el de todos quienes estamos ligados a ella.

Para alcanzar este objetivo se requiere un esfuerzo conjunto, que sea guiado por una vi-sión de largo plazo por parte de las autorida-des nacionales. Ésta debe contar también con el aporte de los expertos que trabajan en las instituciones y servicios estatales relacionados, de las universidades y centros de investigación, pero principalmente de los propios profesiona-les, trabajadores y empresarios, tanto privados como estatales, que dan vida a la minería.

el emPresario minero

En este contexto, cobra vital importancia la figura del empresario minero. Junto con el esfuerzo y compromiso de los cerca de 1.500

pequeños productores y de la casi treintena de medianas empresas mineras, que sumados re-presentan casi 2.500 millones de dólares en ex-portaciones y un 8% de la producción de cobre del país, los empresarios tienen un rol funda-mental en el desarrollo de la industria.

Esta contribución puede graficarse en al me-nos dos áreas: por un lado, la inversión econó-mica necesaria para el desarrollo de la minería y, por otro, los beneficios asociados principal-mente a mejoras en la calidad de vida de los tra-bajadores mineros y su entorno.

En lo netamente económico, la explotación de cada yacimiento requiere de cuantiosas in-versiones que, en muchos casos, pueden alcan-zar miles de millones de dólares, considerando las distintas etapas, desde la exploración de la veta hasta la comercialización de los minerales. Cabe tener presente que en más de una ocasión el dinero invertido en la exploración de la mina no se recupera, cuando no se obtienen los re-sultados esperados.

El yacimiento Radomiro Tomic, situado en la provincia de El Loa, en la II Región, 45 kilómetros al noreste de Calama, es uno de las mineras más avanzadas del país. Permanentemente incorpora tecnología de punta, como el sistema apilador de minerales, con pluma retráctil y abatible; la rotopala –en la foto– para la remoción de ripios; una planta de extracción por solventes, compuesta por tres trenes, entre otras inversiones tecnológicas. Foto: Claudio Pérez.

Aprovechar la experiencia en capacitación de las grandes compañías mineras para apoyar a los pequeños productores de la región donde estos operan, principalmente en la formación de asistencia técnica es un tema que, sin duda, beneficia a ambos sectores productivos. Foto: Claudio Pérez.

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308 alfredo oValle rodríGuez 309leGado, realidad actual y desafíos del emPresariado minero

Ahora bien, si el resultado de la exploración cubre las expectativas, comienza la etapa de la explotación del yacimiento de la cantera, que, finalmente, terminará con la comercialización de los minerales.

Se trata de un proceso que también requiere gran cantidad de recursos, muchas veces supe-riores a los invertidos en la fase previa.

Dicho esfuerzo no tendría sentido si no se sumara el compromiso, no solo del empresa-riado, sino también de los trabajadores que se encargan de materializar estas iniciativas, ge-nerando una relación sólida y productiva entre ambos.

comPromiso real

El desarrollo y crecimiento de todos los ac-tores ligados a la minería, incluye, por cierto, a familias y ciudades enteras.

Por ejemplo, en cuanto a remuneraciones, es la industria que mejores índices presenta, con un promedio mensual (2008) de 979 mil pesos chilenos, superior en un 128% a los 429 mil pe-sos mensuales que constituyen la renta prome-dio del país. Y se trata de una cifra en constante crecimiento. Desde 2005, el sueldo promedio de la minería ha crecido un 36%, pasando de 720 mil pesos a 979 mil pesos, mientras que el promedio del país lo ha hecho solo en un 23%, subiendo de 348 mil pesos a los mencionados 429 mil pesos.

La minería tiene el más alto nivel de remuneraciones (M$/mes)

Fuente: Superintendencia de AFP

Asimismo, es uno de los sectores con menor porcentaje de accidentabilidad del país, con una tasa de 2,49%, superado solo por el sector electricidad. Los niveles de seguridad de la mi-nería incluso superan al del sector de servicios que se sitúa cerca de un 4%. Es más; de acuerdo a las estadísticas, la accidentabilidad de los tra-bajadores en el sistema financiero es superior al de la gran minería.

Tasa de accidentabilidad por actividad económica (2007)

Fuente: Superintendencia de Seguridad Social

Estos niveles de seguridad responden a la preocupación de empresarios y trabajadores que a diario dan vida a esta industria en todo el territorio nacional.

Igualmente, en los últimos años, la minería chilena ha demostrado un indiscutido lideraz-go en materia medioambiental, lo que le ha permitido evolucionar en múltiples ámbitos de su quehacer productivo y en su relación con el entorno social.

Consciente del impacto de este quehacer, la minería fue la primera actividad en autoimpo-nerse estudios de impacto ambiental, más de una década antes de que existiera una norma-tiva nacional al respecto, emanada de la auto-ridad.

Adicionalmente, gran parte de las empresas mineras presentes en Chile han incorporado en sus operaciones productivas las ISO 14000, conjunto de normas que establecen herramien-tas y sistemas para la administración de nume-rosas obligaciones ambientales.

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Según definición del Instituto de Ingenieros de Minas en Chile (Política Minera, 1990), la mediana minería es el sector que explota entre 300 y 8.000 toneladas de mineral al día (entre 100 mil y 3 millones toneladas al año). Aplicado a una faena representativa de la minería del cobre, una empresa de mediana minería produce hasta 50.000 TMF/año de cobre fino. Foto: Claudio Pérez.

Lo anterior, sumado al considerable desarro-llo de las ciudades, y de esta manera de sus habi-tantes, en torno a yacimientos o campamentos mineros, da cuenta de la cultura minera que ca-racteriza a los empresarios nacionales, marcada por la preocupación, no solo por la explotación de una veta, sino también por la persona que ejecuta esa tarea: el hombre detrás del minero.

Incluso si dejamos por un momento de lado los indicadores mundiales, las utilidades y el de-sarrollo tecnológico y económico, esta cultura es el principal legado que los empresarios –ya sean pequeños, medianos o grandes–, aportan a la industria minera y al país en general.

chile y la minería hoy

Vistas las características y cifras previas, que-da de manifiesto que el legado del empresariado minero representa mucho más que el desarrollo económico y comercial de los recursos naturales con que cuenta el país. Supone un compromiso y trabajo conjunto de todos quienes conforma-mos esta industria, tal como lo hemos hecho hasta ahora. Sin embargo, es necesario recono-cer que resta mucho por hacer para perfeccionar la relación dentro del propio entorno minero, in-cluyendo todos los actores que le dan vida, para mantener la senda de crecimiento.

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310 alfredo oValle rodríGuez 311leGado, realidad actual y desafíos del emPresariado minero

El año 2007 quedó marcado como un periodo de cifras históricas, como el ingreso de nuevos pequeños productores al sector y el notable incremento de compra de minerales. Además el año representó un gran desafío que se enfrentó con aumentos en las capacidades de recepción, acopio y procesamiento de minerales. Foto: Claudio Pérez.

Entre estos desafíos y metas a trabajar hacia el futuro destacan fortalecer la competitividad internacional y la integración en la economía global. Aunque Chile ha logrado un posiciona-miento incipiente como plataforma de inver-siones y base de operaciones para diversas em-presas multinacionales presentes en diversos países de la región, es necesario profundizar esta posición para avanzar hacia un nivel su-perior de nuestro desarrollo. Se requiere para ello utilizar más conocimiento y nuestro pro-pio capital humano, potenciando de paso todas las actividades complementarias que entregan competitividad a la minería chilena.

En ese sentido es clave la estabilidad de las reglas que rigen a la inversión extranjera, pro-fundizar la integración financiera mediante los diversos acuerdos de comercio y asociación fir-mados con las principales economías del plane-ta y una mayor difusión de las ventajas y opor-tunidades que ofrece Chile.

Igualmente, resulta fundamental posicionar internamente la identidad de país minero, me-jorando el conocimiento y valoración social de la minería en general y de la minería privada en particular.

La minería privada consolidó el desarrollo minero: KTM Cu fino

Es responsabilidad de las empresas mineras integrarse más al medio, escuchar, conocer y acoger la realidad de las comunidades en que se inserta la minería y los actores que colabo-ran con ella. Pero también es responsabilidad

del Estado fortalecer nuestra identidad como país minero y reconocer y difundir el aporte del sector minero privado. Para alcanzar esta meta, ambos actores deben actuar de manera coor-dinada hacia ese objetivo, como se ha hecho en ocasiones anteriores en distintas cumbres y seminarios en que han participado el Consejo Minero, Codelco, la Empresa Nacional de Mine-ría (Enami) y la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), como actores relevantes.

La población debe tener claridad y certeza de las oportunidades que representa la minería, con empleos de calidad que permiten el desa-rrollo personal, familiar y profesional.

Otra tarea primordial para el continuo po-tenciamiento de la industria minera es la pro-moción de regulaciones que favorezcan el desarrollo del sector. Hoy, no solo interesa el producto final, el mineral, sino que la forma en que se obtuvo. Para ello resultan primordiales los procedimientos –desde el punto de vis-ta ambiental–, del trato de las personas y de las comunidades que rodean a las faenas. Para dotar a Chile de buenas prácticas al respecto son necesarias regulaciones acertadas que de-muestren un compromiso de país y que tengan un efecto orientador para la comunidad y los propios empresarios.

Finalmente, es imperativo fomentar el de-sarrollo de la pequeña y mediana minería, dada su relevancia económica, pero principalmente, social. Ello implica generar los espacios para ga-rantizar su crecimiento, de modo que continúe aportando al país.

Son tareas amplias, que no se resolverán de un día para otro, sino que requieren de un es-fuerzo de largo aliento que permitirá que la mi-nería nacional se mantenga en la exitosa senda que ha seguido hasta ahora.

Para alcanzar esta meta es necesario que los empresarios mineros mantengan su profesio-nalismo y dedicación, pero sobre todo, su tradi-ción y cultura minera, que son un capital social inestimable para todos quienes vivimos de esta actividad.

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Privado

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312 Jaime Pérez de arce araya 313

e ste libro es un aporte de Enami a la cul-tura minera y a la historia de Chile, en el marco del Bicentenario de nuestro país.

Se origina en las conversaciones y reuniones que por años hemos tenido con el sector mi-nero y las personas que en él se desenvuelven, sobre la necesidad de contar la historia de esta Empresa, que es también la de la pequeña y me-diana minería nacional.

Los distintos autores convocados, lo han sido en función de su conocimiento particular del tema que abordan y sus diversos ensayos nos ilustran la historia minera nacional, entrela-zada con la de la propia ENAMI, protagonista de ésta, desde sus orígenes en la Caja de Crédito Minero.

una emPresaque mira al futuro

lineamientos estratéGicos de enami

Jaime Pérez de Arce ArayaVicepresidente ejecutivo de Enami

años de historia

La Caja de Crédito Minero fue creada en 1927, dado que para los años veinte la produc-ción de los pequeños y medianos productores mineros era adquirida y exportada por casas compradoras privadas, con un sistema arbitra-rio de fijación de precios, que tenía al sector al borde del colapso. De ahí que se optara por la creación de un organismo estatal que comprara los minerales y además apoyara financieramen-te al sector.

No obstante la necesidad evidente de un organismo de este tipo, los primeros años de labor no fueron fáciles para la Caja, que trataba de legitimar su labor y definir sus ámbitos de acción. Su director, Osvaldo Martínez, comen-taba en su cuenta del año 1930 que un diario de Ovalle llegó a pedir “que se relegara a la isla Más Afuera al Director y a todo el Consejo”.

Ese mismo año en una sesión especial del Senado, el senador Aquiles Concha declaraba: “Yo me pregunto, ¿habrá un hombre cuerdo en Chile que diga que esta proposición de la Caja de Crédito Minero, de construir plantas de procesa-

Dentro de los desafíos del sector está la incorporación de la investigación y desarrollo, la transferencia tecnológica, la innovación y la asociatividad para hacer más eficiente el negocio minero de menor escala. Por otra parte es importante afrontar nuevas exigencias respecto a la calidad total, el desarrollo sustentable, la seguridad laboral, el respeto al medio ambiente y la producción limpia, la integración de las comunidades locales, entre otros aspectos.Foto: Rodrigo Gómez.

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314 Jaime Pérez de arce araya 315una mirada distinta

miento, es propia de una persona que tenga sus cinco sentidos?”

Estos ejemplos son el reflejo de lo que han sido estos 82 años de labor, desde la creación de la Caja. Por un lado, la necesidad de apoyar al sector en momentos de crisis y los límites de ese apoyo, el alto grado de exposición pública de la labor que se desarrolla y, finalmente, el cuestionamiento a los ámbitos de acción que debe abarcar esta institución.

Si a inicios de los años treinta algunos consi-deraban un sinsentido que la empresa constru-yera plantas de beneficio; en la siguiente déca-da, en cambio, con un número importante de plantas, se juzgaba indispensable construir una fundición y en los años cincuenta, una nueva fundición y refinería. Es así como, en la década del sesenta, con la inauguración de Ventanas y el Plan Quinquenal del Presidente Eduardo Frei Montalva, la actividad se vio fuertemente po-tenciada.

Entre los años setenta y ochenta, en cam-bio, la empresa sufrió la venta de buena parte de sus plantas y se vio enfrentada a no pocas iniciativas que buscaban la privatización de sus principales activos, las fundiciones Paipote y Ventanas. En ese entonces se vendieron tam-bién los importantes yacimientos mineros de Disputada Las Condes y Punta del Cobre.

Iniciados los años noventa, el regreso de la democracia trajo consigo la dictación de las normativas medioambientales y el alto endeu-damiento en que derivaron los planes de des-contaminación de las fundiciones de ENAMI. Con más de 400 millones de dólares de deuda, la Empresa se transformó, por qué no decirlo, en un verdadero dolor de cabeza para el Esta-do, siendo muchas y muy diversas las voces que hablaron de la necesidad de vender los activos y crear una agencia de fomento.

una década de contrastes

Al inicio de esta década, en que me corres-ponde asumir por primera vez la vicepresiden-cia ejecutiva de Enami, el escenario era muy poco alentador; al alto endeudamiento de la

empresa que le generaba significativas pérdi-das anuales, se sumaba el bajo precio del metal que mantenía activos a no más de cuatrocien-tos productores pequeños a lo largo del país.

En este contexto predominaban, más bien, las visiones terminales de la empresa y de re-conversión de los disminuidos productores mi-neros, generándose una relación con el sector y los propios trabajadores, marcada por el con-flicto frente a una empresa en crisis, no solo fi-nanciera, sino también de legitimidad como instrumento del Estado para el fomento de la pequeña y mediana minería.

Tras meses de conflictos, pero también de trabajo y genuina búsqueda de soluciones por parte de los distintos actores involucrados –esto es, la propia Enami, el Directorio, administración y trabajadores–, el sector minero –representado por la Sonami– y todos los parlamentarios de las regiones mineras sumados constructivamente, fue posible encontrar un camino que –con el de-cidido respaldo del gobierno del Presidente La-gos–, se tradujo en la suscripción, el 6 de enero de 2003, de un “Protocolo de Acuerdo” suscrito por el Gobierno y el Parlamento, representados por los ministros de Hacienda y Minería y por los presidentes de ambas Comisiones del Senado y de la Cámara de Diputados.

Este poco conocido pero clave documento, junto con hacer un justo balance, comprome-te dos herramientas fundamentales del devenir del sector y de la propia Empresa Nacional de Minería.

Por una parte, la dictación del D.S. 76 que re-cogió el viejo anhelo del sector de contar con una política de Estado para el fomento, con re-glas claras y estables, no sometidas al arbitrio de las distintas administraciones de la empresa; y por otra, la ley que permitió –en condiciones transparentes y legítimas– la venta de la fundi-ción y refinería Las Ventanas a Codelco que le aseguraron a Enami su saneamiento financiero y la posibilidad de invertir en la renovación de sus planteles de beneficio, así como disponer de la capacidad de tratamiento que requerían esas instalaciones para atender a la pequeña y mediana minería nacional.

Un gran problema derivó en una gran so-lución, cuando fuimos capaces de construir acuerdos inclusivos de los distintos intereses en juego, tras soluciones eficientes técnica-mente, pero también justas y legítimas. Cuan-do pudimos demostrar que, más allá de la cri-sis financiera, había una empresa en excelente pie productivo que obtenía sistemáticamente resultados operacionales positivos y un sec-tor minero de pequeña y mediana escala que, al igual que la gran minería, debía ser evaluado económicamente en un plazo más largo y no en medio de una profunda crisis de precio del cobre.

Porque al mismo tiempo era demostrable, a partir de uno de los propios instrumentos de fomento que aplica la Enami, que existe en el país un gran potencial de riqueza minera ex-traíble solo a pequeña y mediana escala que, precisamente por limitaciones derivadas de su tamaño, requiere el apoyo de políticas públicas y de un instrumento como la Enami para rea-

lizar su producción de manera sustentable y acceder competitivamente a los mercados in-ternacionales.

Hacia el fin de la presente década, en que hemos sido testigos de drásticos cambios en la industria del cobre, originados por los vaivenes del precio del metal, la situación ha cambiado notablemente.

Gracias al D.S. 76 y al respaldo que éste le dio a la Enami y su labor de fomento, la pequeña y mediana minería pudo contar con un instru-mento clave, como es el fondo de sustentación de precios. Este mecanismo crediticio permite entregar recursos en tiempos de crisis, suple-mentando el valor del mineral a un nivel que haga sustentable el negocio minero, recupe-rando estos recursos con intereses, una vez que el precio supera ciertos valores.

Asimismo, se establecieron programas de fomento productivo que consideran el apoyo técnico y crediticio necesario para que los pro-ductores desarrollen su actividad de manera

Proceso de sangría de escoria en al fundición de Paipote. Foto: Rodrigo Gómez.

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316 Jaime Pérez de arce araya 317una mirada distinta

más eficiente. Destaca entre ellos el apoyo al reconocimiento de reservas que permite, a tra-vés de un concurso público, obtener recursos para la etapa más delicada del negocio minero, como es reconocer las reservas necesarias para decidir explotar un yacimiento.

Con la venta de la fundición y refinería Las Ventanas, posterior a la aprobación de la ley respectiva por amplia mayoría, la Enami pagó la totalidad de su deuda e inició un ambicioso plan de modernización y construcción de nue-vas plantas de beneficio, que contarían con tec-nologías de extracción por solvente y electro-depositación, productoras de cátodos de cobre exportables a los mercados internacionales.

Estas nuevas instalaciones en El Salado, Tal-tal, Vallenar y Copiapó –en Planta Matta–, junto con modernizar las operaciones de la empresa, permitieron traspasar costos más favorables al sector minero por su mayor eficiencia y además terminaron con el proceso de precipitación, da-ñino para el medio ambiente.

Este plan de inversiones, impulsado con decisión por la administración de la empresa el año 2006, coincidió con la recuperación del precio del metal, que trajo consigo un explosi-vo crecimiento de la actividad. Prueba de ello es que entre 2003 y 2008 el número de pequeños mineros se sextuplicó, las entregas de minera-les pasaron de 790 mil toneladas anuales a más de 5 millones y el valor pagado al sector, por esta producción, se incrementó de 33 a 300 mi-llones de dólares.

Para cumplir a cabalidad su misión –estable-cida en el actual Plan Estratégico de la compa-ñía– y con el propósito de hacer extensivos los beneficios de un mejor precio a la mayor canti-dad de productores mineros, facilitando la ex-plotación de una riqueza a precios de mercado quizás irrepetibles, Enami no estableció límites a la compra en sus planteles propios, bajó las leyes mínimas del mineral recibido, amplió su capacidad de recepción, chancado y muestreo, redobló sus turnos de trabajo y aumentó los an-ticipos en la compra de mineral, además de la mencionada mejora en sus operaciones con las nuevas plantas de cátodos.

El resultado de esta bonanza, enfrentada ade-cuadamente por la Enami, fue impactante en las regiones mineras. Atacama redujo en un 33% su nivel de desempleo y su índice de actividad económica creció en un 46%, en tanto que las principales comunas mineras, según consta en la encuesta Casen, redujeron drásticamente sus niveles de pobreza entre los años 2000 y 2006.

Como contraparte de este crecimiento, la Enami vio copadas sus canchas con más de 3 millones de tonelada de mineral, y así como en tiempos de bajos precios focalizó sus esfuerzos para superar el desabastecimiento de sus plan-teles, para la bonanza el desafío fue administrar los problemas de sobreexistencia.

Para esta tarea, al igual que a lo largo de la última década, la empresa pudo contar con la colaboración del sector minero y de la Sonami, que resolvió aceptar importantes incrementos en los valores de sus tarifas para colaborar en amortizar los costos que este enorme volumen de mineral inmovilizado traía consigo. Junto con ello, y como la mejor demostración de ser un instrumento exitoso, el crédito de susten-tación de precios entregado a comienzos de la década y que bordeó los 40 millones de dólares, fue devuelto íntegramente por el sector en ca-pital e intereses.

En dicho escenario, sobreviene una nueva cri-sis mundial y el sector minero se ve sorprendido por una abrupta caída del precio del cobre en el mes de noviembre de 2008, que hizo tambalear al total de la industria y provocó la cancelación de proyectos, la reducción de dotaciones y un gran problema de flujos al sector, debido a los descalces entre el valor de los anticipos paga-dos a los productores mineros, y la liquidación final por esa producción, puesto que entre una operación y otra el precio había caído conside-rablemente.

En el caso de la pequeña minería, los más de 2 mil productores regulares con que Enami con-taba en octubre de 2008, se redujeron a 1.400 en diciembre de ese año, mientras que la mediana minería, por la situación de los descalces, llegó a tener una deuda con la empresa de unos 30 millones de dólares.

Entre los tópicos importantes de la mediana minería está el mejorar la calidad de la información geocientífica disponible, optimizar el financiamiento de capitales de riesgo para proyectos de exploración e incorporar iniciativas de innovación y adopción tecnológica. En la foto, muestra de mineral. Foto: Claudio Pérez.

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318 Jaime Pérez de arce araya 319una mirada distinta

• Adecuación de la política tarifaria en función del ciclo del negocio: En este lineamiento buscamos establecer parámetros consen-suados, que nos permitan contar con tarifas para el beneficio de minerales –allí donde no existe mercado de referencia– que se adapten a los vaivenes del mercado. En este sentido, trabajamos con el sector minero la fijación de un polinomio, que recoja las dis-tintas variables del beneficio de minerales y permita adecuar su valor a los diferentes es-cenarios del mercado.

• Adecuación de los instrumentos de fomen-to: Siendo el fomento minero el principal objetivo de la Enami, es prioritario también trabajar continuamente en mejorar y reno-var los instrumentos que se utilizan para su realización. Por ello este lineamiento tiene

como objetivo diversificar la oferta actual de instrumentos de fomento minero, haciendo una revisión crítica y reformulando o incor-porando programas.

• Desarrollo organizacional y de las personas: Años de compleja situación financiera lleva-ron a que el tema de la gestión de recursos humanos fuera constantemente desplazado a un segundo lugar, en la agenda de la Enami. Ahora en cambio, nuestro objetivo es elabo-rar un plan integral de recursos humanos basado en un sistema de gestión por com-petencias. Este sistema, que cuenta con el total apoyo de trabajadores y dirigentes de la empresa, permitirá contar con una fuerza de trabajo con desempeños de excelencia y promoverá además el desarrollo profesional y personal.

Frente a esta situación la empresa reaccionó prontamente, estableciendo un crédito especial que cubría los descalces financieros, tanto de la pequeña como de la mediana minería; rees-tableciendo el fondo de sustentación con nue-vos valores para el mismo y simultáneamente adelantando, a partir del mes de noviembre, la modificación de tarifas anuales que se realiza habitualmente en enero de cada año, debido al drástico cambio en las condiciones de mercado.

Con estas medidas y la mejoría que ha regis-trado el precio del cobre, el sector de pequeña escala cuenta con más de 1.300 productores que superaron la reciente crisis, y que de hecho se encuentran actualmente pagando el crédito de sustentación que recibieron a partir de no-viembre del año pasado. Recordemos que en la crisis de precio pasada llegamos a contar con alrededor de 400 pequeños mineros. La media-na minería por su parte, gracias a la pronta asis-tencia financiera dispuesta, logró renegociar su deuda con la Enami a un plazo de dos años y está comenzando a servirla, lo que les ha per-mitido ajustar sus costos y continuar sus pro-cesos productivos sin interrupciones.

En suma, a lo largo de una década de gran vo-latilidad en el precio del metal, Enami ha venido desarrollando una labor de fomento con dis-tintos énfasis, pero igualmente trascendentes para el desarrollo de la actividad de pequeña y mediana minería y para el sustento económico de las regiones mineras del país.

Así lo demuestran las evaluaciones sociales de la labor de fomento realizada para el perio-do 2000-2007. Estas nos indican que los impac-tos que generaron los encadenamientos de la producción de pequeña escala, sobre los com-ponentes del valor agregado e IVA fueron de 56,6 millones de dólares en promedio en este periodo. Cifra que en los ciclos de bajo precio, como el 2001, mostró valores de 18,3 millones de dólares, llegando a elevarse a 170,9 millones de dólares en años como 2007.

La Empresa Nacional de Minería es hoy una compañía con una sólida posición financiera. Cuenta con un patrimonio de 800 millones de dólares conformado por su fundición, plantas

de flotación, de cátodos y propiedades mineras. Sus resultados económicos en los últimos cin-co años suman 308 millones de dólares y en el mismo periodo se han hecho inversiones por 94 millones de dólares, principalmente en la mo-dernización de sus plantas de beneficio.

obJetiVos del Plan estratéGico

Las condiciones cambiantes del mercado in-ternacional y la creciente competencia a nivel mundial que experimenta el sector han obliga-do a la pequeña y mediana minería a redefinir sus estrategias productivas para el futuro. La Enami no es ajena a este fenómeno y ya ha to-mado medidas. Como una forma de planificar en el largo plazo su labor, entre los años 2007 y 2008 la empresa desarrollo un Plan Estratégico con la participación del sector minero, los diri-gentes sindicales de la empresa y el Instituto de Ingenieros de Minas, que fue aprobado por el Directorio a mediados de 2008.

Este plan se divide en ocho lineamientos es-tratégicos, con hitos de cumplimiento entre los años 2008 y 2011, cuyos objetivos centrales se detallan a continuación.

• Generación de polos y negocios mineros y metalúrgicos: Esta estrategia tiene como objetivo que la Enami sea articuladora del desarrollo de negocios mineros de mediana escala, con propiedad minera propia o de ter-ceros, estableciendo para ello alianzas con el sector privado. El desarrollo de estos nego-cios favorecerá la actividad del conjunto del sector en torno al mismo, bajo la modalidad de polos mineros.

Un ejemplo de ello es el trabajo realizado en torno al proyecto Delta, donde gracias a la asociación con una empresa privada, ex-plotaremos una mina propiedad de la Enami y construiremos las plantas necesarias para el procesamiento de estos minerales y de los que se adquieran al sector de la zona de Ova-lle, con una mejor tecnología y condiciones laborales que las que existían en la planta Panulcillo.

Los medianos mineros explotan yacimientos que, por su tamaño y forma, solo son rentables a esta escala, transformando en riqueza recursos que de otra manera jamás se aprovecharían. Foto: Claudio Pérez.

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320 Jaime Pérez de arce araya 321una mirada distinta

Si queremos alcanzar las metas propues-tas, debemos lograr el compromiso de toda la organización, posicionar a Enami como empresa de gestión moderna, mejorar las competencias de trabajadores y trabajado-ras, así como su calidad de vida y su ambien-te laboral.

• Sustentabilidad y responsabilidad social: El primer paso en este lineamiento se dio en 2008 con la creación de la Gerencia de Sus-tentabilidad, cuya función es diseñar, apoyar y controlar la implementación de las estrate-gias de la empresa en materias de seguridad, salud ocupacional, medio ambiente, calidad, sistemas de gestión y responsabilidad social.

Actualmente los yacimientos cercanos a las plantas de beneficio se encuentran ago-tados o descartados por no ser rentables y las nuevas minas están distantes, lo que au-menta sus costos de explotación. Se requie-re por lo tanto incrementar la productividad, fortaleciendo las capacidades de gestión, incorporando tecnología y cambiando la cul-tura en las pequeñas faenas, con el propósito de generar condiciones que permitan la sus-tentabilidad de la pequeña minería.

En esta materia los lineamientos desa-rrollados por la empresa en los últimos años deben ser profundizados. Para ello es preci-so agregar iniciativas complementarias rela-cionadas con los derechos humanos, la ética en el desempeño empresarial, las relaciones con el entorno y la comunidad.

• Gestión de la innovación: La innovación es uno de nuestros grandes objetivos; en esa línea hemos desarrollado varias iniciativas, entre otras crear un grupo de trabajo per-manente al interior de la empresa que se aboque a estudiar formas de incorporar per-manentemente la innovación y el desarrollo, traspasar proyectos de innovación a la pe-queña y mediana minería y adaptar e imple-mentar mejoras en los procesos productivos propios.

Un punto particular de este lineamiento es la modernización de los poderes de com-pra de la empresa, un ambicioso proyecto

que tiene como objetivo mejorar integral-mente las políticas y procesos de compra, preparándose para su certificación.

Este Plan Estratégico busca ser un aporte significativo a la labor de Enami, perfeccionan-do sus instrumentos de fomento, potencian-do la generación de negocios con la mediana minería, modernizando el sistema de compra de minerales, estableciendo parámetros con-sensuados para la fijación de tarifas, reforzan-do la labor en materia de sustentabilidad y de recursos humanos e incorporando de manera creciente la innovación en el quehacer de la empresa.

el balance de los años

En más de ocho décadas de historia, esta empresa y sus antecesoras, se han abocado a generar la posibilidad que productores mineros que no poseen la escala suficiente para com-petir en el gran mercado mundial alcancen la competitividad necesaria, aportando de paso, a la generación de empleo y recursos en las co-munidades donde se insertan, las que normal-mente carecen de alternativas laborales bien remuneradas que les permitan desarrollarse.

Este modelo elaborado por Enami y los pro-ductores mineros, ha demostrado ser un ins-trumento eficiente, con probados resultados en impulsar una actividad económica que es un verdadero aporte al país, aun cuando ésta en-frente impedimentos de escala o imperfeccio-nes de mercado para su desarrollo. Como algu-na vez lo dijimos, hacer un buen fomento y ser una gran empresa es posible.

Finalmente, gracias al respaldo y disposición expresada por la Presidenta Michelle Bachelet, nos encontramos trabajando en la actualiza-ción y reformulación del D.S. 76 en conjunto con el sector minero, de modo que siga sien-do un instrumento impulsor de la actividad, adecuando su funcionamiento a las realidades cambiantes del mercado y estableciendo nue-vos desafíos, tanto para la empresa como para el sector minero.

Los pequeños mineros, con poca capacidad de gestión y escaso grado de mecanización, pueden lograr la competitividad requerida para acceder a los mercados internacionales con el apoyo de Enami. Foto: Nicolás Piwonka.

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323322

Enami cumple un rol fundamental en la obtención de cobre metálico, principal producto de exportación de la economía chilena, a partir del mate-rial que se extrae de las minas.

Este suele estar constituido por compuestos químicos de cobre (sul-furados) y por minerales con conte-nido de oxígeno (oxidados), junto con unos pocos metales preciosos, siendo escaso el porcentaje de cobre presente.

Los procesos desarrollados para la obtención del metal rojo difieren según si se trate de minerales sulfu-rados u oxidados, todos los cuales se realizan a partir del conjunto de mate-rial original, al que se le llama mena.

Independiente del proceso em-pleado, es necesario reducir previa-mente la mena a trozos de tamaño pequeño o pulverizarla. A la primera reducción se le denomina chancado, la que en ocasiones requiere una se-gunda fase llamada molienda.

En el chancado, máquinas chan-cadoras golpean los trozos de mena, normalmente en varias etapas, hasta romperlos, entregando un producto con un tamaño desde un tercio hasta un quinto del que reciben.

Cuando es necesario aumentar la fineza de la mena, se realiza una mo-lienda, utilizando grandes equipos giratorios o molinos de forma cilín-drica.

Estas dos tareas son realizadas en plantas de beneficio propias de Enami, como la planta José Antonio Moreno de Taltal, o de terceros, hasta donde llega el material que se compra a los productores de cobre.

enami en la obtención de cobre metálico

Cuando el material original está compuesto por minerales sulfurados de cobre, el proceso físico-químico que permite separar esos minerales de otros elementos y del resto de los minerales que componen la roca ori-ginal es la flotación.

Para realizar este proceso, al ma-terial mineralizado proveniente de la molienda se le agrega agua y reacti-vos. Los reactivos tienen diversas na-turalezas y funciones. Los espuman-tes producen burbujas resistentes; los colectores impregnan las partículas de sulfuros de cobre y de molibdeno para que se separen del agua y se pe-guen en las burbujas, y los depresan-tes provocan el efecto inverso al de los reactivos colectores para evitar la recolección de otros minerales.

Con ello se forma un fluido lecho-so que se introduce en receptáculos llamados celdas de flotación. Desde el fondo de las celdas, se hace burbujear aire y se mantiene la mezcla en cons-tante agitación para que el proceso sea intensivo.

Las burbujas arrastran consigo los minerales sulfurados hacia la superfi-cie, donde rebasan por el borde de la celda hacia canaletas que las condu-cen hacia estanques especiales, desde donde esta pulpa es enviada a la si-guiente etapa. El proceso es reiterado en varios ciclos, produciendo un pro-ducto cada vez más concentrado.

Luego de varios ciclos se obtiene el concentrado, en el cual el conteni-do de cobre ha sido aumentado hasta 31%. El concentrado final es secado mediante filtros y llevado al proceso de fundición.

Enami posee varias plantas para desarrollar la flotación, destacando Manuel Antonio Matta y Vallenar, en la Región de Atacama, y Ovalle, en la Región de Coquimbo.

flotaciónchancado y molienda

Fotos: Nicolás Piwonka

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lixiViación

Tratándose de minerales oxidados, el cobre se obtiene a través del proce-so de lixiviación, que se realiza en tres etapas que constituyen una cadena productiva sincronizada: lixiviación en pilas, extracción por solventes y electroobtención.

La lixiviación en pilas permite ob-tener el cobre aplicando a los minera-les oxidados que lo contienen una di-solución de ácido sulfúrico y agua. El material proveniente de la molienda es depositado en un terraplén conti-nuo, que es la pila de lixiviación, sobre la que se instala un sistema de riego por goteo y aspersores que cubren el área. La solución de agua y ácido sul-fúrico disuelve el cobre contenido en los minerales oxidados, formando una solución de sulfato de cobre, que es

drenada y llevada en canaletas fuera del sector de las pilas.

De la lixiviación, que se mantiene por 45 a 60 días, se obtienen solucio-nes de sulfato de cobre con concen-traciones de hasta 9 gramos por litro denominadas PLS, que son llevadas a diversos estanques donde se limpian y pasan luego a una planta de extrac-ción por solvente.

La solución que resulta de la lixi-viación se libera de impurezas y su contenido de cobre se concentra me-diante extracción iónica. La solución PLS se mezcla con una solución de pa-rafina y resina orgánica, que captura los iones de cobre.

De esta reacción se obtiene un complejo resina-cobre que luego es tratado con una solución electrolítica

fundición

Proceso en el cual el concentrado de cobre sulfurado seco, obtenido de la etapa de flotación, es sometido a altas temperaturas (pirometalurgia) en hornos especialmente diseñados para tal propósito, logrando de esta forma la separación de los distintos compuestos metálicos y obteniendo como producto final cobre metálico de alta pureza. Las principales etapas de la fundición son la fusión, conver-sión y refinación.

La fusión permite aprovechar la capacidad energética que posee el concentrado de cobre sulfurado y así llevarlo desde su estado sólido a líqui-do. En esta transformación que se de-sarrolla a temperaturas que bordean los 1.230 ºC, los diferentes compues-tos mineralógicos que se forman se separan aprovechando la propiedad física; densidad, característica a cada compuesto o mineral, permitiendo que se logre selectivamente una se-paración de los minerales que son beneficiosos desde el punto de vista comercial.

La fusión puede desarrollarse inyectando el concentrado directa-mente en un baño fundido de cobre y ponerlo en contacto con un ambiente rico en oxígeno, como es el caso que emplean las tecnologías Teniente y Noranda, dentro de las más conoci-das, o se pueden utilizar las tecnolo-gía Flash o Isamelt, en donde se pone en contacto el concentrado en una fase gas-sólido con un ambiente al-tamente oxidante. En ambos casos se logra la fusión y posterior separación de compuestos mineralógicos que son de interés para este proceso.

Para el caso de las tecnologías Te-niente y Noranda, el concentrado se funde inyectándolo a un baño fundi-do y poniéndolo en contacto con una fase gaseosa rica en oxígeno. De este proceso se obtiene una fase escoria; compuesto rico en fierro, un com-puesto gaseoso; Dióxido de Azufre

y una fase metal; Metal Blanco, com-puesto de interés para este proceso (72 - 75% Cu).

En la fusión Flash, el concentrado se pone en contacto en una corrien-te gaseosa con un gas altamente oxidante, lo que genera la fusión del concentrado. Al igual que en la tec-nología señalada anteriormente, los productos que se obtienen son muy similares, solo varían en los porcenta-jes de cada compuesto que se forma.

Para el caso de la conversión, el producto de la fusión; Metal Blanco (72 - 75% Cu), es transformado a un producto de cobre de alta pureza de-nominado “cobre blíster” (96% Cu). En la mayoría de los casos, para esta etapa se utilizan hornos convertido-res convencionales que consisten en un reactor cilíndrico.

Para alcanzar mayores grados de pureza, el cobre blíster es llevado y

rica en ácido, que provoca la descar-ga del cobre desde la resina hacia el electrolito (solución), mejorando la concentración del cobre hasta llegar a 45 gpl. Esta es la solución que se lleva a la planta de electroobtención.

El proceso de electroobtención recupera el cobre disuelto en una so-lución concentrada de cobre para pro-ducir cátodos de alta pureza (99,99%). La solución electrolítica del cobre en forma de sulfato de cobre (Cu SO4) es llevada a celdas de electroobtención, que son estanques rectangulares que tienen en su interior –y sumergidas en solución– placas de plomo y acero inoxidable, de aproximadamente un metro cuadrado cada una, que corres-ponden alternadamente a un ánodo y un cátodo.

Las placas conforman un circuito por el que circula corriente eléctrica continua de muy baja intensidad, que entra por los ánodos y sale por los cá-todos. El cobre en solución es atraído por el polo negativo representado por los cátodos, migrando hacia estos pe-gándose partícula por partícula en su superficie en forma metálica. Tras seis a siete días, se produce la cosecha de cátodos. En este tiempo se ha deposi-tado cobre con una pureza de 99,99% en ambas caras del cátodo con un es-pesor de 3 a 4 cm.

Los cátodos son lavados con agua caliente para remover impurezas y luego se despegan las hojas de am-bos lados, obteniéndose cátodos de cobre que son apilados y embalados para su transporte final al puerto de embarque.

Para la lixiviación, Enami cuenta con plantas como José Antonio Mo-reno, en Taltal, y Osvaldo Martínez, en la Región de Atacama, pero pron-to podrá realizar este proceso en las plantas Manuel Antonio Matta y Vallenar, en la misma región, y en la nueva planta Delta, en la Región de Coquimbo.

procesado en hornos de refinación, en donde se alcanzan grados de pureza del orden del 99,6% Cu, a este produc-to se le denomina “cobre anódico”.

En el caso particular de la fundi-ción Hernán Videla Lira, FHVL, propie-dad de Enami, ubicada en la Región de Atacama, también conocida como fundición Paipote, se utiliza para su proceso de fusión la tecnología Te-niente y para la conversión emplea convertidores convencionales Peirce Smith.

En la cadena productiva del cobre, la etapa posterior a la fundición es la etapa de electro-refinación o refinería electrolítica, en donde el cobre anódi-co es llevado a grados de pureza del orden del 99,99% Cu. Para el caso de la FHVL, el cobre anódico es enviado a la refinería de Ventanas, V Región, per-teneciente a la Corporación Nacional de Cobre, Codelco.

Fotos: Nicolás Piwonka

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326 ricardo laGos escobar 327

la minería ha estado vinculada histórica-mente al desarrollo económico, político, social y cultural de nuestro país. El dina-

mismo alcanzado en las últimas décadas por este sector, compuesto principalmente por la gran, mediana y pequeña minería del cobre, ha posicionado a Chile como un importante pro-ductor y exportador a nivel mundial y realizado una contribución determinante al desarrollo de la nación.

La historia de la gran minería comenzó hace más de 100 años en Sewell. A más de 2 mil me-tros de altitud, generaciones de compatriotas vivieron y trabajaron duramente para arrancar el mineral a la mina subterránea de cobre más grande del mundo. No en vano Neruda, al evo-car estas faenas y a sus protagonistas, señaló en su Canto General:

Sánchez, Reyes, Ramírez, Núñez, Álvarez.Estos nombres son como los cimientos de Chile.

* En la redacción de este artículo me he beneficiado del aporte hecho por Alfonso Dulanto y extraído párrafos de mi inter-vención como Presidente de Chile al celebrar los 100 años del inicio de la Gran Minería en Chile (Discurso en Sewell, Machalí, 29 de abril de 2005). Mi gratitud con el ministro Dulanto es grande pues en la elaboración de la Política Minera su aporte ha sido sustancial.

Política minera Para chileaVances y desafíos

Ricardo Lagos Escobar*

Las vidas que el poeta quería rescatar del olvido llamándolas por su nombre pertenecen a hombres que cambiaron su cultura y tradi-ciones campesinas por la faena minera, que en buena parte nos definió como país y en el últi-mo siglo ha constituido de algún modo los ci-mientos de la patria.

Varios elementos han sido clave en el de-sarrollo vertiginoso de este sector productivo en Chile: la calidad y diversidad de los recursos naturales mineros, la magnitud de las reservas y la ubicación de sus yacimientos, un marco legal estable, su institucionalidad minera, un bajo riesgo país, a lo que se debe sumar la tra-dición minera que formó a generaciones de trabajadores y técnicos especializados. Espe-

Foto: Rodrigo Gómez

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328 ricardo laGos escobar 329Politica minera Para chile. aVances y desafios

cial mención merece el rol jugado por la Enami desde sus orígenes hace casi 80 años, empresa única a nivel mundial, que posibilitó no solo el desarrollo de la pequeña y mediana minería, sino también, con sus trabajos de exploración y preparación de capital humano, el de la gran minería.

En los últimos años la industria minera na-cional y mundial, así como el entorno en el cual se desenvuelve, han registrado profundos cam-bios que obligan a una reflexión permanente sobre sus caminos futuros y a la respuesta de interrogantes tales como, ¿hacia qué priorida-des debería orientarse el desarrollo de la mine-ría nacional, tanto privada como estatal? ¿cómo asegurar su competitividad y liderazgo a nivel mundial?, ¿cómo garantizar un equilibrio entre el desarrollo económico, social y ambiental del país?

A través de nuestra historia republicana, los distintos gobiernos han reconocido la importan-

cia decisiva de este sector e implementado me-didas para dinamizarlo.

El periodo 2000-2006 fue especialmente ac-tivo gracias a la implementación de diversas e importantes resoluciones, algunas de las cuales hicieron necesario aprobar leyes, dictar decretos y recurrir a disposiciones especiales. Todas estas determinaciones buscaban solucionar proble-mas de arrastre y aquellos surgidos a partir de las nuevas condiciones en el sector, producto de los cambios en la industria y su entorno.

La experiencia lograda en ese periodo per-mitió proponer al país una política minera que fue discutida en diversas regiones del país y que, en líneas generales, sigue vigente. El tra-bajo realizado en esta materia merece consig-narse como punto de partida para la puesta en marcha de nuevas medidas y la actualización de una política minera para el Chile del futuro que permita enfrentar los nuevos desafíos del mile-nio que se inicia.

PrinciPales iniciatiVas mineras del Periodo 2000-2006

• Elaboración y promulgación de la Ley 19.719 sobre patentes mineras especiales para los pequeños mineros, evitando que estos pier-dan su propiedad minera y, como consecuen-cia, sus fuentes de trabajo.

• Decreto Supremo 76 en el cual se estableció, quizás por primera vez, una política de fo-mento para el sector de la pequeña y mediana minería. Esta política incluyó, entre otros as-pectos, mecanismos de precios de sustenta-ción, financiamiento para ellos y también para programas de fomento productivo del sector.

• Elaboración y promulgación de la Ley 19.993 mediante la cual la Enami transfirió la pro-piedad de la fundición y refinería de Venta-nas a Codelco, lo cual aseguró el saneamiento financiero de la empresa. Además, la Enami mantuvo el acceso a dicha instalación para las producciones de la pequeña y mediana mine-ría. La nueva y mejorada situación financiera permitió a la Enami el desarrollo de un plan para modernizar y ampliar sus instalaciones productivas y su poder de compra. También hizo posible que la empresa tuviera los recur-sos financieros para realizar las compras de minerales cuando la oferta de estos aumentó drásticamente con la subida de precios del cobre a partir del año 2006. A su vez, esta ad-quisición le permitió a Codelco iniciar un plan de modernización de las instalaciones y au-mento de capacidades para procesar, además de los minerales de la pequeña y mediana mi-nería, sus propios concentrados. Con mucha razón se ha dicho que el D.S. 76 y la Ley 19.995 dieron origen a la “nueva Enami”, con mayo-res y mejores capacidades para realizar la la-bor de fomento que le encomienda la ley.

• Negociación y rescate de la opción de la Ena-mi de comprar hasta el 49 por ciento de Dis-putada de Las Condes. Esta opción, vendida re-cientemente por parte de la Enami a Codelco, no solo le agregó recursos financieros a la em-presa, sino que además le permitirá a Codelco, en caso de ejercerla, mejoras en la operación de Andina.

• Elaboración y envío al Parlamento para su dis-cusión del proyecto que dio origen a la Ley 20.235 sobre personas competentes y cer-tificación de recursos mineros. Esta ley ha hecho posible que en la actualidad ya esté acreditado un contingente de profesionales que serán de gran ayuda en la obtención de financiamiento para el desarrollo de proyec-tos mineros, especialmente en el sector de la pequeña y mediana minería.

• Elaboración y promulgación de la Ley 20.026 sobre un impuesto específico a la minería que puso fin a una larga discusión sobre la aplicación de un royalty minero en Chile. En medio de la discusión señalamos: “Porque vi-vimos en un país maduro, responsable y serio, respetado por la comunidad internacional en el ámbito político y económico, estamos conscientes de los desafíos y oportunidades que ofrece el mundo actual. Por eso estoy convencido de que es indispensable un royal-ty que, aplicado a las riquezas mineras, nos permita generar ingresos hoy, que vayan a ser el ahorro indispensable, transformado en ciencia y tecnología, para las generaciones de mañana, cuando nosotros no estemos. Estos recursos del royalty no son, entonces, para gasto corriente; son para generar riquezas permanentes, para cuando no podamos dis-poner de la abundancia de nuestros recursos naturales. No puede hoy volver a ocurrirnos lo que sucedió con nuestra riqueza salitrera, de la cual solo queda el recuerdo de algunas hermosas oficinas que buscamos mantener todavía y restaurar. Tenemos que aprender de la experiencia de países mucho más de-sarrollados que nosotros, que gozaron algu-na vez de una situación similar a la nuestra. Esos países invirtieron o están invirtiendo en capital humano especializado, en innovación y en desarrollo tecnológico”. La decisión de elaborar y enviar un proyecto de ley al Par-lamento y obtener su aprobación despejaron el camino para nuevas inversiones mineras dentro del país.

• Fortalecimiento institucional y financiero de Codelco, la Enap y la Enami con importan-tes ordenamientos internos, proyectos de

La minería chilena requiere fortalecer ciertos aspectos clave para su desarrollo. Entre ellos el incremento del conocimiento minero, una mayor inversión en investigación y tecnología y un compromiso con el desarrollo sustentable. Foto: Claudio Pérez.

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330 ricardo laGos escobar 331Politica minera Para chile. aVances y desafios

modernización, de ampliación de capacida-des, mejoramiento de gestión y solución de aspectos ambientales. Los proyectos e in-versiones dentro de estas empresas fueron muchos y de diversa índole, y permitieron en el periodo de expansión de precios, especial-mente a Codelco, hacer un aporte millonario al fisco en beneficio de todos los chilenos.

A lo anterior habría que agregar otras inicia-tivas como los acuerdos de producción limpia, la instalación de la estrategia del cluster minero, tanto en las regiones mineras como a nivel na-cional, los programas de asistencia y moderni-zación para la pequeña minería artesanal (Pam-ma), el programa de asistencia y modernización de la minería del carbón, entre otros.

la Política minera de 2005

La experiencia adquirida con la implementa-ción de las medidas anteriores, planteó, hacia fines del periodo, el desafío de proponer al país una política minera cuya misión fuera “promo-ver una industria minera competitiva y com-prometida con el desarrollo sustentable, capaz de insertarse con éxito en los mercados mun-diales, a través de alianzas estratégicas orien-tadas a promocionar nuevos usos y productos con mayor valor agregado, y que garantice una mayor contribución al desarrollo económico y social del país”.

Los ejes centrales de dicha política fueron:• Consolidar el desarrollo de la industria mine-

ra, potenciando su competitividad y promo-viendo su inserción y liderazgo internacional, para convertir al país en plataforma de nego-cios mineros.

• Construir capacidades de educación, ciencia, innovación y desarrollo tecnológico para in-crementar el conocimiento minero, convir-tiendo a la industria minera nacional en un referente científico-tecnológico a nivel in-ternacional.

• Comprometer a la industria minera con el desarrollo sustentable, aumentando su con-tribución al desarrollo económico y social del país, incentivándola a realizar una gestión

económica social y ambientalmente respon-sable, que promueva la sustentabilidad de las regiones mineras.

• Potenciar el rol, eficiencia y aporte de las em-presas del Estado en minería e hidrocarburos al desarrollo económico y social del país.

• Fortalecer el sistema institucional minero para generar un desarrollo integral de la in-dustria minera y nacional.

De esta manera, se pretende consolidar el desarrollo de la industria minera dentro y fue-ra de nuestras fronteras y maximizar nuestra riqueza minera en beneficio del país y sus fu-turas generaciones, cimentando las bases de un mayor crecimiento económico y social. El impulso de una institucionalidad moderna y eficiente, que integre de mejor manera las áreas de minería, energía e hidrocarburos y que asuma los desafíos del mundo globalizado, conducirá a la industria por la senda de un cre-cimiento sustentable en el tiempo.

La política minera antes aludida fue llevada a varias regiones del país y su discusión logró, en la gran mayoría de sus proposiciones, un con-senso que ha servido de ayuda para orientar las iniciativas que desde entonces se han adopta-do en el sector minero.

Sin perjuicio de lo anterior, como toda polí-tica, esta requiere de una permanente revisión y actualización para hacerse cargo de los cam-bios que ocurren en la industria y su entorno.

Quisiera solamente reiterar cuatro aspectos:En primer lugar, la minería chilena enfrenta

una competencia cada vez más fuerte por par-te de otras empresas mineras del mundo. En ese escenario, innovación y nuevas tecnologías constituyen tanto una amenaza como una opor-tunidad; amenaza si la hacen otros, oportunidad si la hacemos nosotros. En consecuencia, es vital analizar cómo aprovechamos estas oportunida-des y cómo conjuramos las amenazas.

Por otra parte, tenemos que superar nuestro atraso en investigación y desarrollo que se re-fleja en bajos niveles de inversión pública y pri-vada. Para eso debemos aumentar los niveles de financiamiento de programas de investigación y las becas de posgrado en el ámbito educativo,

Compañía Minera San Esteban Primera, con operaciones ubicadas en la III Región, es una productora de concentrados de cobre y oro. Posee entre otras, dos plantas de beneficio de minerales sulfurados denominadas Planta 1 y Planta 2, ubicadas respectivamente en las comunas de Copiapó y Tierra Amarilla. La capacidad de tratamiento nominal de mineral para ambas plantas es de 80 mil toneladas mes.

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332 ricardo laGos escobar 333Politica minera Para chile. aVances y desafios

integrando los temas emergentes de la indus-tria a las carreras asociadas a la minería.

En tercer lugar, junto al desafío educacio-nal, en el ámbito minero necesitamos abordar los desafíos en materia ambiental que exigen un compromiso mucho mayor de los procesos productivos. El modo en que hacemos las co-sas es un factor clave a la hora de competir. No nos engañemos en esto. Los mercados van a ser cada vez más complejos; progresivamente el tema medioambiental va a adquirir mayor re-levancia en este siglo XXI. Por eso hemos sido tan estrictos en materias medioambientales en otras actividades e industrias de exportación. Si desde el exterior observan nuestros productos y comprueban que fueron elaborados sin res-peto al medio ambiente, con seguridad levan-tarán barreras verdes que nos van a impedir ex-portar nuestra celulosa o papel, nuestro cobre, nuestro vino o cualquier producto en el mundo. En esto Codelco ha sido ejemplar. En general, la

actividad minera en Chile ha sido modelo de un compromiso ambiental de carácter voluntario, que se manifiesta en las certificaciones de ges-tión ambiental y en diversos acuerdos que han suscrito el sector minero y el gobierno. Pero te-nemos que avanzar para establecer una legis-lación permanente en este ámbito, de manera que ante el mundo quede claro que Chile tiene una institucionalidad que respeta y que, por esa institucionalidad, exigimos que se nos respete en el mundo.

Por último, nuestra política minera debe buscar potenciar el rol de las empresas estata-les en el ámbito del cobre, como es el caso de Codelco; y el rol de las empresas estatales en el ámbito de los hidrocarburos y la generación de energía, como es el caso de la Enap. Esas son las palancas que tiene el Estado de Chile para hacer frente a emergencias. Sin la Enap no ha-bríamos sido capaces de enfrentar la emergen-cia del gas y emprender la construcción –como

la haremos– de una planta de licuefacción. Sin la Enap no seríamos capaces de introducir ele-mentos para una estabilidad de aquellos pro-ductos que son indispensables en la actividad energética en Chile.

En consecuencia, no se trata de temas ideoló-gicos sino de temas de sentido común: si te-nemos esas herramientas, que fueron útiles ayer, que son útiles hoy, van a seguir siéndolo mañana. Y mientras sean convenientes, no creo que ningún chileno ni chilena piense que esas herramientas deben estar en el sector privado. Un Presidente de Chile no podría decirle a una Enap privatizada que construya una planta de licuefacción, porque se nos respondería que de-pende de cuál sea la rentabilidad. Pero cuando está de por medio el interés superior del país y se trata de tener autonomía en materia energé-tica, podemos utilizar la herramienta del con-trol estatal sobre esa empresa que es eficiente y que genera utilidades.

Todo lo anterior apunta a promover en las compañías mineras una gestión responsable del medio ambiente, y promover en las empre-sas que hoy día son propiedad del Estado un elemento indispensable para que se coloquen en la punta de las tecnologías, del avance cien-tífico y de la sustentabilidad ambiental.

Chile ha sido, es y seguirá siendo un país minero. Será obligación de todas sus genera-ciones cautelar porque esta riqueza que se nos ha dado, crezca y siga beneficiando a todos los chilenos. Creo, entonces, que tenemos un tre-mendo desafío: consolidar a Chile como un país atractivo, donde se invierte en minería, con al-tos estándares ambientales, con una industria que genera riquezas de forma sustentable y que también ayuda al desarrollo de la región donde la industria está enclavada, una industria competitiva y comprometida con el medio am-biente y capaz de favorecer el desarrollo econó-mico y social del país.

Planta Manuel Antonio Matta. A menos de mil metros de la fundición Hernán Videla Lira ( Paipote ) se levanta esta planta de procesamiento, cuyo nombre recuerda a un connotado hombre del sector minero. Esta faena entró en actividades el año 1965 y es la más grande de las plantas de beneficio de Enami, con una capacidad

para tratar 104 mil toneladas por mes de mineral sulfurado. Actualmente, la empresa se encuentra desarrollando un proyecto para la construcción de una línea para el procesamiento de minerales oxidados, mediante LIX-SX-EW, con una capacidad de producción de 400 toneladas mensuales de cátodos de cobre. Fotos: Rodrigo Gómez.➜

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334 alfredo oValle rodríGuez 335leGado, realidad actual y desafíos del emPresariado minero

Foto: Claudio Pérez

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MARíA CELIA BARoS MANSILLA es licenciada en Historia con postítulo en Historia de Chile Siglo XX de la Universidad de Chile, especializada en historia social de la Gran Minería. Entre otros, ha publicado las monografías “El Teniente Los Hombres del Mineral” 1905 – 1945 (tomo I) y 1945 – 1995 (tomo II); “Potrerillos y Salvador, una historia de pioneros” con el auspicio de las divisiones El Teniente y Salvador de Codelco, respectivamente. También realizó proyectos como coinvestigador Fondecyt y coejecutor Fondart. Es socia de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, miembro asociado del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, y colabora con artículos de historia minera para la revista Minería Chilena.

CARMEN GLoRIA BRAVo QuEzADA es licenciada en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, master en Historia Latinoamericana de la Universidad Internacional de Andalucía y doctora en Historia de la PUC. Es autora de las publicaciones: “La flor del desierto. El mineral de Caracoles y su impacto en la economía chilena”, “Las inversiones chilenas en Bolivia en el siglo XIX” y “Mercados y consignatarios: la comercialización del cobre de la Compañía Corocoro de Bolivia, 1873-1878”. Investigadora del Fondecyt 1999-2000 “Las inversiones chilenas en la minería boliviana, 1905-1930”.

JuAN CARLoS CANCINo PIzARRo es arquitecto de la Universidad Católica del Norte y magíster en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica. Es autor del estudio “Fundición Paipote 1952. Territorio, asentamiento y arquitectura en el periodo de la industrialización nacional”, trabajo que lo conduce al grado de magíster. En el año 2002 obtuvo mención honrosa en el concurso de proyectos de título del Colegio de Arquitectos de Chile de la XIII Bienal de Arquitectura de Santiago.

CLAuDIo CANuT DE BoN uRRuTIA es ingeniero de minas de la Universidad de Santiago de Chile y académico del Departamento de Minas de la Universidad de La Serena. Entre otros, es autor de los siguientes artículos: “Las avalanchas de nieve y su incidencia en la seguridad de la minería de alta cordillera: predicción de años de mayores riesgos en relación con la corriente de El Niño” (1986) y “El impacto de la pequeña y mediana minería en la IV Región” (2001). Ha trabajado como coinvestigador e investigador responsable de los proyectos Fondecyt: “Estudio in situ de la distribución y fragmentación del meteorito Vaca Muerta, región de Antofagasta” (1988) y “Geología y alteración hidrotermal de yacimientos cretácicos de oro y plata de la IV Región” (1985).

JuLIo CASTILLo NARVáEz es antropólogo de la Universidad de Chile, doctor en Educación de la Universidad de Gales, Cardiff, Inglaterra y M.A. en Educación Universidad de Chicago. Se ha desempeñado como consultor en gestión escolar de la Fundación Chile y relator certificado en Modelo MITA Inteligencias Múltiples, Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Chile – MITA Center USA. Autor, junto a Andrés Recasens Salvo, de la publicación “Educación Rural y Medioambiente”, en Actas del Primer Congreso Chileno de Antropología. 1986.

HERNáN DANúS VáSQuEz es Ingeniero Civil de Minas, egresado en 1952 de la Universidad de Chile.

A comienzos de 1960 ingresó en la recién formada Enami, donde ocupó los cargos de gerente de Fomento y gerente de Ingeniería y Desarrollo, y participó activamente en los proyectos de la pequeña y mediana minería hasta 1973. En los años 1974 y 1975 se desempeñó como gerente técnico en El Salvador. Luego creó y dirigió hasta 1990, Mindes, empresa de ingeniería y servicios mineros. En 1990 fue nombrado director nacional del Sernageomin, cargo que ocupó hasta 1995. Pronto viajó a Ecuador, contratado por el Banco Mundial en un proyecto de asesoría al gobierno de ese país. Al regresar a Chile actuó como consultor de diversas empresas mineras. Ha sido presidente del Instituto de Ingenieros de Minas en cuatro periodos y ostenta la medalla al mérito de dicho instituto.

GASTóN FERNáNDEz MoNTERo es abogado, consejero del Consejo de Monumentos Nacionales y académico de la Universidad de Chile. Se ha desempeñado como asesor y abogado de Sonami. Es miembro de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía. Editor del volumen Minería y metalurgia colonial en el reino de Chile (2000).

JuANA GALAz PALMA es ingeniero civil de Minas de la Universidad de Chile. Es profesora a tiempo parcial del Departamento de Ingeniería de Minas de dicha casa de estudios desde 1988. Fue asesora en los asuntos técnicos en el desarrollo del anteproyecto de ley que regula el cierre de faenas mineras. Ha sido asesora de la Comisión Nacional del Medio Ambiente desde 1999, en materias relacionadas con minería y medio ambiente. En la actualidad es asesora técnica de la revista Minería Chilena y gerente general de Minería y Medio Ambiente Ltda.

EuGENIo GARCéS FELIú es arquitecto de la Universidad de Chile y doctor en arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña. Actualmente se desempeña como profesor titular en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad Católica. Ha publicado diversos ensayos y artículos en revistas nacionales e internacionales. Es autor de los libros Las Ciudades del Salitre, Orígenes (1999) y Las Ciudades del cobre (2007).

WoLFGANG GREIM es geólogo de la Universidad de Hamburgo y doctor en Ciencias Naturales (Geología) de la Universidad de Münster. Director del Departamento de Geología de la Universidad de Atacama. Ha escrito diversos artículos y dirigido investigaciones sobre los siguientes temas: Geología Estructural, Geoquímica y Petrografía de los Diques y Desarrollo Tectónico de la Región de Atacama. Es responsable de la creación y de la totalidad de los contenidos del Museo Virtual de la Región de Atacama, “Geovirtual”.

RICARDo LAGoS ESCoBAR es abogado de la Universidad de Chile y doctor en Economía de la Universidad de Duke (Carolina del Norte). Presidente de Chile entre el 11 de marzo de 2000 y el 11 de marzo de 2006. En marzo de 1990 es nombrado ministro de Educación por el ex presidente Patricio Aylwin. En el segundo gobierno de la Concertación Eduardo Frei Ruiz-Tagle lo nombra ministro de Obras Públicas, cargo que desempeña entre 1994 y 1998. En 1962 publica “La concentración del poder económico; su teoría: realidad chilena”, trabajo que lo conduce al título profesional de abogado. Entre sus artículos más difundidos se encuentra “The Pinochet dilemma”, escrito junto a Heraldo Muñoz (Foreign Policy, 1999).

LILIANA Muñoz RIoSECo es psicóloga e investigadora de temas mineros. Es autora de los trabajos “Estudio ocupacional de la minería del cobre Santiago” (Servicio Nacional del Empleo, 1971) y “Sernageomin: una reflexión sobre recursos humanos y clima laboral” (1993).

JuAN o’BRIEN BoGGIo es sociólogo, dramaturgo y músico. Es autor de varios libros, además de columnista sobre temas científicos. Es editor del volumen Fundición y territorio: reflexiones históricas sobre los orígenes de la Fundición Paipote (Enami, 1992).

ALFREDo oVALLE RoDRíGuEz es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami, entre los años 2004 y 2009. Entre 1976 y 1979 se desempeñó como vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción. Desde 1982 a la fecha, ha sido director de la Compañía Minera Minas Carrizal Alto y de Empresa Minera Las Cenizas, cargo que ejerce desde 1978. Fue presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio entre diciembre de 2006 y diciembre de 2008.

JAIME PéREz DE ARCE ARAYA es ingeniero comercial con mención en Economía de la Universidad de Chile. Vicepresidente ejecutivo de Enami desde el año 2000. Desde principios de los noventa y hasta 1994 es asesor del PNUD, desempeñándose al mismo tiempo como miembro del Directorio de la Empresa de Correos de Chile. A fines de ese mismo año asume como jefe de la División de Coordinación Ministerial de la Secretaría General de la Presidencia. Entre 1994 y marzo del año 2000 se desempeña como subsecretario de Educación.

ALBERTo SALAS Muñoz es ingeniero civil de minas de la Universidad de Chile y diplomado en finanzas corporativas de la Universidad Adolfo Ibáñez. Actualmente es presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami. Es socio honorario de la Asociación Minera de Copiapó. Fue gerente general de la Sonami entre los años 1998 y 2003 y volvió a ocupar dicho cargo entre abril de 2006 y abril de 2008.

autores de ensayos

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Foto: Rodrigo Gómez

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JACK CEITELIS, fotógrafo. Su labor se ha orientado hacia los temas industriales y paisajísticos donde ha incursionado en la búsqueda de la plasticidad presente en el metal, el cemento, el vidrio y sus personajes. El paisaje ha sido una constante en todo su trabajo, plasmado en exposiciones y libros: Paisajes de Chile; Caminos y senderos de Chile; Rostro de Chile; Imagen del cobre; Imagen de Chile; Antártica y Patagonia, con textos de Francisco Coloane.

RoDRIGo GóMEz. Fotógrafo chileno. Estudió en Francia y se inició en la fotografía de forma autodidacta. Volvió a Chile en 1996 y ha trabajado para diversos medios nacionales e internacionales. Creó junto a Claudio Pérez en el año 2000 la agencia de fotógrafos IMA (Imagen Memoria y Autor) y ha publicado varios libros. Colabora para la agencia de fotógrafos VU, Francia.

LuIS LADRóN DE GuEVARA, fotógrafo. Participó en la fundación de la Asociación de Fotógrafos Profesionales en los años sesenta y es socio fundador de Fotobanco. Ha sido jurado en concursos de fotografía en numerosas oportunidades. Trabaja desde 1959 en fotografía industrial, realizando trabajos a lo largo de todo el país para diferentes tipos de empresas y para Corfo. También realiza fotografía publicitaria. En la actualidad continúa desarrollando esta misma actividad. Cuenta con varios premios tanto en gráfica como en fotografía, entre ellos el Primer Premio Internacional 1998, otorgado por la Industria Sueca de Cámaras Hasselblad.

FERNANDo MALDoNADo es arquitecto de la Universidad de Chile. Actualmente trabaja como arquitecto y fotógrafo, desempeñándose además como investigador del Museo Chileno de Arte Precolombino. Fotógrafo responsable del Volumen Humano, que cataloga las obras de la exhibición del mismo nombre del artista chileno Mario Irarrázabal.

CLAuDIo PéREz es fotógrafo, documentalista y diseñador gráfico. Ha ganado la beca Fondart con los proyectos: Muro de la Memoria I y II y Despedidas. El amor ante el olvido. Es autor del libro de fotografía Paisaje Minero (2004), editado por Codelco Chuquicamata. El año 2005 publica el diccionario ilustrado Kunza, lengua del pueblo Lickan Antai (Codelco Chile). Ha publicado sus fotografías en revistas internacionales como Gatopardo, Newsweek, L’Express, Der Spiegel y Stern.

NICoLáS PIWoNKA zAñARTu, fotógrafo y licenciado en Ciencias con mención en Biología, Universidad de Chile. Ha dedicado su vida a captar imágenes de la naturaleza a lo largo de todo el país y alrededor del mundo. Fotógrafo y jefe de fotografía de la revista Expedición a Chile entre 1977 y 1978. Fotógrafo y asesor científico del programa de televisión La Tierra en que Vivimos (TVN) entre 1984 y 1985. Es autor, entre otras, de las siguientes publicaciones: Chile Pumalín Corcovado, Chile RGB y la colección Chile Natural y Humano (4 tomos). Ha participado como director de fotografía de los volúmenes Chile País Oceánico y Biodiversidad de Chile, entre otros.

fotóGrafos

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342 Jaime Pérez de arce araya 343una mirada distinta

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