Cibernética y Anti Humanismo. SIMONDON en DELEUZE. Alberto Toscano

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Traducción de una parte del artículo de Toscano sobre Simondon y Deleuze

Citation preview

Alberto Toscano, Gilbert Simondon, en Deleuze's philosophical lineage.

CIBERNTICA Y ANTI-HUMANISMO

En 2005, en las pginas del peridico Multitudes, Francois Cusset, autor de la excelente historia intelectual Teora francesa, lanz un ataque a las tesis propuestas por la sociloga canadiense Cline Lafontaine, sobre lo que ella refera provocativamente como las races americanas de la teora francesa. Lafontaine sostuvo que ms all de las diferencias geogrficas, metodolgicas y estilsticas, las fortunas de Teora francesa en la academia americana deriva del hecho de que es esencialmente un mensaje que vuelve a su emisor: un paradigma intelectual tecno-cientfico y anti-poltico forjado en la Amrica de pos-guerra, lanzado en los mrgenes de la academia francesa y contrabandeado de vuelta en los EEUU bajo el disfraz de una aproximacin heterodoxa a las humanidades. Se considera que el estructuralismo y el llamado post-estructuralismo han integrado toda una serie de conceptos cibernticos (mquina, entropa, informacin, meseta, estructura, sistema, auto-organizacin, etc.) -conceptos que sirven como soportes de un proyecto fundamentalmente anti-humanista que corroe los fundamentos mismos de una preocupacin con un sujeto humano autnomo y responsable. Ambos participan de una misma lgica de desubjetivacin. Y el postestructuralismo, en el despertar de la cibernetica, resulta en una representacin meramente comunicacional de la sociedad.Cusset ha puesto en duda correctamente la crtica de Lafontaine en trminos del modelo simplista de causalidad intelectual que implica y, significativamente, ha disputado la elisin de la diferencia entre una primera y una segunda ciberntica en el reporte de Lafontaine. No obstante la tile yuxtaposicin de Cusset del problema de una teora de la diferencia no-dialctica compartida por Deleuze, Derrida y otros versus la tendencia al holismo de la ciberntica como ciencia del control y la comunicacin, su aseveracin de que los cibernticos americanos y los pensadores postestructuralistas franceses tienen enfoques casi diametralmente opuestos, y de que sus semejanzas locales y adopciones estn socavadas por programas polticos y posturas ideolgicas absolutamente inconmensurables sigue siendo insatisfactoria. Cusset no slo comparte con muchos crticos del momento ciberntico, includa Lafontaine, una visin pobre y nacionalmente monoltica del mismo en tanto fenmeno americano fundamentalmente tecnocrtico, sino que subestima la seriedad del compromismo de Deleuze (y de Guattari) con ste. As como el modelo de Lafontaine de influencia intelectual es insatisfactorio, as tambin la idea de Cusset de usos polticos diferentes de los mismos conceptos parece insuficiente. Si est en lo cierto al sealar que la yuxtaposicin de Lafontaine de un humanismo emancipatorio de autonoma subjetiva y un anti-humanismo tecnoflico es en ltima instancia estril, entonces debera reconocer que Deleuze y Guattari estn muy preocupados por la construccin inmanente de una alternativas a la axiomtica capitalista como para simplemente criticarla desde una plataforma ideolgica y poltica externa. Por supuesto, su desprecio por la comunicacin mercantilizada y las utopas organicistas es ubicuo, pero funciona precisamente por inoculacin de una filosofa poltica de la diferencia con un arsenal de conceptos -tales como cdigo, seal y campo- dotados de un fuerte pedigree ciberntico. El giro al pragmatismo en Mil mesetas, por ejemplo, puede ser concebido a la vez como un uso del enfoque post-ciberntico contra la interioridad significante y subjetivante de la hermenutica, y como una crtica inmanente y constructiva de los grilletes que el organicismo impone a la ciberntica. Del mismo modo, lo que Deleuze y Guattari consideran como la identidad de forma(cin) y funcin(amiento) y su crtica a las marcas organicistas del vitalismo en El AntiEdipo pueden tambin ser concebidas como un desarrollo por dentro y contra la ciberntica, ms que un uso meramente externo de sus conceptos. En particular, es la manera en la cual la ciberntica abri la posibilidad de un pensamiento de operaciones, introduciendo un lenguaje del control, comando, comunicacin, movimiento, accin y reaccin, desafiando la distincin entre teora y prctica lo que atrajo a Deleuze y a Guattari, en la medida en que buscaban un vocabulario conceptual para pensar en y contra el capital.Pero la complejidad de la relacin de Deleuze (y de Guattari) con la ciberntica -en sus varias ondas y derivaciones, por ejemplo la autopoiesis- est ocluida, tanto para Lafontaine como para Cusset, por no prestarle suficiente atencin a la recepcin y la crtica francesa de la ciberntica en los aos '50. El rescate de Deleuze de Raymond Ruyer, por ejemplo, un singular neo-leibniziano crtico del paradigma ciberntico, es difcil de comprender si no somos capaces de captar la idea de que, hasta cierto punto, el tipo de proyecto intelectual emitido desde las conferencias de Macy podra ser considerado como un horizonte importante (ms que como un mero ejemplo o una influencia determinante) para el desarrollo como una nueva filosofa trascendental en el perodo de posguerra. El caso de Simondon es quizs an ms distintivo. No slo fue Simondon, como seala Jean-Pierre Dupuy, un extrao temprano lector francs de las conferencias de Macy, sino que su proyecto intelectual -conectar una reflexin sobre el objeto tcnico con una ontologa (ontognesis) de la individuacin en el contexto de un intento de axiomatizar las ciencias humanas- es completamente ininteligible si no se lo ve como operando a la vez dentro y contra el paradigma ciberntico. Los problemas mismos que Simondon delinea (y que Deleuze en parte hereda) concernientes al estatus de la individualidad, la cuestin de la finalidad y la posibilidad de romper con una divisin humanista del trabajo entre ontologa, psicologa, sociologa y las ciencias naturales son problemas que la ciberntica ayuda a introducir.Dicho esto, aunque Simondon est vitalmente influenciado por la problematizacin propia de la ciberntica, l va a distanciarse de sus formalizaciones y soluciones en la construccin de una ontologa de la individuacin anmala. En particular, Simondon va a acusar a cibernticos como Norbert Wiener por su excesiva creencia en la identidad de los seres vivientes y en la auto-regulacin de los objetos tcnicos. Una de las ideas guas detrs de la incorporacin crtica altamente original de la ciberntica por parte de Simondon en su trabajo de fines de los '50 implica retirar el concepto de informacin de su conexin con la comunicacin, el ruido y la entropa, y retomarlo como un elemento crucial en el pensamiento de una ontognesis, de la emergencia o invencin de un nuevo ser salido de un campo an-no-sintetizado de singularidades pre-individuales -determinaciones an no capturadas por los principios de identidad, representacin y del tercero excluido. Esta atencin a la informacin como un proceso singular de interaccin tambin explica por qu Simondon, que fue influenciado fuertemente por el ideal ciberntico de una ciencia omni-comprensiva o axiomtica de la informacin, no poda aceptar la reduccin de la informacin a una cantidad mensurable que estara meramente contenida (y ya individuada) dentro de un mensaje codificado. Ya que, en su peor versin, la nocin de una ciencia de la informacin sintetiza los tres principios fundamentales de la individuacin que estn comprendidos en el ataque sostenido de Simondon: como unidad-medida que compone atomsticamente la organizacin y cuantifica grados de orden, hace una mmica del atomismo; como una expresin de la relacin unilateral entre modelo y copia, reaviva el arquetipo platnico; finalmente, como una fuente de organizacin que est separada de la materia o substrato-independiente, es la ltima heredera del hylemorphismo aristotlico. Ahora bien, dentro de su proyecto total de confeccionar una ciencia general de operaciones, o allagmtica, haciendo incapi en la zona oscura en la que la individuacin tiene lugar, Simondon se ve obligado a abandonar cualquier ontolog que pudiese fundamentar la emergencia de la individualidad en la pre-existencia de trminos individuados -sea esto materia y forma, o emisor y receptor. El proceso de in-formacin en cambio repensado en trminos de un modelo de difusin innovativa o contagio, que Simondon define como transduccin. En este aspecto, podemos decir que Simondon mantiene de la ciberntica el foco en la operacionalidad, pero la radicaliza al disputar la dependencia de la ciberntica con individuos preconstituidos como los trminos (o terminales) entre los cuales las relaciones de comando y comunicacin se obtienen.Persuadido de que la individuacin, en cualquier dominio, puede tener lugar slo si se traza en un campo pre-individual, un dominio metaestable compuesto de virtualidades dispares (lo que l llama tambin un suelo, fondo), Simondon, sobre la base de estudios cientficos de la cristalizacin, repiensa el proceso de individuacin como el resultado de la introduccin de una forma bajo la apariencia de un grmen estructural que cataliza la actualizacin y la interaccin recproca de algunas de las virtualidades que han permanecido hasta ahora en el nivel pre-individual. Lo que la tradicin filosfica identifica como una forma no debe pues ser pensado como una imposicin repentina, sino ms bien como la propagacin amplificante de una estructura, en la que una regin estructurada o individuada de seres sirve como un principio de individuacin, el modelo o la forma para otras regiones an no estructuradas o metaestables (a este respecto, la distincin entre individuacin e individuado es siempre relativa). La transduccin es pues una operacin fsica, biolgica, mental y social en la que una actividad se propaga ella misma progresivamente dentro de un dominio, y la nocin de forma debe ser reemplazada por aquella de informacin, que presupone la existencia de un sistema en un estado metaestable de equilibrio que puede individuarse l mismo: la informacin, a diferencia de la forma, nunca es un simple trmino, sino la significacin que emerge de una disparicin. As, Simondon sigue la idea de la oportunidad (chance) como una fuente de significacin, ya que la informacin es la impredictabilidad en las variaciones de la forma.

METHODS OF DRAMATISATION

El concepto de dispar es particularmente importante para una comprensin de la filosofa de la interaccin de Simondon, y de su rol cambiante dentro del despliegue del propio pensamiento de Deleuze. Extraido del trmino fisiolgico para la integracin de imgenes retinales no superponibles en la percepcin visual unificada, Simondon usa la idea de disparicin para reflexionar sobre cmo la individuacin implica la emergencia o la invencin de una forma de comunicacin entre rdenes o potenciales an inconmensurables. Tal como Deleuze lo ha notado en su resea de 1966 sobre Simondon, lo que define esencialmente a un sistema metaestable es la existencia de una disparicin, la existencia de al menos dos dimensiones diferentes, dos niveles de realidad dispares, entre los cuales no hay an ninguna comunicacin interactiva (DI, 87). Esta concepcin de lo dispar, que tiene un lugar primordial en el captulo 5 de Diferencia y repeticin, es tambin crucial para proveer a Deleuze de otro modo de afirmar el carcter ontolgico ms que epistemolgico de los problemas como complejos reales-virtuales de una diferencia no-resuelta que slo la creacin (o actualizacin) de nuevos seres puede resolver 22. La verdadera interaccin es pues pensada como un acontecimiento, en el cual la individuacin y la comunicacin es indisociable. Es importante notar cmo este concepto de comunicacin provee una manera de desarrollar, en una direccin heterodoxa, algunos de los principios fundamentales de la ciberntica, al mismo tiempo que provee el arsenal teortico necesario para socavar el tipo de comunicacin que slo funciona en el vaivn de opiniones con el fin de crear consenso y no conceptos (WP 6). Una vez ms podemos ver cmo ni el modelo francfilo del antihumanismo de Deleuze de Lafontaine como una especie de quinta columna ciberntica para el imperialismo tecnocrtico americano, ni la dbil comprensin de Cusset de la diferencia poltica entre el postestructuralismo y la ciberntica, hacen justicia a esta suerte de linaje no-arborescente que est en juego en la relacin de Deleuze con la ciberntica.El concepto de disparicin est tambin en el corazn del intento de Simondn de complicar la tendencia de los cibernticos a ser parte de las reflexiones sobre las analogas e isomorfas entre hombres, mquinas, animales y sociedades como totalidades finalsticas caracterizadas por varias modalidades de auto-regulacin 23. La primaca del proceso sobre el producto, de la gnesis sobre la individualidad, domina la consideracin de Simondon. Es en torno a la posibilidad de una interaccin continua e interactiva, entendida como la solucin renovada del problema de la disparicin -de una diferencia intensiva y dinmica- que Simondon distingue la individuacin de la individualizacin. Tanto los seres vivientes como los seres tcnicos son captados en procesos de individualizacin al punto que ellos nunca agotan totalmente los potenciales metaestables de los que representan una resolucin parcial. Ciertamente, tal como Simondon establece en su libro sobre el modo de existencia de los objetos tcnicos, la causalidad recurrente que cualifica la autonoma individual depende del acoplamiento con un medio asociaso (o un suelo fsico inconsciente) desde el cual la forma del individuo extrae su vitalidad 24. Ms an, tanto los seres vivientes como los objetos tcnicos, dada su naturaleza inevitablemente problemtica y su apertura a un medio, son concebidos como envolventes de una dimensin necesariamente colectiva -sea que estemos pensando en la formacin de conjuntos tcnicos o en la existencia de procesos transindividuales que compensan los lmites de la individuacin fisica. La individualizacin, pues, se da en la interfaz entre dimensiones del ser pre-individuales y supraindividuales (o colectivas). Como Muriel Combes nota, lo transindividual aparece como lo que unifica no el individuo y la sociedad, sino una relacin interna al individuo (que define su psiquismo) y una relacin externa al individuo (que define lo colectivo): la unidad transindividual de estas dos relaciones es pues una relacin de relaciones 25. La filosofa de Simondon puede as ser definida como una ontologa relacional, que resuena en muchos aspectos con tendencias contemporneas hacia el interaccionismo 26. Ms especficamente, la preocupacin general de Simondon con la ontognesis y la allagmtica, y su trabajo sobre la tecnologa y la mecanologa, se renen en el proyecto tico del forjamiento de una cultura tcnica que guiara la interaccin entre los hombres y los conjuntos tcnicos, por un lado, y el metabolismo (para usar la expresin de Marx) entre los hombres y la naturaleza, por el otro. Tendr que volver a la cuestin del marco tico-poltico ms adelante, pero primero quiero inquirir en cmo este complejo de conceptos y problemas forjados por Simondon pueden ser vistos como tejindose a s mismos en el desarrollo del pensamiento de Deleuze.Como el pensador que ahonda en la morada oculta de la individuacin y provee las herramientas conceptuales para romper con cualquier visin de una determinacin de lo pasivo, materia indiferenciada por una forma determinada trascedente (hylemorfismo), puede decirse que Simondon juega un rol crucial en el intento de Deleuze al final de los '60 de construir lo que l llam, en su creativa reconstruccin del estructuralismo, un nuevo materialismo y una nueva filosofa trascendental (DI 174) 27. Deleuze extrae explcitamente de Simondon (en conjuncin con el Sartre de La trascendencia del Ego) la idea de un campo trascendental que estara poblado por singularidades pre-individuales y constituira entonces un dominio no-subjetivo de multiplicidades, un trascendental desamarrado de la vigilancia formal de un sujeto. Como escribe en una nota a Lgica del sentido: Las cinco caractersticas a travs de las cuales hemos intentado definir el campo trascendental -la energa potencial del campo, la resonancia interna de las series, la superficie topolgica de las membranas, la organizacin del sentido, y el estatus de lo problemtico- son todas analizadas por Simondon (LS 344) 28. Y es directamente en su libro -es decir, en L'individu et sa genese physico-biologique, publicado en 1964 pero que originalmente iba a ser la primera parte de Lindividuation la lumire des notions de forme et dinformation que Deleuze se basa para repensar lo trascendental ya no en trminos de condiciones categoriales de posibilidad, sino via condiciones ontolgicas de realizacin, condiciones de la gnesis del individuo viviente y el sujeto cognoscente que debern ser buscadas en el nivel de las singularidades pre-individuales. Ms precisamente, el rol de Simondon y su teora de la individuacin es de suma importancia en el re-pensamiento ontogentico de Deleuze del estructuralismo y de lo trascendental en trminos de pensamiento a travs del tipo de operaciones que permiten el pasaje desde las Ideas virtualmente diferenciadas a los seres actualmente diferenciados. Es Simondon quien permite a Deleuze reconsiderar las estructuras como siendo ni esencias inmateriales ni invariantes formales, sino en cambio como los fundamentos pre-individuales de la individuacin. La ontognesis es as definida como el pasaje desde un tipo de multiplicidad, el portador de la diferencia interna, a otra, la multiplicidad numerable y clasificable de los seres actuales. Deleuze llama a esto gnesis esttica porque la estructura misma, a la vez que provee la razn suficiente de la actualidad, no tiene rol causal, precisamente porque no est ella misma individuada discretamente (o actualizada). El concepto de la individuacin extraido de Simondon viene a insertarse a s mismo en esta disyuncin entre causa y gnesis, en esta disimetra crucial entre la estructura y sus encarnaciones, entre lo virtual y lo actual.En esta nueva filosofa trascendental, la estructura no puede responder la pregunta Qu?, la pregunta por la esencia, la sustancia o la universalidad. Lo trascendental no puede anticipar la ontognesis; debe seguirla, acompaarla o repetirla. Esto es lo que Deleuze llama el mtodo de dramatizacin 29. Sobre la base de Simondon, la individuacin nos provee de las respuestas operacionales hacia la pregunta crucial del Cmo?. Cmo pasamos de las diferencias implicadas a su explicacin? De las ideas a los seres? Las Ideas solas no son la fuente de la gnesis. Ms bien, un nuevo materialismo necesita confrontar esos dinamismos espacio-temporales sin los cuales el estructuralismo seguira siendo un pensamiento de la determinacin de una materia pasiva por una forma activa. Deleuze no deja de subrayar la especificidad de las ideas virtuales implicadas en cada dominio de produccin o indi-diferenciat/cion, as como las repercusiones de los dinamismos en su composicin diferencial. En otras palabras, la teora de la individuacin extraida de Simondon nos permite pensar la distincin misma entre lo virtual y lo actual ms como una distincin procesual o diferencial que unilateral. Ciertamente, siguiendo la sugerencia de Simondon de que la distincin misma entre lo apriori y lo a posterior es un producto de procesos de individuacin ms que su condicin, podemos sostener que lo virtual y lo actual constituyen retroyecciones del proceso de individuacin.Sin embargo, mientras que la contribucin de Simondon permanece ligada en Deleuze a esta idea de la individuacin como dramatizacin, tambin est afectada por el creciente alejamiento de Deleuze de cualquier alianza con el estructuralismo. Este movimiento puede ser ledo en la yuxtaposicin de un plano de inmanencia o plano de composicin (ligado a lo que ric Alliez ha caracterizado tilmente como el giro de Deleuze hacia una onto-ethologa) con un plano de organizacin, con ste ltimo funcionando como una crtica ms o menos explcita del concepto de estructura. Como Deleuze y Guattari escriben en Mil mesetas, Aqu, ya no hay formas o desarrollos de formas, ni hay sujetos o formacin de sujetos. No hay estructura, como tampoco hay gnesis (TP 266). A pesar de este corte con el problema de la gnesis, la teorizacin de Simondon sobre las singularidades pre-individuales sigue siendo formativa en el concepto crucial con el cual Deleuze y Guattari desplazan la estructura: haecceidad. En un sentido, puede decirse que Mil mesetas absolutiza la mismsima dimensin de los dinamismos espacio-temporales y las singularidades que en Diferencia y repeticin parecian mediar o esquematizar la relacin disimtrica entre lo virtual y lo actual. Los dinamismos espacio-temporales eran definidos como agitaciones de espacio, excavaciones de tiempo, pura sntesis de velocidades, direcciones y ritmos (DI 96). Una hacceidad, en cambio, es definida slo por una latitud y una longitud: en otras palabras, la suma total de los elementos materiales que pertenecen a ella bajo relaciones dadas de movimiento y reposo, velocidad y lentitud (longitud); la suma total de los afectos intensivos de los que es capaz en una potencia dada o en grado de potencial (latitud) (TP 260).El cambio en el rol de Simondon es evidente en la manera en que aparece en Mil mesetas, junto a Husserl, como un pensador no de las ideas virtuales como tales, sino de esencias vagas y materiales caracterizadas por una corporeidad que las distingue de la esencialidad inteligible, formal o de una coseidad sensible, formada y percibida.Es este pensamiento de una idealidad-material no individuada, dramatizada por acontecimientos-afectos y ya no por una especie de intermediario entre la cosa y el concepto lo que caracteriza, de acuerdo a Deleuze, el pensamiento anti-hylemrfico de Simondon. Ms significativamente, el concepto de un phylum maqunico natural-artificial como materia en movimiento, que fluye, que vara, materia como un transportador de singularidades y trazos de expresin parece colapsar lo que hasta cierto punto apareca como niveles de la diferencia interna en Diferencia y repeticin (virtualidad/individuacin por dinamismos espacio temporales/actualidad). Esto solo sirve ya para intensificar, por supuesto, una imagen del pensamiento que Deleuze tambin deriva de la descripcin paciente y meticulosa de Simondon del proceso de una ontognesis natural y artificial (cf., la dramatizacin de la construccin de ladrillos en L'individuation...). De acuerdo a esta visin, el flujo-material slo puede ser seguido -no deducido o anticipado. El pensador en este aspecto es comparado con el personaje conceptual del artesano, que se ocupa de la intuicin en la accin, y su prctica con la de la metalurgia, en la que las operaciones estn siempre a horcajadas sobre los umbrales, de tal manera que una materialidad energtica desborda la materia preparada, y una deformacin cualitativa o transformacin desborda la forma (TP 407-10). De la dramatizacin de las ideas a la modulacin de la materia, el pensamiento de Simondon de la individuacin como dramatizacin sigue siendo un poderoso intercesor en la filosofa del Devenir de Deleuze, pero los modos en los cuales esta intersecin es modulada son claves importantes para comprender las discontinuidades del pensamiento del propio Deleuze.