Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    1/223

    Marco Tulio CicernFILPICAS

    Edicin, introduccin y notas dePERE J. QUETGLAS

    catedrtico de la Universidad de Barcelona

    Traduccin deJUAN BAUTISTA CALVO

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    2/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 1

    Este libro no podr ser reproducido, ni total ni parcialmente,sin el previo permiso escrito del editor. Todos los derechos reservados

    Editorial Planeta, S. A., 1994Crcega, 273-279, 08008 Barcelona (Espaa) Diseo coleccin de Hans RombergIlustracin cubierta: busto de Cicern, Museos Capitolinos (foto Aisa) Primera edicin en esta

    coleccin: setiembre de 1994 Depsito Legal: B. 27.862-1994ISBN 84-08-01178-2

    Composicin: Vctor Igual, S. L.Papel: Offset Rotoform, de Clariana, S. A.

    Impresin: Duplex, S. A.Encuadernacin: Encuadernaciones Maro, S. A. Printed in Spain - Impreso en Espaa

    SUMARIOINTRODUCCIN1. Semblanza biogrfica de Marco Tulio Cicern2. Una vida marcada por la oratoria.3. De Cicern a Cicern4. Las Catilinarias.*

    5. Las Filpicas.**6. Traduccin y revisin.Cronologa.Bibliografa.

    *La edicin digital se ha presentado por separado, a diferencia del original impreso. [Nota del escaneador].**En esta edicin.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    3/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 2

    INTRODUCCIN

    1 SEMBLANZA BIOGRFICA DE MARCO TULIO CICERN

    MARCO Tulio Cicern nace en el ao 106 a.d.C. en el seno de una familia ecuestre de laciudad latina de Arpino. Su padre, de salud enfermiza, se dedic con poco xito a la literaturapero, y quiz por eso mismo, se preocup de llevar en temprana hora a sus dos hijos, Marco yQuinto, a Roma para mejorar su educacin. En Roma, Cicern sigui las enseanzas de dosgrandes oradores del momento, Marco Antonio y Lucio Craso, a los que en agradecimiento y re-cuerdo hizo posteriormente protagonistas del tratado De Oratore. Del 86 al 84 asisti a laslecciones del poeta griego Arquas, al tiempo que s relacionaba tambin con el poeta trgico

    Accio. En torno a los veinte aos escribi lo que se supone que es su primera obra, el tratadoretrico De inuentione. En el ao 81, a los veinticinco de edad, pronuncia el Pro Quinctio, supri-mer discurso pblico, y al ao siguiente ya se atreve a acometer un caso de mayor trascendencia

    poltica cuando pronuncia el Pro Sexto Roscio Amerino, en el que se enfrenta a un protegido del

    dictador Sila. Tras ganar el proceso, en parte para quitarse de en medio y en parte para pulir losdefectos asiticos de su oratoria, demasiado ampulosa, decide retirarse a Grecia, dondepermanecer desde el 79 al 77 instalado en Atenas y Rodas, ciudad esta ltima en que tendrocasin de seguir las enseanzas de Moln. Tras regresar a Roma inici su carrera polticaejerciendo en el 75 el cargo de cuestor en Sicilia. La buena imagen que dej en la isla le

    permitira luego reunir con facilidad pruebas contra C. Verres, quien en el ejercicio de su consu-lado en esta isla (73-71) explot y humill a los sicilianos ms all de todo lmite razonable. As,en el 70, al tiempo que desempeaba el cargo de edil, denunci y logr la condena de Verres,

    pese a que la defensa de ste estaba encomendada a Hortensio Ortalo, el ms clebre orador delmomento. Su xito y las circunstancias en que fue logrado aumentaron muchsimo su po-

    pularidad en Roma y lanzaron definitivamente su carrera poltica: edil curul en el 69, pretor en

    el 66, cnsul en el 63. En el desempeo del consulado descubri y abort la conjuracin deCatilina, lo que le llev a la cima de la gloria poltica, pero tambin le atrajo las antipatas y elodio de un sector de la sociedad. As, en el 58 se ve abocado al exilio a consecuencia de una ley

    propuesta por el tribuno de la plebe Clodio, por la que se condenaba genricamente a todo elque hubiera condenado a muerte a ciudadanos romanos sin juicio previo. Tras ao y medio, yaenel 57, pudo Cicern regresar a Roma gracias a la intercesin de Miln, otro tribuno de la

    plebe. Sin embargo, las circunstancias polticas en Roma ya haban cambiado y distaban muchode las del 63, cuando el cnsul Cicern y el Senado controlaban la situacin; era el momento del

    primer triunvirato (Csar, Pompeyo y Craso) y las libertades de la repblica se resentan de estasituacin de dictadura compartida. Aun as, en el 51 se hace cargo del gobierno de Cilicia, dedonde regresa en plena guerra civil entre Csar y Pompeyo; tras muchas dudas acaba porinclinarse por este ltimo poco antes de que Csar le derrote en la batalla de Farsalia (ao 48).

    Durante la dictadura de Csar (48-44) se avino a intentar algn acercamiento al nuevo poder,mas sin participar activamente en poltica, lo que le permiti dedicarse por entero a su obra

    filosfica y retrica. En estos aos sufre tambin diversas desgracias familiares: divorcio deTerencia (46), muerte de su hija Tulia (45). Tras el asesinato de Csar (15 de marzo del 44)intenta recuperar la libertad de la repblica y el poder del Senado reverdeciendo viejos laureles.Enfrentado a Marco Antonio, lugarteniente de Csar, lograr en principio hacerle frente con lacolaboracin de Octavio, sobrino e hijo adoptivo del dictador, pero la posterior alianza de Mar-co Antonio, Octavio y Lpido, antiguo jefe de la caballera cesariana (segundo triunvirato), leresultar fatal a Cicern: pagar con su vida los ataques dirigidos a Marco Antonio en sus

    Filpicas.2. UNA VIDA MARCADA POR LA ORATORIA

    No creemos que pueda quedar ninguna duda de que Cicern es fundamental y bsicamente unorador; tanto por formacin como por actividad, Cicern es un orador que ejerci de poltico

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    4/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 3

    gracias al apoyo que le prestaron siempre sus cualidades y su formacin oratoria. Desde suscomienzos en la vida pblica todo su itinerario va estrechamente ligado a sus discursos. LasVerrinas lo elevaron al primer puesto entre los oradores, las Catilinarias le sirvieron de apoyo

    para alcanzar la cima poltica y, al tiempo, acabaron acarrendole el destierro, las Filpicas, enfin, fueron su sentencia de muerte poltica y, consecuentemente, tambin fsica, al haber perdido

    toda su fuerza y poder.Mas no slo son los grandes discursos, los ms famosos, los que compartimentan y marcan lavida de Cicern, sino que tambin los discursos que podramos llamar ordinarios son fiel reflejode esta caracterizacin de Cicern. As pues, los discursos son, junto con las cartas, la nicaactividad literaria constante de nuestro Marco Tulio. Desde su pionero Pro Quinctio del ao 81hasta la ltima de las Filpicas, ya en el 43, los discursos recorren acompasadamente su vida,dejando nicamente lagunas temporales aqu y all, cuando las ausencias de Roma, voluntariaso forzadas, o la situacin poltica adversa le conminan al silencio. En esos casos, slo lasepstolas nos permiten suplir los huecos. Con todo, no debe olvidarse que las cartas, a di Te-rencia de los discursos, no las escribi en ningn caso con la intencin de publicarlas,circunstancia que nos permite establecer una diferencia clara con respecto a su actividad

    oratoria. sta nos presenta la cara pblica de Cicern, al Cicern poltico, al Cicern de puertasafuera; las cartas, en cambio, son el reflejo de sus preocupaciones- ms ntimas, de un Cicernms humano y ms temeroso.

    Frente a esta dilatada constancia, el resto de su actividad artstica o es fruto de una poca orefleja el complemento terico de la actividad principal, o ambas cosas a la vez. As, las obras

    filosficas las escribe todas entre el 54 y el 44, en slo diez aos; y an podramos comprimirms esta dcada, ya que las obras de filosofa poltica (De re publicay De legibus) se elaboran yven la luz entre el 54 y el 52, en tanto que el resto, las propiamente filosficas (Paradoxastoicorum, Academica, De finibus, Tusculanae disputationes, De natura deorum, De senectute, Dediuinatione, De fato, De amicitia, De officiis, etc.) se comprimen en realidad en una estrecha

    franja que abarca del 46 al 44 y que coincide en lo poltico con la dictadura de Csar y en lo

    familiar con el divorcio de Terencia y la muerte de su hija Tulia. De esta rapidez de concepcin yelaboracin no puede desligarse el concepto que tena el propio Cicern de su produccin

    filosfica. l era plenamente consciente de la carencia de originalidad de pensamiento en estasobras y hasta lo dice expresamente en una carta a su amigo tico (Ad Att.XII, 52, 3) al sealarque no se trata ms que de la reproduccin de ideas y pensamientos entresacados de diversosautores y que todo su mrito consiste en darles forma latina, echando mano del inmenso caudalde su elocuencia. Es decir, que tambin en esta actividad, en tanto que creador de laterminologa filosfica latina, se muestra Cicern como orador o maestro del lenguaje.

    Por lo que hace a las obras retricas, dejando de lado el De inuentione, obra de juventud,probablemente del 86, stas se concentran tambin en un perodo corto de tiempo, el que va del55 al 44, sin que debamos, por otro lado, olvidar que tanto el De Oratore como las Partitionesoratorias, el Brutus, el Orator, el De optimo genere oratorum o los Topica no son otra cosa que elcomplemento o base terica de su arte oratoria. De hecho, Cicern fue el primer orador que seatrevi a exponer de forma detallada y precisa los fundamentos tericos de su actividad, que se

    pueden resumir sumariamente en la conjuncin de una buena tcnica, aprendida en la escuela yen el foro, y el talento y la capacidad natural. Ciertamente Cicern posea las dos cosas y las

    posea bien, de otra forma difcilmente hubiera podido alcanzar el ttulo de prncipe de la orato-ria. Mas, para desgracia nuestra, la actividad oratoria slo se refleja plidamente en laescritura. Podemos ciertamente analizar y destacar la forma compositiva y la disposicin de undiscurso, su argumentacin y los recursos retricos que utiliza: adecuacin al contexto, captatiobeneuolentiae, irona, stira, adulacin, retrato de personajes, descripcin de situaciones, con-

    traposiciones, perodos, ritmo creciente o decreciente, etc., pero estamos condenados apermanecer siempre ciegos y sordos ante lo que debi ser un complemento nada secundario:tono, timbre, gestos, miradas, silencios, golpes de efecto, etc. Sucede adems con relativa

    frecuencia que los discursos que nos han llegado no se corresponden con los que realmentefueron pronunciados; pues si, por una parte, la existencia de esclavos copistas, encargados detomar al pie de la letra las intervenciones de su amo, nos podran llevar a confiar en la fidelidad

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    5/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 4

    al discurso original, por otra sabemos a ciencia cierta que Cicern retocaba y alteraba segn suconveniencia los discursos; ello explica que las Catilinarias no se publicaran hasta tres aosdespus de la conjuracin y que en ellas no aparezcan incriminaciones comprometedoras paraCsar, que seguramente s figuraran en los discursos realmente pronunciados. Por otro lado,conservamos numerosos discursos que Cicern no pronunci nunca: la serie completa de las

    Verrinas es una obra de gabinete que va mucho ms all de la corta intervencin que tuvoCicern; la segunda Filpica, la obra maestra de la invectiva, nunca fue pronunciada, lo que depaso quiz le alarg algo la vida a Cicern.

    3. DE CICERN A CICERN

    Entre la pronunciacin de las Catilinarias (ao 63) y la de las Filpicas (aos 44-43)transcurrieron veinte aos. Cabe, entonces, preguntarse hasta qu punto es el mismo el Cicernque se nos hace visible en estas dos muestras supremas de su elocuencia. Considerando que eltema que se debate en los dos casos es similar: un intento de atentar contra el Estado y contra el

    poder establecido, no puede en principio extraarnos que en las dos obras se repitan ideas

    propias o connaturales a una situacin de este tipo: es preferible la muerte a la esclavitud, latirana hace al hombre esclavo, un final noble aporta fama y gloria, lo que asegura lainmortalidad del hroe.... No puede asimismo extraar que se repitan en una y otra obra lostpicos y episodios histricos de referencia necesarios para justificar determinadas formas de

    pensar o de actuar: la supresin de la monarqua, la frustracin de todos los intentos derestitucin real o la inutilidad de toda tentativa revolucionaria como la de los Gracos. Mas, almargen de todas estas manifestaciones ms o menos obligadas, sabemos cmo es el Cicern quese nos presenta en uno y otro caso? En ambos casos nos encontramos con el mismo Cicern po-ltico que se presenta como salvador de la patria, frente a los dems que slo se preocupan deaniquilar el Estado; es el Cicern que quiere esconder los intereses de partido tras los interesesde la repblica. Es el mismo Cicern vanidoso y engredo que se nuestra como personaje

    singular por haber alcanzado cotas nunca antes vistas de admiracin y agradecimiento pblicosque se les niegan a los dems. Es el mismo Cicern preocupado por la gloria eterna: Nada meimportan esos silenciosos y mudos monumentos que puede a veces conseguir el menos digno. Envuestra memoria, ciudadanos, revivirn mis servicios, aumentarn vuestros relatos, y vuestrasobras literarias les asegurarn la inmortalidad (Cat.III, 11); La vida que nos da la naturalezaes corta, la que le devolvemos, siendo honrada, es de sempiterna memoria. Si la reputacin nodurase ms que nuestra vida quin sera tan insensato que intentara adquirir fama o gloria acosta de tantos trabajos y peligros? (Fil.XIV, 2).

    Pero simultneamente vemos a dos Cicerones radicalmente distintos. En las Catilinariastopamos con un Cicern seguro de s mismo, hipcritamente preocupado hasta la exasperacin

    por cuestiones de detalle procedimental, con una persona que dice, amaga y no acta; queplenamente fiada en la superioridad de su posicin no quiere dejar ningn resquicio a las dudaso a los rumores sobre su actuacin. En cambio, el Cicern de las Filpicasya es otro; y si por unmomento llega a pensar ante la novedad de los hechos que le puede ser dado repetir la gloria desu consulado, pronto ya alcanza a ver que la situacin es irrepetible; no existe ya frente a lasubversin la unanimidad de todos los rdenes de la que haca gala en las Catilinarias; ahora, enel 44 y en el43, ni hay unanimidad de rdenes ni unanimidad dentro de un mismo orden. Marco

    Antonio, su adversario, tiene destacados y distinguidos partidarios dentro del propio Senado,capaces de dar la cara y defenderle; y stos no tenan nada que ver con la bajeza y ruindadmoral atribuidas a Catilina. Sus propuestas ya no se aprueban por unanimidad, incluso empiezana ser derrotadas. Cicern se ve inseguro y l, que ha hablado hasta la saciedad de la gloria

    alcanzable por medio de una muerte noble, rehsa participar en una embajada de mediacin,manifiestamente preocupado por su seguridad, al punto de no temer desdecirse de su primeraoferta de participacin. Tenemos tambin a un Cicern adulador de sus circunstanciales aliados,entre ellos Octavio, sobre quien en su correspondencia anunciaba profundas reservas. Ahora, sutradicional indecisin se ha acentuado, va y viene, sin norte y sin motivo. Su fuerza y suelocuencia no han menguado, pero el equilibrio de poderes es muy diferente, por ello sus

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    6/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 5

    argumentos, falaces o veraces, se atienden y escuchan menos. Su muerte inevitable es el indicioinequvoco de que el mundo ha cambiado.

    4. LAS CATILINARIAS

    Con el nombre de Catilinarias o Discursos contra Catilina conocemos las cuatro alocucionespronunciadas por Cicern entre el 8 de noviembre y el 5 de diciembre del ao 63, cuando en sucondicin de cnsul descubri y desbarat un intento revolucionario encabezado por LucioSergio Catilina que tena como objetivo final la subversin total de las estructuras del Estadoromano e incluso la destruccin de Roma y el asesinato de los ciudadanos ms representativosdel partido aristocrtico. En este sentido, la tentativa de Catilina no puede considerarse enningn caso como un fenmeno aislado, sino que debe situarse en el marco de la profundainquietud social que sacudi Roma en la primera mitad del siglo I a.d.C. y que podra tener unareferencia o punto de partida en los intentos de reforma agraria encabezados por los hermanosTiberio y Cayo Graco, quienes en el ejercicio del tribunado de la plebe intentaron solucionar la

    penosa situacin del campesinado a base de repartir entre los ms pobres una parte del terrenopblico obtenido por el Estado en sus guerras de expansin y que, de hecho, se encontrabausufructuado por la nobleza. La violenta reaccin senatorial no slo condujo a la derogacin delas leyes promulgadas y a la muerte de los dos tribunos (Tiberio fue asesinado en el 133 y Cayoen el 121), sino que instaur un perodo reaccionario de dominio total de la aristocraciasenatorial que se extendi hasta el ao 108; en este ao Mario, un caballero nacido en Arpino, lavilla natal de Cicern, obtiene la eleccin consular al tiempo que se hace cargo comocomandante en jefe de la guerra contra el rey de Numidia, Jugurta, que estaba causandocontinuas derrotas a los ejrcitos de Roma. Con Mario se inicia un perodo de predominio

    popular que le llevar a repetir el consulado del 104 al 101. La posterior reaccin aristocrticavino de la mano de Cornelio Sila, un antiguo lugarteniente de Mario que es elegido cnsul en el

    ao 88, despus de poner fin a la guerra social declarada por los aliados itlicos en demanda delderecho de ciudadana. Sin embargo, casi de manera inmediata, Sila tiene que partir para Asia

    para hacerse cargo de la guerra contra Mitrdates, rey del Ponto, circunstancia que aprovechanlos partidarios de Mario para hacerse de nuevo con el poder y para realizar una masacreindiscriminada de elementos senatoriales. Mario muere en el 86 y Sila, tras derrotar a

    Mitrdates, regresa en el 83 y responde con la misma moneda al instaurar un terrible rgimen deproscripciones. Convertido en dictador en el 82, abdica en el 79 y se retira a la vida privadamuriendo al ao siguiente. La desaparicin de Sila supone la irrupcin en la escena poltica ymilitar de un nuevo lder aristocrtico, Pompeyo el Grande, que ser el encargado de acabar conlos restos de la resistencia mariana, con la nueva rebelin de Mitrdates y con el creciente

    peligro de la piratera en el Mediterrneo. Por estos aos, en el 73, se produce tambin larebelin de los esclavos comandada por Espartaco. Como puede pues colegirse el clima socialest lo suficientemente alterado como para propiciar nuevos intentos.

    As las cosas, un patricio arruinado, disoluto y emprendedor, Lucio Sergio Catilina, creellegada su ocasin y piensa en la posibilidad de reunir a su alrededor el amplio descontento delas clases populares. Lo intenta primero por la va legal, presentando su candidatura al con-sulado del ao 65, pero el Senado lo borra de la lista de candidatos a consecuencia de losexcesos cometidos durante el ejercicio de su pretura en frica en el ao 67. Ante este desaire,Catilina, con el supuesto apoyo de Csar y Craso, intenta dar un golpe de mano consistente enasesinar a los dos cnsules el mismo da de su toma de posesin, el primero de enero del ao 65.

    La falta de coordinacin entre los conjurados abort este intento como tambin lo hara con una

    segunda tentativa planeada para el 5 de febrero del mismo ao. Estas intentonas se conocencomo la primera conjuracin de Catilina, si bien persisten actualmente dudas sobre suexistencia, dada la ausencia total de consecuencias para los implicados. A finales del 64 presentde nuevo Catilina su candidatura al consulado, esta vez en alianza con Cayo Antonio Hbrida; ensuprograma electoral se contemplaba la abolicin de las deudas y el reparto de tierras. El temorde los propietarios los uni en su contra, lo que propici el acceso al consulado de Marco Tulio

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    7/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 6

    Cicern, un horno nouus, sin pasado poltico destacado, y con l a M. Antonio Hbrida. Estasegunda humillacin debi ser definitiva para Catilina, que plane el que deba ser el intentodefinitivo: a fines del ao 63, a punto de concluir el consulado de Cicern, presenta de nuevoCatilina su candidatura al consulado, al tiempo que rene un ejrcito de descontentos en Etruriaa las rdenes de Manlio, un antiguo centurin, y disea un amplio plan de desrdenes en

    diferentes ciudades de Italia, as como el incendio de Roma y el asesinato de los miembros msdestacados de la nobleza. Cicern, enterado de la trama por las confidencias de Fulvia, amantede Quinto Curin, uno de los conjurados, rene el 20 de octubre del 63 el Senado y hace pblicala fecha del 27 del mismo mes como lafijada para el levantamiento del ejrcito de Manlio y lasdel 28 y 29 como las previstas para el incendio de Roma y el asesinato generalizado de todos losopositores a Catilina. El Senado concede poderes excepcionales a Cicern, al tiempo que seaprestan tropas para enfrentarse al ejrcito rebelde. Ante la ausencia de pruebas incriminatoriasCatilina permanece en Roma con la intencin de dirigir la revuelta interna. En este estado decosas, el 8 de noviembre Cicern convoca el Senado y pronuncia ante l la primera Catilinaria,que como puede deducirse no tiene como finalidad descubrir la conspiracin sino forzar la salidade Catilina de Roma; de hecho, es un golpe de efecto porque Cicern segua careciendo de

    pruebas concluyentes. En cualquier caso, la intervencin de Cicern tiene xito y Catilinaabandona Roma esta misma noche. Al da siguiente (9 de noviembre), en la segunda Catilinaria,Cicern comunica al pueblo los hechos acaecidos el da y la noche anteriores. A partir de estemomento la situacin se mantiene estable hasta que la noche del 2 de diciembre son detenidos enlas afueras de Roma unos legados de los albroges, un pueblo de la Galia, con cartas comprome-tedoras de los conjurados dirigidas a Catilina y a la asamblea de este pueblo. Era la prueba quenecesitaba Cicern para detener a los implicados. As lo hace y a la maana siguiente rene elSenado, le presenta las pruebas y fuerza la confesin de los acusados. Por la tarde de este mismoda pronuncia ante el pueblo la tercera Catilinaria dando cuenta de lo acaecido la vspera y en lasesin del Senado tenida por la maana. La cuarta Catilinaria, en fin, es la intervencin deCicern ante el Senado dos das despus para pedir una decisin sobre la pena a imponer a los

    conjurados. De las dos alternativas que se presentaron, condena a muerte y condena a cadenaperpetua, se impuso la primera, que contaba con el apoyo de Cicern. Por su parte, Catilinaperecer un mes ms tarde, el 5 de enero del 62, luchando al frente de su ejrcito en la batalla dePistoya.

    5. LAS FILPICAS

    Con el nombre de Filpicas se nos han conservado catorce discursos pronunciados porCicern entre el 2 de setiembre del ao 44 y el 21 de abril del 43, en los que pretendedesenmascarar y poner coto a los intentos hegemnicos de Marco Antonio. Si bien son catorcelos discursos conservados, posiblemente no sea ste el nmero total de los pronunciados porCicern sobre este tema, si tenemos en cuenta que un gramtico del siglo IV, Arusiano Mesio,cita dos frases sacadas de unas supuestas FilpicasXVI y XVII. Con respecto a la denominacinde Filpicas, hay que decir que el nombre que cabra esperar que se les hubiese aplicado a estosdiscursos sera el de Antonianas (Antonianae) al ser Marco Antonio el destinatario de ellas, de lamisma manera que hablamos de Catilinarias con respecto a los discursos dirigidos contraCatilina; y de hecho este nombre de Antonianas es el que usan Sneca el rtor y Aulo Gelio y,seguramente, el primero en el que pensara Cicern, ya que la denominacin de Filpicas es unasugerencia en tono de broma que le hizo Cicern a su amigo y corresponsal tico y que steacept tras haber ledo la quinta y la dcima. Y ser precisamente ste el nombre ms divulgado

    en la transmisin del texto. No hace falta indicar que el nombre de Filpicas es una imitacin delnombre de los discursos pronunciados por el orador griego Demstenes (siglo IV a.d.C.)contra el rey Filipo II de Macedonia por sus intentos expansionistas sobre Grecia.

    De las catorce Filpicas conservadas, once lo fueron ante el Senado y dos ante elpueblo; estas ltimas, de ordinario ms breves, suelen ser el resumen de una inter-vencin anterior ante el Senado ajustadas a las condiciones del nuevo auditorio. Mencin aparte

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    8/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 7

    merece el segundo de estos discursos contra Marco Antonio, ya que no fue nuncapronunciado; y ci ertamente hay que darle la razn a Cicern por su prevencin porpronunciar la pr imero y por hacer la pbl ica despus , ya que si las Filpicas suelenconsiderarse en su conjunto como la culminacin y compendio de la elocuencia de Cicern,la segunda es la obra maestra de la invectiva; en ella Cicern usa extensamente

    todos los recursos retricos y todos los medios a su alcance para denigrar la figura deMarco Antonio y la de todos sus seguidores. En consecuencia no es de extraar que sea estaFilpica la que se ha beneficiado del mayor nmero de traducciones, incluso en castellano,lengua poco favorecida por las traducciones de estos discursos ciceronianos.

    Por lo dems, las Filpicas son un excelente documento para conocer de primera manolos acontecimientos polticos sucedidos en Roma durante los aos 44 y 43 a.d.C., conindependencia de que, al igual que suceda con las Catilinarias, muchas de ellas fueran re-tocadas antes de su publicacin. De ello tenemos adems pruebas escritas en lacorrespondencia ent re tico y Cicern, en la que ste le aconseja la introduccin aqu y allde cambios de estilo y de vez en cuando le comenta la conveniencia de silenciar el nombre o laintervencin de tal o cual personaje, no siendo raros los casos en que Cicern le hace caso.

    En cuanto a los antecedentes poltico-sociales de la situacin aqu descrita, puededecirse que se inician inmediatamente despus del fracaso de la conjuracin deCatilina. Recordemos que Catilina haba muerto en enero del 62; pues bien, a

    finales de es te ao Pompeyo regresa a Roma, donde celebra en honor de multitudes sutriunfo, pero de forma imprevista rechaza, en contra de lo que esperaba todo el mundo, hacersecon la dictadura. Esta indecisin de Pompeyo acab por resultarle fatal, pues aconsecuencia de ella se llega en el ao 60 a un reparto del poder e influencias entre Csar,Pompeyo y Craso en lo que se conoce como el primer triunvirato; de esta situacin sacar msventajas que nadie Julio Csar que de esa forma consigue el consulado del ao 59 yluego el gobierno de la Galia transalpina, lo que le permitir hacerse con los servicios de un

    poderoso ejrcito. Estos aos marcan, por otra parte, un decidido decl ive de la actividad

    po lt ica de Cicern, que en el ao 58 se ve abocado a exiliarse ante el acoso del tr ibuno dela plebe Clodio que le acusaba de haber hecho ejecutar sin juicio a los implicados en laconjuracin de Catilina. La muerte de Craso en el 53 en el transcurso de su expedicincontra los partos precip it la situacin y condujo al enfrentamiento directo entre Pompeyo

    y Csar. ste atraviesa con su ejrcito el Rubicn en el 49, lo que le pona fuera de la ley ;Pompeyo escapa de Roma cruzando el Adritico; Csar le persigue y en enero del 48 en labatalla de Farsalia lo derrota marcando el principio de lo que ser su dictadura

    personal. Pompeyo, por su parte, se refugia en Egipto y es asesinado por orden del reyPtolomeo XIV, deseoso de ganarse el favor de Csar. Finalmente, tras cuatro aos de poderabsoluto, Csar es asesinado el 15 de marzo del 44 (las idus de marzo) en el curso de un complotsenatorial encabezado por Dcimo Bruto y Cayo Casio. A travs de las Filpicas se puedeseguir casi el da a da de una situacin polticamente inestable por la falta de un

    poder fuerte quesirva de referencia. As, asistimos, de una parte a los intentos de MarcoAntonio, lugarteniente de Csar, de vengar la muerte de ste y de sucederle en el control polticode Roma, De otra parte, vemos a Cicern y con l a una parte importante de la aristocraciasenatorial que creen llegado un nuevo perodo de bonanza para sus intereses a travs de lavuelta del antiguo esplendor republicano. Si la disputa hubiera tenido que dirimirse entre estasdos fuerzas quiz les hubiera quedado alguna oportunidad a Cicern y al partido querepresentaba; sin embargo, la situacin distaba mucho de esta aparente simplicidad, pues junto aestos factores intervienen otros que acabarn siendo decisivos: la aparicin en escena delsobrino e hijo adoptivo de Julio Csar, Csar Octavio, que, presentndose en un primer instante

    como garante de la libertad de la repblica y de la autoridad del Senado, acabar por pactar conMarco Antonio y dar un giro definitivo a la situacin; tampoco debe dejarse de lado el papeltambin determinante que tuvo Lpido, gobernador de la Galia narbonense y antiguocomandante de la caballera de Csar, que tambin acab por inclinarse por Marco Antonio yque constituy junto con ste y Octavio el llamado segundo triunvirato.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    9/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 8

    6. TRADUCCIN Y REVISIN

    Para la revisin de las Catilinarias hemos tenido en cuenta la edicin de H. Bornecquepublicada por Les Belles Lettres1y la de A. C. Clark publicada por Clarendon Press.2En el caso

    de las Filpicas las ediciones de referencia son las del propio A. C. Clark en la misma editoria

    3

    ' yla de A. Boulanger y P. Wuilleumier en Les Belles Lettres.4En ambos casos hemos respetado lastraducciones divergentes que pudieran corresponder a variantes en la interpretacin del aparatocrtico. Asimismo, e intentando mantener el estilo del traductor, hemos respetado, en la medidaque ello no supusiera una tergiversacin del sentido, la diferente estructura compositiva de latraduccin respecto al texto latino, pese a que la traduccin presenta una clara tendencia acortar los perodos ciceronianos que se deshacen en frases independientes, coordinadas o

    yuxtapuestas, con especial predileccin por las construcciones interrogativas. Con todo, nopodemos dejar de sealar que el tono de la traduccin es muy adecuado al nivel del lenguajeparlamentario que se espera de un discurso, siendo una buena muestra del estilo parlamentariodel siglo XIX.

    Sobre el traductor, Juan Bautista Calvo, no tenemos referencias directas, de manera queseguramente hay que dar por buena la informacin suministrada por Marcelino MenndezPelayo en su Bibliografa Hispano-Latina Clsica: Juan Bautista Calvo creo que era seudnimoo ms bien segundo nombre y segundo apellido del mismo editor don Luis Navarro. 5Luis Na-varro es un erudito y periodista espaol muerto en Madrid en el ao 1901. Crtico experto dearte lleg a ser acadmico numerario de la Real Academia de San Fernando. Se dedic tambina la poltica consiguiendo un escao de diputado en el perodo de la Restauracin, pero cansado

    pronto de esta actividad concentr sus esfuerzos en la publicacin de la Biblioteca Clsica, queedit prcticamente a sus expensas.

    PERE J. QUETGLAS

    1Cicron. Discours. TomeX: Catilinaires. Texte tabli par Henri Bornecque et traduit par douard Bailly. Pars, LesBelles Lettres, 19698.2M. Tulli Ciceronis orationes. I. Recognouit breuique adnotatione critica instruxit Albertus Curtius Clark. Oxonii, etypographeo Clarendodiano, 1970 (reimp.).3

    M. Tulli Ciceronis orationes. II. Recognouit breuique adnotatione critica instruxit Albertus Curtius Clark. Oxonii, etypographeo Clarendoniano, 1983 (reimp.).4 Cicron. Discours. Tome XIX: Philippiques I a IV. Texte tabli et traduit par Andr Boulanger et PierreWuilleumier. Pars, Les Belles Lettres, 19632; Cicron. Discours. Tome XX: Philippiques V a XIV. Texte tabli ettraduit par Pierre Wuilleumier. Pars, Les Belles Lettres, 197335Bibliografa Hispano-Latina Clsica. II. P. 430. Edicin nacional de las obras completas de Menndez Pelayo.Madrid, CSIC, 1950.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    10/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 9

    CRONOLOGA

    131-121 Intentos reformadores de los Gracos. 111-105 Guerra de Jugurta.108 Nace Lucio Sergio Catilina.

    106 Nace en Arpino (pequea villa del Lacio) Marco Tulio Cicern.91-88 Guerras sociales en Italia.88-85 Primera guerra contra Mitrdates, rey del Ponto. Hecho destacado es el asedio y

    saqueo de Atenas por parte del general romano Sila. La guerra acaba con la firmade un tratado entre Mitrdates y Sila.

    87-83 El cnsul Cinna con la ayuda del general Mario instaura en Roma el gobierno delpartido popular, caracterizado por la persecucin sistemtica de los miembros dela nobleza. Mario muere en el 86 y Cinna es asesinado en el 84. Con el regreso deSila de Oriente la situacin desemboca en una guerra civil.

    86 Nace el historiador C. Salustio Crispo.83-82 Guerra civil entre el partido aristcrata y el popular. A la victoria de la

    aristocracia comandada por Sila le sigue una tremenda represin. Segunda guerra contraMitrdates.82-79 Dictadura de Sila.81 Cicern pronuncia a los veinticinco aos su primer discurso (Pro Quinctio).80-72 Rebelin de Sertorio en Hispania. Vencido por Pompeyo, muere asesinado (72).75 Cicern desempea la cuestura en Sicilia.74-61 Tercera guerra contra Mitrdates. Supone un nuevo xito de Pompeyo que la

    concluye en el 61.73-71 Rebelin de los esclavos comandada por Espartaco.70 Consulado de Craso y Pompeyo. Cicern pronuncia las Verrinas.69 Cicern ejerce la edilidad curul.

    66 Cicern desempea el cargo de pretor. Circulan rumores en Roma sobre unprimer complot de Sergio Catilina.

    63 Consulado de Cicern. Cicern aborta la conjura de Catilina y pronuncia lascuatro Catilinarias.

    60-53 Csar, Pompeyo y Craso constituyen el primer triunvirato.59-50 Campaa de Csar en las Galias.58-57 Exilio de Cicern, acusado de excederse en la represin de la conjura de Catilina.55-54 Desembarco de Csar en Britania.49-48 Guerra civil entre Csar y Pompeyo. Csar alcanza la victoria en la batalla de

    Farsalia. Pompeyo se refugia en Egipto donde muere asesinado (48).47-44 Dictadura de Csar.46 Csar derrota a los republicanos en Tapso.45 Csar derrota al ejrcito pompeyano de Hispania en la batalla de Munda.44 Asesinato de Csar (15 de marzo). El 2 de setiembre Cicern pronuncia la primera

    Filpica.43 Cicern contina con la pronunciacin de las Filpicas. Marco Antonio, Octavio

    Augusto y Lpido integran el segundo triunvirato. Proscripciones polticas yasesinato de Cicern.

    42 Los tiranicidas Bruto y Casio sucumben en la batalla de Filipos ante MarcoAntonio y Octavio.

    30 Batalla de Accio. Muerte de Marco Antonio y Cleopatra. Comienza el principado

    de Augusto.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    11/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 10

    BIBLIOGRAFA

    1. EDICIONES Y TRADUCCIONES

    ALBORG, J. L. (texto latino, introduccin, comentarios y notas por), Catilinarias, Madrid, LaBallesta, 1959.BENITO Y DURN, A. (adaptacin, preleccin y revisin por), Orationes in L. Catilinam

    quattuor, Burgos, Compaa Bibliogrfica Espaola, 1959.CALVO, J. B. (traduccin de), [Catilinarias]. Biblioteca Clsica. Obras completas de-Marco

    Tulio Cicern. TomoXIV. Vida y discursos, traduccin de los seores Daz Tendero, FernndezLlera y Calvo. Tomo IV. Madrid, Librera Hernando, 1898. (traduccin de), [Filpicas].Biblioteca Clsica. Obras completas de Marco Tulio Cicern. Tomo XVII. Vida y discursos,traduccin de los seores Daz Tendero, Fernndez Llera y Calvo. Tomo VII. Madrid, LibreraHernando, 1901.

    CAMPOS RODRGUEZ, F. (texto latino con traduccin literal y literaria por), Catilinarias,

    Madrid, Gredos, 1961.GUTIRREZ DE ALBNIZ, M. C. (texto traducido por), M. T. Cicern. Catilinarias,Madrid, Instituto de Estudios Polticos, 1961.

    NORTES VALLS, O. (text revisat i traducci de), M. T. Cicer. Discursos. X. Catilinres,Barcelona, Bernat Metge, 1974.

    OLIVER, M. J. y B. TERRADES (estudio preliminar, notas y traduccin de), M. T. Cicern.Discursos: Catilinarias, Pro Roscio Amerino, Barcelona, Bruguera, 19812.

    SALINAS, R. (prlogo, traduccin y notas de), M. T. Cicern. Catilinarias, Mxico,Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 19732.

    SANTA, J. (en castellano por), La segunda Filpica, Perficit, LXXXVIII, 1954.SEGURA MUNGUA, S. (texto latino, estudio histrico-literario, notas y vocabulario de

    instituciones y nombres propios por), Catilinarias, Valencia, Cosmos, 1959.VALENT FIOL, E. (introduccin, notas y vocabulario por), M. T. Cicern. Discursos contra

    Catilina. Barcelona, Bosch, 1947. - (texto, traduccin libre, ordenacin lgica y traduccininterlineal por),M. T. Cicern. Discursos contra Catilina, 2 vols., Barcelona, Bosch, 1981, 1986(reimp.).

    2. ESTUDIOSALBERTE GONZLEZ, A., Cicern ante la retrica, Valladolid, Universidad de Valladolid,

    1987.- Historia de la retrica latina: evolucin de los criterios esttico-literarios desde Cicern

    hasta Agustn, Amsterdam, Hakkert, 1992.BADILLO GERENA, P., Cicern y el Imperio, Puerto Rico, Editorial Universitaria de la

    Universidad de Ro Piedras, 1976.BOISSIER, G., Cicern y sus amigos [traduccin espaola de A. SALAZAR del original

    francs, Pars 1888$], Buenos Aires, Albatros, 1944.FERNNDEZ GORTE, J. C., Catulo y Cicern (Catulo 49): Nuevos argumentos a favor de

    una interpretacin irnica. Treballs en honor de Virgilio Bejarano, II, Barcelona, 1991, pp. 201-210.

    GAOS SCHMIDT, A., Cicern y la elocuencia, Mxico, Universidad Nacional Autnoma deMxico, 1993.

    GARFER, J. L., La esencia de la felicidad y el concepto de virtud en Cicern,

    Humanidades, X, 1958, pp. 97-116.GIL ROBLES, J. M., Cicern y Augusto. Vigencia de un planteamiento poltico, Esplugas deLlobregat, Ariel, 1974.

    GUILLN CABAERO, J., Cicern, su poca, su vida y su obra, Madrid-Cdiz, 1950.- Conocimiento indirecto de Cicern (a travs de sus bigrafos), Atti del I Congresso

    Internazionale di Studi Ciceroniani, I, Roma, Centro di Studi Ciceroniani, 1961, pp. 65-85.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    12/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 11

    Cicern en Espaa, Atti del I Congresso Internazionale di Studi Ciceroniani, II, Roma,Centro di Studi Ciceroniani, 1961, pp. 247-282.

    Hroe de la libertad: vida poltica de M. Tulio Cicern, I-II, Salamanca, UniversidadPontificia, 1981.

    HINOJO ANDRS, G., Los juicios de Cicern sobre los Gracos, Studia Historica historia

    antigua, IV-V, 1986-1987, pp. 101-109.JIMNEZ DELGADO, J. M., Supervivencia de Cicern, Helmntica, IX, 1958, pp. 351-362.

    LOJENDIO, A., Biografa de Cicern, Barcelona, G. P., 1957. MAFFII, M., Cicern y sudrama poltico [traduccin de A.

    ESCLASSANS del original italiano, Verona 1933], Barcelona, J. Gil, 1942.MAGARIOS, A., Cicern, Barcelona, Labor, 1951. MANDEL, J., La actividad publicitaria

    de Cicern sobre las fuentes y en la literatura moderna,Helmntica, XXXI, 1980, pp. 233-244.MANSILLA, A. M., Cicern, su exilio y la vigencia de conductas polticas del siglo i a.C.,

    Revista de Estudios Clsicos, XXI, 1990, pp. 127-145.MARN PEA, M., Cicern: Una reputacin en crisis, Madrid, Direccin General de

    Enseanza Media, 1962. MARINER BIGORRA, S., Cicern orador: una autocrtica y unarevisin, Estudios Clsicos, XVIII, 1974, pp. 103-124.- Cicern orador: una autocrtica y una revisin. II. La autocrtica ciceroniana, Estudios

    Clsicos, XVII, 1974, pp. 357-376.- Cicern orador: una autocrtica y una revisin. III. "Nemo sui ipsius iustus iudex"?,

    Estudios Clsicos, XIX, 1975, pp. 89-110.MARTNEZ VAL, J. M., Cicern: el abogado (en el bimilenario de su muerte), Ciudad

    Real, Instituto Maestro Juan de vila, 1958.MONTERO DAZ, S., La juventud romana en torno a Catilina, Boletn informativo del

    Seminario de Derecho Poltico de la Universidad de Salamanca, 24, 1958-1959, pp. 109-144.MUNTIZ, J. A., Un monumento de vituperacin,Humanidades, X, 1958, pp. 59-70.

    NEZ GONZLEZ, J. M., El ciceronianismo en Espaa, Valladolid, Secretariado dePublicaciones de la Universidad de Valladolid, 1993.

    OLAECHEA, R., Humanismo y humanidad de Marco Tulio, Humanidades, X, 1958, pp. 9-32.

    OLIVER,B., El legado de Cicern, Caracas-Barcelona, Ariel, 1958.D'ORS, A., Cicern, sobre el estado de excepcin, Cuadernos de la Fundacin Pastor, 3,

    1961, Instituto, pp. 9-31.PALACIO, E., Catilina: una revolucin contra la plutocracia en Roma, Huemul, 1965'.PASCUAL, A. M., Catilina. Una ficha poltica, Madrid, Ediciones Cygnus, 1948.PASTOR, A., Cicern perseguido, Cuadernos de la Fundacin Pastor, 3, 1961, pp. 33-76.PEDRAZ, J., Formacin oratoria de Cicern,Humanidades, IV, 1952, pp. 104-126.DEL Pozo, J. M., Cicern: conocimiento y poltica, Madrid, Centro de Estudios

    Constitucionales, 1993.ROBLEDA, O., Cicern y el derecho romano,Humanidades, X, 1958, pp. 33-58.ROCA-PUIG, R., Selecci de variants a les Catilinries de Cicer. P. Barc. I et II in

    Catilinam, Barcelona, Grafos, 1971.- Cicer: Catilinries: (I et II in Catilinam). Papiri Barcinonenses, Barcelona, 1977.RODRGUEZ BRASA, S., Hubo una o dos conjuraciones de Catilina?, Humanidades, VII,

    1955, pp. 269-291.SANTACRUZ TEIJEIRO, J., Apuntes sobre Cicern y Horacio, Valencia, Secretariado de

    Publicaciones de la Universidad de Valencia, 1979.

    SCHWARTZ, E., Un intelectual en la poltica: Cicern,Revista de Occidente, XX, 1925, pp.199-228.TONDINI, A., Cicern, lingista,Humanidades, X, 1958, pp. 117-136.UTCHENKO, S. L., Cicern y su tiempo [traduccin por J. FERNNDEZ SNCHEZ],

    Madrid, Akal, 1978.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    13/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 12

    M. TVLLI CICERONIS PHILIPPICAE

    Philippica I Philippica II Philippica III Philippica IV Philippica V

    Philippica VI Philippica VII Philippica VIII Philippica IX Philippica X

    Philippica XI Philippica XII Philippica XIII Philippica XIV

    PRIMERA FILPICA

    RONUNCIADA el 2 de setiembre del 44 ante el Senado en el templo de la Concordia.A principios de julio, Cicern haba iniciado, en parte para quitarse de en medio, un

    viaje a Grecia con la excusa de visitar a su hijo. Alcanzado por unos emisarios en Siracusa,decidi regresar a Roma, donde entr el 31 de agosto. Para el da siguiente (1 de setiembre)

    Marco Antonio tena convocada una reunin del Senado en la que pensaba proponer que sedecretaran honores para Julio Csar. Cicern, previendo la situacin embarazosa en la que seencontrara, pues no quera sumarse a esta mocin, al tiempo que tema desairar a los soldadosveteranos con una afrenta a Csar, excus su asistencia arguyendo el cansancio del viaje, pese alos requerimientos de Marco Antonio, que consideraba muy importante la aprobacin, siquiera

    tcita y temerosa, de Cicern a sus pretensiones.Al da siguiente (2 de setiembre) Cicern, en ausencia de Marco Antonio, pronuncia estaprimera Filpica. En ella justifica su viaje, su actitud del da anterior, recrimina las presionesrecibidas de Antonio y pasa revista a los hechos acaecidos a partir del asesinato de Csar (15 demarzo), insistiendo en la actitud hipcrita de Antonio, que mantena las actas de Csar (con

    frecuencia falsificadas) y derogaba las leyes legalmente promulgadas.

    M. TVLLI CICERONIS IN M. ANTONIVM ORATIO PHILIPPICA PRIMA

    PRIMERA FILPICA

    [1] Antequam de republica, patres conscripti,dicam ea, quae dicenda hoc tempore arbitror,exponam vobis breviter consilium etprofectionis et reversionis meae. Ego cumsperarem aliquando ad vestrum consiliumauctoritatemque rem publicam esserevocatam, manendum mihi statuebam, quasiin vigilia quadam consulari ac senatoria. Necvero usquam discedebam nec a re publica

    deiciebam oculos ex eo die, quo in aedemTelluris convocati sumus. In quo templo,quantum in me fuit, ieci fundamenta pacis

    1 Antes de exponer, padres conscriptos, lo quecreo debo decir de la repblica en la ocasinpresente, explicar con brevedad los motivos demi partida y de mi regreso. Creyendo que al finvolva a entrar la repblica bajo vuestra direcciny gobierno, decidido estaba a permanecer aqu,atento a los negocios pblicos como consular ysenador, y en verdad ni me alej un paso ni apartlos ojos de la repblica desde el da en que

    fuimos convocados en el templo de la diosaTelus.1En dicho templo, y en cuanto de mi parteestuvo, ech los fundamentos de la paz,

    1Situado en el Esquilino. El lugar ordinario de reunin del Senado era la Curia, emplazada al pie del Capitolio.

    P

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    14/223

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    15/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 14

    illi, qui in Mari nomen invaserat. Atque haecomnia communiter cum collega; alia porropropria Dolabellae, quae, nisi collega afuisset,credo iis futura fuisse communia. Nam cumserperet in urbe infinitum malum idque

    manaret in dies latius idemque bustum in forofacerent, qui illam insepultam sepulturameffecerat, et cotidie magis magisque perditihomines cum sui similibus servis tectis actemplis urbis minitarentur, talis animadversiofuit Dolabellae cum in audacis sceleratosqueservos, tum in impuros et nefarios liberos,talisque eversio illius exsecratae columnae, utmihi mirum videatur tum valde reliquumtempus ab illo uno die dissensisse.

    el fugitivo que se haba apropiado el nombre deC. Mario.3En todas estas cosas obr Antonio deacuerdo con su colega Dolabela.4Otras hizo steen las que creo que le hubiera acompaadoAntonio de no estar ausente; porque como los

    desrdenes fueran cada da en aumento,quemando en el foro imgenes de Csar losmismos que haban hecho all aquella sepulturavaca o sin cadver, y con los desrdenesaumentaran tam bin las amenazas de losperdidos y de esclavos tan malos como ellos, alas casas y los templos, fue tal el castigo queaplic Dolabela, tanto a los osados y perversosesclavos como a los impuros y malvados ciu-dadanos, y tal su energa al derribar aquellaexecrable columna,5 que admiro cun distintos

    son los tiempos posteriores a aquel da.

    [6] Ecce enim Kalendis Iuniis, quibus utadessemus, edixerat, mutata omnia: nihil persenatum, multa et magna per populum etabsente populo et invito. Consules designatinegabant se audere in senatum venire; patriaeliberatores urbe carebant ea, cuius acervicibus iugum servile deiecerant; quostamen ipsi consules in contionibus et in omnisermone laudabant. Veterani qui

    appellabantur, quibus hic ordo diligentissimecaverat, non ad conservationem earum rerum,quas habebant, sed ad spem novarumpraedarum incitabantur. Quae cum audiremallem quam videre haberemque iuslegationis liberum, ea mente discessi, utadessem Kalendis Ianuarris, quod initiumsenatus cogendi fore videbatur.

    En efecto, el primero de junio, da para el que nosconvoc Antonio por un edicto, todo habacambiado. Nada se haca por medio del Senado, ymuchos e importantes asuntos los resolva lsolo, sin contar con el pueblo y aun contra suvoluntad. Los cnsules electos6 negbanse aacudir al Senado. Los salvadores de la patria7noestaban en aquella ciudad que haban libertadodel yugo de la servidumbre, aunque los mismos

    cnsules en todas las asambleas del pueblo y entodas las conversaciones los alababan. A losllamados veteranos, atendidos por este ordensenatorial con el mayor cuidado, se les excitaba,no a conservar lo que ya tenan, sino a esperarnuevo botn. Prefiriendo or a ver talesdesrdenes y teniendo facultad para ir de legadoadonde quisiese, me march con propsito deestar aqu el primero de enero, que era la fecha enque, al parecer, deba reunirse el Senado.

    [7] Eui, patres conscripti, profectionisconsilium; nunc reversionis, quae plusadmirationis habet, breviter exponam. CumBrundisium iterque illud, quod tritum inGraeciam est, non sine causa vitavissem,

    3. Expuestos los motivos de mi partida, padresconscriptos, os explicar ahora brevemente lascausas de mi regreso, que os sorprendern ms.Habiendo evitado, no sin razn, dirigirme aBrindis8 y tomar aquel camino, que es el

    3Se trata de un impostor que se haca pasar por hijo de C. Mario, clebre lder del partido popular y protagonista dela guerra civil contra Sila. Vase cronologa.4 Publio Cornelio Dolabela, yerno de Cicern, partidario de Antonio, famoso por su disipacin y ancestralinsolvencia. Sobre su actuacin posterior, vase la Filpica undcima. En el ao 44 comparta consulado con Marco

    Antonio.5Se trata de una columna levantada irregularmente por las masas en honor de Csar; al pie de la columna se hacansacrificios con los que se inflamaba la furia del pueblo.6Aulo Hircio y Cayo Vibio Pansa.7Marco Junio Bruto y Cayo Casio.8El puerto ms importante del Adritico, situado al sur de Italia, en Calabria, al final de la va Apia; era el puertotradicional de embarque hacia Grecia.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    16/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 15

    Kalendis Sextilibus veni Syracusas, quod abea urbe transmissio in Graeciam laudabatur;quae tamen urbs mihi coniunctissima plus uname nocte cupiens retinere non potuit. Veritussum, ne meus repentinus ad meos necessarios

    adventus suspicionis aliquid afferet, si essemcommoratus. Cum autem me ex Sicilia adLeucopetram, quod est promontorium agriRegini, venti detulissent, ab eo lococonscendi, ut transmitterem, nec ita multumprovectus, reiectus austro sum in eum ipsumlocum, unde conscenderam.

    ordinario para ir a Grecia, llegu el primero deagosto a Siracusa,9 por decirse que era buena latravesa desde dicha ciudad a Grecia. AunqueSiracusa me sea muy adicta, no pudo retenermems que una noche, a pesar de sus deseos, porque

    tema yo que mi repentina llegada y la estancia allado de mis amigos infundiera algunassospechas.10Pero habindome llevado los vientosdesde Sicilia a Leucopetra,11 promontorio delterritorio de Regio, me embarqu all para hacerel trayecto, y a poco de estar navegando, elaustro12me llev de nuevo al punto de partida.

    [8] Cumque intempesta nox essetmansissemque in villa P.Valeri, comitis etfamiliaris mei, postridieque apud eundem

    ventum exspectans manerem, municipesRegini complures ad me venerunt, ex iisquidam Roma recentes; a quibus primumaccipio M. Antoni contionem, quae mihi itaplacuit, ut, ea lecta, de reversione primumcoeperim cogitare. Nec ita multo post edictumBruti affertur et Cassi, quod quidem mihi,fortasse quod eos plus etiam rei publicaequam familiaritatis gratia diligo, plenumaequitatis videbatur. Addebant praeterea (fitenim plerumque, ut ii, qui boni quid volunt

    afferre, affingant aliquid, quo faciant id, quodnuntiant, laetius) rem conventuram; KalendisSext. senatum frequentem fore; Antonium,repudiatis malis suasoribus, remissisprovinciis Galliis, ad auctoritatem senatusesse rediturum.

    Era ya a deshora de la noche y me qued en lagranja de mi compaero y amigo P. Valerio, conquien estuve tambin todo el da siguiente en

    espera del viento. Fueron a verme muchosciudadanos de Regio y algunos que acababan dellegar de Roma, quienes me entregaron la arengade Marco Antonio, gustndome tanto, que alacabar de leerla comenc a pensar en mi regreso.Poco despus me llevaron el edicto de Bruto yCasio13 parecindome inspirado en la mayorimparcialidad, acaso porque la causa de larepblica influa en m ms que nuestra amistad.Aadan tambin (porque generalmente ocurreque los que quieren dar alguna buena noticia

    aaden algo de su cosecha para hacerla mssatisfactoria) que todas las cosas se arreglaran;que el primero de agosto acudiran muchossenadores a la reunin del Senado, y queAntonio, rechazando a los malos consejeros yrenunciando al gobierno de las Galias, volvera aobedecer la autoridad del Senado.

    [9] Tum vero tanta sum cupiditate incensus adreditum, ut mihi nulli neque remi neque ventisatis facerent, non quo me ad tempus

    occursurum non putarem, sed ne tardius,quam cuperem, rei publicae gratularer. Atqueego celeriter Veliam devectus Brutum vidi,quanto meo dolore, non dico. Turpe mihi ipsividebatur in eam urbem me audere reverti, exqua Brutus cederet, et ibi velle tuto esse, ubiille non posset. Neque vero illum similiter,atque ipse eram, commotum esse vidi. Erectus

    4. Tan grande fue desde entonces mi deseo devolver, que no haba remos y vientos que mesatisficiesen; no porque esperase llegar a tiempo,

    sino por no retrasar ms de lo que deseaba miparabin a la repblica. Llegu apresuradamentea Velia;14 vi a Bruto. Cunto me duele decirlo!Parecame cosa vergonzosa atreverme a volver aaquella ciudad de donde l haba salido, y quererestar seguro en parte donde l no lo estuviese. Vique esto no le haca la misma impresin que a m,porque tranquilo con el testimonio de su

    9Importante ciudad de Sicilia, situada en la costa este.10

    Cicern haba dejado un buen recuerdo en Sicilia durante su permanencia all como cuestor y de resultas de suenfrentamiento con Verres en defensa de los sicilianos.11En el extremo sur de la pennsula italiana.12Viento del sur.13 En este edicto los tiranicidas, Bruto y Casio, se dirigan a Marco Antonio mostrando su buena disposicin aarreglar de forma pacfica la situacin. Tambin de tono conciliador haba sido la arenga de M. Antonio.14Ciudad de Lucania, regin contigua a Calabria, en el Tirreno.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    17/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 16

    enim maximi ac pulcherrimi facti suiconscientia, nihil de suo casu, multa de vestroquerebatur.

    conciencia de haber ejecutado una de las accionesms grandes y gloriosas, no se quejaba de sudesgracia, sino que deploraba mucho la nuestra.

    [10] Exque eo primum cognovi, quae

    Kalendis Sextilibus in senatu fuisset L.Pisonisoratio. Qui quamquam parum erat (id enimipsum a Bruto audieram), a quibus debuerat,adiutus, tamen et Bruti testimonio (quo quidpotest esse gravius?) et omniumpraedicatione, quos postea vidi, magnam mihividebatur gloriam consecutus. Hunc igitur utsequerer, properavi, quem praesentes non suntsecuti, non ut proficerem aliquid (nec enimsperabam id nec praestare poteram), sed ut, siquid mihi humanitus accidisset (multa autem

    impendere videntur praeter naturam etiampraeterque fatum), huius tamen diei vocemtestem rei publicae relinquerem meaeperpetuae erga se voluntatis.

    Por l supe el discurso que L. Pisn15haba pro-

    nunciado en el Senado el primero de agosto, yque aun cuando no le ayudaron los que debanhacerlo (as lo o tambin al mismo Bruto), sinembargo, por testimonio de ste (que no puedeser ms autorizado) y por los elogios de cuantosdespus vi, parecime que haba conseguidomucha gloria. Me apresur, pues, para ponermeal lado de ste, a quien los senadores presentes nohaban seguido, no por serle til (esto, ni loesperaba ni poda conseguirlo), sino para que sime ocurra alguna desgracia como hombre (pues

    pareca que no pocos riesgos amenazabanentonces adems de los que dependen de lanaturaleza y del hado), quedase lo que hoy digacomo testimonio de mi perpetua adhesin a larepblica.

    [11] Quoniam utriusque consilii causam,patres conscripti, probatam vobis esseconfido, priusquam de re publica dicereincipio, pauca querar de hesterna Antoniiniuria; cui sum amicus, idque me non nullo

    eius officio debere esse prae me semper tuli.Quid tandem erat causae, cur in senatumhesterno die tam acerbe cogerer? Solusneaberam, an non saepe minus frequentesfuistis, an ea res agebatur, ut etiam aegrotosdeferri oporteret? Hannibal, credo, erat adportas, aut de Pyrrhi pace agebatur, ad quamcausam etiam Appium illum et caecum etsenem delatum esse memoriae proditum est.

    Confo, pues, padres conscriptos, en queaprobaris los motivos de una y otra resolucin.Pero antes de principiar a hablar de la repblica,me quejar brevemente de la injuria que me hizoayer M. Antonio, de quien soy amigo, y siempre

    he declarado que deba serlo por algunaobligacin que le debo.5. Qu causa haba para obligarme ayer con tan-to rigor a asistir al Senado? Era yo el nico quefaltaba? No fuisteis muchas veces menos? Setrataba acaso de asunto tan grave que se debiesentraer hasta los enfermos? Sin duda Anbal estabaa las puertas de Roma o se iba a discutir la pazcon Pirro,16 para lo cual, segn leemos en lahistoria, se trajo tambin al Senado al anciano yciego Apio.17

    [12] De supplicationibus referebatur, quo ingenere senatores deesse non solent. Cogunturenim non pignoribus, sed eorum, de quorumhonore agitur, gratia, quod idem fit, cum detriumpho refertur. Ita sine cura consules sunt,ut paene liberum sit senatori non adesse. Quicum mihi mos notus esset, cumque e vialanguerem et mihimet displicerem, misi pro

    Tratbase de una accin de gracias, para lo cualnunca faltan senadores, pues los obligan a asistir,no las prendas, sino el deseo de favorecer a lapersona a quien se trata de honrar, lo cualtambin sucede cuando se ventila la concesindel triunfo. Cuidan tan poco de esto los cnsules,que casi queda al arbitrio de los senadores asistiro no a la sesin. Sabiendo yo esta costumbre,

    15 L. Calpurnio Pisn Cesonino, cnsul en el 58, suegro de Julio Csar; haba sido atacado por Cicern en dos

    discursos: De prouinciis consularibus e In Pisonem, a propsito del gobierno de Macedonia.16Rey del Epiro (aproximadamente la actual Albania); en 180 y 279 a.d.C. caus serias derrotas a los romanos yestuvo a punto de apoderarse de Roma.17Apio Claudio el Ciego, personalidad seera de la historia romana; poltico reformador, se opuso a que el Senadoaceptase en el 279 el tratado de paz propuesto por Pirro, defendiendo el derecho de Roma a extender su soberanasobre el sur del estrecho de Mesina. El discurso pronunciado en tal ocasin se hizo tan famoso que, versificado por elpoeta Ennio, circulaba todava en la poca de Cicern.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    18/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 17

    amicitia, qui hoc ei diceret. At ille, vobisaudientibus, cum fabris se domum meamventurum esse dixit. Nimis iracunde hocquidem et valde intemperanter. Cuius enimmaleficii tanta ista poena est, ut dicere in hoc

    ordine auderet se publicis operisdisturbaturum publice ex senatus sententiaaedificatam domum? Quis autem tanto damnosenatorem coegit, aut quid est ultra pignus autmultam? Quod si scisset, quam sententiamdicturus essem, remisisset aliquid profecto deseveritate cogendi.

    fatigado del viaje y disgustado conmigo mismo,le envi en consideracin a nuestra amistad, unaviso excusndome por tales motivos de asistir ala sesin. Pero a l le osteis decir que ira a micasa con albailes para derribarla; expresndose

    con demasiada ira y notoria destemplanza.Porque de qu delito era yo culpado paraatreverse a decir aqu que demolera con los ope-rarios de la ciudad una casa edificada a expensasde sta y por decreto del Senado? Quin oblig

    jams a ningn senador a concurrir al Senadoamenazndole con tanto dao? Qu pena haypara esto sino la prdida de las prendas y lamulta? Y si Antonio hubiera sabido el dictamenque iba a dar, de seguro habra sido menos severoconmigo.

    [13] Anme censetis, patres conscripti, quodvos inviti secuti estis, decreturum fuisse, utparentalia cum supplicationibus miscerentur,ut inexpiabiles religiones in rem publicaminducerentur, ut decernerentur supplicationesmortuo? Nihil dico, cui. Fuerit ille Brutus, quiet ipse dominatu regio rem publicam liberavitet ad similem virtutem et simile factumstirpem iam prope in quingentesimum annumpropagavit; adduci tamen non possem, ut

    quemquam mortuum coniungerem cumdeorum immortalium religione, ut, cuiussepulcrum usquam extet, ubi parentetur, eipublice supplicetur. Ego vero eam sententiamdixissem, ut me adversus populum Romanum,si qui accidisset gravior rei publicae casus, sibellum, si morbus, si fames, facile possemdefendere, quae partim iam sunt, partim timeone impendeant. Sed hoc ignoscant diimmortales velim et populo Romano, qui idnon probat, et huic ordini, qui decrevit

    invitus.

    6. Acaso creis, padres conscriptos, que yo ha-ba de opinar como vosotros opinasteis porfuerza, que se mezclaran las honras fnebres conla accin de gracias; que se introdujeran en larepblica imperdonables supersticiones; que sedecretasen acciones de gracias a un muerto?18Ynada digo respecto al muerto. Aunque fuera elmismo Lucio Bruto,19 que no slo libr a larepblica del poder real, sino que propag sudescendencia hasta cerca de quinientos aos, para

    que hubiese nuevo ejemplo del mismo valor y elmismo hecho, no podra someterme a tributar aun muerto el mismo culto que a los diosesinmortales, a votar que se le hicieran rogativaspblicas a uno que ni sepulcro tiene dondehacerle las honras fnebres.Ciertamente, padres conscriptos, yo hubiese emi-tido una opinin que me facilitara la defensa anteel pueblo romano en el caso de que sobreviniesea la repblica alguna calamidad, guerra, peste ohambre, males que en parte ya se padecen y en

    parte temo que amenazan. Pero deseo que losdioses inmortales perdonen al pueblo romano unadeterminacin que l no aprueba y a este ordensenatorial que la acord contra su voluntad.

    [14] Quid? de reliquis rei publicae malislicetne dicere? Mihi vero licet et semperlicebit dignitatem tueri, mortem contemnere.Potestas modo veniendi in hunc locum sit,dicendi periculum non recuso. Atque utinam,patres conscripti, Kalendis Sextilibus adesse

    potuissem! non quo profici potuerit aliquid,

    Y qu dir de los dems males de larepblica? Se puede hablar de esto? Yo s puedoy siempre podr mantener mi dignidad ydespreciar la muerte. Djeseme venir aqu yarrostrar el peligro de hablar. Ojal, padresconscriptos, hubiese podido venir el primero de

    agosto!, no porque se hubiera conseguido algn

    18Se trata, por supuesto, de prcticas encaminadas a la divinizacin de Csar.19Lucio Junio Bruto, fundador en 509 a.d.C. de la repblica romana al expulsar al que sera el ltimo de los reyes, L.Tarquinio el Soberbio.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    19/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 18

    sed ne unus modo consularis, quod tumaccidit, dignus illo honore, dignus republicainveniretur. Qua quidem ex re magnumaccipio dolorem, homines amplissimis populiRomani beneficiis usos L.Pisonem ducem

    optimae sententiae non secutos. Idcircone nospopulus Romanus consules fecit, ut inaltissimo gradu dignitatis locati rem publicampro nihilo haberemus? Non mode voce nemoL. Pisoni consularis, sed ne vultu quidemassensus est. Quae, malum!, est ista voluntariaservitus?

    provecho, sino para evitar lo que entonces suce-di, que slo hubiese un consular digno de aquelhonor y digno de la repblica. Porque es muydoloroso para m que hombres colmados degrandes beneficios por el pueblo romano no

    hayan seguido a L. Pisn en su excelente parecer.Nos ha hecho cnsules el pueblo romano paraque, colocados en el grado ms alto ydistinguido, no hiciramos caso alguno de larepblica? No ya de palabra, ni siquiera con elsemblante asinti ninguno de stos al parecer deL. Pisn.

    [15] Fuerit quaedam necessaria; neque egohoc ab omnibus iis desidero, qui sententiamconsulari loco dicunt. Alia causa est eorum,

    quorum silentio ignosco, alia corum, quorumvocem requiro; quos quidem doleo insuspicionem populo Romano venire nonmodo metu, quod ipsum esset turpe, se aliumalia de causa deesse dignitati suae. Quareprimum maximas gratias et ago et habeoPisoni, qui, non quid efficere posset in republica, cogitavit, sed quid facere ipsedeberet. Deinde a vobis, patres conscripti,peto, ut, etiamsi sequi minus audebitisrationem atque auctoritatem meam, benigne

    me tamen, ut adhuc fecistis, audiatis.

    Qu servidumbre (oh desventura!), quservidumbre voluntaria es sta? No nos basta lainevitable? No deseo que todos los consulares

    emitan aqu su opinin. Motivos hay para queperdone el silencio de algunos y tambin paraque eche de menos la voz de otros que en verdadsiento se hagan sospechosos al pueblo romano deno hacer lo que pide su dignidad, no por miedo,lo cual sera ya vergonzoso, sino por varias ydistintas causas. 7. Por ello dedo primero darmuchsimas gracias y mostrarme sumamenteagradecido a L. Pisn, que no pens en lo que lpoda en la repblica sino en lo que deba hacer,y despus os pido, padres conscriptos, que

    aunque no os atrevis a seguir mi dictamen, meoigis, sin embargo, con benignidad, como hastaahora lo habis hecho.

    [16] Primum igitur acta Caesaris servandacenseo, non quo probem (quis enim id quidempotest?), sed quia rationem habendammaxime arbitror pacis atque otii. Vellemadesset M. Antonius, modo sine advocatis(sed, ut opinor, licet ei minus valere, quodmihi heri per illum non licuit); doceret me vel

    potius vos, patres conscripti, quem ad modumipse Caesaris acta defenderet. An incommentariolis et chirographis et libellis [se]uno auctore prolatis, [ac] ne prolatis quidem,sed tantum modo dictis, acta Caesaris firmaerunt; quae ille in aes incidit, in quo populiiussa perpetuasque leges esse voluit, pronihilo habebuntur?

    En primer lugar opino que se deben respetar ymantener las actas de Csar, no porque lasapruebe (quin puede aprobarlas?), sino porcreer que ante todo hay que atender a la paz y alsosiego. Quisiera que se hallase aqu Antonio,aunque sin sus abogados defensores; pero meparece que a l le es permitido lo que no quera

    consentirme ayer, el estar enfermo. Ensearame,o mejor dicho, os demostrara, padresconscriptos, en qu concepto defiende las actasde Csar. Habr de ser, por ventura vlido loque slo consta en cuadernos de memorias,apuntamientos de su puo, memorialespresentados y autorizados por l solo y ni aunpresentados, sino slo citados, y no lo ser lo queCsar grad en bronce conteniendo la voluntaddel pueblo y las leyes perpetuas?

    [17] Equidem existimo nihil tam esse in actisCaesaris quam leges Caesaris. An, si cui quidille promisit, id erit fixum, quod idem facerenon potuit? ut multis multa promissa nonfecit; quae tamen multo plura illo mortuo

    Por mi parte entiendo que no hay ms actas deCsar que las leyes de Csar. Sern acasoirrevocables todas sus promesas, aun aquellas quel mismo no hubiese cumplido, como lo hizomuchas veces, y que despus de su muerte han

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    20/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 19

    reperta sunt quam a vivo beneficia per omnisannos tributa et data. Sed ea non muto, nonmoveo; summo studio illius praeclara actadefendo. Pecunia utinam ad Opis maneret!cruenta illa quidem, sed his temporibus,

    quoniam iis, quorum est, non redditur,necessaria.

    resultado ser mucho ms numerosas que cuantasgracias concedi durante su vida? Pero no alteronada en esto; a nada toco, y aun defiendo conempeo dichas preclaras actas. Ojal estuvieraan el dinero20 en el templo de Opis21 que,

    aunque ensangrentado, era necesario en estostiempos, ya que no se devuelve a sus dueos!,

    [18] Quamquam ea quoque effusa, si ita inactis fuit. Ecquid est, quod tam proprie dicipossit actum eius, qui togatus in re publicacum potestate imperioque versatus sit, quamlex? Quaere acta Gracchi; leges Semproniaeproferentur. Quare Sullae; Corneliae. Quid?Pompei tertius consulatus in quibus actisconstitit? Nempe in legibus. De Caesare ipso

    si quaereres, quidnam egisset in urbe et intoga, leges multas responderet se et praeclaratulisse, chirographa vero aut mutaret aut nondaret, aut, si dedisset, non istas res in actissuis duceret. Sed haec ipsa concedo;quibusdam etiam in rebus coniveo; inmaximis vero rebus, id est in legibus, actaCaesaris dissolvi ferendum non puto.

    y si se ha prodigado por disponerlo as las actas,sea en buena hora. Qu cosa puede llamarse tanpropiamente ley como el acta de un ciudadanoque en tiempo de paz ha ejercido el poder en larepblica y el mando de los ejrcitos? Preguntapor las actas de los Gracos22 y te mostrarn lasleyes Sempronias;23 busca las de Sila24 y teensearn las leyes Cornelias.25 En qu consis-

    ten las actas del tercer consulado de Gn.Pompeyo? Slo en sus leyes.26Si al mismo Csarpreguntaras qu haba hecho en Roma en tiempode paz, te respondera que muchas y excelentesleyes; pero los compromisos contrados endocumentos privados o los cambiara o no loscontraera, no constando tales hechos en susactas. En esto todo lo concedo y en algunas otrascosas condesciendo; pero respecto a lo de mayorimportancia, en las leyes, no creo tolerable que seanulen las actas de Csar.

    [19] Quae lex melior, utilior, optima etiam republica saepius flagitata, quam ne praetoriaeprovinciae plus quam annum neve plus quambiennium consulares obtinerentur? Hac legesublata videnturne vobis posse Caesaris actaservari? Quid? lege, quae promulgata est detertia decuria, nonne omnes iudiciariae leges

    8. Qu ley mejor, ms til, ms deseada en larepblica que la que limita a un ao el tiempoque se puede ejercer el gobierno en las provinciaspretorianas y a dos en las consulares?27Derogando esta ley, creeris conservar las actasde Csar? Qu? Con la ley que se hapromulgado acerca de la tercera decuria de jueces

    20

    Setecientos millones de sestercios provenientes de la confiscacin de los bienes de los pompeyanos.21Diosa romana de oscuras funciones, asociada tradicionalmente con Rea.22Los hermanos Tiberio Sempronio Graco (162-133) y Cayo Sempronio Graco (154-121), impulsores de la reformaagraria, en cuya defensa murieron los dos.23Tiberio Sempronio Graco, tribuno de la plebe en 133, propuso una ley agraria, la ley Sempronia, que estableca elreparto del terreno pblico entre los ciudadanos ms pobres. Su hermano Cayo, tambin tribuno de la plebe, en 124hizo confirmar la ley agraria de su hermano y propuso con el mismo nombre una ley frumentaria que permita acualquier ciudadano comprar determinada cantidad de trigo a mitad de precio.24Lucio Cornelio Sila (138-78 a.d.C.), lder del partido aristocrtico y protagonista frente a Mario de una sangrientaguerra civil. Nombrado dictador y tras haber acaparado todos los poderes renunci a sus cargos y se retir a la vidaprivada.25Las leyes Cornelias propuestas por Sila se orientaban bsicamente a reformas de carcter constitucional: aumenta-ron de 300 a 600 el nmero de senadores, rebajaron la edad del consulado a 42 aos, limitaron el poder de los

    tribunos de la plebe, de los cnsules y pretores, etc.26En el ao 52 Gneo Pompeyo Magno desempe en solitario el consulado a causa del asesinato de su colega Clodio.De esta poca datan sus leyes de ui (simplificacin del procedimiento penal y aumento de penas), de ambitu (sobre elcohecho) y de prouinciis (establecimiento de un intervalo de cinco aos entre el ejercicio de una magistratura y laobtencin de un gobierno provincial).27Se trata de la ley de prouinciis, promulgada por Julio Csar en el 46 a.d.C. Marco Antonio la reform, proponiendoun lmite de dos aos para las provincias pretorianas y de seis para las consulares.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    21/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 20

    Caesaris dissolvuntur? Et vos acta Caesarisdefenditis, qui leges eius evertitis? Nisi forte,si quid memoriae causa rettulit in libellum, idnumerabitur in actis et, quamvis iniquum etinutile sit, defendetur; quod ad populum

    centuria tis comitiis tulit, id in actis Caesarisnon habebitur.

    no se destruyen todas las leyes judiciarias deCsar?28Y os llamis defensores de las actas deCsar vosotros los que abols sus leyes? A no serque se cuenten como actas de Csar lasapuntaciones que hiciera en su libro de memorias

    para que le sirviesen de recuerdo, y se hayan dedefender, por injustas e intiles que sean mientraslo que a su propuesta estableci el pueblocongregado en centurias no deba considerarsecomo actas de Csar.

    [20] At quae est ista tertia decuria?'Centurionum' inquit. Quid? isti ordiniiudicatus lege Iulia, etiam ante Pompeia,Aurelia, non patebat? 'Census praefiniebatur',inquit. Non centurioni quidem solum, sed

    equiti etiam Romano; itaque viri fortissimiatque honestissimi, qui ordines duxerunt, reset iudicant et iudicaverunt. 'Non quaero'inquit, 'istos. Quicumque ordinem duxit,iudicet'. At si ferretis, quicumque equomeruisset, quod est lautius, nemini probaretis;in iudice enim spectari et fortuna debet etdignitas. 'Non quaero', inquit, 'ista; addo etiamiudices manipularis ex legione Alaudarum.Aliter enim nostri negant posse se salvosesse.' O contumeliosum honorem iis, quos ad

    iudicandum nec opinantis vocatis! Hic enimest legis index, ut ii res in tertia decuriaiudicent, qui libere iudicare non audeant. Inquo quantus error est, di immortales, eorum,qui istam legem excogitaverunt! Ut enimquisque sordidissimus videbitur, italibentissime severitate iudicandi sordes suaseluet laborabitque, ut honestis decuriis potiusdignus videatur quam in turpem iureconiectus.

    Pero qu es esa tercera decuria? La de loscenturiones, se contesta. Pues qu, no se lesadmita ya a la judicatura por la ley Julia y antespor las leyes Pompeya y Aurelia? S, peroexigindoles una renta determinada, no slo al

    centurin, sino tambin al caballero romano. Asson y han sido jueces hombres esforzadsimos yhonradsimos que fueron centuriones. No trato destos, dice, sino de que sea juez cualquiercenturin. Pues si propusieseis una ley para quelo fuere cualquiera por haber servido en lacaballera, lo cual es ms honorfico, no hallaraisquien la aprobase, porque para ejercer el cargo de

    juez, no slo se debe atender a la fortuna, sino ala dignidad. No busco tal cosa, dice, y aadotambin por jueces a los manipularios de la

    legin Alaudaria,29 porque de otra suerte dicenlos nuestros que no pueden estar seguros. Quhonor tan ignominioso para los que, sin pensarloellos, buscis para jueces! Lo que indica la ley esque juzgarn en la tercera decuria los que no seatrevan a juzgar libremente. Qu grande error,dioses inmortales, el de los que han discurridoesta ley! Porque cuanto ms indigno sea un juez,mayor ser su severidad en los juicios, para noparecerlo, y ms trabajar para hacer creer que esdigno de figurar en las decurias honradas y no de

    que se le relegue a las desacreditadas.

    [21] Altera promulgata lex est, ut et de vi etmaiestatis damnati ad populum provocent, sivelint. Haec utrum tandem lex est an legumomnium dissolutio? Quis est enim hodie,cuius intersit istam legem manere? Nemo reusest legibus illis, nemo, quem futurumputemus. Armis enim gesta numquamprofecto in iudicium vocabuntur. 'At res

    9. Otra ley fue promulgada para que los conde-nados por delitos de violencia y lesa majestadpuedan, si quieren, apelar al pueblo. Esta ley esverdaderamente ley, o la anulacin de todas lasleyes? A quin importa hoy su observancia?Con tales leyes no hay reos ni creemos que en losucesivo pueda haberlos, pues lo hecho por lafuerza de las armas jams se ventilar en juicio.

    28La ley Iulia ijudiciaria, promulgada por Julio Csar, en el 46 suprimi el derecho de los tribunos del tesoro a actuarcomo jueces en la tercera decuria tras los senadores y los caballeros; este derecho se lo haban concedido las leyesAurelia (ao 70) y Pompeya (ao 55). Marco Antonio reinstaur la tercera decuria, pero adjudicndosela a loscenturiones y soldados de la legin Alaudaria.29Esta legin estaba integrada por galos a los que Csar haba concedido el derecho de ciudadana. Deben su nombrea los penachos de la cimera de sus cascos que los asemejaban a la cabeza de las alondras.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    22/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 21

    popularis.' Utinam quidem aliquid velletisesse populare! Omnes enim iam cives de reipublicae salute una et mente et voceconsentiunt. Quae est igitur ista cupiditaslegis eius ferendae, quae turpitudinem

    summam habeat, gratiam nullam? Quid enimturpius quam, qui maiestatem populi Romaniminuerit per vim, eum damnatum iudicio adeam ipsam vim reverti, propter quam sit iuredamnatus?

    Pero esta ley es popular. Ojal quisieseis algoque fuera del agrado del pueblo, pues todos losciudadanos tienen ya un solo pensamiento y unasola voz en pro de la salud de la repblica! Aqu ese deseo de hacer aprobar una ley que a

    nadie agrada y es deshonrosa? Porque, hay algoms deshonroso que acudir de nuevo a laviolencia el que fue justamente condenado en

    juicio por ofender violentamente la majestad delpueblo romano?

    [22] Sed quid plura de lege disputo? Quasivero id agatur, ut quisquam provocet; idagitur, id fertur, ne quis omnino umquam istislegibus reus fiat. Quis enim aut accusator tamamens reperietur, qui reo condemnato obicere

    se multitudini conductae velit, aut iudex, quireum damnare audeat, ut ipse ad operasmercennarias statim protrahatur? Non igiturprovocatio ista lege datur, sed duae maximesalutares leges quaestionesque tolluntur. Quidest aliud hortari adulescentes, ut turbulenti, utsediotiosi, ut perniciosi cives velint esse?Quam autem ad pestem furor tribuniciusimpelli non poterit, his duabus quaestionibusde vi et maiestatis sublatis?

    Pero a qu hablar ms de esta ley, como si setratara de que alguno apelase? Lo que se pide, loque se quiere es que nadie sea acusado por virtudde tales leyes. Qu acusador habr tan insensatoque quiera, despus de condenado el reo,

    exponerse al furor de una multitud comprada?Qu juez se atrever a condenar a undelincuente exponindose a que le entregueninmediatamente a una turba de mercenarios? Noconcede, pues, esa ley la apelacin al pueblo; loque hace es destruir las dos leyes y los dostribunales ms tiles. Qu otra cosa es esto sinouna exhortacin a los jvenes para que seconviertan en turbulentos, alborotadores yperniciosos ciudadanos? Y cun calamitoso hade ser para la repblica el furor tribunicio si se

    suprimen los dos tribunales instituidos parajuzgar los delitos de violencia y de lesa majestad?

    [23] Quid, quod obrogatur legibus Caesaris,quae iubent ei, qui de vi, itemque ei, quimaiestatis damnatus sit, aqua et igni interdici?quibus cum provocatio datur, nonne actaCaesaris rescinduntur? Quae quidem ego,patres conscripti, qui illa numquam probavi,tamen ita conservanda concordiae causaarbitratus sum, ut non modo, quas vivus leges

    Caesar tulisset, infirmandas hoc tempore nonputerem, sed ne illas quidem, quas postmortem Caesaris prolatas esse et fixas videtis.

    Si son abrogadas las leyes de Csar que Castigancon la interdiccin del agua y el fuego a los reosde estos delitos, a qu extremos no se llegar?Concediendo a estos criminales la apelacin alpueblo, no se anulan las actas de Csar? Noaprob yo nunca esas actas, padres conscriptos;pero convencido de que era preciso mantenerlaspara mantener la paz y concordia, he opinado que

    no slo se deban conservar las leyes que Csarhizo durante su vida, sino tambin las publicadascomo suyas despus de su muerte.

    [24] De exsilio reducti multi a mortuo, civitasdata non solum singulis, sed nationibus etprovinciis universis a mortuo, immunitatibusinfinitis sublata vectigalia a mortuo. Ergohaec uno, verum optimo auctore, domoprolata defendimus; eas leges, quas ipse nobisinspectantibus recitavit, pronuntiavit, tulit,

    quibus latis gloriabatur iisque legibus rempublicam contineri putabat, de provinciis, deiudiciis, eas, inquam, Caesaris leges nos, quidefendimus acta Caesaris, evertendasputamus? Ac de his tamen legibus, quae

    10. Muchos son los que resultan perdonados de lapena de destierro por un muerto; no slo aparticulares, sino tambin a pueblos y provinciasenteras ha concedido un muerto el derecho deciudadana; un muerto ha suprimido tambin losimpuestos por medio de innumerablesexenciones. A pesar de ello, defendemos esas

    actas sacadas de entre los papeles de Csar por unhombre excelente.Nosotros, que defendemos esas actas de Csar,hemos de pensar en abrogar las leyes que elmismo Csar ley ante nosotros y promulg, de

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    23/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 22

    promulgatae sunt, saltem queri possumus; deiis, quae iam latae dicuntur, ne illud quidemlicuit.

    cuya promulgacin se envaneca y con las cualespensaba asegurar el porvenir de la repblica, lasleyes sobre los juicios y las provincias?

    [25] Illae enim sine ulla promulgatione latae

    sunt ante quam scriptae. Quaero autem. quidsit, cur aut ego aut quisquam vestrum, patresconscripti, bonis tribunis plebi leges malasmetuat. Paratos habemus, qui intercedant,paratos, qui rem publicam religionedefendant; vacui metu esse debemus. 'Quas tumihi,' inquit, 'intercessiones? quas religiones?'Eas scilicet, quibus rei publicae saluscontinetur. 'Negligimus ista et nimis antiquaac stulta ducimus; forum saepietur, omnesclaudentur aditus, armati in praesidiis multis

    locis collocabuntur.'

    Sin embargo, de estas leyes promulgadas

    podemos quejarnos, pero no de las que se diceque lo fueron antes de ser escritas. Me preguntoqu motivos hay para que yo o cualquiera devosotros, padres conscriptos, temamos las leyesmalas habiendo buenos tribunos de la plebe:tenemos dispuestos a los que se opongan a ellas;prevenidos estn los que con autoridad sagradadefiendan la repblica: debemos, pues, desecharel miedo. De qu oposiciones ni de qu podersagrado me hablis? Aqullas en las cualesconsiste la salud de la repblica? De eso ya no

    hacemos caso alguno; tales cosas son vejeces ynecedades: ser cercada la plaza pblica; secerrarn todas las bocacalles y se apostar gentearmada en muchos sitios.

    [26] Quid tum? quod ita erit gestum, id lexerit? et in aes incidi iubebitis, credo illalegitima: CONSULES POPULUM IUREROGAVERUNT (hocine a maioribusaccepimus ius rogandi?) POPULUSQUEIURE SCIVIT. Qui populus? isne, qui

    exclusus est? Quo iure? an eo, quod vi etarmis omne subla tum est? Atque dico defuturis, quod est amicorum ante dicere ea,quae vitari possint; quae si facta non erunt,refelletur oratio mea. Loquor de legibuspromulgatis, de quibus est integrum vobis;demonstro vitia; tollite: denuntio vim, arma;removete.

    Y entonces qu? Lo hecho en esa forma serley y mandaris grabar en bronce la frmula legallos cnsules conforme a su derecho propusieronal pueblo (acaso esta frmula no nos la legaronnuestros antepasados?) y el pueblo en virtud delsuyo lo decret? Qu pueblo?, pregunto yo. El

    que fue excluido? Con qu derecho? Acaso conel que la fuerza y las armas destruyerontotalmente? Me refiero en esto a lo porvenir, porser propio de los amigos el predecir lo que sepuede evitar, y si no ocurre, me habr equi-vocado. Os hablo de leyes propuestas cuyaaprobacin depende todava de vosotros; osmuestro sus vicios; remediadlos: os denuncio laviolencia por fuerza de armas; rechazadla.

    [27] Irasci quidem vos mihi, Dolabella, pro republica dicenti non oportebit. Quamquam tequidem id facturum non arbitror (novifacilitatem tuam); collegam tuum aiunt in hacsua fortuna, quae bona ipsi videtur, (mihi, negravius quidpiam dicam, avorum et avunculisui consulatum si imitaretur, fortunatiorvideretur)sed eum iracundum audio essefactum. Video autem, quam sit odiosumhabere eundem iratum et armatum, cum tantapraesertim gladiorum sit impunitas. Sedproponam ius, ut opinor, aequum; quod M.

    Antonium non arbitror repudiaturum. Ego, siquid in vitam eius aut in mores cumcontumelia dixero, quo minus mihi

    11. No ser oportuno, Dolabela,30 que te enojesconmigo porque hablo en favor de la repblica,aunque de ti, en verdad, no lo espero, porqueconozco tu carcter bondadoso; pero de tu colegadicen que, enorgullecido con su fortuna porparecerle buena, mientras a m, por no decir cosapeor, me parecera ms dichosa si imitase a susabuelos y to en el consulado, se ha vueltoiracundo. Veo cun peligroso es provocar la iradel que est armado, especialmente ahora que tangrande es la impunidad de las espadas; peropropondr algo que creo justo y que me parece no

    rechazar M. Antonio. Si dijese de su vida ycostumbres algo para l ofensivo, consentir enque sea mi mayor enemigo; pero si empleo el

    30Vase nota 4.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    24/223

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    25/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 24

    uti arbitrabantur, et gratias boni viri agebantet tuo nomine gratulabantur. Recordare,quaeso, Dolabella, consensum illum theatri,cum omnes earum rerum obliti, propter quasfuerant tibi offensi, significarent se beneficio

    novo memoriam veteris doloris abiecisse.

    de elogios? Aun a m, por cuyo consejo creanque t te guiabas en estas cosas, me daban loshombres honrados las gracias y el parabin en tunombre.

    [31] Hanc tu, P. Dolabella, (magno loquorcum dolore) hanc tu, inquam, potuisti aequoanimo tantam dignitatem deponere? Tuautem, M. Antoni, (absentem enim appello)unum illum diem, quo in aede Telluris senatusfuit, non omnibus his mensibus, quibus tequidam, multum a me dissentientes, beatumputant, anteponis? Quae fuit oratio deconcordia! quanto metu senatus, quanta

    sollicitudine civitas tum a te liberata est, cumcollegam tuum, depositis inimicitiis, oblitusauspiciorum a te ipso augure populi Romaninuntiatorum, illo primum die collegam tibiesse voluisti, tuus parvus filius in Capitoliuma te missus pacis obses fuit!

    Te ruego recuerdes, Dolabela, la unanimidadcon que los asistentes al teatro demostraron que,olvidando las causas por las que haban estadodescontentos contigo,32 disipaba su rencor elnuevo beneficio. Es posible, Dolabela (con grandolor lo digo), que con nimo tranquilo hayasrenunciado a tan merecida fama?13. Y t, M. Antonio, aunque ests ausente, a time dirijo: no prefieres aquel da en que el

    Senado se reuni en el templo de Telus a todosestos meses en que algunos, opinando de muydistinta manera que yo, te juzgan tan dichoso?Qu discurso aquel sobre la concordia! De qugran miedo libraste al Senado y de cuntosobresalto a la ciudad en aquel da, el primero enque quisiste, deponiendo toda enemistad yolvidando los auspicios que t mismo comoaugur habas anunciado, que tu colega lo fuerarealmente33y adems enviaste en rehenes y comoprenda de paz a tu hijo menor al Capitolio!

    [32] Quo senatus die laetior, quo populusRomanus? qui quidem nulla in contioneumquam frequentior fuit. Tum deniqueliberati per viros fortissimos videbamur, quia,ut illi voluerant, libertatem paxconsequebatur. Proximo, altero, tertio,denique reliquis consecutis diebus, nonintermittebas quasi domum aliquod cotidieafferre rei publicae, maximum autem illid,quod dictaturae nomen sustulisti. Haec iniusta

    est a te, a te, inquam, mortuo Caesari nota adignominiam sempiternam. Ut enim propterunius M. Manli scelus decreto gentis Manliaeneminem patricium Manlium Marcum vocarilicet, sic tu propter unius dictatoris odiumnomen dictatoris funditus sustulisti.

    Cundo estuvo el Senado ms satisfecho y elpueblo romano ms contento? Vise jamsasamblea ms numerosa? Entonces nos parecique habamos sido puestos en libertad poraquellos esforzadsimos varones, pues conformea sus deseos, a la libertad segua la paz. En el dainmediato, en el segundo, en el tercero y en todoslos das siguientes, no cesaste de hacer lo quepuede llamarse donativos a la repblica, y elmayor de todos fue la supresin del nombre y

    cargo de dictador. Este estigma pusiste t, s, t,M. Antonio, al difunto Csar para su eternaignominia. Porque as como por la maldad de unM. Manlio,34 acord la familia Manlia que nin-gn patricio llevase tal nombre, t, por el odio aun dictador; aboliste hasta el nombre de estecargo.

    [33] Num te, cum haec pro salute rei publicaetanta gessisse, fortunae tuae, numamplitudinis, num claritatis, num gloriae

    Habiendo hecho tan preclaros servicios a larepblica, te pesaba acaso tanta fortuna,grandeza, esplendor y gloria? Por qu tan

    32Durante su tribunado del ao 47 Dolabela haba propuesto una ley que abola las deudas; su propuesta provoc pro-testas y alteraciones de orden que M. Antonio tuvo que reprimir.33 M. Antonio se haba opuesto a la eleccin consular de Dolabela, alegando auspicios contrarios y se neg areconocerlo; pero, muerto Csar, cambi de opinin y lo acept como colega.34Marco Manlio fue muerto en el ao 384 bajo la acusacin de querer ser rey.

  • 7/22/2019 Ciceron Filipicas 130328205631 Phpapp02

    26/223

    Marco Tulio Cicern P H I L I P P I C A E 25

    paenitebat? Unde igitur subito tanta istamutatio? Non possum adduci, ut suspicer tepecunia captum. Licet, quod cuique libet,loquatur, credere non est necesse. Nihil enimumquam in te sordidum, nihil humile

    cognovi. Quamquam solent domesticidepravare non numquam; sed novi firmatatemtuam. Atque utinam ut culpam, sic etiamsuspicionem vitare potuisses! Illud magisvereor, ne, ignorans verum iter gloriae,gloriosum putes plus te unum posse quamomnes et metui a civibus tuis quam diligimalis. Quod si ita putas, totam ignoras viamgloriae. Carum esse civem, bene de re pu